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Los jardines de la Quinta Heeren

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Vallejo abstracto

Vallejo abstracto

La pintura al aire libre y el taller del maestro Teófilo Castillo.

A inicios del siglo XX y a diferencia de la entonces existente Academia Concha, de corte más conservador, la propuesta de enseñanza artística del pintor Teófilo Castillo era más moderna. Entre 1906 y 1916 su taller de dibujo y pintura quedaba en la Quinta Heeren y promovía el retrato en el espacio exterior, buscando la sensación de atmósfera, la libertad en el uso de pinceles y la aplicación de colores llamativos y vivos.

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Una de las obras que el artista realizó en campo, en 1907, fue, precisamente, la titulada Quinta Heeren, un óleo sobre lienzo que retrata los jardines arbolados de este espacio público, que aparecen limitados por un muro pretil con reja de madera y un sendero por el que transita una dama con atuendo de verano portando un quitasol.

Castillo nació en Carhuaz, Áncash, en 1857, y falleció en Tucumán, Argentina, en 1922. Sus años infantiles se vieron marcados por la muerte de su madre, Petronila Guas, luego de lo cual la familia se mudó a Lima. Estudió en el Seminario de Santo Toribio y al ver que destacaba en arte, uno de sus maestros recomendó que lo enviaran a estudiar a Europa. Así fue hasta 1888. Al año siguiente, en Buenos Aires, Argentina, se casa con la española María Gaubeka. A fines de 1905 regresa al Perú con una gran experiencia adquirida y abre, en la Quinta Heeren, un taller de enseñanza de dibujo y pintura al aire libre. Como se sabe, este espacio en Barrios Altos fue un conjunto de elegantes casonas de estilo europeo que, entre 1890 y 1930, fue sede de las embajadas de Japón, Estados Unidos, Francia, Bélgica y Alemania. (Natalia Deza)

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