Memorias de lo no ocurrido Antología de cuentos y poemas vol.1

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Memorias de lo no ocurrido Antología de cuentos y poemas vol.1 Opalina Cartonera 2019 Diseño y diagramación a cargo de Juan Canales Impreso en Laguna Verde-Valparíso, Chile por Opalina Cartonera Primera edición

“Colección Recolección” Este libro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas- 3.0 Unported

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Agradecimientos especiales al colegio Gaspar Cabrales por haber entregado la posibilidad a los alumnos de tener un taller con tales características, además de financiar la primera versión de esta antología. A la profesora Sara Vidal y a sus artistas Javiera Silva, Oscar Quidelao, Bárbara Muñoz, Josefa Calderón, María Jesús Cruz, Pía Casanova, Martina Heldt, Monserrat Grandón y Francisca Zúñiga, quienes aportaron con todas las ilustraciones de este libro. Finalmente, agradecemos a la profesora Angélica Luengo, quien colaboró con las traducciones de una selección de relatos.



A todo aquel que aĂşn imagina



Nadie puede cuestionar la pertinencia de la enseñanza de la literatura en la escuela. Es una de las “disciplinas” más antiguas, creada casi junto al nacimiento del hombre, en esas fogatas, los rituales, donde los ancianos congregaban a los jóvenes para que escucharan las historias que habían recibido de sus abuelos y estos de los propios. Tales relatos contenían en sí mismos una finalidad educativa, acompañada de realismo y fantasía, que muchas veces fue lo único que nos permitió darle sentido al mundo. Del mismo modo el leer o escribir literatura es parte imprescindible de la formación del estudiante. Es, en primer lugar, motor creativo para la expansión de la imaginación del sujeto en crecimiento, dándole la libertad de posicionarse en distintos mundos, posibles e imposibles, lugares en donde sus posibilidades no tengan límites y todo se pueda realizar. A su vez, la literatura es una de esas herramientas que a lo largo de la historia le ha permitido al hombre dejar patente hechos y realidades con ojo crítico, entregándole la opción al lector de, a diferencia de un libre de historia, revivir los momentos encarnados por los personajes. Lo que se ha escrito, leído y comentado en las paredes que nos han albergado por estos nueve meses, cual feto creciendo en el vientre materno, ha crecido con nosotros y se ha impregnado cada vez más de lo que somos. Al principio, la palabra tímida, el lápiz inmóvil, la libreta blanca. Ahora, cerca del término, la voz


interminable, el lápiz que no para, la libreta que se acaba. No somos los mismos que comenzaron, somos niños, abuelos, mujeres, asesinos o sectarios, la luna, el sol. Somos varias veces al día, aquel que decidamos ser.

Santiago Luengo Fernández, creador y encargado del taller





Me encuentro perdido y atrapado en mi propio mundo. Estoy encerrado en el lugar que decía ser mi hogar. Me busco a mí, a mi familia, a mis amigos, la busco a ella y no la encuentro, buscó mi identidad. No sé exactamente cuánto tiempo ha pasado, me estoy volviendo loco, en estas cuatro paredes. De repente golpean la puerta ¿Quién es, si tengo la certeza de que en este lugar no hay absolutamente nadie? Bajo corriendo las escaleras para poder abrir, emocionado por saber quién se encuentra detrás, pero mi sorpresa es inmediata al verlo a él, aquel monstruo que rondaba por mis sueños cuando era tan solo un niño. Lo recuerdo todo, todas esas inseguridades y derrotas solo por su culpa. Tengo que acabar con él de algún modo. Yo ya no soy aquel chico tímido e inseguro, he cambiado, todas las personas cambian. Sacando fuerza de lo más profundo de mí ser, me abalanzo contra él, golpeándolo hasta matarlo, sintiéndome contento porque por fin y de una vez por todas, acabe con él. Cuando de repente todo a mí alrededor se empieza a derrumbar, empiezo a ver cada vez más borroso, desaparezco poco a poco. Despierto completamente sudado en mi habitación, todo había vuelto a la normalidad. Estoy feliz y con la certeza de que jamás aparecerá ese monstruo en mis sueños, en lo más profundo de mis sueños. 1

Para este cuento los estudiantes se inspiraron en sus miedos. El requisito era que debían imaginarse solos, sin la posibilidad de recurrir a otros que los ayudaran a enfrentar sus temores y dificultades.


Sufrimiento, que es lo primero que se me ocurre. Dolor de un golpe, desilusión, miedo de que pueda suceder en un futuro. Me encuentro perdido en mi propio mundo. Todos esos golpes que recibí solo por proteger ese niño inocente. Y ver su rostro de desilusión desde que cometí ese error y me fui. Esos ojos llenos de sufrimiento porque lo deje solo en todo ese peligro. Ese hecho que me vive persiguiendo en lo profundo de mí ser. Sueño con volver y oírlo reír pero sé que ese momento solo ocurre en mi mente, porque él murió. Y eso me persigue y es mi profundo tormento.




Siento aire en mi oído y veo unos ojos rojos que me ven desenfrenados ¿será él? lamentablemente si...es él. Es él, el hombre que me viene a buscar para hacerme sufrir, es el hombre que viene a hacerme llorar, sí, ese es mi querido esposo, con el cual llevo casi 20 años. No sé por qué, no sé cuándo empecé a sentir en vez de amor, escalofríos. Mi piel viste de vez en cuando un color morado, pero son marcas de amor, me decía mi madre, pensando en doble sentido. El me ama y si hace esto es porque es su forma de expresarlo, me decía, me mentía. Pero ya no, no más, me cansé de esto, él debe pagar mi sufrimiento. Una noche llegó borracho a casa, armado. Se fue a dormir y guardó el arma en su armario. La tomaré y pagará por todo, me acercaré y todo se resolverá en el instante. Prometo que pagará de una manera u otro.

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Los estudiantes recibieron un testimonio de violencia de género, el cual debían emplear como material para la creación de un relato sobre lo ocurrido. Ellos podían recrear la situación a su antojo.


