Boletín del Archivo San Francisco de Lima Nº 36

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CONTENIDO DEL BOLETÍN Nº 36 Pag. 2 Al lector.

PROVINCIA FRANCISCANA DE LOS DOCE APÓSTOLES DEL PERÚ http://www.12apostoles.org.pe/

ARCHIVO SAN FRANCISCO DE LIMA BOLETÍN Nº 36 / NOVIEMBRE DE 2010 Av. Abancay Nº 162, Int. 307-B Telf. (051) 1 - 426-0801 / 427-1381 E-mail: prensafranciscanaperu@gmail.com http://prensafranciscanaperu.blogspot.com MINISTRO PROVINCIAL Fr. Emilio Carpio Ponce, Ofm. DIRECTOR Fr. Abel Pacheco Sánchez, Ofm. ARCHIVISTA Jorge Román Tasayco ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS Archivo del Convento de San Francisco IMPRESIÓN Ediciones “El Milagro” Av. Abancay 162 - Int. 204-A Telf. 426-1698 Email: docenovi@hotmail.com CARÁTULA Logo del Archivo de San Francisco de Lima Lima-Perú 2010 Derechos reservados

Pag. 3 Imagen espiritual del franciscano en el Virreinato, Julián Heras, Ofm. Pag. 9 Biografía de San Francisco Solano, Apóstol del Perú, Por: Mons. Federico Richter Prada, OFM. Pag. 11 Exposición histórica artística misional: “Francisco Solano: Apóstol del Nuevo Mundo” en el IV centenario de su muerte (1610-2010) Pag. 12 Cronología de la vida de San Francisco Solano. Pag. 15 Testimonio: Descubrimiento de las catacumbas del subterráneo de la Iglesia de San Francisco, hoy Basílica Menor de Lima. Por: Vicente Álvarez Villafuerte. Pag. 17 La sillería y cajonería de San Francisco (parteII) Por Antonio San Cristóbal Sebastián. Pág 19 Religión y política (parte II) Por Elizabeth Montañez Sanabria. Pag. 24 Publicaciones recibidas en el ASFL. Pag 28 Noticias del Archivo San Francisco de Lima. Ana María Vega, In Memoriam.

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AL LECTOR Paz y Bien Hermanos:

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on la bendición de Dios, y al amparo de la Santísima Virgen María y nuestro seráfico Padre san Francisco de Asís, presentamos el Boletín Nº 36 del Archivo San Francisco de Lima.

La trayectoria de esta publicación cobra importancia, interés y actualidad porque recoge el proceso de la vida del Museo San Francisco, al cual el Archivo está vinculado, pues ambas son obras de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles, dirigida por los Ministros Provinciales Fr. Jorge Bustamante, Federico Richter, Fr. Amílcar Ramos, Fr. José Rubén Lobatón, Fr. Guido Zegarra, Fr. Anselmo Díaz y Fr. Emilio Carpio, quienes con sus colaboradores Fr. Alberto Cruz, Fr. Luis Avalos, Fr. Julio Moya, Fr. Francisco Chacón y otros, se preocuparon por conservar la documentación y gestionaron apoyos para el mejoramiento del archivo. En efecto, este boletín trata temas inéditos, escasos de difusión y de singular trascendencia para la Familia Franciscana, investigadores y público ávido de conocer lo novedoso y trascendente. Con respecto al museo San Francisco y Catacumbas de Lima, nos permitimos valorar la brega esforzada, desplegada por los religiosos Fr. Ernesto García Ampuero, Fr. Nemesio León Quiquia que laboraron en el Museo y Archivo y ahora Fr. Ernesto Chambi Cruz, actual director, quienes, cada uno en su momento, supieron diseñar las estrategias para actualizar y optimizar el nivel del museo de arte religioso y ubicarlo en competitividad con los museos más exigentes de la urbe limeña y del Perú. Rendimos un grato homenaje al recordado P. Fr. Alberto de Santa María Almécija, gestor de este gran apostolado de arte sacro, allá por el año de 1968. La presente publicación es fruto de un esfuerzo conjunto de numerosas personas, como historiadores, archivistas y colaboradores, con la finalidad de hacer un aporte a la cultura, en el marco del Año Jubilar de San Francisco Solano a los 400 años de su partida a la gloria eterna. Agradecemos a los colaboradores de este boletín, en su proceso de investigación, redacción, edición, diseño gráfico, diagramación, impresión, y también su financiamiento. En especial, rendimos nuestro homenaje póstumo a la Lic. Ana María Vega de Zárate, archivista y bibliotecóloga que fundó este boletín y, además, organizó la Guía del Archivo San Francisco de Lima, documento imprescindible para los historiadores e investigadores.

Fr. Abel Pacheco Sánchez, Ofm. Director del Archivo de San Francisco de Lima

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IMAGEN ESPIRITUAL DEL FRANCISCANO EN EL VIRREINATO ? Julián Heras, Ofm.

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uchas veces nos habremos preguntado cómo eran los religiosos o misioneros que llegaron por primer vez a América, qué cualidades tenían, su preparación intelectual y espiritual. Pero también debemos pensar cuál fue la transformación que tuvieron que sufrir al verse con unas realidades tan diferentes con las que se encontraron en América. A través de las crónicas conventuales y otros testimonios escritos nos podemos dar cuenta de ello, de la imagen espiritual que traían y no menos importante del concepto que se hicieron de ellos los naturales. Es lo que quiero tratar en esta breve comunicación con ustedes. Aunque aquí, naturalmente, nos vamos a referir principalmente al Perú. La historia de la primera evangelización en América está unida con estrechos lazos a la “Observancia” franciscana; desde los primeros años del descubrimiento los franciscanos vinieron a Indias con un ideal muy claro: predicar el evangelio a los infieles. Las Leyes de Burgos de 1513 delegaban en los franciscanos la educación y la formación religiosa de los indígenas en general y de los hijos de los caciques en particular. El artículo 17 de dichas leyes mandaba que los hijos de los caciques menores de trece años fuesen educados por los franciscanos durante cuatro años. El papa Adriano VI otorgó en 1524 a Carlos V la bula Exponi nobis fecisti por la cual se confiaba la empresa evangelizadora a los frailes de San Francisco. Por otra parte, la historia de la evangelización indiana tiene que entenderse bajo las coordenadas de la estrecha relación existente en el siglo XVI Provincia Franciscana de los Doce Apóstoles del Perú

Dibujo de Guamán Poma de Ayala, en “Nueva crónica y buen gobierno”.

entre la Iglesia Católica y el Estado de España; las bulas papales y el Regio Patronato situaron a la Iglesia americana bajo la tutela y organización de la Corona castellana, lo cual tendría una gran influencia en el posterior desarrollo de la sociedad y de la Iglesia misma. En virtud de las bulas pontificias los monarcas españoles se convierten en pregoneros de Cristo con una misión muy concreta: predicar y llevar el Evangelio a las Indias procurar la salvación eterna de sus súbditos. Por lo tanto, todo lo concerniente al envío de misioneros y de dar permiso a las distintas órdenes religiosas pasaba por el Consejo de Indias y por la Casa de Contratación de Sevilla.

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El papel fundamental de la Orden franciscana en el terreno de la evangelización obedece a un contexto histórico que arranca desde el siglo XIII: los franciscanos habían viajado al extremo oriente para cristianizar al imperio mongol y aislar al mundo musulmán; son los franciscanos los primeros en tratar de reconquistar los Santos lugares y fundar la Nueva Jerusalén. Aún el mismo San Francisco viaja a Egipto y se entrevista con el Sultán y desde entonces los franciscanos se quedan en los Santos Lugares, aún más, quiere y envía a los primeros franciscanos para que conviertan a los musulmanes del norte de África, pero mueren en la empresa. En esta coyuntura se produce el hallazgo del nuevo mundo y a la Orden franciscana se le ofrece la posibilidad de abrir nuevos campos para difundir la fe cristiana, y según su concepción providencialista de la historia, el descubrimiento de América es una etapa más de la Historia de la Salvación, teniendo en cuenta que Europa está en plena época de la Contrarreforma, es decir, de un cristianismo renovado y de las Órdenes religiosas en España recientemente reformadas y encaminadas por la Observancia, con sus ideales de pobreza, humildad y sencillez. El Nuevo Mundo será para los franciscanos un campo nuevo y diferente de experimentación en el que se podrá hacer factible el cumplimiento del programa consistente en el establecimiento de la Iglesia primitiva o apostólica, pero dentro de un contexto doctrinal ortodoxo. “Aquellos frailes –dice el P. Lino Gómez Canedo- se alimentaban de una espiritualidad sencilla y flexible que tenía sus raíces lejanas en los ´espirituales´ del siglo XIII, pero de los legítimos, que buscaban la renovación de la Orden, no de los rebeldes y fanáticos, que hubieron de ser condenados por la Iglesia. El abate Joaquín de Fiori tampoco parece en los textos mexicanos del siglo XVI. Tampoco hay apenas huellas de que se leyese el libro de Fray Bartolomé de Pisa sobre las Conformidades de San Francisco con Cristo, que era una obra de exaltación franciscanista, pero alejado completamente de los desvaríos espirituales.

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Es cierto que los franciscanos se inspiraron en el ejemplo de la primitiva Iglesia para muchas cosas que hicieron o intentaron hacer en el Nuevo Mundo; querían que aquella nueva Iglesia fuese pobre y humilde, sin el Fausto y aparato de poder humano que habían visto en algunas partes de la cristiandad europea. Tomaron en cuenta no sólo el simbolismo de su número “doce”, sino las palabras del papa y del ministro general de la Orden, Francisco Quiñones, que los había comisionado para aquella empresa misional. A los franciscanos les atrajo en muchos casos la pobreza y sencillez de los indígenas de América y creyeron que tenían particular disposición para recibir el cristianismo. Quienes en alguna época insistieron tanto en la “opción por los pobres”, mientras con desconocimiento o tergiversación de la historia se empeñaban en negar la obra misionera, debieran informarse mejor sobre el pensamiento de aquellos primeros misioneros. Aparte de la evangelización, bien principal, terminaron con los sacrificios humanos y las guerras intestinas que los alimentaban, se establecieron escuelas y hospitales para los indígenas, mejoró la organización poblacional mediante el establecimiento de pueblos de indios… Los franciscanos defendieron la conservación de la “república de indios”, pero en convivencia con la de los españoles, y aun cuando lamentaron los excesos de las conquistas –Motolinía las calificó como “las siete plagas”- no podían concebir un retroceso al pasado prehispánico y pagano. El éxito del movimiento franciscano se explica en gran medida por la enorme capacidad de convocatoria que demostraron las Órdenes mendicantes entre el pueblo llano. Se predicaba una religión y se llevaba un estilo de vida que estaba muy próximo a localidad de vida que llevaban los pobres. El P. Luis Jerónimo Oré, ayacuchano, señalaba como calidades básicas de todo misionero para el éxito de su apostolado la santidad de vida, la idoneidad de oficio, la preparación en letras y en lenguas, la prudencia y la sencillez o llaneza. La puesta en práctica de la metodología evangelizadoProvincia Franciscana de los Doce Apóstoles del Perú


