Créditos Este estudio fue elaborado en el marco del Proyecto “Reducción del Riesgo Urbano en la Costa Caribe de Nicaragua” DIPECHO IX, ejecutado en consorcio por OXFAM Intermón, Plan International Inc. y Acción Médica Cristiana, con fondos de la Oficina de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO 2014-2015)
El análisis de los hallazgos presentados en este documento fueron elaborados por: Johana Chévez Alarcón Asesora nacional en género, Plan International Inc. Verónica Artola Martínez Coordinadora nacional de proyecto, Plan International Inc. Basado en el documento Estudio de “Impacto de los desastres en las poblaciones urbanas de Bluefields y Bilwi desde un análisis de género y generacional”. Equipo de investigación a cargo del estudio: Francisco Javier Sequeira Rankin Kesley Kaylan Kelly Kandler Ricardo López Márquez Para descargar este documento siga el link: https://plan-international.org/nicaragua Diseño, diagramación e ilustración: cDiseñ@ Nicaragua // c-dise@hotmail.com Lic. Aurelio José Miranda Obregón Diseño y Digramación Dibujo e Ilustración: Lic. Rolando Pérez Calero
presentación El estudio Impacto de los desastres en las poblaciones urbanas de Bluefields y Bilwi, realizado en la Región Autónoma de la Costa Caribe nicaragüense, es un estudio basado en las percepciones y opiniones de la población de dicha región que se caracteriza por su alto nivel de vulnerabilidad a los efectos del cambio climático, especialmente los huracanes y ciclones. Los hallazgos del estudio revelan que existen personas especialmente vulnerables a consecuencia de factores como género, etapa generacional y/o discapacidad y confirma la doble vulnerabilidad de las niñas. Las voces de las personas participantes en el estudio nos revelan que persiste la visión adultista en la forma de vida comunitaria y que es una limitante para el desarrollo de las niñas y los niños, se confirma que las representaciones sociales de género tienen implicaciones en las poblaciones afrodescendientes, indígenas y mestizas de la región. El estudio evidencia que las niñas en todos los grupos étnicos de la región, se encuentran en mayor riesgo de sufrir violencia y abuso en situaciones de desastres. El estudio también revela que las personas con discapacidad y personas adultas mayores, tienden a experimentar barreras que les impiden ejercer plenamente sus derechos. Comprender las cuestiones claves a las que se enfrentan las niñas, los niños, adolescentes, mujeres y otros grupos especialmente vulnerables, es fundamental para Plan International Nicaragua, ya que nuestra respuesta estratégica debe responder a las necesidades de la población priorizada. Mediante la construcción de alianzas y con el liderazgo de las propias comunidades y las entidades garantes, Plan International continuará apoyando el trabajo articulado para avanzar juntas y juntos en el desarrollo de comunidades más seguras, más inclusivas y por ende, más fuertes.
Matthew Carlson Director de País Plan International Inc. Managua, Nicaragua
Impacto de los desastres en las poblaciones urbanas de Bluefields y Bilwi desde un análisis de género y generacional (Versión Ejecutiva)
CONTENIDO
I. Introducción
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II. Situación de Bluefields.
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a)
La percepción del riesgo de desastres
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b)
Capacidad de respuesta ante los desastres
09
c)
¿Qué pasa con las niñas y los niños?
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d)
Otros grupos
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III. Situación de Bilwi
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a)
La percepción del riesgo.
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b)
Capacidad de respuesta ante los desastres
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c)
¿Qué pasa con las niñas y los niños?
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d)
Otros grupos
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IV. Conclusiones
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V. Recomendaciones
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I. Introducción El estudio Impacto de los desastres en las poblaciones urbanas de Bluefields y Bilwi desde un análisis de género y generacional, se enmarca en el proyecto “Reducción del riesgo urbano en la costa Caribe de Nicaragua”, ejecutado por Plan International Inc., OXFAM Intermón y Acción Médica Cristiana, con fondos de la ayuda humanitaria de la Comisión Europea.