Clara desde pequeña observó actos de violencia en su hogar. Su hermano mayor maltrataba a su madre mientras Clara dormía y, de vez en cuando, lo hacía frente a ella. Lamentablemente ella luego sufrió de estas mismas acciones, pero con su hijo. Clara recordó que estas problemáticas empezaron como rabietas cuando su hijo tenía 18, pero ella lo toleró pues era lo único que tenía y debido a su edad para ella era normal. Con claridad la mujer recordaba el primer episodio de violencia. Su hijo había salido de parranda con los amigos y había llegado borracho. Al día siguiente él se levantó enojado porque perdió su celular. Ella le dijo, “por descuidado te pasa, por salir a tomar y llegar tarde”. Empezaron a discutir hasta que él le pegó una cachetada, luego se fue a dar una ducha. Ella tomó las llaves del auto y se encerró en él, pero cuando él la vio comenzó a contar. A las 1, a las 2…si no rompería el vidrio. Clara no abrió, entonces él tomó un terrón de tierra e hizo lo que advirtió. Luego de esa vez los ataques se hicieron más comunes, cada día, por cualquier cosa, le pegaba, le tiraba el pelo. Ella ya no sabía qué hacer.


Un día él se fue a beber a un bar que había al otro lado de la ciudad. La dejó sola por varios días. Amanecía llorando, pensando en qué cosa nueva le haría. Cuando apareció, ella quería hablar, pero le dio una rabieta, agarro muchos papeles y los empezó a quemar. Casi quema la casa entera. Por muchos años más le siguió el juego. Tenía temor a que le agarrara mala a la pareja de ella, Francisco. Poco a poco Clara le iba teniendo cada vez más miedo a su hijo, hasta que en un momento ambos hombres se enfrentaron. Despues de eso él le decía a Francisco que iba a hacer sufrir a Clara, que ella pagaría, que no se las llevaría “gratis”. Días después Clara vio que su hijo estaba consumiendo droga y decidida le dice "Juan, quiero que te vayas de la casa, me cansé de todo, de tus golpes de todo, me cansé Juan, te vas hoy mismo”. El hijo reaccionó bien a la noticia, tomó un arma que tenía guardada y dio un tiro al aire. Al rato llegó Francisco preparado para cualquier cosa. Se pusieron a pelear nuevamente, pero esta vez con armas. De tanto disparo una bala que salió del cañón del arma de Juan impactó en la cabeza de Clara. Después del velorio, su hijo muy sufrido por la pérdida de su madre y con todo el cargo de conciencia por el maltrato realizado, decidió tomar una trágica decisión. Durante horas de la noche, cuando todos se


fueron de la casa, se suicidó con la misma arma que mato a su mamá. Esta es la triste y trágica historia de Clara y su caso que pasó como otros nombres por las noticias. Qué pasó con Francisco, se preguntarán. Francisco rehízo su vida tiempo después. Vive con su esposa y ella, su hija, Clara.




Era una mañana tranquila, bastante tranquila, demasiado tranquila a decir verdad y en una casa donde viven ocho personas nunca se está tranquilo por la mañana. Me desperté y fui a la cocina a preparar mi desayuno, justo entonces me di cuenta que no había nadie, ni mis hermanos, ni mi mamá, ni mi papá o mis abuelos, estaba completamente sola. Salí corriendo por la puerta y fui a la casa más cercana a preguntar si habían visto a mis padres, sin embargo, correr no me sirvió de nada, ya que mis vecinos también parecían haber desaparecido. Volví a casa, tomé el carro de mis papás y fui al centro del pueblo. Imaginé que andaban de compras, o visitando a alguien, pero al llegar me di cuenta que el pueblo también estaba vacío, no había nadie, absolutamente nadie. Entonces comencé a asustarme. Regresé a mi casa y encendí la televisión, lo único que se veía era el mesón donde leen las noticias, pero no había nadie que las leyera ¿qué está sucediendo? Comencé a llorar porque extrañaba a mi familia, sin embargo, dije “ya estás grande, debes sobrevivir sola”. Fui y miré el refrigerador, no había nada, por lo que me dirigí al supermercado a comprar o, más bien, a saquear. Cuando volví a casa comencé a reflexionar que era imposible lo que me estaba sucediendo, sin embargo, estaba pasando.


Pasaron los años, ya tengo 30 y me acostumbré a la soledad. Aprendí a pilotar la avioneta del pueblo y con ella viajé a muchas partes. Aprendí a hacer muchas cosas, pero jamás encontré a una persona que me acompañara. Un Día en casa comenzó a temblar, me dije “un temblorcito”, pero de pronto todo se puso cada vez peor. La tierra comenzó a partirse, las paredes a caerse y mi corazón poco a poco a desmoronarse. Fui lo más rápido posible a la salida y de repente todo paró, volvió a haber un ambiente tranquilo hasta que escuché la puerta. Un ligero ¡toc! ¡toc! me desesperó. Fui a la habitación de arriba a buscar el revólver de mi abuelo y luego al sótano para ocultarme. La puerta comenzó a sonar más y más fuerte hasta que se rompió. Esta cosa o persona comenzó a moverse por mi casa. Escuchaba sus pasos y de pronto escucho su voz “sé que estás en alguna parte, te encontraré”. Tenía miedo, desesperación, no sabía cómo escapar. Sólo había una salida y los gritos comenzaban a oírse aún más cerca.


En un pequeño pueblo, en una pequeña casa y en una pequeña habitación se encontraba Emilia Camacho, una joven de 14 años que lo único que deseaba era acabar con su vida de una vez, porque ya no toleraba los abusos. La pobre Emilia día a día sufría maltrato por un grupo de compañeros de curso, estos eran: Tomás, Melissa, Sonia y Alejandro, los cuales hacían que la vida de Emilia se amargara. Ella y todo su grado sabían que ellos eran los molestosos, los egoístas, o los desgraciados como les decían todos, sin embargo, nadie se atrevía a enfrentarlos o ni siquiera a hablarles. Por todo esto Emilia decidió que debía cambiar algo en su colegio, cambiarle la tarjeta de memoria a cada uno de sus compañeros por lo que decidió que cada mañana llegaría muy temprano al colegio y que escribiría una frase en aquella pizarra que hay en su sala… Día 1: Emilia estaba muy nerviosa ya que no quería que alguien descubriera que era ella la que estaba escribiendo aquellos mensajes anónimos, aquel primer día ella tomó ese plumón rojo que había sobre el escritorio del profesor y redactó lo siguiente: “Quiere al prójimo como a ti mismo, respeta para ser respetado y ama para ser amado” Atte. Tu Lápiz de Tinta… Luego de eso se fue a su casa y más tarde volvió y se hizo la sorprendida para que nadie sospechara de ella. Cuando llegó todos sus compañeros comentaban, uno de ellos dijo:


