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DEVOTOS DEL PASTO

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Manejo del pasto para sumar muchos kilos

MONITOREAR EL ESTADO FOLIAR Y EL MOMENTO DE ENCAÑAZÓN SON MEDIOS MUY EFECTIVOS PARA CONTROLAR LA ESTRUCTURA DE LA PASTURA, ASÍ COMO PARA DETERMINAR LA FRECUENCIA CON LA CUAL VOLVEMOS A LAS DISTINTAS PARCELAS.

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Por YAEL PERANDONES REDACCIÓN CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar

Para un buen manejo debemos tener en cuenta la relación entre biomasa de entrada, biomasa disponible por animal y el consumo diario de forraje individual.

Germán Berone, investigador de la Unidad

Integrada Balcarce (INTA-FCA-UNM

dP), ofreció en nuestra edición anterior una serie de pistas para manejar adecuadamente el pasto y potenciar los resultados. Claro, quedan algunos interrogantes que el profesional va a revelar. Berone explicaba en CHACRA de julio que es

necesario fijar objetivos en el manejo del pasto. Ahora bien, ¿cuál es la consecuencia de

no respetarlos? A medida que transcurre el rebrote, la biomasa crece en tejido estructural de sostén (vainas, tallos verdaderos), en detri

mento del tejido metabólico (hojas), que es el

que nosotros debemos priorizar. Esto se traduce en un descenso en la relación hoja/tallo y, por ende, en la digestibilidad de la pastura, lo que trae aparejado una reducción de la respuesta animal; simultáneamente se incrementa el sombreo en la base de las plantas, produciendo un aumento en el material muerto.

Si en nuestro sistema realizamos pastoreos pasados del momento o estado óptimo de manera muy frecuente, cada vez cosecharemos menor calidad y generaremos una acumulación de biomasa en forma de matas, que serán zonas de rechazo y, por consiguiente, de desperdicio.

A su vez, para obtener un buen remanente para el próximo pastoreo, los animales deberán consumir dicho forraje de baja calidad sacrificando su performance individual. Y se generarán zonas subpastoreadas (las matas) y zonas sobrepastoreadas (intermata). Este tipo de situaciones suele derivar indefectiblemente en una reducción de la persistencia productiva de la pastura. En estos casos las matas deberían ser removidas mediante el corte mecánico.

ESTADO FOLIAR ÓPTIMO Junto con la medición de forraje, monitorear el estado foliar es otra herramienta que nos permite determinar en sistemas rotativos el momento óptimo de pastoreo de las distintas parcelas. El estado foliar óptimo de pastoreo es aquel en el cual los macollos dominantes tienen su número máximo de hojas vivas o cuando la primera de ellas, aparecida luego del pastoreo previo, comienza a morir; este valor dependerá de la especie, pero suele rondar las 3 hojas. Anticiparse a dicho estado implica un pastoreo deficiente, pero de muy alta calidad, por lo que no sería un problema, a no ser que esta situación se mantenga en el tiempo provocando una reducción en la productividad y persistencia de la pastura, más que nada en épocas de sequía o en zonas con deficiencias de nutrientes en el suelo. Por contraste, si se pastorea sobrepasando el estado foliar óptimo, estaremos cosechando un material de menor calidad nutritiva, ya que parte estará senescente; en caso de realizar el pastoreo mucho más allá de ese momento, ese material muerto se dará por perdido ya que formará parte del mantillo. Si esta situación se repite a lo largo de los años, la pastura se irá

degradando y permitirá la selectividad de los

animales y, como se mencionó previamente, se irá formando un escenario mixto (matas subpastoreadas y el resto sobrepastoreado).

Para Germán Berone es indispensable fijarse objetivos en el manejo del pasto. No respetarlos tiene consecuencias sobre la productividad de la pastura y la respuesta animal.

NO ES LO MISMO

“Sistemas pastoriles de alta productividad y eficiencia son aquellos que pueden sostener un alto aprovechamiento de la pastura a lo largo de toda la estación de crecimiento y no aquellos que logran un elevado consumo individual pero sólo en algunas parcelas y durante un corto período de tiempo”. (Berone)

¿CUÁNDO ANTICIPARSE? Por cierto, hay situaciones que lo ameritan: en

momentos de excesivo crecimiento de la pas

tura, cuando se acumula mucha biomasa y la canopia se cierra cubriendo completamente el suelo, situación que suele ocurrir en pasturas fertilizadas y con buena disponibilidad de agua, o cuando nos encontramos próximos al momento de encañazón, el cual puede darse antes o después según la especie y/o cultivar utilizado. Contar con dicha información es muy útil, ya que nos permite planificar y organizar me

Amerita adelantar el pastoreo en momentos de excesivo crecimiento de la pastura o cuando hay riesgo de encañazón.

jor el control temprano de la floración (CTF). En ambas situaciones debemos recurrir a un pastoreo frecuente y severo (4-5 cm de altura) cuando comienza la encañazón o alargamiento de los pseudotallos (por ejemplo en agosto-setiembre para festuca y en octubre-noviembre para agropiro) para evitar perder la calidad de la pastura.

EL LADO ANIMAL En este caso debemos tener en cuenta la rela

ción entre biomasa de entrada, biomasa disponible por animal (kg de pasto asignado por kg de animal) y el consumo diario de forraje

individual. Independientemente de la biomasa de entrada,

a mayor asignación de forraje por animal (me

nor carga), mayor es el consumo individual. MÁXIMA PRODUCTIVIDAD

“Incrementar el consumo de forraje de alta calidad, con óptimos aprovechamientos, es una de las formas más eficientes para maximizar la productividad de la empresa ganadera. Es por eso que es tan importante llevar a cabo los monitoreos pertinentes con frecuencia, permitiendo así realizar un manejo de lo más eficaz”. (Berone)

En términos generales, el consumo diario animal muestra un incremento hasta que la asignación de forraje es cercana al 6-8% del peso vivo animal, si la biomasa se registró desde el ras del suelo, o del 3-4% si la biomasa disponible se registró a partir de los 3-5 cm de altura. Ahora bien, a medida que la biomasa prepastoreo disminuye, se produce una reducción del peso de bocado y un aumento del tiempo de pastoreo; es por eso que en aquellas si

tuaciones en las que el tiempo de pastoreo

se ve reducido por circunstancias tales como extremo calor, días cortos, excesivos tiempos de encierre, ordeño, etc., suele convenir incrementar los niveles de biomasa de entrada y/o elevar la asignación de forraje por animal, para favorecer un mayor peso de bocado y, de esta manera, aumentar o mantener los niveles de consumo de los animales. Es fundamental tener especial cuidado con estas consideraciones cuando se presenta un crecimiento explosivo del pasto, como es el caso de la primavera, ya que puede darse un rápido pasaje del estado vegetativo al reproductivo, disminuyendo así su calidad y productividad en la principal estación de pastoreo y mermando su aprovechamiento. Como todo está relacionado, puede que persiguiendo el objetivo de maximizar el peso de bocado, empecemos a permitir que muchas de las parcelas o potreros sean pastoreados mucho más allá de la biomasa de entrada óptima, afectando la producti

vidad secundaria global de la época de mayor

volumen de pasto: la primavera.

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