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Eva Débia Oyarzún
Retazos
Opalina Factoría ~3~
Retazos Eva Débia Oyarzún Opalina Factoría 2016 Diagramación a cargo de Juan Canales Diseño por Francisco Escobar Impreso en Valparaíso, Chile por Opalina Factoría Primera edición
“Colección Ecolección” Contacto autor: eva.debia@gmail.com Este libro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercialSinDerivadas- 3.0 Unported Se permite la reproducción parcial o total de la obra sin fines de lucro y con autorización previa del autor ~4~
Retazos
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Recuerdos apilados en sepia y opalina
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CORDILLERA DE LA SAL
Yace ante mí un recorte de planeta: agreste, elemental, hermoso y contundente. Fuente alcalina, telúrica, noble, anciana. Sobre su frente se instala un manto cristalino de camanchaca, perlas incandescentes que transitan en cada eco palpitado de soplo árido. Con un crujido suave -un murmullo casi-, implosiona ríos de lava y vuelve pronta a dormir… Silenciosa, quieta, segura, eterna. Fragilidad que se derrama en las quebradas de roca: brutal, tosca, sublime. La roca no sabe de susurros, caligrafía y metáforas. La roca existe, permanece y se asienta, expandida en una esencia anacrónica y desafiante. Yo, peregrina yanacona, me quiebro ante su cima contundente para recibir en un abrazo la materia prima del granito. ~9~
HASTA QUE SE ME PASE
Decidí formalmente asfixiar mi poesía hasta que la muy caprichosa deje de querer escribir sobre los pesares de esos malditos amores inconclusos, bohemios e impetuosos, con eternidades de Tourette y Asperger galopante. No, no quiero escribir más, nunca, si la inspiración fluye en torrente desde estos suspiros del carajo, pasmados de tantas miradas al vacío, que atemporalizan mariposas sacras almacenadas en un insectario lleno de polvo, gris y aséptico, insaboro pero crónicamente doliente. Suicidaré cada metáfora que ose teñirse del funesto tono sepia de esos ojos, hasta que se me pase la puta inspiración, o el amor maldito... Hasta que se me pase, cualquiera. Hasta que se pase.
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QUERÍA
Yo quería quererte, vida mía. Qué tristeza entender que tan sólo yo quería. Me salió fácil, quererte; mirar tus ojos de Amazonas era sentir el lado oculto de tu alma. (De nada sirve el libre albedrío, si el final es un abismo de llanto y melancolía) Mi espíritu rebelde, en boicot contra mi pecho, quiso arrancarse los ojos, para no entender lo a todas luces evidente... Yo quería quererte, vida mía. Qué tristeza entender que tan sólo yo quería.
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PÉRDIDA
Déjame llamarte tú; mi tesoro, mi sueño, mi lucero. Las hojas de golpe amarillearon, el patio se volvió gris. Ya no hay sonrisas: sólo los restos de un zorzal frío, el mismo que trinó alegre amaneceres completos. Pobre zorzalito iluso, que olvidó la llegada del invierno en plena primavera. Mi suspiro, mi esperanza, mi fortuna… Nada queda hoy: no hay esperanza. Los gusanos llegaron a carcomer lo que sólo existió en sueño: lo que dormida sentí, el tibio abrazo. Mi ilusión, mi añoranza, mi alegría… Las eternidades ya pasaron y se fueron. El abrazo que se pierde. El infinito que se ahoga: Mi dolor, mi tristeza, mi agonía.
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MEJOR
No se trata de morir de a poco, de servir las entraĂąas en un plato mientras el agĂłnico ve su sangre en el altar de sacrificio. No hablo hoy de estampidas iracundas, ni de mariposas salvajes con aletear zumbante de opalina. No se trata de temblar como jalea, de demolerse hasta perder cimientos, de respirar esquirlas y desintegrar pulmones con una sonrisa tatuada en la garganta. No hablo hoy desde el suspiro adolescente, ni desde las eternidades de un segundo, y menos aĂşn desde toboganes suicidas... No se trata de amar mĂĄs: te hablo de amar mejor.
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HOGARES
El edificio en el que habito tiene las ventanas grandes para mirar hacia lo alto sin necesidad de catalejos. La puerta tiene una trampa: parece infranqueable y robusta, pues es grande, tosca y fuerte; pero que no asuste la vista... Basta un soplo tibio y frĂĄgil, y su cerrojo se deshace como violetas en primavera. El espacio donde vivo tiene una jardinera enorme con tres San Pedros dormidos y siete enredaderas verdes. El patio parece cuna: donde se quedan los suspiros dormitan araĂąas y hormigas; sobre las briznas nuevas, reposan gatos y aletean colibrĂes... La tibieza del espacio alimenta cada simpleza.
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CANTO DE CISNE
¿Cuántas horas han de pasar las mariposas en la antesala de su pupa antes de batir las alas? ¿Dónde está la sombra que explotó de asfixia? ¿Quién me arrebató la dicha absoluta de su tacto? La muerte se disfraza de esperanzas; se alimenta de dolor y de quebranto. No existe la partida desde el retorno eterno, apenas los recuerdos de aquello que ya no fuimos... El alma que hoy no tengo (porque duerme en ése pecho) reclama como un eco miserable para calmar la sed desde el Erebo.
