Pretexto para nuevas canciones / Cafuzo

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Opalina Cartonera


Pretexto para nuevas canciones Cafuzo N° registro seudónimo "Cafuzo”: S-4656 Fotos, gráficas y diseño de portada: Cafuzo Opalina Cartonera 2018 Diagramación a cargo de Juan Canales Diseño por Francisco Escobar Impreso en Valparaíso-Chile por Opalina Cartonera Primera edición

“Colección Op! Fábrica de Libros” Contacto autor: cafuzo@gmail.com Este libro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas- 3.0 Unported

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La simplicidad es la máxima sofisticación... A mi amada familia, amigos del alma y a cada uno de ustedes que me han acompañado en este bello devenir. Música y poesía en cada flujo de mi respiración, simplemente. Cafuzo



Cafuzo se hace a la décima como quien se hace desnudo a la mar, con el loco impulso de nadar ente las olas de la rutina y de las emociones. Su corazón conecta con los temas universales que andan flotando en el inconsciente colectivo y bajan a tomar forma en su palabra creadora. Eso afirma en una cuarteta de una décima cuando dice: "Es el verso el que me escribe/ es la rima que me busca/ y me pide que traduzca/ los humores que yo libe". Hay en su voz de víscera y de sangre una empatía con los seres sufrientes y la humanidad altruísta. Y cuando sus palabras se vuelcan "torrente", él sabe volverlas río de música en la calidez de su cuatro o en los arpegios de su guitarra. Leer sus versos es un poco abismarse en la profundidad de todas las pasiones humanas. Bucear en sus décimas es acercarse a una voz genuina que clama por la vida y el amor; y que mientras se busca en su interior se refleja y abraza al loco, al solitario, a las mujeres que luchan por la igualdad, al mundo abandonado entre injusticias. Vayan estas palabras como ola que invita...o como caracola hasta tu oreja. Susurro que llame hacia sus versos, tendidos en lo oscuro de este mundo, como faros. Mariana Martínez 15 de diciembre de 2017



«Sobre las razones» Razones para escribir habrán con tal que haya vida, como una mano tendida o un respiro por vivir. Una utopía a seguir, un amor o una injusticia, un reclamo a la avaricia que entristezca al corazón, melodía sin canción, versos contra la codicia. El latido marca el pulso percutiendo aquí en mi pecho cuando descanso en mi lecho para coger nuevo impulso. A veces algo convulso, porque me doy por entero a las cosas que yo quiero o reclaman mi presencia, no hablo de ninguna ciencia, hablo del verso sincero. Esta vida es torbellino y hay de sueños que me agitan que en esta cajita habitan como en un ojo felino. Entre sacos o de lino, he vestido mi armadura y más de una pena dura asestó en ristre hasta el fondo


y llegué al plano más hondo a por gasas de mi cura. Hay estrechez y hay holgura, palabrería y silencio, hay aplomo con que agencio, y hay asomo de cordura. Hay días que soy ternura pese al ritmo y sus bemoles, soy libre, mas tengo roles cuando soy un ser social, lazo de hijo, paternal, del amor y de mi prole. Voy y vengo de este mundo, entre acierto, entre fracaso desde ateneo al parnaso cuando en mis versos me fundo. A veces, si me confundo, pido perdón, no permiso. Regreso del decomiso y hay millas bajo mis suelas la suerte a veces consuela a quien ya ha pagado el piso. Seguirá mi canto alado, seguirá el puño esgrimiendo como si el cielo lloviendo me dictase lo versado. Soy poeta y me he entregado al quehacer del albedrío. Soy falucho en este río


que va contra la corriente como el salmón nada al frente a ovar entre el roquerío. Les dejo por un ratito, que sea esto compañía, si lo es, pues ¡qué alegría compartir, así, este rito! Me desprendo en este escrito como del árbol la hoja y el rocío que la moja cae con ella a la tierra y alimenta en la subterra la semilla que en mí aloja.

«De un lugar imaginario» De un lugar imaginario nací yo un veinte de mayo, junto al parque de soslayo de paseo pleno a diario. Inauguré el calendario, (parto en el San Juan de Dios) y en lo que dura una tos nos fuimos a La Simón y me hicieron regalón por ser el menor de dos. Lugar abundante en agua, según el mapudungun,


nombre no puesto al tuntún tierra fértil, chacra y fragua. Recuerdos de cuando guagua: plaza, San Pablo, estudiantes, juegos bajo un sol radiante, y un régimen que tutela, con toques de queda en vela y abuela de gran talante. Lugar incierto y perdido, un Macondo citadino. Cuadras donde algún ladino cuenta cuento en un chasquido. Barrio viejo, entretenido, de cuecas y proletario, de iglesias con campanario, cités, chingana y pichanga, malón, tijeral, pachanga y un sin fin de anecdotario. Barrio de cumbia y de guapos de rivales futbolistas, de momios y de izquierdistas, de clase media y de harapos. De esa fuente yo me empapo, mi relato no está trunco, se humedece como el junco que esperó a los pobladores. De la Quinta soy, señores, porque yo nací en Chuchunco.


«Joane Florvil, mujer negra asesinada» Llegaste por un refugio dejando atrás tu negra isla, y nuevamente te aísla el racismo y su artilugio. La muerte no otorga efugio cuando luces invisible si no hay un eco sensible que tu voz haga la suya cuando dentro de un patrulla cae el golpe más terrible. Quién asume tu color, quién habla por tu inocencia, ellas brillan por su ausencia no ven causa en tu dolor. Ven en tu raza el temor, en el racismo latente que en Joane se hizo patente y en los labios el silencio como el dolor que aquí agencio tras un dolo prepotente. Nos habremos contagiado de la peste que subyace que timbra a aquel que nace con distinto etiquetado. Vuela un grito que ha estallado en la muerte de Florvil porque hubo mutismo vil que suena a complicidad,


que la insolidaridad es todo, menos sutil. Qué sucede en nuestro espejo, qué vemos en lo que somos, qué veo cuando me asomo con angustia desde lejos. Podredumbre de aparejos con que hacemos nuestra cama cuando de apaga la flama de una vida tras un grito, si mejor vive un mosquito que una Negra que reclama.

