Curso: Lenguaje y Comunicación Material LE 03
COMUNICACIÓN
1.
Concepto de comunicación Según la RAE la comunicación es una “transmisión de señales mediante un código común al emisor y al receptor”. Varias definiciones se han propuesto, pero podemos estar de acuerdo, en síntesis, en que la comunicación es una relación intencional entre al menos dos entidades, por medio de un mensaje. Analicemos sus características:
a)
Es una relación En la comunicación dos o más seres establecen un vínculo que se concreta en el diálogo, en el cual emisor y receptor intercambian papeles (el receptor se convierte en emisor, el emisor en receptor) y se retroalimentan. Por eso es posible plantear que la comunicación es una interacción.
b)
Es transmisión de información El vínculo comunicativo humano tiene varias funciones, sin embargo, la función que define la comunicación consiste en el traspaso de datos dirigidos al receptor por medio de signos.
c)
Es intencional En el vínculo comunicativo media la voluntad del emisor: se ejecuta “PARA” transmitir información. La comunicación y por tanto el lenguaje, sirve a determinadas finalidades u objetivos: habrá comunicaciones emotivas, apelativas, referenciales, etc.
d)
Es un proceso El vínculo comunicativo es temporal y ocurre en etapas o pasos. El emisor se plantea la necesidad y la intención de transmitir, selecciona los signos, crea el mensaje y lo transmite. El proceso incluye las etapas de codificación, transmisión y decodificación.
M E N S A JE
R E C E P T O R E M IS O R
C O D IF IC A C IÓ N
T R A N S M IS IÓ N
2
D E C O D IF IC A C IÓ N
2.
Los factores del proceso comunicativo Para que sea posible comunicarse es necesaria la intervención de varios factores que son intrínsecamente necesarios al proceso. Para Roman Jakobson, la comunicación es una relación entre un emisor y un receptor a través de un mensaje, que es transmitido utilizando un código de signos y mediante un canal. Todo ello condicionado por un contexto.
PROCESO DE LA COMUNICACIÓN
CONTEXTO
EMISOR
MENSAJE
Referente
RECEPTOR
CÓDIGO
CANAL
a)
Emisor Es una entidad capacitada para elaborar y enviar un mensaje. Él cifra el mensaje según un código (codifica). Posee la intencionalidad comunicativa.
b)
Receptor Es una entidad capacitada para recibir e interpretar. Él descifra el mensaje según el código (decodifica). Algunos autores hacen la diferencia emisor/destinador y receptor/destinatario, aumentando el número de participantes y la extensión del proceso:
Destinador: Quien dirige el mensaje, el propietario de la intención. Emisor: El ser concreto que codifica y envía el mensaje (sea propia o no la intención). Receptor: El ser concreto que recibe y decodifica el mensaje (esté invitado o no a comunicarse). Destinatario: A quien va dirigido el mensaje.
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c)
Mensaje Es el conjunto de señales portadoras de información que son transmitidas por el emisor y entendidas por el receptor. Es un objeto, una “cosa” material que puede ser vista, escuchada, manipulada, grabada, etc.
d)
Código Es el sistema de signos y reglas establecidas para elaborar e interpretar mensajes. Debe ser compartido por el emisor y el receptor. El emisor transmite signos a un receptor. Los signos no existen aisladamente, sino que forman sistemas, en los que cada signo se define por sus relaciones con los demás.
e)
Canal Es el medio o conducto por el cual el emisor transmite el mensaje al receptor. Es la vía o canal físico que sirve para que la señal “viaje” del emisor al receptor y también, es la conexión psicológica entre el destinador y el destinatario. Se asocia a los órganos sensoriales que permiten al receptor captar la señal.
f)
Canal acústico o auditivo Canal visual Canal táctil (el Braille)
Contexto Es todo el universo que rodea y envuelve la codificación, transmisión y decodificación del mensaje. Es extracomunicativo, vale decir, existe independientemente de una comunicación particular. Es objetivo, tiene existencia propia fuera de la comunicación. Se conoce también como el referente, que es la realidad a la cual se refiere el mensaje, el objeto que se va a informar, el tema, asunto o materia de la cual trata lo dicho. Ante la polisemia del término contexto, con posterioridad a Jakobson se ha propuesto que los factores son siete: emisor, receptor, mensaje, código, canal, contexto (referente) y situación. Conceder existencia a este nuevo factor supone la función situacional, cuando el mensaje se focaliza en las circunstancias de la comunicación. Aun teniendo en cuenta estas precisiones, presentamos la teoría en su primera forma, su forma clásica, por ser la más conocida y usada.
El ruido Es cualquier elemento, fenómeno o situación que impide que el proceso fluya limpiamente. No se refiere sólo al ruido acústico, sino a todo elemento que daña la comunicación. Puede afectar a cualquier factor de los ya mencionados: el ruido ambiental forma parte del contexto y del canal; la tartamudez del emisor; la miopía, del receptor; el desconocimiento del significado de una palabra, del código, etc.
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3.
Las funciones del lenguaje verbal Desde la filosofía clásica se identifican tres funciones de la comunicación, que tardíamente fueron formalizadas por Karl Bühler a principios del siglo XX: la comunicación es para informar acerca del mundo, para expresar la realidad subjetiva del emisor y para influir sobre el receptor. Algún tiempo después, Roman Jakobson, en un ensayo acerca de la naturaleza de la relación entre lenguaje y poesía, complementó esta idea sugiriendo que hay una función por cada factor de la comunicación, seis en total. Hay que aclarar, eso sí, que tanto Bühler como Jakobson hablan de funciones del lenguaje verbal, pero nosotros podemos extenderlas a los otros códigos comunicativos, aceptando que algunas funciones sólo son aplicables a la comunicación lingüística. En una situación comunicacional se pueden manifestar todas las funciones, pero lo normal es que predomine una o dos. A continuación se mencionan y comentan todas ellas. Los nombres pertenecen a la teoría de Jakobson; si aparece un segundo nombre, a la de Bühler.
a)
Función referencial o representativa Centrada en la realidad extralingüística. Pone énfasis en el contenido o referente del mensaje, dejando de lado la forma. Se reconoce cuando se da una información objetiva acerca de un hecho o un estado (independientemente de si existe en nuestra realidad o pertenece a una nueva realidad, creada en la comunicación), es decir, cuando se hacen aseveraciones o suposiciones sobre el mundo objetivo, sea real o ficticio, presente, pasado, futuro o simplemente posible: La ventana está abierta. Los unicornios se pasean por el jardín. Es probable que mañana llueva. Cualquier comunicación, de un modo u otro, implica información acerca de la realidad extracomunicativa; entonces, prácticamente cualquiera será referencial. Sin embargo, hay mensajes explícita y enfáticamente referenciales, como todos aquellos que implican exposición objetiva de conocimientos o información sobre hechos: textos de carácter científico y periodístico, descripciones, biografías, mapas, retratos, imitaciones. En la teoría literaria se asocia esta función con el género narrativo, pues los cuentos y novelas hacen referencia a acontecimientos y circunstancias de la realidad (una realidad ficticia).
b)
Función emotiva o expresiva Centrada en el emisor del mensaje. Se distingue cuando se manifiesta su realidad subjetiva (sentimientos, emociones, opiniones).
¡Qué bueno que hoy es viernes!