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ra exigió al misionero una profunda formación religiosa, moral y cultural. El conocimiento de la sociedad indígena resultaba esencial para el éxito de la empresa, sólo de esta forma se podía establecer una comunicación eficaz entre ambas parte, de ahí que se hacía imprescindible aprender los idiomas de los recién convertidos. Pero, ¿cómo lograr la salvación de los indios? Las vías para ejercer la misión pastoral en estos confines son múltiples, puesto que el espacio americano es observado y entendido como una realidad compleja y múltiple. Las culturas son muy variadas y por ello no se pueden establecer normas universales y estables. Las dificultades para evangelizar son numerosas y de todo orden. El problema más grave que en principio se plantea a los franciscanos es lógicamente el de la comunicación, máxime cuando se trataba de enseñar unos conceptos y una doctrina difícil de asimilar por la mentalidad politeísta de los indígenas. El jesuita P. Acosta es consciente de que la conversión del indio no está plenamente conseguida y que la vuelta a sus antiguas prácticas religiosas es frecuente. Con todo, dice no es lícito implantar la fe por la fuerza; tampoco pueden justificarse la guerra contra los naturales con argumentos moralizantes. Los impedimentos que más estorbaban la evangelización son, en su opinión, los pésimos ejemplos y las malas costumbres que daban los españoles y la enorme influencia que tienen los hechiceros. La tarea evangelizadora demandaba una gran preparación intelectual por parte de los misioneros, pero sobre todo una gran dosis de paciencia y de heroísmo, como nos revelan estas palabras del cronista P. Córdova Salinas: “Iban como varones preclarísimos resplandeciendo en religión y santidad… Y como otros Apóstoles, con indecibles penalidades, hambre, sed y pobreza, corrían de unas en otras provincias… expuestos a perder las vidas, les derribaban los templos, ídolos y huacas de los demonios, que adoraban ciegos. Ponían sobre las puntas de los montes y de los cerros cruces grandes y, arrimados a ellas, predicaban desde Provincia Franciscana de los Doce Apóstoles del Perú

aquellas cátedras a innumerables genes que acudían a oírlos. De estos doce apóstoles varones no es posible hacer memoria por menos, así por ser muchos, como porque nuestros antepasados pusieron todo su estudio en las obras y muy poco o ninguno en los escritos o memorias, siendo sin duda muy copioso los frutos que la Iglesia Católica cogió de la semilla de la palabra de Dios, que sembraron” (Crónica, Lib. I, c. 15). Estos misioneros franciscanos, peregrinos del siglo XVI, fueron bien recibidos en todas partes, si hemos de creer al testimonio del cronista Huamán Poma de Ayala, que escribió: "De la Orden del señor San Francisco, los dichos reverendos padres todos ellos son santos y cristianísimos de gran obediencia y humildad y caridad, amor al prójimo y limosnero que quiere y ama muy mucho a los pobres de Jesucristo. En todo el mundo son amados y queridos y honrados en el cielo. Con su amor y caridad traen a todos los ricos como pobres en el mundo, mucho más a los indios pobres. Jamás se ha oído pleito ni quejas de los bienaventurados padres. Confesarse con ellos es gloria porque el

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penitente se arrepiente de aquel amor y caridad, que me parece (si) estos santos de dios anduviesen en los pueblos de los indios, sin temor se allegarían y les buscarían y no se huirían. Porque en diciendo que viene un fraile luego todos acuden a besar las manos".

2.- Los franciscanos no cobraban estipendio a los indios por su servicio en bodas y funerales, sino que recibían lo que los indios les daban voluntariamente. La mayor parte de su salario se usaba para procurar ornamentos sagrados y vestiduras.

En su crónica Huamán Poma inserta numerosos dibujos para edificación de sus lectores analfabetos. En una serie retrata a las distintas Órdenes religiosas representando a un miembro de cada una en cierta acción característica. El franciscano aparece ayudando a un indio corporal y espiritualmente. Con su mano izquierda el fraile da al indio un pedazo de pan, diciéndole: “Huérfano, como este pan”; con la mano derecha el fraile extiende un crucifijo, diciendo: “Sea por amor de Dios”.

3.- Los frailes solían compartir los bienes en especie que los indios les daban con los huérfanos, los ancianos y los enfermos del pueblo.

La actitud de Huamán Poma hacia los franciscanos no fue única. Igual actitud fue característica general de los indios de las doctrinas fran-ciscanas. Hubo, por supuesto, excepciones, y los caciques no fueron mudos en quejarse a las autoridades cuando creían que ciertos franciscanos no se comportaban debidamente; pero el hecho de que los indios fueran libres de quejarse y de hecho se quejaron individualmente contra ciertos frailes, hace más verosímil su alabanza. El veredicto de los indios fue generalmente favorable. Así, después de haber dejado los franciscanos las doctrinas de Cajamarca en 1570, los indios enviaron representantes a Paita para pedir al Virrey don Francisco de Toledo el regreso de los frailes. Lo mismo pasó con las doctrinas de los Collaguas, que en 1584 los frailes habían dejado de atenderlas, y piden al virrey que los franciscanos retornen a sus doctrinas. Entre las razones que los indios de la provincia de Pacajes (Bolivia) daban para preferir a los franciscanos, decían: 1.- Los frailes venían solos a las doctrinas y no traían parientes para que vivan de los indios y sean servidos por ellos. Ni comerciaban con los indios, sino que sólo se ocupaban de instruirles y ayudar a los pobres y necesitados.

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4.- Los franciscanos eran hombres piadosos y celosos, que les enseñaban a amar la fe santa. Esos eran los recuerdos que estos caciques guardaban de los franciscanos que habían trabajado entre ellos. Que esos sentimientos fueron sinceros y bien fundados, lo confirman otras autoridades civiles y eclesiásticas. Todo esto lo consiguieron los franciscanos no sin esfuerzo y perseverancia y sin violentar excesivamente las voluntades y modo de ser de los indígenas. En cuanto se pudo, conservaron las costumbres indígenas indiferentes a la fe cristiana: indumentaria, danzas, idiomas, etc. En cambio, ganaron con una vida familiar más arreglada y una formación individual y social más acorde a la condición humana, pues no hay que olvidar que el objetivo principal de la evangelización fue la dignificación humana y religiosa del indígena. Este decidido apoyo a favor de los indígenas les valió a los franciscanos una gran simpatía de parte del pueblo en general; no sólo predicaban la pobreza, sino que la vivieron. Esta imagen espiritual del franciscano se mantuvo en todos los trabajos y lugares durante los siglos XVI y XVII y sus frutos fueron desiguales, pero trabajaron con heroísmo y dedicación, que no vamos a desarrollar aquí. Durante estos siglos son dignos de destacarse algunos de los apostolados franciscanos y su influencia en la religiosidad popular, fomentados preferentemente en las iglesias franciscanas y fuera

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de ellas, referidas a los principales misterios del Señor y la Virgen María. Por ello se consideraron como devociones eminentemente franciscanas la preparación de Nacimientos en Navidad, el rezo y la práctica del Vía Crucis, el culto y devoción a la Eucaristía y por supuesto el culto mariano, con la devoción y defensa del privilegio de la Concepción Inmaculada de la Madre de Dios. Otra de las devociones propias de los franciscanos heredada de su fundador, ha sido la Pasión de Cristo y por lo tanto a la Cruz. No sólo en la prédica recomendaron esta devoción, sino que procuraron levantar cruces en los lugares más prominentes de las poblaciones. Ahora bien, si los franciscanos exigieron la santidad a los demás, con mayor razón se la exigieron en primer lugar a sí mismos, como lo hemos visto en las páginas anteriores. Por ello son tanto los que han santificado con sus vidas los claustros franciscanos del Perú, que es materia que supera los límites de una charla. Cada uno de los conventos podría presentar una buena lista de religiosos que sobresalieron por su santidad de vida, que no vamos a intentar exponer aquí. Solamente quiero rescatar la figura sobresaliente de la santidad franciscana en el Perú y en Hispanoamérica de San Francisco Solano (1549-1610), modelo de religioso, de apóstol y de misionero. “En él -dice el historiador Raúl Porras Barrenechea- se juntan el misticismo contemplativo del fraile conventual y el ardor del misionero. Pertenece por su vida a la época seráfica y por su acción impaciente y creadora a la época heroica de los misioneros”.

advierte en ellas, nos dicen es la disminución del espíritu que había animado a sus miembros en los siglos pasados. Se entiende que estamos hablando en términos muy generales, pues la Orden Franciscanas, en sus dos provincias, mantuvo en las primeras décadas sus antiguas misiones, pese a las numerosas muertes de finales del siglo XVII. Además, las dos provincias: De los Doce Apóstoles y de San Antonio de los Charcas, mantenían sus numerosas doctrinas o curatos de indios, que ocupaban un buen número de religiosos. Pero también de estas se fueron despojando gradualmente, o se les obligó abandonarlas a mediados del siglo XVIII. Sus misterios pastorales giraban alrededor de sus conventos e iglesias, como la dirección de diversas cofradías y la Tercera Orden.

EN EL SIGLO XVIII

Otra actividad importante fue la dedicada a la enseñanza en las Universidades, o Colegios Mayores o en los propios conventos, donde se preparaban los propios candidatos. La predicación estaba reservada generalmente para las grandes ocasiones y corría a cargo de los llamados. Predicadores generales, que buscaban en su forma barroca el aplauso del auditorio. Aunque no faltaron religiosos de celo, superiores y súbditos, que tomaron a pecho sus oficios, lo ordinario y más común fue que en los conventos se llevara una vida relativamente fácil y descansada. No faltaban disturbios, sobre todo con motivo de la celebración de los capítulos provinciales, con intromisiones incluso de las autoridades civiles y del pueblo. Los prelados provinciales y comisarios generales ordenan en sus patentes la guarda de la observancia regular, la vida común y la dedicación al estudio y a la oración.

