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UN VASO MEDIO VACÍO
Ha mejorado el trato, pero no cambia la visión de los gobernantes convencidos, como otros, de que el agro es el lugar donde obtener recursos fácilmente. Todo indica que el productor no aceptará mansamente esta nueva exacción. Una historia parecida
Por CLAUDIO GIANNI REDACCIONCHACRA | cgianni@revistachacra.com.ar
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La Mesa de Enlace se reunió con el presidente de la Nación y el ministro de Agricultura. Buen trato pero escasos resultados.
Sobre el cierre de esta edición el Presidente de la República, Alberto Fernández, recibía a los integrantes de la Mesa de Enlace, con los nuevos números en materia de derechos de exportación (DEX) virtualmente definidos (se deduce 15% para trigo y maíz y 33% para la soja). En la reunión, las entidades pidieron que se deje sin efecto el incremental del 3% y reiteraron que es necesario reducirles la carga a los productores más chicos, con suerte hasta acá incierta.
Fue Luis Basterra, ministro de Agricultura de la Nación, quien llevó la voz cantante en la conferencia que siguió al encuentro. El funcionario habló de un canal de diálogo y de trabajo conjunto para evaluar el impacto de las medidas que se están tomando. “Alberto Fernández reiteró que el campo es un socio fundamental –enfatizó el ministro-. Reconoce que las retenciones deberían discontinuarse ya que no conforman un elemento deseable para el funcionamiento de una economía. Lo que no puede es dar una respuesta inmediata al pedido de mantener el 12% sobre los cereales y el 30% sobre la soja; deberá analizarlo con el mayor detalle y siempre considerando la macroeconomía”.
Respecto de la llamada “segmentación de retenciones”, Basterra indicó que los agricultores familiares deben tener un tratamiento diferencial, algo que no siempre resultó como se planeó. Hay una propuesta de Federación Agraria que el Gobierno se compromete a estudiar y cuando tenga decidido qué hacer lo va a conversar antes con las entidades. En este punto el ministro hizo referencia a la equidad social y territorial, y apuntó a pequeños productores y cooperativas.
Uno de los temas más importantes tampoco tenía resolución definitiva a fines de diciembre pasado: la distancia al puerto. El plus impositivo deja afuera a muchas zonas y resulta vital considerar la situación cuanto antes, y corregirla, claro.
No más Las entidades destacaron como trasfondo la necesidad de un sistema tributario equitativo en el cual las retenciones no existan. Incluso se pidió una fecha de finalización para la aplicación del cuestionado gravamen. Es otro tema que Fernández prometió analizar, aunque está claro que no es una medida que vaya a ejecutarse en el corto o mediano plazo. “Originalmente se pensó en un 35% para la soja y se ha hecho un gran esfuerzo ajustando otros impuestos para no superar el 33%”, indicó Basterra como para dejar sentado que será difícil eliminar el incremento de 3 puntos por sobre lo que el Gobierno considera “una adecuación de las retenciones del gobierno de Macri”.
El daño es concreto Los datos indican que desde 2002 el campo aportó en términos de derechos de exportación, impuestos vaLos riesgos de volver a desestabilizar el sistema son concretos. La reacción defensiva puede llevar a imponer la siembra de soja por sobre la de los cereales.
rios, desajustes ficticios de precios y otras bellezas por el estilo, entre u$s 170 y 180 mil millones. De acuerdo con referencias de la OCDE difundidas por la Bolsa de Comercio de Rosario, el balance entre aportes al
Estado y soporte oficial al productor argentino arrojó en 2018 un saldo negativo de u$s 9.200 millones, mientras que en Brasil y Australia el resultado fue positivo: u$s 2.292 millones y u$s 1.095 millones, respectivamente. El escenario es mucho más complicado si se considera que la contraparte de semejante aporte es muy pobre en materia de servicios e infraestructura Mientras tanto, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires empieza a estimar los daños. Calcula en principio que el aumento de DEX en maíz, trigo y girasol reducirá la superficie sembrada en unas 845 mil hectáreas la próxima campaña. Traducido en volumen, la cosecha podría caer en 4,2 millones de toneladas: el 75 por ciento de esta baja obedecería a una menor área implantada mientras que el resto se explicaría por menores rindes ya que se estima que, además del achique de la siembra, los productores reducirán la inversión en tecnología, como el uso de fertilizantes. POLÍTICA TRIBUTARIA | COYUNTURA
Productores reuniéndose en distintos puntos del país para solicitar que se revean las medidas tomadas recientemente por el Gobierno.
