EL PATRÓN POBLACIONAL Y LAS VARIACIONES EN LA CERÁMICA
Los últimos años del Imperio de Tiwanaku son arqueológicamente confusos. Como primera medida se advierte una modificación importante del patrón de asentamientos. Albarracín Jordán-Mathews (1990) anotan una dispersión del mismo en perjuicio económico de la capital y en beneficio especial de pequeñas áreas sitas por encima de los 3900 metros. Es decir que se va produciendo un salto en el Modo a través de la intensificación de estrategias de subsistencia y una reorganización de la distribución poblacional. La base de la subsistencia depende ahora de territorios marginales, donde la capital tiene ya menos peso político. Prueba de ello, la cerámica Tiwanaku V –que Bennet denominara «decadente»–, comienza a tener variaciones entre aquella fabricada en la capital y la de las zonas rurales. El negro sobre anaranjado (o rojo) no está pulido en la zona rural, donde la preparación de la pasta muestra descuidos de manufactura. Las fallas en la cocción pueden deberse a la carencia de materia combustible para los hornos, es decir de época de dificultades económicas. Obsérvese la ilustración que sigue de la siguiente –y misma– pieza de manufactura rural donde se ve con claridad las variaciones de su atmósfera de cocción .
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