El estudio se realizó en el primer semestre del año 2015, en los cascos urbanos de Bilwi y Bluefields. Identificó los factores de riesgos de niñas, niños, mujeres, hombres, personas con discapacidad y adultas mayores, relacionándolos con los grupos multiétnicos de la costa caribe. Este estudio se elaboró a partir de la percepción de la población consultada a través de encuestas, grupos focales y entrevistas a responsables de organizaciones e instituciones locales con responsabilidades activas en la prevención y mitigación de desastre como: Secretaría de la Mujer, Niñez y Adolescencia del Gobierno Regional; Ministerio de la Familia,Niñez y Adolescencia; Instituto Nicaragüense de Seguridad Social; Secretaría de Género; Comisaría de la Mujer y Niñez; y Alcaldías municipales. De igual manera, también fueron 4
consultados actores del sistema educativo, las personas que forman los Comités de Seguridad Escolar,los Comités de Barrio de Prevención de Desastres (COBAPRED), personal de las organizaciones de la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales. Se encuestaron a 284 personas en Bilwi y 281 personas en Bluefields, de este total 15% fueron niñas, 15% niños, 15% mujeres jóvenes, 15% hombres jóvenes, 30% mujeres adultas y 10% hombres adultos.
Se realizaron encuestas en Bilwi y Bluefields 284 personas encuestadas en Bilwi
Bilwi
Bluefields
281 personas encuestadas en Bluefields
15% niños 10% hombres adultos 15% hombres jóvenes
15% fueron niñas 30% mujeres adultas 15% mujeres jóvenes
En las personas adultas hubo mayor representación de mujeres, pues eran las que se encontraban en casa al momento de la encuesta. Este estudio es innovador ya que identifica los factores de riesgo de las personas expuestas a los desastres, desde la percepción de la propia población, mostrando claramente, cómo las diferencias entre género, edad y etnias afectan de manera diferente a las personas. 5
II. Situaci贸n de Bluefields
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Datos poblacionales de Bluefields De acuerdo con el censo nacional 2005
16%
23%
No se identifica con ninguna etnia
poblaci贸n Creole
Bluefields 56% de la poblaci贸n de Bluefields es mestiza
2%
pertenece a otras etnias como Ramas y Ulwas
3%
son miskitu
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a) La percepción del riesgo de desastres Los riesgos de desastres más importantes que identifica la población de Bluefields son huracanes y tormentas tropicales, debido a su ubicación geográfica en la Costa Caribe Sur. Así mismo, Bluefields es una ciudad con deficiente servicio de agua potable y alcantarillado sanitario, siendo así que la escasez de agua potable y las epidemias producto del mal manejo de la basura son riesgos sentidos por la población.
Bluefields es una ciudad caribeña ruta de narcotráfico, en la que existen expendios de drogas El entorno violento afecta más a las mujeres, pues son víctimas del acoso callejero y al ser consideradas socialmente como frágiles son las más vulnerables a los atracos. Ellas además de la delincuencia perciben que en Bluefields existen riesgos de vivir escasez de agua y alimentos,por sus actividades dedicadas al cuidado del hogar. Una parte de la ciudad de Bluefields es construida sobre cauces de ríos que se han secado y algunos barrios a orillas de
la bahía, estas construcciones tienen como consecuencia que ante fuertes lluvias se inunden los barrios más bajos o costeros. Los hombres reconocen que al presentarse desborde de ríos y cauces producto de las lluvias, se pone en peligro la pérdida de los bienes materiales como las casas, lanchas, botes, medios de transporte. Esta situación se debe a que la tendencia es que ellos son los propietarios de dichos bienes. Al analizar la información por grupos étnicos, se encuentra que todos ellos perciben la vulnerabilidad ante huracanes, tormenta tropical e inundación.