El dirigente Néstor Roulet también calculó cómo impactan las nuevas retenciones sobre la rentabilidad de la soja, en función de cómo se repartirán los dólares de una hectárea de la oleaginosa de la campaña 2019/20, una vez que entre en vigencia la Ley de Emergencia Económica aprobada por las Legislaturas. Se tomó como base un productor que siembra soja en campo propio, de quinientas hectáreas y a una distancia de 280 km al puerto.
Este productor recibe por hectárea u$s 798 de los u$s 1.225 que vale realmente su cosecha. Descontados los costos le quedan unos u$s/ha 218, sobre lo cual deberá pagar u$s 250 en concepto de otros impuestos. Su resultado es claramente negativo. Por último, la Bolsa de Cereales de Córdoba estimó que en el caso de la soja los ingresos del productor se dividirían entre los costos de producción (63%) e impuestos (35%), y sólo quedaría el 2% como saldo. Para el maíz, el 77% de los ingresos es para cubrir los costos de producción, el 19% para impuestos y el 4% corresponde a ganancias. La entidad cree asimismo que la soja avanzará sobre el maíz, deteriorando la sustentabilidad del sistema.
Esto también
Las tribulaciones del productor no terminan acá. Mientras cerrábamos esta edición la legislatura bonaerense peleaba a brazo partido contra un impuestazo (un piso de 15% y un techo de 75%) propuesto por el gobernador Kicillof. El inmobiliario rural no sólo está amenazado en la provincia de Buenos Aires sino que las gobernaciones de Córdoba y Santa Fe van asimismo por una suba estratosférica de esta gabela.
El último detalle dentro de este cóctel nada amigable deviene de la multiplicidad de tipos de cambio. Desde luego el menos favorecido corresponde a las actividades del campo, que pierde entre la venta de su producto y la compra del insumo. Nobleza obliga, y más allá de que probablemente no se tomen medidas a favor de la producción, cabe reconocer que el trato ha cambiado. Las entidades rescataron la vocación de esta mesa de diálogo, que en otras épocas no han tenido. Las soluciones no serán inmediatas, y quizás no lleguen nunca. Queda como consuelo un cambio de actitud, al menos en las formas. Ya no se escuchan argumentos descalificatorios. No se habla de “el yuyo” ni de los “piquetes de la abundancia”. No hay referencias a “ellos o nosotros” ni monólogos agraviantes por parte de la máxima autoridad.
Desde luego, con esto no alcanza. No sorprende que al momento de entregar esta nota cientos de productores se movilizarán dispuestos a resistir. No se puede meter la mano una y otra vez en la misma alcancía de siempre.
ANTECEDENTES
Vale recordar que las retenciones al campo se reinstalaron en 2002 con el expresidente Eduardo Duhalde. En su momento fueron anunciadas como de «emergencia» para paliar la crisis social, pero llegaron para quedarse, es decir, no sólo no se eliminaron sino que con el tiempo se fueron incrementando, hasta llegar a intentar convertirlas en móviles con la Resolución 125. Hay que decir además que durante el gobierno kirchnerista también se aplicó una política de cuotificación de las exportaciones que afectó al trigo y el maíz.
En diciembre de 2015 Macri eliminó los DEX para trigo y maíz, que tenían 23 y 20% de alícuota, y redujo de 35 a 30% el gravamen para la soja. En septiembre de 2018 la soja quedó con un fijo de 18% más $4 por dólar exportado. Este último sistema de $4 por dólar también se aplicó para trigo y maíz, entre otros productos.
IMPACTO GLOBAL
La suba de DEX en la Argentina es objeto de seguimiento de parte de traders e inversores. En el Primer Mundo están convencidos de que va a perjudicar la producción y exportaciones de soja, maíz y trigo, entre otros. La Argentina se había convertido en un gran jugador global para estos granos y su “caída en desgracia” aporta sostén a los precios en Chicago. Más acá, la ministra de Agricultura de Brasil, Tereza Cristina, pidió por el trigo argentino. Sabe que los excesos en la aplicación de DEX terminan en menor producción y precios que acaban recalentándose. Y no quiere que su país tenga que pagar más caro este grano que tanto necesita.