Antes de seguir adelante y acabar el periodo de la época colonial, es necesario hacer algunas precisiones sobre la situación y actuación de la Orden franciscana en el Perú durante el siglo XVIII, ya que es quizá el período menos estudiado y conocido. Previa esta aclaración, diremos que la situación de la Orden en el siglo XVIII acusa algunas características que eran comunes a las demás Órdenes religiosas en el Perú, según nos advierten los historiadores. Lo primero que se

Causas ajenas a la Orden, como la expulsión de los jesuitas en 1767 y los primeros intentos de reforma de las órdenes religiosas por parte de la Corona en 1772, dieron motivo para cierta reactivación, todo lo cual obligó a concentrar mayor número de religiosos en los conventos. Y como habían sido los jesuitas quienes habían extendido la práctica de los ejercicios espirituales entre los fieles, al ser expulsados, son los franciscanos quienes se

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hacen cargo en Lima de esta benéfica práctica para el pueblo y así a partir de 1774 establecen dos casas de ejercicios espirituales, una en San Francisco y otra en el convento de los Descalzos, que dieron óptimos frutos, tarea en la que se distinguió por muchos años durante este siglo el P. Juan de Marimón. Por otra parte, en ciertos ambientes de la sociedad colonial de mediados del siglo XVIII se dan algunos movimientos de protesta social pidiendo reformas y cambios en el gobierno colonial. En esta línea está el Hermano Calixto de San José Túpac Inga, que se decía descendiente de la familia incaica. CONCLUSIÓN Uno de los méritos poco reconocidos a los franciscanos del Perú fue la decidida defensa de los indígenas contra los abusos de las autoridades virreinales, reclamando justicia y buen trato (fue el tema de mi incorporación a la Academia de Historia del Perú; ahí citaba los nombres de las principales figuras que salieron en defensa del indígena). La pretendida “utopía franciscana” consistió, pues, en defender al indio de los atropellos de los poderosos, lo que hicieron con denuncias oportunas a las autoridades. Ello suavizó en algo el encuentro y posterior trato entre españoles y naturales. Pero fue sobre todo su amor al indio y su espíritu evangélico, lo que les confirió a los misioneros una gran autoridad entre los naturales, como

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lo expresan los conocidos elogios de Huamán Poma hacia los franciscanos. Por ello podemos concluir con estas expresiones del sacerdote Don Melquíades Andrés: “No parecen constituir las guías fundamentales de su obra la utopía de Tomás Moro, ni el milenarismo de Fiore. Van a predicar el evangelio y a llevar el modo franciscano de vivirlo como respuesta de fe a la llamada de Dios. Se trata de una entrega absoluta a Dios y a los indios, basada en la fe. Su fe es la guía, su espiritualidad el Evangelio y la Regla sin glosa ni dispensa. Viven su antropología o modo concreto de ser hombres y religiosos. Este decidido apoyo a favor de los indígenas les valió a los franciscanos una gran simpatía de parte del pueblo en general. Esa simpatía creció al advertir los naturales que los hijos de San Francisco frecuentemente compartían en todo sus usos y costumbres pobres: no sólo predicaban la pobreza, sino que vivían como pobres y con los pobres. Eso creó un vínculo de profunda hermandad moral y espiritual con los religiosos. Por eso pudo escribir con toda razón el gran pensador y terciario franciscano Don Víctor Andrés Belaúnde que “de todas las Órdenes, ninguna estuvo más unida a las clases populares que la franciscana”. *****

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BIOGRAFÍA DE SAN FRANCISCO SOLANO, APÓSTOL DEL PERÚ ? Mons. Federico Richter Prada, OFM

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an Francisco Solano nació en Montilla (Andalucía) el día 10 de Mayo de 1549. En su tiempo nacieron otros cuatro grandes hombres que se hicieron famosos en la Historia. Nos referimos a Felipe II, el rey taciturno y grandioso: el ilustre Miguel de cervantes Saavedra, autor de la joya más preciada de la literatura hispana “Don Quijote de la Mancha”; el Fénix de los Ingenios Félix Lope de Vega, y el autor de “Las meninas”, Velásquez de Silva. A los 20 años de edad ingresó en el Noviciado franciscano de San Laurencio de Montilla. A los 40 años, en 1570, se embarcó a América, destinado a las Misiones del Virreinato del Perú y las de Tucumán. Después de un accidentado viaje, en el que naufragara la embarcación frente a las playas de Paita, se dirigió primero a Trujillo, donde se hizo famoso por sus predicaciones proféticas. Seguidamente pasó a la Ciudad de los Reyes, Lima, permaneciendo en esta vez por poco tiempo en la capital peruana. La obediencia le encomendó atender las Misiones que se acababan de abrir en el Alto Perú (la hoy Bolivia) y después en el norte argentino. En Bolivia, estando en Potosí, fue nombrado Guardián del Convento de los Franciscanos. Hasta hoy se guarda la mesa del refectorio donde él se sentaba. Renunció a este oficio. Para cumplir estos cometidos, cuando viajó a Lima para llegar a Alto Perú, siguió el camino llamado Real, pasando primero de Lima a Jauja, siguiendo a Guamanga, para llegar por el camino de repartición de Acocro a Matará, el río Pampas, Andahuaylas, Abancay, Limatambo y finalmente Cuzco. En la Imperial Ciudad estuvo hospedado Provincia Franciscana de los Doce Apóstoles del Perú

“Milagro de San Francisco Solano en la cuesta de Tenerías” Óleo de José Galerno.( grupomagmahistory.blogspot.com)

como dos meses en el Convento alcantarino de La Recoleta. Años después, un devoto fraile pintor dejó en la tela el retrato del Santo. Solano, el que aparece acompañado de aquel célebre misionero franciscano peruano Fray Luis Jerónimo de Oré, devotísimo del Santo montillano, al que le dedicó posteriormente una biografía, impresa en Madrid, 1614. Continuó nuestro santo el camino del Alto Perú, comenzando en el Cuzco por el camino de la Raya (4,200 m.s.n.m.) y llegando a Chucuito (Puno) y el Desaguadero, para proseguir a Copacabana donde se venera la devotísima imagen de Nuestra Señora de la Candelaria. Llega después a Chuquiabo (La Paz), continuando hacia Oruro, Cochabamba, Aiquile y Sucre (Chuquisaca o La Plata): Cabeza del Obispado de Charcas. A los pocos días prosiguió su viaje a Potosí, ciudad que está a los 4,200 m.s.n.m. famosa por su “Cerro de La Plata”, por sus barrocas iglesias y por sus edificaciones coloniales que hacen de ella un emporio de arte en sus manifestaciones múltiples. Es la ciudad donde habitó aquel famoso

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Capitán Quiroz, de quien quedó la frase “después de Dios, Quiroz”, por sus manos abiertas a la producción de obras de arte. Es en Potosí donde la obediencia le encomienda el oficio de Superior del Convento de los Franciscanos, cargo que lo desempeña por muy poco tiempo. Su celo misionero no satisfecho de vivir en ciudades lo llevó a buscar a los naturales de aquellas comarcas, en las que habitaban los quechuas, los calchaquíes y los guarayos, en las serranías de Bolivia y norte argentino. Lo encontramos en Tarija, La Quiaca, el extendido Tucumán, con su capital de San Miguel, la Rioja, Catamarca y otras aldeas que iban naciendo, entre pampas, desiertos y bosques. Por aquellos años venían misionando dos figuras grandes del franciscanismo: Fray Luis de Bolaños y Fray Antonio de San Buenaventura, inmensas pampas y bosques del Paraguay, donde el único idioma era el guarayo y la única ley era la astucia guerrera del indio “pila”. Nuestro taumaturgo franciscano acompañándose de su violín, habla a las gentes del amor de Dios a los hombres y de su hijo Jesucristo, en un lenguaje que los naturales lo entienden. Bautiza a muchos. Evangeliza a multitudes y las lleva al conocimiento del único y verdadero Dios. No le arredran las penalidades de los caminos llenos de peligros, de fieras, ni los días de lluvioso y fatigoso calor tropical y lleno de picaduras de zancudos y de izangos. Encontrándose alguna vez la embestida de toro brioso y bravo, al que con su cuerda franciscana amarró por el cuello y llevó como manso corderito hasta donde se encontraban los nativos, valiéndole éste gesto lo declararan años más tarde “Patrono de los toreros”. Achacoso y enfermo retorna a Lima, a la enfermería de nuestro Convento de San Francisco de Jesús, quedando al cuidado de aquel religioso místico Fray Juan Gómez Díaz, llenando ambos de olor a santidad los muros de esta casona franciscana, cuna de la familia Minorítica en esta parte de América. Fallece piadosamente el 14 de Julio de 1610, cuando la campana mayor del templo franciscano repicaba por la festividad del Doctor Seráfico San Buenaventura, a quien el Padre Solano profesaba

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especial devoción. Tenía 62 años de edad y 41 de religioso, musitando una plegaria hermosa compuesta por él, que ha corrido por todas las partes y que aquí la copiamos. “¿Qué tengo yo, Señor Jesús, que tú no me hayas dado? ¿Qué se yo que tú no me hayas enseñado? ¿Qué valgo yo si no estoy a tu lado? ¿Qué merezco si a ti no estoy unido? Perdóname Señor, los yerros que contra ti he cometido Pues, me criaste sin que yo lo mereciera, Y me redimiste sin que yo te lo pidiera; Mucho hiciste en crearme, Mundo en redimirme Y no serás menos poderoso en perdonarme. Y la acerba muerte que padeciste Y la mucha sangre que derramaste No fue por los ángeles que te alaban, Sino por mí y los demás pecadores que te ofenden”. Si te he negado, déjame reconocerte, Si te he injuriado, déjame alabarte. Porque es más muerte que vida La que no está empleada en tu santo servicio”, amén.

Después de su muerte, muchos pueblos lo proclamaron su Patrono, como: Lima, Trujillo, Huamanga, Cusco, Tucumán, Arequipa, La Rioja, Cajamarca, etc., nombrándolo Abogado contra los temblores que con frecuencia suelen asolar estas regiones. Cuando las fiestas de su canonización, nuestra provincia como refiere el Padre Rodríguez Guillén, autor del “Sol y año feliz del Perú”, le construyó un hermoso claustro, a espaldas de nuestra actual Basílica de Lima, programando una serie de actividades religiosas, culturales y sociales con tan especial motivo. Corría el año de 1726, en el Pontificado del papa Benedicto XIII que lo canonizó. Posteriormente, se le dedicó un hermoso altar, aprovechando uno construido a la Virgen de Aránzazu, en cuyo nicho central se puso una imagen tallada en cedro nacional, siendo su autor el español Valentín Rael Quinto, a expensas del Comité que se formó para el caso, presidido por los padres Vicente Sánchez y José Francisco de Guadalupe Mojica, ambos de grata recordación en la Provincia. Allí se venera al cráneo del Santo en una hermosa teca de plata; parte de su hábito gris y otros objetos más que fueron de su uso. ____________________________

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EXPOSICIÓN HISTÓRICA ARTÍSTICA MISIONAL: “FRANCISCANO SOLANO: APÓSTOL DEL NUEVO MUNDO” EN EL IV CENTENARIO DE SU MUERTE (1610-2010)

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ajo el título de “Francisco Solano, Apóstol del Nuevo Mundo”, el Museo del Convento San Francisco y Catacumbas de Lima presenta una exposición histórica artística y misional en homenaje al santo andaluz, de quien este año se conmemoran 400 años de su fallecimiento acaecido en Lima el 14 de julio de 1610. Como se sabe, San Francisco Solano –sacerdote de la Orden Franciscana- tuvo una participación importante en la evangelización de América en el siglo XVII, especialmente en Argentina, Paraguay y el Perú. Llamado el “Taumaturgo de América” y “Apóstol del Perú”, vivió los ideales de la caridad y la pobreza franciscanas. La exposición, enmarcada dentro el Año Jubilar de San Francisco Solano, presenta una visión integral del sacerdote y misionero a partir de la cronología de su vida, los milagros que se le atribuyen y su labor evangelizadora en las comunidades nativas que lo llevaron a aprender idiomas como el “Tonokoté” (hablado por los indígenas en Santiago del Estero) el guaraní y el quechua. Entre los objetos que se exhiben figuran el “Retrato de San Francisco Solano post mortem” (óleo realizado por el artista Pedro Reinalte Coelho en 1610), la cruz misional utilizada por el santo, un fragmento de la manga de su hábito franciscano, así como la bula de canonización emitida por el papa Benedicto XIII en 1726. Además se aprecian un relieve policromado en madera tallada con la figura del santo (siglo XVIII), el detalle de casulla con su imagen bordada (1730), la cruz de madera que utilizaba para realizar la Vía Sacra, así como libros publicados desde el siglo XVII sobre su vida. Uno de los ejemplares es libro: “Crónica de la religiosa Provincia Provincia Franciscana de los Doce Apóstoles del Perú

“Retrato de San Francisco Solano post mortem”, óleo realizado por el artista Pedro Reinalte Coelho en 1610.

