Buenos Aires CuradurĂa e InvestigaciĂłn Cecilia Rabossi
Este catálogo es publicado en ocasión de la exhibición Buenos Aires, organizada por Fundación Proa, Buenos Aires, Argentina.
Exhibición Buenos Aires Fundación Proa / Agosto–Octubre 2013
Catálogo Textos Andrés Levinson Cecilia Rabossi Daniel Link Cintia Mezza
Proyecto y organización Fundación Proa
© de los textos: los autores
“En obra”, instalación sonora Daniel Link / Valentín Díaz / Elena Donato / Sebastián Freire Sonido Javier Varela
Coordinación general Guillermo Goldschmidt Reproducción de imágenes Imágenes de las obras © de los artistas Fotografías Obras Leandro Katz © Florencio Malatesta Imagen documental Liliana Maresca © Marcos López Obra Gastón Bourquin © Facundo de Zuviría Obras en páginas 66, 71, 73, 78, 84-85, 117, 128 © Jorge Miño Diseño gráfico Fundación Proa Rafael Medel
Curaduría y Investigación Cecilia Rabossi Asesor Facundo de Zuviría
“En el cine”, proyección Andrés Levinson, Museo del Cine “Pablo C. Ducrós Hicken” Edición Carolina Cappa / Francisco Lezama “El obelisco” y “Manifestaciones y apropiaciones”, videos Guión e investigación Cecilia Rabossi Realización y edición Martín Seijó / Paolo Bassegio Locución Javier Varela Coordinación de exhibición Cintia Mezza Producción Cecilia Jaime / Montserrat Hernández / Mercedes Longo Brea Diseño expositivo y gráfico Fundación Proa SPIN, Londres
© 2013, Fundación Proa. Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de este catálogo por cualquier medio o soporte, sin la autorización previa de la Fundación.
Registro de obras Soledad Oliva Conservación María Pía Villaronga Montaje Pablo Zaefferer / Soledad Oliva Montajistas Ezequiel Verona / Diego Mur / Marcela Galardi / Hernán Torres / Alexis Minkiewicz / Nicolás Vasen Educación Paulina Guarnieri / Rosario García Martínez / Camila Villarruel Educadores Noemí Aira / Laia Ros Comerma / Agostina Gabanetta / Cora Papic / Juan Carlos Urrutia
Prestadores Archivo General de la Nación. Dpto. Doc. Fotográficos. Buenos Aires, Argentina. Carola Bony Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana/ CEDODAL Facundo de Zuviría Leandro Erlich Sara Facio Familia Maresca Estanislao Florido Galería Jorge Mara Laruche Galería Praxis Internacional Galería Vasari Ana Gallardo Graciela Hasper Leandro Katz La Organización Negra, Buenos Aires Marcos López Gian Paolo Minelli Marta Minujín Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, MALBA Museo Castagnino + MACRo, Rosario Museo de la Ciudad de Buenos Aires M777 (Mauricio Corbalán/ Santiago Costa / Gustavo Dieguez/ Lucas Gilardi/ Daniel Goldaracena/ Pío Torroja) Atahualpa Rojas Bermúdez Sociedad Central de Arquitectos, Buenos Aires Juan Travnik Juan Vergez
Agradecimientos Audiovideoteca de la Ciudad de Buenos Aires Archivo Diario La Nación, Buenos Aires Banco Central de la República Argentina Biblioteca, Museo Nacional de Bellas Artes, Buenos Aires Biblioteca Pública “Esteban Echeverría”, Legislatura Porteña Sergio Baur Ernesto Castrillón Guillermo Conte Centro Documental de Información y Archivo Legislativo/ CEDOM Paula Félix-Didier Marion Helft Almendra Maresca Rodrigo Alonso Edith Saal Ricardo Pinal y a todos los artistas, coleccionistas, galeristas y amigos que colaboraron en la realización de este proyecto.
Buenos Aires: representaciones y ficciones Ceclia Rabossi Partiendo de Buenos Aires actual, nos aproximamos a las imágenes de la ciudad a través del tiempo y de las distintas miradas de artistas, fotógrafos, escritores, videastas, cineastas y arquitectos. La ciudad a través del arte, como protagonista de las más diversas representaciones. Imágenes que como “formaciones facetadas”1 podemos frecuentar una y otra vez desde distintas lecturas y que nos permiten establecer nuevas interpretaciones. A través de las aproximaciones a las propuestas artísticas, realizadas tanto individual como colectivamente, nos acercamos a distintos imaginarios sobre el ámbito urbano, a la construcción de imágenes icónicas o al señalamiento de conflictos políticos y sociales. Nos proponemos un planteo transversal sobre la producción artística y su relación con el espacio urbano sin pretender establecer un recorrido cronológico. Las ideas puestas en cuestión en las narrativas exhibidas se refieren a la ciudad, el monumento, las transformaciones, el contexto, el límite, los conflictos, el crecimiento urbano, lo imaginario, entre otros temas. Esta ciudad, cambiante, fraccionada, polifónica, vertiginosa, por momentos caótica, cuyos límites administrativos y políticos conformados por el Río de la Plata, el Riachuelo y la Avenida General Paz se desvanecen, por la movilidad permanente2, modifican, necesariamente, la forma de mirarla, contarla, relatarla, describirla, imaginarla y accionar sobre ella, ya no desde un relato único, sino de diversas formas fragmentadas de aproximación. Frente a estos límites esfumados del territorio urbano como señala Néstor García Canclini, “Lo que nos turba es que se están desvaneciendo los mapas que ordenaban los espacios
1 Andrea Giunta, Escribir las imágenes. Ensayos sobre Arte Argentino y Latinoamericano, Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2011, p. 10. Como plantea la autora: “una nueva lectura nos permite volver a pensarlas, trazar nuevos argumentos que las acerquen a su propio tiempo o que las hagan relevantes para el presente”. 2 Según el Censo de 2010 la población de la Ciudad de Buenos Aires es 2.890.151 habitantes y la del Gran Buenos Aires es de 9.916.715 habitantes. Diariamente ingresan a la Ciudad Autónoma 3.258.453 personas.
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y daban un sentido global a los comportamientos, a las travesías”3. Y dentro de esta cartografía desdibujada, la ciudad se caracteriza por ser “construcción, decadencia, renovación, y sobre todo, demolición”4 como nos plantea Beatriz Sarlo, y en esta sucesión de estadios, la ciudad se “desterritorializa” en sus diversas formas de representación ya sean de carácter “simbólico, realista, costumbrista, irónico”. Es sobre estas representaciones –imágenes construidas, imaginadas y escritas– que la exhibición coloca el eje central. Para sintetizar esta relación entre ciudad real y ciudad imaginada y sus entrecruzamientos, coincido con García Canclini cuando señala que: Las ciudades se construyen con casas y parques, calles, autopistas y señales de transito. Pero las ciudades se configuran también con imágenes. Pueden ser las de los planos que las inventan y las ordenan. Pero también imaginan el sentido de la vida urbana las novelas, canciones y películas, los relatos de la prensa, la radio y la televisión. La ciudad se vuelve densa al cargarse con fantasías heterogéneas. La urbe programada para funcionar, diseñada en cuadrícula, se desborda y multiplica en ficciones individuales y colectivas”5.
En esta necesidad de acercarse a nuestra ciudad a través estas “fantasías heterogéneas” como propone el autor, la cinematografía porteña no podía estar ausente. “En el cine”, selección realizada por Andrés Levinson, es una sucesión de fragmentos de películas y documentales sobre Buenos Aires que tienen a la ciudad como protagonista central de dicho recorrido y que activa la memoria de espectador al exponer, revelar, mostrar lugares reconocibles, espacios que ya no existen o que son difíciles de reconocer por su transformación. A la manera de flâneur, el pasaje por las imágenes cinematográficas a través del tiempo permiten establecer nuevas travesías por la ciudad. También desde esta ciudad real, esta ciudad de hoy, la exposición se propone rescatar sus fundaciones de través de algunas de sus representaciones pictóricas y fílmicas, cuya interpelación señala los
3 Néstor García Canclini, Consumidores y ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalización, México D.F., Editorial Grijalbo, 1995, p.100. 4 Beatriz Sarlo, La ciudad vista, Buenos Aires, Siglo XXI, 2009, p.145. 5 Néstor García Canclini, Imaginarios Urbanos, Buenos Aires, Eudeba, 1997.
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absurdos e incongruencias en la construcción de las imágenes sobre la historia. Así el video La ciudad que se fundo dos veces6 presenta el suceso histórico de la Primera fundación realizada por el Adelantado Pedro de Mendoza en 1536 a partir de los grabados y relatos de Ulrich Schmidl, que fueron tomados por el dibujante y humorista Oscar Conti (Oski) para la realización de una pintura sobre el tema en 1956. Dicha pintura se convirtió, unos años más tarde, en la protagonista de la película La verdadera historia de la primera fundación de Buenos Aires de 1959 dirigida por Fernando Birri. Una sucesión de apropiaciones que cruzan distintas miradas y lenguajes artísticos para hablar de este primer intento fallido de organización de la ciudad. La segunda Fundación de Buenos Aires llevada a cabo por el conquistador Juan de Garay en 1580, será representada por el pintor español José Moreno Carbonero en un peculiar encargo por parte de la Municipalidad porteña durante los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo de 1910. En las vicisitudes y críticas en la concreción de esta polémica obra se podrá apreciar la definitiva fundación que delineó la ciudad a partir del establecimiento de la cuadrícula española. Cuadrícula, que a fines del siglo XIX y principios del XX, la ciudad precisaba alterar por el crecimiento acelerado que experimentaba. Este trazado original se modificó con la incorporación de avenidas, diagonales, arterias que reorganizaron la ciudad moderna. Como plantea Laura Malosetti Costa, “Desde las últimas décadas del siglo XIX, Buenos Aires creció y se transformó a un ritmo vertiginoso que por momentos es posible imaginarla como una gran obra en construcción. Las formas que adoptó la transformación de la ‘vieja aldea’ en una de las más importantes metrópolis de América no fueron tan espontáneas ni improvisadas como puede suponerse en una ciudad que llegó a quintuplicar su población en veinte años” 7.
Para llevar a cabo dicho programa de modernización, se debió proceder a la realización de grandes demoliciones, decisión que genera necesariamente opiniones encontradas. La concreción de la mayoría de las obras, iniciadas en las primeras décadas del siglo XX, se realizó durante durante la década del 30. Es así que la Diagonal Roque Saénz Peña terminó su construcción en 1931, el ensache de la calle Corriente
6 Veáse Cecilia Rabossi, “La ciudad que se fundo dos veces”, texto reproducido en esta misma publicación, pp. 19-21. 7 Laura Malosetti Costa, Pampa, ciudad y suburbio, Buenos Aires, Fundación Osde, 2007, p.33.
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se concretó en el año1936 y el primer tramo de la Av. 9 de julio se inauguró en 19378. Es este momento de ejecución y concreción de las obras que surge la Plaza de la República, como emplazamiento necesario para articular dichas arterias. Ese round point –de trazado circular– será centro de polémicas, fundamentalmente, cuando en 1936 se decidió erigir en su seno un monumento conmemorativo en recordación del Cuarto Centenario de la Primera Fundación de la ciudad9. Se opto por la construcción de un Obelisco y se encargó el proyecto al arquitecto Alberto Prebisch. La polémica acompañó su construcción y sus primeros años de vida. A la forma incorrecta de su surgimiento –nacimiento por decreto, realización de la obra sin concurso público y sin llamado a licitación para seleccionar las empresas constructoras– se sumaron los enfrentamientos políticos. Todos estos motivos y el desprendimiento de las lajas de recubrimiento en 1938, pusieron en riesgo su existencia debido a una ordenanza proclamada y votada por el Concejo Deliberante de la ciudad que ordenaba su demolición10, suceso que no se produjó por el veto del intendente y posterior proclamación de monumento histórico. Superada todas estas vicisitudes, el Obelisco rápidamente se convirtió en imagen icónica de la ciudad y la Plaza de la República en el punto central de manifestaciones políticas, culturales, deportivas, publicitarias. Y es esta ciudad moderna, cristalizada en el obelisco y su emplazamiento, la que es interrogada en la exposición desde documentos de diversa índole, planteos artísticos, objetos, etc. Por eso el dispositivo circular que reproduce el trazado original de la plaza11 nos permite mostrar el
8 Ensanche de Corrientes: se legisló el ensanche en 1903 y se concretó entre 1930 y 1936; Diagonal Norte: una ordenanza de 1912 dispuso su trazado. Un año después comenzó la obra. Llegando su construcción hasta Suipacha en 1930 y al año siguiente finalizó en la Plaza Lavalle. En relación a la Avenida 9 de julio: El proyecto se aprobó en 1912. Pero se concretó el tramo norte – sur recién en 1937. 9 El Intendente Mariano de Vedía y Mitre toma la decisión de la construcción del Obelisco para coronar dicha plaza. 10 Veáse Cecilia Rabossi, “El obelisco”, texto reproducido en esta misma publicación, pp.23-29. 11 El trazado circular de la plaza de la República sufrió una serie de transformaciones. La primera fue en 1962, cuando la plaza adquiere forma ovalada con canteros en los extremos. Nueve años después, en 1971, sufre una nueva modificación. La plaza es atravesada por dos calles que la dividen en tres partes, calles que agilizarían el tránsito. En 2012, nuevamente sufrió un cambio con el trazado del polémico Metrobus. Los laterales de la plaza ovalada se agostan perdiendo un poco de cada uno de los lados. 10
pasaje de su surgimiento polémico a la transformación en imagen icónica pasando por el proyecto arquitectónico, las imágenes fotográficas que lo relevaron desde los más variados puntos de vista, su imagen popularizada en el formato de postal o la decisión de los artistas al interpelarlo, manipularlo, usarlo o transformarlo en objeto de su producción estética. La mirada de los fotógrafos, desde el momento de su construcción hasta la actualidad, permite aproximarse a este ícono urbano desde los mas variados lenguajes estéticos. Horacio Coppola fue el primero que lo miro y fotografío. De hecho, tuvo la oportunidad de ser testigo privilegiado de su construcción durante la realización del documental encargado por Prebisch. En Así nació el obelisco registró el acelerado proceso constructivo dejando para sus fotografías los hechos inaugurales o la captura del monumento integrado en la ciudad. Sus obras, como establece Adrián Gorelik, son un programa arquitectónico, urbano y cultural, una apuesta a la definición de un tipo de modernidad para la ciudad que estaba cambiando aceleradamente […] prácticamente no fotografía escenas, no capta momentos de la ciudad en movimiento. Construye motivos formales atemporales, postula arquetipos para la ciudad que se instalan en una doble búsqueda de síntesis, típica de un sector de la vanguardia porteña: la síntesis entre la modernidad y tradición…”12.
En este recorrido fotográfico, desde los treinta a los noventa, no podían estar ausentes la mirada de fotógrafos como Juan Di Sandro, Gastón Bourquin, Grete Stern, Annemarie Henrich, Alicia D’Amico, Sara Facio, Anatole Saderman, Facundo de Zuviría, quienes posaron su objetivo personalísimo en este momunento. Pareciera que el hecho que señala Sarlo, de que este monumento “no mira a Buenos Aires, por el contrario, es la ciudad la que mira el Obelisco”13, provoco la necesidad reiterada de tomarlo como objeto de diversas propuestas artísticas. Así Edgardo Giménez tomó su iconicidad para otorgarle carácter utilitario al transformarlo en lámpara o salero en su concepción de arte para consumir propulsado desde Fuera de Caja en la década del 60 ó Marta Minujin, en el Obelisco acostado (1978), invirtió la verticalidad por la horizontal y su interior infranqueable por un planteo recorrible que permitía al espectador una nueva relación con el monumento. Esta manipulación del obelisco, nos lleva
12 Adrián Gorelik, Miradas sobre Buenos Aires. Historia cultural y crítica urbana, Buenos Aires, Siglo XXI, 2004. 13 Beatriz Sarlo, Op.cit., p.162. 11
al proyecto de Leandro Katz que propone en Columna III. Livington – Buenos Aires (1972), dislocar el monumento y establecer en su lugar un monumento imaginario constituido por una columna de palabras. Siguiendo esta línea de dislocamientos y reubicaciones, dos décadas más tarde, Leandro Erlich, proyectaba en El obelisco en la Boca (1994) elevar un obelisco de hierro en la Plaza Solis de ese barrio. Este segundo obelisco permitiría generar dos puntos icónicos en la ciudad, idea que se anclaba en el concepto de descentralización de la cultura tan en boga en la década de los noventa. Por otro lado, Antonio Seguí en su serigrafía París – Buenos Aires (2010) trabaja su personaje arquetípico avanzando entre las ciudades, representadas a través de sus monumentos emblemáticos como son la torre Eiffel y el obelisco. Dentro de esta línea figurativa, La Señora en la 9 de julio (1996) de Marcos López, trabaja la figura y el icono porteño en el mismo grado de importancia, imagen enrolada en su propuesta del pop latino sustentado por el artista. Frente a estos planteos figurativos, Gachi Hasper establece un trazado geométrico sobre una vista aérea de la ciudad que señala el cruce neurálgico de las avenidas y la plaza de la República. En este recorrido propuesto a través del tiempo, sin pretensiones cronológicas, nos aproximamos a la ciudad de los contrastes. Las distintas interpelaciones a la ciudad desde el arte se extienden a la ciudad como escenario de contrastes, donde se multiplican las contradicciones, conflictos y crisis, ya sean políticas, económicas y sociales, que estallan en sus propias entrañas, “la ciudad como un escenario inerte, ‘invadido’ por la crisis”14 como afirma Gorelik. Y en esta ciudad invadida por la crisis crecen los asentamientos urbanos de emergencia y surgen nuevos actores (cartoneros, trabajadores ambulantes, los sin techo) que serán objeto central en la producción de muchos artistas. La figura del cartonero es introducida en el espacio institucional por Liliana Maresca en la exposición Recolecta en el Centro Cultural Recoleta en 1990. Con su instalación coloca el carro de cartonero que consiguió en el Albergue Warnes en el centro de la escena y junto al carro real, la artista realiza un carro que estetiza al pintarlo de blanco o modifica su materialidad al bañarlo en oro o plata. Fabián Lebenglik advertía en el 1990 que “Tiemblan los propietarios por la proliferación incontenible del cirujeo. Pero este lumpen en ascenso es el protagonista de la nueva Argentina”. Y este nuevo protagonista que visualizaba el crítico se transforma en un
14 Adrián Gorelik, Op. Cit., p.245.
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“legión de cartoneros”15 en el marco de la crisis del 2001. Es así, que en 2006, Estanislao Florido, personificado como cartonero, se presenta en ese rol en un video estructurado como video game. Desde una mirada ácida y crítica el artista propone que para lograr pasar de nivel dentro del juego, el cartonero debía sortear dificultades que se agravaban y radicalizaban a medida que va superando dichos niveles. Aludiendo específicamente a la crisis del 2001, la Serie de los bancos de Juan Travnik posa su mirada sobre las fachadas cegadas de los bancos que señalan las marcas de la furia de la gente. Las imágenes se aproximan a la abstracción y, este recorte plantea cierta ambigüedad que juega con la memoria del espectador. Sobre el mismo tema, Sergio Avello propone un recorrido por la ciudad que intensifica el contraste. En su obra Flâneur (2002), su deambular por ella a lo largo de una noche, registra el pasaje desde el micro centro porteño hasta la avenida Alvear, deteniéndose en las fachadas de los bancos con profusión de carteles, pintadas y golpes pasando por las agencias de viajes, joyerías, negocios de grandes marcas hasta llegar al Alvear Palace. Los asentamientos de emergencia o villas miseria sufrieron un crecimiento vertiginoso en estas últimas décadas. Estas urbanizaciones y sus transformaciones se reflejan claramente en la fotografía baleada Democracia. De la serie de los suicidios (1997) de Oscar Bony, en las fotografías sobre Villa Lugano de Gian Paolo Minelli así como en la videoinstalación Villa 31 de Marcos López, en donde un travelling permite captar el crecimiento de la villa tanto en dimensión como en altura. Las imágenes tomadas desde la autopista A. Illia se proyectan sobre las ventanas de una pared de ladrillo para poner de manifiesto la densidad urbanística y poblacional. La experiencia personal de la artista Ana Gallardo, expresa el drama de muchas personas que enfrentan problemas de vivienda. Frente a la perdida del departamento alquilado, la artista deambula junto a su hija durante un año de casa en casa hasta finalmente conseguir un departamento pequeño: “En este nuevo hogar mis muebles finalmente no entraron. Estos eran añosos y gastados, pero queridos por mí. Muebles que heredé de afectos y que acompañaron toda la vida de Rocío. Ellos, conformaron nuestro patrimonio y con los mismos construí nuestra Casa Rodante. Una tarde de domingo salimos a andar por la calles de Buenos Aires”16. Este deambular por la ciudad con su casa móvil de
15 Ibidem. 16 Texto escrito por la artista en 2007. 13
objetos personales se registra en el video Casa Rodante de 2007. De la ciudad real, concreta, de contrastes pasamos a la ciudad imaginada. Y este recorrido por lo imaginario se detiene en las imágenes creadas por los dibujantes de revistas como Caras y Caretas, La vida Moderna o P.B.T Semanario Infantil Ilustrado (Para niños de 6 a 80 años) durante el Centenario de la Revolución de Mayo en 1910. Todos ellos imaginaron como sería la ciudad cien años después y cuáles los problemas a enfrentar en esa ciudad del futuro. Llama la atención que el problema fundamental en 2010 será el tránsito. Así lo señala H.W. Carrington, autor del artículo en la revista La Vida Moderna: Esto del tráfico –que es al que principalmente me refiero- exige aquí una inmediata solución. Si ahora, con un millón y medio de habitantes, a duras penas se puede circular por las calles, ¿qué sucederá en mayo próximo, cuando la población se haya duplicado? Horroriza el pensarlo17.
Desde sus dibujos Enrique Eusevi y otros dibujantes anónimos plantearon las más variadas soluciones para moverse por la ciudad, así crearon puentes, toboganes, maquinarias, plataformas móviles e inclusive propusieron transformar al ciudadano en equilibrista que para realizar el sencillo acto de atravesar calles y avenidas debería caminar sobre el tendido de cable. Inundación! (2002-2013) del grupo de arquitectos M777 (M. Corbalán/ S. Costa/ G. Dieguez/ L. Gilardi/ D. Goldaracena/ P. Torroja) también imagina soluciones frente a los problemas que surgen en la ciudad. Para hablar del problema de las inundaciones crean un juego con tablero, fichas, tarjetas, donde un sinnúmero de situaciones, dificultades, actores, soluciones ponen en jaque al tema. Esta propuesta ficcional con el correr de los años cobro una nueva dimensión ya que algunas de las situaciones plateadas se modificaron, aparecieron otros problemas y muchos de los personajes propuestos dejaron de ser ficción para materializarse como actores activos en la ciudad real. A esta pluralidad de lenguajes visuales que propone la exhibición, se suman las voces de los escritores, que con las lecturas de sus propios textos sobre Buenos Aires permiten activar otros imaginarios. Frente a la necesidad de incorporar la literatura en el planteo curato-
17 H.W. Carrington, “El gran problema del tráfico como puede solucionarse prácticamente”, La vida Moderna, Buenos Aires, Año 4, N° 155, 30 de marzo de 1910. Col. Museo de la Ciudad.
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rial, surgió En obra, una instalación sonora que contó con la investigación y curaduría de Daniel Link, Valentín Díaz, Elena Donato y Sebastián Freire. En ella las voces de los escritores Gabriela Bejerman, Jorge L. Borges, Gabriela Cabezón Cámara, Arturo Carrera, Copi, Julio Cortázar, Edgardo Cozarinsky, Washington Cucurto, Fogwill, Raúl González Tuñón, Isol, Tamara Kamenszain, Martín Kohan, Leónidas Lamborghini, Osvaldo Lamborghini, Daniel Link, Gabriela Massuh, Sylvia Molloy, María Moreno, Manuel Mujica Lainez, Alan Pauls, Silvina Ocampo, Néstor Perlongher, Ricardo Piglia, Manuel Puig, Ernesto Sabato, Matilde Sánchez, Ariel Schettini, Rafael Spregelburd, Rodolfo Walsh, permiten entrar en las ficciones urbanas trazadas por los autores. Como se establece desde los fundamentos de la obra, estas voces se localizan en un espacio vacío de imágenes: Hemos situado la aparición de esas voces en un baldío (en un espacio marcado iconográficamente como un baldío) por dos razones: en primer término, para subrayar el carácter vacío de las imágenes que los textos convocan o producen, la propiedad de vacío perceptivo que potencia esas imágenes; y, en segundo término, porque Buenos Aires, como muy pocas ciudades en el mundo, abunda en espacios baldíos (huecos) que hieren, con su interrupción, la continuidad urbana y la fuerza de los procesos de modernización que arrastra a vastas zonas de la ciudad de Buenos Aires y que son la condición de posibilidad de la existencia de un debate (imaginario) sobre la ciudad y su futuro18.
