A LOS HABITANTES DE LA CUENCA DEL RIO SAN PEDRO EN NAYARIT AL PUEBLO DE NAYARIT AL PUEBLO DE MEXICO Quienes integramos esta comisión encargada de impulsar la creación de un movimiento para el Desarrollo Sustentable de la Cuenca del Río San Pedro en Nayarit, representantes de comunidades indígenas, ejidos, cooperativas y sociedades de producción rural, manifestamos lo siguiente:
CONSIDERANDO 1.- Que la Cuenca del Río San Pedro posee un inestimable patrimonio natural, producto de procesos transcurridos al cabo de miles de años, y que ha tenido y tiene como su principal recurso las aguas de su río. 2.- Que las características naturales de dicha región le permiten cumplir servicios ambientales de extraordinaria importancia para la zona, el país y el planeta entero, lo cual es fundamental en el momento en que nuestra Madre Tierra enfrenta los estragos ocasionados por la crisis ambiental y, particularmente, por el cambio climático. 3.- Que en esta región se ubica gran parte de la zona de Marismas Nacionales, reconocida como el sitio de manglares más importante de todo el Pacífico americano, razón que la coloca como área protegida por convenciones internacionales (RAMSAR) y, próximamente, por instrumentos jurídicos nacionales (como ANP). 4.- Que los manglares juegan un papel fundamental en los sistemas costeros debido a que, entre otras cosas, operan como barreras de contención ante fenómenos meteorológicos y zona de amortiguamiento en caso de inundaciones; contribuyen a limpiar las aguas que descienden de los ríos y a purificar el aire de la zona; son
espacio de reproducción de un número importante de especies acuáticas, vegetales y animales, tanto endógenas como migratorias, etc. 5.- Que la Cuenca del Río San Pedro posee por consecuencia un extraordinario patrimonio económico y social que ha podido crearse y puede desarrollarse mucho más, debido precisamente a la riqueza de recursos naturales de la que goza, particularmente gracias a la riqueza del recurso hídrico. 6.-Que igualmente, la región posee un invaluable.patrimonio histórico-cultural en sus núcleos humanos, especialmente en las comunidades habitadas por los hermanos de los pueblos originarios, quienes mantienen y regeneran a pesar de muchas dificultades, sus lenguas, tradiciones y costumbres, su visión del mundo y su sabiduría ancestral, su respetuosa relación con la Madre Tierra. 7.- Que el respeto, cuidado y fortalecimiento de ese patrimonio natural y sociocultural es, por las razones generales expuestas, un deber de todos los habitantes de la Cuenca, del estado y el país, así como de todas y cada una de sus autoridades civiles y tradicionales. 8.- Que el desarrollo de las comunidades de la Cuenca, debe ser concebido en todo momento como un proceso de elevación de la calidad de vida de todos sus habitantes, sin poner en riesgo el equilibrio ambiental y la posibilidad del aprovechamiento razonable de esos mismos recursos por las siguientes generaciones. 9.- Que dicho desarrollo debe tener como sus actores centrales a los mismos habitantes de la región, pues somos nosotros, quienes como ciudadanos, tenemos el derecho y la responsabilidad de decidir mediante una participación informada y activa, el sentido de nuestro presente y nuestro futuro y las estrategias para alcanzarlos. 10.- Que el papel de los gobiernos, es tomar decisiones y desarrollar acciones tendientes a hacer valer el interés general, es decir, el interés del pueblo, por encima de intereses económicos, políticos, sociales o culturales de grupos, por poderosos que estos sean; para lo cual deben brindar a la sociedad que los eligió y que los sostiene, respuestas oportunas, eficaces y sustentables. 11.- Que existen estrategias de desarrollo sustentable que permiten mancomunar creativa, respetuosa y corresponsablemente, el esfuerzo de pueblo y gobierno, de ciudadanos y autoridades (esfuerzo al que debe sumarse el de las universidades, de los institutos de investigación, de organismos de asesoría, de financiamiento y de desarrollo social), capaces de garantizar que las rutas elegidas para alcanzar el desarrollo, se basen en todo momento en el respeto y la atención de los intereses y las necesidades del pueblo (depositario original de la soberanía), así como en decisiones
científicas y técnicas sólidamente sustentadas. 12.-Que en esta región, al lado de todo el patrimonio mencionado, existen desde hace no poco tiempo, lacerantes condiciones de atraso económico que afectan de forma creciente la calidad de vida de la población, condiciones que fueron producidas por la crisis estructural del campo mexicano, y que se han agravado por el abandono del sector por parte del estado, por la liberalización comercial en el contexto del TLC y por la reciente crisis financiera internacional. 13- Que este importantísimo ecosistema regional ya se ha visto severamente afectado, debido a la construcción de obras de ingeniería inadecuadamente concebidas, como el Canal de Cuautla y la presa de Aguamilpa, las cuales han provocado daños ambientales acumulados que han afectado gravemente las de por sí dañadas condiciones productivas y sociales de la región (principalmente, ocasionando una disminución sensible de los aportes de sedimentos –que incluyen lo mismo lodos que nutrientes-, salinización de tierras y de cuerpos de agua, erosión costera y en el cauce del río, hundimiento del cauce del río, muerte de miles de hectáreas de manglar, con los consecuentes impactos negativos en la cantidad y calidad de la producción pesquera, agrícola, ganadera, silvícola y forestal). 