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PRAGMA ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL n°6
CONTENIDO DISEÑO
ORDENACIÓN DEL ESPACIO TURÍSTICO EN ÁREAS LITORALES. CASO SANTA LUCIA, CUBA. Regulation of touristic spaces around the coast. Case study: Santa Lucía, Cuba. Aymeé Alonso-Gatell TECNOLOGÍA-CONSTRUCCIÓN
LA NATURALIZACIÓN DE LA ARQUITECTURA: CONSIDERACIONES GENERALES PARA EL DISEÑO DE TECHOS VERDES. Integrating nature into architecture: general considerations for the design of green roofs. María Gabriela Ochoa-González
Marco Alejandro Sifuentes-Solís; Francisco Javier Ramírez-López
ARQUITECTURA VERNÁCULA. SAN ANDRÉS AZUMIATLA, MATERIALIZACIÓN DE UN TESTIMONIO DE IDENTIDAD. Vernacular Architecture. Case study: San Andrés Azumiatla, an Identity testimony. Jorge Sosa-Oliver; Julia Judith Mundo-Hernández; María Cristina Valerdi-Nochebuena; Alfonso Polanco-Bernal COMUNICACIÓN VISUAL
PROCESO DE DISEÑO, CARTEL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO. The design process of the Mexican Independence second Anniversary poster. Obed Meza-Romero
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RELACIONES CÁNTABRO-ANDALUZAS EN LA ARQUITECTURA RELIGIOSA DE AGUASCALIENTES EL CASO DEL CAMARÍN DE SAN DIEGO (S. XVIII). Relationships between Cantabria and Andalucia shown in religious architecture in Aguascalientes, case study: El Camarín de San Diego (S. XVIII).
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María de la Luz Valderrábano-Almegua; Jaime Castro-Campos; René Hernández-Mendoza
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MAYO 2010 OCTUBRE 2010
TEORÍA-HISTORIA-PATRIMONIO EDIFICADO
LA EVALUACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS EN MÉXICO. Evaluation of Mexican public policies.
DIRECTORIO
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Dr. Roberto Enrique Agüera Ibañez Rector
Dr. José Ramón Cuenca Eguibar Secretario General
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Comité Editorial Dra. Ma. Cristina Valerdi Nochebuena Coordinadora Editorial
Vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado
Dra. Julia Judith Mundo Hernández Dra. Adriana Hernández Sánchez
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PRAGMA, ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL, Año3, No.6, mayo–octubre 2010, es una publicación semestral editada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, a través del Departamento de Fomento Editorial de la Facultad de Arquitectura con domicilio en la 4 sur 104, colonia Centro, CP 72000, Puebla, Pue., Tel. 229-5500. revistapragma@hotmail.com Editor responsable: Dra. María Cristina Valerdi Nochebuena. Reservas de Derechos al uso exclusivo N0.o. 04-2008-090320255300, ISSN en trámite, otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de autor. Licitud de título en trámite, Licitud de Contenido en trámite, ambos otorgados por la Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Impresa por Talleres de Koinonia, calle 11 Oriente No.12, Colonia Centro, C.P. 72000, Puebla, Pue., este número se terminó de imprimir el 30 de abril de 2010 con un tiraje de 1,000 ejemplares.
PRAGMA, ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL es una publicación académica que tiene el objetivo de difundir resultados de proyectos de investigación teórica, científica y tecnológica relacionados con el campo del diseño y la comunicación visual que desarrollan los académicos y otros actores sociales en las instituciones de enseñanza de educación superior y centros de investigación y desarrollo tecnológico y está dirigida a académicos, estudiantes e interesados afines con la temática con el propósito de fortalecer los procesos de formación y consolidación de su actividad profesional. Los artículos publicados son arbitrados por pares académicos en su mayoría externos a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, bajo la modalidad de árbitros y autores anónimos. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Instituto Nacional de Derechos de Autor.
PRAGMA, ESPACIO Y COMUNICACION VISUAL Núm. 6 consta de 1000 ejemplares y fue impresa en Talleres Koinonia. Av. Margaritas Núm. 108, Col. Bugambilias Puebla, Pue. México el mes de marzo de 2011
DISEテ前
DISEÑO PRAGMA ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL 6: 2-8 (2010)
Ordenación del espacio turístico en áreas litorales. Caso Santa Lucia, Cuba Aymeé Alonso-Gatell Facultad de Construcciones, Universidad de Camagüey, Cuba. aimee.alonso@reduc.edu.cu
DISEÑO Alonso A.: Ordenación del espacio turístico en áreas litorales. Caso Santa Lucia, Cuba
Resumen El turismo puede ser considerado como un instrumento para la construcción de nuevos espacios de crecimiento y de desarrollo territorial. Tanto es así, que en la actualidad prácticamente ningún país deja a un lado el turismo cuando se plantea una estrategia de desarrollo de futuro. La producción turística ha pasado de ser considerada el resultado extraño y necesario de unas prácticas sociales derivadas de la adquisición de un cierto nivel de desarrollo, a ser un elemento clave en el actual proceso de terciarización de la economía a cualquier escala y en cualquier entorno. Las previsiones de crecimiento para los próximos años refrendan estas tendencias diversificadoras en la localización turística, que generan importantes consecuencias de índole territorial. Palabras claves: ordenamiento territorial, espacio turístico, áreas litorales.
Abstract Tourism can be considered like an instrument for new growing spaces constructions and territorial development. Indeed, at the present time, when considering a future strategy about tourism, every country takes it on account very seriously. Touristic product has passed of being considered the strange and necessary result of a few social practices derivatives of the acquisition of a certain level of development, to being a key element in the current process of diversification of the economy to any scale and in any environment. The forecasts of growth for the next years approach diversifying trends in tourist location, which generate important consequences of territorial nature. Key words:territorial planning, touristic zone, shore areas.
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ada la necesidad de afrontar la problemática del ordenamiento en aras de lograr la sostenibilidad, el artículo propone abordar el espacio turístico en áreas litorales a través de los factores de ordenación del desarrollo turístico, y la especialización geográfica en áreas litorales desde un sustento teórico, para desarrollar una propuesta de ordenamiento de los servicios extrahoteleros en el polo turístico de Santa Lucia, ubicado en el litoral norte de la provincia de Camagüey, Cuba. La situación del espacio turístico en el contexto de ordenación territorial se aborda, en primer lugar, a partir del estudio de las regularidades que se han observado en su evolución, según los modelos teóricos que se han ocupado de ello y en segundo lugar, se debaten los efectos de la creación de espacios turísticos en términos de jerarquización. La planificación y gestión
del desarrollo turístico deben estar basadas, en propuestas de desarrollo sostenible, entendidos como: proyectos turísticos respetuosos con el medio ambiente, viables económica y socialmente, aludiéndose por tanto a la necesaria integración de los proyectos turísticos al ámbito territorial donde se insertan. (Betancourt, 2001:16)
Factores de ordenación del desarrollo turístico Dada la relevancia del turismo como fenómeno espacial, los factores de localización requieren un tratamiento específico sin olvidar que dichos factores forman parte del conjunto de circunstancias que han determinado el desarrollo turístico. Se establecen dos componentes que no ofrecen dudas sobre su consideración como variables geográficas; la distancia
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DISEÑO PRAGMA ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL 6: 2-8 (2010)
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física del espacio o distancia geográfica (factor espacial), y los distintos componentes del espacio geográfico (factor ambiental). Los factores espaciales están determinados por desplazamientos entre un centro emisor y un centro receptor y por consiguiente, surge como variable la distancia física, entre ambos, correspondiente a la propia dimensión del espacio geográfico. La distancia física–distancia tiempo se entiende como un obstáculo, teniendo en cuenta el grado de accesibilidad. Leno (1992) señala, que uno de los aspectos esenciales en la localización de la actividad turística es el grado de accesibilidad del lugar donde estas se sitúan, considerando tanto en términos de accesibilidad física como accesibilidad de mercado. Por su parte los factores ambientales (naturales y culturales) son aquellas condiciones o atributos que cuantitativa y cualitativamente conforman el espacio geográfico, lo diferencian y lo diversifican. Para el desarrollo turístico de un espacio se requiere un amplio conjunto de recursos naturales. Cabe constatar que si analizamos las causas de las motivaciones turísticas, la mayor parte de ellas se fundamentan en atractivos ambientales, y en las nuevas formas de turismo que surgen en buena parte como respuesta a la desnaturalización de los fundamentos y las prácticas turísticas. Así pues, si estas tendencias se consolidan, el papel del espacio geográfico podrá ser más relevante, puesto que, además, se buscarán nuevas rarezas y singularidades. Se producirá, sin dudas, una discriminación de lugares entendidos actualmente como destinos turísticos, en dependencia de la especificación de su condición geográfica. El espacio es soporte y recurso; pero además el espacio es recurso y factor a la vez.El espacio es soporte por su condición geográfica: magnitud espacial y atributos de carácter cualitativo, que tienen un valor intrínseco, y se deriva de la valoración cualitativa que le otorga la sociedad en cada momento
histórico. Esta valoración social conduce a la adecuación de los recursos o atractivos y a su conversión en producto y oferta, objeto de la venta y consumo turísticos. (Vera, et al, 1997:63). Para comprender mejor el turismo como fenómeno espacial es preciso definir, aquello que se entiende como recurso turístico. Los recursos turísticos son las bases sobre las que se desarrolla la actividad turística, son aquellos atractivos que en el contexto de un destino, pueden generar interés entre el publico, determinan la elección y motivos del desplazamiento (Altes, 1995). De acuerdo a esta definición compartimos el criterio de Valenzuela, (1986) de que; “existe un gran número y una gran diversidad turística fundamentada en las características del territorio”. (Vera, op cit, :61). En Cuba se maneja el término como “aquellos elementos naturales, históricos -culturales y las manifestaciones sociales, económicas, folklóricas, artísticas, deportivas, religiosas y científicotécnica que motivan el desplazamiento de visitantes hacia las mismas”. (Castellanos, 1988:3) Ambas consideraciones se apoyan en elementos de carácter objetivo que coexisten en el marco del territorio. A partir de los conceptos establecidos a nivel internacional sobre el turismo como fenómeno espacial se pueden destacar las pautas fundamentales del turismo mundial condicionadas por los factores estructurales de la localización del turismo. Entre ellas tenemos: La localización de la demanda, la capacidad de consumo en términos monetarios, la capacidad tecnológica y sus avances, la permanencia de obstáculos y restricciones (conflictos y barreras culturales) y la situación de los escenarios geográficos (componentes naturales, culturales). Especialización geográfica del producto turístico en áreas litorales En la actualidad se plantean algunas posibilidades del turismo litoral como factor propulsor de nuevos modelos de organización territorial, desde la escala regional, que trascienden
DISEÑO Alonso A.: Ordenación del espacio turístico en áreas litorales. Caso Santa Lucia, Cuba
las prácticas de producción estandarizadas de la oferta, al integrar posibilidades acordes con las nuevas exigencias de la demanda. Y, de otro lado, que superan la exclusividad del eje costero como espacio de monoespecialización, a medida que se equilibran territorialmente los procesos de afectación del turismo en las estructuras receptoras. La valoración del territorio pasa así a un primer plano en la ordenación del turismo litoral, al tiempo que se pone de relieve la necesidad de incorporarlo en las estrategias de la planificación integral de las áreas costeras, ya que sin el recurso en estos espacios no es posible entender en toda su complejidad, las dinámicas y los procesos de reestructuración actuales. Entre las nuevas estrategias del turismo en los espacios litorales se plantea, precisamente, el problema de la excesiva concentración de la oferta de turismo en la franja litoral de las regiones y países ribereños, de forma que una de las líneas de intervención en el proceso de reestructuración de los actuales modelos de implantación se centra en el mejoramiento de la oferta en el territorio. En el caso de la problemática europea se evidencia que existe una necesidad inmediata hacia la reordenación de nuevas fórmulas que traten de dar respuesta a los comportamientos cada vez más heterogéneos de los consumidores. Habrá que observar además un fenómeno latente a partir de la concentración de la oferta en la franja litoral de las regiones turísticas lo que conlleva a pensar en nuevos modelos para el reparto de la oferta turística del territorio. La búsqueda de sol y mar como fenómeno masivo, ha producido una ampliación de las periferias, pero el hecho esencial, es que se puede identificar que es el turismo masivo que se inicia un proceso de transformación de las estructuras territoriales, urbanas, sociales y económicas de las áreas litorales receptoras para
configurar verdaderos espacios turísticos surgidos en muchos casos de manera espontánea o en otros, fruto de operaciones planificadas. Por su parte en el caso de Cuba se encuentra legislado el uso, manejo y protección de las costas a través del Decreto Ley 212 “Gestión de la Zona Costera” que tiene como objetivo: “establecer las disposiciones para la delimitación, la protección, conforme a los principios del manejo integrado de la zona costera”1. Este documento ha permitido ordenar la utilización del litoral de forma consciente a través de los planes de ordenamiento territorial siendo consecuente con las estrategias y programas para el manejo integral de la zona litoral, se han delimitado los polos para el desarrollo turístico que abren amplias expectativas a la inversión2 y, aunque los espectaculares niveles de crecimiento de los últimos años no pueden sostenerse, las zonas de costa con abundantes islotes, cayos y playas se proyectan como el principal destino turístico del país.
Desarrollo de la propuesta El estudio de la infraestructura extrahotelera se realiza a partir de la definición de un conjunto de variables asociadas a cinco de los subsistemas que definen las bases de diseño para la proyección de instalaciones hoteleras como parte de la normativa cubana teniendo en cuenta que no existe normativa alguna para la proyección de servicios extrahoteleros. Considerando sus puntos de contactos se establecen analogías y se definen las variables siguientes: 1. Sub-sistema Gastronómico. 2. Sub-sistema Recreativo. 3. Sub-sistema Comercial. 4. Sub-sistema Administrativo. 5. Sub-sistema de Apoyo (este en particular se homologa al Subsistema Técnico– Mantenimiento)3.
Gaceta Oficial de la República de Cuba. ISBN 0864-0733. Número 68 pág. 1373 Ordenamiento Ambiental y Territorial. http://www.vas.org/usde/publications/unif/ oeaios/ ch. 006. htm. Ab. Proyección de Desarrollo Turístico de Ministerio Cubano. Previsiones 2000-2010 3 El subsistema de apoyo quedó definido en “Consideraciones metodológicas para el ordenamiento de los servicios extrahoteleros en polos turísticos de litoral. Caso de estudio Santa Lucia”. Tesis para optar por el grado científico de master. Aymeé Alonso Gatell (2002) 1 2
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DISEÑO PRAGMA ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL 6: 2-8 (2010)
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Los intereses de la Provincia de Camagüey de ampliar y desarrollar la infraestructura extrahotelera en el Polo Turístico Santa Lucía (ver anexo 1) a través de la eficiente comercialización de un producto turístico autóctono, competitivo internacionalmente se fundamenta en la realidad social e identidad histórica – cultural del territorio. Tomando en cuenta lo que plantea el Plan de Ordenamiento para el polo4 “… existe una amplia representación de compañías y entidades dedicadas a la actividad extrahotelera, la oferta carece de calidad y diversificación. Además la modalidad de explotación “todo incluido” de los hoteles atenta contra el buen desempeño de estas instalaciones…”, lo que ha sido la premisa fundamental para el desarrollo de esta investigación. A partir del Plan de Ordenamiento para el Sector Residencial Tararaco y de las instalaciones en explotación (ver anexo 2) se plantea que los espacios colindantes con la Laguna Litoral, especialmente en la zona de Residencial, se reservarán para áreas verdes y deportivas; la escasa posibilidad de ver el mar desde el vial principal deberá compensarse con las vistas hacia la laguna. Se toma además en consideración que las parcelas destinadas al alojamiento se relacionen a los servicios extrahoteleros, estrechamente vinculados a los corredores peatonales hacia el mar, constituyendo el enlace entre la zona costera y el vial principal. Siendo estos criterios respetados en las propuestas. Debido a que uno de los problemas fundamentales de los atractivos del turismo es la desvinculación de los pobladores oriundos de la zona, proponemos mantener el 92% de las edificaciones existentes que se encuentran en buen estado constructivo del repertorio habitacional, permitiéndoles a sus propietarios conservarlas e incorporarse al desarrollo del polo. 4
Se refuncionarán las edificaciones que se encuentran a la entrada del sector y que hoy ocupa CUBANACAN S.A. Uno de ellos se convertirá en un Centro de Información Turística del Polo, y el otro será ampliado para que pueda darle servicios a la población que quedará en esa zona tales como, barbería, peluquería, cafetería, tienda por departamento, supermercado, sala de video y otros. Por todo el litoral norte y a una distancia de la costa que varía entre 75m y 80m habrá un paseo peatonal marítimo con una trayectoria sinuosa haciéndole el transeúnte el recorrido más lento y obligándolo a cambiar constantemente la dirección de su visual para que pueda apreciar el paisaje. A no más de 350m se ubicarán puntos de venta de alimentos ligeros con servicios sanitarios y telefónicos. Cada 20m habrá bancos para el descanso con cestos de basura y luminarias para su uso nocturno. En todo el litoral sur que da a la salina, será ubicada una red de servicios deportivos. La entrada al sector será identificada en la parcela 10 con una solución compacta de hotel de hasta 250 habitaciones a la cual se le permitirá crecer hasta 5 niveles para así convertirlo en un punto focal importante en la zona. Se conservará la Clínica Internacional y se diseñara un edificio de parqueo que prestará servicio al turismo y a los pobladores de la zona. Se construirán plazas y recorridos arborizados entre las edificaciones con diseño de motivos de agua, pérgolas y abundante vegetación. Se colocarán cabinas telefónicas a no más de 100m y a 350m aproximadamente, algún servicio gastronómico. Se mantendrán además la PNR, los bomberos, el PCC y el hospital, a este último se le agregará una farmacia. En la primera línea de playa se extenderá un apart – hotel, además de algunos bungaloes dando una capacidad total de 200 habitaciones. La solución se enriquece con un parque
Plan de Ordenamiento Playa Santa Lucía. Camagüey: Dirección Provincial De Planificación Física, 2000
DISEÑO Alonso A.: Ordenación del espacio turístico en áreas litorales. Caso Santa Lucia, Cuba
de diversiones, un anfiteatro, un cabaret nocturno, una joyería, una casa del café, una casa del tabaco, un photoservi, un servicio de rent a car, además de tiendas por departamento y varios restaurantes de comida especializada. Los servicios extra hoteleros no se concentrarán en un subcentro sino que se distribuirán entre los Establecimientos de Alojamiento Turístico (E.A.T). Se agrega un complejo educacional que contendrá guardería, primaria y secundaria básica. Este complejo educacional garantizará los servicios a la comunidad residente. La propuesta de construir el Centro Internacional de Buceo en el sector se basa en las potencialidades de la zona para esa actividad ya que en ella se encuentra la segunda barrera coralina más grande del mundo, lo que implica una enorme variedad de la flora y fauna marina que atrae a quienes practican este deporte. Entre la duna de arena y el conjunto, tiene su recorrido un paseo peatonal marítimo. Para la construcción de este complejo se respetará el margen de 75 – 80m de la duna de arena, para ello se ha tenido en cuenta una abertura que posee la barrera coralina en esa zona que permite el paso de embarcaciones de porte medio. No se recomienda de todas formas, incrementar el tránsito de embarcaciones de gran calado ni de motor en el sitio para evitar producir daños, es preferible sin embargo, el empleo de botes de remo y/o velas pudiendo ser esta una de las principales atracciones turísticas.
Conclusión El papel de los recursos naturales en las actuaciones del hombre para la producción de servicios turísticos se realiza cuando se inicia la vertiente de transformación espacial. El creciente interés por controlar los impactos del turismo y de hacer frente a la espontaneidad, desorganización y carencia de objetivos de desarrollo equilibrado se realiza mediante el uso racional del territorio y sus recursos.
A partir del desarrollo del turismo masivo se inicia un proceso de transformación de las estructuras territoriales urbanas, sociales y económicas de las áreas litorales receptoras para configurar verdaderos espacios turísticos donde la actividad de la construcción se convierte en el principal factor de forma que, en la mayor parte de los espacios litorales la expansión territorial y la modificación del uso de los espacios rurales y urbanos preexistentes es el único objetivo que guía los procesos de implantación turística. Las potencialidades naturales del polo pueden contribuir de forma destacada al incremento de los servicios extrahoteleros a partir del estudio jerárquico y la evaluación de los atractivos turísticos, siendo de gran significación aquellos relacionados con la náutica, siempre que se respeten las medidas previstas en la evaluación medioambiental de la propuesta. Referencias • ALONSO, A. (2002). “Consideraciones metodológicas para el ordenamiento de los servicios extrahoteleros en polos turísticos de litoral. Caso de estudio Santa Lucia”. Universidad de Camagüey, Cuba. Tesis para optar por el grado científico de master. • ALTES, C. (1995) Marketing y Turismo. • BETANCOURT, M.E. (2002). “Esquema de Planificación y Gestión Integral del turismo desde los territorios. El caso Camagüey”. Universidad de La Habana, Cuba. Tesis en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Económicas. • Caracterización de los polos turísticos de la provincia de Camagüey y su propuesta de planeamiento urbanístico. Camagüey: Dirección Provincial de Planificación Física, 1996.-36h. • PLAZOLA, A. (1994-2008). Enciclopedia de Arquitectura. Vol. 6. México:Noriega Editores
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DISEÑO PRAGMA ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL 6: 2-8 (2010)
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Instalaciones Extrahoteleras. Criterios y Consideraciones para el Planeamiento Físico en los Polos Turísticos.- La Habana: Instituto de Planificación Física, 1999. JORDÁN, R. (2001). “El Ordenamiento Territorial como opción de políticas urbanas y regionales en América Latina y el Caribe”. En Revista de Ordenamiento Territorial y Urbanismo. Volumen 1. Planificación Física–Cuba. p. 12 VERA, J. et al (1997). Análisis territorial del turismo. Barcelona: Ariel geografía Ordenamiento Ambiental y Territorial. http:// www.vas.org/usde/publications/unif/oeaios/
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ch. 006. htm. Ab. Proyección de Desarrollo Turístico de Ministerio Cubano. Previsiones 2000-2010. CASTELLANOS, R. (1998) “Esquema Especial de Ordenamiento Territorial de las Regiones Turísticas”. Cuba:Instituto de Planificación Física. pág 3.
