Frida y Diego Fotografías de Leo Matiz en exclusiva para Uruguay 13 DICIEMBRE 2015 - 8 ENERO 2016
Leo Matiz © Alejandra Matiz
Frida y Diego Fotografías de Leo Matiz en exclusiva para Uruguay SABADO 12 DICIEMBRE 2015: PREMIERE DE LA EXPOSICIÓN Y DE “APERITIVO ITALIANO” LUNES 28 DICIEMBRE 2015: “NOCHE DE FRIDA” De 20.00 a 22.00 Degustación Bodega Garzón y proyección de la película “Frida”, 2002 dirigida por Julie Taymor EXPOSICIÓN: 13 DICIEMBRE 2015 – 8 ENERO 2016 Todos los días 11.30 – 13.30 | 17.30 – 21.30 APERITIVO ITALIANO Todos los días 19.00 – 21.00
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Frida y Diego Fotografías de Leo Matiz Photology tiene el agrado de presentar en su galería de Garzón (Uruguay) la nueva exposición “Frida y Diego. Fotografías de Leo Matiz”, realizada con el trabajo colaborativo de la Fundación Leo Matiz. En la exposición, dedicada a la histórica relación entre Frida Kahlo y Diego Rivera, serán expuestas por primera vez seis fotografías inéditas de gran formato, pintadas a mano por el artista mexicano Enrique Valderrama Flores. La exposición consta de una selección de alrededor de 40 fotografías – plata-gelatina y platinotipias - realizadas por Leo Matiz en Coyoacán, México, entre 1940 y 1943, todas certificadas por la Fundación Leo Matiz de la ciudad de México. Cuando Matiz llegó a México en 1940, Frida Kahlo y Diego Rivera ya habían consolidado aquella aura de fascinación y sugestión que hoy todavía acompaña su recuerdo. Matiz entabló con los dos artistas una sincera relación de amistad, y por eso muchas veces fue invitado a su residencia. El fotógrafo, con su ojo atento y sensible, provisto de su inseparable Rolleiflex, inmortalizó escenas sencillas pero inolvidables de Frida y Diego en su “Casa Azul” y en otros momentos de su vida cotidiana. Las imágenes de Leo Matiz nos muestran el idilio de amor, entre vida y desesperación, entre belleza y enlace con el folklore popular de su propia tierra. La novedad de la temporada 2015-2016 es representada por la iniciativa APERITIVO ITALIANO, destinada a enriquecer la experiencia de los visitantes a través de la promoción de las excelencias italianas.
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“La unión de un elefante y una paloma” En el año 1940, Frida Kahlo compró dos relojes de cerámica, en los cuales la posición de las manecillas variaba de una medida mínima para significar que las horas entre la separación de Rivera, anotada en uno de los relojes, y el nuevo matrimonio, anotado en el otro reloj, eran horas perdidas. Los relojes de la existencias de Frida y Diego salieron con veinte años de distancia el uno de otro. Frida nació en 1907, aunque amaba decir que su año de nacimiento fue el de 1910, porque sentía profundamente que era hija de la revolución mexicana de ese año y, por lo tanto, del nacimiento del México moderno. Su infancia transcurrió en Coyoacán con sus hermanas y sus padres, Guillermo Kahlo (1871-1941), un fotógrafo nacido en Alemania, y Matilde Calderón y González, una acomodada mexicana de origen hispánico – amerindo. Diego, en cambio, nació en Guanajuato el día 8 de diciembre de 1886. A partir de 1896 empezó a frecuentar clases nocturnas en la Academia de San Carlos en la ciudad de México; en 1905 recibió una beca del Ministro de Educación, Justo Sierra, y en 1907 una más del Gobernador de Veracruz, las cuales le permitieron ir a España y entrar a la escuela de Eduardo Chicharro en Madrid. Sus vidas transcurrieron paralelas hasta que se cruzaron por la primera vez en la escuela de Frida, en ocasión de la ejecución del mural Creación de Diego, realizado entre el 1921 y el 1923. Frida, a pesar de encontrarse ya influida hacia el arte por su padre, fue inicialmente impulsada por sus ganas de hacerse médico, y se inscribió entonces en la Escuela Nacional Preparatoria, donde se juntó al grupo rebelde de Los Cachuchas, estudiantes que apoyaban al nacional-socialismo y que tomaron su denominación por la gorra que utilizaban como signo distintivo. A Frida le gustaba rebelarse contra las convenciones sociales, al igual que sus amigos; se rapó el cabello y se rehusó a llevar el corsé. La determinación y la vivacidad que la caracterizaban fueron menoscabadas, aunque no destruidas, el de 17 de septiembre de 1925, cuando el colectivo donde viajaba colisionó con un tranvía. Frida arriesgó la muerte. La columna vertebral se quebró en tres puntos. Dos costillas, un hombro y la pierna izquierda se fracturaron. “Perdí mi virginidad en aquel accidente” dijo ironicamente Frida, al referirse al pasamanos del colectivo que se había clavado en su pelvis. Siguieron una extenuante serie de operaciones y una muy larga internación en la cama con dosel, al cual los padres decidieron aplicar un espejo que representó para Frida la posibilidad de hacer de la pintura la razón de su existencia. Su cuerpo reflejado e inmóvil se hizo el primer modelo para la sucesiva numerosa serie de autorretratos que caracteriza su producción artistica. Diego, mientras tanto, ya tenía un matrimonio y dos hijas por detrás. Dos años después del accidente y cuatro después de su primer encuentro, Frida se presentó ante el artista para pedir su opinión acerca de los cuadros que, en gran cantidad, había producido durante los largos meses de hospitalización. La relación de recíproca estima se volvió muy pronto en la que es considerada una de las historias de amor más pasionales y controvertidas del siglo. Se casaron en 1929, no sin despertar polémicas; la madre de Frida parangonó esa unión a la de una paloma y un elefante; él tenía el doble de sus años, de su peso y de sus experiencias sentimentales. Frida hizo de Rivera el centro de su existencia, y fue correspondida con la misma pasión, pero al mismo tiempo con una serie interminable de traiciones amororsas.