«El día que yo me muera» El día que yo me muera quiero una fiesta en mi tumba porque me gusta la fiesta, porque me gusta la rumba. (El Noro) Para cuando llegue mi hora de salir de este escenario que sea versando a diario justo a tiempo y sin demora. Ir donde el silencio mora y dejar de ser lo que era. Tras dormirme en mi litera mi recuerdo será un verso que crezca en el universo


«el día que yo me muera.» Con mucha música y vino, algazara y flor de risa, y mi cara, aunque de tiza, esboce en mí un brillo fino. Con guayabera de lino percusión, esa que zumba, cuando mi encanto sucumba y despidan al finado se colme de lado a lado, «quiero una fiesta en mi tumba.» Es muy poco lo que pido, cero llanto a la redonda y que hagan tremenda ronda repasando lo vivido. No quiero ni un alarido cuando me vaya de siesta que la pena me indigesta y es mi día y soy quien manda y, claro, que quiero banda, «porque me gusta la fiesta.» Si quieren leen poemas, míos o de mis hermanos, que no me tiembla la mano y no guardo ni una pena. La eternidad, sé, es serena que la pachanga retumba cuecas, sones que derrumban las caderas de las damas,


«Chicha fresca», así me llaman, «porque me gusta la rumba.»

«Caballito de mar» * Ven, caballito de mar, ven y llévame de aquí, llévame a galopear hasta el pueblo en que nací. Llegué aquí porque creí que había un mundo mejor motivado en el amor hasta ahora postergado de este pueblo tan amado entre olvido y sinsabor. Tengo, tengo una esperanza que en tu lomo crezcan alas, dejar estas frías salas libre de odio y de venganza. Que ese vuelo sea danza y volver a quien me espera, que la calma vuelva entera pese a la experiencia amarga, pesadilla, la más larga, que a nadie se la quisiera. Ven, caballito de mar, con la próxima marea en mi herida he puesto brea


para que pueda sellar. Tu imagen me hizo soñar, le robó calor al frío y en medio del desvarío pude soñar el futuro, romper con este conjuro que maldijo al Chile mío. *(a los prisioneros políticos, que veían en esta figura metálica en el desague de las duchas en los centros de detención y tortura la frágil esperanza de libertad )

«Humanidad» El saldo de humanidad que guardamos al bolsillo se consume en un pitillo entre tanta necedad. Ávidos de cantidad nos perdemos en el día, lo que antes alegoría hoy es trámite y rutina que se pierde en la retina de lo que antes conocía. Quién es bestia, quién es noble, cuánto cuesta ser moderno, si esto ya parece averno que machaca en su redoble.


Sencillez que cuesta el doble en la transa de ilusiones, desechables pretensiones de efímero y corto aliento 100, 200 ó 500 cerrojos de las prisiones. Qué tan lejos del origen donde fuimos desplazados, se extravió el antepasado entre estatuas que se erigen. Crueles reglas que nos rigen impulso e ideología que agotan la batería que calientan y sulfatan, invisible es la stigmata y constante es su agonía. Nos abortamos del mar para así alcanzar el fruto, y creamos el minuto y volvimos a volar. Dónde iremos a parar, qué mercado nos depara si en su mueca nos separa para no volver jamás, somos menos, somos más, de existencia pobre y cara. ® cafuzo


«El verso que me escribe» Por la cornisa y su filo al borde del precipicio mis alas son el auspicio donde planeo tranquilo. Escribo un poema extenso que desde siempre es el mismo, metáfora y aforismo hacia mi interior propenso. Escribo de lo que pienso, de los sueños que cavilo ante la sorpresa en vilo de la palabra y su adagio -trozo de mi alma, presagio«por la cornisa y su filo.» A veces se precipita como torrente en mi boca, se asume la lengua loca como brasa que crepita. Hay un picor que me habita desde un tal lejano inicio inquilino de este hospicio o cual Pedro por su casa que de sombra y luz rebasa «al borde del precipicio.» Me fui de viaje infinito, hoy lejano del retorno y guardo siempre en el horno


pan con que alimento el rito. Construyo mi palafito con los versos de mi oficio, hago pausa entre el comicio hasta que el viento me eleve. Mi rima siempre se atreve, «mis alas son el auspicio.» Es el verso el que me escribe, es la rima que me busca y me pide que traduzca los humores que yo libe. Él es quien me desinhibe a que tense más el hilo, despercuda mi sigilo hasta llegar a tu borde y a tus alturas aborde «donde planeo tranquilo.»

«Alto al fuego» Mudo el labio tibio calla espacio entre dos, finito, de a poco construye el mito quien hasta ahora vasalla. Atrás quedó la batalla, se despoja la armadura, me da su tibia soltura, descansa el cuerpo antes triste, asesta el vigor en ristre, umbral de moza a madura.


«Mujer» La Mujer es perseguida por ser todopoderosa, la Mujer es una rosa que entre espinas yergue erguida. La Mujer es la avenida de las anchas alamedas y en la lucha que les queda se multiplican entre ellas. No hay excusa a la querella, la Mujer es arboleda.

