El patrimonio cultural, material e inmaterial de Ciudad Bolívar

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Narrativas de la memoria y nuestra historia Bogotá, DC, Ciudad Bolívar, Sector Urbano, Barrios Perdomo, UPZ 69 - 70 y Rural Código de Registro del Proyecto CS 1003-2020



El patrimonio cultural, material e inmaterial de Ciudad BolĂ­var Narrativas de la memoria y nuestra historia FundaciĂłn para el Desarrollo de la Mujer Siglo XXI


Ministra de Cultura Carmen Inés Vásquez Camacho

Agradecimiento a las personas participantes en la publicación:

Viceministro de Cultura David Melo

Ricardo Pineda, Rosa Helena Sanabria, Arcelio Orjuela Guevara, Colectivo Mayaelo, Eliana Varela, Roselia García Molina, Leidy Hernández, Johanna García. Fabián Alberto Beltrán, Fernando Cuervo. Humberto Oviedo, Letras del Sur Colectivo Literario - artístico y cultural, Luis Carlos León, Mario Enrique Arévalo, Editorial Perro que Ladra, Harold Bustos Moreno, Fundación Mizizi Ya Babu, Pablo Omar Gruezo Riascos, Astrid Esperanza Bustos Sánchez, Rosalba Rodríguez de Morán, Susana Tique, Cecilia Castiblanco, Inés Aldana, Flor María Gómez,

Secretario General Julián David Sterling Olave CONVOCATORIA: COMPARTE LO QUE SOMOS EL ARTE, LA CULTURA Y EL PATRIMONIO UN ABRAZO DE ESPERANZA NACIONAL AÑO 2020 PROYECTO CIRCULACIÓN DEL PATRIMONIO CULTURAL MATERIAL E INMATERIAL DE CIUDAD BOLÍVAR. Directora del proyecto Blanca Pineda Coordinador Editorial Mario Enrique Arévalo

Publicación de libre distribución. Las obras se atribuyen a sus autores. Se permiten obras derivadas bajo la misma licencia.

Edición, diagramación y Diseño Luis Carlos León Mario Enrique Arévalo Propuesta Editorial y digitalización Perro que ladra editorial

Derechos reservados. Material digital de distribución gratuita con fines didácticos y culturales. Queda estrictamente prohibida su reproducción total o parcial con ánimo de lucro, por cualquier sistema o método electrónico sin autorización. HECHO EN COLOMBIA * MADE IN COLOMBIA


Contenido

Introducción......................................................................................................................................7 El palo del Ahorcado Símbolo Cultural Local....................................................9 Las historias de los Barrios..................................................................................................11 Nacen las Rutas Culturales de Identidad y Memoria.....................................12 Los vecinos Cuentan Historias.........................................................................................14 Diálogo de la Memoria de los Barrios........................................................................16 La Iglesia Santo Domingo de Guzmán......................................................................18 Mis recuerdos de La Lucha Social................................................................................21 Entrevista - Víctimas del Conflicto...............................................................................24 Puente del Indio..........................................................................................................................27 Red de huertas urbanas Altos de La Estancia....................................................29 Letras Del Sur Colectivo literario....................................................................................31 Perro que Ladra Editorial.....................................................................................................33 Entre zanjones y caminos....................................................................................................34 Fundación Mizizi Ya Mababu............................................................................................38 Sabias Plantas..............................................................................................................................39 Pupiales.............................................................................................................................................40 Soy de Ibagué...............................................................................................................................41 Del barrio Capri............................................................................................................................42 Ricardo Pineda, el Constructor........................................................................................43


Embalse la Regadera


Introducción

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a presente MEMORIA, hace parte de las narrativas desarrolladas en procesos comunitarios en la localidad de Ciudad Bolívar, desde el arte, la cultura y el patrimonio. La vida nos coloca retos importantes, aun contando con el reconocimiento de nuestros sectores y nuestras comunidades. Es parte de la diferencia que nos identifica en nuestro territorio como una zona compleja dadas sus dinámicas sociales y culturales. Entendiendo que la localidad 19, es la zona de Bogotá que ha recepcionado la migración más grande que se conozca en las últimas décadas por causa del conflicto armado colombiano, desde inicios el año 1998. Los sectores comunitarios de Ciudad Bolívar, nos aliamos para fomentar nuestras prácticas sociales y culturales, desde la cotidianidad, desde el hacer y quehacer como guías, gestores, maestros, pedagogos y mujeres con gran corazón. Nos formamos para cumplir roles esperanzadores a partir de prácticas vivas en cada uno de nuestros territorios, sin olvidar el pasado en el presente y desde lo espacial, el diario vivir y el afán de cada día, de nuestras gentes. La Fundación para el desarrollo integral de la mujer Siglo XXI, entidad que viene aportando un trabajo esforzado durante varias décadas, ha afianzado la salvaguarda del patrimonio material e inmaterial en nuestro territorio desde lo local y promueve así mismo iniciativas culturales apoyadas por el Ministerio de cultura con el PROGRAMA ESTIMULOS. las fuerzas vivas que han acompañado los procesos y por cuenta propia a través de varios procesos sociales y culturales. Mediante estos procesos se promueven acciones que conlleven a preservar el patrimonio cultural material e inmaterial de las víctimas del conflicto armado cultural de los habitantes en la Localidad. Nosotras desde la organización nos hemos convertido en cooperantes, activistas del rescate de ese valioso patrimonio inmaterial, el arte literario y la defensa de los derechos culturales . Y para ello iniciamos la búsqueda de la investigación, el ejercicio continuo de aportar a los procesos comunitarios desde los primeros poblamientos a partir valores ancestrales heredados de los abuelos a servicio a nuestros semejantes. Los oficios de la memoria se fueron aprendiendo y replicando desde la infancia, lo escritural se aprendió desde la ensoñación, para dejar legados a nuestras generaciones y no perder la huella de la historia. 7


En materia de patrimonio inmaterial, este dialogo de saberes entre unos y otros rescatamos las estéticas artísticas, las artes y oficios, el saber propio y heredado de cada uno con su cosmogonía. Nos encontramos para recrear el pasado en el presente y en este mundo especial: Colombia en Ciudad Bolívar. Logramos la trasmisión de estos saberes, a partir de pedagogías vivas, que dan como resultado el rescate de contenidos muy valiosos, que forman parte del saber, el hacer y las manifestaciones culturales de nuestros ancestros y nuestras herencias, símbolos, lenguajes y rituales. Exaltando el reconocimiento de nuestros portadores del patrimonio inmaterial Colombiano en Ciudad Bolívar. En el ejercicio de la transmisión de saberes y herencias aplicamos las artes literarias a partir de escrituras creativas para narrar desde un lenguaje sencillo.. Presentamos la narrativas de la memoria y nuestra historia de una parte de lo que fueron los inicios de la guerra en nuestro territorio y las miradas de los líderes sociales ante este gran fenómeno del conflicto colombiano en las voces de líderes de la comunidad, mujeres valientes, narradores, jóvenes con esperanza de transformar la vida a partir del deporte y el arte, a abuelos que nos dejan su herencia y corazones abiertos para que continúe la vida. A los jóvenes les dejamos los legados de nuestra lucha, para que se empoderen con sus generaciones. Blanca Pineda.

