efímera marina aperribay
&
karina pinto
Efímera es un proyecto desarrollado en el Máster de Ingeniería en Diseño Industrial de Elisava con un enfoque Critical Food Design. El proyecto consiste en desarrollar un material textil creado a partir de desechos orgánicos de la industria agro-alimentaria. El enfoque critical food design, responde a problemáticas emergentes como el impacto ambiental de los desechos agro-alimentarios y la responsabilidad industrial ante este hecho. Para este análisis crítico el proyecto se centra en los residuos lácteos como Material Waste y la exploración de distintas recetas y técnicas para la obtención de una fibra textil como Material Target, con objetivos tales
como la sostenibilidad, el cuidado, la nutrición de la piel y por sobre todo su biodegradabilidad, compostabilidad y el tiempo del material en virtud de una industria textil que apunta a la moda “desechable” de temporada. Además esta exploración busca relevar el valor de la experimentación científica liderada por mujeres, en donde la cultura del “cuidado” es transversal, tanto para el usuario como para el medioambiente, todo esto en contraposición con la tradición industrial. El proyecto fue invitado a participar del Food Design Fest edición 2021, como uno de los proyectos destacados del área “Academy and Research” de Elisava.
Se experimentó con diferentes residuos orgánicos, todos ellos significan un gran impacto para el medioambiente, el objetivo era diseñar un DiY material compostable que alineado con los criterios biomateriales del Food Design. Además bajo el enfoque Critical Design es que el proyecto también recoge ciertas causas sociales, en las que impactan nuestras decisiones de consumo y alimentación, causas que median nuestro ideal regulativo como diseñadoras y profesionales. 1. Demanda industrial y consumo El modelo económico actual ha incentivado la sobre explotación de los “recursos naturales”, siendo una de las principales causantes del deterioro medioambiental. Entonces es que se desarrolló un material teniendo en cuenta la relación ética entre su tiempo de ciclo de vida como materia, su vida útil y su degradación. 2. Explotación de recursos ajenos La materia prima del material a generar esta compuesta por un desecho orgánico abundante y
local, evitando así la extracción de un producto escaso y por ende la estimulación de la explotación de otros territorios. Además este factor permite la producción de un material más económico y, por lo tanto, reducir el coste del producto final. 3. Democratización e información Al ser un material que se desarrolla bajo los lineamientos del DiY estamos desafiando la lógica tradicional de la producción industrial, en donde si bien siempre podrá escalarse a nivel industrial, el objetivo principal del proceso es poder democratizar el conocimiento y visibilizar un camino subyacente al mercado tradicional mediante procedimientos desarrollables en una cocina convencional. Estos criterios influyen directamente en las cadenas de valor a nivel industrial, comercial y económica, pero también generan gran impacto en nuestra identidad como sociedad, definiendo en parte nuestra cultura.
Foto de Michael Burrows en Pexels
“Alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia desde la granja hasta la mesa... La pérdida y el desperdicio de alimentos causa alrededor de 940.000 millones de dólares al año en pérdidas económicas, agrava la inseguridad alimentaria y la malnutrición. Y los alimentos que finalmente se pierden o se desperdician consumen alrededor de una cuarta parte de toda el agua utilizada por la agricultura, requieren una superficie de tierra del tamaño de China y son responsables de aproximadamente el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero” *Ministry of Agriculture, Nature and Food Quality of the Netherlands, SDG 12.3, FLI-FWI, FAO, UN.
En virtud del cambio de paradigma sobre la gestión de residuos, los diseñadores y consumidores debemos tomar conciencia sobre el consumo responsable y el aprovechamiento de los recursos. En base a este mismo principio, el proyecto se enfoca en la implementación de diseño y economía circular de dichos recursos en base a la estrategia del Food Design, poniendo énfasis en el vínculo que existe entre la materialidad de los objetos que desarrollamos, su temporalidad como productos de consumo y el impacto material medioambiental.
Según el informe de World Resources Institute de 2017 una de las etapas de mayor desperdicio de leche ocurre es durante su pasteurización y su porcentaje es aún más elevado en países en vía de desarrollo. Pero al analizar el desecho con origen en el consumidor, tenemos que el fenómeno se invierte, siendo los países desarrollados quienes más desechan alimentos a nivel mundial.
En base a los objetivos trazados para el proyecto es que decidimos enfocarnos en los desperdicios de la industria láctea, los desechos generados durante la producción de leche, principalmente debido a su fosfoproteína Caseína y sus propiedades físicas.
Según un artículo certificado del blog Too Good To Go International donde se analiza el Informe Anual de Consumo Alimentario de España 2017, la leche se encuentra entre los tres alimentos más desperdiciados a nivel doméstico y comercial, siendo desperdiciadas 140.600 toneladas anualmente.
De acuerdo al informe WRI, de 1.3 billones de toneladas de alimentos desperdiciados la leche representa el 8%, lo que significa que anualmente a nivel mundial se desperdician 104.000.000 toneladas de leche.
La caseína es un conjunto de proteínas de la leche y algunos derivados, el método de extracción consiste en una reacción química de alteración del pH de la leche, posterior filtrado y secado para obtener un material arenoso heterogéneo. Sus propiedades más tradicionales en la industria son: • Envoltura: Películas / Adherencia • Adhesivo: Adhesión / Resistencia al agua • Plástico: Resistencia mecánica • Surfactante: Tensión superficial
en Europa en la década del 30’s. En ambos casos su producción consistía en dar forma mediante moldes y/o presión y un posterior baño de formaldehído, este último entregaba propiedades como endurecimiento, resistencia a la abrasión, mejora en la pigmentación y evitar su degradación. Con el paso de los años fue reemplazada por plásticos y fibras inorgánicas más económicos y posteriormente se descubrió que el formaldehído era una solución altamente cancerígena.