Franciscana de los 12 Apóstoles” publicado en Lima en 1695 por el franciscano Fray Diego de Córdova y Salinas, considerado su primer biógrafo. En la muestra también se hace referencia a la famosa tradición escrita por Ricardo Palma: “El alacrán de Fray Gómez”, personaje que en la vida real fue enfermero de San Francisco Solano en Lima hasta los últimos momentos de su vida, de quien el tradicionista cuenta varios prodigios como por ejemplo sacar dos pejerreyes frescos de la manga de su hábito para convidárselos a San Francisco Solano, a petición del santo. El director del Museo Catacumbas, Fray Ernesto Chambi Cruz, señaló que la muestra se

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puede visitar gratuitamente todos los días de 9:30 am. a 5:30 pm. hasta el próximo 31 de diciembre. Destacó que la exposición ha sido posible gracias al apoyo del ministro provincial de la Provincia de los XII Apóstoles del Perú, Fr. Emilio Carpio Ponce; el director del Archivo San Francisco de Lima, Fr. Abel Pacheco Sánchez, y la curaduría de Carlos Sobrino Zimmerman y Cayetano Villavicencio Wenner. Cabe señalar que durante el mes de setiembre las reliquias de San Francisco Solano (un fragmento del cráneo y un retazo del hábito) realizaron una visita itinerante en ocho ciudades peruanas donde predicó: Piura, Huancayo, Cusco, Puno, Juliaca, Arequipa, Mollendo y Tacna. En Trujillo, donde el santo vivió una larga temporada, también se le ha rendido homenajes. Asimismo está en preparación un libro sobre su vida y la realización del II Congreso Histórico Franciscano sobre la vida de San Francisco Solano.

PROVINCIA FRANCISCANA DE LOS XII APÓSTOLES DEL PERÚ MUSEO SAN FRANCISCO Y CATACUMBAS

DEL 2 DE JULIO AL 31 DE DICIEMBRE MUSEO SAN FRANCISCO Y CATACUMBAS

(Prensa Franciscana del Perú)

HORARIO: 9:30 A.M. A 5:30 P.M.

CRONOLOGÍA DE LA VIDA DE SAN FRANCISCO SOLANO 1549: A principios de año nace en Montilla, Andalucía, España. Hijo de Mateo Sánchez Solano y Ana Jiménez Gómez. El 10 de marzo es bautizado en la Parroquia de Santiago e Montilla.

INGRESO LIBRE

EXPOSICIÓN HISTÓRICA ARTÍSTICA MISIONAL: “FRANCISCO SOLANO APÓSTOL DEL NUEVO MUNDO” EN EL IV CENTENARIO DE SU GLORIOSA MUERTE 1610 LIMA 2010

1569: Ingresa al noviciado del Convento Franciscano de San Lorenzo. 1570: El 25 de abril profesa en la regla pobre de los franciscanos para ser fraile de coro y se destaca por su afición a la música. 1572: Viaja al convento de Nuestra Señora de Loreto cerca a Sevilla, donde cursa estudios de Filosofía y Teología. Los maestros que más influyeron en él fueron dos: el teólogo y humanista fray Luis de Carvajal y el músico y científico padre Juan Bermudo. Parte Fray Luis Bolaños su compañero, a una expedi-

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Portada del tríptico impreso por el Museo San Francisco de Lima para la exposición “San Francisco Solano, Apóstol del Nuevo Mundo” que se exhibe en la capital peruana.

ción al Río de la Plata, donde fundaría las famosas reducciones del Paraguay con los indios guaraníes. 1581: Es nombrado como vicario y maestro de novicios en el Convento de Arrizafa en Córdoba, que en árabe quiere decir “jardín real”, famoso porque Digo de Alcalá vivió allí.

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1583: Es enviado como primer maestro de novicios en la recién creada Provincia Franciscana de Granada, en el Oratorio de San Francisco del Monte. 1586: Es nombrado Guardián de noviciado del Oratorio de San Francisco del Monte en Granada. 1587: Fue destinado al Real Convento de San Luis, de la Villa de Zubia, cerca de Granada; de su estancia, hay que destacar que iba a predicar a las cárceles y que visitaba a los enfermos del Hospital San Juan de Dios. 1587-89: El Rey Felipe II autoriza al comisario de la Orden Franciscana, Fray Baltazar Navarro para reclutar doce misioneros de la Orden y enviarlos al nuevo mundo, a las regiones del Tucumán y Paraguay, inscribiéndo entre los doce a Francisco Solano. 1589: El 13 de marzo, parte de Cádiz junto al recién nombrado VIII Virrey de Perú García Hurtado de Mendoza, segundo Marqués de Cañete. También formaba parte de esta comitiva en calidad de paje Andrés Corso, futuro religioso lego franciscano. 1590: Llega al Puerto de Paita, para proseguir a pie hasta Tucumán por unos 4 mil kilómetros de llanos y selvas, atravesando los Andes y cruzando valles y ríos. Hubo de quedarse a celebrar la cuaresma y pascua en el valle del Santa (Ancash), a unos 650 kilómetros de Paita. En julio se encontraba en Jauja, luego de pasar por Lima; continua por ayacucho, Cuzco, descasando siempre en los conventos franciscanos. En agosto se encontraba ya en Copacabana, en el Santuario de la Virgen de la Candelaria en la ruta de Charcas, pasando por La Paz y Provincia Franciscana de los Doce Apóstoles del Perú

Izquierda: “Cruz misional”, utilizada por San Francisco Solano. madera pintada, siglo XVI. Derecha: “Fragmento de la manga del hábito de San Francisco Solano”, siglo XVI.

Potosí, donde celebraba la fiesta de San Francisco de Asís en octubre. Pasó por el valle de Humahuaca, Jujuy, Salta, Tucumán y, por fin, el 15 de Noviembre llega a Santiago del Estero, Argentina, junto a ocho franciscanos, ya que dos franciscanos murieron en Panamá y uno en el naufragio frente a la isla Gorgona (Colombia). Se establece en el convento de Talavera de Esteco, donde se encarga de una doctrina de indios, que abarcaba varias poblaciones de indígenas como Cocosori y Socotonio. 1592: Fue constituido Custodio de los franciscanos de la zona de Tucumán. 1592-95: Visita los centros franciscanos de su jurisdicción. Talavera de Esteco, donde comenzó como misionero, y pasó por Salta, San Miguel de Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca y Córdoba. 1595: El Comisario General de los Franciscanos Fray Antonio Ortiz lo nombra Guardián de la Recolección Franciscana Santa María de los Ángeles (Convento de Los Descalzos, Rímac).

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Solano se encontraba en Tucumán, por lo que inicia su viaje de vuelta a Lima que fue lento, constante y agotador, pues lo hizo de nuevo a pie, enfermo y en lamentables condiciones físicas. El itinerario fue el inverso al de su llegada a Tucumán; pasó por Sucre y Potosí, La Paz, Copacabana, Cuzco, Ayacucho y finalmente Lima. 1596: Mediante el apoyo de los devotos de San Francisco de Asís, se inicia la construcción de la Casa de Recolección de Nuestra Señora de los Ángeles en el Rímac, bajo la dirección de San Francisco Solano y del lego Andrés Corso. 1601-02: Se desempeña como secretario del nuevo Provincial de la Orden Franciscana en el Perú, Fr. Francisco Otalora. 1602-04: Es nombrado Guardián del Convento de la Encarnación en Trujillo. A esta ciudad llega por vía marítima. 1603: El 12 de noviembre tuvo una visión profética del terrible terremoto que sacudiría la ciudad de Trujillo el 14 de febrero de 1619. El Santo pronosticó que se hundiría la iglesia, pero que el púlpito quedaría intacto y debajo de éste quedaría ilesa una anciana.

por dos pintores. A su entierro asistieron unas 5 mil personas. Tan sólo quince días después de su muerte se abrió su proceso de canonización, “una información sobre la vida y costumbres de Solano, y sobre los milagros y maravillas que Dios obró por sus manos”. Las gestiones comenzaron en Lima, donde hubo quinientos testigos, y después continuaron en otras ciudades del Perú, en el Tucumán y en España. 1675: Francisco Solano es declarado Beato por el papa Clemente X. 1726: El 27 de diciembre es canonizado por el papa Benedicto XIII, llamándolo el “Apóstol de América” o el “Taumaturgo del Nuevo Mundo”. San Francisco Solano es patrono protector contra los terremotos, patrono de los toreros, de la unión de misioneros franciscanos y del folclore argentino; también es patrono de Montilla y de numerosas ciudades americanas como Lima, La Habana, Panamá, Cartagena de Indias, La Plata, Ayacucho y Santiago de Chile, entre otras.

1604: El 21 de diciembre, predijo un terremoto en Lima, similar al que había ocurrido en Arequipa, si la población limeña no se arrepiente de sus pecados. 1610: El 14 de julio, a las 11 y 45 de la mañana, muere en la enfermería del convento de San Francisco de Jesús el Grande de Lima, San Francisco Solano. Ese mismo día y a la misma hora se produjo un extraño toque de campanas en el Convento de Loreto, e n Sevilla, España. Su cuerpo fue trasladado al oratorio de la enfermería, donde acudió gran cantidad de gente a venerarlo. Allí mismo fue retratado

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Arriba, izquierda: “Cruz” utilizada por San Francisco Solano para realizar la Vía Sacra. Madera, siglo XVI.

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DESCUBRIMIENTO DE LAS CATACUMBAS DE LA IGLESIA DE SAN FRANCISCO DE LIMA ? Vicente Álvarez Villafuerte, Abogado LOS PROTAGONISTAS El grupo que participó en este descubrimiento fue integrado por los novicios franciscanos del año 1949 establecidos en un claustro especial, contiguo al Convento Máximo de los Padres Franciscanos de la Provincia de los XII Apóstoles del Perú, en Lima. Este informe ha sido redactado en años posteriores, entre 2007 y 2010, esto es, más de sesenta años, gracias al aliento recibido por el padre Abel Pacheco, con quien cursamos los estudios secundarios en el Colegio Seráfico de la Ciudad de Arequipa y posteriormente los estudios filosóficos en el Convento de La Recoleta del Cusco. Este grupo pionero estuvo conformado por los “hermanos” novicios: José Ponce Zegarra, Vicente Álvarez Villafuerte, Arturo Herrera Torres, Santiago Brousardt, Feliciano Ramos y el hermano lego Alejandro Tacusi. Llegamos a Lima ya por la noche y nos instalaron en el claustro de noviciado. Vino también el Padre Pacífico Chirinos Marroquín a darnos la bienvenida, como Maestro de Novicios y nos presentó al Hermano Emeterio Lavín Agüero, periodista mexicano, quien dejó su país en busca de las huellas del Padre San Francisco, animado por el ejemplo del José Francisco de Guadalupe Mojica, famoso tenor de la lírica, gran exponente del “bel canto”.

