Informe General 2007

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INDICE

I.- Aspectos metodológicos y conceptuales………………………... 3

II.- Instituciones y actores involucrados…………………………….. 36

III.- Tipos de intervenciones incluidas en la propuesta ProRegiones…………………………………………………………………… 46

IV.- Informe financiero…………………………………………………... 87

V.- Actividades 2007-2008………………………………………………

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VI.- Bibliografía………………………………………………………....... 103


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MÉXICO, LAS REGIONES SOCIALES EN EL SIGLO XXI Segundo informe para la Comisión de Evaluación Externa de los proyectos “México: sociedad y cultura en el siglo XXI” Coordinación de Humanidades UNAM, 26-27 junio de 2007 Este Informe ha sido dividido en cinco apartados: 1) aspectos metodológicos y conceptuales; 2) Instituciones y actores involucrados; 3)Tipos de intervenciones incluidas en la propuesta Pro-regiones; 4) Informe financiero; 5) Actividades 2007-2008.

I Aspectos metodológicos y conceptuales Por tratarse de los aspectos medulares de nuestro proyecto, iniciamos este informe a la Comisión de Evaluación Externa explicitando los aspectos metodológicos y conceptuales para un abordaje teóricamente coherente del tema y explicitando también las posibles contribuciones del proyecto a la literatura científica existente sobre el campo de la participación y el asociativismo sociales. Algunos de los referentes conceptuales de esta investigación habían ya sido expuestos en la complementación al informe presentado en el año 2006, otros, como el denominado “hacia una sociología de la convergencia” los hemos desarrollado posteriormente. En su conjunto esos referentes conceptuales son: el progreso y el desarrollo (fin de la idea de), la densificación social (búsqueda de), el entorno natural (agotamiento-preservación de), las regiones

medias

(fortalecimiento

de),

el

regionalismo

sustentable

(recreación de), la universidad en las regiones (función de), los espacios de generación de consensos (construcción de), una sociología de la convergencia (por encima de una de la contradicción y el conflicto).

Del progreso al equilibrio En los referentes que fundamentan esta investigación se encuentra la propuesta de que es necesario generar un cambio conceptual, es decir, cambiar los instrumentos, los lentes con que estamos observando e interviniendo sobre nuestro entorno: dicho de la manera más general, debemos


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pasar de la idea de progreso, movimiento y voluntad (crecimientoproductividad-competitividad...), a la de equilibrio, sedimentación, densificación y sustentabilidad.

Los conceptos con que los mexicanos y los latinoamericanos hemos analizado e intervenido en nuestras sociedades han cambiado de manera sintomática y muy sugerente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX: al principio nos apoyamos en concepciones ortodoxas tributarias de la modernidad capitalista y socialista; la apuesta casi ciega era que el generar clases dinámicas (hegemónicas), en su vertiente empresarial o en su vertiente proletaria, arrastraría tras de sí, a la manera de los ejemplos clásicos, al resto de las fuerzas sociales propiciando el progreso técnico, la acumulación y el desarrollo, o propiciando riqueza distribuible a partir de un estado racionalizador, diría el evolucionismo socialista (Alain Touraine, 1961, “Industrialización y conciencia obrera en Sao Paulo”; Gino Germani, 1960, Política y sociedad en una época de transición; Florestán Fernández, 1975, La revolución burguesa en Brasil; Raul Benítez ed. 1973, Fernando Henrique Cardoso, Manuel Castells, Florestán Fernández, Nicos Poulantzas, Alain Touraine..., Las clases sociales en América Latina; Pablo Gonzalez Casanova, 1980, Clase obrera y sindicalismo en México y América Latina; Jorge Basurto, 1972, “Obstáculos al cambio en el movimiento obrero”; Ilán Bizberg, 1985, La clase obrera mexicana).

La idea fuerza era el movimiento hacia un futuro mejor, la dialéctica de fuerzas poderosas

(básicamente

dos),

la

voluntad

centrada

en

una

clase

emprendedora o, cuando eso no fue obvio como en la primera periferia del capitalismo, centrada en la “revolución desde arriba”, desde el Estado. Había diferencias en la estrategia: evolución progresiva o conmoción y salto cualitativo (revolución), que constituyeron variantes en el camino imaginado para nuestra modernización pero, en cualquier caso, se trataba de una progresión hacia algo mejor, hacia un nuevo peldaño.

Muy pronto se hizo evidente, en efecto, que en las sociedades en tránsito, como se les llamaba, los agentes dinamizadores no eran los actores en el


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terreno de lo social (las clases, si se quiere), sino el Estado. En este punto, Barrington Moore (1973) y de nuevo Alain Touraine (1976), fueron decisivos; la discusión se desplazó entonces hacia ese terreno siguiendo distintas trayectorias: la más temprana de ellas en los años setenta, fue la ligada a las concepciones ortodoxas del leninismo: conciencia exterior a la masa convertida en partido revolucionario triunfante que, apoyada en la centralidad de la clase obrera, orienta al todo social valiéndose del instrumento dirigente privilegiado de las sociedades en vías de desarrollo: el Estado.

El que en América Latina se tratara de economías débiles, dependientes, primario exportadoras y de industrialización incipiente y lenta, generaba alguna nebulosidad entre los conceptos y la realidad, pero echando mano de las nociones de dependencia, desarrollo desigual y combinado, imperialismo, etcétera, y con mucha esperanza en el fortalecimiento de las fuerzas productivas y el ocaso de las oligarquías y el campesinado, nos las arreglamos desde los años sesenta y setenta para tener voluntad y confianza en que estábamos transitando, más lento o más rápido, por el sendero progresivo. Es testigo de ese momento uno de los ensayos que más impacto tendría en América Latina y que aseguraba que había fuerzas exteriores que dificultaban el progreso, pero que a pesar de ello, nos desarrollábamos: Dependencia y desarrollo en América Latina (Cardoso y Falleto (1969); aunque también es testigo de esto el ascenso generalizado de la acción y el pensamiento guerrilleros, ese asalto militar al poder para precipitar el cambio desde las alturas.

Los años ochenta nos hicieron despertar de la ilusión de la vía clásica y del atajo hacia ella que quisieron ser las guerrillas, y una vez terminada la pesadilla de la vía armada y la descomunal reacción de los ejércitos y las dictaduras militares, el panorama trajo nuevas evidencias: las grandes fuerzas sociales de los países originarios de Occidente no aparecían por ninguna parte, tampoco los partidos de clase y, para complicar el panorama, oligarcas y campesinos no se diluían, mientras la proliferación de la pobreza urbana volvía irrisorio el referente al “ejercito industrial de reserva”, entre otras cosas porque la industria nacional dejaría de crecer a partir de aquel decenio y hasta nuestros días, lo


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que se acompañó con una crisis del sindicalismo y de su efímera corriente en busca de independencia ante los grandes faldones del corporativismo.

Viviríamos, a partir de entonces, el quiebre y desaparición de la industria sustitutiva acarreados por la apertura, así como un control corporativo gangsteril de las industrias estratégicas y una explosión maquiladora sin ley (sin derechos laborales). La misma suerte y debilitamiento sufriría el otro actor supuestamente central de la modernización, el empresariado nacional.

Así que ya sin actores fuertes, tuvimos que conformarnos con algunas nociones conceptuales y de intervención social menos clásicas, lo que hizo variar en algo las cosas pero se encontró lejos de poner en cuestión nuestros axiomas centrales: el crecimiento, el cambio, la búsqueda de un peldaño mejor. Debilitados los actores estelares del progreso, rota de esa manera la idea de hegemonía clasista, los latinoamericanos pasamos a imaginar escenarios en donde nos pareció que sería posible, al menos, la vía de la acumulación de las maltrechas fuerzas que iban quedando.

El asunto, sin embargo, fue presentado con ribetes bastante sofisticados, y para ello recurrimos inteligentemente al pensamiento de Gramsci: ahora lo esencial en el problema de la hegemonía no era tanto la centralidad de la clase obrera, ni la burda acumulación de fuerzas, ni el partido o la guerra de movimientos en forma de asalto al poder; se trataba más bien de una reforma intelectual y moral, de una “síntesis más elevada capaz de guiar a todos los elementos clasistas, de masas, etcétera, bajo una “voluntad colectiva nacional popular”.

Con esto las concepciones latinoamericanas se olvidaron de las visiones tan ordenadas de “clase” y de “infraestructura”, adoptando las evocaciones menos puras de “la cultura popular”, el pueblo, la nación. Sin embargo, no desaparecían una serie de ordenadores conceptuales importantes: sociedad civil y sociedad política, guerra de movimientos y de posiciones, Oriente y Occidente, bloque histórico, clase dirigente y dominante, consenso, revolución pasiva, etcétera (Labastida ed.1985, Arico, Portantiero, Mouffe, De Riz, Laclau,


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Buchi Gluksman, Machioci, Zermeño... Hegemonía y alternativas de cambio en América Latina).

Hermana gemela de este momento conceptual, pero con una duración que la llevó hasta bien entrados los años noventa, fue la llamada teoría de los movimientos sociales: si bien no hay grandes fuerzas en el panorama, lo que sí tenemos es la proliferación de una serie de rupturas, enfrentamientos, embarnecimiento de pequeños actores y de actores medios que en sus luchas y acuerdos van ocupando espacios, venciendo a la estructura autoritaria, democratizando a la sociedad y a la política y, en su vertiente más ambiciosa, empujando al todo social en un sentido mejor, elevando los referentes éticos y culturales que le dan orientación a la historia: historicidad (Alain Touraine, 1990, Actores sociales y sistemas políticos en América Latina; Fernando Calderón, coord. 1986, Los movimientos sociales ante la crisis).

Cuando

todas

las

corrientes

intelectuales

se

encontraban

en

estas

disquisiciones comenzó a presentarse el desastre: cada vez aparecieron menos movimientos sociales significativos en la escena; ni estas fuerzas modestas e intermedias tenían vigor para permanecer, y cada vez el panorama se atomizaba más: los campesinos migraban en cadenas de sobrevivencia; los férreos obreros solidarios de la industria se transfiguraron en frágiles jovencitas laborando en la maquila o soportando triples faenas en la soledad de sus hogares; el mundo formal de la manufactura, el comercio y los servicios se estancó, para volverse luego regresivo y expulsar a enormes contingentes de obreros, empleados, tenderos, empresarios y a casi todos los jóvenes al mundo de la informalidad, al comercio de lo que sea, al contrabando, a la piratería, a la limosna solidaria, al robo, a la droga, a la delincuencia... (La modernidad latinoamericana en la encrucijada postmoderna, 1988).

A la imaginería en torno a la comunidad se le sustituye con conceptos que derivan de investigaciones más cercanas al medio marginal y que nos hablan de anomia, decadencia, destructividad, desintegración, barbarie, caos, negatividad, anti-sociedad, deterioro. “¿Es aun posible pensar en algún modelo teórico de la acción social colectiva, un nuevo sistema de acción histórica, se preguntaban algunos sociólogos latinoamericanos, o estamos entrando en una fase gris de


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racionalización de la sociedad?” (Calderón y Jelin, 1987, Clases y movimientos sociales en América Latina. El sociólogo peruano Matos Mar agregaba que, hablar de los excluidos es hablar de la mayoría, y en esa medida lo marginal ha regresado como un concepto de preocupación central. De manera que, paradójicamente, debemos hacer referencia a “la centralidad de los marginales”. Se trata aquí, sin embargo, de una centralidad destrozada, porque en el medio pobre, marginal latinoamericano, encontramos de todo: valores y actitudes comunitarias, delincuenciales, anómicas, populistas, consumistas-integracionistas, añoranzas de pertenencia a una clase proletaria, etcétera. Son, nos dice Touraine, “imágenes en negativo, lo que sería actor social, o de manera extrema, movimiento social, está destrozado” (Alain Touraine, 1989).

Densificación y sustentabilidad social Sin duda aquí se gestó el punto de ruptura de la conceptualización latinoamericana,

porque

a

pesar

del

panorama

decadente,

negativo,

destrozado de lo social, la sociología latinoamericana ha insistido en que hay que buscar algo que de sentido y centro (“principio de unidad”) al escenario: es que para las ciencias sociales es impensable un modelo sin una etapa futura mejor; no se puede renunciar a la idea de sentido de la historia, porque al hacerlo se tendría que renunciar también al contenido humanista, al principio de que la historia está o debe estar orientada hacia la satisfacción de las necesidades de las mujeres y los hombres y hacia un orden que potencie sus cualidades

más

elevadas:

la

comunicación

racional,

la

igualdad

de

oportunidades, la concordia, el incremento de la cultura y el cultivo de las artes, el cuidado del cuerpo, etcétera.

Hoy con una claridad mejor que nunca, estamos en posibilidad de disociar dos aspectos en la orientación histórica de nuestras sociedades, aspectos ambos que se encontraron amalgamados de manera confusa en ese eje vertebrador de la modernidad que ha sido la idea de progreso, de progreso sin fin: por una parte hemos vivido sometidos a la urgencia de incrementar la riqueza material,


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a lo que naturalmente está ligado el avance científico-técnico y el andamiaje que da orden a la sociedad y a la política; por otro lado, y de manera más apremiante conforme el tiempo transcurre, vivimos la urgencia por supeditar todas estas dimensiones del quehacer social, económico y político a una elevación de la calidad humana para los individuos y los colectivos y a la preservación del entorno natural en que vivimos.

En la medida en que este último aspecto está tocando a su extinción y que sin la preservación del medio ambiente no existe vida social, el asunto del incremento de la riqueza material llega también a un límite en el que se replantea el crecimiento progresivo de la humanidad. Hoy ya no existe una referencia única al progreso, a la necesidad de una etapa posterior superior o a una voluntad metasocial e iluminada de las dirigencias. Las concepciones de progreso, de voluntad, de desarrollo, de crecimiento, de competitividad van perdiendo sentido si no se asocian y se supeditan a las nociones de equilibrio, sustentabilidad, sedimentación, densificación de lo social para preservar la calidad de la vida y del entorno en contra de las fuerzas sistémicas del capital y del poder político (lo que a su vez requiere de propuestas científicas y técnicas de alta complejidad).

Pero aunque alguna claridad comienza a existir a este respecto, nos hace falta sin embargo reinventar las formulaciones hacia el equilibrio y la sustentabilidad deseadas. Mientras tanto el discurso público, el de las ciencias sociales y el del resto de las disciplinas del saber oscila entre un optimismo sin sustento y un pesimismo paralizante.

En un mundo así, con actores muy destruidos y sin progreso, pero repleto de clanes, proliferación de gestores, caciquillos (llamarlos líderes sería un exceso), y bandas sumisas, compuestas por harapientos aterrados por la inseguridad y el desempleo, se han venido imponiendo algunas redefiniciones conceptuales:

Del lado del evolucionismo han aparecido con fuerza la teoría del capital social y la teoría del tránsito a la democracia coronada con el nuevo institucionalismo. Esta última, como lo planteamos con más detalle en el libro La desmodernidad


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mexicana, alternativas a la violencia y a la exclusión (2005), establece que si bien en el piso social las cosas van hacia la pulverización y hacia la anomia, lo importante es fortalecer un piso alto institucional desde el cual, una vez pasada la tormenta (tropezones en el inexorable sendero del progreso), sea posible mitigar la desigualdad jurídica y material. Por su parte la concepción en torno al capital social, ha establecido que gracias a la proliferación de redes ciudadanas de todo tipo, y en particular de redes de empresarios y emprendedores, se ha demostrado que las sociedades se dinamizan, se democratizan y progresan, afirmación que vale incluso en el interior de una misma sociedad nacional, como sucedió con el círculo virtuoso y de alto desarrollo de las regiones en la Italia del norte a partir de la Edad Media al comparársele con el atraso y el autoritarismo del Messogiorno (Putnam (1993).

Pero otra concepción, decíamos, comienza a abrirse paso con el nuevo siglo y establece que debemos dejar de pensar en lógicas externas a lo social, en lógicas voluntaristas, evolucionistas, en lógicas de desarrollo y de crecimiento ligadas a dinámicas exteriores, en globalidades por encima de los entornos próximos, en la competitividad por encima del mejoramiento de la calidad de la vida de las personas, de las localidades, de las regiones...

Por ejemplo, el concepto de capital social habla de fortalecimiento de redes sociales y debido a esa perspectiva ha logrado un éxito remarcable, pero no ha logrado desdoblar su propuesta con respecto al principio según el cual ese fortalecimiento o empoderamiento se corresponde con fuerzas dinamizadoras a las que se les relaciona con el progreso y el crecimiento, y en esa medida se mantiene como una concepción prisionera de la modernidad (Fukuyama 1995): redes empresariales con características cambiantes en Japón, en China, en Estados Unidos, en Alemania, etcétera, han dinamizado, de ésta o de aquella manera, el crecimiento económico; o bien, redes de conocimiento, innovación y avances científico-técnicos se vuelven elementos decisivos para lograr competitividad, por encima del tamaño, y se colocan a la cabeza del progreso en infinidad de terrenos... (Castells, 1999).


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En esa perspectiva el empoderamiento implica dos aspectos: a) el que aquí vamos a llamar la densificación de lo social; y, b) el predominante cuando se hace referencia al capital social y que nos habla de fuerzas, redes, corrientes o elementos dinamizadores capaces de competir en espacios abiertos, globalizados, y capaces incluso, según ese enfoque, de proyectar a la sociedad en su conjunto hacia un estadio mejor. Y es que entre otras cosas, como ha quedado evidenciado en algunos escritos, no todas las formas de capital social empoderan a lo social o, dicho con los acotamientos que estamos sugiriendo, no cualquier tipo de capital social densifica a la sociedad. Un grupo de empresarios que invierte en una región no necesariamente levanta el nivel de vida de los trabajadores que han pasado a laborar en el proyecto, pero eso se vuelve aun más dramático en la era de la globalización, cuando esos empresarios argumentan que si pagaran mejores salarios sus productos dejarían de ser competitivos en el ámbito global y entonces, con el cierre, todos perderían.

Cobra entonces fuerza la noción de densificación de lo social en sustitución del objetivo ciego de la competitividad en economías abiertas. Todos los proyectos y acciones que se lleven adelante en torno a la producción y la reproducción de esa sociedad, en los planos local, regional y nacional, deben responder y quedar alineados al único objetivo éticamente superior: densificar a lo social, es decir, levantar el nivel de vida de individuos, familias y colectividades mediante una mejor alimentación, una mejor educación y capacitación, mejor salud, relaciones más balanceadas con el entorno natural... Una noción como esta deja de ser dependiente de la construcción de fuerzas históricas centrales, de actores, de movimiento, de voluntad, de hegemonía, de acumulación de fuerzas, de succión dinamizadora, de crecimiento, de desarrollo, de progreso, de etapa posterior siempre superior... Hay que pasar entonces de la idea de movimiento y evolución a la de sedimentación y equilibrio sustentable (distinta a la de desarrollo sustentable). Para densificar a la sociedad se requiere de una prolongada sedimentación que recree el equilibrio y para que esto sea posible es necesario reordenar a lo local y a lo regional.


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Esto exige, a su vez, cobrar cierta distancia con respecto al poder incontestado de los Estados y de las avasallantes fuerzas de la economía mundo. No significa, sin embargo, el aislarse del comercio y de los intercambios de cualquier tipo, siempre y cuando esos intercambios no redunden en la dilución, la atomización y la anomia de las personas, las familias y las colectividades de esa región o localidad en cuestión. Ahora bien, a juzgar por lo hasta aquí expresado, las tendencias no están yendo en el sentido de una reconstrucción y fortalecimiento de lo social, ni de un tránsito a la democracia. De no tomarse entonces medidas con base en convergencias y consensos más decididos se acentuará la tendencia que vamos a reseñar en el párrafo que sigue, a manera de conclusión provisoria.

En el marco de la mundialización, desde la perspectiva de los países dependientes en donde se ubica el 80% de los seres humanos, el tema central de nuestra época lo define el hecho de que el espacio de lo social está siendo ocupado

mayoritariamente

y

en

forma

progresiva

por

agentes

(uso

deliberadamente esta palabra en lugar de actores), individuales y colectivos que no están recreando una superación racional y afectiva que realice las potencialidades humanas del sujeto (Touraine y Farhad 2000); una comprensión y un cuidado de su entorno social y natural (Leff, 2004); un fortalecimiento del espacio público, del uso de la razón en él, de unos principios básicos de convivencia logrados a través del diálogo y la interacción comunicativa (Habermas 1999; Sauri 2002); un orden social tendiente a fortalecer la confianza, la honestidad, la reciprocidad, la cooperación (Fukuyama, 1995).

Ese espacio social, concebido en términos extensos (sociedad, política, cultura), está siendo ocupado por agentes que se alejan de la estrategia de buscar para su quehacer un sentido en un nivel elevado (una historicidad, una orientación futura mejor); estamos viviendo, crecientemente, en escenarios en donde han sido completamente debilitadas las fuerzas, clases y actores de la modernidad

(empresarios,

obreros,

propietaria, clases medias asalariadas).

campesinos,

pequeña

burguesía


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El espacio social está siendo ocupado, entonces, por agentes que parecen más bien alejarse de un tipo de orden en el que la “sociedad se produciría a sí misma,” dinamizada por movimientos, actores e identidades colectivas (Touraine, 1973), incrementándose en cambio la incidencia de los “garantes meta sociales del orden social”: las fuerzas incontestadas de la economíamundo, los poderes del Estado y de la política, los liderazgos personalizados, la conformación de condensaciones grupales (tribus), necesariamente verticales, para articular las demandas del entorno popular, su agresividad y su violencia...

En consecuencia, es el eje exclusión-violencia-verticalismo-pragmatismoestancamiento-regresión el que se vuelve a todas luces dominante (la primacía de los sistemas del poder y el dinero), en detrimento del eje desarrollo del sujeto-racionalidad comunicativa-organización horizontal-producción de la sociedad por ella misma-comprensión del sentido de la acción-tránsito a la democracia; en detrimento pues del “espacio público en donde se desarrolla la vida de los hombres en sociedad” (Habermas, 1999). En la medida en que las expectativas en el siglo que comienza están yendo en esa dirección negativa, nos urge pensar en conceptos más útiles, más acordes con las necesidades de las tres cuartas partes de los hombres en el mundo, para hablar de sus vidas en los cien años que se aproximan. Si de verdad nos preocupan nuestras sociedades, entonces los temas del sufrimiento, la marginación, la incultura, el dolor de no entender el entorno en el que se vive y el caer en la violencia o en la amargura, en la regresión humana y la destrucción de la naturaleza, debieran colocarse muy por encima del economicismo dominante en torno a la competitividad, el bienestar del consumidor, el tránsito a la democracia, el nuevo institucionalismo, la medición y la elección racional.


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Espacios medios Hay un camino posible de reconstrucción social que no va necesariamente en el sentido evolucionista de mayor técnica, mayor competitividad, mayores intercambios exteriores, siguiendo las formas más espectaculares de la sociedad informacional y de los medios de comunicación masiva, sino que comienza a construirse cada vez más a distancia de estos referentes, sirviéndose de ellos pero condicionadamente en la medida en que tales referencias se han convertido en disolventes poderosísimos de la vida pública, de la densificación social y de la concordia.

Dicho camino de reconstrucción social depende de la generación de colectivos sociales en espacios intermedios, entornos manejables para los seres sociales no profesionalizados: la autonomía regional, la democracia participativa, la organización vecinal; colectivos empoderados en el plano social, capaces de entablar relaciones de igualdad y respeto hacia las fuerzas que vienen de su exterior (los proyectos de desarrollo económico, los flujos del comercio y los establecimientos comerciales e industriales, nacionales e internacionales, los proyectos gubernamentales en todos los terrenos, los medios de comunicación y otras agencias que hablan de esos colectivos, los estudian, los interpretan y dicen incluso representarlos...), y capaces de entablar también, en su interior, relaciones de respeto y equidad entre los actores que componen esos espacios intermedios en empoderamiento (mitigando la dominación y la explotación en la familia, entre los sexos, en el interior de la comunidad, la localidad, la región).

No es cosa pues de dedicarse a los pobres y a la pobreza, en alguna especie de filantropía, sino de descubrir los complejísimos mecanismos y órdenes imaginables (y de la experiencia pasada), que puedan reconstruir a lo socialcolectivo-local-regional y, desde ahí, hacer frente y corregir las situaciones de inequidad y anomia: un asunto que requiere un alto grado de producción intelectual sistemática y de experimentación y que hasta el presente, a pesar


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de su evidencia aplastante, no ha sido colocado con la visibilidad y con las dimensiones que reclama.

Es con base en lo anterior que se propone el reforzamiento de espacios y agregados intermedios en torno a propuestas igualmente de alcance intermedio, que son los ámbitos privilegiados desde los que se debe atacar el problema del estancamiento, la exclusión, la anomia, el deterioro ambiental 1 : de poco sirve que un comité, un ejido o una asociación aislados, representando 3 ó 5 mil habitantes se proponga animar tareas y a plantear sus problemas a las autoridades y a otras instancias, habida cuenta de las vigorosas fuerzas que tienden a debilitar a cualquier estrategia de empoderamiento social. De poco sirve igualmente recrear fronteras e identidades reales o imaginarias que contengan en su interior a trescientos o quinientos mil habitantes, que son lo propio más bien de una unidad gubernamental (una macro-región federal o una delegación territorial), si estos no descansan en andamiajes organizacionales intermedios debajo de ellos. Se sabe por experiencia que tan dilatadas acumulaciones proyectan aparatos y liderazgos con lógicas francamente exteriores al objetivo deseado de resolver los problemas que han sido construidos como tales desde lo social intermedio.

