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Billete
Menos intermediarios, más beneficios
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Desde que el mundo es mundo, muchas personas se han obsesionado por ganar mucho, mucho, mucho dinero. Este es su objetivo.
Tienen la creencia que solo al ganar, amontonar, reunir… mucho, mucho, mucho dinero, con ello, alguien les extenderá un pasaporte hacia la felicidad.
Les parece que pueden vivir en veinte mansiones, conducir treinta coches al mismo tiempo y comer veinte veces al día, sin morir en el intento. Y claro, necesitan mucha pasta.
No me refiero a espaguetis, fetuccini, ni… me refiero a euros, dólares, libras, etc.
Ya los antiguos faraones enterrados con sus ushebtis, arcas, hornacinas con joyas y piedras preciosas, incluso algunos enterrados con la familia y sirvientes, creyeron que se podía viajar a otros mundos llevándose sus riquezas. Pero resulta que no. Que te mueres, pero tus riquezas se quedan. ¿Y entonces, para qué tanta pasta? Alguno no se ha enterado todavía.
No tengo nada en contra de los que les dan a sus vidas el sentido y objetivo de amasar capital. Ellos sabrán. El tema es el camino (No confundir con la obra de Escribà de Balaguer).
Y el camino de muchos es: para llegar al capital final, cuantas menos manos intervengan, mejor. Se trata de eliminar intermediarios. Del árbol al plato del comensal.
De esto Amancio Ortega e Isak Andic saben un rato. “Yo me lo guiso y yo me lo como”. Pero hay que ser finos. Vamos a llamarlo, como si yo hubiera estudiado en la mejor escuela de negocios (que no es así) negocios verticales.
Barrunto que, en nuestro sector, dentro de muy poco va a estallar un volcán que el de la isla de La Palma será un juego de niños.
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Billete
Me da la impresión de que en nuestro sector hay ganas de eliminar al optometrista, al óptico. Eso sí. Que no se enteren. Que se crean que los necesitamos. De momento. Que parezca un accidente.
De la fábrica, a estar encima de nariz y orejas, sin intermediarios. Con monturas y oftálmicas inteligentes. Que ellas solitas se gradúen, se actualicen que, mediante una pantalla, una inteligencia artificial, el miope o lo que sea, obtenga su solución, ya.
Oído por mí a una persona y en un lugar que no voy a revelar, porque no quiero que me apuñalen por la espalda cuando feliz y tranquilamente me retiro a mis humildes aposentos, después de haber recogido mi cena gratuita en Cáritas: “El primer obstáculo para la innovación es el óptico”. Fin de la cita.
El que lo dijo y en el lugar que lo dijo, importantes.
Hace unas semanas viajaba una frase que más o menos decía “es lo que hay”. Pues, mis queridos ópticos optometristas, es lo que hay. Prepárense.
Y que conste que el beneficio empresarial es necesario y lícito se mire como se mire. Pero hay caminos.
José Martín, Director jm@astoriaediciones.es
La línea de gafas de natación Polit es la colección más completa del mercado a la hora de dar respuesta a las necesidades ópticas de quienes practican este deporte, con diseños de máxima actualidad y garantía de comodidad y hermeticidad. Las gafas Polit están fabricadas bajo estrictos controles de seguridad, cumplen con toda la normativa de la CE y cuentan con las certificaciones de calidad ISO 9001-2000 y 9002. Las lentes de los diferentes modelos de gafas están fabricadas en policarbonato con un ligero color humo que facilita la visión bajo el agua. Por lo que se refiere a las cintas y aros de los ojos en la mayoría de los casos se utiliza para su fabricación silicona antialérgica de última generación. Mas info aquí