Pop Up Teatro 001 Trama Teatro by Revista Pop Up Teatro

POP UP TEATRO

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Sumario 3

LOS DE SIEMPRE EstherSantos Tello

UN VESTUARIO BESTIARIO

TRAMA TEATRO, almuerzo en LA GUSTAVA OscarArroyo

21 23

GabrielaRoade

¡GUSTAPEANDO! JoséCarlosValencia

ABDICACIONES, VACIOS Y DERROTAS SANGRANTES: ESPACIOS POR OCUPAR MiguelHermoso DE LOS ACTORES, LAS SUBIDAS DE SUELDO Y LOS EMPRESARIOS TACAÑOS JonathanFernándezPerez

Revista Pop Up Teatro

DIRECTOR: Óscar Arroyo Depósito legal M-29169-2014 ISSN 2386-950X

@PopUpTeatro

popupteatro@gmail.com

LOS DE SIEMPRE

EstherSANTOSTELLO Cuando oigo hablar, o me hablan de nuevos proyectos me emociono, aunque no tengan nada que ver conmigo, pero así es. Y ya si esos proyectos están relacionados con alguna de mis pasiones, ni os cuento. No sé muy bien cómo empezar este post, artículo o como queráis llamarlo, y siendo aún más sincera, ni idea tengo sobre qué es lo que voy a contar. Porque claro, si solo fuese soltar una charleta, así sin más, cual loca encontrada a las tres de la madrugada en el parking de Almacenes Tío Aurelio intentando aparcar, por ejemplo, no habría ningún problema. Carrete tengo para rato, otra cosa es que lo que cuente sea interesante y otra bien distinta, es que a alguien le interese. Dicho lo cual, y tras desearle lo mejor a Pop Up Teatro en esta nueva andadura profesional, pongo mi mente en estado on y a ver qué sale. Cuando se llega a una edad, ni de coña os diré cual, reflexionas e intentas ver tu vida objetivamente. Difícil, sí, mucho, pero no imposible. Intentamos descifrar si nuestra vida es aquella con la que una vez soñamos. Algunos, los privilegiados o los hipócritas, dirán que sí, que ellos tienen lo que deseaban; otros, los

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fracasados o los soñadores, diremos que no, que seguimos luchando por conseguir paz en nuestro corazón y equilibro en nuestra alma, pero aún así afirmaremos, que sin llegar a conseguir nuestro ‘«objetivo inicial», somos muy felices, ya que el camino recorrido y el que nos falta por patear, nos hace de este mundo una especie de amor platónico a conquistar. Bonito ¿no? Indudablemente el camino a recorrer es diferente para cada individuo, de ahí la diversidad cultural y espiritual, o no. Los humanos tenemos muchos más nexos de unión de los que creemos, tranquilos, que no voy a entrar a enumerarlos ni pretendo soltar un sermón filosófico sobre tal o cual teoría, estoy intentando enlazar pasiones en general, con una en particular, el teatro. Sí, una de mis grandes pasiones. Otro día, si esta gente me deja y no me dan boleto antes, os contaré alguna más, que las tengo muchas y variadas. Dicen y esto lo saco de la Wikipedia y de El Cavernícola, que los orígenes de teatro deben buscarse en la evolución de los rituales mágicos relacionados con la caza, al igual que las pinturas rupestres o la recolección agrícola que, junto a la

música y a la danza, se convirtieron en auténticas ceremonias dramáticas donde se rendía culto a los dioses y/o espíritus. Ese fue el comienzo del teatro. Que está a punto de desaparecer, que está viviendo su peor etapa, se lleva diciendo desde no sé sabe cuando, y sin embargo ahí sigue, reinventándose día a día, con fuerza y coraje, pero sobre todo, gracias a personas que lo aman sin límites ni condiciones.

No sé en vuestras ciudades, pero desde luego en la mía, eso de que el teatro tiende a desaparecer parece bastante improbable, más bien todo lo contrario, ya que a cada paso que doy veo una sala nueva, ‘nuevos espacios culturales’ se llaman, todo un boom, por darle un término sociólogo cool. Salas alternativasque si bien en principio quiero pensarque su objetivo era impulsar y ayudar a un sector, que nunca ha andado sobrado, a largo plazo considero que su objetivo inicial ha sido un auténtico fracaso.