Tabla 1. Percepción de riesgo en Bluefields. Riesgo Escasez agua potable Huracán y tormenta tropical Violencia Epidemia Inundación por lluvia Escasez de alimentos Desborde de río o cauce Deslizamiento de tierras Delincuencia Terremoto – tsunami Contaminación Viento Incendio Drogadicción Abuso sexual explotación sexual comercial infantil 8
% de Viviendas 74.0% 73.7% 66.3% 63.7% 51.6% 44.1% 28.5% 18.4% 15.3% 3.9% 3.9% 3.2% 2.8% 2.5% 2.1% 0.4%
Nivel de percepción Generalizada Frecuente Parcial Mínima
b) Capacidad de respuesta ante los desastres El 9% de la población encuestada recuerda haber participado en un simulacro que les preparó ante un desastre, lo que pone en evidencia que la mayoría de la población no recuerda si participó en un simulacro alguna vez o que nunca ha participado, por lo tanto la población urbana de Bluefields carece de competencias para enfrentar los desastres. De acuerdo con datos nacionales el 36% de hogares son encabezados por mujer, en este estudio se encontró que el 43% del total de viviendas de Bluefields donde se aplicó la encuesta, las mujeres son jefas de hogar, situación que se incrementa en la población creole ya que del total de mujeres jefas de hogar el 54% son mujeres creole. Esta situación se debe, en parte a la migración de los hombres (embarcados o recientemente a trabajar en los Call Center del Pacífico) como se identificó en el Informe de Desarrollo Humano de 2009. 1
Aunque los hogares encabezados por mujeres o por hombres enfrentan limitaciones para emprender negocios que ayuden a mejorar la economía familiar, se identificó que los hogares encabezados por mujeres tienen menos acceso al desarrollo de actividades de emprendimiento económico, pues sólo el 16% de estas mujeres tienen acceso al crédito en comparación con el 33% de hombres.
En cuanto a la población joven de 18 a 29 años, se observa que las mujeres tienen menor acceso a la educación superior (técnico y universitario) que los hombres, ya que se integran al sistema educativo el 64% de mujeres y 75% de los hombres. Esto indica que las mujeres jóvenes enfrentan más barreras para el acceso a la educación. Así mismo, tiene repercusiones en el acceso al mercado laboral, pues las mujeres acceden el 22% y los hombres el 45%. Esta información evidencia que las mujeres tienen menos posibilidades de enfrentar los desastres que los hombres ya que la tendencia es que tengan menos educación superior y menor desarrollo económico, lo que a su vez tiene impacto en la vida de niñas y niños, sobre todo en los hogares que son encabezados por mujeres.
36% de los hogares del país son encabezados por mujer
43% en Bluefields las mujeres son jefas de hogar
54% en Bluefields las mujeres son creole
64% mujeres estan integradas al sistema educativo, los hombres el 75 %
22% mujeres acceden al mercado laboral, los hombres el 45%
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c) ¿Qué pasa con las niñas y los niños? De acuerdo a los resultados de la encuesta, niñas y niños de Bluefields tienen diferente acceso a la educación. Las niñas acceden a la educación primaria en un 91% y los niños 84%. En la secundaria las niñas 89% y los niños 76%. Esto puede justificarse porque las representaciones sociales de género invitan a los hombres a la búsqueda temprana de recursos económicos que combinado con la oferta de trabajo para embarcarse los expulsa del sistema educativo. En ese sentido, los niños están teniendo menos oportunidades de desarrollar habilidades para enfrentar los desastres, desde el espacio escolar. Sin embargo, como el 75% de las personas encuestadas consideran que las niñas son las que deben dedicarse a las tareas del hogar, esto limita su tiempo para formar parte de los entrenamientos en las escuelas, que cuando se realizan en horarios que no afectan su presencia en clases, sí les afecta en el desempeño del trabajo doméstico. Por lo tanto, las niñas tienen escasez de tiempo para integrarse en actividades que desarrollen sus capacidades para enfrentar una emergencia tales como conocer sobre primeros auxilios, prevenir incendios, evacuar de manera segura y dirigir acciones que apoyen a otras niñas y niños. Esta información se complementa con que el 40% de las personas encuestadas consideran que los niños tienen capacidad de apoyo después de un desastre, desarrollando acciones de rehabilitación de su 10
comunidad como reparar caminos, casas, siembras. Estas personas también consideran que los niños pueden dedicarse a jugar mientras las niñas cocinan, evidenciándose la poca valoración hacia las niñas, en su liderazgo, capacidad de organización, aporte a la rehabilitación comunitaria y su derecho a la recreación. Las niñas del casco urbano de Bluefields son más vulnerables que los niños ante una posible escasez de alimentos. De acuerdo a la encuesta, el 35% de las personas reconocen que cotidianamente en las viviendas se prioriza la alimentación de los hombres adultos, seguido de niños, luego niñas y por último las mujeres adultas que al ser las responsables del cuidado de las demás personas asignan por último su propia alimentación.