EL ARTISTA SOÑADOR El padre Chirinos tenía planes de estudio con anterioridad a lo que íbamos a ejecutar. Sus estudios fueron detallados en base a informes recibidos de una serie de personas y frailes, que le referían sobre las “Catacumbas” de la Iglesia. Y así tomó la decisión de descubrir tales catacumbas y develar el misterio que se ocultaba de años. La base fundamental estaba en la cripta existente, debajo del Altar Mayor del templo, la cual si bien no estaba clausurada estaba abandonada desde hace años atrás. Para tal efecto nos pidió realizar la limpieza de la mencio-

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Vista del interior de las catacumbas de San Francisco de Lima. En: http://www.flickr.com/photos/moisesarnaiz/328135812/

nada cripta, porque en ella yacían varios frailes franciscanos y por ello se le denominó: “La cripta de los venerables”, pues eran tres religiosos que yacían empolvados y llenos de telarañas. Para tal efecto se tenía que pasar por la sacristía y así tener acceso a nuestro objetivo. La sacristía del templo, es el lugar donde se guardan ornamentos diversos para el culto. Los sacerdotes se revisten de ornamentos y objetos sacros para la ceremonia religiosa en público: Santa Misa, exposición del Santísimo, etc. Siempre el padre Chirinos decidido en proseguir con su curiosidad en descubrir las fantasías anidadas en su mente; en las tardes después de rezado el Oficio Divino sólo los novicios y el maestro nos trasladamos al Templo, nave central, a realizar sondeos con golpes de varilla metálica en el suelo y escuchar sus ecos. Como músico que era disponía de excelente audición de la repercusión de los ecos, nos indicaba el lugar donde golpear en varios lugares de la nave central, sobre todo debajo de la Cúpula Mayor o Grande.

EL DESCUBRIMIENTO Al sentirse los ecos que repercutían en el espacio que pisábamos, sentimos el eco fuerte frente al Altar de la Purísima y logramos perforar el suelo. Para tal efecto, destrozamos varias losetas y para nuestro asombro y del Maestro el tiempo no se dejó

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esperar y pudimos encontrar una gran cripta oscura, agrandamos el hueco y “Aleluya”, lo que entonces los novicios no nos atrevíamos a hacer bajando al subsuelo, lo hizo el padre maestro, pues había llegado la hora de su sueño. Ingresó al piso inferior, todo oscuro, aire enrarecido y con miedo de aparición de algún fantasma, pero no pudo subir del subsuelo en que se encontraba, hizo señales con golpes de varillas, para variar la posición del hueco de acceso a otro lugar y abrir de nuevo un forado más grande y por él emerger a la superficie del templo donde nosotros –ansiosos y asombrados- lo esperábamos. Salió todo maltrecho, empolvado y con asfixia por falta de respiración, para recibir de nuestra parte ventilación y así nos trasladamos a los claustros de nuestro Noviciado. El nuevo hueco indicado desde el subsuelo por el Maestro se agrandó y así se llegó a verificar el ingreso primitivo o antiguo, pero ya con seguridad de lo que había que hacer y llevar. Después se abrió la actual salida, ahora cerrada con rejilla metálica.

los en la nariz, cogíamos todos los huesos y esqueletos y los poníamos contra las paredes, para poder transitar libremente. De este modo llegamos a abarcar las dos naves laterales de los costados, amén de la Nave Central, desde su cabecera (Altar Mayor) hasta los pies que hay debajo del Coro y con puerta de salida al exterior del templo, cuya puerta es todo de madera con tachones de bronce como adorno. Todo lo que ordenaba el padre maestro lo realizábamos como religiosos, con mucha humildad, prontitud y por amor a Dios. Quien presenta este relato lo dice en honor a la verdad de los hechos. El conjunto de novicios colaboramos con el fin poner de nuestra parte y con la mira en Dios, quien solamente puede juzgar el interior de nuestro yo y con la satisfacción y humildad de haber cumplido con la obediencia en las tareas inculcadas. Cuando laborábamos con el padre Chirinos, al término de nuestras labores, regresábamos a nuestro noviciado, todos empolvados y sucios a realizar la limpieza de nuestro ropaje, bañarnos y así continuar con nuestro cotidiano horario, para luego volver al Coro, al rezo del Oficio Divino.

AMPLIACIÓN DE LAS CATACUMBAS En días posteriores al descubrimiento, transmitido nuestro hallazgo de las catacumbas a los hermanos, ellos tomaron parte y se logró el apoyo de los demás frailes. El señor Waldemar Schröder y Mendoza, gran benefactor franciscano, prestó mucho apoyo material. Desde este lugar, se entró a la nave central de la Iglesia y a las ramificaciones en toda la extensión de las Catacumbas; todo estaba empolvado debido a los años transcurridos y los cuentos que sobre ellas se cernían, por ejemplo que había una capilla hermosa tallada en madera y diversas alhajas… Pero nada de se encontró, el techo de todo el subsuelo era plano pero con arcos en la naves laterales. Lo que sí había eran fosas llenas de osamentas en todo el recorrido debido a que era costumbre enterrar a los familiares de los benefactores en el templo; de ello, la enorme cantidad de esqueletos, unos algo conservados con las mortajas y ataúdes y el resto desparramados por tierra, al igual que los ataúdes de madera apolillados. Para tener libre tránsito, todos los novicios dejando de lado todo miedo al muerto y posible contaminación de microbios, sin protección alguna de guantes y mascarillas para respirar el aire, tan sólo con pañue-

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El Padre Chirinos nos halagaba después de concluida nuestra tarea y aseo personal, traía a los claustros del Noviciado gaseosas, dulces, galletas como recompensa a nuestro comportamiento en la exploración y limpieza de las catacumbas.

CONCLUSIÓN Al término de nuestras labores que llevaron tiempo, pues el sondeo de la Nave Central se produjo por el mes de agosto de 1949, los Novicios ya no concluimos todo, debido a que hubo cambio en el personal por orden de los superiores y por tanto del mismo Padre Maestro, reemplazado por el padre Juan Isaías Figueroa Álamo. Los cambios producidos fueron entre los meses de octubre-noviembre de 1949. En la cripta del Altar Mayor, en la actualidad descansan los restos mortales del famoso tenor mexicano de otrora Fray José Francisco de Guadalupe Mojica, sacerdote franciscano de la Provincia de los XII Apóstoles del Perú, fallecido en Lima el 20 de septiembre de 1974 y nacido el 14 de septiembre de 1896 en San Gabriel Jalisco, México.

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LA SILLERÍA Y CAJONERÍA DE SAN FRANCISCO (PARTE II)

? Antonio San Cristóbal Sebastián

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a cajonería en la sacristía del mismo convento de Señor San Francisco es una de las obras de esta clase más valiosa y mejor conservada de la arquitectura virginal peruana. Se encuentra actualmente instalada en la sacristía construida por el alarife Francisco de Sierra por los años de 1727 a 1729. Este hecho sirvió para que el historiador Franciscano Padre Benjamín Gento relacionara la talla y ensamblaje de la cajonería con la construcción de la sacristía donde se encuentra. Por esta razón escribía lo siguiente: Comenzando por su cajonería y respaldar, hemos de confesar que, como obra de talla y escultura, es de los buenos trabajos que nos legó el arte colonial limeños del siglo XVIII, aunque los medios relieves de santos se resientan algún tanto de expresión infantil y de hieratismo acentuado. “En la fotografía de la cajonería publicada en el mismo libro se reitera de nuevo la misma fecha de siglo XVIII”. El aspecto arquitectónico y escultórico de esta hermosa cajonería nos induce a plantearnos de nuevo el problema sobre su cronología. El clásico Wethey dedicó un favorable comentario a las obra de la cajonería franciscana, del que citamos estos fragmentos: “ la escultura más importante existente en lima de mitad del siglo XVII es la serie de los santos sobre la cajonería en la sacristía de San Francisco “. La impresión general de la armadura arquitec-

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tónica con la escultura figurativa es rica y espléndida. Acerca del fundamento del estilo se indica la fecha de al rededor de 1650, bastante antes de la construcción de la sacristía en 1729. Es manifiesta la contraposición entre la cronología asignada a esta cajonería de San Francisco por el P Benjamín Gento Sanz, y la que establecía el historiador Wethey. No se trata de un simple detalle insignificante, sino que se trata de una determinación fundamental para el conocimiento histórico de la retablística virreinal, teniendo en cuenta la alta calidad de esta cajonería da San Francisco. Los paneles de los tableros tallados forman un alto friso antepuesto a los muros, que termina en una cornisa corrida y soportada por las columnas de separación entre las tablas. Las columnas de esta cajonería con exactamente iguales a las que empleó el ensamblador Asensio de Salas en el retablo catedralicio de la Concepción. Asientan sobre los extremos de los recuadros de las tallas los brazos de un frontón curvo partido, y ocupan la parte superior unos óvalos en posición horizontal circundados por follaje tallado. Se alza sobre la cornisa horizontal en el eje de cada tablero un recuadro angulado en las esquinas, al que se superpone otro cuerpecillo central entre los brazos de un segundo frontoncillo. La ornamentación de estos recuadros y tableros, acompañados de roleos laterales, es de una gran belleza y precisión compositiva, mucho más compleja que la decoración de la sillería del coro en el mismo convento del Señor San Francisco. La cajonería constituye una obra que corresponde ciertamente a mediados del siglo XVII, como

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lo anotaba el clásico Wethey con una muy precisa intuición. Se trata, pues, de la cajonería labrada para la anterior sacristía, que fue trasladada cuidadosamente a la sacristía siguiente construida por los años de 1727-1729.

distintas obras, como son el retablo de la Concepción en la Catedral de Lima, el retablo para el altar mayor de la segunda iglesia del Monasterio de Santa Clara, y la primera cajonería de la sacristía de Señor San Agustín.

Bajo ningún aspecto, y en relación a alguno de sus componentes escultóricos o decorativos, puede ser adscrita la cajonería franciscana al siglo XVII. Si la cajonería franciscana hubiera sido labrada durante la época que presupone el historiador franciscano Padre B. Gento Sanz, en lugar de emplear las columnas lisas y estriadas con el tercio inferior en espiral, habría asumido las columnas salomónicas como las del retablito de la Dolorosa en la misma sacristía franciscana; o acaso las cariátides de medio cuerpo vegetal a la manera de las que ostenta la gran sillería del coro en San Francisco, y la cajonería del convento de San Agustín.

De acuerdo a este antecedente documentado, se considera probable que las esculturas de los santos tallados en medio relieve en la cajonería franciscana fueron esculpidos por el escultor Bernardo Robles y Lorenzana, asociado al ensamblador Asensio de Salas.