“Baia, baia, quién habrá sido el idiota que escribió eso, sabiendo que el respeto en este mundo no se requiere”… y de pronto otro de sus compañeros lo enfrentó: “El Respeto es la base de la vida y la convivencia humana por lo que no debe ser desmerecido y menos por ti”… Todos comenzaron a pensar y a reflexionar del tema y eso era lo que quería Emilia por lo que el resultado fue totalmente positivo… En las Siguientes mañanas continuó haciendo lo mismo y siempre sin sospecha alguna, Emilia escribió muchas frases y entre ellas esta, su favorita: “Saber lo que se siente, corazón inocente, mente que no miente, formemos personas susceptibles al Amor”… Día a Día el curso de Emilia tomaba conciencia y como ese era su objetivo ella decidió acabar todo con una última frase: “Amar es posible, perdonar es de humildes y querer es de personas realmente sensibles” Tu Lápiz de Tinta…




Solamente silencio, silencio en absoluto, no hay vida, tampoco personas, solamente estaba yo, yo con mi soledad, la vida no es la misma, no hay nadie, me encuentro sola, sola con un dolor en el pecho, un dolor que nadie puede sanar, porque no hay nadie, nadie que me pueda ayudar. Me estoy volviendo loca, no se qué hacer, necesito a alguien, mis padres no me entienden, lo único que dicen es “esta niña lo único que quiere es llamar la atención”, pero no, lo único que quiero es que me comprendan, que me quieran, que me abracen, que me contengan. Al día siguiente me levanté y estaba esperando a una persona muy importante para mí, era mi abuela, la única que me comprendía, no sé cómo, pero es cierto, debe ser la edad o la inteligencia lo que me hacía recuperar la calma y pensar las cosas. Me presento, me llamo Samanta, tengo 16 años y soy la menor de cinco hermanos, mi familia está compuesta por ¡ha! a quien le interesa, es una simple familia que no entiende a su hija, pero que importa, mañana ya no tendrán que molestarse. Mi habitación está en silencio, silencio en absoluto.


El sol salía poco a poco, ese era el único momento en el que me sentía libre. Mis ojos apenas se abren y mi boca apenas me deja hablar, pero no importa, porque lo que merezco es vivir. Jonás al llegar de su trabajo, lo único que hace es compartirme su sufrimiento. La noche cae despacio y el miedo aumenta dentro de mí. La oscuridad de la habitación me lo dice todo, el frío que se siente en mi cuerpo no tiene descripción. Ya son las nueve de la tarde, el momento ha llegado, un nuevo golpe en mi cuerpo y un par de cortadas sobre mi piel. Está amaneciendo, es mi única oportunidad de escapar. Me levanté lentamente y no me pude mover más, mi cuerpo estaba atado. Yo pensaba que me amaba, pero me di cuenta que vivía con el diablo y sola no podría contra él. Mi cuerpo se desvanece poco a poco y mi corazón deja de latir. Él se recuesta a mi lado y me dice “tranquila, esto es solo un juego, yo sería incapaz de hacerte daño”. Aquella frase hizo que me diera cuenta de aquel daño que yo misma me estaba causando, entonces desprendí mi mano de la cama y le di un fuerte golpe en la cara. Aquel golpe que le di, defenderme, fue la peor idea que pude haber tenido. Después, no volví a abrir los ojos.


Vivo de los residuos de un supermercado. Estaba buscando alimento hoy hasta que encontré un caramelo y gracias a eso recordé que….mi vida ha cambiado mucho estos años. Yo, igual que ustedes, tuve una familia. Los amaba, eran el soporte de mi vida, hasta que un día se les ocurrió dar un paseo, estaba súper emocionada, pero mis padres se comportaban de una forma muy extraña. En ese momento solo me importaba saber a dónde íbamos. Nos subimos al auto y mi madre me dio unos caramelos que nunca había visto, sabían raro, pero igual los disfruté. Me dormí en el camino y desperté en un desierto, me doy la vuelta y mis padres no estaban. Estaba muy asustada, corrí lo más que pude para lograr encontrarlos, pero no hubo caso. Caminé horas, días para llegar a algún lugar conocido. Encontré un lugar que de lejos parecía un pequeño pueblo, pero no me importaba su tamaño, solo necesitaba alimento. Cuando por fin estuve ahí, descubrí con pena que solo era un basural. Me tocó construir una casa de cajas con cajas de cartón, y mientras la armaba me di cuenta del engaño de mi familia, de cómo pudieron dejarme aquí, para qué, pero eso no me detendría para salir adelante. Días después, encontré un supermercado que botaba los alimentos que estaban vencidos, ese fue y es el lugar 3

En esta ocasión los estudiantes escribieron en función de microdocumentales sobre diversos temas, desde la educación, la estética, la discriminación hasta la pobreza.


que me ha dado alimento estos últimos años. Aun no puedo creer del todo como es que terminé en esta situación, pero a pesar de lo que he sufrido he podido sobrevivir y tener un techo, si así se puede llamar, donde vivir. No es muy bueno pero me protege en las noches. Acepto desde hoy mi destino: “Mi vida no es la mejor, pero tampoco la peor”.




Esta es la historia de ella, una mujer llena de vida, la mejor en todo lo que hacía. A todo le dedicaba tanto amor y tenía tanta paciencia. Simplemente era maravillosa y fuerte, a pesar de todo lo que le tocó pasar con el accidente de su esposo en el que casi muere desangrado. Tiempo después le dieron la mala noticia que él ya no podría caminar. Luego de dos meses a su esposo le entró una infección a la sangre y entonces se deprimió, ya no daba más con esa situación. Lo único que podía tener en ese momento era aferrarse a la fe. Pero ella nunca se alejó. Estaba ahí, acompañándolo, dándole ánimo, entregándole apoyo, dedicándole amor y todo su tiempo. Después de tres años no sólo mejoró su situación económica pues él había vuelto a caminar y se empezaron a dedicar a mis cuidados. Yo tenía 4 años y papás muy jóvenes lo que causó una separación temprana. Mi mamá estudiaba y mi papá trabajaba. Mis abuelos maternos estaban en el norte y lo único que tenía era a ella, mi abuela. La aproveché al máximo, cada momento a concho. Nos queríamos tanto. Nunca me voy a olvidar cuando me fue a buscar en mi primer día de clases al colegio nuevo o cuando me enfermaba y me consentía con helados. Después de mucho tiempo mi abuela se empezó a enfermar. Tuvo tres operaciones “exitosas”, pero al