«Paraíso» En la tierra condenados a construir el paraíso, en dos patas desde el piso erguidos y levantados. Descubrir el desandado paso de la huella humana que con los años hermana las gestas con aventuras y en una mirada pura nuestra esperanza se afana. Hay un sino colectivo más allá de las fronteras, hay de ganas verdaderas


que antecede el gesto altivo. No hay propósito cautivo que se niegue a la bondad ni mal que la eternidad encarne como estandarte, si es que el amor es nuestro arte con su generosidad.

«Con ella» Con ella afiné mi risa después de una larga espera, llegó con la ventolera que transformó en suave brisa. Con ella olvidé la prisa y el sentido de las horas: la tarde se vuelve aurora y el reloj es una fruta. Brinda calma resoluta y la eternidad demora. Risa suya que contagia el curso en las estaciones, del centro lanza pulsiones con cada giro que adagia. Mi duda es si ella presagia el efecto mariposa, o que es la flor petalosa -esa que inspiró a Matteo-, o si en sus versos que leo


recreo sed amorosa. Con ella supe de lágrimas, de alegrías y pesares como son los avatares con los vivos y sus ánimas. Puede ser pena longánima por un tiempo que no vuelve, en donde el fruto se envuelve y adquiere ropaje nuevo, el pasaje venidero su pensamiento revuelve. Con ella se aprende más de la vida que en la escuela y, cada tanto, se cuela un argumento locuaz. Asumo no es fácil, mas doy un jirón de mi ser, que todo sea por ver su esencia que ríe y canta, fresca voz en su garganta en un tierno atardecer. Susurra una voz pequeña que contrasta con su impronta, y frente a frente ella afronta su mirada de risueña. Sobre su mirada greñas que le adornan cual helechos, natura saca provecho y en rutinas ni se entera.


Quisiera estar a su vera latir en su suave pecho.

«Al poeta Marcos Ana, in memorian» Llega al fin la libertad con la muerte del poeta, la cárcel nunca es escueta ni acaba en su oscuridad. A qué llaman vastedad, cómo es que huelen las flores que perfuman los amores en el patio y en mi encierro. Fui mi exilio y mi destierro, por esos odios mayores. Cómo es de inmenso ese mar, el que rompe allá a lo lejos, cómo es el beso en festejo del amor por celebrar. No oigo a los niños jugar, y el juglar desde el encierro ha de cantar el destierro. Memoria y sangre perdida mientras hay amor hay vida que abre los muros de hierro.


«Descubre el amor» Anda como la perdiz, sonríe lo ancho en sus alas, que la vida hoy la engalana con romero y flor de lis. Y es que es sólo una aprendiz, como siempre ante al amor. Atiza brasa al calor cual fuelle su corazón, secundando al diapasón brota alegre su candor. Brilla prístino el cabello tras la mano del quillay, late el pecho, Millaray, cala el amor con su sello. El pulso la sube al cuello y brota la primavera junto con la vez primera que descubre los secretos, ésos que hasta ahora quietos entre el sueño y la quimera.


«Santiago Maldonado» Hoy encuentran a Santiago y morimos junto a él pues su piel es nuestra piel y su rumbo es nuestro pago. Es un desenlace aciago para el hijo de esta tierra, por su paz sobre la guerra y por su misión a cuesta. Fue el odio, de ése que apesta, es el odio ése que aterra. Dicen los que le conocen, se hizo carne entre los suyos, fue semilla y fue murmullo de los versos que nos cosen. No hay grilletes que le esposen ni fusta latifundista. Santiago vuela y se alista entre las almas mapuche, Santi es voz en quien le escuche y corazón que resista. Eres trueno y animal que crepita al aire libre en el músculo que vibre hoy que te hiciste inmortal. Eres la danza fluvial bajando la cordillera, eres bondad verdadera que se entregó hasta los huesos,


eres el mantra y los rezos que renace aunque se muera.

ÂŤEsÂť Es hoja, es pluma, es la brisa, sorbo de agua en la vereda, aire puro en la humareda, es el eco de mi risa. Libro abierto en la repisa con hojas que escribo a diario, citas en el calendario a que no olvide el detalle: la medida de su talle, lo que apunto en mi breviario. Es la pausa en la carrera, en subida y en bajada de una vida en parte ajada y que lleva a su manera. Es su rumbo dondequiera y a su vuelta yo le espero. Es su paso verdadero, que todo en ella es veraz y, si no, serĂĄ capaz de acercarme a su lindero. Es piel, cabello, saliva, calor, humor, carcajada. Es suya una sombra alada


es un bien libre, impulsiva. Es la luz que viaja altiva su eterno viaje infinito, el secreto tras el rito, la endivia que sufre el fuego. Es la paciencia a mi ruego campo fértil que visito. Es lluvia leve que trae y baña mi humanidad, es en los ojos verdad, es un misterio en la RAE. Es el rocío que cae y besa las flores nuevas. Es el refugio en la cueva, es el pan que sacia mi hambre. De su flor soy el estambre de mi costilla no es Eva.

«De música matutina» Uno cavila en lo suyo, apresurado destino parece extraviado el tino y en la prisa no hay arrullo. Algún bocado me engullo y el afán que se empecina. El tedio de uno festina al son de la viejas latas, bocinas y peroratas de música matutina.


«Santa Cecilia» Por tu simbólico nombre, Cecilia, amor infinito, velas este arte bendito que alegra el alma del hombre. Sea que un tono le asombre y en tu gracia te menciona, sea en creación dulzona que te plazca totalmente. Hoy te tenemos presente, del genio Santa Patrona.

«De los músicos» Captura nuevos sonidos como por arte de magia y en melodía se adagia, la expresión de su latido. Le da a la vida sentido desde el vientre hasta el cajón. Respira y sueña canción conectando nuestras almas, siempre se resuelve en calma lo que al arte es bendición.