Las asociaciones de comités vecinales y también los consejos ciudadanos (municipios, federaciones socio-territoriales...), articulándose con ONG’s, escuelas, parroquias, empresas y otros organismos (dependiendo de cada situación), que involucran en un trabajo constante a agregados de entre veinte y sesenta mil habitantes (de nuevo cada caso es distinto), parecen ser condensaciones más adecuadas para permitir el objetivo de la densificación 1

Consideramos que hay una corriente importante en México, en América Latina y en el mundo, buscando repensar a las sociedades de nuestro tiempo y las vías para hacer frente a sus enormes problemas desde lo social, desde el empoderamiento de lo social intermedio, desde lo regional-territorial, desde un posicionamiento de “democratización de la democracia”: Appadurai (1999), Alburquerque (1996 y 1997); Boisier (1992, 1994, 1995 y 1996); Escobar (2000); Toledo (2000); Toledo y Bartra (2000); Sousa Santos de y Avritzer (2001), Leff (1986); Gaventa y Valderrama (1999); Przeworski (1990); Villasante (1975); Holland y Blackburn (1998); Cronwall y Gaventa (2000); Lowndes (1995); Mohan y Stokke (2000); Shaw y Martín (2000); Ruiz Morales (1992); Coraggio (1994 y 1997); López Jiménez (1994); Isaac y Séller (2000); Verdesoto (2002); Grompone (1994); Zibechi (2004); Bebbington y Carroll (2000); Artecona y Chong (2001); Bouchier (1997); Moctezuma (1999); Paré y Robles (2002); Olvera (1998); Mouffe (1994); Álvarez (2002); Patiño, Castillo y Zermeño (2001); Contreras (2003); Lomnitz (2002); Bolos (1999); Cuellar (1993); Portal (1997); Harneker (1995); Portillo (1996); Avritzer (1997); Alonso y González Casanóva (1986); Caciagli (1992)...


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social. Aseguradas esas dimensiones los representantes vecinales no se ven obligados, por ejemplo, a desplazarse a las instancias de gobierno y administración (ejercicio tan desgastante), sino que el flujo es al revés: los equipos del gobierno acuden a los espacios vecinales.

En resumen, en el mundo actual, la manera privilegiada de acercarnos al objetivo de mejorar la calidad de la vida de la gente en un país como el nuestro (neoliberal, subordinado, en desmodernización), es mediante la generación de campos sociales medios, y de su empoderamiento, desde los que sea posible plantear la generación-retención de lo que podemos llamar con el genérico de energía (entendida como generación-retención de riqueza material, densificación humana, poder social, saber científico-técnico e identidad cultural). Agreguemos desde ya que, particularmente en nuestra época, sólo desde estos campos sociales medios es posible contrarrestar a los poderes del capital y de la esfera estatal-política.

Reconstruir, redensificar a nuestra sociedad será pues una tarea difícil, pero no nos queda otro camino que intentarlo buscando la sedimentación, el balance, la sustentabilidad, el fortalecimiento de espacios intermedios.

Regionalismo sustentable Queremos mostrar, a través de los ejercicios de empoderamiento regional en donde nos encontramos trabajando y que presentaremos más adelante, que al articularse convenientemente una serie de impulsos venidos de las instituciones y de actores individuales y colectivos se pueden solucionar problemas relacionados con el mejoramiento de las condiciones de vida de los mexicanos, con base en acciones y proyectos territorializados, lo que conlleva una definición de regiones medias, microregiones, cuencas, proyectos viables de sustentabilidad local, etcétera.

Se trata de una propuesta ubicada en un ángulo de preocupación: la urgencia por evidenciar que las ciencias sociales y las demás disciplinas que se cultivan en la UNAM y en las universidades del país, al articularse con otros impulsos y


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recursos pueden enfrentar de manera ágil y eficaz los problemas de las distintas regiones medias, de forma tal que aseguren el fortalecimiento de los colectivos humanos en la conducción y continuidad de los proyectos que afectan a sus vidas, asunto que ha sido soslayado por razones de nuestra herencia política y debido a los modelos de desarrollo que se han adoptado en la historia reciente de nuestro país. Importantes investigaciones se han llevado a cabo y se están llevando a cabo en torno a las regiones que componen a nuestro país. Desde las más clásicas (Angel Palerm, Miguel Otón de Mendizábal, Angel Bassols Batalla 2 , Claude Bataillon, Hèlene Rivière D’Arc, Jean Revel-Mouroz), basadas en criterios de formación histórico-política, recursos y condiciones naturales, composición étnica, densidad y movimiento de la población, niveles de vida y cultura, producción agrícola, industrial, transportes, etcétera; hasta las más recientes elaboradas por Sedesol, Semarnat, el Banco Mundial y otras entidades públicas... Dentro de este último grupo vale la pena destacar tres tipos: Primero, los programas, estrategias y andamiajes institucionales como Oportunidades, Progresa o Microregiones, de SEDESOL, que han trabajado con referentes regionales basados principalmente en índices de pobreza y que están dirigidos a las familias o a algunos miembros de las familias (mujeres, jóvenes...); Fonaes, de la misma secretaría que se enfoca sobre las empresas sociales; el Procampo, Firco y Alianza para el Campo, de SAGARPA, que trabajan con productores individuales; Proders, Conanp, Ecoregiones de Semarnat; Credito a la Palabra y mini-créditos personales. El punto aquí, más allá de los resultados positivos de estos esfuerzos, es que al focalizar de manera en ocasiones extrema en lo individual, en lo familiar o en la empresa aislada, se tiende a descuidar la potencialidad de los colectivos, no aprovechándose entonces el motor más importante de su sustentabilidad que está basado en el asociativismo y la solidaridad colectiva.

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De quien hay que destacar, entre muchos otros trabajos, su elaboración de las 154 regiones socioeconómicas sobre bases político-administrativas (1989).


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Segundo, los programas que trabajan con referentes regionales otorgando en muchas ocasiones un acento excesivo en aspectos temáticos y en aspectos técnicos que involucran parcialmente o de manera sólo marginal a los habitantes de esos territorios y se encuentran débilmente enganchados con el resto de las acciones institucionales y sociales que ahí se llevan a cabo. Esto empuja a diseños de regionalización excesivamente marcados por los referentes del entorno natural y ecológico, las cuestiones de salud, las fronteras etnográficas,

etcétera,

con

base

en

programas

y

organismos

como

Acuacultura, Conservación de Suelos, Programa Nacional de Reforestación, Instituto Nacional de Ecología y otros, cuyas dimensiones resultan difíciles de compatibilizar

con

los

diseños

regionales

de

desarrollo

sustentable,

estableciendo en muchas ocasiones fuertes disonancias con ellos. Tercero, y lo que aquí más nos interesa, los diseños de regionalización que combinan e integran diversas dimensiones y diversas políticas institucionales e instrumentos de sustentabilidad económica, de equilibrio medio ambiental, de salud, etcétera. Ante el deterioro, la violencia y la exclusión crecientes experimentados por nuestra sociedad durante el último cuarto de siglo, este enfoque se propone una reconstrucción desde lo local regional. No se trata de programas de regionalización generados desde el exterior, porque el centro de la propuesta consiste justamente en la construcción de un piso social, de un sujeto social, si se prefiere, con base en la participación y el empoderamiento de las personas que habitan esas regiones y que deben ser diseñadoras y receptoras privilegiadas de esos proyectos. Desde ese piso o sujeto socialregional es posible mitigar la duplicidad de los planes y programas gubernamentales y de todo tipo y potenciar las sinergias. Quienes deben ir apropiándose de la orientación futura de su vida son los habitantes de esas colectividades.

Hay

que

acompañar

naturalmente

a

esos

colectivos,

facilitándoles los diagnósticos que se requieran con el nivel más elevado de profesionalismo técnico y humanístico y con fuerte participación y discusión pública.


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A partir de esas directrices se construye un andamiaje institucional y organizativo descentralizado con respecto a los grandes aparatos del poder nacional que vuelva operativos dichos deseos y estrategias. 3

El papel de las universidades en el regionalismo sustentable. Ahora bien, ¿cuál sería más precisamente el papel de las instituciones universitarias y de educación superior en ciencias sociales en la construcción de estos espacios de sustentabilidad regional? A lo largo de los años sesenta y setenta las universidades de América Latina y la nuestra muy particularmente intentaron ligarse a los problemas nacionales y regionales. En la mayoría de los casos se trató de una liga llena de radicalismo y fuertemente ideologizada en donde los actores universitarios se colocaban a la cabeza de las movilizaciones, en la dirección de una manera abierta, o como comité intelectual y político detrás de los movimientos sociales, de los agregados poblacionales o de los gobiernos locales. Todo ello se ligaba a la idea de que el cambio no podría ser pacífico debido a las resistencias de las clases poseedoras y que la confrontación revolucionaria era la única vía posible para alcanzar una nueva etapa histórica en el capitalismo avanzado, controlado por las grandes potencias mundiales. Aquellos años estuvieron marcados por una infinidad de choques con las universidades directamente o en donde los universitarios aparecían como actores centrales. Con la instauración de las dictaduras militares a que toda esa

efervescencia

condujo

uno

de

los

espacios

que

sufrió

un

desmantelamiento más severo fueron precisamente los centros de educación superior, pero en particular las carreras de ciencias sociales. En nuestro país, 3

A lo largo de los últimos decenios se han llevado a efecto una serie de ejercicios de asociativismo en distintos puntos del territorio nacional. Se ha tratado en su mayoría de ejercicios local-regionales con mayor o menos continuidad y con mayor o menor éxito en los objetivos que se han planteado. Dichos ejercicios regionales y territorializados han girado en torno a organizaciones y asociaciones como las Empresas Forestales Comunitarias (EFC), las Asociaciones Rurales de Intereses Colectivos (ARIC), las Sociedades de Solidaridad Social (SSS), las cooperativas y las coaliciones de ejidos u organizaciones en distintos puntos del territorio, la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), las cajas de ahorro solidarias, los Proyectos de Desarrollo Regional Sustentable (PRODERS), los Caracoles zapatistas, etcétera. Es parte de esta investigación el evaluar esos ejercicios y tomar de ellos las enseñanzas pertinentes.


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sin llegar al extremo del militarismo en el poder, las universidades sufrieron el mismo trato. La UNAM, que hacia los años setenta y ochenta contaba con cerca de 800 estudiantes inscritos en la carrera de sociología en su campus central, para los años noventa solo tenía medio millar de estudiante en esa carrera.

Frente a este vacío y ante las violaciones a los derechos humanos que la represión trajo consigo, se abrió la era de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s), y de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). Estas entidades llevaron adelante una gran labor y se vieron obligadas, por las circunstancias, a trabajar en espacios sociales bastante circunscritos y discretos haciendo frente a problemas muy particulares ligados a la pobreza, la situación de las mujeres y los niños, la salud, la alfabetización, etcétera, pero a una gran distancia de los gobiernos y de las administraciones públicas, por razones muy comprensibles. Al término de las dictaduras militares, al abrirse el llamado tránsito a la democracia, escasearon los recursos destinados a dichas organizaciones, que debieron buscar sus apoyos cada vez más cerca de los aparatos burocráticos de toda índole, con lo que el plano de los problemas propiamente sociales se vio un poco abandonado. Es en esta etapa, que podemos llamar Post-ONG’s, cuando el papel de las universidades y de los centros de educación superior encuentra un nuevo y enorme espacio, a distancia en lo posible, como ya decíamos, de los posicionamientos políticos e ideológicos y aceptando que los caminos para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de una colectividad no pasan necesariamente por la confrontación y que en la mayoría de las veces esta confrontación, que en ocasiones es inevitable aceptémoslo, se convierte en un retroceso con respecto a los objetivos buscados de mejoramiento colectivo. En esta tesitura, la UNAM echó a andar en el año 2005 un proyecto ambicioso en ciencias sociales que constituye el compromiso de esta institución de cara al siglo XXI. Esto sucedía en el momento en que la Universidad Autónoma de


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Nuevo León decidía cancelar sus carreras de historia y de filosofía con el pobre argumento de que los egresados de estas disciplinas, y de otras en ciencias sociales, ya no encontrarán trabajo. La propuesta de la UNAM es que la falta de oportunidades laborales no es exclusiva de los profesionistas sino que atañe a todos por igual bajo este modelo de desarrollo excluyente y que, además, hoy más que nunca, ante un entorno de degradación social, violencia y pauperización crecientes, las disciplinas del hombre están obligadas a acudir en auxilio de los dilatados espacios de la anomia y de la degradación. La propuesta de la UNAM considera también que esta articulación entre universidad y sociedad debe progresar a través de un trabajo lento de sedimentación de experiencias.

Es imposible que una institución como la UNAM se ligue al amplio abanico de regiones medias y áreas urbanas que conforman al país, pero un puñado exitoso de buenos ejemplos puede constituirse en el camino a seguir en muchos otros puntos y muchas otras instituciones de educación superior de nuestra geografía. Por lo demás, no se parte de cero, hay muchísimos ejemplos que acabamos de reseñar desde los que se puede extraer experiencia. El papel de las instituciones universitarias y de educación superior de ciencias sociales tiene que ver, entre otras cosas, pero de manera estratégica, con la referida función de continuidad de los proyectos en estos espacios regionales. La autoridad intelectual, científica y técnica crecientemente profesionalizada y a distancia, en lo posible, de contenidos ideológicos y filiaciones políticas en que se aspira a organizar a los equipos universitarios para estas labores, tiene como objetivo la asesoría, la evaluación y el acompañamiento con el objetivo de hacerlos comprensibles para los nuevos actores y asegurar así su permanencia.

Toca a las universidades, igualmente, el establecimiento de redes de profesionistas,

de

dependencias

públicas

y

privadas

y

de

actores

experimentados, así como la sistematización, acopio y crítica de todos estos


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ejercicios de regionalismo sustentable, de manera de acudir eficazmente en su labor de asesoría y acompañamiento de las distintas experiencias.

Es función también de las universidades el preparar egresados en todos sus niveles con base en programas cada vez mejor elaborados en torno a los métodos y las técnicas de la sustentabilidad regional (indígena, rural, semiurbana y de las grandes y medianas ciudades, lo que implica un enorme reto). Es labor de dichas instituciones el destinar recursos, en la medida de lo posible, para fomentar la colocación de sus profesionistas en el terreno, al menos en regiones seleccionadas como ejercicios piloto en las etapas iniciales y mientras otros recursos no llegan al apoyo, lo que implica no solamente a equipos altamente especializados en los proyectos regionales, sino también a estudiantes becados cuya inclinación vocacional pueda ser el seguimiento, por largos periodos incluso, de estas experiencias (después de todo pertenecemos a un territorio o nos identificamos con un territorio).

Es función también de estos equipos coadyuvar a que las dimensiones geográficas y la importancia poblacional de un experimento de sustentabilidad regional tiendan a ser los más adecuados y que se articulen correctamente en sus diferentes dimensiones, ya que en gran parte de los casos dichos ejercicios aparecen en territorios muy ligados a una comunidad o a un grupo poblacional pequeño y en condiciones endebles o, en el otro extremo, tienden a abarcar espacios exagerados que regularmente terminan empoderando a los aparatos burocráticos y centralizados.

Los espacios de generación de consensos Es necesario ahora presentar algunos de los instrumentos y analizar algunas de las dificultades para llevar a cabo dicha tarea. Ya adelantábamos que para acercarnos al objetivo de mejorar las condiciones de vida de los habitantes en ciudades y comunidades y coadyuvar al equilibrio y a la conservación del medio ambiente, es necesario establecer un espacio de concurrencia de voluntades de personas, instituciones, colectivos... en algo así como un Espacio de generación de consensos abierto a toda la población.


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Pero un espacio así no puede ser reunido con facilidad ni con regularidad, además de que, según la experiencia recabada, este tipo de reuniones tiene sentido cuando hay que consultar a los asistentes sobre algún asunto de importancia o cuando hay que informar a los ciudadanos sobre el estado y la intención de ciertas obras o tareas que se han llevado a cabo o que es preciso llevar a cabo. Por ello es práctico y realista además de ese espacio de la conformación de un Comité técnico o profesionalizado, en donde pueda articularse una perspectiva estructurada, sin jerarquías, en el que confluyan instituciones

de

educación

e

investigación,

agencias

nacionales

e

internacionales de fomento y apoyo a diversas iniciativas, empresas, organizaciones de la sociedad civil y autoridades gubernamentales en sus tres ámbitos de gobierno con su amplia gama de acciones, proyectos y programas. En los ejemplos que Pro-regiones ha animado ha resultado muy conveniente la participación de entre cinco y diez personas elegidas en el plano más básico del Espacio abierto de generación de consensos y a ese grupo lo hemos llamado el Comité Ciudadano. Sin duda que esta arquitectura simple funcionará de manera distinta en otras regiones con diferentes problemáticas, pero tiene como objetivo mostrar un tipo de articulación entre lo social y los órganos deliberativos y profesionalizados. Importaría, en un comité así, generar la confluencia de un grupo mixto, abierto, con base en intereses compartidos, que no pretenda una representatividad política ni de ninguna otra índole, pero que aspire a convertirse en una conciencia intelectual y profesional, con una propuesta de sustentabilidad alternativa, con capacidad de convocatoria, generación de consensos y potencialidad de intervención en las políticas públicas a mediano plazo.

Un comité o consejo de esta naturaleza se propondría materializar dicho espíritu en las siguientes acciones o funciones de acompañamiento:

Continuidad: existe por lo regular un consenso muy claro en el sentido de que muchos de los esfuerzos para ir en apoyo de una región no han logrado la eficacia deseada y que eso ha dependido, en primer lugar, de la falta de continuidad en los programas y políticas gubernamentales. Ello se explica por


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las renovaciones sexenales y trienales de las administraciones municipales, estatales y nacionales, que generan constantemente nuevas iniciativas con un abandono casi total de los esfuerzos precedentes que aún no sobrepasan la fase inicial, pero en los que en muchas ocasiones ya se han

invertido

significativos recursos en burocracias e instalaciones. Detener el deterioro de una cuenca o un área urbana y potenciar su vocación social, cultural y económica es un esfuerzo que puede tomar diez o veinte años y por lo mismo la búsqueda de continuidad de proyectos y acciones se vuelve una tarea estratégica.

Articulación: Un segundo problema crónico que puede detectarse en casi todas las experiencias de sustentabilidad regional se relaciona con la falta de articulación entre unos y otros ejercicios de intervención, en particular en el ámbito de la administración pública, que dependen de lógicas e intereses muy diversos y provocan, con su “multi-direccionalidad enloquecida”, que los habitantes (e incluso las autoridades locales) objeto de esas iniciativas no logren ubicar su propio quehacer y no puedan participar en forma integral y comprometida: hay discordancia en los plazos y en la coordinación de las acciones, en la legislación y la normatividad de cada dependencia (salud, educación, medio ambiente, empleo y proyectos productivos, atención social, etc.) Es necesario aclarar en este punto, que en su “función de articulación” el Comité se propone acompañar y en ningún momento suplantar las funciones gubernamentales, generar diagnósticos sobre los distintos problemas de la región, proponer acciones de sustentabilidad regional y educación ambiental con base en la participación de las comunidades, evaluando acciones y programas cuando así se considere conveniente, señalando que algunos proyectos se sobreponen o se contraponen, insistiendo en que las nuevas administraciones no desdeñen el trabajo de las anteriores, etcétera.

Información: el Comité debe procurar una convergencia de información y comunicación que le permita estar al tanto y difundir las intervenciones que se están llevando a cabo y que se propone llevar a cabo en la región.


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Acopio de recursos: pero naturalmente un ejercicio así requiere de recursos financieros para el desempeño de las actividades y obras a emprender, y es quizás en este punto en donde debe ser altamente estratégica la capacidad de convocatoria

y

de

convencimiento

de

los

integrantes

individuales

e

institucionales que conforman un comité. Esos recursos tienen origen público y privado. Una gran dificultad que enfrentan los ejercicios local-regionales es la de allegarse los recursos, “bajar” los recursos desde las esferas estatales y federales en cantidades y tiempos razonables, una cuestión que es regularmente planteada como la descentralización presupuestal y que esconde muchas facetas, desvíos y formas de contabilidad muy poco claros. Los ejercicios de descentralización presupuestal se han puesto en marcha durante varios decenios y como todo mundo sabe detrás de ese ejercicio se ha encontrado a menudo el interés de muchos gobiernos devotos del neoliberalismo por achicar la esfera estatal, delegar funciones en los gobiernos de las entidades federativas y locales pero sin respaldar dichas transferencias y obligaciones con presupuestos que permitan realmente ejercerlas. Un ejercicio comparativo en América Latina nos permite una mejor apreciación al respecto: “la centralización del sistema mexicano, nos dice un Balance de las Políticas de Descenralización en América Latina 4 , se refleja en el reparto del poder fiscal entre los niveles de gobierno… La proporción de los municipios en el total de gastos del sector público aumentó del 2,3% en 1980 al 4% en 1990 y se elevó un poco más del 10% en 2005.” 5 Mientras tanto, un país como el Brasil, con procedimientos de descentralización muy superiores al resto de América Latina y comparables a los de los países europeos, destinaba a los municipios, ya en 1987, el 11% del gasto público, para alcanzar el 18% en 1991, teniendo la obligación de canalizar al ramo de la educación al menos el 22% de esos recursos (Idem.)

4

Direction Générale de la Coopération Internationale et du Développment, Balance de las políticas de descentralización en América Latin, Ministere des Affaires Étrangeres, República Francesa, Serie Études, 2005. 5 Proporción de los fondos federales que pueden destinarse a la Recaudación Federal Participable (RFP), transferida a los municipios en concepto de participación y de las transferencias procedentes del ramo 33.


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Tenemos así que, aún dentro de estas limitaciones, una de las tareas de un comité como el descrito consistiría justamente en asesorar a los encargados gubernamentales

de

allegarse

recursos

presupuestales.

Se

trata

de

funcionarios e incluso de presidentes municipales que cuentan con muy poca experiencia administrativa y que ven pasar muchos meses de los escasos tres años a que se reduce el término de un ayuntamiento. Muchos funcionarios federales y estatales dejan que esto transcurra, pues a partir de un momento dado justificarán el empleo de esos recursos, no requeridos en el piso de abajo, en obras más apegadas a sus estrategias personales y políticas.

Son trámites complejos, llenos de lobing y súplica de favores los mecanismos requeridos para conseguir dichos recursos, cada secretaría tiene sus programas, cada programa está dirigido a diferentes agregados poblacionales, a diferentes unidades territoriales, con diferentes modalidades para obtenerlo y para retribuirlo, a fondo perdido en algunos casos, pero casi en todos el otorgamiento es lento y la rendición de cuentas se exige de inmediato. Generación de asociativismo, participación y empoderamiento de las colectividades: no cabe duda que esta es la función más importante de un comité como el que estamos describiendo, pues va quedando claro con lo hasta aquí dicho que su sentido no es esencialmente técnico, económico o intelectual, aunque no deje de serlo, por supuesto, sino que se trata, en lo general, de un ejercicio de orientación, articulación y continuidad de esfuerzos y, en lo particular, de la generación del asociativismo, la participación y el empoderamiento de las colectividades en espacios sociales medios. Sin esa densificación de la sociedad no existe forma de aprovechar los esfuerzos gubernamentales, profesionales, académicos y científico-técnicos.

Hacia una sociología de la convergencia (por encima de una de la contradicción y el conflicto). Hay otro asunto que vuelve complejo y en ocasiones enrarece el asociativismo y la densificación social. Sucede que a partir de un momento dado todos los trabajos, los esfuerzos y los recursos destinados al mejoramiento de una región


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exigen, como ya lo anotábamos, de la formación de un Espacio de generación de consensos, abierto a los grupos, organizaciones e individuos, así como de un Comité deliberativo o Comité Técnico profesionalizado.

Refirámonos a un ejemplo ampliamente publicitado: en Kerala, India y en Porto Alegre, Brasil, esta dificultad ha sido en cierta forma enfrentada gracias a la puesta en marcha del presupuesto participativo. En los dos casos el ejercicio ha estado asociado a la iniciativa venida de un partido político de ascendiente social y popular (el Partido de los Trabajadores y el Partido Comunista de la India-Marxista). Como nos lo explican Boaventura de Sousa Santos (2004), Patrick Heller y Thomas Isaac, la presencia de un partido y su fortalecimiento hasta convertirse en gobierno, han sido el producto de una movilización, de una activación social en contra de situaciones extremas de exclusión y de injusticia sociales.

El presupuesto participativo se ha convertido entonces en un instrumento doblemente eficaz, en la medida en que, por una parte, ha permitido “bajar recursos” de manera ordenada y consensuada para paliar las necesidades territorializadas de los habitantes y, por otra parte, ha sido eficaz porque al elegir a los integrantes que habrán de conformar los consejos organizadores de las demandas, potencian la participación ciudadana y la conciencia sobre los problemas de cada espacio regional.

No cabe duda sin embargo que en la medida en que, primero, la activación social, segundo, el terreno de las mediaciones y las representaciones y, tercero, el aparato de gobierno y de administración tienden a estar animados por actores de un mismo aparato político en diferentes presentaciones (el partido), son muy grandes los peligros de sobre politización (o de sobrepartidización) de todos los momentos del proceso. ¿Cómo hacer para que en un caso como el mexicano pudieran ser elegidos representantes ciudadanos y populares a un consejo ordenador del presupuesto y de las demandas sociales y que al mismo tiempo todo ese experimento no se convierta en una lucha de corrientes políticas para ocupar la mayor cantidad de puestos en disputa y de esa manera influir mejor en las decisiones, colocando a los dirigentes


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destacados de esa corriente en el vértice de la pirámide, de la visibilidad política y de la influencia? ¿Cómo evitar que una gran parte de esos actores se conviertan en aspirantes a alcaldes, diputados federales, estatales, etcétera, desnaturalizando el objetivo de la densificación y el empoderamiento de lo social?

Al lado de esto, en todas las colectividades, casi sin excepción, vamos a encontrar una conflictividad, pasada o presente, que dificulta la formación de espacios participativos. Una de las ventajas del planteamiento de las regiones medias consiste en que los enfrentamientos locales, que en ocasiones pueden ser muy virulentos, son ampliamente sobrepasados por temáticas que involucran a agregados poblacionales muy por encima de ese localismo, atemperándolo, diluyéndolo.