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Se enfatiza esta función con claridad en el uso de exclamaciones, la elección de algunos recursos lingüísticos (como los diminutivos, aumentativos y despectivos) y numerosos recursos no verbales (como los gestos). Algunos típicos textos de carácter expresivo son las descripciones valorativas, las opiniones y otras manifestaciones subjetivas como insultos, agradecimientos, felicitaciones, etc. En teoría literaria se asocia con el género lírico, ya que la lírica es expresión de sentimientos. c)
Función conativa o apelativa Se centra en el receptor y se distingue en aquellas situaciones comunicativas que tienen como finalidad apelar directamente a él, dando órdenes, solicitando, preguntando o intentando persuadir a actuar de determinada forma. En síntesis, tratando de dirigir su conducta.
Dime la hora, por favor. ¿Vamos al cine?
Algunas expresiones gramaticales propias de la función conativa son el vocativo, el imperativo y la modalidad interrogativa. En el lenguaje icónico: las flechas y los letreros de prohibición. Algunos textos apelativos son las leyes, los manuales de instrucción y las guías prácticas de estudio, así como los discursos publicitario y político. El género dramático es apelativo, porque en la exposición del conflicto hay una exhortación a que el lector reaccione. d)
Función poética o estética Se centra en el mensaje mismo. Se relaciona con la literatura en general, porque se refiere a cómo se configura el mensaje, a su forma; pero se observa con claridad en muchos otros tipos de discurso de la vida cotidiana, especialmente en la publicidad y en el habla popular. Pone énfasis, entonces, en la forma del mensaje, más que en el fondo. No es lo mismo decir
“No confunda su ciudad con suciedad”, que decir: Mantenga su ciudad limpia.
La configuración rítmica y la rima interna del primer enunciado permiten que la comunicación sea más efectiva que en el segundo, pues capta mejor la atención y permite un fácil almacenamiento en la memoria. e)
Función fática o de contacto Se refiere al canal, y se identifica cuando la comunicación se centra en establecer, mantener, verificar o cerrar la calidad del contacto entre los interlocutores:
Aló, aló, ¿me escuchas? 6
Se destaca en las fórmulas ritualizadas que son propias del saludo y la despedida. También en enunciados apelativos del tipo “no te escucho, habla más fuerte por favor” o en interjecciones carentes de significado temático, pero eficaces para dar a entender que se mantiene abierto el canal: “sí, sí, claro, mmmh, OK…” En los titulares de los diarios, se evidencia una triple función: referencial (información de un hecho), poética (es visualmente impactante, destacado con letras grandes y coloridas) y fática (llama la atención del potencial lector para establecer contacto).
f)
Función metalingüística Se centra en el código y se manifiesta cuando usamos el lenguaje para referimos a algún aspecto de sí mismo:
Botar y votar son palabras que tienen significados distintos.
La reconocemos en las preguntas y los consejos acerca de cómo redactar, los significados de las palabras, las categorías gramaticales, etc. Los textos metalingüísticos habituales son los diccionarios y los libros de gramática y ortografía. La asignatura de lenguaje es una situación comunicativa predominantemente metalingüística.
LOS CÓDIGOS CONCEPTO DE CÓDIGO Desde una perspectiva general, el signo en sentido amplio es la “unidad de significación básica” que ayuda a explicar las demás. Se define como representación de una cosa por otra. Cotidianamente nos comunicamos mediante SIGNOS, los que, en sentido técnico, son unidades mentales de significación que surgen de la unión de un significado (un concepto) y un significante (un vehículo físico que porta el concepto). Una unidad de significación es algo que se percibe por los sentidos y evoca una entidad diferente de sí misma, o sea, es cualquier “cosa” que se capta sensorialmente y que posee un significado para quien lo advierte. La ciencia que estudia los signos es la Semiología. Cierto tipo de signos, sobre todo los verbales, no existen en forma aislada, sino que se relacionan y combinan entre sí. Al conjunto de signos y las reglas que rigen su combinación y uso, se le llama sistema de signos o CÓDIGO.
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Un ejemplo sencillo: Significado Detenga su vehículo
CÓDIGO: SEMÁFORO
Luz ROJA encendida
Repertorio de Signos
Significante
Precaución: pronto viene la luz roja Luz AMARILLA encendida
Siga adelante Luz VERDE encendida
Sólo una luz puede estar encendida a la vez Reglas de Combinación
Cada luz permanece encendida en un lapso determinado de tiempo Si se apaga la luz se enciende la siguiente, en ciclo, en este orden:
VERDE
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AMARILLA
ROJA
VERDE
1.
TIPOS DE SIGNOS
Sin intención comunicativa
Índice, síntoma o indicio (huella)
SIGNO (En sentido amplio: representación de una cosa por otra)
Verbales
Signo lingüístico
Con intención comunicativa Ícono No verbales Símbolo
SIN INTENCIÓN COMUNICATIVA a)
Índices (o síntomas o indicios) Son no intencionales; sólo son huellas que, al ser interpretadas por el ser humano, le indican algo. Poseen significado, pero no constituyen comunicación. Se establecen por el conocimiento del mundo que tiene una persona. Un individuo descubre una relación de contigüidad entre distintos elementos de la realidad y los asocia. Esta contigüidad podría definir una relación natural entre el significante y su significado. Los indicios entre sí no forman un sistema organizado. Ejemplos:
Una nube oscura en el cielo es indicio de lluvia. El motor que suena mal es indicio de falla. Un grupo de personas que ríe es indicio de burla o alegría. Una colmena es indicio de miel.
Estrictamente hablando, entonces, la risa es sólo significativa cuando una persona la escucha y la interpreta como “alegría”. Pero si yo quisiera aprovecharme del valor significativo que tiene la risa e “intencionalmente” hiciera ostentación de ella ante otra persona, entonces la risa pasaría a ser comunicativa y, por tanto, ascendería en grado de abstracción a signo intencional, codificado. Se transformaría en signo y dejaría de ser síntoma.
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CON INTENCIÓN COMUNICATIVA I.
Verbal
a)
Signo lingüístico Son intencionales, comunican. Se establecen por la necesidad de expresar la realidad humana. Una comunidad establece una relación convencional entre una secuencia de sonidos verbales (significante) y un contenido (significado) que representa un referente concreto o abstracto. Esta representación define una relación arbitraria entre significante y significado. Los signos entre sí forman un sistema organizado. Ejemplo:
Todas las palabras de la lengua.
II.
No verbales
a)
Íconos (o iconos) Son intencionales, comunican. Se establecen por la necesidad de expresar de un modo muy concreto un referente de carácter material. Un individuo descubre una relación de semejanza entre una determinada imagen (visual o acústica) y su referente (el ícono “imita” algunas características de su referente). Esta semejanza define una relación con muy alto grado de motivación entre significante y significado. Ejemplos:
b)
Una fotografía y/o caricatura. Un mapa y/o plano. La imitación del trino de un ave mediante una flauta. Un mapa conceptual o un gráfico.
Símbolos Son intencionales, comunican. Se establecen por la necesidad de expresar de un modo concreto y sintético un referente abstracto. Una comunidad establece una relación convencional entre un conjunto de rasgos distintivos (significante) y un contenido (significado) que representa una abstracción. Esta representación define una relación levemente motivada entre significante y significado. Una paloma blanca
= PAZ
El dibujo de un corazón
= AMOR
El símbolo y el ícono, sin llegar a ser universales, pueden ser translingüísticos, es decir, pueden establecer comunicación entre sujetos de distintas lenguas e incluso culturas. 2.