En este baldío propuesto se activa la postura de escucha del espectador y es en este ir y venir por los textos dichos, desde las características personales de cada uno de los autores, en este deambular auditivo por las imágenes mas diversas sobre la ciudad en donde se ponen en juego y se interpelan nuestras propias imágenes sobre Buenos Aires.
18 Véase Daniel Link/ Elena Donato/ Valentín Díaz/ Sebastián Freire, En obra (Una instalación sonora) (investigación y edición). Texto reproducido en esta publicación, p. 110.
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Introducción a una Buenos Aires audiovisual: La imagen en el centro de la escena Cintia Mezza Buenos Aires comienza en esta sala con la presencia de las imágenes artísticas que constituyen todo el recorrido de la exhibición. Por un lado las primeras imágenes de la Fundación de Buenos Aires y por otro la presencia de la ciudad en el cine. “La Ciudad que se fundó dos veces” presenta la investigación sobre distintas representaciones que registran las dos fundaciones de la Ciudad, en 1536 y 1580 respectivamente. El video documental nos muestra como estas imágenes tan presentes en nuestro imaginario tienen una historia oculta, y es en esta historia que revela su irónico devenir. “En el Cine” nos muestra la ciudad como protagonista en una secuencia de imágenes de diversas épocas que muestran la evolución del fílmico, su historia y los diversos puntos de vista de los cineastas. El diálogo entre pintura y cine, a manera de obertura, nos introduce en la vorágine, el caos y la velocidad de esta gran ciudad. En el entorno de este contrapunto de representaciones, datos demográficos del último censo poblacional pone en números a la ciudad actual, la del caos en las migraciones cotidianas desde y hacia la gran urbe porteña, y la ciudad que ya supera los bordes históricos del conurbano.
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“En el cine”, 2013
Guión e investigación: Andrés Levinson Video-instalación, duración: 10´, edición: Carolina Cappa/ Francisco Lezama Material audiovisual, cortesía Museo del Cine “Pablo C. Ducrós Hicken”
Películas (en orden de aparición) — — — — — — — — — — —
Buenos Aires (1958) Dirección: David José Kohon Invasión (1969) Dirección: Hugo Santiago Buenos Aires (1929) Dirección: Max Glücksmann Apenas un delincuente (1949) Dirección: Hugo Fregonese Por tierras argentinas (1929) cortometraje Dirección: Federico Valle Sinfonía de una ciudad (1944) Realización: Noticiero Sucesos Argentinos En las nuevas tierras donde el oro abunda (1924) Dirección: Francois Verstraeten Tierra de los padres (2011) Dirección: Nicolás Prividera Hombre de la esquina rosada (1962) Dirección: René Mugica El hombre robado (2007) Dirección: Matías Piñeiro Prisioneros de una noche (1960) Dirección: David José Kohon 17
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Tres veces Ana (1961) Dirección: David José Kohon Süden (2008) Dirección: Gastón Solnicki Los guantes mágicos (2003) Dirección: Martín Rejtman La hora de los hornos (1968) Dirección: Pino Solanas y Octavio Getino Los jóvenes viejos (1962) Dirección: Rodolfo Kuhn Pajarito Gómez -una vida feliz- (1965) Dirección: Rodolfo Kuhn Nobleza gaucha (1915) Dirección: Humberto Cairo, Enrique Ernesto Gunche y Eduardo Martínez de la Pera Tute Cabrero (1968) Dirección: Juan José Jusid Los de la mesa diez (1962) Dirección: José Martínez Suárez La amiga (1989) Dirección: Jeanine Meerapfel Pizza, birra, faso (1997) Dirección: Bruno Stagnaro y Adrián Caetano Ronda nocturna (2005) Dirección: Edgardo Cozarinsky Habeas Corpus (1986) Dirección: Jorge Acha Así nació el Obelisco (1936) cortometraje Dirección: Horacio Coppola Destinos (1929) Dirección: Edmo Cominetti Copacabana (2008) Dirección: Juan José Suárez La parte del león (1978) Dirección: Adolfo Aristarain Mundo grúa (1999) Dirección: Pablo Trapero Riachuelo (1934) Dirección: Luis José Moglia Barth Gombrowicz, o la seducción (Representado por sus discípulos) (1986) Dirección: Alberto Fischerman 18
Conversaciones con Andrés Levinson ¿Con que criterios se organizaron los fragmentos seleccionados? El trabajo tiene su origen, en rigor, en una edición que realizamos junto a Carolina Cappa para la muestra de inauguración de la nueva sede del Museo del cine de Buenos Aires en 2011. Allí la propuesta era estrictamente cinematográfica, se trataba de recorrer cien años de cine argentino en tres cortos de montaje de apenas de diez minutos cada uno proyectados en tres pantallas simultáneas. Depende la perspectiva que se adopte, cien años puede no ser mucho tiempo, pero son sin duda muchos films. De qué modo organizarlos, qué elegir, cómo elegir, qué dejar afuera y porqué, son preguntas básicas que ayudaron a conformar la estructura final del trabajo. Uno de los segmentos de aquel montaje estuvo dedicado a Buenos Aires, eran apenas tres minutos que condensaban gran cantidad de films que de modos diversos se vinculaban con la ciudad. La lista de los films que habíamos dejado afuera era claramente más larga que los que habíamos elegido y siempre nos quedó la impresión que el cine y Buenos Aires merecían un trabajo más profundo. Esa oportunidad se presentó dos años más tarde frente a la propuesta de PROA. La ciudad ocupaba esta vez el centro de la trama y no el cine. Al cambiar las posiciones, al ser Buenos Aires el eje en torno al cuál organizar los films las opciones se ampliaron significativamente y muchos otros films pudieron ser incluidos, lo cual modificó en buena medida el material inicial. En este caso ya no estaba Carolina y su lugar en la edición lo ocupó Francisco Lezama, quien a su vez trajo nuevas ideas y perspectivas. De qué modo se articulan los films entre si y de qué modo lo hacen con la ciudad? Una de las ideas centrales fue elegir aquellas películas donde Buenos Aires es mucho más que un decorado o un fondo por el cual transitan los personajes. Debían ser films donde los personajes se encuentran casi sometidos a la lógica que propone Buenos Aires y no cualquier otro espacio urbano más o menos denso. Quiero decir que se eligieron aquellas películas donde no daba lo mismo que la acción ocurriera en Buenos Aires o en cualquier otra ciudad. Resulta sorprendente la cantidad de películas donde Buenos Aires es central al relato, donde, digamos, articula la narración, o bien, toda la acción se encuentra subordinada a la ciudad. Para ser más claro, donde, sin Buenos Aires no habría un film o el film sería absolutamente distinto. A partir de ese criterio armamos una lista inicial. Luego si nos pusimos a trabajar en las escenas, en los planos y a tejer relaciones entre los films.
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Si uno pone cada una de las escenas filmadas en las calles de Buenos Aires en más de cien años de cine argentino, podría trazar un mapa de la ciudad y recorrerla casi en su totalidad. No obstante existen ciertas zonas obviamente más transitadas que otras. Lugares comunes, tópicos, zonas que se han vuelto íconos de la ciudad. La decisión fue no dejarlas de lado, sino incluirlas, aún cuando muchas de las películas elegidas provienen de la vanguardia y la modernidad, y por lo tanto proponen una mirada sobre la ciudad alejada de las más tradicionales o que las cuestiona. Todo montaje realizado con materiales de diverso origen funciona como una trama constituida por una serie de cruces cuyos puntos de contacto son establecidos por algún tipo de vínculo, algo une un plano con el siguiente como los nudos de un tejido. En este caso los criterios fueron dos; por un lado espacial, qué ciudad registró el cine? Cómo es Buenos Aires si alguien se propusiera conocerla solo mediante estos films? Allí se encuentran ciertas recurrencias, ciertos polos magnéticos de la ciudad que han logrado atraer con una fuerza irresistible a generaciones muy distintas de cineastas. El obelisco es sin dudas uno de eso núcleos de fuerza, allí los primeros registros de Horacio Coppola en 1936, donde se puede apreciar su aspecto todavía inconcluso, se tocan con el modo algo paródico en que lo describe Rejtman setenta años más tarde, que a su vez traza un parentesco con la mirada de Rodolfo Khun en Pajarito Gómez film de 1967. En este caso esa relación parecía provocada por los propios films casi de manera consciente. No sabemos si Rejtman estaba pensando en Khun, pero el modo en que trabaja con los símbolos de la ciudad remite a la notable comedia de este, se inscribe en una tradición no muy desarrollada pero sin dudas existente. El puerto y fundamentalmente el riachuelo también han ejercido un poder similar, incluso diría que el puente Avellaneda despliega ese poder hipnótico. Los primeros planos del film Riachuelo de Luís Moglia Barth de 1933 donde la cámara asciende por el elevador entre los hierros negros del puente hasta lograr un plano general de La boca desde la cima valen por todo el film. La película es un pretexto para obtener esos planos, y no es Riachuelo justamente el más pobre de los muchos films pobres que realizó Moglia para la Argentina Sono Film. Algo similar ocurre con otro edificio espléndido y de gran poder simbólico como el Abasto. Una de las películas inaugurales del cine moderno en Argentina, Prisioneros de una noche de David Kohon muestran el efecto cautivante que tenía el mercado para un director que construye toda su obra en torno a la ciudad. Entonces este fue un modo de arti-
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cular los films, a partir del recorrido que trazan por los espacios más claramente identificados con Buenos Aires, aquí incluso se establecen relaciones con algunas ausencias, sin duda Standard el notable film experimental de Jorge Acha, debía aparecer junto a la serie de planos del Abasto, pero resultó imposible acceder a una copia, cuestión que también resultó decisiva. No todos los planos que pensamos inicialmente pudieron estar porque muchos films argentinos son de difícil acceso o simplemente se han perdido. El otro criterio fue estético y formal. La cuadricula es una de las marcas registradas del mapa porteño. La regularidad y monotonía dada por la edificación continua solo interrumpida por los parques es otro de los rasgos que el cine ha registrado sobre la ciudad. El recurso utilizado por el cine para describir estos aspectos ha sido el travelling, visible en los años veinte y en los sesenta fundamentalmente y luego retomado por el cine de los noventa. Buenos Aires de Glücksmann, Tute Cabrero de Jusid, La hora de los hornos de Solanas, Pizza, birra, faso de Caetano-Stagnaro, son algunos ejemplos que han permitido establecer cadenas de planos donde unos y otros se superponen formando un largo travelling constituido por films de orígenes diversos y tiempos disímiles. Aspectos de montaje ha sido otra manera de relacionar unos planos con otros, el audaz y vertiginoso montaje del clásico de Hugo Fregonese Apenas un delincuente de 1949 se articula de manera notable con las tempranas trucas realizadas en varios de los films de Cinematografía Valle en la década del veinte cuyo tema fundamental es la ciudad. En ambos casos se trata de transmitir a partir del montaje acelerado, pantalla dividida y una ubicación excéntrica de la cámara el ritmo frenético de la gran urbe. Siguiendo con este criterio cuyo eje es lo formal, Invasión de Hugo Santiago, estructura toda la primera parte del trabajo. Este film donde justamente la narración se encuentra subordinada a la forma propone una replica a escala reducida de toda la ciudad, de hecho el mapa que descorre Don Porfirio (Juan Carlos Paz) revela hasta que punto Aquilea es la versión condensada de Buenos Aires. Si bien el film elude sistemáticamente los lugares comunes de Buenos Aires todos los planos urbanos remiten indiscutiblemente a ella. Entonces es a partir de esta Buenos Aires no habitual que propone Invasión que se organizan planos de otras películas como Hombre de la esquina rosada de Mugica, Días de odio de Torre Nilsson, Los de la mesa diez de Martínez Suarez o Ronda nocturna de Cozarinsky que también optan por esa ciudad algo extraña para el cine y en ocasiones algo borgeana.
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¿Qué Buenos Aires elegiste? Claramente se ven dos Buenos Aires, por un lado la ciudad monumental, la ciudad del progreso, aquella que crece vertiginosamente durante el período de modernización. La Buenos Aires que mira Europa, la de las avenidas, palacios y edificios de renta suntuosos. Esa ciudad descripta por el cine desde el cambio de siglo ha sobrevivido al siglo XX malamente, quiero decir que sobre esa ciudad que se construyó a su vez sobre la villa colonial, se ha construido otra que es en buena medida la que hoy habitamos. Pero el cine ha registrado esos espacios, esas zonas de gran poder simbólico. La otra Buenos Aires es la de los márgenes, no necesariamente espaciales, sino fundamentalmente políticos e ideológicos. Villas, barrios obreros, el puerto, el mundo de las fábricas, esa Buenos Aires retratada admirablemente por Pío Collivadino mientras emergía la ciudad ampulosa, como advirtiendo sobre las caras menos visibles de ese progreso, es también la ciudad descripta por Arlt en los años veinte y treinta y es la elegida por buena parte de los realizadores de los años sesenta. Esa es la ciudad de Kohon en Buenos Aires por ejemplo o de Murúa en Alias Gardelito y es la Buenos Aires de Copacabana de Rejtman también. Entonces en la edición aparecen las dos ciudades, pero no separadas sino articuladas, entremezcladas aún cuando pudiera parecer que en efecto son zonas de la ciudad que no se rozan entre si. Como se advierte en el film de Kohon, habitan un espacio común que subraya las contradicciones de la ciudad moderna. ¿Que se pretende trazar con la selección realizada? En principio un modo de pensar la ciudad desde el cine. Qué han mirado los cineastas sobre Buenos Aires? Cómo la han visto y a partir de eso qué ciudad han construido. Por otra parte escapar un poco al relato cronológico que si bien tiene la facultad de ordenar siempre es un poco engañoso, porque la ciudad esta lejos de ser ordenada y de aceptar una cronología uniforme. Mas bien lo contrario. La ciudad esta constituida por múltiples capas de tiempo que le dan ese rasgo heterogéneo y por momentos inclasificable. El trabajo que hicimos respeta esos rasgos, mas bien se guía por esos rasgos que propone Buenos Aires por eso las rupturas temporales están plenamente justificadas. El trabajo permite ver cien años de Buenos Aires, los rasgos de aquella ciudad efímera descripta por Pancho Liernur producto de la incesante expansión y construcción, pasando por la Buenos Aires modernista de los sesenta hasta la contemporaneidad algo despersonalizada de Puerto
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Madero, barrio que paradójicamente debe su nombre al puerto que justamente era producto de la expansión de la Buenos Aires de mil novecientos. El corto prácticamente finaliza con algunos planos de la película de Alberto Fischerman, Gombrowicz o la seducción de 1986, donde desde un barco que se aleja se pueden ver los edificios de ladrillo rojo abandonados de Puerto Madero, mientras que en el plano siguiente vemos ese mismo puerto funcionando en plenitud a comienzos de la década del veinte que es el momento exacto en que comienza a quedar obsoleto por la magnitud de los buques y la mayor actividad portuaria se traslada al Puerto Nuevo diseñado por Huergo en el norte de la ciudad, entonces ese puerto obsoleto es el que verá Fisherman sesenta años después. ¿Que se busca o espera con la activación de la memoria planteada desde la edición? Ver la ciudad del pasado es sin dudas un modo de recordarla. De volver a verla, de conocerla y reconocerla. Pero puesta en relación con la ciudad contemporánea es también un modo de pensarla. Así mismo esta Buenos Aires es la Buenos Aires del cine y allí habitan también personajes y actores muchas veces reconocibles para el público actual. Esto sin duda tiene sus efectos, ejercita la memoria, vuelve sobre imágenes que estaban olvidadas por las incesantes imágenes que habitan el presente. Entonces no esta mal cada tanto volver sobre aquello que muchas veces el presente oculta o no nos deja ver. ¿Cuándo aparece la ciudad como escenario en las película argentinas? ¿Cuándo y cómo se pasa de las filmaciones en los estudios a los escenarios naturales? El cine tiene su origen y se despliega inicialmente en las ciudades. Es un fenómeno estrictamente urbano durante cierto tiempo porque la ciudad ofrecía básicamente aquello que daba especificidad al cine respecto de la fotografía; el movimiento por supuesto. Los primeros films no se desarrollan en la vastedad del campo sino en el incesante ritmo de las ciudades. Los famosos primeros films Lumiere establecen toda una tradición y líneas de influencia en parte porque son bastante obvios, qué otra cosa se podía filmar? El tren es por supuesto la representación más acabada del movimiento hijo de la tecnología y la ciencia del siglo XIX, y de hecho toda esa agitación de las ciudades provocada en buena medida por la revolución de los transportes es la que se advierte en los primeros films del cine. Tampoco hay retratos ni interiores, los primeros porque carecen de gran movilidad, mientras que lo segundo por falta de luz. Los estudios
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de filmación aparecen tardíamente en la historia del cine. Todas las primeras películas son como se las llamaba en la época; de aire libre. Por estas razones el escenario digamos natural del primer cine en Argentina es Buenos Aires. Esto explica la gran cantidad de imágenes en movimiento que han sobrevivido al siglo XX en las que aparece Buenos Aires. Recién a mediados de los años veinte se construyen las primeras galerías cinematográficas, antecesoras de los estudios, con iluminación natural primero –techos vidriados- y luego artificial. Durante los años treinta se desarrolla el cine de estudios y su expansión explica porqué resulta tan difícil encontrar imágenes de la ciudad en los films de ficción durante los veinte años en que resulta exitoso; simplemente porque la gran mayoría de las películas producidas por los grandes estudios se filman en los estudios, a tal punto que era preferible reproducir calles completas de la ciudad antes que trasladarse con el equipo de filmación a la calle real. Buenos Aires desaparece literalmente del cine durante los años 1935-1955 con algunas admirables excepciones. Si alguien quiere ver en el cine la ciudad de aquella época debe revisar los noticieros cinematográficos, allí si quedó impresa la Buenos Aires del peronismo. Por eso también la nueva generación de cineastas de los sesenta, cuyo cine es una suerte de respuesta furiosa al cine de estudios clásico, se fascinan con la ciudad y se la pasan filmando en sus calles, estaban en pleno redescubrimiento de un espacio a la que el cine había dado la espalda por un tiempo demasiado largo.
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La Ciudad que se fundó dos veces, 2013 Cecilia Rabossi
Guión e investigación: Cecilia Rabossi Video, duración: 6´ Edición: Javier Varela Producción: Fundación Proa
Buenos Aires tiene la particularidad de haber sido fundada dos veces. La primera vez, en 1536, por el Adelantado Pedro de Mendoza y la segunda, cuarenta y cuatro años después, en 1580, por el conquistador Juan de Garay. A partir de estos hechos, proponemos un recorrido por algunas representaciones pictóricas y fílmicas que rescataron estos acontecimientos. El Adelantado Pedro de Mendoza llegó a este territorio el 2 de febrero de 1536 y estableció el puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre. El propósito de la expedición, conformada por 1500 hombres, era doble: avanzar sobre las tierras ricas en plata y oro al S.O de Perú y detener la expansión portuguesa sobre la región del atlántico. Construyo un fuerte donde se alojaban iglesias, chozas de barro y una casa principal. La escasez de recursos para sobrevivir y el recurrente enfrentamiento con los Querandíes, quiénes lograron incendiarlo el 24 de junio, provocó a tan sólo cuatro meses de su fundación el abandono del fuerte y el retorno de parte de la expedición a España. Santa María del Buen Ayre quedó definitivamente abandonada hacia 1541.
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Entre los hombres que acompañaron a Pedro de Mendoza en su expedición, se encontraba el soldado voluntario de Baviera, Ulrich Schmidl, quien en su libro Viaje al Río de la Plata: (1534-1554)1 nos legó las primeras crónicas de los hechos y penurias de esta primera fundación a través de sus escritos y dibujos. Estos relatos e imágenes inspiraron al dibujante y humorista Oscar Conti (Oski), quien concretó una humorística obra, en 1956, con más de 500 personajes y diversos sucesos históricos en una sola tela. Pintura que se convirtió en la protagonista exclusiva de la película La verdadera historia de la primera fundación de Buenos Aires de 1959 dirigida por Fernando Birri y producida por León Ferrari. La segunda fundación fue proclamada por Juan de Garay el 11 de junio de 1580. La expedición emprendida desde Asunción traía consigo a unos setenta soldados, quienes fueron los primeros habitantes en establecerse en la nueva aldea. Garay fundó la ciudad más la norte del primer emplazamiento y trazó 250 manzanas recuperando el trazado de cuadrícula española. En la plaza central, plantó el árbol de la Justicia donde se concentrarían los poderes civiles y religiosos, el mercado y la vida ciudadana. Este hecho fundacional será representado por el pintor español José Moreno Carbonero en un peculiar encargo de la Municipalidad de Buenos Aires durante los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo de 1910. Lejos de reflejar un tema referido a la “Revolución” o a la “Independencia” del poder español, la obra encomendada confirmaba los sólidos vínculos con la “Madre Patria”. Esto respondió a la intención de entroncar este nacionalismo de principio de siglo con la tradición hispánica. Fue directamente el Rey Alfonso XIII quien supervisó la ejecución de la pintura. Lo que revela la importancia de las relaciones culturales y diplomáticas entre Argentina y España. Hecho que se ratificada con la visita de la Infanta Isabel, tía del Rey, durante los festejos del Centenario, profusamente retratada y caricaturizada en varias publicaciones de la época. En ocasión de los festejos se inauguró la Exposición Internacional en
1 Sus crónicas se publican, primero en alemán en 1567 y luego en latín en 1599. Schmidl, Ulrico. Viaje al Río de la Plata, 15341554. Notas bibliográficas y biográficas por Bartolomé Mitre. Prólogo, traducción y anotaciones por Samuel A. Lafone Quevedo. Buenos Aires. Cabaut y Cia., editores. Buenos Aires: Librería del Colegio, 1903. 2 El Pabellón Argentino fue construido especialmente para la participación de nuestro país en la Exposición Universal
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el mítico Pabellón Argentino2 con la participación de numerosos artistas de diversos lugares del mundo. A esto se sumó el encargo al pintor José Moreno Carbonero, reconocido cultor del género histórico. La fundación elegida fue la segunda y definitiva llevada a cabo por Juan de Garay. La pintura sufrió una serie de críticas por las imprecisiones históricas y geográficas en las que incurrió el artista. Representó a un Juan de Garay visiblemente de mayor edad que la que tenía al momento de la fundación y ataviado con armadura que lo asemejaba más a un Don Quijote que al conquistador español3. Las luces y sombras no se correspondían con las de nuestro hemisferio y la vegetación se veía demasiado exuberante para el invierno porteño. Los aborígenes representados no eran los originarios habitantes de la pampa, ni sus atuendos los correctos. A estas críticas específicas sobre la representación se sumaban otras referidas al encargo del tema representado y al artista seleccionado. Frente a las críticas recibidas, Moreno Carbonero solicitó que le reenvíen la obra a España para poder rectificar los errores ya que su prestigioso nombre como pintor de historia estaba en juego. Como señala el artista: Pasaron los años y me interesó tanto la historia de esa epopeya de la conquista y colonización del Nuevo Mundo, que volviendo a repasar el asunto de mi cuadro, noté que había cometido muchas inexactitudes (...) pues aunque el arte lo cubre todo, también el arte ayuda el estudio detenido de las costumbres, razas, indumentarias, etc., de los tiempos pasados...”
Trece años después, trasladado a bordo del buque “Infanta Isabel”, recibió la obra en su estudio. Un año más tarde, en 1924, la pieza reformada retornó al país junto a una memoria escrita con las modificaciones introducidas, alojándose en el Museo Municipal. Hacia 1942, La Fundación de Buenos Aires fue trasladada al Palacio de la Legislatura porteña, donde permanece hasta la actualidad.
de 1889 en París. Tras numerosos trámites, se trasladó a Buenos Aires y reinstaló en Retiro. Otros pabellones recién construidos, también albergaron a la Exposición de Arte del Centenario, inaugurada el 12 de Julio 1910. A este edificio de hierro y cristal, se le adicionaron otros para albergar las 2419 obras procedentes de Alemania, Austria, Bélgica, Chile, España, Francia, Gran Bretaña, Italia, Estados Unidos, Noruega, Países Bajos, Suecia, Uruguay y Argentina. 3 No hay que olvidar que Moreno Carbonero fue un pintor que trabajo profusamente sobre este personaje español y sus andanzas.
