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San Martín cabalga de nuevo
by Prolima
El Pregonero
Tras un siglo de haber estado expuesto a las inclemencias de la intemperie y al descuido, el monumento al general José de San Martín es sometido a una restauración científica, puesto en valor y entregado a la ciudad de Lima.
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La plaza San Martín, lugar histórico de encuentro y concentración ciudadana.
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Dato histórico: el 28 de julio de 1821 el general Don José de San Martín proclamó la independencia del Perú.
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Desde su inauguración en 1921 el monumento al general José de San Martín no había sido objeto de una restauración de carácter profesional y/o científica. Es así que, en el 2020, en el marco del Plan Maestro del Centro Histórico de Lima, al iniciar su recuperación y puesta en valor, los expertos de Prolima encontraron que todo el conjunto escultórico estaba deteriorado. Cien años a la intemperie y algunas intervenciones improvisadas o poco competentes habían pasado la factura. La escultura ecuestre, por ejemplo, originalmente de bronce, había sido pintada y repintada y estaba cubierta de excremento de aves. El pie izquierdo del Libertador se había fracturado. Faltaban algunas piezas metálicas en el sector donde el personaje sujeta las riendas del caballo, y la silla de montar y su correaje se habían corrido y estaban desencajados.
Otro hecho que llamó la atención fue la presencia de cinco reflectores de luz con su respectivo cableado en torno a la figura ecuestre. Uno de ellos instalado sobre el lomo, en la parte correspondiente al pelaje del caballo. El resto de piezas escultóricas y elementos decorativos -entre los que destacan tres alegorías femeninas y dos figuras de soldados de bronce- también habían sido afectados por causas naturales y humanas. Sin embargo, se dio la siguiente paradoja: las múltiples capas y pegotes de pintura negra y yeso aplicados a lo largo de un siglo, que desfiguraban los detalles y deslucían la estética en general, habían funcionado como escudo protector frente a los agentes nocivos del entorno. De hecho, las calas estratigráficas realizadas por el equipo de conservación de Prolima, revelaron hasta 10 capas de pintura esmalte sintético sobre el bronce original y hasta 16 capas de pintura y resanes de yeso sobre el pedestal y las figuras de mármol y granito. No hay mal que por bien no venga. Las malas intervenciones del pasado habían ayudado a la conservación. Escultura ecuestre. El imponente monumento al general José de San Martín, de 16 metros de altura, es obra del escultor español Mariano Benlliure (18621947) y fue erigido en el Centro Histórico de Lima en conmemoración del año del centenario de la independencia del Perú (1921). El artista retrató al personaje montado en un caballo, cruzando los Andes, a paso sereno. La figura del Libertador luce imponente. Su rostro, de semblante contemplativo, tiene los rasgos idealizados, enfatizando su estructura ósea, además de sus patillas y cejas frondosas. Lleva pantalón, faja, guerrera con bordados de laureles en el cuello y una capa que rodea parte del lomo del caballo, lo que da la impresión de movimiento, de andar hacia adelante. El héroe sostiene un sombrero bicornio emplumado con la mano derecha y las riendas del caballo
LA INSTALACIÓN, 1920. El monumento llegó en barco al puerto del Callao en 1919. Al año siguiente se comenzó su instalación, a pesar de que la plaza aún no había sido terminada. Foto: Variedades, 28 de junio de 1920
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LA REINAUGURACIÓN. En enero del 2021, en la plaza San Martín se repitió la escena del develamiento, pero con la ponderación que imponen los tiempos de pandemia.
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MANOS A LA OBRA 1. En el pedestal del monumento, una de las placas con un soldado desnudo, con casco y rifle. 2. Calas estratigráficas para observar patologías. 3. Escena alegórica de encuentro fraterno entre el Inca y la Patria. 4. La escultura ecuestre en cuidados intensivos. 5. Dos figuras en postura andante, uno con emblemas argentinos y otro con atuendo de húsar. 6. Bello conjunto escultórico de soporte pétreo, conformado por tres alegorías femeninas de gran tamaño: la Patria, la Gloria y la Fama.
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27 de julio de 1921. Jubilosa inauguración del monumento y plaza San Martín, con invitados civiles y militares de países americanos y España.
con la izquierda. Sus botas con espuelas van apoyadas sobre unos estribos finamente acabados. Lleva un sable colgado al lado izquierdo y dos cantimploras a cada lado. En el frontis del monumento destacan tres figuras femeninas. Una de ellas es una alegoría de la nación peruana y sostiene sobre su cabeza dos ramas del árbol de la quina, enmarcando el lema: "LA NACIÓN AL GENERAL D. JOSÉ DE SAN MARTÍN”. Las otra dos, recostadas, desnudas, simbolizan la Gloria y la Fama. En la parte posterior hay dos soldados portando banderas cruzadas, que representan la hermandad peruano argentina. Finalmente, a cada lado del pedestal, relieves en bronce representan escenas con personajes y lemas alusivos a la gesta emancipadora. La ceremonia de inauguración, en julio de 1921, fue todo un acontecimiento. Estuvo presidida por el presidente Augusto B. Leguía y el mariscal Andrés Avelino Cáceres, héroe sobreviviente de la Guerra del Pacífico. Aquel día la plaza lucía espléndida, decorada con obeliscos y estrados para autoridades y delegaciones extranjeras y del Vaticano. Las tribunas para el público, que había pagado para ver el espectáculo, estaban abarrotadas. Al centro de la plaza, el gran monumento se mantenía misteriosamente oculto bajo una gigantesca lona. Y fue entonces que se soltaron las amarras, cayó la lona y el monumento al general José de San Martín vio la luz. Aplausos. Tocaron las bandas de música y desfilaron regimientos militares de Argentina, Estados Unidos, Francia, Italia, España y Perú. En el cielo aviones de la Escuela Militar de Aviación realizaron maniobras acrobáticas, ante el asombro de los concurrentes. Finalmente, hubo disparos de salva y coronas de flores al pie del monumento.