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Conjunto Arenal

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CREDITOS

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Fig. 327 Fragmentos de vasija incisa, motivo deidad con pico de ave y serpientes, relleno sector central de Zarpán. (CTa3)

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Fig. 328 Fragmento de vasija con imagen incisa, iconografía “Chavín” relleno sector central de Zarpán. (CTa4)

REOCUPACIONES TARDÍAS

Como mencionamos en el capítulo introductorio, el cerro Ventarrón acogió toda la secuencia de desarrollos culturales del valle de Lambayeque. Durante el proceso de la investigación y documentación de los diversos componentes del vasto yacimiento que denominamos Arenal, cuyas estructuras más tempranas y contemporáneas al templo Huaca Ventarrón fueron intervenidas; notamos también una serie de montículos medianos y pequeños, construidos en la falda de la colina, en el terreno llano, algunos son prominentes, otros más extensos y bajos, erosionados y tapados por arena; suponemos que se trata de estructuras correspondientes al Formativo Final las menos altas y al periodo de los Desarrollos Regionales (Mochica) las más altas y mejor conservadas, En algunas de las mejor conservadas y situadas al norte de la ensenada los forados de los saqueadores dejaban ver los típicos adobes mochicas confeccionados con gaveras de caña; cerca a una concentración de pozos de profanadores al extremo norte de la ensenada, afectó un cementerio de la misma época. Decidimos excavar una de las plataformas a la que denominamos Montículo 2 y que resultó ser un templete afiliado a la cultura Mochica Medio115, en el que se depositaron tumbas intrusivas de la época tardía de esa misma cultura y algunos contextos funerarios de los periodos siguientes. La intervención hizo posible reconocer la continuidad en el uso del Cerro Ventarrón como paraje sagrado y la dinámica cultural de largos procesos; la investigación del templete aún se encuentra en el inicio y de continuar reportaría valiosos datos a la comprensión de la cultura en el valle Lambayeque. Los materiales recuperados y la musealización de los contextos formarán parte de la colección y exposición del Museo de Sitio que se construirá a mediano plazo116 y mostrará la secuencia cultural del uno de los paisajes sagrados más antiguos de la costa norte .

Del mismo modo, y tal como se explicó en el capítulo precedente, las excavaciones en el conjunto Collud permitieron registrar una serie de tumbas asociadas a las edificaciones monumentales de la cultura Lambayeque que reocuparon parte del gran asentamiento de origen Formativo. Consideramos incluir en este capítulo el hallazgo de una importante tumba en Collud, afiliada al periodo Lambayeque Medio, para así presentar en esta edición de divulgación, una reseña de la secuencia cultural de 4500 años de civilización en el corazón del valle bajo de Lambayeque.

Fig. 329 Montículo 2, inicio de la excavación.

MONTÍCULO 2: TEMPLETE MOCHICA

Fig. 330. Plano de superficie con pozos de saqueo y unidades de excavación. En diciembre del 2010 se realizó la primera prospección con georadar en el yacimiento Arenal, a cargo del experto italiano Nicola Massini de EARSeL117, los instrumentos detectaron los sistemas de terrazas y plataformas correspondientes al Formativo Inicial, sepultados por la gruesa capa de arena eólica. Aprovechamos para hacer el sondeo de una estructura prominente situada al extremo norte de la ensenada, alineada al sur con la Huaca Ventarrón y al este con el subsector Arenal 2, que denominamos Montículo 2. Las lecturas de la resonancia mostraban paredes y pisos de una pequeña plataforma; convencidos entonces que la excavación revelaría aspectos para el estudio comparativo de la cultura Mochica en esta importante cuenca; además de permitir una primera calibración y contrastación de los resultados obtenidos por los geofísicos, decidimos excavar seis unidades, logrando definir los elementos detectados.

El mes de abril del 2011 se inició la excavación, una trinchera que se fue ampliando hasta abarcar 6 unidades dirigidas de norte a sur, la sección cortada permitió entender la relación entre los componentes en la sumidad del edificio, con la fachada sur y plaza al pie. Se practicaron cortes profundos a modo de trincheras para definir la secuencia de remodelaciones tanto en la cima como en la plaza baja; donde se recuperaron tumbas intrusivas, una de las cuales cortó los estratos a profundidad como veremos adelante.

Fig. 331 Trinchera en el Montículo 2.

La capa superficial estaba compuesta por arena de arrastre eólico; en los distintos niveles de ese grueso manto se ubicaron una serie de tumbas correspondientes al periodo transicional de los Estados Regionales tempranos a tardíos, o sea la etapa final de la cultura Mochica118 y el inicio de la cultura Lambayeque o Sicán119; se trata de tumbas muy simples por lo general de niños con escasas ofrendas de cerámica, cuentas de hueso o en el mayor de los casos sin ningún objeto asociado, se entiende que las tumbas fueron colocadas luego del abandono de las estructuras; en ningún caso las tumbas más tardías de infantes habían perforado la estructura, más bien las únicas que lo hacían eran las tumbas intrusivas algo más tempranas e importantes, en el mismo momento final de la cultura Mochica. En la parte superior de la plataforma el depósito de arena era menos grueso, no se había acumulado arena suelta y solo se notaban lentes aislados de sedimentos arenosos que se acumularon en las oquedades superficiales y pozos de saqueo. Debajo de esta capa superficial se halló la última capa de la ocupación, que correspondía a un sello de greda y piedras menudas, probablemente la cobertura que marcaba el fin de las funciones políticas del templete; al cubrirlo con el mismo material pedregoso del entorno asumió el simbolismo de “Huaca”, y a partir de ese momento funcionó como necrópolis albergando en los niveles superficiales una treintena de tumbas registradas y probablemente decenas más que fueron saqueadas en el entorno inmediato de la estructura.

Debajo de la capa de grava que cubría la cima de la plataforma definimos un piso finamente acabado que cubrió otro inmediatamente anterior; se trataba de la última y penúltima remodelación del templete, debajo de los pisos la estructura interna fue construida con la técnica de paquetes tramados de adobes paralelepípedos, con marcas de fabricante y huellas de gavera, este tipo de adobe de tamaño mediano, típico de esta cultura, es un indicador de la cronología relativa de esa fase del templete que podría corresponder al periodo Mochica Medio. (400-600 d.C.). La configuración de los componentes en la sumidad eran los de un patio hundido, al que se accedía por una rampa situada al oeste, continuando por un corredor detrás de la fachada, que al quedar ligeramente elevada funcionaba como parapeto alrededor del vértice de la plataforma, luego el recorrido descendía mediante pequeñas rampas miniaturizadas situadas al este, en un movimiento circular que conducía hasta el nivel bajo y central configurado por el patio hundido.

La cuarta y última remodelación de la estructura fue la más voluminosa, añadió al monumento la cuarta parte de altura total al templete, usando paquetes de adobes tramados (PAT), que elevaron la cima 1.5 m. en promedio. En las tres fases anteriores las remodelaciones se superpusieron con regularidad repitiendo el modelo de patio hundido al que se descendía desde los contornos. A diferencia de la última fase la técnica arquitectónica de las primeras fases consistía en cámaras de relleno con paramentos de adobes tramados (CRAT), que contenían tierra cenicienta con inclusión de abundante material orgánico: carbón vegetal, restos óseos de camélido, abundantes malacológicos y fragmentos de cerámica doméstica.

Fig. 332 Sistema constructivo (PAT) en la sumidad del templete.

Fig. 333 Isométrica a mano alzada para cotejar la secuencia.

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