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Tiempos modernos y apropiaciones contemporáneas Cintia Mezza En las primeras décadas del siglo XX, los cambios urbanísticos de la ciudad transformaron la vieja cuadrícula española por un trazado de grandes avenidas y diagonales. La Plaza de la República y el Obelisco cristalizaron esta gran modificación. La Plaza rápidamente se transformó en un lugar de concentración, festejo y protesta, y junto al Obelisco generaron un fuerte debate estético, desde su construcción y a lo largo de los diversos cambios producidos hasta nuestros días. En un dispositivo circular en sala se articulan diversos sectores que nuclean fragmentos de este monumento conmemorativo. Se incluyen los proyectos de su creador, el arquitecto Alberto Prebisch, y un video documental que rescata la historia del Obelisco desde su controversial encargo y construcción a través de los más variados documentos hasta el registro de importantes fotógrafos como Horacio Coppola, Grete Stern, Sara Facio, Anne Marie Henrich, Alicia D´Amico, Anatole Saderman, Gastón Bourquin, Juan Di Sandro, y la visión contemporánea con raigambre coppoliana en las fotografías de Facundo de Zuviría. Las imágenes de la plaza a través del tiempo están presentes en una colección de postales y medallas conmemorativas donde el Obelisco aparece como imagen central y se puede observar como, con el paso del tiempo, se instala como símbolo de Buenos Aires. Este núcleo refuerza el concepto de como las imágenes anónimas dan cuenta, junto con los artistas, de las diversos registros de apropiaciones, celebraciones y encuentros, en los momentos que la sociedad civil se apodera de la plaza. Las obras de Marta Minujín, Edgardo Giménez, Leandro Katz, Antonio Seguí, Graciela Harper, Leandro Erlich y Marcos López nos muestras nuevas posibilidades para este ícono de la ciudad: un obelisco acostado, un obelisco en diálogo con la Torre Eiffel, la posibilidad de removerlo de su lugar o desplazarlo en la ciudad. Estas obras nos abren interrogantes que moviliza a la ciudad y a sus habitantes.
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El obelisco, 2013 Cecilia Rabossi
Guión e Investigación: Cecilia Rabossi Video: 10’ Realización y edición: Martín Seijó/ Paolo Bassegio Producción: Fundación Proa Locución: Javier Varela
El obelisco se concreta en 1936. Su lugar de emplazamiento ocupaba el centro de la Plaza de la Republica, espacio que solucionaba el problema del tránsito en la intersección de las avenidas 9 de julio, la ensanchada calle Corrientes y la Diagonal Roque Saénz Peña, las nuevas arterias que modificaban el trazado de la ciudad. Se preveía que esa plaza fuese un espacio libre de monumentos. Aún así, algunas ideas que se barajaron pretendían emplazar la estatua de Justo José de Urquiza o de Hipólito Yrigoyen, entre otros planteos. Se estableció que si no se lograba que la plaza quedara exenta de monumentos, éste debería ser de carácter simbólico. Este hecho, le dio el justificativo al Intendente Mariano de Vedia y Mitre (1932-1938), para erigir el obelisco en conmemoración al Cuarto Centenario de la Fundación de Buenos Aires que se celebraba ese año. Si bien la fecha de Fundación de la Ciudad era el 2 febrero se eligió la día 23 de mayo para su conmemoración. Igualmente, en febrero, se realizaron festejos en un lugar próximo al Parque Lezama donde se repre-
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sentó el desembarco y se realizaron, bailes y suelta de fuegos artificiales además de los consabidos discursos. El 4 de febrero, el secretario de Hacienda y Administración del Municipio, Atilio Dell’Oro Maini, escribió al arquitecto Alberto Prebisch para solicitarle una reunión para conversar sobre la idea de un obelisco que coronara la plaza de la República, recientemente finalizada. Se le pidió reserva ya que se trataba de un proyecto no oficial. Este monumento conmemorativo se emplazaría en el lugar que había ocupado la Iglesia de San Nicolás de Bari, demolida para la concreción de la Avenida 9 de julio. Resulta llamativo que la carta1 enviada a Prebisch estaba fechada un día después de la proclamación del Decreto Municipal firmado por el Intendente para la construcción del obelisco y que establecía al Arquitecto para la preparación del proyecto. La celeridad de los tiempos y la importancia de la celebración le permitieron justificar al Intendente la decisión de hacer una obra sin llamar a concurso público, ni a licitación para la selección de las empresas constructoras, o que el proyecto no pasara por el Concejo Deliberante de la Ciudad para su aprobación. El 20 de febrero se aprobó el proyecto y los planos del obelisco. Y se comenzó inmediatamente la obra. Los costos empleados para su realización fueron de 200.000 pesos moneda nacional, siendo los honorarios de Prebisch de 10.000 pesos. Se utilizó Cementos INCOR y un revestimiento de 1400 metros cuadrados de piedra calcárea de Córdoba. Ejecutada en tiempo record, esta construcción de hormigón alcanzo los 67, 5 metros Se previa la inclusión de un ascensor interno que hubiese permitido una vista panorámica de la ciudad otorgándole una funcionalidad. Pero en su lugar hay una escalera de 206 escalones. Durante su construcción, se alzaron distintas voces en su contra. Estos cuestionamientos surgieron principalmente en el ámbito del Concejo Deliberante de la ciudad y en distintos medios de prensa. El obelisco recibió distintas calificaciones y adjetivaciones: “Feo punzón”, “Bodrio en perspectiva”, “petulante”, “armatoste”, “un atentado
1 Carta de Atilio Dell’Oro Maini a Alberto Prebisch, 4 de febrero de 1936 reproducida en Gustavo Brandariz y Eduardo Zemborain, Obelisco. Icono de Buenos Aires, Buenos Aires, Fundación Desarrollar- MY SPECIAL BOOK, 2011.
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contra la dignidad edilicia”, “mojón de cemento armado, plantado en la Plaza de la Republica”. En la sesión del Concejo Deliberante del 15 de mayo se discutió una propuesta presentada por el concejal socialista Alejandro Comolli en la que se solicitaba se estudie las responsabilidades “administrativas, civiles y políticas” en que incurrió el intendente en la construcción de la Plaza de la República y el obelisco para llevarlo a juicio político. Comolli argumentaba: “La opinión pública contempla sorprendida la erección del obelisco […] Lo sabe producto del antojo del señor Intendente, que obra contra el Concejo Deliberante: primero: en la construcción de la Plaza de la Republica, y después en la erección del obelisco. “Proclamo desde aquí mismo la necesidad imprescindible de que el Concejo resuelva de inmediato la demolición del obelisco y la destrucción de la Plaza de la Republica […]2.
El Concejo aprobó el decreto y se conformó una Comisión para su investigación. Mientras se realizaba la obra, desde la prensa3 se cuestionó duramente su construcción y se apoyaba en muchos casos su demolición Se sospechaba que la celeridad en la construcción por parte de la intendencia se realizó ex profeso para anular la acción del Concejo Deliberante, que recién se iría a reunir en los primeros días de mayo. Los escultores Fioravanti, Alberto Lagos, el poeta Baldomero Fernández Moreno, los pintores Horacio Butler y Basaldúa se expresaron a favor de su concreción mientras que el arquitecto Christophesen y el escultor Riganelli se manifestaron en contra. Pese a todas las discusiones y cuestionamientos, el obelisco se inauguró el 23 de mayo de 1936, con la presencia del Presidente Gral.
2 Argumentos del Concejal Alejandro Comolli en su proyecto del 21 de abril presentado en la Sesión de 15 de mayo de 1936. Boletín Municipal, Buenos Aires, p.152. 3 Distintos artículos de prensa: “Las nuevas extralimitaciones de la intendencia municipal”, La Prensa, 17 e abril de 1936, “Un vano alarde de rapidez administrativa”; La Prensa, 29 de Abril de 1936, “El asunto de la plaza de la republica, La Prensa, 8 de mayo de 1936, “Contra los abusos del Intendente Municipal”, La Vanguardia, Buenos Aires, 19 de mayo de 1936.
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Agustín P. Justo, el primado Monseñor Copello y el intendente Mariano de Vedia y Mitre. En su discurso, el intendente declaraba; “Este obelisco será, con el correr de los años, el documento más auténtico de este fasto glorioso del Cuarto Centenario de la Ciudad fundada por Don Pedro de Mendoza. Dentro de las líneas clásicas en que se erige, es como una materialización del alma de Buenos Aires, que va hacia las alturas, que se empina sobre sí misma para mostrarse a los demás pueblos y desde aquí, proclama su solidaridad con ellos....”
Los discursos culminaron con una suelta de palomas con sus alas pintadas de celeste y una fiesta popular que se desarrolló a partir de las nueve de la noche, desplegado en ocho pistas de baile alrededor del obelisco. El 21 de junio de 1938, se desprendieron las hileras 13 y 14 de piedras calcáreas que revestían la cara norte del obelisco, despedazándose en el pavimento. Milagrosamente no se registraron víctimas. La mañana anterior se había realizado allí un acto por el día de la bandera con niños de escuelas públicas. El hecho volvió a reavivar las críticas sobre el monumento y reanudó las discusiones acerca de su existencia. Inmediatamente el obelisco se cubrió de andamios para proteger a los transeúntes de posibles accidentes y para que los técnicos municipales pudieran hacer estudios y verificaciones sobre las causas del desprendimiento. El 30 de noviembre de 1938, Prebisch escribió una carta al Intendente para informar que el desprendimiento de la hilera 13 de lozas se debió a la negligencia de la empresa de colocación, ya que se comprobó la falta de grampas de seguridad previstas en el pliego de condiciones. El Concejo Deliberante, en la sesión 30 de diciembre de 1938, resolvió que el Departamento Ejecutivo “…no realizará obra alguna en el obelisco hasta que el H. Concejo resuelva lo que debe hacerse en definitiva al respeto”. Como solución para el problema del revestimiento, los artistas Antonio Berni y Horacio Juárez, presentaron a las autoridades municipales un proyecto de decoración que lo aproximaba a la idea de las antiguas columnas conmemorativas, solución que se centraba en la importancia del arte mural sostenida por Berni. El proyecto no fue tenido en cuenta. El 13 de junio de 1939, el Concejo Deliberante resolvió demolerlo con 23 votos a favor y 3 en contra, alegándose razones estéticas y de seguridad pública.
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La comisión de obra Pública del Consejo Deliberante plantea que el Poder ejecutivo “violo la ley número 8855, que no autoriza la construcción de monumento alguno en todo el trazado de la Avenida 9 de julio […] que la construcción del obelisco […] revela la arbitrariedad con que actuaron las autoridades del anterior D.E […] razón por la cual puede afirmarse sin error, que esta obra carece de validez legal […] que desde el punto de vista estético, dicho monumento merece todo género de críticas, por su ubicación, sus proporciones y su estilo típicamente funerario […] siempre fue pensamiento del H. Concejo Deliberante ordenar su demolición […] Que esta medida obedece también a indudables razones de seguridad…”. 4
La Ordenanza presentada planteaba en su artículo primero que el Departamento Ejecutivo debía proceder a la inmediata demolición del obelisco hasta el nivel del suelo. El Concejo permitió que el Secretario de Obras Públicas del Poder Ejecutivo, establezca sus argumentos. El funcionario explicó que luego de los exhaustivos estudios realizados se determinó que la estructura era estable y no produciría tensiones en la bóveda del subte y que era el revestimiento el que debía modificarse. El concejal Francisco Turano, Presidente de la Comisión de Obras Públicas del Concejo, desarrolló los argumentos que llevaron al planteo de la Ordenanza. Entre los principales se encontraba el cuestionamiento por el encargo del proyecto y la dirección técnica a un arquitecto ajeno a la administración municipal, señalando que si no se quería trabajar con el equipo técnico de la municipalidad se debería haber llamado a concurso. Y además estableció que el revestimiento del obelisco no ofrecía ninguna seguridad y en atención a ello debería ser removido totalmente. “…yo me pregunto: ¿quién toma la responsabilidad de autorizar un nuevo e ingente gasto para mantener esa mole inexpresiva que la mayoría de la opinión pública repudia?. Basta llegarse hasta la plaza de la República y contemplar esa construcción híbrida, descascarada y actualmente enrejada, para que deje de ser un motivo risueño y debamos ponernos serios ante ese hecho consumado que pone en plena ciudad una nota ingrata que Buenos Aires no merece y que patentiza dos cosas que no podemos seguir tolerando silenciosos y sin tomar una resolución, pues ello significa un doble atentado al buen gusto que los poderes públicos se afanan en educar y a las normas legales del gobierno edilicio que el Concejo […] debe defender […] Es un deber de los actuales poderes de la Comuna ordenar la demolición”5.
4 Boletín Municipal, Buenos Aires, El 13 de junio de 1939. 5 Ibidem. 33
Por todo lo expuesto el concejal propuso su demolición por motivos estéticos, económicos y de seguridad pública. El Concejal Reinaldo Elena planteó argumentos a favor de salvar la obra por la importante efeméride que simbolizaba este monumento, además de rescatar que en ese lugar, sobre la torre de San Nicolás, se izo por primera vez la bandera nacional en 1812. Así mismo, utilizó las declaraciones de artistas y arquitectos para argumentar a favor de la permanencia de la obra6. Luego de un intenso debate se aprobó la Ordenanza Nro 10.251 que obligaba al departamento Ejecutivo a la inmediata demolición del obelisco.
6 Diversos argumentos de pintores, escultores y arquitectos: “y esos cuatro planos que se elevarán nos han obligado a levantar la mirada hacia lo alto y así miraremos el azul del cielo...”(Fioravanri); “El obelisco es un monumento armonioso, de líneas elegantes, realizado dentro e una perfección completa, Creo que contribuiría a la belleza urbana de Buenos Aires” (Alberto Lagos); “Bastará verlo para comprender que simboliza la fuerza, la pujanza, la energía de nuestra gran urbe. Su construcción obedece a las leyes puras y sencillas de la belleza clásica a la cual se une un alto sentido de la concepción moderna” (Héctor Basaldúa); “La idea del obelisco es sencillamente una idea feliz. Su forma está llena de belleza, casi diría abstracta, la armonía de sus líneas puras y estilizadas están en un todo de acuerdo con el ambiente arquitectónico que le hará fondo” (Horacio Butler); “Miro con verdadero entusiasmo el hecho de que por primera vez en Buenos Aires se da realización a una obra de arte llena de sencillez en su forma y sentido. Dicen que eso no tiene valor histórico, sin pensar los que así dicen, que la historia se está haciendo en cada momento y vale cuando después de los años se mira hacia atrás. Hoy, es cierto, en razón del tiempo, no tiene aún valor histórico. Pero tiene un innegable valor artístico, y eso es suficiente para una obra de arte” (Aquiles Badi); “Mi primera opinión no fue favorable desde el punto de vista arquitectónico, pero a medida que avanzaba la construcción y que he podido contemplarlo desde diferentes lugares, mi opinión ha variado. Tiene muy buenas proporciones, su altura es nueve veces el lado de la base, conforme con los cánones clásicos de la columna jónica…” (Raúl Alvarez), “Lo creo acertado […] la plaza de la Republica necesita en su parte central, una forma sólida, arquitectónica, cuya principal finalidad debería ser la de contribuir a darle escala. Es decir, brindar al espectador una forma para que la proporcione inconscientemente con los transeúntes y vehículos cercanos a ella. Esa proporción le dará la medida del tamaño de la plaza en su ancho y largo y de la altura de los edificios de la caja circundante. Es, en cierto modo, una manera de acentuar las grandes dimensiones de un recinto urbano” (Alfredo Guido).
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Pero, trece días después, el 26 de junio, el intendente Arturo Goyeneche veto la ordenanza7, argumentando que “el obelisco es un monumento que está bajo la jurisdicción y custodia de la Nación, a cuyo patrimonio pertenece” y, de inmediato, se declaró Patrimonio Histórico Nacional para preservarlo de futuros embates. Superadas las posibilidades de su desaparición, su nacimiento por decreto y su convulsionada construcción, el Obelisco se convirtió en centro neurálgico de manifestaciones políticas, culturales, deportivas, publicitarias e imagen icónica de la ciudad.
7 Veta la ordenanza por el Decreto 24.822, firmado el 26 de junio de 1939.
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Plaza de la RepĂşblica, 1936
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Inicio de la contrucciรณn del obelisco, 1936
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Alberto Prebisch, 1936 FotografĂa
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Alberto Prebisch Anteproyecto o boceto preliminar del obelisco, 1936
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Anuncios publicitarios de las empresas constructoras del Obelisco, 1936 Revista de Arquitectura
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Anรณnimo, 1936 Etapas constructivas del obelisco
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GEOPÉ 1913-1938 25 años de labor en la Argentina, 1938 Anónimo, c.déc.’60 Fotografía
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Anónimo El pintoresco Obelisco de Buenos Aires, c.déc.’60
Anónimo Obelisco, c. déc.50
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Así nació el Obelisco, 1936 Horacio Coppola
Video documental, 6’ 53’’
Documental que registra el proceso constructivo del obelisco desde la particular mirada de Horacio Coppola.
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Horacio Coppola Obelisco, 1936/2013 Plaza de la RepĂşblica. Fiesta de la Bandera, 1936/2013 Corrientes esquina Uruguay, 1936/2013
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Horacio Coppola Corrientes nocturna, 1936/ 2013
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Juan Di Sandro Inauguración del obelisco, 1936
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Gastรณn Bourquin Edificio Safico, c. 1940
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Anónimo Obelisco, c.déc.’50-2013
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Anónimo Obelisco, c.déc.´50 - 2013
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Grete Stern Fotomontaje Madi, 1947/ 2013
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Grete Stern Obelisco, 1951-52/ 2013
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Annemarie Heinrich Sin titulo, ca. 1959/ 2013
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Alicia D´Amico Sin título, 1960/ 2013
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Sara Facio Nocturno porteĂąo, 1964
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Sara Facio Obelisco, 1965 Anatole Saderman Buenos Aires, 1965
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Facundo de ZuvirĂa Obelisco, 1991
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Facundo de ZuvirĂa Toldos y Obelisco, 1998
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Anónimo Diagonal R. Saénz Peña y Obelisco, c.déc.40 Obelisco, c.1950 El obelisco iluminado, 1937
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Anónimo Diagonal R. Saénz Peña, c.déc.50 Bourquin y Kohlmann, Diagonal Norte y Obelisco, c.1940 Diagonal Norte y Obelisco, c.déc. 50 Obelisco – Av. 9 de Julio, c.déc. 50
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Anónimo Buenos Aires Calle Diagonal Norte y Obelisco, c. déc.50 Vista aérea, c. déc.60
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Anónimo Postal, 1962 La plaza de la República se hace ovalada con canteros en los extremos Reforma de la Plaza de la República, c.1962 Fotografía
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Postal, 1971 Modificación de la Plaza de la República para agilizar el tránsito. La plaza es atravesada por dos calles dividiendo la plaza en tres partes. Fotografía, 2012-2013 Polémica reforma de la Plaza de la República y la 9 de Julio con el trazado del Metrobus. Vista aérea.
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Apropiaciones y manifestaciones, 2013
Video documental, 12’ Idea e investigación: Cecilia Rabossi Realización: Martín Seijo / Paolo Baseggio Producción: Fundación Proa
El video plantea un viaje a través del tiempo por un sinnumero de manifestaciones políticas, deportivas, culturales y publicitarios realizadas en la Plaza de la República y el Obelisco, lugar que se convirtió en centro de encuentro por autonomasia.
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Noticiero Panamericano Desafiando a la Muerte, 1956
Fílmico, 1’55’’ Depto. de Documentos de Cine, Audio y Video, Archivo General de La Nación, Buenos Aires
Esta filmación, perteneciente al Noticiero Panamericano, registra la visita de acróbatas alemanes a la ciudad de Buenos Aires en 1956, quienes deleitaron al público porteño con sus acrobacias sobre un tensor que se extendía desde el obelisco hasta un edificio de la avenida 9 de julio.
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La Organización Negra La tirolesa / Obelisco, 1989
Video, 6’ 9’’ Cortesía Gabriel Kerpel y Ricardo James
Este video presenta La tirolesa-obelisco, un espectáculo realizado por la Organización Negra en diciembre de 1989. Este show aéreo tuvo por soporte el obelisco porteño y se realizó frente a un nutrido público.
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Edgardo Giménez Obelisco de acrílico con luz, 1967 Leandro Katz Columna III. Livington. Buenos Aires, 1972
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Marta Minujín Obelisco acostado. Serie La caída de los Mitos Universales, 1978. Documentación y videos digitalizados
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Marta Minujín Obelisco acostado, 1978
Serie La caída de los Mitos Universales Documentación y videos digitalizados Col. de la artista Marta Minujín Obelisco acostado, 1978 Video digitalizado, duración: 6’
Esta obra de Marta Minujín participó de la I Bienal Latinoamericana “Mito y Magia”, que tuvo lugar en el Parque Ibirapuera en San Pablo, Brasil, entre el 3 de noviembre y 18 de diciembre de 1978. La artista proponía una “instalación ambiental” donde se modificara la relación original al colocar el obelisco en posición horizontal y se estableciera un espacio recorrible. Dentro del obelisco tumbado se proyectaban las imágenes que se pueden ver en el video documental donde se refiere a los obeliscos del mundo, imágenes de ascensión en el interior de los monumentos, entrevistas a los transeúntes o imágenes ficcionales del momento de acostar el monumento.
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Antonio Seguí París-Buenos Aires, 2010
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Leandro Erlich El obelisco en La Boca ,1994
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Leandro Erlich El obelisco de la Boca, 1994
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Graciela Hasper Corrientes - 9 de Julio, 2001
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Marcos LĂłpez SeĂąora en la 9 de julio, 1996
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La ciudad: contrastes y límites Cintia Mezza La Buenos Aires del “límite”, la que ha crecido en habitantes y en asentamientos de emergencia, la del constante movimiento y corrimiento, la de los cruces multidireccionales centro-periferia. La ciudad que monta en sus fachadas las crisis, y en la que nuevos actores sociales entran en esta escena contemporánea: los sin techo, los cartoneros, los ecologistas, las nuevas formas de trabajo ambulante, los recolectores, los extranjeros, los marginados y marginales y los indocumentados, entre tantos otros. En esta sala, el grupo de artistas y obras seleccionados plantean la problemática desde las entrañas de la propia ciudad. La superpoblación y la falta de vivienda está representada en la mirada de Oscar Bony, con una foto baleada de su serie Suicidios. Gian Paolo Minelli, diez años después, retrata un paisaje similar, y se puede comparar el hacinamiento contrastando con la nueva arquitectura del paisaje urbano. Marcos López, en una operación semejante pero desde su video-instalación recupera la pregnancia del ladrillo hueco y lo confronta con la definición de un video HD, para dar cuenta de la distancia entre tecnología y miseria, y a partir de las imágenes tomadas desde la autopista, muestra el interior de la Villa 31 con sus precarias condiciones. Ana Gallardo y Liliana Maresca trabajaron el concepto de carro ambulante en Buenos Aires. Uno es el carro como casa deambulando por la ciudad buscando un lugar para habitar, basado en una experiencia personal de la artista; el otro, el “Carro blanco”, es la mirada ácida y estetizada del arte que convierten al carro de los deshechos y de los materiales que se dejan en la ciudad, en obra para interpelar y comprometer al espectador. El video de Estanislao Florido comparte esta visión y muestra con crudeza la realidad del “cartonero” en ciudad. Sergio Avello plantea un recorrido de una noche en la ciudad durante los problemáticos momentos del 2002, mostrando en su obra Flâneur, un conjunto de fotografías que reproducen aquel camino nocturno desde las protestas en los bancos y la denuncia política con carteles domésticos, hasta llegar al otro lado de la ciudad donde el lujo, la idea de belleza, las joyas y el bienestar contrastan con aquellos reclamos. Contemporáneamente, Juan Travnik elabora su serie Bancos, en la que coloca en primer plano los escraches de aquella misma Buenos Aires convulsionada.