final fue empeorando más y más. Se empezó a perder en la calle y a olvidar de todo, de todos. La vieron 5 neurólogos, ninguno la diagnosticó y nadie supo lo que tenía o por qué estaba pasando eso a su edad. Siguieron con los exámenes hasta que consiguieron la respuesta: “Alzheimer de inicio temprano” y bueno, mi mundo se vino abajo, a pedazos. Sufro cada día un poquito más con esta situación. Me dolía el pecho y no daba más. Era lo que más quería en el mundo y me lo arrebataban de golpe. Ya no me conoce y no conoce a nadie, ni a sus hijos, ni a su esposo. Mi abuelo dejó su trabajo para dedicarle todo su tiempo a ella ya que solo él se puede acercar. Todos estos 5 años me he estado preguntando por qué a mi familia o simplemente por qué a ella, si era una mujer tan buena. La necesito. Por ahora solo nos contiene la oración por su recuperación o por si pudiera suceder algo, un milagro y puede sonar estúpido, pero mucha gente nos dice que no somos cuerdos, que creemos en algo que no va a suceder, pero ahí estamos, tratando de aportar en algo de su supuesta recuperación. Mi abuelo siempre me comenta que él le dice ella "El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso, ni jactancioso, ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo


disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás se extingue". Todo lo que ella hizo por él, ahora él lo hace por ella.




Fue aquel día, 29 de abril, no sé si denominarlo el mejor o el peor día de mi vida. Ese día recibí una puñalada de quienes menos lo esperaba. Mi familia me había corrido de la casa, luego de años de ser denigrado por mi apariencia “anormal”. Me encontraba solo, caminando por el duro asfalto de la calle, sin rumbo alguno, buscando cobijo. En eso veo a una chica igual a mí, pero con una gran diferencia: ella era feliz. Mis ojos marcados de un cruel dolor se cristalizaron al comparar nuestras vidas, ambos con un mismo síndrome o…retraso mental, como le decía mi familia. Me sentí morir cuando vi sus ojos rasgados mirar a mi dirección. Avanzó hacia mí y con una dulce sonrisa me preguntó -¿Estás bien?... ¡Oye! No llores, descuidaParecía que con tan solo verme a los ojos conocía mi pasado. Así fueron pasando los días, meses y años. Conociéndonos, una pareja de amigos, amantes y una infinidad de cosas más. El amor no surgió con el tiempo, desde que nacimos estuvimos destinados a estar juntos. La vida junto a ella era perfecta o al menos eso creía. Su familia apoyaba lo nuestro, pero la mía, a pesar de no importarle, se oponía rotundamente a que pudiera tener un romance, a que pudiera llegar a sentir amor.

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Este relato se inspiró en un microdocumental sobre las personas con síndrome de down.


Comentarios denigrantes y miradas mefistofélicas, miradas de parte de todos. –Váyanse, quiero estar sologrité a mi parentela. Salí, corrí por las mismas calles por las que alguna vez nos conocimos, un remoto recuerdo vino a mi mente, fue muy poco nítido, pero podía reconocer la avenida. Corrí y la encontré a ella, sentada en el pavimento. Sin decir una palabra me senté junto a ella, la miré a los ojos; ella rompió en llanto. La abracé y le susurré al oído –Volvamos a casa– Cuando ella se calmó caminamos. Por fin cuando todo había vuelto a la normalidad, le dije –Te amo-. Un efímero momento de felicidad llenó mi ser cuando ella me respondió un – yo también-. Así, entre el frío del rechazo y la mirada diferenciadora de la gente. Con nuestra fealdad y el poco atractivo publicitario, nosotros…nos amamos.


Por entonces ella seguía triste, pero trataba de disimular, aunque ya no podía seguir aguantando. Su familia estaba reunida en un mesón de seis personas, con ella sentada en el sofá sumaban siete. Dirigió su apenada mirada hacia el amplio ventanal que tan sólo reflejaba un difuso paisaje melancólico, al menos a ojos de ella. Recordó su niñez, cuando todo se solía pintar de distintos matices del rosa. Sus ojos se cristalizaron al pensar en todo aquello que atormentó su dulce e inocente mente, que tornó en amargura. Se levantó y se dirigió a su habitación, rebuscó sus audífonos y su celular. Quiso llamar a alguna amiga, pero al instante se abstuvo. Se levantó la manga de su brazo izquierdo, miro las cicatrices y recordó la noche en la que profanó la pureza de su cuerpo, rasgándolo como si fuese papel. Apretó los puños y se limitó a acomodar nuevamente la manga. Miró la ventana y observó un cielo azul. Imaginaba turbios momentos que podrían ser una pesadilla para una mente frágil como la suya. Llegada la noche se durmió entre lágrimas, cubriéndose por completo entre las sábanas. Había prometido dos días antes no llorar de nuevo. Se arrepintió y volvió a jurarlo. Al día siguiente la despertaron los agresivos gritos de su madre, se levantó y prosiguió su día en una monotonía que por suerte decidió romper. “Voy a salir” dijo en un tono frío la muchacha, “haz lo que quieras, nunca haces nada” respondió la madre mientras se sentaba en el sofá. La joven abrió la entrada y tan sólo abandonó su casa.


Caminando sin rumbo ni retorno, se adentró a un profundo bosque el cual no quedaba muy lejos de su vivienda. Avanzó y se imbuyó en él. Sintió un peso en el pecho y un estruendo en su cabeza, luego de eso cayó desmayada. Mientras permanecía dormida, se perdió en recuerdos y su alma desvaneció en silencio. “¡No¡ ¡no! ¡me quiero ir de aquí mamá!” repetía la niña. Apenas despertaba a un nuevo día, la chiquilla, ahora de 4 años de edad, había perturbado su pensamiento al echarle un vistazo a su futuro. Sin recuerdos y sin memorias se quedó. Una pesadilla que terminaría siendo real, sólo si decide estar aún ahí para verla.


