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DISEÑO PRAGMA, ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL 12: 2-11 (2014)

DISEÑO SOSTENIBLE DE VIVIENDA EN LA CIUDAD DE PUEBLA Sustainable design in the city of Puebla Nelly Ruiz Vázquez Benemérita Universidad Autónoma de Puebla nelly_rv@hotmail.com

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José Eduardo Carranza Luna Benemérita Universidad Autónoma de Puebla educarr_2006@hotmail.com

Gerardo Iván Gómez Coba Benemérita Universidad Autónoma de Puebla ID:200934483


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Ruiz, N.; Reyes, Carranza, J.E.; Gómez, G.I.: DISEÑO SOSTENIBLE DE VIVIENDA EN LA CIUDAD DE PUEBLA Caso: Fraccionamiento Hacienda Los Capulines II

Resumen Alcanzar la sostenibilidad de las ciudades, implica un cambio en los valores de quienes al diseñar, construir y vivir la arquitectura, hacen el entorno urbano. Desde el punto de vista de la eficiencia energética, la dispersión suburbana no es conveniente; sin embargo, a medida que aumenta la densidad, aumentan también otros problemas como la inseguridad, los delitos, el aislamiento y la pérdida del sentimiento de comunidad. La transición a la sostenibilidad deberá ocurrir de forma paulatina, lo que implica en condiciones ideales, que los proyectos sean sostenibles desde su concepción y en otras, a través de proyectos de evaluación y mejora de lo ya construido. El presente trabajo presenta una propuesta de criterios de diseño de nuevos fraccionamientos con base en el resultado del diagnóstico sobre el funcionamiento actual del Fraccionamiento Hacienda Los Capulines II, ubicado al nororiente de la Ciudad de Puebla. Palabras clave: Sostenibilidad, urbanización, criterios de diseño.

Abstract Achieving sustainability of cities implies a change in the values of those who when designing, building and living the architecture, make the urban environment. From the point of view of energy efficiency, suburban sprawl is not appropriate, however, as density increase; so do other problems such as insecurity, crime, isolation and loss of community feeling. The transition to sustainability must occur gradually, which would ideally mean that projects are sustainable since the beginning and in others through project’s evaluation and improvement of those already built. This progress report presents a research proposal design criteria for new subdivisions based on the result of the diagnosis on the current operation of Hacienda Los Capulines II Section, located in the northeast of the city of Puebla. Keywords: Sustainability, development, design criteria.

Introducción n los primeros asentamientos humanos se buscaron sitios que cumplieran con los siguientes requisitos: en primer lugar que estuvieran cerca de los mantos acuíferos o de los ríos para facilitar las actividades de caza, pesca, recolección y actividades agrícolas; en segundo sitios que por su vínculo a sus creencias justificaran una relación benéfica con sus dioses y, por último sitios que permitieran el máximo aprovechamiento de las condiciones climáticas además de proporcionar protección ante los impactos negativos del medio ambiente.

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Con el transcurrir del tiempo los asentamientos se hicieron permanentes e incrementaron su tamaño dándole la importancia debida al soleamiento y a la dirección de los vientos, para lo cual cada civilización además utilizó de forma óptima los materiales a su alcance para construir sus viviendas y sus ciudades, en armonía con la naturaleza. Sin embargo, con la revolución industrial (Rogers & Gumuchdjian, 2001) y la consecuente migración hacia las proximidades de los centros fabriles, inicia el crecimiento explosivo y desordenado de las ciudades, mismo que con el proceso de urbanización no se reguló de manera adecuada. A partir de la revolución industrial, los procesos productivos en las ciudades demandan entre otras cosas, gran consumo de energía, mano de obra, espacios donde ubicar las viviendas y servicios en general. Paralelamente a la revolución industrial, la electrificación propició que los desarrollos tecnológicos se incorporasen a todos los ámbitos de la vida humana transformando los patrones de vida en donde uno de los vehículos principales de la transferencia tecnológica es la arquitectura. En México las ciudades presentan problemáticas como: la alta concentración poblacional que demanda infraestructura eficiente, servicios e insumos que en su mayoría no está en condiciones de producir; la velocidad y el desorden que caracterizan al crecimiento urbano; la alta especulación sobre el suelo, entre otros. Esta situación, es resultado del sistema económico que busca la mayor rentabilidad con la menor inversión, sin considerar los daños al ambiente o a la calidad de vida de los ciudadanos. La degradación del medio ambiente se ve acrecentada por la inadecuada planeación urbana que se agrava por el déficit en el abasto de servicios urbanos básicos y al ineficiente desarrollo de la vivienda en sus distintos tipos y niveles; ya que se busca cumplir con cifras de venta sin considerar que la vivienda hace ciu-

dad, y que la concepción de vivienda unifamiliar coadyuva al crecimiento expansivo y horizontal de las ciudades, además de que no corresponde a las nuevas conformaciones familiares. México es un país vulnerable a los fenómenos asociados al cambio climático, 87.7 millones de habitantes residen en zonas de riesgo, de los cuales, 70% habita en zonas urbanas(SEDESOL:2009); 34.4% de la población está expuesta a huracanes y alrededor de 33.2% se encuentra asentada en zonas expuestas a inundaciones (Mancilla: 1996); además aproximadamente 90 mil lotes irregulares son urbanizados cada año, muchos de los cuales se encuentran localizados en zonas de alto riesgo y áreas no aptas para el desarrollo urbano. Desarrollo La crisis ambiental del siglo XX hizo patente la necesidad de un cambio en la manera de concebir y medir el desarrollo, pues la visión económica de medir los procesos productivos y sociales cuantitativamente provocó el consumo irracional de recursos naturales y cegó por momento a los analistas, que midiendo procesos en términos monetarios, descuidaron la ética y la protección de la vida humana. El término “Desarrollo Sustentable” es acuñado en 1987 por la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas, la cual declaró que los sistemas económicos y sociales no pueden desligarse de la capacidad de carga del medio ambiente (Edwards & Hyett, 2004); y que el deseo de crecimiento y bienestar social debe equilibrarse con la necesidad de preservar los recursos ambientales para las generaciones futuras. Sin embargo, para lograr la equidad intergeneracional, los procesos productivos y la vida misma de las personas deberían mejorar las condiciones ambientales, sociales, económicas, ecológicas y tecnológicas actuales.


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Ruiz, N.; Reyes, Carranza, J.E.; Gómez, G.I.: DISEÑO SOSTENIBLE DE VIVIENDA EN LA CIUDAD DE PUEBLA Caso: Fraccionamiento Hacienda Los Capulines II

Como consecuencia a lo contradictorio entre la sustentabilidad y el modelo económico vigente, surge durante la Reunión Intergubernamental sobre los Asentamientos Humanos y el Desarrollo Sostenible, en La Haya Suiza en 1990, un término alternativo “Desarrollo Sostenible” que matiza las condiciones de la equidad intergeneracional, e incorpora las variables económicas, ambientales y sociales, es decir que pretende que el equilibrio de todas las variables implícitas en el desarrollo, sea sostenido o permanente basado en ajustes continuos tendientes a mantener dicho equilibrio. De forma análoga sustentabilidad y arquitectura son términos divergentes ya que el primero implica que el rendimiento económico debe ser menor o igual a la renovación del medio ambiente, mientras que con base en la equidad preserve tanto los valores culturales como la identidad de los pueblos; por otra parte la arquitectura, particularmente la de los desarrollos habitacionales, modifica el medio ambiente natural, es homogeneizante en lo cultural y se organiza de acuerdo a términos especulativos. En consecuencia, mientras no produzca un cambio radical en la estructura socioeconómica y sociocultural, hace falta un término que sirva para la transición hacia la sustentabilidad, este es la noción de arquitectura sostenible. La noción de arquitectura sostenible implica que los edificios sean concebidos por el diseñador de manera que durante todo su ciclo de vida, no impacten perjudicialmente a los usuarios, ni al medio ambiente, ni a las reservas de recursos naturales, y, de ser posible, además de preservarlos en sus estados presentes tienda a beneficiarlos, sin resultar contra impactado perjudicialmente por ellos. Para lograr la sostenibilidad de las propuestas de diseño se debe evitar la contaminación del medio ambiente, entendiéndola como la

introducción de agentes biológicos químicos o físicos a un medio al que no pertenecen, provocándole modificaciones indeseables a su composición. Evitar el despilfarro de recursos y en particular el de los no renovables; se llaman “recursos”, al conjunto de fuerzas de trabajo humanas, materiales, energía y medios de trabajo, que se utilizan conjuntamente para producir bienes y servicios. Satisfacer las necesidades humanas sin menoscabar la calidad de vida, la calidad de vida se refiere a la satisfacción de las necesidades: fisiológicas, de seguridad, sociales, de autoestima y de autorrealización. La calidad ambiental se puede incluir en los dos primeros grupos de necesidades. El fraccionamiento Hacienda Los capulines II La ciudad de Puebla se funda en 1531 para crear un centro manufacturero y de intercambio entre el Puerto de Veracruz y el Reino de la Nueva España, la ciudad durante el virreinato se caracteriza por un crecimiento ordenado de acuerdo a una retícula ortogonal. Su crecimiento se organiza según las leyes de mercado a partir de la década de los cuarentas, para los sesentas con la descentralización de la industria se acelera el crecimiento horizontal, mismo que se considera adecuado hasta la década de los ochentas; y es hasta la década de los noventas que se busca un elemento de contención de la ciudad el “Anillo Periférico Ecológico” que, como vía de comunicación importante motivó aún más el crecimiento expansivo horizontal. En la figura 1 se puede observar la evolución de la mancha urbana de la ciudad de Puebla. La zona de Bosques de Amalucan que se encuentra al Oriente de la ciudad, inicia su urbanización a principios de la década de los noventa durante el gobierno municipal de Rafael Cañedo Benítez (1993-1996). El proyecto de urbanización contemplaba la construcción de más de cinco mil viviendas de interés social,

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así como tres vialidades una de las cuales debería cruzar completamente el cerro para conectar la zona con la carretera federal a Tehuacán. Posteriormente en 1994 el gobernador Manuel Bartlett Díaz declara al cerro de Amalucan “área natural protegida” como una medida para proteger el bosque de eucaliptos del cerro de Amalucan.

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Figura 1. Evolución de la mancha urbana de la ciudad de Puebla (INEGI: 2000)

La figura 2 muestra la ubicación de la zona respecto del centro de la ciudad de Puebla y de igual manera se observa como el crecimiento de la mancha urbana, ha rodeado por completo al cerro de Amalucan; empieza a invadir la reserva territorial de Flor del Bosque y tiende a unirse con el municipio de Amozoc de Mota.

Figura 2. Localización del Fraccionamiento “Hacienda Los Capulines II”. (INEGI & Google Earth: 2013)


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Ruiz, N.; Reyes, Carranza, J.E.; Gómez, G.I.: DISEÑO SOSTENIBLE DE VIVIENDA EN LA CIUDAD DE PUEBLA Caso: Fraccionamiento Hacienda Los Capulines II

La empresa Constructora Consorcio Hogar del Centro, S.A. De C.V. inicia la construcción del fraccionamiento “Hacienda Los Capulines II” en el año 2001 al Noreste del cerro de Amalucan. El fraccionamiento consta de 840 casas de dos y tres niveles en un área aproximada de 94,870m2. La figura 3 muestra una vista de conjunto del fraccionamiento.

Figura 3. Vista de conjunto “Hacienda Los Capulines II”. (INEGI & Google Earth:2013)

Diagnóstico Como resultado a la investigación de las condiciones actuales de los habitantes del fraccionamiento “Hacienda Los Capulines II” se identificaron las siguientes problemáticas. El fraccionamiento posee accesos controlados lo cual si bien se justifica por vender la idea de la seguridad debido a su proximidad con la unidad habitacional Bosques de San Sebastián, que con cifras de INEGI se ubica en segundo lugar de niveles de delincuencia en la ciudad, refuerza el sentido de exclusión mermando la pertenencia e identificación como ciudadanos de los habitantes del fraccionamiento. En la figura 4 podemos observar los límites del conjunto y las áreas excluidas del conjunto.

Figura 4. Límites y bordes. (INEGI & Google Earth:2013)

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Lo anterior se agrava cuando aún dentro del fraccionamiento el proyecto contempla privadas con acceso controlado, que han generado una desintegración de los habitantes en perjuicio de su seguridad, y sus niveles de sociabilización. La figura 5 muestra un ejemplo de las barreras que generan los controles internos.

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consideran la vegetación únicamente por su carácter ornamental (árboles, arbustos, setos) y para sobrevivir requieren de altos niveles de mantenimiento, irrigación, herbicidas y pesticidas. Esto no solo contamina los escurrimientos de aguas pluviales, ni provee hábitats para la fauna local y salvaje, también incrementa el costo para los usuarios La carencia de áreas de convivencia, recreación y deportivas, es un factor más del deterioro de la identidad comunitaria con la consecuente disminución de la seguridad y de la pérdida de la conciencia ambiental. La figura 6 muestra en el conjunto las áreas verdes existentes.

Figura 5. Controles de acceso interno. (Ruiz, Toriz & Carranza: 2013)

Por otra parte las áreas verdes disponibles son mínimas ya que el fraccionamiento cuenta con un área aproximada de 3,760m2 repartidas en 29 espacios, algunos de los cuales poseen proporciones que los hacen inutilizables, en proporción las áreas verdes comunes representan tan solo el 4% de la superficie total del fraccionamiento, y en relación a una población promedio de 4 personas por vivienda la superficie disponible es de 1.12m2 por persona, cifra muy alejada de lo necesario ya que de acuerdo a la OMS debieran ser 8m2 por persona y aún considerando las cifras a nivel urbano el panorama no es alentador pues para Puebla la cifra aproximada es de 2.26m2 por persona. El considerar únicamente las áreas residuales del conjunto como áreas verdes sin ningún tipo de diseño, ha generado soluciones parciales por parte de los usuarios, mismas que

Figura 6. Áreas verdes. (INEGI & Google Earth: 2013)

Por último el proyecto del fraccionamiento, al igual que muchos otros correspondientes al segmento de menos de $412,000.00, presenta tomas directas de agua potable y red hidráulica por gravedad, solución impropia ya que el aumento en el número de usuarios conectados a la red municipal trae consigo una pérdida de presión en el sistema haciendo inoperante el abasto domiciliario además si la red surte agua solo tres días a la semana por tres horas cada día incluso la capacidad de los tinacos instalados se ve rebasada; lo que implica que el comprador en un plazo no mayor a cinco años a partir de la ocupación debe modificar su instalación hidráulica agregando una cisterna.


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Ruiz, N.; Reyes, Carranza, J.E.; Gómez, G.I.: DISEÑO SOSTENIBLE DE VIVIENDA EN LA CIUDAD DE PUEBLA Caso: Fraccionamiento Hacienda Los Capulines II

Criterios de diseño para nuevos fraccionamientos Con base en las distintas problemáticas observadas en el fraccionamiento Hacienda Los Capulines II, se enlistan a continuación criterios de diseño sostenible para la vivienda en Puebla. La distribución general requiere el aprovechamiento de la radiación, del efecto de los vientos y la protección contra ellos. Por consiguiente la construcción debe ejercer un doble papel. Acerca de la forma y volumen las alas de las edificaciones se deberán alargar en sentido N-S ya que reciben menor impacto que en otras zonas, siendo las extensiones según el eje E- O son las más favorables. La forma óptima es la que tiene las siguientes proporciones 1:1,6. La orientación sol- aire de 17°, al este del eje sur asegura una distribución calorífica equilibrada y debe estar en relación con la exposición a los vientos. Para lograr la mayor eficiencia en la movilidad dentro del conjunto se deben combinar las calles ortogonales y el sistema de bucles y calle sin salida, ya que para el usuario ambos tienen ventajas: la calle discontinua con calles sin salida, proporcionan seguridad, sociabilidad y eficiencia; los modelos de cuadrícula continua proporcionan conectividad y facilidad de orientación. La combinación retoma la geometría ortogonal para la claridad de organización y franqueza de acceso a los peatones; y presenta bucles y calles sin salida interiores (para seguridad, tranquilidad, sociabilidad y eficiencia en el uso del terreno), utilizando el espacio abierto como elemento de estructuración del trazado para conectividad, descongestión y captación de agua pluvial. Cada cuadrante, tendrá las calles interiores trazadas en cuadrícula modificada, de manera que los coches no pueden atravesar el cuadrante, eliminando el tráfico no residencial, sin necesidad de barreras perimetrales. El uso

de calles en bucle estrechas reducirá la velocidad del tráfico de vehículos. Un sistema de senderos continuos para peatones proporcionará varias opciones de ruta directa a las plazas. A cambio de las viviendas unifamiliares de menos de 60m2, es mejor un conjunto de vivienda multifamiliar que en 120-160 m2 cuadrados cumpla con los requisitos para una vida sana (Ruiz, 2007). Una vivienda de estas características: • Aumenta la densidad de ocupación en la zona urbana, de esta manera disminuye la velocidad en que se da actualmente el crecimiento horizontal de la ciudad. • Al incluir espacios para el trabajo (uso mixto o bien trabajo en casa) disminuye los desplazamientos que el usuario tiene que hacer a través de la ciudad (producto del zonning) y los tiempos muertos. • Los grupos de departamentos de 4 niveles crean zonas térmicas definidas en las que los cambios de temperatura durante el día son menos drásticos y disminuye el gasto en calefacción o enfriamiento. • Por otra parte al ser varios departamentos el costo final de los equipos especiales y su mantenimiento se prorratea entre los usuarios. • Es diseñada para la adaptabilidad (Canada Mortgage And Housing Corporation, 2004) dando capacidad a los edificios para soportar cambios (de uso, de tecnologías, entre otras). La planta de distribución libre caracterizada por la conexión espacial entre las zonas externas e internas. Los edificios deberán tener aberturas hacia el S, S-E y permanecer cerrados hacia el lado oeste. Los dormitorios deberán situarse en el lado este, así como la entrada. En el interior es necesario prever una ventilación cruzada adecuada. La penetración de los rayos solares es beneficiosa, por lo tanto

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las profundidades no deberán ser excesivas (Green Building Santa Mónica, 1999). Los colores medios son los adecuados; los oscuros se utilizarán solamente en espacios protegidos del impacto solar, la superficie exterior cubierta deberá ser de color claro. En cuanto a ventanas y aberturas, la distribución es de vital importancia para el equilibrio calorífico interno. Las aberturas deberán estar protegidas por pantallas o filtros y su situación deberá permitir la ventilación cruzada. En la fachada oeste si se diseñan ventanas estas deberán ser pequeñas. En los muros deben evitarse los materiales absorbentes o los que pueden sufrir el efecto de enfriar el interior es necesario proveer a determinadas habitaciones de ventilación en la parte superior, no olvidando que se pueda cerrar en invierno. Se debe proteger las edificaciones bajas plantando árboles de hoja caduca como elementos de protección solar, en los lados esteoeste. Para proteger las partes altas de la construcción es conveniente colocar un elemento modular contra el sol en las fachadas este y oeste. Adicionalmente se deberá provocar efecto de chimenea solar para forzar la ventilación, colocar instalaciones para captación del agua pluvial para su uso en inodoros y cubiertas verdes (Gauzin-Müller, 2002). Conclusiones Los arquitectos al margen de la ética y el respeto a la diversidad, deben diseñar de manera que contribuyan a satisfacer tanto las necesidades humanas como las de otras especies haciendo a la naturaleza parte integral del proyecto, de tal forma que procure acercar a cero la producción de desechos, prolongando la vida útil del proyecto y seleccionando los materiales de construcción con sensibilidad eco-

lógica. La principal herramienta para mejorar el comportamiento ambiental es el diseño ya que durante todo su proceso, se determinan las características del proyecto; la configuración del edificio y su implantación en el terreno son fundamentales en el comportamiento térmico, y por tanto fundamentales para conseguir un ahorro de energía en la climatización e iluminación. Alcanzar la sostenibilidad de la ciudad de Puebla, inicia con la modificación de los criterios con que se rige el desarrollo urbano, considerando que es la 4ª área metropolitana más grande de México se deben abandonar prácticas como: • el crecimiento expansivo-horizontal, que incrementa la demanda de infraestructura y equipamiento eficientes, merma las áreas de captación de aguas pluviales, el patrimonio biológico así como las áreas cultivables; y • la zonificación urbana que provoca segregación espacial, zonas altamente contaminadas, y la necesidad de grandes traslados para asistir a los espacios de trabajo, recreativos, de salud, etc; con la consecuente contaminación debida a la movilidad y la disminución en la calidad de vida de los ciudadanos. Los proyectos que promueven tanto el crecimiento por redensificación como el crecimiento vertical representan una alternativa sostenible siempre que a cambio del ideal de vivienda unifamiliar en 70 m2 se proporcionen superficies de 100m2 o más, en agregaciones de tres o cuatro niveles, adaptables a distintos usos de manera que promuevan el uso de suelo mixto, con áreas verdes compartidas suficientes que fomenten la construcción de identidad comunitaria, que contemplen el uso de tecnologías que promuevan la generación y el ahorro de energía, así como el consumo racional de agua.


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Ruiz, N.; Reyes, Carranza, J.E.; Gómez, G.I.: DISEÑO SOSTENIBLE DE VIVIENDA EN LA CIUDAD DE PUEBLA Caso: Fraccionamiento Hacienda Los Capulines II

Referencioas bibliográficas EDWARDS, Brian & Hyett, Paul (2004). Guía Básica De La Sostenibilidad. Barcelona: Gustavo Gili. GAUZIN-MÜLLER, Dominique (2002). Arquitectura Ecológica. 29 Ejemplos Europeos. Barcelona: Gustavo Gili. Green Building Santa Monica (1999). Green Building Design & Construction Guidelines E.U.A. MANCILLA, Elizabeth (1996), Prevención y atención de desastres en México en Allan Lavel, et.al. Estado, Sociedad y Gestión de Desastres en América Latina. La Red. México. ROGERS, Richard & Gumuchdjian, Philip (2001). Ciudades Para Un Pequeño Planeta. Barcelona: Gustavo Gili. RUIZ VÁZQUEZ, Nelly (2007). Propuesta de diseño de transición hacia la vivienda sostenible en la ciudad de Puebla. Tesis para obtener el título de Maestro en Diseño Arquitectónico. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Facultad de Arquitectura Secretaría de Desarrollo Social (2009). Programa Nacional de Desarrollo Urbano 2009-2012. México: SEDESOL

Sitiografía Canada Mortgage And Housing Corporation. Annex 31, Energy-Related Environmental Impact of Buildings. Disponible en: www.cmhc-schl.gc.ca • Google Earth & INEGI (2014). Recuperado Septiembre 2013. •

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Nelly Ruíz Vázquez Maestra en Diseño Arquitectónico, Arquitecta, Profesorinvestigador de tiempo completo en la Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, email: nelly_rv@hotmail.com J. Eduardo Carranza Luna Maestro en Arquitectura, Arquitecto, Profesor-investigador de tiempo completo en la Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, email: educarr_2006@hotmail.com Gerardo Ivan Gómez Coba Estudiante de la Facultad de Arquitectura BUAP, ID:200934483


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POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO MATERIAL E INMATERIAL EN EL ESTADO DE PUEBLA Politics of conservation from tangible and intangible heritage in The State of Puebla Delia del C. Domínguez Cuanalo Benemérita Universidad Autónoma de Puebla docuanalo@gmail.com

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Virginia Cabrera Becerra Benemérita Universidad Autónoma de Puebla virginia@urbe.com.mx

Juan Manuel Guerrero Bazán Benemérita Universidad Autónoma de Puebla jguerrerobazn@yahoo.com


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Domínguez,D.; Cabrera, V.; Guerrero, J.M.: POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO MATERIAL E INMATERIAL EN EL ESTADO DE PUEBLA

Resumen Este artículo es resultado de la investigación que tuvo como preocupación central el estudio del patrimonio enfatizando lo intangible, aspecto poco explorado en la disciplina de la Conservación. En el estudio del Patrimonio resulta insoslayable, so pena de obtener una visión parcial poco aproximada a la realidad, la comprensión de lo intangible ya que cuando está asociado al patrimonio edificado, constituye el soporte de las expresiones que adopta éste. Comprender las manifestaciones intangibles del patrimonio resulta sustancial, también, para entender las profundas condiciones que dan forma a la sociedad en sus diferentes momentos históricos. Palabras clave: Patrimonio cultural, Políticas de Conservación, Estructura administrativa.

Abstract

The main objective of the article is the study of heritage by emphasizing on intangible aspects, an underdeveloped area in the Preservation discipline. Heritage study is necessary in order to obtain a partial vision slightly approximated to reality, the comprehension of intangible aspects since when associated with built heritage; it forms the support of the expressions that this one adopts. The understanding of intangible manifestations of heritage is essential, as well as deeply comprehending the conditions that shape a society in its different historical moments. Key words: Cultural heritage, Politics of conservation, Administrative structure.

Introducción ara avanzar en el conocimiento de la interacción dialéctica que se establece entre ambos componentes del patrimonio: lo tangible y lo intangible, y de estos con las condiciones sociales y económicas prevalecientes; es decir, para comprenderlo como hecho complejo, se requiere de la integración de saberes generados en distintos campos disciplinarios, en este sentido, las elaboraciones antropológicas son de particular relevancia. Con estas bases epistémicas y conceptuales, el interés se centra, en este espacio, en exponer la importancia de los aspectos intangibles en el estudio del patrimonio cultural y su creciente incorporación en los instrumentos legales, entendiendo a éstos como parte sustantiva de la política de conservación. Para ello en el primer apartado se aborda el concepto de patrimonio cultural rastreando sus raíces europeas ligadas al paradigma de la disyunción, como conocimiento necesario para avanzar en la integración de los conceptos de patrimonio cultural tangible e intangible separados por dicha tradición conceptual. En el segundo apartado se hace un breve recorrido histórico por las leyes como instrumentos jurídicos que en México se

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orientan a la salvaguarda de los bienes materiales desde una perspectiva monumentalista, con el consiguiente vacío respecto a lo intangible y a la participación social. El amplio arco que comprende dicha visión contrasta con la reciente incorporación de lo intangible en la legislación y administración pública mexicana, como se muestra al final de dicho rubro. La perspectiva histórica de la legislación nacional conforma el peldaño para arribar en el tercer apartado, al desarrollo de las condiciones que al respecto existen en Puebla, enfatizando en este caso en la estructura administrativa.