91%
niñas acceden a la educación primaria, los niños el 84%
76% niños acceden a la educación secundaria, las niñas el 89%
75% personas consideran que las niñas deben dedicarse a las tareas del hogar
35%
personas reconocen que cotidianamente se prioriza la alimentacion del hombre adulto
58% personas consideran que la violencia física es el mejor método de educación
9% de la población considera que los albergues cubren las necesidades de las niñas.
El 58% de las personas encuestadas consideran que la violencia física es el mejor método de educación para niños y niñas. Esta es una práctica naturalizada que bajo el estrés de una emergencia puede agudizarse y afectar por igual a niños que a niñas. Además, el 94% de la población considera que las niñas deben tener un espacio diferenciado en los albergues para mantener su privacidad al dormir, cambiarse y bañarse. Sin embargo sólo el 9% considera que los albergues cubren estas necesidades. Por lo tanto, la tendencia es visualizar a las niñas como sujetas de protección sin considerar su derecho de participar y ser consultadas, violentando el
ejercicio de su ciudadanía activa. Las niñas y mujeres adolescentes tienen mayor riesgo de vivir violencia que los niños en forma cotidiana y este riesgo de violencia puede incrementarse en situaciones de emergencia, según el 81% de las personas encuestadas. Niñas y niños consideran que la violencia física se incrementa durante las emergencias, al igual que el embarazo precoz y el riesgo de trata de personas. Estos riesgos tienden a ser más percibidos por las niñas que por los niños, lo que indica que probablemente ellas están más expuestas. Esta situación no varía en los diferentes grupos étnicos.
Riesgos que identifican las niñas y los niños durante la emergencia
Trata de personas: niñas 31%, niños 26%
Embarazo precoz: niñas 29% niños 31%
Violencia física: niñas 41% niños 29%
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d) Otros grupos… De acuerdo a la encuesta se identificó que el 13% percibe que las personas con discapacidad tienen mayor riesgo de vivir violencia y 23% percibe que las personas adultas mayores, pues se ven limitadas por sus dificultades en la movilidad.
Sólo el 4% de las personas encuestadas consideran que tanto las personas con discapacidad y adultas mayores, tienen incluidas sus necesidades en los planes de respuesta. Estas personas consideran que: • Los albergues y rutas de evacuación no cumplen con las normas para personas con discapacidad y adultas mayores, como rampas, baños adecuados y equipados con agarraderos y suficiente espacios. Atención médica y alimenticia apropiada. • No todas las familias con personas con discapacidad y adultas mayores tienen recursos, capacidades y destrezas para apoyarles en su movilidad. • Los planes de respuesta se elaboran sin considerar las necesidades específicas de las personas con discapacidad y adultas mayores.
13% percibe las personas con discapacidad tienen mayor riesgo de vivir violencia.
23% perciben que las personas adultas mayores, tienen mayor riesgo de vivir violencia
4% personas encuestadas consideran que tanto las personas con discapacidad y adultas mayores, tienen incluidas sus necesidades en los planes de respuesta.
