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7. Por doquier contra el chifatay

7. Por doquier contra el chifatay

Como se viene diciendo, la búsqueda de aniquilar el chifatay no parece haber sido una campaña exclusiva en el valle del Jequetepeque, de manera paralela sucedía por algunos otros lugares cercanos y lejanos.

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En el distrito de San Luis de Cañete, en sesión del 22 de setiembre de 1925 que se inició a las 8:30 p.m., el concejal Jorge Viacava dio el siguiente flamígero discurso (tono nada frecuente para quien revisa las actas ediles de muchas municipalidades):

hoy vengo serenamente pero con firmeza a denunciar un foco de inmundicia e infección moral y social en el centro del Pueblo y es la casa de juego, sostenida por una retahíla de asiáticos tal vez si degenerados de su país pero que aquí explotan con el juego prohibido terminantemente por nuestro gobierno; esa casa de juego debe salir de los linderos de la población en el plazo de veinticuatro horas por ser un centro corruptor de jóvenes, causa de miserias de muchos hogares cuyos jefes dejan el sudor de su trabajo. Pido que el Concejo me acompañe en esta ocasión pero si así no fuera, pido en mi nombre que se le pase un oficio a la autoridad correspondiente por orden jerárquico así hasta llegar a nuestro Presidente de la República para que se pulverice esa suciedad (aplausos en la barra)33 [sic].

Tal como tenía que ocurrir en el momento en que se trató esta propuesta, fue aprobada por todos los señores concejales de San Luis. Desconocemos lo que sucedió a continuación. De todas maneras era una opinión que formaba parte de un importante coro insistiendo en lo mismo y que convenía que se oyera en Lima.

Posiblemente pretendiendo hallar casos similares que ayudaran en su campaña contra la Rifa, La Unión dio a conocer en setiembre de 1929 una misiva que el Club Rotario había mandado a Eustaquio Silva, gobernador del Cercado de Chiclayo, en la que le informaban que en reciente reunión del Club se comentó elogiosamente su enérgica actitud al castigar con una fuerte multa a unos traficantes que expendían a unos menores boletos de la llamada Rifa China. Agregaba que todos los rotarios del Perú perseguían la supresión de este juego en la República pues «la Rifa China estaba llevando a todos los hogares al desorden, arrastraba en su vorágine a la niñez». Firmaba rotariamente Miranda, secretario34 .

Pocos meses antes de lo anterior y como parte de su demoledor campaña antichifatay La Unión ofreció una información sobre este juego chino en Chiclayo en la que aseguraba en el titular del artículo que «la charada ha vuelto loca a doña Gregoria Benavides de Allende. En la mañana de hoy se subió a los techos de [las casas de] su barrio, alarmando al vecindario. Quería suicidarse» y en uno de los párrafos de la información periodística indica que «Desde las cinco y media toda la vecindad comenzó a extrañarse de la actitud de la Benavides, quien al pasearse lloraba y deliraba, refiriéndose a la charada en sus frases incoherentes» a pesar de las débiles pruebas y de una manera un tanto forzada, la noticia concluye en que «lo que hablaba la enajenada prueba que no es sino una víctima más de ese desgraciado y perniciosos juego, que hay que reputarlo como una legítima calamidad social»35 .

33 Libro de actas (1915-1926) de sesiones del Concejo Distrital de San Luis de Cañete, sesión del 22 de setiembre de 1925. 34 La Unión, Pacasmayo, 24 de setiembre de 1929. 35 La Unión, Pacasmayo, 9 de octubre de 1929, año XVII, N.º 5329.

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