«...dos, tres, cua'» Lonjas, clavijas, bordones pistones, varas, teclados con sentimiento afinado en trompetas y trombones. La mano tensa cordones que estiran bien la membrana, cordófonos, voz lozana. El bajista mira y cuenta. La banda le mira atenta, un, dos, tres, y la jarana.

«Un acorde de tu mano» Tu mano pulsa un acorde suave, tímido que inunda el espacio donde funda melodía que la aborde. Una hebra que va hasta el borde, hilo de metal preciado premunido de arpegiado de tono que da armonía desplegando melodía lo largo de su encordado.


«Maldigo» Maldigo el que hala el gatillo y mata al que va de frente con futuro en el presente y siempre en el ojo un brillo. Maldigo al que con pitillo une fuego con dolor inflamando el estupor dejando el bosque en cenizas que toda la piel se eriza, ¡cuánto será mi dolor!. Maldigo, si normativas prometen oro y el moro y en verborrea de loro, mentiras decorativas. Maldigo al que llega arriba y olvida hasta su dolor desdeñando aquel amor del que dio todo por él, de su mesa sin mantel, ¡cuánto será mi dolor! Maldigo el poder sangriento que nos pone el alma en vilo, mundo pendiendo de un hilo por su apetito y sediento. Maldigo este Poder cruento con sus voces de exterminio que busca extender dominio a punta de excusas huecas


donde pasa deja seca la vida y su vaticinio.

«Plan» Alojé en tu pecho el sol y a tus manos di la lunaLas estelas, de una en una, dieron luz a tu arrebol. Levó vuelo el girasol y me fui de polisonte por sobre venus, tu monte, por la curva de tus ríos donde se hace a un lado el frío y se inclina el horizonte. Polvo cósmico el que cae en los poros sudorosos entre goce, entre rebozo que a nuestros maderos rae. Un polo que al otro atrae desde que nació la luz cuando tronó el arcabuz inaugurando este tiempo y este espacio, nuestro tempo, del cielo en mi tragaluz.


«Es tu sonrisa mi cita» Es tu sonrisa mi cita que firmo como la mía, de bella caligrafía manuscrita que palpita. Armonía que suscita una mágica aventura que llega a la comisura por el tramo anacarado del sutil carmín bordado de su mágica costura.

«De los humildes» Gente que viene del monte, gente que viene del mar, gente que viene a cantar bello canto del sinsonte. Gente que ve el horizonte, el que se abre como atajo, gente que viene de abajo y en su mano la ilusión cuando canta esta canción con su alegría a destajo. Gente de todo color de arco iris, de negro o blanco, gente con su rostro franco


que trae en el pecho calor. Canto que olvida el dolor aunque sea por un rato, gente de humildes zapatos y que baila con orgullo y en su solapa un capullo, gente de paso sensato.

«Tu voz y su voz, el dúo» Hacer voces y armonías no es un trabajo sencillo, hacer que luzca con brillo una bella melodía. Son dos voces que se lían como un surco de la nada, dos voces bien colocadas que se trenzan como en una como el lucero y la luna en esta noche estrellada.

«Un abrazo» Un abrazo al solitario, otro abrazo va al enfermo, un abrazo ancho y fraterno, un abrazo epistolario.


Hoy que cierra el calendario un abrazo es lo que quiero, un abrazo decimero y un abrazo decimista, un abrazo va optimista. ÂĄUn abrazo es lo que espero! Un abrazo al desolado amor, ese que duele hondo, un abrazo con trasfondo, un abrazo enarbolado al que hoy huye, al refugiado, un abrazo al hombre viejo, un abrazo cerca o lejos, un abrazo que inaugure un abrazo que perdure el recuerdo de tu espejo. Un abrazo por su amor, un abrazo va al amigo, otro abrazo al enemigo, un abrazo abrasador. Un abrazo de calor, un abrazo que no aburra, un abrazo que susurra esas palabras de tu alma. Un abrazo que dĂŠ calma, o cuando el dolor te amurra.


«Para la guerra, nada» Para el niño va un abrazo, una cuerda que saltar, una capa pa' volar y dormir en mi regazo. Pa' pintar un bello trazo desde el mar traigo un coral. Su risa es un manantial que contagia a todo el mundo, carcajeo tan fecundo, una flor para mi ojal. Para la guerra, nada!

«Todo los días» ¿Me lo dictará el mercado anotando el calendario, a mí, que lo vivo a diario degustando su bocado? Amor es el que ha calado en el tiempo y la distancia y perdura en su fragancia a cuentagota o en torrente, que es el mejor aliciente a quien la vida argumente. Amor, la copa divina


se reparte libremente y cada tiempo es presente, modo verbal que festina. Cual colibrí que avecina su misterio, nos da cita y posa en tu cabecita en susurro su mensaje, señalándote el paraje prendiendo tu lucecita. No hay un día si son todos, como gigante placenta que nos nutre y nos sustenta, siempre es fértil su período. Si el amor encuentra el modo lo demás es accesorio. Es un estado en jolgorio que gestiona los segundos: libertad del vagabundo, y entre casorio y velorio. A tientas e indefinible, -que lo sé yo y lo sabe ella que ante la luna más bella motivó el verso sensiblese hace en el alma visible proyectado luminoso, en su abrazo de reboso «engendra la maravilla», sentado en su humilde silla disfruta su arte, dichoso.