COMUNICACIÓN Y CÓDIGOS. En términos generales, el hombre se distingue de otros animales por la multiplicidad y variedad de códigos de que dispone. Podemos distinguir algunas características específicas de los códigos humanos, no presentes en los de los otros seres comunicantes:
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2.1
La comunicación humana gira en torno al código verbal, aunque difícilmente encontraremos situaciones en las que éste no se apoye en otros códigos.
Normalmente los mensajes comunicacionales se construyen sobre varios códigos, siendo el verbal el principal.
Hay códigos que tienen existencia independiente del verbal (aunque también lo pueden apoyar), la “comunicación no lingüística”.
COMUNICACIÓN O CÓDIGO VERBAL En términos sencillos, es el código que usamos cuando nos comunicamos con palabras. Sus características esenciales son:
Es un código de comunicación, pero también –y principalmente- es un sistema de configuración mental de la realidad.
En sentido amplio es simbólico (pues sirve para representar una cosa por otra).
Es social, vale decir, la relación entre el significado, el significante y la referencia, es arbitraria.
Es fónico. Se emiten sonidos vocálicos que se perciben auditivamente. La posibilidad de escribirlo es una ventaja adicional que han aprendido a dominar muchos pueblos y personas, pero no hay que olvidar que las culturas prehistóricas y los individuos analfabetos tienen también lenguaje verbal, aunque no lo escriban. En realidad, el lenguaje verbal puede ser traducido de modo tal que sus signos sean transmisibles por otros canales, aparte del acústico. Por ejemplo, a través del canal visual están el lenguaje de señas para sordomudos, los jeroglíficos egipcios, los ideogramas chinos y, fundamentalmente, los alfabetos.
Es doblemente articulado y económico. Todos los códigos de comunicación tienen signos con significado y significante. El código verbal, además, analiza el significante en unidades sonoras menores (nosotros les decimos “letras”). Con unas cuantas de estas unidades sonoras (en el español de Chile son 22) podemos construir un infinito número de significantes.
Así llegamos al concepto de economía. Si los cuervos usan 400 signos, tienen 400 significantes distintos entre sí. Nosotros, en cambio, tenemos apenas dos decenas de unidades con las que podemos construir no 400, sino infinitos signos, que a su vez se combinan entre sí.
Es lineal, como consecuencia de su carácter oral y articulado. No se pueden pronunciar simultáneamente dos letras: hay que unirlas en una cadena temporal.
Cualquier mensaje en cualquier código puede teóricamente ser “traducido” al lenguaje verbal. Esta capacidad se conoce como “omnipotencia semántica del lenguaje”.
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3.
ELEMENTOS PARAVERBALES O PARALINGÜÍSTICOS Corresponde al conjunto de las cualidades complementarias del significante lingüístico. Es indisociable del lenguaje verbal, ya sea oral o escrito, y está constituido por elementos físicos que pueden variar intencionalmente, como la intensidad (o “volumen”) con la que se habla o el tipo de letra (manuscrita, Times New Roman, cursiva…). Los elementos paralingüísticos se valen, por tanto, de los accidentes intencionales del lenguaje verbal.
a)
En el plano oral, o fónico
El tono (entonación): Más agudo o más bajo. Manifiesta la emocionalidad y afectividad del emisor. La adecuación emocional del tono de voz utilizado en conversación no sólo refleja, sino que también condiciona muchas veces el tipo relación establecida. Por ejemplo, una excesiva emocionalidad ahoga la voz y el tono hace más agudo. Por lo tanto, el deslizamiento hacia los tonos agudos es síntoma inhibición emocional.
la la de se de
Algunas variaciones tonales están estrictamente codificadas. Por ejemplo, en español, hay una clara entonación ascendente al final de la frase cuando se hace una pregunta (ortográficamente se marca con el signo “?”), y una descendente cuando se termina una idea (lo que corresponde al punto).
La intensidad (volumen): Suave, regular o fuerte, expresa la adecuación del emisor a la situación, su intencionalidad de imponerse o su timidez ante la situación, y el énfasis que se da a una palabra o frase.
Cuando la voz surge en un volumen elevado, suele ser síntoma de que el interlocutor quiere imponerse en la conversación, y está relacionado con la intención de mostrar autoridad y dominio. El volumen bajo sintomatiza la intención de que no quiere hacer el esfuerzo de ser oída, con lo que se asocia a personas introvertidas.
El ritmo: Se refiere a la fluidez verbal con que se expresa la persona. Puede ser átono o marcado, monótono o expresivo, entrecortado o fluido, rápido o lento.
El ritmo lento o entrecortado puede revelar un rechazo al contacto, un mantenerse a cubierto, un deseo de retirada y una frialdad en la interacción. El ritmo cálido, vivo, modulado, animado, está vinculado a la persona presta para el contacto y la conversación. Además, es normal que se haga más lenta la enunciación cuando se desea que se comprenda una parte difícil o enfática. En el ritmo son indispensables las pausas, y éstas pueden cumplir diversas funciones: separar ideas, manifestar dubitación, crear suspenso, etc. b)
En el plano escrito, o grafemático
La distribución espacial: El texto escrito aprovecha su carácter visual para hacer que la configuración del mensaje sea expresiva en sí.
La forma más habitual de escribir es de margen a margen (prosa), pero difícilmente se encontrará un texto que no aproveche otras distribuciones espaciales para algunas partes, como centrar títulos o encuadrar párrafos. 12
Hay textos con distribuciones típicas e invariables, como la carta y la noticia. La poesía se vale de esto en la versificación y en los caligramas.
La puntuación: Es la representación gráfica de los elementos paralingüísticos del tipo oral, por lo tanto, influye tanto en la lectura en voz alta como en la organización temática, los énfasis y la emocionalidad del texto.
El ritmo y la organización temática se grafican con pausas como el punto (.), la coma (,), el punto y coma (;), los dos puntos (:) y los paréntesis (). El tono por signos de interrogación (¿?), puntos suspensivos (…) y comillas (“”). La intensidad por los signos de exclamación (¡!) y el tilde (´).
4.
La tipografía: Se refiere a la selección del medio gráfico que se usa en sustitución del sonido, tanto la forma física de las letras (tamaño, forma, tipo) como el uso de otros gráficos de apoyo que no son propiamente signos de puntuación, como @, {}, &, %, $.
COMUNICACIÓN NO VERBAL La cultura está construida sobre una infinidad de códigos no verbales. Algunos son los siguientes:
a)
Código Kinésico (cinésico o quinésico): Al igual que kinesiología, cinemática, cinematógrafo, cinema, esta palabra se construye con una raíz griega que significa “movimiento”. Comprende los gestos, los movimientos corporales, los de las extremidades, las manos, la cabeza, los pies y las piernas, las expresiones faciales (sonrisas), la conducta de los ojos (parpadeo, dirección y duración de la mirada y dilatación de la pupila), y también la postura. El gesto es el movimiento corporal propio de las articulaciones, principalmente de los movimientos corporales realizados con las manos, brazos y cabeza. Hay cinco tipos de gestos:
Gestos emblemáticos o emblemas: Señales emitidas intencionalmente. Su significado es específico y muy claro, ya que el gesto representa una palabra o conjunto de palabras bien conocidas. Por lo tanto, son gestos traducibles directamente en palabras.
Agitar la mano en señal de despedida. Sacar el pulgar hacia arriba indicando aprobación.