Ya ha pasado un tiempo y las penumbras vacías de mi habitación se hacen infernales. Solo, solo, así estoy ahora, no solo en casa, sino en el mundo. Mi último recuerdo fue una pelea con mi madre, tomé unas pastillas para dormir y aparecí encerrado en este lugar. Es todo oscuro, apenas la minúscula luz de una que no se apaga ilumina el cuarto en donde estoy. Lloro y nadie me escucha, grito y no hay respuesta ¿Me estaré volviendo loco? De pronto escucho un sonido muy agudo que rompe en pedazos la habitación cual cristal de un debilucho espejo. Vuelvo a dormir. Despierto en un lugar estrecho y oscuro. Una rosa estaba sobre mi pecho, unos llantos de angustia eran la música de este lugar, una carta en mi mano y unas letras que se distingue de una manera muy confusa “Q.E.P.D”. Cuando estaba decidido a abrir la carta, esos llantos de angustia se transformaron en risas, estaba con una persona que parecía ser mi madre, pero no lo era. La preocupación se hizo mayor cuando me di cuenta de que era un bebé, un bebé sin más, dando sus primeros pasos.




Desde que nací he sentido esta rara atracción hacia las mujeres. Todos dicen que está mal, hasta mi familia lo dice, pero ellos no saben que soy heterosexual, no como el resto de las personas. Lo normal aquí es que te guste alguien del mismo sexo. Pero los problemas comenzaron cuando conocí a Anastasia, una hermosa chica de piel morena con unos bellos ojos color miel. La primera vez que le hablé sentí que había una conexión entre nosotros, que había algo especial y sabía que ella sentía lo mismo. Pasábamos mucho tiempo juntos, en el colegio siempre quería estar con ella, compartirle mis pensamientos, la respiración o el solo hecho de verla feliz y que los demás no nos molestaran, pero de todos modos lo seguían haciendo. Al principio no era tan molesto, incluso era soportable, pero claro, todo tiene un límite y ese límite se rompió. En una tarde después del colegio, estábamos Anastasia y yo en la plaza hablando de temas triviales, nada interesante hasta que de repente sentí sus suaves labios sobre los míos. Nunca había sentido nada igual, nada se comparaba a ese beso. Cuando la miré a los ojos vi lo brillante en ellos, pero de un segundo a otro sus ojos cambian de felicidad a espanto al darse cuenta que estaban unos compañeros mirando. 5

Este relato aborda la discriminación desde la empatía. Fue leído en público por su autora durante la celebración de la semana de las artes 2018.


En ese momento supe que tenía que escapar de allí con Anastasia. Corrimos hacia mi casa, hasta ahora era el único lugar seguro donde podíamos estar. Le dije que nos escapáramos, que saliéramos de este horrible mundo, pero ella no aceptó, tenía miedo de lo que podía pasar. Fue lo último que me dijo y se marchó… se marchó y no se despidió, se alejó y no vio cuando me marchaba, en este lago artificial que he construido en casa, donde las burbujas bajo el agua se acaban, donde el líquido se oscurece y se termina.


¿Alguna vez has estado en la guerra? Sabes lo que es sentir en tu cara la tierra Sentir que se te va a explotar el corazón Y que en cualquier momento perderás la razón Todos los días intento Olvidarme de ese horrible cuento Pero cada vez que cierro los ojos Allí me encuentro Si te digo que no es cierto, miento Pues soy un guerrero Dentro de un basurero El cual se ahorca en su propio nudo Invisible como el humo.


Me subí al auto con nerviosismo, estaba dudando sobre si en realidad debía hacer este tipo de trabajo tan sucio y difícil a la vez, pero debo hacerlo por mi familia, aunque estoy más que asustada, pues no sé lo que exactamente pasará, cómo debo hacerlo o si hay una forma de hacerlo. Llegamos. Estoy decidida a actuar. En fin, ganaré mucho dinero después de esto. Voy acercándome lentamente hacia él, mientras él me mira atentamente con esos ojos llenos de deseo. Subo mi corto vestido poco a poco y siento como él se deja llevar por el vaivén de mis labios. Sé que es el momento exacto y me alejo para ver sus ojos cristalinos por el dolor y para asegurarme de que hice un buen trabajo me acerco lentamente a su cuello y no escucho nada. Al parecer no fue tan difícil como para ser la primera vez.




Mi historia, mi nombre, no lo sé, creo que nunca tuve uno. Tampoco un hogar, sólo un museo, allí vivía, pero se destruyó. También sé que yo era fría, fría y dura, como una roca, modelada y rígida en el centro del lugar. Al mismo tiempo que se destruía mi hogar, me destruí yo. Me fui rompiendo en mil pedazos, sin forma de repararme. Era un ser indestructible que se hacía polvo. Así me desasía, sola, triste y desolada. Fue cuando lo conocí a él, mi único amigo, es al que llamo viento y que me levanta de los cimientos y me lleva a volar. También me hizo una promesa, llenar mi vida de color, alegría y esperanza. Le dije que le creía, aunque ya sabía que era imposible, algo así como si el agua fuera rosa.




Quisiera saber qué es sentir cariño, estando en este frio estante no puedo averiguar la respuesta, bueno eso era hasta que llego él. Me tomaron y me envolvieron, sentí que moría ya que el papel me tapaba la cara con lo que no podía ver nada, tampoco saber qué ocurría. Eso hasta que me sacaron el papel y vi a aquella niña, al parecer a primera vista no le agradé, porque de manera peculiar simplemente me botó al suelo. No supe qué pensar al principio, mucho menos cuando me tomaron y pusieron un cordel en el cuello, me estaban colgando. “¡Me estoy ahogando!” bueno, eso fue en un instante, luego se me pasó. Cuando se hizo de noche la niña no me dejaba de mirar. Ella no me dejaba de mirar. Estuvimos así un muy largo rato, hasta que de pronto se levantó y me tiró con violencia, me vio unos segundos para luego llevarme al guardarropa, quedé escondido en el último cajón para luego poner muchas prendas encima de mí. Así pasaron los años y yo me preguntaba ¿Qué hice mal? ¿Por qué ella me odiaba tanto? Sé muy bien que no tendré respuesta. Un día, otra niña que revisaba la ropa me vio, me examinó y me llevó con ella. Su alegría que me conmovió, ella si se quedó conmigo, me dejó en su cama, junto a otros como yo. De vez en cuando jugábamos. Realmente me alegraba su compañía, ya no me sentía solo, me abrazaba, casi me ahogaba. Ella me 6

Para esta sesión los estudiantes recibieron imágenes que representaban objetos innanimados. Ellos debían escribir desde la perspectiva del objeto sin alterar la forma en la que los seres humanos se relacionaban con ellos.


dio lo que siempre quise, alguien que me quisiera y al fin lo conseguĂ­. ÂżY mi pregunta? espero que nunca deje de responderla.