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Concepto de Patrimonio Cultural El concepto de patrimonio cultural es visto y entendido en este documento como el conjunto de expresiones tangibles e intangibles de una sociedad que las estima como cultura propia, que sustenta su identidad y que la diferencia de otros grupos por su organización social, lenguaje, pensamiento, tradiciones inmateriales, los espacios físicos, entre otros. Hasta ahora, muchos autores plantean (Butzonitch, 2009) «que el concepto de patrimonio cultural se sostiene en el modelo de la “herencia europea”, que diferencia entre lo distinguido y lo bajo, lo legítimo y lo espurio, lo bello y lo feo, lo civilizado y lo bárbaro, lo artístico y lo ordinario, lo valioso y lo trivial, lo nuevo y lo antiguo. Su resultado es un diseño de círculos concéntricos rígidamente jerarquizados; la alta cultura legítima en su interior, con las “bellas artes” como modelo;[…]la cultura tolerada que abarca del jazz al rock, del arte prehispánico a las religiones orientales, y el círculo exterior de la intolerancia y la exclusión, donde son relegados, por ejemplo, los productos expresivos de las clases marginadas o subalternas (artesanía popular, “arte de aeropuerto”, “arte porno”) (De Varine, 1976: 33).»

Esta conceptualización constituyó el basamento de las acciones emprendidas, fundamentalmente, aunque no exclusivamente, durante el periodo 1960-1980 para la “modernización” de los centros históricos en nuestro país. De tal forma que al amparo del funcionalismo que se sustenta en la idea del predominio de lo nuevo sobre lo viejo importantes edificios históricos y emblemáticos fueron destruidos con las consiguientes rupturas en la imagen urbana y en nichos de vida de los residentes afectados. Para que algo sea propuesto como modelo y presente un valor teleológico, tiene que haber sido legitimado, distinguido, puesto de relieve en un área determinada del quehacer cultural. Para ello, previamente debe haber sido extraído del proceso social de construcción de significados, donde los valores y los símbolos representan antes que nada, relaciones entre sujetos, para ser considerados como valiosos en sí mismos, como bienes culturales. Lo señalado en el párrafo anterior está marcado en la conservación del patrimonio cultural en México, fundamentalmente en la legislación y en los currículos académicos de los programas de conservación del patrimonio cultural. Para solucionar la situación anteriormente planteada, es necesario hacer consciencia del sustrato de discriminación y desvaloración hacia otras expresiones, que tal herencia conceptual contiene. Es importante destacar que, también, de manera subterránea se encuentra subyacente el paradigma de la disyunción y de la distinción, que deriva de la división entre filosofía y ciencia que establece Descartes en el siglo XVII y que condujo a la fragmentación y al aislamiento entre las diversas disciplinas. Para afrontar tan larga, subterránea y férrea herencia, de negativas consecuencias para la ciencia y el patrimonio cultural, es necesario develar tales basamentos teórico-conceptua-


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Domínguez,D.; Cabrera, V.; Guerrero, J.M.: POLÍTICAS DE CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO MATERIAL E INMATERIAL EN EL ESTADO DE PUEBLA

les y adquirir con base en argumentos sólidos un compromiso que proscriba la distinción entre lo tangible y lo intangible, como una forma de valorar los aspectos “simbólicos” de lo cultural. Lo intangible, en cuanto costumbres, habla, expresiones tradicionales, etcétera, también puede ser extraído del proceso del hacer social, cosificado y vendido como mercancía; por ello, se observa que de manera recurrente son capitalizados en discursos políticos o en acciones con intereses meramente comerciales o de estatus para alguna elite que lo promueva. Hace una década que las ciencias sociales se han ocupado en el estudio de la cultura inmaterial, de sus procesos de transformación y del surgimiento de nuevos referentes de identificación colectiva, generándose importantes reflexiones y debates que han decidido alejarse de una atención casi exclusiva en la expresión material monumentalista, para acercarse a una visión antropológica. En esta nueva manera de pensar, se reconoce que el patrimonio de una nación está compuesto también por los productos de la cultura popular: música indígena, escritos de campesinos y obreros, sistemas de autoconstrucción y preservación de bienes materiales y simbólicos elaborados por todos los grupos sociales, entre otros. Pero esta ampliación del concepto de patrimonio ha anidado preponderantemente en las conciencias de los investigadores y no se ha reflejado en iniciativas legales contundentes que protejan tan diversas manifestaciones culturales e intervengan en sus usos contemporáneos. La mirada que estaba enfocada a los objetos, se desplaza hacia los sujetos creadores de la cultura y se acuña así la noción de “patrimonio inmaterial”, con lo que se trata de entender, a través de los contextos culturales, esa inmaterialidad significativa que permite descifrar el papel que han jugado y juegan los símbolos en cada cultura, cómo se relacionan

entre sí y cómo se manifiestan. Lo anterior permite afirmar que las costumbres y tradiciones forman el cuerpo cultural inmaterial o intangible de nuestro país, que son el cuerpo fundamental de nuestra identidad y que deben ser reconocidas, protegidas y difundidas. La legislación: el interés por lo monumental en México El patrimonio cultural, tangible e intangible, de una sociedad, se vuelve vulnerable día a día por afectaciones provenientes de agentes naturales y humanos que hacen desaparecer la memoria histórica de los pueblos, en gran medida por el desconocimiento de la significación que estos tienen respecto de la identidad y pertenencia de la comunidad. La protección del patrimonio cultural y natural de la nación es uno de los nuevos campos hacia los cuales se ha extendido el desarrollo del derecho positivo. El proceso se inició con la revalorización de los bienes culturales y naturales de la nación, como elementos esenciales para la identidad y el desarrollo tanto espiritual como material de un pueblo. La revalorización de esos bienes condujo directamente a que su protección pasara a ser considerada como un objetivo social encarnado en el Estado. Con base en estas consideraciones, la legislación creó un nuevo cometido del Estado o, dicho en otras palabras, incorporó la protección del patrimonio cultural y natural de la nación a la función pública o función del estado y reguló la forma en que esa nueva función habría de llevarse a cabo. (Becerril Miro, 2003) Las propuestas legislativas de protección del patrimonio cultural muestran una constante: la conservación del bien material, pero no la de quien lo produce. Es decir, son protegidos los resultados materiales, no las condiciones materiales y sociales que provocan

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su materialización. Por ejemplo, fenómeno intangible es la fuerza de las comunidades que amalgaman la estructura social de las diferentes comunidades del país y que por su sentido de pertenencia se reproducen en el bien material y lo conservan para ese proceso ritual, manteniendo al bien material; en consecuencia, al no observar y proteger el fenómeno intangible, se está arriesgando el bien material que sirve como soporte para ese cierre ritual de pertenencia. Sin embargo, hasta la fecha no se han hecho propuestas que se ocupen de los fenómenos intangibles para conservar los inmuebles con valor histórico- arquitectónico religioso, como fin último. El patrimonio religioso construido existente, es un valioso testimonio para entender el sentido de la vida actual; se ha conservado gracias a la fuerza de los usos y costumbres de las diferentes organizaciones comunitarias existentes en México y particularmente en el estado de Puebla, y no por la existencia de instituciones creadas para ese fin. Al analizar la legislación mexicana existente para la protección del patrimonio cultural, se observa que su emisión ha obedecido a diferentes intereses políticos y económicos, así como a las voluntades de quienes están en el poder en el momento histórico de su surgimiento, quienes insisten que es el estado el obligado absoluto para la conservación del patrimonio cultural con lo que se reduce a ultranza la fuerza de la estructura social de las organizaciones comunitarias. Por sus cualidades y características, este patrimonio ha sido y sigue siendo objeto de la codicia, saqueo, destrucción e innumerables agresiones. Ante esta situación, los países han creado un sistema legal que pretende proteger dichos bienes, toda vez que, por su importancia para la vida comunitaria, diversos sectores sociales exigen la intervención del órgano estatal a fin de garantizar la preservación de los

mismos, sin que exista una legislación única que abarque la diversidad del patrimonio cultural en el caso de México. Como afirma Becerril (2003), no existe una única ciencia que pudiese estudiar con la profundidad debida todas y cada una de las manifestaciones culturales del hombre, en la que se descubran realidades no contempladas anteriormente. El análisis de los sistemas legales en la historia son temas de por sí diversos y complejos que requieren ser abordados de manera sustantiva, para entender los intereses y las situaciones históricas por las cuales surgen las figuras jurídicas que buscan la conservación del patrimonio cultural. A lo largo de la historia, la preocupación por la conservación del patrimonio cultural ha obedecido a intereses de las clases dominantes. El patrimonio cultural fue concebido de manera monumentalista; a la fecha, la preocupación por la protección de los bienes inmateriales es aún incipiente en algunas disciplinas. (Gama, 2010) El siguiente recuento legislativo es para dar cuenta que a lo largo de la historia las iniciativas emitidas para y por la conservación siguen siendo elitistas. Con la Primera Ley de Indias durante la Colonia, se especifica que, por donación de la Santa sede, las Indias Occidentales, Islas y Tierra firme del Mar Océano pertenecen a la Real Corona de Castilla y no podrán ser separadas, desunidas ni divididas, en todo o en partes, ni sus ciudades, villas o poblaciones a favor de una tercera persona. Posteriormente, al descubrirse grandes vestigios prehispánicos solo se promovió la protección de los bienes materiales, transformando los intereses económicos en intereses políticos, durante el periodo de decadencia del virreinato. Los hallazgos fueron tomados como la base de una nueva conciencia de pertenencia e identidad, como fue particularmen-


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te el hallazgo de las dos piedras en 1790, en las obras públicas que se desarrollaban en el Zócalo de la ciudad de México. (Gama, 2010) Los monumentos descubiertos sirvieron como una clara comprobación de que las poblaciones prehispánicas poseían una cultura técnica y simbólica sumamente compleja. Por ello, la Piedra del Sol fue erigida por la población criolla como un estandarte para elaborar y reivindicar su identidad mexicana y, literalmente, fue usada como piedra de toque para diferenciarse de Europa, convirtiéndose en símbolo del proceso cultural que desembocaría en la lucha por la Independencia. La construcción de la historia patria generó la necesidad de estudiar los objetos culturales, descifrarlos, interpretarlos y conservarlos como testimonio de la historia nacional. En ese momento, comenzó a gestarse el concepto de patrimonio cultural, aunque no expresado con ese nombre, sino como un bien que tiene un valor dentro del sistema de valores simbólicos establecidos para la reproducción del propio sistema. A instancias de Lucas Alamán, empezó a definirse una política cultural al emitirse leyes y crear instituciones que se ocuparan del cuidado y estudio de las antigüedades, y construyeran espacios para su custodia al ser considerados tesoros nacionales. En 1823, el Plan Educativo de Lucas Alamán, Secretario de Relaciones en el Gobierno de Guadalupe Victoria, estableció las bases de una instrucción pública gratuita y uniforme a la que todo ciudadano tendría derecho. En las universidades, se establecieron nuevas cátedras que abordaron “las antigüedades y la lengua mexicana”, enfocadas a crear la conciencia histórica nacionalista que requería la burguesía nacional constructora del nuevo estado. En 1825, Lucas Alamán formó el primer Museo Nacional Mexicano en la universidad para los monumentos y antigüedades. El Museo Nacional fue creado el 18 de marzo de 1825, a

dos años de asumir Guadalupe Victoria la Presidencia del nuevo México independiente. Durante este tiempo, el museo adquirió códices y aumentó sus colecciones. En cuanto a legislación de monumentos, las ideas de Lucas Alamán produjeron en 1827, dos leyes referidas a las antigüedades: “Arancel para aduanas marítimas de frontera de la República Mexicana”, «Capítulo IX. De la Exportación. Se prohíbe bajo la pena de comiso, la exportación de oro y plata en pasta y polvillo, monumentos y antigüedades mexicanas, y la semilla de cochinilla»; con lo que se manifestaba una preocupación primaria por la defensa y protección de los bienes materiales. Otra ley es de 1832, emitida por la Secretaria de Relaciones, a cargo de Lucas Alamán. En su Artículo 1° establecía que el gobierno tiene preferencia para adquirir producciones de artes y ciencias, en concurrencia con otros compradores. En el artículo 2o. se señala que el gobierno está facultado para impedir que se extraigan de la República los objetos de artes y ciencias, pagándolos a sus dueños. Los bienes muebles también fueron protegidos por la ley del 12 julio de 1959. El Artículo 12 de la misma dice: «Los libros impresos, manuscritos, pinturas, antigüedades y demás objetos pertenecientes a las comunidades religiosas suprimidas, se aplicarán a los museos... ». Otras leyes importantes en la materia fueron las siguientes: Ley sobre conservación de monumentos históricos y artísticos y bellezas naturales, del 2 de abril de 1914, estando Victoriano Huerta en el gobierno. • Ley Sobre Conservación de Monumentos, Edificios, Templos y Objetos Históricos o Artísticos. Con Venustiano Carranza, como primer jefe del ejército constitucionalista encargado del poder ejecutivo de la República Mexicana y jefe de la Revolución.

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Ley Sobre Protección y Conservación de Monumentos y Bellezas Naturales. Publicada en el Diario Oficial del 31 de enero de 1930. Con Emilio Portes Gil como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. • Ley Sobre Protección y Conservación de Monumentos Arqueológicos e Históricos, Poblaciones Típicas y Lugares de Belleza Natural. 19 de enero de 1934. Con Abelardo L. Rodríguez como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. • El 31 de diciembre de 1938, fue creado por ley orgánica el Instituto Nacional de Antropología e Historia. La ley fue publicada el 3 de febrero de 1939 estando Lázaro Cárdenas como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. • En 1964, se creó el nuevo Museo Nacional de Antropología, antes denominado Museo Nacional Mexicano. Según decreto del 3 de enero de 1966 por el que se adiciona a la fracción XXV del artículo 73 de la Constitución General de la República. • Ley Federal del Patrimonio Cultural de la Nación. Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 16 de diciembre de 1970, estando Luis Echeverría Álvarez como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. • Ley Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas. Publicado en el Diario Oficial de la Federación el 6 de mayo de 1972, con Luis Echeverría Álvarez como Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. La exposición de los anteriores instrumentos no se limita a hacer un recuento de los mismos, sino a enfatizar los intereses por los bienes materiales hasta muy entrado el siglo XXI, ya que sigue vigente hasta nuestros días la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas.

Es hasta 1992 y 2001, cuando se hicieron reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con las que se reconoce la diversidad étnica y cultural del país (como la fuerza de los usos y las costumbres). A partir de entonces, han proliferado los estudios que aportan en el conocimiento de dicha diversidad. De tal forma, que el Programa Nacional de Cultura 2007-2012 establece el reconocimiento, la salvaguardia y la promoción del patrimonio inmaterial de México, como fuente de desarrollo de la cultura. Entre sus estrategias señala la conformación de una comisión, la cual fue instalada el 22 de marzo de 2011 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y a la que formalmente se le denominó Comisión Nacional del Patrimonio Inmaterial. Este organismo busca conjuntar esfuerzos para el desarrollo y el seguimiento de la política nacional en torno al patrimonio cultural inmaterial, concebida como una prioridad dentro de las políticas culturales que reconocen la diversidad étnica y cultural, así como la capacidad de nuestro país para reconocerse en sus identidades y memoria. Los sismos ocurridos en junio y septiembre de 1999 en el estado de Puebla, nos permitirán, a manera de ejemplo, expresar cómo fueron atendidos los edificios religiosos con valor histórico- arquitectónico. y analizar el desempeño de las instituciones estatales creadas para la conservación del patrimonio construido (fig. 1). Para hacer frente a los daños al patrimonio cultural construido ocasionados por los sismos, se estableció una red de colaboración entre instituciones para reparar los daños al patrimonio edificado religioso, con una normativa aplicada en las diferentes intervenciones en los templos dañados. Con base en las atribuciones que la legislación les confiere a las instituciones involucradas, se formuló un documento con la intención de dar cuenta de manera pormenorizada de las actividades


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a realizar y de las personas involucradas. De este modo, se obtuvo información de primera mano que podrá ser utilizada en futuros desastres naturales en lo referente a aspectos técnicos, organización social e institucional, cuestiones legales y aspectos teóricos de protección y conservación para garantizar la permanencia del patrimonio monumental. Desde la década de los noventa, la propuesta de instituciones para intervenir o coadyuvar a resolver la problemática de la pérdida del patrimonio y la realización de proyectos que incorporen a la sociedad, no han estado dirigidas realmente con esos fines, más bien cumplen con estatutos a voluntad, de manera

Figura 1. Santa María Tecmanitla,. Después de La intervención por los sismos de 1999. Fuente: D. Domínguez Cuanalo, 15/05/2005 1

INAH: Instituto Nacional de Antropología e Historia

que no han demostrado su eficiencia y efectividad. De hecho, ninguna de las que fueron creadas en el estado y en la ciudad existen actualmente, algunas de éstas se mencionan en el siguiente rubro, en el cual también se refieren las que recientemente se han creado. Instituciones federales Instituto Nacional de Antropología e Historia El Instituto Nacional de Antropología e Historia como Institución Federal normativa en la intervención del patrimonio monumental, desarrolló el Programa de Rehabilitación de Inmuebles Arqueológicos Artísticos e Históricos dañados por los sismos de Junio de 1999, con recursos federales del Fondo Nacional de Desastres Naturales y llevó a cabo un total de 789 obras en el Estado Puebla a través del Centro INAH1. Como resultado de su acción, elaboró el Programa de Rehabilitación de Inmuebles Arqueológicos, Artísticos e Históricos afectados. El Programa dio inicio el 16 de junio de 1999, con las inspecciones y elaboración de los dictámenes técnicos correspondientes, comenzaron las obras en el mes de junio y concluyeron el programa físico el 30 de septiembre del 2000. Dentro del Plan Nacional de Desarrollo 1994-2000, se manifestó la necesidad urgente de atender las afectaciones ocasionadas por los desastres naturales, que ponen en riesgo la integridad física de la población, impactan el entorno y ponen en peligro vidas humanas. Para solventar los daños provocados por estas catástrofes imprevistas dentro del territorio Nacional, se creó el Fondo Nacional de Desastres Naturales. Sin embargo, es necesario señalar que, si bien el INAH, es una institución

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con gran prestigio que atendió la emergencia de los sismos del 1999, presenta a la fecha una serie de problemas para proporcionar una correcta asesoría e intervenir de manera eficiente y eficaz el patrimonio construido. Es pertinente por lo tanto anotar algunos datos del funcionamiento de la delegación del INAH acerca de la habilitación y funciones que desempeñan sus integrantes. Actualmente, la delegación del INAH Puebla cuenta con una plantilla oficial de 14 arquitectos con diferentes niveles escalonados de acuerdo con Reglamento de Admisión y Escalafón de Arquitectos y Restauradores del INAH, sindicalizados todos; centralizados en la delegación del Centro INAH, Puebla; ocho de ellos tienen especialidad y los seis restantes tienen estudios a nivel de licenciatura, con la responsabilidad de atender más de 8.000 edificios solamente religiosos, es decir, no se enfocan a arquitectura, civil, hacendaria, de educación, etc. Esa cantidad de edificios religiosos representa un universo, aparte de abundante, diseminado a lo largo y ancho del estado, a lo que aunamos actividades como permisos para autorización de anuncios, toldos y antenas, permiso de obras, prórroga de licencias, modificación de proyectos autorizados, informe sobre calidad de monumentos históricos, inmuebles colindantes o zona histórica, dictámenes técnicos sobre exención del predial, entre otros. Lo anterior, sin incorporar las prerrogativas sindicales con las que cuentan, entre vacaciones, días económicos, días libres por onomásticos, incapacidades, superación académica etc., lo que hace que el personal asignado y contratado por el estado para cuidar el patrimonio del estado sea insuficiente. Existe una modalidad con la que el Instituto Nacional de Antropología e Historia delegación Puebla ha logrado resolver la insuficiencia de personal, anotada anteriormente, y es la firma de conve-

nios con organismos coadyuvantes o con alguna organización social para que se encargue, entre muchas otras actividades culturales, de atender sus templos y algunos inmuebles con valor. Esto ha ayudado a proteger dichos inmuebles, ya que estas organizaciones, además de ser custodios del patrimonio, se vuelven también los denunciantes de algún deterioro o del vandalismo en los bienes.

Instituciones estatales responsables del patrimonio cultural en el estado de Puebla Secretaría de Cultura Obedeciendo a las necesidades de la nueva administración del gobernador Rafael Moreno Valle (2011-2016), la Secretaría de Cultura se convirtió en el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes. Hasta la fecha, se desconocen sus objetivos en cuanto a propuestas culturales. La hoy extinta Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Puebla, en el momento de los sismos de 1999, tenía como objetivos la responsabilidad de promover y enfatizar el carácter de la cultura como elemento sustancial en la defensa de la soberanía y crear y alentar los espacios y modalidades de colaboración de individuos y grupos. También le correspondía el cuidado, estudio y difusión del legado cultural. Todo esto lo establece la Ley de Fomento a la Cultura, publicada el 18 de noviembre de 1994 y que en sus considerandos destaca • «Que la cultura abarca la totalidad de la vida de los pueblos, los valores que lo animan o debilitan, así como la forma en que estos valores se expresan y configuran: las costumbres, la lengua, la fiesta, el arte las construcciones las instituciones y estructuras de convivencia social, los modos de relación con la naturaleza, todo lo cual al ser compartido por sus miembros, genera una conciencia educativa. Históricamente, la cultura del estado de Puebla tiene una inmensa riqueza, ostensible en


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la pluralidad de estilos de vida que caracterizan a los diversos grupos humanos que lo conforman. • Que dado que la cultura es patrimonio de todos los poblanos, corresponde a todos participar activamente en fomentarla, promoverla, difundirla y recrearla, de suerte que constituya en patrimonio de toda la humanidad y se beneficie con el contacto y apertura a otras culturas nacionales e internacionales.» En el Art. 4°, sección segunda de la ley, se menciona que son facultades y obligaciones del Gobernador del Estado en materia de cultura: «Párrafo V. Impulsar la tarea editorial y los contenidos culturales en los medios de comunicación para que la cultura pueda ser trasmitida por una amplia cobertura editorial. I. Elaborar los objetivos y estrategias para la preservación, fomento, difusión y promoción de la cultura. » Comisión del Patrimonio Edificado del Estado de Puebla. Esta comisión surgió como una oficina con intereses políticos, fue una compensación para la persona que ocupaba la Secretaría de Desarrollo Urbano del Estado de Puebla en el Sexenio del Gobernador de Puebla: Manuel Bartlett Díaz.(1993-1999) Esta oficina se instaló no como una necesidad real para la conservación o la intervención del patrimonio edificado, ya que la autora del documento que soportaba la creación del mismo, participó en las propuestas legales de la conformación de la nueva oficina , pero con el objetivo de que fuera aceptada por las instancias federales, pero se careció de un inventario del patrimonio edificado así como del análisis del mismo para conocer realmente el universo de los daños tanto en edificios religiosos, civiles causados por el sismo mencionado, por lo que esta comisión pasó a ser una coadyuvante más de las oficinas del INAH, ya que es la instancia au-

torizada por ley que puede normar e intervenir el patrimonio del estado, sin embargo solo se limitó a realizar proyectos de investigación, de los que surgieron las declaratorias de zonas típicas de algunas de las comunidades de la sierra norte poblana, así como los estudios de imagen urbana de algunas poblaciones. Lo anterior constituyó una dilapidación de los recursos debido a los altos costos salariales. La Comisión del Patrimonio del Estado de Puebla fue creada por decreto del H. Congreso del Estado — publicado en el Periódico Oficial del día 15 de marzo de 1996— como organismo público descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propio. Sus objetivos generales siguen siendo, entre otros: • Coordinar con las instancias federales: INAH e INBA; dependencias y entidades estatales y municipales, así como organismos nacionales e internacionales, las acciones que incidan en el rescate del patrimonio edificado en el contexto del Estado. • Elaborar publicaciones tanto de carácter científico como de divulgación con objeto de dar a conocer las investigaciones realizadas. Hoy día, tanto la Secretaría de Cultura como la Comisión del Patrimonio Edificado, no existen como instituciones con los objetivos para los que fueron creadas. Es importante comentar que existió el Consejo del Centro Histórico de la Ciudad de Puebla a partir de 1993, pero por acuerdo de la administración municipal de Gabriel Hinojosa (1996-1999), fue eliminado atendiendo a voluntades políticas y no a un análisis acerca de la pertinencia o no de su permanencia. Cabe aclarar que la anulación de las oficinas se dio por orden del Cabildo Municipal, pero tanto las oficinas como su costo fueron absorbidos por el Gobierno estatal en la administración de Manuel Bartlett Díaz. En la gestión de Mario Marín Torres (20052011), se eliminaron nuevamente, tanto el Consejo del Centro Histórico, como la Comi-

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sión del Patrimonio Edificado. Sin la pretensión de avalar su existencia, se concluye que es necesario revisar la situación de protección del patrimonio edificado en el estado de Puebla y diseñar una estrategia intergubernamental que resuelva con eficiencia la conservación de su patrimonio cultural.

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Instituto del Patrimonio Artístico, Antropológico, Histórico y Arquitectónico del estado de Puebla. En la Heroica Ciudad de Puebla de Zaragoza, a los once días del mes de julio de dos mil dos se crea un Instituto, el cual tiene como objetivos centrales acciones que corresponden al Instituto Nacional de Antropología e Historia, fundamentándose en la coadyuvancia, ya que por ley, pocas de las acciones podrían ser autónomas sin la aprobación de la institución normativa del INAH, básicamente con relación al patrimonio arqueológico y el patrimonio edificado de la colonia a 1900, y el patrimonio artístico corresponde al Instituto Nacional de Bellas Artes. Asimismo dentro de sus considerandos no se incorpora la participación social en sus proyectos o propuestas. Para su comprensión se anotan algunos de los artículos que lo soportan: Artículo 1. Se crea el Organismo Público Descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propios, denominado “Instituto del Patrimonio Artístico, Antropológico, Histórico y Arquitectónico del Estado de Puebla”, sectorizado a la Secretaría de Cultura. Cuando en el presente Decreto se utilice él término “INSTITUTO”, se entenderá en lo que se refiere al Instituto del Patrimonio Artístico, Antropológico, histórico y arquitectónico del estado de Puebla. Artículo 3. El INSTITUTO tendrá como objetivo la protección del Patrimonio constituido por los bienes muebles e inmuebles, tanto públicos como privados, centros históricos, con-

juntos urbanos y rurales, así como los bienes tangibles e intangibles y cosmogónicos, que por sus valores antropológicos, arquitectónicos, históricos, artísticos, etnográficos, científicos o tradicionales, tengan relevancia para los habitantes del Estado y sean parte de la identidad social, representativos de una época o sea conveniente su conservación para la posteridad. ARTICULO 4. Son facultades del “INSTITUTO”: I.- Promover, desarrollar y ejecutar las acciones de preservación, rescate y conservación para la permanencia del Patrimonio objeto de protección del “INSTITUTO”, existente en el Estado de Puebla, a través de investigaciones, estudios socioeconómicos, proyectos, obras públicas, gestión y difusión del mismo, atendiendo a la normatividad Federal, Estatal o Municipal de la materia. ARTICULO 24. La ejecución de las obras de restauración, conservación y revitalización del Patrimonio objeto de protección del “INSTITUTO”, y que éste realice, se sujetarán a las disposiciones legales aplicables. Al presente (2014) se crea la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural por parte del Alcalde José Antonio Gali Fayad (2014-2018).

Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural La Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural como un órgano desconcentrado de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Sustentabilidad con autonomía técnica y de gestión, se crea para «apoyar a toda la gente que quiera invertir en el Centro Histórico y para poder recabar todo los recursos federales, estatales, municipales y privados, para poder regenerar la vida en el Centro Histórico», cuyos objetivos de acuerdo al Artículo 49 del Título tercero del Periódico Oficial son: conocer, preservar, proteger, vigilar, rescatar y mejorar el centro


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histórico y zonas patrimoniales de la ciudad de Puebla, así como divulgar sus valores y promover la ocupación inmobiliaria, la inversión, la investigación , gestión y ejecución de proyectos estratégicos urbanos, la generación de espacios de convivencia, la procuración de recursos económicos, la coordinación interinstitucional, la inclusión y la participación de los ciudadanos, para efectos de que perduren y se enaltezcan como testimonio histórico universal a favor de la calidad de vida de quienes los habitan de forma permanente o transitoria. (Periódico Oficial, 2014) Las actividades que propone la actual gerencia como objetivos, son confusos en cuanto a sus alcances ya que van desde la promoción, la inversión, la investigación, la creación de espacios entre otros de la Zona monumental y Zonas patrimoniales las cuales las definen en el párrafo V del Art. 50 «aquellas que se encuentran en el municipio y en donde existieron ye existen vestigios de arte, tradición y cultura del pasado, son área de asentamientos de fundaciones que dejan huella en urbanismo, arquitectura, mano de obra y uso de materiales» (Periódico Oficial,2014), sin duda en este apartado se siguen ponderando las acciones históricas, más allá de incorporar actividades y expresiones culturales actuales de la ciudad. Sin embargo la creación de una nueva dependencia debiera ir más allá y analizar las razones centrales por la cuales se pierde, se afecta o deteriora el patrimonio tangible e intangible de la ciudad de Puebla y de su Zona monumental para diseñar estrategias de conservación del patrimonio tangible e intangible, tema del que se ocupa este trabajo. Reflexiones finales Existe actualmente la preeminencia de la visión monumentalista tanto en la vida académica, en la investigación y en las institucio-

nes encargadas de preservar el patrimonio cultural. Particularmente en la disciplina de la Conservación persiste la visión técnica parcializada que continúa mirando el patrimonio sólo como bien material. Por ello, el patrimonio intangible ha sido poco estudiado en este campo. La visión monumentalista hunde sus raíces, también, en la estructura jurídica del patrimonio cultural desde su surgimiento en el siglo XIX ante la necesidad de coadyuvar a la formación de México como país independiente, y prevalece hasta la actualidad. El interés por el patrimonio intangible es aún incipiente tanto en la academia, como en la investigación y en las instituciones encargadas de la preservación del patrimonio cultural. Este interés se entrelaza con la emergencia de una visión epistémica, en la cual la conjunción de saberes proporciona una mayor aproximación al conocimiento de la realidad en su complejidad. El concepto de patrimonio cultural se enriquece con esta visión y emerge la necesidad de observarlo como la conjunción dialéctica entre lo material e inmaterial. En Puebla la conformación de la estructura administrativa encargada del cuidado del patrimonio cultural, ha estado marcada por esta orientación monumentalista, además de responder de forma preponderante al interés político y económico de los grupos sociales de mayor poder económico, Caraballo (2008) sostiene que: «…Una conservación efectiva del patrimonio pasa necesariamente por auspiciar procesos que generen dinámicas económicas sostenibles, junto con el empoderamiento colectivo de los espacios y de los bienes culturales. Ello incluye a los habitantes del sitio, como memoria viva del lugar, con su patrimonio inmaterial. Deben crearse oportunidades certeras para mejorar su calidad de vida mediante programas de capacita-

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ción e integración al resto de los programas económicos. Estos procesos complejos no deben ser vistos sólo como planes urbanos, deben entenderse también como programas permanentes de transformación y mejoramiento que incluyen servicios, seguridad, salud, y empleos. Programas flexibles y participativos que hoy conocemos como “planes de manejo y gestión” incluyen la variable tiempo, suman a los diferentes actores sociales y políticos y requieren de monitoreo y ajustes continuos. Por ello, deben aprovecharse todas aquellas oportunidades que generan los programas de inversión pública transformando acciones puntuales en sumatoria de resultados, demostrando así la factibilidad de la transformación deseada y convocando tanto a inversores como a la comunidad en general a participar en un proceso colectivo de dinamización urbana, con perspectivas ciertas de éxito». (Caraballo Perichi, 2008) A través del contenido del artículo se han descrito aquellos documentos que apoyan la preservación del patrimonio, desafortunadamente no ha habido una continuación de objetivos claros que coadyuven al diseño de estrategias en pro de esa conservación y que teóricamente son contemplados en las políticas de conservación por parte del Estado. Es así que es importante considerar al decir de Caraballo (2008) planes de manejo y gestión que redunden en la inclusión de actores sociales interesados en la conservación del patrimonio tangible e intangible (fig. 2) inscrito este en un soporte epistémico enmarcado en el paradigma de la complejidad y con la posibilidad de materializarse en las aulas, como actividad de formación de profesionales y que en conjunto con las instituciones preserven la memoria histórica de los sitios patrimoniales, en esta caso Puebla, a través de su participación conjunta en los planes de intervención.

Bibliografía Referida • CARABALLO PERICHI Ciro. (2008). “
El patrimonio cultural y los nuevos criterios de intervención. La participación de los actores sociales” en 
Palapa, Vol. III, Núm. I, enero-junio, 2008, pp. 41-49, México: 
Universidad de Colima. • DE VARINE Hugues. (1976). La cultura des autres, Paris: Seuil. Sitiografía • ANDRADE BUTZONITCH Mariano Marcos. (2009). “Poder, patrimonio y democracia” en Andamios [online]. Revista de Investigación Social, Vol. 6, Núm. 12, pp 11-40, México: Universidad Autónoma de la Ciudad de México. http://www.scielo.org.mx/ scielo.php?script=sci_arttext&pid=S187000632009000300002&lng=es&tlng=es. Bibliografía consultada • BECERRIL MIRÓ José Ernesto. (2003). El derecho del patrimonio histórico artístico en México, México: Porrúa. • BONFIL BATALLA Guillermo. (1990). México profundo, México: Grijalbo y Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. • DIAZ BERRIO Salvador. (1976). Conservación de monumentos y zonas monumentales, México: SEP. • FLORESCANO Enrique. (1997). Etnia, estado y nación, México: Aguilar. • GUMUCHIAN Hervé. (1991). Représentations et Aménagement du Territoire, París: Antrophos. • RENDON MONZÓN Juan José. (1992). “Propuestas para formular la ley reglamentaria del primer párrafo del artículo cuarto de la constitución” en Revista del Instituto de Investigaciones Antropológicas, UNAM, Vol. 29, Núm. 1.


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Documentos • Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en Agenda de Amparo, 2006. • DECRETO que crea la Comisión del Patrimonio Edificado del Estado de Puebla (1996, 7 marzo). Honorable Quincuagésimo Tercero Congreso Constitucional del Estado Libre y Soberano de Puebla. • DECRETO que crea al Instituto del Patrimonio Artístico, Antropológico, Histórico y Arquitectónico del Estado de Puebla ( 2002, 11 julio). Honorable Quincuagésimo Quinto Congreso Constitucional del Estado Libre y Soberano de Puebla. • H. Ayuntamiento del Municipio de Puebla (2014, 20 de junio). Reglamento Interior de la Secretaria de Desarrollo Urbano y Sustentabilidad del Honorable Ayuntamiento del Municipio de Puebla. Capítulo Tercero. Periódico Oficial • LEY General de Educación, edición 2006. • LEY Federal Sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, 1972. • LEY Orgánica del Instituto Nacional de Antropología e Historia. • Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, 2006.

Delia del C. Domínguez Cuanalo Profesora Investigadora, Tiempo Completo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Doctora en Arquitectura con especialidad en Restauración de Sitios y Monumentos por la Universidad Autónoma “Benito Juárez de Oaxaca” (UABJO). Perfil PRODEP. Líneas de investigación: Teoría e Historia de la Arquitectura, Conservación y Sociedad, Antropología Social. Integrante del BUAP-CA-268 Cuerpo Académico Consolidado “Procesos Territoriales”. Virginia Cabrera Becerra Profesora Investigadora, Tiempo Completo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Doctora en Urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I, Perfil PRODEP, integrante del BUAP-CA-268 Cuerpo Académico Consolidado “ Procesos Territoriales.

Juan Manuel Guerrero Bazán Profesor Investigador, Tiempo Completo en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Doctor en Arquitectura con especialidad en Restauración de Sitios y Monumentos por la Universidad Autónoma “Benito Juárez de Oaxaca” (UABJO). Perfil PRODEP. Líneas de investigación, Teoría e Historia de la Arquitectura, Conservación y Sociedad, Antropología Social. Líder del BUAP-CA-268 Cuerpo Académico Consolidado “Procesos Territoriales”.

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TEORÍA-HISTORIAPATRIMONIO EDIFICADO


TEORÍA-HISTORIA-PATRIMONIO EDIFICADO

San Martín, I.: ARQUITECTURA RELIGIOSA DEL MOVIMIENTO MODERNO CONTRIBUCIONES AL ESPACIO PÚBLICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO EN EL SIGLO XX

ARQUITECTURA RELIGIOSA DEL MOVIMIENTO MODERNO CONTRIBUCIONES AL ESPACIO PÚBLICO DE LA CIUDAD DE MÉXICO EN EL SIGLO XX 1

Religious architecture in the Modern Movement Contributions to twentieth century public space in Mexico City Iván San Martín Córdova Universidad Nacional Autónoma de México ivan_san_martin@hotmail.com

Este texto es producto del proyecto de investigación PAPIIT 403312 de la DGAPA de la UNAM “Arquitectura religiosa mexicana en grandes ciudades: expresión de la sacralización contemporánea”. 1

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TEORÍA-HISTORIA-PATRIMONIO EDIFICADO PRAGMA, ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL 12: 27-66 (2014)

Resumen En este artículo se analizan las posibles contribuciones de la arquitectura religiosa del Movimiento Moderno al espacio público de la Ciudad de México, en contraste con la visibilidad y jerarquía urbana que tuvieron las iglesias durante los siglos anteriores. Se estima que en el siglo XX el avance del laicismo en la vida social y política, así como un contexto jurídico complejo y ambiguo, repercutió en la ubicación y visibilidad de los templos –tanto católicos como de las minorías religiosas– lo cual los redujo a situarlos entre medianeras, en esquinas, y ocasionalmente frente a glorietas y parquecillos, con una contribución marginal en el espacio público de los capitalinos, a pesar que en muchos barrios y colonias, esos pequeños atrios y plazas de acceso constituyen la única opción de espacios públicos para la necesaria convivencia comunitaria. Palabras clave: espacio público, arquitectura religiosa, Ciudad de México .

Abstract

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This paper analyzes the possible contributions of religious architecture during the Modern Movement to public spaces in Mexico City, in contrast with the visibility and urban hierarchy of churches during the previous centuries. It is argued that in the 20th century the expansion of secularism in the social and political spheres, as well as the complex and ambiguous legal context, had an influence on the location and visibility of churches – both catholic and those of religious minorities. In this period, churches were built between street medians, in corners, and occasionally in front of roundabouts and small parks, meaning that they marginally contributed to the public spaces of Mexico City, even though in many boroughs their small atria and access squares are the sole public spaces that can be used as gathering places by the community. Keywords: public space, religious architecture, Mexico City

Introducción urante siglos, la arquitectura religiosa ocupó un lugar preponderante en la conformación del espacio público de pueblos y ciudades, tanto en el desarrollo urbano de la cultura occidental, como en el resto de las civilizaciones. Basta revisar las trazas que dejaron las diversas sociedades del pasado para constatar la ubicación que tuvieron catedrales, parroquias, santuarios, mezquitas o sinagogas en el entramado urbano: alguna se localizaban frente a estratégicas plazas, otras aisladas en el remate de caminos, y otras más, discretamente asentadas entre las callejuelas, pero siempre identificables y significando el espacio público circundante. Sin embargo, en el siglo XX esta situación se manifestó de manera muy distinta, pues los postulados fundacionales del Movimiento Moderno tuvieron una postura ambigua o ausente en torno a la localización de templos en la planificación, tanto en Europa como en el resto de los países occidentales que se adhirieron a sus ideas. Y México no fue a ex-

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cepción, pues a nivel urbanístico los planificadores de las nuevas colonias de las principales capitales mexicanas no definieron una ubicación clara y jerárquica respecto a los templos del siglo XX, a diferencia de otros géneros como el educativo, habitacional y comercial que su impronta es reconocible pues generó ejes y zonificaciones. La Ciudad de México es un ejemplo de esta indiferencia, pues a pesar del intenso crecimiento que tuvo su mancha urbana después del movimiento revolucionario, los templos fueron los grandes perdedores en el escenario urbano, reforzado además por un entorno legislativo adverso durante varias décadas, hasta las reformas salinistas (1992) cuando se expidió la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público (1992: 41). Si bien destacados autores en México han escrito sendos capítulos orientados a reconocer la calidad de la arquitectura religiosa, como Louise Noelle (2004: 303) o Mónica Unikel (Activa, 2002) apenas se ha comenzado a analizar su relación con el entorno urbano, un olvido que el presente texto intenta subsanar: ¿cuáles fueron las pérdidas en la jerarquía urbana de los nuevos templos? ¿Cuáles fueron sus posibles contribuciones al espacio público? ¿Fueron distintas las respuestas haca el espacio público en razón de su adscripción religiosa? ¿La relación entre templo y territorio urbano es siempre similar aunque se trate de religiones diversas? ¿Estos lugares han brindado una alternativa positiva para el esparcimiento y convivencia social? Preguntas que intentarán demostrar la hipótesis de que fueron las estrategias arquitectónicas –y no las urbanas– de los autores de los templos quienes –a través de las calidades morfológicas– intentaron redimir la pérdida de la jerarquía en el empla-

zamiento, visibilidad y generación de espacios públicos que el urbanismo moderno olvidó. Antecedentes Desde el Renacimiento, los tratados arquitectónicos –que a su vez emulaban al tratado vitruviano– reforzaban la importancia urbana de los templos dentro del entramado urbano. Ha de recordarse como León Bautista Alberti (1485) los consideraba como “un ornato de las ciudades” por su calidad estética: «En todo el arte de la construcción no existe un cometido en que se requiera más inteligencia, cuidado, eficacia, laboriosidad que en el establecimiento de un templo. […] un templo bien cuidado y debidamente adornado es con seguridad el mayor y primordial ornamento de una ciudad.» (: 285). En el México Antiguo, la relación entre la arquitectura religiosa y el espacio público fue muy intensa, con grandes plazas y explanadas frente a los adoratorios y plataformas piramidales, lugares vinculados estrechamente a una compleja mezcla de elementos religiosos, políticos y comerciales. Esta preeminencia religiosa pervivió durante los siglos virreinales, aunque transformada en una religiosidad cristiana. Los edificios para el catolicismo apostólico ocuparon un lugar central frente a los espacios públicos, ya fueran plazas o calles, con procesiones y festividades que empezaban y culminaban en los atrios de las catedrales, santuarios, parroquias, sencillos humilladeros o estaciones del Vía Crucis. Las estampas de las iglesias,2 los altares callejeros y las hornacinas con imágenes de santos designaban los nombres de esquinas y plazoletas. En los atrios de los conventos se desarrollaban inten-

Las estampas eran imágenes devocionales generalmente en relieve, que indicaban la presencia sagrada hacia la parte posterior de un retablo. Solían localizarse en las partes altas de los muros exteriores de la cabecera de un templo. 2

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samente labores de la evangelización durante el primer siglo novohispano, mientras que las monjas coronadas transitaban por las calles principales de la población, en su recorrido previo al ingreso a la rigurosa vida conventual. De hecho, el propio emplazamiento de las iglesias correspondía a su jerarquía eclesiástica: catedrales o parroquias solían localizarse frente o aun lado de la plaza mayor, mientras que las iglesias de los conventos de monjas se emplazaban en la intersección de dos calles. De manera semejante, la composición volumétrica reflejaba la relación del templo con el entorno urbano inmediato: las torres de los campanarios solían ubicarse estratégicamente en el remate de algún eje urbano, mientras que las siluetas de sus cúpulas sobresalían por encima de los caseríos virreinales. Si se trataba de un santuario, la preeminencia urbana debía ser mayor, una jerarquía que se solucionaba al emplazarlos sobre los promontorios de origen mesoamericano. Fue hasta mediados del siglo XIX cuando las relaciones entre los templos y el espacio público cambiaron de manera radical, a partir del pensamiento liberal que culminó con la creación y aplicación de las Leyes de Reforma,3 que condujeron a la incorporación legal de otras religiones en el país. Las nuevas legislaciones modificaron la propiedad y posesión de los templos, así como la vinculación hacia el espacio público circundante, pues mientras las plazas públicas pertenecían a los ayuntamientos –aunque fueran de posesión pública– los edificios religiosos incluyendo sus atrios pasaron a manos federales, quienes en algunos casos los vendieron, y en otros, les fue permitido la

continuación del uso religioso. Estas transformaciones legales también trastocaron el concepto de sacralidad de los antiguos espacios abiertos de uso religioso, pues muchos de los atrios de las iglesias que funcionaban como camposantos se redujeron a jardines públicos –como el del convento franciscano de San Fernando– o se transformaron en plazas públicas al perder los límites de sacralidad que imponían sus antiguas bardas atriales –como el del convento grande de Santo Domingo que se fusionó con la vecina plaza de la Aduana– confundiendo con ello los límites entre el espacio mundano y el sagrado, aunque en el imaginario de los habitantes aun pervivía el recuerdo del uso religioso de aquellos sitios. La situación se volvió más compleja con la incorporación de minorías religiosas asociadas a las comunidades de extranjeros llegados al país, quienes profesaban una religión distinta a la católica y reclamaban templos específicos para su culto, además de panteones, edificios educativos y hospitales para su propia comunidad, los cuales construyeron desde las últimas décadas del siglo XIX: iglesias anglicanas y ortodoxas, templos protestantes y adventistas y sinagogas. Cabe oportuno aclarar que si bien en todos estos casos se trata de templos –esa es la denominación de género– en este texto se respetó el nombre con el que cada comunidad religiosa denomina a su templo: los católicos apostólicos, ortodoxos y anglicanos les llaman iglesias, mientras que los adventistas y los protestantes –salvo los luteranos– prefieren denominarlos como templos, y los judíos como sinagogas a sus lugares de rezo.

Las estampas eran imágenes devocionales generalmente en relieve, que indicaban la presencia sagrada hacia la parte posterior de un retablo. Solían localizarse en las partes altas de los muros exteriores de la cabecera de un templo. 3 Varias fueron las leyes que se promulgaron en este sentido, como la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos, del 12 de junio de 1959, la Ley sobre la Libertad de Cultos, del 4 de diciembre de 1960, y el Decreto de Extinción de todas las Comunidades Religiosas en toda la República, proclamado el 26 de febrero de 1863. 2


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Esta pluralidad religiosa se consolidó durante la primera mitad del siglo XX, normalizando la coexistencia de iglesias, templos y sinagogas en la mayor parte de las colonias urbanizadas por aquel entonces en la ciudad capital. La manera de relacionarse con el espacio público acarreaba para los católicos apostólicos la pérdida de la centralidad de las iglesias católicas, mientras que para el resto de las minorías, significaba la posibilidad de una presencia y visibilidad urbana. En la mayoría de los casos, los atrios y plazas de acceso para el uso de actividades litúrgicas fueron los grandes ausentes, pues los templos construidos desde los inicios del siglo XX –de propiedad federal desde las Leyes de Reforma–4 preferían el aislamiento y la discreción en vez de entablar un enfrentamiento con el Estado, sobre todo al terminar la Guerra Cristera, cuando se fortaleció la hegemonía de un único partido político de donde emanarían gobernantes con un marcado pensamiento liberal y masón. 5 Metodología Para analizar las posibles contribuciones de la arquitectura religiosa al espacio público de la Ciudad de México, la primera decisión fue centrarse sólo en las obras emblemáticas adscritas al Movimiento Moderno que tuvieran alguna posible aportación con el espacio público, prescindiendo de capillas privadas dentro de conjuntos arquitectónicos y también de aquellos templos –no pocos– que utilizaron

expresiones historicistas en pleno siglo XX – como el neobarroco, neogóticos y neoclásico, entre otros– y que tuvieron estrategias morfológicas distintas para reforzar su presencia urbana y que sería motivo de otro texto. Ello conllevó a acotar y reducir sustancialmente el universo de estudio, y permitir revisar con mayor detenimiento las categorías de: emplazamiento, jerarquía urbana, territorialidad religiosa, visibilidad urbana, así como las categorías espaciales de atrio, plaza de acceso, glorieta y parque. También se introdujeron otras dos variables: por una parte, la adscripción religiosa –como el catolicismo apostólico6 y las religiones minoritarias, como el judaísmo, adventismo y protestantismo, que agrupa a su vez a varias denominaciones– y por el otro, el criterio cronológico, que derivó en estructurar en tres etapas diferenciadas las características arquitectónicas en el género religioso, debido a sus transformaciones espaciales, estructuras, materiales y sistemas constructivos. Así se propuso una división en tres etapas arquitectónicas: la primera (1930-1950) se encuentra representada por obras cuyas plantas arquitectónicas siguieron siendo tradicionales,7 aunque su estructura y materiales constructivos comenzaron gradualmente a cambiar. La segunda etapa (1950-1960) fueron obras que continuaron utilizando plantas tradicionales, pero incorporaron soluciones espaciales innovadoras, producto de la exploración estructural y constructiva –preeminentemente el concreto armado– aunque prevaleció el gus-

Los cambios jurídicos profundos dilatarían varias décadas, hasta las reformas constitucionales que realizó el presidente Carlos Salinas de Gortari en 1992, cuando se concedió personalidad jurídica a las asociaciones religiosas, con potestad de fungir como propietarias legales de los bienes que adquirieran a partir de ese momento, pues se dejó intacta la propiedad federal de los templos construidos con anterioridad a las reformas. 6 Se hace en énfasis en “apostólica” porque recordemos, son 3 las iglesias que se definen a sí mismas como pertenecientes al catolicismo: los anglicanos, los ortodoxos, y los católicos apostólicos (con cultos romano, maronita, grecomelquita, etc.). No obstante, por facilidad de lectura y por tradición cultural, de aquí en adelante solo se entenderá como “católicos” a los apostólicos, mientras que a las otras dos iglesias se preferirá usar los términos anglicanos y ortodoxos. 7 Por plantas tradicionales se debe entender: cruz latina, basilical y cruz griega. 5

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to por la ornamentación en vitrales, mobiliario litúrgico y retablos. Por último, la tercera etapa (1960-1975)8 fueron obras realizadas con plantas en formas de abanico, alzados con siluetas novedosas, audaces soluciones estructurales –colgantes o plegaduras– y materiales con marcado acento regionalista. No acabó ahí, evidentemente, la producción de la arquitectura religiosa en la ciudad capital durante el siglo XX, sin embargo, las subsecuentes etapas no formaron parte –historiográficamente hablando– del Movimiento Moderno, sino de otras etapas con características distintas que se alejan del caso de estudio del presente texto.

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Espacio público y templos modernos (1930-1950) La iglesia católica fue la primera en apostar de manera integral por las formas, espacios, estructuras y sistemas constructivos provenientes de los postulados del Movimiento Moderno –tal y como se intentará demostrar en este texto– a diferencia de las otras religiones que tendrán una incorporación más parcial y gradual. Ya se ha mencionado que el emplazamiento de los templos fue el gran ausente en los postulados del urbanismo internacional, pues quedaron ausentes del discurso modernizador. En los proyectos de ciudades jardín, ciudades industriales o dibujos futuristas, las iglesias ocupaban un lugar marginal, o bien, se encontraban completamente indefinidos. Lo mismo ocurrió con los proyectos habitacionales de la modernidad arquitectónica y urbana, tanto en el exterior como en México, donde los primeros conjuntos plurifamiliares reflejaron el nulo interés por dotar a los templos de la jerarquía urbana que habían detentado durante siglos.

Las iglesias católicas de la primera etapa comenzaron a ser construidas gradualmente después de la terminación de la Guerra Cristera. Sus características morfológicas presentaban tanto rasgos del Art Deco, así como influencia del racionalismo europeo. Desde el punto de vista urbano, su característica más sobresaliente fue el intento de recuperar la jerarquía a través de morfologías atractivas, con el incremento gradual de sus alturas –gracias a las posibilidades constructivas del concreto armado– y la selección de predios con adecuadas posibilidades de visibilidad, en esquinas o en avenidas transitadas, pues la planificación urbana parecía no haber previsto lugares predeterminados.

En el ámbito católico, coincide con la renovación emanada del Concilio Vaticano II durante los años sesenta. 8

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2 Figuras 1 y 2. Iglesia del Purísimo Corazón de María, en la colonia Del Valle, donde se percibe su monumental escala y el remate característico con la figura de la Virgen. Fotografías: Iván San Martín (ISM), 2004 y 2010, respectivamente.

En esta misma primera etapa fueron construidos dos templos católicos por el mismo arquitecto, Antonio Muñoz García:9 la parroquia del Purísimo Corazón de María (1938-54), cuya inmensa mole de concreto aparente es fácilmente perceptible por aquellos que transitan por las colonias Del Valle y Narvarte,10 pues su cúpula octagonal es rematada por una colosal escultura de la Virgen María y que muchos a la distancia llegan a confundir con la imagen de Jesucristo. En términos de espacio público, su acceso es antecedido por un pequeño jardincillo público preexistente, que sin ser propiamente un atrio, le sirve como vestíbulo exterior durante los servicios religiosos dominicales.

Autor también de varias obras gubernamentales, como las puertas de entrada al bosque de Chapultepec (1930), el Centro Escolar Revolución (1933), los mercados Melchor Ocampo (1931) y Abelardo Rodríguez (1933-35) y el edifico para la Suprema Corte de Justicia (1935-36). 10 En Gabriel Mancera, Torres Adalid y Diagonal de San Antonio, frente al arbolado parque Mariscal Sucre. 9

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4 Figuras 3 y 4. Planta y vista general de la parroquia Cristo Rey, en la colonia Portales, donde se observa la portada remetida, para permitir el despliegue de una escalinata y una pequeña explanada de acceso Planta realizada por Carlos de Silva Magallanes (CDSM) durante su servicio social en Facultad de Arquitectura de la UNAM, 2003; Fotografía: Josué Pérez, Sánchez (JPS) pasante de la Facultad de Arquitectura de la UNAM, durante su práctica profesional supervisada, noviembre de 2013.