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Liliana Maresca Recolecta, 1990
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Liliana Maresca junto al carro de cartonero en su instalaciรณn Recolecta en el Centro Cultural Recoleta, 1990
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Sergio Avello Flâneur, 2002/2013
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Juan Travnik Lloyds Bank, 2003 Boston Bank, 2005 HSBC, 2005
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Oscar Bony Democracia, Serie Suicidios, 1997
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Gian Paolo Minelli Parque Indoamericano, 10-12-2008 Villa 20,10-12-2008
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Marcos Lรณpez Instalaciรณn sobre la Villa 31, 2010
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Estanislao Florido Cartonero, 2006
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Ana Gallardo Casa Rodante, 2007
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Buenos Aires en las voces y en los imaginarios del futuro Cintia Mezza Buenos Aires culmina en esta sala con la presencia de diversas propuestas vinculadas a la imaginación. Una serie de vistas, dibujos y grabados llaman nuestra atención. Los mismos fueron realizados y publicados en 1910 bajo la consigna de pensar en “la ciudad del futuro”, en como sería Buenos Aires en 100 años. Hoy, muy cerca de aquella fecha, podemos contemplar estos dibujos donde se vislumbraban muchos de los problemas que aquejan actualmente a nuestra ciudad pero con soluciones muy sorprendentes. El grupo de arquitectos M777 plantea e imagina problemas y soluciones para las inundaciones en la ciudad a través de un juego de mesa muy particular. La presencia de la literatura y del lenguaje se concentra en la instalación sonora “En obra”. El espacio baldío / vacío fue elegido por Daniel Link para dar cuenta de la capacidad visual del lenguaje en ausencia de imágenes. Las voces de los propios escritores nos permiten “visualizar” también la ciudad. A su lado, Sebastián Freirem exhibe los retratos tomados en ocasión de la convocatoria para grabar la instalación sonora. Para finalizar, una biblioteca y un espacio donde, a la manera de una bibliografía en la gran ciudad, podemos leer, ver cine, jugar con los niños o estudiar, conocer, e incluso, protestar.
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Recolecta
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M777 (M. Corbalรกn/ S. Costa/ G. Dieguez/ L. Gilardi/ D. Goldaracena/ P. Torroja) Inundaciรณn!, 2002/2013
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En obra / Una instalación sonora / Duración: 35’ Daniel Link/ Elena Donato, Valentín Díaz y Sebastián Freire (investigación y edición) Por primera vez PROA incorpora a una de sus muestras a la literatura de manera sistemática (en la estela de “Literatura oral” de Roberto Jacoby, 1963). Es un orgullo para el equipo curatorial del segmento “En obra” formar parte de esta experiencia (Daniel Link/ Valentín Díaz, Elena Donato, Sebastián Freire). Escritores (por orden alfabético): Gabriela Bejerman, Jorge L. Borges, Gabriela Cabezón Cámara, Arturo Carrera, Copi, Julio Cortázar, Edgardo Cozarinsky, Washington Cucurto, Fogwill, Raúl González Tuñón, Isol, Tamara Kamenszain, Martín Kohan, Leónidas Lamborghini, Osvaldo Lamborghini, Daniel Link, Gabriela Massuh, Sylvia Molloy, María Moreno, Manuel Mujica Lainez, Alan Pauls, Silvina Ocampo, Néstor Perlongher, Ricardo Piglia, Manuel Puig, Ernesto Sabato, Matilde Sánchez, Ariel Schettini, Rafael Spregelburd, Rodolfo Walsh. Agradecemos por la apertura de sus archivos sonoros y su generosa colaboración a la Audiovideoteca de la Ciudad de Buenos Aires (y en especial, a Silvia Vegierski), al Departamento de Cine, Audio y Video del Archivo General de la Nación y a la Biblioteca Nacional. A Arturo Carrera. 1. Presupuestos En nuestros días la idea de ciudad pareciera haberse deteriorado hasta un punto que, seguramente, era inconcebible a principios del siglo pasado. Un nuevo milenarismo se apoderó de nuestra imaginación: las grandes ciudades, aún las del Tercer Mundo, sobre todo las del Tercer Mundo, aparecieron entonces como espacios inhabitables. Se trataba de un mito conocido: el mito (y la fascinación) por las ciudades muertas. A partir de la década del ochenta del siglo pasado, imaginar el agotamiento de las ciudades tuvo implicaciones teóricas diferentes de las que podían encontrarse en los escritos de los intelectuales europeos de la década del treinta, y consecuencias políticas concretas: la cultura buscaba una nueva respuesta histórica para imponer una dominación (económica, política) renovada; por eso nos pareció que la ciudad ya no era el escenario necesario para la experiencia subjetiva ni satisfacía las demandas culturales para las que estaba prevista.
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La cultura que conocemos, la cultura que llamamos burguesa, se relaciona desde su comienzo mismo con la ciudad, y la forma-ciudad se ha ido modificando con el tiempo hasta convertirse en la que hoy conocemos y de la cual, en la mayoría de los casos, abominamos: las intervenciones urbanas de los últimos veinticinco años (en Buenos Aires, en Berlín) parecían destinadas a destruir el entramado urbano: eliminado el umbral-ciudad ya nada podría oponerse al poder normalizador y fascista del Estado (de todos, de cualquier Estado) asociado con el Capital internacional. 2. Ciudad y literatura Las ciudades han sido realizadas, pero también han sido imaginadas. Si bien no pretendemos establecer algún tipo de relación (causal o consecutiva) entre lo imaginario y lo real, damos por sentado que algún tipo de correlación existe. Nuestro propósito fue examinar algunos momentos de esa fuerza de la imaginación tal y como puede leérsela en algunos textos literarios. Presuponemos, también, que esa fuerza de la imaginación no es propiamente literaria (ni, naturalmente, propiamente arquitectónica, porque tampoco quisiéramos caer en el prejuicio tan extendido de que son los arquitectos quienes ejercen el monopolio de la imaginación urbana). La literatura no imagina ciudades, sino que realiza (como la política, la arquitectura o el teatro) imaginarios urbanos. ¿Qué relación puede establecerse entre el espacio urbano y el espacio textual de la modernidad? ¿Qué implicaciones mutuas, qué sistemas de reenvíos? Las investigaciones de Bajtín1 han sido especialmente claras en ese sentido: la novela, el género literario de la modernidad, es esencial y diferencialmente polifónica: da cuenta del entrecruzamiento de voces característico de la cultura urbana. Literatura, mercado, dinero, ciudad. La genealogía de la novela que Bajtín esboza deriva íntegramente de géneros ligados con la cultura urbana (panfleto político, sátira menipea, diálogos platónicos). La oposición épica/ novela, característica de su teoría, coincide con la oposición entre campo y ciudad. De modo que, como se comprende a partir de estas proposiciones (ciertamente esquemáticas), el espacio urbano se correlaciona con un espacio textual y un sistema enunciativo muy característicos. Ese espacio está dominado (como la ciudad) por el entrecruzamiento de voces y lenguajes. De modo que es posible ligar la imaginación del espacio (el espacio imaginario) no sólo a anclajes referenciales específicos en el campo de la representación, sino también a potencias de lenguaje y texturas (o granos) de las voces. El recorrido parte de los universales abstractos (propios del
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urbanismo) a las singularidades concretas (propias de la experiencia). El urbanismo traza líneas abstractas en el espacio (el obelisco es la figura más emblemática de esos trazados). La experiencia (la voz) recorre esas líneas y les da sentido. 3. La caja negra “En obra” deja oir las voces de escritores argentinos del siglo XX y XXI leyendo textos sobre Buenos Aires (sus calles, sus climas, sus habitantes), en el más absoluto vacío perceptivo. La sola cadencia de las voces, la diferencia de acentos, entonaciones y afectos hubiera bastado para dar cuenta de la ciudad tal y como se nos presenta: como una síntesis de heterogéneos, como una síntesis disyuntiva de contradicciones. No hay hiato posible entre la experiencia estética y la experiencia urbana, y todo pensamiento sobre lo social y toda imaginación sobre lo urbano necesariamente comienza, como se dice, con un reconocimiento del terreno: no el reconocimiento propio del topógrafo y del agente inmobiliario, sino el del estratega, porque hay guerra (de imágenes, de tonos) en la ciudad. Hemos situado la aparición de esas voces en un baldío (en un espacio marcado iconográficamente como un baldío) por dos razones: en primer término, para subrayar el carácter vacío de las imágenes que los textos convocan o producen, la propiedad de vacío perceptivo que potencia esas imágenes; y, en segundo término, porque Buenos Aires, como muy pocas ciudades en el mundo, abunda en espacios baldíos (huecos) que hieren, con su interrupción, la continuidad urbana y la fuerza de los procesos de modernización que arrastra a vastas zonas de la ciudad de Buenos Aires y que son la condición de posibilidad de la existencia de un debate (imaginario) sobre la ciudad y su futuro. “En obra” significa, al mismo tiempo, que las voces constituyen un work in progress sobre la ciudad y que no todo está dicho en relación con su futuro. La ciudad está en obra permanente y la marca más evidente de esa construcción incesante son los baldíos de Buenos Aires. 4. Las voces Hemos revisado los archivos sonoros de la Audiovideoteca de la Ciudad de Buenos Aires, de la Biblioteca Nacional, del Archivo General de la Nación, de algunos particulares, para recuperar las voces de escritores muertos. Hemos pedido a escritores vivos que grabaran un fragmento especialmente para esta instalación. No pretendemos ofrecer la imagen de un canon literario, ni en sentido hagiográfico (un orden celestial), ni en sentido armónico. Hemos procurado, eso sí, que las voces dieran cuenta del
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amor y del odio, del mito fundacional y de la fuerza utópica, en suma: de la contradicción constitutiva y de la guerra de las imágenes que constituyen nuestra ecología. Se podrán escuchar poetas, novelistas, dramaturgos, autores de literatura infantil (hombres y mujeres, jóvenes y maduros): no queríamos atenernos a la imagen convencional de la literatura, y tampoco a las figuras más transitadas de la experiencia literaria de lo urbano (el obelisco, Caminito, Florida, Puerto Madero). Esas figuras, naturalmente, están, porque nos obsesionan con su (in)significancia, pero no cumplen la función del catálogo turístico sino más bien el de unas ciertas ruinas de una civilización perdida. Privilegiamos, en el ordenamiento de los fragmentos, el tratamiento de lo sensible: la luz, el clima, las sonoridades (voces que vienen susurradas, gritos de cólera). Nos hemos limitado a recolectar voces porque queríamos presentar la experiencia del texto (del poema, de la novela, de la cancioncilla) en ese punto de juntura donde se liga con un cuerpo y, por lo tanto, con algo que vive todavía: eso es la voz. La voz es el lugar donde el lenguaje y el cuerpo se tocan: la experiencia de la ciudad se deja leer en las palabras, pero también en las entonaciones, en los énfasis, en el grano y la textura de la voz. En los textos se escuchan imágenes de/ en lucha: la fundación (mitológica) de Buenos Aires en Borges y en Mujica Lainez, el exilio en la cadencia del francés que pronuncia Copi, el criollismo en el ritmo arrastrado de los versos que recita Osvaldo Lamborghini o la paranoia controlada de Manuel Puig. El susurro de Cozarinsky, el grito de Spregelburd, el canto de Isol, el tono seco y judicial de Walsh... Y el llamado de la tierra en las entonaciones (las “tonadas” provincianas, la extranjería). El amor (o el “odio Buenos Aires” de Kamenszain), lo que hay (las villas de Cabezón Cámara), lo que es expulsado (el pobrerío de Cucurto), lo que permanece (la lluvia, la luz mortecina, el curso de las horas).... No pretendemos ofrecer la imagen de un canon literario, ni en sentido hagiográfico (un orden celestial), ni en sentido armónico. Hemos procurado, eso sí, que las voces dieran cuenta de las pasiones, del mito fundacional y de la fuerza utópica, en suma: de la contradicción constitutiva y de la guerra de las imágenes que constituyen nuestra ecología urbana. 1 Bajtín, Mijail. “Epopeya y novela”, Eco, XXXII-3 (Bogotá: enero 1978); Bajtin, Mijail. Estética de la Creación Verbal. México, Siglo XXI, 1980; Bajtin, Mijail. Problemas de la poética de Dostoievski. México, Fondo de Cultura Económica, 1986.
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5. Los textos (por orden alfabético, que no es el orden en el que suenan, indicado en otra parte de la instalación)
Gabriela Bejerman (1973) “dos pianos” (2012) somos naranjas como la luna, lu somos ella que flota por encima de la ciudad adonde van de joda los jóvenes nuestros súbditos, nuestra droga social los dejamos dando vueltas en la pista con sus sombreritos de paja y sus gafas con sus pantalones americanos y sus tocados de planta hemos buscado con ellos los afeites de la magia aprobamos los hallazgos colocando un tobogán las locas madrinas, nos hicieron un tango para cantar en taxi ahora nos lleva ese chofer de 33 gratis, le pagamos cantando viste cuando los sueños se acuestan a dormir se diluyen en la cama con tul para los bichos y así hasta la terraza desde donde se ve uruguay, unas luces por arriba nos pasan los aviones nos muestran su panza de insecto nos hacen vibrar las cuquis nos dejan darnos la mano siempre más, y en la punta de los dedos nos damos besos Fuente: A los besos, 2013
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Jorge L. Borges (1899 -1986) “La fundación mitológica de Buenos Aires” (1926). A partir de 1964, cambia de nombre: “Fundación mítica de Buenos Aires”. Lo cierto es que mil hombres y otros mil arribaron por un mar que tenía cinco lunas de anchura y aún estaba poblado de sirenas y endriagos y de piedras imanes que enloquecen la brújula. Prendieron unos ranchos trémulos en la costa, durmieron extrañados. Dicen que en el Riachuelo, pero son embelecos fraguados en la Boca. Fue una manzana entera y en mi barrio: en Palermo. Una manzana entera pero en mitá del campo presenciada de las auroras y lluvias y suestadas. La manzana pareja que persiste en mi barrio: Guatemala, Serrano, Paraguay, Gurruchaga. Fuente: Cuaderno de San Martín, 1929
Gabriela Cabezón Cámara La virgen cabeza (2009) Para empezar, algo hay: villas y villas y más villas. Basta con seguir las curvas de la distribución de la riqueza en Argentina para que no queden dudas. Y si a alguien no le basta con los gráficos, sepa que dice Cleo que dice la Virgen que hay cada vez más villas en Buenos Aires y que las villas siguen siendo tan parecidas a los jardines del Edén como los monos a los cohetes que llevan turistas a la luna. Fuente: La virgen cabeza, 2009
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Arturo Carrera “El rosedal” (1989) Pescan aquí, los niños. Sin remordimientos Una vez que se cercioran. Una vez que la brevísima certeza colma la certidumbre en el oído de lo jugado: A mirar la presencia como a un humito en eso que se fue como anzuelo y carnada y vuelve como rotonda espera, la vieja que limpia el agua las mojarras solubles, allá alejadito o escondido entre los troncos el que quiere pescar: en la Rosaleda, el Rosedal y el cisne con su estela real como un plumoso farito. (De niño ese silencio y estupor, esa melena que crecía en la expresión del balbuceo; el esfuerzo o pena de no poder decir del día a qué altura del fin, del pie, del arco iris…)
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porque también era mi vía no pensar… no sé… también era saber un continuo o nada: ese murmullo extramuros de huéspedes que sollozan aquí entre las rosas aquí no hay aguas minadas, ni el anzuelo es un imán, tampoco mármol; ni acero, ni azúcar. Amor continuo (y muerte no). Fuente: Children’s Corner, 1989
Copi (1939-1987) Fragmento de Copi (entrevista de Bernard Bouthier y Jacqueline Wester) para el programa Zoom (1966) Copi: -Parce que mes parents étaient exilés de… pendant toute la période péroniste. J’ai été en Argentine il y a six mois, j’ai été pour dix jours. Et pendant les premiers cinq jours, enfin, ça allait: j’étais très content de rencontrer ma grande mère et tout ça, mais ensuite j’avais peur de… Je me sentais tellement loin de tout, tellement... J’avais peur de rater l’avion, des choses idiotes comme ça, qui ne peuvent pas arriver… Je crois que j’ai une réaction contre ça, je veux m’adapter, enfin. Et c’est faux aussi, c’est une chose qui ne se fait jamais. C’est faux. [Copi: -Porque mis padres se habían exiliado de… durante todo el período peronista. Estuve en Argentina hace seis meses; estuve diez días. Y durante los primeros cinco días, en fin, todo iba bien: estaba contento de ver a mi abuela y todo eso, pero después comencé a tener miedo de… Me sentía tan lejos de todo, tan… Tenía miedo de perder el avión, cosas así de tontas, que no pasan… Creo que reacciono contra eso; en fin, quiero adaptarme. Pero a la vez es un engaño, es algo que nunca se logra. Es un engaño.] Fuente: Zoom (productores: André Harris y Alain de Sedouy), co-producción del Office national de radiodiffusion télévision française, 28 de julio de 1966, en sitio del Institut National de l’Audiovisuel, http://www.ina.fr/video/CPF07011432/copi-video.html 115
Julio Cortázar (1914-1984) “Conducta en los velorios” (1962) En Pacífico las cosas ocurren casi siempre en un patio con macetas y música de radio. Para estas ocasiones los vecinos condescienden a apagar las radios, y quedan solamente los jazmines y los parientes, alternándose contra las paredes. Llegamos de a uno o de a dos, saludamos a los deudos, a quienes se reconoce fácilmente porque lloran apenas ven entrar a alguien, y vamos a inclinarnos ante el difunto, escoltados por algún pariente cercano. Una o dos horas después toda la familia está en la casa mortuoria, pero aunque los vecinos nos conocen bien, procedemos como si cada uno hubiera venido por su cuenta y apenas hablamos entre nosotros. Un método preciso ordena nuestros actos, escoge los interlocutores con quienes se departe en la cocina, bajo el naranjo, en los dormitorios, en el zaguán, y de cuando en cuando se sale a fumar al patio o a la calle, o se da una vuelta a la manzana para ventilar opiniones políticas y deportivas. Fuente: “Conducta en los velorios” en Historias de Cronopios y de Famas, 1962
Edgardo Cozarinsky (1939) “(Early Nothing)” (1977) Nacimos en una ciudad llamada Buenos Aires y allí vivimos muchos años. La ciudad es, según la ley, un distrito federal y la capital de la Argentina, una república en el extremo sur de América del Sur, cuya tendencia endémica parece ser la de vivir por debajo de sus medios, así como la de su capital es vivir por encima de los suyos. El crecimiento desmedido de ese puerto mercantil, su irritación ante los dispersos territorios reunidos en ese país, al que de todos modos no presta demasiada atención, su sensibilidad para las modas importadas y el prestigio de la simple distancia: todos estos rasgos de su carácter han sido reconocidos tanto por hombres de letras como por políticos tránsfugas. Ahora que ya no tenemos que soportar sus ataques de desvalimiento y arrogancia, cuando pensamos en la ciudad, advertimos que, si ese divorcio realmente existe, somos hijos de Buenos Aires y no de la Argentina. Porque es el gusto a cloro
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del agua de la canilla, el urbanismo salvaje y la locuacidad confianzuda de su gente lo que nos formó, no la vacía inmensidad de las pampas, ni los cristalinos lagos de montaña, ni las selvas desganadas. Fuente: Vudú urbano, 1985
Washington Cucurto (1973) “Las calles de antes” (poema inédito) Ahora que el nuevo gobernador Quiere modernizar al barrio, Construir un Pasaje de las Artes Que ayudaría al turismo y a la inversión De libreros y comerciantes, todo el mundo Se opone y ha caído mas de una lágrima. Estas calles hechas bolsa por las que camino Llena de niños y de perros, un día que no veré, Se convertirán en importantes peatonales. El boom inmobiliario será un boom del turismo. Yo no lo veré, soy demasiado joven para permanecer En el futuro en estas mismas callecitas. Pero sucederá, estoy seguro. El metro cuadrado valdrá 3500 dólares Y a la tierra la venderán en frasquitos. Sucederá, yo no lo veré, pero estoy seguro. Los conventillos se extirparàn como un cáncer De las manzanas del barrio. Habrá horrendos desalojos. Será duro. Llorarán Las familias, Los niños, Las calles se llenarán de pañales y camas. Habrá guerra. Prenderán fuego la comisaría. Y estas mismas calles se llenarán de recuerdos. Sí, estas callecitas hechas bolsa! No soy horoscopero, pero los queridos yotibencos Serán derribados por un solo golpe de pala. Las familias pobres deberán emigrar hacia Parajes mas lejanos y pobres, hacia otras orillas De otros futuros arroyos. Yo no estaré, no lo veré, pero estoy seguro, sucederá.
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Llevarán en sus corazones como yo, esta tarde, En que me dirijo a tomar el bondi, por las calles mugrientas, Hechas bolsa, coloridas, llenas de gente, la imagen Del conventillo, los chicos en la calle y la cumbia. Los edificios tocarán con sus antenas los rayos del sol Formando un moderno y ecologista dispositivo nuevo Electrónicos que dará luz a los locales que venderán pulseritas. Aunque a la mayoría nos echen, nos obligen a emigrar No podrán evitar que en nuestros corazones lattan Nuestros queridos conventillos.
Fogwill (1941-2010) “Llamado por los malos poetas” (2002) Se necesitan Betos, Titos, Carlos que escriban poemas. Alejandras y Marthas que escriban. Nombres para poetas, anagramas, seudónimos y contraseñas para el chat room del verso se necesitan. Una poesía aquí del cirujeo en la veredas. Una poesía aquí de la mendicidad en las instituciones. Una poesía de los salones de lectura de versos. Una poesía aquí de la mendicidad en las instituciones. Una poesía de los salones de lectura de versos. Una poesía por las calles (venid a ver
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los versos por las calles...) Una poesía cosmopolita (subid a ver los versos por la web...). Una poesía del amor aggiornado (bajad a ver poesía en el pesebre del amor...) Fuente: Últimos movimientos, 2004
Raúl González Tuñón (1905-1974) “Los ladrones” (1941) Ven a verlos por la mañana con la gorra hasta las orejas. Han desvalijado a las viejas del Asilo de las Hermanas. Dilapidarán sus dineros con mujeres y malandrinos en pocilgas y merenderos, en milongas y clandestinos. Oirán un tango de Pracánico y en lo del Pena ole con ole mientras sueñan con Rocambole las muchachas en el Botánico. Del parque Goal el payador humedecerá sus mejillas cantando sombrías coplillas de sangre, de muerte y de amor. A la noche con la mamúa irán de pura recalada a besar la crencha engrasada que cantó Carlos de la Púa.
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Y son humanos, inhumanos, fatalistas, sentimentales, inocentes como animales y canallas como cristianos. Ninguna angustia los desgarra cada cual vive como quiere. Cuando la madre se les muere le ponen luto a la guitarra. Fuente: Canciones del tercer frente, 1941
Isol (1972) “Llueve” (canción inédita, 2013) Y llueve aquí y llueve aquí y llueve aquí Lo que te rehuye lo que te espanta respira en tu alma Abrió tu ventana un pajarito un gato dormido el sol en el agua el viento en las hojas el álamo canta Y Llueve aquí y llueve aquí y llueve aquí. Tamara Kamenzain (1947) “Odio Buenos Aires” (1998) Odio Buenos Aires. Su luz mortecina magnifica la vaguedad de estos versos que ni siquiera son letras de tango. Que quede como odio toda intención de decir “mi ciudad” 120
en el condensado muerto de su luz yo ya no escribo ni me seduce el ánima pobrecita de sus barrios deambulo sin ningún tipo de sentimiento yiro insensible por esta noche de lápices por esta humedad que me acalambra la resma de papel. (Mejor en mi casa y apago la radio) Que la música se vaya muda y las palabras no alcancen para borrar el amargo. Es un decir. Mejor me duermo con la estampita en la mano una postal la tengo en la cabeza toda iluminada arrugo el obelisco en el fondo y rezo para mí por vos mi Buenos Aires. Querido. Contracturas de mesa de luz vaso del agua mansa sutura iluminada en las persianas: todo parece un tango. Escribir es igual a pasarse de moda envejecer en Darío dejar que se engañen de uno los otros. En un poema de Néstor Perlongher alguien se pregunta ¿Qué es para mí Domínico, qué es Quilmes qué es Ezpeleta con sus zaguanes inundados?.