Quien pensaría que soy así, una persona cínica y mentirosa, teniendo un nombre tan honrado. Tengo aquí todo lo que necesito, pero aún así siento que no tengo nada. Mi familia, siendo luchadora y comprometida, a excepción de que son muy inocentes, creen que el mundo es bueno y que daría lo que fuera por ayudar a los demás. Yo me di cuenta que la gente es una farsante y que jamás ha sentido una preocupación verdadera por los demás, esa es mi razón de ser tan cínica. Frente a todos soy una, pero en mis pensamientos me vuelvo otra. Un día como todos los otros, igual de aburrida, llega a mí un mensaje de un desconocido. El mensaje decía que tenía que ir a lo más profundo del bosque con aquello que fuera lo más preciado para mí, terminaba mencionando el número diez. Me asusté ¿cómo habían conseguido mi número? ¿Más personas habrán recibido el mismo mensaje? pero me ganó la curiosidad, así que cuando decidí ir mi familia me retuvo, les inventé otra cosa y ellos, como siempre tan inocentes, me dejaron, pero pedí que me fueran a buscar a eso de las seis de la tarde. De camino me encontré con otras doce personas más, quienes al verme me preguntaron “¿qué es aquello preciado que darás a cambio?”. Varios entregaron joyas y otras cosas materiales, yo no sabía qué dar. Mi vida 7

Para la creación de este relato cada estudiante se identificó con un número. Ese número sería el nombre de su personaje. Cada uno de ellos sería miembro de una secta misteriosa en la que debían entregar aquello que más querían a cambio de otra cosa.


era tan falsa que no contaba con aquello que los demás llaman “preciado”. Estaba en eso cuando vi la hora. Ahí supe qué era aquello, lo único de valor que guardaba. Me llamó papá. Le dije dónde estaba. Respondió que irían. Les pedí que lo hicieran. Cuando llegaron, los llevé temerosos hasta el centro del círculo. Todos mirábamos al hombre que se alzaba magnificente frente a la multitud. A lo lejos lo veíamos brillar y entre el brillo repetimos juntos “he venido con lo más preciado, haz lo que quieras maestro”.




Soy un ser humano sin nombre, bueno si tengo, pero no lo diré, pues siento que si lo digo revelaría mi identidad completa. Aunque eso no es lo importante. Te contaré la historia de cómo llegué aquí. Desde que tengo memoria vivo con una familia que se nombra como mía, pero no se parecen en nada a mí. Siempre me sentía muy aislada, incluso en mi mundo, pero nunca le tomé la importancia que se merecía. Siempre me he hecho las mismas preguntas ¿de dónde vengo? ¿Por qué nací con ellos? ¿Quién soy? Preguntas típicas que toda persona se hace mínimo una vez en la vida. Pero, había alguna respuesta. Terminé resolviendo que no hay ninguna, sólo suerte. Eso es lo que comparto con mi familia, la creencia en el azar. Cuando era pequeña mi madre me llevó a hacer una carta astral porque quería saber que deparaba mi futuro. La señora hizo unas preguntas, yo solamente la miré. Al cabo de unos minutos habló “que raro ¿segura que quieres saber?”, “a eso vine no” contestó mamá. “Todo marcha bien. Has nacido en una familia que te quiere, tal vez en el principio había un margen de dudas sobre que pasaría contigo, pero te aman por sobre ello. Crecerás y cuando ya estés más grande, tu familia sufrirá una ruptura que te marcará para siempre. Luego te aislarás en dudas y preguntas hasta que encontrarás el lugar donde te liberarás de todo. Eso sí, no será gratis. Será tan caro como puedas pagarlo” relató la


mujer. Al terminar, mi madre se levantó, tomó mi mano, dio las gracias y se retiro. De regreso no pronunció palabra alguna. Con el tiempo, las revelaciones de la mujer comenzaron a volverse hechos. La ruptura de la que hablaba era la muerte de mi madre asunto que nos marcó a todos. La mayoría logró hacer su vida, pero yo no. Necesitaba quemar todo recuerdo de ella, pero cómo, si nisiquiera la muñeca que lla me dio cuando era pequeña podía pensar en botar. Ese se convirtió en mi bien material más preciado. Un día de regreso a casa la muñeca no estaba. Corrí buscándola por cada rincón de la casa, cuando de pronto, al mirar por la ventana la veo en el contenedor de basura del otro lado de la calle. Volví a correr y segada por recuperar el juguete me lancé a la calle sin mirar. Ahora me siento más tranquila, sin la muñeca, pero al lado de mamá.




En una tienda de ropa común y corriente sin nada en particular, se encontraba mucha variedad de prendas de un montón de estilos, pero la historia se centra en un vestido con la combinación de colores de rosa y negro, ese vestido soñaba con estar puesto en las repisas, modelando en un maniquí. Ese sueño era el mismo que la mayoría de las demás prendas, cosa que hacía más difícil cumplir el propio. Al estar colgada con las demás prendas para ser vendida y el hecho de ser tomada y vista por las demás personas hacían sentir muy feliz y alegre porque obtenía la atención sin dejarle casi nada al resto. Un día un niño la pasó a tirar con más fuerza de la necesaria, rasgándola. El dolor era intenso, pero ella lo aguantó. Al finalizar el día un encargado la tomó y la muy incauta pensó que la pondrían por fin en un maniquí. Se estaba ilusionando porque cumpliría su sueño, pero no quedo más que en eso, ilusiones. Rota así como estaba, fue lanzada a la basura, la tristeza y desesperación se apoderaron de ella, ya que al estar en la basura veía como miraban a sus compañeras mientras ella se hiba perdiendo en el tiempo.