Hoy en día cualquiera se pone unas gafas de pasta y ya se siente capacitado a abrir un ‘espacio cultural’, incluso yo misma he estado tentada durante un tiempo a hacerlo, pero en mí, para los que me conocen, es comprensible, ya que a veces no rijo demasiado bien. Bueno, no nos dispersemos, como os decía… salas y más salas culturales, como si esto fuese tan fácil como montar un chiringuito de chuches (que estoy convencida que también tiene su aquel) y así nos va. Infravalorando textos, directores, actores, regidores, iluminadores… con unos precios irrisorios para un trabajo que requiere de muchísima profesionalidad, trabajo y talento. Quiero creer, es más, creo firmemente que en un tiempo no demasiado lejano, solo quedarán los profesionales que realmente sí han apostado por la cultura, invirtiendo su tiempo, dinero, esfuerzo… en proyectos maravillosos con los que estamos disfrutando más que nunca. Podría citar muchos, pero no sería elegante y me tacharían de pelota, en cualquier caso, yo creo que cualquiera que ame el teatro sabe perfectamente quienes han sido, son y serán los de siempre. Mientras tanto, deberíamos negarnos a trabajar gratis, porque eso es prácticamente lo que estamos haciendo, ya sé que es demagogia barata, pero permitidme soñad con un mundo irreal, ¿puedo? Bueno, amigos, nos vemos en los teatros. (‘El teatro es el lugar donde las lágrimas de virtuosos y malvados hombres se mezclaron por igual’. Denis Diderot. Y esto va para ti, Oscar Arroyo).

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UN VESTUARIO BESTIARIO

GabrielaROADE Acercamiento desde el reciclaje textil a los arquetipos universales goyescos. Cuando Raquel Camacho Ríos, a través de la compañía española La Intemerata, me convocó para participar en el proyecto colectivo artístico “Lucientes”, sobre la obra gráfica de "Caprichos" de Francisco de Goya y Lucientes, inmediatamente recordé que a Goya le había conocido pero en mi ciudad natal, Buenos Aires.

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Y esa cercanía afectiva me reveló instantáneamente que, a pesar de haberleestudiado en el profesorado de Artes, fue sólo cuando desarrollaba un trabajo de campo sobre restauración de óleos antiguos en la carrera de Conservación que recordé la impresión de libertad y vigor que tuve cuando ante mi vi los cuatro óleos de Goya que tiene el Museo de Bellas Artes.

Siendo la última noche de Goya en la Quinta del Sordo, antes de exiliarse a Burdeos, el lugar del No-Tiempo, se establecieron unas coordenadas donde el ambiente se volvió incierto e inédito, comenzando a dar estas criaturas indicios de bestialidad y humanidad.

La observación y los dibujos que bocetaba durante las improvisaciones que se creaban, y las notas que tomaba sobre los trajes imaginarios que los actores utilizaban para esos protopersonajes, me permitió desarrollar una estructura donde comenzaron a visibilizarse estas criaturas.

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TRAMA TEATRO, almuerzo en LA GUSTAVA Aina de Cos, Mentxu Romero y Roberta Pasquinucci, después de haber coincido en varios proyectos, se reencontraron en Madrid y decidieron fundar la compañía teatral Trama Teatro en 2012. Invitamos a las tres actrices a un almuerzo en el Bar Restaurante La Gustava de Madrid, interesados en conocerlas un poco más y para curiosear sobre sus gustos gastronómicos, su relación con la comida, con la cocina...

Aina adora la cocina mediterrĂĄnea, por tradiciĂłn y variedad. Le encantan las ensaladas y los frutos secos. Un buen plan: las caĂąas y el tapeo de Madrid o cocinar para los amigos. .

A Mentxu la comida le sugiere dos palabras: ancestral y familiar. En su familia casi todos son cocineros, reposteros o pasteleros. Favoritos: pescado, ensaladas, carnes, croquetas y tortilla de patatas. Cocina sola para relajarse. Las comidas, en casa con amigos, pero tambiĂŠn le gusta salir a cenar.

Para Roberta la cocina es... ÂĄmaravillosa! AlegrĂa, familia, reuniĂłn. Cocina en casa pero por trabajo come mucho fuera. Preferencias: verduras, pescado, ensaladas, frutas, marisco. Mejor arroz que pasta, y en verano, salmorejo.

Relajadas en el acogedor salón de La Gustava, charlan.

Toca elegir platos. ¿Se pondrán de acuerdo? PopUpTeatro001

Roberta ha elegido las simpรกticas y sabrosas "Mini Hamburguesas de Buey con Patatas Fritas", uno de los platos mรกs solicitados en La Gustava.

Aina prefiere las deliciosas y crujientes "Croquetas de Chipirones con Ali Oli de Soja". Parece que tendrรก que negociar si las comparte.