Así, en ocasiones no son las cooperativas del lugar o las organizaciones productivas con viejas historias y tensiones los actores que deberían ser convocados primordialmente, sino que la dinámica puede girar en torno al nivel alto, profesionalizado, del Consejo deliberativo y al mismo tiempo, o alternativamente, la dinámica puede desplazarse hacia un plano muy social de participación como lo son los talleres de educación ambiental en las escuelas de bachillerato, la selección y entrenamiento de promotores ambientales, las jornadas de recolección de basura, etcétera, que otorgan una gran legitimidad a sus participantes y relegan a segundo plano las viejas conflictividades de los grupos de interés en cada comunidad (este ha sido el caso en la cuenca del río Atoyac, en la Costa Grande de Guerrero que reseñaremos más adelante y también ha sido el caso en la parte baja de la cuenca del río San Pedro en Nayarit).

Habría que evitar, pues, un tipo de asociativismo (o capital social) negativo con respecto al objetivo de densificar y empoderar a la región media en cuestión, y potenciar las formas asociativas positivas en la búsqueda de ese objetivo. Para que esto se pueda lograr es indispensable que todas, o la mayor parte de las fuerzas actuando en ese campo social alcancen una misma direccionalidad. En ese sentido es que afirmamos que se puede hablar de un asociativismo


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negativo y de uno positivo. Cuando dos fuerzas se contraponen largamente, su energía,

la

energía

generada

en

esa

sociedad,

se

consume

sin

aprovechamiento ninguno.

Tenemos así un campo en el que se genera energía y dentro de él, fuerzas vectoriales. El objetivo sería evitar que esos vectores se anulen enfrentados largamente entre sí y más bien lograr que su direccionalidad se oriente en el sentido general de las fuerzas en ese campo social. Es producto de un gran diseño y de una ingeniería humana el destrabamiento y la reorientación de esas fuerzas. En lo regional sería éste, sin duda, el trabajo del Comité y de los agentes profesionales sociales y políticos que participan en él.

Pero si en otros momentos y en otras corrientes de las ciencias sociales de lo que se trataba era de aprovechar las contradicciones para generar un cambio positivo que condujera a la sociedad a nuevos estadios cualitativamente superiores, lo que ahora estamos implicando es que es necesario evitar esos enfrentamientos y reconducir las fuerzas en una misma dirección como vía privilegiada para lograr la densificación social, aclarar la vocación regional y potenciar la generación de energía. No cabe duda que en las sociedades aparece constantemente la injusticia y la explotación, que ese hecho contundente conduce al conflicto, al enfrentamiento de los contrarios, y que, según los postulados de la dialéctica, ese enfrentamiento conduciría a su vez, a estadios nuevos, a etapas posteriores que, se ha asumido hasta hoy, pueden ser superiores o deberían ser superiores. Entonces el cambio y el mejoramiento social se produciría, según toda esta corriente de pensamiento y de acción, por la vía del conflicto, a lo que se agrega el ingrediente anticapitalista.

Es necesario detenernos un poco en esta idea según la cual los cambios cualitativos, los que realmente conducen a un estadio nuevo, deben generarse por la vía del conflicto, de la confrontación, de los movimientos y las luchas sociales, es más, de la confrontación anticapitalista (altermundialista, antimonopolísta, anti-global); una propuesta que implica que únicamente a través


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del debilitamiento o la desaparición de la escena social de ciertos actores (aristocracia, oligarquía, burguesías…) se alcanzaría el mejoramiento de la calidad de vida de los amplios agregados sociales.

Las vías de la densificación de lo social han sido múltiples, como lo han demostrado Barrington Moore Jr., Eric Hobsbawm, Teda Eskocpol, Robert Putnam, etcétera. La violencia de la revolución francesa contrasta con lo terso que fue para Inglaterra el pasaje desde la sociedad campesina hasta la moderna sociedad industrial y la adaptación de su aristocracia al mundo industrial moderno, y lo mismo puede decirse del Japón y de la India. En América Latina nos alimentamos de una tradición que privilegió a lo jacobino, a lo bolchevique, al ejército popular, al foco guerrillero, sin analizar todos los ejemplos de empoderamiento social por la vía paulatina, y confundimos a las guerras mundiales con procesos revolucionarios de confrontación de clases y de cambios cualitativos que dejaban atrás a las sociedades jerárquicas y nobiliarias. Pero nunca quisimos aceptar que las aristocracias y las burguesías podían constituirse, con el paso del tiempo, en agentes densificadores de lo social, al igual que muchos agregados de las clases laborales y de los servicios (la época dorada del sindicalismo, del fordismo y del Estado de bienestar pareció una claudicación).

Nunca aceptamos que de la misma manera que Inglaterra, muchas regiones europeas y de ultramar (incluidos los Estados Unidos de Norteamérica a pesar de la Guerra Civil), transitaron a la modernidad sin grandes sobresaltos; tampoco meditamos suficientemente en el hecho de que países que sí se vieron divididos violentamente, como España y como el propio México, habrían podido acceder al mundo industrializado y hubieran podido modernizarse sin los terribles sufrimientos de las guerras fratricidas (desordenes y alteraciones que en la mayoría de los casos retrasaron este tránsito debido a la destrucción tremenda de los espacios, procesos y agentes generadores de energía).

Se asegura entonces que, sin tales cataclismos, nunca nos habríamos librado de las oligarquías y de los despotismos, pero eso es muy relativo si miramos la condición descendente que esos actores premodernos ocuparon en regiones


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del mundo que no pasaron por revoluciones y grandes eventos revolucionarios (la España de hoy, que perdió una revolución y pasó por cuatro décadas de dictadura no parece menos acoplada a la modernidad que muchas sociedades europeas en donde las fuerzas revolucionarias anticapitalistas se impusieron como en la Europa Central y del Este).

Es más, España se encuentra hoy en un nivel de modernidad que la acerca cada vez más a los altos estándares de vida del resto de la Unión Europea, a pesar de que las fuerzas más conservadoras se impusieron en la confrontación armada (la aristocracia al frente), mientras que México, que por la fuerza del estallido social suprimió a la casta

terrateniente y colocó en la dirección

nacional a una élite dirigente y triunfante, parece des-modernizarse (desdensificarse) con gran celeridad.

Más bien lo que debería llamarnos la atención es la manera acrítica por la que infinidad de pensadores latinoamericanos y de muchas otras latitudes pasaron de la formación marxista revolucionaria a la aceptación de que el cambio podría hacerse a partir de las instituciones del tránsito a la democracia, barriendo las escaleras de arriba para abajo y olvidándose, aquí sí de manera alarmante, del imperativo que establece que sin una sociedad fortalecida, sin densificación de lo social, no hay bondad institucional y reformas de buena fe, sino acaparamiento de los bienes sociales, saqueo, corrupción, manipulación por las vías de comunicación electrónica, imposición pura y desnuda sirviéndose de las fuerzas coercitivas, tal y como se está viviendo en México en esta integración de mercados abiertos y globalización salvaje.

La idea de que solo con rupturas bruscas del orden y con la anulación de las fuerzas dominantes es posible densificar a lo social y mejorar la calidad de vida de sus integrantes ha demostrado ser falsa tanto en el capitalismo industrial como en la era neoliberal. Pero aclaremos que eso no quiere decir que la violencia y la confrontación son evitables, pues es obvio que en ciertas condiciones de explotación y saqueo las explosiones sociales se generan de manera espontánea, porque entre otras cosas ese no es un asunto de conocimiento de la historia por parte de los actores que rompen el pacto social.


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Sin embargo, en las últimas movilizaciones que han tenido lugar en nuestro país (el neo-zapatismo, Tepoztlán, Atenco, el Consejo General de Huelga en la UNAM a partir del movimiento de 1999, el movimiento de la APPO en Oaxaca...), y también en la mayoría de las anteriores movilizaciones (el 68 en primerísimo lugar), la cultura intelectual que ha imperado entre las dirigencias y entre las bases movilizadas ha sido una que privilegia la confrontación, la acumulación de fuerzas, la radicalización y que considera claudicante la negociación: avanzar, derrocar, para consolidar, antes que consolidar (a los cuerpos sociales embarnecidos por la movilización), para después avanzar.

Regresando entonces a nuestro planteamiento, vemos que no tiene fundamento la afirmación que establece que intentar la reconstrucción social en regiones medias por la vía del mejoramiento paulatino de las condiciones de vida es un reformismo inaceptable, una especie de bálsamo para los sufrimientos inmisericordes de la globalización y que solamente con medidas radicales y anticapitalistas puede plantearse de manera realista esa reconstrucción. Hay que aceptar que las vías de la violencia y la confrontación son inevitables en ciertas condiciones, lo que no quita que haya una infinidad de vías posibles en la búsqueda de la densificación social y el mejoramiento de la calidad de vida de las sociedades.

Respaldemos lo anterior con el siguiente ejemplo: las llamadas Ciudades Blancas que se reparten en las riberas del bajo Guadalquivir en Andalucía, han elevado sustancialmente su calidad de vida en los últimos cuarenta años y han replegado a los tradicionales grupos dominantes y acaparadores de las fuentes de energía de esa cuenca gracias a un buen entendimiento de su vocación y su competitividad, centrada en el turismo, los servicios a él asociados, a un sistema educativo incluyente y de calidad para sus jóvenes, a la calidad en aumento de algunos productos primarios y a su transformación. Hay captación y buena distribución de energía externa, entre otras cosas gracias a las divisas ahí derramadas. Es una región expuesta, como todas hoy, a la globalización, pero quizás en regiones como esa se ha sabido o se ha podido proteger las fuentes de generación de energía gracias a que sus habitantes, por las razones


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que se quiera, han tenido la fuerza para proteger dichas fuentes y para empujar a sus gobiernos a tomar medidas en tal dirección: es obvio que sus restaurantes, sus tiendas y sus hoteles no tienen la batalla perdida frente a Mac Donalds, Wal Mart o Sheraton.

Sin duda muchos problemas de la globalización ahí se recienten, como la caída salarial, la sustitución de empleados nacionales por extranjeros mal pagados, la competencia desventajosa con productos venidos de los campos del horror de la maquila mundial…, pero pensar que con violencia y destrucción debería hacerse frente a esas calamidades y no con un embarnecimiento y una activación del poder ciudadano, suena fuera de lugar.

Los movimientos sociales: ¿empoderamiento o confrontación? Ahora bien, ¿qué quiere decir exactamente una activación del poder ciudadano o una movilización social? No cabe duda que en referentes como “movilización social” o “movimientos sociales” se esconde una gama muy amplia y muy disímbola de manifestaciones colectivas. La Revolución francesa, la Guerra civil española o la norteamericana son movilizaciones sociales; el movimiento estudiantil francés de mayo de 1968 y los otros movimientos estudiantiles que tuvieron lugar en aquellos años son movilizaciones sociales; la enorme manifestación de mexicanos que impidió que el gobierno reprimiera al levantamiento zapatista en 1994 y aquella otra que en el 2005 impidió que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, fuera destituido con base en artificios jurídicos, son movilizaciones sociales; lo son también los cerca de 30 mil micromovimientos, movimientos de base, grupos de acción social no partidista o grupos en movimiento que según D. L. Sheth y Boaventura de Sousa Santos pueden estar teniendo lugar simultáneamente en la India en torno a los aumentos de precios, salarios, salud, corrupción, etcétera; la definición de Alain Touraine de los movimientos sociales estableciendo que éstos pasan por tres momentos, ejemplificados con la historia del movimiento obrero, que irían desde una etapa utópica, una radical y de pleno enfrentamiento y una de estabilización, institucionalizante y de amenazas huelguísticas más propensas a la negociación que a la ruptura, también


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ejemplifica la diversidad de modalidades de la movilización social y las abismales diferencias e implicaciones que hay en cada una de ellas.

Es por ello que podemos estar completamente de acuerdo cuando en el libro Democratizar la democracia de Boaventura de Sousa (2004), Patrick Heller y T. M. Thomas Isaac afirman que, a diferencia del resto de la India, “el éxito de las reformas agrarias de Kerala en la década de 1970, ampliamente conocidas por tratarse de la acción más trascendental y promotora de la equidad en el subcontinente, fue posible gracias al apoyo de un movimiento campesino poderoso y a la exitosa campaña de alfabetización en masa de 1991 que señaló la importancia de movilizar a la iniciativa popular.” De Sousa agrega que buena parte del éxito del presupuesto participativo en Porto Alegre y en Kerala se debe a un grado elevado de movilización social en la historia de esas regiones y agrega que eso permitió llevar adelante la Campaña del Pueblo para la Planeación Descentralizada, la movilización “más radical y trascendente en este terreno emprendida en la India…, un asalto frontal a feudos burocráticos del Estado y a las redes clientelares del sistema político: un gobierno estatal que lanza un movimiento para obligar a su propia mano a restructurar radicalmente el modo de gobierno” (de Sousa p. 528 y 532).

Todas estas acepciones de movilización en torno al presupuesto participativo y la reforma del rol del Estado en Kerala y en Portoalegre están ligadas a una activación que lejos de provocar la ruptura desemboca en el empoderamiento de la sociedad en paulatinos escenarios de concertación a lo largo de un año, al grado de infundir una “mirada social” en el desempeño gubernamental.

No podemos en este espacio llevar más adelante este planteamiento estratégico de nuestra investigación. En el libro Construyendo sociedad en el siglo XXI. Hacia una sociología de la densificación y de la convergencia, que forma parte de los anexos de este mismo informe, (Ver Anexo I.1) desarrollamos algunos consideraciones más a este respecto, aunque un planteamiento completo en torno a lo que aquí hemos llamado una sociología de la convergencia nos será posible presentarlo más adelante en esta investigación (en lo referente a la idea de la densificación social, hemos hecho


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un desarrollo amplio en la parte quinta del libro La desmodernidad mexicana y las alternativas a la violencia y a la exclusión, Océano, 2005.


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II Instituciones y Actores involucrados A continuación informamos a la Comisión de Evaluación Externa en torno a la composición del equipo de este Proyecto así como sobre los profesionistas y las entidades académicas de la UNAM y externas a ella con quienes se ha articulado. De acuerdo a lo estipulado en el punto número dos del acuerdo mediante el cual se crea el programa de Investigación y Formación Sociedad y Cultura, México Siglo XXI publicado en la Gaceta UNAM el día 7 de marzo del 2005, se establece que los proyectos de este programa tendrán (entre otros) los siguientes objetivos: II.- Incidir en la formación de nuevos especialistas mediante la incorporación de un amplio número de estudiantes. III.- Impulsar la colaboración entre entidades universitarias y con otras instituciones y organismos, tanto nacionales como internacionales especializados o interesados en los temas de cada proyecto.

En cuanto a este último punto, debido a la complejidad de las problemáticas enfrentadas en las regiones de trabajo, el proyecto en cuestión ha impulsado entusiastamente la participación de especialistas de diversas áreas para buscar posibles soluciones. Ya sea mediante la elaboración de diagnósticos de residuos sólidos, la elaboración de propuestas para mejorar la calidad del agua, o bien para desarrollar estrategias de educación ambiental, los actores externos han jugado un papel primordial en esta iniciativa.

A partir de su inicio, Pro-regiones fue articulando una red con instituciones y profesionistas nacionales y extranjeros que han sido enumerados en los cuadros que se presentan más adelante en este apartado. Pero antes debemos comunicar que a partir de las relaciones que los miembros del Proyecto hemos establecido con estas instituciones y académicos, dos eventos que nos parecen relevantes han sido organizados:

Primero, los días 26 y 27 de abril del año en curso, Pro-regiones organizó el Primer Coloquio: “Regiones: construyendo sociedad en el Siglo XXI”, en el


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Instituto de Investigaciones Sociales de nuestra universidad (ver ANEXO II.1). Se trata de un evento en el que participaron académicos de diferentes instituciones con gran experiencia en intervenciones regionales durante los últimos años en nuestro país. Los participantes decidimos formalizar nuestra Red de Estudios e Intervenciones Regionales (ver ANEXO II.2), y el Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIECO) de Morelia, por intervención del doctor

Víctor Manuel Toledo se comprometió a organizar el Segundo encuentro sobre Regiones en el estado de Michoacán en el segundo semestre del año en curso o en los primeros meses del 2008, en coordinación con Pro-regiones y con el apoyo de la fundación Fomento Social BANAMEX.

Segundo, en articulación con la Universidad Católica de Lovaina, la Universidad de París y la Universidad Libre de Berlín, Pro-regiones se encuentra redactando el protocolo y reuniendo los requisitos exigidos para participar en el Séptimo Programa Marco de la Unión Europea con vistas a recibir un financiamiento para llevar adelante nuestra investigación en los próximos cuatro años. Uno de los requisitos de este Programa de la UE es que tres instituciones europeas de diferentes países de aquel continente y una universidad latinoamericana, en este caso la UNAM, presenten conjuntamente la solicitud de apoyo. La Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París con el concurso de los profesores Yvon Le Bot y Ernesto López Aspeitia se proponen realizar una investigación de manera articulada con Pro-regiones, en dos regiones medias de Baja California y la región fronteriza de California en torno a la migración, las trabajadoras de la maquila organizadas para enfrentar sus problemas de vivienda y contaminación ambiental. Por su parte la profesora Isabel Yepes de Lovaina está terminando una propuesta que pondrá en relación aquella universidad con una región media del Perú, su país natal. Mariane Braig de Berlín se encuentra también elaborando una propuesta dentro del marco de nuestra investigación.

A este respecto informamos igualmente que el doctor, Sergio Zermeño incorporó en el momento de su asistencia al V Congreso Europeo de Latinoamericanistas a Pro-regiones en el marco de la red de investigaciones regionales (ver ANEXO II.3) dirigida por el profesor Frédéric de Debuyst de la


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mencionada universidad de

Lovaina la nueva y director de este proyecto.

Informamos en fin que los avances del planteamiento fueron presentados y discutidos en diversas reuniones nacionales e internacionales (ver ANEXO II.4).

En lo referente al punto número dos, la iniciativa México: Las Regiones Sociales en el Siglo XXI (Pro-Regiones) ha incorporado a estudiantes no sólo de la UNAM, sino a universitarios de al menos dos regiones en donde trabajamos (Guerrero y Nayarit), y tres instituciones con las que hemos articulado a nuestra red de investigación (la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, la Facultad de Filosofía y Letras, la Facultad de Ingeniería todas ellas de la UNAM, así como del Instituto José María Luís Mora en donde imparte clases el coordinador del proyecto. Así, hemos contribuido a que estudiantes de diversas especialidades converjan en la solución de las problemáticas encontradas en cada una de las regiones de trabajo. Además, los estudiantes involucrados han recibido una capacitación ( los cursos se mencionan en el apartado de educación ambiental) relacionada con diversos temas, entre los que destacan los ecológicos o bien los que tienen que ver con la consolidación de espacios de participación ciudadana; estos cursos han enriquecido no sólo su formación profesional, sino también han tenido un impacto a nivel personal. A pesar de que sería aventurado afirmar que todos los estudiantes universitarios involucrados en esta iniciativa se convertirán en futuros especialistas, sí podemos afirmar que en muchos de ellos se han despertado nuevas inquietudes que podrían verse plasmadas en futuras investigaciones y tesis relacionadas con esta área de interés.


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Vinculación del equipo de investigadores del proyecto “México: las regiones sociales en el siglo XXI” (Pro-regiones), con otras instituciones de la UNAM Institución

Nombre (Grado y cargo)

Vinculación

Centro de Investigaciones en Ecosistemas (CIECO) UNAM Mor. Michoacán

Dr. Víctor Toledo Investigador

Instituto de Investigaciones Sociales UNAM

Dr. Sergio Zermeño Investigador Titular

Discusión y propuestas para la construcción del espacio deliberativo de Pátzcuaro, Michoacán Vinculación con actores locales de Pátzcuaro (CESE, SAED...) Discusión teórica-metodológica del proyecto Pro-regiones. Discusión teórica sobre la problemática global del medio ambiente. Discusión y propuestas de reconstrucción social local-global en distintas regiones del país. Colaboración en el proyecto de las historias de empoderamiento y asociativismo local-regional. Coparticipe del coloquio “Regiones: construyendo sociedad en el siglo XXI”. Coordinador del proyecto “México : las regiones Sociales en el siglo XXI” (Pro-regiones)

Equipo: Dr. Arturo Flores Lic. Gustavo Galicia Lic. Alberto Hernández Mta. Alexandra Aguilar (hasta 2006) Lic. Ivette Ayvar Daniela Villanueva* Marcos Romero* Aldo Palacios* Néstor Campos Navarro*

Dra. Luisa Paré Investigadora Titular Dra. Leticia Merino Investigadora Titular

UNAM Pro-regiones UNAM Pro-regiones UNAM Pro-regiones UNAM Pro-regiones UNAM Pro-regiones FCPyS UNAM-Pro-regiones FCPyS UNAM-Pro-regiones FFyL UNAM-Pro-regiones ENAP UNAM

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Sede del coloquio “Regiones:


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construyendo sociedad en el siglo XXI”, sala de usos múltiples, 26 y 27 abril 2007. Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social. Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Facultad de Economía UNAM

Dr. Fernando Rello Investigador Titular

PROIMCE UNAM Chiapas

Mta. Dolores Camacho Investigadora Definitivo

Instituto de Investigaciones Económicas UNAM

Dr. José Gasca Investigador Titular

Instituto de Ecología UNAM

Dra. Karina Boege Investigadora

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Facultad de Ingeniería (área ambiental) UNAM

Mc. Constantino Gutiérrez Profesor e Investigador

Asesoría de la problemática y el manejo adecuado de los Residuos Sólidos (RS). Coordinador del diagnóstico de generación y aprovechamiento de los RS en la Cuenca del Río Atoyac. Propuestas y diagnósticos: Para la construcción de un relleno sanitario intermunicipal en la Cuenca. El tratamiento de lagunas de oxidación.

Dr. Boris Marañón Investigador Titular

Colaboradores Ing. Enrique Heras Profesor

Ing. Jessica Domínguez Estudiante de la Maestría

Ing. Andrea Muñóz Estudiante de la Maestría

Ing. Carolina Beras

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Elaboración del diagnóstico de generación y aprovechamiento de los RS en la Cuenca del Río Atoyac. Asesoría de la problemática y el manejo adecuado de los Residuos Sólidos (RS) y participación en los talleres de educación ambiental. Asesoría de la problemática y el manejo adecuado de los Residuos Sólidos (RS) Elaboración del diagnóstico de generación y aprovechamiento de los


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Estudiante de la Maestría

Mc. Mario Constantino Unidad Académica de Doctorante Estudios Regionales de Jiquilpan, Michoacán UNAM *Estudiante de licenciatura

RS en la Cuenca del Río Atoyac. Asesoría de la problemática y el manejo adecuado de los Residuos Sólidos (RS) Elaboración del diagnóstico de generación y aprovechamiento de los RS en la Cuenca del Río Atoyac. Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Programa de Investigaciones Multidisciplinarias de Mesoamerica y el Sureste (PROIMCE) del Instituto de Investigaciones Antropológicas.

Vinculación del equipo de investigadores del proyecto “México: las regiones sociales en el siglo XXI” (Pro-regiones), con otras instituciones que no pertenecen a la UNAM Institución

Nombre (grado y cargo)

Vinculación

Universidad Autónoma de Guerrero IIEPA-IMA

Dr. Raúl Fernández Coordinador Pro-regiones, Gro.

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Mc. Martín Fierro Coordinador Pro-regiones, Atoyac de Álvarez, Gro. Ana Solís Estudiante licenciatura UAG Flor Guerrero Estudiante licenciatura UAG

Acompañamiento en trabajo de campo en las comunidades altas y medias de la cuenca del río Atoyac. Organización y coordinación de reuniones con autoridades estatales y municipales, organizaciones civiles y representantes sociales.

Pedro Méndez Estudiante licenciatura UAG Eliézer Fierro Colaborador Pro-regiones, Atoyac Universidad Autónoma de Guadalajara

Dra. Ofelia Pérez Investigadora

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento


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social.

Universidad Autónoma de Nayarit

Dr. Carlos Rafael Rea Coordinador Pro-regiones Nayarit

C. Cristina Gutiérrez C. Miriam Berenice Ruiz Torrez

Realización del seminario Teóricometodológico “la redensificación social como alternativa ante la desmodernidad”. Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Nombre de colaboradores: Mtro. José Benito García Lic. Natividad Zurita Rentaría Mtro. Benito Ramos Carrillo Acompañamiento en trabajo de campo Mtra. Lidia Hernández en las comunidades del municipio de Mtro. Rigoberto Zepeda Santiago Ixcuintla, Nayarit. Y a lo largo de la cuenca del río San Pedro. Organización y coordinación de reuniones con autoridades estatales y municipales, organizaciones civiles y representantes sociales. Instituto Politécnico Nacional CINVESTAV DIE CIESAS Occidente

Dra. Antonia Candela Investigadora

Asesoría y discusión sobre grupos destinatarios de educación ambiental. Discusión y debate teóricometodológico sobre el proyecto.

Dr. Gabriel Torres Investigador

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

CIESAS DF

Dr. Héctor Díaz Polanco Investigador

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

INAH DF

Dra. Consuelo Sánchez Investigador

INAH Veracruz

Dr. Eckart Boege Investigador

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social. Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

UAM Azcapotzalco

Dr. Francis Mestries Profesor e Investigador

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de


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UAM Iztapalapa

Dr. Pedro Moctezuma Profesor e Investigador

UAM Azcapotzalco

Mc. Irma Juárez Profesor e Investigador

experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

UAM Xochimilco Dr. Rafael Reygadas Investigador

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Instituto José Luis Mora

La investigación aporta la metodología desarrollada por el Dr. Zermeño para los estudiantes de la maestría en estudios regionales del Instituto Mora. Por lo que la participación de los estudiantes, es la realización de los trabajos presentados.