Aymeé Alonso-Gatell Arquitecta y Master en Desarrollo Regional por la Universidad de Camagüey, Cuba. Profesora auxiliar en la misma institución. Líneas de investigación: Planeamiento y diseño de instalaciones hoteleras y servicios extra-hoteleros. Diseño, ampliación y remodelación de hospitales. aimee.alonso@reduc.edu.cu
Anexo 1
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Plan de Ordenamiento Playa Santa Lucía. Camagüey: Dirección Provincial De Planificación Física, 2000
Anexo 2
Foto 1. Servicio extrahotelero Mar Verde. (foto tomada por la autora)
Foto 4. Establecimiento de Alojamiento Turístico en explotación. (foto tomada por la autora)
Foto2. Establecimiento de Alojamiento Turístico en explotación. (foto tomada por la autora)
Foto 3. Establecimiento de Alojamiento Turístico en explotación. (foto tomada por la autora)
Foto 5. Establecimiento de Alojamiento Turístico en explotación. (foto tomada por la autora)
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TECNOLOGÍACONSTRUCCIÓN
PRAGMA ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL 6: 10-24 (2010)
La Naturalización de la Arquitectura: Consideraciones Generales para el Diseño de Techos Verdes 10
María Gabriela Ochoa-González Departamento de Diseño, Arquitectura y Artes Plásticas Universidad Simón Bolívar, Caracas, Venezuela 8agaby@gmail.com
TECNOLOGÍA-CONSTRUCCIÓN Ochoa M.G.: La naturalización de la arquitectura: consideraciones generales para el diseño de techos verdes
Resumen Este artículo busca establecer parámetros y criterios generales para facilitar la comprensión de los factores que deben ser tomados en consideración para el diseño y construcción de techos verdes, como sistemas complementarios de la arquitectura sustentable. El enfoque parte de la premisa que la implementación de extensas superficies sembradas en las azoteas de las edificaciones se presenta como una solución innovadora en la búsqueda por reducir el impacto producido por el exceso de construcciones presentes en las ciudades, a través de aprovechamiento espacial, ahorro energético y creación de áreas verdes. En tal sentido, se considera que, además de combinar estrategias y tecnología limpia, una ciudad sostenible debe tener la capacidad de aportar un medio ambiente saludable y adquirir el compromiso de aumentar la cubierta vegetal del planeta. Debido a que se ha comprobado la eficacia de los techos verdes como generadores de beneficios ambientales y sociales significativos, numerosas ciudades se han abocado a la creación de plataformas legales para incentivar su proliferación. Aunque la rápida expansión y desarrollo de estos ha abarcado características globales, en la mayoría de las ciudades latinoamericanas el movimiento se encuentra lejos de convertirse en un boom. Esto se debe principalmente a la falta de información con respecto a los avances tecnológicos y técnicas novedosas aplicadas en el campo de la construcción. Asimismo, la noción errada de que estos son equivalentes a jardines naturales elevados que pueden ser ejecutados con métodos constructivos tradicionales, ha generado serias limitaciones en el desarrollo del plantío. Pareciera que el reto radica en cambiar este paradigma y partir de la concepción de que estos son sistemas fabricados de alta complejidad constructiva y estructural, cuyas potencialidades y limitaciones son generalmente desconocidas por arquitectos y constructores. En síntesis, este artículo tiene por finalidad presentar una visión general de los aspectos a considerar en la toma de decisiones respecto a la implementación de techos verdes. El mismo está dirigido a arquitectos, arquitectos paisajistas, planificadores urbanos y aquellos cuya competencia sea el diseño y construcción de ciudades saludables y placenteras. Palabras claves: ahorro energético, arquitectura sustentable, cubiertas vegetales, techos verdes
Abstract
This article intends to establish general parameters and guidelines to facilitate the understanding of the factors that must be taken into account for green roof’s designing and construction, as complementary systems in the achievement of sustainable architecture. The approach is based on the premise that, in order to reduce the environmental impact produced by the excess of constructions in cities, implementing extensive planting areas on building’s rooftops represents an innovative solution, through space utilization, energy saving, and creation of green areas. In this sense, it is considered that besides combining clean technology strategies, a sustainable city must have the capacity to provide a healthy environment and acquire the compromise to increase the vegetative layer of the planet. Because it is confirmed that green roofs are effective in generating significant environmental and social benefits, numerous cities are advocated to the creation of legal platforms to incentive its proliferation. Although the rapid expansion and development of green roofs has global characteristics, in the majority of Latin-American cities the movement is far from rea-
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TECNOLOGÍA-CONSTRUCCIÓN PRAGMA ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL 6: 10-24 (2010)
ching its peak. This is mostly due to lack of information regarding technological advances and innovative techniques in the construction field. Moreover, the wrong beliefs that roof garden are equivalent to elevated natural gardens that can be built by using traditional constructive practices, has brought serious limitations in planting development. It appears that the challenge is to change this paradigm and begin by understanding that these are fabricated systems of high structural and construction complexity, whose potentialities and limitations are usually unknown by architects and contractors. In brief, the objective of this article is to present a general vision of the aspect that must be considered in the decision’s making process regarding the creation of roof gardens. It is directed to architects, landscape architects, urban planners, and those whose competence is to design and built healthy and pleasant cities. Key words: energy saving, sustainable architecture, groundcovers, green roofs
La búsqueda por la Sostenibilidad Urbana partir de la puesta en práctica del Protocolo de Kioto (1996), los esfuerzos por reducir la emisión de los gases causantes del efecto invernadero se ha concentrado en alcanzar estándares medio-ambientales para un desarrollo sostenible. Con el objetivo de cumplir los compromisos adquiridos por los jefes de Estado de los 128 países que se encuentran suscritos, se establecieron tres líneas de actuación: reducción del consumo de energía, sustitución de energías fósiles por energías renovables y fijación de carbono por la vegetación, las cuales tienen una gran repercusión en el planeamiento territorial, el urbanismo y la arquitectura. En el campo de la construcción es donde se deben realizar los mayores esfuerzos en el momento de planificar las estrategias para la reducción del impacto ambiental, considerando que en Europa para el año 2000 la construcción y el uso de edificios consumían alrededor del 50% de los recursos naturales, el 40% de la energía y el 16% del agua (Gauzin-Mϋller, 2002: 16). Dada esta problemática, grandes ciudades se han dedicado a producir respuestas eficaces a la reducción del impacto del crecimiento urbanístico en el entorno ecológico, a través de la implementación de normativas, reglamentaciones e incentivos financieros, los cuales asienten las bases para un desarrollo sostenible.
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En la arquitectura el reto es sumamente arduo considerando que, por sí misma, es incapaz de retribuir a la naturaleza lo que ha obtenido en detrimento de ésta. Sin embargo, se han logrado grandes avances tecnológicos en el campo de la construcción, particularmente en el ahorro de energía y materias primas, así como la reducción de las emisiones de gases causantes del efecto invernadero y la disminución del volumen de residuos generados. Estos se han fundamentado en tres premisas generales: justicia social, prudencia ecológica y eficacia económica. De esta forma han surgido variedad de conceptos aplicados a la arquitectura que han generado una conciencia en el colectivo. Entre los más utilizados se encuentran aquellos asociados a la arquitectura bioclimática, arquitectura ecológica y arquitectura sustentable. Este último es un término frecuente que describe la aplicación de técnicas ambientalmente conscientes en el campo de la arquitectura y se encuentra definido por aspectos económicos y políticos del entorno en el cual se encuentra. En un contexto generalizado la arquitectura sustentable busca reducir los impactos negativos de la sociedad de consumo a través de mejorar la eficiencia y moderación en el uso de materiales, ahorro energético, aprovechamiento espacial y creación de balance y armonía con el medio
TECNOLOGÍA-CONSTRUCCIÓN Ochoa M.G.: La naturalización de la arquitectura: consideraciones generales para el diseño de techos verdes
natural. La dificultad radica en aplicar estos criterios ecológicos en las ciudades consolidadas que hayan sido edificadas con sistemas constructivos y elementos tradicionales generadores de un alto consumo energético.
Reinsertar el Verde en la Ciudad A pesar de que a partir de la adopción de la Agenda 211, numerosas ciudades se abocaron a la ejecución de planes verdes que contribuyeran a mitigar los impactos generados por la sociedad industrial mediante la rehabilitación y creación de sistemas de espacios abiertos y la implementación de programas de arborización urbana, el exceso de edificaciones preexistentes y la presión por la necesidad de servicios y viviendas han restringido el aumento de la oferta de áreas verdes. En este sentido, al concentrarse únicamente en los espacios residuales de la costra urbana, estos oasis naturales no logran abastecer las necesidades recreacionales y medioambientales de los ciudadanos. Por lo tanto para que una ciudad sea sostenible y pueda aportar un medio ambiente saludable, además de combinar eficiencia energética y tecnología limpia, debe adquirir el compromiso de aumentar la cubierta vegetal del planeta. Actualmente, pareciera moral y éticamente inconcebible pensar en una arquitectura que no se encuentre estrechamente ligada a la ecología. En un mundo que clama por soluciones a la crisis ambiental, la inserción de la vegetación en sistemas construidos y edificados se ha convertido en una necesidad como elemento mitigador de los impactos de la industrialización. Paradójicamente, los esfuerzos se dirigen en tratar de devolver la capa vegetal que fue eliminada para la construcción de la ciudad. En esta tarea arquitectos y urbanistas se han dedicado a reducir el impacto generado
por el exceso de superficies duras y pavimentos, los cuales potencian la reverberación del sol y el aumento de la temperatura, a través de implementar en edificaciones estructuras y elementos que permitan el desarrollo del material vegetal. En tal sentido, plantar en techos y fachadas se ha presentado como una solución innovadora en la preservación de espacios verdes. El uso contemporáneo de plantas en azoteas y paredes verticales ha producido que el plantío no sólo se restrinja a jardineras y terrenos baldíos o improductivos, los avances en la tecnología constructiva han permitido generar grandes superficies profusamente sembradas apropiadamente sobre un suelo o un medio de cultivo artificial construido directamente sobre la azotea de las edificaciones, lo que ha abierto la posibilidad de integrar el verde como complemento funcional de la edificación. Esta interesante simbiosis se presenta como un mecanismo de defensa ante las islas de calor y el exceso de contaminación existente en las grandes urbes y un complemento esencial en el desarrollo de la arquitectura sustentable. Las búsquedas por la integración arquitectura–naturaleza han resultado en un mejoramiento de la calidad ambiental en las localidades en las que se han implementado estos prototipos, por lo que en algunos países y regiones se han establecido normativas legales para promover su proliferación. Orígenes del Movimiento de Techos Verdes A pesar de que la idea de plantar en techos la han desarrollado diversas civilizaciones, los orígenes de los techos verdes contemporáneos se deben atribuir a Suiza y Alemania, en donde entre 1960 y 1970 se produjo un auge en la construcción de techos verdes producto de la combinación de presiones de grupos ecológi-
1 La Agenda 21 fue firmada por los países participantes en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro, 1992. Este es un Plan de acción a favor del desarrollo sostenible.
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cos radicales y nuevas técnicas experimentales en la integración del plantío con la edificación. Esto, aunado a una situación socio-política favorable y la publicación de numerosos libros y artículos, entre los cuales destaca el del Profesor alemán Hans Luz titulado Roofgreening– luxury or necessity?, promovió la idea de plantar en techos como una herramienta para mejorar el ambiente en las ciudades. Esta estrategia ambiental incentivó a nuevas búsquedas tecnológicas que permitieran solventar importantes limitaciones estructurales y constructivas para reducir costos de implementación y mantenimiento, lo que, en 1977, fomentó la creación de un grupo de estudio de techos verdes en el marco de la FLL2. A partir de 1980, este grupo, radicado en Alemania, contribuyó significativamente en la expansión de techos verdes, los cuales durante esta década, tuvieron un incremento anual promedio entre 15–20% (Green Roofs for Healthy Cities, 2006). El acelerado crecimiento se debe en gran medida al énfasis en el desarrollo de tecnologías novedosas y estudios dirigidos al mejoramiento de la eficiencia de diversos componentes de estas estructuras, tales como: repelentes para raíces, membranas impermeables, sistemas de drenajes, sustratos livianos y especies vegetales. Entre sus numerosos aportes, esta organización se ha dedicado a la promoción de la investigación en el campo de la construcción paisajística y el diseño de normativas y especificaciones para establecer estándares industriales. Debido a que en Alemania los techos verdes califican legalmente como mitigadores de impactos ambientales generados por el crecimiento urbano, su calidad y construcción deben cumplir con ciertos estándares. Para ello, este grupo creó un compendio de lineamientos y especificaciones con el fin de determinar qué tipo de
sistema de techo verde se puede utilizar para edificaciones determinadas y condiciones climáticas específicas dentro del territorio alemán3. Entre los lineamientos propuestos en esta guía se encuentran métodos aplicables que pueden ser utilizados por planificadores urbanos para instituir los techos verdes como una normativa municipal o para generar incentivos financieros. Es importante acotar, que Alemania fue el país pionero en aplicar la primera legislación que norma y regula la construcción de techos verdes y de promover medidas para la proliferación de los mismos. La aplicación de las políticas ambientales generó que, para el año 2001, aproximadamente el 14% de los techos planos de Alemania habían sido convertidos en techos verdes (Snodgrass y Snodgrass, 2006: 15). La eficacia de estas normativas fue también probada en Suiza dando como resultado que para ese año un 12% de la totalidad de techos planos había sido ajardinado. Ambas leyes federales establecen que al edificar se deben evitar trastornos ambientales innecesarios, por lo que desarrollos arquitectónicos deben compensar por la eliminación de los espacios abiertos. En el caso de Suiza se aplica que el 25% de nuevos desarrollos comerciales deben tener una superficie verde (Snodgrass y Snodgrass, 2006: 17). En los últimos años la normativa se ha extendido a otras regiones europeas, y también a Japón y Estados Unidos, en donde la ciudad de Chicago es reconocida como líder en su construcción. En ésta, se inaguró en el año 2004 el Millenium Park, considerado como uno de los techos verdes más grandes del mundo ya que cuenta con 24 hectáreas de espacio verde recreacional construido sobre estacionamientos públicos. En el caso de Latinoamérica, México es el país más avanzado en el desarrollo de te-
2 Forshungsgesellschaft Landschaftsentwicklung Landschafts bau. (Siglas en alemán para la Sociedad de Investigación Paisajística, Desarrollo y Construcción, T. del Autor) (Dunnet y Kingsbury, 2008:19). 3 Estos lineamientos fueron publicados en inglés en 1995: Guidelines for the Planning, Execution and Upkeep of Green Roof Sites. Este documento fue revisado en el 2002 y se encuentra disponible para la venta.
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chos verdes ya que según la Asociación Mexicana para la Naturación de Azoteas (Amena) existen en el país más de 10.000,00 m2 de azoteas ajardinadas. A pesar de que el movimiento por incentivar la proliferación de techos y estructuras que incorporen las plantas como parte simbiótica de la edificación ha adquirido características globales, promoviendo la creación de numerosas organizaciones y sociedades destinadas a la investigación y difusión para la construcción de techos verdes, en la mayoría de los países latinoamericanos la implementación de técnicas constructivas que permitan el uso de plantío intensivo de techos y azoteas no ha cobrado el auge necesario para convertirse en un mitigante del impacto ambiental. La creencia generalizada hacia el ajardinado de azoteas es que debido a que son contenedores de agua tienen propensión a causar filtraciones y goteras hacia el interior de la edificación. Asimismo, la falta de conocimiento acerca de las ventajas tanto ambientales como de ahorro energético a mediano y largo plazo y la carencia de información en relación a los avances constructivos, resulta en la concepción errada de que los costos de implementación no ameritan la inversión inicial. Sin embargo, las presiones producto del acelerado crecimiento y expansión urbanística de estas ciudades y la falta de espacios recreacionales y áreas verdes, han influido para que arquitectos y diseñadores urbanos empiecen a considerar las ventajas del uso de estas estructuras como parte de estrategias en la eficiencia del uso del espacio y el mejoramiento de la calidad ambiental. Generalidades a considerar La construcción y diseño de techos verdes contempla desde sistemas de tipo extensivo, los cuales se limitan a una capa de espesor reducido de sustrato y la siembra de coberturas, hasta la construcción de sistemas intensivos complejos que permiten la siembra de arbustos, árboles y palmas y el uso recreacional de los mismos. Las ventajas tangibles de los
Imagen 1. Vista del gramado hacia la concha acústica en el techo verde del Millenium Park, Chicago, Estados Unidos. Fotografía colaboración de Mercedes G. Ochoa, tomada en Septiembre de 2009.
techos verdes dependen en gran medida de su uso, diseño y aplicación; sin embargo, en términos generales presentan características comunes que determinan en mayor o menor grado su eficiencia como reductores de impactos ambientales en contraste con los techos tradicionales. 1. Soporte para la Biodiversidad Debido a que el término “techos verdes” involucra el uso extensivo e intensivo de la vegetación, su implementación y siembra adecuada, además de mejorar la calidad estética y reducir el impacto visual y ambiental del exceso de acero, concreto y vidrio característico de la arquitectura moderna, también permite la continuidad del ciclo ecológico y la biodiversidad del ecosistema urbano. La presencia de plantas ayuda a reducir el exceso de sustancias contaminantes y tóxicas, colabora con la producción de oxígeno y reduce significativamente la contaminación acústica. Sin embargo, una limitación presente con respecto a la biodiversidad en los techos de tipo extensivo, donde la profundidad de tierra varía entre 5 a 10cm, es que las restricciones espaciales y de sustrato limitan la diversidad del plantío, lo que ha generado una proliferación en la siembra de monocultivos, particularmente el Sedum, del cual existen más de 500
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tipos. Esta especie es el resultado de evoluciones en el campo de la bioingeniería, la cual se caracteriza por su particular proceso de fotosíntesis que le permite retener grandes cantidades de agua por largos períodos de tiempo y así adecuarse a condiciones desfavorables en estratos poco profundos. Es, a su vez, de fácil propagación, rápida reproducción, con un sistema radical adecuado, no requiere ser podado y su mantenimiento es mínimo. Los techos sembrados con Sedum presentan un aspecto ordenado y multicolor, pero la biodiversidad es sumamente baja y dado que es un plantío experimental, se desconoce si el exceso de siembra de este monocultivo pueda causar un desbalance a largo plazo en el ciclo ecológico. Quizás uno de los mayores retos que se deben vencer al momento de promover la biodiversidad en los techos de tipo extensivo, radica en superar el obstáculo cultural de que estos deben ser estéticamente ordenados y mantenidos. Para incentivar la presencia de fauna y flora es necesario permitir la colonización espontánea de especies endémicas y autóctonas de manera controlada para evitar invasiones de especies no deseadas. Una particularidad de las azoteas de tipo extensivo es que la accesibilidad y el mantenimiento son limitados, por lo que no se producen disrupciones por la presencia de humanos en los ciclos ecológicos existentes. A pesar de las restricciones espaciales, uno de los aspectos más resaltantes en el desarrollo de techos verdes es su potencial para servir de hábitat para aves y demás seres vivos que de otra forma estarían ausentes en el entorno de las ciudades. En Inglaterra, el movimiento conocido como “Eco-roof” promueve la construcción de techos diseñados especialmente para proveer cobijo para distintas especies de pájaros en zonas con altos niveles de contaminación, particularmente el Phoenicurus ochruros (Snodgrasss y Snodgrass, 2006:22). Entre sus numerosos aportes, este fomenta la creación de redes para generar corredores y rutas ecológicas para aves entre azoteas.
Otras aplicaciones especializadas para el uso de techos verdes es su potencial para la producción de alimentos locales, lo que conlleva a beneficios económicos y sociales adicionales. Asimismo, en estos se pueden implementar huertos y jardines comunitarios, un ejemplo es el techo del Hotel Fairmont en Vancouver que cuenta con 195 m2 y una profundidad de sustrato aproximada de 45 cm, el cual cubre la necesidad anual de hierbas para cocinar. Según cifras aportadas por el Hotel, esta producción puede suponer un ahorro aproximado entre 20.000,00 –30.000,00 dólares anuales. La diversidad del plantío dependerá en gran medida de la profundidad, calidad del sustrato y la extensión del área a sembrar, y estará definida por un manejo y mantenimiento adecuado de la vegetación a utilizar. Los avances en el desarrollo de sustratos han permitido reducir no sólo el peso del mismo sino la velocidad en compactación y capacidad de retención de agua. La elección del sustrato es indispensable para garantizar el correcto desarrollo del material vegetal, ya que una selección errónea puede determinar una percolación inadecuada y el colapso del sistema de drenaje, exceso de hierbas indeseadas, pérdida en la diversidad de las especies, disminución del contenido de materia orgánica a través de la mineralización y por último, la eliminación del plantío causado por erosión y falta de nutrientes, sequía o exceso de agua y compactación. Un suelo ideal está compuesto en aproximadamente un 25% de agua, 25% de aire, 45% de material mineral y alrededor de un 5% de materia orgánica (Craul, 1992:13). Adicionalmente, este debe permitir el arraigo de las plantas, contribución mínima al peso de la estructura, retención de nutrientes y humedad, ofrecer volúmenes de aire incluso cuando está totalmente saturado y ser suficientemente poroso para proveer aireación interna. La reducción de peso se puede realizar mediante agregados y compuestos inorgánicos como piedras volcánicas y elementos de arcilla.
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Las características de la vegetación a utilizar obedecen a las limitaciones estructurales y espaciales existentes. Para techos del tipo extensivo con poco sustrato, el plantío se limita a rastreras, coberturas y gramíneas; mientras que, en los techos de tipo semi-intensivo o intensivo la profundidad del sustrato puede variar. Generalmente, por razones de peso, la profundidad de tierra puede ser mayor sobre los ejes de las columnas de la edificación, en los cuales se puede incluso sembrar árboles de porte mediano. Investigaciones realizadas por el Departamento de Horticultura Urbana de la Universidad de Cornell (Ithaca, NY) calculan que para un árbol mediano, cuya copa abarque un diámetro de aproximadamente 6,00m, se necesita de un área de tierra de 3,00m por 3,00m y una profundidad de 1,00m. Adicionalmente, el rango de crecimiento de un árbol en el trópico es significativamente mayor que sus homólogos en regiones estacionales, por lo que se requiere de áreas con mayores dimensiones y profundidad. Lamentablemente, la disponibilidad de estos volúmenes de tierra y espacio es muy limitada en techos y azoteas. Debido a la complejidad estructural y constructiva que se requiere en la construcción de estos techos, es indispensable la correcta selección del material vegetal. Esta debe adaptarse a las condiciones climáticas existentes, restricción espacial, composición y profundidad del sustrato, inundaciones o exceso de agua en el subsuelo y posible falta de mantenimiento resultante en la invasión de hierbas no deseadas, y falta de irrigación y de fertilización. El conocimiento del comportamiento del sistema radical de la planta es fundamental, ya que puede generar daños irreparables a las estructuras y sistemas de drenaje. Es por esta razón que barreras para raíces son componentes indispensables para evitar que a largo plazo la capa de impermeabilización se vea comprometida por sistemas radicales agresivos.
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Se puede conseguir especificaciones sobre fabricantes en los lineamientos de la FLL
Existen diversidad de métodos constructivos para la fabricación de estas barreras, las cuales pueden consistir de camas de piedras, concreto hidrófugo, polietileno (PVC) o láminas de cobre4. También se suele impregnar con cobre las superficies de los elementos a proteger ya que funciona como repelente para la raíces. Dependiendo del ensamblaje, todos los techos verdes requieren de algún tipo de barrera contra raíces o la combinación de varias.
Imagen 2. Vista de un techo sembrado con Sedum, plantado en la azotea de una edificación en la ciudad de Filadelfia, Estados Unidos. Fotografía colaboración de Mercedes G. Ochoa, tomada en Septiembre de 2008.
Imagen 3. Vista de la diversidad de especies vegetales utilizadas para el soporte de la biodiversidad en zonas específicas en el techo verde del Millenium Park, Chicago, USA. Fotografía colaboración de Mercedes G. Ochoa, tomada en Septiembre de 2009.