Mentxu opta por la sugerente y apetitosa "Ensalada con Lomos de AtĂşn y Confitura de Tomate", refrescante y ligera para un largo dĂa de trabajo.

Y con la agradable sensación de haber compartido con Aina, Mentxu y Roberta una experiencia gastronómica con la que buscábamos sorprenderlas, fueron ellas quienes nos sorprendieron con su actitud generosa, sus respuestas originales y el entusiasmo por un reto diferente en sus carreras profesionales. Gracias a Trama Teatro.

ACTRICES Aina de Cos Mentxu Romero Roberta Pasquinucci LOCALIZACIÓN Bar Restaurante La Gustava. Calle Noviciado 2. Madrid. ASESOR GASTRONÓMICO José Carlos Valencia FOTOGRAFÍA Jacobo Medrano DIRECCIÓN, PRODUCCIÓN Óscar Arroyo

¡GUSTAPEANDO!

JoséCarlosVALENCIA

¿Qué decir de La Gustava….? Simplemente que es uno de esos locales que, cuando pienso en él me hace sonreír. Comenzando por la simpatía de Olga y Gustavo, que transmiten siempre buena vibra, y terminando por su carta, que nunca defrauda. Carta variada, acertada, incluyendo sus postres. Un lugar donde uno se siente cómodo. Cabe destacar lo singular de sus estancias, con amplia barra en la entrada, sus saloncitos de estética vintage, donde igual te encuentras un mercadillo que te tomas un coctel, y por supuesto el salón principal, donde nos sentamos a los que nos gusta comer “sentados”, como manda la tradición. Mi primera idea fue enfocar este articulo como “3 mujeres - 3 tapas y un destino”, y relacionar a cada una de ellas con un plato diferente.Pero resulto imposible; las tres se decantaron a la vez por las croquetas de chipirones (lo cual, no me extraña en absoluto). Para entrar en situación… mediodía, mañana de fotos, entrevistas, confidencias.

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Hay hambre… nuestras chicas de Trama Teatro sentadas frente a una mesa. Un vino blanco en sus manos (que siempre suelta la lengua)… y llega la comida.

Y Aina rápida y veloz, coge el plato de las croquetas, ¡son mías!… risas y más risas, pero ninguna, ni Roberta ni Mentxu, pierden de vista el plato. Llega el turno de las mini hamburguesas, aplausos en la sala. ¡Imposible resistirse a las patatas fritas que obviamente se comen con los dedos! Y por último, la espectacular ensalada de lomos de atún y confitura de tomate, que simplemente… es eso: espectacular.

Las croquetas de chipirones con alioli de soja son indiscutiblemente la estrella de la casa. No puedes pasar por La Gustava sin comerlas. Cremosas, sabor increíble de chipirón con su tinta. Como debe ser una croqueta, crujiente por fuera pero de cobertura ligera y que sorprenda al bocado, con la cremosidad justa. El alioli de soja de acompañamiento combina a la perfección.

Además de estar bien ricas, por estética, las mini hamburguesas son el plato que nunca deben faltar en tu mesa, digamos algo así como tu “fondo de armario” cuando pases por La Gustava. Ideales para compartir y matar el gusanillo de comer, rica carne de buey. Y si a estos dos platillos les añadimos la ensalada de lomos de atún con confitura de tomate, completaremos lo que en mi opinión, sería un paseo gastronómico perfecto. Mi recomendación: saborear esta ensalada y su mezcla de sabores (fresas y frambuesas incluidas) con los ojos cerrados. ¡Estaría gracioso llegar a La Gustava y ver a todos sus comensales en trance!

Poco más que añadir, que siempre hay que dejar detalles en la chistera para ir a probar, y que cada uno lo descubra por si mismo… Sin duda, apuesta segura. Un restaurante para frecuentar, tanto en pareja como con amigos, y sorprenderse con los platos de su carta.

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ABDICACIONES, VACIOS Y DERROTAS SANGRANTES: ESPACIOS POR OCUPAR

MiguelHERMOSO Cuando mi hijo de quince años escuchó hablar en la tele a Pablo Iglesias me dijo: “Pues yo quiero que ese tío sea presidente”. No es por la coleta. Ni porque se haya leído el programa. Es porque le parece el típico profesor de instituto enrollado, que podría llegar a despertar tu interés por las matemáticas y de paso, darte un par de sabios consejos para que Lucía vuelva a estar por ti. Los espacios vacíos en política pueden producir horror o desencanto, pero cuando alguien inteligente corre a ocuparlos da toda la sensación de que se acaba de inventar algo nuevo. Son una oportunidad. “Chaos is a ladder” (El caos es una escalera), dice el maquiavélico Lord Baelysh en Juego de Tronos. No parecen tiempos de caos ¿verdad?. Los trenes salen y llegan a su hora y la caja pública no se ha vaciado aún: seguimos recibiendo los insuficientes pero benditos subsidios. El rey abdica pero tenemos otro más guapo, más joven, menos gangoso y que ha drenado su sangre azul con el brillante rojo de una hermosa representante del cuarto poder, nieta de un taxista republicano.

