Para ser actriz o actor, teatrista se requiere aprender las habilidades que implican las tablas pero para ser Maestro hay que tener vocación y años aportando y añadiendo valor a quienes se convierten en alumnos y siguen el legado que les dejas. Muchos conocemos por sus obras y trabajo consagrado a Iván García Guerra un ser entregado a comunicar mensajes atinadísimos en toda su vida teatral pero a mí en lo particular, me impactó el ser humano que conocí personalmente hace dos meses y que a través de su alumna, la puertoplateña Arisleyda Beard tuve el privilegio de llegar hasta la intimidad de su hogar. Confieso que ese día es uno de los más memorables de este 2019. Iván Garcia es un ser inmenso, lleno de luz, paz y de humildad infinita. Arisleyda es su alumna, la cual, en profunda gratitud ha denominado al teatro que dirige en Puerto Plata: “Teatro Escuela Iván García. No es para menos, a ellos le une una simbiosis entre la amistad, el respeto y por supuesto la vocación por las tablas.