Estudiantes de Maestría:

Ramses Cruz

“Las propuestas Zapatistas: ¿cabalgando hacia la densificación social?”

Alma Patricia de León

“El programa tres por uno: una opción de reconstrucción social” hidalguense.

Verónica Salinas Guevara

Los Centros Comunitarios de Aprendizaje y los Centros Estratégicos Comunitarios: Espanta Tlaxcala.”

Laura Rebeca Camacho

“¿Y qué hay detrás de un proyecto de densificación social?”

Javier Hernández Santiago

“El caso del Taller Popular de Grabado de la Mixteca Alta”.

Santiago Villaseñor

“La Unión de Apoyo al Campo (UEDC) y la densificación social en cinco municipios de Querétaro”.

Edgar Borja Valle

“La dilución social, el caso de las agroindustrias trasnacionales: las empresas del melón y los campesinos del Medio Balsas, Guerrero”.

Itzel Hernández Lara “Migración, cambio en las relaciones de género y las posibilidades de densificación social en la mixteca oaxaqueña”.

Nayely Flores Torres

CREFAL

“Densificación social vs. La lógica salvaje de la economía abierta. Una reflexión a la luz del caso de Ayoquezco, Oaxaca”.

Larisa Bautista Calderón

“Ejido El Rosario: prototipo de empoderamiento social en la Reserva de la Biosfera Mariposa Monarca”.

Mc. Rosalinda Arau

Discusión y debate teórica-


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Pátzcuaro, Michoacán

Coordinadora Pro-regiones Pátzcuaro, Mich. (hasta 2006)

metodológica de investigación del diseño de una campaña de educación ambiental. Acompañamiento en trabajo de campo en los municipios de la cuenca cerrada del lago de Pátzcuaro, Mich. Organización y coordinación de reuniones con autoridades estatales y municipales, organizaciones civiles y representantes sociales.

Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) Jiutepec, Mor.

Ing. Miguel Ángel Córdoba Ing. Laura Ocampo Ing. Sandra Vázquez

Diagnósticos y propuesta de desechos líquidos y agua potable.

Ing. Ismael Quintero Mc. Violeta Escalante Ing. Alfonso Ramírez CECADESUSEMARNAT DF

Lic. Teresita del Niño Jesús Asesoría y discusión sobre programas de educación ambiental. Invitación a los talleres sobre cuestiones ambientales de la misma institución. Apoyo de material sobre cuestiones ambientales (videos, folletos, carteles, etc.)

Gobierno del estado de Guerrero Arq. Rafael Trani Subsecretario de Subsecretario de Desarrollo Contacto del Gobierno Urbano y Obras Públicas Desarrollo Urbano y Obras Públicas Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de Dr. Carlos Toledo reconstrucción y empoderamiento Secretaría de social. Desarrollo Rural Red para el desarrollo Sostenible de México A.C Autoridades municipales de la Cuenca

Lic. Pedro Brito

Presidente Municipal de Atoyac de Álvarez.

Organización y coordinación de Ing. Arturo Cabañas eventos culturales y de capacitación


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Presidente Municipal de Benito Juárez.

Ing. Elfego

Presidente Municipal de Tecpan de Galeana.

Ing. Gregorio Juárez

Director de Planeación del municipio de Atoyac.

Reyna Saldaña

Directora de Ecología del municipio de Atoyac de Álvarez.

Citlalic Hernández

Directora de Ecología del municipio de Benito Juárez.

Antelmo Arteaga Vela

para promotores ambientales. Convocatoria de actores claves para las reuniones Acompañamiento en trabajo de campo en las comunidades altas y medias de la cuenca del río Atoyac. Organización y coordinación de reuniones con autoridades estatales, organizaciones civiles y representantes sociales.

Subcoordinador de educación ambiental y cultura ecológica en la región de la costa grande.

Etnología, AC

Dra. Patricia Moguel Investigadora

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Fomento Social Banamex

Cristóbal García

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Rostros y Voces FDS. A.C.

Mc. Carlos Zarco Director de la Fundación

Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.

Lic. Elena Aguilar

Investigación e integración de contenidos del manual para promotores ambientales.

Israel Guadarrama Jorge Echeverria

Instituto de Armando Bartra Desarrollo Rural Investigador Circo Maya UAM Xochimilco

Participación en la capacitación de promotores ambiéntales en la cuenca del río Atoyac. Discusión y debate teóricametodológica de investigación de experiencias local-regionales de reconstrucción y empoderamiento social.


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III Tipos de intervenciones incluidas en la propuesta Pro-Regiones De acuerdo a lo estipulado en el programa de Investigación y Formación Sociedad y Cultura, México Siglo XXI del 2005, se establece que los proyectos de este programa tendrán (entre otros) el siguiente objetivo. I.- Fomentar la realización de investigaciones y proponer soluciones sobre diversos problemas sociales que son prioritarios para el país, incluyendo su dimensión internacional, que requieran la participación de investigadores en diferentes disciplinas de las ciencias sociales y las humanidades.

La problemática de investigación antes enunciada y que abordamos en la iniciativa México: Las Regiones Sociales en el Siglo XXI (Pro-Regiones), pretende que en tres años se haya logrado la consolidación de al menos tres ejemplos de asociativismo regional a profundidad en los cuales, con la participación de actores locales y externos, se haya contribuido a la solución de diversas problemáticas, traduciéndose en el mejoramiento de su calidad de vida, con la pretensión de que estos ejercicios comiencen a revelarse como ejemplos a seguir en otras regiones medias de México. El proyecto se ha articulado hasta ahora a cuatro regiones del país: 1) Atoyac, en Guerrero; 2) El bajo río San Pedro, en Nayarit; 3) Pátzcuaro, en Michoacán; 3) Ajusco en el DF 1

. Es importante aclarar que existen dos niveles de intervención dentro de esta

investigación:

El primero y más complejo es un acompañamiento sistemático a profundidad, en donde el objetivo sería la conformación de un Comité técnico

1

En el año 2005 el equipo Pro-regiones llevó adelante algunas reuniones con uno de los Caracoles zapatistas en la región de Los Altos en Chiapas (Oventic), con la mira de establecer puentes de cooperación y acompañamiento. Los primeros intercambios fueron bien venidos pero el inicio de las actividades quedó pospuesto debido a la declaración de una “Alerta Roja” decretada por el EZLN y posteriormente por el inicio de La Otra Campaña, bajo los lineamientos de La Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Esta dimensión de nuestro trabajo se encuentra, entonces, a la espera de que esta etapa álgida y concentradamente política pueda dar paso a un periodo más conveniente para las actividades implicadas en un ejercicio de acompañamiento.


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profesionalizado y un Espacio deliberativo ciudadano en una dinámica de empoderamiento y de apropiación de las orientaciones del ejercicio.

El segundo consistiría en un grado de acompañamiento menos integral, en regiones en donde existe ya una organización activa y representativa y en donde nuestro proyecto participaría ofreciendo articulaciones con instancias técnicas, de asesoría, de financiamiento, de comercialización, etc.

Niveles de Intervención del Proyecto: Las Regiones Sociales en el Siglo XXI Nivel Intervención

de

2do Sem 2005

1er Sem 2006

Profundidad

Atoyac

Atoyac

Asesoría y Acompañamiento

Pátzcuaro Ajusco

Pátzcuqaro Ajusco

2do Sem 2006 Atoyac

Ajusco

1er Sem 2007 Atoyac Nayarit

2do Sem 2007 Atoyac Nayarit Tercer caso

1er Sem 2008 Atoyac Nayarit Tercer caso

Ajusco

En este informe nos centraremos en los casos que hemos llamado a profundidad de Atoyac y San Pedro. 2

Atoyac, Guerrero: primer ejercicio a profundidad. En estos primeros dos años de investigación hemos concentrado nuestros esfuerzos en la cuenca del río Atoyac, en la Costa Grande de Guerrero, que desciende a lo largo de dos municipios. Se trata de una región media que aloja alrededor de 77 mil habitantes congregados en su mayoría en tres localidades importantes (Atoyac 20 mil, San Jerónimo y Paraíso 15 mil cada una y el resto en una serie de localidades de menor tamaño. Para iniciar el trabajo en esta región, que ha sido una de las más conflictivas del país (socialmente y políticamente hablando), se decidió trabajar sobre uno de los problemas que más afligen a la región (según sus propios habitantes), pero que evitara por todos conceptos algún punto de confrontación. Este catalizador resultó ser el 2

Los casos de intervención menos integral (Pátzcuaro y Colonia Ajusco en el DF), los reseñamos más adelante en este mismo apartado.


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tema ambiental. Varios fueron los aspectos que apoyaron este punto de partida: primeramente, la existencia de datos que nos dicen que las 300 cuencas hidrográficas del país tienen algún grado de contaminación y que en algunos casos dicha contaminación es extrema, resaltando los casos de: el Coatzacoalcos, el Blanco, el Pánuco, el Atoyac, el Balsas, el Lerma-ChapalaSantiago. Además, los informes enfatizan que la contaminación se debe a que ni las ciudades ni la industria cumplen con la norma vigente que obliga a limpiar las aguas que envían a las cuencas y que apenas se trata menos de 10 por ciento del agua utilizada (Iván Restrepo citado en La Jornada 21/03/2005).

A su vez, en diversos recorridos llevados a cabo en la cuenca pudimos apreciar que desde la sierra hasta las lagunas costeras la mayoría de los habitantes utilizan el río cotidianamente de manera muy inadecuada: ya sea para arrojar su basura, los desechos del rastro, la cáscara de la producción del café (de elevados niveles de contaminación), etcétera. Fue a partir de estas observaciones y de muchas otras hechas por los habitantes de diversas comunidades que el tema ecológico surgió como un elemento cohesionador. Al recorrer el río uno puede ver cómo el agua que emerge cristalina de los distintos afluentes, como El Iris ó las Golondrinas en las partes altas, se transforma prácticamente en veneno al pasar por varias localidades que arrojan sin ningún recato todo tipo de residuos. La degradación ambiental de la cuenca del Atoyac es un tema que ya no solo representa un problema desde el punto de vista ecológico, sino que también se ha convertido en un serio problema de salud pública. Las enfermedades gastrointestinales han tenido un incremento bastante considerable en los últimos años.

El bajo río San Pedro en Nayarit: segundo ejercicio a profundidad. Esta segunda región fue iniciada al lado de la Universidad Autónoma de Nayarit a inicios del año 2007. El río San Pedro nace en la Sierra de Mochis en el estado de Durango, antes de internarse en el estado de Nayarit. Su parte más baja y en donde desemboca al Océano Pacífico se ubica en el municipio de Santiago Ixcuintla donde un extenso brazo de mar forma una de las zonas de


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marismas y esteros más grandes de la entidad. En este lugar se producen importantes recursos marinos como camarón, ostión, robalo y pargo. En 1980 se inicia el programa ostrícola en Boca de Camichín, bajo el Programa Alimentario Mexicano y el programa PIDER-Banrural. El cultivo de ostión (Crassostrea corteziensis) que se practica en este lugar, es una actividad que se ha venido desarrollando desde hace más de 35 años. La modalidad de cultivo es de tipo semi-intensivo, utilizando “sartas” que favorecen la fijación de la larva y permiten su crecimiento en zonas propicias. Bajo estas condiciones de trabajo, los acuacultores realizan un ciclo de producción por año. El área de cultivo es de aproximadamente 300 ha, donde se distribuyen cerca de 1,200 balsas, cada una con un promedio de 60 sartas. Esta infraestructura genera alrededor de 1,000 a 1200 toneladas de producto anualmente, lo cual representa una derrama de $15 millones de pesos. Adicionalmente, la población se dedica a la pesca, captura de camarón y colecta de otros organismos como los mejillones, que son la base de su alimentación (sólo en algunas ocasiones consumen carne de res y pollo).

Los acuacultores de la zona están organizados dentro de la Sociedad Cooperativa de Producción Pesquera en General y Acuícola Ostricamichín S.C. de R.L. de C.V., la cual agrupa a 165 socios. En un principio la cooperativa proporcionaba

algunos

servicios

relacionados

con

almacenamiento,

comercialización y apoyo con suministros para el cultivo de ostión. Sin embargo, actualmente hay conflictos dentro de la cooperativa y los acuacultores no cuentan con dichos apoyos. En esta misma área se encuentran las cooperativas de Campo de Limones y de Mexcaltitán.

En el año 2001, se inició una organización constituida por 123 mujeres preocupadas en conservar el ecosistema de manglar en el que viven y mejorar las condiciones de vida de la comunidad. El 14 de agosto del 2002 se constituyen formalmente como la “Asociación de Mujeres de Boca de Camichín para el Desarrollo Costero Sustentable”. Esta asociación está organizada como una Sociedad de Producción Rural de Relaciones Libres e inician acciones tendientes a: i) implantación de programas de reforestación y limpieza en el


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estero, el manglar y en la comunidad (se recolectaron poco mas de 40 toneladas de basura en bien de la salud de sus familias, aunque existen algunas personas que no respetan este esfuerzo), ii) a través de su trabajo se obtuvo el servicio de recolección de basura, una vez cada 15 días y de esta forma recoger los desperdicios en la comunidad, iii) capacitación en diferentes cuestiones de salud, de procesamiento de alimentos, de administración, etc., iv) la cooperativa promovió la instalación de fosas sépticas en sus viviendas y v) están iniciando el procesamiento y comercialización del ostión y de esta forma tener mejores condiciones de vida.

Si bien las integrantes de esta organización ha venido disminuyendo en los últimos años: 70, 35 y actualmente 14 mujeres, el grupo continúa trabajando en un proyecto para la instalación de una planta procesadora de alimentos marinos, principalmente ostión de placer. Se busca obtener producciones susceptibles de ser industrializadas, en diferentes procesos tecnológicos como lo es el ahumado, el escabeche y el encurtido, la elaboración de pateé y queso de ostión, queso de camarón, así como implementar el manejo del filete de pescado en marquetas higiénicas. Desgraciadamente, como ha sucedido con otros ejemplos de asociativismo, algunas de las iniciativas de la asociación de mujeres no han prosperado debido al poco interés por parte de algunos habitantes (principalmente del sexo masculino), conflictos de intereses y falta de una autoridad preocupada en realizar acciones que beneficien a la comunidad. Hoy el río San Pedro y sus lagunas costeras presentan un elevado grado de contaminación debido al aumento de drenajes y basura de manera indiscriminada (una situación muy parecida a la de la cuenca del Atoyac y a la de todas las cuencas del país), que dañan la inocuidad de los organismos. Al lado de esto, no existen áreas destinadas a la depuración del producto y la contaminación de del producto ha redundado en la disminución de los ostiones.

Acciones emprendidas Debido a que el ejemplo de Atoyac ha tenido avances por casi dos años mientras que el de San Pedro apenas ha sido implementado por seis meses,


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nos referiremos principalmente al primero de ellos en este informe, indicando en distintos puntos los avances realizados en el segundo ejemplo. En el mismo sentido, hacia el final de este apartado resumiremos lo referente a las dos otras intervenciones de asesoría y acompañamiento, menos integrales, en Pátzcuaro y en el Distrito Federal.

El equipo de investigación Pro-Regiones y su contraparte en Atoyac, la Universidad Autónoma de Guerrero, convocaron a la realización de un Espacio de deliberación ciudadano que en su inicio se denominó Espacio por Atoyac, y a partir de las propuestas ahí surgidas se conformó un Comité técnico profesionalizado.

De esta primera reunión, llevada a cabo el 19 de Noviembre del 2005 surgieron 6 ejes temáticos propuestos por los participantes del mismo: 1) La recolección de basura es muy deficiente e inapropiados los espacios de confinamiento; 2) La mala calidad del agua potable procedente del río; 3) Las aguas residuales (drenaje), son vertidas al río sin tratamiento alguno al igual que los desechos del rastro; 4) No existen prácticamente programas de educación ambiental ni en las escuelas ni para la población abierta; 5) Hay grandes problemas de deforestación debido a la tala inmoderada de árboles y al contrabando de madera; 6) Hay un uso indiscriminado de agroquímicos en los cultivos agrícolas.

Subrayamos dos asuntos que en ese foro fueron relevantes: primero, se planteó que es necesario un cambio en la mentalidad de la gente y en el sistema educativo de Atoyac, además de terminar con vicios tales como la compra de plazas en el medio magisterial. Se dio el dato de que aproximadamente un 50 por ciento de los maestros asiste muy poco o de plano no asiste a sus labores contratadas, dedicando su tiempo esencialmente a las actividades políticas.

Segundo, se señaló que una cuestión que está resultando delicada en términos de la violencia y la inseguridad en la región es la relacionada con la tala inmoderada, ya que incluso los programas puestos en marcha por el ejército y


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otras fuerzas gubernamentales han dado resultados muy insatisfactorios. El asunto es que se siguen otorgando permisos por parte de la SEMARNAT y la SAGARPA para la tala en las partes altas del municipio de Atoyac. Algunos comisarios y comisariados ejidales manifestaron su impotencia para combatir la corrupción de las redes existentes. Parece imparable entonces la erosión de los suelos en muchas partes de la sierra y los manantiales que nutren al Río se encuentran cada vez más mermados. La consigna fue un rotundo ¡no a la tala! por parte de los participantes en el foro. Por todo lo anterior el equipo de la UNAM y de la Universidad Autónoma de Guerrero, decidimos no trabajar en un primer momento en los asuntos ligados a esta problemática.

Con base en los resultados del Foro, el programa Pro-regiones organizó sus actividades en los siguientes tres niveles:

1. Reordenamiento y saneamiento Soluciones técnicas para el tratamiento de: a) los residuos sólidos (basura), b) el agua potable y c) el agua residual.

2. Generación de densidad social (hacia una sociología de la densificación y de la convergencia)

a) Construcción de un Espacio de generación de consensos (una plataforma

de

interacción

participativa,

jerarquización

y

visibilización de necesidades para legitimar el “bajar recursos”), y de un Comité técnico profesionalizado con participación ciudadana. b) Búsqueda de una direccionalidad vectorial, de una convergencia de actores y fuerzas sociales. c) Educación ambiental, promotores ambientales, talleres de ecotecnias, jornadas de limpia con estudiantes del bachillerato... d) Campaña de comunicación pública.

3. Búsqueda de una vocación regional y de los proyectos productivos que la sustenten.


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1. Reordenamiento y saneamiento básico III.1.a Residuos sólidos (basura) En el primero de los temas señalados, el del reordenamiento y saneamiento, en el sub-tema de residuos sólidos se solicitó el apoyo de un equipo de expertos de la Facultad de Ingeniería de la UNAM en su división de Ingeniería Ambiental para realizar lo que se conoce como un “diagnóstico de generación”. El objetivo del estudio fue el de conocer el tipo de residuos sólidos que son generados en los tres principales puntos de contaminación de la cuenca del río Atoyac es decir, las localidades de Paraíso, Atoyac Capital y San Jerónimo ubicada en el municipio de Benito Juárez. El estudio también tuvo como meta determinar la manera en que los residuos generados son colectados, además de conocer las condiciones del sitio de disposición final. En la tabla abajo se presentan los resultados de dicho diagnóstico (para consultar el diagnóstico de generación completo ver ANEXO III.1).

Resultados de Diagnóstico de Residuos Sólidos Municipales llevado a cabo por la Facultad de Ingeniería en su división de Ingeniería Ambiental Manejo de los Residuos Generación

Atoyac de Álvarez

0.552 kg/hab-día Logística de recolección de Almacenamiento contenedores públicos inadecuada Únicamente en el Barrido primer cuadro Frecuencia Recolección inadecuada

El Paraíso

San Jerónimo

0.438

0.550 kg/hab-día

No existen contenedores públicos

No existen contenedores públicos

No existe Insuficiente

Únicamente en la plaza central Al 80% de la población Solo el 8.62% de la población de manera informal

Reuso y Reciclaje

Solo de manera privada

No existe

Transporte y Transferencia

Se requiere renovación de parque vehicular

1 unidad en malas condiciones. No 1 unidad nueva existe transferencia


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Tratamiento Disposición Final

Quema inadecuada Quema y compostaje a inadecuada microescala Incumplimiento Incumplimiento con con la la normatividad normatividad

Quema inadecuada Incumplimiento con la normatividad

Basado en los resultados arriba presentados la Facultad de Ingeniería en su división de Ingeniaría Ambiental ha promovido algunas acciones que han tenido un impacto en el grave problema que representan los residuos sólidos en la cuenca del río Atoyac. Primeramente, se ha sugerido el ordenamiento de los tiraderos de los Municipios de Atoyac de Alvarez y Benito Juárez. A raíz de visitas llevadas a cabo por el equipo de la facultad de ingeniería y como un resultado del diagnóstico elaborado, se observó que los sitios de disposición final de las localidades antes mencionadas presentan una problemática de gran magnitud; ya que además de no contar con ninguna membrana que no permita el paso de los lixiviados al manto freático, la quema de la basura es una práctica común que genera, en el corto plazo, la contaminación del aire hasta en un kilómetro a la redonda y en el largo plazo la posible proliferación de enfermedades respiratorias de daños irreversibles para la población.

Tiradero de Atoyac de Álvarez Diciembre del 2006

Tiradero de Benito Juárez Enero del 2006


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Especialmente en el Municipio de Benito Juárez las recomendaciones brindadas por el equipo de especialistas de la facultad de ingeniería fueron tomadas en cuenta y se procedió a reordenar, dentro de las posibilidades presupuestales del municipio, el tiradero a cielo abierto ubicado en dicha localidad, como muestran las fotos abajo.

Tiradero de Benito Juárez Diciembre del 2006

A la par de este esfuerzo por reorganizar los sitios de disposición final de la cuenca del Río Atoyac, una serie de reuniones (entre Junio y Agosto del 2006) fueron agendadas con personal de gobierno del estado, teniendo como meta fomentar la posibilidad de realizar un proyecto para construir un relleno sanitario que cumpliera con la normatividad. Fue a raíz de estos encuentros que surgió la idea, por parte del Arquitecto Rafael Trani, Sub-Secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas de gobierno del Estado de Guerrero, de realizar un proyecto de relleno sanitario intermunicipal. La visión de intermunicipalidad tiene como objetivo principal un mejor aprovechamiento de los recursos públicos disponibles, ya que se construye en un punto estratégico en el cual confluyen varios municipios, a la vez que los costos de operación no forman parte de las administraciones locales, debido a que se crea una empresa para-municipal, quien se hará cargo de la operación del relleno. Es un proyecto integral que no sólo comprende el sitio de disposición final, sino también estaciones de transferencia en las cuales se acopian materiales como


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plástico o vidrio y a la vez se utilizan los residuos orgánicos para hacer composta. Una vez redondeada la idea del relleno sanitario intermunicipal, que en este caso sería para que los Municipios de Atoyac de Alvarez, Benito Juárez y Tecpan de Galeana dispongan de sus residuos sólidos, se procedió a la búsqueda del mejor sitio para ubicarlo. En el mes de septiembre del 2006 un equipo de especialistas de la Universidad, acompañado por autoridades municipales, realizó una visita a 8 sitios posibles en los cuales se podría ubicar dicho relleno. En cada uno de estos sitios se revisaron las condiciones expuestas en las tablas de matriz de decisión de análisis cualitativo y cuantitativo presentadas a continuación.