“Tuve dos graves accidentes en mi vida. El primero fue un tranvia, el segundo fue Diego”
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“El arte de Frida es como una cinta alrededor de una bomba”
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Descubrieron juntos América, viajando desde San Francisco a New York por su trabajo y alimentando de esta manera la identidad artistica de ella. En Detroit, Frida padeció el enésimo aborto que le inspiró la pintura autobiográfica “Henry Ford Hospital”, donde se ve a una Frida sangrienta que expresa todo su dolor por la
imposibilidad de tener hijos. Las continuas traiciones de Diego, cometidas hasta con la hermana menor de Frida, desgastaron la relación y llevaron al divorcio, el cual occurrió en 1939. Frida también inició el mismo juego del marido, rodeándose de muchas destacadas personalidades de la escena artística y política, como Tina Modotti, Emmy Lou Packard, Giorgia O’Keeffe, Nickolas Muray, Lev Trockij, con el cual estableció relaciones de amistad que a menudo se entrelazaban con las amorosas. Rivera volvió con Frida tras un año: a pesar de las traiciones no había dejado de amarla. Le propuso un nuevo matrimonio que ella aceptó con muchas reservas, dado que había quedado fuertemente decepcionada por la infidelidad del marido. Se casaron de nuevo en el 1940 en San Francisco. De él había asimilado un estilo naïf, que la llevó a pintar pequeños autorretratos inspirados en el arte popular y las tradiciones precolombinas. Su intención era, al recurrir a sujetos sacados de las civilizaciones nativas, afirmar su propia identidad mexicana. En el autorretrato Diego y yo (1949) Frida llora, enmarcada de una melena de cabellos negros. En su cabeza, encima de su espesas cejas que caracterizan su imagen de todos conocida, está Diego: su pensamiento fijo, su amor y su verdugo. El dolor de Frida, que se había vuelto insoportable, llevó a los médicos a la amputación de una pierna; se trató de otro trauma que echó a la pintora hacia una profunda depresión. La vida de Frida terminó en 1954, a consecuencia de una pulmonía. Diego, un año después, se casó con Hemma Hurtado, su agente; pero al morir, tres años después, expresó el deseo de que sus cenizas fueran puestas a lado de las del único y verdadero amor de su vida. No fue atendido. Fue sepultado a la manera de los hombre ilustres, en la Rotonda del Panteón de Dolores de la ciudad de México. Las cenizas de Frida, en cambio, hoy descansan en su “casa azul”, teatro de su pasional y conflictual amor, que se convirtió en el Museo Frida Kahlo.