«Décima de primavera» Beso y un abrazo dado temprano por la mañana, suave apretón que no daña, mas provoca desenfado. A ustedes la primavera, a nosotros el otoño, la bella se arregla el moño y se encacha la mollera. Se prueba corta solera y muestra sus fuertes piernas. La tarde de brisa tierna reúne a los enamorados mediante un abrazo alado de esperanza sempiterna. La aurora es una vecina a todas luces despierta y que de noche no advierta como en su viaje patina. Bella flor que se avecina en la estación del amor que irrumpe con su clamor buscando rondar el año y brinda sin ser tacaño, pero da aprieto al pudor. Llegan los niños al prado donde inauguran su andar y sobre el pasto al calzar


gozan del sol su bocado. Mientras algún jubilado tiende su espalda al calor pañuelo seca el sudor y desempolva sus sueños de cuando era único dueño de este mundo y su esplendor. Quisiera ser la estación que colorea el desierto, tener el nervio despierto y dar vuelo a la pasión. Ser la rueda en tu tracción que suba hasta el infinito y baje hasta el rinconcito donde descansa tu huella y junto a tu sombra bella respirarte despacito.

«Que viva!» Que viva tu fiel sonrisa iluminando rincones, y que vivan las canciones que me llegan con la brisa. Que vivan las hortalizas que colorean mi mesa, y que viva en mi cabeza el recuerdos más preciado, los sitios donde he andado


donde aprendí de nobleza. Que viva la gota fresca que baja con el rocío superando el desafío de nutrir cuando anochezca. Que viva el amor y crezca con su trazos invisibles que hacen que sea posible el mundo que merecemos, que fecunde el suelo yermo y al terror se haga inaudible. Que viva el tierno regazo y la mano que acaricia que hace gala de experticia y me trenza con un lazo. Que viva también tu abrazo extendido y sin apuro que me hace sentir seguro cuando se viene la noche. Que viva en mí tu derroche del amor inquieto y puro. Que viva el diario misterio que espera por ver la luz a través del tragaluz por sobre todo lo serio. Viva el tono del salterio y el acorde que acompaña que nos une y nos apaña en cantos de humanidad


cuando cantan la verdad en risa y danza pavana. Que viva aquel que se entrega, que viva su esperma noble que como savia de roble se entrega al fruto en su brega. Que viva el agua que riega el vientre de lo fecundo, inmenso en su amor profundo siendo el ejercicio diario, porque es justo y necesario para hacer girar al mundo. Que viva la tolerancia que hay espacio para todos donde descubrir el modo de acabar con la arrogancia. Que viva en mí tu fragancia que tu cuerpo me regala y me coloca las alas para volar junto a tu alma al refugio de tu calma donde no alcanza una bala.

«Bienaventurados» Bienaventurados todos ellos de buen corazón, lo que abrazan la ilusión


soñando codo con codo. Los que se alzan desde el lodo con la grandeza de su alma, bienaventurada calma una vez que se ha logrado, bien el que refugio ha dado como un abrazo que empalma. Bien por el ser tolerante que se pone mis zapatos, camina, aunque sea un rato a mi lado y no adelante. Bienaventurado amante de la vida hasta la muerte, bien por el que da su suerte, su grandeza y sus miserias y que no cae en la seria desventura y se hace fuerte. Bienaventurado el hombre, el que ve en sí a sus iguales y no se pierde en triviales negocios de raros nombres. Bienaventurado prohombre sin nada que sus recuerdos y los comparte bien cuerdo luz de su sabiduría que brinda su mejoría, vida que sella un acuerdo. Bienaventurado el día después de la larga noche


donde no queda reproche si no alegre melodía. Vida la que ella paría bienvenida ella y su don de calmar al dormilón con sus ancestrales modos, bienaventurados todos ellos de buen corazón.

«Beso» Si me transformo en un beso, si cambio en una caricia libando de tu delicia abandonado poseso. A dormirme en embeleso arrastrado por tu brazo flor florida en tu abrazo orquestado de silencio, es parte de lo que agencio lo que uno en cada retazo.

«Su tiempo» Las cosas toman su tiempo crece el árbol lentamente, de semilla antecedente,


al cielo y sin contratiempo. Todo va a su propio tempo entre recuerdos y olvido por algún sordo quejido o un abrazo que regresa, la vida, a veces traviesa, un camino recorrido.

«Contigo tendido al trigo» Contigo tendido al trigo. Viento tibio por la tarde. El amor que no hace alarde porque sigue siendo abrigo. Sabes que marchas conmigo, sabes de manos sudadas sintiendo la dicha alada bajo esta bóveda azul cuando descubres el tul a mis anchas develada. Tendidos entre la brisa que atraviesa nuestra orilla se brinda la maravilla que dibuja tu sonrisa. Me descubres la camisa y tus manos son mi pecho que en improvisado lecho sincroniza mi latido y un ancestral alarido


sube al cielo nuestro techo. Es primero de este mes y el amor es calendario que vamos marcando a diario con los besos en tu tez. A veces eres un pez en mis torrentosas aguas la misma, la que me fragua si cuando encandescente estoy la vez que en cuerpo y alma voy enredándome en tu enagua. Trigo juega en tu cabello que se confunde en la espiga y hace que mi mano siga leyendo tu tramo bello. Es enero y es el sello del sitio en el universo donde no ha de faltar verso que a estos seres mitológicos les lleve en un viaje cósmico cuando el pan nos laude tersos.

«Tiempo al tiempo, a su medida» Tiempo para los compases. Tiempo de los arrumacos. Tiempos locos, bien cardiacos. Tiempo de armar un full de ases.


Tiempo para aquel que nace. Tiempo para aquel que muere. Tiempo, que una herida hiere. Tiempo para la Memoria. Tiempo que alude a la gloria. Tiempo es lo que se requiere. Tiempo, el desaparecido. tiempo para su rescate Tiempo del pulso que late. Tiempo rejuvenecido. Tiempo tan apetecido. Tiempo para dar amor. Tiempo de avivar calor. Tiempo a cosechar los frutos. Tiempo escaso diminuto. Tiempo de darle color. Tiempo para las verdades. Tiempo para la justicia Tiempo contra la injusticia. Tiempo en todas las edades. Tiempo de las amistades. Tiempo con el cual se brindan. Tiempo, de la torta guinda. Tiempo para compartir. Tiempo, que antes de partir, tiempo que al rencor deslinda. Tiempo para hacer la pausa. Tiempo para proseguir. Tiempo para resurgir.