MATRIZ DE DECISIÓN (ANÁLISIS CUALITATIVO) SITIOS PARA DISPOSICION FINAL PARAMETROS

SITIO 1 Camino a Chiota, Jovero

SITIO 2 Kilómetro 94

SITIO 3 Carretera a Tetitlán

X

X

SITIO 4 Jovero 2

SITIO 5 2A

Jovero SITIO 6 Jovero 2B (Pozo Seco)

SITIO 7 Los Tamarindos (Técpan)

SITIO 8 La Soledad (Técpan)

X

X

Tipo de camino de acceso existente: Carretera Terraceria

X

Brecha No hay Distancia a vialidades principales (m) Distancia a Banco de Materiales para Cobertura. (m) Distancia al asentamiento más próximo

600

15

2000

500

400 m (casas 500 m (casas habitadas abandonadas 2) 4) 600 m (casas habitadas 2)

X

X

X

20

800

1000

1200

2000

3500

500

600

600

1000

2000

2000

500 m (varias casas habitadas, ejido Los Bajitos)

1000 m (atrás del cerro El Jovero)

1000 m (atrás del cerro El Jovero)

1500 m (atrás del cerro El Jovero)

1000

600

no

Cercanía a cuerpos de agua arroyo

si

si

no

si

si

si

no

río

no

no

no

no

no

no

no

no

lago o laguna

no

no

(Laguna de Pitero)

no

no

no

no

no

pozo o noria tanque elevado

posible si

no no

no no

si no

no no

si (seco) no

no no

no no

Líneas de alta tensión

no

si

Si

si

No

no

no

no

Ductos de PEMEX

no

no

no

no

No

no

no

no

no

si

Si

no

No

no

no

no

Técpan de Galeana

8500

10000

6200

9000

9300

9500

16000

17500

San Jerónimo de Juárez

14000

11000

16500

13000

13300

13500

21000

22500

Atoyac de Álvarez

24000

21000

26500

23000

23300

23500

23700

25200

500

600 m

Interferencia con derecho de vía

Carreteras Distancia a : (m)

Profundidad de NAF Distancia a falla geológica más cercana (m) Distancia a aeródromo o aeropuerto más cercano (km) Área disponible

----1500 100

Tipo de suelo

mas de 10 Ha arena fina limosa de baja plasticidad

Servicios Públicos existentes

energía eléctrica y telefonía

Topografía (Pendiente del terreno)

Uso de Suelo Costo del predio (miles de pesos/ha) Factibilidad a Inundaciones Impacto visual

Comentarios

plana

huerta de mangos

40-50

mayor a 12 m 1500 100

3000 100

1000

600

500

2000

100

100

100

100

10 Ha arena fina limosa de baja plasticidad energía eléctrica y telefonía

mas de 15 Ha arena fina limosa de baja plasticidad energía eléctrica

plano hasta llegar al cerro

plano hasta llegar al cerro

Cultivo de mangos y palmeras de cocos

palmeras y pastizal para existencia de palmas y existencia de palmas y alimentar ganado mucha vegetación mucha vegetación

mas de 50

mas de 80

10 Ha mas de 10 Ha mas de 15 Ha mas de 15 Ha arena fina limosa de arena fina limosa de arena fina limosa de baja plasticidad baja plasticidad baja plasticidad arena fina energía eléctrica a 600 energía eléctrica energía eléctrica energía eléctrica m zona con poca zona con poca zona plana con una pendiente a 30 m sobre pendiente a 30 m sobre altitud de 32 m, hasta el nivel del mar el nivel del mar llegar al cerro

40-50

40-50

no cultivada, existencia de palmas y mucha vegetación

lomerio suave

cultivo de tamarindos

100 mas de 30 Ha arena fina energía eláctrica

zona de lomas

Cultivo de maiz

40-50

no

Si

Si

no

no

no

no

no

oculto

a la vista

a la vista

oculto

oculto

Muy oculto

oculto

oculto

Noria seca con una Es necesario hacer un profundidad aproximada de Predio alejado de los Predio alejado de los Posible dificultad de comprar estudio hidrológico para presencia de tendido de alta Mucha vegetación que 12 m, el camino de acceso municipios de Atoyac y municipios de Atoyac y conocer los escurrimientos el predio debido a la tensión a mitad del predio impedía observar el predio es una brecha en malas Benito Juárez cercanía con zona turística superficiales debido a la Benito Juárez condiciones topografía del lugar


MATRIZ DE DECISIÓN (ANÁLISIS CUANTITATIVO) SITIOS PARA DISPOSICION FINAL PARAMETROS Tipo de camino de acceso existente: Distancia a vialidades principales (m) Distancia a Banco de Materiales para Cobertura. (m) Distancia al asentamiento más próximo Cercanía a cuerpos de agua Interferencia con derecho de vía Distancia a cabeceras municipales : (m) Profundidad de NAF Distancia a falla geológica más cercana (m) Distancia a aeródromo o aeropuerto más cercano (km) Área disponible Tipo de suelo (arenoso, arenolimoso, areno-arcilloso, limoarcilloso, etc.) Servicios Públicos existentes Topografía (Pendiente del terreno)

SITIO 1 Camino a Chiota, Jovero

SITIO 2 Kilómetro 94

SITIO 3 Carretera a Tetitlán

3

5

5

2

0

4

5

5

3

0

5

5

4

3

3 5

SITIO 7 Los Tamarindos (Técpan)

SITIO 8 La Soledad (Técpan)

1

3

3

3

2

0

0

5

5

4

0

0

2

4

5

5

4

3

3 2

4 2

3 3

3 5

4 5

5 4

5 4

4 2

5 2

4 2

5 3

4 4

4 5

1 4

0 4

4

4

5

2

1

1

5

1

5

5

5

5

5

5

5

5

4

4

5

4

4

5

4

5

2

2

2

2

2

2

3

3

4

4

3

3

3

3

3

3

4

4

5

3

3

4

3

3

3

3

4

4

4

4

3

3 2 2 63

1 1 1 60

4 4 4 63

4 4 5 64

4 5 5 68

4 4 4 60

4 4 4 54

Uso de Suelo 3 Costo del predio (miles de pesos/ha) 4 Impacto visual 4 Zona de amortiguamiento 4 SUMA 63 Criterio de Calificación: 0 el peor y 5 el mejor

SITIO 4 Jovero 2

SITIO 5 2A

Jovero SITIO 6 Jovero 2B (Pozo Seco)


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Fue con base en el análisis de los especialistas de la facultad de ingeniería, así como en la disponibilidad de los dueños de los terrenos para vender, que en el mes de enero del 2007 se concretó la compra de un terreno con una extensión de 13 hectáreas. En este terreno se espera construir un relleno sanitario con una vida útil de 20 a 25 años. Los fondos para adquirir el terreno vinieron tanto de fuentes municipales, así como estatales en una proporción de 50-50. (Ver fotos abajo).

Expertos de la facultad de ingeniería

Vista de terreno comprado para

de la UNAM discutiendo con los

relleno sanitario intermunicipal

presidentes involucrados acerca del sitio de disposición final

Actualmente el gobierno del estado ya obtuvo un crédito de parte de BANOBRAS, institución dedicada al financiamiento de proyectos como el aquí introducido, y se espera que a más tardar en un par de meses más después de la presentación de este reporte la UNAM sea contratada para realizar dichos trabajos.

Aunado al tema del sitio de disposición final, los especialistas de la facultad de ingeniería han recomendado la compra y reubicación de contenedores, así como el rediseño de las rutas de recolección de residuos sólidos. En el caso de Atoyac de Alvarez, se ha visto un cambio positivo sobretodo en la zona ubicada detrás del mercado, en la cual la recolección de residuos es más frecuente y se


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puede ver una diferencia en comparación a la manera en que el servicio de recolección operaba antes de las recomendaciones brindadas por la facultad de ingeniería, como lo muestran las imágenes abajo.

Detrás del Mercado de Atoyac Junio del 2005

Detrás del Mercado de Atoyac Abril del 2007

En el caso de Benito Juárez, los especialistas de la facultad de ingeniería promovieron la compra de contenedores, los cuales fueron recientemente adquiridos y colocados en puntos estratégicos del municipio, tales como el mercado o bien cerca de la zona turística que se encuentra en lo que se conoce como Playa Paraíso.

Contenedor colocado detrás del Mercado de Benito Juárez, Abril del 2007


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Un tema que recientemente ha adquirido relevancia, es la participación de empresas dedicadas al acopio y separación de residuos sólidos con fines de reciclaje.

Empresa de acopio y reciclaje ubicada en Atoyac de Alvarez

PROMEC es una empresa de este tipo que ha surgido en la región y con la cual se ha establecido un vínculo muy importante, ya que se le ha hecho partícipe en la firma de convenios con instancias a las cuales se le han brindado talleres de educación ambiental (principalmente escuelas secundarias y preparatorias) y en un futuro colaborará de manera más directa con los especialistas de la facultad de ingeniería en otras áreas relacionadas al tema de los residuos sólidos.

III.1.b Agua potable Si bien es cierto que el tema de los residuos sólidos es de vital importancia para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la cuenca del Río Atoyac, éste se encuentra inevitablemente ligado al tema del agua potable y las aguas residuales. El tema del agua potable se convierte en un problema toral debido a la enorme cantidad de muertes de infantes, enfermedades de la piel o bien gastrointestinales que a últimas fechas se presentan en esta región del país y que estamos seguros que afectan de igual manera a otras cuencas. Todas estas muertes y enfermedades relacionadas al agua nos han influido de


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manera importante para desarrollar alternativas que ofrezcan una esperanza realista para los habitantes de las regiones de intervención.

En este renglón, podemos decir que ha habido un cambio en la estrategia, ya que inicialmente se había pensado en la construcción de una planta de agua potable para el municipio de Atoyac de Alvarez y en reactivar la planta que se ubica en el Municipio de Benito Juárez. Sin embargo, basado en los altos costos de operación que puede representar operar una planta potabilizadora se pensó en alternativas que pudieran ser prácticas al mismo tiempo que no representaran una carga onerosa para los municipios en cuestión. Fue así como después de varias reuniones con expertos del tema del agua provenientes del Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua (IMTA) y de la UNAM con el Arquitecto Rafael Trani, Sub-Secretario de Desarrollo Urbano y Obras Públicas de gobierno del Estado de Guerrero, surgió la idea de entubar agua proveniente de los manantiales ubicados en las partes altas de las montañas de la cuenca del Atoyac y bajarla por gravedad a las distintas comunidades de la región. Una vez que se acordó que un proyecto de esta índole era posible, se procedió a realizar un examen de la calidad del agua de cuatro manantiales que se encuentran ubicados en la sierra. En el mes de Agosto del 2006 se tomaron muestras de cada uno de estos lugares obteniendo los resultados presentados en la tabla abajo. LMP: Límite Máximo Permisible de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-1994. Agua para uso y consumo humano.


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Los resultados obtenidos de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-127SSA1-1994 demostraron que a pesar de contar con un mínimo índice de contaminación, ésta es puntual y por lo tanto con la prevención adecuada puede servir para ser entubada para las comunidades de la cuenca. Además, se prevé que el agua de dichos afluentes puede ser enviada a las casas de los habitantes de la región con un tratamiento muy sencillo que implica sólo la utilización de cloro y que no se puede comparar con el consumo de energía y recursos utilizado para construir y echar a andar una planta potabilizadora convencional.

Actualmente la propuesta aquí presentada se encuentra en

espera de que el gobierno estatal, así como los miembros del equipo Proregiones encuentren fondos para realizar el proyecto ejecutivo y posteriormente la obra que beneficiaría a mas de 70 mil habitantes.

Para el caso de las comunidades pequeñas que se erigen a lo largo de la cuenca del Atoyac se tiene pensado implementar una serie de lo que ha sido denominado por el Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua como tecnologías apropiadas en materia de agua. Cada una de estas tecnologías consiste en la aplicación de soluciones de bajo costo que incluyen un proceso de capacitación, esto con el objetivo de que las personas de dichas localidades sean capaces de reproducir en sus comunidades el conocimiento transmitido para la solución de sus problemáticas de agua potable. Muchas de estas soluciones ya han sido probadas en lugares como la cuenca del lago de


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Pátzcuaro, con resultados positivos para los habitantes de dicha región; algunos de los ejemplos tienen que ver con procesos de potabilización solar y captación de agua de lluvia.

Sistema de potabilización solar

Sistema de captación de agua de lluvia

III.1.c Aguas Residuales En cuanto al tema de las aguas residuales, debido a que el municipio de Atoyac de Alvarez ya contaba con una planta tratadora de aguas en construcción, más no en operación, el involucramiento del equipo de trabajo consistió en asesorar acerca de diversos temas referentes a la manera en que dicha planta podría operar. Por ejemplo, se dieron recomendaciones acerca del tipo de colectores que podrían ser construidos para un mejor aprovechamiento de la planta, además indicaciones acerca de detalles como el hecho de que se deberían de probar todos los equipos antes de que la planta fuera recibida por el ayuntamiento a manos de la compañía constructora que fue contratada por el gobierno del estado para elaborar la obra.


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Planta tratadora de Atoyac de Alvarez

En lo que respecta al municipio de Benito Juárez, aquí se ha dado una vinculación más directa, ya que inicialmente le fue solicitado a la facultad de ingeniería de la UNAM que realizara un levantamiento topográfico que pudiera contribuir a mejorar el tratamiento que se le daba a las aguas residuales de este municipio. Como una consecuencia de estos estudios, se determinó que las dos lagunas de estabilización localizadas en el municipio operaban de manera deficiente y, sobretodo, que ya eran insuficientes para la cantidad de residuos líquidos generados en dicha localidad. (Para ver todo el estudio topográfico ver ANEXO III.2).

Trabajos de levantamiento topográfico

Fue a raíz de este primer trabajo que las autoridades locales de Benito Juárez se vieron motivadas a pensar en una solución integral para el problema de residuos líquidos que enfrentaba el municipio. Con el titulo Proyecto ejecutivo


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de adecuación y complementación del sistema de tratamiento a base de lagunas de estabilización en San Jerónimo, Guerrero a partir de Abril del 2007 personal de la facultad de ingeniería procedió a iniciar los trabajos de dicho proyecto. El proyecto comprende la adecuación de las dos lagunas existentes así como la construcción de tres más en un terreno adyacente que fue adquirido recientemente por el ayuntamiento antes mencionado.

Visita a lagunas de oxidación

Explicación de proyecto a autoridades

con ingenieros de la facultad

municipales de Benito Juárez

de ingeniería de la UNAM

Si bien es cierto que los tres temas aquí presentados están vinculados a cuestiones que tienen que ver con soluciones técnicas, la propuesta del proyecto en cuestión va más allá de la mera construcción de obras. Ciertamente las soluciones técnicas abren una esperanza para remediar la situación imperante en una cuenca tan deteriorada como la del Atoyac, sin embargo si todas las soluciones arriba propuestas no son reforzadas con un cambio en las costumbres de los habitantes de dicha región, entonces de poco servirá cualquier tipo de inversión de infraestructura que pueda ser introducida en la región. Es en este punto que un tema como la educación ambiental, que será ampliamente comentado en una sección posterior cobra relevancia para el éxito de una iniciativa como la propuesta en este proyecto.


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Al igual que en el tema del agua potable, en el caso de las comunidades pequeñas, se tiene pensado introducir soluciones individuales que no signifiquen una carga onerosa para los habitantes de estos lugares desarrolladas por el Instituto Mexicano de la Tecnología del Agua, así como por miembros de la facultad de ingeniería de la UNAM. Algunas de la alternativas que podemos mencionar son los baños secos, así como los biodigestores de las aguas grises producidas en las casas.

Modelo de baño seco

Biodigestor de aguas grises

2. Generación de densidad social 2.a Espacio de generación de consensos, Comité técnico y representación ciudadana. En el apartado conceptual (Parte I pags. 22 a 26), hemos explicado con detenimiento las características de un Espacio de generación de Consensos así como las de un Comité Técnico Profesionalizado. En consecuencia en este apartado y en el que sigue sólo explicaremos cuáles han sido las actividades en el terreno tendientes a la conformación de estos colectivos.


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En cuanto a la estrategia de densificación social, es importante mencionar que en un principio se pensó en la creación de un espacio de deliberación único en la cuenca del Atoyac para que los habitantes de la misma pudieran interactuar y conocer las diferentes problemáticas que imperantes, así como las posibles soluciones para las mismas. Fue con ese principio que se realizó la primera reunión, en Noviembre del 2005 de lo que se denominó el ‘foro o espacio’ por Atoyac. En esa reunión surgen cinco ejes temáticos, de problemas de la cuenca, propuestos por la ciudadanía a los cuales el equipo de investigación de este proyecto ha tratado de buscar soluciones en conjunto con autoridades locales, organizaciones civiles, y por supuesto con la gente que habita en dicha región. En principio, esta estrategia pareció lo más conveniente, sin embargo, conforme la investigación ha avanzado se han identificado algunos elementos que hicieron pensar al equipo de investigación que quizá un espacio centralizado, ubicado en Atoyac, por decirlo de alguna manera en medio de las localidades de El Paraíso y

San Jerónimo no era lo más conveniente;

principalmente debido a que inhibiría la participación de las localidades antes mencionadas por una cuestión de lejanía del espacio de participación. Aunado al tema de la distancia, existen también rencillas entre la gente proveniente de cada uno de estos lugares que inevitablemente crean una especie de competencia entre las comunidades, un hecho que haría improbable que el espacio de participación, localizado en Atoyac y con la expectativa de involucrar a una región de aproximadamente 77 mil habitantes, no fuera quizá la mejor alternativa para un lugar con los antecedentes conflictivos como las imperantes en dicha cuenca. Ante este escenario, surgió la idea de crear un comité técnico para la recuperación de la cuenca, el cual se espera que se convierta en el espacio en el cual los gobiernos, las organizaciones, los grupos de expertos, las universidades, y los residentes (representados a través de los comités ciudadanos) se reúnan para discutir los problemas que afectan la región, así como las mejores maneras de resolverlos. El ancla, por llamarle de alguna manera, de este espacio serán los espacios de participación denominados comités ciudadanos. En cada uno de los tres puntos más importantes de la cuenca, (hablamos de las localidades de Atoyac, El Paraíso y San Jerónimo)


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en términos de habitantes, así como de contribución a la contaminación, se ha establecido un comité ciudadano. En lugar de pensar en un solo espacio de participación en el cual se traten las problemáticas de una cuenca de casi ochenta mil habitantes, se opta por establecer foros participativos de menor tamaño (Atoyac 20 mil habitantes, El Paraíso 12 mil habitantes y San Jerónimo 14 mil habitantes) con la expectativa de facilitar la participación de un número mayor de ciudadanos.

Atoyac de Alvarez

El Paraíso

San Jerónimo


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El objetivo es que cada comité ciudadano se convierta en un instrumento permanente de información, análisis, consulta, deliberación y decisión de los asuntos de carácter social, colectivo o comunitario que afectan a cada uno de los tres lugares en los que han sido establecidos. Aunado a esto, el comité también tiene como objetivo la revisión y el seguimiento de los programas y políticas públicas a desarrollarse en los municipios de Atoyac de Alvarez y Benito Juárez. Para clarificar un poco mejor la interacción entre el comité técnico, así como el comité ciudadano ver la figura abajo.

Comités Ciudadanos Fundaciones

Gobiernos

Grupos de Expertos

Comité técnico para la recuperación de la Cuenca Del Atoyac

ONGs

Universidades

Comité Técnico para la recuperación de la Cuenca del Atoyac.

Con este formato se espera tener una mayor inclusión de actores para resolver aquellos problemas que realmente les afectan, en vez de crear una estructura que pudiera convertirse en demasiado rígida y que no tuviera el impacto deseado. Se considera a esta alternativa como una manera de garantizar que los participantes realmente se sientan tomados en cuenta y sobretodo que aporten sus visiones e ideas de manera más inmediata, es decir a cosas más concretas. Es importante recalcar dos aspectos, primeramente, que este espacio de participación no pretende suplantar a espacios ya existentes, sino que más bien busca acompañar y consolidar a los que ya están conformados y en operación. En segundo término, el esquema tampoco busca suplantar a las autoridades locales, sino que más bien se espera contribuir a que dicho


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espacio sea uno de rendición de cuentas en el cual ciudadanos, y autoridades interactúen para mejorar la manera en la cual las políticas públicas son implementadas a nivel local. Se espera que conforme cada comité ciudadano vaya, por decirlo de alguna manera madurando, cree sus estatutos internos de operación y de selección de sus miembros, los cuales inicialmente fueron electos en asambleas abiertas a las cuales toda la población fue invitada. Puntos importantes como el número de reuniones por año, o bien los temas que deben de ser incluidos en la agenda son todos trascendentales y deben de ser considerados como parte toral del proceso de conformación de estos espacios. Para el equipo de investigación, estos espacios representan una fuente rica de información, no sólo para el desarrollo de cuestiones teóricas, sino también para la elaboración de indicadores que tienen que ver con temas tan importantes como lo concerniente a procesos de democracia deliberativa que se llevan a cabo al interior de estos mecanismos de participación ciudadana.

2.b Búsqueda de una direccionalidad vectorial, de una convergencia de actores y fuerzas sociales. Tal como lo enunciamos en el apartado conceptual, una de las tareas estratégicas y de las propuestas centrales de este proyecto consiste en evitar que la energía generada en una región media o campo social medio se anule. Tenemos así un campo en el que se genera energía y dentro de él, fuerzas vectoriales. El objetivo sería evitar que esos vectores se anulen enfrentados largamente entre sí y más bien lograr que su direccionalidad se oriente en el sentido general de las fuerzas en ese campo social. Es producto de un adecuado diseño y de una ingeniería de las colectividades el destrabamiento y la reorientación de esas fuerzas. En lo regional sería éste, sin duda, el trabajo del Comité y de los agentes profesionales, sociales y políticos, que participan en él.


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En este espíritu el equipo de Pro-regiones ha trabajado intensamente. Ha logrado, por ejemplo, poner en relación, e incluso, alrededor de una misma mesa, a los presidentes de tres municipios con adscripción partidista diferente y antecedentes tensionados, así como que lleguen a acuerdos en asuntos tan urgentes como la compra del terreno para un relleno sanitario compartido por los tres municipios. Ha concertado sesiones entre los gobiernos municipales, los ingenieros de la UNAM y del IMTA y las autoridades estatales para investigar las fuentes de financiamiento posibles para los distintos proyectos de mejoramiento ambiental y social. Ha posibilitado igualmente el que las autoridades de Educación Pública y el sindicato respectivo acepten articular sus esfuerzos con los equipos de educación ambiental, los promotores, los talleres y las jornadas de limpia impulsados por Pro-regiones, y ha coadyuvado para que la ciudadanía se compenetre y apoye los trabajos de mejoramiento en los espacios de participación y en los comités técnicos, y que éstos no solo sean bien vistos sino incluso apoyados decididamente por las autoridades locales y estatales.

Son labores de creación de espacios y redes que requieren de mucho esfuerzo, de muchas reuniones y explicaciones y que en general se dan por sentadas, siendo que es en este plano y en estas actividades en donde se generan los más renombrados fracasos de la participación social y de la construcción de asociativismo. A este respecto, como se establece en otra parte de este informe, es estratégica la participación de instituciones externas de gran prestigio como la UNAM y las respectivas universidades estatales, actores que generan confianza si saben mantener la distancia con respecto a la conflictividad y un alto profesionalismo.

2.c Educación ambiental Como lo han establecido algunos físicos de gran renombre: “es más fácil romper un átomo que romper un hábito”. En efecto, de nada servirían las medidas arriba mencionadas sin una campaña de educación ambiental y sin una campaña de difusión pública que articulen las propuestas presentadas. Es por esto que se convocó a maestros y alumnos de la región, así como a


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personas entusiastas por el cuidado del medio ambiente a formar un equipo de promotores ambientales de la cuenca del Atoyac. La estrategia se basa en la capacitación y formación de al menos 200 promotores ambientales territorializados, que sen capaces de replicar los talleres de formación y capacitación a lo largo de toda la cuenca del Atoyac en localidades y escuelas, poniendo énfasis en las partes altas de la sierra. En apoyo a todo esto, Proregiones y la Fundación Rostros y Voces elaboraron específicamente para Atoyac, un Manual para Promotores (ver ANEXO III.3) En el mes de noviembre del 2006 se iniciaron los trabajos de capacitación y formación de un primer grupo de estos promotores ambientales provenientes de 22 localidades de las 45 que existen en los dos municipios. Durante los meses de diciembre a mayo hemos realizado un total de 10 talleres y/o pláticas, con la intención de cimentar y consolidar al grupo de promotores ambientales. Podemos decir que actualmente contamos con un grupo de 20 promotores aproximadamente de los 47 que iniciaron la capacitación (quizás fue un error centrar nuestro esfuerzo en capacitar a los jóvenes de mayor edad del bachillerato ya que en estas regiones una gran mayoría de los egresados de este ciclo escolar emigran a Acapulco, Chilpancingo y otros destinos para continuar su formación; hemos evaluado, por ello, la conveniencia de trabajar con jóvenes cursando los últimos años de secundaria y primeros de preparatoria).

Para este ejercicio de capacitación de promotores el equipo central de Proregiones tomó una serie de talleres-curso sobre el tema ambiental. Una vez con las herramientas así obtenidas se logro tener un diseño en imagen y contenidos para la publicación del manual ya referido.


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Los curso-taller que el equipo centro Pro-regiones tomó son los siguientes: Curso/ taller “Curso-taller de Sensibilización Ambiental” “Curso-taller de Facilitadores Juveniles para el Desarrollo Sustentable” “Cruzada por un México Limpio: Escuela Limpia” “Taller Bosque y Agua para Promotores Ambientales”

“Educación sobre el agua ¡Encaucemos el agua! “Taller Simulador Empresas Sociales”

de

“Taller Consumo Sustentable para promotores Ambientales” “Taller Gestión y Financiamiento de Proyectos Ambientales”

Imparte CECADESU-SEMARNAT IMJ y la Fundación Amigos del Arcoiris CECADESU-SEMARNAT IMJ, PNUMA

Lugar y fecha Parque del Federalismo “El Batán” 3-7 Julio 2006 Parque del Federalismo “El Batán”10-14 Julio 2006

CECADESU-SEMARNAT

del

Centro de Maestros Celerino Cano Palacios 26-28 Julio 2006 IMJ 31 de julio de2006

del

Instalaciones del IMTA Jiutepec,Mor. 3y 4 Agosto 2006 IMJ 2 de agosto 2006

del

IMJ 3 de agosto 2006

del

IMJ 4 de agosto 2006

SEMARNAT IMJ Fundación Amigos Arcoiris PNUMA IMTA

SEMARNAT IMJ Fundación Amigos Arcoiris PNUMA SEMARNAT IMJ Fundación Amigos Arcoiris PNUMA SEMARNAT IMJ Fundación Amigos Arcoiris PNUMA

Parte de la estrategia es la articulación con los sectores sociales y gubernamentales en este ejercicio de educación ambiental (trabajadores de limpia de los municipios, amas de casa, profesores, empresarios locales, etc.). Para llevar a cabo dicho proceso se ha contado con la participación de la Fundación Rostros y Voces AC la cual ha establecido un convenio de colaboración con el proyecto (ver ANEXO III.4). Nos hemos articulado igualmente con otras instancias dedicadas a los mismos fines: el CECADESU, organismo dependiente de la SEMARNAT, la CONAGUA, el IMTA y la Facultad de Ingeniería de la UNAM.


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Actividades desarrolladas ACTIVIDAD

Mes programado

3 Talleres a Trabajadores de limpia 2 Talleres a 80 promotores ambientales

Octubre y noviembre 06 Noviembre a mayo 06 Diciembre a mayo 0607 Noviembre 06 Febrero 07 Febrero 07 Octubre a mayo 0607 Diciembre a mayo 0607 Octubre mayo 0607 Octubre a mayo 0607 Octubre a mayo 0607

2 Talleres sobre Consumo, Residuos Sólidos. 1 Concurso regional "Creatividad por la conciencia" 2 Jornadas de Limpia 2 Pláticas comunitarias sobre Agua Elaboración y edición de materiales didácticos 1 Taller sobre composta Página de internet Spots en radio Spots en televisión

a) Los talleres a

trabajadores de limpia fueron planteados inicialmente para 20

personas por cada evento, sin embargo, esta cifra fue superada en un 100%. El desarrollo de los talleres fue satisfactorio visto desde dos ángulos: desde la participación e involucramiento de los trabajadores de limpia y de las autoridades municipales en el taller, por una parte, y por otra, considerando el buen desempeño del equipo de facilitadores, tomando en cuenta que fue el primer acercamiento con la población objetivo.