14.- Que la Comisión Federal de Electricidad, con los objetivos oficiales de generar energía limpia para su venta, mitigar los efectos de las inundaciones en la zona costera, vender agua a los estados de Sinaloa y Sonora y crear empleo en la región, elaboró el proyecto de construcción de un sistema de presas en el Río San Pedro y otro en el Río Acaponeta, habiendo dado inicio a los estudios de factibilidad y de manifestación de impacto ambiental, así como a actividades de sensibilización temprana de los pobladores, para la construcción de la Presa de Las Cruces en el municipio de Ruiz.
MANIFESTAMOS 1.- Nuestra más profunda convicción de que el agua del Río San Pedro es la fuente y el sustento principal de la vida y la cultura de nuestros pueblos, de la vida nuestra y la de nuestros hijos, de la vida de las futuras generaciones en estas tierras que nos pertenecen; que es un patrimonio fundamental que tenemos la fortuna de aprovechar, pero también la obligación de preservar y sanear; que no es una mera mercancía que pueda simplemente ser vendida y comprada en beneficio de algunos cuantos, poniendo en riesgo los procesos ambientales, sociales y culturales, presentes y futuros, que nos conciernen a todos. 2.- Nuestra certeza, fundamentada en la opinión y los datos generados por
numerosos especialistas de renombre nacional e internacional, de que la construcción de la Presa de Las Cruces no representa una opción sustentable de desarrollo para la región y el estado, y sí en cambio constituye un proyecto que entraña un enorme costo económico y un gran riesgo para la dinámica ambiental, económica, social y cultural, no sólo en la zona, sino incluso a nivel internacional, debido a que al agravar de forma quizás irreversible el deterioro de la región costera del estado, afectaría en la misma medida a Marismas Nacionales. 3.- Nuestra certeza de que las fuentes de trabajo que se generarían con esta obra hidroeléctrica estarían caracterizadas por la precariedad y su carácter provisional; de que la energía eléctrica que se generara para ser vendida, ni sería limpia, pues este tipo de obras hidroeléctricas produce mucho metano (gas que contamina la atmósfera y agudiza el calentamiento global), ni está pensada para resolver las necesidades de la región (lo que se demuestra con la ausencia del servicio en comunidades aledañas a las otras presas y en el precio del servicio de luz eléctrica); de que el control de las inundaciones provocadas por el río es una idea improcedente debido a que éstas desalinizan y fertilizan cíclicamente las zonas de manglares más alejadas del caudal del río y las tierras cultivables; y de que la idea de llevarse el agua de nuestro río a otras regiones que carecen del recurso es absolutamente inadmisible pues pondría en riesgo el equilibrio ambiental y social de esta zona. 4.- Nuestra preocupación por la forma como se viene impulsando este proyecto hidroeléctrico por parte de la CFE, sin informar abierta, adecuada, suficiente ni oportunamente a los habitantes de la región, y de toda la sociedad nayarita, sobre la naturaleza del mismo, sus objetivos y alcances, su costo, sus presuntos beneficios y sus probables riesgos, los mecanismos, fases y tiempos para su aprobación, todo lo cual pone en entredicho el respeto a la normatividad ambiental que rige un proceso como éste (por ejemplo al afirmar ante las comunidades que éste ya es un proyecto aprobado, en marcha e indetenible, lo cual por supuesto no es así). 5.- Nuestra opinión de que es social y políticamente injustificable la exclusión de la mayor parte de los habitantes de la Cuenca, o la inclusión manipulada o controlada de pequeños sectores de la misma, del proceso de discusión y de toma de decisiones sobre este crucial asunto, que por su trascendencia debe constituir un tema fundamental de debate público, abierto, informado, razonado, argumentado, y orientado a generar un gran consenso que responda razonablemente al interés general. 6.- Nuestro fundado temor de que si llegara a realizarse esta obra, los escenarios más previsibles serían el despojo de tierras y recursos, así como una profunda crisis ambiental con impactos nocivos directos sobre las actividades productivas de la región,
con los consecuentes efectos de descomposición social (al provocar el incremento de la migración y con ello la fragilización de familias y comunidades), y cultural (entrañando especialmente el riesgo elevado de pérdida de buena parte del patrimonio cultural de los pueblos originarios de la región). 7.-Nuestra convicción de que la acción organizada, coordinada y pacífica de todos los habitantes de la región, permitirá, mediante la exigencia de respeto al patrimonio ambiental, económico, histórico, social y cultural de las comunidades y pueblos de la misma, y mediante la exigencia de apego pleno a la ley por todas las partes, que se convoque al gobierno y a la sociedad nayarita a asumir a plenitud esta gran discusión y a acatar sus resultados, logrando de esa forma la defensa del agua, la tierra y del patrimonio de las familias, las comunidades y los pueblos de esta región, del estado y del país.