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Quedó sin respuesta toda intención de decir “mi ciudad” el fantasma de Néstor en el suburbio qué es para él se pregunta hoy la calle desolada que fue mejor dicho si ya sus dichos pasaron de moda te vas para no volver amigo muerto en tu infancia cuando escribir todavía era una manera de preguntarle a alguien. Fuente: Tango Bar,1998
Martín Kohan (1967) “A esta plaza la cuidan…” (2012) Allí donde concluye la calle Florida, con elegancia y sin aspavientos, se encuentra una módica plazoleta circular. En su centro se eleva una estatua de Esteban Echeverría: luce el vate cabizbajo, pensativo, y su capa no vuela al viento. Para sorpresa del curioso, la plazoleta lleva, por nombre Juvenilia, un libro de evocación escolar que no escribió Echeverría sino, muchos años más tarde, Miguel Cané. ¿Por qué erigir la estatua de otro autor en la placita Juvenilia? Por qué bautizar con la obra de otro el lugar en que destaca la figura de Echeverría? ¿No toleraba Buenos Aires una plazoleta llamada El matadero? ¿No toleraba, en todo caso, una plazoleta llamada Dogma socialista? ¿Hay más clásicos en la literatura argentina que plazas y plazoletas en la ciudad? Fuente: “A esta plaza la cuidan…” en Correo argentino (Apuntes urbanos), 2012
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Leónidas Lamborghini (1927-2009) “Villas” (1972) Los niños juegan en el borde de basura de las aguas podridas de la laguna sopa las proteínas escondidas escondidas y mueren como moscas 65 mueren por mil un buzo tuvo que bajar al fondo para rescatar allí escondidas -Mire señor, mire aquí Doctor: en medicina. En el primer año no debe faltarles nada primer grado segundo grado tercer grado -En el primer año es como construir un edificio hay que ponerle los cimientos sopa sopita Fuente: Partitas, 1972
Osvaldo Lamborghini (1940-1985) “La Madre Hogarth” (1977) Cuanto más límpidas te parezcan Las aguas del lago Y aun cuando creas Rebosar de plenitud Igual recuérdame Yo soy tu proveedora de droga Cuando contemples Con mirada ascendente y pura El triunfo de los pájaros Y la derrota de las olas Igual recuérdame Yo soy tu proveedora de droga Cuando vayas al encuentro De la amada o el amado Sintiéndote seguro Del esplendor de sus pupilas Igual recuérdame Yo soy tu proveedora de droga
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Y no me abandones Prematuramente No te comportes Como un ingrato Recuérdame siempre Yo soy tu proveedora de droga Fuente: Poemas 1969-1985, 2004
Daniel Link (1959) Montserrat (2006) Muchas personas suelen corregir nuestra afirmación de que vivimos en Montserrat diciendo que en Independencia empieza Constitución, y como nosotros estamos, respecto de Independencia, dos cuadras hacia el sur, sería más lógico que nos adscribiéramos a esa circunscripción. Según la topología municipal el dato es cierto, pero cualquiera que conozca Constitución comprenderá que su ecología es radicalmente diferente de la nuestra, de modo que es un poco injusto meter todo en una misma bolsa: Constitución (donde vive Andrea Giunta) está dominado por la gigantesca estación de trenes que van hacia el sur (del país y del mundo), sus urinarios y la prostitución callejera (que aquí existe pero en cuotas más bien módicas). Si bien en algún momento me pareció que era justo que S. y yo fuéramos reconocidos como “las locas de Constitución” (en oposición a “las locas de Palermo”, que son tantas que es lo mismo que decir todos los habitantes de ese barrio, es decir: ningún rasgo distintivo), nuestra timidez y el estilo de vida completamente recatado que llevamos nos alejó de una denominación tan... perlongheriana. Modificamos los límites del barrio según nuestra sensibilidad, porque en realidad el barrio empezó a moldearnos a nosotros. Fuente: Montserrat, 2006
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Gabriela Massuh (1950) “Citi-marketing” (inédito) Existe un mecanismo global que la jerga especializada llama pomposamente city-marketing. Un mecanismo que en los últimos años, más que lavarle la cara a las ciudades, se las ha borrado sustrayéndoles especificidades y esencias. En todos lados las mismas cadenas de hoteles, barrios de oficinas, lofts decorativos, torres compitiendo por la altura y la primera fila, helipuertos para quienes puedan costearse vapor o helicóptero propio, restaurants, discotecas y la obra de algún arquitecto estrella, preferentemente foráneo. Nada de esto es necesario y en todas partes es igual: un paraíso en formol para seres de probeta que no se enferman, no sufren y nunca se mueren. Los espacios públicos son pretexto para gigantescas plataformas de publicidad en las que empresas y corporaciones (en su mayoría transnacionales) compiten por el logo más grande en el espacio más visible. Aplastado por la polución ambiental, auditiva, visual y espacial, cualquier porteño que intente trasladarse a pie de un lado a otro, terminará haciendo equilibrio en una cornisa suspendida entre colectivos rasantes, bicicletas a contramano, rejas de hierro, obras en construcción y, por supuesto, publicidad. La calle, esa calle que era nuestra por más que estuviera fuera de nuestras viviendas, tiene hoy dueños habilitados para intervenir en lo que era de todos: el cielo, el horizonte, la libre movilidad, el acceso al río, la vista al río, el aire, las plazas, lo que sea. El lado de afuera de nuestra intimidad hogareña es un gran territorio ocupado y solo nos está permitido transitar por sus hendijas. Ese espacio, antes compartido por una multiplicidad de seres que recibían el mote de “vecinos”, se transformó en una tierra de “nadie” dominada por un vértigo que sólo invita a la fuga.
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Sylvia Molloy (1940) “Patagonia” (2003) En ese entonces (hablo de mediados de los cuarenta) Aeroparque consta de una serie de galpones descuidados y, a esa hora (que no necesariamente era de madrugada, en invierno todavía es de noche a las seis), prácticamente deshabitados. Un mozo cansado, detrás de un mostrador, prepara café. Tiene la radio encendida, oigo una música que durante mucho tiempo recordaré como la música más triste que conozco. Tendré ocho años. Fuente: Varia imaginación, 2003
María Moreno (1947) “A modo de oración” Hay un tiempo pasado que impone sus capas geológicas en la esquina de Bartolomé Mitre y Ecuador. Se deposita en flores de plástico del santuario de Cromañón, en las cintas arrugadas, en las fotos digitales que van virando al azul o al rojo. La flores falsas duran pero no son insensibles al polvo de los seis años transcurridos ; a la tierra levantada por las ruedas de las formaciones de la estación; de los pies de sus viajeros que la lluvia apenas dispersa y se estanca entre los pliegues profundos de las rosas que el pueblo prefiere para sus pompas fúnebres, rosas asociadas a los ricos pero prácticas puesto que están más allá del pulgón y del riego; rosas en las que se quiere confiar la idea de presencia cuando a lo mejor se vive lejos, en algunas de las estaciones en donde solían subir y bajar algunos de los que quizás no llegaron nunca a salir del Once con los ojos abiertos. Fuente: Revista Debate, 2012 126
Manuel Mujica Lainez (1910-1984) “Las fundaciones” Estaba en la quietud transparente del aire tu clara anunciación, Señora del Buen Aire, pues bautizarte así: Ciudad Santa María, era tentar prodigios desde tu primer día. ¡Y qué mayor prodigio que el de la inmensa flota que para darte vida fondeó en la playa ignota, donde encontró la hambruna en lugar del hartazgo, y que a bordo traía tanto buen mayorazgo y tanto capitán con deudas, que refresca los cuentos de la vieja novela picaresca! Fuente: Canto a Buenos Aires, 1943
Silvina Ocampo (1903-1993) “La metamorfosis” (1949) Entré por el portón del jardín silencioso. Elevaban los árboles su mole gigantesca Y morían las rosas de un cielo tenebroso. Pensé: “Antes que amanezca conoceré por fin la múltiple verdad. Me esconderé en la sombra de este antiguo follaje y hallaré claramente aquí en la oscuridad, sin que nadie me ataje, la llave del secreto que hace mi desventura”. Me detuve un instante. Como un crimen sentía mi imperiosa desdicha, mi curiosidad pura lejos del albo día. Me aproximé a la casa. No se oían mis pasos sobre las rumorosas piedritas del camino, me acerqué a tu ventana a contemplar los lazos que tramaba el destino.
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Sobre los vidrios helados apoyé mi cabeza y vi en la luz eléctrica de la pieza encendida lo que yo había en sueños visto con mi tristeza. Fuente: Poemas de amor desesperado, 1949
Alan Pauls (1959) El pasado (2003) Miró por la ventana y en dos minutos, no más, vio pasar el cielo del negro pleno y sin matices de la noche a un gris rojizo, y de ahí, en menos de treinta segundos, a un amarillo malsano, como de piel enferma, estriado por fugaces descargas de electricidad. Abrió la ventana: una brisa ardiente le envolvió la cara. Vio salir gente a los balcones, hombres atontados cerrar postigos, mujeres abrochándose batas o calmando bebés en sus brazos, y esos instantes de complicidad y anonimato, extrañamente suspendidos en medio de la noche, le recordaron el efecto de comunión que de chico le gustaba reconocer en las películas de cine catástrofe. Recién entonces, cuando comprendió que lo que había tomado por un temblor subterráneo era el reflejo de un estremecimiento del cielo, Rímini tuvo una idea de la magnitud de la tormenta. Estalló un trueno fenomenal, de esos que parecen hacer añicos el mundo, y recibió en la cara el golpe de las primeras gotas. En pocos minutos, ese goteo irregular, un poco vacilante, se convirtió en una cortina de lluvia feroz que impedía ver a dos metros de distancia. Fuente: El pasado, 2003
Néstor Perlongher (1949-1992) “Cadáveres” (1987) Bajo las matas En los pajonales Sobre los puentes En los canales 128
Hay Cadáveres En la trilla de un tren que nunca se detiene En la estela de un barco que naufraga En una olilla, que se desvanece En los muelles los apeaderos los trampolines los malecones Hay Cadáveres En las redes de los pescadores En el tropiezo de los cangrejales En la del pelo que se toma Con un prendedorcito descolgado Hay Cadáveres En lo preciso de esta ausencia En lo que raya esa palabra En su divina presencia Comandante, en su raya Hay Cadáveres En las mangas acaloradas de la mujer del pasaporte que se arroja por la ventana del barquillo con un bebito a cuestas En el barquillero que se obliga a hacer garrapiñada En el garrapiñiero que se empana En la pana, en la paja, ahí Hay Cadáveres Fuente: Alambres, 1987 La grabación fue editada en cassette en 1989
Ricardo Piglia (1941) La ciudad ausente (1992) Junior estaba en un bar de Retiro, comiendo salchichas y tomando cerveza y esperando ver llegar a la chica del teléfono. Un viejo baldeaba el andén vacío y el movimiento recién empezaba. La estación estaba casi fuera de uso y los trenes al Tigre funcionaban con una periodicidad incierta. Una mujer se le acercó para preguntarle si las líneas todavía andaban. Eran las seis de la mañana y la ciudad empezaba a tomar ritmo, tenía que estar atento a los movimientos sin parecer demasiado inquieto. Vigilaba la salida del subte y el hall; los ojos, como pequeñas 129
cámaras clandestinas, fotografiaron el movimiento del auto que acababa de detenerse en la entrada de uno de los andenes para descargar los diarios de la mañana. Era la segunda edición del día. No sabían qué decir y acumulaban las noticias. Las patrullas controlaban la ciudad y había que estar muy atento para mantenerse conectado y seguir los acontecimientos Fuente: La ciudad ausente, 1992
Manuel Puig (1932-1990) Boquitas pintadas (1969) El día jueves 23 de abril de 1937 el sol salió a las 5:50. Soplaban vientos leves de norte a sur, el cielo estaba parcialmente nublado y la temperatura era de 14 grados centígrados. Nélida Enriqueta Fernández durmió hasta las 7:45, hora en que su madre la despertó. Nélida tenía el pelo dividido en mechones atados con tiras de papel, mantenidos en su lugar por una redecilla negra que ceñía el cráneo entero. Una enagua negra hacía las veces de camisón. Calzó un par de alpargatas viejas sin talonera. Tardó 37 minutos en componer el peinado diario y maquillarse, interrumpida por cinco mates que le alcanzó su madre. Mientras se peinaba pensó en los entredichos del día anterior con la cajera de la tienda, en la inconveniencia de desayunarse con café con leche acompañado de pan y manteca, en la languidez de estómago que habría de sentir a las once de la mañana, en la conveniencia de tener en el bolsillo un paquete de pastillas de menta, en el paso siempre animado y rápido de la caminata a mediodía de vuelta a su casa, en los forcejeos consabidos con Juan Carlos la noche anterior junto al portón de su casa, y en la necesidad de quitar las manchas de barro de sus zapatos blancos con el líquido apropiado. Al maquillarse pensó en las posibilidades seductoras de su rostro y en las distintas opiniones escuchadas sobre el efecto positivo o negativo del sombreado natural de las ojeras. A las 8:30 salió de su casa. Vestía uniforme de algodón azul abotonado adelante, con cuello redondo y mangas largas. A las 8:42 entró en la tienda Al Barato Argentino. A las 8:45 estaba en su puesto detrás de la mesa de empaquetar, junto a la cajera y su caja registradora. Los demás empleados, veintisiete en total, también se dispusieron a ordenar sus puestos de trabajo. A las 9 horas se abrieron las puertas al público. Fuente: Boquitas Pintadas, 1993
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Ernesto Sabato (1911-2011) Sobre héroes y tumbas (1961) Un sábado de mayo de 1953, dos años antes de los acontecimientos de Barracas, un muchacho ato y encorvado caminaba por uno de los senderos del parque Lezama. Se sentó en un banco, cerca de la estatua de Ceres, y permaneció sin hacer nada, abandonado a sus pensamientos. Fuente: Sobre héroes y tumbas, 1961
Matilde Sánchez (1958) Los daños materiales (2010) Verán ustedes, la avenida Warnes tiene unas manzanas de petits hoteles y caserones elegantes. Pero a la tercera cuadra se angosta y desbarranca en una de las calles más horrendas de la ciudad. Es el imperio de las gomerías y los negocios de autopartes y a las seis de la tarde todo queda blindado detrás de persianas anti-robo. Todo se desguaza allí, todo entra en descomposición y se fragmenta y subdivide hasta alcanzar el tamaño de un tornillo. Al cabo de tres días feriados hasta parecía liberarse la carga de los materiales debido al encierro, las baterías y bujías producían un goteo eléctrico y casi podía uno tocar los iones, agrupados en racimos y colgando de las persianas. Y unas cuadras después, dado que la fealdad no conoce límite y siempre es posible afearse más y más, la calle tortuosa cede otra vez a su pulsión de baldío y se amplía en una avenida con galpones ferroviarios, depósitos de madera y cartones, y paredones mugrosos donde se inscriben consignas; y se vuelve tan irreconocible la ciudad, tan desprovista de señales en común, que se tiene la impresión de haber cruzado una frontera. Warnes es el no va más, es el fin de todo lo conocido, no es un lugar sino un tiempo, el futuro degradante al que yo cruzaba ahora. Fuente: Los daños materiales, 2010
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Ariel Schettini (1966) “La Media Sombra” (poema inédito) Cuando la noche cae soy otra. Porque el día es otro y porque cuando el día cae, es la noche. El día, la noche. El di, la no. Pero pude haber dicho: cuando el día cae, Exánime como queda por haber sido día todo el día, Viene la noche y lo transforma, Como si fuera un bicho, un animal, una bestia. La noche feroz se levanta Y el día ya no es el día, es la noche. El proceso se llama la media sombra. Las plantas dejan de liberar oxígeno y comienzan a darle carbono al aire; la media sombra también ataca. como un manto cae como una bestia, la media sombra. Soy una araña pollito, o una tarántula que hace de la oscuridad su tela. Que teje durante el día lo inevitable de la noche. Dejo de respirar, a la media sombra nadie respira, como una araña. Le das lo que quiere, la ponés en ese estado y así seducida, deja de respirar. Rafael Spregelburd (1970) Apátrida, doscientos años y unos meses (2011) Schiaffino: -No, señor. Yo no confundo nada. Salvo lo que está ya desde un vamos confundido. Cada una de estas naciones conserva en sus museos, palacios y jardines, la obra de sus grandes artistas nacionales, junto a la de sus artistas primitivos. Las hay inciertas, las hay cándidas, a veces grotescas y también -¿por qué no?- rudas; mas cada una de ellas guarda en su seno una partícula del genio de la raza cual un empolvado frasco aún conserva
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el relente de antiguo perfume ya secado. El visitante inteligente las contempla. Que en ellas yace, latente, el germen que inspira una nación. Gloria futura. Que nuestros hombres de gobierno, nuestros críticos, se preocupen de esta cuestión porque es vital al desarrollo del arte nacional, en vez de mandar buscar a Europa Tamburinis cuando aquí tenemos arquitectos. Pues aquí no, ahí lo han tenido a Francesco Tamburini diseñando el edificio, el símbolo, el cimiento: la Casa Central de Policía, barroca y antipampa como pocas, o ese teatro al que llamarán Colón, o cualquier cosa, y el colmo: nuestra propia casa de gobierno diseñada así por extranjero y pintada –¡por Dios!- de rosa y al capricho. ¿De veras puede la cabeza de un Estado habitar en esa casa, ese merengue que la historia, que el tiempo y las vanguardias harán el blanco de cuanta burla les dicte el terco ingenio diciendo “el presidente tal se asoma al balcón equis de la oficial, leal Casa Rosada? Pues no, así funciona nuestro Estado, prefiriendo cualquier pseudo-artista que nos llega con miras comerciales, y dejando hostilizar –como se ha hechoa toda una corporación de artistas nacionales por el grave –gravísimo- delito de ser argentinos.” Fuente: Apátrida, doscientos años y unos meses, mayo de 2011
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Rodolfo Walsh (1927-1977) Operación Masacre (1957) –¿Qué nos van a hacer? –pregunta uno. –¡Camine para adelante! –le responden. –¡Nosotros somos inocentes! –gritan varios. –No tengan miedo –les contestan–. No les vamos a hacer nada. ¡NO LES VAMOS A HACER NADA! Los vigilantes los arrean hacia el basural como a un rebaño aterrorizado. La camioneta se detiene, alumbrándolos con los faros. Los prisioneros parecen flotar en un lago vivísimo de luz. Rodríguez Moreno baja, pistola en mano. A partir de ese instante el relato se fragmenta, estalla en doce o trece nódulos de pánico. Fuente: Operación Masacre, 2004
6. Escritores (por orden de aparición) Edgardo Cozarinsky, Manuel Mujica Lainez, Jorge L. Borges, Rafael Spregelburd, Martín Kohan, Ernesto Sabato, Rodolfo Walsh, Néstor Perlongher, Sylvia Molloy, Arturo Carrera, Gabriela Cabezón Cámara, Leónidas Lamborghini, Washington Cucurto, María Moreno, Ariel Schettini, Raúl González Tuñón, Silvina Ocampo, Gabriela Massuh, Copi, Tamara Kamenszain, Julio Cortázar, Daniel Link, Matilde Sánchez, Ricardo Piglia, Manuel Puig, Fogwill, Gabriela Bejerman, Osvaldo Lamborghini, Alan Pauls, Isol.
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La escritura y la vida Daniel Link La escritura una heterotopía. No un lugar real, ni un espacio utópico, sino un diferencial. Las utopías mantienen con el espacio real de la sociedad una relación general de analogía directa e inversa: una “escuela” (la institución escolar) supone una utopía (ilocalizable) de escolarización. En cambio, especies de lugares que están fuera de todos los lugares, aunque sean, sin embargo, efectivamente localizables, las heterotopías guardan con las utopías una relación de espejo (o que constituyen, con ella, una experiencia mixta, medianera: y las fotos distribuidas en esta pared constituyen una medianera). El espejo es una utopía, porque es un lugar sin lugar. En el espejo, me veo donde no estoy, en un espacio irreal que se abre virtualmente detrás de la superficie, estoy allá, allá donde no estoy, especie de sombra que me permite mirarme allá donde estoy ausente. Lo mismo podría decirse de esta serie de retratos de escritores, cuyas voces resuenan enfrente, en un espacio baldío: a partir de la mirada de Sebastián Freire, del fondo de este espacio virtual que está del otro lado del retrato, me reconstituyo allí donde (no) estoy. ¿Qué relación hay entre estas imágenes en medianera reunidas por Sebastián Freire y las voces que suenan en el espacio baldío que las enfrenta? Se trata, apenas, de una atracción recíproca: la del escritor respecto de un tono, un registro, un tema, unos caracteres, una música, un vocabulario, unas imágenes; y las del tono, el registro, el tema, los caracteres, la música y el vocabulario respecto del escritor. Al mirarse en el espejo de su propia escritura, el escritor debería ser capaz de descubrir, sobre todo, su propia ausencia en el lugar que ocupa. Escribir es encontrar la zona de vecindad, de indiscernibilidad o de indiferenciación tal, que ya no se sepa más de qué lado del espejo uno está, y en cuanto a lo dicho, la escritura es el conjunto de caminos indirectos que permiten poner de manifiesto la vida en las cosas. Se escribe para devenir (del otro lado de la medianera, en el baldío) un pueblo ausente, un átomo de vida.
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Artistas/Escritores Sergio Avello
Gabriela Bejerman
(Buenos Aires, 1964 - 2010) www.avello.com.ar Durante la década del 80 expuso y organizó eventos en espacios públicos y realizó series de pinturas sobre madera en torno a la abstracción, producciones de arte lumínico y trabajos como musicalizador. Su obra fue laboratorio de pruebas y territorio de intimidad. Desplegó su creatividad nutrida de la música y el diseño, la moda y la tradición artística universal. Prefiguró las vertientes de la neoabstracción de los años 90 e incluyó la performance. Avello pintó geometrías y disparatadas líneas, creó cajas lumínicas, luces danzantes. Sauna en la Zona, muestra emblemática de la efervescencia democrática de 1983, lo presentó en sociedad. En 1989 realizó su primera exposición individual y en 1997 participó en el Programa de Becas para Artistas Jóvenes coordinado por Guillermo Kuitca. Obtuvo becas del Fondo Nacional de las Artes y de la Fundación Antorchas para subsidiar la producción de sus instalaciones. Participó en el envío argentino a la IV Bienal del Mercosur en 2003 y en 2006. En esta última, su trabajo con la luz incluyó la memorable gran instalación lumínica con los colores de la bandera nacional, que se prendía, se apagaba y volvía a arrancar, de a poco y con dificultades, como el país, una historia de múltiples avances y retrocesos. Falleció en Buenos Aires, en mayo de 2010.
(Buenos Aires, 1973) gabrielabejerman.blogspot.com.ar Vive y trabaja en Buenos Aires. A mediados de la década del ´90 revistas y publicaciones especializadas empezaron a publicar sus poemas. Su primer libro Alga (Siesta, 1999) es considerado por la crítica fundamental para entender lo que se llamó poesía de los 90. Además publicó Crin (Belleza y Felicidad, 2001) y Pendejo (Eloísa Cartonera, 2003). Fundó junto a Gary Pimiento la revista Nunca nunca quisiera irme a casa, que nucleó un nuevo público en Buenos Aires: escritores jóvenes, DJs, músicos, diseñadores, artistas plásticos, etc. Es cantante y performer. Colabora frecuentemente en Radar Libros. Poemas suyos han sido traducidos al inglés y al alemán.
Oscar Bony (Misiones, 1941 - Buenos Aires, 2002) Luego de finalizar sus estudios secundarios se estableció en Buenos Aires. Expuso por primera vez en la Galería Rubbers en 1964; ese mismo año participó del Premio de Honor Ver y Estimar, y comenzó a aproximarse al Instituto Di Tella. En 1965 presentó en su auditorio el ciclo de cortometrajes experimentales Fuera de las formas del cine. Al año siguiente participó del Festival Argentino de Formas Contemporáneas o Antibienal, en paralelo con la III Bienal Americana de Arte (Córdoba), y envió obras a Opinião 66, realizada en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro.
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En 1967 y 1968 participó de las Experiencias Visuales del Instituto Torcuato Di Tella, donde presentó Sesenta metros cuadrados de alambre tejido y su información y La familia obrera, respectivamente. Entre 1969 y 1976 viajó por los Estados Unidos y Europa. Luego de obtener el Primer Premio de Ridder en 1976 se exilió en Italia. En 1988 regresó a Buenos Aires. En 1993 presentó la serie De memoria, en la Fundación Banco Patricios, donde aparece por primera vez el balazo que se repetirá posteriormente en su producción. En 1995 presentó la performance El límite en la Bienal de Venecia.