Las primeras aplicaciones industriales materiales de la caseína fueron la Galatita y el Lanital. La Galatita fue uno de los plásticos más usados durante inicios del siglo XX, sus primeras aplicaciones fueron en la joyería, mientras que el Lanital es una fibra plástica cuyo mayor apogeo se dio
Tradicionalmente la industria se ha esforzado por obtener un material plástico a base de caseína mediante la adición de químicos que potencian sus propiedades, pero que por otra parte postergan o hasta inhabilitan su biodegradabilidad y por ende su relación con el medio ambiente. Imágenes Lanital® , Italia 1930’s
caseína
agua Consumo 7.900.000 m2/año 20% contaminación industrial ¹/3 acumulación micro plásticos.
co
2
4000-5000 millones de toneladas / año.
desecho 92.000 toneladas / año
“La industria de la moda produce anualmente entre 4.000 y 5.000 millones de toneladas de CO₂, lo que representa entre el 8% y el 10% de las emisiones globales de este gas. Su consumo de agua es aproximadamente de 7.900.000 metros cúbicos anuales. Es responsable del 20% de la contaminación industrial de agua, por tratamiento textil y tintado. Contribuye en un tercio a la acumulación de micro plásticos en los océanos, con una cantidad anual de 190.000 toneladas. También genera unos desechos textiles (incluida ropa que no se llega a vender) de más de 92.000 toneladas anuales, parte importante de las cuales termina en vertederos o es incinerada.” * La industria de la moda, Nature Reviews Earth & Environment en 2020.
Paralelamente y en relación a una práctica de consumo rápido y devaluado es que el objetivo material pretende ser una aportación respecto a la industria de la moda y su temporalidad. Durante las últimas décadas, la industria de la moda se ha caracterizado por promover el “fast fashion”, una producción constante y desmedida de ropa a “bajo costo”, siendo bajo nuestra perspectiva un concepto errado, ya que dicho “bajo costo” es analizado sólo desde una perspectiva económica empresarial, pero ese costo es finalmente alto si lo vemos desde la perspectiva ética respecto a las prácticas laborales y es aun peor si lo vemos desde el punto de vista medioambiental.
Ante el agotamiento de los recursos naturales y las graves consecuencias de la crisis climática, debemos tomar conciencia y actuar. Es momento de revaluar la cultura de la moda y de los textiles, por lo que debemos intervenir e invertir en un cambio social, aplicando nuestro conocimiento con el objetivo de ofrecer un material sostenible, que a su vez propone un cambio de paradigma en la industria de la moda y su consumo. El presente proyecto muestra las posibilidades del desarrollo de un método para convertir los desechos lácteos en fibra textil, sin necesidad de disolventes químicos y mediante procesos DiY que se pueden realizar en una cocina doméstica.
El objetivo de la experimentación era obtener una fibra textil que responda a los desafíos planteados de sostenibilidad e implementar el método científico como herramienta de para la escalabilidad industrial del material. Tras este proceso es que obtuvimos un material a base de caseína, cuyas características y propiedades responden a estos desafíos. Es un material biodegradable y compostable, en relación al uso del material, este tiene una vida útil aproximada de 10 días en función de sus propiedades textiles, y una degradabilidad
aproximada de 28, aún así, estos resultados son obtenidos mediante la fabricación DiY por lo que se proyecta que mediante procesos industriales es posible lograr una mayor duración y estandarización de estas características y propiedades. En cuanto al cuidado cada uno de los componentes utilizados es considerado un elemento de nutrición de la piel, junto con sus propiedades bio matéricas de su ciclo de vida, consideramos que se cumple con los requerimientos de cuidado transversal, tanto como para el usuario como para el medioambiente.
experimentación
El proceso de experimentación consistió en una primera instancia en conseguir la mezcla y proporciones de los componentes de acuerdo a los requerimientos. De esa primera etapa se consiguieron 3 recetas que nos permitieron comenzar con la experimentación para la obtención de una fibra. Así entonces continuamos con la variación de espesor para medir y analizar el tiempo de secado, sus propiedades y tiempo de descomposición para cada una de las muestras. Simultáneamente se experimentó con técnicas DiY para la obtención de una fibra, tales como extrusión estiramiento, entre otras.
Finalmente una de las muestras nos permitió obtener una película muy delgada y de este modo, poder fabricar fibras cortas mediante técnicas DiY, con estas fibras pudimos fabricar un hilo trenzado.
El presente proyecto nos permite cuestionar la real incidencia de nuestras decisiones como diseñadoras, la selección de un material, la proyección de procesos y productos respecto a sus implicancias medioambientales y socio-culturales mediadas por los patrones de producción y consumo.
Por sobre todo hemos considerado como las estrategias de comunicación a la hora de desarrollar un proyecto, pueden transmitir un discurso y por sobre todo los lineamientos de nuestros ideales regulativos, nuestra ética interna y nuestro objetivo como profesionales.
Waste is a design error y ya es momento de hacernos responsables.
contacto marina.aperribay@gmail.com karina.pinto.p@gmail.com