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Algunos años después, el mismo Muñoz García (Noelle, 1986: 3) construyó la parroquia de Cristo Rey (194252),11 localizada sobre el borde poniente de la Calzada de Tlalpan, en la colonia Portales.12 Para reforzar la visibilidad urbana sobre la longitudinal arteria, su morfología –entre Deco y Racionalista13 presentó una silueta escalonada para contrastarla del entorno arquitectónico circundante, de escasos dos y tres niveles habitacional y comercial. El acceso al templo se realiza a través de una escalinata monumental, elemento que indudablemente le otorga jerarquía, además de una pequeña plaza de acceso –pues la volumetría se encuentra ligeramente remetida– que no alcanza a ser propiamente un atrio, pues no hay límites que lo definan y diferencien del espacio civil. Durante esta etapa también se construyó el Santuario de Nuestra Señora de la Piedad (1944-1957)14 en la colonia Piedad Narvarte, 15 proyecto del arquitecto Enri-

que Lagenscheidt. Su imponente escala urbana –que aún hoy sobresale del entorno habitacional circundante– es fácilmente perceptible desde varias manzanas a la distancia, tanto por su altura como por el color rojizo del exterior de sus bóvedas ojivales, mientras que un esbelto campanario se sitúa del lado izquierdo de la portada. La volumetría de la iglesia fue ligeramente remetida, lo que permitió que una gran escalinata fuese colocada en el acceso, circunstancia que aunada a la posición esquinera del predio, le permitió una pequeña plaza de acceso, aunque sin llegar a conformar un atrio propiamente dicho.

También existe una placa conmemorativa en el interior del templo que indica que la construcción se inició el 12 de junio de 1942 y se concluyó en octubre de 1952. 12 Ajusco núm. 16 esquina con Calzada de Tlalpan, colonia Portales, delegación Benito Juárez, DF. 13 Cabe resaltar que para los usuarios conocedores es evidente la semejanza de ésta obra –salvando las diferencias cronológicas, morfológicas y estructurales– con los templos de concreto aparente realizados en la década de los veinte en las cercanías de París por los hermanos Auguste y Gustav Perret. 14 La primera piedra fue colocada al siguiente año, el 11 de abril de 1945. Pablo Pérez y Fuentes, Santuario de la piedad, México, Ediciones de La Piedad, 1989, p. 35. 15 Obrero Mundial núm.320, colonia Piedad Narvarte, delegación Benito Juárez, DF. 11

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6 Figuras 5 y 6. Planta y vista general del Santuario de Nuestra Señora de la Piedad, en la colonia Piedad Narvarte, donde se observa la escala volumétrica, el contraste cromático y una pequeña explanada de acceso. Planta realizada por CDSM, 2003; Fotografía: JPS, 2013.

También algunas religiones minoritarias se incorporaron tímidamente durante este primer periodo a las formas y espacios emanados de los criterios del Movimiento Moderno, si bien debe enfatizarse que no siempre lo hicieron con la misma integralidad que las iglesias católicas.16 Entre las denominaciones –que no sectas–17 que integran el protestantismo mexicano, fueron los bautistas quienes primero apostaron por un nuevo templo moderno (1949) en la colonia Guerrero. 18 Los primeros templos de las denominaciones protestantes mantuvieron una reservada relación hacia el espacio público, con una discreta localización entre el entramado urbano, una moderada visibilidad de sus actividades públicas y una morfología historicista alejada de los tradicionales referentes hispanos identificados con el catolicismo apostólico. Aparecieron a finales del siglo XIX templos neogóticos o neorrománicos, con un solo campanario, algunos pináculos, arcos ojivales, rosetones y robustos contrafuertes, elementos vinculados a una expresión medieval, que contrastaba con las tradicionales cúpulas virreinales y portadas barrocas y churriguerescas. 17 Pues el término “sectas” ha sido utilizado de manera peyorativa en México, pues no se trata de escisiones secretas o ilegales, sino de iglesias con pleno reconocimiento jurídico y social. 18 Mina núm. 123, esquina Héroes, colonia Guerrero, delegación Cuauhtémoc, DF. 16


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Figura 7. Vista general de la Primera Iglesia Bautista, en la colonia Guerrero, donde se observa la cerrada volumetría, la escala monumental y la ausencia de atrio o explanada de acceso. Fotografía: JPS, 2013.

No se trataba de su primera construcción –se habían establecido en la capital desde 1884¬– pues el pequeño templo neogótico de 1887 decidió demolerse a causa del incremento de la feligresía. En su lugar, se construyó una nueva obra, siguiendo el diseño de los ingenieros civiles Alberto y Graciela Barocio, padre e hija. Sin poseer atrio o plaza de acceso, la jerarquía urbana debió compensarse con la escala volumétrica: una elevada mole y una portada monumental con una cruz de concreto armado, con una imagen formal que mucho recuerda a las portadas de los cines de aquella época.

También el judaísmo fue adhiriéndose gradualmente a las formas y espacios emanados de los criterios del Movimiento Moderno, aunque su presencia fue mucho más discreta, pues ha de recordarse que no se trata de iglesias proselitistas –que adicionan nuevos miembros a través del convencimiento individual– sino que son comunidades etnocéntricas, integradas por la vía del nacimiento derivado de una madre judía.19 Por ello, su crecimiento ha sido lento y gradual, sobre todo por la vía de la inmigración, algunos llegados como inversionistas, y otros sin patrimonio al-

Aunque se permiten las conversiones para nuevos miembros, no es una práctica generalizada, sino excepcional. 19


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guno. Ha de recordarse que provenían de tres orígenes geográficos distintos (Krause, 1987: 110): los ashkenazim del centro de Europa,20 los sefardím de España,21 Grecia y Turquía, y los shamis o jalebis, originarios de Siria.22 Durante los primeros años en la ciudad, rezaban en sus propias casas, o bien, en espacios que les prestaban otras comunidades, con la presencia de un minian23 y los textos sagrados.24 Más tarde, comenzaron a edificar sus primeras sinagogas, las cuales solían ser compartidas por las tres comunidades, pero cuando crecieron y consolidaron, cada una se proveyó de su propio lugar de rezo y reunión, al interior de la comunidad –festividades, comida, rezo, estudio– razón por la cual, no tenían actividades religiosas en las calles y plazas cercanas. Acaso, la categoría urbana que aquí prevaleció fue la territorialidad religiosa –relación física entre el templo y feligresía– pues los judíos deben vivir cerca de su sinagoga, a una distancia transitable a pie, por la prescripción de no utilizar transporte que use chispa en el traslado de su casa al templo durante el día de descanso. Esta norma conlleva a que se funden –y también se abandonen– sinagogas de acuerdo al emplazamiento habitacional de la comunidad judía. Aunque durante esta primera etapa sí se construyeron algunas sinagogas con formas o espacios modernos, su contribución al espacio público fue realmente nula. La Nidje Is-

rael (1941) se construyó en pleno centro de la capital25 –casi frente al jardín de Loreto– fue edificada por los ingenieros Salomón Gerson y Miguel Jinich. Poseía una segunda fachada interior en estilo Art Deco, pero hacia la calle presentaba una fachada neocolonial perfectamente apañada, sin ninguna concesión al espacio público. Igualmente, la sinagoga Adat Israel (1942-52) en la colonia Álamos Postal26 fue construida en el jardín trasero de una casa de rasgos funcionalistas, y aunque su interior ya presentaba espacios y formas modernas, hacia el exterior no se modificó la fachada habitacional, lo que muestra un desinterés por modificar el espacio público y por la visibilidad urbana de su adscripción religiosa. Por los ejemplos y análisis brevemente expuestos, y a manera de reflexión preliminar de esta primera etapa, se puede colegir que a falta de emplazamientos religiosos previstos por los desarrolladores urbanos, los autores de los templos reforzaron la jerarquía y visibilidad religiosa a través de estrategias arquitectónicas, tales como volumetrías de alturas considerables, uso de masividad para enfatizar la solidez de las instituciones, expresiones morfológicas contrastantes, así como el aprovechamiento de las circunstancias urbanas preexistentes en los solares, tales como predios en esquina, o frente a jardincillos públicos, soluciones principalmente ejemplificadas por las iglesias para el catolicismo apostólico.

El término proviene de Ashkenaz, que significa Alemania, lugar de su procedencia original. El término proviene de Sefarad, que significa España, lugar de su original procedencia. A partir de su expulsión en 1492, se dispersaron por el mundo. La inmigración de los judíos sefaradita de Europa comenzó alrededor de 1900, desde entonces y hasta los años veinte llegaron a México varias familias. Su primera comunidad formal fue en 1924, con judíos sefardim procedentes de Grecia, Turquía y Bulgaria. 22 El término proviene de shami, que significa judío de Damasco, Siria. 23 Llegaron a realizar rezos en logias masónicas, teatros e incluso salones de fiestas, ya que sus espacios arquitectónicos no requerían de una consagración previa, como si ocurre con otros credos, pues sólo era necesaria la presencia de un minián como se le llama al quórum de por lo menos diez hombres mayores de 13 años. 24 En primer lugar la Torá, y en segundo plano, el Talmud. 25 Justo Sierra núm. 71, colonia Centro, delegación Cuauhtémoc, DF. 26 Av. 5 de Febrero núm. 233, colonia Álamos Postal, delegación Benito Juárez, DF. 20 21

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9 Figuras 8 y 9. Fachadas de dos sinagogas, a la izquierda Nidje Israel en la colonia Centro, y a la derecha la Adat Israel, en la colonia Álamos Postal. Ambas muestran su desinterés por generar nuevos espacios públicos. Fotografía: JPS, 2013 e Foto: ISM, 2004, respectivamente.


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TEMPLOS MODERNOS DE LA PRIMERA ETAPA (1930-50) RELIGIÓN

TEMPLO

EMPLAZAMIENTO URBANO

TIPO/IMPACTO DEL ESPACIO

Católica

Nuestra Señora del Sagrado Corazón “Votiva, colonia Juárez

En esquina prexistente

Volumetría escalonada

Frente jardincillo prexistente

Masividad de gran altura

PÚBLICO

Católica

Purísimo Corazón de María, colonia Del Valle

Católica

Parroquia de Cristo Rey, colonia Portales

Frente a una avenida transitada

Volumetría escalonada, altura considerable y plaza de acceso con escalinatas

Católica

Sagrado Cristo Rey y Santa Mónica, colonia Anzures

Frente a una calle, entre medianeras

No posee atrio ni plaza de acceso

Católica

Nuestra Señora de la Piedad, colonia Piedad Narvarte

Frente a una avenida transitada

Masividad de gran altura y plaza de acceso con escalinatas

Católica

Santuario de Nuestra Señora del Sagrado Corazón, colonia Narvarte

Frente a una avenida transitada

Masividad y acceso remetido

Protestante (bautista)

Primera Iglesia Bautista, colonia Guerrero

En esquina prexistente

Masividad de gran altura

Judaica

Sinagoga Nidje Israel

Predio entre medianeras

Territorialidad religiosa, invisibilidad, solo fachadas

Judaica

Sinagoga Adat Israel

Predio entre medianeras

Territorialidad religiosa, pero invisibilidad religiosa

Cuadro 1. Tabla comparativa de los principales templos edificados durante la primera etapa, con sus emplazamientos urbanos y las estrategias arquitectónicas utilizadas por los autores de las obras.

Espacio público y templos modernos durante la segunda etapa (1950-1960) La segunda etapa de los templos modernos corresponde a la década de los cincuenta, cuando el laicismo ya había arraigado fuertemente en la clase política dominante, en la educación pública, en las expresiones artísticas y en los medios de comunicación, razones por las cuales, es comprensible que el urbanismo recogiera ese desdén hacia lo religioso. Un caso del catolicismo que ejemplifica claramente la disyuntiva de los arquitectos acerca de insertar o no la religión dentro del discurso urbano fue la Ciudad Universitaria. Si se revisa el proyecto inicial de conjunto27 se puede constatar claramente la inserción de una iglesia católica para atender “las búsquedas Ver proyecto de conjunto que fuera publicado en 1951 y 1952, respectivamente en los números 36 y 39 de Arquitectura México, dedicados al proyecto y construcción de la Ciudad Universitaria. 27

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espirituales de los universitarios”. La obra se emplazaría al sur del estadio universitario, dentro de un centro cívico, y equidistante a las zonas habitacionales para estudiantes y profesores. Vale la pena recordar la detallada descripción que hace Mario Pani (1951) sobre el conjunto universitario y la futura iglesia: «[…] su ubicación es intermedia a la zona de habitaciones de estudiantes y a los terrenos en donde, en el futuro, se ubicarán las habitaciones de tipo general. Este Centro Cívico –aún no proyectado– deberá incluir los servicios correspondientes de gobierno, iglesia, diversión, comercio, etcétera.»(: 7-12). El proyecto de esta iglesia católica había sido asignado al arquitecto Ricardo De Robina, Rothiot,28 quien debió aclarar que los recursos económicos para su construcción provendrían de entidades privadas, al reconocer la dificultad legal y política que habría entrañado la utilización de recursos públicos destinados a la iglesia católica en terrenos públicos universitarios, como el mismo aclaraba (1951): «[…] No entrando, por nuestras leyes, la construcción de templos en el resorte oficial, pero demandado por nuestra idiosincrasia, un templo católico toda aglomeración mexicana, se dejó libre a la iniciativa privada para que levantara uno de ellos en el Centro Cívico de la Ciudad Universitaria»(: 333-336). Como se sabe, la construcción nunca se llevó a cabo –al igual que muchas otras construcciones universitarias– a pesar de las bondades funcionales, simbólicas, estéticas, sociales, urbanas e incluso paisajísticas, por lo que el

mismo De Robina (1951) señalaba: «El anteproyecto, llevado a cabo en 1950, representa un aspecto especial del problema de iglesias, tanto por formar parte de Ciudad Universitaria como por lo peculiar del terreno en que el templo será construido. El programa incluye la iglesia, además de una capilla devocional, servicio de sacristías, oficinas y cuadrante común, un pequeño edificio destinado a casa cural y el servicio social»(: 333). La revisión de otras iglesias católicas edificadas durante esta etapa ejemplifica la manera como las soluciones arquitectónicas compensaron el desinterés de los planificadores por los espacios religiosos en los ensanches de la capital. Dos primeros casos exhiben soluciones de recuperar la jerarquía a través de la masividad de la volumetría, al tiempo que aprovechaban la visibilidad urbana que aportaba el predio seleccionado. Nuestra Señora de Guadalupe (1952-54) en la colonia San Rafael,29 obra del ingeniero civil y arquitecto Francisco J. Serrano y Álvarez de la Rosa,30 quien ante la falta de un terreno mayor para incluir un atrio, la jerarquía debió compensarla con la ubicación esquinera y una masiva volumetría para conferirle mayor visibilidad. Del mismo autor fue la iglesia de San Cayetano (1952-59) en la norteña colonia Lindavista,31 localizada en una cabecera de manzana, con una imponente mole que el tiempo ha convertido en hito urbano, pues su escala y volumetría destacan sobre el entorno habitacional y comercial circundante.

La iglesia aparece en el plano de conjunto, dentro del listado de los autores de cada una las obras, y donde se precisa a Ricardo de Robina como su autor. 29 Joaquín García Icazbalceta núm. 96, esquina con Velásquez de León, colonia San Rafael, delegación Cuauhtémoc, DF 30 El proyecto inicial fue del arquitecto Carlos Lazo, y cálculo del ingeniero naval Manuel Rebolledo. 31 Y cálculo estructural del ingeniero civil Leonardo Zeevaert. Su ubicación es Av. Montevideo núm. 687, esquina con Matanzas y Cienfuegos, colonia Lindavista, delegación Gustavo A. Madero, DF 28


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11 Figuras 10 y 11. Dos iglesias del mismo autor, con escalas y volumetrías muy distintas. A la izquierda, Nuestra Señora de Guadalupe en la colonia San Rafael, y a la derecha Sam Cayetano, en la colonia Lindavista. Fotografía: JPS, 2013.

Otra estrategia arquitectónica para reforzar la jerarquía urbana fue la inserción de pequeñas plazas de acceso –insinuando pequeños atrios– sobre todo cuando el emplazamiento y la dimensión lo permitían. En algunos casos se encuentra definidos por algún cambio de nivel, y en otras, por pequeños elementos –como muretes, enrejados o jardines– que servían para indicar un espacio de transición entre la actividad sagrada y la actividad mundana del entorno. La parroquia de la Virgen de la Medalla Milagrosa (1953-57) en la colonia Narvarte32 fue un ejemplo de esta estrategia, construida en los nuevos barrios urbanizados al sur de la Ciudad de México para albergar a la creciente clase media. Su autor fue el arquitecto español Félix Candela Outeriño,33 quien había encontrado en la construcción

de cubiertas ligeras de concreto armado una posibilidad profesional que con el tiempo caracterizaría el resto de su obra, ya que si bien al inicio sus aplicaciones fueron industriales, más tarde comenzó a utilizarlas a todo tipo de géneros arquitectónicos, tales como mercados, restaurantes, estaciones de transportes, residencias y, desde luego, a iglesias católicas, a veces como proyectista, y en otras solo como calculista. De hecho, este dominio tecnológico conllevó a que esta parroquia ofreciera una singular geometría que contrastaba con el entorno habitacional, a través de paraboloides hiperbólicos de concreto que fusionaban columna y cubierta en un mismo elemento estructural. Al encontrarse sobre un predio esquinero,34 el templo podría adquirir mayor jerarquía urbana, razón por la cual la enrique-

Ixcateopan núm. 78, esquina con Matías Romero, colonia Vértiz Narvarte, delegación Benito Juárez, México DF. 33 Cfr. Archivo Félix Candela, Archivo de Arquitectos Mexicanos, en la Facultad de Arquitectura de la UNAM. 34 Quizá la primera de ellas, en situación esquinera, pero con una morfología moderna, fue la iglesia Votiva en la confluencia de la calles de Génova con Paseo de la Reforma, uno de los pocos ejemplos que se tienen en Art Déco, mediante una ingeniosa solución de volúmenes escalonados que acusan la escala de la esquina. 32

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ció con un reducido pero estratégico atrio, definido espacialmente por medio de escalinatas perimetrales y un puntiagudo campanario visible a la distancia, convirtiéndola en un modelo que se reproduciría en muchas de otras zonas habitacionales de la capital.

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Figuras12 y 13. Planta y vista general de la parroquia de la Medalla Milagrosa, en la colonia Narvarte, donde se percibe la presencia de un pequeño atrio y la expresiva volumetría que contrasta con el entorno urbano. Planta realizada por CDSM y fotografía de ISM, ambas 2003.


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Otra iglesia en esquina que logró una pequeña plaza de acceso a modo de minúsculo atrio fue la parroquia de la Inmaculada Concepción (1952-1956) en la colonia Prado Churubusco,35 en una zona habitacional al suroriente de la capital, donde comenzaba a intensificarse el poblamiento sobre la antigua cuenca lacustre. La obra fue del arquitecto José Creixell del Moral,36 quien decidió remeter la volumetría del templo –a pesar de contar con un predio pequeño– a fin de proveerse de un espacio vestibular que sirviera de transición, conocedor como buen católico, de la importancia entre lo sagrado y lo mundano.

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14 Figuras14 y 15. Planta y vista general de la parroquia de la Inmaculada Concepción, en la colonia Prado Churubusco, donde se percibe la presencia de un pequeño atrio y la volumetría piramidal. Planta realizada en 2014 por Andrea Guzmán Ibáñez (AGI), arquitecta egresada de la Facultad de Arquitectura de la UNAM; fotografía: JPS, 2013. Arias núm. 14, esquina Calzada Ermita Iztapalapa, colonia Prado Churubusco, delegación Iztapalapa, DF Quien para entonces ya había realizado hacia 1942 una capilla congregacional para la porfiriana parroquia de la Sagrada Familia en la colonia Roma. 35 36

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Otra estrategia utilizada por los autores de las iglesias, a fin de recuperar la jerarquía urbana, fue localizarlos frente alguna glorieta o jardín preexistente, lo cual evidentemente, les aseguraba una visibilidad pública dentro del entorno inmediato, aunque también presentaba el inconveniente que el valor de los predios solía ser más elevado. Varios fueron los proyectos diseñados en este tipo de emplazamientos, algunos que inclusive no llegaron a construirse, como el proyecto de tesis de licenciatura del arquitecto Gabriel del Valle, frente a una de las glorietas de la colonia Legaria, el cual fue publicado en 1947 en la revista Arquitectura México (: 84-87). La iglesia que sí fue construida fue la parroquia de Guadalupe Emperatriz de América, realizada para la orden agustina entre 1948-57, frente a una arbolada glorieta prexistente en la colonia San José Insurgentes37, también conocida como “de la bola”, probablemente por la singular forma esférica de su cubierta, producto de la innovadora planta circular del templo. El proyecto fue del ingeniero civil Juan Álvarez Domenzain,38 quien situó el acceso principal hacia la rotonda, con una pequeña explanada vestibular, la cual quedaría oculta tras un alto muro, a fin de proteger a la feligresía del intenso flujo vehicular de la zona. Un poco más atrás, situó un esbelto campanario ligeramente retraído detrás de la esfera terráquea,39 con una fuerte visibilidad urbana debido a su considerable altura, aún a pesar de la saturación de altos edificios habitacionales y de oficinas que han poblado posteriormente la zona.

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17 Figuras 16 y 17. Dos templos con esquemas volumétricos y constructivos similares. A la izquierda, la Emperatriz de América, en la colonia San José Insurgentes, frente a una glorieta arbolada, y a la derecha, el Santo Cristo de la Agonía, en la colonia Santa María Insurgentes, frente a una desaparecida glorieta. Fotografías: JPS, 2013.

Mercaderes núm. 99, colonia San José Insurgentes, delegación Benito Juárez, México DF. Colaboraron también los arquitectos Jorge Bravo y José Bordes Vértiz, así como los ingenieros José Castelló, José Gómez García, Pablo Quilez, Ernesto Velasco Lafargue y Salvador Sánchez. 39 Pues originalmente, el exterior de la esfera se encontraba pintado con un mapa de Latinoamérica para reforzar la idea que la devoción por la Virgen de Guadalupe que se extiende a toda América. 37 38


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Otra solución similar para recuperar jerarquía –tanto en el emplazamiento, como en la cubierta esférica– fue la parroquia del Santo Cristo de la Agonía, realizada a partir de 195640frente a una desaparecida glorieta en los límites de la norteña colonia Santa María Insurgentes,41 bajo proyecto del arquitecto Nicolás Mariscal Barroso,42 según se constata en los planos originales aún conservados en las oficinas parroquiales. Su gran casquete de concreto destacaba sobre el vecindario habitacional e industrial ¬–rematada por una singular corona con connotaciones cristológicas para el culto católico– aunque sin poseer un atrio formal donde pudiera encontrarse la feligresía,43 circunstancia que se agudizó al construirse el Circuito Interior en los años setenta, desdibujando la curvatura de la glorieta y mermando la territorialidad religiosa de aquellos fieles que quedaron del otro lado de la vialidad. Como podrá constatarse, el esfuerzo por proveer de atrios propios a las iglesias católicas fue gradual durante esta segunda etapa –independientemente si aprovechaban o no los elementos urbanos preexistentes, como glorietas o jardincillos– ya como espacios sagrados, con límites definidos, donde pudieran llevarse a cabo actividades previas y posteriores al servicio. Una parroquia que logró conformar un atrio propio –aunque dentro de los límites del propio terreno– fue el Buen Consejo y Preciosa Sangre (1955) de los arquitectos Pedro Hinojosa Zozaya, F. Fierro y R. Fernández del Cueto, construida por encargo de los agustinos y con el apoyo económico de los fieles de la colonia Chapultepec Morales.44

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La primera piedra se puso en 1956, de acuerdo a la información proporcionada por el sacerdote del templo. 41 Sándalo núm. 122, colonia Santa María Insurgentes, delegación Cuauhtémoc, México DF. 42 También colaboró el ingeniero Carlos García Gómez, y fue construida por Marhnos, cuyo acrónimo significa Mariscal Hermanos. 43 Muy escasa en las décadas recientes, de acuerdo a la información proporcionada por el mismo sacerdote, a tal grado que durante la década de los noventa comenzaron negociaciones para convertir el edificio en planetario, sin que al final se llevara a efecto ese cambio de uso. 44 Newton núm. 210, esquina Lope de Vega y Homero, colonia Chapultepec Morales, Delegación Miguel Hidalgo, D.F. 40


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19 Figuras 18 y 19. Planta y vista general de la parroquia el Buen Consejo y Preciosa Sangre, en la colonia Chapultepec Morales. Destaca en primer plano el atrio triangular y la escalinata de ingreso, en un espacio perfectamente acotado e integrado a la composición arquitectónica. Planta realizada por Edén Hernández Cruz (EHC) durante su servicio social en 2005 en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, y fotografía: JPS, 2013.

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El partido del proyecto aprovechó la forma triangular del predio –producto de la traza– de tal forma que se ocupa la totalidad de la pequeña manzana, por medio de una inusitada forma de planta para un espacio religioso católico. Ello permitió disponer de un atrio propio en uno de los vértices, perfectamente integrado arquitectónicamente, el cual comunica al interior a través de una escalinata. Probablemente el mejor ejemplo de planeación de un atrio propio fue el de parroquia de la Santa Cruz en Jardines del Pedregal de 45

San Ángel.45 El proyecto inicial de 1952 fue del arquitecto José Villagrán García, pero fue retomado en 1966-68 por el arquitecto Antonio Attolini Lack, quien se encargaría de transformar los interiores para adecuarlos a los lineamientos vaticanos posconciliares y rediseñar la plaza de acceso. Su característica volumetría de formas triangulares ascendentes es reforzada por un estratégico emplazamiento de dos avenidas convergentes, lo que permitió situar una gran explanada atrial, que además de servir como espacio de transición, podía in-

Las Fuentes y Cráter, en el Pedregal de San Ángel, delegación Álvaro Obregón, México DF.