No conocemos documentación de archivo que lo acredite, pero interpretamos como fundamente plausible que la cajonería franciscana fue labrada por el ensamblador Asensio de Salas. Sabemos que había trabajado con este maestro retablista el escultor Bernardo de Robles y Lorenzana en

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Las tallas de los santos en la sillería del coro de Señor San Francisco son notoriamente frontales, rectilíneas y con los pliegues de los hábitos descendentes en la cadencia vertical homogénea para todas las figuras de la cajonería de la sacritía muestran movimiento hacia los lados, se mueven los brazos son flexiones variadas y los movimientos en la inclinación de las cabezas se contraponen a los de las piernas. Tanto en ensamblaje arquitectónico, como las esculturas de los santos en los respaldares hacen de esta cajonería de la sacristía del San francisco una de las obras conocidas de mediados del siglo XVII

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RELIGIÓN Y POLÍTICA (II PARTE)

? Elizabeth Montañez Sanabria II. EL DISCURSO CRIOLLO DEL XVII, EXPRESIÓN DE LA GRANDEZA INDIANA

Paralelamente a la consolidación política de los criollos se fue formando un discurso destinado a afianzar ésta tendencias. Entre las últimas décadas del siglo XVI y las primeras del siglo XVII abundante literatura buscaba en principio rebatir los prejuicios de los cuales eran objeto, como la nefasta influencia climática de las Indias o el contacto con las castas; elementos de juicio que pretendían sostener el dominio de los hispano. Los criollos necesitaban convencer de la calidad y bellaza de esta tierra, así como la dignidad de sus habitantes. El discurso resultante nos podría, resultar contradictorio pero también nos muestra a una sociedad cada vez más conciente de su originalidad. Por un lado, exaltaban su origen europeo aunque no buscaban homologarse a los "chapetones" o "gachupines", términos peyorativos usados para distinguirse de los peninsulares; pero, por otro lado, aclamaban las grandes hazañas de los antiguos pobladores del país, aunque guardando distancia con el indio común. Les importa destacar que en las Indias existía una cultura tan civilizada como la existente en Europa, pero también rescatar lo mejor de ambos mundos. Los criollos por ser herederos de los señores naturales y los conquistadores de esta tierra dejaban en claro que eran los más dignos de asumir los cargos diligénciales.

En nueva España, existía un precedente que se remonta desde el momento de la conquista, cuando un grupo de frailes franciscanos, imbuidos en ideas milenaristas y joaquinistas, vieron en el Nuevo Mundo el lugar donde se había profetizado la fundación de una nueva Iglesia, señal del fin de los tiempos. Estos monjes misioneros representaban a España como un pueblo elegido y a los indios objeto de su salvación. Pero para el siglo XVII ya no se trataba de edificar una nueva Iglesia, sino de reconocer su existencia. El poeta Bernardo Balbuena, lector de Jerónimo de Mendieta, inaugura una nueva utopía mexicana llamada a reemplazar a la utopía evangélica de la Iglesia indiana que había fracasado. En su obra Grandeza mexicana, publicada en 1604, recrea la aparición de la Virgen de Guadalupe de Tepeyac, aparecida en 1531 a un indio neófito, como la alianza de Dios con el pueblo novohispano. La guadalupana fue transmutada con éxito. Hasta entonces, pero los criollos lo rescataron como símbolo de favor de Dios en su pueblo. Así lo demuestra Carlos de Sigüenza y Góngora, en Primavera Indiana.

Pero en el siglo XVII una nueva variante eminentemente religiosa se fue delineando a partir de lo anterior. Representantes criollos de México y Perú exponen una visión providencialista de la conquista y colonización de América, defendiendo la teoría de que nuestro continente había sido elegido por Dios para ser la cuna de una nueva civilización occidental y cristiana. Provincia Franciscana de los Doce Apóstoles del Perú

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“María soy yo, de Dios omnipotente humilde madre, Virgen soberana, antorcha cuya luz indeficiente. Norte es lucido a la esperanza humana: Ara fragante en el templo reverente México erija donde fue profana morada de Plutón, cuyos honores tala mi planta en tempestad de Flores”. Siguiendo la misma línea, sor Juana Inés de la Cruz, escribe: “La compuesta de Flores Maravilla, / Divina Protectora América, / Que a ser se pasa Roja Mexicana, / Apareciendo Rosa de Castilla. “Es así que esta devoción reúne en su seno no solo a los criollos, sino también a los indios y demás castas”. El culto a la Virgen Guadalupe va perfilando la identidad criolla en el siglo XVII al mostrar a México como un lugar privilegiado por su fe.

III. GONZALO TENORIO Y SUS CONCEPCIONES PROVIDENCIALISTAS. El Perú no permanece ajeno a estas tendencias. El Franciscano Gonzalo Tenorio es el ejemplo más notable al respecto, pues en él no solo confluyen las propensiones providenciales de exaltación criolla, sino también una probable joaquinismo Natural de Jaén de Bracamoros, en el Reino de Quito, y descendiente de conquistadores de Perú y Chile, Tenorio ingresó tempranamente a la orden de San Francisco de Lima. Se desempeño como teólogo y misionero llegando a ser provincial de su orden durante tres años. Pero a pesar de tener una activa participación en la vida pública, religiosa y civil del reino, su inclinación teológica lo llevó a concebir un ideario singular plasmado en su Biblia Virginia, 16 tomos redactados a los largo de 39 años que aún permanecen inéditos en España, y que su versión compendiada son estos folletos que la corona ordena se recogen en 1675. Dicha obra está enmarcada en el debate teológico de la definición del dogma de la Inmaculada, que declara que por una gracia especial de Dios la Virgen María fue preservada de todo pecado desde su concepción. Esta controver-

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sia, que data desde la Edad Media, aún no se había resuelto en el siglo XVII. Es más, por tomar parte en este debate se daban enfrentamientos contra las órdenes religiosas, especialmente entre los dominicos y los franciscanos, siendo estos últimos promotores del dogma. Las concecuencias de estas controversias, que también se daban en el otro lado del atlántico, desembocaron en una prohibición papal e inquisitorial. Sin embargo, el sentido desafiante de sus escritos no termina ahí. Existía ya una tradición que representaba a la Virgen María como la segunda Eva. Es decir, si ¨ con Eva se había perdido el Paraíso María inmaculada lo restauraría inaugurando la sétima y última edad de la historia”. Interpretando a la luz de las Escrituras, Tenorio anuncia que esta nueva etapa estará conducida por los americanos, bajo el estandarte de la Virgen María. Las raíces espirituales de este clima se remontan a la idea de que Dios había puesto a los criollos aparte de la humanidad valiéndose de la Virgen María, quien había escogido la tierra americana como su hogar para vivir entre los hombres. Esta elección divina se hizo patente de múltiples maneras: por la abundancia de sus frutos, la riqueza que se esconde en la entrañas de su tierra e incluso, por el esplendor de sus edificaciones. Es así como la devoción a la Virgen María, en especial de la Inmaculada concepción, se tornó en un icono de la espiritualidad de Nuevo Mundo que devino, en el siglo XVIII, en un signo del ¨ triunfalismo criollo ¨. Es así que partiendo de la misma raíz providencialista de la conquista americana, asegura que si bien Dios puso sus ojos en España, esta con sus pecados retarda la recuperación del reino de cristo que se producirá en el momento en que se defina el dogma de la Inmaculada. De ahí que, al estar España imbuida en sus pecados, como la avaricia por oro plata, esta es castigada con la caída de su comercio. Pero no solo con ello, ahora la Virgen María ha puesto sus ojos en la Indias. La posición de Cristo Clavado en la cruz y la posición de María al pie de la misma, fue para muchos autores símbolo Provincia Franciscana de los Doce Apóstoles del Perú


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de la universidad de la redención. Es así que tenorio interpreta que: “Situase la Virgen María hacía en mediodía, a la izquierda de Cristo, dando a entender que cuidaba no solo de occidente, sino también de la región meridional, que se hallaba a izquierda y merecer su conversión, por la cual pedía”. Las Indias fueron la últimas en ser llamadas para su conversión, pero recibirán la misma merced que la primera. Dentro de la Monarquía universal cristiana, las Indias cierran la plenitud de las naciones y serán las primeras en adquirir conciencia de la presencia de la redención plena y eficaz de cristo y de allí partirán los apóstoles de este reino universal. Es así que a diferencia de los autores franciscanos que arribaron a Nueva España en el siglo XVI, con perspectivas también escatológicas, y que pensaban hacer de las Indias una suerte de Iglesia primitiva: Tenorio, con una visión más universalista, ve en la iglesia indiana el instrumento de la Providencia para la implantación definitiva de la Monarquía Católico, del reino simultaneo de Cristo en todo orbe. Provincia Franciscana de los Doce Apóstoles del Perú

Entonces ¿Cuál era el papel específico del Perú en esta labor? En una línea similar a la de Bernardo Balbuena, Gonzalo Tenorio considera el símbolo de la alianza del pueblo en el marco de la beatificación de Santa Rosa de Lima, escribe un sermón proclamando a la santa como piedra angular de la nueva Iglesia indiana, episodio que escenifica este nuevo rol redentor y predestinado de los americanos. Rosa de Lima representa la nueva estirpe criolla, motivo de orgullo para su pueblo. Bajo esta abvacacion, y forzando un tanto la figura asegurando un supuesto origen indígena de la santa, busca reunir en torno de ella no sólo a los indianos, sino también a indios, negros y demás castas. Sin lugar a duda, toda esta concepción ideológica es, como señala Ramón Mujica, fruto de una “Sociedad heroica singular, medieval en su espiritualidad, cosmología y patriótica, renacentista en su psicología y manejo de las fuentes clásicas o neoplatónicas, y contrarreformista en su vocación universalista y misionera”. La obra de Tenorio fue redactada sin el consentimiento de la junta de la Inmaculada y contra el

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permiso del Ministro general de la Orden, por ello viaja a España en 1663, en donde permanece casi 20 años, hasta el momento de su muerte, para pedir la licencia de publicación de su obra. Aún cuando él se mostró presto a corregirse en lo que hubiese errado, la junta decisión que se recojan dichos papeles, se investigue a quienes había repartido y no se publique los 16 tomos de su obra Su frustración se pone de manifiesto cuando alega que: ¨ Se nos arguye de la inutilidad, vileza y poca importancia del libro y su autor, el cual, aunque oriundo de padres españoles, es nacido en el reino del Perú, lo cual hasta para el complejo menosprecio del autor y del libro. ¨ ¿Ha podido salir quizá algo bueno de América? ¿Qué estudios o letras pueden salir de allí? ¡Gotitas minúsculas caídas en el inmenso piélago de sabiduría de los reinos de Europa, de donde bebieron un poquito estos indianos! Que los indianos nos envíen, dicen los europeos, dinero, oro, plata, margaritas, piedras preciosas, púrpura y otras cosas parecidas, en la que ellos abundan y de la que nosotros carecemos; que se dejen de enviar letras ni escritos que es en lo que nosotros no sólo abundamos, sino desbordamos que en retribución les devolvemos libros, letras torrentes de sabiduría, de lo que ellos sienten necesidad (Eguiluz 1959: 317). En esto, al igual que Jerónimo de Valera, Alfonso Briceño y Juan de Espinosa Medrano, se inscribe en una corriente que hace apología de excelencia de la ¨intelligentsia¨ criolla, refutando el mito de la supuesta inferioridad de los americanos a causa del ambiente geográfico y social. Pero no es por ello por lo que Gonzalo Tenorio representa un caso singular. No se ha registrado otro criollo que haya tomado parte tan activa en la definición del dogma de la Inmaculada Concepción, tema que en España produjo abundante literatura, y que en el caso de nuestro autor, motivó un gran despliegue desde la metrópoli con el fin de impedir la difusión de sus ¨ novedades teológicas ¨. Pero tampoco se tiene noticia de otro criollo que haya elaborado una compleja tesis providencialista de las Indias, apuntando proféticamente, hacia la integración de la sociedad indiana en su conjunto.