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III. Situaci贸n de Bilwi
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Datos poblacionales de Bilwi De acuerdo con el censo nacional 2005
17%
8%
poblaci贸n mestiza
4% es creole
No se identifica con ninguna etnia
Bilwi 70% de la poblaci贸n de Bilwi es Miskitu
1%
NAce en otras Etnias
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a) La percepción del riesgo de desastres El riesgo de desastres más importante que identifica la población de Bilwi es huracán, motivado - quizás - por los efectos del huracán Félix en 2007. El 85% de la población identifica el riesgo de violencia, el 43% delincuencia y el 17% drogadicción, lo que se relaciona con que la zona norte del caribe es considerada como ruta de narcotráfico. Los riesgos de escasez de alimentos y delincuencia son más comunes entre la población mestiza (más del 60%). En cambio, el desborde de ríos e inundacioneses más percibido por la población miskitu (50%), pues éstos últimos, como población originaria, han heredado la memoria histórica de recurrentes inundaciones en sus territorios, reflejo de esto es la tipología de sus viviendas (sobre pilotes) como una medida de prevención.
Las mujeres tienen una mayor percepción de todos los riesgos estudiados que los hombres, pues estos riesgos al materializarse, tienen un impacto en el desempeño de sus actividades reproductivas de cuidado de sus familias. Los hombres perciben en mayor medida los riesgos de huracanes y la violencia, ya que Bilwi al estar ubicada a la orilla de la costa caribe norte es una zona vulnerable a huracanes y la violencia, sobre todo la callejera que afecta cotidianamente a los hombres por su permanencia en el espacio público.
Tabla 2. Percepción de riesgo en Bilwi.
Riesgo Huracán Violencia Inundación por lluvia Epidemia Escasez agua potable Escasez de alimentos Delincuencia Desborde de río o cauce Drogadicción Terremoto – tsunami Incendio Viento Abuso sexual Contaminación
% de Viviendas
Nivel de percepción
91.5% 85.4% 65.5% 64.8% 63.7% 46.1% 43.0% 31.7% 16.5% 14.4% 4.2% 3.5% 2.8% 2.5%
Generalizada Frecuente Parcial
Mínima
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b) Capacidad de respuesta ante los desastres El 18% de la población encuestada recuerda haber participado en un simulacro que les preparó ante un desastre, lo que pone en evidencia que la mayoría de la población no recuerda si participó en un simulacro alguna vez o que nunca ha participado, por lo tanto la mayoría de la población urbana de Bilwi carece de competencias para enfrentar los desastres.
De acuerdo con datos nacionales el 36% de hogares son encabezados por mujer, en este estudio se encontró que el 38% del total de viviendas de Bilwi donde se aplicó la encuesta, las mujeres son jefas de hogar, situación que no varía en los diferentes grupos étnicos. 2
Se identificó que tanto los hogares encabezados por hombres como mujeres tienen poco acceso al desarrollo de actividades de emprendimiento económico, pero sólo el 8% de las mujeres tienen acceso al crédito en comparación con el 17% de hombres. En cuanto a la población joven de 18 a 29 años, se observa que el 34% de las mujeres tienen acceso a la educación universitaria y los hombres el 21%. Sin embargo, los logros educativos de las mujeres no se reflejan en el mercado laboral, ya que los hombres ingresan a éste en un 52% y
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las mujeres 38%. Por lo tanto, las mujeres han vencido algunas barreras para desarrollar sus activos educativos, pero están enfrentando barreras para su empleabilidad. Entre mayor educación tienen las personas, mejor se pueden preparar ante los desastres, en ese sentido, las mujeres tienen más posibilidades educativas para hacerle frente a los desastres que los hombres. No obstante, los hombres al contar con mayor acceso al crédito e ingresar más al mercado laboral, su posibilidad de contar con mayores activos económicos y financieros, les coloca en mayor ventaja al momento de vivir un desastre y recomenzar sus vidas.
