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Índice
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Rutinas de trabajo de los perros detectores
Siempre he creído que la gente debería disfrutar de sus perros explorando la gran variedad de actividades que pueden realizar con ellos. El trabajo de detección es una de las actividades que yo considero más divertida, y que todos los perros pueden aprender a realizar en función de sus distintas capacidades. A lo largo del libro he incluido consejos y sugerencias para los adiestradores aficionados así como también para los propietarios que estén interesados en enseñar a sus perros a localizar cualquier cosa, como trufas, plásticos enterrados, crisálidas o cualquier otro objeto. Durante muchas décadas los médicos han utilizado perros en los trabajos de terapia pero ahora están descubriendo cómo los perros, especialmente adiestrados para esa labor, pueden resultar de ayuda en el campo de la detección de olores. Hoy en día los perros son utilizados en la detección de ataques epilépticos, brotes de esquizofrenia e incluso algunos tipos de cáncer. Los perros son increíblemente sensibles para la detección de cambios químicos asociados a muchas enfermedades. Las posibilidades son prácticamente infinitas. En los últimos treinta años he tenido la oportunidad de adiestrar perros para que realicen muchos trabajos únicos e interesantes. Estoy segura de que existen trabajos para los perros detectores que yo nunca he realizado, ni siquiera soñado o considerado. Confío que al leer y aprender sobre esta metodología, los lectores se animen a explorar con su perro nuevas posibilidades del trabajo de detección de olores. También confío en que encuentren, tal y como yo he hecho, que no tienen que limitar el adiestramiento en el trabajo de detección a las razas comúnmente asociadas con esta labor; es más, estoy convencida de que hay algo que todos los perros de cualquier raza pueden hacer en el trabajo de detección. Uno de los perros más brillantes de detección que he tenido fue, hace muchos años, un pequeño chihuahua, el perro con menos posibilidades, de existir alguno, de – 12 –
Introducción
realizar este tipo de trabajo. Animo a los lectores a que mantengan la mente abierta a la hora de considerar lo que desean enseñarle a buscar a sus perros, y que desechen pensamientos preconcebidos, negativos o limitantes. Los considero restrictivos, no tienen cabida en mi programa y tampoco deberían estar en el vuestro. Dejemos a un lado los prejuicios y preferencias de raza, sexo, discriminación y también de pedigrí. La idea de que las razas extranjeras obtienen mejores resultados que las nacionales, o las razas puras frente a los mestizos es algo que no tiene cabida en este libro. Todos los perros, de todas las razas, terminan realizando un excelente trabajo cuando finalizan el programa que se describe a continuación. Tan solo por conveniencia, en este libro me referiré a los perros en masculino; por supuesto esto no implica que las hembras no sean tan buenas como los machos como perros detectores. Otra convención que utilizo en este libro es la palabra «repetición». En este contexto, significa el acto de realizar una rutina (una secuencia de aprendizaje repetida una y otra vez). Cada ocasión en la que se realiza una rutina es una repetición. Este libro se basa en mis seminarios de Super Sniffer™ y no está pensado como un libro que se pueda utilizar de forma separada para el adiestramiento del perro de detección. Este libro está pensado como complemento para los seminarios de Super Sniffer™ que imparto. Asumo que los lectores o bien han asistido a alguno de mis seminarios o se han graduado en algún curso de trabajo con perros de detección. Esta asunción es importante porque no explico muchos de los pasos introductorios de los ejercicios. También asumo que se conoce el material de adiestramiento y los protocolos adecuados sobre cómo utilizarlo, que se utiliza la comida como refuerzo en el programa de adiestramiento y la posición de sentado como respuesta pasiva. Pese a todo, seguro que todos los lectores pueden beneficiarse de – 13 –
Rutinas de trabajo de los perros detectores
los ejercicios que se ofrecen, especialmente en lo que se refiere a la parte de resolución de problemas. Si se está utilizando algún sistema de refuerzo distinto se tendrán que realizar, en algunos casos, las respectivas adaptaciones. Este libro termina con una sección dedicada a la seguridad. Nunca remarcaré esto lo suficiente para los propietarios de perros, adiestradores y guías caninos. Vuestros compañeros caninos dependen de vosotros así que os ruego que os toméis el tiempo necesario para familiarizaros con su seguridad y primeros auxilios. Os deseo tantas horas memorables con vuestros compañeros caninos como las que yo he tenido con los míos durante todos estos años. El trabajo de detección es uno de los más gratificantes que podréis hacer a lo largo de vuestras vidas con vuestros amigos caninos.