Tiempo a refundar la causa. Tiempo del azar y causa. Tiempo de curar heridas. Tiempo, Gracias a la vida. Tiempo de Víctor, Violeta Tiempo noble y sin vendetta. Tiempo, dicha merecida. Tiempo al parto doloroso, tiempo duro en que nacemos. Tiempo que nos merecemos. Tiempo a veces pesaroso. Tiempo siempre poderoso, tiempo que todo lo cura Tiempo para la dulzura. Tiempo extra de despedidas Tiempo, pasión encendida. Tiempo de adentro hermosura. Tiempo el abuelo en su silla, tiempo en la última estación Tiempo, nanas y canción tiempo y se agotan las millas. tiempo libre de rencillas, Tiempo paz consigo mismo. Tiempo para el optimismo. Tiempo que a veces violento. Tiempo para estar atentos Tiempo por sobre los -ismos. Tiempo que fragua otro tiempo, tiempo todo a su momento.


Tiempo vital alimento. Tiempo, aun con contratiempo tiempo cada uno a su tempo. Tiempo de asentar la risa. Tiempo de humilde camisa Tiempo, ser sin parecer, tiempo que te quiero ver. Tiempo para tu sonrisa. Tiempo de nuevas propuestas, tiempo de viejos problemas, tiempo que antes un dilema, tiempo no llevas a cuestas. Tiempo las horas que restas, tiempo duro que descresta, tiempo y sin perder cordura Tiempo al borde de locura. Tiempo, tranquilo y sereno. Tiempo, poco, pero bueno, tiempo de buenaventura. Tiempo para el inmigrante, tiempo para el indigente, tiempo para ser mรกs gente tiempo para el buen talante. Tiempo mirar adelante, tiempo de amabilidad. Tiempo honesto de verdad. Tiempo, sรณlo pido tiempo. Tiempo y no andar al destiempo, tiempo de la honestidad.


Tiempo dedos en la frente. Tiempo para las delicias, tiempo tierno de caricias, tiempo a fin al resiliente. Tiempo para el que lo siente. Tiempo para los anhelos. Tiempo de correr los velos. Tiempo de tomar tu mano. Tiempo de adulto y de enano. Tiempo ausente de recelos. Tiempo para el decimismo, tiempo de parir los versos. Tiempo de nuevo universo, tiempo libre de purismo. Tiempo para el neologismo. Tiempo al tiempo, que aún hay tiempo, tiempo incluso en entretiempo. Tiempo que buscan mis rimas, tiempo arriba en la tarima Tiempo, soy tu pasatiempo.

«Ella y Él» Ella le habló con sus alas, El devolvió una sonrisa, breve instante inmortaliza eso que el amor avala. Dulce flecha que hondo cala sobre toda diferencia,


cada cual con su experiencia cada vuelo, cada mano. ¡Cómo libre es el Humano cuando rige su inocencia!. Sólo les bastó ese beso en el cruce del camino donde se selló el destino de aquel su sentir poseso. El amor brindó el acceso aquella tarde otoñal y descansó en el nidal tibio, frágil, cual segundo cuando se detuvo el mundo con el beso original.

«Libre» Desatada, libre y dueña, libre viento y poderosa, libre piensa, revoltosa libre, de nada se adueña. Libre, así grande y pequeña libre conquista y descubre, libre por lo que la encumbre, ser libre en cada batalla. Libre cuando no se calla, silencio libre es su lumbre.


Libre para decidir, libre y en cualquier rincón, ser libre en toda canción vestir libre decidir. Por dejar, libre a sentir sola, libre, en multitud, libre es tu mayor virtud, libre en amor y pasión, por la libre exaltación, un ser libre en plenitud. Libre de odio y de venganza, libre de sombras ajenas, libre de las negras penas, libre como cuando danza. Aire de libre esperanza que se cuela libre y fresca que en tu pecho libre crezca tu esencia de libre y bella, libre como tú y como ella libre flor la que florezca. Libre de cualquier cliché, de la cruel calimba. Libre de la castidad y el timbre, libre del 'Dama' y 'Usted'. Teje libre a croché el punto libre que quiera, libre de madeja fiera que la amarre y no la libre. Libre aroma del jengibre, risa libre la que riera.


Libre que no queda de otra si creo en el hombre libre. Libre porque crea y vibre, libre fuerza que se empotra. Libre tu viento el que trota brisa libre en tu cabello, libre de pesos tu cuello como libre de equipaje. Ser libre, único ropaje. Ser Mujer, libre destello.

«Décima de Manifiesto» «Ahí donde llega todo y donde todo comienza canto que ha sido valiente siempre será canción nueva.» (Víctor Jara) Si el verso sana una herida que duele en el ser humano he de tenderle la mano como a la mía querida. Honrar así, con mi vida, a quien se brinda por todos, que no escatima en el modo y se refleja en el otro, valiente va como un potro «ahí donde llega todo.»


La vida muestra el camino y los senderos nos cruzan sorteando escaramuzas forjando un nuevo destino. Junto a ti es cuando festino, donde tu mente me piensa, tu corazón y conciencia. Qué bien que se dé el encuentro, trallazo que vuelve al centro «y donde todo comienza.» Juntos somos melodía, somos versos de nuestra era, utopías por quimeras renuevan el día a día. Despliega su epifanía la luz del crisol ardiente esa que hermana a la gente en la ronda como a muchos, sin uniforme o cartucho, «canto que ha sido valiente.» Vuele así la convicción por lo que es justo y preciado en este tu canto alado y en toda generación. Vuele libre la pasión que cada lucha renueva y en su marea nos mueva mano a mano, codo a codo, que canto que vence al lodo «siempre será canción nueva.»


