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TIEMPO DE FUNGICIDAS
Soja y maíz debidamente protegidos
ESTAS DOLENCIAS DAÑAN EL ÁREA FOLIAR QUE NECESITAMOS. AFECTAN LA INTERCEPCIÓN DE RADIACIÓN POR REDUCCIÓN DE LA COBERTURA VERDE, QUE NO PODRÁ SER UTILIZADA PARA LA GENERACIÓN DE BIOMASA.
Tizón foliar, mancha marrón y mancha ojo de rana. Enemigos de la soja que deben combatirse adecuadamente.
Llegó el momento de ver qué están haciendo con nuestros cultivos estos convidados de piedra. “En
soja hay que poner el ojo en las enfermedades de fin de
ciclo. Mancha marrón y tizón de la hoja generan pérdidas de entre el 5 y el 10%, y la mancha ojo de rana, de entre el 20 y el 40 %. En cuanto al maíz, la roya común se lleva del 10 al 20 % de los rindes; el tizón, del 30 al 50% y la mancha blanca, hasta el 60 %. De ahí la importancia de mantenerlas a raya con to-
das las herramientas disponibles, adecuadamente utilizadas y sin perder de vista la nece-
sidad de preservar el ambiente”, recomienda Enrique Alberione, especialista de la EEA INTA Marcos Juárez, provincia de Córdoba. No olvide que la oleaginosa tiene su periodo crítico entre R4.5 y R5.5 (flores, vainas con granos y crecimiento de granos). Para el maíz se da
entre la formación de la panoja masculina y la
formación de la flor femenina (R1).
UNO POR UNO
De los patógenos biotrofos el más importante es la roya de la soja, a la que se suman necrotrofos como la mancha marrón por Septoria glycines, el tizón foliar por Cercospora kikuchii, y la mancha ojo de rana por Cercospora sojina. En cuanto al maíz, la roya común se lleva del 10 al 20 % de los rindes; el tizón, del 30 al 50 % y la mancha blanca, hasta el 60 %. No son mermas menores de ningún modo. De ahí la importan-
cia de mantenerlas a raya con todas las herramientas disponibles, sin perder de vista la necesidad de preservar el ambiente”, recomienda Enrique Alberione, especialista de la EEA INTA Marcos Juárez, provincia de Córdoba. En general se trata de enfermedades policíclicas. Se originan a partir de una infección que genera una lesión y la consecuente esporulación, y luego se produce la dispersión de las esporas. Estas dolencias muestran una fase inicial o exponencial, otra intermedia o logística y finalmente la fase terminal. En cuanto a la decisión de aplicación de químicos, se parte del monitoreo y de los umbrales de control, que van a estar dados por la incidencia (hojas enfermas sobre el total de hojas sanas) y el porcentaje de severidad (sumatoria del área enferma sobre hojas totales). La frecuencia de monitoreo dependerá del patógeno (dispersión, tasa de desarrollo, laten-
HOJA DE RUTA /////////////////////
Para un control efectivo de enfermedades es necesario: • Conocer los distintos patosistemas predominantes en cada cultivo. • Manejar los umbrales de control. • Tener en cuenta el crecimiento y estado nutricional del cultivo. • Considerar las condiciones ambientales. • Regular bien el equipo y usar las tarjetas. • Emplear fungicidas específicos y a las dosis recomendadas. • Rotar principios activos en más de una aplicación.
Umbral de acción sugerido para Tizón de la hoja (Cercospora kikuchii) (Ivancovich & Lavilla)
Determinación del momento de aplicación ante ataques de tizón de la soja. Considerar incidencia y severidad.
cia), del cultivo (tasa de crecimiento, cobertura foliar, hojas afectadas por la enfermedad, estado de crecimiento, grado de desarrollo) y del ambiente (precipitaciones, temperatura, humedad, horas de mojado).
EN EL MAÍZ
Alberione recomienda un monitoreo sistemá-
tico desde V8 hasta 15 días después de la flo-
ración. Para la roya común se considera 3 % de severidad en hoja de la espiga y adyacente superior e inferior. Es necesario monitorear desde panojamiento a emergencia de estigmas; en V8 corresponde examinar todas las hojas desplegadas, y en VT-R1 considerar las hojas enfermas.