Cada momento que paso sin ella pienso que es una pérdida de tiempo. Cada vez que gano el valor para decirle lo que siento, al estar cerca de ella lo pierdo ¿Será el miedo al rechazo el que me hace retroceder en el último momento? Cada pensamiento que hago hace que malgaste mi tiempo de estar con ella. Ella, fue diagnosticada con una enfermedad terminal no hace mucho. Lastimosamente es demasiado tarde como para salvarla ¿ni siquiera el tiempo está de mi lado? Ahora entiendo a los que dicen que el tiempo es el más injusto juez. Hoy es la última oportunidad que me queda para confesarme. No seré capaz de vivir cargando el pecado de no haberlo dicho. Pero aunque corrí, que lástima, aun así llegué tarde. Solamente me quedó escuchar el último suspiro de la persona que más amaba ante mis ojos. Su sonrisa, esa maldita sonrisa, que logró enamorarme incluso después de haberse ido. Traté de recrear su rostro en una pintura que reflejara lo perfecta que ella era para mis ojos. El día de su funeral, dejé el retrato de su rostro sobre su lápida con esta carta. Seguiré amarrado a estos sentimientos, siempre colgando los lamentos de su perdida, lograré vivir aún con su despedida ya que no se muere quien se va, se muere quien se olvida.




No soy guapo Tampoco inteligente Mucho menos soy rico, Pero tengo un corazón. Espero el día en el que me encuentre Para declararte mi amor, Pues yo contigo estoy completo, Te has transformado en ese gran amuleto. Tu mi luz y yo tu oscuridad Tu mi ying y yo tu yang Siempre unidos Siempre juntos Siempre Siempre así.

8

Si bien la poesía fue uno de los géneros que menos trabajamos en el taller durante este año, creaciones como esta surgieron a partir de una dinámica donde se partía creando la rima para luego poder compartirla con el resto del taller.




Este sentimiento, que no para de controlarme, Muchas soluciones ha buscado mi mente, Pero por lo que veo, no tiene priza por atender. El corazón del afligido, necesitan que lo rescaten Por tales recuerdos y problemas quedadas en chip de memoria, No es fácil comprender, hay que verificar que es lo que otros no ven. Pienso que el llanto juntó las lluvias, No son comunes aparte de las otras, Solo son agua de cristal, reflectadas al llorar, Como el mar y el cielo dan referentes cosas, Pues en ello, yo los ví a pasear. La escritura, no es una línea sin fin Con lápiz y libreta se comienza a crear, No soy la mejor, pero hago lo que puedo, Por tal tristeza, que me invadió en el corazón completo. El azul llamativo lo hacen ver como expresión faciales, Toda negatividad había en mi interior, Pero quien me sacó, fue Cristo, él fue quien me comprendió.




Cristóbal Contreras I feel air in my ear and I see some red eyes that give me an unrestrained look, is it him? Sadly yes… it is him. It’s him, the man who comes for me to make me suffer, the man who comes to make me cry, yes, that is my lovely husband, the one I've been married to for almost 20 years. I don't know why, I don’t know when I started to feel shivers instead of love. My skin wears a blue color from time to time, but those are marks of love, my mother used to say with double entendre. He loves me and if he does this is because it’s his way of showing it, he used to tell me, he used to lie, but not anymore, I got tired of this, he must pay for my suffering. One night he came home drunk, armed. He went to sleep and put the gun in his closet. I will take it and he will pay for everything, I will get close to him and everything will be solved in an instant. I promise he will pay, one way or another.


Jennifer Polanco I am not handsome neither smart much less rich, but I have a heart. I wait for the day that you find me to confess my love to you as with you I am complete, you have become that good luck charm to me. You my light and I your darkness you my ying and I your yang. Always joined always together, always, always like that.


Katherine Opazo It was that day, April 29th, I don’t know if to refer to it as the best or the worst day of my life. That day I was stabbed in the back by the ones I least expected it. After years of being put down for my “abnormal” appearance, my family had kicked me out of the house. I found myself alone, walking on the hard asphalt of the street, wandering aimlessly around, looking for shelter. While I was at that I saw a girl just like me, but somehow very different: she was happy. My eyes, marked by a cruel pain, got crystallized when I compared our lives, both with the same syndrome or … mental retardation, like my family used to say. I felt like dying when I saw her almond-shaped eyes look straight in my direction. She walked to me and with a sweet smile she asked – Are you ok?... Hey! Don’t cry, it’s fine –It seemed like just by taking a look at me her eyes knew my past. Days went by, months and years went by getting to know each other, a couple of friends, lovers, and an infinity of other things. Love didn’t come up as time went by, since we were born we were destined to be together. Life by her side was perfect or at least I believed that. Her family supported us, but mine, despite not caring at all, strongly opposed to me having a romance, to me being able to feel love. Insulting comments and Mephistophelian looks kept coming from everyone- Go away, I want to be left


alone! – I yelled at my relatives. I went out, I ran through the same streets where we once met, a distant memory came to my mind, it was barely clear, but I was able to recognize the avenue. I ran and I found her sitting on the pavement. Without saying a word I sat next to her, I looked her in the eye, she burst into tears. I held her and whispered in her ear – Let’s go back home –When she was more at ease we started walking. Finally, when everything went back to normal, I told her – I love you-. A brief moment of happiness filled my being when she answered – me too.- Like that, between the coldness of rejection and the scornful look of people, with our ugliness and our little advertising appeal, we… loved each other.


Ximena Navarro Since I was born I have felt this rare attraction to women. Everyone says it is wrong, even my family says so, but they don’t know I am a heterosexual, not like the rest of the people.The normal thing here is that you like someone from the same sex. But problems began when I met Anastasia, a gorgeous brown skin girl with beautiful honey-colored eyes. The first time I talked to her I felt there was a connection between us, that there was something special and she knew she felt the same. We spent a lot of time together, at school I always wanted to be with her, share my thoughts with her, share our breathing, or just seeing her happy and that everyone else would not bother us, but they kept doing it anyway. At the beginning it did not bother us, it was even bearable, but obviously everything has a limit and that limit was surpassed. An afternoon after school, Anastasia and I were at the park talking about trivialities, nothing really interesting, until suddenly I felt her soft lips over mine, I had never felt anything like that, there was nothing that could compare to that kiss. I looked at her eyes to see the shine they had, but from one second to another her eyes changed from happiness to horror when she realized there were classmates staring at us. In that moment I knew I had to run away from there with Anastasia. We run to my house, it was the only safe place where we could stay


until now. I told her to run away, to get out of this horrible world, but she didn’t accept, she was scared of what could happen.That was the last thing she said to me and then she walked away… she walked away and didn’t say goodbye, she walked away and she didn’t see me leave to this artificial lake I have built in the house, where bubbles under the water run out, where the liquid gets dark and then it ends