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La selección española de fútbol, ese socorrido eufemismo de España (hay que decir “La Roja” porque gritar “España” es políticamente incorrecto) entrega las armas y pone la otra mejilla sin presentar batalla porque se ha convertido a un desesperante pacifismo digno de digno Mahatma o de Jesucristo. El gobierno gobierna? No exactamente. ¿Obedece merkelianos dictados? Tampoco lo creo. La profe te da unas palmaditas de aprobación no porque hayas seguido a rajatabla sus ¿instrucciones, sino porque imprevisiblemente has aprobado el examen de septiembre por los pelos, no sin cierta dosis de piedad por parte del director del colegio, un draculín (Draghi) enternecido por tus amargas lágrimas de 4’5 tras la puerta de madera de balsa y cristal translúcido de su despacho. En realidad él ya sabía que esto iba a pasar y pensaba aprobarte pero…

“quería que sufrieras un poco y te esforzases, chaval”; y… “el próximo curso no te podré perdonar”. Estremecedora perspectiva. Mi opinión es que el gobierno es como aquellas agotadas descifradoras de códigos que trabajaban en el proyecto “Enigma”, intentando interpretar unos signos incoherentes y multidireccionales tratando de prever el próximo bombardeo de la aviación alemana. Sí, claro, se trata de acertar y distinguir lo falso de lo correcto, e incluso tener en cuenta si pueden haberte dejado averiguar la secreta fórmula del devenir mercantil para luego hacer justo lo contrario y pillarte desprevenido. Igual en una de éstas somos más listos que la crisis y nos adelantamos. Pero es hacer ecuación matemática de las olas del mar. Era todo más sencillo cuando teníamos ideología.

Ahí sí que sabíamos qué hacer. No había que calcular consecuencias. Ni políticas económicas ni geoestratégicas. Ahí sí que seguíamos un dictado poderosamente embriagador: el de la emoción -tanto individual como colectiva- que sólo produce la fantasía de un mundo más justo; la esperanza de que ello depende de nuestra voluntad y determinación. Por eso, la perspectiva de la izquierda es que el que no desea esto, es malvado: ¿Quién no quiere vivir en un mundo mejor y más feliz?. Ellos. Los malos de la derecha que pretenden capitalizar la felicidad y rodearse de miseria los chalés y los yates brillan con más fulgor si flotan entre la mierda. Se vivía más convencido así, pero todo esto apesta a siglo XX.

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En el XXI la derecha nos desconcierta a todos elevando los impuestos a un rango que debería sonrojar a Cayo Lara, porque supera con creces lo que se plantea en el programa electoral de Izquierda Unida. En realidad, la decepción de los que fuimos comunistas entonces viene del descubrimiento de que para disfrutar del refrescante oxígeno de la justicia social, habría no solo que renunciar a esa cuota de libertades individuales que requiere la alegría humana, sino además, sacrificar nuestras cuentas domésticas al protectorado de un estado mayor y más rígido de lo que nunca podría ser la Unión Europea. Pues mira tú por donde ahora resulta que el siglo XXI pasa por pedirle la paga a una superpotencia que combina una inverosímil alquimia de liberalismo económico y estalinismo político: China. Un monstruo del doctor Frankenstein reconstruido con los cachos del cadáver de Mao y de Adam Smith, recosido con la bobina con que trenzó Pandora los frágiles cierres de su famosa caja, y electrificado por los pedales de 1.500 millones de bicicletas. No sabemos hasta cuándo tienen pensado los chinos acumular deuda de los liberales y democráticos países que te miran por encima de un moralísimo hombro y luego te pasan al dormitorio por la trampilla del gato para hacerte una felación de la que luego se sentirán asqueados y pedirte que vuelvas furtivamente a tu reducto de éxtasis económico sin vacaciones, ni aperitivo de las doce. ¿Tendrán un plan? ¿Lo tenemos nosotros? Hay que seguir como sea para mantener un estado de bienestar que no parece producir más que tristeza y comedias insípidas. No sé si los jóvenes quieren luchar, pero no están muy convencidos de saltarse la adolescencia y pasar directamente del cuarto con póster en casa de mamá a la hipoteca y corbata. “No creen en nada”, decimos. ¿Pero sueñan?