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IV. CONCLUSIÓN Y REFLEXIÓN FINAL La construcción de la identidad criolla es un proceso que se remonta desde el asentamiento de los primeros colonos, quienes por derecho reclamaban el gobierno de la tierra y que al ser perjudicada con la política de la corona genera el primer viso de criollismo, marcado básicamente por el resentimiento hacia los peninsulares advenedizos. Pero en el siglo XVII el panorama cambia. La crítica situación financiera de la Corona, que degenera en debilidad política, resulta inversamente proporcional al cada vez mayor poderío de la nueva elite criolla, de origen benemérito, que se afirma no solo en el ámbito económico, sino también político, y que se ve coronada con la obtención del ansiado título nobiliario. Este giro produce, un discurso de reivindicación ante los prejuicios de los cuales eran objeto, pero en un segundo momento se torna en exaltación de su identidad. Este discurso, si bien puede resultar contradictorio, rescata lo mejor de ambos mundos. Por un lado, al proclamarse herederos legítimos de la tierra, por descender tanto de conquistadores como, en algunos casos, de los señores naturales indígenas, pretende el derecho de tomar parte del gobierno del país. Este elemento se ve reforzado por la manifestación de su civilidad e inteligencia, que este a la altura de sus pares europeos Pero la segunda variante del discurso, de cariz eminentemente religioso, contiene un sentido mucho más rico y original. El afán de mostrarse mejores cristianos que los españoles se entiende como la causa por la cual ellos se ven favorecidos, ya sea con la abundancia y riqueza de la tierra y el gobierno del país, pero sobre todo, con la certeza de que la estirpe criolla será la que inaugure una nueva etapa de la civilización cristina y occidental. En este sentido, el pensamiento de tenorio resulta emblemático. Su obra escrita en función a la definición del dogma termina circunscribiéndose ene. Discurso de exaltación criolla, pero de manera original. Sus escritos están imbuidos de providen-

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cialismo, que sin llegar a ser herético, resulta peligrosos por promover lo que a ciencia cierta estaba conquistándose: La autonomía de la Indias en relación a la metrópoli. Dahi que el recojo de sus papeles responda no sólo a la prohibición papal e inquisitorial que pesaba sobre el tema, sino tambien por el contenido subversivo del mismo. Con el correr del timpo, el discurso criollo, que a la larga busca el afianzamiento de los americanos en el gobierno de su país, va perdiendo su contenido político. No obstante, el sentido religioso permanece y se transforma e una medio para conformar la identidad nacional. M exico tuvo éxito en la imagen de la virgen de Guadalupe, la virgen mestiza que en principio representaba entre los indios a la diosa, madre azteza Tonantzin, pero que a partir del siglo XVII fue rescatada por los criollos como símbolo visible del pacto de Dios con el pueblo mexicano, y que en el siglo XIX fue enabolada por el cura Hidalgo como bandera de la independencia dcon España, es ahora símbolo de la identidad mexicana. Sin embargo, en el Perú, a pesar de los esfuerzos, como el de Gonzalo Tenorio, por forjar una imagen que pueda reunir en su seno a todo sociedad, no llega a tener éxito. ¿Por qué funcionó el modelo mexicano?, o viceversa, ¿Por qué fracaso el modelo peruano? Postulamos que Mexico tiene éxito en tanto rescató una imagen que en principio tenía acogida entre las capas populares y con la cual podían sentirse identificados; en cambio, en Perú no se logra reunir a la población en torno a una devoción específica.

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Si bien no carecemos de ellas, terminan siendo de carácter más restringido, básicamente por su contenido regional. Por otro lado, la imagen de Santa Rosa, que tuvo mayor eco en la literatura criolla, no tuvo una llegada efectiva hacia los sectores indígenas, prueba de ello es que su devoción aunque importante, no represento pasada la colonia un culto central de la religiosidad peruana.

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PUBLICACIONES RECIBIDAS EN EL ARCHIVO SAN FRANCISCO DE LIMA Agradecemos a las personas e instituciones que nos han hecho llegar las siguientes publicaciones: 1.- Acta Ordinis Fratum Minorum RODRÍGUEZ CARBALLO, José OFM Curia general Romana. Roma. 2009. 41 páginas. 2.- Albernia. Revista Franciscana de arte y cultura. Junio COLEGIO SAN FRANCISCO DE ASIS - CUSCO. Colegio San Francisco de Asis. Cusco. 2006. 18 páginas. 3.- Amanews, a new letter from amanresorts. Junio AMANRESORTS INTERNATIONAL PTE Lmtd. Amansresorts International PTE Lmtd. Singapore. 2008. 12 páginas. 4.- Biografía del V. P. FR: José ramón Rojas de Jesús María, OFM (P. Guatemala). INSTITUTO DE HISTORIA FRANCISCANA DEL PERÚ. Mons. Federico Richeter Parada, OFM. Lima. 2001. 29 páginas. 5.- Boletín Archivo San Francisco de Lima. N° 35. Diciembre. 2 copias. ARCHIVO SAN FRANCISCO DE LIMA Fray Abel Pacheco Sánchez OFM. Lima 2008. 39 páginas. 6.- Boletín Arquidiocesano. Abril (N° 26); Junio (N° 28); agosto (N° 30). ARQUIDIOCESIS DEL CUSCO COAMCOS. Cusco 2008. Cusco. 8 páginas. 7.- Boletín Informativo Interno Enero-abril (N° 114). PROVINCIA FRANCISCANA DE GRANADA DE NUESTRA SEÑORA DE REGLA Curia Provincial Convento San Francisco de Cádiz. Cádiz. 2007. 284 páginas. 8.- Boletín Informativo Misionero Perú. Mayo (N° 4); octubre (N° 25). OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS Gianfranco Giacopi OFM Cap. Lima. 2009. 39 páginas.

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9.- Boletín Litúrgico Jaires. Junio FRATERNIDAD OFS XII APÓSTOLES DE LIMA Comisión de liturgia FLOFS XII Apóstoles. Lima. 2010. 16 páginas. 10.- Boletín Los pequeños Misioneros. Revista de la Infancia Misionera. Mayo (N° 2), Octubre (N°9-3 copias); mayo (N°11). OBRAS MISIONALES PONTIFICIAS Gianfranco Giacopi OFM Cap. Lima. 2007; 2009, 2010. 39 páginas. 11.- Boletín Provincial febrero - abril PROVINCIA FRANCISCANA DEL SANTO EVANGELIO DE MÉXICO Fray Antonio Huerta Soto OFM. México. 2010. 55 páginas. 12.- Boletín Provincial Julio-septiembre N° 419 PROVINCIA FRANCISCANA SANTAFE Fray Rómulo Ponce Torres OFM. Bogotá. 2008. 112 páginas. 13.- Boletín Salesiano. N° 248, 242. ARANGO, Alejandro. SDB. Corporación Gráfica Navarrete. Lima. Diciembre, enero2009; diciembre-enero 2008. 32 páginas. 14.- Caretas. Junio ZILERI GIBSON, Enrique Editora Novolexis. 2009. 15.- CMV. Hacia Maputo... COMUNIDAD MISIONERA DE VILLAREGIA Comunidad Misionera de Villaregia. Lima.2008.23 páginas. 16.- Colli Sapaiens. Septiembre (N° 30) CENTRO DE ESTUDIOS PATRIMONIO CULTURAL (CEPAC) Area de historia CEPAC. Lima. 2009. 17.- COMUNICACOES. Maio (n° 5) PROVINCIA FRANCISCANA DA INMACULADA CONCEICAO DO BRASIL Provincia Franciscana da Inmaculada Conceicao do Brasil. Sao Paulo. 2010. 210 páginas.

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18.- COMUNICACOES. Boletim Informativo de animacao. Abril (n°82) CUSTODIA FRANCISCANA DAS SIETE ALEGRÍAS DE NOSSA SENHORA. Frei Jean Lucy Toledo Vieira, OFM. Campo Grande Brasil. 2010. 55 páginas. 19.- Congregación de religiosas franciscanas. 125 años de entrega generosa a la Iglesia. PerúColombia-Italia. 2 copias. FRANCISCANAS DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN- FIC. Madre María Adelaida Superiora General FIC. Lima. 2009. 63 páginas. 20.- Correo Mariano. Mayo-Junio (N° 106) LOURDES GOMEZ CATAQUISPE. Proyecto Publicitarios M&S SAC. Lima 2010. 16 páginas. 21.- DE. Magazine deutschland. AgostoSeptiembre (N° 4) DEUTSCHLAND Peter Hintereder. Alemania. 2009. 66 páginas. 22.- Dejando huella. Julio (N° 2). 2 copias. ESTUDIANTES FRANCISCANOS Fr. Francisco Labán OFM. Barranco. Lima. 2009. 29 páginas. 23.- Despertad. Febrero; junio TESTIGOS DE JEHOVÁ. Testigos de Jehová. BogotáColombia. 2010. 32 páginas. 24.- Do ut des ASOCIACION CORPUS IURIS Alumnos de la Facultad de Derecho Universidad Peruana de Ciencias. Lima. 2006. 98 páginas. 25.- El Heraldo del Gran Rey (01 de enero-18 abril) CONVENTO SAN FRANCISCO DE LIMA Convento san Francisco. Lima. 2010. 4 páginas. 26.- El Pan del Alma PARROQUIA MARÍA AUXILIADORA Parroquia María Auxiliadora Lima. 2002 27.- El profeta (30 mayo-N° 6) FRATERNIDAD Y PARROQUIA SANTA MARÍA DE JESÚS Parroquia Santa María de los Ángeles. Lima. 2010. 4 páginas. 28.- Emaus -octubre (N° 29); octubre (N°33); febrero (N° 31); abril (N° 36) ARQUIDIÓCESIS

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DE TRUJILLO Marco Antonio Pacherres Pbro. Trujillo. 2008, 2009, 2010. 30 paginas. 29.- En el Espíritu de Francisco FRATERNIDAD OFS DE LA SELVA CENTRAL FLOFS Selva central. 2009. 30.- Fe y Familia. N° 392, 394, , 395. , 397, 415, 412, 413. A C I P R E N S A P E R Ú - E D I T O R E S DIARIOS E IMPRESOS Fe y familia. 31.- Federación Inmaculada Concepción EneroNoviembre N° 10 FEDERACIÓN INMACULADA CONCEPCIÓN O.S.C. PERÚ. Hna. María Ginelba de la Inmaculada. Trujillo. 2009.60 páginas. 32.- Florecillas Capuchinas. Diciembre-Enero. MONASTERIO DE JESÚS, JOSÉ Y MARÍA. Hermanas clarisas capuchinas. Lima. 2008. 42 páginas. 33.- Forma Sororum. Rivista delle Clarisse d’Italia. Gennaio - febbraio CLARISSE D ITALIA. Monastero S. Lucía. Citá della Pieve. Italia. 2006. 64 páginas. 34.- Fraternidad Provincial Octubre (N° 283) PROVINCIA MISIONERA SAN FRANCISCO SOLANO Provincia Misionera S. Francisco Solano. Lima. 2009. 105 páginas. 35.- Fraternitas. Diciembre (N° 126) OFM ROMA Ofm Roma. Roma. 2006. 4 páginas. 36.- Gaceta Cultural del Perú. Diciembre (N° 39). INSTITUTO NACIONAL DE CULTURA Instituto nacional de Cultura. Lima. 2009. 37 páginas. 37.- Gestos y Posturas BASÍLICA SAN FRANCISCO DE ASÍS Vocalía de Culto de la AFCSJT. Lima. 2009 38.- Hanaq Pacha. Marzo (N° 5) HERMANDAD DE CULTO A JESÚS NAZARENO DE AYACUCHANOS RESIDENTES EN LIMA. Augusto del pozo, otros. Lima. 2010. 24 páginas.