PROPONEMOS 1.-Que esta iniciativa involucre en el proceso de consulta para su aprobación o rechazo, a todos los actores sociales, económicos, políticos y culturales de la región, desde la sierra hasta la costa, pues todos nos veríamos afectados para bien o para mal, en mayor o en menor medida, por la eventual construcción de esta inmensa obra hidroeléctrica. 2.-Que se abran espacios de discusión pública, reconocidos institucionalmente, en los que participemos de forma activa todos esos actores, al lado de las instancias gubernamentales y diversas entidades de investigación científica (no sólo las contratadas por la CFE para realizar los estudios requeridos para la autorización de la obra). 3.-Que todo el proceso de evaluación de la factibilidad y del impacto ambiental y socioeconómico, así como las consecuentes resoluciones que emita la Semarnat, órgano responsable de otorgar el permiso correspondiente para que dicha obra se lleve a cabo, tenga lugar con apego absoluto a la legalidad, atendiendo en todas sus fases, y de forma plenamente transparente, tanto a los instrumentos jurídicos nacionales como a los internacionales que sean procedan. 4.-Que los estudios científicos realizados para la autorización de la obra, sean analizados y evaluados por instituciones de investigación distintas a las contratadas por la CFE, con el fin de emitir los dictámenes requeridos, evitando el conflicto de intereses que ello supondría.
5.-Que se hagan del dominio público los resultados de los estudios oficiales y del debate al que éstos sean sometidos, acordando que habrá de respetarse plenamente la decisión de la gente de la región que resulte de dicho proceso, vigilando que la misma tenga un fundamento científico y jurídico inapelable. 6.-Que más que apostar a la construcción de la presa como condición ineludible del desarrollo en la región, se reconozcan y apoyen alternativas de desarrollo regional y comunitario con carácter verdaderamente sustentable, orientadas a elevar la calidad de vida de las habitantes de la Cuenca y a desarrollar nuestras capacidades para ser los protagonistas de la construcción de un futuro mejor. 7.-Que dichas estrategias de desarrollo regional se lleven a cabo con un carácter integral, es decir, que comprenda lo ambiental, lo productivo, lo social, lo cultural y lo personal, buscando en todo momento impulsar el respeto y el reconocimiento intercultural, la equidad de género y los derechos humanos. 8.-Que se realicen obras de infraestructura alternativas, menos costosas y que respondan de mejor manera a las necesidades de la región, respetando en todo momento el criterio de la sustentabilidad como perspectiva de desarrollo integral. 9.-Que en lugar de destinar sumas cuantiosas de dinero a obras faraónicas cuyos resultados previsibles se antojan sumamente cuestionables, el Estado impulse el aumento a la inversión, la creación de empleos, la construcción de infraestructura, el otorgamiento de crédito, el aumento de asesoría técnica, la organización productiva, la transformación de materia prima para añadirle valor, la promoción de nuevos mercados, la organización comunitaria, la integración regional. 10.-Que se destinen más recursos a la educación y a la creación de alternativas creativas y formativas de uso del tiempo libre para los jóvenes, que contribuyan a la creación de ciudadanos libres y sanos capaces de sacar adelante a esta región, al estado y al país. ATENTAMENTE: “POR UN DESARROLLO RESPETUOSO DE LA VIDA”