Gestos ilustrativos o ilustradores: Se producen durante la comunicación verbal. Sirven para ilustrar y complementar lo que se está diciendo. Son gestos conscientes que varían en gran medida en función de la cultura. Pueden ser movimientos que acentúen o enfaticen una palabra o una frase, esbocen una vía de pensamiento, señalen objetos presentes, describan una relación espacial o el ritmo de un acontecimiento, tracen un cuadro del referente o representen una acción corporal.
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Gestos patógrafos: Reflejan el estado emotivo de la persona. A través de este tipo de gestos se expresan la ansiedad o emoción del momento, muecas de dolor, triunfo y alegría, etc. En este sentido se relaciona con la función emotiva o expresiva del lenguaje.
Gestos reguladores: Movimientos producidos por quien habla o por quien escucha, con la finalidad de regular las intervenciones en la interacción. Son signos para tomar el relevo en la conversación, que tienen también un importante papel al inicio o finalización de la interacción (por ej.: darse la mano en el saludo o la despedida). En este sentido, se pueden asociar a la función fática del lenguaje.
Los gestos reguladores más frecuentes son las indicaciones de cabeza y la mirada fija. Las inclinaciones rápidas de cabeza llevan el mensaje de apresurarse y acabar de hablar, mientras que las lentas piden que el interlocutor continúe e indican al oyente que le parece interesante y le gusta lo que se está diciendo.
Gestos de adaptación: Utilizados para manejar emociones que no queremos expresar. Se utilizan cuando nuestro estado de ánimo es incompatible con la situación interaccional particular, de forma que no podemos expresar nuestras emociones reales directamente con la intensidad con la que realmente las sentimos. Ante esta situación se produce una situación incómoda, que necesitamos controlar, y es cuando aparece el gesto como una forma de adaptarnos a esa situación.
Gestos de este tipo son pasarse los dedos por el cuello de la camisa cuando nos sentimos ahogados por la tensión de la situación, o cepillamos el pelo cuando nos sentimos nerviosos. b)
Código Proxémico: Corresponde a la utilización del espacio social y personal y la percepción que se tiene de éste. Se refiere al amplio conjunto de comportamientos no verbales, relacionados con la utilización y estructuración del espacio inmediato de la persona. Todo individuo se desplaza dentro de una "burbuja privada" que representa el espacio que ha de separarle de los otros para hacerle sentir seguro. Los diferentes estudios acerca del control del espacio que nos rodea, han entregado ciertas mediciones de las distancias en que permitimos el ingreso de otras personas a nuestro ámbito. Sin embargo, éstas pueden variar de cultura en cultura. De manera general, podemos presentar la siguiente subdivisión:
Zona íntima (15-45cm): El acceso a esta zona está reservado a personas muy vinculadas al individuo, donde la comunicación no se da sólo mediante la palabra, sino también mediante el tacto, el olor, la temperatura del cuerpo, etc.
Zona personal (46-122cm): En esta zona podrán entrar todas las personas que se hayan ganado la confianza del individuo. Está limitada por la extensión del brazo: el dominio físico.
Zona social (122-360cm): El área social está reservada a personas que el individuo no conoce o conoce muy poco. Por ejemplo, los escritorios de personas importantes suelen ser lo bastante anchos como para mantener esta distancia.
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Zona pública (más de 360cm): Es idónea para pronunciar discursos o en algunas formas muy rígidas y formales de conversación. Mediante la disminución o ampliación de las distancias, se puede entender la aprobación o desaprobación que el individuo mantiene con los otros.
Ciertos estudios indican que las distancias demasiado cortas que se dan de forma inadecuada para una relación interpersonal, pueden provocar actitudes negativas cuando la relación con el individuo no es íntima. Esto se rompe en aquellas situaciones en las que la cercanía se hace forzosa y es convencionalmente aceptada, como los ascensores y los buses. c)
Código Icónico: Es el conjunto de los códigos que se valen de la imagen bidimensional. Los códigos icónicos se complementan con el lenguaje verbal escrito. Lo normal es que los textos escritos tengan ilustraciones y, a la inversa, una ilustración sea explicada por un texto. Ha sido estudiado sobre todo en el ámbito de la publicidad, la educación y el periodismo, ya que estos profesionales saben que a veces “una imagen vale más que mil palabras” al momento de persuadir o informar. Esto se debe a su capacidad de concentrar información. El lenguaje icónico es muy habitual en varios ámbitos, como las señales urbanas (letreros), medios de comunicación escrita (diarios y revistas), computación (los sistemas operativos del tipo Windows basan su interfaz en este código), arte (pintura, cómic, fotografía), cartografía (mapas, planos), publicidad (afiches, catálogos), infografía (ilustraciones informativas de textos de estudio, diarios, revistas) y gráficos (organigramas, esquemas). LENGUA, NORMA Y HABLA
1.
Visión tripartita del lenguaje.
HABLA NORMA LENGUA Sistema código Por Variante comunidad, comunicación. ejemplo, de abstracto, funcional comunicación, dadas elPor español. las de ejemplo, compartido la circunstancias lengua, materializado el español por compartida los concretas hablantes, de en Chile, unpor idioma. de una la LENGUAJE
Sistema abstracto, compartido por los hablantes, código de comunicación materializado en un idioma. Por ejemplo, el español. LENGUA Variante funcional de la lengua, compartida por una comunidad, dadas las circunstancias concretas de la comunicación. Por ejemplo, el español de Chile, según se habla el año 2013, en el estrato culto y con un estilo informal.
NORMA
Realización concreta y particular de la lengua, con infinitas posibilidades de variación. Por ejemplo, “Hola, como stâ”. HABLA
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1.1
Lengua o sistema Es el sistema de signos que usamos como código para comunicarnos y como “plantilla” de configuración de la realidad. La lengua es un “órgano” que se desarrolla en el recién nacido y que ya ha alcanzado su total madurez alrededor de los 3 ó 4 años, mediante un desarrollo cognitivo y la adquisición de uno o más idiomas. Algunas de sus características son:
1.2
La lengua es un conjunto de conocimientos conocimiento fonético y fonológico. conocimiento léxico y semántico. conocimiento sintáctico y morfológico.
-
Hay una relación fundamental entre lengua y pensamiento.
-
La lengua es un conjunto de reglas abstractas que todos sus hablantes comparten.
Norma La lengua tiende a ser conservadora y homogénea, ya que, de no ser así no podríamos entendernos. Sin embargo, la lengua cambia, aunque nunca esos cambios son tan determinantes como para que los hablantes no se entiendan entre sí. Cuando esto empieza a suceder, significa que, una variante empezaría a tener sus propias reglas independientes y, por tanto, empezaría a adquirir la categoría de una lengua, como ocurrió con el español, que originalmente era sólo una variante del latín. Alguien puede decirme “Hola, cómo estás”, “Quiubo”, “Buenos días, cómo está”, “Vale, cómo estáis”, “Hola broder, qué onda” o “Buen día, cómo está usted”. Surge entonces una pregunta que ha marcado el estudio del lenguaje durante decenas de siglos: Habiendo tantos modos distintos de decir las cosas ¿cuál es la forma correcta? ¿Cuál es la norma o lo “normal”? La respuesta es clara: hay tantas normas como variantes funcionales de la lengua. Vale decir, un enunciado será “correcto” según la variante que esté utilizando. Cada uno de nosotros maneja varias normas, que son “correctas” en su determinado ámbito. No sería adecuado hablarle a un niño como si fuera adulto ni sería adecuado corregir a los rioplatenses que digan “vos tenés”, si en su ámbito de comunicación eso es lo normal. Los factores de variación de la lengua, que determinan las normas, son los siguientes:
a) Tiempo (variación diacrónica) La lengua cambia con el paso del tiempo. Hay lugares donde el cambio es más lento (sectores rurales y aislados), y hay grupos culturales que pretenden impedir que ocurra esta variación, pero, en definitiva, siempre ocurre. Ya nadie dice “Si plugiera a vuesa señoría…” Las palabras cambian y el modo de decirlas también. Desaparecen conceptos (botica, alberca, biógrafo, fenecer) y aparecen otros (zaping, trabajólico, estándar). Esto implica una diferencia entre las distintas generaciones de hablantes: el abuelo no habla igual que el nieto.