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ORACIÓN
Que no se me haga tinta el vuelo, ni pájaros los dedos, ni plumaje la poesía. Que no destiña el sol nuestros cabellos, que se eleve libre el trino, que los zócalos dormidos se despierten. Tanta madrugada sucia escondida en los cristales del olvido... Que se empañen las pausadas risas, y que éste canto baile otra plegaria.
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LA OTRA POESÍA
Un té bien caliente. Un té bien helado. Un helado; un té. Estirar el brazo sin mirar, para tomar la mano del otro en plena calle. Abrazar; sonreír. Porque sí, porque no. Despertar. Desear los buenos días. El desayuno en la cama… La cama: hacerla; deshacerla. Acariciar a un gato (o dos); dar masajes, recibirlos. Porque sí, porque no. Hablar en plural, escuchar en singular. Besar. Hacer el amor. Maratones de series frente al computador. Caminar, ir al cine, dormir siesta. La lectura en voz alta de un libro… Cocinar algo. Porque sí, porque no. Admirar. Respetar. La contención, el cuidado. Dejar de fumar. ~ 17 ~
La diversidad y el secador de pelo. Contemplar, dimensionar, valorar. Entender por qué sí… Extrañar porque no.
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DEFENSAS BAJAS
Te extraño cuando la fragilidad me quiebra. Duele el eco sordo rebotando al infinito. Te quedas clavado en los suspiros profundos. Me faltas a momentos, evaluando el sacrificio con cada evocación perdida. Este vacío grande de alma, este silencio enorme y triste este suspiro del carajo que no vuela, esta conciencia cierta de perderte... Hedonismo traicionero: inseguridades del carajo, que titubean conciencias y que ablandan convicciones. En la debilidad del cuerpo aflora el espíritu frágil. ¿Por qué no puedo contar conmigo siempre y contigo de vez en cuando? Que me baje la fiebre de tu lengua, que se alivie la tos de tu saliva. Que mi piel se despida de ese tacto adictivo, sutil y firme. ~ 19 ~
Que esos ojos de diamante y esmeralda no brillen más en mi memoria. Que me abandone la complicidad del guiño, la mariposa dormida en las entrañas, el imaginario abstracto e inconcluso de tantos proyectos que no fueron, que no serán, que no existieron. Hiere el sacrificio de omisión completa, para liberarte y más, para salvarte, sí, salvarte... De este afán mezquino que me viene a mares, de sentirte cerca aunque te quiera lejos.
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OCÉANOS
¿Qué vuelve grande a un hombre? (“Sus acciones”, me soplas en el oído de la memoria.) Mas… ¿Qué pasa con lo incuantificable? ¿Con el legado efímero de una sonrisa? Hombre sensible y travieso, cándido rayando en la ternura, picardía aguda reflejada en humor negro… Taciturno, quieto, afable; concentrado en mil historias que pujaban por salir de tu alma ya cansada: el cronómetro corría, inexorable, lapidario. Me enseñaste el habla y la letra, el paso y la dialéctica. Las palabras hoy me faltan, tanto como tu presencia. Aun no termino de acoplar esta tristeza honda de agujero negro con el amor expansivo que me regalaste en la mirada profunda que respondió mi último “gracias”. Ni siquiera me basta la poesía, esa poesía amada, testimonio en la carrera ~ 21 ~
hacia donde sea que nos dirigimos. El espíritu se queda así, de pluma caída y alas trizadas: no hay De Rokha ni Guzmán Cruchaga que complete este vacío de tu aroma, de tus manos pecosas, de tus frágiles rizos de plata. Hoy no me sirven las palabras. El cuervo de Edgardo me mira sobre el dintel de la puerta, murmurando alevoso su funesto “nunca más”. Lo que quedó de ti partió a tu patria: tu cuerpo se volvió espuma, y acompañas, silencioso, a las sirenas de Andersen.
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CAFÉ
Amargura adictiva, adrenalina negra, aroma de mil amantes... Abrazo tibio y oportuno, beso revitalizante. Copa de memoria oculta, perfume de hogar escondido‌ Tintura de recuerdos otoùales.
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INVISIBLE
Volvió a ser la fémina invisible: traslúcida, transparente. De gritos callados e inertes, maquillada de dolores oprimidos, ausencias, omisiones y silencios. Fue visible algunas horas, cuando los espejos regalaron sonrisas de misterio, mientras las estrellas reverenciaban su cadencia y el sol se desvanecía decoroso en su presente… Todo fue fiesta entonces: carcajadas, serpentinas y disfraces. Fue digna y admirada; sonrió radiante, rodeada de suspiros, al saberse validada e importante… El bofetón causó fisuras. El piso y el cielo se borraron de pronto, tras un halo súbito de desesperanza, y los anhelos enquistados punzaron como vírgenes violadas, borrándose de lágrimas las pupilas de diamante. Su espíritu no puede con los fantasmas rastreros más brillantes que su sombra inane; rehúsa ser destronada de su prioridad de sangre: rechaza, furibunda, ese destino profanado. ~ 24 ~
Discute por el infinito, mientras se pierde indefectible en el vacío. La conspicua otrora, la brillante, hoy ha vuelto a ser invisible: para tí no existe, para tí no vale… Porque en ese horizonte único de tus mascaradas, ella no tiene cabida sino como una última coraza.