Debby Kay Harpers Ferry, West Virginia
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Parte I
Primeros pasos
Aprender el olor diana La introducción al olor diana es el primer paso, el más sencillo e importante, en todo el proceso de adiestramiento y no se remarcará suficientemente que no debemos realizar ningún atajo en este paso, ni intentar realizar ningún tipo de «trampa». Como adiestradores, tenemos la tendencia a intentar acelerar el proceso. Para algunas personas, el hecho de poder hacerlo más rápido que otras les hace sentir que lo han hecho mejor. ¡Error! La velocidad no es la medida del éxito durante esta fase de introducción al adiestramiento de detección. Cada sesión se planifica cuidadosamente para lograr el éxito y deberemos realizarla tan solo cuando tengamos una buena disposición y nos encontremos relajados. Para muchos adiestradores esta parte del programa es la más aburrida y, en consecuencia, la afrontan con un nivel de entusiasmo muy por debajo de la media. El estado mental de los adiestradores es muy importante durante esta fase inicial. Nuestro perro no tiene ni idea de lo que esperamos de él y si no somos positivos, incrementaremos su confusión. Queremos que adore su trabajo y necesitamos dar ejemplo. Para estas dos primeras semanas de introducción del olor nuestra área de adiestramiento deberá ser un lugar que no se utilice para ninguna otra actividad de detección durante este tiempo. Puede ser de tan solo 2,5 x 2,5 m, evitaremos superficies amplias para evitar que el perro tenga demasiado espacio abierto para explorar o distraerse. No deberá haber nada en la zona. De forma ideal prefiero un lugar interior sin ventanas. La habitación nunca deberá contener nada que pueda estar, aunque sea remo– 17 –
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tamente, conectado con el olor diana que estamos introduciendo para que detecte nuestro perro. Por ejemplo, no utilizaremos habitaciones donde se hayan almacenado fertilizantes si estamos adiestrando un perro para explosivos. Del mismo modo tampoco debemos utilizar una habitación donde se haya almacenado vinagre si estamos adiestrando a un Latas para olisquear de perro para detectar narcóticos. distintos tamaños. Estas Necesitamos que la habitación tienen un tamaño perfecto sea tan neutra como sea posible para ajustarse a la palma en relación con el olor que estade la mano. Sea cual sea el mos introduciendo. Si se ha limcontenedor que utilizamos, deberá ser nuevo y de un piado recientemente dejaremos material irrompible y no que se ventile durante varias sereactivo. manas antes de utilizarla para el trabajo de detección. Para las sesiones de la primera semana tan solo necesitaremos nuestro primer olor diana. Si estamos adiestrando un perro en detección de explosivos, será con pólvora negra que no produce humo; para los perros de narcóticos, marihuana, y para los perros detectores de acelerantes de fuego, gasolina diluida. Para otros tipos de detectores, generalmente hay solo un olor, que será el que utilizaremos. Por ejemplo, si estamos adiestrando un perro detector de escapes en las conducciones de gas utilizaremos exclusivamente ácido mercaptoacético (ácido tioglicólico). La misma idea de un único olor se aplicará para los detectores biológicos e incluso, de alguna manera, para los perros detectores de cadáveres. – 18 –
Aprender el olor diana
n Ayudándole a nuestro perro a casar todas las piezas
Llevamos a nuestro perro hambriento, el material de adiestramiento, y algunos refuerzos de comida a la habitación seleccionada. Durante esta parte del adiestramiento nuestro perro deberá estar sin correa. De hecho, deseo remarcar que no debemos dirigir en modo alguno al perro, ni con la correa ni con la voz, durante esta parte del adiestramiento. Para nuestro perro este es un momento de descubrimiento, de lo que funciona y lo que no. Dejaremos que aprenda por sí mismo; mantendremos nuestra boca cerrada. El perro estará suelto en la habitación y cerraremos la puerta. Nos ponemos en el centro de la habitación, le mostramos la caja con el olor en la palma de nuestra mano, sin decir nada. Dependerá de cada perro el tiempo que tarde en acercarse y olisquear la caja pero con el tiempo todos lo harán. En el preciso instante en el que el perro olisquee la caja tendremos dispuesto un trozo de comida en la otra mano y lo acercaremos hasta colocarla encima de la caja con el olor. Abrimos la mano, sin moverla, y exponemos el trozo de comida para que pueda comerla.
Es importante que reforcemos con comida cerca de la lata.
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Cuando el perro la tome, lo premiamos con gran entusiasmo. Repetimos hasta que terminemos todos los trocitos de comida de refuerzo que habíamos preparado. Si nuestro perro es de talla media o grande y le estamos dando pienso seco en sus comidas, esto nos permitirá unas 75-100 repeticiones de refuerzo. Necesitamos hacer tantas repeticiones como sea posible. Con los perros pequeños esto no es siempre fácil pero no debemos preocuparnos –incluso los perros pequeños captan rápidamente la idea de que este es el modo de obtener ricos refuerzos, y si están hambrientos se mostrarán más interesados en el juego. Seguramente nos percatemos de un par de cosas en esta primera semana: La primera es que todavía no estamos utilizando una orden para este comportamiento. Le estamos permitiendo al perro que marque el ritmo, que tenga el control del ejercicio. Creo que los perros siempre aprenden mejor cuando lo hacen solos. Otra cosa que observamos es que al final de la semana estas sesiones requerirán menos tiempo. Al final de la semana a la mayoría de los perros le cuesta separarse de la lata. Primero se sentarán o se quedarán de pie cerca de la lata para obtener otro trozo de comida. No hay problema. Aquí estamos construyendo un recuerdo, una memoria, que será la base del trabajo. Podemos movernos de un lado a otro para hacer que el perro cambie de posición o irnos a otro lugar de la habitación para hacer que se mueva. Nos aseguraremos de que le damos comida tan solo cuando realmente olisquea la lata. Siempre debemos recordar que los perros – 20 –