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Heraldos del Evangelio. Febrero (N° 67); abril (N° 69); Septiembre (N° 74) HERALDOS DEL EVANGELIO. P. Fernando Gioia, EP. Lima. 2009. 51 páginas.

40.- Hermano sol hermana agua. PROVINCIA FRANCISCANA DE LOS DOCE APÓSTOLES. Fray José Hidalgo Benavides, OFM. Arequipa. 2009. 28 páginas. 41.- Hermano Francisco. A toda la familia franciscana. N° 97. ACCIÓN ANTONIANA Franciscanos frailes menores, Provincia de Valencia, Aragón y Baleares, OFM. Valencia. 1997.32 páginas. 42

La revista Agraria. Agosto (N° 98) CENTRO PERUANO DE ESTUDIOS SOCIALES (CEPES). Fernando Eguren. Lima. 2008. 16 páginas.

43.- Misión sin Fronteras. Julio-agosto (N° 283) MISIONEROS COMBONIANOS Misioneros Combonianos del corazón de Jesús. Lima. 2008.50 páginas.

49.- L’observatore Romano. Noviembre (N° 134) CIUDAD DEL VATICANO Ciudad del Vaticano. Vaticano. 2009. 16 páginas. 50.- Merced Liberadora. Julio-Septiembre (N° 17); Enero-marzo (N° 19); abril-junio (N° 20) RELIGIOSOS MERCEDARIOS DEL PERÚ. P. Miguel Velásquez Mercado. Lima. 2008-2009. 27 páginas. 51.- Consagración Episcopal y Toma de Posesión de Mos. Luis Cabrera V Arzobispo de Cuenca ARQUIDIÓCESIS DE CUENCA Catedral la Inmaculada. Cuenca. 2009. 82 páginas. 52.- Misión sin fronteras. Julio-agosto N° 283 MISONEROS COMBONIANOS DEL CORAZÓN DE JESÚS. P . M i g u e l Á n g e l Villegas Serrano. Lima. 2008. 50 páginas. 53.- Missioni Francescane. Gennao (N° 1) MISSIONI FRANCISCANE DEL FRATI MINORI.Fra Massimiliao Taroni. Perugia. Italia. 2009. 43 páginas.

44.- Remar mar adentro. Diciembre-enero (N° 1) ARZOBISPADO DE PIURA Arzobispado de Piura. Piura. 2008-2009. 8 páginas.

54.- Ñampagic CENTRO DE ESTUDIOS HISTÓRICOS Y PROMOCIÓN TURÍSTICA DE LAMBAYEQUE. Carlos Roncal Prettel. Chiclayo. 199. 30 páginas.

45.- Informativo Provincial. Julio-Setiembre 2010. N° 54 PROVINCIA FRANCISCANA DE LOS XII APÓSTOLES DEL PERÚ Fray Emilio Carpio Ponce OFM. Lima. 2010. 47 páginas.

55.- Omnis Terra. Febrero (N° 387) PONTIFICA UNION MISIONAL. Secertariado internaiconal. P. Vito del Prete. PME. Roma. 2009. 86 páginas.

46.- Informativo. Santa Rosa de cabal. Diciembre (N° 165) PROVINCIA FRANCISCANA DE SAN PABLO APÓSTOL Fray Bernardo Antonio. Santa Rosa de Cabal, Colombia. 2009. 42 páginas.

56.- Paz y Bien - junio. FRANCISCANOS DEL PERÚ Fray Abel pacheco Sánchez OFM. Lima. 2010. 4 páginas.

47.- La hora de la misericordia. Enero (N° 8). LA HORA DE LA MISERICORDIA. P. Germán Saksonoff, C.O. Paraguay. 2008.47 páginas. 48.- Lucero Misericordiano Diciembre (N° 3) Congregación de Religiosas franciscanas de la Inmaculada Concepción. CEP Señor de la Misericordia. Editorial palabra. Lima. 2009

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57.- Patrimonio Inmaterial COMITÉ PERUANO DEL COMITÉ INTERNACIONAL DE MUSEOS ICOM PERÚ Elisa Sarmiento Pastrana. Lima. 2004. 53 páginas. 58.- Peregrino y Extranjero. Abril (N° 43); mayo (N° 44) PROVINCIA FRANCISCANA DE LOS SANTOS FRANCISCO Y SANTIAGO P: Fra. Antonio Gonzales Porres. OFM. México. 2009. 56 páginas.

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59.- Portadores del don del evangelio. CURIA GENERAL OFM Capitulo general de la Orden de los hermanos menores. Asís, 2009. 60.- Prensa Dominical U N I O N L U M E N D E I Testimonio. Barcelona. 61.- RADIO MARÍA. Marzo-abril (N° 11) RADIO MARÍA PERÚ Mons. Jose Alemany Grau, CSSR Obispo Interino de Chachpoyas. Lima. 2009. Restituyamos todo al Señor con las palabras y la vida. Abril. IX CONGRESO DE COMITES DE JUSTICIA, PAZ E INTEGRIDAD CON LA CREACION Colegio santa Clara. Arequipa. 2008. 62.- Revista educativa Tau. PROVINCIA FRANCISCANA DE LOS DOCE APÓSTOLES DEL PERÚ Colegio Parroquial San Román de Juliaca. Juliaca. 2010. 50 páginas. 63.- Revista Peruana de Historia Eclesiástica. Separata N° 1, 3, 4 INSTITUTO PERUANO DE HISTORIA ECLESIÁSTICA Mons. Federico Richeter Fernández Prada, OFM. Arzobispo de Ayacucho. Cusco. 1989, 1985. 64.- Rosa del Perú. Año 14. N° 51. Abril-mayojunio. PROVINCIA DOMINICANA SAN JUAN BAUTISTA DEL PERÚ Fray Jorge Cuadros pastor O.P. Lima. 2009. 50 páginas. 65.- Periódico “San Miguel” enero-febrero. N° 5 año 2. Edición especial N° 11 P E R E G R I N O S DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL Peregrinos de San Miguel Arcángel. Canadá. 2004.16 páginas 66.- Signos junio (N° 3) INSTITUTO BARTOLOME DE LAS CASAS María Rosa Lorbes. Lima. Lima. 2010.

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67.- Signo Educativo. Abril (N° 186). CONSORCIO DEL CENTROS EDUCATIVOS CATÓLICOS DEL PERÚ. Raúl Dreyfus Arévalo. Lima. 2010. 48 páginas. 68.- San Francesco patrono d" Italia. Abril N° 4 BASILICA SAN FRANCESCO ASSISI Enzo Fortunato. Italia. 2010. 60 páginas. 69.- Santa Madre Maravillas de Jesús CARMELITAS DESCALZAS Carmelitas Descalzas- La aldehuela. 70.- San Francisco de Quito PROVINCIA SAN FRANCISCO DE QUITO Frailes menores del ecuador. 2008 71.- Revista Educativa Tau. PROVINCIA FRANCISCANA DE LOS DOCE APÓSTOLES DEL PERÚ Colegio parroquial franciscano San Román de Juliaca. 72.- Tesoros de la fe ASOCIACIÓN DE SANTO TOMAS DE AQUINO Pablo L. Fandiño de Iraurgui. 73.- XVI Asamblea - Jubileo 2000 UNIÓN DE CONFERENCIAS LATINO AMERICANAS FRANCISCANAS UCLAF. Caracas. Venezuela. 74.- Vida Nueva VIDA NUEVA SD. PPC.Madrid. 75.- Voz Isetiana. Boletín Estudiantil INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS TEOLÓGICOS JUAN XXIII Comunidad estudiantil del ISET Juan XXIII. 76.- Voz de Siguas Majes CASIA AREQUIPAPERÚ Casia. Arequipa.

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NOTICIAS DEL ARCHIVO SAN FRANCISCO DE LIMA Ana María Vega, In Memoriam La bibliotecóloga peruana y experta en archivología Ana María Vega de Zárate, falleció el jueves 18 de febrero de 2010 en la ciudad de Lima. Ana María Vega de Zárate se graduó en la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y dejó como uno de sus legados la organización y preservación del Archivo de San Francisco de Lima, institución donde laboró desde la década del ochenta. Fruto de ese trabajo logró publicar el libro “Guía del Archivo de San Francisco (1533-2002). Historia y fondos documentales” (Lima, Provincia Franciscana de los 12 Apóstoles del Perú. Programa de Apoyo al Desarrollo de Archivos Iberoamericanos – ADAI, 2002, 73 páginas), que es una fuente de consulta obligatoria para los investigadores que acuden al archivo franciscano.

Consciente de que el Archivo de San Francisco de Lima “está considerado como el más importante de América juntamente con el de México”, también trabajó con los padres franciscanos para gestionar la cooperación internacional y el apoyo de entidades como la Organización de Estados Americanos (OEA), las Naciones Unidas para le Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Programa de Apoyo a los Archivos Iberoamericanos. Ana María Vega se caracterizó por su esmero, dedicación y visión académica, pues participó activamente en la llamada “apertura del Archivo” con apoyo de los padres José Lobatón Heredia, Guido Zegarra, Anselmo Díaz y Emilio Carpio, actual Provincial. Esta apertura se basa en el criterio de “dar toda facilidad para que los libros y documentos franciscanos sirvan a los estudiosos nacionales y extranjeros”.

Como responsable del Archivo, también fue fundadora de su principal publicación periódica especializada: el Boletín del Archivo de San Francisco de Lima, que circula a nivel nacional. Sobre la labor de los archiveros, ella decía: “En la tarea archivística ponemos a diario mucho de paciencia, conocimiento, experiencia, dedicación, discreción y amor al quehacer rutinario que a la postre se convierte en el eslabón imprescindible para facilitar el estudio, la investigación y el análisis de nuestro pasado histórico”.

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Lic. Ana María Vega de Zárate durante su trabajo.

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