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SORTILEGIO
Pensar con los sentidos es la peor de las prácticas; no sirve razonar con las entrañas, que para eso está el cerebro... Y sin embargo, sonrío: Si pude volcarte por completo en tinta y verso sobre mi alma, elevo a los cielos una súplica libertaria para esta fantasía morbosa... No quisiera ya probar tu carne, pues lo infinito y lo perfecto no caben en esta realidad poluta y decadente, donde las cadenas entorpecen tu soberana vocación de jilguero... Donde pasas a ser caricatura de un pequeño ángel desplumado, que añora los retazos húmedos de nuestros limitados cuerpos, de nuestro miserable tiempo, de este inefable espacio.
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TIEMPOS
Antes, la vida toda fue remitida a tí; el espacio comprimido, la esencia disipada, el aroma hecho vapores. Luego, los dolores fueron míos; las angustias apretadas, los otoños malgastados, las mañanas maldecidas. Hoy, las esperanzas yacen quedas en el fondo de mi pecho de Pandora; esperando la bravura volitiva de beber la amnesia para redimirme. Ahora tú navegas redivivo y destellante, bramando pulcritud en carne fresca donde solo hubo carroña. Ahora yo suspiro manantiales sangrientos, y duelo de cabezas y desesperanzas, mientras duermes ignorante en mi cintura.
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DESCONOCIDO
¿Quién eres, quién fuiste? Vértigo de incerteza, nebulosa nefasta. ¡Tanta mentira no cabe en un solo cuerpo! Me quedo parada frente a este abismo profundo como las fosas sépticas del campo... Contemplando la mierda de no entender con qué monstruo arcano dormí por anales cerrados y oscuros. Cómo no morir yo misma con este fin, que me aniquila los sueños porfiados y obtusos. Hoy, que no hay nada más que nosotros, te contemplo y ya no eres, y yo no soy.
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CONTEMPLACIÓN
Lengua traviesa, dientes hambrientos. Quieres sacarme la voz a mordiscos; me cavas el pecho con la boca. Boca pequeña, que quiere abrasar el alma con un beso. Tu cuello se ofrece terso, alto, luminoso. Los labios asaltan ávidos la oreja, y hasta el silencio calla al oír este temblor sutil. Ojos de infinito, manos de aguacero. Buscas respuestas en mi contemplar abandonado, persigues rastros de luz entre las sombras del cielo... Reclamas por la sonrisa que se escapa mientras acaricias mis sentidos absortos.
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UNIVERSO PARALELO
Cerrando los párpados se abren las pupilas como compuertas a un universo paralelo, donde una cabaña de barro respira por botellas verdes. Un sauce abraza el cielo y besa el tejado; a la cama de piedra le llueven flores. El agua canta bossa nova bajo una hamaca sedante. Tu piso de estrellas gigantes se funde en mi cielo de gravilla suave. Conversaciones eternas, silencios enteros: mirarnos, sonreírnos, fundirnos en un abrazo. Palabras redondas de silencio, río inagotable de certezas simples... Con tus secretos y los míos, llenaríamos siete Biblias y dos Coranes.
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A RATOS
También te extraño a ratos. Mi poesía duerme en la ausencia, fuente inagotable, manantial de versos, alma escondida, sutil, con tristeza dormida y melancolía cómplice. Te extraño a ratos, aunque a veces no existas, aunque no hables, aunque no veas. En cierta forma estás aquí mientras yo escriba, para darle en el recuerdo algo de luz a este lóbrego fin de año alicaído. Gotas de junio enmohecidas en diciembre. Es lo que es, no es más ni es menos: Te extraño a ratos.
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EL ANTÓNIMO DEL AMOR
El pensamiento temeroso apuñala la cordura, esparciendo fantasmas llenos de esputos y cangrejos. No hay obra que deshaga la creación del miedo, ni omisión que cubra la agonía asustadiza de enfrentar verdades simples, cuando se han preconcebido imágenes deformes bajo el lente de un orgullo malherido. De nada vale que tras el velo de la vida yazca un calmo desierto florido, si las neuronas han creado en la sombra de las ausencias océanos tempestuosos y demonios torturantes. Sólo al tener la valentía de abrir los ojos el kraken se vuelve mariposa, y entonces llega ese pequeño remanso interno llamado felicidad.
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Ă?ndice
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Retazos Eva Mallén Débia Oyarzún se terminó de imprimir en el mes de octubre del 2016 en los talleres de editorial Opalina Factoría
www.opalinacartonera.blogspot.com
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Los libros de la editorial opalina factoría SON OBJETOS DE ARTE COMPLETAMENTE ARTESANALES - fabricados con nuestras patas delanteras todos hechos con dedicación, delicadeza y amor
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