Posteriormente el inkario mantiene la misma concepción cosmogónica tomando como centro Cusco (el ombligo del mundo en lengua kechwa) y cuadriculando al todo del Tawantinsuyo como Chinchaysuyo (norte), Antisuyo (este), Kollasuyo (sur) y Kuntisuyo (oeste). Para Inka, cada suyo estaba a su vez dividido en provincias o huamani presididas por una capital o hatun: Hatuncolla, Hatunjauja, Hatunsora, etc. Cada huamani se dividia en sayas o sectores: uno ‘arriba’ o hanansaya y otro ‘abajo’ o hurinsaya. Y cada saya comprendida un grupo variable de ayllus. Organización del Cosmos Y el mundo era entendido en planos, uno superior para Wiracocha y un inframundo donde impera Tio. Tan válido se mantiene este pensamiento, que aun hoy en día las etnias altiplánicas realizan sacrificios de llamas antes de abrir una veta para extraer mineral o previo perforar un pozo para construir un cimiento, de manera de así compensar la posible ofensa al «Tio». El espacio sagrado es común a muchas culturas. Hay varios tipos de espacios sagrados. Unos son los naturales como las montañas lugar donde se unen la tierra y el cielo. Otros son construidos por el hombre, como por ejemplo las catedrales. También pueden ser conjuntos edilicios, plazas, etc y generalmente representan el universo con sus distintas partes. El onfhalos como es obvio representa el centro. A veces también representan el lugar donde se creó el mundo . Y lugares donde se producen inicios y finales de ciclos. Por ejemplo, hay quien cree que en el Gólgota –donde supuestamente murió Jesús– está enterrada la calavera de Adán. A veces puede ser sagrada toda la ciudad, a veces sólo los lugares consagrados. En el lugar sagrado suele habitar el hombre sagrado (por ejemplo el pontífice –que significa puente, puente entre el hombre y Dios– o Reyes, sacerdotes, etc. En algunas culturas los lugares sagrados son lugares de amparo: no se puede derramar sangre humana en ellos (Grecia y Judea).
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