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El palo del Ahorcado Símbolo Cultural y Local

Arraigada la remembranza de nuestros tiempos viejos, de las callecitas con olor de antaño, la primera escuela de la señorita

Soledad, la Concentración Ismael Perdomo, de donde aprendimos a festejar la vida con el máximo respeto a nuestros mayores, surgen también las primeras organizaciones juveniles a mediados de los años setenta. Era la Juventud dinámica de los años 70, apoyada por los padres claretianos y organizada por los líderes chaparro, Mota y Triviño, el flaco Arévalo y entre las mujeres estaba yo presente en esos primeros movimientos juveniles. Nuestra tarea iniciando la época dorada era educar a los adultos iletrados a través de señales de la radiodifusora nacional de Colombia, allí nos daban las pautas y la guía para ser los primeros educadores de los telecentros de Bogotá. Los adultos aprendieron lo básico y lograron saber sumar, firmar y conocer el alfabeto, pero el programa no duro sino un año y nosotros desencantados de la vida nos seguimos reuniendo para proponer nuevas acciones. Entretanto viene el furor de la nueva ola y la vida de los cocacolos y las fiestas con “Los hispanos” y “Los graduados”. Pero había más quehacer: leer, y atesorar memoria. Eran buenos tiempos que no podían perderse en la juventud, entonces se empieza a guardar la memoria de aquella época dorada, unos y otros se emparentaron y dejaron los libros por la crianza de los hijos, entretanto yo seguía escribiendo memorias y promoviendo los festivales de la chicha para que no se perdiera la esencia de compadrazgo entre vecinos. Las montañas, los barrios, y el origen de la historia local me lleva a seguir los pasos de los pobladores pioneros en colonizar estas tierras, Es así que don Guzmán me cuenta la historia del palo del ahorcado a mediados de los setenta, él fue la primera fuente y quien vivió de cerca lo que sucedió con esta historia, la atesore con mis sueños y la hice visible años después. A las narrativas le sumaba lo que vivíamos desde el Perdomo cuando veíamos las tres luces en lo alto de la montaña virgen antes de que construyeran casas en el Perdomo alto. Luego vino don Rafael Forero Fetecua quien regalo muchos lotes a los hijos del Perdomo y se funda así el Perdomo alto. Las luces desaparecieron. Seguí alimentando la historia, el tejido de la memoria avanzaba, las historias que mi papá me contaba en la infancia las fuimos añadiendo a la historia lo que sucedía en la década de los setenta, y en mi mundo fui cultivando esos hitos patrimoniales a los cuales les rindo mi ms grande honor ahora que ya pasaron más de sesenta años. 9


El palo del Ahorcado SĂ­mbolo Cultural Local


Las Historias de los Barrios

Barrio Ismael Perdomo- fundado en el año 1.946

L os primeros festivales de la chicha surgieron a mediados de los setenta en el barrio. Históricamente siempre fueron grandes

momentos culturales en el Perdomo, donde se desplazaba todo el barrio a disfrutar de la buena comida a en la plaza, los cantantes que venían de otros lados y los consabidos tríos, duetos, los reinados eran el punto clave para seguir disfrutando los dos días seguidos que duraban. Ya en los setenta el festival de la chicha lo organizábamos con la parroquia, la Junta comunal y los líderes de la misma, y yo presente en esos momentos donde se revivían la danza criolla y los pasodobles, donde disfrutaban grandes y chicos del barrio. El departamento de Acción comunal Distrital (IDPAC), realizó acercamientos a la localidad. En aquellos tiempos nosotras y algunos vecinos del barrio habíamos conformado la Corporación Cultural “El Resbalón”, del mismo nombre de la hacienda que le diera origen a nuestro barrio hoy, Ismael Perdomo. Con esta organización nos presentamos a un concurso y, siendo ganadoras, desarrollamos el proyecto “Memoria colectiva, tradiciones y costumbres de Ciudad Bolívar”, fue el primer proyecto relacionado con el patrimonio cultural local que beneficio a treinta y siete barrios. De allí que nos organizamos treinta y siete personas, entre ellos líderes de los barrios para escribir la historia en un bello libro que se llamó Voces populares de Ciudad Bolívar, un proceso que tardo un año para tener una publicación. La remembranza volvió a brillar en los salones comunales de estos treinta y siete barrios. Se trató de jornadas largas a partir de encuentros que luego llamamos conversatorios, porque así los bautizaron las coordinadoras del departamento de Acción comunal. Le dimos un faro de luz a la historia de cada territorio, no sin antes hacer la memoria cultural en bazares, festivales de la chicha, encuentros culturales de bailes tradicionales y los encuentros literarios en los mismos salones y los consabidos encuentros en Quiba en honor al poeta Jorge Rojas. 11


Nacen las Rutas Culturales de Identidad y Memoria l año 1.997 fue importante, era el año y los meses de entregase E por completo a los procesos culturales en Ciudad Bolívar. Igual, era

el territorio donde había nacido y las historias de vida me acompañaban desde niña, me atraían como un imán. Y no solo eso, era recrearlas y contarlas en los diferentes barrios, promover los festivales de memoria que creaba y recreaba la historia de los vecinos y del Consejo de Cultura de aquella época. Se dio así la oportunidad de hacer oficial la leyenda del Palo del ahorcado que había rescatado veinte años atrás y que gracias a ello se aprobó para convertirse en el símbolo cultural de Ciudad Bolívar. Entre el ir y venir a Acción comunal Distrital, se promovieron acciones en torno a los procesos en la localidad. En esta institución ya conocían de nuestro trabajo desde los procesos de la memoria. El profesor Zambrano y el maestro Carrillo gentilmente accedieron a visitar nuestros lugares más representativos y con ello se realizó una correría por diez lugares emblemáticos de nuestra localidad. Participaron en la actividad los maestros en mención, don José Domingo Murcia, Pedro Cañón y yo como coordinadores del recorrido sumados a setenta personas de la comunidad quienes compartimos el aprendizaje tanto de los maestros como de nosotros los guías líderes. Desde esa época del año de 1.997, se inició un gran proceso en la salvaguarda de nuestros símbolos patrimoniales. En tiempos anteriores los nativos del territorio no dábamos importancia a lo que nos pertenecía como la herencia cultural, ni el patrimonio material, por eso este fue un momento preponderante para dar continuidad a rescatar lo propio. Las historias del palo del ahorcado y las memorias que había recatado cuarenta años atrás tuvieron un significado muy importante para la localidad. Desde ese tiempo la peregrinación hacia el palo del ahorcado en semana santa fue creciendo hasta la fecha a más de veinticinco mil peregrinos que acuden el día viernes santo. Además muchas compañías de cine nacional han venido a grabar películas, de hecho, en el año 2013 en la fundación Siglo XXI que es considerada casa de memoria, se realizó la producción de la película “Ella” con actores colombianos y galardonada en varios países. Unas murallas que nuestros padres conocieron en los años cincuen12


ta y luego nosotros en los años sesenta, se convirtieron en los paseos anuales, sin embargo a mediados de los ochenta los barrios desdibujaron el paisaje de ese símbolo patrimonial que ya en los noventa la comunidad del barrio Potosí bautizó como El puente del indio.