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20 clusive usarse como nave exterior, tal como lo anunciaba el propio Villagrán (1956): “El acceso a la iglesia se hace a través de una gran explanada que también puede servir como ampliación de la iglesia, en caso de concentración de fieles” (: 188-189). A pesar de los buenos deseos de su autor original, este espacio atrial no logró nunca la vocación religiosa a cielo abierto, sino que por el contrario, terminó siendo estacionamiento para los automóviles de los fieles y personal de servicio, como enfermeras, nanas, choferes y escoltas. De hecho, ya en la época de su construcción era previsible la intensa utilización

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Figuras 20 y 21. Vistas de la parroquia de la Santa Cruz, en Jardines del Pedregal de San Ángel. La excesiva presencia de automóviles durante los servicios religiosos modifica el uso y percepción de la explanada original. Fotografía: JPS, 2013.

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de vehículos para el arribo de la feligresía, por el alto nivel económico de la zona y el extenso tamaño de los predios residenciales, lo que dificultaba a los vecinos caminar cómodamente desde su casa, pues su territorialidad religiosa era desde el inicio muy extendida. Con el paso del tiempo, esta parroquia ha enfrentado la gradual pérdida de su visibilidad urbana, así como la transformación de sus espacios abiertos circundantes a causa del devenir inmobiliario de la propia colonia, cuya vocación primigenia ha transitado de ser una tranquila y privilegiada zona residencial a combinarse con una intensa actividad comercial, educativa y laboral. También durante esta segunda etapa varias iglesias minoritarias se incorporaron gradualmente a las formas y espacios emanados de los criterios del Movimiento Moderno, con algunas contribuciones al espacio público, aunque sólo en algunos proyectos puntuales. En lo referente al protestantismo, fue la denominación luterana la que decidió construir su primer templo moderno en el sur poniente de la mancha urbana. Ha de recordarse que a diferencia de otras denominaciones –como presbiterianos, metodistas, bautistas e interdenominacionales–los luteranos habían sido los últimos en asentarse en la capital, pues los primeros cultos apenas habían sido realizados improvisadamente en una casona en la colonia Santa María la Rivera hacia la década de los cuarenta, para luego construir una iglesia neocolonial en las Lomas de Chapultepec a principios de los cincuenta, zona donde solían residir muchos extranjeros que requerían servicios religiosos en inglés. Esa misma razón lingüística los condujo a fundar el templo Evangélico Luterano de Habla Alemana en México (1958) en el antiguo pueblo de Mixcoac,46

donde habitaban varios luteranos alemanes, austriacos y suizos. La obra posee un cierto aire doméstico –por su cubierta a dos aguas– y fue edificada en un predio esquinero, lo que permitió dotarla de un pequeño atrio, bien delimitado por una barda –pues se halla dentro del predio– y un robusto campanario flanqueando el único acceso, jerarquizando de manera visible y sobre todo orgullosa, el carácter religioso de la obra. También durante esta segunda etapa se construyeron algunas sinagogas con formas y espacialidades modernas, con escasa contribución al espacio público o a la imagen urbana de las colonias, aunque si ganaron en visibilidad, pues la exhibición orgullosa de su judaísmo. Para entonces, muchos miembros de la comunidad habían abandonado sus viviendas en el centro –aunque muchos conservaban ahí sus centros de trabajo– y se habían mudado a colonias como la Roma, Condesa, Hipódromo y Polanco, por lo que fue necesario edificar nuevas sinagogas, dirigidas específicamente a cada una de las tres comunidades judías. Como la sinagoga Monte Sinaí (1942-1953), diseñada por los ingenieros Salomón Gerson y León Gerson en la colonia Roma,47 para atender las necesidades espirituales y culturales de la comunidad judía de origen sirio (jalebis o shamis). Su construcción fue dilatada, debido a la dificultad de conseguir el acero durante la Segunda Guerra Mundial. Su fachada principal –que aún recuerda las líneas del Art Déco– se encuentra remetida con respecto al paño de la calle, para contrastar con el entorno habitacional circundante, mientras que la adscripción judaica es visible por la Estrella de David en la celosía, localizada bajo un arco triunfal que enmarcan el acceso centralizado.

Botticelli núm. 74, esquina con Patriotismo, colonia Mixcoac, delegación Benito Juárez, México DF. Querétaro núm. 110, colonia Roma, delegación Cuauhtémoc, México, DF.

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23 Figuras 22 y 23. Planta y vista de la fachada principal del templo Evangélico Luterano de Habla Alemana en México en la colonia Mixcoac, donde se perciba la presencia de un atrio y jardín enrejado. Planta realizada por CDSM y Fotografía: JPS, 2013

Figura 24. Vista general de la fachada de la sinagoga Monte Sinaí, en la colonia Roma. Planta realizada por Sergio Mendoza Vázquez (SMV) durante su servicio social en 2006 en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, y fotografía: ISM, 2009.

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A partir de los ejemplos expuestos, y a manera de reflexión preliminar sobre esta segunda etapa, se puede colegir que nuevamente fue el clero católico y los autores de sus iglesias quienes alcanzaron algunas contribuciones al espacio público de la ciudad. En algunos casos, aprovecharon las posibilidades urbanas que brindaban los entornos preexistentes –como emplazamientos en esquina, en cabeceras de manzana, o frente a glorietas– mientras que en otros, lograron pequeñas plazas de acceso y a veces, atrios claramente definidos y acotados para fines religiosos, algunos de los cuales aún permanecen incólumes, mientras que los más desafortunados han sido convertidos en improvisados estacionamientos durante los días de mayor flujo. En contraste, las iglesias minoritarias tuvieron un pequeño avance, como los luteranos que lograron edificar una iglesia visible y antecedida por un buen atrio, mientras que los judíos continuaron con nulo interés por contribuir al espacio público de la capital, tan solo ganando en visibilidad urbana de su adscripción. TEMPLOS MODERNOS DE LA SEGUNDA ETAPA (1950-60)

RELIGIÓN

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TEMPLO

EMPLAZAMIENTO

TIPO/IMPACTO DEL ESPACIO

URBANO

PÚBLICO

En esquina prexistente

Volumetría masiva

Católica

Nuestra Señora de Guadalupe, colonia San Rafael

Católica

San Cayetano, colonia Lindavista

En cabecera de manzana

Masividad de gran altura

Católica

Virgen de la Medalla Milagrosa, colonia Narvarte

En esquina prexistente

Contraste morfológico para provocar carácter

Católica

Inmaculada Concepción

En esquina prexistente

Contraste morfológico para provocar carácter y plaza de acceso

Católica

Guadalupe Emperatriz de América, colonia San José Insurgentes

Frente a glorieta arbolada prexistente

Contraste morfológico para provocar carácter

Católica

Santo Cristo de la Agonía, colonia Santa María Insurgentes

Frente a glorieta prexistente

Contraste morfológico para provocar carácter

Católica

Nuestra Señora de la Paz, colonia Verónica Anzures

En esquina prexistente

Católica

Buen Consejo y Preciosa Sangre, colonia Chapultepec Morales Santa Cruz, colonia Jardines del Pedregal de San Ángel

En esquina prexistente

En esquina prexistente

Judaica

Evangélica Luterana de habla alemana en México colonia Mixcoac Sinagoga Monte Sinaí

Contraste morfológico para provocar carácter y conformación de atrio propio Contraste morfológico para provocar carácter y conformación de atrio propio Contraste morfológico para provocar carácter y conformación de atrio propio Imagen doméstica y conformación de atrio propio

Predio entre medianeras

Territorialidad urbana, y contraste morfológico para provocar carácter y jerarquía

Judaica

Sinagoga Agudat Ajim

En cabecera de manzana

Territorialidad urbana, y nula contribución al espacio público

Católica Protestante (luteranos)

En esquina prexistente

Cuadro 2. Tabla comparativa de los principales templos edificados durante la segunda etapa, con sus emplazamientos urbanos y las estrategias arquitectónicas utilizadas por los autores de las obras.


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Espacio público y templos modernos durante la tercera etapa (1960-1975) La tercera y última etapa de templos modernos corresponde a las décadas de los sesenta y mediados de los setenta, coincidente cuando el gobierno federal comenzó a dar los primeros pasos para la reconciliación con las asociaciones religiosas –especialmente con el poder vaticano– lo cual se tradujo en una mayor apertura hacia la fundación de nuevos templos. En algunos casos, los espacios abiertos solo fueron plazas de acceso y en otros, los atrios fueron perfectamente delimitados y segregados del espacio público de uso laico. En ocasiones, lograron emplazamientos frente a jardines arbolados prexistentes, recuperando así la otrora centralidad perdida, mientras que en otros, alcanzaron atrios plenamente integrados a la vida urbana circundante. Entre las iglesias católicas construidas en esta etapa, aquí se muestran dos ejemplos que conformaron pequeñas plazoletas de acceso, ambas diseñadas por la misma pareja de hermanos arquitectos, Enrique y Agustín Landa Verdugo. La parroquia del Cristo Resucitado (1967-69) en la colonia Chapultepec Morales48–también llamada parroquia francesa– se emplazó sobre un predio esquinero, con una volumetría blanca y curva, que contrastaba con el entorno habitacional inmediato, circunstancia que fue enfatizada con un expresivo campanario coronado por una cruz escultórica de espinas monumentales, otorgándole así una fuerte presencia urbana. El otro proyecto fue la parroquia universitaria de Nuestra Señora de la Asunción (1976), en el borde de los terrenos universitarios de la UNAM,49 a fin de atender pastoralmente a los estudiantes católicos, a falta de aquél templo universitario ya mencionado y nunca construido. En ambos

casos, el protagonista fue el volumen circular de las iglesias, por lo que el espacio remanente conformó sus respectivas plazas de acceso.

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26 Figuras 25 y 26. Dos iglesias realizadas por la misma pareja de hermanos arquitectos. A la izquierda, cristo Resucitado, en la colonia Chapultepec Morales, y a la derecha, la parroquia universitaria Nuestra Señora de la Asunción, en la colonia Copilco Universidad. Fotografías: JPS, 2013

Horacio núm. 1758, colonia Los Morales, delegación Miguel Hidalgo, D.F Paseo de las Facultades núm. 49, colonia Copilco Universidad, delegación Cuauhtémoc, México, DF

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En contraste, otras iglesias católicas de esta etapa sí lograron conforman un atrio separado de la calle y definido sólo para funciones religiosas, a tal punto que en ocasiones recibieron enrejados posteriores, tales como la iglesia Josefina de la Sagrada Familia (1960-61) del arquitecto Enrique Carral Icaza en la colonia Portales,50 la parroquia de San Ignacio de Loyola (1961-62) del arquitecto Juan Sordo Madaleno en la colonia Los Morales51 o la Divina Providencia (196667) de los arquitectos Enrique de la Mora y Palomar y Félix Candela Outeriño en la colonia Lindavista.52 Otro caso semejante, y que merece un análisis más detallado, fue la parroquia del Señor de la Resurrección (1973-75) en Bosques de las Lomas,53 por la impronta del automóvil, en concordancia con el nivel económico de la feligresía.

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Figura 27. Explanada de acceso de la parroquia del Señor de la Resurrección, en la colonia Bosques de las Lomas. Fotografías: JPS, 2013. Presidentes núm. 21, colonia Portales Oriente, delegación Benito Juárez, México DF. Horacio esquina con Moliere, colonia Los Morales, delegación Miguel Hidalgo México DF. 52 Cienfuegos núm. 1012, esquina con Ticomán, colonia Lindavista, delegación Gustavo A. Madero, DF. 53 Bosques de la Reforma núm. 486, colonia Bosques de las Lomas, delegación Miguel Hidalgo México DF. 50 51


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Fue diseñada por el arquitecto Juan Cortina del Valle, con una sencilla volumetría piramidal –producto de la forma triangular de la planta–54 claramente perceptible a la distancia, como su mismo autor señalaba (1976): «[…] Es una construcción sencilla de líneas geométricas en forma de pirámide, con ausencia de colores en el interior y de color ocre naranja en el total de su exterior sirviendo de marco a la poesía geométrica del vitral.»(: 68). Sin embargo, aquí sí se previó el emplazamiento de un amplio estacionamiento, situándolo frontalmente, aunque sacrificando sin duda la posibilidad de poseer un gran atrio exterior. Otras tres iglesias católicas fueron emplazadas frente a parques públicos preexistentes, una ubicación que a veces orillaba a permanecer ocultas tras la masa arbórea, pero que significaba la recuperación de una jerarquía

y centralidad perdida y aseguraba su visibilidad por el tránsito de personas que acuden a los parques públicos. Fue el caso de la parroquia de Santa Mónica (1960-62) en la colonia del Valle,55 obra de los arquitectos Fernando López Carmona y Carlos Ríos López, quienes remetieron el volumen principal, pues el proyecto original contemplada una gran atrio en forma de “L”. Sin embargo, el propietario del predio de la esquina se retractó de vender, por lo que quedaron dos atrios separados, uno para cada calle, con las respectivas consecuencias para la apreciación urbana de la cubierta ligera de concreto. No obstante, ambos cumplen cabalmente como espacios peatonales y ajardinados, aunque limitados a los horarios de apertura de fija la congregación agustina que la administra.

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28 En cuyo interior se destacan el mobiliario litúrgico y el gran vitral multicolor, obras del artista húngaro Víctor Vasarely. 55 Fresas núm. 126, colonia Tlacoquemécatl del Valle, delegación Benito Juárez, México DF. 54


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54 Figuras 28, 29 y 30. Tres iglesias localizadas frente parques públicos ya existentes. A la izquierda, la iglesia de Santa Mónica, en la colonia Del Valle. Al centro, Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San José, y a la derecha, el Santísimo Redentor, ambas en la colonia Cuauhtémoc. Fotografías: ISM, 2010 y 2008 y JPS, 2013.

Otro ejemplo de iglesia católica frente a un parque público fue la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San José (196569) en la colonia Cuauhtémoc,56 obra de los arquitectos Enrique de la Mora y Palomar y de Juan Antonio Tonda Magallón, ambos con una sólida experiencia en el género religioso. Se construyó en un angosto predio entre medianeras, frente al jardín posterior al Monumento a la Madre, con una cubierta de

cascarón, sin atrio que le anteceda y con tan sólo una cruz exterior, solución que indudablemente le resta presencia urbana en la zona habitacional y comercial donde se encuentra. También la parroquia del Santísimo Redentor (1963) en la misma colonia Cuauhtémoc57 fue ubicada al lado de un pequeño parque arbolado. Fue diseñada por el ingeniero Fernández Cordas,58 quien la dotó de un esbelto campanario esquinero, una robusta escalinata y una

Manuel Villalongín núm. 36, colonia Cuauhtémoc, delegación Cuauhtémoc, México DF. Río Po núm. 2, esquina con Río Grijalva, colonia Cuauhtémoc, delegación Cuauhtémoc, México DF. 58 Algunas bibliografías atribuyen la autoría a Enrique de la Mora, sin embargo, en los dos libros monográficos sobre su obra que escribiera Alberto González Pozo, no se hace mención alguna de este templo. 56 57


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volumetría contrastante que le aseguran su jerarquía religiosa, a falta de un atrio que le anteceda. Este largo proceso de recuperación de la centralidad y jerarquía urbana por parte de la iglesia católica logró sus mejores frutos durante ésta tercera etapa, con tres obras que a juicio de quien esto escribe, representan la madurez de la arquitectura religiosa moderna en la capital, por sus aportaciones –cada una de diferente manera– a la imagen y espacio público de la ciudad. Las primeras dos, con una solución espacial integradora con el resto de la ciudad, y el tercer caso, generando una espacialidad religiosa acotada y sacralizada. La parroquia de la Divina Providencia (1965-68) fue diseñada por los arquitectos Honorato Carrasco Navarrete y Amaury Pérez de la Horta –autores de otras capillas emblemáticas– en una cabecera de manzana59 y con una planta circular de esquema radial acorde a los criterios posconciliares. Desde el punto de vista urbano su mayor aportación lo constituye la conformación de un gran atrio completamente público, sin barda que lo contenga, integrándose plenamente al espacio público de la colonia. Ahí se colocan desde puestos de periódicos y boleros, hasta vendedores de globos, mezclándose con la feligresía local, que entra y sale del servicio religioso, en un espacio mitad sagrado y mitad mundano, bajo las exuberantes frondas de los árboles que ocultan parcialmente el expresivo volumen de la cubierta.

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Muy cercana al emblemático conjunto habitacional Multifamiliar Miguel Alemán, en la manzana formada por las calles de Parroquia, Bartolache y Adolfo Prieto, en la colonia Del Valle, delegación Benito Juárez, México DF 59


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Figuras 31 y 32. Dos parroquias cuyos espacios exteriores se integraron plenamente al espacio público aledaño. A la derecha, la Divina Providencia, en la colonia Del Valle, y a la izquierda, Santa María Reina, en el borde de la Unidad Habitacional Independencia. Fotografías: ISM, 2006, y JPS, 2014.

El otro ejemplo espacialmente integrador fue la parroquia de Santa María Reina (1970), de los arquitectos Jaime Herrasti Dondé y Eduardo Jiménez Galindo, en el borde de la Unidad Habitacional Independencia60 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). La obra se situó en la parte alta del terreno, aprovechando un promontorio rocoso, lo cual reforzó su jerarquía urbana sobre la masa de edificios habitacionales, al tiempo que se integró al entorno natural, al utilizar la piedra braza del lugar para los muros de carga. Un atrio 60

elevado, a modo de explanada superior, antecedía el ingreso al templo, separando así el espacio sagrado. Para acceder a éste terraplén, es necesario subir y transitar –casi ritualmente– por una serie de rampas y escalinatas, espacios de transición que sirven para integrarlo espacialmente con la unidad habitacional. En contraste, el tercer caso muestra un modelo completamente distinto, con un gran espacio atrial para funciones exclusivamente litúrgicas, definido y acotado, pero segregándolo del resto del espacio público de la ciudad,

Pinos núm. 13, Unidad Habitacional Independencia, delegación Magdalena Contreras, México DF.


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al modo de los antiguos atrios virreinales. La Basílica de Guadalupe (1974-76) se encuentra inmersa dentro de una gran propiedad federal que incluye el cerro del Tepeyac y todos los inmuebles religiosos que ahí se encuentran, incluyendo el cementerio localizado en su parte superior. De hecho, la Villa de Guadalupe era una antigua población separada de la capital, con una plaza cívica localizada hacia el lado poniente de la antigua basílica virreinal, espacio hoy inexistente. También al frente del templo se ubicaba un pequeño atrio reservado al uso religioso, el cual quedó integrado a la explanada de la nueva basílica, proyecto que corrió a cargo del arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, quien supo proveerse de un equipo de talentosos arquitectos: José Luis Benlliure, Alejandro Schoenhofer, Javier García Lascuráin, y el fraile arquitecto Gabriel Chávez de la Mora.

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Figuras 33 y 34. Planta y volumetría de la Nueva Basílica de Guadalupe, con un extendido atrio perfectamente acotado y utilizado con fines exclusivamente religiosos. Planta realizada por AGI y fotografía: JPS, ambas en 2014.


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El volumen de la nueva basílica se emplazó al poniente del atrio antiguo, con el eje urbano de la Calzada de los Misterios en su parte posterior –eje de origen mesoamericano y virreinal–61 y la Calzada de Guadalupe que culmina en el gran atrio, aunque se trata de un eje urbano del siglo XX. Ambas basílicas comparten la explanada atrial –llamada ahora “plaza de las Américas” – que además de servirles de vestíbulo exterior, permite su conversión a una gran capilla a cielo abierto y ampliar así su capacidad en actos masivos. Este espacio público, uno de los más simbólicos para los fieles católicos mexicanos, se encuentra delimitado y controlado en sus bordes –para contener el ambulantaje informal que rodea el conjunto– y constituye uno de los espacios públicos de mayores dimensiones en la ciudad capital –junto con la Plaza de la Constitución y la el jardín central del campus de Ciudad Universitaria– aunque reservado para usos religiosos y controlado por las autoridades de la Colegiata de Guadalupe. Más allá de sus alcances o limitaciones arquitectónicas, la nueva basílica se convirtió en un referente de la arquitectura eclesial del siglo XX, tanto para la devoción de los feligreses, como para la propia institución religiosa, pues su construcción cerraba un ciclo de décadas conflictivas con el Estado mexicano –Reforma y Guerra Cristera– y que comenzó a normalizarse con las acciones diplomáticas de los presidentes Luis Echeverría

Álvarez y José López Portillo, y que daría sus mejores frutos en la serie de visitas papales a lo largo de las décadas siguientes, que se normalizarían con las reformas constitucionales que impulsó Carlos Salinas de Gortari entre 1991 y 1992. También las otras iglesias minoritarias saldrían beneficiadas con este acercamiento del Estado Mexicano, pues se volvió más laxo y expedito en la aprobación de permisos para la construcción de sus templos. Los católicos ortodoxos, por ejemplo, habían ya consolidado sus comunidades durante el siglo XX, pues similar a los judíos, provenían de lugares geográficos distintos.62 Habían sido producto de la inmigración europea durante la segunda y tercera décadas, cuando griegos, libaneses, rusos y turcos abandonaron la estabilidad perdida al fragmentarse el Imperio Otomano al finalizar la Primera Guerra Mundial en 1918. Y si bien es cierto que esta migración no fue tan numerosa como la judaica, sus integrantes también se preocuparon por proveerse de sus propios espacios para celebrar sus cultos. Ha de recordarse que las iglesias ortodoxas se dividen en catedrales y parroquias, siendo las primeras las de mayor jerarquía por ser la sede del obispo o arzobispo. En la capital, varias catedrales habían sido ya construidas, dirigidas respectivamente a las comunidades griega, rusa y antioqueña, en correspondencia a los principales patriarcados aquí asenta-

Eje articulador entre México-Tenochtitlán y el cerro del Tepeyac, cuyo remate eran las escalinatas del adoratorio a la diosa Tonantzin. 62 Cuando el cristianismo primitivo se transformó en la religión oficial del Imperio Romano (s. IV), su organización eclesiástica debió cubrir un extenso territorio dividido en dos imperios: el de Occidente y el de Oriente, por lo cual se organizaron cinco patriarcados: Roma, Constantinopla, Alejandría, Antioquia y Jerusalén, las dos primeras capitales imperiales. Durante siglos tuvieron diferencias teológicas y religiosas, hasta el 1054, cuando se separaron definitivamente: la Iglesia Católica Apostólica con sede en Roma, y la Iglesia Ortodoxa de Oriente con sede en Bizancio, hoy Estambul. 61


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dos.63 Entre las iglesias ortodoxas modernas,64 destaca la Catedral de Santa Sofía (1967), para dar servicio a la comunidad de origen griego, edificada en la colonia Lomas Hipódromo,65 por los arquitectos Guillermo Rosell de la Lama y Manuel Larrosa. Su cubierta fue una bóveda de arista y dos bóvedas de medio cañón, las cuales se destacan del entorno habitacional circundante, antecedidas por un atrio rectangular que se encuentra separado de la calle por medio de un enrejado, lo cual hace que no se integre plenamente y se perciba como un espacio privado.

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En México existen presencia de varios patriarcados: el de Antioquia, el de Constantinopla, el de Moscú y el de América, con asentamientos no sólo en el Distrito Federal, sino también en varias ciudades del interior, desde Mérida hasta Tijuana. En la capital y su zona conurbada encontramos construidas sus respectivas catedrales, las cuales se han erigido en diversos tamaños, en correspondencia al número de fieles de una iglesia minoritaria, repartidas en zonas diversas de la capital, de estratos socioeconómicos distintos y en contextos urbanos completamente diversos. 64 Anteriormente ya habían erigido catedrales con expresiones arquitectónicas historicistas, como la catedral de San Jorge en la calle de Tuxpan, en la colonia Roma Sur, en estilo neobarroco, erigida entre 1943-1947. 65 Aguacalientes esquina con Saratoga, colonia Lomas Hipódromo, Naucalpan, Estado de México. 63


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36 Figuras 35 y 36. A la izquierda, la Catedral de Santa Sofía, para la iglesia ortodoxa griega, en la colonia Lomas Hipódromo, donde se muestra la presencia de un atrio acotado y enrejado. A la derecha, templo adventista en la colonia San Rafael, con apenas una insinuación de plaza de acceso. Fotografías: JPS, 2014 y 2013, respectivamente.

En contraste, otras iglesias minoritarias mostraron escaso interés por el espacio público de la ciudad –a pesar de que sus predios y

construcciones eran en su mayoría propiedad federal– con mínimas concesiones hacia las calles y plazas circundantes. Como la Iglesia Adventista del Séptimo Día,66 con decenas de templos en la ciudad capital, construidos en estilos y morfologías diversas durante el siglo XX. No obstante, su presencia pasa inadvertida para la mayor parte de ciudadanos ajenos a su culto, a pesar de tener ya más de un siglo de haberse asentado y consolidado en el país.67 Entre los templos adventistas modernos, destaca el ubicado en la colonia San Rafael,68 cuyo volumen se encuentra ligeramente remetido, única concesión para jerarquizar el acceso público al templo, sin llegar a conformar propiamente un atrio. Al lado derecho, un esbelto volumen vertical sostiene una cruz monumental, otorgando así una interesante volumetría arquitectónica, que la contrasta con el contexto habitacional de la porfiriana colonia. También la iglesia protestante se adhirió con mayor fuerza al Movimiento Moderno durante esta tercera etapa, con algunos templos metodistas y presbiterianos con atrios o explanadas de buen tamaño y calidad. El metodista El Buen Pastor (1974) fue construido en el sur de la ciudad,69 en un predio aledaño a una vialidad importante, que otrora comunicaba la ciudad con el lejano pueblo de Coyoacán. Su volumen principal se encuentra adosado a la colindancia derecha, lo que permitió disponer de una pequeña explanada rectangular a modo de vestíbulo exterior, tanto para

Se encuentran a la espera de la segunda llegada o adventismo de Cristo, momento que marcará el inicio de una nueva era de mil años. La segunda parte de su nombre, proviene de instituir el día sábado, el séptimo día, como jornada sagrada dedicada al estudio y el rezo que comienza el viernes después del ocaso del sol, costumbres tomadas de la Biblia, único texto sagrado que reconocen. 67 Los adventistas llegaron a México en 1894, las primeras actividades fueron en Guadalajara y Guanajuato, para proseguir después en la capital, desde donde iniciaron la etapa de expansión hacia el resto del país, a través de la fundación gradual de templos, colegios y hospitales, crecimiento debido a su actividad proselitista y a la evangelización de casa en casa y por medio de la repartición de folletos. Poseen un crecimiento consolidado, en buena parte debido a la participación económica de los fieles, pues cada miembro tiene la obligación de contribuir con la décima parte de todos sus ingresos. 68 Sadi Carnot núm. 2, colonia San Rafael, delegación Cuauhtémoc, DF. 69 Av. México Coyoacán núm. 349, colonia Xoco, delegación Benito Juárez, DF. 66


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ingresar lateralmente al templo, como para acceder a las oficinas religiosas localizadas al fondo del predio. No obstante, y similar al caso ortodoxo, al encontrarse el atrio enrejado, hace que el espacio no se integre plenamente a la ciudad y se perciba como un espacio más bien privado.

