11 Julio Cotler
nacional y democrática del Perú sigue presente en las preocupaciones del IEP. Durante estos 30 años los peruanos hemos vivido intensas y rápidas transformaciones que han alterado los meridianos emocionales e intelectuales de dos generaciones, lo que ha descolocado continuamente a los investigadores. Esto es motivo suficiente para que el IEP deba ajustarse a los nuevos tiempos, cuidando de preservar sus objetivos originales. Esperamos que los trabajos que acá se presentan contribuyan a dicho propósito. Los cambios y las continuidades experimentadas por el país, de los cuales esta compilación da cuenta parcialmente, marcan las señas de identidad del país. Figueroa atestigua la persistente y creciente desigualdad en la distribución de los ingresos entre las diferentes capas sociales, lo que ha dado lugar a que se cuestione la legitimidad del orden institucional. De ahí que la solución de este problema sea crucial, no sólo para lograr el desarrollo económico sino también para vitalizar los lazos nacionales. Gonzales de Olarte señala el agudo contraste entre las capacidades sociales y los derechos ciudadanos, lo que ha motivado continuas oscilaciones políticoeconómicas que han procurado rápidas transformaciones sociales pero que no se han traducido en el desarrollo económico del país. Por eso, concluye, se hace necesario institucionalizar mecanismos que fomenten la cooperación social, como condición necesaria para corregir esa situación. Alvarez Rodrich afirma que la falta de una clara división y complementación de los roles del mercado y del Estado produjo alternativamente la invasión de uno por el otro, con la consiguiente confusión y desorden económico. De ahí la necesidad de fortalecer el Estado en tanto entidad reguladora de los agentes y mecanismos del mercado. Como salta a la vista, los diagnósticos y prescripciones de los autores citados apuntan a cuestiones referidas a la estructura social y al comportamiento político, distantes de posiciones tecnocráticas. En este sentido, nos remiten a la naturaleza de los actores y los patrones institucionales que condicionan sus comportamientos. A este respecto Golte, en una travesía de larga duración, señala que el carácter tradicionalmente rentista de los grupos dominantes permitió que, desde los años sesenta, los migrantes andinos, que escapaban al yugo tradicional, desarrollaran funciones productivas mediante el recurso a redes de parentesco y de paisanos. De esta suerte,