Maestra e historiadora Blanca Pineda - recorrido de la memoria

Igual sucedió con las historias de “La Piedra” o “Muela del púlpito”, pues en la medida donde llegaban nuevos habitantes a construir los barrios, estos lugares emblemáticos tomaron identidad propia. Un ejemplo de ello es lo que sucedió con “La piedra del muerto” sobre la cual han tejido mil historias. Toda esta narrativa en torno a los mitos y las leyendas se han convertido en un patrimonio inmaterial importante del territorio, dado que es un intangible cambiante que se mantiene casi como las casas patrimoniales y los vestigios que han quedado de algunas haciendas tales como la hacienda El Resbalón y la hacienda Santa Rita. 13


Los vecinos Cuentan Historias

L

a magia de la infancia me hizo amar desde siempre a mi barrio, a mi cuadra, a las haciendas, al rio Tunjuelito y toda la gente que venía a poblar uno de los barrios más antiguos al sur de Bogotá. Desde mis primeros años inicie la búsqueda de las historias, los mitos y las leyendas que años después se convirtieran en mi gran pasión. Desde entonces navego en la realidad sombría que me ha tocado vivir en los diferentes procesos de poblamientos de la localidad Ciudad Bolívar de Bogotá. En un principio existieron solo dos barrios que fueron muy mentados por la población y por nosotros los que vivimos allí desde el día que nacimos. El barrio Meissen cuyo nombre fue dado en honor a un general Alemán apellidado como el nombre del mismo barrio, y por el otro lado existía el barrio en honor a monseñor Ismael Perdomo. Los otros terrenos eran grandes montañas en cadena, era tierra de los hacendados decía mi papa. Se aceraban los sesenta cuando los dos primeros barrios se fueron agrandando y se formaron otros, de allí nació el barrio San Francisco, La Acacia, El Perdomo alto y así sucesivamente. Las haciendas parieron barrios, es mi decir, allí empezaron a crecer muchos otros de los barrios que existen hasta el momento. Como la Hacienda las Manas donde se fundaron los barrios Cordillera, Naciones Unidas, Arabia. Igual sucedió con la Hacienda La María, de su entraña nació el barrio La Estrella y los barrios de Lucero Medio y Bajo. Entre tanto, un aviador loco de apellido Gaviria dejo al cuidado su hacienda en manos de las hermanas de apellido Chole, toda esta tierra fue parte de una guerra por sus terrenos. La señorial casona de la hacienda Casa Blanca está intacta actualmente, pero gran parte de la tierra la tomaron los invasores para dar origen a una zona más grande llamada Jerusalén y sus nueve sectores. Entre tanto La hacienda Santa Rita y el cerro Chipo se vio invadido en el sector semiplano una madrugada por cientos de personas que venían acompañadas de niños, mujeres y unos comandantes que vestían de camuflados. Estos dirigentes se tomaron parte del cerro y de allí nació el sector de los barrios Espino I, II, III. Muy cerca de estos predios, al barrio la Carbonera llegaban personas muy pobres que se fueron tomando las riveras de la quebrada Santa Rita y fueron invadiendo el sector bautizado Marquetalia. 14


Nunca se planificó la construcción de los barrios, cada día llegaban familias al territorio. De esta manera se fundaron más de cien barrios. El conflicto se hacía mayor en unos territorios que en otros. El agua fue una constante disputa en todas las pilas de los barrios, esto ocurría en el Tesoro, en la Estrella, en el Perdomo alto, en Santa Viviana, en Santo Domingo, en Caracolí y en cientos de barrios que nacieron de la informalidad. Los conflictos sociales nacieron allí, precisamente en la fila donde se llenaban las canecas de agua, el líquido vital era racionado para uso exclusivo del cocimiento los alimentos, no quedaba para el baño diario y menos para lavar las ropas. Los domingos en muchas partes del territorio se veían romerías de mujeres lavanderas en busca de una fuente de agua donde se pudiese lavar la ropa. Por algún tiempo en la parte alta se provisionó agua desde la zona rural y el traer el agua sin ningún tratamiento ocasionó problemas de salud como enfermedades estomacales e infecciones, todo esto motivó a los habitantes del Paraíso a tomar medidas drásticas y pelear por este servicio en el Concejo de Bogotá. También había otras problemáticas como el transporte que tardó muchos años en solucionarse, así mismo la falta de escuelas y jardines. En esta década la muerte infantil se multiplicó. En gran parte de los hogares eran las madres quienes cumplían rol de padre y madre. Eran mujeres que trabajaban para sostener a cinco o siete hijos, aparte de esto ayudar a sacar adelante los ranchos y padecer la falta del agua dejando a sus hijos a la deriva en calles improvisadas. El transporte fue un agravante, hacia más difícil la vida. Ir a trabajar era una total odisea, era necesario caminar desde lo alto de la montaña una o dos horas. En muchas madrugadas las mujeres padecieron largas caminadas hasta poder encontrar un medio de transporte. Antes de la creación de la Localidad, algunas comunidades pertenecían a Tunjuelito, otras a la jurisdicción de Bosa y otras de la parte de Caracolí pertenecieron a Soacha. Los registros civiles, la cedula y la escrituración se tramitaban en los Municipios de Bosa, Soacha o Tunjuelito. Yo que vi correr la vida desde el primer poblamiento de la localidad y también vi padecer a mis padres que formaron parte de ese poblamiento, entendí cómo sufría la comunidad. En ocasiones me dolía la gente del Meissen que tenía que transportarse en canoas, hasta la loma de San Carlos o quizás hasta Santa Lucia. Otros tenían que caminar muchos trechos para salir a Bosa o por el contrario ir hasta el legendario reten y abordar los buses que venían de Soacha. 15


Diálogo de la Memoria de los Barrios

A

través de nuestra iniciativa Diálogos de la memoria y la paz en los parques de los barrios México y barrio Vista Hermosa, pretendemos acercar al ciudadano al encuentro de su identidad, mediante su “Yo recuerdo en el presente”, una serie de sensaciones que van desde la nostalgia, la añoranza, la solidaridad y vivencia de lo cotidiano, estas travesías logradas permiten recordar en sus vidas la construcción de la ciudad y el patrimonio. La verdad de lo cotidiano se representa en las voces de los indagados en sus relatos cortos y narrativas personales. “Yo, soy y recuerdo en el presente”, enaltece la memoria colectiva de sus habitantes y hace relevante las voces de sus fundadores. Por ejemplo el recuerdo del bautismo del barrio en la voz de don Misael, o el nacimiento del que fuera años más tarde el barrio México en la voz de Mercedes, así mismo a Don Patiño y otros sabios y sabias fundadoras de los territorios, y sin olvidar el desarrollo barrial en la voz de don Orjuela. La fuerza común de los habitantes de Ciudad Bolívar en la parte alta de la montaña, el esfuerzo propio y el de vecinos solidarios. Familiares y amigos permitieron que nuevos vecinos llegaran a estas tierras a ocupar un lote que compraron vendido o reven-

Autor: Harold Bustos -Técnica: Tinta sobre papel -Dimensiones: 25x15 cm -Año: 2009


dido por un reconocido urbanizador de ese entonces. La lucha constante por el agua, la escasez de transporte, la falta de electricidad y las mínimas oportunidades para sobrevivir en lomas despobladas, donde la naturaleza era indómita, se sumaban a la pobreza de las familias que llegaban cada semana a la conquista de ganarle la batalla a la carencia. Venían de muchos rincones patrios: Boyacá, Cundinamarca y Santander principalmente, desde donde unos y otros convidaban a sus familiares y terminaban viviendo hasta 14 personas en una habitación mientras se solventaban para la cuota inicial de un lote. Luego, manos a la obra: abrir chambas y hacer el convite para la llenada de las bases, las columnas y así, ladrillo a ladrillo, se iba construyendo el barrio. Muchas madres fueron al sector de Abastos a conseguir la comida y solventaban entre vecinos el sagrado oficio de enviar a sus hijos a los primeros colegios. Las caminatas eran agotadoras, no había transporte, el agua escaseaba y largos trechos se caminaron con los timbos a cuestas con el precioso líquido así mismo las lavanderas se acompañaban entre sí. Pasaron lentos los años y se vislumbraba el desarrollo, ya existían las vías, el alcantarillado, y la electricidad por fin iluminaba las noches, luego llegó el agua potable y los servicios de salud. En el presente, los y las fundadoras del barrio acuden al grupo de personas de adulto mayor a recrear las memorias del barrio, con sus pasos ya cansados, contando y descontando el tiempo de sus luchas internas por la sobrevivencia.

Autor: Harold Bustos Técnica: Óleo sobre lienzo Dimensiones: 90 x 63 cm Año: 1993

Hoy buenas vías nos conducen a Vista hermosa, un barrio de mucho progreso, colegios bien dotados, una bonita Iglesia, el salón comunal, el CAI y el centro de salud. Almacenes donde ofrecen los mejores productos, niños y niñas felices sin la escasez de antaño. Un tejido social que crece y una memoria que se transforma en los barrios.


La Iglesia Santo Domingo de Guzmán

Y

Rosa Helena Sanabria

o llegue a vivir a este lugar hace 45 años, Mi lote lo compre legamente al doctor Lizarazo, este barrio antes se llamaba Lucero Alto, había una casona que se llamaba Capri. En honor a la casona se fundó el barrio Capri. Aquí lo que pasó fue terrible, antes había muy pocas casas y de repente todo resulto invadido, de la noche a la mañana, cientos de ranchos en paroi, estaban ocupando los desolados terrenos y mucha gente invadió, el que comandaba era un hombre que le decían el ojo de vidrio. Por mucho tiempo la gente les decía a los que ocuparon la tierra los invasores. Se tomaron los potreros. Cuando se pobló de tanta casuchita donde vivían cientos de familias se creció la comunidad. Las Juntas comunales se dividieron y resultaron muchos barrios entre ellos, las Manitas, Juan Pablo, Capri, Nueva Colombia, Vista Hermosa, Los Alpes. Todo esto sucedía en la década de los años 1.970. En esos tiempos nosotros habíamos comprado como siete lotes a un señor Montilla;

Autor: Harold Bustos Título: Guerrero Técnica: Óleo sobre tabla Dimensiones: 82 x 51 cm Año: 2002


de la invasión Guadalajara y él nos había dado una camioneta que a larga no sirvió para nada. Tiempo después mi esposo murió y en ultimas no hubo ni camioneta ni lotes eso quedo así, perdimos todo. Yo tenía una burrita y era de gran ayuda para cargar el agua de la quebrada Limas, donde había agua limpia, pero al llegar toda la gente, construyeron ranchos hasta en el borde de la quebrada y el agua pura se acabó. En mi juventud yo fui muy activa y colaboraba en la iglesia, puedo decir que ayude a la construcción de la iglesia apoyando al padre y a la comunidad. La iglesia fue bautizada Santo Domingo de Guzmán, en ese tiempo estaba el padre Hernán. Había también una hermana de la Caridad, llamada Lili y el padre Raúl. Algo también de recordar es que en algún tiempo el único transporte que nos colaboraba eran las volquetas, cuando sabían a sacar material de la cantera el volador, luego vino la flota blanca y ya dejamos de padecer por el transporte.

Autor: Harold Bustos Título: Guerrera Técnica: Óleo sobre lienzo Dimensiones: 110 x 55 cm Año: 2005


Autor: Harold Bustos Título: Narciso Técnica: Óleo sobre lienzo Dimensiones: 2 m x 1.51 cm Año: 2019


Mis recuerdos de la Lucha Social

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Arcelio Orjuela Guevara.

ctualmente presidente de la organización comunal del barrio México en Ciudad Bolívar. El barrio México se encuentra situado en el sur oriente de la localidad de Ciudad Bolívar, colindamos con el río Tunjuelo. Del territorio del Tunjuelo hasta arriba del páramo de Sumapaz tiene aproximadamente 734 predios y un promedio de casi 5000 habitantes entre niños, jóvenes y adultos. Este barrio tiene todos los servicios públicos domiciliarios, y tiene importantes vías entre ellas la avenida Boyacá que colinda con la localidad de Tunjuelito, también tenemos el hospital de Meissen y dos colegios públicos. Al principio era la hacienda de las Manas, de Los Reyes Patria que fueron los que organizaron este barrio entre los años de 1965 y 1967, a este sector llegaron gente de todas partes del país. Aquí encontramos de todos los departamentos, llegaron por la violencia política de los años 50 y fue gente que construyeron sus propias habitaciones con esfuerzo. Así fue cómo se formó este barrio. Hoy en día es un barrio en buen estado, los dueños ya cumplieron su misión en la vida y son mayores de edad, por eso hay pocos antiguos habitantes. Esta comunidad creció y hoy contamos con profesionales, hay médicos, ingenieros y abogados. La mayoría por falta de oportunidades se ha ido, pero otros se han quedado..

Autor: Harold Bustos -Técnica: Óleo sobre MDF -Dimensiones: 60x40 cm -Año: 2003


Un territorio hecho a Mano Colectivo Mayaelo

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esde los bordes, desde otras tramas, desde las montañas de Ciudad Bolívar se tejen urdimbres de mil colores, que son a su vez el reflejo mismo de este país que migra, transita y se desplaza. De allí surgen, desde dentro de los barrios, desde las calles, desde las casas, las acciones y el pensamiento que se teje en lo diverso. A ese sentir lo denominamos “Estéticas amarradas con alambre”, lo entendemos como concepto, práctica y sensibilidad. Movimiento y construcción de una red cuyos hilos son las vidas que han hilvanado experiencias de las periferias urbanas de Bogotá que hoy cuestionan y tensionan los sentidos socioculturales. En forma vertical y hegemónica han sido asociados históricamente a estos territorios vivos, los discursos e imaginarios del poder fijan sobre el suelo una enorme convención, una referencia de zona del olvido, de la explotación, de la subordinación donde se construye a mil, donde se vive a mil, y con mil. 22


Al caminar por la montaña hemos emprendido un viaje sentipensante de la transformación de la relación entre lo humano y la naturaleza. Recuperar del olvido ese vínculo esencial que ha quedado en el rezago de una cultura de la razón déspota. Del monopolio de las desigualdades y la supremacía del individualismo. Una cultura donde todo vale apenas para unos cuantos. En los mismos bordes de esta sociedad, surgen posibilidades expresivas, comunicativas y estéticas. Una posibilidad de vida frente al olvido, al silencio, al vacío y a la ausencia. Cuando se revela el poder emancipador en el hacer, en el pensar y en el sentir estético; allí surgen mundos nuevos, diversos y plurales. Este ha sido el corazonar que ha guiado los caminos andados y que han permitido redescubrir la memoria que reposa en cada cuerpo, en cada piedra y en cada penca que recubre las mutiladas montañas del sur de la capital. Avivar el fuego de la creación colectiva, ha permitido cuestionar significados y estereotipos desde lo sensible. Caminar el barrio ha revelado el valor fundamental de un territorio puente para el equilibrio ambiental de la ciudad y de un territorio ancestral hoy vagamente resguardado en nuestro Parque Ecológico Cerro Seco. Un territorio testigo de la cultura Muisca que ha estado extendida a lo largo de altiplano cundi-boyacense. Y precisamente también sus huellas, aquellas huellas que resisten al saqueo y la extracción ilegal de materiales que han levantado la gran Bacatá moderna.