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Figuras 37 y 38. Dos templos de denominaciones protestantes con sus atrios confinados. A la izquierda, el metodista El Buen Pastor, en la colonia Xoco, y a la derecha, el presbiteriano Puerta de Salvación, en la colonia Chimalistac. Fotografías: JPS, 2013.


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Otro caso similar fue el templo presbiteriano Puerta de Salvación (1973-1974), también erigido en el sur de la ciudad,70 por el arquitecto José F. Valladares Rodríguez. Aunque fue planeado originalmente como capilla para el Seminario Teológico Presbiteriano –con aulas, biblioteca, dormitorios y casa pastoral– desde sus inicios también brindó servicios religiosos dominicales a la feligresía local. Posee un atrio triangular –dentro de los límites del propio terreno– que sirve para ingresar lateralmente a la nave –cuya presencia se diluye hacia el entorno urbano, tanto por la baja altura de la cubierta, como por la barda perimetral de piedra braza que lo oculta– de tal suerte que se percibe como un espacio separado de la calle. Finalmente, pocas contribuciones al espacio e imagen pública por parte de la comunidad judía durante esta etapa, a pesar de que se construyeron un buen número de sinagogas en las colonias Polanco, Roma, Lomas de Chapultepec y en la Herradura, en el Estado de México, donde han migrado los miembros que han alcanzado altos niveles económicos, pues para esta etapa, ya se habían consolidado las tres principales comunidades asentadas en la capital mexicana. Ha de recordarse que cada una de ellas requería no solo de nuevas sinagogas de acuerdo a la territorialidad religiosa, sino también servicios complementarios para las actividades sociales, educativas y culinarias, pues la dimensión del judaísmo –al menos para los observantes– influye en las actividades cotidianas de los feligreses, tanto individuales como en colectivas, y en dependencia de su edad y género. Por ello, las sinagogas no solo se reducen al espacio del rezo, sino su programa arquitectónico es extenso,

aunque siempre hacia el interior de los límites del predio, aunque también han alcanzado una mayor visibilidad urbana. Un buen ejemplo de ello fue la sinagoga Maguen David (1960-65), construida en Polanco71 por los ingenieros David Serur y Julian Farah y el arquitecto Alfredo Hume. La ubicación del edificio en la esquina de una transitada avenida le otorgaba jerarquía urbana, una presencia que fue reforzada con el diseño de su fachada principal, a través de una monumental Estrella de David sostenida por dos macizos volúmenes verticales, una visibilidad y orgullo religioso que las sinagogas anteriores no habían alcanzado.

Figura 39. Vista de la fachada de la sinagoga Maguen David, en la colonia Polanco, con su característica Estrella de David de tamaño monumental. Fotografía: ISM, 2005.

Av. Universidad núm. 1647-1649, esquina con Arenal, colonia Chimalistac, delegación Álvaro Obregón, DF. Bernard Shaw núm. 10 esquina con Presidente Masaryk, colonia Polanco, delegación Miguel Hidalgo, México, DF. 70 71


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Finalmente, y a manera de reflexión de esta tercera etapa, se puede colegir que nuevamente fue el clero católico y los autores de sus iglesias quienes detentaron la primacía en las contribuciones al espacio público de la ciudad, con explanadas y atrios claramente definidos, tanto con ejemplos de uso exclusivamente religioso, como aquellos plenamente integrados a la vida peatonal de las colonias. En contraste, las iglesias minoritarias tuvieron un avance gradual y titubeante, como los presbiterianos y metodistas que lograron edificar templos con buenas explanadas y atrios, o los judíos, que a pesar de ganar en términos de visibilidad urbana, continuaron mostrando escaso interés por contribuir al espacio público de la capital. TEMPLOS MODERNOS DE LA TERCERA ETAPA (1960-75)

RELIGIÓN

TEMPLO

EMPLAZAMIENTO URBANO

TIPO/IMPACTO DEL ESPACIO PÚBLICO

Católica

Cristo Resucitado, colonia Los Morales

En cabecera de manzana

Contraste morfológico para provocar carácter y plaza de acceso

Católica

Nuestra Señora de la Asunción, colonia Copilco Universidad

En un borde urbano

Contraste morfológico para provocar carácter y plaza de acceso

Católica

Josefino de la Sagrada Familia, colonia Portales

Frente a una calle

Contraste morfológico para provocar carácter y conformación de atrio propio

Católica

San Ignacio de Loyola, colonia Los Morales

En predio esquinero

Contraste morfológico para provocar carácter y conformación de atrio propio

Católica

Divina Providencia, colonia Lindavista

En cabecera de manzana

Contraste morfológico para provocar carácter y conformación de atrio propio

Católica

Señor de la Resurrección, colonia Bosques de las Lomas

En cabecera de manzana

Contraste morfológico para provocar carácter y conformación de atrio propio

Católica

Santa Mónica, colonia del Valle

Frente a un parque prexistente

Contraste morfológico para provocar carácter

Católica

Nuestra Señora del Perpetuo Socorro y San José

Frente a un parque prexistente

Contraste morfológico para provocar carácter

Católica

Santísimo Redentor

Frente a un parque prexistente

Contraste morfológico para provocar carácter

Católica

Divina Providencia, colonia Del Valle

En cabecera de manzana

Integración del atrio al espacio público

Católica

Santa María Reina

En un borde urbano

Integración del atrio al espacio público

Católica

Nueva Basílica de Guadalupe, Villa de Guadalupe

En cabecera de manzana

Integración del atrio monumental al espacio público

En predio entre medianeras

Contraste morfológico para provocar carácter y conformación de atrio propio

Protestante

El Buen Pastor,

(metodista)

colonia Xoco

Protestante

Puerta de Salvación, colonia Chimalistac

En predio esquinero

Conformación de atrio propio

Adventista

Adventista del Séptimo Día, colonia San Rafael

En predio entre medianeras

Contraste morfológico para provocar carácter y conformación de atrio propio

Judaica

Maguen David

En predio esquinero

Contraste morfológico para provocar carácter

(presbiteriana)

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Cuadro 3. Tabla comparativa de los principales templos edificados durante la tercera etapa, con sus emplazamientos urbanos y las estrategias arquitectónicas utilizadas por los autores de las obras.


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Conclusiones La pluralidad religiosa en la Ciudad de México ha contribuido de diferentes maneras a la calidad del entorno urbano, aunque con diversas intenciones o intensidades, según los intereses de cada una de las comunidades. A través del somero análisis de ejemplos que aquí se han expuesto, se han intentado contestar una serie de interrogantes enunciadas al inicio de este texto. En primer lugar, se puede esgrimir que fueron las iglesias católicas las que más han contribuido a la generación de espacios exteriores para los ciudadanos, aun y cuando no todos han tenido un uso plenamente público –como podrían serlo un parque o un plaza– pues se encuentran administrado por los sacerdotes –quienes controlan días, horario y hasta el comportamiento moral dentro de ellos– a pesar de ser espacios de propiedad federal. No obstante, si consideramos que en muchas colonias de la Ciudad de México el espacio público es escaso, inseguro y de esporádico mantenimiento, los atrios de muchas iglesias católicas contribuyen positivamente como espacios exteriores de calidad, donde las personas de diferentes edades y condición económica pueden convivir socialmente a través del descanso y la recreación, con independencia de la asistencia o no al culto.72 En segundo lugar, varias han sido las calidades de estas aportaciones urbanas del catolicismo, desde pequeñas plazas de acceso, hasta atrios y explanadas bien definidas, tanto confinadas como integradas plenamente al resto del espacio público. Como se habrá constatado, estos logros no fueron inmediatos, sino fue producto de un proceso de varias décadas, donde el

arquitecto tuvo un papel central en el diseño y calidad de estos espacios exteriores, idóneos para provocar un mayor acercamiento hacia el entorno social, tanto para la actividad religiosa en sí misma, como para las acciones asistenciales que suelen ofrecerse a los habitantes. Y tercero, también se puede concluir que en términos de jerarquía urbana, fueron las estrategias arquitectónicas –escala, contraste, morfología– y la selección de los predios –esquineros, cabeceros o frente a glorietas y parques– el mecanismo para subsanar el olvido y la indefinición de los planificadores para con el género religioso. Respecto al resto de las comunidades religiosas minoritarias –ortodoxos, protestantes y adventistas– podemos colegir que su contribución al espacio público ha sido marginal, pues por diversas y seguramente fundadas razones históricas, han preferido el encuentro social al interior de los predios. Las explanadas o atrios de los templos de las denominaciones protestantes suelen hallarse casi siempre cerrados durante la semana, para solo abrirse antes y después de sus servicios religiosos, por lo que no pueden considerarse completamente públicos, sino que son más espacios de encuentro entre los miembros de la propia comunidad, lo cual por sí mismo ya conlleva un valor social. En contraste, en términos de visibilidad religiosa en su imagen urbana, se puede advertir un gradual avance durante varias décadas, no solo en términos de incrementar su calidad arquitectónica, sino también en cuestión de orgullo de pertenencia a una determinada adscripción religiosa minoritaria.

El origen de esta apertura urbana del catolicismo no se debe a una concesión gratuita o a una cortesía hacia el ciudadano, sino que deriva de sus propias creencias religiosas y teológicas, pues larga es su tradición histórica en el uso celebrativo en los espacios a cielo abierto. 72


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Por último, también se puede concluir que ha sido la comunidad judía la que menos interés ha mostrado en la contribución de espacios públicos, actitud que ha transitado entre la indiferencia hacia el entorno urbano inmediato hasta el desinterés por configurar atrios o explanadas de uso público, probablemente por tratarse de comunidades etnocéntricas desinteresadas en el proselitismo. Ha de recordarse aquí la importancia de la territorialidad religiosa, que en el judaísmo se expresa a través de la cercanía de la vivienda con la sinagoga, mientras que simultáneamente, se han ido aislando de sus entornos urbanos no judíos. En contraste, hacia el interior, se han incrementado los grandes complejos donde comparten espacios religiosos, educativos, deportivos y sociales, restringidos a los miembros exclusivos de la comunidad. Por último, en términos de visibilidad religiosa a través de su imagen urbana, se puede advertir un notorio avance en mostrar con orgullo su pertenencia al judaísmo, una característica que indica el grado de tolerancia que ha alcanzado la sociedad capitalina. En síntesis, no puede negarse que la arquitectura religiosa del siglo XX ha enriquecido el espacio público y a la imagen urbana de la ciudad, aunque fueron las estrategias arquitectónicas de los autores de los templos las que compensaron la indiferencia religiosa del urbanismo moderno. Una aportación que, a juicio de quien esto escribe, ha sido generalmente minusvalorada por un laicismo mal entendido que ha llevado a ignorar las expresiones religiosas de los ciudadanos. En la medida que la sociedad mexicana madure en términos culturales, las actividades religiosas tendrán el lugar que merecen en el espacio público de la ciudad.

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Iván San Martín Córdova Arquitecto y maestro en Urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Doctor en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), España. Es investigador titular de tiempo completo en la Coordinación de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Paisaje (CIAUP) de la Facultad de Arquitectura de la UNAM. Sus investigaciones se centran en la historia y la teoría de la arquitectura mexicana del siglo XX. Miembro fundador y Secretario desde 2010 del capítulo mexicano de DOCOMOMO. Miembro de ICOMOS México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel 1 del CONACYT. En 2011, fue merecedor del Premio Juan O´Gorman de investigación por el Colegio de Arquitectos de México


TEORร A-HISTORIA-PATRIMONIO EDIFICADO

Checa, M.M.: CUANDO ESCULTURA Y ARQUITECTURA HISTORICISTA SE DAN DE LA MANO: La Obra del Escultor Adolfo Octavio Ponzanelli en la Archidiรณcesis de Guadalajara

CUANDO ESCULTURA Y ARQUITECTURA HISTORICISTA SE DAN DE LA MANO: La Obra del Escultor Adolfo Octavio Ponzanelli en la Archidiรณcesis de Guadalajara WHEN SCULPTURE AND HISTORICIST ARCHITECTURE GIVE THEMSELVES THE HAND: The sculpture of Adolfo Octavio Ponzanelli in the Guadalajara Archidiocesis Martin M. Checa-Artasu Universidad Autรณnoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa martinchecaartasu@gmail.com

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TEORÍA-HISTORIA-PATRIMONIO EDIFICADO PRAGMA, ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL 12: 67-82 (2014)

Resumen El trabajo nos aproxima a la obra del escultor Adolfo Octavio Ponzanelli y en concreto, a su actividad profesional relacionada con la arquitectura historicista religiosa, centrándonos en el caso del Templo Expiatorio del Santísimo Sacramento de Guadalajara. Palabras claves: escultor, arquitectura historicista, Ponzanelli, Guadalajara, archidiócesis

Abstract

This paper analyzes the work of the sculptor Adolfo Octavio Ponzanelli and in particular, his professional activity related to religious historicism architecture. Thus, we have focused on expiatory church of the Blessed Sacrament of Guadalajara, México. Keywords: sculptor, historicism, Ponzanelli, Guadalajara, Archdiocese

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Introducción n las líneas siguientes trataremos una faceta de la actividad profesional del escultor ítalo-mexicano Adolfo Octavio Ponzanelli (1879-1952) vinculada a algunos ejemplos de arquitectura religiosa historicista que durante la primera mitad del siglo XX se construyeron en México. En concreto, nos centraremos su actividad escultórica, pero también constructiva, que desarrolló en el Templo Expiatorio del Santísimo Sacramento, en la ciudad de Guadalajara entre julio de 1937 y principios de 1939. Misma que pone en relación dos aspectos que forman parte del devenir arquitectónico de cualquier edificio significativo. El primero, el aspecto meramente arquitectónico explicado de forma evolutiva y el segundo, el simbólico, aquí ligado a las posiciones políticas que mantenía la iglesia mexicana y en específico, la jalisciense frente al Estado mexicano. En este caso, la obra del escultor Ponzanelli, que tiene relación con la decoración interna y externa de ese templo, nos sirve para poner sobre la mesa aquellos aspectos, a veces olvidados y ocultos tras la historia constructiva de ciertos edificios. En especial, los de carácter religioso propios del cambio del siglo XIX al XX, una arquitectura ecléctica e historicista denostada y obliterada por los especialistas y el gran público. Con el fin de acometer este trabajo hemos dividido el mismo en una serie de apartados con el ánimo de que el lector establezca las relaciones y conexiones que se dan entre la obra del escultor Ponzanelli, la archidiócesis tapatía y la construcción del templo expiatorio del Santísimo Sacramento. El primero de esos apartados es el relativo a la biografía de Ponzanelli centrada en su desarrollo como escultor en México y en específico

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Checa, M.M.: CUANDO ESCULTURA Y ARQUITECTURA HISTORICISTA SE DAN DE LA MANO: La Obra del Escultor Adolfo Octavio Ponzanelli en la Archidiócesis de Guadalajara

en su actividad profesional para la Iglesia. El segundo, de forma sucinta, da noticia del templo Expiatorio del Santísimo Sacramento de Guadalajara, desde un punto de vista históricoconstructivo. El tercer y último apartado pone en relación esa historia constructiva con el accionar del escultor Ponzanelli en el propio templo, señalando puntualmente, la relación que entre él y el arzobispo de Guadalajara, Garibi Rivera, se establece. Una relación que responde, a nuestro entender, a distintas pautas entremezcladas, tanto políticas como religiosas. Un templo, un escultor y un arzobispo El templo Expiatorio del Santísimo Sacramento de Guadalajara, cuya primera piedra se colocará el 15 de agosto de 1897 y se concluirá en 1972 se erige para paliar el impacto moral que la presencia de protestantes en la ciudad está causando entre la población y la grey católica. Un paliativo arquitectónico que servirá de contenedor de una devoción hacía la Eucaristía, reforzada en esos años por la Iglesia católica y en concreto, por el arzobispado de Guadalajara, como elemento teológico vinculado a la expiación y al perdón de los pecados, entre estos, el haber dejado penetrar en suelo jalisciense a grupos de protestantes en el marco de las políticas liberales y anticatólicas del gobierno mexicano del momento (Checa, 2014:277). En el caso específico del Templo Expiatorio del Santísimo Sacramento de Guadalajara, éste pensado monumental desde su inicio tanto para proveer un sentido de subyugación y sometimiento como para ser el expositor simbólico del cuerpo de Cristo, 24 horas al día durante los 365 días del año (Casillas, 2005: 11), para promover el perdón y la expiación por los ataques a la Iglesia Católica por parte del Estado mexicano, que han permitido la libertad de cultos y han dado como resultado la presencia en Guadalajara de grupos protestantes que captan feligresía entre los católicos

En términos arquitectónicos, el templo es uno de los mejores ejemplos de lo que hemos convenido en llamar neogótico mexicano, tanto por sus dimensiones como por su factura constructiva (Checa, 2014b:132). En la factura del mismo se concitan, por un lado, la copia casi clonada de ejemplo medieval, la catedral de Orvieto, en Italia, por parte del proyectista original del templo, el italiano Adamo Boari. Por otro lado, es la reinterpretación personal del estilo gótico, del arquitecto tapatío Ignacio Díaz Morales, ferviente católico, quien será el encargado de la obra desde 1931 a 1972, momento que la misma se concluye (Kasis, 2004:108). La acción constructiva a la par que escultórica de Ponzanelli en el templo Expiatorio de Guadalajara se realizará entre julio de 1937 y principios de 1939. Serán meses de intenso trabajo por parte del escultor en el que establece una relación ambivalente, a ratos amable, a ratos tensa con el arzobispo y futuro cardenal José Garibi Rivera (1889-1972) quién será el que encargará personalmente la obra a realizar al escultor, aun siendo el arzobispo de la diócesis, fue nombrado el 18 febrero de 1936. Se trata éste, de un hecho que ejemplifica el carácter de misión de apostolado e ideológico que tenía para la diócesis tapatía y para su prelado la construcción del templo expiatorio, símbolo de la lucha de la Iglesia tapatía frente a los embates laicistas, liberales y anticlericales del Estado mexicano en ese territorio e insignia del fervor hacía la Eucaristía, como sacramento redentor y salvador. El personalismo de la actuación de Garibi Rivera sólo se puede entender en esa clave simbólica, así como la presión que ejerce sobre los encargos que le debe entregar el escultor Ponzanelli. Además, otro factor abona a esta hipótesis. En febrero de 1924, tras la muerte del canónigo Pedro Romero, encargado de la obra del templo desde 1897, el arzobispo de Guadala-

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jara: Francisco Orozco Jiménez delega la gestión y seguimiento de la obra, a quién era su mano derecha: José Garibi Rivera, por aquellos entonces un presbítero que tendría en los años siguientes un papel primordial en la archidiócesis de Guadalajara, desde 1929 sería obispo auxiliar, ya que las posiciones políticas de Orozco Jiménez le llevarían al exilio y al ostracismo. Garibi entenderá la obra constructiva del Expiatorio como una encomienda eclesial, que mantiene el espíritu del Apostolado Expiatorio Eucarístico, movimiento religioso que entre sus objetivos había promovido la erección del templo a finales del siglo XIX para venerar a la Eucaristía y su papel en relación a la expiación y al perdón de los pecados generados por las políticas anticlericales y liberales del gobierno que habían permitido la presencia de protestantes en Jalisco y en México. Además de ello, Garibi tomó la construcción de este templo como un encargo personal, de su mentor y máximo valedor, el arzobispo Orozco y aboca notables esfuerzos y energías, a lo largo de su vida, falleció en 1972, para verlo culminado de forma grandilocuente y magnifica. Sobre la actividad en México del escultor Adolfo Octavio Ponzanelli Adolfo Octavio Ponzanelli nació en Carrara en 1879 y fallecerá en la Ciudad de México en 1952. Al parecer se había formado en el arte de la escultura siguiendo una tradición familiar secular que le llevará en su juventud a trasladarse a Paris donde será discípulo de Augusto Rodin y conocerá a los mexicanos Dr. Atl y Amado Nervo (Savarino, 2003:169)1. La fecha de llegada a México no es clara, pero la

debemos situar entre 1903 y 1904. De hecho, una nota de prensa aparecida en The Mexican Herald, el 21 de enero de 1906 se indica que “en los dos últimos años ha estado residiendo en esta capital”. (SA, 1906:6). Algunas fuentes dan por hecho que su arribo a México es debido a la contratación o llamado por parte del arquitecto Adamo Boari para participar como escultor y marmolista en las obras del Teatro Nacional (hoy Palacio de Bellas Artes) (SA, 2001). Otra fuente señala que su arribo a México es debido a su contratación como ayudante de Leonardo Bistolfi, uno de los escultores encargados de la decoración del Teatro Nacional (Martínez Domínguez, 2005: 55). Lo que sí parece un hecho contrastado documentalmente, es la participación del propio Ponzanelli como marmolista en el Teatro Nacional, pero a partir de 1932. Será él quien adquirirá en Durango, las placas de ónix y de mármol rojo con betas blancas que complementan la decoración art decó del hall del palacio de Bellas Artes (Ulloa, 2007: 129-131). De igual forma, se le atribuye participación como cantero y escultor, entre 1907 y 1910, en las estatuas de la columna de la independencia, donde estuvo a las órdenes del escultor encargado de la obra: Enrique Alciati (Casas; Cavazos, 2009:128). De su factura son, al parecer, el león guiado por el niño, realizado en bronce y la figura de Nicolás Bravo (VV.AA., 2006:32). En esos primeros años de estancia en México, hay que destacar tres encargos que sí están plenamente documentados. El primero, fechado entre 1906 y 1907 es la estatuaria de la tumba del General Rafael Cravioto (18291903), ex gobernador de Hidalgo, de familia

Respecto a la tradición secular hay que decir que se localiza en la catedral de Carrara una placa donde se da fe de la actividad escultórica de Valerio Ponzanelli fechada en 1200. De igual forma, tanto en Italia como en España y entre los siglo XV y XVII encontramos el apellido Ponzanelli asociado a obras escultóricas. 1


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de raíces italianas, en el Panteón Municipal de Huauchinango (Puebla). Hecha en mármol de Carrara, había sido encargada por la familia del político poblano en 1905 y supuso el primer viaje de vuelta a Italia, a finales de enero de 1906, en concreto a Carrara para obtener el mármol para dicha obra (SA, 1906:6). La decoración de ese panteón fue concluida y presentada en sociedad en noviembre de 1907 (SA, 1907:6). La segunda obra está fechada entre 1907 y 1911. Por mediación del abogado y político tabasqueño Manuel Sánchez Mármol realiza un busto al general Porfirio Díaz. El mismo inicialmente se situó en un pedestal alegórico junto a figuras relativas a la paz, la guerra y la historia y el águila mexicana (SA, 1906b:5)2. Una tercera obra es el busto en mármol de Carrara de Benito Juárez, realizado en 1909 por encargo del embajador de México en Estados Unidos, Francisco de la Barra para que fuese expuesto en la galería del Bureau of American Republics de Washington (SA, 1909:4). Como se ve en esos primeros años de estancia en México ha obtenido encargos de parte de las altas instancias políticas del país lo que muy probablemente le permitió tener otros trabajos y una rápida consolidación profesional en México. Su actividad se venía desarrollando desde 1904, en un taller de marmolería y escultura, conocido comercialmente como Mausoleos Ponzanelli (Méndez, 2003: 331). Mismo que estaba situado en la calle Éufrates, número 7 de la ciudad de México y que se mantendría hasta su muerte en 1952 (Ulloa, 2007: 131), cuando sus herederos deciden trasladarlo a Naucalpan, donde hasta hoy se mantiene3.

Es desde su taller que realiza distintas obras, tanto funerarias como de estatuaria conmemorativa y decorativa aprovechando tanto las intensas relaciones que tenía con la élite política mexicana y con la comunidad de empresarios italianos en el país como por la notable aceptación de su trabajo, muy público, por parte de una clientela formada por miembros de la burguesía, de la política y de la Iglesia (Wiencke, 2009:17). Su estilo figurativo, de corte clásico basado en la expresión plástica del cuerpo o del rostro, complementado por alegorías mitológicas será del gusto de una clientela que tiene capacidad de sufragar una estatuaria en vida o bien una vez fallecidos. En relación a lo último, localizamos esculturas funerarias de Ponzanelli en el Panteón Francés de la ciudad de México (Herrera, 2009), en el Panteón del Tepeyac (Segarra, 2005:36; Wiencke, 2009:293), en los de El Carmen y Dolores en la ciudad de Monterrey (Casas; Cavazos, 2009:53), en el Panteón Municipal de Morelia y en el cementerio Civil de Pachuca, entre otros. Los diversos encargos no sólo fortalecen su actividad como escultor, sino que le obligan a ampliar las perspectivas de negocio. Es en algún momento, de los años diez del siglo XX cuando obtiene o bien una concesión o cuando menos contactos para la explotación de ciertos yacimientos de mármol en Torreón, Coahuila y en Dinamita, Chihuahua. Para julio de 1914 aparece como vocal en la Compañía de petróleo Tuxpam & Ozuluama, SA, con sede en la ciudad de México y explotaciones de 1.194 hectáreas repartidas en cinco bloques, en Tlacolula, en la ribera del río Cucharas y

Es probable que este busto fuese el subastado en 2000 en Francia para obtener fondos para la repatriación a México de los restos de Porfirio Díaz. 3 Los papeles de carta de Adolfo Ponzanelli nos indican que tenía un despacho particular en la calle 2ª de Nazas, número 43, muy cercana al taller. 2

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del Tuxpan y en Topila4. En ese mismo año, adquiere una ladrillera sita en las cercanías de la hacienda de San José de los leones, Naucalpan, donde años más tarde se instalará la firma Mármoles Ponzanelli (SA, 1914a:6; SA, 1914b:5). Si su actividad profesional y sus negocios parecen marchar con buen pie, también lo hará su vida social y personal. Así, se documenta la participación activa en actos y actividades que organiza la comunidad italiana en la ciudad de México. Un ejemplo de ello es su participación en la comisión para la fiesta nacional italiana, del 20 de septiembre de 1907, que contará con la presencia de Porfirio Díaz (SA, 1907b:5; 1907c:3). Desde el punto de vista personal, el 18 de julio de 1908 se casa con Giannina Conty (i), hija de emigrados italianos con varios años de residencia en México (SA, 1908:4). Tras la revolución mexicana el negocio de venta de mármoles y de trabajo escultórico camina a paso firme. De este momento, 1921, es el busto de Dante Alighieri que se ubicarán en el atrio del templo de San Pedro y San Pablo, fundado por la compañía de Jesús en 1572 y que en esos momentos estaba a punto de convertirse en la Sala de Discusiones libres, creada por José Vasconcelos (Fierro, 2003: 161). Se trata de un busto hecho en mármol sobre un pedestal donado por el gobierno italiano con motivo del seiscientos aniversario de la muerte del poeta florentino. El escultor Ponzanelli y los encargos de la Iglesia A finales de la década de los veinte, coincidiendo con el final de la Guerra Cristera, Ponzanelli ha consolidado claramente su actividad y su

clientela. A partir de ese momento, se suceden una serie de encargos más o menos significativos por parte de la Iglesia, desde dos diócesis, la de Guadalajara y la de León. En esta última diócesis hay que destacar su actividad escultórica en Salamanca en el Templo de El Señor del Hospital con los mármoles que decoran el altar principal (Rojas, 1982:230). En León, desarrollará a partir de 1935 los relieves marmóreos en los tímpanos de las puertas principales del Templo de Sagrado Corazón de Jesús, con motivos relativos a la muerte y resurrección de Cristo y pasajes de la vida de Santa María Margarita de Alacoque (Checa Artasu, 2011:196). También dejará su huella escultórica en 1938 en la Capilla a Cristo Rey, situada en un anexo de la catedral de la ciudad, donde desarrolla el denominado “Cristo Blanco” (Ojeda, 1973: 84-86). Por lo que respecta a la diócesis de Guadalajara tendrá encargos para la catedral y para el templo expiatorio, ambos localizados en la capital tapatía, de los que hablaremos en las líneas siguientes. En esa misma diócesis también aportara su trabajo como marmolista en un par de templos en San Juan de los Lagos. De igual forma, también realizará encargos, quizás más puntuales, para la diócesis de Cuernavaca, para la Basílica de Guadalupe y para el arzobispado de México. Para la primera restaura y reelabora una estatua de la Virgen del Calvario, entre 1946 y 1948. Ubicada en la zona de El Calvario, dicha pieza había sido vandalizada en diciembre de 1934 por un grupo afín a los planteamientos anticlericales de Garrido Canabal (Melgar, 2005:200; López González, 1999:86; López Beltrán, 1957: 79). Dicha escultura se encuentra a día de hoy sita en la iglesia de San José El Calvario, en la capital morelense.