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Lo que antes era el “almacén”, hoy es “tienda” o “supermercado”; los actuales almacenes tienen otro referente. Los abuelos hablan del “paletó” o “paltó”; la prenda todavía existe, pero hoy se le dice “chaqueta” o “abrigo”. Los adultos de hoy decían años atrás “el descueve” y “macanudo”. Actualmente los jóvenes utilizan otras palabras. b)
Lugar (variación diatópica) Es una de las variaciones más evidentes de la lengua. Somos instantáneamente capaces de distinguir a un cubano de un español, aunque ambos son usuarios del mismo idioma y se entienden mutuamente. El madrileño dice “andáis a caballo”, el chileno “andai a cabayo” y el rioplatense “andás a cabasho”. Las distintas normas diatópicas reciben el nombre de DIALECTOS. Nuestro dialecto es el “español de Chile”, aunque también se pueden notar diferencias locales bastante claras entre chilenos. Por ejemplo, lo que en Santiago es una “cocina”, en algunas zonas del sur se llama “estufa”; en Temuco y otras zonas se dice “gánate aquí”, en vez de “ponte aquí”. En muchas partes del sur hay un fenómeno llamado ceceo, que consiste en pronunciar la s como si fuera una z española (“zubmarino”). En algunas zonas, se dice “marraqueta”, en otras “batido” o “francés”, pero todas corresponden a un mismo referente. En muchas partes la /ch/ se pronuncia como /sh/, lo cual es señal de desprestigio. Además, independientemente de otros factores, los hablantes rurales hablan distinto que los urbanos.
¡Ó R A L E , M A N ITO !!!
Algunos de los rasgos generales del español de Chile son los siguientes:
22 sonidos (el español de España tiene 23). Pronunciamos c y z como s, y ll como y. Aspiración o pérdida de s al final de sílaba (mohca, pan tohtado) y al final de palabra plural (loh mihmo). Relajación o pérdida de d entre vocales (pescao, peazo) y al final de palabra (salú, virtú). Sustitución de vosotros por ustedes. El sistema este-ese-aquel se reduce a este-ese, excepto algunas comunidades rurales que aún usan “aquel”. Pronombres cuyo, cual y quien muy poco (y mal) usados. Se reducen a que, con pocas excepciones en personas cultas. Ausencia de futuro imperfecto (vendré) y futuro subjuntivo (viniere, hubiere venido). Uso adverbial de adjetivos (comemos rápido en lugar de comemos rápidamente). Algunos elementos del léxico: nomás, al tiro, ya (en lugar de sí), cuestión (en lugar de cosa), algunos arcaísmos como fierro, alcuza, botar (desechar) y pararse (ponerse de pie). Preferimos los extranjerismos a sus sinónimos españoles (mall en vez de centro comercial, carnet en lugar de carné).
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c)
Situación (variación diafásica) Cuando hablo con mi jefe le digo “buenos días” y “hasta luego”. En cambio, a mi amigo le digo “hola” y “chao”. Esta diferencia depende del tipo de relación funcional que se da entre los participantes de la conversación. Se distinguen así dos ESTILOS: el formal y el informal, dependiendo de la simetría o asimetría existente en la relación entre los hablantes. En la relación entre los individuos, los dos tipos de relación lingüística afectan a diversos aspectos de la comunicación, tales como:
Nivel de formalidad. Grado de restricción. Modo de presentación (estilo) Utilización del léxico. Control del lenguaje proxémico. Lenguaje postural y gestual.
c.1. Relaciones de asimetría o complementariedad Se recurrirá al habla formal si la relación es asimétrica o complementaria, es decir, si las personas se encuentran en distinto nivel o jerarquía funcional (jefe/empleados, profesor/estudiante, médico/paciente, juez/ciudadano, policía/conductor). La relación desigual exige un lenguaje que se caracteriza por su rigidez y distancia. Se produce distancia proxémica, se utilizan gestos y ademanes acordes con la diferencia entre los interlocutores, se cuidan la pronunciación, la sintaxis y el vocabulario. El lenguaje se acerca más a la variedad escrita. c.2
Relaciones de simetría o igualdad Se recurrirá al habla informal si la relación es simétrica, esto es, aquélla que se produce entre personas que están en un mismo nivel o jerarquía funcional, o bien, si existen vínculos afectivos de cercanía o familiaridad (pololos, profesionales, estudiantes, hermanos, compañeros, amigos). En la relación coloquial simétrica, se producen acercamientos proxémicos, los gestos y ademanes operan de manera más natural. El lenguaje es más relajado, más afectivo, rápido, expresivo y simplificado. A esta norma se la conoce habitualmente como LENGUAJE COLOQUIAL.
d)
Nivel educacional o estrato (variación diastrática). Hemos escuchado varias veces expresiones como “te voy a pegarte” o “dentre nomá caallero”. Y sabemos o intuimos que los emisores de tales mensajes tienen un grado de educación inferior al nuestro. Esta variación nos permite distinguir dos NIVELES: uno culto y otro inculto (e innumerables variedades intermedias). Considerando las diferencias de estilo y nivel se suele hacer una matriz que permite una mejor descripción de las lenguas funcionales. Aquí se detallan algunos de los rasgos de estas cuatro normas en el dialecto español de Chile actual:
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Culto formal: es el modelo de lenguaje usado por el hablante culto en situaciones formales: discusiones de proyectos entre profesionales, debates públicos, discursos, informes escritos, etc. Se caracteriza por: Amplitud de recursos expresivos y léxicos. Precisión conceptual (no se dice “cosa” sino “platillo”; tampoco se diría “no entiendo una cuestión”, sino “todavía no comprendo a qué se refiere con uno de sus argumentos”). Mantiene un discurso fluido y continuo. Uso del “usted” para la segunda persona (“Venga, por favor”). Utiliza correctamente los nexos gramaticales y formas verbales. Pronunciación apegada a la norma escrita (en “alcohol” se pronuncian dos “o”) y, en extranjerismos, a las formas originales. Uso de tecnicismos (cefalea, macroeconómico) y cultismos grecolatinos (equilátero, esquizofrenia, in situ, a priori). Culto informal: en este caso el hablante aún siendo culto y competente lingüísticamente, se manifiesta relajado. La variedad informal es la más usada en la lengua ya que se emplea en la vida cotidiana, entre familiares y amigos. Sus principales características son: Es espontáneo y expresivo (movimiento de manos, ojos, cuerpo en general). Presenta un uso discontinuo del código, lo que refleja su conocimiento, pero no un apego excesivo a las normas. Pronunciación relajada de /d/, /s/ y /tr/. Simplificación de grupos vocálicos (alcol en vez de alcohol) o consonánticos (obio en vez de obvio, tramporte en vez de transporte). Tendencia a abreviar (tele, fono, micro). Sencillez en la ordenación sintáctica de la frase. Presencia de frases hechas o muletillas de moda ("ponte tú...", "olvídate"). Abuso de muletillas como “cosa”, “cuestión.” Uso indistinto de “tú” y “vos” para la segunda persona (¿vas a venir? o ¿vai a venir?). Se evita el hiato (Juaquín en lugar de Joaquín, almuá en lugar de almohada, linia en vez de línea). Abuso del diminutivo, incluso en formas no nominales (atracito, rapidito, allacito, ayayaycito). Uso de indigenismos: guacho, guata, pucho, pololear, piñén… Uso de apodos. Preferencia de algunos signos en lugar de otros: plata (dinero), pelo (cabello), chico (pequeño), contar (narrar)… Inculto formal: es el modelo de lenguaje usado por el hablante inculto en situaciones formales: visitas al médico, comparecencia en tribunales, discursos públicos. Se trata de una relación asimétrica, trata de hablar con respeto y formalmente, intentando imitar la norma culta, pero su limitado manejo de léxico y de estructuras gramaticales complejas lo delatan. La norma inculta formal, típicamente oral, se caracteriza por: La existencia de ultracorrección: el hablante tiene conciencia de que su norma es deficiente y trata de corregirla imitando la norma culta, pero equivocándose. Por ejemplo, sabe que no es correcto decir “maire” (en lugar de “madre”) y lo corrige, pero extiende la regla a la palabra “aire”, y luego dice “por favor, cierre la puerta para que no pase el adre”. Por eso a veces se oye decir toballa, bacalado, ajíses, fuistes.