Autor: Harold Bustos Técnica: Tinta sobre papel Dimensiones: 15 x 10 cm Año: 2008


Entrevistas Diálogos de la memoria y patrimonio cultural de las víctimas del conflicto armado en Ciudad Bolívar - colectivo mujeres tierra y memoria

E l salón se iba llenado poco a poco, la algarabía de los saludos,

de los buenos días iba llenando el espacio y callando el silencio, Cada una de ellas a su manera y en su tiempo va organizando su lugar de trabajo. Salen los hilos, las agujas, el "sumercé", las risas, los retazos de telas y recuerdos que se van encontrando en el Sagrado oficio de compartir la vida.

Mujeres transmisoras de patrimonio cultural

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¿Para usted que es el patrimonio cultural inmaterial? Los valores y cultura de mi tierra. Roselia García Molina, Alpes Los valores y cultura de mi tierra y abuelos. Elizabeth, Alpes Yo considero que es de la región de donde uno viene. Leidy Hernández, Alpes Valores y cultura de mi tierra. Johanna García, Alpes El patrimonio cultural es o son las festividades tradicionales y el patrimonio material es o son los monumentos del patrimonio. Fabián Alberto Beltrán, Alpes ¿Por qué las mujeres son transmisoras de patrimonio cultural y cuál es la importancia de su rol dentro de la transmisión de dicho patrimonio? Porque aprendemos de nuestras culturas. Roselia García Molina, Alpes Somos transmisoras porque tenemos nuestros deberes y traer nuestro trabajo. Elizabeth, Alpes Si es importante. Leidy Hernández, Porque somos la cabeza mayor de nuestros patrimonios porque generamos un grupo. Johanna García, Alpes Porque ellas son las que nos transmiten todos los conocimientos. Fabián Alberto Beltrán, Alpes ¿Para usted que es el patrimonio cultural inmaterial? Los valores y cultura de mi tierra. Roselia García Molina, Alpes Los valores y cultura de mi tierra y abuelos. Elizabeth, Alpes Yo considero que es de la región de donde uno viene. Leidy Hernández, Alpes Valores y cultura de mi tierra. Johanna García, Alpes El patrimonio cultural es o son las festividades tradicionales y el patrimonio material es o son los monumentos delpatrimonio. Fabián Alberto Beltrán, Alpes

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Tejido con mujeres Indigenas


Puente del Indio Fernardo Cuervo

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n las entrañas de Ciudad Bolívar de Bogotá Colombia, se encuentra El Puente del Indio, testigo mudo del territorio y los cambios que han surgido, del paso del ecosistema subxerofítico a la construcción de diversos barrios. El Puente del Indio es guardián de la memoria de quienes lo construyeron, lo transitaron y lo cuidan hoy en día. Este es un abuelo incitador de la memoria y la imaginación, por eso quien lo mira y se enfrenta a su magnificencia se pregunta ¿quién lo construyó?, ¿por qué lo inventaron?, ¿para qué lo inventaron?, ¿cuándo lo crearon? ¿Será que lo construyeron los "indios" Preguntas difíciles de responder, pero que las comunidades hoy responden caminando hacia sus corazones y sus memorias, encontrando su significado antiguo y así darle su propia significación. Desde las comunidades que lo habitamos y guardianamos, decimos que es un abuelo protector, él es el puente entre la memoria antigua y la memoria reciente. Él nos ayuda a comprender que está allí para cruzar el vacío que nos dejó la herida de la colonización, la perdida de nuestra cultura y nuestro territorio, por el paradigma moderno del capitalismo. Es un puente entre la escuela, el barrio y la montaña, un ecosistema subxerofítico- reserva Ecológica Cerro Seco. Un lugar para encontrarnos en comunidad, compartir y revitalizar nuestra cultura propia con expresiones como "El Corredor Cultural El puente del indio". Esto quizá ayuda a responder estas preguntas. ¡Sí, lo Construyeron los indios!, los de éste territorio, los que siempre hemos estado aquí. Las mismas manos que construyeron el puente construyeron el barrio que es enorme. El obrero, el labriego, el jornalero, el asalariado; somos nosotros los mismos que hemos estado en las montañas, somos la herencia del Indígena Muisca. 27


Puente del Indio - Arborizadora Alta. Ciudad Bolívar

Dedicado a todos quienes se preguntaron por nuestro abuelo, quienes a través del arte y la cultura han hecho de este espacio, un Embalse Regadera espacio de encuentro con la memoria. A la Asociación delaMadres Comunitarias Nuevo despertar, todas sus integrantes han sido guardianas del puente y sin ellas lo más probable es que ya no estuviera en pie. A Carmen Fernández, una mujer luchadora, quien guarda con esmero la memoria del territorio.A todas las personas y los espíritus que aportaron su granito de arena a través de una fotografía, una historia, una canción, un poema, un malabar o una palabra para hacer este sueño realidad. 28


Red de huertas urbanas Altos de La Estancia UPZ 69 Ciudad Bolívar

L a red de huertas está constituida por la huerta de Santo

Domingo, la huerta de Tierras de Bolívar, huerta Tres Reyes, la huerta Mi sueños mirador de la estancia, la huerta El porvenir en el barrio El Porvenir y la huerta en El espino tres, pero también hacen parte algunas que no están en el polígono como es la huerta Casa grande y Tiguan en barrio de la Estancia. Huertas construidas con el esfuerzo y trabajo de personas interesadas en implementar la agricultura urbana en el territorio, pues estas han sido elaboradas con entidades como Idiger o el Jardín Botánico de Bogotá, quienes han contribuido con insumos, capacitación y formación en soberanía alimentaria a personas que habitan en el territorio y que tienen un origen en el campo demás de un legado de abuelos y padres que han implementado la agricultura. Ellos, al estar en la ciudad han querido recordar este legado y también organizar núcleos de familias para tejer sociedad en los territorios, usando sus tiempos libres para compartir conocimientos y a la vez recuperar espacios inutilizados al transformarlos en corredores. Otros espacios como parques y rondas hídricas se desean recuperar y así promover escenarios que ayuden a la recuperación de suelos áridos contaminados y convertirlos en suelos con capas vegetales que se puedan utilizar para el aprovechamiento del cultivo de plantas de hortalizas, condimentarías, frutales y arboles medicinales que contribuyan al mejoramiento de la salud los habitantes del sector.

