EL AGUA SIRENA
Érase una vez una sirena llamada Maika, mitad pez y mitad mujer, como todas las sirenas. A Maika le encantaba nadar por el fondo del mar, tocando la arena, buscando tesoros perdidos y barcos hundidos. Un día, estando tumbada en la orilla de una playa jugando con las conchas que había encontrado esa misma mañana, escuchó la voz de un hombre pidiendo ayuda. Al principio, no sabía de donde venía la voz pero tras unos segundos se dio cuenta de que venía del agua, un hombre se estaba ahogando. Maika regresó al mar y nadó tan rápido como pudo hacia él. Al llegar, lo sujetó y lo devolvió a la arena. Entonces, el hombre volvió a abrir los ojos y se quedó muy sorprendido al ver a una sirena de verdad. • Hola. Soy Eric. Gracias por ayudarme, mi barco se ha hundidoexplicó el marinero. • De nada. Me llamo Maika, ¿necesitas que te ayude a volver a casa?preguntó Maika • Sí. El problema es que no sé nadar y no podré volver a casa- dijo él. Maika cogió una de las conchas que había dejado en la arena y se la dio al marinero . Toma. Es una concha mágica. Te ayudará a nadar- dijo la sirena . ¡ Vaya! Gracias- le respondió Eric. Ambos empezaron a nadar hasta llegar al barco hundido. A la inteligente Maika se le ocurrió una idea. . Quédate aquí- le dijo al amarinero
Nadó por el fondo del mar hasta una isla cercana y se reunió con sus amigas. Entre todas acordaron reparar al barco para que Eric regresara a casa. Volvieron al lugar donde se encontraba el marinero. Bajaron a hasta el fondo y vieron que el barco tenía un golpe lateral. Las sirenas juntaron su magia y repararon el barco, que ascendió hasta la superficie con una elegancia que sorprendió tanto al marinero como a las sirenas
- ¡Muchísimas gracias a todas! agradeció el marinero. Las sirenas sonrieron y se marcharon. Maika se quedó para despedir a Eric. El joven le regaló su collar de conchas y la sirena le permitió quedarse con la concha mágica. La sirena, acariciando su nuevo collar, vio alejarse en la distancia al barco