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2. Beneficios Ambientales/Reducción de Contaminantes Atmosféricos e Islas de Calor Los beneficios que ofrecen los techos y espacios verdes a las áreas urbanas pueden ser enumerados pero raramente cuantificados. Estos constituyen una defensa de los seres humanos en contra de las agresiones de la ciudad. Los árboles y vegetación urbana contribuyen al proceso de purificación del aire y regeneración de oxígeno; estos a su vez neutralizan varios contaminantes, algunos de los cuales son los causantes del efecto invernadero y la creación de islas de calor artificial de las zonas céntricas de las ciudades. Los gases residuales tales como el CO2 y los óxidos de nitrógeno se acumulan en las capas altas de la atmósfera creando un velo que los astronautas ya han catalogado como una nueva característica de la atmósfera de la Tierra (Girardot, 1992: 15). Las áreas verdes al mismo tiempo ofrecen la posibilidad de generar placenteros micro climas, reduciendo varios grados las altas temperaturas alcanzadas por la acumulación de calor producto del reflejo de los rayos solares proveniente de superficies de concreto, vidrio y asfalto y el exceso de consumo de energía de estos centros poblados. En el caso del City Hall de Chicago, mediciones de temperaturas realizadas durante el verano directamente sobre el techo verde han sido equivalentes a las temperaturas ambientales, mientras que las resultantes de una superficie asfaltada llegaron a alcanzar los 79°C (Snodgrass y Snodgrass: 2006:22). Asimismo, un estudio conducido por Environment Canada determinó que un 6% de cobertura de un techo verde puede reducir la temperatura entre 1 a 2 °C (Green Roofs for Healthy Cities, 2006:27). En contraste, mediciones registradas por la NASA sobre los techos tradicionales de la ciudad de Sacramento, resultaron cercanas a los 71°C, mientras que las realizadas sobre vegetación y agua obtuvieron rangos entre 24°C y 35°C (Dunnet y Kingsbury, 2008:67).
3. Beneficios Ambientales y Económicos/ Reducción y Manejo de Aguas Pluviales El crecimiento urbanístico y el exceso de superficies de concreto y asfalto, producen un aumento del volumen de recolección de aguas pluviales que en épocas de lluvias puede llegar a ocasionar el colapso del sistema e inundaciones. A diferencia del volumen de recolección del agua de lluvia proveniente de superficies de asfalto y concreto, la precipitación que cae sobre la vegetación es absorbida por el suelo contribuyendo con el aumento del nivel freático y al almacenamiento para su reutilización. En este sentido, los techos verdes aportan beneficios cuantificables en los que sobresale su potencial para el manejo de problemas generados por las aguas pluviales, ya que reducen la velocidad y volúmenes de escorrentía superficial por absorción en más de un 50% (Green Roof for Healthy Cities, 2006), lo que se traduce en reducción de costos en sistemas y tuberías de recolección. Asimismo, un estudio realizado por North Carolina State University establece que un techo verde con 10 cm de sustrato puede llegar a retener hasta un 60% del volumen total. Debido al ahorro significativo en costos y materiales que supone la reducción de los diámetros de las tuberías y del riesgo de inundación, algunas ciudades han establecido incentivos para la promoción de techos verdes como una alternativa eficaz en la disminución del volumen de agua residual, a través de los sistemas tradicionales de recolección. La ciudad de Portland en Oregón ofrece bonos en área para aquellos constructores que los incluyan como parte de sus edificaciones, es decir que por cada 0.09 m2 de techo generado les ofrecen 0.27 m2 de área constructiva adicional (Dunnet y Kingsbury, 2008:56). La capacidad de retención y manejo del agua de lluvia va a depender de la ubicación geográfica, la estación del año, el volumen y propiedades físicas del sustrato, el tipo de especie y densidad de la vegetación, la pendiente de la superficie, y la intensidad de la lluvia. Sin
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embargo, la mayoría de los estudios realizados en distintas regiones han identificado retenciones significativas que determinan la eficiencia de estas estructuras en el manejo de aguas de lluvia. Esto se debe a que mientras que un porcentaje del agua que cae sobre las plantas es absorbido y pasa a formar parte del ciclo ecológico, el sobrante puede ser recolectado, filtrado y tratado para irrigación o uso doméstico. El manejo de la escorrentía y la creación de tanques y contenedores presentan un gran potencial para el diseño de los techos verdes. Los contenedores pueden ser utilizados como espejos de agua y fuentes, a la vez que se pueden implementar sistemas de filtrado y tratamiento de aguas mediante el uso de vegetación acuática, combinando elementos funcionales con el valor estético.
Imagen 4. Vista del elemento vertical que funciona como fuente y pantalla multimedia, el cual es considerado un hito en el Millenium Park, Chicago, USA. Fotografía colaboración de Mercedes G. Ochoa, tomada en Septiembre de 2009.
4. Beneficios Económicos/Reemplazo de Membranas Impermeabilizantes Un techo verde puede resultar en un ahorro importante de reconstrucción de la membrana de protección, ya que los materiales impermeabilizantes no están expuestos a la insolación y lluvia directa constantemente. Se presume que un techo verde puede tener una vida útil de hasta 40 años, en comparación con la de un techo tradicional cuya membrana se encuentra a la intemperie y que, dependiendo
de las condiciones climáticas, tiende a reemplazarse aproximadamente cada 10 años. Esto se debe a que los rayos ultravioleta pueden cambiar la composición química y degradar las propiedades mecánicas de materiales bituminosos, afectando la eficacia de la membrana. Adicionalmente, la fluctuación de las temperaturas diurnas y nocturnas genera contracciones y expansiones del material. Este estrés térmico puede producir desintegraciones, rupturas y grietas, resultando en la aparición de filtraciones. Uno de los mayores problemas que representa un techo plano convencional es que debido a que en éste se almacena el agua pluvial como si fuera un tanque, se pueden generar filtraciones durante el tiempo que tarda el agua en drenarse. Es importante acotar que la construcción de un techo verde requiere cumplir con estándares más elevados que un techo tradicional, particularmente en función de la carga estructural y la necesidad de ser totalmente impermeables. Inevitablemente, esto sugiere un alto costo inicial de implementación que dependerá del tipo y uso del techo. Sin embargo, estudios europeos han revelado que, a pesar de que, la construcción de un techo verde puede duplicar e incluso triplicar el costo por metro cuadrado de un techo tradicional, ejemplos han demostrado una durabilidad muy superior al doble de vida útil.
5. Beneficios Económicos/Eficiencia Energética La eficiencia energética es considerada la mayor ventaja y razón de ser de un techo verde, ya que por ser aislantes retardan el calentamiento o enfriamiento de las edificaciones. Esta característica puede resultar la más atractiva para constructores y promotores debido a que la reducción en sistemas de calefacción o enfriamiento representa un ahorro económico directo. El ahorro energético se debe en gran medida a que los techos verdes y paredes vegetales funcionan eficientemente como aislantes, a través de la creación de masa térmica, generación de sombra y control de
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evapotranspiración. A medida que aumenta la profundidad del sustrato y la densidad de la vegetación, el aislamiento será superior. Es necesario que el material vegetal se encuentre en perfecto estado y desarrollo, ya que la tierra seca tiene un comportamiento térmico equivalente al de un piso tradicional. Cuando existen serias restricciones estructurales, que sólo permiten el uso de sistemas extensivos, es común combinar la siembra de coberturas con la implementación de paneles fotovoltaicos, que ayuden a reducir el gasto eléctrico. Estudios han demostrado que, debido a que la eficiencia de los paneles aumenta con temperaturas más bajas, la colocación de paneles sobre superficies gramadas o vegetadas genera una salida del 6% por encima de aquellos colocados sobre membranas tradicionales (Ídem, 2008:87). En Canadá, Environment Canada encontró que una edificación típica de un piso en Toronto con un techo cubierto de grama y un sustrato de 10 cm redujo en un 25% las necesidades de enfriamiento en el verano, tomando como referencia un techo tradicional equivalente. Esta abrumadora diferencia radica en que la membrana sin vegetación absorbe la radiación solar diurna resultando en un flujo positivo dentro de la edificación, mientras que en la noche, la pérdida energética de la superficie es re-radiada a la atmósfera resultando en pérdida calórica. Consecuentemente, aumentan las demandas por enfriamiento de la edificación durante la tarde y las necesidades por calefacción en las mañanas. Otro estudio conducido por Liu y Minor en el 2005, descubrió que superficies de techos verdes consistentemente redujeron el flujo de calor anual entre 75% y 90% durante el verano y entre un 10% y un 30% en el invierno. Esto señala que la eficiencia térmica puede resultar más efectiva durante el verano que en el invierno; sin embargo, no debe considerarse banal el ahorro en requerimientos de calefacción. La capacidad de aislamiento térmico de un techo verde es el resultado de la combina-
ción del uso de diferentes especies vegetales y el tipo y profundidad de sustrato a utilizar. El efecto de enfriamiento puede ser maximizado con el uso de un sistema de irrigación que asegure la evapotranspiración continua. Asimismo, la mayoría de los estudios han demostrado que la eficiencia energética es mayor en edificaciones de un solo piso, ya que la altura las expone a la acción directa de las temperaturas exteriores. En estos casos, para evitar la pérdida calórica por contacto, se pueden también utilizar coberturas vegetales en paredes y estructuras verticales. Entre estas últimas, destacan las diseñadas por el botánico francés Patrick Blanc que en 1988, construyó el primer prototipo de jardín vertical para el Museo La Villette de París. Actualmente, se pueden observar los resultados de su obra en diversas partes del mundo. Una de las más representativas es la pared construida para el Caixa Forum de Madrid (2008), la cual ocupa una fachada con una superficie vegetal de 460 metros cuadrados compuesta por una estructura que soporta más de 15.000 plantas de 250 especies diferentes. El aporte radica en que las plantas no necesitan tierra, sólo agua, minerales, luz y dióxido de carbono. El sistema de riego está compuesto por una malla humedecida constantemente a través de un sistema de riego de recolección y reciclaje. Entre las características más resaltantes se encuentra la interesante simbiosis entre arte, naturaleza y arquitectura. 6. Beneficios Socio-culturales/Calidad de Vida Mientras que los techos tradicionales son espacios subutilizados, los techos verdes de tipo intensivo permiten la creación de espacios de usos múltiples, que pueden generar impactos positivos en la calidad de vida de los usuarios. Estos pueden suplir un área importante de la demanda por áreas verdes y recreacionales en zonas donde la disponibilidad es limitada. Un estudio realizado en el año 2003 reveló que la productividad demostrada por trabajadores en edificaciones construidas en base a crite-
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psicológicos al espíritu y la salud personal, a través del mejoramiento de la calidad estética y escénica de las ciudades. De hecho, Frederick Law Olsmted (1822–1903), creador del Central Park en la ciudad de Nueva York, aseveraba que existe una necesidad biológica básica por estos espacios verdes: “…Un incremento de evidencias sugieren que la estabilidad de la salud mental y emocional de las poblaciones puede estar profundamente influenciada por aspectos frustrantes de un ambiente urbano biológicamente artificial. Pareciera que los seres humanos estamos genéticamente programados a un hábitat de aire limpio y variedad de paisajes verdes, como cualquier otro mamífero…” (Henche, 1996:11)
Imagen 5. Vista de la pared Vegetal del Caixa Forum, Madrid, España. Fotografía tomada por Autora en Marzo de 2010.
rios ecológicos era substancialmente mayor que la de aquellos que trabajan en edificaciones del tipo convencional (Kats, 2004). Esto se debe, en parte, porque la presencia de la vegetación simplemente hace “vivible” el entorno urbano. En 1989, Kaplan y Kaplan formularon una teoría sobre la interacción entre la atención del hombre y el entorno circundante, que indica que la vegetación y la naturaleza refuerzan nuestra atención espontánea, permiten que nuestro sistema sensorial se relaje y nos infunden nuevas energías. De la misma forma, Ulrich (1984) demostró que los pacientes hospitalizados se recuperaban más rápido cuando se les permitía visualizar árboles a través de un ventana (Nilson y Randrup, 1997, Ob. Cit). Las áreas verdes y espacios abiertos determinan en gran medida la calidad de vida de las zonas urbanas, ya que confieren beneficios
El potencial de la implementación de espacios abiertos y áreas verdes se encuentra limitado por las consideraciones a nivel de diseño y la capacidad de carga. Sin embargo, en función de las restricciones espaciales y estructurales en estos se pueden combinar los diferentes tipos y sistemas (intensivo, semiintensivo y extensivo). Existe un innumerable catálogo de actividades y usos con potencial a ser desarrollados sobre los techos verdes, los cuales van a depender de la accesibilidad a los mismos. Estos pueden ser de carácter público como parques, plazas y/o jardines y huertos comunitarios o jardines especializados de carácter privado.
7. Imagen y Relaciones Públicas Actualmente, existen numerosos programas que abogan por incentivar la búsqueda de una arquitectura verde y/o sustentable. Entre estos, el programa de la US Green Building Council: LEED (Leadership in Energy and Environmental Design) desarrolló un esquema que establece rangos entre las edificaciones, en función de un puntaje otorgado por su comportamiento ambiental. En tal sentido, la construcción de techos verdes obtiene puntos por reducción de islas de calor y manejo de la escorrentía, si el techo cubre por lo menos el 50% de la superficie total de la edificación. Adicionalmente, obtiene puntos por re-
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Imagen 6. Vista desde la tarima de la concha acústica hacia el anfiteatro construido sobre el techo verde del Millenium Park, Chicago, USA. Fotografía colaboración de Mercedes G. Ochoa, tomada en Septiembre de 2009.
ducción de impacto durante la construcción de la obra, protección y rehabilitación de espacios verdes y recreacionales, utilización de materiales de bajo consumo y reciclados, calidad interior del aire, e innovación y diseño. La acumulación de puntos ha resultado un atractivo para aquellos promotores que buscan la certificación ambiental como medio para la obtención de financiamiento o para aquellos que buscan el reconocimiento de un público con conciencia ambientalista. Los techos verdes están considerados como una prueba visible de que la edificación ha sido construida en base a criterios ambientales, lo que puede mejorar su imagen y aceptación dentro de una comunidad. El valor estético y la posibilidad de crear beneficios adicionales pueden convertirse en estrategias para aumentar el valor económico de la edificación. Igualmente, se ha comprobado que
un gran número de proyectos que han incluido los techos verdes como parte esencial de la edificación son hoy en día considerados hitos y obras de interés dentro de sus ciudades.
Superar Limitaciones Sembrar en techos, superficies verticales y jardineras no es sencillo, a pesar de que las nuevas técnicas aplicadas en su construcción presentan grandes avances con respecto a las utilizadas en las edificaciones convencionales. En las convencionales la integración de la vegetación a la edificación se restringe al uso de receptáculos y jardineras y, en el mejor de los casos, a la colocación de una pequeña capa de sustrato dispersa sobre la superficie del techo. Adicionalmente, la estabilidad estructural es un factor restrictivo debido a que generalmente en el cálculo original no se contempla el uso y adecuación de la azotea para soportar el
TECNOLOGÍA-CONSTRUCCIÓN Ochoa M.G.: La naturalización de la arquitectura: consideraciones generales para el diseño de techos verdes
peso del material e infraestructura necesarios para la creación de estos espacios. El alto costo estructural es otro factor que limita la implementación ya que el peso de la tierra aunado al de la vegetación puede variar entre 48,8 Kg/m2 para techos del tipo extensivo hasta 1.464,00 kg/m2 para techos destinados a usos intensivos. El peso estará determinado no sólo por los componentes a utilizar sino por cargas adicionales resultantes de las condiciones climáticas tales como niveles pluviométricos o volúmenes de nieve. Debido a las nevadas, en Ontario, Canadá la normativa establece que los techos deben ser diseñados para soportar por lo menos 195,00 Kg /m2. Para garantizar la correcta implementación y obtener objetivos concretos en el uso de techos verdes es indispensable entender y afrontar las limitaciones y potencialidades presentes en estos. Primariamente, es necesario cambiar el paradigma de que los techos verdes son equivalentes a jardines naturales elevados. A diferencia de los jardines regulares, éstos son sistemas fabricados de alta complejidad constructiva, estructural y de ingeniería, cuyas limitaciones son generalmente desconocidas por arquitectos y constructores. Es indispensable tomar en cuenta ciertas consideraciones al momento de planificar la construcción de este tipo de estructuras, las cuales deben ser incluidas en las fases iniciales del proyecto. A pesar de que la capacidad de carga es considerada como el punto crítico, es imprescindible el manejo de la escorrentía y del sistema de drenajes de aguas de lluvia para garantizar que la edificación esté protegida contra la degradación producto de las condiciones climáticas. Asimismo, para que un techo sea “verde” se requiere la inclusión de la vegetación como elemento principal, por lo que el conocimiento de las necesidades básicas y manejo del material vegetal debe estar acorde con las limitaciones existentes. En este caso, un sistema constructivo exitoso debe estar compuesto por distintos componentes: sobre piso, aislante, impermeabilización, capa de
drenaje, malla filtrante, sustrato y por último el material vegetal. Cada uno de estos requiere especial atención debido a que el sistema debe funcionar como una unidad para cumplir con el destino de la estructura. Conclusión En conclusión, este artículo tuvo por finalidad presentar una visión general de los aspectos a considerar en la toma de decisiones respecto a la implementación de techos verdes. Su intención fue cambiar paradigmas en los que se desestiman los beneficios y ventajas presentes en ellos, la complejidad de su construcción y la importancia de la elección del material vegetal apropiado, en función de que estos puedan convertirse en mitigadores del impacto ambiental producido por el exceso de edificaciones en las ciudades. En este caso, la mayoría de los países latinoamericanos tienen un largo trecho por recorrer respecto al aumento de la eficiencia de los sistemas constructivos tradicionales y la implementación de nuevas “tecnologías limpias” en la fabricación de componentes unitarios (mallas filtrantes, sustratos especiales, repelentes y controladores para raíces) que pueden generar limitaciones económicas y estructurales importantes a la hora de incluir estos sistemas. Sin embargo, pareciera que el aumento de una conciencia colectiva que clama por soluciones arquitectónicas en pro de la ecología y la necesidad por áreas verdes y recreacionales presentan el ambiente apropiado para la proliferación de los techos verdes como complementos fundamentales de la arquitectura ecológica.
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María Gabriela Ochoa-González Arquitecta por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela. Profesora del Departamento de Diseño, Arquitectura y Artes Plásticas de la Universidad Simón Bolívar, Venezuela.. Dedicada a la investigación y al ejercicio profesional de arquitecta paisajista. 8agaby@gmail.com
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TEORÍA-HISTORIAPATRIMONIO EDIFICADO
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La evaluación de las políticas públicas en México María de la Luz Valderrábano-Almegua Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD), Instituto Politécnico Nacional (IPN), México mvalderrabano@ipn.mx, mvalderrabano@prodigy.net.mx
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Jaime Castro-Campos Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD), Instituto Politécnico Nacional (IPN), México castro_campos2000@yahoo.com.mx
René Hernández-Mendoza Profesor Investigador de la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQUIE), Instituto Politécnico Nacional (IPN), México enerhernan@yahoo.com
TEORíA-HISTORIA-PATRIMONIO EDIFICADO Valderrábano, M. L.; Castro, J.; Mendoza, R.: La evaluación de las políticas públicas en México
Resumen Un buen gobierno democrático evalúa los resultados de sus políticas y acciones para rendir cuentas a sus gobernados y utiliza la evaluación como instrumento de retroalimentación para tomar las decisiones y emprender las acciones que le permitan lograr los objetivos para los cuales las políticas y programas fueron diseñados y cumplir así con los compromisos contraídos con la sociedad a la que sirve. Este trabajo inicia describiendo brevemente el marco conceptual y metodológico de la evaluación para después analizar su evolución y práctica en México. Antes de 1990, la evaluación en nuestro país fue una actividad incipiente, a partir de ese año se establecieron las leyes y reglamentos que la convirtieron en una tarea obligatoria para algunas dependencias de gobierno, que les permite transparentar su acción gubernamental y rendir cuentas. A su vez se analizan las características, fortalezas y debilidades de algunos instrumentos de evaluación empleados en México hasta el año 2008, para concluir con la revisión del Sistema de Evaluación del Desempeño, inserto en el actual Programa Especial de Mejoramiento de la Gestión del Gobierno Federal. Palabras clave: Políticas públicas, evaluación, rendición de cuentas, eficacia.
Abstract
The practice of a good democratic government includes the evaluation of their own policy and actions for the rendering of accounts and uses the evaluation as a feedback instrument to align their actions towards the reach of the planned objectives. In this article we begin by describing the concepts and methodology reference frame of the evaluation activity and then we proceed to analyze the origins, evolution and actual practice of this task in México. Before 1990 the evaluation was scarcely used in our country but since that year several laws and regulations became the evaluation a mandatory task for several government dependencies. This work also includes the analysis of the characteristics, strengths and weaknesses of the evaluation instrument designed and used by the Special Program for the Improvement of the Management of the actual Mexico’s Federal Government. Keywords: Public Policy, Evaluation, Accountability, Government performance, Efficiency
1. Política Pública y su Evaluación Una política pública es la decisión gubernamental de resolver un problema público, de acuerdo con Oszlak y O’Donnell (1984), las políticas públicas permiten tener una visión del Estado “en acción”, desagregado y descongelado como estructura global y “puesto” en un proceso social en el que se entrecruzan complejamente diversas fuerzas sociales. Las políticas públicas se instrumentan a través de: planes, programas, proyectos y normativas a diferentes niveles, que deben originarse y formularse de forma sistemática y coherente
tratando de coordinar el tema espacial (internacional, nacional, regional, comunal microlocal), con el tema temporal (corto, mediano y largo plazo) y considerando además, su viabilidad política y financiera (Podestá, 2001). Para Haarich (2006) las políticas públicas viven actualmente cambios importantes. La evolución acelerada de los sistemas sociales y económicos, junto con la aparición de cada vez más actores e intereses, hacen que las políticas públicas representen hoy día un sistema altamente complejo.
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De acuerdo con los autores que han desarrollado la noción de política pública como proceso, éstas incluyen una fase de evaluación; el análisis que realiza Aguilar (2000) de algunos autores reconocidos en el campo (Harold, Lasswell, Yehezkel, Garson, Ascher, Douglas, Behn y Landau), indica que todos consideran a la evaluación como parte del proceso de toda política pública, así mismo evaluarla es apreciar los efectos atribuibles a una intervención gubernamental en un campo específico de la vida social y del entorno físico, es la apreciación sistemática, sobre la base de métodos científicos, de la eficacia y de los efectos reales, previstos o no, buscados o no, de las políticas públicas, así para Sulbrandt (1994) la evaluación es un examen a partir de criterios específicos, de los logros de una política con relación a las metas propuestas y a los efectos esperados en los grupos sociales beneficiarios. Cada una de las actividades desarrolladas por al aparato de gobierno son susceptibles de ser evaluadas a diferentes niveles, por diferentes actores y con objetivos concretos que fundamentalmente deberán estar orientados a medir el grado de cumplimiento de los objetivos para lo que fueron creados, así como para rendir cuentas a la sociedad, lo que finalmente transparenta las actividades gubernamentales y potencializa la gobernanza1. Una característica fundamental de la evaluación es que requiere establecer juicios de valor sobre el objeto de evaluación, sea este una política, un programa, un servicio social, una intervención puntual o cualquier otro objeto García (2003). Elaborar un juicio de valor requiere, la recopilación y el análisis sistemático de información. El carácter sistemático queda determinado por tres factores: la conciencia de la actividad, seguir un determinado orden y método para hacer
la evaluación, estructurar de forma lógica el camino para recopilar, interpretar y valorar objetiva y ordenadamente la información. Patton (1982) señala que existen cuatro niveles de análisis en la evaluación: resultados o hallazgos, interpretacioneS, juicios o valoraciones y recomendaciones. Dentro de los autores reconocidos en el campo de la evaluación que consideran el mérito y el valor de los objetos evaluados encontramos a Scriven (1980), Shadish, Cook y Levinton (1991), Stufflebeam y Shinkfield (1987) y Guba y Lincoln (1989). Scriven fue quién primero hizo la distinción entre los dos términos, pero todos estos autores consideran que, el mérito depende de las características intrínsecas del evaluando y tiene que ver con que si se hace bien lo que se supone se debe hacer, el valor depende de lo extrínseco, del uso que se hace en el contexto, el mérito puede ser valorado aisladamente; el valor sólo se podría asignar considerando el contexto y las necesidades particulares. El evaluando podría ser meritorio aunque no válido. Esta circunstancia de estar interesados no sólo en el mérito sino también en el valor de lo que se evalúa, es una cualidad de la evaluación que enfatiza su carácter práctico y aplicado. Prácticamente todos los autores coinciden al considerar la utilidad de la evaluación como eje de la misma, aunque ponen énfasis en elementos diferentes; para Monnier (1995) la utilidad social es el elemento clave de la evaluación y aquélla se consigue si se reconoce e implica a los diferentes actores en el proceso evaluativo. La finalidad de la evaluación influye en su articulación práctica, ya que esta define: los valores y cuestiones a evaluar así como la metodología a aplicar. Chelimsky (1997) y Roth (2002), consideran que la evaluación puede ser: a) a nivel de medios, b) para rendir cuen-
1 Proceso en el que la definición del sentido de dirección de la sociedad, de las formas de organizarse para realizar los objetivos (resolver problemas, enfrentar desafíos, crear futuros de valía) y del modo como se distribuirán los costos y beneficios ya no puede ser obra exclusiva del gobierno, considerado como el actor único o el dominante, sino que es el resultado de la deliberación conjunta, interacción, interdependencia, coproducción, corresponsabilidad, asociación entre el gobierno y las organizaciones privadas y sociales, en el que el gobierno y las organizaciones juegan roles cambiantes con acoplamientos recíprocos según la naturaleza de los problemas y las circunstancias sociales.