En el desarrollo del taller se discutió la problemática a la que se enfrentan los trabajadores de limpia de los municipios (Atoyac y Benito Juárez) en el ejercicio de sus tareas. Uno de los puntos recurrentes en la plenaria fue la falta de apoyo por parte de los ayuntamientos para dotar de materiales y herramientas a sus trabajadores. Al término de los talleres el equipo de Pro-regiones y el quipo de ingeniería de la UNAM hicieron una serie de recomendaciones a los presidentes municipales para el mejoramiento del servicio de barrido y recolección de basura. Por otro lado, un grupo pequeño de trabajadores de limpia se intereso por tener información sobre la clasificación de los distintos plásticos con la intención de poder tener un proyecto de comercialización de plásticos; dicha platica se realizó días después en el espacio conocido como la Ciudad de los Servicios en el municipio de Atoyac de Álvarez.


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b) En el mes de noviembre se iniciaron los trabajos de capacitación y formación a 47 promotores ambientales de los 200 programados, los asistentes fueron de 22 localidades entre los dos municipios de un total de 45 localidades aproximadamente (sin tomar en cuenta la parte alta de la sierra “El Paraíso”). Entre los meses de mayo y junio del presente año se han programado la capacitación de 60 promotores ambientales comunitarios.

c) Los talleres sobre Consumo y Residuos Sólidos están dirigidos a las amas de casa y enfocados a la separación de dichos residuos desde el hogar (el taller, sin embargo, no tuvo los alcances esperados debido a que no hemos encontrado un local de encuentro adecuado y a distancia conveniente de la población convocada).

d)) El desarrollo del concurso regional “Creatividad por la conciencia”, organizado por Pro-regiones, tuvo lugar en los meses de octubre y noviembre del 2006, con una difusión en radio, televisión y prensa escrita al igual que la distribución de 100 carteles a lo largo de toda la cuenca. La convocatoria tuvo respuesta entre los dos municipios en: 5 escuelas primarias; 9 secundarias y 4 escuelas de nivel medio superior y en lo que corresponde a la categoría libre participaron 13 personas de 10 colonias de las 29 del municipio de Atoyac, dando un total de 102 dibujos participantes. La participación se puede considerara satisfactoria si tomamos en cuenta el rezago educativo y tecnológico del estado y de la zona en particular.

Actores a los que esta dirigida la campaña de educación ambiental. a) Gobiernos municipales: a lo largo de este tiempo las autoridades de ambos municipios han mostrado interés en la campaña tratando de acompañar cada una de las actividades programadas. A partir de las recomendaciones dadas por parte del equipo técnico profesional y de Pro-regiones a los trabajadores de limpia se generaron iniciativas para mejorar el servicio dotando herramientas nuevas a los trabajadores y adquiriendo nuevos contenedores y camiones recolectores. b) Sector Educativo: hemos podido observar un mayor interés tanto entre profesores como entre alumnos en torno las actividades programadas en el lapso que va de capacitación de promotores a principios de año (60


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estudiantes) y la realización de las jornadas de limpia en las que participaron aproximadamente 500 estudiantes de un total de 9 escuelas. Otro cambio notorio es la cada vez mayor participación de los responsables de la educación en las tareas de difusión de la campaña y en la elaboración de programas internos de cada escuela con el propósito de mantenerlas limpias.

c) La relación y el acercamiento con el sector privado son relativamente nuevos pero ya muestran avances significativos como la puesta en marcha de la recicladora de envases de plástico (Pet), PROMEC y la embotelladora de agua MAXIPURA, que apoyaron decididamente con garrafones de agua potable, vehículos y otros donativos a las jornadas de limpia en ambos municipios.

d) Sector Civil: su participación ha ido en constante aumento y ello se ha manifestado en acciones concretas: ¾ Sociedad médica; durante las actividades realizadas en los meses de enero y Febrero de 2007 aportaron recursos en especie (cubre-bocas, guantes y medicinas). Cabe mencionar, que la sociedad medica se intereso en desarrollar y aplicar en la cuenca un programa para el manejo de los residuos peligrosos que las propias clínicas generan. ¾ Cruz roja; acompañó las actividades realizadas los días 3 y 9 de Febrero de 2007 dando asistencia médica en caso de algún accidente (saldo blanco al final de las jornadas de ambos días). ¾ Casa de cultura de Atoyac; durante los días previos a la jornada de limpia en Atoyac se articulo con el proyecto en tareas de difusión por medio de perifoneo en la comunidad del Ticuí, además de que se pegaron carteles. Un profesor de pintura de la casa de cultura apoyó en la elaboración de una manta para darle difusión a las jornadas de limpia. ¾ Comerciantes y enrramadas; los locatarios del mercado que se encuentra ubicado en el centro del municipio de Atoyac se organizaron entre ellos para repartir frutas y aguas frescas en el desarrollo de la jornada de limpia que se llevo a cabo en la parte trasera del mismo mercado. Por otro lado, los propietarios de las enramadas hicieron lo


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propio el día que se realizó la jornada de limpia en la laguna de en la playa de Paraíso. ¾ Es de destacarse igualmente la participación de la amas de casa en los talleres sobre consumo responsable y separación de los residuos sólidos en los hogares. ¾ Otras organizaciones que han participado de alguna manera: z Asociación de padres de familia de la escuela secundaria técnica No. 4. z Representantes de la colonia “el Mirador” z Representante de la asociación de vecinos de 19 colonias. z Grupo de graffiteros (CLAP).

Viene al caso señalar que al estar alejadas estas acciones de cualquier connotación política o cercanía con algún grupo en particular, se ha percibido una mayor participación por parte de las comunidades bajas de la cuenca. Así mismo, el acondicionamiento de una casa con espacios de esparcimiento y deportivos que ha venido siendo conocida como la casa de Pro-regiones o de la UNAM, abierta al público, ha ayudado a que la gente vea al proyecto como algo no pasajero, sino como a un proyecto que se quedará en la región.

Cabe mencionar, que nuestra página de Internet (www.proregiones.unam.mx) ha facilitado en gran medida la comunicación entre los promotores ambientales, la comunidad en general y el equipo de investigación, además de ser un medio de información digital de las actividades que se planean y un medio para recibir opiniones e iniciativas de los comités ciudadanos.

2.d Campaña de difusión El complemento del programa de educación ambiental es una campaña de difusión a través de programas de radio, publicación de folletos y elaboración de materiales que vaya despertando la conciencia de la población en torno a lo ambiental. Importa recalcar que pretendemos que todas estas acciones tengan


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un impacto directo en alrededor de 30,000 habitantes y que indirectamente alcancen a los 70 mil habitantes de la cuenca.

Medios Masivos de comunicación social Medio de Programa Evento difusión Radio Stereo Sol, “De Entrevistas: se han transmitido alrededor de 10 frente con la Gente” entrevistas realizadas a los integrantes del proyecto y a especialistas, con el objetivo de dar a conocer el proyecto, para fomentar la participación en actividades convocadas por Pro-regiones y para concientizar y sensibilizar a la población en relación al cuidado del medio ambiente.

Prensa

Spots: “Tu eres la cura para la basura”, el cual se transmitió la última semana de enero y la primera de febrero del 2007 diariamente durante toda la programación. 1. Diario 17 Entrevistas: a lo largo del proyecto se han realizado 6 2. El Sur, Guerrero entrevistas a algunos integrantes del proyecto, con el 3. Novedades la objetivo de dar a conocer el proyecto y para fomentar Costa la participación en actividades convocadas por Pro4. El Sol de regiones como jornadas de limpia y concursos Acapulco regionales.

Televisión Cable-costa, Noticiero

Reportajes sobre eventos: se ha realizado la cobertura por diversos periódicos regionales y estatales a las actividades emprendidas por el proyecto como la entrega de premios del concurso “Creatividad por la conciencia” y las jornadas de limpia en Atoyac y Benito Juárez. Entrevistas: en el transcurso del proyecto se han transmitido alrededor de 20 entrevistas realizadas a los integrantes del proyecto y a especialistas, con el objetivo de dar a conocer el proyecto, para fomentar la participación en actividades convocadas por Proregiones y para concientizar y sensibilizar a la población en relación al cuidado del medio ambiente. Spots: “Tu eres la cura para la basura” se transmitió en Benito Juárez días antes de la Jornada de limpia.


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Medios locales de comunicación Medio de difusión Volantes Carteles Mantas

Perifoneo botargas

Saloneo Perifoneo

Acción Se distribuyeron en todo el servicio de transporte de combis en Atoyac. Se distribuyeron por todo el centro de Atoyac, colonias aledañas y en el centro de San Jerónimo. Se colgaron en los lugares a limpiar en las 2 jornadas de limpia y en las 4 reuniones que ha promovido el proyecto. con Se realizó en Hacienda de cabañas, días antes de la jornada de limpia en la playa y la laguna, las botargas fueron hechas con material de desecho por los promotores ambientales. Se visitaron 9 escuelas de nivel primaria, secundaria y nivel medio superior. Se recorrió el centro de Atoyac, Benito Juárez, y poblaciones aledañas.

3. Búsqueda de una vocación regional y de los

proyectos productivos que la sustenten. Una función absolutamente estratégica para el Comité técnico (y de manera especial de los profesionistas que participan en él), es la de encontrar una vocación para una región como esta. Sucede que con la caída de los precios del café y del aceite de coco en los últimos años la economía de la cuenca se ha visto severamente afectada. Los ingresos del turismo, de la producción de frutales, de la miel de abeja y de otros pocos productos de la zona (incluidos los granos básicos) no alcanzan ni con mucho a compensar las pérdidas dejadas por aquellos productos estratégicos debido entre otras cosas a la apertura comercial del país, encontrándose lejos de ser competitivos en el mercado nacional e internacional lo que encierra a muchas de sus localidades en el autoconsumo y en el consumo local.

En consecuencia, según un primer sondeo sobre las fuentes de sustento de una región como esta tenemos que: alrededor de una tercera parte de la derrama monetaria del lugar proviene de los programas gubernamentales (Procampo, Oportunidades, Ramo 33…); otro 20% podría venir de las remesas de familiares viviendo en Estados Unidos; quizás un 15% más se deba a la


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combinación del turismo playero, la producción de frutales, el café, la madera talada legalmente y otros productos primarios; y una buena parte del resto de la derrama podría provenir de la siembra de estupefacientes y de la explotación forestal clandestina.

A lo anterior hay que sumar el hecho de que la violencia asociada a las bandas de control de los estupefacientes es tal que las familias migran o buscan que sus hijos se alejen de la región. Los secuestros de miembros de familias acomodadas, o de simples clases medias profesionistas, como médicos, ingenieros, burócratas de rango, pequeños y medianos empresarios, etcétera, coadyuvan a una dilución social en una especie de espiral descendiente que impide el afianzamiento de una vocación regional y de una densificación social.

Es difícil en estas condiciones hablar del mejoramiento de la calidad de vida de esos habitantes y es indispensable en consecuencia el imaginar y diseñar nuevas vocaciones para el sustento material de estas regiones habida cuenta de la violencia social en ascenso y de la competencia feroz de la economía global que las envuelve.

Por lo demás, en áreas de cultivo de mariscos, como es el caso en el otro ejemplo que nos ocupa (el bajo San Pedro en Nayarit), la creciente contaminación del río vuelve cada vez más lejana la certificación internacional para esos productos y amenaza con una crisis laboral a amplios agregados poblacionales. La venta de sol, mar y playa por pequeños y medianos empresarios aparece entonces como una salida entre otras, pero los intereses de las grandes cadenas del turismo internacional en combinación con los fuertes intereses de los gobiernos estatales y locales se alzan como un reto difícil de sobrepasar. Sea como sea, la búsqueda de una vocación y de los proyectos productivos que deberán acompañarla son tareas insoslayables para un Comité técnico y para todos los actores de la región.


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Acciones emprendidas en los ejercicios menos integrales. Pátzcuaro, Michoacán La cuenca cerrada del Lago de Pátzcuaro ha sido una importante región histórica y turística en la que convive una gran cantidad de asentamientos poblacionales indígenas y mestizos. Desde los años 40, el lago ha experimentado un retiro del espejo de agua y recientemente, un acelerado deterioro dada la contaminación de sus aguas por basura, arrastre de fertilizantes, desechos combustibles, servicios turísticos y aguas domésticas. Constituye una cuenca cerrada con una superficie de 93 mil hectáreas de las cuales una décima parte está ocupada por el cuerpo lacustre.

El lago está circundado principalmente por los municipios de Erongarícuaro, Pátzcuaro, Quiroga y Tzintzuntzan, que en total comprenden una población de 127,347 habitantes en la región, distribuida en 122 centros poblacionales. Las actividades económicas y productivas de la región han experimentado una importante diversificación en los últimos años: ahí se han desarrollado experiencias de producción forestal, agrícola, pecuaria, artesanal y de semiindustrialización que, sin embargo, no han logrado elevar sustancialmente el nivel de vida de los pobladores aunque sí han impactado de forma negativa en el medio ambiente. En este entorno se organizó el Comité Por Pátzcuaro (comité técnico), a inicios del 2005 como una iniciativa de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Centro de Cooperación Regional para la Educación de Adultos en América Latina y el Caribe (CREFAL), que recibió el apoyo entusiasta de la Secretaría de Planeación y Desarrollo del gobierno de Michoacán (SEPLADE). Se trató de un ejercicio de acompañamiento en los procesos de sustentabilidad local-regional cuyo objetivo fue el de coadyuvar a la generación de un equilibrio y conservación ambientales, es decir, sumarse a los esfuerzos para revertir el proceso de deterioro de la cuenca cerrada del lago de Pátzcuaro.


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En este contexto, lo que debió ser una intervención a profundidad por parte de Pro-regiones y CREFAL, se vio desestructurado debido a que la Secretaría de Planeación y Desarrollo del estado (SEPLADE), y la de Urbanización y Medio Ambiente (SUMA), articulándose con el Subcomité de Planeación y Desarrollo Sustentable (Suplader) de la subregión Pátzcuaro-Zirahuen (una de las diez subregiones en que ha sido dividido el estado con muy buen tino), consideraron conveniente encabezar las acciones que habían sido iniciadas por el Comité por Pátzcuaro (UNAM-CREFAL), y para ello llamaron a dos reuniones con una audiencia similar a la de este último.

A la UNAM le pidieron que circunscribiera sus actividades a la elaboración de un diagnóstico de residuos sólidos, rellenos sanitarios y manejo de basura en la cuenca, y al Instituto de Tecnología del Agua (IMTA), que se concentrara en lo que ya venía haciendo: el tratamiento de las aguas residuales que se vertían en el lago. Sin embargo, al cabo de un tiempo, una vez que los ingenieros universitarios tenían una primera evaluación, los mandos estatales no encontraron los mecanismos para establecer una política unificada para los cuatro municipios y cada uno de ellos adoptó medidas divergentes en torno a los desechos sólidos y a los confinamientos. En la medida en que el asunto de la basura exige de políticas de mediano y largo plazos estableciendo rellenos sanitarios que sirven a varios municipios, plantas de transferencia, programas y talleres de educación ambiental y que los resultados de esas acciones se traducen en una poca visibilidad para una administración que estaba por concluir en los próximos dos años, el interés por mantener el Espacio Interinstitucional decayó, pero su efecto desmantelador sobre el Comité porPátzcuaro fue severo.

El hecho es que la iniciativa interinstitucional reprodujo en su diseño a la gama de actores convocada por el Comité Por Patzcuaro, pero a su vez, nunca quedó claro cuál sería la forma de coexistencia y de articulación de éste con otros dos andamiajes institucionales que repetían de nuevo la lista de integrantes: el Comité de Cuenca (que la Comisión Nacional del Agua decidió organizar en todas las cuencas del país, pero sin mucha convicción ni continuidad). El resultado de todo esto es una desorientación ciudadana al no


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poder jerarquizar ni discernir entre la Iniciativa Interinstitucional, el Suplader, el comité de Cuenca, el Comité Por Pátzcuaro, la Comisión Nacional de Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNI), que debía ser un actor estratégico en todos estos foros, pero cuya articulación en ningún momento quedo establecida con claridad en esa multi-direccionalidad de iniciativas. A todo ello habría que aunar el hecho de que la coordinación de los municipios de la cuenca se ha vuelto extremadamente complicada debido a la distinta adscripción partidista de las administraciones de cada uno de esos municipios y al cambiante predominio de la gama de partidos en cada trienio. El Comité Por-Patzcuaro en esta tesitura debió replegarse, entonces, en una función de observación, esperando que alguna suerte de demanda hacia sus saberes y funciones pudiera ser generada.

Colonia Ajusco, DF. La Colonia Ajusco tiene sus inicios en la década de los sesenta tras la gran invasión de los agrestes terrenos pedregosos ubicados al oriente de la Ciudad Universitaria, en Coyoacán; en pocas semanas este asentamiento arropó a varias decenas de miles de habitantes provenientes del interior de la republica y del propio Distrito Federal. Dadas las condiciones de precariedad que desde sus inicios ha tenido esta colonia popular en torno a la vivienda y los servicios básicos, es fácil entender el alto grado de participación y cabildeo que han animado a lo largo de todos estos años a los vecinos en busca de mejorar sus condiciones de vida. En la actualidad la colonia cuenta con aproximadamente 30 mil habitantes. Al igual que en otras zonas del Distrito Federal, el problema principal es la inseguridad y las diversas manifestaciones que a ella están asociadas: en primer lugar, el tráfico de drogas al menudeo, afectando principalmente a jóvenes de entre 15 y 25 años, que en su búsqueda desesperada por conseguir los enervantes, se ven empujados a cometer una amplia gama de ilícitos (desde los pequeños robos, asalto a transeúntes y robo de autopartes), hasta delitos más graves relacionados con el asalto a mano armada al transporte público y a los camiones repartidores, y con el robo a casas habitación.


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Junto a esto, en la colonia son palpables las diversas actividades relacionadas con la invasión de los espacios públicos y el territorio vecinal, generada por el aumento de los tianguis y los mercados sobre ruedas que proliferan a lo largo de la semana. Esta situación ha generado fuertes inconvenientes para muchos vecinos, al ver transformados sus espacios abiertos en plataformas para los changarros y el comercio informal. El problema se agudiza los sábados y los domingos cuando son instalados enormes tianguis y supuestos mercados sobre ruedas en constante ampliación que constituyen un campo de cultivo ideal para que los jóvenes, atraídos por el tráfico de artículos de procedencia legal y no legal a plena luz, se sientan invitados de primera fila al mundo de las drogas, el robo, la defraudación y el dinero fácil, inducidos por embaucadores cada vez mejor entrenados.

Muchos de las personas entrevistadas, particularmente los pertenecientes a los comités vecinales, declaran sentirse extremadamente preocupados por la posibilidad de que la zona pudiera convertirse en un “Tepito del Sur”, como lo llamó la revista Proceso en un número temprano del año 2002. Sin embargo, los jóvenes y muchos otros habitantes que comercian en este espacio, consideran que el crecimiento desmedido de esos mercados los favorece desde el momento en que para ellos la vida cotidiana está marcada por la falta de oportunidades para obtener un ingreso, y algunas posibilidades se les abren en medio de esta gran desorganización y desorden. Se vuelve difícil en estas condiciones luchar contra la delincuencia, la violencia intra-familiar, el consumo de estupefacientes, la reprobación escolar, etc. Los actores tradicionales se encuentran en situación de desventaja y con un sentimiento de perder capacidades para enfrentar los problemas del barrio.

Como medidas preventivas en el interior de la colonia el comité vecinal de Ajusco Norte y el equipo Pro-regiones de la UNAM han desarrollado una cantidad de acciones encaminada a la erradicación de la violencia a través de talleres artísticos,

dirigidos a jóvenes y mujeres que han sido víctimas de

violencia intra-familiar y, de igual forma, se ha trabajado en el rescate de la


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memoria histórica de la colonia con el objetivo de reactivar e incentivar la participación de los vecinos en la solución de sus problemas.


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IV Informe Financiero En el presente documento se informa sobre el gasto ejercido durante el mes de julio del 2006 al mes de junio del presente año, de los recursos con los que cuenta el proyecto “México: las regiones sociales en el siglo XXI”. En la primera parte se informa sobre el gasto ejercido con los recursos del programa “Sociedad y Cultura” la cual administra la Coordinación de Humanidades. La segunda parte, son los recursos aplicados desde planeación de la Secretaria General y finalmente se informa sobre los recursos correspondientes al convenio de colaboración entre la Fundación Rostros y Voces, y nuestro proyecto.

Coordinación de Humanidades Recursos humanos Recursos de la Coordinación de Humanidades HONORARIOS Colaboradores * Gustavo Galicia Araujo * José Alberto Hernández ** Martín Fierro Leyva * Eunice Negrete Martínez ** Raúl Fernández *** Mireille Coral Bahena *** Erika Mora *** Ernesto Bermúdez Martínez **** Constantino Gutiérrez **** Andrea A. Muños Gasca **** Jessica Margarita Domínguez * Alexandra Aguilar Bellamy * Néstor Campos Navarro * Aldo Santiago Palacios * Marcos A. Romero Cano ***** Cristina Gutiérrez * ** *** **** *****

2006 honorarios 18,000 12,000 10,000 10,000 5,000 1,500 1,500 1,500 10,000 8,000 8,000 15,000 6,500 4,500 4,500 1,500

Equipo centro Colaboradores Guerrero Colaboradores Col. Ajusco Colaboradores Facultad de Ingeniería UNAM Colaborador Nayarit

J A * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

S * * * * * * * *

O N D * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

2007 E * * * *

TOTAL

F * * * *

M * * * *

A * * * *

M J * * * * * * * *

* *

*

*

* *

* * * *

* * * *

* * * *

216,000.00 144,000.00 120,000.00 120,000.00 30,000.00 18,000.00 9,000.00 9,000.00 20,000.00 16,000.00 16,000.00 30,000.00 19,500.00 13,500.00 13,500.00 4,500.00 799,000.00


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Como se muestra en la tabla, hay 16 personas que han o están colaborando en el proyecto, 7 de ellos son parte del equipo centro de pro-regiones, 2 colaboran como parte fundamental en desarrollo de las diversas actividades en la experiencia de Guerrero y una más en el estado de Nayarit, 3 son talleristas de la colonia Ajusco y tres más son compañeros de la Facultad de Ingeniería que colaboran en el proyecto en el estado de Guerrero.

Recursos materiales Parte de los recursos son aplicados en el trabajo de campo, en el periodo que comprende el presente informe se realizaron aproximadamente 30 visitas al estado de Guerrero y cinco más en el estado de Nayarit. A demás de la constante presencia en la colonia Ajusco. El siguiente cuadro muestra como se aplico el recurso por conceptos. 2006

CONCEPTOS JULIO

ALIMENTOS HOSPEDAJE TRANSPORTE GASOLINA BOLETOS DE AVIÓN MATERIALES CURSOS OTROS

AGOSTO

4,317.00 360.00 1074.00 1072.00

SEPTIEMBRE

5,750.00

5,750.00

3,207.50 1,600.00

NOVIEMBRE

18,399.00 5,750.00 6,617.00 6,977.00 4,445.00 2,411.00 358.00

DICIEMBRE

TOTAL

16,492.50 5,750.00 2,105.00 2,390 4,040.00 1,353.00

39,208.50 23,360.00 9796.00 10439.00 8,485.00 6,971.50 1,600.00 1,741.00 2,099.00 101,959.00

2007

CONCEPTOS ALIMENTOS HOSPEDAJE TRANSPORTE GASOLINA BOLETOS DE AVIÓN MATERIALES CURSOS OTROS

OCTUBRE

ENERO

FEBRERO

3,026.00 6,744.00 3,923.00 2,261.00

5,295.00 7,350.00 2,119.00 4126.00

MARZO

10,869.00 11,722.00 3,090.00 4,130.00

ABRIL

4,235.00

914.00

951.00

25,327.00 20,269.00 6,048.00 5,424.00 4,665.00 449.00

860.00

200.00

366.00

893.00

MAYO

13,355.00 9,404.00 3,956.00 3,723.00 4,774.00 1,277.00 2,100.00 690.00

JUNIO

TOTAL

57,872.00 55,489.00 19136.00 19664.00 9,439.00 7,826.00 2,100.00 3,009.00 174,535.00

Como se muestra en los cuadros, los recursos ejercidos en el segundo año del proyecto “México: las regiones sociales en el siglo XXI” en la suma de los recursos humanos y los materiales nos da la cantidad de aproximadamente $1,075,494.00 pesos.


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Recursos de planeación CONCEPTOS Colaboradores * Jesús Arturo Flores * Maria Ivette Acosta * Berenice Negrete ***** Carlos Rafael Rea ** Eliezer Fierro * Ángel Iván Valdovinos * Bouchier Josiane cecile * ** *****

2006 honorarios J 22,000 * 10,000 * 10,000 * 10,000 * 10,000 10,000 3,000

A * * * *

S * * * *

2007

O * * * *

N * * * *

D * * * *

*

*

*

TOTAL

E F M A M J * * * * * * * * * * * * * * * *

* * * *

* * * *

* * * * * * * *

* * * *

264,000.00 120,000.00 60,000.00 120,000.00 60,000.00 90,000.00 18,000.00 732,000.00

Equipo centro Colaboradores Guerrero Colaborador Nayarit

Recursos de Planeación (Secretaria General) Recursos humanos En esta parte del presupuesto se cuenta actualmente con seis colaboradores cuatro de ellos son parte del quipo centro-UNAM , uno más es el coordinador de la experiencia de Nayarit, colaborando al mismo tiempo como el enlace entre la UNAM y la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), y finalmente colabora un compañero de Guerrero como coordinador y enlace de los promotores ambientales en el estado de Guerrero.