En este proceso de elaboración de huertas favorece a las plantas xerofíticas, plantas nativas del territorio, adaptadas al clima y que enriquecen la capa vegetal. Además se promueve la formación para la producción del compostaje, dando uso los residuos de todos los vegetales que se disponen por el manejo de la preparación de los alimentos, y agregando a esto el cultivo de lombrices para ser más permeable el suelo y enriquecer la capa vegetal. 29


El palo del ahorcado símbolo cultural local

También pensamos en fomentar unos senderos ecológicos a modo de recorridos ecoturísticos y aulas ambientales que sirvan como formación para diferentes tipos de población: niños, jóvenes, adultos y adultos mayores. De esta manera se busca conservar esa memoria histórica que ha sido construida en los sectores de nuestros ancestros donde han dejado el legado para que las generaciones presentes y futuras conserven esta memoria tejida en comunidad por todos sus pobladores. En mayor extensión se proyecta que también sirva como escenario para las diferentes instituciones, tanto locales, distritales e internacionales que visiten nuestro territorio, ya que podrán contar con un terreno de 73,5 hectáreas, lo cual se constituye como un gran sector dentro de una metrópoli urbana de América Latina. Por último queremos implementar un ejercicio de embellecimiento a través de la jardinería y en pro de mantener un hábitat para los polinizadores que ejercen un trabajo en la propagación de diferentes especies que se conservan como patrimonio de nuestros territorios, por lo tanto es de amplia importancia el conservarlos y hacer pedagogías de empoderamiento para que se conserven y sirvan a la memoria histórica de los territorios 30


Letras Del Sur Colectivo literario, Artístico y Cultural Mario Enrique Arévalo

Procesos y actividades de incentivación a la escritura


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etras del sur es un proceso iniciado en agosto de 2013 por la escritora, historiadora y gestora cultural Blanca Cecilia Pineda, quien se encontraba como tallerista de Escrituras Creativas, iniciativa propuesta por IDARTES Fue a partir de esos primeros encuentros que surgió la necesidad de organizarnos de manera independiente como el Colectivo Letras del Sur, el producto de este proceso fue para el mes de noviembre de 2013 con la compilación de diversos escritos de los participantes titulado: “Antología Letras del Sur - Nuevos Escritores de la Localidad Ciudad Bolívar” un libro digital en PDF. El desarrollo del trabajo se enfocó a fomentar espacios alrededor de la literatura, la creación escrita mediante tertulias, conversatorios y talleres. El grupo está integrado por personas de la localidad con diversidad de disciplinas, entre ellas docentes, artistas, diseñadores, escritores, bailarines, sociólogos, psicólogos, estudiantes y músicos, entre otros. Desde sus propuestas el colectivo ha integrado diferentes lenguajes del arte como la danza, el teatro, las artes plásticas y la pedagogía alrededor de diversas temáticas que se proponen en los diferentes ciclos. Como resultado del proceso de estos tres años y medio, hemos logrado participar en diferentes actividades y eventos en alianza con fundaciones, colectivos, grupos y entidades oficiales como la Alcaldía de Ciudad Bolívar, así fue como iniciamos “El primer Concurso de Poesía y Cuento corto Letras del Sur” el cual obtuvo un impacto significativo en la Localidad. Es por esto que la iniciativa cultural se enfoca a fortalecer espacios alrededor de la palabra, la literatura y la creación escrita, donde los asistentes logren expresar su sensibilidad artística y se empoderen de la memoria, el patrimonio y cultura de su propia cotidianidad. Actualmente el Colectivo desarrolla sus actividades en la Casa de Cultura de Ciudad Bolívar con encuentros que convocan a personas de diferentes partes de la localidad y de la ciudad con el fin de mantener espacio abierto, continuo y autogestionado alrededor del arte literario, la creación artística y la promoción cultural.

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Perro que Ladra Editorial

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Luis Carlos León Páez

erro que ladra, editorial" es un proyecto que surge de la necesidad de hacer visible los procesos que se realizan en torno a la escritura, la promoción y gestión literaria en la localidad. Fue creado por integrantes del Colectivo Letras del sur, quienes llevan un proceso alrededor de la creación escrita con proyectos de formación a través de talleres, laboratorios, foros y encuentros alrededor de la literatura y la producción textual. Es por esto que Perro que ladra editorial en colaboración con Letras del sur vienen desarrollando actividades que impulsen los escritos de sus participantes entre los cuales se hallan niños, niñas, jóvenes, estudiantes, profesionales, artistas y personas de la localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá. Hasta el momento las publicaciones han abordado temas relacionados con la poesía, la narrativa, la ilustración, la fotografía y otras técnicas de las artes plásticas como el monotipo, el collage, la ilustración digital, el grabado, etc. En este camino de aprendizaje han surgido también propuestas a través del fanzine, el foto libro, cartillas infantiles, libros cartoneros, postales, separadores de libros, entre otros.

Colectivo Letras del Sur y editorial Perro que Ladra


Entre zanjones y Caminos Harold Bustos Moreno

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rtista plástico visual, llegue a la localidad 19 a los 12 años de edad en plena pubertad, despierto a la vida en medio de ranchos, con el barro y el polvo metido hasta en los ojos y las orejas, y que cubría todo lo visible entre zanjones y caminos que se hacían a punta del diario caminar de quienes habitaron los primeros ranchos. Las imágenes más fuertes, son quizás las de aquellos momentos en los que en la noche se escuchaban el correr de personas de un lado para el otro gritando como queriendo acabar el mundo, mientras el tiroteo de la muerte se hacía ver en cualquier rincón y lo único que nos defendía eran unas láminas de paroid (tela asfáltica) entre las cuales se hacían agujeros para ver lo que pasaba por las improvisadas calles. Desde esa época aprendí que la policía era sinónimo de peligro, verlos andar en moto y con pistola en mano dispuestos a parar al que fuera por mera “sospecha” intimida a cualquiera. Sumado a esto, habían momentos en los que llegaban a hacer desalojos que porque eso era una invasión, la emprendían a bolillo contra el que fuera. La bandera de Colombia en ranchos no fue el escudo que muchos esperaban, las mujeres que estaban en casa eran las que tenían que frentear a la policía, escenas que se repiten una y otra y otra y otra vez y aquí no pasa nada. No era fácil aceptar que esa era la realidad, que aprender a pelear era una necesidad si querías sobrevivir, y a los pocos meses el libro "No nacimos pá semilla" llegaba a nuestras realidades como muecas siniestras de la vida, la vivida danza del garabato que muchas veces baile con mi amigo Pacho. Queriendo ayudar en algo me entró el gusano de la defensa civil, que más que defensa, afortunadamente, fue una época de ayuda para la gente. Lo más difícil de esta parte fue ayudar en el levantamiento de los muertos por apuñalamiento o bala; a los 17 años ya había tocado muertos, y con el tiempo la sangre y las facciones de los que había visto al momento de subirlos a la bandeja del carro de la DIJIN ya no generaban tanta impresión. La muerte se hizo natural y fue posible pensar que quizás no viviría mucho tiempo, porque morir muy joven era frecuente. 34


Autor: Harold Bustos, Título: Ascenso del alma, Técnica: Oleo sobre lienzo dimensiones 100 X 80 cm, Año: 2015

La presencia de la fundación MENCOLDES fue decisiva para el barrio Juan Pablo II porque construyeron el Centro de Educación Popular Integral Comunitario - CEPIC y encontré un espacio en el que la pintura como materia abundaba. Fue gracias a esto y al señor LUIS CORREA director de la fundación en esa época, que pude estudiar artes con la maestra AMINTA RUIZ DE YEPEZ quien hasta el momento sigue siendo mi maestra en muchas formas. También asistí a clases de pintura en la Escuela de artes la Manzarda. Otro buen regalo en mi vida, fue la casa de la cultura de San Francisco con Wilson Castellanos y los demás muchachos, aprendí mucho sobre todo a perderle temor a ser yo mismo, después de tanta inseguridad que me genero el colegio, en este lugar, ya era artista integral. Vino el momento de asumir responsabilidades más fuertes; si no estudiaba tenía que laborar. Las artes enriquecieron el alma, pero la mesa seguía más empobrecida y siempre hay que tratar de nivelar los sueños con la realidad. Trabajar en construcción, mecánica y ebanistería, fue duro pero, me acercó a materiales y técnicas que más adelante me habrían de servir en la escultura. 35


