El bosque se cubre de nieve y Oso y Masha esperan entusiasmados la visita de Pingüino. Es tal la felicidad de Masha que al principio no logra darse cuenta de que Oso no lo está disfrutando tanto como ella... Cuando lo entiende, se le ocurre un plan que puede terminar con la tristeza de Oso. ¿Podrá lograr que todos se diviertan juntos?
ISBN: 978-84-17019-71-6
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© Animaccord LTD, 2008 - 2017 www.mashabear.com Título original: All in the Family Serie creada por: O. Kuzovkov Director de arte: I. Trusov © 2017 versión en español por Luppa Solutions S.L. a 1 edición: noviembre de 2017 Desarrollo editorial: almaceneditorial.com
Ya es invierno y hay mucha nieve. Masha se divierte afuera de la casa con su trineo. Oso se siente feliz porque sabe que Pingüino está llegando a disfrutar del frío y del paisaje. Mira por la ventana a cada rato y controla su radar. Está ansioso. Cuando ve la avioneta de Pingüino, prepara rápidamente la pista de aterrizaje.
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¡Viene Pingüino! ¡Oso está tan contento! Pero de pronto ve que también está llegando Masha a máxima velocidad por la pista. Oso se desespera y trata de atajar a Pingüino antes de que Masha lo atropelle. -¡Papá! -dice al aterrizar en las zarpas de Oso. ¡Oso actúa rápido y lo lleva corriendo hacia adentro de la casa!
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¡Oh, oh! Masha, emocionada con su trineo, no llega a frenar en la puerta y derriba a Oso y a Pingüino sobre la chimenea de la casa. ¡Típico desastre de Masha! Pero a los amigos no les importa el malaventurado encuentro y enseguida están listos para salir a jugar. Masha y Pingüino, tomados de la mano y con mucho entusiasmo, corren de aquí para allá.
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Hace tanto que no se ven los amigos que no pueden parar de divertirse. Salen a la nieve y pasean con el trineo. -¡Yupi! ¡Abran paso! -grita Masha. ¡Pingüino también sabe manejarlo muy bien! ¡A Masha le encanta la velocidad! Oso los mira jugar y sonríe. También le gustaría estar ahí con ellos.
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¡Ahora es el turno de Masha! Pero ¡cuidado con sus piruetas! Masha es una experta en volar por los aires con el trineo. Pingüino parece disfrutarlo. La están pasando de maravillas. Hasta Oso se da cuenta y empieza a pensar que a ellos no les interesa pasar tiempo con él. Oso ya no está tan contento...
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Masha y Pingüino tienen nuevos planes y entran y salen de la casa para buscar sus juguetes. Cada vez que entran, Oso se ilusiona porque cree que van a compartir un rato con él. Pero no, ellos ni siquiera lo invitan a hacer ángeles en la nieve. ¡Pobre Oso!
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Entonces Oso tiene una gran idea: hornear galletas para compartir una merienda con Masha y Pingüino. Se asoma por la ventana y los llama con su trompeta. ¡Estaba en lo cierto! Ellos vienen corriendo a la mesa. Pero todo resulta mal. Masha y Pingüino devoran todo en un segundo y quedan exhaustos. ¡Oso tiene que aprovechar este momento para hacer la foto antes de que recuperen energías!
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Los dos se dejan llevar hacia el lugar donde Oso les quiere hacer la foto para el álbum familiar. Pero ¡Masha ya tiene un plan! Le guiña el ojo a Pingüino y, cuando todo parecía que iba a salir bien, le hacen burla a Oso. ¡Arruinaron la foto! Pobre Oso. Está muy decepcionado. Siente que a sus amigos no les interesa hacerlo feliz.
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Oso se queda muy triste. Ya no sabe qué hacer. Mira las fotos y recuerda los tiempos compartidos entre los tres. Masha lo ve y se da cuenta de lo que le pasa. Se siente un poco culpable. Entonces piensa un plan para que Oso vuelva a sonreír. ¡No es tan difícil jugar los tres juntos! ¡Y hasta puede resultar muchísimo más divertido!
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Masha sale de la casa y prepara un montón de bolas de nieve. Pingüino estaba distraído y empieza a recibirlas una tras otra sobre su cabeza. ¡Está asustado! No puede escapar y pide auxilio a Oso. -¡Papá! ¡Papá! -grita Pingüino. Oso corre a rescatarlo. ¡Ahora Masha los ataca a los dos! Están en problemas.
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Entonces, Oso tiene la gran idea de construir una muralla. Así no los alcanzarán las bolas de nieve de Masha. Toma una pala y en unos minutos él y Pingüino están a salvo. Ambos se ríen. Y Masha también, porque sabe que su plan está funcionando. Los tres están jugando muy contentos.
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Oso toma nuevamente la pala y construye un fuerte de nieve. Masha no puede ahora atacarlos por ningún lado. O al menos eso es lo que Oso y Pingüino creen. Porque Masha busca una enorme escalera, la apoya sobre la muralla y sube para tirarles una lluvia de bolas de nieve desde lo alto. Oso sabe que solo una bola gigante puede hacerlos ganar. Y la hacen tan grande que cae sobre Masha y la aplasta.
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Masha se rinde y todos vuelven a la casa contentos, pero muy cansados. Oso está feliz de haber jugado con ellos y Masha, de alegrar a Oso. La visita de Pingüino enseña a todos a compartir las diferentes cosas que cada uno quiere hacer y estar unidos. -Solo queda reír y perdonar -dice Masha, con una sonrisa.
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¡Qué mejor que terminar este día con una foto que muestre tanta alegría! Es un momento para recordar toda la vida. Masha y Pingüino se preparan con sus gorros de nieve, cuando entienden que lo mejor es que Oso también aparezca junto a ellos en el álbum familiar. Oso tiene su cámara lista y se acomoda. Pero ¡no! ¡A Oso le falta un sombrero! Pingüino, en agradecimiento, le presta uno suyo.
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La cámara se enciende y los tres hacen gestos raros con sus caras, revolean los ojos y gritan alegres. A Oso ya no le molestan las muecas. Ahora no siente que ellos se estén burlando de él. Cuando la alegría es compartida, todo se ve diferente.
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