Carla Garrido In a small town, in a small house, and in a small room, there was Emilia Camacho, a 14 years old who wished nothing but to end her life once and for all because she couldn’t put up with the abuses anymore. Day by day poor Emilia was victim of abuse inflicted by a group of classmates: Tomás, Melissa, Sonia and Alejandro; they all were making Emilia’s life miserable. She and all her grade knew that they were the annoying ones, the selfish ones, or the stupid ones, like everyone called them, however nobody dared to talk to them, let alone confront them. Because of all of this, Emilia decided she should be the one to make a change in her school, to “change the memory card” in every single one of her classmates. She decided that she would arrive very early at school every morning and that she would write a sentence on the board in her classroom. Day 1: Emilia was really nervous because she did not want anyone to discover she was the one writing those anonymous messages. That first day she took the red marker that was lying on her teacher's desk and wrote the following:


“Love your neighbor as you love yourself, respect in order to be respected and love in order to be loved” Sincerely, Your Ink Pencil After that she left for home and later she came back and pretended to be surprised so no one would suspect her. When she arrived at school, all her classmates where talking, one of them said out loud: “Well, well, who could have been the idiot who wrote that?” to which other classmate answered: “Respect is the base of human life and human coexistence, therefore it shouldn’t be overlooked and even less by you”. Everyone began to think and reflect upon the topic and it was that what Emilia was looking for, so the result seemed completely positive to her. During the following mornings she kept on doing the same and always without raising suspicion.Emilia wrote many sentences and among them, this one, her favorite: "To know what it feels, innocent heart, mind that does not lie, let us educate people sensitive to love”. Day by day Emilia's classmates were reaching a deeper understanding and because that was her ultimate goal she decided to end it all with a last sentence: “Forgiving is for humble hearts, loving is possible and for sensitive people” Your Ink Pencil…


Javiera Martínez This is her story. She was a woman full of life, the best in everything she did. She put love into everything she did and she was patient, she was just wonderful and strong, in spite of everything she went through with her husband's accident, who almost died from blood loss. After some time she was given the news he would no longer be able to walk. After two months his husband developed a blood infection, as a consequence she became depressed. She couldn’t stand the situation, the only thing she could count on at that moment was holding onto faith, but she never left him. She was there, by his side, accompanying him, encouraging him, giving him support, devoting her love and all her time to him. After three years not only their economic situation improved, but he had been able to stand on his two feet again and they both began to take care of me. I was four years old and with very young parents, which caused an early separation. My mother studied and my father worked. My maternal grandparents where living in the North, therefore everything I had it was her, my grandmother. I made the most of our time together. We loved each other very much. I will never forget when she came for me my first day at the new school or when I got sick and she bought me ice-cream. Long after, my grandma began to get sick herself. She underwent three


“successful” surgeries, but in the end she was getting sicker and sicker. She began to get lost in the streets and she began to forget everything, and everyone. Five neurologists examined her, none of them gave her a diagnostic and nobody knew what illness she had or why she was going through that at her age. The exams followed until they finally got concluding results: “Early-onset Alzheimer” and well, my world came crashing down to pieces. I suffer every day I little more with this situation. My chest hurt so much and I couldn’t bear it. She was what I loved the most in this world, and she was being taken from me so suddenly. She doesn’t recognize me anymore and she doesn’t know anybody, neither her sons nor her husband. My grandpa left his work to give her full time dedication because only he could get closer to her. All these five years I have been asking myself ‘why my family?’ or just ‘why her? Because she was such a good woman, I need her. For now only prayers keep us strong thinking of a recovery, if just something could happen, a miracle… and it can sound stupid, but many people tell us we are not sane, that we believe in something that’s not going to happen, but here we are, trying to help in her alleged recovery. My grandpa always tells me that he says to her “Love is patient; love is kind; love is not envious or boastful or arrogant or rude. It does not insist on its own way; it is not irritable or resentful; it does not rejoice in wrongdoing, but rejoices in the truth. It bears all things, believes all things, hopes all things, endures all things. Love never ends.” Everything she did for him, now he does it for her.


Isabel Betanzo Only silence, absolute silence, there is no life, neither people, there was only me, me and with my loneliness,life is not the same, there is nobody, I find myself alone, alone with a pain in my chest, a pain nobody can heal, because there is nobody, nobody who can help me. I am going crazy, I don’t know what to do, I need somebody, my parents don’t understand, the only thing they say is "all this girl wants is attention", but no, they only thing I want is to be understood, to be loved, to be held, to be contained. The next day I got up and I was waiting for a very important person to me, it was my grandma, the only one who understood me, I don’t know how she did it, but is true,it must be the years or her wisdom what made calm down and think things again. Let me introduce myself, I am Samanta, I am 16 years old and I am the youngest of five brothers, My family is conformed by ha! Who cares, it’s just a family which do not understand their daughter, but it doesn’t matter. Tomorrow they will not have to bother. My room is in silence, absolute silence.



Los autores de la primera edición de la antología “Memorias de lo no ocurrido” son estudiantes del colegio Gaspar Cabrales, participantes del taller de producción literaria creado y dictado por el profesor de lenguaje y filosofía Santiago Luengo Fernández. El taller contó con el apoyo del establecimiento educativo, además de la participación del mismo en otras instancias educativas fuera del colegio, realizando visitas a escuelas en las cuales se buscó promover el desarrollo de la literatura en instancias semejantes o acciones al interior del aula que buscaran objetivos similares. La experiencia de los participantes fue enriquecedora tanto para la evaluación del taller en cuestión, como para su propia formación personal y académica. El resultado que se expone en este trabajo es el producto del progreso de un grupo de jóvenes escritores, de séptimo a primero medio, cómodos, porque al fin encontraban el lugar donde pertenecían.





se terminรณ de imprimir en el mes de febrero del 2019 en los talleres de Opalina Cartonera


Los libros de la editorial opalina Cartonera SON OBJETOS DE ARTE COMPLETAMENTE ARTESANALES - fabricados con nuestras patas delanteras todos hechos con dedicaciรณn, delicadeza y amor

V OP!




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