¿Y el estudio? Fue una hartera, me hicieron sentir y creer que si no era bueno para las matemáticas aunque fuera bueno en las artes no pasaba el año escolar. Nunca bastaron mis cuadernos llenos de dibujos por más que en mi casa siempre me apoyaron en mis diversas búsquedas, por lo cual desde muy niño siempre estuve cacharreando con todo lo que pudiera, hasta que deserte en séptimo grado. Allí no había espacio para mí, cada periodo me hacían sentir más “bruto” y no sentía que fuera útil para nada. Con los años pude terminar y concluir la etapa universitaria con un pregrado para obtener el título de “Licenciado en educación básica con énfasis en artes”. Hoy en día sigo estudiando por mi cuenta sobre primera infancia en arte y educación, y sigo trabajando en la creación de mi trabajo. En el año 99 participé en la bienal de Bogotá, en la cual me dieron una mención honorifica pero me robaron un cuadro hermoso al óleo que cambiaron por un papel, por lo cual nunca más quise meterme en estas convocatorias. Distanciándome de estos escenarios decidí seguir forjando mi propio camino, hablar de la violencia y el marginamiento en que hemos vivido se ha vuelto el centro de mis intereses.

Autor: Harold Bustos, Técnica:Oleo a espátula sobre lienzo, Dimensiones 63 X 90 cm, Año: 2003


En el año 2.000, gracias al trabajo de recuperación de la quebrada limas realizado por mujeres tenaces en los 90, y en un sentido de reconocimiento desde la memoria histórica de cómo era la quebrada, la fundación Semillas Creativas se propuso la construcción de un sapo que debería ser instalado en la quebrada limas, su estructura la inicio un artista llamado Ray pero no continuó, así que yo lo terminé y hoy está en la plazoleta del barrio Juan Pablo II. También tuve la oportunidad de trabajar en el monumento a los niños de suba por el trágico suceso ocurrido; estuve en la realización de retratos en alto relieve que después fueron fundidas en bronce para el monumento en el 2007. Ese mismo año, en aras de darle la voz a las víctimas y victimarios del conflicto, fueron seleccionados textos de historias de la guerra de varias fuentes como Alfredo Molano entre otros y es así que surge el montaje “Mas allá de los huesos y la carne” y “ La última cena”. Y además, en otro proceso del mismo año, se dio la posibilidad de hacer el monumento a la vida en el cual la idea siempre fue que en este espacio jugaran las niñas y niños y era la forma de recordar a nuestros muertos de las masacres ocurridas en el barrio Juan pablo II en el 92 y 93. Continuando el ejercicio de indagación, gracias a una invitación para el tercer encuentro de Pintura en acción en Acacias Meta, tuve la oportunidad de hacer el proceso con personajes de la localidad con las cuales se recogieron los testimonios de personas que han sufrido el desplazamiento, estos testimonios nuevamente fueron escritos en corrector de esfero sobre radiografías, surgiendo el montaje “Ríos de Vida” en el 2008. El trabajo en la Secretaria distrital de integración social me llevo al sector del Bronx en el cual realicé un proceso de indagación con mamás del jardín la “Libelulosa” sobre qué implicaciones tuvo para ellas el ser mamá. Estos relatos fueron escritos sobre ropa de bebé aportadas por las misma mamás y estuvieron expuestas en varios espacio de Bogotá. Este montaje se llamó “Tendedero de vida” en los años 2013 y 2014.

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Fundación Mizizi Ya Mababu

Foto: Jean Pool Sánchez

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a Fundación Mizizi Ya Mababu, es una entidad sin ánimo de lucro, que nace en enero de 2017, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de niños, niñas, jóvenes y familias en condición de vulnerabilidad, causada por la pobreza y la desigualdad social. Fortaleciendo sus conocimientos y capacidades a través del arte, la cultura, el deporte, el emprendimiento y otras actividades con enfoque de derechos humanos, basadas en la ancestralidad, la tradición y costumbres de la población Negra, Afrocolombiana, Raizal, Palenquera, Indígena y pueblo Rom o gitano. Los procesos permiten la ejecución de planes, programas, proyectos y actividades encaminadas a la preservación, el fomento, la investigación y la circulación de la cultura y las costumbres ancestrales a través de la música, la literatura, la danza y el patrimonio cultural. Así mismo planea la masificación, coordinación, asesoría y ejecución de prácticas deportivas, de recreación y del aprovechamiento del tiempo libre. Por otro lado fomenta la promoción y preservación de la salud a base de plantas medicinales y el desarrollo de capacidades laborales en el manejo de máquinas de la confección, de manera directa o en coordinación con otras entidades públicas o privadas, nacionales y extranjeras que influyen en el beneficio de sus afiliados (as) y de la sociedad en general. 38


Sabias Plantas

L as enseñanzas que me dejó mi

Astrid Esperanza Bustos Sánchez

abuela fueron el manejo de las plantas medicinales donde ella me decía “mijita la mejor medina de nosotros son las plantas”, entre ellas están la limonaria para el dolor de estómago o cólicos. Tenemos variedades de plantas duces y amargas que nos ayudan para una variedad de enfermedades, también para las energías buenas y malas; eso depende para lo que vayan a utilizarlas, y también están las tóxicas. Cada una tiene su potencial.

Autor: Harold Bustos,Técnica: Acuarela Sobre papel, Dimensiones: 35 x 25 cm, Año: 2008

La Caléndula, para las heridas abiertas e internas, se prepara hirviéndola un poquito y tomando el agua o haciendo baños en las heridas. Además, las cosas que tenemos en nuestras casas no debemos botarlas, como por ejemplo las cáscaras de papa que nos sirven para el dolor de las articulaciones debido al almidón que poseen. La pepa de aguacate se raya y se le hecha dos cucharadas de aceite de oliva, se deja por 24 horas y con esa mezcla se dan masajes en el cuero cabelludo. Se debe dejar por 30 minutos, así se evita la caída del cabello que se nutre al igual que con la sábila. La cáscara de huevo se muele o machaca dejándola como harina y se le aplica a todas las comidas. Es el mejor calcio para nuestros huesos. Con todo esto, el mensaje que yo quiero dejarle a nuestra juventud es que volvamos a nuestros antepasados, que retomen las plantas ya que ellas vienen siendo la mejor medicina desde hace muchos años. Les aconsejo que estudien todas las potencialidades que ellas tienen y que no dejen perder esas tradiciones que son una herencia de la cual nos debemos acordar. 39


Pupiales Rosalba Rodríguez de Morán

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i nombre es Rosalba Rodríguez de Morán, tengo 67 años y nací en Pupiales Nariño, vivo en Bogotá hace 13 años, y son muchas las costumbres que he aprendido de mis padres y la comunidad donde nací, entre ellas la medicina natural como alternativa para curar varias enfermedades sin necesidad del uso de medicamentos. Eso hace parte de lo que conocemos como patrimonio de mi lugar de origen. Igualmente el procesamiento de la lana de oveja, su coloración, para hacer ponchos, los refajos y las chalinas. En el vestuario para las mujeres en nuestro tiempo era: el follado, refajo, la chalina o pañolón. Todas las mujeres usábamos falta y refajo. Tradicionalmente los alimentos eran cosechados en el terreno de la casa y lo que se compraba en mercado era muy poco. De las comidas de mi tierra puedo resaltar: el cuy, la chica, los champús, el helado de paila y la juanesca muy rico por cierto. Las palabras propiamente pastusas de origen indígena son: Achichay que quiere decir qué hay mucho frío, achichuy o achichucas que hay mucho que calor. Achilado es cuando uno está sonrojado, o achurruscado que esta quemado. Otra es guaguado que significa que es muy llorón, y atufado cuando alguien es muy afanado. Cuando alguien es mentiroso se le dice chicanero. A los niños se le dice guagua, y jurguillas a alguien que es muy curioso. Ñervo se le dice a un pedazo de tendón en la carne. Y a las mujeres que son activas o agraciadas se le dice pispilla. A una bebida que llamada refajo le dicen por allá enagua. Y una persona con mala suerte se le dice salao. 40