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iLos huecos de la posibilidad son estrechísimos. Los de la ilusión son inmensos. Y uno va y dice “Podemos”. ¿Podemos qué? ¿Hacer? Poco, ¿verdad?. ¿Y soñar? ¿Cómo en el siglo XX? La desesperada y asesina máquina perfecta de Clarke y Kubrick en “2001” es lo que más anhelaba: “¿Podré soñar?”. Un privilegio exclusivo de humanos al que tal vez los humanos queremos ahora renunciar. Tal vez la rebeldía de este siglo tan pragmático consista en eso, en reclamar un derecho a algo tan inútil como imprescindible. Es obvio que la acumulación de certezas que hemos acumulado en la arteria del siglo anterior obstruye la imaginación hasta colapsar los capilares de la realidad. Pero no habrá humanidad sin su cuota generacional de delirios de grandeza. No una que pudiéramos ofrecer a un extraterrestre en un folleto galáctico como lugar de vacaciones. No importa qué monstruos produjeran o produjesen los “sueños de la razón”. Si ese espacio queda vacío… Si abdicamos del vértigo… Si dejamos pacificarse a los guerreros hasta aceptar la derrota como un acto de madurez… Un día de éstos el Prometeo de Camus no subirá la bola hasta la cima y se quedará abajo regando los maceteros del patio de un chalé adosado y pensando en qué se habrá gastado el dinero que le reclama la Agencia Tributaria, mientras en la tele suena la cansina cantinela de que estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. Papá China pagará las facturas de nuestro flamante Porsche socioeconómico, pero… ¿Y el fuego? Ese fuego que nos enseñó Prometeo y que testarudamente defienden los protagonistas de McCarthy en “La Carretera”. ¿Quién atizará el fuego?

DE LOS ACTORES, LAS SUBIDAS DE SUELDO Y LOS EMPRESARIOS TACAÑOS

JonathanFERNÁNDEZPÉREZ Esta historia comienza en el Teatro Infanta Isabel de Madrid: El Infanta era propiedad de Isabel Garcés y de su marido. La inocente abuelita de las películas de Marisol, era una empresaria temible, y muy tacaña con sus empleados. La Garcés se forraba con sus comedias, pero los ingresos de sus actores no subían nunca. Cierto día un actor decidió que se merecía

más dinerillo por su trabajo, así que en el descanso de la función se acercó a la oficina para hablar con la primerísima actriz de la compañía y terrible dueña del cotarro, dicha oficina tenía una ventanita que daba al escenario y por la que se oía absolutamente todo lo que se hablaba dentro del despacho.

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El actor, al que me imagino sudoroso y un poco acogotado por lo que iba plantear, se llenó de ánimo y le soltó a Doña Isabel Garcés que quería un aumento de sueldo, La Garcés se negó en redondo y la conversación fue subiendo de tono hasta tal punto que los gritos se escuchaban hasta La Gran Vía, deduzco yo que el respetable que estaba esperando con sus pipas y bombones helados a que continuara la representación fueron testigos de excepción de tan peculiar encuentro.

Así que dicho y hecho, cogió el montante, su traje y sus zapatos, y se sentó en el patio de butacas a ver como transcurría la función. Se sienta, apagan las luces, y continúa la representación. Se encontraba sentada a su lado una señora que no paraba de reír ante los chistes de la obra, y el actor muy comedido le preguntó… ¿Se está usted divirtiendo? Y la mujer le contestó que sí, que la obra era graciosísima, a lo que el actor le contestó impertérrito, pues ya

Finalmente al no llegar a un acuerdo, el actor ligeramente enfadado, dijo que se largaba de la compañía dejando a su jefa con un palmo de narices y con la moral resarcida, pero dijo que se largaba en ese mismo momento, es decir a mitad de la función, algo que creo yo que no le debió de sentar muy bien a la entrañable Isabelita Garcés, que era más dura de roer que un hueso de cocido después de tres hervidos.

verá usted lo que nos vamos a reír ahora que tengo que salir yo... De esto se deduce que nunca le niegues un aumento de sueldo a un actor durante la representación, y que la vida a veces tiene mucho mas de sainete que una obra de los Álvarez Quintero. Como arreglaron el segundo acto nunca lo supe, pero me hubiese encantado estar viendo la representación.

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