TESTEAR LA SEMILLA

¿Sabe qué es lo que está sembrando?

NECESARIAMENTE DEBE CONOCER LAS CONDICIONES DE LA SEMILLA QUE ESTÁ PONIENDO EN EL LOTE, EN LO POSIBLE HASTA EL MÁS MÍNIMO DETALLE, SOBRE TODO EN LO REFERIDO A MALEZAS.

La genética presente en cada cultivar es la responsable del comportamiento de los diferentes procesos de producción, rendimiento, tolerancia a enfermedades y diferentes condiciones ambientales. “Podemos producir semillas con estas virtudes, pero mantener

sus atributos es responsabilidad de quien

manipula la simiente que va a ser sembrada”, enfatiza María Alejandra Petinari, especialista en calidad de semillas. Para la profesional, tener un diagnóstico temprano de la calidad de la simiente de soja que va a emplearse constituye la elección más importante para comenzar con éxito el ciclo de cultivo.

Es muy importante contar con un diagnóstico temprano de la condición de la semillas que vamos a emplear.

PASO A PASO

¿Qué hacer para lograr un buen diagnóstico antes de la siembra? El primer paso es realizar un

correcto muestreo de nuestro lote de semi-

llas, y emprender los análisis de calidad adecuados según el proceso productivo en que tengamos que tomar decisiones: pureza, poder germinativo, viabilidad, sanidad, verificación de variedades y tolerancia a herbicidas. Estos ensayos de modo aislado no nos dan un dato completo de la calidad; la mayoría de los tests son complementarios. El análisis de pureza físico-botánica es el porcentaje en peso de los componentes del lote: semilla pura, materia inerte, otras semillas. Nos da información acerca de qué tipo de malezas estamos encontrando. Llama la atención, cada vez más, la presencia de esclerocios en las muestras de materia inerte que se reciben en el laboratorio. Una vez que se obtiene la fracción de semilla pura, por medio de una observación visual de daños mecánicos y biológicos que se expresa en porcentaje de peso, llegamos a la pureza física. Eso excluye semilla inmadura, rota, da-

ños por insectos como chinches y picudos o por hongos como Cercospora kikuchii.

Lo que sigue es determinar el poder germinativo natural; es lo que marca el potencial máximo de un lote ante buenas condiciones de siembra. Se expresa en porcentaje de plántulas normales y la tolerancia está en el 80 %. Una de las incógnitas pasa por la respuesta al curado. En el 80 % de los lotes es positiva, con un incremento entre el 1 % y el 30 %. Donde no hay respuesta se verifica una combinación de anormalidades y un alto porcentaje de plántulas deformes. Las

plántulas anormales se descuentan; suelen verse problemas de hoja y cotiledones podridos.

ESTO TAMBIÉN

Métodos por incubación permiten detectar la carga de patógenos y se expresa en cada muestra como el porcentaje de hongos hallados. Se mide prevalencia -muestras positivas sobre el total de muestras analizadas- e incidencia -valor promedio de las muestras positivas-. Los distintos patógenos afectan en su mayoría el poder germinativo: Fusarium, complejo Diaporthe, Aspergillus, Penicillium, Cercospora sojina y kikuchii, Macrophomina, y Sclerotinia. Esta última es de importancia epidemiológica y hay que tenerla muy en cuenta. Asimismo es relevante saber cuánta Cercospora tenemos para realizar los tratamientos adecuados, de modo de no llevar la enfermedad al lote. Por su parte, el análisis de viabilidad y vigor por tetrazolio permite hacer una rápida estimación de estos atributos. Con él se logra visualizar los daños que presentan las semillas tanto en superficie como en los tejidos internos, cuantificándolos en análisis de laboratorio y expresando el grado de incidencia de cada uno de ellos. Los daños mecánicos son totalmente aleatorios y aparecen al azar dentro de las muestras, pero están asociados, junto con el daño por chinches, con el manejo que ha tenido el lote.

Otros daños son más complicados de manejar,

por ejemplo el ambiental. El más tradicional es el que se produce por hidratación y deshidratación de la semilla previas a la cosecha. Menos habitual es el daño por golpe de calor. Dichos daños se pueden incrementar ante condiciones desfavorables en el almacenamiento. Otro perjuicio asociado con las condiciones ambientales es el daño por fractura. Aparece cuando dentro de la misma semilla hay diferentes contenidos de humedad. “Cuando tenemos estas averías hay que manejar esa semilla con velocidades mínimas en la clasificación para no seguir incrementando el daño por fractura”. Con respecto al análisis de vigor, contamos con el test de frío, que es la capacidad germinativa que tiene una semilla sometida a estrés generado por bajas temperaturas y humedad. La semilla es curada para el análisis y se toma como límite aceptable el 70 %.

Claudio Gianni Fuente: AIANBA

ANÁLISIS DE VIABILIDAD Y VIGOR POR TETRAZOLIO

Es un ensayo bioquímico que permite hacer una rápida estimación de la viabilidad, el vigor y los porcentajes de daños presentes en cada muestra.