Gastón Bourquin (Suiza, 1890 - Buenos Aires, 1950) Llegó a la Argentina en 1913 como ayudante del fotógrafo Juan Pi, instalado en San Rafael, Mendoza. Cuando una tormenta de granizo destruyó el estudio de Pi, Bourquin viajó a Buenos Aires, donde se radicó definitivamente. Al poco tiempo de arribar realizó una serie de cuarenta mil postales con vistas de la ciudad. Atraído por los paisajes urbanos y rurales, desde fines de la década de 1910 recorrió el país en múltiples viajes, fotografiando los lugares y sus habitantes. Muchas veces coloreaba a mano las fotografías. Con los registros fotográficos de estos viajes publicó almanaques, álbumes, series de tarjetas postales y también, a inicios de la década de 1920, el libro Misiones y Cataratas del Iguazú. En 1932 estableció una sociedad con Federico Kohlmann y comenzó a editar postales bajo sello común. Su archivo fotográfico se conserva en el Museo de la Ciudad, Buenos Aires.
Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899 - Suiza, 1986) Comenzó a escribir a temprana edad. En 1923 publicó su primer libro, Fervor de Buenos Aires. En 1924 fundó junto a Ricardo Güiraldes la revista Proa. En 1940 junto con Silvina Ocampo y Adolfo Bioy Casares publicó Antología Poética Argentina. Ha escrito una extensa y prolífica obra. Entre sus cuentos: El jardín de los senderos que se bifurcan (1941), Ficciones (1944), El Aleph (1949) y El informe de Brodie (1970). Entre sus ensayos: Inquisiciones (1925), Evaristo Carriego (1930), Discusión (1932) y El Congreso (1971). Entre sus poesías: El hacedor (1960), El otro, el mismo (1964), Historia de la noche (1977) y Los conjurados (1985). Sus obras fueron difundidas en el mundo entero y traducidas a veinticinco idiomas. Entre sus innumerables cargos y distinciones se destacan: miembro de la Academia Argentina de Letras, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (1950), director de la Biblioteca Nacional (1955-1973), Ciudadano Ilustre de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (1973).
Gabriela Cabezón Cámara (Buenos Aires, 1968) Es periodista y escritora. Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires. Ha publicado relatos en diversas revistas literarias. En 2006 participó de la antología Una terraza propia. Actualmente trabaja para diversos medios gráficos de la Argentina. “La Virgen Cabeza” es su primera novela.
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Arturo Carrera (Buenos Aires, 1948) Poeta, ensayista y traductor. Publicó, entre otros libros de poesía, Escrito con un nictógrafo (1972), Oro (1975), Arturo y yo (1983), La banda oscura de Alejandro (1994), El vespertillo de las parcas (1997), Children’s corner (1999), Tratado de las sensaciones (2001), Carpe Diem y Potlatch (2004), La inocencia (2006), Las cuatro estaciones (2008); y los libros de ensayo Nacen los otros (1993) y Ensayos murmurados (2009). Su obra fue traducida a varios idiomas, y tradujo obras de Bonnefoy, Michaux, H. de Campos, Ashbery y Pasolini. Fue invitado a dictar cursos y conferencias en casas de estudio nacionales e internacionales. Recibió el Premio Nacional de Poesía M. Kohen (1985), la Beca Antorchas (1990), la Beca Guggenheim (1995), el Primer Premio Municipal de Poesía (1998) y el Premio de Poesía Hispanoamericana Festival de la Lira en Ecuador (2009). Oscar Conti (Oski) (Buenos Aires, 1914 - 1980) Dibujante argentino. Su humor dio vida a personajes petrificados por la historia, introduciéndolos en la vida cotidiana, creando, de esta manera, situaciones estrafalarias, reflejo de su visión absurda de la vida. Oski publicó su primer dibujo en la revista Cascabel en 1942 y colaboró en revistas argentinas y de otros países, tales como Rico tipo, Vea y lea, Cabalgata, El hogar, y en los diarios Clarín y Ja. Es autor de numerosos libros de dibujos, como Bruta antología Oski (1952) y Vera historia de Indias (1958).
Horacio Coppola (Buenos Aires, 1906 - 2012) Estudio Derecho en la Universidad de Buenos Aires. Presidió la fundación del primer Cine Club de Buenos Aires. En 1930 publicó dos fotografías en la primera edición del libro Evaristo Carriego de Jorge Luis Borges. En 1930-31 realizó un viaje de estudios a Europa, donde adquiere una cámara Leica, y a su regreso comienza a fotografiar exclusivamente Buenos Aires. Publicó por primera vez estas fotografías con el nombre Siete temas de Buenos Aires en la revista Sur. En 1932 viajó a Berlín donde asistió al Departamento de Fotografía de La Bauhaus, dirigido por Walter Peterhans. En 1936 publicó Buenos Aires 1936 (visión fotográfica) y filma en 16 mm Así nació el Obelisco. En 1937 fundó un estudio de fotografía con Grete Stern. Entre otros libros, publica La Plata a su fundador, Viejo Buenos Aires adiós y Una lección de arquitectura. A partir de 1960 comenzó a incursionar en la fotografía en color. En 1968 expone en el Teatro San Martín Cien fotografías de Buenos Aires. Al año siguiente el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires le dedica una gran exposición Cuarenta años de fotografía que fue exhibida en 1971 en la Universidad de Austin, Texas. En 1984 crea el Grupo Imagema, con el que expone en varias oportunidades en el Museo de Arte Moderno.
Julio Cortázar (Bélgica, 1914 - Francia, 1984) En 1948 obtiene el título de Traductor Público de Inglés y Francés. Un año más tarde, publica, por primera vez con su nombre, el poema dramático Los reyes. En
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1951 obtiene una beca del gobierno francés y viaja a París. Allí publica Bestiario, su primer libro de cuentos. En 1956 publica el libro de cuentos Final del juego y la traducción de los cuentos completos de Edgar Allan Poe. En 1959, se edita Las armas secretas, que incluye el relato El perseguidor. En 1962 publica Historias de cronopios y de famas. En 1963 edita su famosa novela Rayuela. En 1966 publica el libro de cuentos Todos los fuegos el fuego. En 1968 le sigue 62/Modelo para armar. Considerado uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general, y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en Latinoamérica, rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal y donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad psicológica pocas veces vista hasta entonces.
Edgardo Cozarinsky (Buenos Aires, 1939) Escritor, cineasta y dramaturgo. En 1974 se radicó en París (Francia), desde donde forjó una carrera internacional como cineasta. Desde principios de 2000 pasa la mayor parte del tiempo en Buenos Aires. Algunos de sus libros, traducidos a varios idiomas, son Vudú urbano (1985, con prólogos de Susan Sontag y Guillermo Cabrera Infante), La novia de Odessa (2001), El rufián moldavo (2004), Maniobras nocturnas (2007), Lejos de dónde (2009). Entre sus films: La guerre d’un seul homme (1981), Guerreros y cautivas (1989), Le Violon de Rothschild (1996),
Fantômes de Tanger (1997), Ronda nocturna (2005). Su obra cinematográfica mereció homenajes en París (Musée du Jeu de Paume), Lisboa (Cinemateca Portuguesa) y Buenos Aires (Bafici). Obtuvo el Premio Literario La Nación (PK) (1973), compartido con José Bianco, y el Primer Premio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por La novia de Odessa.
Washington Cucurto (Buenos Aires, 1973) www.elortiba.org/cucurto.html Washington Cucurto es escritor y poeta. Aunque su nombre real es Santiago Vega, él prefiere que lo llamen simplemente “Cucu”. Su obra siempre recurre a las minorías y a los marginales y entre sus publicaciones se destacan Cosa de negros (2003) y Las aventuras del señor maíz (2005). Además creó Eloisa Cartonera, una editorial que publica libros de autores inéditos latinoamericanos, realizados con cartón. Actualmente está terminando una biografía de Don Ramón, personaje del Chavo del 8.
Alicia D’Amico (Buenos Aires, 1933 - 2001) Se graduó en 1953 en la Escuela Nacional de Bellas Artes como Profesora de Dibujo y Pintura. Fue becada por el gobierno francés, estudió fotografía con su padre Luis D’Amico y luego con Annemarie Heinrich. Ejerció la docencia en la Escuela Argentina de Fotografía. Desde 1960 hasta 1983 trabajó en conjunto con Sara Facio, con quien fundó La Azotea, la primera editora fotográfica en América del Sur. Fue, a su vez, cofundadora del Consejo Argentino de Fotografía y del Consejo
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Latinoamericano de Fotografía. Intervino con ponencias escritas y textos para catálogos y talleres en Francia, Italia, Suiza y México. Recibió numerosos premios, entre ellos: Artista de la Federation International de L’Art Photographique (Suiza, 1965), Primer Premio en el Concurso de Países Escandinavos (Dinamarca, 1969) y el Premio Alicia Moreau de Justo (1985). Algunos de sus libros y trabajos publicados son: Buenos Aires, Buenos Aires (1968), Humanario (1976) y Cómo tomar fotografías (1977).
Raúl Damonte Taborda “Copi” (Buenos Aires, 1939 - 1987) Escritor, dibujante, humorista, dramaturgo y actor. En los años 50 publica sus caricaturas en Tribuna Popular. Crea La mujer sentada para Tía Vicenta y, tras radicarse en París, su publicación, bajo el título de La femme assise en Le Nouvel Observateur (1964-74), le otorga notoriedad. Integra el Grupo Pánico junto a Fernando Arrabal y Alejandro Jodorowsky. Desde 1966 sus obras comienzan a estrenarse en Francia bajo la dirección de Jorge Lavelli, entre ellas: Eva Perón (1969), La heladera (1983, interpretada por él mismo) y La noche de la señora Luciana (1985). En 1984 lleva a escena La femme assise junto al Grupo TSE. Escribió varios relatos y las novelas La vida es un tango y La Internacional Argentina. Obtuvo el Gran Premio de Literatura Dramática del Ayuntamiento de París.
Facundo de Zuviría (Buenos Aires, 1954) www.facundodezuviria.com Entre 1983 y 1989 trabaja en el Programa
Cultural en los Barrios de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, fotografiando la ciudad y su gente, y organizando cursos y talleres barriales de fotografía. Entre 1989 y 1991 dirige los proyecto de rescate y preservación del patrimonio fotográfico de la Argentina en la Fundación Antorchas, diseñando una Fototeca Argentina y un programa archivista de aplicación nacional. En 2009 crea, junto con Marjan Groothuis, una colección de fotografía para Rabo Bank de Argentina, la más importante del país en su género. Entre sus principales exposiciones individuales se pueden mencionar Fotografías (Museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino, Rosario, 1982); Buenos Aires Maintenant (Galerie Agathe Gaillard, París, 1987); Kermesse (XXI Bienal Internacional de Arte, San Pablo, 1991); Estampas porteñas (Sala Cronopios, Centro Cultural Recoleta, Buenos Aires, 1996); Siesta argentina (Galería Dabbah Torrejón, Buenos Aires, 2003, y Centro Villa Elizabeth, Berlín, 2004); La Ciudad en Diálogo (junto con Horacio Cóppola, Fundación PROA, Buenos Aires, 2006, y Museo de Arte Moderno de Cartagena, 2008); Acerca de Buenos Aires (Biblioteca Nacional, Buenos Aires, 2008); Proa en la Boca (Fundación PROA, Buenos Aires, 2009), BA+DF (junto con Nacho López, Marco Antonio Cruz y Horacio Cóppola, en las Rejas de Chapultepec, Mexico DF, gigantografías en la vía pública), y Buenos Aires, dos miradas (junto con Horacio Coppola, Museo de Bellas Artes, Caracas, 2011). Ha publicado varios libros con su trabajo más personal.
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Juan Di Sandro
Leandro Erlich
(Italia, 1898 - Buenos Aires, 1988) Llega a Buenos Aires con sólo doce años de edad. En 1914 ingresa como fotógrafo al diario La Nación. Sus primeros temas giran en torno a fábricas, interiores y objetos para sus anuncios publicitarios. Poco a poco, se especializa en fotografía industrial. Es el comienzo de una extensa y exitosa carrera, pero también de una vida dedicada al fotoperiodismo. Las fotos de las llegadas del Plus Ultra (1926) y del Zeppelin (1934), la inauguración del primer tramo de la Av. 9 de Julio (1937), el incendio de la tienda porteña El Coloso (1937) y el Buenos Aires nocturno poseen un enorme valor documental. No ha de extrañar pues que en 1942 acceda al Primer Salón de la Fotografía Periodística, organizado por el Círculo de la Prensa, ni que un año después exponga por primera vez en el Foto Club Argentino. Promediando la década del 50 se incorpora al proyecto Carpeta de los Diez, el primer grupo independiente de la fotografía argentina integrado por los retratistas Annemarie Heinrich, Anatole Saderman, Hans Mann, Jorge Friedman, Alex Klein, Fred S. Schiffer, Ilse Mayer, José Malandrino, Max Jacoby y Pinélides Fusco. Después de 55 años de actividad ininterrumpida, en 1968 se jubila como jefe de fotografía de La Nación. No obstante, continua colaborando allí hasta 1976. Entre 1970 y 1981 se acentúa el reconocimiento internacional de la mano de las muestras Casa de la Argentina (en Roma) y Fotografía Lateinamerika (en Zurich).
(Buenos Aires, 1973) www.leandroerlich.com.ar Estudia en la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. En 1992 obtiene la Beca del Fondo Nacional de las Artes y en 1994 la de la Fundación Antorchas para concurrir al taller de Barracas dirigido por Pablo Suárez y Luis Benedit. A través de los simulacros de fragmentos de espacios cotidianos, somete al espectador a paradójicas situaciones, donde la realidad y lo virtual se confunden, incitando, por medio de estos trampantojos, contradictorias percepciones, sutiles comprensiones y poéticas sensaciones. Los temas recurrentes en su obra son la realidad y la apariencia, lo ilusorio y el extrañamiento. Sus trabajos alteran el campo perceptivo, exigen concentración y sacuden al espectador. Desde hace más de diez años, exhibe internacionalmente su obra. Vive y trabaja en Buenos Aires y París.
Arturo Eusevi (León, 1860 – Buenos Aires, 1933) Dibujante y pintor español. Llegó a la Argentina en 1888 contratado como escenógrafo del teatro Onrubia de Buenos Aires. Precisamente en el sótano de este edificio se realizaron las primeras exposiciones de La Colmena Artística, en la cual Eusevi tuvo una activa participación como promotor y expositor. Intervino, junto con Pellicier, Fray Mocho, Mayol, Cao y Zavattaro, en la fundación de la revista Caras y Caretas, donde realizó la tapa correspondiente al Número del Centenario (1910) y fue uno de sus ilustradores habituales. Actuó también en los Sucesos
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de la Semana, Almanaque Peuser, los diarios La Prensa y La Nación y las revistas Fray Mocho y P.B.T. entre otras. Fue además director artístico de la Compañía Sudamericana de Billetes de Banco, donde se imprimía el papel moneda.
Sara Facio (Buenos Aires, 1932) Fotógrafa, curadora y profesora nacional de Dibujo. En 1985 crea y dirige la Fotogalería del TMGSM hasta 1998. Becaria del Gobierno de Francia (1960-65) estudió Artes Visuales en París. Desde 1960 hasta 1985 trabajó con Alicia D’Amico (PK). Junto a María Cristina Orive fundó en 1973 la editorial fotográfica La Azotea que publicó Sara Facio-Retratos (1992) y Pablo Neruda, su vida en 150 fotos (1988), entre otros. Retrató a Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares, entre otros. Escribió en los diarios La Nación, La Voz y en revistas. Editó y prologó los libros Witcomb, Nuestro ayer (1992), La fotogalería del San Martín (1990), Grete Stern (1988), Annemarie Heinrich (1987) y Martín Chambi (1986). Sus libros y fotografías se hallan en la Biblioteca Nacional de París, en la del Congreso de Washington y en el Museo de Arte Moderno de San Pablo, Brasil. Expuso en museos de la Argentina, Brasil, México, EE.UU., Francia, Inglaterra, Italia y Holanda.
Estanislao Florido (Buenos Aires, 1977). Estudio en la Escuela Nacional de Bellas Artes Pridiliano Pueyrredon. Desde hace unos años su obra transita entre los lenguajes de video y pintura. Realizó
muestras individuales en Fundación Klemm, Galería 713 Arte Contemporáneo y Alianza Francesa de Buenos Aires , y participó de exhibiciones colectivas en MAMBA, Fundación Klemm, Galería Ruth Benzacar, Fundación Telefónica, Fundación Osde, Centro Cultural Recoleta, Galería Appetite, Casa 13, Galería Wussman, Centro Cultural Borges, MACBA, Proyecto A y Malba, entre otras instituciones. Su obra ha sido exhibida en Brasil, Chile, España, Bolivia, Estados Unidos, México, Francia y Rusia. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Rodolfo Fogwill (Buenos Aires, 1941-2010) Escritor y sociólogo (UBA). Editor de una legendaria colección de libros de poesía. Ensayista y columnista especializado en temas de comunicación, literatura y política cultural. Antes de dedicarse a la escritura, se desempeñó como empresario y directivo de empresas de marketing y publicidad. Alcanzó mayor notoriedad a partir de 1980, tras obtener el primer premio en un certamen literario organizado por Coca Cola con su cuento Muchacha Punk. Muchas de sus obras integran antologías publicadas en Cuba, México, España y EE.UU. Entre sus publicaciones se destacan: Vivir afuera, La experiencia sensible, En otro orden de cosas, Urbana, Los Pichiciegos, Los relatos de Runa, Lo cristalino y las colecciones de poemas Lo dado, Canción de Paz y Nosotros hemos, entre otras. Obtuvo la beca Guggenheim para la creación literaria (2003) y el Premio Nacional de Literatura (2004), entre otros reconocimientos y distinciones.
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Ana Gallardo (Santa Fe, 1958) anagallardo.com Asistió a los talleres de Miguel Dávila, Víctor Grippo y Juan Doffo. Participó del Grupo de la X, formado por Jorge Macchi, Juan Paparella, Pablo Siquier y Ernesto Ballesteros, entre otros, con quienes expuso en 1987. Entre otras distinciones, en el 2000 obtuvo una Mención en el Premio Banco Nación a las Artes Visuales y en el 2001, una Mención en el V Premio Klemm. Ha recibido numerosas becas nacionales e internacionales y participado como artista y curadora en exposiciones colectivas e individuales en Rosario, Buenos Aires y México. Vivió en México y en España. En 2013 tuvo a cargo la selección de las obras de la Colección Tedesco para la exhibición Algunos Artistas / 90 – HOY. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Edgardo Giménez (Santa Fe, 1942) Artista autodidacta. En 1955 comenzó a interesarse en el arte a partir de su trabajo en una agencia de publicidad porteña. En la década de 1960 comenzó a diseñar afiches de exposiciones y a pintar óleos cercanos al arte pop. En 1963 inició la creación de objetos absurdos, como El mosquito de angora (1963) y La Mamoushka operada (1964). En 1965 realizó, junto a Dalila Puzzovio y Carlos Squirru, el póster ¿Por qué son tan geniales? que se instaló en la esquina de Florida y Viamonte. Expuso en La muerte (Galería Lirolay, 1964) y participó de Microsucesos (1965), junto a Marilú Marini y Miguel Ángel Rondano. En 1966 integró el Festival Argentino de Formas
Contemporáneas o Antibienal, de Córdoba. En 1967 presentó Ocho estrellas negras en el Premio Di Tella. En 1965, 1968 y 1970 participó de la Bienal Internacional del Afiche en Varsovia. Realizó escenografías para teatro, y para las películas Psexoanálsis y Los neuróticos. Entre 1980 y 1983 trabajó como Director de Arte del Teatro Municipal General San Martín, donde realizó el diseño de algunos afiches. En 1983 se ocupó de la gráfica del Teatro Colón, y entre 2000 y 2005, de la imagen cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Raúl González Tuñón (Buenos Aires, 1905-1974) Poeta argentino. Participó de la vanguardia literaria argentina de la década de los años 1920 y viajó luego a Europa. Vivió en París y en Madrid, ciudades en las que hizo amistad con poetas como Robert Desnós, César Vallejo, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Federico García Lorca y Pablo Neruda. Su obra se inicia con El violín del diablo, que publicó en Buenos Aires en 1926, a los 21 años. En 1928, y poco antes de embarcarse rumbo a Europa, González Tuñón publicó Miércoles de ceniza. Ya en París, escribió uno de los libros considerados fundamentales en su obra: La calle del agujero en la media, publicado en 1930. Poco más tarde, en 1936, publica otro de sus libros clave, La rosa blindada, inspirado en un levantamiento minero en la provincia española de Asturias. González Tuñón fue también periodista. Trabajó en el diario Crítica, y en el diario Clarín, donde escribió crítica de artes plásticas y crónicas de viajes. Influyó decisivamente en la cultura
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argentina de los años cincuenta y sesenta y es considerado uno de los fundadores de una corriente moderna de poesía urbana. Póstumamente se han publicado El banco en la plaza y Los melancólicos canales del tiempo.
Graciela Hasper (Buenos Aires, 1966) www.gracielahasper.com En la obra de Graciela Hasper la abstracción es entendida como la reducción del arte a su esencia: conceptos y sistemas, en las palabras de la artísta. A lo largo de su producción, como algunos de los artistas de los años noventa, Graciela Hasper revisa la abstracción geométrica ligada a los años 40 y al perceptismo de Lozza. La forma es utilizada como un transporte de contenido, no con el fin de representar sino para derivar una operación pictórica. Estudia pintura en el taller de Diana Aisemberg y asiste a diversos seminarios. En 1991 obtiene la Beca de la Fundación Antorchas para integrar el Programa de Becas para Artístas Jovenes coordinados por Guillermo Kuitca. Ejerció la docencia en el Centro Cultural Rojas entre l 2005 y el 2006 y participa de residencias en el exterior, entre ellas apex art, Nueva York, a partir de la beca Fullbright-Fondo Nacional de las Artes (2000-2001). En 2006 funda la Residencia internacional de Artistas en Argentina (RIAA), y en 2009, el Centro de Investigaciones Artísticas. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Annemarie Heinrich (Berlín, 1912 - Buenos Aires, 2005) Tras nacer en Berlín, se radica en Argentina en 1926. En 1930 abrió su primer estudio.
Realizó producciones fotográficas para cine, teatro, radio y fotonovela. Entre sus trabajos para los medios gráficos se destacan las fotografías publicadas en las tapas de revistas especializadas como Radiolandia y Antena, entre los años 1935 y 1976. En 1936 participó de la creación del Foto Club Argentino y en 1947 ya fue socia fundadora del mismo. Sus obras integran las colecciones permanentes del Museo Nacional de Bellas Artes, del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, del Museo Nacional de Cine, del Museo Mundial de Tango y de varios museos internacionales. En 1982 fue nombrada por la FIAP como Honorable Excelencia. En 1992, fue premiada por el Teatro Colón (PK) por contribuir a la cultura. Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Se retiró de la actividad profesional en 2001.
Tamara Kamenszain (Buenos Aires, 1947) Poeta y ensayista, estudió Filosofía en la Universidad Nacional de Buenos Aires hasta que comenzó a trabajar en el ámbito periodístico. Fue redactora del suplemento de cultura del diario La Opinión y colaboradora de Clarín (PK) hasta la actualidad. Directora de Actividades Extracurriculares del Centro Cultural Rojas (PK) desde su inicio (1984). Jurado en gran cantidad de concursos literarios. Dictó conferencias y recitales poéticos en diversas universidades de Latinoamérica y EE.UU.. Coordinadora de talleres en la UBA, en la Universidad de México y en la Secretaria de Cultura. Es profesora en la sede argentina de la Universidad de Nueva York. Entre
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sus obras se destacan: De este lado del Mediterráneo (1973), Los no (1977), La casa grande (1986), Tango bar (1998) y El ghetto (2003), que fueron traducidos a varios idiomas. Recibió la beca John Simon Guggenheim en poesía, la Medalla Presidencial Pablo Neruda y el Primer Premio Municipal de Ensayo, entre otros.