18% población recuerda haber participado en un simulacro
36% hogares en el país son encabezados por mujeres
8% mujeres tienen acceso al crédito, los hombres 17%
34% mujeres entre 18 a 29 años que tienen acceso a la educación universitaria, los hombres 21%
52% hombres que acceden al mercado laboral, los mujeres el 38%
c) ¿Qué pasa con las niñas y los niños? De acuerdo a los resultados de la encuesta, niñas y niños de Bilwi tienen muy similar acceso a la educación. Las niñas acceden a la educación primaria en un 82% y los niños 83%. En la secundaria las niñas 87% y los niños 86%. Lo que les genera oportunidades a ambos géneros para formar parte de las brigadas escolares y prepararse para enfrentar los desastres.
Sin embargo, como el 79% de las personas encuestadas consideran que las niñas son las que deben dedicarse a las tareas del hogar, esto limita su tiempo para formar parte de los entrenamientos en las escuelas, que cuando se realizan en horarios que no afectan su presencia en clases, si les afecta en el desempeño del trabajo doméstico. Por lo tanto, las niñas tienen escasez de tiempo para integrarse en actividades que desarrollen sus capacidades para enfrentar una emergencia, tales como conocer sobre primeros auxilios, prevenir incendios, evacuar de manera segura y dirigir acciones que apoyen a otras niñas y niños. Esta información se complementa con que el 33% de las personas encuestadas consideran que los niños tienen capacidad de apoyo después de un desastre, desarrollando acciones
de rehabilitación de su comunidad como reparar caminos, casas, siembras, pesca. Estas personas también consideran que los niños pueden dedicarse a jugar mientras las niñas cocinan, evidenciándose la poca valoración hacia las niñas, en su liderazgo, capacidad de organización, aporte a la rehabilitación comunitaria y su derecho a la recreación. Las niñas del caso urbano de Bilwi son más vulnerables que los niños ante una posible escasez de alimentos. De acuerdo a la encuesta, el 44% de las personas reconocen que cotidianamente en las viviendas se prioriza la alimentación de los hombres adultos, seguido de niños, luego niñas y por último las mujeres adultas que al ser las responsables del cuidado de las demás personas asignan por ultimo su propia alimentación.
82% niñas acceden a la educación primaria, los niños el 83%
86% niños acceden a la educación primaria, los niñas el 87%
79% personas consideran que las niñas deben dedicarse a las tareas del hogar
44% personas que reconocen que cotidianamente se prioriza la alimentacion del hombre adulto
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51% personas consideran que la violencia física es el mejor método de educación
97% población considera que las niñas deben tener un espacio diferenciado en los albergues para mantener su privacidad al dormir Sin embargo sólo el 5% considera que los albergues cubren estas necesidades.
El 51% de las personas encuestadas consideran que la violencia física es el mejor método de educación para niños y niñas. Esta es una práctica naturalizada que bajo el estrés de una emergencia puede agudizarse y afectar por igual a niños que a niñas. Además, el 97% de la población considera que las niñas deben tener un espacio diferenciado en los albergues para mantener su privacidad al dormir, cambiarse y bañarse. Sin embargo sólo el 5% considera que los albergues cubren estas necesidades. Por lo tanto, la tendencia es visualizar a las niñas como sujetas de protección sin considerar su derecho de participar y ser consultadas, violentando el ejercicio de su ciudadanía activa.
Las niñas y mujeres adolescentes tienen mayor riesgo de vivir violencia que los niños en forma cotidiana y que este riesgo de violencia se incremente en situaciones de emergencia, según el 90% de las personas encuestadas. Niñas y niños encuestados, consideran que la violencia física se incrementa durante las emergencias, al igual que el embarazo precoz y el riesgo de trata de personas. Estos riesgos tienden a ser más percibidos por las niñas que por los niños, lo que indica que probablemente ellas están más expuestas. Esta situación no varía en los diferentes grupos étnicos.
Riesgos que identifican las niñas y los niños durante la emergencia
Trata de personas: niñas 63%, niños 35%
Embarazo precoz: niñas 63% niños 47%
Violencia física: niñas 67% niños 49%
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d) Otros grupos… De acuerdo a la encuesta se identificó que el 28% percibe que las personas con discapacidad tienen mayor riesgo de vivir violencia y 36% percibe que las personas adultas mayores, pues se ven limitadas por sus dificultades en la movilidad, comunicación y dependencia hacia sus familias.