Soy de Ibagué Susana Tique

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i nombre es Susana Tique, mi edad es de 75 años. Soy de Ibagué pero llevo 54 años de vivir en Bogotá. Aquí he aprendido muchas cosas como estar en grupos. Uno de ellos es danzas con la profesora esperanza bustos. Los platos típicos de mi Ibagué querida son la lechona y los tamales tolimenses en el mes de junio en fiestas del folclor de San Juan.

Regalo esta copla: Manesita, manesita, Muy experta yo te haré Para que tenga buena letra Y no manche su papel Susana Tique


Del barrio Capri Inés Aldana

Mi nombre es Inés Aldana, y tengo setenta y cuatro años, nací

en la Vega Cundinamarca, pero soy criada en Bogotá por eso aprendí de la cultura de aquí y estoy disfrutando a esta edad de las oportunidades que hay hoy en día. He vivido cerca del barrio Capri, donde se encuentra la historia la piedra del muerto. Es una historia popular de este sector y cuenta la leyenda que había una vez un niño que era muy grosero con su madre, y hasta atrevido con ella porque le llegó a pegar y maltratar. Ella a ver esto lo maldijo diciendo que ojalá se convirtiera en piedra y esto se hizo realidad según cuentan, a medida que pasa el tiempo esta piedra ha crecido con el tiempo como si hubiera una persona adulta que permanece ahí mismo. Esa historia pertenece al patrimonio y la tradición de este sector y la contamos a las personas, así como nos la contaron cuando llegamos a vivir a este sector.

Inés Aldana


Ricardo Pineda, el Constructor

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as espigas del tiempo, como hilillos de oro, fueron testigos mudos del inicio de la historia. La planicie que bordeaba el rio Tunjuelo recibió a 20 familias que se sumaron a la peonada de la hacienda Santa Rita y Casa Blanca a mediados de los años 50. Estos primeros pobladores colonizaron estas tierras lejanas de los extremos de la ciudad de Bogotá, tierras inmensas que pertenecieron por muchos años a la población de Bosa. Con la bendición de Dios las familias fundaron un territorio de montañas agrestes y planicies. Los fundadores hicieron su arribo a ocupar lo propio, un lote de terreno comprado con el fruto de su esfuerzo. Tomaron posesión de sus improvisados ranchos y manos a la obra. Como herramientas sus manos callosas y la compañía de los sueños hogareños que compartían de sus compañeras, las mujeres hacendosas que alimentaron la vida y la esperanza de la familia. Ricardo Pineda, aprendiz de construcción formaba parte de ese grupo de familias con su mujer doña Eduvina .jóvenes recién casados quienes al otro día de la boda cargaron tejas y palos para construir su propio rancho, arriesgando su vida en el puente improvisado del Tunjuelo. Listo el rancho, una cama improvisada de madera y un puñado de esperanzas en sus mentes para sobrevivir en medio de la nada. La luna iluminaba los senderos, los sauces del Tunjuelo mecían sus ramajes y la melodiosa silbatina del viento esperanzaba un nuevo amanecer. Pocos días bastaron para conseguir trabajo. Las familias Camargo, Cisery, Argoty, construyeron sus casas. La señora Eduvina, le enseño las primeras letras, luego aprendió a firmar y posteriormente a sumar, restar y multiplicar. Solo aprendió a dividir por una primera cifra, luego se embejucó porque no entendió y no quiso aprender más. Muy a pesar de su inteligencia no avanzo en el aprendizaje en matemáticas. Su especialidad era narrar lo que vivía, embriagarse los sábados e irse caminando la memoria a partir de metáforas que se pegaron a su piel y que jamás se salieron de su mente. 43


Ricardo Pineda, primer constructor de la memoria colectiva barrial

Él fue el primer constructor de la memoria colectiva barrial de este gran territorio. Bautizó las leyendas que asomaron a su paso y su alegría desfilo por las largas calles del Perdomo siendo compinche de andanzas con sus amigos quienes le bautizaron el Remington. Jugador de tejo, tejedor de sueños en la lucha de construir comunidad, organizador de los primeros festivales de memoria desde el año 1.952 con diez vecinos que se dieron a la lucha barrial. Sin nombramientos ni postulaciones se ganó el reconocimiento entre vecinos y llegó a ser un gran maestro de construcción. Derrotando a la ignorancia fue capataz de una gran empresa llamada Pretensados de Colombia donde dirigió la construcción del “Puente de La Caro”. No leyó, pero si hablaba de planos y trigonometría, aprendizajes empíricos que plasmó en la construcción de grandes bodegas, casas suntuosas y luego en su trabajo en la hidroeléctrica de El Charquito. 44


Padre de once hijos, abuelo de veinte nietos y veinte bisnietos, sorteó todos los obstáculos de la vida que fue narrada por sí mismo desde la metáfora de sus días. Un día la alegría opacó su semblante, sufrió cinco trombosis en cinco años y murió a los 87 años. La herencia local de la tradición oral fue transmitida a su hija Blanca a los siete años y desde entonces ella camina la memoria con las historias de Ricardo. Otras tantas memorias que ella vivencio en el territorio y hoy hacen parte de la memoria colectiva de Ciudad Bolívar. Legados culturales que son contenidos patrimoniales que desde hace 50 años se transmiten de generación a generación. Sus obras culturales: Inicio a la narrativa costumbrista del territorio de la hoy Ciudad Bolívar: leyendas del “Chuchulaney”, los indios “aguapucheros” a orillas del Tunjuelo. Historias de Quiba y sus muertos, La bruja Tulia, El tunjo de oro, historias de Casa Blanca, historias de Fermín Mojica. Promovió el deporte en bicicletas de madera e instaló la cruz en el alto de la montaña fomentando las romerías católicas en rogativas de los habitantes del barrio Perdomo.

Casona de la hacienda Casablanca. Ricardo trabajo con la familia Gaviria y su vivencia con los duendes; narrativas, la historia del tunjo de oro.


Primeras viviendas, construidas en el aĂąo 1.954, hoy hacen parte de las casas patrimoniales)

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Autor: Harold Bustos -Técnica: Acrílico sobre Cartón Dimensiones: 80x50 cm -Año:2005

La presente MEMORIA, hace parte de las narrativas desarrolladas en procesos comunitarios en la localidad de Ciudad Bolívar, desde el arte, la cultura y el patrimonio. La vida nos coloca retos importantes, aun contando con el reconocimiento de nuestros sectores y nuestras comunidades. Es parte de la diferencia que nos identifica en nuestro territorio como una zona compleja dadas sus dinámicas sociales y culturales. Entendiendo que la localidad 19, es la zona de Bogotá que ha recepcionado la migración más grande que se conozca en las últimas décadas por causa del conflicto armado colombiano, desde inicios el año 1998.


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