4 Anuncio de dicha compañía solicitando accionista para ampliación de capital aparecido en The Mexican Herald, 22 de marzo de 1914, p.12


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Para la segunda, la basílica de la Virgen de Guadalupe, crea estatuas dedicadas a fray Juan de Zumárraga y a Juan Diego que se ubican en las escaleras hacía el cerrito del Tepeyac (Sentíes, 1999:82), y para la Archidiócesis de México diseña un conjunto escultórico sobre la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego y que hoy permanece en los jardines del Vaticano. El conjunto, realizado en mármol de Carrara, será un regalo de la archidiócesis de México al Papa en turno que se entregará en 1939. Cabe añadir, que en dicha obra colaborará su hijo Octavio Ponzanelli Conti (19181986), mismo que en las siguientes décadas se convertirá en un connotado y solicitado escultor (Hernández; Franco, 1995:63). Los encargos para la archidiócesis de Guadalajara Como ya señalábamos, Ponzanelli desarrolló cuando menos cuatro encargos significativos para la archidiócesis de Guadalajara5. Dos en la catedral de Guadalajara, otro en San Juan de los Lagos y el tercero en el templo expiatorio. Todos los encargos fueron realizados directamente por el arzobispo de Guadalajara, José Garibi Dávila. La documentación preservada en el Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara nos muestra como el escultor y obispo mantendrán una fluida correspondencia entre 1936 y 1941 dando cuenta de todos los pormenores en relación a los encargos escultóricos y de marmolería hechos para estos templos. Es una relación mediada por un lado, por el res-

peto y la sumisión que Ponzanelli guarda para con el prelado. Por otro lado, la relación será crispada, especialmente en lo referente a pagos y precios de la obra que el escultor realiza y por las continuadas peticiones, cambios y sugerencias, entendidas como órdenes, que el arzobispo hace al escultor. Será una relación ambivalente y ciertamente, algo tensa, entre dos hombres que conocen perfectamente la actividad profesional que ambos desempeñen. En la catedral de Guadalajara, el obispo encargó en septiembre de 1936 una serie de placados en mármol para el frente del presbiterio, que fueron presupuestados en 1250 pesos 6. Más tarde, entre enero y marzo de 1939, el escultor recibirá el encargo para el zoclo y unas escaleras en el mismo presbiterio, así como, para el diseño del sagrario7. En ese intervalo de tiempo, marzo de 1937, recibe una petición personal de Garibi vinculado a un acto político promovido por la diócesis tapatía, los actos conmemorativos para el entierro del arzobispo Francisco Orozco Jiménez. Cabe recordar que el arzobispo Orozco había sido considerado cabecilla de los cristeros y desterrado del país volviendo de forma clandestina con la ayuda del entonces monseñor Garibi y no había podido ser enterrado en la catedral a su muerte en 1936. Ponzanelli realizó un par de bustos del prelado fallecido, destinados para su inhumación en la sede catedralicia, acaecida el 22 de febrero de 1936. Un acto éste, que fue hábilmente convertido por el arzobispo Garibi en un acto público que congrego a un importante número de fieles católicos en las calles de Guadalajara y significó

Carta de Adolfo Ponzanelli a Arzobispo José Garibi, 25 de marzo de 1937. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 20. 6 Carta de Adolfo Ponzanelli a Arzobispo José Garibi, 18 de mayo de 1938. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 01. 7 Carta de Adolfo Ponzanelli a Arzobispo José Garibi, 17 de marzo de 1939. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 15. 5

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un acto de relectura y reconfiguración de las maltrechas relaciones entre la Iglesia tapatía y el Estado mexicano (Preciado, 2013:139). Ponzanelli completaría su labor en relación al funeral del arzobispo Orozco Jiménez, en 1941 al entregar una lápida sepulcral hecha en mármol para la tumba de éste, situada en suelo catedralicio (Preciado, 2007: 72-73; Dávila, 1953: 49; Martínez González, 1992: 67). Entre 1937 y 1939 compone una Vía Crucis para la Colegiata de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, que al parecer estaba destinado para el templo del Sagrado Corazón de Jesús de León8. Para ese misma colegiata diseña las escaleras posteriores al altar mayor en mármol blanco de Carrara que son entregadas en mayo de 19379.También, construirá un nuevo altar en mármol rosado para la iglesia de Nuestra de Señora del Carmen de esa ciudad de los Altos de Jalisco que se colocará en 193810. Para el caso del Templo Expiatorio del Santísimo Sacramento en Guadalajara, se dan los primeros contactos entre el escultor y el arzobispado tapatío en marzo de 1926 cuando se le encarga un comulgatorio que, al parecer, quedará en proyecto11. Son años convulsos en la diócesis y por ende, para el templo que apenas presenta unos muros alzados y unas pocas bóvedas de cerramiento aún inconclusas. Cabe recordar que en esos años se iniciará

la Cristiada, de 1926 a 1929, que tendrá una notable resonancia en Jalisco. En esos años, el arzobispo en turno, el mencionado Orozco Jiménez, llegará a ser expulsado de la diócesis y se le obligará a exilarse. Garibi al final de la contienda es nombrado obispo auxiliar, de facto será el reorganizador más importante de la archidiócesis hasta su nombramiento como arzobispo en 1936. Sobre el templo Expiatorio del Santísimo Sacramento de Guadalajara A tenor de informaciones tanto de archivo como de prensa hubo tres proyectos arquitectónicos para el templo Expiatorio del Santísimo Sacramento. Uno del ingeniero Manuel Pérez Gómez, datado en 1897, quien se había formado en la escuela de ingeniería de Jalisco y había sido el diseñador de la carretera Guadalajara-San Blas (Nayarit) y había participado en toda una serie de obras y refacciones en templos del arzobispado en Atotonilco Alto (De la Torre, 2000:227)12. Poco más sabemos de ese proyecto pero probablemente, cronológicamente fue el primero de los tres que se hicieron. Un segundo proyecto fue el que se le solicitó al ingeniero agrimensor e hidrógrafo tapatío Salvador Collado Jasso (1859-1909), egresado de la Escuela de Ingenieros de Jalisco. Hay

Cartas de Adolfo Ponzanelli a Arzobispo José Garibi, 13 de marzo de 1937 y del 17 de marzo de 1939. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 15 y 19. 9 Carta de Adolfo Ponzanelli a Arzobispo José Garibi, 25 de mayo de 1937. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 23. 10 Cartas de Adolfo Ponzanelli a Arzobispo José Garibi, 25 de marzo de 1937 y del 2 de marzo de 1938. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 20 y 46. 11 DI 3.1, 1926, 356, Autor: Adolfo Ponzanelli, México, D.F., 8 marzo 1926. Plano al parecer de un comulgatorio. Mapoteca del Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. 12 Sobre el proyecto de la carretera Guadalajara-San Blas, consultar: SA, “Camino Guadalajara-San Blas.” El Monitor Republicano, 24 de noviembre de 1881, p.3. Sobre las obras religiosas en Atotonilco el Alto ver: Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Atotonilco el Alto, Cajas 5 y 6. 8


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que recordar que Collado había concluido recientemente, en 1894, el puente colgante del Arcediano sobre la Barranca de Huentitán para establecer comunicación entre Guadalajara y las localidades del norte de Jalisco (Grimaldo, 2013:64). En abril de 1899, varias notas de prensa atribuyen al ingeniero Collado la redacción de los planos del templo del Santísimo Sacramento, que en esos momentos aún está por iniciarse y su futura participación como director de obras (SA, 1899: 2; 1899b:1). En cuanto a su estilo y forma poco se sabe. Ignacio Díaz Morales, arquitecto tapatío que sería el encargado de obras del templo de 1931 a 1972, nos menciona que fue rechazado por el arzobispado por su cúpula barroca y la falta de proporciones del mismo (Díaz Morales, 1979:312). A pesar de ello, en 1902, se le otorgó el segundo premio y la medalla de plata por el proyecto del templo en el marco de la Exposición regional Jalisciense (García Rivas, 1970: 451; Ochoa, 2013:145). Finalmente, entre 1899 y 1900 el arzobispado de Guadalajara encargo un proyecto para dicho templo, al arquitecto italiano, aunque era ingeniero de formación, Adamo Boari, quien ya había realizado algunas obras para la archidiócesis de Guadalajara, en concreto, en el municipio de Atotonilco el Alto. Su proyecto será de dimensiones considerables, de 3.800 metros cuadrados de superficie, de tres naves con torre campanario en su lado izquierdo, que retoma aspectos del gótico italiano con reminiscencias bizantinas, con un notable parecido con la catedral de Orvieto, en la Umbría italiana, construida en el siglo XIV. La única diferencia que se introducía es una torre campanario de cuatro cuerpos, culminada con gran pináculo y un reloj, en lado izquierdo de la fachada. El resto de la fachada es de un parecido casi exacto al templo de Orvieto, especialmente en lo que se refiere a la factura de

las puertas principales y de los mosaicos que en un segundo nivel decoraban los frontones del templo. Una vez que la comisión de construcción del Expiatorio dispuso de los proyectos arquitectónicos, según parece tomaron en consideración los planteamientos de Boari y en menor medida, los de Collado, empezaron las obras del templo. Se abrieron los fundamentos y se inició el acopio de material, piedra de cantera, para levantar las primeras paredes. El proyecto constructivo caminó con paso firme entre 1901 a 1912, coincidiendo con la prelatura del arzobispo José de Jesús Ortiz y Rodríguez (septiembre de 1901 a junio de 1912) quién designa al canónigo de la catedral de la Catedral del Guadalajara, Pedro Romero Arnaiz para el seguimiento de la obra. Misma que al parecer, inicialmente se soportaría por las propias aportaciones de este canónigo (Mata, 2005:247). Conviene añadir en este punto que Romero había sido el creador del Apostolado Expiatorio Eucarístico, movimiento religioso que entre sus objetivos tenía el construir un templo en diócesis para venerar a la Eucaristía y su papel en relación a la expiación y al perdón de los pecados. El 16 de noviembre de 1901, el médico y periodista tapatío Silverio García, quien escribía con el pseudónimo Ignarus (1901:1), visito las obras y constato el nivel de desarrollo de las mismas con las siguientes palabras: «El templo tiene dimensiones de una verdadera catedral: 56 metros de longitud y 26 metros de latitud y está dividido en tres elegantes naves. Los cimientos robustos y profundos garantizan la solidez del templo, las canteras de que se construye le darán un matiz hermoso y agradable. Los zócalos se ven formados de cantera morada que imita muy bien el granito por su textura, canteras de color rosa bajo, y azulejas tersas y pulidas forman de los muros deleitando la vista

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con el mosaico formado por su bien combinada mezcla. Se conoce que el Sr. Canónigo Pedro Romero economiza los gastos echando mano de los mejores materiales, de los más hermosos y resistentes. ¡Es que se trata de levantar un templo al Dios de infinita grandeza ante cuya presencia el oro más puro es vil escoria y los más relucientes diamantes, pedazos de carbón deslucidos y opacos! […] Hemos visto los planos levantados por el ingeniero-arquitecto Adamo Boari y en nuestro humilde concepto nada dejan que desear. La grandiosidad y belleza que revelan esos planos, dan una muestra clara de lo que será el templo.» A pesar de la laudatoria prosa de Ignarus se constata un buen avance de las obras. Cinco años más tarde el propio Romero, durante una ponencia en el Congreso Eucarístico celebrado en Guadalajara escribía al respecto (Romero, 1908:459): «En la actualidad esta se halla bastante aventajada como a una tercera parte de su definitiva altura, sin contarse en estos, naturalmente, la esbelta torre y el coronamiento del pórtico.» Un avance que junto con el fervor y euforia durante el congreso mencionado hizo que se le otorgará el carácter de nacional a la expiación que se proponía desde el templo. A partir de 1906, el templo expiatorio se podrá adjetivar de nacional y se colocará al mismo nivel que el templo de San Felipe de Jesús en la ciudad de México, quien tenía atribuidas esas características. Con ese nombramiento, de alguna manera, se equiparaba el templo en construcción a otros que se construirán en el mismo momento en otros lugares del orbe católico como Paris o Barcelona. Para 1911 se dan por concluidos los pilares y las soleras del templo (González Escoto, 2006: 36). Al año siguiente, debido a los embates revolucionarios en Guadalajara las

obras quedan paralizadas. Se habían construido hasta ese momento: los fundamentos de las tres naves con sus muros y columnas pero con unas condiciones de estabilidad y resistencia pésimas, que años más tarde, significarían una serie de cambios el proyecto original (Moya, 1998:208). Las obras del templo quedaran estancadas hasta 1919 (Kasis, 2004:108). Tras ese impasse se retomaran concluyéndose una capilla provisional que permitirá hacer las primeras misas (González Escoto, 2006: 36). En febrero de 1924, tras la muerte del canónigo Romero, el arzobispo de Guadalajara: Francisco Orozco Jiménez delega la gestión y seguimiento de la obra, a su mano derecha, el futuro cardenal: José Garibi Rivera, por aquellos entonces presbítero. Una delegación de funciones que se formaliza, pues como mínimo desde mediados de 1923, Garibi se cuida de los pormenores de la construcción, dada la avanzada edad del canónigo Romero. Con su nombramiento, este religioso iniciará con mano firme su gestión del templo, que continuará aun siendo arzobispo de Guadalajara. Se puede afirmar con certeza que es por la dedicación y gestión hasta el mínimo detalle que el templo expiatorio de Guadalajara pudo ser concluido unos años más tarde. Durante este periodo, en agosto de 1923, se encargará al menos una escultura del Sagrado Corazón de Jesús al escultor queretano Agustín F. Espinosa. Un profesional que hacía dos décadas que trabajaba para el Arzobispado de Guadalajara. Obra suya es la escultura de la Sagrada Familia, esculpida en 1906, de la parroquia de Jesús María y José del municipio de Jesús María; la imagen de la Virgen de la Soledad, hecha para el Santuario de Ntra. Sra. de la Soledad de Ayo el Chico (Orozco, 1947:138) y El Niño Jesús de la Catedral de Zapotlán El grande. Este artista también tiene obra en la basílica de la Inmaculada Concepción de Mazatlán (Contreras, 2008).


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Entre 1924 y 1930 se delega la dirección de obras del templo en el ingeniero tapatío Luis Ugarte Vizcaíno quien construye el coro (Kasis, 2004:108). Este ingeniero civil, autor de obras en Guadalajara como la reforma del Mercado Corona, la cúpula del Instituto Cultural Cabañas, el Palacio Municipal, el Cine Alameda (Hermosillo, 2011), era docente en la Escuela libre de Ingenieros de Guadalajara. Allí tendrá como uno de sus alumnos más avezados, al entonces todavía pasante de arquitectura Ignacio Díaz Morales Álvarez Tostado (1905-1992). Ugarte le invitará a participar en la obra del Expiatorio, asumiendo la dirección de obras unos años más tarde. Será Díaz Morales quien introducirá en está construcción los cambios necesarios para solucionar los problemas estructurales que padecía. Además de ello, introducirá cambios al proyecto de Boari, haciendo una relectura del mismo que mucho tendrá que ver con la propia concepción que él tenía de los estilos históricos y en especial del gótico. Sin duda alguna, Díaz Morales impregno con su particular huella la obra del Expiatorio que tras cuatro décadas vio su culminación en 1972. Para ello hizo cambios en la estructura de pilares del templo y en las paredes laterales, así como en la girola y capillas interiores, construyendo un anexo al templo que haría las funciones de oficina y de salón para las adoraciones nocturnas. Hacía 1991 culminaría el proyecto arquitectónico del templo con el diseño de la plaza del Agave, situada al frente del templo a manera de atrio y con un aparcamiento subterráneo en vecindad a la zona de criptas del templo. El rosetón del Expiatorio El rosetón gótico fue un elemento de inspiración del art noveau, especialmente las formas resultantes del paso de la luz a través de

las formas trazadas en piedras y cubiertas de vidrios de colores. El principal impulsor del Gothic Revival, Pugin experimento con ello, al igual que William Morris (Sebreli, 2011:158). Ese hecho pareciera ajeno al caso que nos ocupa, sin embargo el rosetón se resolverá como una pieza primordial en la conformación de la fachada del templo expiatorio de Guadalajara. A manera de hipótesis, planteamos que el rosetón neogótico que se construirá para el templo expiatorio de Guadalajara, más allá de imitar al que existía en la catedral de Orvieto, edificio modelo del templo jalisciense, buscaba recrear una imagen, la de la hostia consagrada como disco solar, referente de la advocación a la que había afiliado el edificio (fig. 1).

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Figura 1. Imagen del rosetón del Templo Expiatorio del Santísimo Sacramento de Guadalajara. Foto: Martín Checa Artasu , 2013


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Para el caso que nos ocupa, el rosetón se resuelve con 16 pilastras redondas, cumpliéndose así el simbolismo de la perfección cristiana asociada a ese número (Becker, 2009:364). Asimismo, se enmarca el mismo en un cuadrado en el que se sitúa en cada esquina bajorrelieves con los retratos de los cuatro evangelistas, transmisores del valor de la Eucaristía como el cuerpo de Cristo en sacrificio por la humanidad. Pero, ¿Cómo se construyó el rosetón del templo expiatorio? En 1937, se reactiva la relación entre el escultor y el arzobispo Garibi vinculada al templo expiatorio, al menos así lo deja entrever la documentación recabada. Ponzanelli es contratado el 10 de julio de 1937 para desarrollar el rosetón del templo, que se presupuestó en 30.000 pesos13 El mismo debió haber sido hecho en mármol blanco de Carrara con pequeñas incrustaciones de mármol negro de Bélgica. Éste detalle fue eliminado finalmente por no haber sido acordado entre las partes y por los costos que significaba14. El tamaño del rosetón se diseñó en 5.76 metros por lado, conformándose así una superficie de 33,17 metros cuadrados de cantera trabajada. El rosetón circular a manera de rueda se situaba dentro de un marco que en sus cuatro esquinas presentaba los rostros de los cuatro evangelistas. Estos fueron proyectados en mármol en primera instancia al unísono que el rosetón. Sin embargo, los retratos “de estilo

clásico” no serán del gusto del arzobispo quien reclamará al escultor que haga otros de “tipo racial hebreo” en bajorrelieve15. El rosetón es construido en ocho meses los talleres Ponzanelli de la ciudad de México y fue remitido a Guadalajara en 52 cajas, en marzo de 1938, delegando la colocación del mismo en el maestro cantero Pascasio Morales, quien trabajaba en el taller del escultor y que fue enviado a Jalisco para cubrir los diferentes encargos que la empresa de marmolería tenía en esa zona16. En carta fechada el 18 de mayo de 1938, el mismo Ponzanelli se dirige al obispo José Garibi y Rivera con el fin de reclamarle por una serie de cambios que se estaban dando en la construcción del rosetón. Por sus declaraciones sabemos que el mármol de Carrara para el rosetón fue cambiado, probablemente por el alto precio del mismo. Este se acabó construyendo en mármol amarillo de Siena con incrustaciones de mármol rojo. En la misma misiva el escultor reclama por una serie de perforaciones que se han hecho en el mármol que no se ajustaban al diseño original. El 9 de junio de 1938, Ponzanelli remite una misiva al arzobispo donde pide disculpas por el comportamiento del cantero que ha dejado a cargo de la obra del rosetón. Al parecer éste se había enfermado pues padecía de alcoholismo, descuidando la obra en el Expiatorio, hecho que había obligado hacer la bendición del mismo, sin estar éste concluido17.

Contrato de obra entre el José Garibi Dávila, arzobispo de Guadalajara y Adolfo Ponzanelli, escultor de fecha 10 de junio de 1937. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 26 14 Finalmente, el mármol negro de Bélgica fue sustituido por mármol rojo. Carta de Adolfo Ponzanelli a Arzobispo José Garibi, 16 de julio de 1937. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 34. 15 Carta de Adolfo Ponzanelli a Arzobispo José Garibi, 15 de junio de 1937. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 27. 16 Carta de Adolfo Ponzanelli a Arzobispo José Garibi, 20 de mayo de 1938. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 05 17 Cartas de Adolfo Ponzanelli a Arz. José Garibi. 9 de junio de 1938. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 67 y 60. 13


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En octubre de 1938 el arzobispo Garibi encarga a Ponzanelli un par de diseños para una custodia, que tendrá una altura de dos metros y estará hecha en bronce y bañada en oro de veinticuatro quilates. El escultor, actúa como intermediario con Fundición Artística, empresa de la Ciudad de México, encargada finalmente de hacer la custodia. Dicha custodia se valorará en 24.300 pesos18. Se trata de una propuesta que se enmarca en el deseo del arzobispado por tener en el nuevo templo una custodia gigante capaz de resguardar la hostia consagrada, el símbolo eucarístico al cual se rinde tributo en el templo expiatorio. Las gestiones para la elaboración de la misma se alargaran hasta inicios de 1939, momento en el que al parecer la relación entre Ponzanelli y el arzobispado de Guadalajara entra en un parón. Retomándose en 1941 con la entrega del que será el último encargo a Ponzanelli por parte de la Archidiócesis, la lápida sepulcral para la tumba del Arzobispo Orozco. Conclusiones En las líneas precedentes, a partir de la enumeración y descripción de acciones hemos podido reseguir la actividad del escultor Adolfo Octavio Ponzanelli, tanto en la Archidiócesis de Guadalajara como en el templo expiatorio del Santísimo Sacramento, que desarrollo entre 1937 y 1939. El seguimiento se ha podido desarrollar a través de la información depositada en el Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara, la cual nos ha permitido conocer con mucho detalle el devenir de las obras

y en específico cuales fueron las tareas del escultor Ponzanelli en los distintos templos de la Archidiócesis y como estas se organizaron. De igual forma, nos ha permitido entrever el papel del Arzobispo Garibi en las distintas obras que se ejecutaban en su archidiócesis, y en especial en el Templo Expiatorio de la ciudad de Guadalajara, iglesia que tenía la voluntad de convertirse en la gran iglesia de la ciudad, con la misión encomendada de expiar los pecados a través del sacramento de la Eucaristía. Un papel del arzobispo que fue muy activo a la par que pertinaz y detallista y que nos justifica, sólo en parte, la hipótesis que planteamos más arriba. La preocupación del arzobispo Garibi por completar una obra que tenía un componente simbólico capaz de aglutinar a la grey católica de la ciudad en torno a un templo de grandes dimensiones y que además había sido una encomienda personal, quien fuera su gran valedor y promotor, el arzobispo Orozco, muerto en 1936. Más allá de estas circunstancias, descritas a lo largo del texto, el trabajo ha puesto sobre la mesa la necesidad de conocer con mayor detalle, la evolución de la forma arquitectónica y constructiva, así como las manera de hacer y relacionarse de los agentes que promueven, construyen y patrocinan edificios como los descritos, pues los mismos se enmarca en una corriente arquitectónica, la de los eclecticismo e historicismo arquitectónicos en México, que ha sido sistemáticamente escasamente valorada. Con este trabajo hemos querido hacer una aportación con el ánimo de documentar una arquitectura ignorada y minusvalorada en México.

Carta de Adolfo Ponzanelli a Arz. José Garibi. 27 de octubre de 1938. Archivo histórico del Arzobispado de Guadalajara. Gobierno, Parroquias, Expiatorio, caja 1, exp. 1938-1942, 09 18

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Martín M. Checa Artasú Doctor en Geografía Humana, Especialidad en Historia Antigua y Arqueología, Especialidad en Resauración arquitectónica y análisis constructivo estructural, Maestrías en: Dirección y Administración de empresas (UPTC), en Estudios de Asia Oriental por la Universidad Oberta de Catalunya; Estudios de China y el mundo Chino(UPTC), Posgrados en Urbanismo, Ciudad e Historia (UPTC); En gestión y polñiticas culturales. Profesorinvestigador de la Universidad Autonoma Metropolitana-Iztapalapa, Perfil PRODEP, Miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel 1, Miembro del Registro CONACYT de evaluadores acreditados (RCEA), Jefe del Área de investigación Espacio y sociedad. Departamento de Sociología-UAM, Miembro del comité de redacción de Biblio3W, Revista bibliográfica de geografía y ciencias sociales. Universidad de Barcelona.