Sólo el 4% de las personas encuestadas consideran que tanto las personas con discapacidad y adultas mayores, tienen incluidas sus necesidades en los planes de respuesta. Estas personas consideran que: • Los albergues y rutas de evacuación no cumplen con las normas para personas con discapacidad y adultas mayores, como rampas, baños adecuados y equipados con agarraderos y suficiente espacios. Atención médica y alimenticia apropiada. • No todas las familias con personas con discapacidad y adultas mayores tienen recursos, capacidades y destrezas para apoyarles en su movilidad. • Los planes de respuesta se elaboran sin considerar las necesidades específicas de las personas con discapacidad y adultas mayores.
28% percibe las personas con discapacidad tienen mayor riesgo de vivir violencia.
36% perciben que las personas adultas mayores, tienen mayor riesgo de vivir violencia
4% personas encuestadas consideran que tanto las personas con discapacidad y adultas mayores, tienen incluidas sus necesidades en los planes de respuesta.
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IV. Conclusiones El primer factor que incrementa la vulnerabilidad de niñas y niños es la visión adultista. La población reconoce que niñas y niños son vulnerables a los desastres, pero no reconocen sus capacidades, lo que dificulta su participación, su protagonismo y no les ayuda a desarrollar su resiliencia, situación que afecta principalmente a las niñas. Las niñas además de verse afectadas por la visión adultista, también les impacta las representaciones sociales de género, que las llevan a no salir a jugar y por lo tanto,
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no desarrollan habilidades como trepar árboles, correr y jugar en equipo. Todos aspectos indispensables para la sobrevivencia en las emergencias. El segundo factor son las representaciones sociales de género, reconocidas entre niñas, niños y adolescentes, como por ejemplo; que las niñas deben ayudar en las tareas del hogar, mientras los niños juegan y pueden ayudar en las reparaciones después de una emergencia. Al tener pocas oportunidades de salir de su hogar, las niñas tienen menos posibilidades de organizarse y tener acceso a
información relevante y valiosa durante las emergencias. Tanto en Bilwi como en Bluefields, las niñas y niños reconocen que ellas se desempeñan en el trabajo doméstico, aprenden a alimentar primero a los hombres y niños, poniendo en riesgo su propia alimentación. Así mismo, las niñas tienen limitadas las oportunidades de que se escuchen sus voces y sus problemas no son abordados en las diferentes organizaciones comunitarias. Niños y niñas reconocieron en este estudio que ellas son más vulnerables al abuso sexual y a la trata
de personas, situación que puede acentuarse durante las emergencias y con ello el embarazo temprano. En lo que se refiere a la violencia física, niñas y niños se ven afectados en forma cotidiana, situación que se incrementa durante las emergencias.
La mayoría de los hallazgos del estudio evidencian que las niñas viven doble vulnerabilidad por su edad (generacional) y por su condición de mujer (género). Situación que prevalece en todos los grupos étnicos de las dos regiones.
Los niños de Bluefields tienen menos oportunidades que las niñas para estudiar y desde la escuela prepararse para prevenir los desastres en relación con las niñas, debido a las posibilidades de empleo que se ofrecen a través de los barcos.
Las mujeres adultas tienden al igual que las niñas a ser más vulnerables que los hombres, por sus pocas oportunidades de acceso económico, de crédito, pocas oportunidades en el mercado laboral, y más aún en los hogares encabezados por ellas.
Las personas con discapacidad y adultas mayores son un colectivo de personas vulnerables en situaciones de desastre. La vulnerabilidad se debe a sus limitaciones de movilidad y/o comunicación, su dependencia económica y emocional y la necesidad de otras personas para auxiliarse. La población reconoce que las rutas de evacuación y los albergues no cumplen los requerimientos de accesibilidad y alimentación, pese a las normativas existentes para estos grupos vulnerables.