Recursos materiales. RECURSOS MATERIALES DE PLANEACIÓN DE LA SECRETARIA GENERAL CONCEPTOS

2006

2007

TOTAL

VÍATICOS PASAJES ÁEREOS REUNIONES DE TRABAJO SERVICIO EQUIPO DE TRANSPORTE MATERIALES COMBUSTIBLE Y LUBRICANTE CAMIONESTA

18,481.61 27,626.15 2,395.00

9,490.32 4,149.73

27,971.93 31,775.88 2,395.00

15,947.23 12,263.38 15,000.00 142,000.00 233,713.37

15,947.23 12,263.38 3,000.00 18,000.00 142,000.00 16,640.05 250,353.42

El gasto ejercido en el presente periodo suma la cantidad de $982,353.42 pesos entre recursos humanos y recursos materiales.


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Convenio Rostros y Voces La Fundación Rostro y Voces firmo un convenio de colaboración con nuestro proyecto, para dar acompañamiento a la campaña de educación ambiental en la cuenca del río Atoyac en el estado de Guerrero, con un periodo que comprende seis meses (octubre 2006 – marzo 2007), con la aplicación de los recursos puntualmente como lo marco el programa de actividades. Cabe destacar que la fundación a solicitado puntualmente los reporte financieros a la campaña de educación ambiental. Por otro lado, es de importancia destacar que la fundación nos apoya con una segunda administración por la misma cantidad de recursos y en un periodo de ocho meses (mayo-diciembre). (Ver anexo IV.1)

Presupuesto del convenio de Rostros y Voces para la Campaña de Educación Ambiental en Guerrero Octubre 2006-Marzo 2007 Concepto Beca permanente Palacios Palacios Aldo Santiago Romero Cano Marcos Antonio Villanueva Peña Daniela Nestor Alfonso Campos Navarro Beca Premio

Octubre Noviembre Diciembre 4,500.00 4,500.00 4,500.00 6,500.00

4,500.00 4,500.00 4,500.00 6,500.00 1,000.00

Enero

Febrero

Marzo

4,500.00 4,500.00 4,500.00 4,500.00 4,500.00 4,500.00 4,500.00 4,500.00 4,500.00 6,500.00 6,500.00 6,500.00 1,000.00 1,000.00 1,000.00

4,500.00 4,500.00 4,500.00 6,500.00

Costo Total

Premios del concurso

124.000.00 10,000.00

Difusión Gorra, Morral, Playera Equipo de sonido Promotores Comunitarios

10,000.00 3,000.00 53.000.00

200,000.00

Total

Concentrado del presupuesto. Presupuesto

R. Humanos

R. Materiales

TOTAL

Coordinación de Humanidades Planeación de la Secretario General Convenio Rostros y Voces

799,000.00 732,000.00 124,000.00

276,494.00 250,353.42 76,000.00

1,075,494.00 982,353.42 200,000.00 2,257,847.42


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V Actividades 2007-2008 Presentamos en este apartado las actividades que tenemos previsto desarrollar en el periodo 2007-2008, dando por descontado que continuaremos con los trabajos de que ya hemos informado. Dividimos esas actividades en: 1) la articulación de Pro-regiones con una nueva región media; 2) la articulación de Pro-regiones con las instituciones de apoyo profesional y de financiamiento (Unión Europea, Fomento Social Banamex, Fundación Rostros y Voces, segunda etapa…); 3) Tabla de indicadores para medir el grado de avance y el impacto del presente proyecto; 4) productos de investigación que están siendo elaborados y su grado de avance.

V.1 Articulación de Pro-regiones con una nueva región media. Como ya adelantábamos en el punto II de este informe, en el tercer año de la investigación nos proponemos acompañar e intervenir en una tercera región. Hasta este momento hemos acordado que un ejemplo en torno a los problemas de la norteñización del país podría ser de gran interés. La región transfronteriza de las californias nos ha parecido un espacio privilegiado: ahí se concentran problemas de migración, de violencia familiar y contra las mujeres, de vivienda, de deterioro ambiental acelerado, de una total falta de observancia de las legislaciones laboral y ambiental, de nuevas y muy interesantes manifestaciones culturales en torno a la reconstrucción identitaria, los nuevos sujetos, la anomia social convertida en expresión estética, etcétera.

Aprovechando la experiencia en la región y el trabajo desarrollado por los doctores Luís Ernesto López Aspeitia e Yvon Le Bot, del Centro de Análisis y de Intervención Sociológicas de la Escuela de Altos Estudios de París, nos hemos propuesto la articulación con dos experiencias: a) El caso de Metales y Derivados y la colonia Ejido Chilpancingo, en Tijuana B.C., creado en 2001, una asociación de barrio compuesta principalmente por ex trabajadoras de la maquila y animadas igualmente por


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activistas de San Diego. Se trata de mujeres obreras que comenzaron a realizar encuestas sobre la incidencia de plomo en la sangre de los habitantes que viven cerca de lo que fue una maquiladora clausurada en 1994 y dedicada al reciclaje de desechos tóxicos de la construcción. Una vez clausurada, la empresa abandonó grandes cantidades de material peligroso al aire libre, hecho que fue detectado por los vecinos de la zona y que funcionó como un detonante para unir esfuerzos en una asociación llamada Coalición de Salud Ambiental de San Diego. b) La lucha por la tierra y la organización vecinal: el caso del poblado “Maclovio Rojas” Tijuana. Uno de los problemas prioritarios de las ciudades fronterizas es el de la vivienda. Desde los años ochenta, la lucha por al vivienda ha sido uno de los ejes de las movilizaciones sociales en la frontera norte. Hoy en día esas movilizaciones no existen más, su lugar ha sido ocupado por un modelo clientelar de atribuciones de espacios para la vivienda. Entre la presión demográfica e inmobiliaria y el control político clientelar, las organizaciones sociales han ido desapareciendo. En ese panorama destaca la experiencia de los colonos del pueblo Maclovio Rojas. Situada en el kilómetro 20 de la carretera a Tecate, el poblado se constituyó, en 1988, como producto de la invasión de un terreno federal, organizado por militantes de la izquierdista Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC). Después de 17 años de conflictos, primero con el gobierno del Estado y luego con la municipalidad de Tijuana, el poblado Maclovio Rojas se ha finalmente estabilizado y en el habitan alrededor de unas 2 mil familias provenientes de todo el país e incluso del extranjero, la mayoría trabajadores de la industria maquiladora. Actualmente los habitantes del poblado están organizados en torno a un comité del pueblo que es el que se encarga de llevar adelante la distribución de terrenos para los recién llegados que los soliciten. Los habitantes del poblado Maclovio Rojas han desarrollado durante 16 años una capacidad sorprendente para llevar adelante sus proyectos comunitarios, lo que destaca sobremanera en un contexto de presiones políticas y de desarraigo producto de las altas tasas de inmigración. Es una experiencia importante para entender los procesos que siguen los inmigrantes al llegar a la


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frontera y para fortalecer los espacios de enraizamiento social y un ejemplo de densificación y empoderamiento colectivo en un área de una alta volatilidad social. El inicio hacia el año 2008 del trabajo en esta región está dependiendo de los apoyos que estamos tramitando principalmente con la Unión Europea y con Fomento Social Bnamex ya que se trata de un ejemplo binacional alejado de la ciudad de México y que puede exigir de un aporte presupuestal suplementario.

V.2 Articulación financiameinto

con

instituciones

profesionales

y

de

-- En el mes de noviembre del presente año pondremos a la consideración de la Unión Europea una propuesta de investigación dentro del Séptimo Programa Marco de esa organización, en busca de apoyos para los tres ejercicios a profundidad de Pro-regiones más los dos ejercicios que nos serán propuestos por la Universidad Libre de Berlín y la Universidad de Lovaina la Nueva. -- Una propuesta con esta misma intensión la hemos hecho a la fundación Fomento Social Banamex y podemos informar a esta Comisión Evaluadora que la respuesta ha sido muy positiva. Nos encontramos en la fase de precisar montos del financiamiento de un conjunto de proyectos ejecutivos, algunas ejecuciones de obras y apoyos para la educación ambiental en torno a lo cual esta fundación nos ha prometido financiamientos sustanciales. -- En el mismo sentido la Fundación Rostros y Voces, organizada en torno de la figura del arzobispo Samuel Ruiz, nos ha apoyado con 300 mil pesos para llevar adelante la primera etapa del programa de educación ambiental en la cuenca del Atoyac, y acabamos de firmar el convenio por medio del cual esta misma Fundación nos apoyará, con la gran generosidad que la caracteriza, para llevar adelante la segunda etapa de este ejercicio educativo.


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V.3 Tabla de indicadores para medir los avances del proyecto

Indicadores sobre residuos sólidos Inevitablemente los indicadores de residuos sólidos que sean desarrollados partirán del diagnóstico de generación realizado por la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Es así como se desarrollarán indicadores relacionados a los siguientes

temas:

almacenamiento,

barrido,

recolección,

transporte

y

transferencia, tratamiento y disposición final. Todos estos indicadores antes mencionados serán afectados, esperemos que positivamente, una vez que se construya el relleno sanitario intermunicipal en la región de la cuenca del Atoyac. Aunado a los indicadores arriba mencionados no podemos dejar de lado que una de las cuestiones más representativas en este terreno es la relacionada con la separación de la basura y sus formas de confinamiento. En la ciudad de México, en donde se han comenzado a practicar técnicas de separación y de aprovechamiento de los residuos sólidos el porcentaje de reciclamiento aún no rebasa el 10%. En una ciudad como Atoyac este porcentaje es mucho más bajo y hasta antes de la intervención de Pro-regiones la separación y el aprovechamiento eran prácticamente nulos. Nuestro objetivo en Atoyac es alcanzar en tres años ese mínimo del diez por ciento, habida cuenta de la instalación reciente, por un empresario del lugar de una procesadora de plásticos (pet), y tomando en consideración que el proyecto de confinamiento diseñado por la Facultad de Ingeniería de la UNAM observa el acondicionar dos plantas de transferencia en lugares estratégicos de los tres municipios aludidos, en donde podrán ser separados para su procesamiento como composta importantes componentes procedentes de la basura orgánica doméstica y de los remanentes de jardines, poda y espacios naturales. Un seguimiento puntual a este respecto está observado en el proyecto ejecutivo presentado por la UNAM a las autoridades locales y estatales.


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Algunos de los indicadores que desarrollaremos son los siguientes: •

Cantidad de Pet que se recoge en la planta ubicada en Atoyac de Alvarez (estimar un promedio semanal y mensual).

Determinar si la cantidad de Pet proviene en su mayoría de las escuelas con las que se tiene firmado un convenio o más bien si procede de la población en general.

Una vez que comiencen a brindarse los talleres de composta, determinar la cantidad de personas que tomaron el taller y que ahora hacen composta en su domicilio.

Establecer la cantidad de composta generada por cada una de las estaciones de tranferencia que se planean construir como parte del relleno intermunicipal.

Estos datos serán comparados y contrastados con los resultados que arrojó el diagnostico de generación de residuos sólidos llevado a cabo por la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

Indicadores de agua potable Trabajar en un municipio como Atoyac de Alvarez o Benito Juárez, ambos situados en el estado con los índices más altos de marginación (Guerrero) no es cosa fácil. Sabemos que partimos de indicadores que lo ubican con tasas de suministro de agua potable, así como de tratamiento bastante pobres. Por ejemplo, de acuerdo a datos del Consejo Nacional de Población del 2005, un 25 por ciento de la población de Atoyac de Álvarez, así como un 19 por ciento de Benito Juárez no cuentan con agua entubada; sin embargo, a pesar de que se pueda pensar que esta cifra es baja, no se está tomando en cuenta el hecho de que casi la totalidad del agua que sale por esas llaves no cumple con la norma vigente; ver la tabla de normatividad abajo. Partiendo del hecho que la mayoría del agua enviada a los residentes proviene directamente del río Atoyac, que se encuentra altamente contaminado, luego entonces resulta predecible que el número de enfermedades de la piel, así como las gastrointestinales se haya incrementado de manera importante en últimas fechas. Para el caso de Benito Juárez impera una situación similar, ya que a pesar de contar con una planta potabilizadora de agua, los costos de


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operación, así como la falta de personal capacitado la han convertido en lo que comúnmente se denomina un elefante blanco.

Normatividad del agua potable en México Cumplimiento de normatividad Paraíso Atoyac de San Jerónimo Álvarez (Benito Juárez) NOM-127-SSA1-1994. Salud ambiental. Agua para uso y consumo humano. Límites permisibles de X X X calidad, tratamiento a que debe someterse el agua para su potabilización. NOM-179-SSA1-1998. Vigilancia y evaluación del control de calidad del agua para uso y consumo humano, X X X distribuido por los sistemas de abastecimiento. Índice de Calidad del Agua (ICA). Valor para el río Atoyac. 90 – 100 (Excelente, apta para uso y ICA = 55. consumo humano) [SEMARNAP, Se califica como contaminado, no apto para uso y consumo humano. 1999].

Fuente: IMTA 2005 X= NO CUMPLE

El desarrollo de los indicadores de agua potable para las tres comunidades más importantes de la cuenca estará inevitablemente ligado a la construcción de obras, (ej. el tubo de agua que baja de los manantiales) que se espera tengan un impacto positivo en tales indicadores como los de enfermedades de la piel o bien los males gastrointestinales; sin embargo, no debemos olvidar que una vez que se comiencen a instrumentar los talleres de las tecnologías apropiadas en materia de agua por el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) se desarrollarán indicadores para ver la manera en que estas “pequeñas grandes acciones” impactan a las comunidades en las cuales se implementan. Es importante mencionar que todos estos indicadores serán desarrollados por el IMTA en coordinación con miembros de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.

Indicadores de aguas residuales En el ámbito de las aguas residuales, el panorama también luce bastante desolador. Por ejemplo en el municipio de Atoyac de Álvarez un 24 por ciento de la población no cuenta con servicio de drenaje ni servicio sanitario, mientras


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que el restante 76 por ciento quizá sí cuente con este servicio, sin embargo las aguas residuales generadas irán a dar crudas sin ningún tipo de tratamiento al Río Atoyac; ya que a pesar de contar con una planta de tratamiento de aguas residuales, la misma no opera de manera satisfactoria. Por otra parte, en el caso del municipio de Benito Juárez, a pesar de contar con unas lagunas de estabilización, en este momento el tratamiento de aguas residuales es deficiente y de seguir operando de esta manera no cumplirá con la norma que entrará en vigor en 2010; ver la siguiente tabla. Normatividad de Aguas Residuales en México Normatividad NOM-001-SEMARNAT1996, Límites máximos permisibles de los Fecha de Cumplimiento de Muestreos contaminantes en las cumplimiento la norma descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales. Paraíso

1° Enero 2010

de

Atoyac de Álvarez

1° Enero 2010

de

San Jerónimo Juárez)

(Benito 1° Enero 2010

de

NO

NO

SI

NO

SI

NO

Fuente: IMTA 2005 Es por lo antes mencionado que se espera que tanto los trabajos del IMTA, como los iniciados por la Facultad de Ingeniería de la UNAM contribuyan a mejorar los indicadores que actualmente están presentes en la cuenca del Atoyac. Para darnos una idea del impacto que tendrían dichos trabajos introducimos el caso del Paraíso lugar en el que se tiene pensado incrementar en un 90 a 95 por ciento la cobertura de drenaje, así como llegar a un 90 a 95 por ciento del agua residual tratada que cumpla con la norma a este respecto. Para Atoyac de Álvarez, se espera que con las obras propuestas un 93 por ciento de la población cuente con agua potable de calidad y que el 100 por ciento de las aguas residuales sean tratadas de acuerdo a la norma. Por su parte para la comunidad de San Jerónimo ubicada en el municipio de Benito Juárez, se espera poder llegar a que el 90 por ciento de la población acceda a


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agua potable de calidad y que el 100 por ciento de las aguas residuales sean tratadas de acuerdo a la norma. Al igual que en el caso del agua potable, no nos podemos olvidar de la tecnologías apropiadas en materia de aguas residuales que próximamente serán introducidas por el IMTA en la cuenca del Atoyac y que definitivamente contribuirán a que mejoren las condiciones de salud imperantes en la cuenca.

Indicadores de educación ambiental Presentamos a continuación un resumen de los indicadores más gruesos en este campo. Una presentación desglosada de estos indicadores aparece en el ANEXO V.1 de este informe.

Indicadores de Evaluación y Seguimiento de la Campaña de Educación Ambiental Indicador

Indicador de eficiencia

Indicador de participación

Indicador de acciones emprendidas

Descripción Este indicador deberá compararse con lo programado en el cronograma de actividades y con base en esta comparación se determina la necesidad de ajuste o la continuación en iguales condiciones. Relaciona el número de asistentes a las actividades de la campaña en un período determinado. Debe compararse con las proyecciones de incorporación en el tiempo en cada actividad, ya sean talleres, jornadas de limpia, reuniones, etc.

Relaciona las iniciativas surgidas en las actividades y las que se llevan a cabo.

Unidad de medida

% de eficiencia 100%.- actividades realizadas en el tiempo programado

Este indicador se expresa en términos de alta, media, o baja participación . Rangos: • Alta, superar en más del 70% lo programado. • Media, del 40% al 70% de lo programado • Baja. Menos del 40% de de lo programado. % 100%.- realizar todas las iniciativas surgidas


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Indicador de visitas a la página de Internet

Indicador de espacios recuperados

Indicadores sobre consensuales

Se registra el comportamiento del número de las visitas a la página de Internet del proyecto. Relación de espacios recuperados, después de acciones emprendidas por el proyecto.

participación

Número

Número

ciudadana

en

espacios

El objetivo de este apartado es introducir algunos indicadores que nos sirvan para conocer más acerca del funcionamiento de los mecanismos de participación instrumentados dentro de la iniciativa aquí presentada. Son elementos que consideramos que deben de ser tomados en cuenta y de los cuales se pueden desprender datos que nos ayuden a mejorar la manera en que las prácticas participativas son llevadas a cabo. A continuación se enumeran los siete elementos identificados, así como una breve explicación de los mismos. Tiempo de aviso de las reuniones. El tiempo con el cual la gente haya sido avisada de que se llevará a cabo tal o cual proceso estará directamente ligado la calidad del proceso. Mientras menor sea el tiempo de aviso, menor será la cantidad de participantes; y por lo tanto la decisión tomada quizá se vea afectada por este proceder. Si existe una discusión previa a los procesos de toma de decisiones. Este punto se refiere al hecho de determinar si hubo o no intervención de expertos previamente a que se involucrara a la gente en el proceso de toma de decisión. La importancia de este indicador se basa en el hecho de que en algunas ocasiones información crucial del tema que se discuta es ocultada para favorecer determinado fallo. Aunque no siempre sucede esto, lo importante en estos casos es que los participantes en dicho proceso tengan la oportunidad de escuchar ampliamente los puntos a favor y en contra de determinada consulta.


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Calidad de la deliberación. Este punto está directamente ligado con el anterior, ya que después de saber si hubo discusión a no, el punto que sigue es determinar el tipo de discusión que se llevó a cabo. Es decir, averiguar si el proceso fue abierto a todos los participantes o si bien las discusiones fueron dominadas por determinado grupo(s) defendiendo intereses particulares. Saber si existieron grupos dominantes quienes se hicieron cargo del debate, o bien si las deliberaciones y los temas incluidos en la agenda eran en realidad los que afectaban a la mayoría de los ciudadanos también son puntos a considerar. Cantidad de Participantes que toman parte en el proceso. Aquí se tratará de determinar que tan buena o mala fue una consulta basada en la cantidad de personas que hayan tomado parte en dicho proceso. A mayor cantidad de personas se esperará que el proceso sea mejor ya que estará respaldado por una mayor cantidad de ciudadanos. Podemos decir que este punto está estrechamente ligado con la legitimación del proceso. Control ciudadano de la práctica participativa. Uno de los puntos fundamentales de las consultas ciudadanas tiene que ver con qué se consulte y quién haya convocado dicha consulta. En la mayoría de los casos, son los gobernantes los que deciden el tema que se debe de llevar a dicho proceso y casi siempre la opinión de los ciudadanos no es tomada en cuenta, es por esto que a las consultas en las cuales convocan los ciudadanos se les debe de dar un valor mayor a las que son convocadas por las autoridades. Tiempo que transcurre entre la decisión emitida y la implementación de la práctica. Este punto está directamente ligado con el hecho de contribuir a que el proceso tenga una buena aceptación por parte de los ciudadanos y se consolide como un proceso que verdaderamente empodere a los participantes. Mientras más tiempo pase, el ímpetu participativo ira reduciéndose y podrá ir quedando en el olvido; este hecho estará directamente ligado al siguiente proceso participativo, ya que si los ciudadanos tienen memoria, podrían recordar que la última vez que participaron sus opiniones no fueron tomadas en cuenta rápido, traduciéndose en un hecho que puede tener efectos negativos para que no tome parte tanta gente en el ejercicio participativo.


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El elemento más importante de cualquier mecanismo de participación ciudadana tiene que ver con el carácter que tenga la decisión a la que la mayoría haya llegado. Es decir, determinar si la decisión es vinculatoria o no con lo que se haya consultado. El vincular a lo discutido con acciones en el campo, que la gente pueda percibir como un resultado de lo que ellos discutieron siempre será importante para consolidar a cualquier práctica participativa. Para cada uno de los indicadores arriba mencionados serán desarrollados y asignados valores distintos que enriquecerán el análisis de las diferentes prácticas participativas que se llevan a cabo en el marco de esta investigación. De cada indicador se desprenderán de tres a siete elementos relacionados con cada uno de ellos, a su vez es importante mencionar que la lista arriba introducida no está concluida y que conforme se vayan consolidando estos espacios de participación pretendemos seguir desarrollando más indicadores que contribuyan al mejor funcionamiento de dichas prácticas.

V.4 Productos de Investigación Los siguientes son los productos de investigación y su grado de avance a) Rescatemos el río Atoyac, pistas y notas para el promotor ambiental comunitario. Un manual publicado por Pro-regiones y Fundación Rostros y Voces, editado en mayo de 2007 (ver ANEXO III.3). b) Construyendo sociedad en el siglo XXI. Hacia una sociología de la densificación y de la convergencia (una discusión sobre las estrategias para mejorar la calidad de vida y enfrentar la destrucción del medio ambiente con base en el fortalecimiento de regiones medias). Un libro producto de esta investigación que se encuentra concluido en un ochenta por ciento (ver ANEXO I.1). c) Cien historias de asociativismo en México (una recopilación de casos de autoorganización colectiva en las entidades federativas). Recopilación del equipo Pro-regiones con un avance de cincuenta por ciento) (Ver ANEXO V.2). d) Regiones: construyendo sociedad en el siglo XXI: quince casos relevantes de organización social en México (un libro a partir de los trabajos presentados en el coloquio del mismo nombre que tuvo lugar en abril de 2007, organizado por Pro-regiones y que se encuentra en la fase de recopilación de las ponencias después de su primera revisión) (Ver ANEXO II.1).


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e) Elaboración de una monografía de la cuenca del Atoyac. Hasta ahora se han reunido una serie de documentos para este fin: el documento: “Fuentes documentales para la elaboración de una monografía de la cuenca del Atoyac” (ver ANEXO V.3). f) Elaboración de un video resumen de toda esta investigación, a partir de videos y materiales fotográficos previos, presentados en este mismo informe (video que será presentado para su difusión a TV UNAM y otros comunicadores y que se encuentra en un ochenta por ciento de avance).


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1

CONSTRUYENDO SOCIEDAD EN EL SIGLO XXI Hacia una sociología de la densificación y de la convergencia (Eestrategias para mejorar la calidad de vida y enfrentar la destrucción del medio ambiente con base en el fortalecimiento de regiones medias).


2

INDICE

CONSTRUYENDO SOCIEDAD EN EL SIGLO XXI PARTE PRIMERA I. Consideraciones II. Del progreso al equilibrio III. Sustentabilidad y densificación social IV ¿Derrota de la sociedad? V. Democracia y exclusión VI. La estrategia

p. 4 p. 10 p. 14 p. 18 p. 20 p. 21

PARTE SEGUNDA VII. Déficit en la generación de energía VIII. El conocimiento y la técnica. IX. Migración de la mano de obra mexicana. X. Devastación del medio ambiente y agotamiento de los recursos energéticos XI. El turismo XII. Un país crecientemente maquilador. XIII. Des-industrialización: los actores centrales. XIV. La cuestión agraria XV. La economía de la gente y el comercio XVI. El petróleo XVII. Cifras sobre el déficit

p. 29 p. 32 p. 34 p. 36 p. 37 p. 42 p. 46 p. 60 p. 72 p. 77 p. 79

XVIII. Déficit en el andamiaje de las instituciones, en la autoridad del Estado y en los órdenes legítimos. XIX.

Sobre producción (superávit) de referentes culturales e identitarios.

p. 81 p. 83

PARTE TERCERA XX. Cambio de paradigmas: la reconstrucción social. XXI. Estrategia regional (antecedentes de la) XXII. Ejes articuladores de la participación social Territorializada

p. 86 p 92 p. 98


3

XXIII. Desde lo social intermedio XXIV. Los instrumentos XXV. Estrategia Pro-Regiones XXVI. El papel de la UNAM y de las instituciones de educación superior

p. 101 p. 103 p. 106

XXVII.

p. 116

Limitaciones y dificultades

XXVIII. ¿Contradicción o convergencia? XXIX. Los movimientos sociales: ¿empoderamiento o confrontación? XXX. Hacia una sociología de la convergencia XXXI. Anticapitalismo, altermundialismo

p. 113

p. 125 p. 130 p. 135 p. 137

PARTE CUARTA XXXII. Localización del universo de trabajo.

p. 141

Bibliografía

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PARTE PRIMERA “Creo que las ciencias sociales se deben transformar completamente o pasaremos a ser socialmente irrelevantes, llevando adelante actividades académicas menores, condenados a malgastar nuestro tiempo en rituales intrascendentes, como los últimos creyentes en un dios olvidado... Estamos huyendo de la obligación de alcanzar la libertad humana y el bienestar colectivo… Las ciencias sociales tienen mucho que ofrecer al mundo, como la posibilidad de aplicar la inteligencia humana para la solución de los problemas humanos, una tarea que se encuentra lejos de la perfección” Immanuel Wallerstein (2002), Conocer el mundo, saber el mundo, el fin de lo aprendido, una ciencia social para el siglo XXI, CEICH-UNAM y Siglo XXI eds.