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tas2, c) el impacto, d) para medir la eficiencia, e) para conocer la satisfacción, f) para desarrollar la gestión, g) para ampliar la base de conocimiento. También existen diversas modalidades de evaluación: interna, externa y mixta entre las principales, que se clasifican de acuerdo a los equipos que las realizan. La tabla 1 indica las diferentes clasificaciones, sus ventajas y desventajas. De acuerdo con los autores Zaltsman (2006), Bamberger y Hewitt (1986), Valadez y Bamberger (1994) y Baker (2000) la evaluación se puede realizar a tres diferentes niveles; programa3, estudio o contexto.
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2. Componentes de la evaluación La evaluación de políticas públicas fija su atención en el conjunto de elementos estructurales que conforman el programa: componentes, rendimientos, objetivos, efectos, e indicadores. Los indicadores para evaluar políticas públicas: son un elemento central en el proceso de evaluación ya que su finalidad es constituir una herramienta capaz de cuantificar la relación entre El concepto de accountability para la OCDE significa rendición de cuentas e implica la obligación de demostrar que se ha efectuado el trabajo cumpliendo con las reglas y normas acordadas o de declarar de manera precisa e imparcial los resultados obtenidos en comparación con las funciones y/o planes encomendados. Esto puede exigir una demostración cuidadosa, que pueda defenderse incluso judicialmente, de que la labor realizada es congruente con los términos contractuales. 3 Un programa público es un conjunto de intervenciones determinadas con el fin de solucionar una situación problema y un proyecto es una operacionalización de un programa, en la cual se debe ejecutar las actividades necesarias de la intervención coordinando todos los factores que interaccionan en ella». 2
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el escenario que se quiere obtener (objetivos) y el que efectivamente se logrará en el futuro. Una clasificación de los indicadores relativa a su ámbito de aplicación son: a) indicadores de recursos, b) indicadores de actividades, c) indicadores de productos, d) indicadores de resultados (producto, efecto y de impacto). A su vez los indicadores de proceso y de resultados se dividen en indicadores de eficacia, eficiencia y calidad: a) Indicadores de eficacia, se consideran como el nivel de cumplimiento de los objetivos y metas establecidos, a través de los productos o resultados obtenidos, sin referencia alguna al costo de consecución de los mismos, b) Indicadores de eficiencia, se refieren al costo unitario de producción o costo promedio, el cual relaciona la productividad física y el costo de los factores e insumos utilizados en la generación de un bien o servicio, se pueden obtener mediciones de productividad física, relacionando nivel de actividad (Bonnefoy y Armijo, 2005) y c) Indicadores de calidad que miden la capacidad de cumplir adecuadamente con los requisitos de satisfacción del producto que esperan los usuarios. En términos de oportunidad, accesibilidad, precisión,
plazos; estos indicadores están orientados a suministrar información desde dos aspectos: los atributos y características del producto y la satisfacción del ciudadano. La construcción de indicadores requiere un marco legal, programático y normativo (nacional y/o internacional) que establece las necesidades de información para medir o analizar la situación de la economía, la sociedad, la población o el medio ambiente, respecto a determinados valores o metas perseguidos y cumplir con los criterios de validación que se muestran en la tabla 2. Los indicadores, deben ser revisados en forma periódica para que mantengan todos sus atributos. Los sistemas generan información más precisa sobre las condiciones, mide distintos componentes del objeto evaluado y da información sobre cómo trabajan en conjunto los componentes individuales para producir un efecto general. Por tanto, un sistema de indicadores dará cuenta no sólo de los logros de las políticas públicas, de los planes y programas implementados, sino que también identificará los ámbitos donde es necesario promover acciones específicas.
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3. Modelos, Métodos y Técnicas de evaluación de políticas públicas, programas y proyectos En la búsqueda de eficiencia en los procesos de toma de decisión a través de los resultados de la evaluación de programas y políticas públicas han propiciado el uso de distintos modelos, métodos y técnicas aplicados en la evaluación de las políticas y programas públicos, la elección de éstos está en función de los objetivos de la evaluación, en la tabla 3 se hace una revisión de algunos de los teóricos relacionados con la evaluación de políticas públicas.
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Métodos de obtención de datos Los datos, según su procedencia, pueden dividirse en primarios y secundarios. Los datos primarios son aquellos que el investigador obtiene directamente de la realidad, recolectándolos con sus propios instrumentos. Los datos secundarios, por otra parte, son registros escritos que proceden también de un contacto con la práctica, pero que ya han sido elegidos y procesados por otros investigadores. Los requisitos que debe cumplir la información en un sistema de evaluación son:
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1. Validez: Una información válida es aquella
que permite conocer aquello que se pretende. 2. Confiabilidad: Que tenga la capacidad de ofrecer resultados similares o comparables al ser aplicado reiteradas veces y por diferentes evaluadores. 3. Pertinencia: Estar disponible en el momento oportuno. Los datos que se recolectan para la evaluación de un programa o política pública pueden obtenerse a través de los siguientes métodos y técnicas de investigación (Altuazarra, 2008), (Ozuna, 2000), (Banco Mundial, 2004), (Guzmán Marcela, 2007): datos administrativos, encuestas, entrevistas, estudios de caso, evaluación contra factual, evaluación de procesos, evaluación de resultados y efectos, evaluación de satisfacción, evaluación integral, evaluación local, evaluaciones sumativas de impacto, focus group, fuentes secundarias, métodos participativos y técnicas de observación; que en la medida que se apliquen con rigor y que los datos sean confiables los juicios y valoraciones serán más apegados a la realidad de diseño, operación o impacto del programa o política evaluada. Métodos de Análisis de Información El análisis de los datos es un proceso que requiere preguntas astutas, búsqueda implacable de respuestas, observación activa y memoria precisa; se trata de un proceso que compagine datos, evidenciar lo invisible, de reconocer lo importante a partir de lo insignificante, de vincular hechos al parecer no relacionados lógicamente, de atribuirles consecuencias a los antecedentes. Es un proceso de conjetura y verificación, de corrección y modificación, de sugerencia y defensa; un proceso creativo de organizar los datos. Cuatro procesos cognitivos se presentan de manera integral en el análisis de datos a saber: comprender, sintetizar, teorizar y recontextualizar (Morse y Bottorff, 2006). El proceso analítico para Ballart (1997), se pueden resumir en tres etapas: la compren-
sión del problema, analizar posibles soluciones, la elaboración y comunicación de las soluciones propuestas al usuario del análisis. Algunos de los métodos frecuentemente utilizados para el análisis de datos para evaluación de políticas y programas públicos son: análisis Input/Output, métodos econométricos, técnicas estadísticas, métodos experimentales, modelación matemática, encuestas Delphi, SWOT/DAFO y el marco lógico.
Herramientas para emitir informes La comunicación de los resultados de una evaluación de políticas o programas públicos implica por parte del evaluador una actitud crítica que deberá plasmarse en su reporte; haciendo uso de la objetividad, la racionalidad, la verificabilidad y la sistematicidad para describir y analizar los datos recabados y tener elementos para argumentar sobre los hallazgos encontrados esto a través de describir el proceso de investigación que siguió con la idea de que pueda ser replicado. El informe de evaluación puede ser una tarea vasta, de modo tal que es pertinente establecer tres aspectos que a grandes trazos constituyen los problemas de toda escritura pública, según Besse (2001) contempla los aspectos: epistémico, metodológico y técnico. Algunas herramientas clásicas utilizadas para emitir informes de evaluación son: análisis coste beneficio, benchmarking, análisis coste efectividad, evaluación de impacto de género, evaluación de ambiental estratégica, evaluación de impacto, análisis multicriterio, análisis estratégico, paneles de expertos, análisis mixtos cuantitativos y cualitativos, análisis de tendencias macro y técnicas de triangulación. 4. La Matriz de Evaluación Una vez que se ha establecido el modelo de evaluación a utilizar, es importante organizar a los requerimientos de información para el desarrollo de la evaluación, una forma de visualizar y organizarla es través de lo que Rodríguez y Zeballos (2007), denominan la
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matriz de evaluación que es una ayuda gráfica que permite una presentación resumida de los principales elementos de una evaluación. Muchos de esos elementos ya aparecen de manera explícita y ordenada en aquellos proyectos que utilizan la metodología del marco lógico, pero también están presentes –quizá de manera menos explícita– en los proyectos que utilizan otros formatos para su diseño. La idea de la matriz es que al vaciar los elementos clave para la evaluación de los proyectos en ella, se pueda tener un panorama visual de la integración de dos lógicas complementarias que son importantes: la lógica horizontal y la vertical. Con la lógica de coherencia horizontal, se trata de ver el nivel de coherencia de las preguntas orientadoras con relación a las dimensiones/cambios, de los indicadores con respecto a las preguntas y a las anteriores, y la del resto de elementos a partir de la misma lógica. Se trata de establecer si podemos observar aquello que queremos observar. La lógica de coherencia vertical, por otro lado, ocupa sólo la columna hacia la izquierda de la matriz. Tiene el propósito de mostrar la relación causal entre los cambios de distinto nivel, y ver si la información recogida para los niveles más bajos sirve como insumo para la observación y el análisis de los otros niveles. En la tabla 4 se muestra un ejemplo de matriz básica, con un formato convencional.
34 5. La evolución de la administración pública en México y las políticas públicas Aunque el tema de este trabajo es la evaluación de las políticas públicas, es importante revisar brevemente cómo ha evolucionado la administración pública de acuerdo a las condiciones económicas y sociales internas y externas de México. Después de este breve recorrido histórico será fácil explicarse por que la evaluación de la política pública ha ido ganando terreno como actividad de buen gobierno a medida que el país avanza gradualmente hacia la democracia en un mundo globalizado. Los años 1920–1930. Después de la Revolución Mexicana, tras una década de guerra civil, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos de 1917 era el marco de referencia directo de la Política Pública, la preocupación del estado era pacificar a la nación, crear condiciones de gobernabilidad, rescatar la pro-
ducción y el sustento económico basados en la explotación de los recursos naturales y la producción agrícola y ganadera. Los años 1930–1940. En 1930, durante la Presidencia de Pascual Ortiz Rubio se promulgó la primera Ley de Planeación que tuvo como objetivo inventariar los recursos naturales del país y reorganizar la actividad económica y social. En 1934 Lázaro Cárdenas del Río promulgó el primer plan sexenal en donde se expresó la visión del cambio estructural que requería la nación. La política pública se orientó a la creación de infraestructura de comunicaciones y de distribución de energéticos y productos básicos facilitando la producción y el comercio con una orientación nacionalista. Fueron tiempos de planeación, la intención del plan sexenal era sentar las bases para que
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los siguientes períodos de gobierno dieran continuidad al proyecto. Las dependencias gubernamentales encargadas de instrumentar las políticas públicas estaban en proceso de creación o de consolidación. Los años 1940 a 1976. El período abarca los gobiernos presididos por Manuel Ávila Camacho, Miguel Alemán Valdés, Adolfo Ruiz Cortines, Adolfo López Mateos, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez, tiempos de la hegemonía de un solo partido político en el poder, en el que se pone en marcha el segundo plan sexenal y con la idea de un desarrollo estabilizador, se eligió impulsar la producción industrial como eje del desarrollo nacional. Es el intento de superar la etapa de un país subdesarrollado y pasar a los niveles de bienestar económico y social tomando como modelo a los países líderes del capitalismo económico, con la diferencia de que en México el estado participaría en una economía mixta, en la que se encargaría de invertir y administrar los recursos económicos y naturales de la nación para crear y operar empresas en diversos sectores productivos estratégicos que impulsarían el desarrollo nacional. Durante la mayor parte de este período la burocracia gubernamental encargada de administrar los recursos y bienes nacionales no estaba obligada por ley a evaluar sus acciones y resultados y rendir cuentas a la sociedad, bastaba con los informes de labores. La necesidad de administrar y controlar el funcionamiento de las empresas paraestatales llevó a la creación de la Comisión de Administración Pública durante la gestión del presidente Gustavo Díaz Ordaz (1966 – 1970), en el mismo sentido, el Congreso de la Unión adquirió algunas facultades sobre el control de los ingresos y egresos de los principales organismos de la Administración Pública descentralizada. Se observa cómo la actividad de evaluación surge de manera natural para satisfacer una necesidad inherente a los procesos de administración de los bienes y recursos que son
responsabilidad del estado. La burocracia gubernamental encargada de la supervisión y control de las empresas paraestatales por lo general privilegiaba la eficacia antes que la eficiencia; con frecuencia, la calidad y el costo de los bienes producidos no era competitiva en calidad y precio a nivel internacional. La evaluación, cuando la había, utilizaba indicadores y criterios con base al cumplimiento de metas y programas y no necesariamente basada en estándares internacionales. Los años 1976–1988. En los sexenios de José López Portillo y de Miguel de La Madrid Hurtado, hubo avances administrativos y legislativos que permitieron seguir en el tránsito hacia la gestión pública moderna. Se crearon la Coordinación de Evaluación dentro de la Secretaría de la Presidencia, El Plan Nacional de Desarrollo, La ley Orgánica de la Contaduría Mayor de Hacienda y el Plan Global de Desarrollo. A iniciativa de académicos e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, se realizaron las primeras evaluaciones a programas sociales de nuestra historia, concluyendo que era necesario implantar un presupuesto por programa. La ley de Planeación de 1983 favoreció la instrumentación de políticas públicas a través de programas sectoriales enmarcados en el plan. La ley indica el mecanismo de consulta popular para recoger la participación social en las etapas de formulación control y evaluación y la obligatoriedad de la programación dentro del sector público federal. Los años 1988–1994. El Plan Nacional de Desarrollo para el Sexenio de Carlos Salinas de Gortari fue elaborado con la intención de pactar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y Canadá. La entrada en vigor en México en enero de 1994, del Tratado de Libre Comercio de América del Norte fue la causa que detonó un proceso de cambio acelerado en las organizaciones mexicanas a todos niveles, obligándolas a reformularse abandonando las formas de administración burocráticas que imperaron durante varias décadas y adoptan-
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do sistemas de gestión de tipo empresarial. La nueva gestión pública recurrió a herramientas gerenciales como la excelencia y la planeación estratégica para con ellas, construir los esquemas y aparatos de gobierno que le permitieran satisfacer y responder con oportunidad a las demandas sociales y económicas de la población. Los años 1994–2006. A partir de 1990, las políticas de los gobiernos de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León y Vicente Fox Quesada han orientado al país hacia lo que se ha llamado la modernización estructural, cuya intención es lograr el desarrollo nacional mediante la participación de México en el concierto económico globalizado, adoptando los principios de funcionamiento de la economía capitalista de libre mercado, de manera similar a como lo hacen sus socios comerciales de Norteamérica, pero ya sin la economía mixta que fue característica en las décadas anteriores. En materia de política social, a partir del año 2007 el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa aplica un programa de gestión pública que se apoya fuertemente en la evaluación, por lo que en la actual gestión una importante tarea de gobierno es medir y evaluar los avances en el desarrollo interno de las instituciones de la Administración Pública Federal (APF) y la efectividad de sus programas y servicios. La tabla 5 es una recopilación de la evolución de la APF de México y los diversos esfuerzos por incluir los procesos de evaluación de la gestión desde los gobiernos post revolucionarios a la fecha. En ella se identifican los momentos en los que los procesos de evaluación y rendición de cuentas se fueron instaurando en México. Progreso de la evaluación como instrumento de gobierno Durante los años noventa se realizaron las primeras evaluaciones aisladas de programas
sociales4 como los de asistencia, alimento y nutrición rurales y se hicieron muchos esfuerzos para incorporar las evaluaciones desde el principio, pero sin mucho éxito. En 1997 fue creado en México, el programa social Progresa (Oportunidades) cuya evaluación de impacto se instituyó de manera muy específica y clara. Ese programa tenía un objetivo muy definido y la evaluación tuvo resultados casi inmediatos, Progresa tenía recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que requirió una evaluación externa del programa, los otros participantes fueron los personajes políticos de ese tiempo, que recibieron con beneplácito la realización y los resultados de las evaluaciones a ese tipo de programa social. A partir de 2000, el Congreso de la Unión (Poder Legislativo) requirió, por ley, una evaluación anual de todos los programas manejados por el Poder Ejecutivo Federal e instituyó la evaluación externa de todos los programas sociales, con objeto de lograr mayor transparencia y rendición de cuentas. En 2001, se creó la Subsecretaría de Planificación y Evaluación Social en la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), su objetivo principal fue realizar la evaluación de los programas sociales. Este mandato de la SEDESOL, dado por el Congreso, condujo a la creación de la Subsecretaría y Oficina General, que es la encargada de cumplir con este mandato. En 2004, el Congreso aprobó una Ley de Desarrollo Social que, entre otras cosas, institucionalizó el proceso de evaluación y creó un Consejo Nacional de Evaluación, que entró en funciones a finales de 2005. Actualmente, los directores de programa de toda la APF saben que los programas públicos y las actividades desarrolladas por ellos son sujetos de evaluación y que deben atenderlas.
4 Además de PROGRESA/OPORTUNIDADES, algunos otros programas que evaluaron impacto fueron el Programa de Abasto Social de Leche (LICONSA), el Programa de Apoyo Alimentario (DICONSA), Programa de Acciones Compensatorias para Abatir el Rezago en la Educación Inicial y Básica (CONAFE), el Programa de Apoyo al Empleo (STPS), el Sistema de Protección en Salud (Seguro Popular) y el Programa Hábitat (SEDESOL).
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(Mejía 2003), (Cardozo 2005), (Mejía 2005), (Mejía 2005b), (Hinojosa 2006), (Huacuja Betancourt 2007), (Meyenberg 2007), (Cantú 2007), (Mariñez 2007), (SFP 2008), (Aguilar, 2000 ), (Cunill, 2000), (Arellano, 2003), (May et al 2006)
Fuente: elaborado a partir de información pública del gobierno federal mexicano informes presidenciales, documentos técnicos relacionados a la administración pública publicados en el diario oficial de la federación, (Carrillo 1996)
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6. Marco legal e Instituciones Mexicanas que intervienen en la evaluación de las políticas públicas En la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se indica que “El Estado planeará, conducirá, coordinará y orientará la actividad económica y llevará a cabo la regulación y fomento de las actividades que demande el interés general en el marco de libertades que otorga esta Constitución”. El Artículo 26 señala que el Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que imprima solidez, dinamismo, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y democratización política, social y cultural de la Nación. Asimismo, establece que los fines del proyecto nacional contenidos en dicho ordenamiento determinarán los objetivos de la planeación. Por otra parte, indica que habrá un Plan Nacional de Desarrollo (PND) al que se sujetarán obligatoriamente los programas de la APF. Además la ley faculta al Ejecutivo para establecer los criterios para la formulación, instrumentación, control y evaluación del Plan y de los Programas de Desarrollo. La Secretaría de la Función Pública (SFP) tiene, entre otras, las funciones de control, fiscalización, evaluación, responsabilidades y atención ciudadana y contraloría social, promover el desarrollo y modernización de la Administración Pública Federal (APF), administrar el patrimonio inmobiliario federal, realizar avalúos de inmuebles federales, determinar la justipreciación de rentas, emitir la normatividad en materia de adquisiciones, obra pública, servicios y bienes muebles. Así como la vigilancia y control del cumplimiento de normas y compromisos administrativos y la facultad de ordenar y/o realizar auditorías y evaluaciones a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal.
Es evidente que las principales actividades de evaluación del gobierno federal están asignadas a esta Secretaría, a la cual le corresponde también el cumplimiento del Acuerdo firmado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la entonces Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo (SECODAM), publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de Abril de 2002, por el que ambas entidades se comprometían a realizar evaluaciones de calidad para mejorar el desempeño de los programas federales. En el acuerdo se incluyó aportar los recursos e insumos adicionales que las dependencias requieran para mejorar el diseño y resultados de sus programas. Mediante la evaluación externa se buscaba tener un diagnóstico de las deficiencias y bondades de los mencionados programas para ponerlas a disposición de los coordinadores de sector, quienes las usarían para preparar el proyecto de presupuesto al representante del ejecutivo y a la vez proporcionar información y apoyo técnico a la Cámara de Diputados sobre el avance y valoración de los programas federales. De esta forma, la Dirección General de Operación Regional y Contraloría Social de la SFP fue la entidad responsable y técnicamente capacitada para emitir dictámenes confiables y recomendaciones de política pública con base en los análisis de resultados obtenidos mediante la evaluación externa de los programas federales vigentes en ese momento. 7. Estado actual de la evaluación El Plan Nacional de Desarrollo 2007-20125 (PND) se ha estructurado con cinco ejes rectores: 1.- Estado de derecho y seguridad, 2.- Economía competitiva y generadora de empleos, 3.- Igualdad de oportunidades, 4.- Sustentabilidad ambiental y 5.- Democracia efectiva y política exterior responsable. Cada uno de estos
Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012. Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de mayo de 2007. Ver el apartado de Anexos “Programas para instrumentar el Plan Nacional de Desarrollo”.
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ejes contiene subtemas que establecen la política nacional. La operacionalización del plan se realiza a través de la alineación de los programas de toda la estructura del Gobierno y para ello se establecen los planes en sus diferentes áreas y niveles. Los objetivos nacionales del PND son la base para el diseño de los Programas que se derivan de éste (Sectoriales, Institucionales, Especiales y Regionales), en consecuencia, sus objetivos deben ser congruentes y estar alineados con los de los ejes de la política pública del PND. A través de la alineación entre el PND y los programas que de éste emanan, se busca coordinar el trabajo de las Dependencias y Entidades y enfocarlo a la consecución de los grandes objetivos estratégicos y metas nacionales. Cada dependencia y entidad dentro de la APF debe tener claridad acerca de cómo contribuye al logro de lo planteado en el PND, de manera que todos los programas en cuya ejecución participe, constituyan un esfuerzo coordinado en torno a prioridades claras y estratégicas como se muestra en la figura 1.