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Abuso de muletillas y otras palabras sin función concreta en su discurso. Sobre todo hay imprecisión y redundancia de conectores. Elección de palabras y frases “prestigiosas”, oídas en los medios de comunicación masiva, pero incorrectas (“metereólogo”, “me duele el celebro”) o descontextualizadas (“mi mami colapsó en la cocina”, “la pelea fue dantesca”). Errores en la concordancia gramatical al elaborar textos complejos (“El cuerpo de carabineros hizo un comunicado, la cual dijo que no había que preocuparse”). Inculto informal: en este caso el hablante que no es culto ni competente lingüísticamente, se manifiesta relajado. Sus principales características son: Emisión discontinua del discurso por falta de recursos léxicos. Imprecisión en la ordenación sintáctica. Gran pobreza léxica. Sus palabras son, sobre todo, concretas (sus referentes son “cosas”) y del entorno cotidiano. Pronunciación muy relajada, con simplificación de grupos consonánticos (ausoluto, paire, caule), cambios de sonidos (juego en vez de fuego, güitre en vez de buitre, cardo en vez de caldo), adición de sonidos (dentrar, garuga, sandiya, sure, comere…) y pérdida de sonidos (aonde en vez de adonde, reise en vez de reírse, tabién en vez de está bien, caallo, córrete pal lao…). Uso extendido del “vos” y modificación en la conjugación del “tú” para la segunda persona (“soi cochino” o “eríh cochino” en vez de “eres cochino”). Confusión y duplicación de pronombres (“me le perdió”, “no te vai a caerte”). Desuso del imperativo monosílabo (sale en lugar de sal, tiénemelo en lugar de ténmelo, pónetelo en lugar de póntelo, etc.). Conjugación modificada del subjuntivo de los verbos “haber” (haiga, haigai, haigamo) e “ir” (“no vai a ver” en vez de” no vayas a ver”, o no se vaigan a caer”), entre otros.
Las cuatro normas descritas pueden complementarse con otros usos vinculados tanto con lo culto formal como con lo inculto informal: El uso supraformal (relacionado con la norma culta formal): En algunas situaciones protocolares o rituales se usa un lenguaje caracterizado por su rigidez absoluta e imposibilidad de cambiar el léxico o la gramática. Esto ocurre en algunos oficios religiosos, ritos, ceremonias castrenses, relaciones diplomáticas, eventos oficiales de los gobiernos, etc. El uso estándar (relacionado con la norma culta formal): En la educación formal (el colegio, la universidad) se enseña la variable estándar de la lengua, esto es, una herramienta para elaborar y comprender mensajes verbales de un mediano nivel de complejidad en un nivel culto y formal, para que el hablante pueda desempeñarse en cualquier ámbito comunicacional, no sólo con su familia y amigos, sino con los medios de comunicación masiva, los profesionales, el Estado, la ciencia, la filosofía y el arte, independientemente del país o la región y de la edad del hablante. Cuando se habla, en general, de “norma española”, se está haciendo referencia a esta variable estándar, que pretende ser reflejo fiel de la lengua. El uso estándar pretende ser panhispánico permitiendo la comunicación entre todos los hablantes de la lengua, por ello es una modalidad que desea ser transversal situándose por sobre las variables diatópicas, diacrónicas, diastráticas y diafásicas propias del uso habitual.
20
El uso marginal o antinorma (relacionado con la lengua inculta informal): Es un uso rudimentario, propio de individuos que están fuera, al margen, de los grupos y clases sociales que constituyen una comunidad. Sujetos pauperizados como mendigos y vagabundos o aquellos que en pobreza y/o enfermedad extremas jamás se han educado ni han tenido, o han tenido muy poco, la opción de trabajar. Sobre todo este uso marginal, pero también el uso inculto en general, presenta la dificultad para comunicar mensajes precisos y abstractos, por la pobreza de su conocimiento lingüístico y su mundo cultural. Por lo tanto, no es que el lenguaje inculto “diga las cosas de otra forma”, sino que es incapaz de expresar ideas abstractas y conceptos precisos. e)
Otras variaciones Los factores tiempo, lugar, situación y estrato son los fundamentales. Hay otros factores menos determinantes, porque afectan sobre todo a la parte más superficial de la lengua, esto es, a la selección de las palabras. El sexo del hablante: no es muy significativo como factor de variación en español. El lenguaje de los hombres y las mujeres es bastante similar, aunque las mujeres hablan ligeramente más rápido que los hombres y cargando su discurso de más recursos expresivos afectivos que los hombres. Con respecto al léxico, en español de Chile los hombres usan menos que las mujeres palabras como “atroz”, “amoroso” o “lindo”. El grupo de interés y ocupación del hablante: Hay circunstancias sociales relativas a la profesión, la ocupación y la convergencia de gustos y hábitos (conocidas también como campos), que determinan el uso de cierto léxico especial. Esto da origen a las jergas, que reflejan la existencia de referencias comunes especiales entre los hablantes. -
Los hábitos lingüísticos de los adolescentes: Los adolescentes siempre buscan innovaciones que marquen una identidad entre sí y diferencia con los adultos. Por eso construyen una “jerga juvenil”. Como las palabras juveniles rápidamente pasan al uso de los adultos, esta jerga debe variar frecuentemente.
-
Los hábitos lingüísticos de los delincuentes (el o la coa): Los delincuentes buscan innovaciones lingüísticas, cambios de los significantes, que les permitan un vocabulario propio que facilita su actividad. Algunas palabras del coa han pasado a la norma informal del lenguaje corriente (chorear, tira, cantar la firme…).
