3 minute read

10. Explicaciones políticas japonesas en otro valle costeño

10.Explicaciones políticas japonesas en otro valle costeño

En el valle Huaral-Chancay, en la región de Lima y solo a 70 kilómetros de la capital, en las décadas 1920, 30 y parte del 40 fue muy importante la comunidad japonesa, tanto como empresas agrícolas como trabajadores de campo así como habitantes en los centros poblados de Huaral y Chancay.

Advertisement

Especial magnitud la tuvo Nikumatsu Okada, un japonés que llegó en el primer barco con 790 inmigrantes nipones el año 1899, que estuvieron destinados al trabajo agrícola de las grandes propiedades agrícolas costeñas, quienes debían trabajar durante cuatro años para luego estar libres. Okada fue peón de campo en la hacienda Palpa en el valle Huaral-Chancay, de la que luego fue peón libre, a quien se le vio con lampa conduciendo el agua como regador en terrenos de la hacienda. Luego logró la condición de yanacona, usufructuaba tierras de la hacienda por las que debía pagar en especie (algodón), así como le permitieron la administración de esa propiedad se le consintió tener un tambo, es decir, una tiendecilla en la que expendía artículos de consumo cotidiano entre los otros peones. Es así como, pasados unos años, consiguió acumular capital y arrendar la hacienda La Huaca; y a continuación, pasados otros años y ya con una empresa dedicada a la agricultura algodonera bastante reconocida, logró arrendar otras seis haciendas, acumulando de esta manera unas 3000 hectáreas, las que en su mayor parte las ofreció dentro del régimen de yanaconaje; la mayoría de sus yanaconas fueron japoneses como él. De esta manera transformó y modernizo la agricultura del valle.

Okada ayudó económicamente a mucha gente y a instituciones particulares y estatales, por eso tenía reconocimiento como filántropo. Pero auxilió sobre todo a sus connacionales, y participó en dar solidez al espíritu japonés. Este espíritu estaba encarnado en sus emperadores, y en estos años en Hiroito de quien se celebró muchos años y en grande su onomástico, así como se propugnó la conservación de los rasgos culturales más profundos de la identidad de esos hijos del Sol Naciente. Okada fue presidente por muchos años de la Sociedad Central Japonesa del Valle de Huaral y Chancay, así ayudó en la creación de colegios con profesores japoneses para niños y jóvenes, cuyos padres eran de ese país asiático. Por toda su gran labor y como reconocimiento su cumpleaños era igualmente celebrado en grande, y fue tal su tarea que su emperador le otorgó la condecoración del Mérito Listón Verde el año 194050 .

Teniendo en cuenta este panorama de grandeza nipona en el valle, en Asia se inicia en el año 1937 la segunda guerra chino-japonesa. Y justo en una de las celebraciones del cumpleaños de Hiroito uno de los intelectuales que acompañaba a Okada en la directiva de la Sociedad Central, llamado Armando Higashi, pronunció un discurso —en parte político— que entre otros asuntos explicó las razones de la intervención del Japón en este conflicto bélico, en la que era evidente la invasión del Japón a territorio de China. Este personaje tocó en dos ocasiones este asunto que a continuación resumiremos.

El 29 de abril de 1938 en su discurso Higashi dijo que «Japón se está batiendo con la China» pero los japoneses no odian a los chinos; ese conflicto es una guerra santa porque es contra los soviets. Nadie puede ignorar, dijo, que Chiang Kay-shek luchaba al lado de los sovietizantes chinos, quienes eran patrocinados por el Partido Comunista ruso. De parte de Japón se trataba de una actitud de legítima defensa, y lo que su país pretendía era emancipar a China del peligroso bolcheviquismo. «Han

50 Okada y 2 200 de sus connacionales fueron deportado y enviado a un campo de concentración en los Estados Unidos; Nikumatsu

Okada murió pocos años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial en el Japón.

This article is from: