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rey arturo
escritura de momentos centrales
4*A puerta abierta
DÓNDE LA
MAGIA APARECE
4to Puerta Abierta
DÓNDE LA MAGIA APARECE
XCALIBUR Esta es Excalibur la espada mágica que perteneció al rey Uther, padre del famoso Arturo. Solo un pariente del rey Uther podía usarla, porque estaba hechizada. Este hechizo sirvió para saber quién tendría que heredar el trono de Bretaña una vez que Uther hubiera muerto. Sucedió así: Merlín colocó a Excalibur en un yunque e invitaron a un torneo a todos aspirantes al trono de Bretaña, pero sólo podría sacarla de allí el verdadero heredero de Uther. De este modo, al terminar el torneo, un joven desconocido criado por Héctor pudo sacar la espada y de ese modo reveló su identidad y se convirtió en rey. Excalibur fue la prueba de su identidad. El mango de la espada era Dorado y la hoja plateada. En la hoja había unas palabras “ Excalibur “ “Tomame “ y “ Arrojame lejos“. Acompañó a Arturo en innumerables batallas y en todas ellas salió victorioso. Al morir, Arturo cumplió con el mandato de la espada y la arrojó a un lago. Una mano se asomó en la superficie y la hundió para que nadie más pudiera usarla, Arturo no tenía descendencia. unos años después tuvo una pelea y murió, en sus últimos momentos recordó que la espada decía lanzarme lejos entonces eso hizo y la espada cayó en el fondo del lago. Isa y Aye
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DÓNDE LA MAGIA APARECE
A MESA REDONDA Estimado visitante, estás ante la mismísima mesa donde ciento cincuenta caballeros excepcionales se reunían en el castillo de Camelot. La mesa apareció allí por primera vez cuando el rey de Cameliard se la regaló al rey Arturo como presente por su boda con su hija. De tamaño era grande porque entraban a su alrededor ciento cincuenta personas y fue ubicada en el gran salón. En la gran ceremonia de elección de los caballeros de Arturo, esta mesa tuvo un rol central, porque es el lugar donde los caballeros se sentarían. A medida que los caballeros prometían fidelidad al rey sus nombres aparecían mágicamente grabados en en oro cada una de las sillas. Una vez que se asignaron todos los lugares sobraban tres sillas, dos eran para los más valientes, honestos y leales y la otra era para el más digno del mundo. Si alguien no lo era y se atrevía a sentarse, moriría en el acto.
N Í L ER
o del t e r c e el s a í c las o n a o í c d , n o e g ompr c jo ma e ; i s v a s en l l e l e b e , u r n t n i s s Merl n la las e a y b a j a n u lobo b u l i l e d a d e l sol, cas qu ullido i a g á l ién e m b m s a a e b T n a e imág vos. rpret r e t e n u i c s, y o e m s o o o l n l e g los de el ci n o o c el l y e u s n v a e d a a l las h derí y e e n c o u c s saba que o l conver decir aba e i f r n p o c podía uro, t r A ó que e i d . d o i e r p r u d fut ue le q er, pa a h b t e la a U d i f y o n e d o i R c nac El anto n t é , i l c é e wall. r n n e r o o j o C i h de muc su h s a o g a el a i r m o e e z i i n g e h e prot sus mago o e j de e d i e v d a n l z a e n r a , veng urió Más g m y r e e R h o Ut ro El u t r Cuand A nte iño e n m a o i ñ b e jó sa pequ e s n o ot. c l a e m . y a a ó C ñ o en ompañ Breta d c a a n i o e g n ma o su r d o t e El bue urant d o r a Artu
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MOMENTO SUBLIME
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MOMENTO SUBLIME OS CABALLEROS DE LA MESA REDONDA. Antes de que los caballeros se fueran de Cameliard, el rey les dio una mesa redonda en donde entraban ciento cincuenta caballeros. El rey Arturo pidió que la pusieran en la sala más grande del castillo y decidió que en ella se sentaran sus mejores hombres. Uno a uno fueron pasando frente al rey haciendo una reverencia como gesto de respeto. A medida que pasaban, el nombre de cada caballero quedaba mágicamente grabado en oro en cada una de las sillas. Al terminar de nombrarlos, Arturo les tomó juramento, pronunciando estas palabras: “Jurad fidelidad al reino de Camelot. Sed honestos. Dad misericordia al que la pida y ayuda al que la necesite. Proteged a las mujeres y a los débiles”. Una vez que se terminó de nombrar a todos los caballeros, se dieron cuenta de que sobraban tres sillas, Merlín explicó: -Dos de estas tres sillas serán para los caballeros más valientes de cada año. La otra será para sólo para el hombre más digno del mundo. Si alguien no lo es y se atreve a sentarse en ella, morirá en el acto. Desde ese momento, ningún caballero se atrevió a sentarse en la silla prohibida. Ni siquiera Lancelot, que era considerado el más valiente y digno de todos los caballeros.
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A MUERTE DE ARTURO Esta es la historia de la muerte de un GRAN REY, EL REY DE BRETAÑA. ARTURO era muy bondadoso y justo, escuchaba las necesidades de su pueblo para ayudarlos. Sin embargo tenía un gran enemigo: Sir Mordred, su sobrino, que nada más quería quitarle su trono. Con él se enfrentó en dos terribles batallas, miles de vidas se perdieron; hasta que llegaron a un acuerdo. Se reunirían para negociar cómo terminaría la guerra, acompañados por doce caballeros, pero pusieron como condición que si alguien levantaba una espada, comenzaría la lucha. Cuando parecía que habían llegado a un acuerdo, y Sir Morder se había conformado, una serpiente picó a uno de los caballeros del Rey Arturo quien levantó su espada para matarla. El otro ejército lo tomó como el comienzo de la guerra. Durante la batalla final, el Rey Arturo con su poderosa espada dio muerte a Sir Mordrer, pero cayó sobre ella y quedó mortalmente herido. Sabiendo que iba a morir pidió a sus caballeros que lo llevaran al lago, allí con sus últimas fuerzas lanzó a las aguas a su querida e inseparable espada Excalibur , cumpliendo la misión escrita en ella: ”Arrójame lejos”. Del lago emergió una mano mágica que recogió la espada y que, lentamente, la sumergió para siempre en el fondo.
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MOMENTO SUBLIME
L YUNQUE ¿¿Les gusta celebrar año nuevo? ¿Les gustan los torneos de caballería? Bueno, entonces, esta historia es para ustedes… Merlín junto al Arzobispo de Canterbury organizaron un torneo para celebrar fin de año que consistía en sacar una espada encantada de un yunque. Aquel que lo lograra iba a ser el rey de Bretaña y sólo podría hacerlo el heredero de Uther, dado que la espada contenía un hechizo que así lo determinaba. Sir Héctor venía en caballo para ver el torneo con sus hijos Kay y Arturo. Kay también quiso participar del torneo, pero se dio cuenta que se había olvidado la suya en el castillo. Por eso le pidió a Arturo que la fuera a buscar, pero el pequeño no quería perderse el torneo así que se acercó al yunque que había en la iglesia, sacó la espada y se la entregó a su hermano. ¡Kay la reconoció enseguida! Luego, fue a contárselo a su papá quien le dijo que sacar la espada del yunque había convertido a Arturo en el rey de Bretaña, y le contó su historia. Después devolvieron la espada a su sitio y fueron con el pueblo. En el momento en el que todos probaron suerte, Arturo también lo hizo frente a todos y el pueblo reconoció en él al heredero de Uther. Uno a uno los caballeros fueron intentando dicho desafío sin lograrlo hasta que por último Arturo, quien era hijo de Uther sin que nadie lo supiera logró sacar la espada del yunque sin esfuerzo . Todos vieron que había una inscripción en ella, que decía:
Excalibur más abajo decía
tómame por último y del otro lado de la hoja decía
Arrójame lejos
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RESCATE GINEBRA DE
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RESCATE DE GINEBRA
L RESCATE DE GINEBRA Una mañana, mientras Ginebra paseaba por los jardines del palacio, un villano caballero raptó a la reina a la vista de todos. El raptor, Meleagante, era hijo del honorable rey Baudemagus, que guardaba lealtad a Arturo y no le agradaba que su hijo fuera un malhechor. Arturo, desesperado de dolor, pues sabía que nadie regresaba con vida del reino de Gorre, les ordenó a sus mejores caballeros que fueran a rescatarla. Sin embargo, todos volvieron sin la reina en sus brazos antes de la puesta del sol del segundo día de búsqueda. Por eso, el honorable rey le pidió ayuda a Lancelot. Lancelot regresó a Camelot y partió de inmediato en busca de Ginebra. Apenas se internó en el bosque, vio salir un caballo sin caballero. Las riendas de la brida habían sido rotas por ambos lados. Los estribos estaban teñidos de sangre, y el asta de la silla cuelga por detrás, desgarrada y en pedazos. Después de avanzar un trecho se encontró con restos de escudos y de lanzas. Se apenó por no haber llegado a tiempo para salvar de la derrota a los caballeros de Arturo. Él iba por el bosque y tenía que ir cortando ramas porque que no lo dejaban seguir y vio un enano manejando una carreta donde se transportaba los criminales que serían ejecutados y le preguntó: - ¿Has visto pasar por aquí a mi señora, la reina? La robó un caballero de negra armadura. -Si montas en la carreta que conduzco, mañana podrás saber qué le ha pasado a la reina- respondió el enano. - Si montas en la carreta que conduzco mañana podrás saber qué le ha pasado a la reina- respondió el enano. - ¿En la carreta donde viajan los criminales?
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EL RESCATE DE GINEBRA El enano no respondió y obligó a Lancelot a entrar a la carreta. En ese objeto de deshonra llevaba al más digno de los caballeros a una aldea que aparentaba ser normal. Lancelot soportó que le tiraran cosas, que lo abuchearan y lo humillaran porque es el costo que estaba dispuesto a pagar para salvar a Ginebra.Cuando llegó al castillo vio por la ventana de la torre la caravana que llevaba a la reina. En ese momento empezó a perseguir a esa caravana y de repente la aldea y el castillo desaparecieron mágicamente.Cuando Lancelot comenzó a seguir el rastro de Ginebra encontró a una doncella, se dio cuenta de que tenía el peine de la esposa de Arturo, entonces se acercó y le preguntó: -¿Sabe hacia dónde se llevaron a la reina? - La llevaron hacia Gorre. - ¿Cómo llegó hasta allí? -Hay dos caminos para llegar, ambos muy peligrosos: el del Puente de la Espada o el Puente Bajo el Agua -¿Por cuál llego más rápido? - Por el Puente de la espada, pero es el más peligroso. Ningún caballero ha logrado cruzarlo hasta ahora. - Voy por allí- Respondió valerosamente Lancelot ante la mirada asombrada de la doncella. Lancelot retomó el camino hasta que llegó al puente. Allí vió un cañadón profundo. En el fondo, aguas monstruosas, negras y rugientes. El abismo era atravesado por una fuerte espada. Del otro lado lo esperaban dos fieras salvajes encadenadas a una roca. Él no pensaba en qué le podía pasar. Sólo pensaba en salvar a su reina.
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RESCATE DE GINEBRA
Antes de cruzar el puente de la espada se sacó la armadura para poder aferrarse mejor. El primer paso, un recuerdo de Ginebra. El segundo, otro más. Esos recuerdos aliviaban el dolor de los cortes que iba produciendo la espada en su cuerpo. Muchos pasos, muchos recuerdos y muchas heridas después, el valiente caballero llegó al final del puente. Las fieras lo esperaban. A lo lejos, vio a Ginebra acodada junto a Baudemagus en una ventana de la torre del castillo. Un poco más cerca los leones lo amenazaban. Lancelot se sintió débil pero en un momento recordó el anillo que le dio Vivian al despedirse. Miró a través de él y las bestias desaparecieron mágicamente. Lancelot comenzó a dudar de sus sentidos ¿Ginebra sería también un encantamiento? ¿Sus ojos lo engañaban? Para comprobarlo, miró a través del anillo y Ginebra seguía allí en la torre, por eso siguió su camino. Al llegar al castillo habló con el rey Baudemagus, quien estaba atravesando un fuerte debate interno ¿honraría la virtud de Lancelot? ¿Protegería a su hijo? Como era un hombre justo le ofreció al caballero su mejor armadura y su mejor caballo para el combate contra Meleagante y le rogó que curara sus heridas antes del combate. Sin embargo, Lancelot no aceptó, le propuso que fijara el enfrentamiento para el siguiente amanecer.
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RESCATE DE GINEBRA
Los caballeros se preparaban en la plaza. Desde la torre Ginebra y Baudemagus contemplaban el combate. Los combatientes subieron a sus caballos, se enfrentaron, una primera acometida ambos se cayeron al piso, los escudos estallaron. Ya de pie, las cotas de malla dejaban ver la sangre que brotaba de ambos cuerpos. Algunos temían que Lancelot perdiera por sus heridas. Ginebra se asomó y le dio aliento diciendo: -Mira a quien de ti no aparta su mirada. Esas palabras le devolvieron la fuerza a Lancelot. Un salto, un giro espada en mano y Meleagante quedó atrapado entre la espada y la pared. Su padre, temeroso, rogó a Ginebra que intervenga y le diga al caballero que no mate a su malvado hijo. Ginebra accedió y El combate terminó sin muertes. Ginebra fue hacia el campo de batalla , Lancelot se arrodilló ante ella y mostró su rostro. Ambos estaban conmovidos, los ojos de la reina hervían de lágrimas. En ese momento, le dio su pañuelo azul que a partir de allí el caballero lo llevaría como estandarte hasta el fin de sus días..
Fin
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