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Figura 1 Organización Pública en México
En México, como en cualquier otro país del mundo, el control y evaluación de la gestión pública, tienen un papel relevante como instrumento articulador de una democracia más sólida y transparente. El PND establece el compromiso por parte de la APF con la ciudadanía, de fortalecer los principios de probidad y rendición puntual de cuentas, lo que conlleva a vigilar que los recursos públicos se utilicen bajo los principios de legalidad, honestidad, eficiencia, eficacia y calidad. Otra forma de medir el desempeño y evaluar la gestión pública es a
SHCP (2008)
través de resultados; esto exigió dar un nuevo enfoque a los procedimientos de control y evaluación gubernamental. En este sentido, la SFP con base en las atribuciones que le confiere la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal del Gobierno Mexicano, revisó y dio un nuevo enfoque al Sistema de Control y Evaluación Gubernamental. Se estableció como prioridad lograr una evaluación integral de los resultados de la gestión pública en términos de eficiencia, eficacia y productividad, articulando el gasto público y
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los programas y metas de los sectores, con los principales objetivos y políticas de gobierno. No resultaría completa esta evaluación, si no se contribuye a fortalecer y mejorar los servicios que se ofrecen a la ciudadanía. Corresponde a la SHCP y a la SFP celebrar, en el seno de la Comisión Intersecretarial de Gasto y Financiamiento, convenios para establecer metas de desempeño, compromisos de balance de operación primario y financiero mensual y trimestral a nivel devengado y pagado. La SFP es la responsable de vigilar el cumplimiento de las disposiciones en materia de planeación, presupuesto, ingresos, financiamiento, inversión, deuda, patrimonio, fondos y valores de la propiedad o al cuidado del Gobierno Federal. México cuenta con un marco legal adecuado para el desarrollo de las evaluaciones de políticas y programas, pero la existencia de estos instrumentos y su base legal no son garantía de que estén articulados en un sistema único que sustente y retroalimente la toma de decisiones de la APF. En ésta coexisten varios sistemas, de evaluación, monitoreo de cobertura general y de aplicación sectorial, que no están alineados en sus aspectos conceptuales, metodológicos y operacionales. Los informes finales de las evaluaciones recibían poca atención por parte de los usuarios claves como el Congreso, la SHCP y la SFP; casi no había existido atención a las recomendaciones de los evaluadores, con la excepción de algunas Secretarías que si desarrollaron sus propios sistemas. Para aprovechar al máximo los resultados de la evaluación se requiere que estos sirvan como retroalimentación a la operación de los programas públicos, canalizándolos hacia los responsables de su operación y seguimiento. Para ello, el 14 de octubre de 2008, la SHCP, la SFP y el CONEVAL formalizaron el proceso de seguimiento y de atención a los hallazgos generales de las evaluaciones externas mediante la publicación del documento Mecanismo para
el Seguimiento a los Aspectos Susceptibles de Mejora derivados de Informes y Evaluaciones Externas a Programas Federales 2008. Otro esfuerzo del Gobierno Mexicano relacionado con la organización de la Administración y la institucionalización de la evaluación es el Programa Especial de Mejora de la Gestión (PMG) en la APF 2008-2012.6. El propósito del PMG es convertirse en la palanca que ayude a toda actividad pública a lograr mayores y mejores resultados. De manera articulada con el Sistema de Evaluación del Desempeño (SED), el PMG se propone medir y evaluar los avances en el desarrollo interno de las instituciones de la APF y la efectividad de sus programas y servicios, con el objetivo de encontrar y promover las mejores formas de lograr el éxito de su misión. El Programa de Mejora de la Gestión se basa en cinco ejes: 1.- Orientación a resultados, 2.- Flexibilidad, 3.- Innovación y experiencia, 4.- Sinergia y 5.- Participación ciudadana. Que constituye la propuesta y estrategia del gobierno del Presidente Felipe Calderón Hinojosa para transformar al Gobierno e impulsar la consecución de sus objetivos, con este enfoque, la evaluación se orienta hacia la mejora y no solamente como apoyo al control, sus resultados servirán para promover las transformaciones estructurales necesarias en la APF. El reto es operacional para que cumpla con los tiempos marcados dentro del mismo, este esfuerzo permitirá a México cumplir con los objetivos nacionales del PND 2007-2012 y cumplir con los acuerdos internacionales firmados por México en materia de Reforma Administrativa. El sistema de evaluación de México, enmarcado en el programa especial de mejoramiento de la gestión administrativa de la SFP (2008) se compone de evaluaciones externas, evaluaciones de impacto, el sistema de monitores basado en resultados y la medición oficial de la
Programa Especial de Mejora de la Gestión en la Administración Pública Federal 2008-2012 disponible en línea: http://200.34.175.29:8080/wb3/wb/SFP/pmg. consultado 20 de septiembre 2008.
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pobreza. En la tabla 6 se aprecia una matriz que describe las características de los instrumentos de evaluación de políticas públicas empleadas en México hasta 2008, identificando en cada tipo de instrumento su normatividad, financiamiento, instrumentos gerenciales aplicados, capacidad de expansión de la iniciativa, uso de la información, fortalezas y debilidades. Cabe señalar que algunos de estos instrumentos han quedado deprimidos en el PMG.
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Lineamientos generales para la evaluación de los programas federales de la administración pública federal (DOF 30-03-07). Sin el rigor metodológico requerido. c Un tablero de control o cuadro de mando, es una analogía utilizada en la gestión empresarial para el diseño y operación de un conjunto de instrumentos que den cuenta de la buena marcha (o no) de una organización. de manera más reciente se ha popularizado la imagen de un semáforo que indica las alertas y señales requeridas para la buena gestión. d Programa especia l de mejora de la gestión en la administración, pública federal 2008-2012. Publicado en el dof. miércoles 10 de septiembre de 2008 e Lineamientos para el diseño, integración operación, evaluación y control del modelo integral de desempeño de órganos de vigilancia y control. DOF 7 de octubre de 2004. Fuente: Valderrábano et al (2009) A partir de documentos oficiales de México de SHCP, SFP, CONEVAL, (CLAD 2008), Medina (2007), Arellano et al(2006), Hanono (2008), Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (DOF 30-03-2006) y su reglamento; decreto de presupuesto de egresos de la federación para los ejercicios 2007 Y 2008; y lineamientos para la programación presupuestal 2008.
b
a
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8. Conclusiones Los planes de desarrollo de México previos a 1990 no tuvieron como consecuencia el uso generalizado de la evaluación como instrumento de gobierno y sin embargo, durante ese período, el país logró obtener un aumento en el ingreso por habitante de alrededor del tres por ciento anual. A partir de ese año, los planes de crecimiento del país cambiaron de orientación hacia la apertura comercial y una economía de libre mercado y desde entonces, la práctica de la evaluación ha ido ganando terreno progresivamente. En la actualidad hay en México un marco legal normativo de esta práctica que establece su obligatoriedad para la política y programas públicos a cargo del Poder Ejecutivo Federal, la tendencia que se observa es ampliar su uso como instrumento de gobierno hasta llegar a niveles que puedan compararse con los países avanzados: líderes en la economía de mercado y el intercambio comercial globalizado. Después de analizar la práctica de la evaluación en México son pertinentes las siguientes conclusiones: • Mejorar la gobernabilidad en el México que hoy requiere mejorar la eficiencia gubernamental en la rendición de cuentas, la transparencia y la participación ciudadana como elementos claves. • La Administración pública debe mejorar los esquemas de generación de información respecto a la puesta en marcha, seguimiento y control de los programas y políticas públicas. • Se requiere la capacitación y superación del capital humano dedicado a la evaluación. Incluyendo a los investigadores que elaboran las evaluaciones, a los usuarios potenciales de las mismas y a los servidores públicos. Estos últimos deben desarrollar competencias gerenciales con base en los perfiles de los puestos que desempeñan y son el factor humano estratégico para gestionar eficientemente el desarrollo de la políticas y programas públicos.
• Se requiere la mejora continua de los ins-
trumentos de evaluación para asegurar que se mantengan adecuados y actualizados para aplicarlos a un país tan diverso y multicultural como México. • Falta mejorar la coordinación e interlocución del poder Ejecutivo con los legisladores así como se vuelve imprescindible fortalecer la participación de la ciudadanía para recabar la información y afinar los criterios de asignación presupuestaria. • El instrumento utilizado en las evaluaciones externas de programas sociales requiere una revisión metodológica de validez y confiabilidad. • Es importante destacar que durante un proceso de evaluación el deseo y las creencias de las instituciones operadoras de los programas o políticas públicas o de quienes las componen, no siempre coincide con los de los evaluadores. Los hallazgos de estos últimos, deben ser objetivos e imparciales, para aportar elementos de juicio a los tomadores de decisiones en miras del rumbo que debe seguir un determinado programa o política pública para satisfacer las necesidades y resolver los problemas sociales. Referencias
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María de la Luz Valderrábano Almegua Maestra en Ciencias con Especialidad en Metodología de la Ciencia. Profesora investigadora del CIIEMAD-IPN. Becaria COFAA, directora del proyecto SIP-20080295. Líneas de Investigación: Metodología de la ciencia, políticas públicas, medio ambiente. mvalderrabano@ipn.mx mvalderrabano@prodigy.net.mx Jaime Castro Campos Candidato al grado de Doctor en Administración Pública por el IESAP. Profesor investigador del CIIEMAD-IPN. Participante del proyecto SIP-20080295. Líneas de Investigación: políticas públicas, medio ambiente y desarrollo urbano. castro_campos2000@yahoo.com.mx
René Hernández Mendoza Maestro en Ciencias con Especialidad en Ingeniería Química. Profesor Investigador de la ESIQIE-IPN. Participante del proyecto SIP-20080295, Becario EDD-IPN y COFAAIPN. Líneas de Investigación: metodología de la ciencia, políticas públicas, medio ambiente. enerhernan@yahoo.com
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Sifuentes, M.A. ; Ramírez, F. J.: Relaciones cántabro-andaluzas en la arquitectura religiosa de Aguascalientes. El caso del Camarín de SanDiego (s. XVIII)”
Relaciones cántabro-andaluzas en la arquitectura religiosa de Aguascalientes. El caso del Camarín de San Diego (s. XVIII)” 1 Marco Alejandro Sifuentes-Solís Centro de Ciencias del Diseño y de la Construcción (CCDC), Universidad Autónoma de Aguascalientes, México rgbrulio@yahoo.com.mx Francisco Javier Ramírez-López Secretaría de Obras Públicas del Municipio de Aguascalientes, México
Resultados de investigación presentados en el 1er. Congreso Internacional de Cultura y Arquitectura Hispano-Mudéjar, ciudad de Puebla, Pue. 1
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Resumen Este artículo se propone mostrar cómo un ejemplo de la arquitectura devocional de la villa de Aguascalientes, patrocinado por un indiano de las montañas cantábricas a finales del siglo XVIII (quien probablemente fue asesorado por un ministro del clero regular e influenciado por la literatura sermonaria, así como edificado por un avezado maestro de arquitectura), se nutrió de diversas tradiciones religiosas y constructivas que ponen en la mesa de discusión las posibles relaciones entre Cantabria y Andalucía en la definición de cultos como el del Santo Cristo de Burgos y el de la Inmaculada Concepción, y en la transmisión de conocimientos de la geometría árabe y el empleo de la estrella de ocho puntas, tal como dichas relaciones se manifestaron en la arquitectura novohispana. Asimismo, pone a debate los posibles vínculos entre la villa de Aguascalientes (conocido centro productor de mayólica en el siglo XIX) y la Puebla de los Ángeles. Palabras clave: Arquitectura devocional, tradiciones religiosas y constructivas, geometría arabe
Abstract
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This article aims to show how an example of devotional architecture of the town of Aguascalientes, sponsored by an “indiano” of the Cantabrian mountains in the late eighteenth century (who probably was advised by a minister of the regular clergy as well as influenced by the sermon literature, and built by a master of architecture), drew on different religious and constructive traditions placed on for discussion of the possible relationships between Cantabria and Andalusia in the definition of cults such as the Santo Cristo de Burgos and the Immaculate Conception, and the transfer of knowledge from Arabic geometry and the use of the eight-pointed star, as these relationships are expressed in the architecture of New Spain. It also puts under discussion possible links between the town of Aguascalientes (known as majolica production center in the nineteenth century) and the Puebla de los Angeles. Key words: devotional, architecture, religious and constructive traditions, arabic geometry
Introducción Desde 1983, y con apenas una relativamente reciente primera edición en español, el profesor Benedict Anderson desarrolló el concepto general de “comunidades imaginadas” para referirse a las comunidades nacionalistas modernas que surgieron tras la Revolución Francesa, bajo formas de representación política basada en estados democráticos (Anderson, 1993)2. Aunque el libro tenía como centro de interés el fenómeno de los nacionalismos, su estudio es de esa rara categoría de textos cuyos conceptos poseen una riqueza y fecundidad tales, que pueden aplicarse a otras 2
En este texto empleamos la tercera reimpresión (Anderson: 2006).
realidades sin forzarlos en demasía ni traicionar del todo su sentido original. De dicho concepto general deriva el particular de “comunidades religiosamente imaginadas”, que –análogamente– serían aquellas organizadas dinásticamente y por jerarquías basadas en la emanación del poder por mandato divino (Anderson, 2006:25). Entre dichas comunidades destacan dos que fueron determinantes para la cultura del occidente hispánico: la cristiana y la islámica. La interpenetración de rasgos de una y otra dio lugar, en España y América, a mestizajes y
TEORíA-HISTORIA-PATRIMONIO EDIFICADO Sifuentes, M.A. ; Ramírez, F. J.: Relaciones cántabro-andaluzas en la arquitectura religiosa de Aguascalientes. El caso del Camarín de SanDiego (s. XVIII)”
sincretismos inéditos. En el centro-norte de la Nueva España, y más precisamente en el partido y luego la subdelegación de Aguascalientes –incluida su villa cabecera, del mismo nombre–, pertenecientes, respectivamente, primero al Reino de Nueva Galicia y después a la Intendencia de Zacatecas, este mestizaje condujo al predominio cultural, social, político y económico, desde la segunda mitad del siglo XVIII, de cierto grupo humano integrado por montañeses cántabros de Santander y las “montañas de Burgos”, al que sin exceso podríamos denominar, siguiendo a Anderson, como una “subcomunidad” cántabra de la imaginación3, que supo imprimir a su praxis social y a sus obras piadosas, particularmente en el ámbito de la arquitectura religiosa, todo un universo mental y simbólico conformado precisamente por elementos cristianos, latinos, visigodos… y, por supuesto, islámicos. Dichos elementos son particularmente apreciables en un monumento de finales del siglo XVIII que fundó, dotó y mandó construir uno de los miembros de esa “casta” (Brading, 1985:154) de peninsulares comerciantes que llegó de “la Montaña” a la villa de Aguascalientes y que en el centro-norte conformó una de las elites dominantes de esta región. Dicho monumento –un camarín– fue concebido como un artificio triádico (teológico, político y técnico) para legitimar la preeminencia de su patrón o benefactor y con ello lograr la salvación en el más allá. En dicho artificio se descubre toda una epistemología alimentada, entre otras tradiciones, por herencias islámicas relacionadas con la matemática y la geometría árabes, y por ende con la estrella de ocho puntas. Las posibles relaciones entre cosmologías de tradición pagana (prehelénicas y grecolatinas) y de tradición abrahámica (cristianismo, islamismo y judaísmo) nos llevan a indagar las posibles relaciones cántabro-andaluzas en la arquitectura religiosa de Aguascalientes.
Relaciones cántabro-andaluzas y comunidades religiosas: la estrella de ocho puntas como síntesis cultural De entre la rica herencia pluricultural anteriormente citada, uno de esos “indianos” cántabros asentados en la antigua villa de Aguascalientes nos legó un monumento a la devoción concepcionista: el Camarín de la Virgen del templo y convento de San Diego, construido entre 1792 y 1797, que a su costa donó y levantó “de su personal asistencia, dirección y cuidado” (AHEA, 1797:18f-21f; Ochoa, 1953:31-32) el carredano Juan Francisco Calera (Saro, Valle de Carriedo, 1748), junto al alarife Santiago Medina, supuesto “indio de Lagos” y maestro de arquitectura de “notable pericia, ê inteligencia en su facultad” (AGN, 1779:83f-85v). Uno de los rasgos relevantes de este edificio es que emplea, tanto en su “fábrica espiritual” como en su “fábrica material”, toda una virgofanía simbólica que gira en torno a un motivo geométrico central: la estrella de ocho puntas, como emblema de la Concepción Inmaculada de María (cuya fiesta es el 8 de diciembre), que a su vez deriva del juego de los cuadrados cruzados, en el que se reconoce toda una cosmología animada por tradiciones griegas, hebreas, medievales, renacentistas y, desde luego, islámicas. En efecto, este edificio sui generis es un recinto redondo o cilíndrico rematado por una cúpula semiesférica un tanto aperaltada (Figura 1), en cuyo interior los elementos arquitectónicos e iconográficos se disponen, en planta, en estructuras cuaternarias (Figuras 2 y 3), mientras que en alzado presenta una estructura trinitaria (Figura 4), disposiciones ambas que recuerdan, en el primer caso, la conformación tetramórfica y tetrasómica a la base de los cuadrados cruzados (Sifuentes, 2009:132180), y en el segundo la estructuración del macrocosmos (los mundos supraceleste y celeste) y el microcosmos (el mundo elemen-
3 Y cuando afirmamos que se trata de algo imaginado, lo hacemos no en el sentido de algo “irreal” o “inexistente”, sino en el de las significaciones que definen una identidad, ya sedimentada o ya emergente.
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tal);4 semejantes configuraciones producen interesantísimos juegos geométricos entre los cuadrados cruzados, el octágono y la estrella de ocho puntas. Esta estructuración geométrica estaba basada en la teoría renacentista de la proporción (de raíz pitagórico-platónica), e influida por la filosofía neoplatónica que subyacía en el escolasticismo franciscano, al menos en tres de sus vertientes: el neoplatonismo patrístico (agustiniano), el neoplatonismo hermético-renacentista y el neoplatonismo árabe. De tal modo, entonces, el Camarín no sólo es neoplatónico por algunas de sus características arquitectónicas, sino esencialmente por su concepción teológica, que recuerda la organización místico-cosmológica del universo cristiano (cielo, tierra, infierno), es decir, de la comunidad imaginada de la cristiandad (Anderson, 2006:70). Lo anterior pone en la mesa de discusión el problema de la relación de la estrella de ocho puntas –según García (1998:s.p.), un símbolo “esencialmente andaluz”– con las devociones particulares de los montañeses cántabros. Más allá de la supuesta procedencia andaluza de la estrella de ocho puntas, que no pretendemos discutir aquí pero que parece en cambio tener un antiquísimo “linaje”, remontable hasta los “nómadas infatigables de las extensiones acuáticas” de la antigüedad, y que a su vez remite a la división octádica del espacio en un sistema de ocho “casas” derivado de las ocho principales direcciones de los vientos (Guinard, 1993:s.p.), que incluso era anterior al sistema de las doce “casas” del zodíaco mesopotámico, más allá de esto, insistimos, ¿sería posible que existiese una conexión de algún tipo entre aquellas dos tradiciones aparentemente tan dispares, la andaluza y la cantábrica? Una posible explicación –en todo caso una interpretación plausible–, puede venir dada justamente por las relaciones cántabro-anda2
En este texto empleamos la tercera reimpresión (Anderson: 2006).
luzas, que se manifestaron en dos ámbitos: 1) en una de las instituciones de significado más importantes del norte de España, la del Santo Cristo de Burgos; y 2) en la “emigración” de la estrella de ocho puntas hispano-árabe desde Andalucía hasta Cantabria. La primera relación no es precisamente directa. Sin duda la instauración de Cádiz como puerta al Atlántico y las Indias fomentó el flujo de hidalgos montañeses hacia territorio andaluz, ya fuere para embarcarse a América o para hacerse de un oficio que les permitiera regresar a su región de origen ostentando una mejor condición económica; por supuesto, con los traslados, las personas llevan consigo su mundo de imaginarios, sus devociones, sus símbolos, Quizá fuese el caso de los “jándalos”, expresión que significa “el que ha estado en Andalucía” (Pérez, 2007:193-262), sin que podamos por el momento aportar demasiadas pruebas, salvo el hecho conocido de la fundación, en 1522, de una Hermandad en la ciudad de Sevilla para el culto a la Inmaculada Concepción, a iniciativa precisamente de burgaleses, quienes también rendían culto al Santo Cristo de Burgos. Y es en esta última institución norteña, según Pérez Vejo, en donde mejor se refleja la compleja identidad montañesa, particularmente en su desaparecida capilla, en la que “los distintos grupos montañeses marcan sus diferentes identidades a través de las advocaciones marianas de cada una de las divisiones administrativas a que pertenecen” pues, como lo recalca este autor, “las vírgenes tuvieron un papel determinante en la construcción de identidades colectivas en el mundo católico”, y la subcomunidad cántabra no fue la excepción, aunque resulta extremadamente significativo, dicho sea de paso, que en la capilla dedicada a este Cristo, considerada por Pérez Vejo como “un complejo discurso iconográfico de exaltación de la nación mon-
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tañesa”, no se mencione la devoción a la Inmaculada Concepción (Pérez, 2007:193-262), no obstante que se sabe estuvo estrechamente ligada a la del Cristo de Burgos. No sería extraño que el de la Inmaculada, junto al de Nuestra Señora de Valvanuz y el de la Bien Aparecida, fuese un culto muy localizado de los montañeses cántabros del Valle de Carriedo, donde se situaba el poblado de Saro, lugar de origen de Juan Francisco Calera. La segunda relación viene dada a través de clérigos que desde mediados y finales del siglo IX d.C. llevaron consigo los motivos geométricos octoestelares en su peregrinar hacia el norte ibérico, tratando de huir de las condiciones de inestabilidad política, religiosa y económica de Al-Andalus, hasta aclimatarse en la cultura de herencia cristiano-montañesa, en donde encontró una forma de actualización de antiguas tradiciones visigodas. En efecto, según García Duarte, en España “Parece ser que el origen de la estrella de ocho puntas está en la mitología y la religiosidad tartésica adoradora del sol” (García, 1998:s.p.). Los tartésicos eran una de las civilizaciones (quizá la más desarrollada) que conformaban la cultura de los íberos, que se establecieron en lo que hoy es Andalucía. Este pueblo representaba al sol con ocho rayos. Con la invasión islámica y su diáspora por territorio español, los mozárabes y mudéjares5 “llevaron la estrella de ocho puntas por todo el norte de la Península” (García: 1998:s.p.), mientras que era conducida al Magreb (norte de África) y Oriente Medio por otros musulmanes. La atribución de este símbolo como originario de Andalucía sólo puede aceptarse con reservas; el propio García Duarte implica esta difícil atribución al referir una imagen similar (el “disco de Festos”) en un palacio minoico de la ciudad del mismo nombre, en Creta, aunque según otro autor por él citado, el disco mues-
tra signos del neolítico andaluz. El hecho de que los íberos hayan tenido relaciones comerciales con los griegos, los fenicios y los cartagineses, introduce, a pesar de los argumentos y pruebas de este autor, la misma probabilidad de que dicho símbolo, o cuando menos la figura geométrica que le corresponde, proviniera de tierras más lejanas alrededor del Oriente Medio, muy probablemente de Sumeria o hasta de Egipto, las primeras dos grandes civilizaciones de la tierra (tal como vimos a propósito de la concepción octádica del espacio, estudiada por Guinard); en todo esto creemos advertir cierta reserva y un margen limitado de certidumbre que hace que la conjetura no sea concluyente o definitiva. J. Déchelette, en su Manual de Arqueología prehistórica, parece apoyar a García Duarte, pues sostiene que todos los signos de doble simetría bilateral o de centro irradiante, como en cierto modo sería el caso de la estrella de ocho puntas, “han sido empleados como representaciones del sol desde la edad del bronce” (Cirlot, 1997:230), por lo que la opinión del segundo, si bien no exenta de reservas, suena plausible. En la “España” pre-islámica y musulmana abundó este tipo de configuraciones geométricas. Por supuesto, con la escasa documentación que sobre este punto disponemos, no podemos afirmar que J. F. Calera haya tenido un influjo directo de las fuentes árabes (ya la ornamentación, ya los libros de matemáticas, ya el trato con constructores). Lo que sí puede ser más probable es que se haya visto influenciado indirectamente por la serie de templos y conventos, sobre todo franciscanos, que abundaron en la región cantábrica, pues el uso de la estrella de ocho puntas no fue privativo de los “andaluces pro-musulmanes”. Al respecto, García Duarte afirma que “La historiografía nos habla de que muchos andaluces de la época emigran hacia el norte debido a
5 Los mozárabes eran los cristianos que permanecieron en época de la España musulmana; los mudéjares eran los musulmanes que permanecieron ahí como vasallos de los reyes cristianos, conservando algún tiempo su religión.
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la inestabilidad político-religioso-económica de Al-Andalus, sobre todo a mediados y finales del siglo IX”, quienes “llevan su arte, entre otras cosas, hacia sus nuevos hogares en el norte. Y también llevan sus símbolos, entre ellos la estrella de ocho puntas que en sus aplicaciones decorativas adquiere diferentes formas”, tales como las lobuladas, las octagonales, etc. (García, 1998:s.p.). Muchos de esos andaluces eran clérigos y emplearon esta figura en diversas fábricas, entre las que García Duarte destaca varios rosetones calados de la iglesia de San Miguel de Lillo en Oviedo; la puerta de Santa María de Ripoll en Girona; las iglesias prerrománicas de Terrassa, por ejemplo en la cúpula del ábside de la iglesia de Santa María, en donde se aprecia esta figura formada por dos cuadrados cruzados; también los murales de esta misma iglesia; o de una fuente octagonal del baptisterio de San Miguel de Terrassa, encima del cual cuelga una lámpara con este motivo; asimismo, de una fuente octagonal de los baños de Gerona (del año 1194 d.C.). Por si fuera poco, de acuerdo con García Duarte, “A finales del siglo XI con la dominación de los intransigentes religiosos Almorávides se produce una nueva ola emigratoria de andaluces hacia el norte, sobre todo de clérigos que pueblan los monasterios norteños”. Estos clérigos andaluces también llevaron la estrella de ocho puntas consigo, como las que aparecen en los “Beatos” (códices) realizados en el monasterio de San Sebastián y Santo Domingo de Silos, o como las que surcan los coloridos folios del comentario del Beato de Liébana al Apocalipsis de San Juan, y desde luego la plasmaron en sus obras (García, 1998:s.p.). Por lo demás, la misma pasión genealógica que abrasaba a los norteños proporciona bastantes elementos para entender cómo aquellas gentes vivían en un mundo lleno de imágenes evocadoras de la memoria del linaje y de la fidelidad mariana. La heráldica misma, que por supuesto era practicada desde la
Edad Media como un artificio necesario para la identidad y la representación en los combates (Grixalba, 2006:8-14), ofrece pistas para comprender la presencia de la estrella de ocho puntas en la experiencia visual de las personas y su persistencia en la cultura del linaje como una figura cargada de gran simbolismo. En efecto, en Heráldica la estrella, que puede constar de cinco, seis u ocho rayos, es la imagen de la felicidad y significa “la grandeza, verdad, luz, majestad y paz”, simbolizando al mismo tiempo la prudencia (Olmedo y Díaz, 1997:15). Atributos que desde luego encontramos en el arte del blasón de Cantabria. En Omoño, la población de donde proviene el linaje del apellido Calera, sobreviven varias casonas del siglo XVIII, en una de las cuales se observa un gran escudo heráldico de época barroca, partido y cortado de dos, formando así seis cuarteles, en el segundo de los cuales aparece la salutación “Ave María Gracia Plena”, que revela claramente la devoción mariana de una de las ramas de este linaje. Pero también semejantes atributos los encontramos, mutatis mutandis, en la literatura religiosa con respecto a la virgen María (en particular los sermones), que es otra de las vías de transferencia que hemos detectado respecto a la asociación de la estrella de ocho puntas con la Inmaculada Concepción. La estrella de ocho puntas no era del todo desconocida para la cultura de la Montaña, pues en Enterría, Camaleño, subsiste una celosía de piedra de tradición visigoda (que fue uno de los gérmenes del pueblo cantábrico) representando un cuadrado calado, con sus ejes y diagonales de bordes también calados, pero que al centro se interrumpen para formar la variante “degenerada” de la estrella de ocho puntas (Ghyka, 1983:78), derivada, a su vez, de un par de cuadrados cruzados. Lo anterior muestra cómo el cristianismo coexistió con fuentes y tradiciones proscritas y muchas veces toleradas por la Iglesia Católica. Si fue posible que tradiciones paganas coexistieran y que incluso influenciaran al cristianismo,
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es muy probable que lo hiciesen porque prácticamente todas las religiones monoteístas abrevaron de la misma fuente sus mitos de origen fundantes.6 Juan Francisco Calera pudo haber absorbido todas estas tradiciones en su educación “indiana”,7 que probablemente afloraron con particular énfasis en la villa de Aguascalientes, plasmándolas en el Camarín del templo y convento de la Purísima Concepción, en razón de su necesidad de prestigio, de su avidez de preeminencia y de su afán de trascendencia (otro asunto, del que no nos ocupamos aquí, es la posibilidad de haber recibido asesoría teológica). Con ello, erigía un discurso sobre la Inmaculada que fungía como un medio por el cual restablecería la memoria sedimentada de su añejo linaje (como montañés cántabro, buen “cristiano viejo” de estado hidalgo) o instauraría una identidad emergente (como peninsular indiano, distinto de otras subcomunidades peninsulares, criollas o hasta mestizas novohispanas);8 con ello, la devoción concepcionista de Calera nos habla de un discurso teológico que en el fondo recubre un discurso sobre el Ser. En el Camarín y en todo el conjunto conventual del que aquél forma parte, se aprecian múltiples huellas del empleo de la estrella de ocho puntas y de los cuadrados cruzados (Figuras 5 y 6), así en la concepción geométrica del espacio y de la iconografía, como en diversos elementos del “adorno” eclesiástico9. Presentamos sólo algunas imágenes al respecto.
Consideraciones finales Con todo lo anterior queremos significar que el propio monumento delata esas posibles relaciones cántabro-andaluzas,10 pues es muy plausible que el neoplatonismo cristiano y la matemática simbólica que le corresponde, y que son fundamentales en la concepción del Camarín, hayan abrevado de la matemática islámica, sin hablar de las pistas que hemos ofrecido respecto al universo mental sacro de las dos comunidades religiosas de la imaginación: el cristianismo y el islamismo. En realidad, más que respuestas, nuestro trabajo deja deliberadamente en el aire muchas preguntas, esperando obtener de la generosidad y erudición de los estudiosos otras pistas que nos ayuden a dilucidar las razones del persistente empleo de la estrella de ocho puntas en el Convento de San Diego y en su Camarín dedicado a la Purísima, como motivo no sólo geométrico-decorativo, sino como concepto espacial y simbólico asociado al culto mariano concepcionista, pues en Aguascalientes no existe ningún otro monumento con similares características. Referencias • ANDERSON, B. (2006), Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo, México: FCE. • BRADING, D. A. (1985), Mineros y comerciantes en el México borbónico (17631810), México: FCE.
6 Tópico éste muy recurrente en la literatura esotérica que es visto con prejuicio por los historiadores; no obstante, viendo las cosas con imparcialidad y con sentido común, no puede uno menos que admitir la asombrosa semejanza de los mitos originarios de otras religiones y cultos con los propios del cristianismo. Desde luego, del desprejuicio hay que pasar a la veracidad de los vestigios y su explicación e interpretación racionales. De lo que se trata no es de contar la “verdad histórica” sino de construir una historia verídica, significativa o creíble. 7 Entre las cuatro características que Pérez Vejo atribuye al grupo ligado al éxodo de supervivencia y que en buena medida definen el mundo mental de esta subcomunidad imaginada, está la emigración como una estrategia familiar, que distaba de ser una decisión individual; antes bien, atañía a una voluntad familiar que incluía una educación específica para “indiano” (el que ha estado en América y ha regresado), que comprendía una dilatada formación, de más de doce años (Pérez, 2007:193-262). 8 Por ejemplo, los mineros y hacendados zacatecanos, de origen vasco, prefirieron el culto a la Guadalupana, estableciéndose con ello una suerte de “guerra de imágenes” que es probable fuese la expresión simbólica de la pugna por la cual Zacatecas quería anexionarse el territorio de Aguascalientes. Así, el ánimo anti-anexionista de los montañeses santanderinos de Aguascalientes fomentó el culto a una virgen “europea”. Sobre los mineros zacatecanos, ver Terán (2002:240). 9 En Sifuentes (2008:51-58) hemos planteado la posibilidad de que el maestro de arquitectura Santiago Medina, constructor material del Camarín, haya tenido alguna relación con el gremio de constructores de la ciudad de Puebla, en donde, de acuerdo con Terán y Velázquez (2007:35-70), la denominación “maestro de arquitectura” era muy común. 10 Una evidencia más de estas relaciones es San Diego de Alcalá, a quien está dedicado el templo del antiguo “combento de la Purisima” de Aguascalientes, en donde se encuentra el Camarín (lugar en el que también aparece una imagen de este santo), y quien era originario de San Nicolás del Puerto, en Andalucía. Asimismo, es un hecho aceptado que Cantabria, a diferencia de otras regiones ibéricas, desarrolló una particular devoción centrada en el culto mariano, en diversas advocaciones locales.
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Archivos referidos • AHEA (Archivo Histórico del Estado de Aguascalientes). • AGN (Archivo General de la Nación).
Marco Alejandro Sifuentes Solís Doctor en Arquitectura por la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Profesor-investigador Centro de Ciencias del Diseño y de la Construcción, Universidad Autónoma de Aguascalientes. Cuerpo Académico de Estudios Arquitectónico Urbanos, (SNI) Nivel 1. rgbrulio@yahoo.com.mx
Francisco Javier Ramírez López Postulante a Doctor en Arquitectura y Ciudad, Análisis Urbano Arquitectónico, Universidad de Valladolid, España. Director de Proyectos en la Secretaría de Obras Públicas del Municipio de Aguascalientes.
Figura 1. Vista general del Camarín (recién restaurado). Foto: M.A. Sifuentes.
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Figura 3. Los cuadrados cruzados y la estrella de ocho puntas en el Camarín. Plano, cortesía del Dr. J. Jesús López García. Esquema preparado por Arq. Leticia López Romero y Arq. Eduwiges Hernández Becerra.
Figura 2. Modelo tetramorfosómico. Esquema preparado por Arq. Leticia López Romero y Arq. Eduwiges Hernández Becerra.
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Figura 4. Estructura Trinitaria. Plano, cortesía del Dr. J.Jesús L
Figura 5. Disco solar islámico en un libro egipcio del s. X (Hillenbrand, 2004:57). Foto: M.A. Sifuentes.
Figura 6. Piso original del Camarín. Foto: M.A. Sifuentes.
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ARQUITECTURA VERNÁCULA San Andrés Azumiatla, materialización de un testimonio de identidad Jorge Sosa-Oliver Facultad de Arquitectura(FA) Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) Puebla, Pue., México. chepus46@hotmail.com
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Julia Judith Mundo-Hernández Facultad de Arquitectura Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Puebla, Pue., México. juliamundo@yahoo.com María Cristina Valerdi-Nochebuena Facultad de Arquitectura Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Puebla, Pue., México. crvalerd@gmail.com Alfonso Polanco-Bernal Facultad de Arquitectura Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Puebla, Pue., México. juanitopolanco@hotmail.com
TEORíA-HISTORIA-PATRIMONIO EDIFICADO
Sosa, J.; Mundo, J.J.; Valerdi, M.C.; Polanco, A.: Arquitectura vernácula San Andrés Azumiatla, materialización de un testimonio de identidad
“Todos los hombres son por naturaleza artesanos, su destino es crear un lugar adecuado y perdurable, un mundo sano y hermoso” Henri Louis Sullivan
Resumen La tesis que soporta al presente trabajo se sustenta sobre la identidad como concepto universal que atañe a los individuos según tres dimensiones a saber: el origen en cuanto a raza, la radicación en un entorno físico-geográfico y la idiosincrasia que como producto de relaciones sociales constituye el modo de pensar y actuar transformando al mundo como producto de un avance cultural y tecnológico de un conglomerado con fines comunes, es producto de sensaciones humanas ligadas con el afecto más que con la razón. Por ello, este artículo parte del concepto principal identidad con sus diversas definiciones según el marco referencial y materializado en la arquitectura Vernácula, para establecer una relación contextual y posteriormente conceptuar el simbolismo y la dialéctica, los cuales permitirán establecer una discusión en referencia a ella y sus expresiones tangibles enmarcados en la globalización como factor analogizador con el fenómeno de la mundialización y universalización. Plasmado en la tipología de una región, lo vernáculo, es manejado como parte de la identidad cultural que necesariamente se encuentra inscrita en un locus como envolvente de la cultura de un conglomerado humano, inscribiendo en ella a la arquitectura asociada al concepto de identidad social lo que contribuye a conformar en los individuos el sentimiento de saberse miembros de un colectivo, expresado esto en la arquitectura vernácula, particularizada en México para este trabajo, cuestionando si hay una pérdida de identidad en la actualidad y presentando por último a la población de San Andrés Azumiatla, Puebla, como una materialización de su testimonio, el cual refleja la definición de identidad a través de la construcción y autoconstrucción utilizando materiales de la región y procedimientos de construcción tradicionales mostrando a la vez un sincretismo innegable que se observa en sus nuevas construcciones. Palabras clave: Identidad, simbolismo y diálectica, tipología, arquitectura vernácula
Abstract
The main idea that supports this work is the definition of the concept Identity, which is a universal concept that includes three dimensions: race or racial origin of the person, the geographical and physical context and the idiosyncrasy. The later is produced by social relationships and constitutes a way of thinking and acting, transforming the world according to the cultural and technological development of society, but also according to human sensations and affections above all logical thinking. This paper considers the concept of identity with its different definitions according to the concept of vernacular architecture, in order to establish a relationship between symbolism and dialectic. This allows a discussion about vernacular architecture and identity framed in the current living styles originated by a global and universal world. The concept of vernacular architecture is discussed as part of the cultural identity of a certain society; and its evident in the typology of the studied region. The case study area selected for this project is San Andrés Azumiatla in Puebla, Mexico. People from San Andrés Azumiatla have materialized the definition of the term Identity through the construction of their houses, using local materials and traditional building methods. There is a clear cultural syncretism evident in their recent constructions. Key words: Identity, symbolism and dialectic, typology, vernacular architecture
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Introducción ¿Cuáles son los rasgos que caracterizan a la identidad en la arquitectura vernácula de México? es la pregunta que guía este trabajo, el cual tiene la intención de identificar aquellos elementos materiales e ideológicos que se imbrican a la identidad como concepto universal para poder ubicarlos en la arquitectura llamada vernácula en particular en San Andrés Azumiatla, Puebla. La magnitud de la temática que nos ocupa es considerable en cuanto a los conceptos que se relacionan, ya que todos en conjunto participan de manera reiterada en el desarrollo de la siguiente tesis: La identidad es un concepto universal que atañe a los individuos según tres dimensiones a saber: el origen en cuanto a raza, la radicación en un entorno físico-geográfico y la idiosincrasia que como producto de relaciones sociales constituye el modo de pensar y actuar transformando al mundo como producto de un avance cultural y tecnológico de un conglomerado con fines comunes, es producto de sensaciones humanas ligadas con el afecto más que con la razón. Atendiendo a la dialéctica del universo vemos que el mundo objetual está rodeado de circunstancias cambiantes de orden físiconatural que lo influyen. Igualmente la identidad en el orden conceptual puede ser motivo de cambios y transformaciones por causas no solamente materiales sino de dimensión espiritual y afectiva. Dado que la identidad está sufriendo tales transformaciones, de la misma forma, la arquitectura vernácula, teniendo los mismos orígenes es víctima de esos cambios que el contexto entendido en su dualidad físico-ideológica le impone de manera paulatina pero sistemática en cuanto a la multiplicidad de elementos que intervienen en el devenir del tiempo y su natural variabilidad. El rescate de la arquitectura vernácula llamada por algunos críticos falta de academia, se da contemplando su valor cultural como
industria humana fundamentada en una actitud de entendimiento y coexistencia con el entorno y consecuentemente con su avance cultural-tecnológico que de manera ingenua y espontánea responde satisfactoriamente a necesidades de orden material pero también espiritual manifestando así su identidad. Sin embargo es importante advertir que la dialéctica físico-cultural determinará en un futuro inmediato (de hecho se observa ya este fenómeno) una nueva manera de pensar que delineará seguramente la nueva arquitectura vernácula con los reflejos en su esencia material, de esos cambios idiosincráticos que el contexto le impondrá como producto de su relación contextual. Por tanto este trabajo se estructura con base a la pregunta inicial presentada en las primeras líneas, la intención del trabajo introduciendo para ello la tesis que lo sustenta a partir del concepto principal identidad con sus diversas definiciones según el marco referencial y materializado en la arquitectura vernácula, para establecer una relación contextual y posteriormente conceptualizar el simbolismo y la dialéctica, los cuales permitirán establecer una discusión en referencia a la identidad y sus expresiones tangibles enmarcados en la globalización como factor analogizador con el fenómeno de la mundialización y universalización plasmado en la tipología de una región al tratarse lo vernáculo, manejado esto como parte de la identidad cultural que necesariamente se encuentra inscrita en la ciudad como envolvente de la cultura de un conglomerado humano habitando un locus. Se escribe más adelante que la identidad cultural de la arquitectura se asocia al concepto de identidad social y se refiere a la posibilidad de que la arquitectura y la ciudad contribuyan a conformar en los individuos el sentimiento de saberse miembros de un colectivo, esto en el apartado acerca de la arquitectura vernácula, testimonio de identidad.
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Sosa, J.; Mundo, J.J.; Valerdi, M.C.; Polanco, A.: Arquitectura vernácula San Andrés Azumiatla, materialización de un testimonio de identidad
Al referirse a la identidad se trata a la arquitectura vernácula en México: ¿pérdida de identidad?, definiendo en primera instancia el término “arquitectura vernácula”., de acuerdo con Schroeder (1998) y la referencia a la definición en el 1º Seminario Internacional de Arquitectura Vernácula, México: 1993. Por último se presenta a la localidad San Andrés Azumiatla, materialización de un testimonio de identidad, determinada como junta auxiliar del municipio de Puebla, sitio que refleja la definición de identidad, la cual a través de la construcción y autoconstrucción, y con el uso de materiales de la región y procedimientos de construcción tradicionales soporta materialmente a la arquitectura vernácula sin embargo manifiesta un sincretismo innegable que se observa en sus nuevas construcciones terminando con una serie de conclusiones referidas a la tesis presentada. 1. Relación contextual 1.a. Contexto Si entendemos el contexto donde habitamos como una envolvente cultural y no solamente como lugar físico-geográfico, este constructo será una proyección ideológica de un conglomerado social que delinea y edifica el mundo donde desea vivir conforme a una manera de interpretar el universo y de manifestar su manera de pensar en cuanto a la propia existencia y la consecución de satisfactores que solventen esa presencia humana frente al reto que plantea el mundo material y el metafísico. La dimensión del pensamiento guiará las acciones sobre la materia y de esta forma la ideología quedará manifiesta en la obra humana, ejemplo claro es la Arquitectura. Si se considera a la arquitectura como generadora de urbanismo mediante las edificaciones que conforman el mundo material podemos deducir que los espacios edificados no serán nunca objetos aislados sino elementos integradores de un plan general de habitat en sus diferentes niveles rural, regional o
urbano que expresará esa dimensión cultural como producto de una ideología fundamentada en aquellos valores que puedan contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de esos espacios que llamamos genéricamente dentro de la industria humana: Arquitectura. Inicial y finalmente los habitantes como integrantes de un conglomerado humano con características determinadas por ciertas condicionantes propias de su cosmos circundante tanto material, emocional y metafísico, ellos serán los generadores y destinatarios de su propio devenir dentro del nivel de avance cultural que su ideología determine, entendida ésta como manera de asumir la responsabilidad de lograr un desarrollo humano integralmente considerado. Esta integración del individuo humano en la concepción de su desarrollo debe entenderse en el sentido de que todas sus emociones como ser racional no solamente lo reduzcan a las interpretaciones materiales (animales) de las sensaciones emanadas de la empeiria (la práctica), sino que lo eleven a un nivel superior de asimilación de conocimiento y conciencia de su destino como individuo pleno de derechos pero también de responsabilidades dentro de su ámbito existencial. Esa conciencia lo hará vislumbrar que siendo partícipe individual de una comunidad, la propia integración humana dependerá de la integración que tenga con los demás miembros de tal “sociedad” para lograr las anheladas pretensiones u objetivos que esa persigue. Existe una diferencia en este sentido, y se refiere al hecho de distinguir la emoción o conocimiento de ser un simple “observador” o por el contrario ser “copartícipe” de actitudes positivas ante el mundo y sus adversidades. Precisamente en ese sentimiento de coparticipación radicará la emoción consciente de pertenecer a una colectividad que por medio de una razón común establece códigos de lenguaje con un afán de comunicación para saber convencionalmente la ruta y sus alternativas
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para alcanzar la meta propuesta. He aquí uno de los fundamentos de lo que llamamos identidad, es decir la coparticipación en el logro de objetivos comunes.
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2. Conceptualización 2.a. Simbolismo El mundo material se construye y a los objetos circundantes les asignamos un nombre de acuerdo a ciertas características de similitudes y diferencias, así pues el nombre es un signo puramente convencional a partir de un acuerdo común, el cual no necesariamente es aplicado en la generalidad del uso del lenguaje e indudablemente al cambiar el significado de un término, el mensaje también cambiará su sentido dejando de ser precisamente común para todos y se convierte en particular de unos, provocando una serie de incoherencias en la comunicación. El lenguaje se construye a base de símbolos, es decir significados. Dice Norberg-Schulz “Simbolización significa por tanto una representación de un estado de cosas por medio de una similaridad estructural. El mundo de los objetos es complejo y variado y necesitamos gran número de sistemas de símbolos para describirlo” (1998: 39). El género humano con su capacidad (única en el planeta) de razonar y de elaborar un sistema complejo de comunicación tiene igualmente la capacidad de crear las condiciones propicias para lograr un desarrollo armónico con su entorno y esta relación hombre-naturaleza se expresa mediante símbolos cuyo sentido o significado debe ser fundamentado en ideas y proyectos resultado de una ideología que exprese esa comunión y esa pertenencia al lugar, a la región, al territorio que conforma el medio físico y nuestro mundo objetual al que podemos cambiar. Uno de los logros del hombre ha sido el supuesto dominio de la naturaleza, sin embargo la historia nos demuestra y con más elocuencia hoy en día que ese dominio más bien ha sido
una agresión al equilibrio de nuestra dimensión cósmica y consecuentemente tal agresión se revierte contra nosotros en aras de un progreso. Si el mundo tiende a cambiar de manera natural según la dialéctica del tiempo, nosotros podemos moldear ese cambio sin modificar los procesos de orden ecológico logrando una adecuada y sana convivencia con nuestro medio. A través de la historia la arquitectura en su cometido de envolver o delimitar el espacio que el hombre habita modificando la faz de la tierra, se comprueba que la humanidad ha acumulado un gran acervo de experiencias en cuanto a comprender y describir el mundo, y la adaptación del hombre desde temprana edad a su medio tiene lugar precisamente mediante la experimentación, es decir manejar objetos y situaciones variables observando sus relaciones, sus formas, su estructura, similitudes y diferencias conformando de tal forma un sistema que necesariamente se va complejizando cada vez más mientras más se escudriña esa amalgama de relaciones y situaciones cambiantes. Por ello los científicos tienen la necesidad de hacer un recorte de la realidad para estudiar ciertos fenómenos hasta cierto límite, para que posteriormente otros, con nuevas investigaciones contribuyan al acrecentamiento del acervo de conocimientos multi-interdisciplinarios que son el avance cultural-tecnológico de una sociedad determinada. Sin embargo la tarea no termina en esa descripción hasta cierto nivel objetiva, sino es necesario enriquecerla con un simbolismo pleno de significados que eleven esa calidad humana entendida como una integración, una pertenencia, una identidad con nuestro mundo, por tanto, ¿En dónde radica esa plenitud de significancia?, una respuesta se halla en la comprensión de la concordancia de signos y significados que en su relación íntima se corresponden pues han sido operados mediante procesos de acumulación de conocimientos y su paulatina superación, porque cuando se da un salto epistemológico, es decir una cuestionante que amenaza y de hecho debilita teorías
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Sosa, J.; Mundo, J.J.; Valerdi, M.C.; Polanco, A.: Arquitectura vernácula San Andrés Azumiatla, materialización de un testimonio de identidad
aceptadas anteriormente, la ciencia avanza aunque paradójicamente progresa apoyándose en el error. Lo rescatable de tal situación sería pensar que la ciencia es igualmente dialéctica, cambia, se modifica, se supera y contrariamente al pensamiento pesimista de la inercia del error y su eterno círculo de regresiones modificadas en el mismo nivel de conocimiento. Sin embargo, por el contrario, mediante una codificación convencional científica, ese avance se universaliza haciendo patente nuevamente el espíritu de comunión en cuanto a signos y significados inmersos en la dimensión del cambio que se justificará según las consecuencias de su aplicación en el mundo material después de su natural filtro que es la crítica del cuerpo científico cuyos postulados siguen vigentes y aceptan las evidencias de ese salto epistemológico que plantea nuevos modelos (paradigmas) en el camino científico (Khun, 1971). Nuevamente la vigencia de tales paradigmas estará supeditada a los avatares de nuevos descubrimientos y así sucesivamente. 2.b. Dialéctica
“El arte del progreso es preservar el orden a través del cambio,
y el cambio a través del orden” (Whitehead, 1929)
Indudablemente el pensar que no existen leyes eternas, puesto que el cosmos es cambiante, nos lleva a reflexionar que la observación de objetos y situaciones con un espíritu de curiosidad y motivación es el motor humano del avance cultural-tecnológico que mueve finalmente al mundo para bien o para mal. Incluimos la posibilidad del mal porque todo avance de la humanidad en cuanto a ciencia posee una esencia de neutralidad, el concepto de maldad será una construcción social ideológica de un conglomerado humano situado en un espacio y un tiempo. Es importante no perder de vista la dialéctica que determina que nada es estático ni perdurable, y en ese dinamismo las ideologías siempre manifestarán su avance cul-
tural mediante la acomodación piagetana, es decir el método operacional mediante el cual el conjunto de operaciones mentales (semántica) constituyen experiencias elementales, que nos permiten identificar algo en cuanto a género y carácter. De aquí la importancia de que un sistema de símbolos no contenga contradicciones y que además exista una relación con la realidad objetiva, cuando esto no sucede se trata de un complejo de símbolos puramente formal (sintaxis), por ejemplo las matemáticas y la lógica son ciencias formales porque persiguen esencialmente la coherencia interna entre los signos sin dar una explicación de los significados, sin dar cuenta de la realidad. De esta manera, la definición de un objeto o situación, requiere de aquellas operaciones elementales entre el conjunto de signos y lo designado (reglas semánticas). El contexto define los fenómenos o situaciones que en él acontecen, de igual forma el sistema al que pertenecen los signos, define su significado. La cultura se fundamenta en el desarrollo del sistema de símbolos que conservan y amplían las experiencias gracias al cúmulo de herencias naturales y culturales que aplicados en la dimensión del habitat humano, siempre inmerso en una transformación multidimensional debido a la variedad de elementos que intervienen en esa amalgama de influencias determinantes del ser humano contemplado en su cosmos material y metafísico. En el nuevo concepto de complejidad y sus paradigmas el contexto no es algo claramente definido, sino que varía en cada circunstancia. El contexto no está ligado a una escala física o temporal concreta. Tanto como la topografía y el clima del sitio, los edificios existentes o los vínculos funcionales, y los factores indirectos, como el origen, historia y significado real de un lugar, pueden imprimir sus respectivos sellos sobre los proyectos sin embargo esto depende de la sensibilidad del proyectista y de sus personales concepciones acerca del emplazamiento.
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La cultura se cimienta en raigambres ideológicas que en sus manifestaciones materiales encarnan en la esencia arquitectónica, la comprensión y descripción del universo halla en el espacio arquitectónico una de sus expresiones más fehacientes que mediante un análisis tipológico-topológico encontramos que las modificaciones topográficas en la superficie terrestre como consecuencia de la acción humana pueden ser considerados como un apilamiento de capas horizontales a través del tiempo, en el que cada capa proporciona el contexto a la siguiente, y así sucesivamente, desde luego que esas acciones constructivas o de-constructivas son producto de una ideología y de una expresión cultural susceptible de cambios y transformaciones formales y estructurales como ya se ha mencionado en líneas anteriores. Es importante en este punto hacer una revisión de los conceptos expuestos ya que son premisas básicas de la tesis que se argumenta en el presente trabajo acerca de la identidad y una de sus expresiones tangibles: la arquitectura en su ingenuidad, o espontaneidad producto de interpretaciones no académicas sino sencillamente de apreciación en su mayoría casi inconsciente de la influencia del entorno con todas sus implicaciones climáticas y de orden geo-físico, pero también cargada de gran significación y por lo tanto de simbolismo como lo es la arquitectura llamada vernácula. El contexto físico y metafísico, la cultura como producto ideológico de un colectivo social, el lenguaje como un convenio de comunicación simbólica, la complejidad de los sistemas, el surgimiento de nuevos paradigmas, la dialéctica del cosmos, todos estos son algunos de los múltiples elementos que conforman lo que llamamos: identidad. 2.c. Identidad Abordaremos brevemente a la identidad con la intención de reflexionar acerca de la relación compleja que se da entre los elementos
y el todo que conforman este concepto en una amplia dimensión, y su dialéctica tomando como ejemplo la arquitectura Vernácula, estableciendo un parangón entre ambas dimensiones conceptuales que se refieren a lo metafísico (identidad) y a lo material (arquitectura) como su expresión tangible. Un elemento determinante para conocer la identidad será pues el lugar, ya la historia nos ha mostrado que uno de los errores más graves en cuanto a lo que arquitectura se refiere, es la indiferencia y falta de sensibilidad en la percepción del entorno. Frank Lloyd Wright, uno de los grandes genios de la arquitectura a nuestra consideración, se constituyó como un importante apologista de la naturaleza, quien la consideraba como contexto que íntimamente ligada al hombre era factor de bienestar personal físico y emocional, Wright gustaba expresarse de ella en los siguientes términos: Naturaleza se escribe con N mayúscula del mismo modo que Dios se escribe con D mayúscula, y afirmaba: La naturaleza es todo lo que llegaremos a conocer del cuerpo de Dios (Entrevista con Mike Wallace, septiembre 1957, citado en Brooks 1991). A partir de la década de los 60’s en Estados Unidos surge el movimiento llamado land art, donde las características de la escultura cambian de manera significativa al considerar el escenario urbano como lugar, es decir tomar en cuenta el paisaje y las preexistencias ambientales, así pues el contexto adquiere una importancia estratégica puesto que entra a formar parte del proceso. Igualmente la arquitectura junto con el arte acaban dependiendo del paisaje que los rodea dialogando con el contexto y pasando a ser parte del mismo. En el texto de Artscapes se lee lo siguiente: Dialogar con el lugar de un modo crítico permite descubrir algunas de sus características, permite asimilarlo de modo que el nuevo paisaje se vuelva artificial y extremadamente natural. La intervención en el espacio no mejora la calidad de un lugar, no añade nada a la sintaxis pre-
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existente. El arte crea un lugar propio, pero no mediante una superposición sino mediante una interferencia (Galofaro, 2003: 119).
Es importante señalar que en la década de los 60’s tuvo gran impulso la simbiosis entre arte y arquitectura y es época de arranque de grandes transformaciones en cuanto a modificar los antiguos cánones y métodos cartesianos de percepción del espacio que sin dar cuenta de la realidad circundante se anquilosaban en preceptos que era urgente renovar con nuevos planteamientos, con holística imaginación. Es por eso que la arquitectura contemporánea en su gran diversidad de corrientes de pensamiento, de expresiones y tendencias es fruto de un proceso histórico, cúmulo de experiencias que paulatinamente crea las condiciones de motivación y preocupación por nuevas formas de percepción ambiental y nuevas teorizaciones, incluida desde luego en este sentido, la arquitectura vernácula en el sentido de ubicarla con justicia (vía su definición conceptual) en el sitio que le corresponde dentro de la escala axiológica de una determinada cultura. Montaner (2005) haciendo referencia a las ideas de Peter Einsenman, Rem Koolhaas, y las teorías de Solá-Morales dice lo siguiente respecto a la nueva idea de lugar: Los lugares ya no se interpretan como recipientes existenciales permanentes, sino que son entendidos como intensos focos de acontecimientos, como concentraciones de dinamicidad, como caudales de flujos de circulación, como escenarios de hechos efímeros, como cruces de caminos, como momentos energéticos. (p.45)
Sin embargo existe una realidad divergente en América Latina, en cuanto a estas ideas de lugar que parece ser un tanto ajena, posiblemente debido a causas socio-económicas, específicamente en México se puede comprobar de manera fehaciente que en un gran porcentaje, el gremio profesional de la arquitectura simplemente las ignora. Y ¿qué sucede en la producción popular arquitectónica mexicana
que implica el mayor porcentaje en cuanto a edificación? Siendo pues de primera importancia, el lugar que cuando no es tomado en seria consideración, la significación urbanoarquitectónica se ve desgastada en cuanto a identidad y en la habitabilidad misma de las edificaciones.
Un proceso mercantilista abrumador permeado por corrientes internacionales en boga, ha exacerbado sus contradicciones ancestrales, despojándolas de todo sello original y sembrándolas en cambio de construcciones en su mayoría anónimas e intrascendentes, cuando no caóticas e ininteligibles. (Véjar, 2007: 9)
3. Elementos que intervienen en la dialéctica de la identidad 3a. Globalización El problema de la transformación de la vivienda en regiones que tradicionalmente utilizaban materiales propios del lugar, empleando métodos artesanales y medianamente industrializados, tiene varias causas pero consideramos que una importantísima es la transculturización producto de la llamada globalización, uno de cuyos preceptos fundamentales es el consumismo que eleva a la categoría de dios al capital.
Este fenómeno […] también llamado ‘mundialización’ principalmente en el marco europeo es un concepto que alude a la integración de los mercados comerciales, a la internacionalización de los procesos productivos y del capital y al uso amplio de las tecnologías, alude también a la transmisión instantánea de la información y al papel creciente de conglomerados transnacionales Más allá de los acuerdos específicos sobre finanzas, aranceles e intercambio de productos y sus repercusiones en la actividad económica (interrelación creciente de los mercados y en la estructura del empleo-descalificación de sectores profesionales y requerimientos de nuevas habilidades), se suele considerar que la globalización también es un sistema político-ideológico. En este sentido llama la atención que los es-
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pecialistas no se pongan de acuerdo acerca del momento histórico a partir del cual es válido utilizar la idea de globalización, ni del marco de referencia en el cual interpretar el concepto (VV. AA. 1998: 20).
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Consecuentemente la tipología de un lugar, de una región, va perdiendo ese carácter heredado de tradiciones, costumbres y cultura propia, dejándose avasallar por nuevas tendencias importadas que nada tienen que ver con nuestra propia idiosincrasia. Esto no quiere decir que cerremos los ojos ante las ventajas que el progreso tecnológico nos ofrece, sino operar racionalmente nuestro contexto como parte primigenia de nuestra identidad. Esta premisa nos lleva a la búsqueda de lenguajes arquitectónicos con una esencia de simbolismo, de significados, de contenido y no solamente de continentes, es decir de formas exteriores que no negando la propia creatividad, en la mayoría de los casos, tales formas son copiadas en sus diversos elementos tal cual sin aportar nada proyectual de nuestra parte. Tal vez muchos piensan que quien no copia a Santiago Calatrava o a Frank O. Ghery, por citar solamente a dos famosos arquitectos contemporáneos, está fuera de onda. Como se apuntó anteriormente la crisis de identidad que actualmente observamos es en gran parte propiciada por el sistema global económico imperante basado en vanalidades de consumismo exacerbado. El avance tecnológico pleno de maravillas que con extrema comodidad en múltiples ámbitos de vida cotidiana satisface nuestras necesidades (muchas veces superfluas) nos invade de manera inexorable a tal grado que nos esclaviza y de manera inconsciente nos hacemos dependientes de tal avance científico. El acelerado desarrollo de la telecomunicación satelital y su culmen: la Internet es un ejemplo de ello. Actualmente ya en el temprano ambiente de escolaridad ¿quién no posee mínimamente una computadora y su equipo periférico? con la consecuente erogación en lo referente a
compra de programas, pago de suscripciones, asesoría técnica, y desde luego los famosos e indispensables consumibles. En la generalidad de casos la compra del instrumento llámese reloj pulsera, juguete, aparato electro-doméstico, equipos de cómputo, etc. la ganancia de los productores radica en la eficiencia del producto que sustancialmente conduce al consumo de aditamentos y accesorios indispensables para lograr tal eficiencia por ejemplo las llamadas pilas o baterías, por cierto fuente de contaminación sempiterna. No hablemos ya de la obsolescencia de nuestros equipos, muebles, o lo que hallamos adquirido, en breve tiempo pasamos a la categoría de retro por no adquirir la última versión de “x”. El avance cultural-tecnológico visto en tal perspectiva, lejos de propiciar la armonía con el medio ambiente, la deteriora en pos de la supremacía económica y ¿qué sucede como consecuencia ambiental? Ejemplos tristes sobran, por mencionar solamente uno: en la actualidad la sobreproducción de plásticos y polímeros utilizados en muchos productos como por ejemplo el pet está colmando de basura eterna a nuestro planeta… sin embargo casi nadie se preocupa haciendo algo en contra de esta situación, nos preguntamos ¿dónde queda ese supuesto avance cultural-tecnológico si en múltiples formas nos agrede? En la esfera sociocultural el fenómeno de nuestro tiempo globalización puede tener fundamentos loables en cuanto al intercambio de producción entre los países, sin embargo en la práctica solamente favorece a aquellos con alto potencial económico, así las superpotencias mundiales subyugan económicamente a los países subdesarrollados o en vías de desarrollo mediante políticas ventajosas y restricciones condicionadas a alcanzar determinado nivel de competitividad. Si esto es grave en el panorama económico, lo es aún más la paulatina destrucción de raigambres culturales de los países participantes que se precien de poseer un bagaje de arraigada tradición.
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El fenómeno de la universalización aunque es un avance de la humanidad, al mismo tiempo constituye una especie de sutil destrucción, no sólo de las culturas tradicionales, lo cual quizá no sería una pérdida irreparable, sino también de lo que llamaré en lo sucesivo, el núcleo creativo de las grandes culturas, el núcleo sobre el cual interpretamos la vida, lo que denominaré el núcleo ético y mítico de la humanidad. El conflicto se origina allí. (Frampton, 1990: 9)
4. Arquitectura vernácula, testimonio de identidad En cuanto a los orígenes de la identidad podríamos decir que provienen de consanguineidad (raza), medio físico-geográfico (clima), y contexto cultural (ideología). En el caso de la arquitectura vernácula igualmente tales elementos se conjugan con particulares y naturalmente propios matices Estos elementos son evidentes al observar a través de la historia la evolución de las ciudades y en nuestro país la arquitectura que conforma a éstas, son producto de una sociedad surgida de una serie de acontecimientos de supremacía de unos para el sometimiento de otros, en el caso de México estas eventualidades con sello de conquista y colonización tuvieron como escenario el vasto territorio (nacional) rico en diversidades de todo tipo: físico-geográfico con sus particularidades climáticas, de flora y fauna. Así pues en ese amplísimo territorio se enfrentaron dos concepciones culturales con sus particulares diferencias en cuanto a esa comprensión y descripción del universo. La cultura ibérica, producto del sincretismo de los pueblos originarios de la península con los sucesivos pobladores helénicos, romanos, bárbaros, árabes y judíos, si bien se impuso en la superficie a las culturas americanas, mediante la espada, la lengua y la cruz, acabó sincretizándose también con ellas, lo cual, combinado con el impacto del medio natural, determinó con el paso del tiempo la identidad de los pueblos latinoamericanos y su cultura ambiental (Véjar, 2007: 9).
Se puede observar en la cita anterior que las culturas originales sufren inexorablemente los cambios y transformaciones inherentes al contacto con otras culturas, ya que todas ellas comparten el mismo origen en cuanto a raza (pura, criolla o mestiza), es decir la consanguinidad, el lugar de origen compartido induce a un sentimiento de identidad. Y finalmente el nivel de cultura y avance tecnológico pone su estigma en los actores sociales de esos choques culturales que delinean una forma de ser y por lo tanto de identificación con los demás. La cultura es un orden común, para ello necesita del proceso de enseñanza-aprendizaje, se fundamenta en un complejo sistema de símbolos que manifiesta sus efectos en las actitudes del individuo miembro de una colectividad, es decir su comportamiento (práctica) hará tangible la semántica (teoría). Al respecto es innegable que la arquitectura tiene un nexo sustancial con la realidad, no existe arquitectura en la imaginación, a esto lo llamaríamos proyecto y solamente si es comunicado mediante signos gráficos. Por lo tanto la teoría como forma de pensar puede dictar normas o patrones de cómo debe ser la arquitectura, como es el caso de la actual enseñanza en escuelas y facultades, puede ser una interpretación personal de algún arquitecto que interpreta así su quehacer como una alternativa no escrita, o también la teoría puede ser como dice Marina Waissman (1990: 29, 30) “[…] la forma de una filosofía de la arquitectura, esto es de una concepción generalizadora en busca de principios universalmente válidos, más ligada a la especulación que a la realización.” Sin embargo en la actualidad existe una crisis de valores (creemos que siempre ha existido, aunque con sus particulares matices) debido a la obsolescencia de ciertos patrones de pensamiento. Tal obsolescencia del modo de pensar se origina en la inercia mental de aplicación de nuestro sistema de símbolos a las nuevas exigencias y retos que nos plantea el mundo, no
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vislumbramos que a nuevas necesidades corresponden nuevas soluciones. La espiral ascendente del conocimiento en contraposición al círculo vicioso del mismo es un valioso referente en este sentido. Visto de manera sencilla este problema se reduce al divorcio existente entre la teoría y la práctica, así como también al acelerado avance tecnológico que en la aplicación de métodos, técnicas y procedimientos nos rebasa de manera inexorable. “La unidad de la lógica y el empirismo implica también una unidad entre la teoría y la práctica” (Norberg-Schulz, 1998: 53). Refiriéndonos a la identidad en el pensamiento arquitectónico y urbano el vocablo identidad tiene varias acepciones. La más amplia es la identidad del objeto consigo mismo, es decir el conjunto de cualidades intrínsecas al objeto, las cuales permiten identificarlo (diferenciarlo de otros de la misma especie) a esto se le denomina identidad morfológica. Existe la identidad cultural (común al lenguaje arquitectónico y urbanístico) consistente en el nivel de homogeneización que impone un sello de uniformidad a un ámbito a variadas escalas, desde lo rural, barrios, ciudades, países o incluso continentes. En tal caso los elementos sobresalientes característicos son clasificados como elementos propios típicos que configuran la identidad arquitectónica o urbana de la sociedad asentada en ese territorio. En este sentido, la arquitectura vernácula es un ejemplo de identidad cultural construida (generalmente en medios rurales o suburbanos). Algunos arquitectos con vocación nacionalista han impulsado la defensa y la búsqueda de una arquitectura representativa de sus habitantes. Recordemos la campaña vasconceliana de los años veinte que impulsó una arquitectura mexicana con base en elementos coloniales. Más recientemente los Seminarios de Arquitectura Latinoamericana (SAL) discutiéndose en ellos la búsqueda de una arquitectura con identidad latinoamericana.
La identidad cultural de la arquitectura se asocia al concepto de identidad social y se refiere a la posibilidad de que la arquitectura y la ciudad contribuyan a conformar en los individuos el sentimiento de saberse miembros de un colectivo. En la especialidad de conservación del patrimonio edificado el carácter testimonial de hechos históricos dota a los monumentos arquitectónicos en cuestión de un aura de mensajeros que nos recuerdan (a las generaciones presentes y posiblemente también a las futuras) el pasado digno de rememorarse. El sentimiento de unidad social puede aumentarse según la opinión de algunos en la medida que se logren recuperar de manera crítica y creativa ciertas tipologías, sus materiales y sus procedimientos constructivos tradicionales. El secreto estriba (pensamos nosotros) en cuanto a explotar esa creatividad crítica de nuestra habilidad proyectual situándonos siempre en nuestra realidad contextual y nunca anacrónica. La relación entre identidad y arquitectura es manifiesta cuando el simbolismo de intención o cometido de ésta, es manifiesto en el espacio vivencial y solventa necesidades de orden material y también emocional según la relación de equilibrio entre usuario y contexto. La ciudad es cultura y por lo tanto es un ente social susceptible de ambivalencias, segregación socio espacial y otras contradicciones que desdicen la supuesta urbanidad propia de un conglomerado que se dice poseedor de un avance cultural. Tales consecuencias se originan en fenómenos variados dentro de los cuales destacan los efectos de la globalización y la supuesta contemporaneidad de las formas arquitectónicas importadas que en conjunción con los demás espacios ya sea naturales como el paisaje, o edificados como limitantes de espacios internos o externos, siendo todos ellos componentes de la estructura urbana y producto de la cultura local tienden a desdibujar una cierta tipología y consecuentemente ciertos rasgos de identidad. Aquí subyace la
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problemática de la relación entre identidad arquitectónica e identidad social. (Milián, 2008: 29-31). La clara connotación social que actualmente tienen los lenguajes arquitectónicos es manifestación del status entre los diferentes estratos de la población e igualmente dependientes de su clasificación como urbana, suburbana o rural. Esta situación de prejuicio y segregación espacial es notoria en la mayoría de núcleos habitacionales de la llamada gente bien o incluso la medianamente bien como lo es la clase media donde la identidad es medida en aspectos de superficialidad consumista como la ropa de marca, los viajes al extranjero, los automóviles de lujo, las mascotas, la membresía a clubes sociales y deportivos en boga, éstas y otras vanalidades conforman la ideología en cuanto a identificarse con los demás. Es evidente en estas actitudes la ausencia de auténticos valores. Incluso en medios socioculturales menos favorecidos también se da ésto aunque en menor escala, y la generalidad demuestra que el humilde parroquiano se comunica más con sus vecinos, la comunidad aquí se halla más relacionada entre sí, de alguna forma identificada no sólo en aspectos materiales sino también en los espirituales. “se conoce, comparte sus problemas y es más solidaria, pese al ambiente degradado y violento que la pobreza genera en muchos casos.” (Véjar, ob.cit.: 106). 5. Arquitectura vernácula en México: ¿pérdida de identidad? La diversidad cultural de México, el clima y las características de la población han generado una arquitectura vernácula rica con influencias de la arquitectura morisca, española y prehispánica básicamente, y se ha desarrollado teniendo en cuenta los materiales locales, las condiciones climáticas así como factores sociales y las tradiciones religiosas. Con base a ello es importante definir el término “arquitectura vernácula”. De acuerdo con
Schroeder (1998), Arquitectura, en un sentido amplio significa: el arte de la construcción, refiriéndose principalmente a los espacios habitables deriva de las necesidades específicas y un contexto natural y construido. Además, “vernaculares” proviene de la palabra latina Vernaculus, lo que significa doméstico, nativo, de nuestra casa o país. El mismo autor hace referencia a una definición de la arquitectura vernácula que se desarrolló durante el primer Seminario Internacional de Arquitectura Vernácula, celebrada en la Ciudad de México en 1993 y organizado por el Infonavit y el ICOMOS México (Schroeder: 23): La arquitectura vernácula incluye la vivienda y otras construcciones realizadas con la participación de la comunidad y los sistemas constructivos desarrollados con los recursos disponibles, utilizando las tecnologías producto de los conocimientos colectivos y no requiere personal calificado para construirlo. Por lo tanto, el resultado volumétrico, relaciones espaciales, colores y detalles permiten identificar el grupo de personas que lo produce, el usuario y toda la comunidad debe participar en la construcción. Esta arquitectura puede ser laica o religiosa, rural o urbano, temporal o permanente, pero tiene que estar estrechamente relacionada con su contexto ambiental, cultural, social y económico, considerando las necesidades, valores, tradiciones y estilo de vida del grupo que la produce .
