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Mirando la distribución y el rendimiento
El resultado en volumen de grano generado por un lote está muy asociado a la evolución del cultivo. Un maizal de alto potencial requiere un planteo uniforme y una distribución ajustada de la fertilización. El rinde se hace metro a metro. Mirando la distribución y el rendimiento
Por EZEQUIEL PEZZONI ESPECIAL PARA CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar
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El maíz es un cultivo densodependiente, con lo cual, la calidad de la siembra es fundamental para evitar perder parte del rendimiento por hectárea.
La producción de maíz requiere un paquete tecnológico destacado. Desde el material genético seleccionado hasta un planteo de fertilización escalonado, que consiga el ajuste adecuado entre suministro de los nutrientes y el momento óptimo del requerimiento.
Esto implica planificar la provisión de insumos y la realización de las tareas correspondientes. Pensar y diseñar con anticipación los recursos necesarios será la clave para actuar a tiempo y con eficiencia. Desde la sembradora, hasta la fertilizadora.
Este cereal de verano es de los que más respuesta evidencia a la distribución de plantas en el campo. El distanciamiento entre ellas en la hilera es decisivo para la evolución y el rendimiento en granos. Dos individuos muy cercanos en la línea de siembra generan menor rendimiento que las mismas plantas distanciadas de modo óptimo. Con esta premisa, resulta de gran importancia el adecuado trabajo de la sembradora en la implantación.
Uno de los elementos definitorios para cumplir con este objetivo es el dosificador: su trabajo y el comportamiento
de la semilla desde el momento que sale del tubo hasta que llega al fondo del surco es fundamental. Durante la caída de la misma, por el tubo de bajada, pueden producirse rebotes que provoquen diferencias en el tiempo demorado para llegar a destino. Cuando ocurren tales diferencias, la distancia entre semillas y plantas no será uniforme a lo largo de todo el lote y esto se traduce en disminución de rendimientos.
Un estudio realizado en la Universidad de Purdue, en EE.UU., mencionado por los ingenieros Hernán Ferrari y Cecilia Ferrari, de INTA Concepción del Uruguay, determinó que un cultivo de maíz perdió 62 kilos por hectárea de rendimiento por cada centímetro de aumento en el desvío estándar del espacio entre plantas.
El desvío es un parámetro que indica cuán despareja es la distribución de semillas en el lote. Este desigual posicionamiento genera competencia entre plantas de maíz y se producen, así, plantas dominantes y otras dominadas, donde las últimas pierden más rendimiento de lo que ganan las dominantes.
“La distribución perfecta de semillas es casi imposible. Los factores que perjudican la buena distribución son muchos. Algunos de los más importantes son: el calibre desparejo de las semillas híbridas de maíz y la irregularidad del terreno, pero, sin dudas, el más importante es la velocidad de avance de la sembradora. Una velocidad de siembra excesiva (mayor a 7,5 kilómetros por hora) genera que los
Esquema comparativo de la distribución buscada y la obtenida en un planteo de maíz.
dosificadores/distribuidores deban girar a una velocidad tangencial muy elevada, liberando las semillas con una alta fuerza inercial, haciendo que las mismas reboten sobre los tubos de bajada. Ante diferencias en la densidad propia de cada una de las semillas, se producen cambios en las intensidades de rebote dentro del tubo, con la consecuente variación en los tiempos de descenso hasta llegar al surco”, expresan los técnicos de INTA mencionados.
Para un planteo de 5 semillas por metro lineal de surco (96.000 semillas por hectárea, con una distancia entre hileras a 52 centímetros) y una velocidad de avance de 7 kilómetros por hora, la descarga ocurre a razón de 10 semillas por segundo.
Se trata de un delicado trabajo para el dosificador y un posible rebote desmedido de la semilla en el tubo. Aquellas máquinas con tubo conductor inclina
do hacia atrás ofrecen una ventaja, ya que acompañan la pérdida de velocidad de semilla luego de ser dosificada, siempre que esté en relación con la fuerza inercial que se menciona en el párrafo anterior.
Nutrición
La fertilización de un cultivo de maíz ya no es una opción; todas las sembradoras ofrecen al menos un sistema de fertilización. La tecnología de producción recomienda una aplicación escalonada en el tiempo de modo de ser más eficiente en el uso del insumo.
La aplicación a la siembra requiere comprobar el adecuado estado de los dosificadores ya que se utiliza, normalmente, un producto altamente corrosivo y de alta adherencia. La corrosión produce un desgaste acelerado de los componentes que se traduce en una dosificación irregular.
Distribución de fertilizante provocada por máquinas fertilizadoras de doble disco con uno (b), dos (c) y tres (a) picos altos de mayor dosificación.
Por otro lado, la alta adherencia de algunos granulados puede generar “atoraduras” del dosificador y esto puede dañar el tren cinemático de accionamiento. La revisión adecuada y detallada antes de iniciar la labor será la clave para evitar retrasos durante la implantación.
Asimismo, existen máquinas esparcidoras de platos para aplicaciones durante el ciclo, con el objetivo de hacer los tratamientos más adecuados a la necesidad del cultivo. Este tipo de labores no siempre alcanza los resultados buscados y esperados. El ingeniero agrónomo Santiago Tourn y colaboradores de la Universidad de Ciencias Agrarias de Balcarce, publicaron los resultados de un estudio realizado sobre 45 máquinas con distribución por platos de origen nacional e importado, donde analizaron la uniformidad de distribución (UD). Destacan que existe gran desconocimiento de la UD y de cómo esta es afectada por los cambios de configuración de los mecanismos distribuidores.
Esto puede generar zonas con diferentes tasas de aplicación real y manifestar franjeos en los cultivos por baja eficiencia del uso del fertilizante, provocando pérdidas de productividad y afectando económica y ambientalmente al sistema.
Los resultados mostraron tres patrones de distribución diferentes, pero todos con un coeficiente de variación excesivo (mayor a 25 %) para esta labor. Los tres patrones son denominados como de uno, dos (tipo M) y tres (tipo W) picos de acumulación (Ver Distribución de fertilizante…).
En el primero de los casos, se pudo mejorar la UD en el 90 % de las máquinas tan sólo con la reducción del régimen de giro de los platos. Para el caso de la distribución “tipo M”, se mejoró notablemente la calidad del trabajo al alargar las aletas y trabajar sobre el punto de caída del insumo sobre los platos. En el tercer tipo mencionado (tipo W), también se trabajó sobre el régimen de giro de los platos y sobre las aletas, pero, en este caso, se acortaron y fue más sencillo en aquellos platos con sólo dos aletas. Una conclusión importante que destacan los autores, producto de las pruebas a campo, es que la superposición entre pasadas no es suficiente para mejorar la UD cuando el coeficiente de variación es realmente alto.
CÁLCULO SENCILLO
Normalmente, el cálculo del desvío estándar es algo complejo de realizar, ya que se trata de un parámetro estadístico. Dada la importancia que representa para la distribución de semillas, el Grupo de Mecanización Agrícola (GMA) de la EEA Concepción del Uruguay ha desarrollado un método simplificado de cálculo que se ajusta muy bien al real.
Requiere reconocer los cuatro valores más extremos de distanciamiento, los dos máximos y los dos mínimos. Se suman por pares: los dos máximos entre sí y los dos mínimos entre sí, y a la diferencia entre dichos parciales se la divide por 5.
El resultado queda expresado en centímetros. El valor máximo recomendado por el GMA es de 5 centímetros, a efectos de no tener diferencias significativas en el rendimiento.