-
Los hábitos lingüísticos de profesionales, técnicos y otros grupos afines: Los profesionales médicos, abogados, profesores, etc. tienen vocabularios específicos de su actividad (o tecnolectos). Además de estos vocabularios hay vocabularios específicos menos sistemáticos y prestigiosos propios del deporte, el trabajo, los cultos religiosos, etc.
1.3. Habla En el nivel del habla, esto es, la realización de la lengua en enunciados pronunciados o escritos por hablante reales en situaciones concretas, hay que considerar tanto una visión estructural y lógica del lenguaje, como una visión pragmática y contextual. La lengua proporciona un código: signos y reglas para la transmisión de significados. Pero el habla concreta implica la percepción integrada del mensaje en un contexto, en términos tanto lógicos (lado izquierdo del cerebro) como afectiva (lado derecho), de modo tal que el significado comunicado debe interpretarse como un sentido. 21
1.3.1. Los actos de habla Son enunciados que constituyen acciones. Corresponden al lenguaje en uso, al lenguaje en la práctica, en la situación comunicativa concreta. Cuando hablamos no sólo decimos palabras, sino que también realizamos ciertas acciones: describimos, invitamos, aconsejamos, saludamos, felicitamos, discutimos, etc., es decir, hacemos cosas con palabras. No sólo importa lo que decimos, sino cómo lo hacemos y con qué intención. Desde esta perspectiva, el hablante cuando participa de un proceso comunicativo realiza actos de habla. Todo acto de habla tiene tres dimensiones: Locución
Puede ser
La forma o manera de lo dicho
ACTO DE HABLA
incluye
Ilocución
Puede ser
La intención o finalidad de lo dicho
Directo Indirecto Asertiva Expresiva Directiva Compromisoria Declarativa
Perlocución
Puede ser
El efecto de lo dicho en el oyente
Feliz
No feliz
El acto ilocutivo puede corresponderse con el acto perlocutivo, en ese caso la comunicación, el acto de habla, es “feliz”, pues los objetivos de la comunicación se han cumplido, por ejemplo: Daniela: (a su amigo) ¿Hace cuánto que no vamos al cine? (deseando ser invitada). Enrique: No sé…mmmm….. ¿vamos el sábado? Daniela: ¡Súper…! ¡Qué entretenido! Cómo podrá entenderse fácilmente, en ocasiones la comunicación se frustra, a la pregunta de Daniela se pudo haber respondido: Enrique: No sé…mmmmm… ¿Hace un mes o más?, ¡qué importa! Según la forma o manera de lo dicho (el cómo lo digo), los actos de habla son: a)
Directos Cuando se entiende claramente la intención del emisor. Por ejemplo, si un señor le pide a un muchacho: “Cómprame el diario”, es un acto de habla directo porque queda claramente expresado que es una orden.
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b)
Indirectos Cuando no se expresa claramente la intención del emisor. Si el mismo señor le dice al muchacho: “Necesito revisar los avisos clasificados del diario”, es un acto de habla indirecto, pues no está diciendo claramente la orden o la petición, pero el otro debe “darse por aludido” y facilitar el diario. En este caso, se realizó una indirecta, que dentro del contexto se puede entender, pero que en estricto rigor no es una orden clara, porque la intención verdadera es hacer que el otro facilite el diario. Si se pide la realización de una acción determinada, la forma más directa es el uso del imperativo, por ejemplo, “Apaga la luz”, pero este enunciado puede resultar descortés o producir incomodidad, tanto en el hablante como en el receptor. De allí que prefiramos utilizar formas indirectas que se podrían manifestar con enunciados tales como: Se estaría mejor con la luz apagada. Estás desaprovechando energía. Los actos de habla son concretos, por tanto, están en el plano del habla cotidiana. Responden a las situaciones del contexto, por eso serán distintos según el grado de formalidad y la norma que se use. La norma, como ya sabemos, corresponde al grado de educación de las personas. Según las situaciones concretas que a las personas les toque vivir, serán más o menos formales. Claramente es una situación distinta si alguien habla con su jefe o habla con amigos. En el primer caso, sus actos de habla serán de un mayor grado de formalidad y, si es una persona de un nivel culto, tratará de hablar conforme a ese nivel. En el segundo caso, si es una persona culta, seguirá en ese registro, pero su grado de formalidad será distinto. Habrá más cercanía y el trato será de igual a igual. Según la finalidad del enunciado los actos de habla serán:
1.
Acto de habla asertivo o representativo El hablante o emisor afirma o niega algo con diferentes grados de certeza; está comprometido en grados diversos, con la verdad de una proposición. Hay especial énfasis en dar a conocer una información, por tanto, la función del lenguaje más relevante es la función referencial. Algunos actos de habla asertivos son: afirmar, describir, informar, definir, creer, etc. Por ejemplo:
2.
Estoy segura de contar con su amistad. El cielo está despejado. Creo que viajaré. La ventana está abierta. Es una muy mala noticia.
Acto de habla directivo El hablante o emisor trata de conseguir que el oyente efectúe una acción. Se trata de recibir una respuesta inmediata por parte del oyente. Normalmente se dirigen directamente al receptor dando una orden, preguntando, pidiendo algo, etc. En este caso, la función del lenguaje que se destaca es la apelativa. Algunos actos de habla directivos son: invitar, preguntar, ordenar, etc. Por ejemplo:
Escoge tres de las fotografías y caracteriza las imágenes. ¿Dónde se encuentra mi hija? ¡Silencio! 23
3.
Acto de habla compromisorio El hablante se obliga a realizar una determinada acción futura, pues arriesga su prestigio en caso contrario. Algunos actos de habla de este tipo son: prometer, jurar, apostar, etc. Por ejemplo:
4.
Me comprometo a pagar mañana temprano. Prometo que iré a tu casa el sábado. Juro que es cierto lo que digo.
Acto de habla expresivo El hablante expresa un estado afectivo emocional o físico. En definitiva, da a conocer lo que siente, por lo cual la función del lenguaje destacada es la emotiva o expresiva. Algunos actos de habla de este tipo son: saludar, agradecer, felicitar, dar condolencias, quejarse, etc. Por ejemplo:
5.
Discúlpame, por favor. ¡Eres súper tierno! Agradezco tu gentileza. Te doy las gracias por el favor que me hiciste. Te felicito por tu puntaje.
Acto de habla declarativo El hablante modifica con sus palabras una situación de la realidad. Son los actos propios de los rituales o de momentos específicos en donde ciertas personas dicen algo que sólo ahí tienen un efecto. Son actos de habla adjudicados a una autoridad, pues si cualquier persona dice: “Yo te bautizo”, no tendrá ningún efecto particular. Sin embargo, si eso lo dice un sacerdote tiene un efecto concreto: el niño bautizado no será igual a partir de ese momento. Actos declarativos son: fallar (que un juez emita un fallo o sentencia), bautizar, casarse, etc. Por ejemplo:
Te bautizo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Los declaro marido y mujer. Están casados en nombre de la Ley. Me rindo. El acusado deberá cumplir una pena de cinco años y un día en el penal de Punta Peuco. EL SIGNO LINGÜÍSTICO
1.
Concepto general de signo lingüístico La definición más común de signo es: “señal de una cosa”. El signo es una unidad lingüística psíquica (está en nuestra mente) que está constituida por la asociación intelectual entre una imagen acústica (significante) y un concepto (significado). La Real Academia Española de la Lengua (RAE) define al signo como: “Unidad mínima de la oración, constituida por un significante y un significado”.