Leandro Katz (Buenos Aires, 1938) Artista, escritor y realizador argentino, conocido por sus películas y sus instalaciones fotográficas, sus obras incluyen proyectos de largo término que abordan temas latinoamericanos y que incorporan la investigación histórica, la antropología y las artes visuales. Sus muestras recientes incluyen Encuentros de Pamplona 72: fin de fiesta del arte experimental, en el Museo Reina Sofía, Madrid; Historia Natural, Henrique Faría Fine Art, Nueva York, Imán-New York (Proa, Buenos Aires), Arrebatos, diagonales y rupturas (curaduría de Bérénice Reynaud) en Fundación Telefónica, Buenos Aires, 2013 y la participación en 10000 Vidas - Bienal de Gwangju, Corea, 2010. Por sus trabajos, Leandro Katz ha recibido becas de la Fundación Guggenheim, el Fondo Nacional de las Artes en Estados Unidos, el Consejo de las Artes de Nueva York, la Jerome Foundation, la Rockefeller Foundation, y el Fondo Hubert Bals, Holanda, entre otras. Leandro Katz dictó clases en School of Visual Arts, Nueva York, ha sido miembro del Semiotics Program de Brown University, Rhode Island, y profesor de Producción
y Teoría del Cine en la Escuela de Arte y Comunicación de William Paterson University, Nueva Jersey. Desde el 2005 reside nuevamente en Buenos Aires.
Martín Kohan (Buenos Aires, 1967) Enseña Teoría Literaria en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad de la Patagonia. Ha publicado tres libros de ensayo: Imágenes de vida, relatos de muerte, Eva Perón, cuerpo y política (en colaboración con Paola Cortés Rocca) y Narrar a San Martín. Es también autor de dos libros de cuentos: Muero contento y Una pena extraordinaria, y de seis novelas: La pérdida de Laura, El informe, Los cautivos, Dos veces junio, Segundos afuera y Museo de la revolución. Vive y trabaja en Buenos Aires.
La Organización Negra (Buenos Aires, 1984) Conformado por un grupo de alumnos del Conservatorio Nacional de Arte Dramático, que un día toman la decisión de alejarse de él para buscar directamente en la práctica los móviles que identifiquen el trabajo en que están interesados. Sus etapas de búsqueda están diferenciadas de acuerdo a cada propuesta que concretan, pero fundamentalmente mantienen una línea de trabajo ligada a estimular al espectador a partir de acciones directas. Sus objetivos de investigación están directamente emparentados con el actor y su relación con el espacio y el espectador. Fueron parte de la vanguardia teatral porteña. En 1993 se disuelven como grupo y algunos de ellos fundan De la Guarda.
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Leónidas Lamborghini (Buenos Aires, 1927 - 2009) A partir de 1955 se dedicó al periodismo. Publicó 25 libros de poesía, tres novelas, una obra para teatro y ensayos sobre parodia y poesía gauchesca en los que recuperó el género y lo reformuló apelando a la risa, la tragedia, la mezcla, y el absurdo. Entre su obra poética se destacan: Saboteador arrepentido (1955), Las patas en las fuentes (1965), Partitas (1972), Episodios (1980), Circus (1986), Verme y 11 reescrituras de Discépolo (1988), Odiseo confinado (1992), Tragedias y parodias I (1994), Las reescrituras (1996), El jardín de los poetas (1999), Personaje en penehouse (1999), Carroña última forma (2001), Mirad hacia Domsaar (2003), La risa canalla (2004), Encontrados en la basura (2006), El jugador, el juego (2007) y El solicitante descolocado (2008). Su obra fue distinguida con los Premios Leopoldo Marechal, Boris Vian y Arturo Jauretche.
Osvaldo Lamborghini (Buenos Aires, 1940 - España, 1985) Era hijo de un ingeniero que trabajó para el gobierno del general Perón, por lo que Osvaldo fue en su juventud convencido peronista, aunque esto irá cambiando tras la publicación de su primer texto El Fiord. Era un delgado librito que se vendió mucho tiempo en una sola librería de Buenos Aires y acabó convirtiéndose en mítico para una generación. En 1973 apareció su segundo libro, Sebregondi retrocede. Tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976 marchó al exilio y se instaló en Barcelona, en España. César Aira realizó una recopilación de sus textos escritos en
Barcelona, donde publicó la novela Tadeys en 1983. En 1982 regresó ya enfermo a Mar del Plata, donde escribió la novela, Las hijas de Hegel. Luego regresó a Barcelona. Lamborghini rompió con los cánones de la literatura argentina cultivando una literatura cargada de imágenes de violencia física y corporal. Por otra parte, la manera en que expresaba su imaginario lo sitúa en la senda de Roberto Arlt, por la utilización de la jerga política y el lunfardo en sus textos.
Daniel Link (Buenos Aires, 1959) linkillo.blogspot.com Dicta cursos de Literatura del Siglo XX en la UBA. Editó la obra de Rodolfo Walsh y publicó, entre otros, los libros de ensayo Cómo se lee; Clases. literatura y disidencia; Leyenda. Literatura argentina: cuatro cortes y Fantasmas. Imaginación y sociedad; las novelas Los años noventa, La ansiedad, Montserrat y La mafia rusa; las recopilaciones poéticas La clausura de febrero y otros poemas malos y Campo intelectual y otros poemas y su Teatro completo. Es Miembro de la Associação Brasileira de Literatura Comparada y la Latin American Studies Association. Fue becario de la Fundación Guggenheim. Dictó conferencias y cursos de posgrado en las universidades Humboldt (Berlín), New York University (EE.UU.), Penn (EE.UU.), Princeton (EE.UU.), Tulane (EE.UU.) y Universidade Federal de Santa Catarina (Brasil). En 2007 estrenó su obra de teatro, El amor en los tiempos del dengue. Su obra fue parcialmente traducida al portugués, al inglés, al alemán y al italiano. Vive y trabaja en Buenos Aires.
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M777 (grupo activo entre 2000 - 2005) Mauricio Corbalán / Santiago Costa / Gustavo Diéguez / Lucas Gilardi / Daniel Goldaracena / Pío Torroja En el año 2000 se formó m777, un colectivo de arquitectura y urbanismo que se extendió hasta el año 2005. En esta experiencia efectuaron experimentos con elementos de sociología y arte en el proceso de diseño y construcción de edificios. La crisis institucional y social que Argentina vivió entre el 2001 y el 2002 fue una gran plataforma de experimentación en sociedades experimentales y nuevos dispositivos de interacción urbanos. En el año 2001 fueron parte del “Proyecto Venus” donde realizaron experiencias de autogobierno y economía con los miembros de la red. El impacto de Internet en las dinámicas urbanas y las posibilidades de colaboración online que surgieron a partir del uso masivo de la red, los llevó a investigar en las estrategias de conectividad “glocal” que proponen las nuevas herramientas de interacción que van apareciendo en internet. Durante el año 2006 se produce la transición a m7red, una red de recursos urbanos y políticos que articula diversos grupos, iniciativas y experimentos urbanos a través de dispositivos, publicaciones y encuentros.
Marcos López (Santa Fe, 1958) www.marcoslopez.com Cursa estudios de ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional. En 1978 comienza a tomar fotografías, año en el que obtiene una beca de perfeccionamiento
de Fondo Nacional de las Artes. En Buenos Aires se forma en los talleres de fotógrafos argentinos y extranjeros. Se desarrolla su carrera en la docencia, la gestión de proyectos y la curaduría de exposiciones. Su imagen fotográfica consolidada en la década del 90 en la serie pop latino integra los acervos de colecciones y museos nacionales e internacionales. En las obras de Marcos López los elementos pictóricos se mezclan con el lenguaje propio de la fotografía y con elementos teatrales y códigos propios de la publicidad. Lo artesanal, lo analógico, y lo digital juntos. Hay una puesta en escena que a la vez conserva algo de documental. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Liliana Maresca (Buenos Aires, 1951 - 1994) Cursa estudios en la Escuela Nacional de Cerámica. Toma clases de pintura con Renato Benedetti, de dibujo con Miguel Angel Bengochea y de escultura con Emilio Renart. Sus primeras apariciones públicas datan de 1983 cuando interviene en una exposición colectiva en el Estudio Giesso y poco tiempo después presenta su primera muestra individual en la revista El Porteño. Su producción incluye pinturas, objetos, escenografias, esculturas, instalaciones, performances y fotoperformances, así como la organización de eventos multidisciplinarios en espacios atípicos y los proyectos colectivos La Kermesse, El Paraíso de las bestias (1986) Lavarte y La Conquista (1991-1992), entre otros, en colaboración con artistas como Marcos López. Sus trabajos recogen el espíritu neo-dadá, los modelos minimalistas y las
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estrategias conceptuales que dominaron el panorama artístico de la segunda mitad del siglo, entrecruzados con el repertorio iconográfico de la alquimia y de las búsquedas espiritualistas en general, valiéndose de los recursos tecnológicos que la época le ofrecía, sin olvidar en ningún caso la necesaria elaboración poética. En Maresca existió la voluntad de situarse fuera de las convenciones y también el deseo de explorar hasta el límite ciertos territorios. Estos principios que la han ubicado en un plano de resistencia, son los que proveen de substancia única a toda su obra.
Gabriela Massuh (Tucumán, 1951) Estudió letras en la UBA y se doctoró en la Universidad de Nüremberg (Alemania) con una tesis sobre Borges. Fue docente universitaria, periodista cultural, y tradujo a Kafka, Heiner Müller, Camus, Schiller, Brecht, Enzensberger, entre otros. Desde la dirección cultural del Instituto Goethe Buenos Aires, que ejerce desde hace varios años, editó Formas no políticas del autoritarismo, Benjamin en América Latina, ExArgentina (IZ, 2004) y La Normalidad (IZ, 2006). La intemperie es su primera novela.
Gian Paolo Minelli (Suiza, 1968) www.gianpaolominelli.com Llegó a Buenos Aires en 1999 y desde entonces vive entre Suiza y la Argentina. Aquí, en Buenos Aires, desarrolló sus series Zona Sur (2000 – 2010); Playas (2004 – 2008); Galpón Colón (2004 – 2005), y Cárcel de Caseros (2000–2002). En estos trabajos, que Minelli denomina ’’ensayos
fotográficos“, ya que los considera un desarrollo de ideas más que una secuencia de fotografías, ofreció diversas respuestas a la forma y el funcionamiento de la ciudad. Investigó el urbanismo y la vida en Villa Lugano, con el auspicio de la Città di Lugano, Suiza (2008). Realizó el libro Buenos Aires, Argentina. Villa Lugano 2008–2009 (2009) y lo presentó con una exposición en la Città di Lugano (2009) y con la presente muestra en el Centro Cultural Recoleta (2010). Editó y publicó los libros Zona Sur, Barrio Piedra Buena, Buenos Aires, Argentina, 2001–2006 (2007); Cárcel de Caseros 2000–2002 (2003); Transfer (1999); Buenos Aires: Encuentro con treintas artistas (1997); Notturni (1997). Recibió su gran formación de Gabriele Basilico y estudió también con René Burri, entre otros artistas. Vive y trabaja en Suiza y Buenos Aires.
Marta Minujín (Buenos Aires, 1941) www.marta-minujin.com Estudió en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano. Entre 1961 y 1964 repartió su tiempo entre París y Buenos Aires, gracias a sucesivas becas otorgadas por el gobierno francés. Allí se vinculó con los artistas del Nouveau Réalisme. En 1963 realizó La destrucción, su primer happening, con la participación de Christo, Robert Filiou y Jean-Jacques Lebel, entre otros. Al regresar a Buenos Aires, ganó el Premio Nacional del Instituto Torcuato Di Tella (1964). En 1965 realizó La menesunda con Rubén Santantonín, y al año siguiente viajó a Nueva York. En esa ciudad, su obra se volcó hacia los medios de comunicación de masas.
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Ganó la Beca Guggenheim con el proyecto Minuphone (1967). Durante los años setenta, dividió su tiempo entre los Estados Unidos y la Argentina. Hacia el final de la década, desarrolló proyectos de participación masiva como El obelisco de pan dulce (1978) y El Partenón de libros (1983). En los ochenta realizó esculturas fragmentadas y grandes instalaciones. El Museo Nacional de Bellas Artes le dedicó una retrospectiva en 1996, y el Museo de Arte Latinoamericano presentó otra con el título Marta Minujín. Obras, 19591989 en 2010. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Secreto de familia (2003), Numeralia (con textos de Jorge Luján, 2007), La bella Griselda (2010) y Nocturno (2011). Entere sus premios se cuentan una Mención en el I Concurso Ilustrado A la orilla del viento y la Manzana de Oro en la Bienal de Bratislava. En 2004, El globo fue seleccionado por el White Raven álbum destacado y en 2006 fue finalista del Premio Hans Christian Andersen. En 2013 recibió el Astrid Lindgren Memorial Award, su distinción más importante.
Marisol Misenta (Isol)
(Buenos Aires, 1938) Sylvia Molloy es una de las estudiosas más prominentes en literatura y cultura latinoamericanas. Actualmente es catedrática en el Departamento de Humanidades de la Universidad de Nueva York. Asimismo ha impartido clases en las universidades de Princeton y Yale. Es autora de las novelas En breve cárcel, traducida al inglés y portugués, El común olvido y Desarticulaciones, además de escritos críticos, entre los que destacan Las letras de Borges y Acto de presencia. Ha sido becaria de la Fundación Guggenheim y recientemente presidenta de la Modern Language Association of America y del Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana.
(Buenos Aires, 1972) www.isol-isol.com Estudió en la Escuela de Bellas Artes Rogelio Yrurtia. Inició su carrera gráfica en la década de los años 90, como ilustradora en medios escritos y creativa publicitaria. También fue la voz principal del grupo de pop Entre Ríos. El primer libro que le publicó fue Vida de perros (FCE, 1997), con el que obtuvo una mención honorífica en el Concurso de Álbum Ilustrado A la orilla del viento. A raíz de ello, ha colaborado con otros autores, como su compatriota Jorge Luján y el estadounidense Paul Auster. Los mundos de Isol están llenos de aventuras interpretadas por lo que ella llama una “raza”, ya que sus personajes tienen muchas cosas similares, “suelen ser niños, o gente pequeña, tal vez asociado a mi corta estatua, que siempre me hizo parecer más chica y dulce de lo que soy”. Otros libros que ha publicado son: Cosas que pasan (1998), Regalo sorpresa (1998), Intercambio cultural (2000), El globo (2002),
Sylvia Molloy
María Moreno (Buenos Aires, 1947) Es periodista, narradora y crítica cultural. En 1984 fundó la revista Alfonsina, primer periódico feminista del periodo democrático. Entre sus obras se encuentran El affair Skeffington
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(Ediciones Bajo la Luna, 1992 ), El petiso orejudo (Editorial Planeta, 1994), A tontas y a locas (Editorial Sudamericana, 2001), El fin del sexo y otras mentiras (Editorial Sudamericana, 2002), Vida de vivos (conversaciones incidentales y retratos sin retocar) (Editorial Sudamericana, 2005) y Banco a la sombra (Editorial Sudamericana, 2007). En 2005 creó el programa Portarretros para el canal Ciudad Abierta. En 1999 recibió el Premio NEXO, de la ONG dedicada a la temática gay, por su labor antidiscriminatorio a través de sus artículos sobre minorías sexuales. En 2007 recibe el premio Al maestro con cariño, de la escuela TEA. En 2002 obtuvo la beca Gugghengeim para investigar sobre política y sexualidad en las militancias de los años setenta. Actualmente es coordinadora del Área Comunicación del Centro Cultural Ricardo Rojas y es editora de El Teje (U.B.A) Primer periódico travesti latinoamericano.
José Moreno Carbonero (Málaga, 1860 - Madrid, 1942) Pintor y decorador español, considerado como uno de los últimos grandes pintores de historia del siglo XIX. Fue profesor, catedrático de dibujo del natural de la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y académico correspondiente de la misma, donde tuvo como alumnos a Salvador Dalí y Juan Gris, entre otros artistas. Pintor realista, destacado por su perfección en el dibujo, realizó más de 400 obras. Retratos, obras religiosas, escenas de género e ilustraciones para obras literarias como Pepita Jiménez o El Quijote.
En 1909, el Gobierno argentino le encargó el lienzo con el tema de la fundación de Buenos Aires. Al año siguiente, entregó una primera versión de la obra. Luego, en 1921, reclamó la obra para hacerle modificaciones debido a que se habían detectado algunos errores históricos. Dos años más tarde, envió el cuadro con las modificaciones finales.
Manuel Mujica Láinez (Buenos Aires, 1910 - Córdoba, 1984) Se educó entre Francia y Gran Bretaña para decidirse finalmente por el Derecho, carrera que abandonó para escribir en el periódico argentino La Nación, oficio que desempeñaría toda su vida. Escribió su primera obra, Louis XVII, en francés, pero las siguientes serían en español, alternando la novela (sobre todo histórica y de tema argentino) con la crítica artística y literaria y el artículo periodístico, aunque también se dedicó a la traducción de autores tan conocidos como Shakespeare, Racine o Molière. En 1936 se casó con Ana de Alvear Ortiz Basualdo. Ha recibido numerosos galardones (entre ellos el Premio Nacional de Literatura de Argentina de 1963), y fue miembro de la Academia Argentina de las Letras y de la Academia Argentina de las Bellas Artes, además de recibir el reconocimiento de la Legión de Honor del Gobierno de Francia en 1982 por el conjunto de su obra. Su obra más famosa, Bomarzo, fue transformada en ópera por el compositor Alberto Ginastera, y varias de sus novelas han sido llevadas al cine y a la televisión.
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Silvina Ocampo (Buenos Aires, 1903 - 1993) Escritora de cuentos, novelas, poesías y literatura fantástica. Su primer libro de cuentos fue Viaje olvidado, en 1937. Le suceden Autobiografía de Irene (1948), Las furias y otros cuentos (1959), Las invitadas (1961), Y así sucesivamente (1987), entre otros. A su primera publicación poética, Enumeración de la patria, en 1942, le siguieron: Espacios métricos (1945), Sonetos del jardín (1947) y Los nombres (1953), entre otros. Escribió Los que aman odian (1946) en colaboración con su esposo Adolfo Bioy Casares y, junto a él y Jorge Luis Borges, realizó la Antología de la literatura fantástica en 1940 y la Antología de la poesía argentina en 1946. Obtuvo numerosos premios como el Gran Premio Nacional de Literatura en dos ocasiones, Premio Nacional de Poesía, Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores y Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
Alan Pauls (Buenos Aires, 1959) Con tan sólo trece años comenzó a escribir, notablemente influido por Ray Bradbury, si bien luego descubrió a Cortázar y a Kafka. Se licenció en Letras y fue docente de teoría literaria en la Universidad de Buenos Aires. A finales de los 80 trabajó como columnista de cine y literatura en programas como Cable a Tierra, Badía & Cía. Publicó su primera novela, El pudor del pornógrafo, en 1984, a la que siguieron algunos títulos destacados como Wasabi o Historia del llanto. Su novela El Pasado, ganadora del Premio Herralde en 2003, ha sido adaptada al cine por el director argentino-brasileño Héctor Babenco.
Ha sido guionista de películas dirigidas por Eduardo Calcagno, su hermano Cristian Pauls y Fito Paéz: Los enemigos (1983); Sinfín (1986); El censor (1995); Vidas privadas (2001); Imposible (2003); y autor del guión para televisión de La era del ñandú (1987), dirigido por Carlos Sorín. Como ensayista ha escrito sobre Manuel Puig, Roberto Arlt, Lucio Victorio Mansilla y Jorge Luis Borges. Ha trabajado como periodista en el suplemento cultural del diario porteño Página/12, fue jefe de redacción de la revista Página/30, y subeditor del suplemento Radar. También ha ejercido de presentador del ciclo televisivo Primer plano, un programa de cine. Fundó la revista Lecturas críticas, una publicación de investigación y teoría literaria. Como novelista, Pauls utiliza un estilo intimista que juega con la forma y los giros lingüísticos, acompañado de humor negro y una prosa fluida. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Néstor Perlongher ( Buenos Aires, 1949 - San Pablo, 1992) Néstor Perlongher nació en Avellaneda en 1949. Fue poeta, sociólogo, antropólogo, militante trotskista, luego libertario y uno de los principales referentes del Frente de Liberación Homosexual en la Argentina, en la década del ‘70. En enero de 1976 fue detenido y procesado penalmente. En 1981 se recibió de sociólogo en la Universidad de Buenos Aires y se trasladó a San Pablo, Brasil. Allí realizó su maestría en Antropología social en la Universidad Estatal de Campinas (UNICAMP), de la cual también fue profesor. Fue animador de la literatura neobarroca rioplatense, un estilo que él denominó
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“neobarroso” ya que, según su explicación, en esa escritura se fundían el barroco con el barro del Río de la Plata. Falleció a causa del Sida en 1992.
Ricardo Piglia (Buenos Aires, 1940) En 1967 apareció su primer libro de relatos, La invasión, premiado por Casa de las Américas. Publicó: Nombre falso (1975), donde se destaca su relato Homenaje a Roberto Arlt, llevado al cine por Alejandro Agresti; Respiración artificial (1980), traducida a 8 idiomas; Prisión perpetua (1988); La ciudad ausente (1992), novela en la que se basa para elaborar una ópera con música de Gerardo Gandini (1995); Plata quemada (1997), sobre la que Marcelo Piñeyro (PK) realizó el film homónimo. Desarrolló una vasta tarea de crítico y ensayista, destacada en sus libros Crítica y Ficción (1986), Formas breves (2000) y El último lector (2005). Escribió guiones de cine: Corazón iluminado de Héctor Babenco, La sonámbula de Fernando Spiner (PK) y la adaptación de El astillero de Onetti para el film de David Lipzisc. Dirigió Serie negra, una legendaria colección de novelas policiales (1968 y 1976). Fue Profesor en la UBA, Harvard University y la Universidad de California, Davis. Desde 1997 es Profesor de literatura latinoamericana en Princeton University. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Alberto Prebisch (Tucumán, 1899 - Buenos Aires, 1970) Realizó sus estudios en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires. El estudiante Alberto Prebisch se graduó
como arquitecto contando con 22 años de edad, ya terminada la Gran Guerra, a pocos años de la fundamental Reforma Universitaria en Argentina y con la muy fuerte corriente “americanista” en boga. En 1919 obtuvo su Primer premio en el curso de Composición Decorativa. A su vuelta a Buenos Aires, en el año 1924, junto a su compañero Vautier, obtuvo un Premio en el Salón de Bellas Artes de Buenos Aires por su proyecto de La ciudad azucarera en la provincia de Tucumán. Son en los años 1933 y 1934 cuando Prebisch realiza un viaje a los Estados Unidos. A su regreso, tomó contacto con un viejo conocido de los tiempos de la revista Criterio quien fue él quien justamente dio el fuerte impulso en el proyecto y construcción de uno de los emblemas mas característicos de Buenos Aires, el Obelisco. Años mas tarde ocupó el cargo de Intendente de la Ciudad de Buenos Aires, en los últimos años del gobierno de Guido, renunciando a la asunción del Dr. Illia el 12 de octubre de 1963. En poco mas de un año, poco pudo hacer. El 13 de octubre de 1970, a poco de asumir la dirección de la Academia Nacional de Bellas Artes, muere en la ciudad de Buenos Aires.
Manuel Puig (Buenos Aires, 1932 - México, 1990) Estudió Filosofía y Letras en Buenos Aires y después se trasladó a Europa, estudiando Cine en Roma y enseñando idiomas en ciudades como Londres o Estocolmo. Tras convertirse en un autor destacado en su país natal, tuvo que exiliarse durante la dictadura militar. Durante toda su vida residió en diversas
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partes de Europa y América. Sus obras gozaron de gran consideración y llegaron a adaptarse tanto al teatro como al cine. Dada su formación como guionista de cine, incluyó en sus novelas diversas particularidades más propias del cine y de espacios afines como la radio o el folletín que de la narrativa, experimentando de múltiples formas. Se le considera uno de los principales exponentes en lengua española del pop-art literario y uno de los más destacados innovadores de la literatura hispanoamericana.
Ernesto Sábato (Buenos Aires, 1911 - 2011) Escritor y pintor. Doctorado en física, inició una carrera como investigador científico en París, donde lo alentaron a iniciarse en la escritura. Allí escribió su primera novela, La fuente muda. Sus obras están influidas por el experimentalismo y el alto contenido intelectual, marcadas por una problemática de raíz existencialista. Escribió El túnel, Sobre héroes y tumbas y Abaddón, el exterminador, además de diferentes ensayos sobre la condición humana. Entre 1983 y 1984 fue Presidente de la CONADEP, cuya investigación se plasmó en el libro Nunca más. En 1988 publica sus memorias Antes del fin y, en 2000, La Resistencia en la web de Clarín, convirtiéndose en el primer escritor hispano en publicar un libro gratis en Internet antes que en el papel. También se dedicó a la pintura. Entre las numerosas distinciones recibidas se destacan el Premio Cervantes (1984), Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires, Orden de Boyacá en Colombia y Gabriela Mistral de la OEA.