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DISEÑO HÁPTICO: SOLUCIONES GRÁFICAS LEÍDAS A TRAVÉS DE LAS MANOS Haptic design: graphics solutions reading trough the hands Dra. María Eugenia Calvillo Villicaña Universidad Autónoma de Tamaulipas marucalvillo@hotmail.com

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M.M.P. Alejandra Núñez Ramos Universidad Autónoma de Tamaulipas ale.nura@hotmail.es

Dr. Pablo Alberto Cerda Luque Universidad Autónoma de Tamaulipas tammx@hotmail.com


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Calvillo, M.E.; Nuñez, A.; Cerda, P.A.: DISEÑO HÁPTICO: SOLUCIONES GRÁFICAS LEÍDAS A TRAVÉS DE LAS MANOS

Resumen La finalidad de este trabajo es contribuir a la reflexión sobre los discapacitados visuales como un mercado ávido de nuevas propuestas de diseño gráfico incluyente. Independientemente de que las ramificaciones argumentales que puedan llegar a ser inagotables, la investigación se limitará en lo más relevante y significativo, sin abandonar el tema principal: Diseño háptico: soluciones gráficas leídas a través de las manos. La parte teórica de la investigación se centra principalmente en los discapacitados visuales, su presencia mundial y nacional. Además, se habla del diseño gráfico háptico como un recurso publicitario óptimo para este sector vulnerable de la población. Los ejemplos gráficos recopilados se seleccionaron minuciosamente, permitiendo con ello demostrar que estos tipos de diseño incluyente no pierden su intención publicitaria, sino todo lo contrario, llegan de manera clara a un grupo social que a pesar de su discapacidad, comprende el mensaje de manera clara. Palabras claves: Diseño, Publicidad, Discapacidad visual, Ceguera

Abstract The aim of this paper is to contribute to the reflection on the visually impaired as an avid market for new proposals for inclusive graphic design. Whether the plot ramifications that may become inexhaustible, research is limited in the most relevant and meaningful, without leaving the main theme, the haptic design: graphical solutions read through your hands. The theoretical part of the research is primarily focused on the visually impaired, global and national presence. There is also talk of haptic graphic design as an optimal advertising resource for this vulnerable sector of the population. The collected samples were carefully selected graphics, thereby allowing demonstrate that inclusive design these types of advertising do not lose their intention, but on the contrary, clearly come to a social group that despite his disability, comprising the message clearly. Keywords: Design, advertising, visual impairment, blindness.

Introducción or el sentido de la vista se percibe el medio que nos rodea. Las imágenes visuales permiten al ojo dar información sobre los colores, formas, distancias, posiciones, movimientos de los objetos que se ven. La visión está estrechamente ligada a la sensación. La vista no es solamente un proceso físico, es una función multidimensional que afecta y es afectada por nuestro estado emocional y mental (Brofman, 2009). La visión va cambiando regularmente por la edad -aunque en ocasiones por enfermedades o accidentes- un niño con visión normal puede ver y/o leer con claridad a una distancia tan corta como 6,3 cm., un adulto de 30 años a unos 15 cm., mientras uno de 50 años a 40 cm. (Profesorenlínea, 2011).

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La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2012) menciona que en el mundo hay aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual, 39 millones de ellas son ciegas. La mayoría de las personas con discapacidad visual tienen edad avanzada, y el riesgo es mayor para las mujeres a todas las edades y en todo el mundo. Aproximadamente un 87% de las personas con discapacidad visual en el mundo viven en países en desarrollo. Alrededor de un 82 % de las personas con este problema son mayores de 50 años, pese a que sólo representan un 19% de la población mundial. Ser discapacitado visual es tener una afectación directa de la percepción de imágenes en forma total o parcial. Es tener una disminución significativa de la agudeza visual (es la fina visión central necesaria para percibir, detectar o identificar objetos espaciales con unas condiciones de buena iluminación) o del campo visual (la fracción del espacio que una persona puede ver sin mover la cabeza ni los ojos), aun con el uso de gafas. En la República Mexicana los discapacitados visuales con una afección no corregible representan el 22% de la población según cifras oficiales de INEGI (AMFECCO, 2011), siendo esta la segunda discapacidad en el país. Solo el 10% de dicha población conoce y/o sabe leer el lenguaje braille en español. Diseño Háptico Martínez de la Peña (2010) escribe: «Una persona con discapacidad visual en México no puede ser autosuficiente. Si los diseñado-

res empezamos a incluir en nuestros diseños el sistema braille1, ellos van a tener donde practicarlo y sentirán la necesidad y ganas de aprenderlo». El diseñador gráfico actualmente tiene como compromiso lograr mayor equidad e inclusión social en sus proyectos. Las soluciones gráficas deben de estar pensadas para el sector de la población con discapacidad visual hasta considerar a la que tiene pérdida total de visión. Hacer diseño gráfico incluyente, es satisfacer las necesidades de comunicación gráfica de toda la sociedad por medio de soluciones funcionales y estéticos. «Lo importante estriba en diferenciar a la producción de los diseños de la artística y de la artesanal, de la científica y de la tecnológica. Por otro lado, la naturaleza estética diferencia a los diseños de las ciencias y de las tecnologías que demandan la primacía de la razón»(Acha, 2000). Por lo tanto y de acuerdo al tema del que se ocupa el artículo: Diseño Háptico, nos remite a definir inicialmente el concepto Háptico, etimológicamente proviene como adjetivo del «griego haptikós,ê,ón, “propio para tocar, sensible al tacto”. Del latín como el verbo háptó “ajustar, ligar, prender, tocar”; registrado en el Diccionario electrónico Houaiss como «relativo al tacto; táctil». Nuevamente Martínez de la Peña (2010)2, escribe que ésta línea de diseño en relación a lo “Háptico” está aún en proceso de construcción, el que considera a todo aquello referido al contacto, hace alusión a todo el conjunto de sensaciones no visuales y no auditivas que experimenta un individuo. También, afirma que

El sistema braille, inventado en el siglo XIX por Louis Braille, está basado en un símbolo formado por 6 puntos: aquellos que estén en relieve representarán una letra o signo de la escritura en caracteres visuales[…]no es un idioma, sino un código. Por lo tanto, las particularidades y la sintaxis serán las mismas que para los caracteres visuales. http://www.fbu.edu.uy/informacion/alfabeto/alfabeto.htm 2 Especialista en diseño háptico (ciencia del tacto, por analogía con la acústica (oído) y la óptica (vista). 1


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para hacer este tipo de diseño que puede ser percibido por ciegos no existen ni teorías ni referentes epistemológicos, sugiere además que para realizar diseños para invidentes es necesario estudiar su proceso perceptivo y cognitivo. Estudios realizados sobre la percepción háptica, han comprobado que se percibe el cien por ciento de los objetos tridimensionales familiares. Otros demuestran que se pueden aprender otras características importantes de los objetos como: la textura, dureza, rugosidad, forma, tamaño, etc. Además permite procesar información no suministrada por otras variables (Ballesteros, 1993). Cuando se tiene información a través del sentido Háptico (táctil), se mueven los dedos con un propósito determinado y se realizan movimientos adecuados a la información que se desea extraer. Este modo de proceder provoca algunas sensaciones de estímulos a la vez que oscurece otras. No obstante que las personas dotadas de visión perciban a través del tacto activo importantes propiedades de los objetos, esta forma de percepción es mucho más importante para los invidentes porque al carecer de visión se apoyan de manera predominante en el tacto para obtener información e interactuar con el medio. El tacto es considerado el más importante de los cinco sentidos del hombre. Este sentido es el que nos mantiene en contacto con la realidad a través de la piel, pues por medio de ella recibimos sensaciones como el frío, el calor, etc. La parte más sensible del cuerpo es la punta de la lengua, es por ello que la mayoría de los bebés tienden a llevarse los objetos a la boca, para percibirlos mejor. En segundo lu-

gar en sensibilidad, se encuentran las yemas de los dedos, que para las personas con ceguera se convierte en su mayor tesoro, pues a través de ellos logran conocer o reconocer el mundo exterior El sistema Braille es un excelente lenguaje de comunicación para y con las personas ciegas, ya que es una herramienta eficaz para leer, escribir, acceder a la educación, la cultura y la información. Su construcción se basa en seis puntos que permiten una combinación de 64 composiciones diferentes (fig. 1).

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Figura 1. Sistema Braille. (http://www.hftb.org/braille/. Consulta 21/04/2014)

El uso del lenguaje braille en el entorno urbano es una realidad, pues su aplicación en productos y piezas publicitarias ya han satisfecho algunas necesidades de consumidores invidentes, pues su buen uso ha permitido que este mercado empiece a sentirse incluido en la sociedad “normal”. Actualmente, en el mercado internacional podemos encontrar piezas de diseño gráfico especialmente creadas para las personas con


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ceguera, así como agencias de diseño que han presentado soluciones incluyentes, cuyo objetivo principal ha sido que el mensaje llegue de forma óptima y clara a las personas con dicha discapacidad. Proyectos de diseño gráfico para discapacitados visuales La agencia de diseño Rai ubicada en Brasil, diseña para Starbucks un menú en braille (fig. 2)3, donde los caracteres de dicha pieza son granos de café. El eslogan de este proyecto es muy significativo: “From the tip of the fingers to the tip of the tongue” (desde la punta de los dedos hasta la punta de la lengua).

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Figura 2. Menú en Braille de la cafetería Starbucks en Brasil. http://unapausaparalapublicidad.files.wordpress. com/2013/03/starbucks-coffee-braille-menu.jpg

Otra negocio que también toma uno de los ingredientes de su producto en venta como elemento de comunicación, es el restaurant de hamburguesas Wimpy en Sudáfrica que utiliza las semillas de ajonjolí en la parte superior del pan de hamburguesa (fig. 2)4, transmitiendo mensajes en braille a sus consumidores con deficiencia visual. Reason Why, 2013, Cuando la creatividad piensa en la discapacidad (página web), consultado: 12 de julio de 2014, http://www.reasonwhy.es/actualidad/sociedad/cuando-la-creatividad-piensa-en-la-discapacidad 4 Youtube, 2011, Wimpy Braille Burgers (página web), consultada: 12 de Julio de 2014, http://www.youtube.com/watch?v=5YAchE0-o-o&list=UUvzoKjwNk-7v9fxBuoSlRjQ&index=5 3


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Figura 2. Mensajes en Braille realizados con semillas de ajonjolí.

La Secretaria de Turismo de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, lanza una web especialmente diseñada para los ciegos o débiles visuales. Este sitio contiene atajos que permiten a los usuarios ciegos recordar la tecla indicada para ingresar al enlace deseado y para los débiles visuales la letra es aumentativa. Esta web fue diseñada como herramienta comunicacional que contiene información sobre los diferentes programas y actividades turísticas de la provincia (fig. 3)5. Diario del viajero, 2010, Web turística de la provincia de Buenos Aires (Argentina), accesible para ciegos (página web), consultado: el 12 de julio de 2014, http://www.diariodelviajero.com/america/web-turisticade-la-provincia-de-buenos-aires-argentina-accesible-para-ciegos 5


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Figura 3. Sito web de la provincia de Buenos Aires, Argentina. www.turismo.goba.gov.ar

En Buenos Aires, Ar. la «Legislatura de la Ciudad aprobó por unanimidad el proyecto de ley para que todas las paradas de colectivos de la Ciudad de Buenos Aires cuenten con un cartel en el sistema Braille de lectoescritura para personas ciegas, que informará el número de línea correspondiente. La ley rige también para las líneas transiten por el Conurbano bonaerense.

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Figura 4. Cartel informativo en lenguaje Braille en los parabuses.


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El impulsor de proyecto, fue el diputado porteño Adrián Campos de Proyecto Sur y la iniciativa surgió de la asesora del legislador, Andrea Grassia, que es no vidente y miembro de la Biblioteca Argentina Para Ciegos (BAC)». Dichos carteles serán confeccionados por la biblioteca para ciegos, permitiendo bajar los costos de producción. (fig. 4)6 Los supermercados Jumbo en Chile, van más allá de solo incluir a los discapacitados visuales, pues además de diseñar catálogos y rótulos en braille para los ciegos (fig. 5)7, capacito personal para ayudar a las personas con discapacidad auditiva y motora. Este programa de diseño incluyente se llama Braille Retail.

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Figura 5. Catálogos, productos e infraestructura óptima para ciegos es lo que ofrecen los supermercados Jumbo en Chile.

La Fundación ONCE (organización nacional de ciegos españoles) mundialmente reconocida por su labor para la inclusión de los ciegos en la sociedad, ha logrado que las etiquetas de vino cuenten con la información en Braille, lo que permite que los discapacitados visuales puedan leer lo que contiene el vino. Ignacio online, 2011, Las paradas de colectivos tendrán carteles en Braille en la Ciudad de Bs. As. (blog), consultado: el 12 de julio de 2014, http://www.ignaioonline.com.ar/2011/06/las-paradas-de-colectivostendran.html 7 Terra, 2010, Supermercado ofrece sistema de compra asistida para discapacitados (página web), consultado: el 12 de julio de 2014, http://megagalerias.terra.cl/galerias/galeria.cfm?id_galeria=51942 6


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Actualmente varias bodegas han decidido a modificar sus etiquetas, una de ellas es la Valdelana (fig. 6)8 que decide modificar completamente las etiquetas de todos sus vino para incluir también la información en lenguaje Braille.

En Holanda en los dispositivos que hay en los pasos de para cruzar la calle llamados pasos de cebra10, para que el semáforo de el paso a los peatones, se ha escrito en braille el nombre de la tienda Beleyes.nl que vende en línea y tiene un blog de recursos para invidentes (fig. 8).11

Figura 6. Etiquetas de vinos en lenguaje braille empiezan a aparecen en distintas bodegas españolas.

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El mobiliario urbano también ha servido como soporte publicitario, específicamente para este sector del mercado, pues en ellos se dejan mensajes en lenguaje braille, para que al momento en que van tocándolo, van leyendo el anuncio. Por ejemplo en España, en la ciudad de Madrid, se ha colocado publicidad en los pasamanos (fig. 7).9

Figura 7. Pasamanos con publicidad en lenguaje braille.

Figura 8. Publicidad en lenguaje braille anunciando una tienda online.

Conclusión Como hemos podido observar, cualquier soporte gráfico “tradicional” puede ser adaptado para transmitir mensajes en lenguaje braille: carteles, editoriales, etiquetas, mobiliario urbano, entre otros. por lo que la tarea del diseñador gráfico aparenta ser muy fácil, su reto es proponer soluciones gráficas incluyentes para ese mercado en soportes publicitarios ya posicionados. No obstante, esto es más complejo, pues primeramente habrá que educar a los negocios, a las empresas, a los corporativos, a la so-

Vía Restó, 2012, Cada vez hay más vino para ciegos (página web), consultado: el 12 de julio de 2014, http://viaresto.com/Notas/ Cada-vez-hay-mas-vinos-para-ciegos-1635.aspx 9 Visual feed, 2008, Guerrilla en Madrid por spy (página web), consultado: el 12 de julio de 2014, http://visualfeed.kybalion.es/ category/guerrilla/page/2/ 10 Un paso de cebra es un tipo de paso de peatones usado en muchos lugares del mundo. Su característica distintiva es alternar en la carretera rayas oscuras y claras, paralelas a la corriente del tráfico, de ahí viene su nombre. El origen de estas señales horizontales se remonta a los años 50, en el Reino Unido, donde empezaron a utilizar el conocido paso Cebra. Su inventor, George Charlesworth, se hizo tan célebre que era conocido como Doctor Zebra 11 Artes visuales, 2007, Publicidad para ciegos (blog) consultado: el 12 de julio de 2014, http://www.blogartesvisuales.net/disenografico/publicidad/publicidad-para-ciegos/ 8


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ciedad en general para tomar en cuenta a los discapacitados visuales como parte de nuestra sociedad económicamente activa, con necesidades y deseos. Sería muy satisfactorio encontrar este tipo de publicidad en las calles de México, nuestro país sin embargo, estamos conscientes que nos falta mucho por hacer para que esto funcione al cien por ciento. Pero si empezamos haciendo conciencia de ello, como escribe la Dra. Martínez de la Peña (2010), educando tanto a la sociedad como a los discapacitados e incluyendo el lenguaje braille en los soportes publicitarios impresos, la población lo conocerá ya algunos les darán ganas de conocerlo, estudiarlo y aprenderlo para poder insertarse en el sistema social-productivo. Incluir a los discapacitados visuales en la sociedad económicamente activa, ejerciendo profesionalmente alguna carrera u oficio, sería un logro importante en nuestra sociedad. El preparar a los estudiantes, a los empleadores, a la sociedad en general para que esto sea posible es el primer paso a dar. La tarea docente desde las aulas apoyará a formar diseñadores gráficos, que desarrollen proyectos incluyentes, en este caso en relación al diseño háptico. Estamos convencidos de que el incluir el lenguaje braille en las piezas publicitarias, educará a la sociedad con y sin discapacidad visual, permitiendo que en un futuro, estemos proponiendo soluciones gráficas como las antes mostradas, tratando de beneficiar a un gran número de personas con discapacidad visual, logrando con ello que se sientan individuos informados y útiles en armonía con su entorno. De acuerdo a lo anterior y a la finalidad de artículo se ha hecho la reflexión sobre los discapacitados visuales como un mercado ávido de nuevas propuestas de diseño gráfico incluyente. Las experiencias que se tienen en dife-

rentes lugares geográficos para la atención a los discapacitados visuales, particularmente a los que tiene ceguera total son interesantes y han sido revisadas y poniendo especial enfásis a las soluciones gráficas leídas a través de las manos. Bibliografía • ACHA Juan (2000). Introducción a la teoría de los diseños. México: Trillas. • BALLESTEROS, Soledad (1993). “Percpeción háptica de objetos y patrones realzados: una revisión” en Psicothema, 5 (2), pp. 311 - 321. • BROFMAN Martin (2009). Mejora tu visión. Una guía interior para verlo todo más claro. 1ra ed. España: Sirio. • MARTÍNEZ DE LA PEÑA Gloria Angélica (2010) “La percepción y su importancia en la generación de un diseño háptico para personas con discapacidad visual”, Tesis Doctoral, Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco (UAMX). Sitiografía • AMFECCO (2011). AMFECCO. [En línea] • Available at: http://www.amfecco.org/article_estadisticas.php [Último acceso: 02 junio 2014]. • CHOLEWIAK, Robert W. (2013). Il evolucionista. [En línea] • Available at: http://ilevolucionista.blogspot.mx/2013/10/la-haptica-y-los-sentidos-del-tacto.html [Último acceso: 02 junio 2014]. • OMS, 2012. OMS. [En línea] • Available at: http://www.who.int/features/factfiles/blindness/es/ [Último acceso: 02 Junio 2014]. • Profesorenlínea, 2011. Profesor en línea. [En línea]

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Available at: http://www.profesorenlinea. cl/Ciencias/OjoVision.htm [Último acceso: 2 junio 2014]. Universia, 2011. Universia. [En línea] Available at: http://noticias.universia.net .mx/vida-universitaria/noticia/2011/10/07/876283/pais-careceproductos-diseno-graficos-ciegos.html [Último acceso: 02 Junio 2014].

María Eugenia Calvillo Vicaña Doctora en Publicidad, RRPP y Comunicación Audiovisual, por la Universidad de Vigo, Maestra en Artes Gráficas por la Universidad Politécnica de Valencia, ambas en España. Licenciada en Diseño Gráfico por la Universidad del Noreste en Tampico, Tam., Mx. Catedrática de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Perfil Promep. Ha participado como ponente en congresos a nivel nacional e internacional.

Alejandra Nuñez Ramos Doctorante en investigación educativa por la Universidad Benito Juárez de Cd. Madero, Tam., Master en dirección y gestión comercial, Marketing, publicidad, comunicación e e-comerce en Formaselect, Escuela de Negocios en Madrid, España. Licenciada en Diseño Gráfico por la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Catedrática de horario libre desde hace 8 años impartiendo clases a nivel licenciatura y posgrados en diferentes universidades del país. Pablo Alberto Cerda Luque Doctor en Publicidad, RRPP y Comunicación Audiovisual, por la Universidad de Vigo, Master Universitario en Aplicaciones Multimedia para Internet, por la U.niversidad Politécnica de Valencia, ambas en España. Licenciado en Diseño Gráfico por la Universidad Autónoma de Tamaulipas en Tampico, Mx. Catedrático de tiempo completo, impartiendo clases a nivel licenciatura y posgrado en diferentes universidades del país. Perfil Promep.


INDICACIONES GENERALES PARA PUBLICACIÓN DE ARTÍCULOS EN “PRAGMA, ESPACIO Y COMUNICACIÓN VISUAL” REVISTA DE INVESTIGACIÓN DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA DE LA BENEMERITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA Se abre convocatoria permanente para recibir colaboraciones, estas serán dictaminadas y en su caso publicadas de acuerdo al orden de recepción.

• Se publicarán principalmente artículos producto de investigación inéditos sujetos a un arbitraje de pares de acuerdo al sistema de árbitros y autores anónimos.

• Se reciben también revisiones de literatura científica y reseñas de libros.

• La extensión será de 20 a 30 páginas numeradas y en to-

dos los casos el número de páginas incluye texto, figuras, tablas y referencias bibliográficas.

• Se adquiere el compromiso de NO publicar el mismo artículo en otro medio.

• Se deben presentar tres originales impresos en papel bond y un CD que contenga el trabajo a publicar.

• Se entregarán en la Secretaría de Investigación y Estudios de Posgrado de la FA-BUAP.

• Se podrán enviar por paquetería a Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Ci-

udad Universitaria. Boulevard Valsequillo s/n. CP 72570. Tel. 01(222-2295500 ext. 7950)

• Se solicita sean enviados en forma digitalizada a las

siguientes direcciones electrónicas: revistapragma@hotmail.com /crvalerd@msn.com / juliamundo@yahoo.com

• Se recibirán artículos en español e inglés. • Formato de los artículos

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cusión; Conclusión, Bibliografía citada. (Descripción al final de los requisitos) Portada

La portada ha de incluir los siguientes datos:

a.- El título del trabajo breve y especifico, (máximo de 15 pal-

abras). Si hay un subtítulo debe tener las mismas características b.- Primer apellido, inicial del segundo apellido del autor responsable y nombre e igual para los demás autores.

c.- Dirección institucional completa del (los) autor(es) indicando además, dirección postal, fax. Teléfono y correo electrónico

d.- Breve curriculum vitae de cada uno de los autores que incluya su grado académico, su cargo académico actual y sus líneas de investigación en no más de 500 caracteres.

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En español e inglés, con una extensión máxima de 250 palabras

en un solo párrafo y seguidamente a un espacio; de tres a seis palabras clave en inglés y español; Márgenes

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Utilizar notas de pie de página en vez de notas finales Referencias bibliográficas en el texto: Mínimo 5 Bibliografía

Mínimo 5 autores

Por motivos de uniformidad de presentación, el estilo de redacción de la bibliografía de los textos se ajustará al sistema American Psychological Association (APA).

En el texto debe citarse: apellidos del autor y año [Ej. (Ca-

sanova, 1999) si no forma parte del texto; pero si forma parte

del texto sería: El consumo per cápita de miel en el Estado de Morelos reportado por Casanova (1999) fue de......]. •

• •

El nombre del autor se escribirá en mayúscula y en ne-

grita; en caso de ser el compilador de una publicación se llamará «editor» («ed.»);

Año de publicación entre paréntesis; El título de la obra en cursiva;

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• •

• •

Sólo la primera palabra del título llevará mayúscula;

Lugar de la publicación, cuando la ciudad donde se publica

no es la capital, se podrá añadir entre comas el nombre del país.editorial;

ARGUDIN, Y. y M. LUNA (2005). Aprender a pensar escribiendo bien. México: Trillas.

Cuando una organización internacional, por ejemplo el

Banco Mundial, es al mismo tiempo autora y editora de • •

una obra, no será necesario repetir su nombre para indicar que también ha editado la publicación.

Por ejemplo: FAO. 1996. El estado mundial de la agricultura y la alimentación 1996. Roma.

En el caso de autores múltiples de un libro o de un artí-

culo, el apellido, antepuesto a la inicial del nombre o de los nombres (abreviados mediante punto), de cada uno de

ellos ha de figurar en negrita al comienzo de la referencia

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• •

bibliográfica; antes del último apellido se escribirá la conjunción y (y no el signo &);

El título del artículo se escribirá en normal para distin-

guirlo del título de la revista (o publicación periódica) en la cual ha sido publicado, que se escribirá en cursiva;

El título de la revista (o publicación periódica) se escribirá de forma abreviada;

El número del volumen se escribirá entre paréntesis, seguidos de dos puntos, un espacio y los números de las

páginas en las que se encuentra el artículo al cual se hace referencia.

Por ejemplo: Talavers, U.J.C., Gonzalo, F.D. y Berruecos, J.M.

1973. Pérdidas económicas por problemas reproductores. III: Edad y causas por las que son desechadas en México las vacas lecheras estabuladas. Rev. Tec. Pec. Méx., (24): 21-32.

Fuentes electrónicas:

ONU (2003). Programa de ciudades seguras. Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, http:// www.un-habitat . org. (accesado el 1 de octubre de 2003) Fotografías, cuadros y gráficos

Se usará la denominación de Figura y deben estar referenciados en el cuerpo del texto y numerarlos en series separadas, así mis-

mo llevar leyendas. Utilizar letra tipo Arial 10 puntos, negrita,

texto centrado. Las fotos deberán trabajarse en formato JPG de alta calidad con una resolución mínima de 300 ppp. Descripción de las partes del artículo

La introducción informa tres elementos: el objetivo de la investigación, su importancia y el conocimiento actual del tema

(información sobre los antecedentes y trabajos anteriores relacionados con el problema, conteniendo referencias a formulaciones previas del mismo). Señala la hipótesis adoptada para re-

solver el problema de investigación, que podrá ser confirmada o

rechazada conforma a los resultados obtenidos. Debe ser corta y redactada en tiempo pasado (se observo, se estudió etc.) El método

Incluye una descripción de la metodología y de las técnicas, así

como de los instrumentos, aparatos entre otros empleados. Se incluyen métodos estadísticos si se utilizaron justificando su elección. Al escribir esta sección se ofrece la información para que otro investigador pueda repetir el tipo de estudio. Resultados

Se incluyen observaciones y datos a lo largo de la investigación.

Se pide sea conciso, es una exposición coherente y clara de

los resultados obtenidos, mencionando los resultados significativos que sean contrarios a la hipótesis formulada.

Para mostrarlos se pueden utilizar tablas, gráficas e ilus-

traciones, que sean fáciles de leer y de comprender, con título breve y claro, comentando en el texto los datos expresados. Discusión

Discute, argumenta e interpreta los resultados y sus implicaciones. Discute los aspectos más importantes y novedosos del estu-

dio, así como las conclusiones que se desprenden de los mismos.

Discute las posibles implicaciones (teóricas o de aplicaciones)

del estudio realizado. Debe ser concisa, evitando redundancias. Conclusión

Es la deducción, consecuencia o resolución que se propone, la extensión es breve y debe relacionarse con el (los) objetivo(s) y la hipó-

tesis. En ella se pueden proponer futuras líneas de investigación.


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