En congruencia con la definición aceptada para este trabajo (p. 12), la identidad de un grupo es el producto de las sensaciones y los afectos humanos y no los pensamientos racionales y está sujeta a transformaciones y evolución. Por lo tanto la arquitectura vernácula es también el producto de un grupo de personas con determinados orígenes, estando también sujeta a cambios, no se pueden encontrar obras de características iguales en referencia a la construida hace 100 años ya que los valores culturales, idiosincrasia, contexto natural y artificial desarrollo tecnológico son diferentes y deben distinguirse.
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En acuerdo con la Carta del Patrimonio Vernáculo (1999) los ejemplos de lo vernáculo pueden ser reconocidos por: a) Un modo de construir emanado de la propia comunidad b) Un reconocible carácter local o regional ligado al territorio c) Coherencia de estilo, forma y apariencia, así como de tipos arquitectónicos tradicionalmente establecidos d) Sabiduría tradicional en el diseño y en la construcción, que es transmitida de manera informal e) Una respuesta directa a los requerimientos funcionales, sociales y ambientales f) La aplicación de sistemas, oficios y técnicas tradicionales de construcción. Es importante considerar según la carta que
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el éxito en la apreciación y protección del patrimonio vernáculo depende del soporte de la comunidad, de la continuidad de uso y su mantenimiento […] gobiernos y autoridades deben reconocer el derecho de las comunidades de mantener su modo de vida tradicional y protegerlo […] y legarlo a las generaciones futuras. (1999:2-3)
6. San Andrés Azumiantla, materialización de un testimonio de identidad Este artículo es resultado de un proyecto de
investigación sobre la relación entre la calidad de la vivienda y la salud de los habitantes de una comunidad de bajo desarrollo social del municipio de Puebla, San Andrés Azumiatla. Este proyecto inició a finales del año 2009 como un trabajo interdisciplinario entre las Facultades de Enfermería y de Arquitectura de la BUAP. Durante el primer año de trabajo se realizó un diagnóstico del estado de las viviendas del sector 2 de Azumiatla. Se hizo el levantamiento fotográfico, arquitectónico y ambiental de 47 viviendas; además de la aplicación de una encuesta a las familias usuarias de esas casas. De ese estudio surgió el cuestionamiento sobre la materialización y posible pérdida de identidad de la comunidad reflejada en la construcción de sus viviendas. San Andrés Azumiatla es una junta auxiliar localizada a 12 km de la ciudad de Puebla. Esta comunidad es clasificada dentro de los “POLIGONOS Hábitat”1, lo que significa que es una población con viviendas deficientes. Su población es de 8.837 personas, de las cuales 4.395 son hombres y 4.442 son mujeres. La principal actividad económica de las personas en San Andrés Azumiatla es la construcción (46%), seguido de la agricultura (20%) (CECACVI, 2009). Esto explica el hecho de que todas las casas de Azumiatla son construidas por la propia gente, los hombres de cada familia: padres e hijos.
Cuadro 1. Actividad económica de la población de Azumiatla
Socialmente la población tiene problemas de baja escolaridad, desempleo, migración a la ciudad de Puebla y algunas personas a los EE.UU., y respecto de la calidad de sus viviendas el cuadro 2 presenta el tipo de ellas considerada en alto porcentaje como de calidad pobre, así como la de sus servicios y los servicios públicos. 2 Polígono Hábitat es un ordenamiento territorial para identificar la pobreza según los ingresos de habitantes, vivienda, vestimenta y características del transporte de cada miembro de una familia (CONEVAL, Mexico).
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Fuente: (CECACVI-BUAP, 2009).
Figuras 1a. -1b. Vivienda vernácula en San Andrés Azumiatla (Polanco, 2009)
La evolución de la construcción de la vivienda en Azumiatla desde hace 100 años como arquitectura vernácula ha sufrido cambios en relación a la nueva, ya que los elementos y materiales de construcción que conforman los espacios han cambiado. Por lo tanto se genera el problema de que las casas se construyen actualmente tomando como modelo las casas citadinas sin responder al clima del lugar, a los materiales de construcción locales y la distribución espacial según la tradición de la gente (fig. 2a-2b).
Figuras 2a.-2b. Materiales de construcción de la Arquitectura Vernácula (Ávila, Mundo, 2009).
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Hoy en día, casi todas las casas en Azumiatla que pertenecen a personas con buenos ingresos o aquellos que reciben dinero de sus familiares en los EE.UU. son muy parecidas a cualquier casa construida en la ciudad de Puebla o en la ciudad de México (fig. 4). Por otra parte, las personas con bajos ingresos tienen casas muy rudimentarias que no responden a las necesidades espaciales y ambientales ya que no cumplen con los parámetros de función y confort, en cuanto a dimensiones, iluminación, humedad, temperatura y niveles acústicos. La arquitectura tradicional en esta comunidad fue construida con piedra de cantera utilizada en cimientos y paredes de 30 cm de ancho, y techos con estructura de madera cubiertos con tejas de cerámica roja. Las ventanas regularmente son pequeñas debido a que la gente carece de suficiente dinero para ponerlas de metal y vidrio, por lo tanto, han optado por tener ventanas de dimensiones pequeñas o simplemente no ponerlas.
74 Figura 3 (Izquierda). Vivienda vernácula en Azumiatla. Figura 4 (Derecha). Casa reciente de dos plantas construida con block de cemento, acero y ventanearía de aluminio (Polanco, Mundo, 2010).
Las nuevas construcciones se realizan actualmente con block de concreto (paredes), pisos de concreto, estructuras de acero (como pequeñas columnas y vigas) y lámina corrugada para el techo (fig. 5a.-5b.), ésto además de una ventilación natural deficiente genera un sobrecalentamiento en las casas, con una temperatura interior de 2 grados C más alta que la temperatura ambiental exterior. La falta de ventilación y el mal sellado de ventanas y del techo producen mucha humedad dentro de las casas, incluso mayor que la humedad del aire exterior (Mundo et al, 2010).
Figuras 5a. -5b. Calidad de la vivienda en San Andrés Azumiatla (Mundo, 2010).
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Conclusiones • Actualmente dentro de todas las sociedades se vive una crisis de valores. Crisis que se ve reflejada en diversos aspectos de la vida cotidiana en sus aspectos ideológicos y materiales. Necesariamente la arquitectura (en su papel de testimoniar una cultura) se halla inmersa en esta incertidumbre de manifestar como arte y expresión social que incide en los requerimientos primarios y culturales del hombre, un auténtico avance. • El esquema económico imperante que desgraciadamente configura el escenario social en que se desarrolla la actividad edilicia supeditada a los vaivenes en cuanto a época, estilos, materiales y tecnología bajo una nueva cosmovisión, ha impuesto cambios drásticos en las maneras de producción, intercambio y consumo. • El acelerado avance tecnológico cuya máxima expresión podría ser la telecomunicación instantánea vía satelital que aunada a la eliminación de fronteras internacionales han empequeñecido al mundo vía globalización, ha sido germen de un deterioro ambiental que a todas luces denota en algunos casos ignorancia o desprecio e indiferencia en otros, acerca de las serias advertencias que los científicos ambientalistas han denunciado en contra de esa falta de conciencia social en cuanto a procurar un equilibrio entre desarrollo y medio ambiente. • Tal equilibrio solamente podrá lograrse mediante una educación o concientización a nivel individual que tienda a sentirse copartícipe de actitudes tendientes hacia el logro de un objetivo común tan urgente como lo es una relación amistosa con nuestro entorno. • Las enseñanzas de la historia no deben olvidarse en cuanto a las consecuencias de ese descuido en la relación hombre-naturaleza y de la indiferencia a nuestra responsabilidad referida a la herencia generacional en este sentido. • En esta circunstancia, el hecho de valorar y reinterpretar las culturas tradicionales que son esencia de nuestra identidad será una fuente de enseñanza en cuanto a vivir con
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armonía y respeto al entorno, las manifestaciones vernáculas son un referente importantísimo que no debe soslayarse. No olvidemos que existe la arquitectura sin arquitectos (la más prolífica) llamada de diferentes formas: popular, espontánea, autóctona, indígena o aborigen, sin embargo cualquier denominación tendrá el sentido o significación de manifestación cultural nativa, es decir perteneciente al lugar y siempre en lugar de anónima, su signo, (signatura o firma) corresponderá al momento histórico y al lugar de tal expresión. Inmersas en el mismo mar de contradicciones, tanto la identidad como la arquitectura vernácula, su permanencia y teleología dependerán del pretendido rescate ideológico de una expresión material apoyado en formas y espacialidades no académicas que sin embargo pretenden ser pioneras de la intención de comprensión y necesidad del diálogo amistoso hombre-naturaleza. Aceptando que la dialéctica de los tiempos es inevitable, nosotros los arquitectos de nuestro propio destino tenemos un compromiso no solamente funcional y artístico sino eminentemente humano y ambiental. Responder a tal reto significa que aceptando esa dialéctica tiempo-espacio entendamos y aceptemos los inevitables cambios de los cuales, nosotros como integrantes de un conglomerado social nos sintamos copartícipes de señalar los caminos para conseguir esos logros en una dimensión que trascenderá fronteras de raza, de territorio, y de avances culturales, teniendo como filosofía de actitud el respeto a nuestro contexto y a nuestros orígenes, en suma: a nuestra identidad. San Andrés Azumiatla es una materialización de un testimonio que refleja la definición de identidad, la cual a través de la construcción y autoconstrucción, con el uso de materiales de la región y procedimientos de construcción tradicionales que se han ido transmitiendo por generaciones soporta materialmente a la arquitectura vernácula.
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• Sin embargo las influencias externas también •
son manifiestas tanto en lo cultural, socioeconómico e ideológico manifestando un sincretismo innegable que se observa en las nuevas construcciones de San Andrés Azumiatla. Finalmente es necesario recordar que la arquitectura en cualquier dimensión temporalespacial es el testimonio edificado del avance cultural y tecnológico del hombre que mediante formas (geometría) y significados (semiología), sintetiza esa dualidad cósmica que es el contexto: geo-físico-biológico e ideológico que engloba todos los fenómenos existenciales significativos de la humanidad.
Agradecimientos
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Este proyecto ha sido financiado por el Programa de Mejoramiento al Profesorado de la SEP. Se agradece la participación de alumnos de servicio social de las licenciaturas en Arquitectura y en Enfermería de la BUAP; también a los alumnos becarios del Programa Jóvenes Investigadores de la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado de la BUAP y al alumno becario del PROMEP, así como al Centro Comunitario de Atención y Cuidado de la Vida (CECACVI) de la Facultad de Enfermería de la BUAP.
Referencias • BROOKS, B. (1991), Frank Lloyd Wright, Italia: Meter Gössel y G. Leuthhäser • ECACVI-BUAP (2009), Instrumento de valoración comunitaria con enfoque de sistemas. FEBUAP: Puebla. Documento interno • FRAMPTON, K. (1990), Lugar, Forma e Identidad, México: G .G • GALOFARO, L. (2003), Artscapes. El arte como aproximación al paisaje contemporáneo, Barcelona: G.G • KHUN, T. (1971), La estructura de las revoluciones científicas, México: Fondo de cultura Económica • LYNCH, K. (1985), La buena forma de la ciudad, Barcelona: G.G • MILIAN A., G. (2008). “Contribuciones de la arquitectura y la ciudad a la identidad social” en VALERDI, M.C. y J. SOSA, Diseño, Arquitectura y Tecnología, Puebla: BUAP • MORALES, F. J. (1989), Arquitectura vernácula en México, México: Trillas • MONTANER, J. M. (2005), La modernidad superada, Barcelona: G.G
• MUNDO, J., VALERDI, HERNÁNDEZ, SOSA
& RUGERIO (2010) “Efectos de la vivienda en las condiciones de salud y confort de los habitantes de San Andrés Azumiatla, Puebla, México”. Memorias del IV Congreso Iberoamericano de Estudios Territoriales y Ambientales, Mérida, España, Mayo 2010. • NORGBER-SCHULZ, CH. (1998), Intenciones en Arquitectura, Barcelona: G.G. • SCHROEDER, F. “La Arquitectura Vernácula y su protección dentro del Marco Jurídico”. Anales, Arquitectura Mexicana, No. 9, 1998, pp. 21-26. • VV.AA. (1998), Globalización, Lecturas tronco común, Puebla: BUAP. • VÉJAR, C. (2007), La espiral del sincretismo, México: Gernika. • WHITEHEAD, A. N. (1929), Process And Reality, Buenos Aires: Losada. • WAISSMAN, M. (1990), El interior de la Historia, Bogotá: Escala. Documentos: • CARTA DEL PATRIMONIO VERNÁCULO CONSTRUIDO (1999), Ratificada por la 12ª asamblea General en México. Octubre de 1999. ICOMOS.
Jorge Sosa-Oliver Profesor investigador (FA-BUAP). Arquitecto, Maestro en Docencia Universitaria, Universidad Iberoamericana-Puebla. Coordinador del Depto. de Crecimiento Físico de la FA-BUAP, Perfil PROMEP, Miembro del Padrón de Investigadores Institucional. Cuerpo Académico de Diseño y Tecnología. chepus46@hotmail.com Julia Judith Mundo-Hernández Profesora investigadora FA-BUAP. Doctora en Arquitectura, Universidad de Nottingham, Inglaterra. Miembro del Padrón de Investigadores Institucional. SNI (Candidato), Perfil PROMEP. Cuerpo Académico de Diseño y Tecnología. juliamundo@yahoo.com María Cristina Valerdi-Nochebuena Profesora investigadora FA-BUAP. Doctora en Arquitectura por la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Coordinadora de Fomento Editorial de la FA-BUAP. Perfil PROMEP, Miembro del Padrón de Investigadores Institucional. Cuerpo Académico de Diseño. Evaluadora y Miembro del Comité Técnico (COMAEA). crvalerd@gmail.com Alfonso Polanco-Bernal Tesista de la FA-BUAP. Becario del PROMEP. juanitopolanco@hotmail.com
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COMUNICACIÓN VISUAL
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PROCESO DE DISEÑO, CARTEL BICENTENARIO DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO 78
Obed Meza-Romero Facultad de Arquitectura(FA) Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) Puebla, Pue., México.
COMUNICACIÓN VISUAL
Meza, O.: Proceso de diseño, cartel bicentenario de la Independencia de México
Resumen La imagen además de ser percibida visualmente y estar presente en todo sitio, comunica es resultado de un proceso de comunicación visual creada con una intención. Regularmente genera dos tipos de reacciones, una puede provocar una actitud y otra, llamar la atención, sin embargo lo más importante es la comprensión del mensaje que el diseñador gráfico quiere transmitir respecto del tema elegido, luego de haber realizado una búsqueda exhaustiva respecto del concepto a desarrollar. Este reporte tiene el objetivo de mostrar el proceso metodológico de creación de un cartel, en este caso referido a la celebración del Bicentenario de la Independencia de México. Palabras clave: Proceso de comunicación, mensaje, concepto, bicentenario
Abstract
An image should not only be visually attractive, it must be present everywhere, must communicate something; it is the result of a visual communication process created with a specific intention. Images usually create two types of reactions: one can generate an action or an attitude towards something, and can also just be attractive. However, what is really important for the designer is to be able to communicate a message from a certain topic through images. This can be achieved after carrying out research in order to develop a concept. The main objective of this paper is to show the methodology process involved in the creation of a poster, in particular, the creation of a poster designed for the Second Anniversary of Mexico’s Independence. Key words: Comunication process, message, concept, second aniversary
Proceso metodológico Luis Almeida comenta que al trabajar con representaciones visuales y comenta “La imagen es la manera más rápida y eficaz de comunicar, de emocionar o de llamar nuestra atención, y esa es la manera básica del lenguaje del cartel” (2000, p.30). Como inicio hay que tener claridad acerca de la definición de cartel, la más concreta la define como una pieza gráfica de tamaño grande que se fija en las paredes exteriores de edificaciones, lugares públicos y calles para comunicar un mensaje específico (ideológico o comercial) a un público amplio; Se caracteriza por exhibir una gran ilustración o fotografía acompañada de un texto muy corto. Por el poco tiempo de apreciación que tiene, debe ser muy claro y no usar detalles decorativos ni retóricos. La eficacia del cartel radica en tomar por sorpresa al transeúnte que circula. El cartelista mexicano Eduardo Téllez comenta “La importancia del cartel radica en el hecho de tratarse de un medio de comunicación directo y con gran capacidad de sorprender y mantener fija su imagen en la mente del espectador, quién de esta manera se entera de las ideas presentadas en ciertos eventos” (2002, p.24).
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Una vez comprendida la definición se procede a relacionar la temática del cartel para que de ahí se precise el concepto del mensaje que se desea transmitir, entendiendo como concepto a la síntesis concreta de una idea generadora, que sirve de punto de partida para desarrollar un diseño, es la manera de precisar como se va a representar el mensaje y los lineamientos fundamentales para realizarlo. El concepto debe ser concreto, diferenciador, simple, contundente, y estar presente en todo el diseño del cartel. Para entender el mensaje además del concepto el diseñador se hace las siguientes preguntas: ¿Cuál es el propósito del mensaje? ¿Cuál es el contenido deseado del mensaje? ¿Cuáles son los sub-mensajes y su importancia relativa? ¿Cuál es el tema del mensaje? ¿Cuáles son los perfiles del público receptor? ¿En qué contexto se va a transmitir el mensaje? En acuerdo a estas preguntas se puede tener más claridad acerca de las ideas a representar, para posteriormente tomar el lápiz y papel y empezar a bocetar, la representación técnica depende de los materiales que aporten una estética artística para reforzar el mensaje. “Abraham Games, un famoso creador británico de carteles, definió el reto que enfrenta el cartel con escasas cuatro palabras: Significado máximo. Medios mínimos. Es decir, como llegar a mucho, dando poco. Entonces el cartel es el arte de la reducción” (2006, p. 40).
Caso de estudio: La celebración del Bicentenario de la Independencia en México. En México se celebran doscientos años de libertad, e independencia, la intención es dar una apreciación de este hecho de una manera personal pero que sea entendida por el público en general, su lugar de exhibición serán varios estados de la República y junto a otros carteles de un colectivo. 1.Selección de conceptos que se asociarán con independencia, por ejemplo: triunfo, libertad, victoria, y los países que están involucrados. (Fig. 1) La señal representa la imagen de victoria y las banderas a un partido de futbol entre México y España, debido a que las banderas utilizadas no eran de esa época. 2.El segundo concepto fue una ironía hacia la independencia, para esto se seleccionó un personaje histórico en esta lucha de independencia, por ejemplo, Don Miguel Hidalgo y Costilla padre de la misma pero atado de los ojos con una bandera de España. (Fig. 2)
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Figura 1 Boceto inicial.
Figura 2 Representación de personaje ilustre de la Independencia.
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Sin embargo el dibujo del personaje por sí solo no reflejaba el mensaje de Independencia. En otro intento se retoma el concepto de virreinato, ya que el objetivo de la Nueva España era colonizar a México en todos los sentidos, retomando nuevamente una bandera rasgada donde cada parte se genera una nueva, pero aún no remitía a la historia de la Independencia. (Fig. 3)
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Figura 3 Resultado visual errado.
A partir de la idea del virreinato de la Nueva España en esa época y la Independencia de México, se seleccionaron imágenes claves relacionadas a este hecho histórico.
Nueva España México
Virreinato libertad
corona española águila
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Figura 4. Imágenes clave para representar Independencia.
Solo estas dos imágenes eran la base para representar la Independencia de México de la Nueva España. (Fig. 4) 3.Posteriormente se realizó una investigación iconográfica de la imagen del águila y alguna de sus partes (Fig. 5, 5a, 5b, 5c), así como de una corona española. (Fig. 6)
Figura 5. Variante del águila representada en el Escudo Nacional. http://www.ensanluispotosi.com/Mexico/Bandera.htm
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Figura 5a. Como se representa el perfil de águila en fotografía.
http://www.fonditos.com/animales/aguilas/aguila_dorada-02046-1024x768.php?o=11
Figura 5b. Águila en vuelo.
http://www.difusionesvida.com/web/index.php?option=com_content&view=article&id=48&Itemid=2
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Figura 5c. La representación feroz de una garra.
http://colombiacuriosa.blogspot.com/2008/07/aguilas-y-afines.html
Figura 6. Analizar los rasgos de una corona española para que no se confunda con la de otro reinado.
http://blogdeheraldica.blogspot.com/2009/05/correccion-sobre-la-corona-imperial.html
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Se realiza la composición del cartel relacionando forma- color-espacio-tipografía.
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Figura 7. Propuesta de colores.
En esta composición se coloco a la derecha el águila en color con tonos sepia para evocar historia, con un fondo de colores en degradado de la bandera asociando patriotismo y la tipografía a tres lineas de texto en la parte inferior para que se notara como base de la composición general. (Fig. 7)
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Figura 8. Variante de colores.
Se hace una variante de color en fondo azul para evocar cielo y se cambia el color de la imagen en escala de grises para que contrastara con el color del fondo, sobresale el color amarillo de la corona, sin embargo, la colocación del texto, dentro de una pleca, divide el espacio de tamaño final del cartel. (Fig. 8) Posteriormente se cambia la colocación de la tipografía y la dirección de la cabeza del águila, para relacionarla con la dirección original del escudo de la bandera. (Fig. 9)
Figura 9: cambio de dirección d elos elementos visuales
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Figura 10. Cartel final para la celebración del Bicentenario de la Independencia de México.
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Conclusión Este cartel nos denota una cabeza de águila y una corona. Pero nos connota, independencia al representar en tamaño grande la cabeza del águila y en el pico una corona española minimizada y dibujada a un trazo como de caricatura y libertad por tener un fondo de color azul, la tipografía en altas en la parte de arriba con la única intensión de celebrar estos doscientos años de Independencia. “ Viva, México”. (Fig. 10)
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Referencias • Paciorek, B. (2006), Cartel Contemporáneo Polaco, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, México. • Séptima Bienal Internacional del Cartel en México, (2002), Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad ITESO, Trama Visual, A.C., Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, México. • Sexta Bienal Internacional del Cartel en México, (2000), Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad ITESO, Trama Visual, A.C., México.
Obed Meza-Romero Profesor investigador de la Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Licenciado en Diseño Gráfico por la FABUAP y Maestro en Mercadotecnia por la Universidad de Oriente. Ganador de diferentes premios en concursos nacionales e internacionales cartelobed@hotmail.com