24
1.1
Estructura general e importancia del signo lingüístico El signo nace de la asociación entre un significante y un significado. El significante puede entenderse como el aspecto “material”, concreto y perceptible del signo. Es lo que escuchamos y pronunciamos al momento de hablar o lo que leemos y escribimos. El significante configura el plano de la expresión. El significado corresponde al aspecto “ideal”, abstracto e imperceptible del signo, no se escucha ni pronuncia, tampoco se lee ni escribe. La importancia radical del signo en la vida humana es que porta significación, es decir, manifiesta un vínculo entre el sujeto (su realidad mental) y los fenómenos de la realidad, los llamados referentes. Esto significa que mientras más rico el caudal de signos que manejemos, más compleja y profunda será nuestra realidad mental. Todo ello nos permitirá, por cierto, comprender mejor nuestra circunstancia. De este modo, la función principal de los signos, además de ser el instrumento básico de la comunicación, es permitir, por medio de su organización en un sistema léxico – semántico, la constitución de una Visión de Mundo, por ende, los signos tienen como función aprehender y transmitir la realidad interna y externa al ser humano. Concepto
SIGNIFICADO
Imagen acústica (fonos)
Imagen Sensorial
Contenido mental
=SIGNIFICANTE
REFERENTE =
Fenómenos de la realidad
Imagen visual (grafos)
1.2.
Características generales del signo lingüístico a) Arbitrario: el signo es arbitrario porque no existe ninguna relación natural, motivada, necesaria entre significante y significado. Por ejemplo, no hay obligación alguna de que el concepto, la idea de gato se exprese por los cuatro fonemas españoles /gato/. b) Lineal: el significante es lineal ya que para expresarlo se requiere disponer los sonidos en una secuencia ordenada, unos primeros y otros después, siendo imposible pronunciarlos al unísono. Así el significante /murciélago/ requiere pronunciar diez sonidos ordenados durante algunos segundos; en lo escrito el significante implica un tiempo y un espacio.
25
c) Intencional: el signo tiene una finalidad, una función, pues el acto de comunicarse cumple ciertas necesidades del hablante. Los enunciados pueden servir, por ejemplo, como vehículo de la subjetividad: ¡Hoy es un gran día, celebremos! o de la apelación: Los que no tengan autorización, retírense de este lugar, o de la referencialidad: Los diccionarios se encuentran sobre la mesa. d) Convencional: el signo es convencional porque se establece por un acuerdo social entre los miembros de una comunidad. Los hablantes se han concertado tácitamente para denominar un referente; lo convencional o institucional del signo se percibe en el cambio lingüístico: en Chile se dice aeropuerto; en Argentina, aeroparque. e) Cultural: el signo es cultural porque manifiesta, por medio de una lengua determinada, un vínculo particular entre los sujetos y el mundo que viven. Tiene además usos locales que connotan características de cada cultura o sociedad. Ejemplo: “¡Qué rico el pavo que cenamos en el año nuevo!” (ave originaria de América) “Mi hijo anda en la edad del pavo” (referencia a una etapa de la adolescencia) f) Sistemático: el signo lingüístico forma parte de una lengua por lo tanto, su sentido depende de los demás signos. Ejemplo: el signo casa se vincula con otros como: departamento, cabaña, mansión, construcción o pieza. Además posee vínculos morfológicos con casona, caserío o caseta. La sistematicidad es característica definitoria del signo, ya que los símbolos, señales e íconos no son sistemáticos. 2.
El léxico y la relación significante - significado
2.1
En el plano de la expresión
2.1.1 Homofonía: es la relación en la que un signo se vincula a otro por una igualdad en su significante oral. Por ejemplo: varón y barón. 2.1.2 Homografía: relación mediante la cual un signo se vincula a otro por una igualdad en su significante escrito. Ej.: Dejamos sobre (1) la mesa, dentro de un sobre (2), la carta que cuenta sobre (3) nuestras vacaciones. Observación: Se debe tener en cuenta que hay palabras que poseen dos o más significados, a esto se le llama polisemia. Ejemplo: (1) (2) (3)
sobre. Prep., encima de. sobre. m., cubierta, por lo común de papel, en que se incluye una carta, tarjeta., etc., que ha de enviarse de una parte a otra. sobre. Prep., acerca de.
2.1.3 Paronimia: es la relación de un signo que se vincula a otro por una semejanza de etimología, forma o sonido en su significante. Los parónimos pueden confundir al hablante de escasa preparación, como en este ejemplo: Sin duda, posee actitudes para la música, en vez de, sin duda, posee aptitudes para la música. 26
Evidentemente, actitud significa interés, preocupación o disposición del ánimo; en cambio, aptitud es disposición, capacidad o habilidad que permite realizar algo. Como se advierte, actitud y aptitud no siempre concurren en un mismo sujeto. 2.2
En el plano del contenido
2.2.1 Sinonimia: es una relación en la cual un signo se vincula a otro por una relativa igualdad en su significado. Ej.: la palabra escondite posee sinónimos como escondrijo, refugio, guarida, madriguera. 2.2.2 Antonimia: es una relación en la cual un signo se vincula a otro por una oposición en su significado. Ej.: la palabra intrépido tiene antónimos como miedoso, cobarde, temeroso. 3.
Denotación y connotación La denotación es el valor informativo – referencial de un signo, indicado con precisión por el código. En este sentido se relaciona con la función referencial del lenguaje, pues su uso depende directamente de la definición extraída de un diccionario. La idea de connotación se empareja y opone a la denotación, en cuanto indica una serie de valores secundarios, no siempre bien definidos y en algunos casos extralingüísticos, ligados en ciertas ocasiones a un signo. Es decir, presenta una significación figurada, más propia de la función emotiva o poética del lenguaje. Desde luego, si el hablante desarrolla mayores niveles de connotación, la riqueza expresiva de su discurso aumenta. Ejemplo: Uso denotativo
ZORRO
“El zorro culpeo está en vías de extinción” Animal mamífero de la familia de los cánidos.
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Uso connotativo “Ese hombre es un zorro viejo”
Hombre astuto y artificioso.
PREGUNTAS PSU 1.
¿Cuál de las siguientes opciones presenta una situación comunicativa en la que la relación entre los participantes es simétrica? A) B) C) D) E)
Un Un Un Un Un
conferencista que expone frente a una audiencia. alcalde que convoca por correo a los concejales a una reunión. político que debate con otro acerca de la economía nacional. profesor que responde preguntas de los estudiantes en la clase. joven que pide permiso para salir.
Referencia Curricular Eje temático: Lengua Castellana. Nivel: I Medio. Contenido del Programa de Estudios: Distinción entre relaciones simétricas complementarias o asimétricas en variados ámbitos de la vida social de las personas. Habilidad medida: Identificar. Dificultad de la pregunta: 65.6% (mediana). 2.
y
“Un joven de diecisiete años debe explicar al estricto director de su colegio por qué golpeó a un compañero de curso”. ¿Qué tipo de lenguaje y registro deberá utilizar? A) B) C) D) E)
Formal - culto. Informal - marginal. Informal - coloquial. Formal - coloquial. Semiformal - coloquial.
Referencia Curricular Eje temático: Lengua Castellana. Nivel: I Medio. Contenido del Programa de Estudios: Distinción de los niveles de habla en el ámbito de la experiencia de la comunicación social: uso informal y formal. Habilidad medida: Comprender - analizar. Dificultad de la pregunta: 67.67% (fácil).
DMTR –LE03
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