Los Desastres No Son Naturales.
Nuestro propósito central aquí es establecer los principios básicos de la mitigación 'popular' y diseñar programas facilitadores. Estos principios deberían permitir que las organizaciones que están comprometidas en el trabajo con poblaciones de base puedan diseñar sus propios programas de acuerdo a la cultura, necesidades y riesgos locales. En este sentido, si el documento contribuye a una reflexión más profunda sobre el significado de la mitigación para esa gran mayoría de población en América Latina vulnerable a sufrir desastres y si como resultado más personas y organizaciones deciden impulsar procesos de mitigación en sus propios contextos, entonces habrá logrado por lo menos parcialmente sus propósitos. Desastres y Vulnerabilidad En 1845 cuando Federico Engels a la edad de 24 años escribió su libro sobre la vulnerabilidad de la clase obrera en Inglaterra (Engels 1845), estaba redactando, a lo mejor sin tener plena conciencia de ello, un primer texto sobre la vulnerabilidad a desastre. No sólo realizó un análisis completo y multifacético del desastre 'cotidiano' enfrentado por poblaciones de bajos ingresos en un país que en ese entonces se encontraba en pleno proceso de industrialización sino que postuló además una serie de relaciones entre desarrollo, sociedad y desastre. Ciento cuarenta años después, cuando Engels y sus escritos no están precisamente de moda en círculos académicos o políticos, encontramos que una parte importante del análisis realizado en esa primera obra mantiene su vigencia, sobre todo cuando se le da una relectura en países que también están experimentando todos los problemas de transición entre una sociedad rural y una urbana y entre la producción artesanal y la industrial. En América Latina la relación entre procesos sociales, vulnerabilidad y desastre sigue sin explicitarse adecuadamente y en definitiva no está tomando en cuenta o dando importancia necesaria a la gran mayoría de programas de mitigación a nivel regional. Hay un importante bagaje de estudios antropológicos, no necesariamente ligados al campo académico del estudio social de los desastres, llevado a cabo en sociedades y regiones bastante diferentes que demuestran cómo en sociedades rurales pre-industriales existe un proceso evolutivo de mecanismos de adaptación para mitigar el riesgo frente a diferentes amenazas y optimizar el uso de recursos escasos. Por ejemplo, en Cuyocuyo, una comunidad en los Andes peruanos (Caminos 1976), se cultiva simultáneamente pequeñas parcelas de tierra en una variedad de pisos altitudinales y zonas ecológicas para poder aprovechar al máximo las oportunidades generalmente adversas y siempre limitadas ofrecidas por los suelos y para garantizar la continuidad de la producción de alimentos frente a amenazas naturales como sequías, inundaciones y plagas. Similarmente en Tonga, en el Pacífico (Hurrell 1984), la diversificación en la producción de alimentos y dieta y el desarrollo de una capacidad local de auto y mutua suficiencia han sido identificados como una respuesta tradicional y un mecanismo de mitigación frente a los ciclones tropicales. En otras palabras, las relaciones de producción en estas sociedades adoptaban Red de Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina http://www.desenredando.org
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