Para el tizón foliar el límite pasa por el 1 % de severidad. Se aconseja monitorear desde panojamiento hasta emergencia de estigmas, en hoja de la espiga superior o inferior. Privilegiar
el largo de la lesión (1 cm) antes que el número de lesiones.
PARA LA SOJA
Respecto del umbral de aplicación para mancha marrón considerar en R2-R5 cuando la enfermedad llega al 25 % de la altura de la planta. Se debe tener en cuenta la cobertura de entresurcos, porque es un hongo que se origina a partir de rastrojos. Cuando los entresurcos son más abiertos las gotas de lluvia tienen mayor posibilidad de llevar las picnidiosporas a los estratos medios y superiores de las plantas de soja. Como factores predisponentes se citan temperaturas entre 25 y 30 ºC y lluvias moderadas.
Si se trata de tizón de la hoja, Alberione recomienda controlar con 50 % de incidencia y 25 % de severidad. En cuanto a mancha ojo de rana (nunca volvió a tener la gravedad que se vio en 2012/13), se considera como umbrales 1 a 25 % de incidencia y 1 a 5 % de severidad, tomando el tercio medio y superior del cultivo. Es el momento para aplicar fungicidas con un interesante retorno económico.
Para las enfermedades de fin de ciclo el espe-
cialista Marcelo Carmona desarrolló un sis-
tema de puntajes, que es promedio de 10 variables (lluvias, intensidad, antecesor, tipo de labranza, enfermedades de la campaña previa, sanidad de la semilla, longitud del ciclo, producción destinada a semilla, rendimiento potencial, presencia de EFC en el lote).
Con un promedio de más de 33 puntos hay alta probabilidad de retorno económico con la aplicación de fungicidas. En cambio, con menos de 23 puntos las chances se diluyen.
ALTERNATIVAS
Vale recordar que tenemos fungicidas de con-
tacto, que cuentan con acción preventiva, y sistémicos que tienen un efecto curativo y erradicante.
Existen dos grandes grupos de fungicidas según su modo de acción. Unos son preventivos, otros curativos y erradicantes.
En general los que se usan en maíz y soja afectan la mitosis y la división celular (benzimidazoles), en tanto los más modernos como car-
boxamidas y estrobirulinas actúan sobre la
respiración celular. Los triazoles afectan la síntesis del ergosterol. También hay principios activos que tienen acción multisitio y actúan sobre distintos procesos metabólicos; se han usado para evitar la creación de resistencia en los patógenos. “A la hora de aplicar, podemos encontrarnos con un maíz que presenta hojas planófilas o erectófilas según el híbrido. Eso influye en la llegada de los productos al objetivo, como también lo hace el espaciamiento entre hileras. En soja la llegada a los estratos inferiores es bastante dificultosa”, explica Alberione.
Antes de aplicar siempre deberá tener en
cuenta las condiciones ambientales (temperatura. humedad relativa, viento, rocío), el estado de los cultivos (crecimiento, distancia entre hileras, nutrición, arquitectura de la planta), la enfermedad (patógeno, desarrollo epidémico, ubicación en la planta), y el equipo de aplicación (calibración, volumen, aplicación). Y no olvide prever la medición de la aplicación (tarjetas hidro y oleosensibles). La calidad de aplicación viene dada por la distribución de las gotas y el número de gotas (impacto) por cm2 (en sistémicos es ideal 20-30; de contacto, 50-70 y 40-60 para la mezcla). El tamaño de la gota debe estar en torno de las 200 micras.
Tenga en cuenta que el agregado de adyuvantes puede potenciar la tarea. Eso involucra humectantes (disminuyen la tensión superficial), adherentes (ayudan a “pegar” el producto a la hoja), acidificantes (disminuyen el pH) y penetrantes (aumentan la absorción).
Claudio Gianni
Fuente INTA Marcos Juárez