«Entró al mar» (sobre "Alfonsina y el mar") La arena besaba el mar lo mismo su frágil pie a cuál submundo se fue, dónde la puedo encontrar. A cuál fondo fue a vagar detrás de una dulce voz que en su lecho un sueño atroz la arrulla en el fondo oscuro. Dónde selló el sueño duro que hizo este olvido feroz. Fantásticos bellos seres que te llevaron consigo al coral, al verde trigo, libre de atuendos y enseres. Le diré que no te espere, le diré a él que te has ido, que entre las olas has fluido, que es verso el que te renueva, lecho marino por cueva y la marea un gemido.

«Yerma» Yerma donde nada hoy nace así un terreno de sal donde poco crece y mal


y si brota languidece. Acaso germen subyace con los sueños por un sol, por llegar a ser frijol encumbrado en las alturas, consagrar esa aventura y teñirse de arrebol.

«Espinas» Causan dolor las espinas y sangre cae en la copa. Se pierde el cuerpo en la ropa y la piel sabe salina. Canta muda la ocarina al estrellarse su arcilla y este labio ya no brilla el beso ciego agrietado, las espinas le han clavado sus restos en esta silla.

«Ausencia» Con espinas en la frente y piedras en el camino que hizo descalzo, sin tino su destino penitente.


Si divaga entre la gente presa de la indiferencia y ahogado en la impotencia corre ya la llamarada, certidumbre develada si hay un infierno es tu ausencia.

«Sueño de flores» Descansa junto a las flores antes de seguir su rumbo, largas jornadas su mundo en brotes multicolores. Pétalos sobre dolores y rudeza en las espinas. Despierta en flores camina: «Rosas, fresias, crisantemos frescas y bellas vendemos», pergolera voz que empina.

«Mi sueño» Sigo viviendo mi sueño aferrándome a la vida, la alegría es consentida y a ello le pongo empeño. Cohabita en mí el pequeño


que descansa aún en mi pecho y que vuelve siempre al lecho donde entibia aún el tizón donde canto una canción y me duermo satisfecho.

«A tu sueño» Le robo horas a tu sueño que nunca he de devolver, vuela el tiempo, y el placer me justifica el empeño. Que nada apague este leño, que siga viva su brasa y sea mi piel que abraza, el ungüento que me salva, y en vigilia y hasta el alba, tu pulsar que me rebasa.

«Soledad en la casa azul» (a Frida K.) Soledad en mis pinceles, muros pintados de azul entre gasas y entre tul, dentro de un corsé que duele. Cama de fierros que muele


mis deseos y arrebatos. No camino en mis zapatos ya no es mío el caserío. yo te espero, amado mío, en mi sueño a cada rato.

«Escribo y me desprendo» Hoy escribo y me desprendo de versos que vuelan más y míos nunca jamás, ni permuto ni los vendo. Desde cada lado, sendos, donde abro mi corazón y vierto la desazón cuando gana la alegría, versos desde el alma mía me soplan una canción. Tras cada palabra suelto mis semillas a las aves, le impulso el aire a la nave donde me lleva resuelto. Si no hay chauchas, menos vuelto. Viento, amigo, siempre en viaje, mis versos en tu equipaje a cada destinatario te llevas contigo a diario mi transitorio ropaje.


La celebro cada día en besos, risas, abrazos, y su lado, de su brazo renuevo mi poesía. Viajé por el universo en la bestia más amable para que mi voz hoy hable y reparta mis mendrugos, que cada día madrugo con la tinta de mi sable. Se fueron sin rumbo fijo, sin conocer su destino. Mi voz y paso cansino también suelta este acertijo, no es mi Mujer y no es mi hijo, es la sangre que me inunda y cada día se funda el sueño siempre soñadom cuando descanso varado donde el amor hoy me abunda. Van las líneas, se marchan y me desprendo al amor, sumo con ella calor con que derrito la escarcha. Suelto el ancla, y ella emparcha mis belas, y, mientras tanto, miro sus ojos, le canto nuevos versos que me inspira y, entre su piel y mi lira, le doy largas al espanto.


«Poesía» Pétalo que antes cristal dulce beso en el espejo, pasos que vienen de lejos que zumban hasta el panal. En la noche pedernal te emparenta con la estrella que suavemente me estrella después de un eterno viaje adornando mi paraje de todo lo que encierra ella.

«Todo gracias al amor» Le espera siempre en la tarde en la puerta de la escuela cuando la ansiedad se cuela por verla ahora está que arde. En ese abrazo hace alarde con su Madre y su calor siente en la mano el candor, y se unen camino a casa donde el temor ya se pasa, todo gracias al amor. Imberbe y con ilusión lleva el mundo por delante, no hay en el mundo calmante


que limite su pasiĂłn. Alegre va su canciĂłn, de lado el primer temor que muta beso por flor su primera enamorada con mejilla sonrojada, todo gracias al amor. Se refleja en la mirada, en el pelo y en su piel coge risas a granel y alguna mala jugada. Carne de mi carne dada, de la vida y su clamor, son la mĂĄquina y vapor motivo de los esfuerzos, los hijos, bellos y tersos, todo gracias al amor. Situado a medio camino digiero mis experiencias que todo tiene su ciencia sea de a golpe o con tino. Hoy, de frente a mi destino, disfruto sin resquemor pues todo tiene valor, incluso lo negativo guarda en sĂ­ algo positivo, todo gracias al amor. Como si de siempre ahora, sin mediar una palabra,


este don su surco labra, ¡tenía que llegar mi hora!. Lentamente el fruto aflora con su jugo y su color y disfruto su sabor en la palma de su mano, espera que no fue en vano, todo gracias al amor.