“Espero feliz la salida, espero no volver jamás”
Leo Matiz © Alejandra Matiz
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LEO MATIZ-BIOGRAFÍA Leo Matiz es considerado uno de los más versátiles y originales fotógrafos de la generación de fotoreporteros que renovó la escena artística de los primeros años del siglo XX en América Latina, Estados Unidos y Europa. Nació en 1917 en Colombia, en el pueblo de Aracataca - la mágica Macondo de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez - donde la lozanía del paisaje tropical contrastaba con el modesto vivir de los habitantes cultivadores de bananos. La adolescencia de Matiz transcurrió en Bogotá, a donde viajó para trabajar en el diario El Tiempo. Ahí empezó a frecuentar el ambiente de los bares bohemios, lugares de encuentro de historietistas y pintores. Bajo el consejo de Enrique Santos Molano “Calibano” - abuelo del actual presidente de Colombia - Matiz se acercó a la fotografía y con el paso del tiempo se construyó una reputación de fotoreportero apasionado y sensible, inmortalizando a los personajes capturados por el lentede su Rolleiflex. Fotógrafo apasionado e incansable, casi obsesionado por la búsqueda de la perfección en su misión de periodista, Matiz viajó por los cinco continentes y también logró llevar su talento de fotógrafo comprometido a los campos del cine y de la fotografía publicitaria. Fue caricaturista, editor y galerista; exibió por la primera vez, en 1952, al pintor Fernando Botero en la Galería de Arte Leo Matiz. Durante su estancia en México entre 1940 y 1948, conoció y fotografíó a la pintora Frida Kahlo y a su esposo Diego Rivera en Coyoacán, barrio de la ciudad de México donde habitó la pintora desde su niñez. Matiz realizó muchos retratos de celebridades del campo del arte y del cine de su tiempo; retratos que revelan sinceridad, fascinación y profunda penetración sociológica. Para indicar algunos de ellos: Ester Williams, Janice Logan, David Alfaro Siqueiros, Agustín Lara, Gabriel Figueroa, José Clemente Orozco, Mario Moreno, Marc Chagall, Dolores del Rio y Pablo Neruda, entre muchos otros. La historia lo llevó también a París, para documentar la liberación del régimen nazi el 24 de agosto del 1944; Matiz se hundió en las atmósferas nocturnas y vibrantes de la ciudad liberada, en la estela de fotógrafos como Doisneau y Brassai, narradores inolvidables de la Europa de entre guerras. De esta manera, viajando desde un país a otro, la vida azarosa de Leo Matiz recibió el reconocimiento de Chevalier des Arts et des Lettres del gobierno francés en 1995, y en 1997 el “Filo d’Argento” en Florencia. En 1998 se creó la Fundación Leo Matiz en Santa Fe de Bogotá, con la voluntad de llevar adelante la herencia artística del fotógrafo en colaboración con su hija Alejandra, especializada en la restauración del arte y quien vivió en Milán por más de veinte años. Matiz falleció en Bogotá el 24 de octubre de 1998, y es reconocido hoy en día como una de las figuras más importantes de la fotografía del siglo XX.
ENRIQUE VALDERRAMA FLORES-BIOGRAFÍA Enrique Valderrama Flores nació en 1968 en la Ciudad de Mexico. Comenzó cuando era un adolecente a tomar clases de pintura y caricatura y despues engresó al a licenciatura en artes visuales de la Universidad Nacional Autonoma de Mexico. En 1992 comenzó a impartir clases de pintura para adultos, pintura artistica, pintura al oleo y acuarela. Actualmente es maestro de tecnicas de pintura artistica en la Casa de Cultura de Tlalpan y tiene taller particular en la Colonia Isidro Fabela, Tlalpan. Desde muy joven participió en muchas exposiciones colectivas y individuales. Para mencionar las más recientes: 2011 – Exposición pictorica “Uniendo Sentimientos” en la prestigiada galeria espacia ubicada en calzada de las Aguilas #669 2012 – Exposición pictorica “Pinceladas de Expresión” en la Casa Frissac Centro de Tlalpan 2013 – Exposición pictorica “Todos somos todo” Galeria “Matiz” Polanco
En colaboraci贸n con La Fundaci贸n Leo Matiz
APERITIVO ITALIANO YA ! EN GARZON, URUGUAY
Photology tiene el agrado de presentar APERITIVO ITALIANO. Con esta nueva iniciativa, además de la Galería y de Art Bookshop, Photology Garzón se enriquece de una nueva actividad relacionada con la excelencia italiana del Food & Wine. Para la temporada 2015-2016, APERITIVO ITALIANO tiene el objetivo de introducir en el territorio turístico que circunda y abarca Punta del Este un nuevo toque de clase europeo para compartir lo mejor de la producción vinícola local y algunos clásicos productos alimentarios italianos. El espacio de exposición de Photology en Garzón se encuentra en un área geográfica de producciones agroalimentarias. Es un pequeño oasis exclusivo de paz y tranquilidad, el encantador jardín de la galería representa el contexto ideal para consultar libros de arte y, naturalmente, para disfrutar de un aperitivo. Todos los días desde las 7 hasta las 9 de la tarde se podrán degustar vinos locales DOC acompañados por fiambres de origen italiano: jamones, quesos y tigelle (una suerte de fugazeta característica del área boloñesa). Huéspedes y visitantes podrán relajarse en el espacio exterior de Photology degustando el vino y hojeando los numerosos catálogos y libros disponibles. El equipo de colaboradores de Photology atenderá a los visitantes en el espacio de la exposición durante el tiempo de la degustación.