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V. Recomendaciones Con las Organizaciones de sociedad civil
Con las familias y comunidades:
Para la reproducción y preparación de materiales didácticos educativos es necesario tener en cuenta la lengua materna de la mayoría de la población en ambas ciudades (miskitu y creole). Así mismo, es importante a considerar, que la forma de organización de los pueblos de la Costa Caribe suele ser diferente a las organizaciones propuestas desde las instituciones públicas que siguen patrones nacionales, lo que puede repercutir en la aceptación y sostenibilidad.
Promover a través de organizaciones comunitarias, Comités de barrio de prevención de desastres (COLOPRED), Brigadas locales de respuesta (BRILOR), Gabinetes de la familia, comunidad y vida, la promoción de los derechos de la niñez, personas adultas y con discapacidad en cuanto a su protección y su participación protagónica en las mismas, garantizando que sus voces e intereses sean escuchados y tomados en cuenta.
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Con las distintas organizaciones comunitarias y las familias, realizar procesos de reflexión sobre las relaciones depoder basadas en géneroy generacionales, que colocan a las niñas en doble vulnerabilidad. De esta forma, transformar los patrones socio culturales, valores y actitudes hacia las niñas; lo que conllevará a generar oportunidades de participación de las niñas e incorporación de sus necesidades en la preparación y respuesta ante desastres. Trabajar particularmente con las familias la sobrecarga de
trabajo doméstico de las niñas y el derecho a la alimentación que según este estudio tiende a ser violentado en forma cotidiana. Sensibilizarles sobre la importancia de que las niñas al igual que los niños tengan acceso a información para su desarrollo personal, salud, relaciones, sexo, aunque sean temas que las familias por lo general tiene miedo a hablar. Desarrollar acciones de sensibilización comunitarias y familiares para combatir la discriminación hacia las personas con discapacidades y adultas mayores, reconocer su derecho a la protección y
el derecho al desarrollo de sus habilidades de participar para su supervivencia.
sexual y dificultades para la toma de decisiones con respecto a la sexualidad.
Con las instituciones garantes:
Impulsar acciones específicas para las mujeres, como oportunidades educativas, laborales y de crédito que les permitan desarrollar activos suficientes para enfrentar los desastres y sobreponerse a ellos. Incluir en procesos de sensibilización a líderes políticos y personas tomadoras de decisión para desnaturalizar las barreras culturales machistas que persisten y que impiden que las mujeres con mayor educación ingresen al mercado laboral.
Desarrollar políticas locales para prevenir los riesgos sociales de drogadicción, delincuencia, alcoholismo, que repercuten en violencia, la cual se incrementa en los momentos de desastres, que impactan a todos los grupos vulnerables. Así mismo, impulsar programas de educación sexual y reproductiva que reduzcan el riesgo de embarazo precoz, infecciones de transmisión
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Fortalecer los sistemas de protección contra la violencia, para que todas las personas, pero principalmente las niñas que son las que tienen más probabilidades de experimentar violencia, acoso sexual, explotación sexual comercial y trata de personas, conozcan todos los mecanismos de protección y denuncia. Continuar la promoción y acompañamiento de ejercicios de simulacros escolares y barriales con espacios de participación para niñas, niños, jóvenes, mujeres, hombres, personas con discapacidad, adultas mayores, para que todas estas desarrollen habilidadesy estén preparados ante un desastre. Con las niñas y niños Participar en encuentros escolares y comunitarios encaminados a reconocer las distintas expresiones de relaciones de poder que las afectan y sus posibilidades de transformación para que construyan sucapacidad y habilidad para tomar decisiones importantes. Desarrollar su capacidad de influencia en la toma de decisiones paraque las políticas locales respondan al interés superior de la niñez, garanticen su supervivencia, desarrollo, participación activa y protagónica. Promover diálogos entre niñas y niños sobre las relaciones de género y cómo afecta sus vidas, facilitar el empoderamiento de las niñas y el involucramiento de los niños para transformar la desigualdad.
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