«El silencio de las piedras» Canta en silencio la piedra en su camino hacia el mar profundo, de par en par le espera salina hiedra. En su camino ella empedra de voces y melodías, desde la noche hasta el día el canto de todo el Hombre esperando a que le nombre, fecundando poesía. Avanza, horada el camino en su trasiego infinito, piedra caliza o granito, va tallando su destino. El mar es cuaderno fino donde ella engendra sus versos, la marea y flujo tersos nos los devuelve en su ofrenda


para que el Hombre la atienda, en sueños del universo. Soy el hombre y soy el hijo, hago voz con su silencio y entre mi empeño me agencio entre rima y acertijo. De uno en uno yo ensortijo en mi sueño de juglar sin saber donde varar en la inmensidad costera, que en tu risa verdadera no me canso de buscar.

«Serenata» De serenata nocturna son ahora mis canciones, de nostalgias y pasiones casuales y taciturnas. La guitarra, mágica urna, que libera en cada nota un enjambre que denota los nudos del corazón, lo hilos de la pasión y en cada acorde se nota.


«El pan nuestro de cada día» (a F. García Lorca) No sólo al pan vive el hombre, las migajas que nos dan. Para asegurar el pan ha de el saber ser el nombre. Come cultura prohombre, sacia el apetito urgente que es el pan entre la gente que asegure su gestión, el placer de digestión del que alto lleva la frente. No somos esclavos, orden, así, hambrientos del Poder. Es instinto el aprender, que a las fronteras desborden. ¿Caen frutas del desorden de la natura, y los libros? Con saber, en él me libro. Libro equivale a amor, páginas contra el temor. ¡A ser todos portalibros!. Es oxígeno a la vida en su devenir constante hacia el cielo, hacia adelante bella gestión atrevida. Censurada, perseguida por grillos de la ignorancia, mas no cesa su fragancia


y los pies encadenados en la celda el más letrado se sacie de su abundancia.

«Quisiera» Quisiera versar sus labios, sus manos hablen por mí, su lecho en que me dormí donde plasmó besos sabios. Superar esos resabios en renglones florecidos, se enteren de mi estallido tras luz de suave candil, o de su modo gentil que enmudece mi alarido. Quisiera no ver derrumbes de bloques y fríos cuerpos o de saber que un cruel cepo llamó a la muerte a que zumbe. Que al hombre una bala tumbe porque piensa diferente o que su piel, de repente, provoque cruel incentivo. Quisiera el bosque nativo fecundando eternamente. Quisiera no oír más el llanto de Madre que pone el pecho


contra el corazón estrecho tras ese fusil de espanto. Si fracasó el esperanto y neas tecnologías, cómo quisiera que hoy día la Paz colmará su esencia y en los niños la inocencia fuera ronda y melodía. Seguirá el amor su pulso y latir hasta el final o ver secar el caudal de mi remanso convulso. Mas siempre atento al impulso de lo que me une a la gente, a su clamor divergente, sus fundamentales temas: Vida y Amor, sus emblemas, versado en Décima Urgente.

«Cárceles» La cárcel llena de pobres y los ricos en sus casas la justicia que se basa según dinero en el sobre. El que no tiene ni cobre purga las penas de todos, sin apellido no hay modo mucho menos igualdad


sin Poder, es la verdad, estás más cerca del lodo.

«Infancia» Y volver a esos encantos, aunque así sólo un minuto, a ése mundo diminuto de risas, juegos y cantos. Recordarte mientras tanto entre las fotos y aromas que, de tanto en tanto, asoman sensaciones de otros días, niño corre de alegría y en sus sueños nos retoman.

«...que comience el canto en su voz» Descansa mi voz un rato al silencio sumergida y sigo por la avenida entre ruido y alegato. Sea este verso legato en los mundos diminutos, brote el sueño resoluto y se cante en las veladas mi décima más amada contra el devenir más bruto.



Prólogo

9

Sobre las razones

11

De un lugar imaginario 13 Joane Florvil, mujer negra asesinada 15 El día que yo muera 16 Caballito de mar 18 Humanidad 19 El verso que me escribe 21 Alto al fuego 22 Mujer 23 Paraíso 23 Con ella 24 Al poeta Marcos Ana, in memorian 26 Descubre el amor 27 Santiago Maldonado 28 Es 29 De música matutina 30 Santa Cecilia

31

De los músicos 31 … dos, tres, cua’ 32 Un acorde en tu mano 32 Maldigo 33


Plan 34 En tu sonrisa mi cita 35 De los humildes 35 Tu voz y su voz, el dúo 36 Un abrazo 36 Para la guerra, nada 38 Todos los días 38 Décima de primavera 40 Que viva! 41 Bien aventurado 43 Beso 45 Su tiempo 45 Contigo tendido al trigo 46 Tiempo al tiempo, a su medida 47 Ella y él

51

Libre

52

Décima de manifiesto

54

Entró al mar (sobre “Alfonsina y el mar”) 56 Yerma 56 Espinas 57 Ausencia 57 Sueño de flores 58 Mi sueño 58


A tu sueño 59 Soledad en la casa azul (a Frida K.) 59 Escribo y me desprendo 60 El silencio de las piedras 64 Serenata 65 El pan nuestro de cada día (a F. García Lorca) 66 Quisiera 67 Cárceles 68 Infancia 69 ...que comience el canto en su voz

69


Enero de 2018 Editorial Opalina Cartonera


Los libros de la editorial opalina Cartonera SON OBJETOS DE ARTE COMPLETAMENTE ARTESANALES - fabricados con nuestras patas delanteras todos hechos con dedicaciรณn, delicadeza y carรกcter

Opalina Cartonera





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