Anatole Saderman (Moscú, 1904 - Buenos Aires, 1993) Se inició en la fotografía con la cámara que le regaló el director de la escuela de Montevideo donde terminó sus estudios. Fue un hombre culto que estudió filología eslava, historia del arte y dibujo. En 1938 exhibió sus Retratos de Plásticos Argentinos en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes, más tarde se desliga de la fotografía comercial y se orienta al retrato de carácter. Fue socio fundador de la Asociación de Fotógrafos Profesionales, del Foto Club Argentino y del Foto Club Buenos Aires. En 1961 realizó su primera exposición retrospectiva. Retrató a artistas plásticos y numerosas personalidades como Jorge Luis Borges , Pablo Neruda y Pablo Casals, entre otros. En 1981 expuso en Barcelona, en 1987 lo hizo en una muestra colectiva en Zurich y en 1993 en Huelva. En 1984 fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.
Matilde Sánchez (Buenos Aires, 1958) Desde 1982 ha desarrollado una intensa actividad en el periodismo y dirigió el suplemento Cultura y Nación del diario Clarín de Buenos Aires. Es autora de Historias de vida, una biografía de Hebe de Bonafini y Las reglas del secreto, antología comentada de la obra narrativa de Silvina Ocampo. También participó en dos libros iconográficos: Evita, imágenes de una pasión y Sueño rebelde, sobre el Che Guevara, que fueron traducidos a decenas de idiomas. Ha publicado también La ingratitud, El Dock, La canción de las ciudades y El desperdicio. Ha recibido
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distinciones como la Beca Guggenheim y la Knight-Wallace Fellowship de la Universidad de Michigan.
Ariel Schettini (Bueno Aires, 1966) Es Licenciado en Letras por la Universidad de Buenos Aires. Publicó dos libros de poemas: Estados Unidos (La marca, 1994) y La guerra civil (Norma, 2000). Sus poemas fueron traducidos al inglés, al portugués y al francés. En 1995, fue becado por la Embajada de los Estados Unidos para participar del International Writers Program University of Iowa. Trabajó como crítico cultural de diversos medios periodísticos de Argentina (Cronista Comercial, Radar, Los Inrockuptibles) y como gestor cultural para la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Además de ser docente de teoría literaria en la Universidad de Buenos Aires dicta cursos para IES Buenos Aires Internacional Students Abroad y la Fundación Ortega y Gasset en el programa para estudiantes de University of Minessotta. Ha publicado ensayos académicos en revistas especializadas locales (Katatay, Beckettiana, La biblioteca). Su último libro, El tesoro de la lengua. Una historia Latinoamericana del yo (Buenos Aires: Entropía, 2009), revisita y relee los poemas más canónicos en lengua castellana. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Ulrico Schmidl (1510-1579) Viajero, cronista y militar alemán, participó en la conquista española del territorio del Río de la Plata entre 1534 y 1553,
acompañando a Pedro de Mendoza. De esa experiencia surgió su libro Viaje al Río de la Plata (1567). En 1903 apareció una edición argentina traducida por Samuel A. Lafone y editada por Bartolomé Mitre. Se trata de la única crónica escrita por un testigo sobre los avatares de la conquista española del Río de la Plata, lo que da idea de su valor testimonial. En 1554 regresa a Estraubingen, donde hereda el patrimonio de su hermano y se convierte en concejal. Debe huir de la ciudad por profesar el luteranismo, dirigiéndose a Ratisbona en 1562, donde muere en 1579.
Antonio Seguí (Córdoba, 1934) Estudió en academias de Córdoba, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid) y la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts (París). En 1954, instalado nuevamente en Córdoba, trabajó en la redacción del diario Orientación. Realizó su primera exposición individual en la Galería Paidea de Córdoba (1957). Un año después participó del I Salón de Artes Visuales. Ese mismo año viajó a México, donde permaneció dos años y estudió todas las técnicas de grabado. Más tarde se estableció en Buenos Aires. En 1961 participó del Premio de Pintura del Instituto Torcuato Di Tella y de la exposición Arte Destructivo en Lirolay; al año siguiente, hizo una nueva muestra en esta galería. Participó en las Bienales Americanas de Arte en Córdoba y del Premio Nacional e Internacional del Instituto Di Tella. Tras ser invitado a la Bienal de Arte Joven en el Museo de Arte Moderno de París, se estableció en esta ciudad. En 1964 integró
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el envío argentino a la Bienal de Venecia. En los ochenta colaboró en la creación del Centro de Arte Contemporáneo Chateau Carreras en Córdoba. Realizó numerosas exposiciones individuales y colectivas y recibió una gran cantidad de premios. Vive y trabaja en París.
Rafael Spregelburd (Buenos Aires, 1970) Actor, dramaturgo y director, formado en los talleres de Kartun, Bartis y Sanchis Sinisterra. Desde 1995 trabaja para la Sala Beckett de Barcelona, para su escuela de dramaturgia L’Obrador y para el Royal Court Theatre de Londres y el Goethe Institut. Trabajó en más de 30 obras de teatro, entre las que se destacan: La estupidez (Premio Tirso de Molina), Cucha de almas (Premio Municipal), Remanente de invierno (Premio Argentores), La modestia, La paranoia (Premio Casa de las Américas de La Habana), Todo, Bizarra y La escala humana (Premios María Guerrero y ACE). También trabajó como actor y director de cine. Cofundó el grupo El Patrón Vázquez. Participó en numerosos festivales latinoamericanos y europeos. Fue autor residente del Deutsches Schauspielhaus de Hamburgo, el Frankfurter Positionen, y director Invitado de Schaubühne de Berlín y el Theaterhaus de Stuttgart. Tradujo obras de Berkoff, Pinter, Kane y Wallace Shawn, entre otros. Su obra fue traducida y editada en doce idiomas. Vive y trabaja en Buenos Aires.
Grete Stern (Alemania, 1904 - Buenos Aires, 1998) En 1927 se instaló en Berlín, para aprender
fotografía. Comenzó tomando clases particulares con Walter Peterhans, pero en 1929 este dejó la ciudad para hacerse cargo de uno de los talleres de esa disciplina en la Bauhaus. Grete permaneció en Berlín y abrió un estudio de fotografía comercial con su condiscípula Ellen Auerbach. En 1932 pudo continuar su formación con Peterhans, pues la Bauhaus se había mudado a Berlín, donde funcionó hasta que fue cerrada por el gobierno nacionalsocialista. Cuando en 1933 ese partido ganó las elecciones y Hitler se convirtió en canciller, decidió huir a Inglaterra: lo hizo a comienzos de 1934, junto con Horacio Coppola, con quien se casó e instaló en Londres. En 1936 el matrimonio se instaló definitivamente en Buenos Aires. Desde su arribo, Grete se integró decididamente a la sociedad y la cultura de Buenos Aires, a la que contribuyó al traer la visión innovadora de las vanguardias europeas del período entreguerras. Durante sus primeros años se dedicó sobre todo a retratar artistas plásticos y escritores porteños, tomó vistas de la ciudad y realizó fotomontajes para tapas de libros y revistas. En 1948 inició una serie de fotomontajes que llamó Sueños, elaborados para la revista Idilio. Entre 1952 y 1953 tomó alrededor de 1500 fotografías del paisaje urbano y las costumbres porteñas, para el libro Buenos Aires (Peuser, 1953). En 1956 Jorge Romero Brest le ofreció organizar y dirigir un taller fotográfico en el museo nacional de Bellas Artes, lo cual aceptó. Permaneció en tal función hasta jubilarse en 1970.
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Juan Travnik (Buenos Aires, 1950) www.juantravnik.com.ar Comenzó sus estudios de fotografía en 1966. Desarrolla su obra personal desde 1970. Se desempeñó como fotoperiodista y desde 1978 como fotógrafo publicitario. Ha desplegado a lo largo de los años una amplia labor docente. Dictó talleres y conferencias en Argentina, Venezuela, Brasil, Uruguay, Chile, España, Perú, México y EEUU. Es miembro fundador del Consejo Argentino de Fotografía. A partir de 1998 dirige La FotoGalería del Teatro San Martín y en 2001 crea y conduce el Espacio Fotográfico del Teatro de la Ribera, ambos en Buenos Aires. A partir de 1999 es miembro de la Fundación Luz Austral, organizadora de los Encuentros Abiertos - Festival de la Luz. Participó en numerosos encuentros y festivales internacionales. Es también ensayista y curador independiente. Es autor del libro Annemarie Heinrich. Una mirada, una luz, un reflejo (Ediciones Larivière, 2004). Vive y trabaja en Buenos Aires.
nacionales del género, y Antología del cuento extraño (1954). Escribió además celebradas obras de investigación periodística: Operación Masacre (1957), Quién mató a Rosendo (1969) y El caso Satanowsky (1973). Fue uno de los fundadores de la agencia cubana de noticias Prensa Latina. A su regreso escribió los cuentos de Los oficios terrestres (1965) y Un kilo de oro (1967) y las obras de teatro La granada y La batalla (ambas de 1965). Vinculado al sindicalismo de izquierda, tras el golpe de estado de 1976 hizo pública la “Carta abierta a la Junta Militar”. En 1977 fue secuestrado y presumiblemente asesinado, aunque nunca se encontró su cadáver.
Rodolfo Walsh (Río Negro, 1927 - Buenos Aires, 1977) Narrador y periodista argentino que destacó como singular cultivador del género policíaco. Criado en un colegio de sacerdotes irlandeses para niños pobres, la infancia de Walsh dejó huellas en su escritura. Ya en Buenos Aires, y luego de trabajar como corrector de pruebas y traductor, publicó Diez cuentos policiales argentinos, Variaciones en rojo (ambas de 1953, la última Premio Municipal de Literatura) y preparó las antologías Diez cuentos policiales argentinos (1953), la primera recopilación de autores
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Lista de obras en exhibición � Anónimo Ilustraciones, 1910 Caras y Caretas, Buenos Aires, N° 601, 9 de abril. Col. Museo de la Ciudad, Buenos Aires
�Oscar Bony Democracia, Serie Suicidios, 1997 Fotografía blanco y negro sobre papel y vidrio baleado, 100 x 130 x 4 cm Col. Carola Bony
Ilustraciones, 1910 La vida Moderna, Buenos Aires, Año 4, N° 155, 30 de marzo. Col. Museo de la Ciudad, Buenos Aires
�Gastón Bourquin Edificio Safico, ca. 1940 Fotografìa, 22,9 x 17,3 cm Col. Facundo de Zuviría
Ilustraciones, 1913 Caras y Caretas, Buenos Aires, N° 779, 6 de septiembre. Col. Museo de Ciudad, Buenos Aires
�Horacio Coppola Obelisco, 1936/2013 Corrientes esquina Uruguay, 1936/2013
Obelisco, ca. 1936 Grafito sobre papel Col. Museo de la Ciudad, Buenos Aires
Corrientes nocturna, 1936/ 2013 Fotografía, 30 x 40 cm Cortesía Galería Jorge Mara Laruche
Obelisco, ca. 1936/ 2013 Copia, 37,3 x 29 cm Archivo General de la Nación
Así nació el Obelisco, 1936 Video documental, 6’ 53’’ Cortesía Galería Jorge Mara Laruche
Selección de postales, 1937-1957 Medidas variables Col. particular
� Alicia D´Amico Sin título, 1960/ 2013 Negativo blanco y negro, 35 x 35 cm Cortesía Galería Vasari
� Apropiaciones y manifestaciones, 2013 Video documental, 12’04´ Idea e investigación: Cecilia Rabossi Realización: Martín Seijo/ Paolo Baseggio Producción: Fundación Proa
� Juan Di Sandro Inauguración del obelisco, 1936 Gelatina de plata sobre papel, 37,3 x 29 cm Cortesía Galería Vasari
�Sergio Avello Flâneur 2002, 2002 Serie de 55 fotografias, 9 x 15 cm. c/u Col. particular
� El Obelisco, 2013 Video, duración: 10’ Guión e Investigación: Cecilia Rabossi Realización y edición: Martín Seijó/ Paolo Bassegio Producción: Fundación Proa
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� “En el cine”, Video, 10’09’’, 2013 Guión e investigación: Andrés Levinson Video, 10´09´ Edición: Caro´lina Cappa/ Francisco Lezama Cortesía Museo del Cine “Pablo C. Ducrós Hicken” � Leandro Erlich El obelisco en La Boca, 1994 Hierro, 168,5 x 17,7 x 18 cm Documentación, medidas variables Cortesía Leandro Erlich Studio � Arturo Eusevi Ilustraciones, 1910 P.B.T Semanario Infantil Ilustrado (Para niños de 6 a 80 años), Buenos Aires, Año 7, N° 287 extraordinario, 25 de mayo. Col. Museo de la Ciudad, Buenos Aires � Sara Facio Obelisco, 1965 Fotografìa, 30 x 24 cm Nocturno porteño, 1964 Fotografìa, 22 x 22 cm Col. de la artista � Sebastián Freire Retratos fotográficos, 2013 Gabriela Bejerman Gabriela Cabezón Cámara Arturo Carrera Edgardo Cozarinsky Washington Cucurto Rodolfo Fogwill Isol Tamara Kamenszain Martín Kohan Daniel Link Gabriela Massuh Silvia Molloy María Moreno
Alan Pauls Ricardo Piglia Matilde Sánchez Ariel Schettini Rafael Spregelburd Fotografías color 30 x 40 y 40 x 30 cm
� Estanislao Florido Cartonero, 2006 Animación digiral, duración 3’7’’ Col. del artista � Ana Gallardo Casa Rodante, 2007 Video, duración: 7’ Col. del artista � Ana Gallardo Casa Rodante, 2007 Instalación, medidas variables Col. Juan Vergez � Edgardo Giménez Obelisco de acrílico con luz, 1967 Acrílico, luz, 170 x 25 x 25 cm. c/u Col. Atahualpa Rojas Bermudez � Graciela Hasper Corrientes - 9 de Julio, 2001 Impresión fotográfica, 100 x 110 cm Col. de la artista � Annemarie Heinrich Sin título, ca. 1959/ 2013 Negativo blanco y negro Dos fotografías en secuencia, 40 x 50 cm. c/u Cortesía Galería Vasari � Leandro Katz Columna III. Livingston, Buenos Aires, 1972 Registro de acción, libro de artista, medidas variables Col. del artista
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� La Ciudad que se fundó dos veces, Video, 7’12’, 2013 Guión e investigación: Cecilia Rabossi Video, 7´12´ Edición: Javier Varela, con la Colaboración: Claudia Salcedo Producción: Fundación Proa � La Organización Negra La tirolesa / Obelisco, 1989 Video, 6’ 9’’ Cortesía Gabriel Kerpel y Ricardo James � Daniel Link/ Elena Donato/ Valentín Díaz/ Sebastián Freire “En obra”. Una instalación sonora, 2013 Escritores, en orden de aparición: Edgardo Cozarinsky Manuel Mujica Lainez Jorge L. Borges Rafael Spregelburd Martín Kohan Ernesto Sabato Rodolfo Walsh Néstor Perlongher Sylvia Molloy Arturo Carrera Gabriela Cabezón Cámara Leónidas Lamborghini Washington Cucurto María Moreno Ariel Schettini Raúl González Tuñón Silvina Ocampo Gabriela Massuh Copi Tamara Kamenszain Julio Cortázar Daniel Link Matilde Sánchez Ricardo Piglia Manuel Puig Gabriela Bejerman Rodolfo Fogwill Osvaldo Lamborghini Alan Pauls Isol
Duración: 35´ Sonido: Javier Varela Producción: Fundación Proa � Marcos López Señora en la 9 de Julio, 1996 Fotografía, 70 x 100 cm Col. del artista Instalación sobre la Villa 31, 2010 Video-instalación, medidas variables � M.A. Pratico Obelisco, ca. 1936 Grafito sobre papel Col. Museo de la Ciudad, Buenos Aires � Liliana Maresca Recolecta, 1990 Fundición en bronce con baño de oro 24 y granito gris, 17 x 32 x 18 cm Col. Particular Carro blanco, de la instalación “Recolecta”, 1990, reconstruida en 2003 Instalación, materiales de desecho, madera y pintura, Medidas variables Col. Museo Castagnino+ macro, Rosario Medallas conmemorativas, 1936 y 1937 Bronce, 6,5 cm, Col. Museo de la Ciudad, Buenos Aires � Gian Paolo Minelli Parque Indoamericano, 10-12-2008 C-Print. 100 x 125 cm Col. del artista Villa 20, 10-12-2008 Lanba Print. 100 x 125 cm Col. del artista
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� Marta Minujín Obelisco acostado, 1978 Serie La caída de los Mitos Universales Documentación y videos digitalizados Col. de la artista Obelisco acostado, 1978 Video digitalizado: 6’ Col. de la artista, gentileza Archivo Malba � M777 (M. Corbalán/ S. Costa/ G. Dieguez/ L. Gilardi/ D. Goldaracena/ P. Torroja) Inundación!, 2002-2013 Instalación, medidas variables Col. de los artistas � Noticiero Panamericano Desafiando a la Muerte, 1956 Fílmico, 1’55’’ Depto. de Documentos de Cine, Audio y Video, Archivo General de La Nación, Buenos Aires � Alberto Prebisch Anteproyecto o boceto preliminar del obelisco, 1936 Lápiz sobre papel, 34 x 46 cm Col. Arq. Horacio Prebisch
� Antonio Seguí París-Buenos Aires, 2010 Serigrafía, 65 x 80 cm Cortesía Galería Praxis � Grete Stern Fotomontaje MADI, 1947/ 2013 Fotografía, 30 x 40 cm Cortesía Galería Jorge Mara Laruche Obelisco, 1951-52/ 2013 Fotografìa, 30 x 40 cm Cortesía Galería Jorge Mara Laruche � Juan Travnik Lloyds Bank, 2003 Boston Bank, 2005 HSBC, 2005 Copia C, 60 x 120 cm Col. del artista � Facundo de Zuviría Toldos y Obelisco, 1998 Fotografía, 50 x 75 cm Obelisco, 1991 Fotografía, 60 x 50 cm Col. del artista
Plano con proyecto del obelisco, 1936 Copia heliográfica entelada, 90 x 36 cm Col. CEDODAL. Asociación Civil Revista de Arquitectura Buenos Aires, Año XXII, Nro. 8 Col. Sociedad Central de Arquitectos � Anatole Saderman Buenos Aires, 1965 Gelatina de plata, 50 x 27 cm Cortesía Galería Vasari
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Lista de imágenes � Anónimo Caricatura sobre la visita de la Infanta Isabel a Buenos Aires durante los festejos del Centenario, 1910 Dibujo coloreado sobre papel, reproducción en Revista Caras y Caretas Colección Museo de la Ciudad, Buenos Aires (págs. 19) � Anónimo La construcción del obelisco, 1936 Fotografías Departamento de Fotografía Archivo General de la Nación, Buenos Aires (págs. 23, 31, 35) � Anónimo La Plaza de la República, ca. década del 50 Fotografía Departamento de Fotografía Archivo General de la Nación, Buenos Aires (pág. 37)
� Anónimo Reforma de la Plaza de la República, 2013 Fotografía Departamento de Fotografía Archivo General de la Nación, Buenos Aires (pág. 61) � Anónimo Retrato de Alberto Prebisch, 1936 Fotografía Departamento de Fotografía Archivo General de la Nación, Buenos Aires (pág. 33) � Oscar Conti – OSKI La fundación de Buenos Aires, 1956 Óleo sobre tela (detalle) (pág. 19) � Horacio Coppola Plaza de La República. Fiesta de la Bandera, 1936 Fotografía Cortesía Galería Jorge Mara Laruche (pág. 41)
� Anónimo Obelisco, ca. década del 50 Fotografía Departamento de Fotografía Archivo General de la Nación, Buenos Aires (pág. 48) � Anónimo Polémica reforma de la Plaza de la República con el trazado del Metrobus, 2013 Fotografía digital, vista aérea (pág. 62)
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Listado de artistas/ escritores � Sergio Avello (Buenos Aires, 1964 - 2010) www.avello.com.ar � Gabriela Bejerman (Buenos Aires, 1973) gabrielabejerman.blogspot.com.ar � Oscar Bony (Misiones, 1941 - Buenos Aires, 2002) � Gastón Bourquin (Suiza, 1890 - Buenos Aires, 1950) � Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899 - Ginebra, 1986) � Gabriela Cabezón Cámara (Buenos Aires, 1968) � Arturo Carrera (Buenos Aires, 1948) � Oscar Conti - Osqui (Buenos Aires 1914-1979) � Horacio Coppola (Buenos Aires, 1906 - 2012) � Julio Cortázar (Bruselas, 1914 - París, 1984) � Edgardo Cozarinsky (Buenos Aires, 1939) � Washington Cucurto (Buenos Aires, 1973) � Alicia D’Amico (Buenos Aires, 1933 - 2001) � Raúl Damonte Taborda “Copi” (Buenos Aires, 1939 - 1987) � Facundo de Zuviría (Buenos Aires, 1954) www.facundodezuviria.com � Juan Di Sandro (Isernia, Italia, 1898 - Buenos Aires, 1988) � Leandro Erlich (Buenos Aires, 1973) www.leandroerlich.com.ar � Arturo Eusevi (Plasencia, España 1860 - Buenos Aires 1933) � Sara Facio (Buenos Aires, 1932) � Estanislao Florido (Buenos Aires, 1977) � Rodolfo Fogwill (Buenos Aires, 1941 - 2010) � Ana Gallardo (Santa Fe, 1958) anagallardo.com � Edgardo Giménez (Santa Fe, 1942) � Raúl González Tuñón (Buenos Aires, 1905 - 1974) � Graciela Hasper (Buenos Aires, 1966) www.gracielahasper.com � Annemarie Heinrich (Alemania, 1912 - Buenos Aires, 2005) www.annemarieheinrich.com � Tamara Kamenszain (Buenos Aires, 1947) � Leandro Katz (Buenos Aires, 1938) � Martín Kohan (Buenos Aires, 1967) � La Organización Negra (grupo activo entre 1984 - 1992) � Leónidas Lamborghini (Buenos Aires, 1927 - 2009)
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� Osvaldo Lamborghini (Buenos Aires, 1940 - España, 1985) � Daniel Link (Buenos Aires, 1959) linkillo.blogspot.com � M777 (grupo activo entre 2000 - 2005) Mauricio Corbalán / Santiago Costa / Gustavo Diéguez / Lucas Gilardi / Daniel Goldaracena / Pío Torroja � Marcos López (Santa Fe, 1958) www.marcoslopez.com � Liliana Maresca (Buenos Aires, 1951 - 1994) � Gabriela Massuh (Tucumán, 1951) � Gian Paolo Minelli (Ginebra, Suiza, 1968) www.gianpaolominelli.com � Marta Minujín (Buenos Aires, 1941) www.marta-minujin.com � Marisol Misenta “Isol” (Buenos Aires, 1972) www.isol-isol.com � Sylvia Molloy (Buenos Aires, 1938) � María Moreno (Buenos Aires, 1947) � José Moreno Carbonero (Málaga 1860 - Madrid1942) � Manuel Mújica Láinez (Buenos Aires, 1910 - Córdoba, 1984) � Silvina Ocampo (Buenos Aires 1903 - 1993) � Alan Pauls (Buenos Aires, 1959) � Néstor Perlongher (Buenos Aires 1949 – San Pablo, 1992) � Ricardo Piglia (Buenos Aires, 1940) � Alberto Prebisch (Tucumán, 1899 - Buenos Aires, 1970) � Manuel Puig (Buenos Aires, 1932 - Cuernavaca,1990) � Ernesto Sábato (Buenos Aires, 1911 - 2011) � Anatole Saderman (Moscú, 1904 - Buenos Aires, 1993) � Matilde Sánchez (Buenos Aires, 1958) � Ariel Schettini (Bueno Aires, 1966) � Ulrich Schmidl (Alemania 1510-1579) � Antonio Seguí (Córdoba, 1934) � Rafael Spregelburd (Buenos Aires, 1970) � Grete Stern (Alemania, 1904 - Buenos Aires, 1998) � Juan Travnik (Buenos Aires, 1950) www.juantravnik.com.ar � Rodolfo Walsh (Río Negro, 1927 - Buenos Aires, 1977)
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