I Consideraciones Primero: el entorno natural, en nuestra época, ha llegado a un punto crítico: ya desde la década de los ochentas Francois Partant advirtió que la biosfera se acabaría en unas cuantas semanas si cada habitante del mundo consumiera lo que un americano medio (Partant, 1983); pero quizás más contundente que esto es lo que ha establecido Víctor Manuel Toledo cuando nos recuerda que: “la modernidad industrial, moldeada por el capital corporativo (la mitad de la economía mundial la dominan 500 empresas con sólo 1.7% del total de la fuerza de trabajo), está provocando el quiebre, deterioro o afectación de los procesos de la naturaleza (locales, regionales y globales) por medio de los cuales el planeta había sido hasta ahora un espacio habitable. En la última década han surgido eventos

climáticos inesperados como la secuencia mundial de incendios

forestales de 1997-98, las sequías en varios sitios del mundo, el calor canicular que azotó a Europa en 2003 (provocando la muerte de más de 25 mil ciudadanos), y el incremento en número, fuerza y duración de los huracanes. Hoy, el calentamiento global provocado por la contaminación industrial y la destrucción de selvas y bosques no sólo es un fenómeno comprobado y avalado científicamente,


5 sino amenaza con convertirse en un fenómeno global de consecuencias inimaginables. Las ‘orgías del capital’, celebradas cada vez más disipadamente, están volviendo este periodo de la historia un asunto de supervivencia de toda la especie” (Toledo 2006).

Así, la combinación de la explotación salvaje y la irracionalidad capitalista aunada a la depredación y la insalubridad generada por amplísimos y crecientes agregados poblacionales en condiciones de vida miserable y en fuerte desarticulación de sus referentes culturales, colocan a nuestra civilización, pero en primer lugar a los países dependientes de desarrollo medio, ante una severa emergencia ambiental que condiciona su subsistencia y la del planeta mismo.

Segundo: para hacer frente a lo anterior requerimos de un cambio radical de paradigmas conceptuales y de estrategias de acción. Veámoslo así: mientras el espacio alrededor de los hombres apareció como un espacio vacío o conquistable, ya fuera hacia territorios anexables, hacia otros agregados humanos o hacia la naturaleza, la idea de conquista, de acumulación de personas y riquezas, de crecimiento sobre los otros, de sujeción, de transformación y, ya en la era moderna, de progreso, subsistió como un referente natural, envuelto en explicaciones religiosas, geopolíticas, económicas, científico-técnicas, etcétera. Se trataba de la superación de las condiciones amenazantes del entorno natural, de lograr mejores curas para los males de las personas, se trataba, en resumen, de un principio que remitía toda la razón y las acciones humanas a la evolución inevitable, evolución paulatina o evolución por cambios acelerados y por rupturas violentas.

Tercero: a partir del Siglo XXI esa idea de expansión, anexión, dominación del entorno natural para el beneficio de los hombres, de competencia (competitividad) de los más fuertes frente a los otros, de progreso constante, de evolución hacia etapas posteriores-mejores-superiores, de sujetos voluntaristas guiando la Historia, de arribo a un peldaño en donde el individuo o el Sujeto habrá de


6 desplegar todas sus potencialidades.., a partir de este momento, repetimos, debido al inminente agotamiento de los recursos naturales para la reproducción de la vida biológica, la única posibilidad abierta es un cambio radical de concepciones y de prácticas soportadas ahora en los referentes de equilibrio, sedimentación, sustentabilidad, densificación y predominancia de lo social.

Cuarto: si se dice densificación de lo social y predominancia de lo social es porque sólo fortaleciendo ese plano (el de lo social básico), podrá detenerse la dinámica creciente de pauperización de las personas y destrucción de la naturaleza en esta etapa post-evolutiva, post-expansiva, post-progresiva en que tendremos que vivir. Hasta ahora, la lógica y los agentes de la religión, del Estado y de la política, de lo militar, de la economía, de las corporaciones laborales, de las burocracias y las magistraturas, de los grupos de presión y de interés... se han enmarcado, con poquísimas excepciones, en una dirección antisocial y antinatural. Algunas corrientes intelectuales (Habermas), las definen como agregados y acciones que se guían por fines particularistas y las resumen en los poderes sistémicos del capital y de la política en detrimento constante de la lógica de lo social, impidiendo o dificultando el predominio del “mundo social de la vida”. Esta última lógica, la de los hombres y las mujeres en sus espacios sociales, en los espacios en donde llevan adelante sus vidas, es la única lógica en donde puede ser recreada la sustentabilidad y el equilibrio, en lucha contra la competitividad global, la expansión, la individuación, la evolución y el progreso a toda costa.

Cinco: pero el objetivo del empoderamiento o la redensificación es muy complejo, particularmente en nuestra época y en un país como el nuestro en donde tres influjos ahogan el embarnecimiento de lo social y privilegian la permanencia de lo que Alain Touraine llamó con mucho tino, las fuerzas meta-sociales del orden social: Primero: una herencia cultural que ha empoderado más bien a lo estatal de manera desproporcionada y que ha empujado a los historiadores políticos a calificar a México como un país con un estado fuerte


7 histórico, como una pirámide coronada en el vértice por hombres poderosos e incontestados y que si bien se ha modificado en algunas de sus manifestaciones ha dejado sin embargo una férrea herencia verticalista de prácticas y de valores éticos y morales mucho más arraigados que el sólo presidencialismo y la sumisión hacia el tlatoani. 1 Segundo, el brutal impacto desordenador, desmodernizador, que nos ha acarreado nuestro enganche con la globalización y con la economía abierta. Ha sido un impacto tremendo, particularmente en este país frontera con la economía más poderosa del mundo; un impacto que pulveriza la densidad social, que masifica y que en ese mismo impulso no hace sino despertar la esperanza, entre los hombres y mujeres que viven ese nuevo desorden, en el resurgimiento de los liderazgos salvadores, “alguien que nos de un rayo de luz”, “que le de sentido a nuestras vidas”, lo que no sólo vuelve a ofrendar el poder a las alturas, sino que redunda en la personalización del poder, en ciclos de esperanza en los liderazgos y de desilusión permanente (de Cuauhtémoc a Salinas, de Fox a López Obrador...). Con esa actitud y en tal situación se vuelve doblemente pesado el intentar una reconstrucción desde lo social. Tercero, la regresión democrática a nivel mundial, el retraimiento de Occidente, la locura del imperio ante el agotamiento del entorno natural y la ceguera concomitante para entender que estamos ante un cuestionamiento severo de los fundamentos del progreso y necesitamos imaginar

nuevos

paradigmas,

nuevos

balances,

nuevas

sedimentaciones ante el fin del desarrollo. En efecto, hacia los años setenta del siglo pasado, Habermas, Touraine y otros sociaólogos y filósofos habían llegado a la conclusión de que la sociedad, por fin, estaría “produciéndose a sí misma”, dejando atrás las etapas en donde la historia se explicaba a través de garantes meta-sociales del orden 1

Como lo tratamos de explicar en el libro: La desmodernidad mexicana y las alternativas a la violencia y a la exclusión en nuestros días, Ed Océano, 2005, capítulo 5: México, una cultura estatal, p.p. 209-239).


8 social, en los conceptos y en los hechos, y por garantes meta-sociales se entendía: los imperativos de la naturaleza, las fuerzas productivas, el poder de los órdenes religiosos, la economía-mundo, el poder incontestado de los Estados... Esa producción y control de la historia por los hombres mismos, esa fuerza de los actores sociales, esa consagración de la modernidad, presuponía: 1. una equidad creciente entre los integrantes de cada comunidad (la erradicación de la pobreza), 2. un balance en la distribución de la riqueza entre las naciones y 3. un equilibrio entre las exigencias de las sociedades para su reproducción y las capacidades del entorno natural para satisfacer esas exigencias. Obviamente estos tres equilibrios no se lograron, pero en la medida en que el tercero de ellos, el agotamiento de los recursos naturales, expresado en el agotamiento de las fuentes energéticas, se ha agudizado, los países de más alto desarrollo, y en particular los Estados Unidos, no pudieron encontrar el camino para generar un consenso social en busca de una autocontención de sus niveles de consumo, ni un cambio de modelo de desarrollo, y prefirieron lanzarse, con argumentos sin ningún sustento, a la conquista violenta de las fuentes mundiales de energía (particularmente del petróleo claro está) 2 . El no haber podido llegar a un consenso así para moderar el consumo ha significado, sin duda, el gran fracaso de nuestra época, fracaso que denota, trágicamente, el fin del corto periodo verdaderamente democrático de la historia mundial, ese período en el que, en efecto, la sociedad se produjo a sí misma: con ello perdió la sociedad y, de no enmendarse el camino, estaríamos ante el ocaso y la regresión de Occidente, de la democracia y de la modernidad. Eso ha tenido una 2

Si los Estados Unidos emplearan sólo sus reservas (22 mil millones de barriles), en tres años las agotarían. Un habitante de Ruanda consume 1100 veces menos energía que un americano medio (Partnt 1983). Sin ir tan lejos, un habitante de la India consume 35 veces menos petróleo que un estadounidense y uno de China 20 veces menos (un mexicano 3.5 veces menos). Pero China ha pasado a ser el segundo consumidor mundial del hidrocarburo y su progresión es impresionante. Se entiende entonces la importancia estratégica de controlar el cercano Oriente en donde se encuentra el 63% de las reservas mundiales: Irak 300 mil millones de barriles, Arabia Saudita 250 mil, Kuwait 94 mil, Abu Dhabi 92 mil, Irán 90 mil (México 26 mil) (Wonacott, Whalen y Bahree, 2002; Rojas Nieto 2003).


9 serie de efectos que han actuado en detrimento del poder de los hombres y mujeres en sociedad, en detrimento del mundo social de la vida: se ha colocado en el centro de las decisiones sobre la orientación futura del mundo (historicidad), a una amalgama de las más altas esferas del poder político y económico que han sobredimensionado a los enemigos de Occidente y a la tecnología para su aniquilamiento gracias al control de los medios masivos de comunicación, haciendo aparecer como inevitable la vía militar. La derrota que las sociedades centrales le infligen a su periferia es, en realidad, el producto de una derrota que ha tenido lugar en su interior contra su propia sociedad. Hacia el exterior de los países centrales este déficit de sociedad es aún más brutal, pues al pasar a segundo plano la “guerra regular” en favor de la “guerra preventiva” entre fuerzas claramente desiguales se da paso al saqueo puro y simple de las riquezas naturales, al control sin mayores explicaciones de los territorios estratégicos para la “seguridad” del centro e incluso, en el mismo impulso, a la destrucción de los referentes culturales de la identidad en esos espacios sojuzgados. Ahora bien, cuando eso se combina con la precariedad extrema de enormes masas de desposeídos y con la herencia de una cultura estatal como en el caso de nuestro país, el reto de “construir sociedad” es tan grande, que cualquier ingeniería correctiva requiere de instrumentos muy bien diseñados.

Seis: en cierta forma debido a nuestra herencia y en cierta medida debido a nuestro enganche con el entorno mundial (en realidad por una combinación de ambos), pero un hecho es cierto: en el último cuarto de siglo, los rasgos más sobresalientes del orden social mexicano (y de muchos otros), han sido la creciente inequidad de los recursos distribuidos entre la población, la desigualdad de oportunidades, la injusticia y la depredación salvaje de la naturaleza. Se trata de una inequidad, una desigualdad, una injusticia y una depredación crecientes que colocan, del lado de la exclusión, a agregados poblacionales cada vez


10 mayores, absoluta y relativamente hablando, y del lado de la integración al mundo global, a reducidos grupos de interés con un poder económico y político cada vez más concentrado.

Siete: además, algo está resultando alarmante: las acciones desde la esfera pública encargada de la ejecución de las políticas, así como las legislaturas y los aparatos de impartición de justicia, están yendo en la misma tendencia, agravando la exclusión. Ocho: estamos obligados en consecuencia a diseñar una estrategia para enfrentar esa regresión humana y esa destrucción del medio ambiente en el México del siglo XXI. Dicha estrategia considera que, en la gran mayoría de las situaciones, para generar una densificación de lo social y una preservación del entorno natural, no es indispensable la destrucción radical del orden presente a la manera sugerida por las acciones revolucionarias, las luchas sociales de gran confrontación anticapitalista o las acciones altermundialistas (aunque en muchas otras ocasiones la vía pacífica se vuelva casi impracticable), sino que con un nuevo diseño social y humano, una nueva ingeniería y una nueva arquitectura social, política y cultural, será posible ir logrando una distribución más equitativa, justa y con mejores oportunidades (la mayoría de las rupturas radicales del orden se han alejado de estos objetivos provocando, en muchos casos, un déficit en el terreno de las libertades individuales y de la densificación social). Nueve: dicha estrategia se aleja igualmente de los postulados de la llamada teoría del tránsito a la democracia y del nuevo institucionalismo, que consideran que es a partir de los arreglos entre cúpulas y corrientes políticas y fortaleciendo la normatividad y el andamiaje de la institucionalidad electoral, de los partidos y de los órganos de representación, como se irá logrando que un nuevo orden descienda de ese espacio de las mediaciones y encuentre arreglos para las penurias en el piso básico de lo social (“las escaleras se barren de arriba para abajo”, reza esta conceptualización hoy dominante). Pero antes de entrar en este tema y de centrarnos en alguna posible estrategia de reconstrucción, abramos un


11 apartado sobre los conceptos con que los mexicanos y los latinoamericanos hemos pensado a nuestro entorno.

II Del progreso al equilibrio En los referentes citados anteriormente se encuentra la propuesta de que es necesario generar un cambio conceptual, es decir, cambiar los instrumentos, los lentes con que estamos observando e interviniendo sobre nuestro entorno, lograr pasar, decíamos, de la idea de progreso, movimiento y voluntad (crecimientoproductividad-competitividad...), a la de equilibrio, sedimentación, densificación y sustentabilidad.

Los conceptos con que los mexicanos y los latinoamericanos hemos analizado e intervenido en nuestras sociedades han cambiado de manera sintomática y muy sugerente a lo largo de la segunda mitad del siglo XX: al principio nos apoyamos en concepciones ortodoxas tributarias de la modernidad capitalista y socialista; la apuesta casi ciega era que el generar clases dinámicas (hegemónicas), en su vertiente empresarial o en su vertiente proletaria, arrastraría tras de sí, a la manera de los ejemplos clásicos, al resto de las fuerzas sociales propiciando el progreso técnico, la acumulación y el desarrollo, o propiciando riqueza distribuible a partir de un estado racionalizador, diría el evolucionismo socialista (Alain Touraine, 1961, “Inustrialización y conciencia obrera en Sao Paulo”; Gino Germani, 1960, Política y sociedad en una época de transición; Florestán Fernández, 1975, La revolución burguesa en Brasil; Raul Benítez ed. 1973, Fernando Henrique Cardoso, Manuel Castells, Florestán Fernández, Nicos Poulantzas, Alain Touraine..., Las clases sociales en América Latina; Pablo Gonzalez Casanova, 1980, Clase obrera y sindicalismo en México y América Latina; Jorge Basurto, 1972, “Obstáculos al cambio en el movimiento obrero”; Ilán Bizberg, 1985, La clase obrera mexicana).


12 La idea fuerza era el movimiento hacia un futuro mejor, la dialéctica de fuerzas poderosas (básicamente dos), la voluntad centrada en una clase emprendedora o, cuando eso no fue obvio como en la primera periferia del capitalismo, centrada en la “revolución desde arriba”, desde el Estado. Había diferencias en la estrategia: evolución

progresiva

o

conmoción

y

salto

cualitativo

(revolución),

que

constituyeron variantes en el camino imaginado para nuestra modernización pero, en cualquier caso, se trataba de una progresión hacia algo mejor, hacia un nuevo peldaño.

Muy pronto se hizo evidente, en efecto, que en las sociedades en tránsito, como se les llamaba, los agentes dinamizadores no eran los actores en el terreno de lo social (las clases, si se quiere), sino el Estado. En este punto, Barrington Moore (1973) y de nuevo Alain Touraine (1976), fueron decisivos; la discusión se desplazó entonces hacia ese terreno siguiendo distintas trayectorias: la más temprana de ellas en los años setenta, fue la ligada a las concepciones ortodoxas del leninismo: conciencia exterior a la masa convertida en partido revolucionario triunfante que, apoyada en la centralidad de la clase obrera, orienta al todo social valiéndose del instrumento dirigente privilegiado de las sociedades en vías de desarrollo: el Estado.

El que en América Latina se tratara de economías débiles, dependientes, primario exportadoras y de industrialización incipiente y lenta, generaba alguna nebulosidad entre los conceptos y la realidad, pero echando mano de las nociones de dependencia, desarrollo desigual y combinado, imperialismo, etcétera, y con mucha esperanza en el fortalecimiento de las fuerzas productivas y el ocaso de las oligarquías y el campesinado, nos las arreglamos desde los años sesenta y setenta para tener voluntad y confianza en que estábamos transitando, más lento o más rápido, por el sendero progresivo. Es testigo de ese momento uno de los ensayos que más impacto tendría en América Latina y que aseguraba que había fuerzas exteriores que dificultaban el progreso, pero que a pesar de ello, nos desarrollábamos: Dependencia y desarrollo en América Latina (Cardoso y Falleto


13 (1969); aunque también es testigo de esto el ascenso generalizado de la acción y el pensamiento guerrilleros, ese asalto militar al poder para precipitar el cambio desde las alturas.

Los años ochenta nos hicieron despertar de la ilusión de la vía clásica y del atajo hacia ella que quisieron ser las guerrillas, y una vez terminada la pesadilla de la vía armada y la descomunal reacción de los ejércitos y las dictaduras militares, el panorama trajo nuevas evidencias: las grandes fuerzas sociales de los países originarios de Occidente no aparecían por ninguna parte, tampoco los partidos de clase y, para complicar el panorama, oligarcas y campesinos no se diluían, mientras la proliferación de la pobreza urbana volvía irrisorio el referente al “ejercito industrial de reserva”, entre otras cosas porque la industria nacional dejaría de crecer a partir de aquel decenio y hasta nuestros días, lo que se acompañó con una crisis del sindicalismo y de su efímera corriente en busca de independencia ante los grandes faldones del corporativismo.

Viviríamos, a partir de entonces, el quiebre y desaparición de la industria sustitutiva acarreados por la apertura, así como un control corporativo gangsteril de las industrias estratégicas y una explosión maquiladora sin ley (sin derechos laborales). La misma suerte y debilitamiento sufriría el otro actor supuestamente central de la modernización, el empresariado nacional.

Así que ya sin actores fuertes, tuvimos que conformarnos con algunas nociones conceptuales y de intervención social menos clásicas, lo que hizo variar en algo las cosas pero se encontró lejos de poner en cuestión nuestros axiomas centrales: el crecimiento, el cambio, la búsqueda de un peldaño mejor. Debilitados los actores estelares del progreso, rota de esa manera la idea de hegemonía clasista, los latinoamericanos pasamos a imaginar escenarios en donde nos pareció que sería posible, al menos, la vía de la acumulación de las maltrechas fuerzas que iban quedando. El asunto, sin embargo, fue presentado con ribetes bastante sofisticados, y para ello recurrimos inteligentemente al pensamiento de Gramsci:


14 ahora lo esencial en el problema de la hegemonía no era tanto la centralidad de la clase obrera, ni la burda acumulación de fuerzas, ni el partido o la guerra de movimientos en forma de asalto al poder; se trataba más bien de una reforma intelectual y moral, de una “síntesis más elevada capaz de guiar a todos los elementos clasistas, de masas, etcétera, bajo una “voluntad colectiva nacional popular”.

Con esto las concepciones latinoamericanas se olvidaron de las visiones tan ordenadas de “clase” y de “infraestructura”, adoptando las evocaciones menos puras de “la cultura popular”, el pueblo, la nación. Sin embargo, no desaparecían una serie de ordenadores conceptuales importantes: sociedad civil y sociedad política, guerra de movimientos y de posiciones, Oriente y Occidente, bloque histórico, clase dirigente y dominante, consenso, revolución pasiva, etcétera (Labastida ed.1985, Arico, Portantiero, Mouffe, De Riz, Laclau, Buchi Gluksman, Machioci, Zermeño... Hegemonía y alternativas de cambio en América Latina).

Hermana gemela de este momento conceptual, pero con una duración que la llevó hasta bien entrados los años noventa, fue la llamada teoría de los movimientos sociales: si bien no hay grandes fuerzas en el panorama, lo que sí tenemos es la proliferación de una serie de rupturas, enfrentamientos, embarnecimiento de pequeños actores y de actores medios que en sus luchas y acuerdos van ocupando espacios, venciendo a la estructura autoritaria, democratizando a la sociedad y a la política y, en su vertiente más ambiciosa, empujando al todo social en un sentido mejor, elevando los referentes éticos y culturales que le dan orientación a la historia: historicidad (Alain Touraine, 1990, Actores sociales y sistemas políticos en América Latina; Fernando Calderón, coord. 1986, Los movimientos sociales ante la crisis).

Cuando todas las corrientes intelectuales se encontraban en estas disquisiciones comenzó a presentarse el desastre: cada vez aparecieron menos movimientos sociales significativos en la escena; ni estas fuerzas modestas e intermedias


15 tenían vigor para permanecer, y cada vez el panorama se atomizaba más: los campesinos migraban en cadenas de sobrevivencia; los férreos obreros solidarios de la industria se transfiguraron en frágiles jovencitas laborando en la maquila o soportando triples faenas en la soledad de sus hogares; el mundo formal de la manufactura, el comercio y los servicios se estancó, para volverse luego regresivo y expulsar a enormes contingentes de obreros, empleados, tenderos, empresarios y a casi todos los jóvenes al mundo de la informalidad, al comercio de lo que sea, al contrabando, a la piratería, a la limosna solidaria, al robo, a la droga, a la delincuencia... (La modernidad latinoamericana en la encrucijada postmoderna, 1988).

A la imaginería en torno a la comunidad se le sustituye con conceptos que derivan de investigaciones más cercanas al medio marginal y que nos hablan de anomia, decadencia, destructividad, desintegración, barbarie, caos, negatividad, anti-sociedad, deterioro. “¿Es aun posible pensar en algún modelo teórico de la acción social colectiva, un nuevo sistema de acción histórica, se preguntaban algunos sociólogos latinoamericanos, o estamos entrando en una fase gris de racionalización de la sociedad?” (Calderón y Jelin, 1987, Clases y movimientos sociales en América Latina.

El sociólogo peruano Matos Mar agregaba que, hablar de los excluidos es hablar de la mayoría, y en esa medida lo marginal ha regresado como un concepto de preocupación central. De manera que, paradójicamente, debemos hacer referencia a “la centralidad de los marginales”. Se trata aquí, sin embargo, de una centralidad destrozada, porque en el medio pobre, marginal latinoamericano, encontramos de todo: valores y actitudes comunitarias, delincuenciales, anómicas, populistas, consumistas-integracionistas, añoranzas de pertenencia a una clase proletaria, etcétera. Son, nos dice Touraine, “imágenes en negativo, lo que sería actor social, o de manera extrema, movimiento social, está destrozado” (Alain Touraine, 1989).


16

III Sustentabilidad y densificación social Sin duda aquí se gestó el punto de ruptura de la conceptualización latinoamericana, porque a pesar del panorama decadente, negativo, destrozado de lo social, la sociología latinoamericana ha insistido en que hay que buscar algo que de sentido y centro (“principio de unidad”) al escenario: es que para las ciencias sociales es impensable un modelo sin una etapa futura mejor; no se puede renunciar a la idea de sentido de la historia, porque al hacerlo se tendría que renunciar también al contenido humanista, al principio de que la historia está o debe estar orientada hacia la satisfacción de las necesidades de las mujeres y los hombres y hacia un orden que potencie sus cualidades más elevadas: la comunicación racional, la igualdad de oportunidades, la concordia, el incremento de la cultura y el cultivo de las artes, el cuidado del cuerpo, etcétera.

Hoy con una claridad mejor que nunca, estamos en posibilidad de disociar dos aspectos en la orientación histórica de nuestras sociedades, aspectos ambos que se encontraron amalgamados de manera confusa en ese eje vertebrador de la modernidad que ha sido la idea de progreso, de progreso sin fin: por una parte hemos vivido sometidos a la urgencia de incrementar la riqueza material, a lo que naturalmente está ligado el avance científico-técnico y el andamiaje que da orden a la sociedad y a la política; por otro lado, y de manera más apremiante conforme el tiempo transcurre, vivimos la urgencia por supeditar todas estas dimensiones del quehacer social, económico y político a una elevación de la calidad humana para los individuos y los colectivos y a la preservación del entorno natural en que vivimos.

En la medida en que este último aspecto está tocando a su extinción y que sin la preservación del medio ambiente no existe vida social, el asunto del incremento de la riqueza material llega también a un límite en el que se replantea el crecimiento progresivo de la humanidad. Hoy ya no existe una referencia única al progreso, a


17 la necesidad de una etapa posterior superior o a una voluntad meta-social e iluminada de las dirigencias. Las concepciones de progreso, de voluntad, de desarrollo, de crecimiento, van perdiendo sentido si no se asocian y se supeditan a las nociones de equilibrio, sustentabilidad, sedimentación, densificación de lo social para preservar la calidad de la vida y del entorno en contra de las fuerzas sistémicas del capital y del poder político (lo que a su vez requiere de propuestas científicas y técnicas de alta complejidad).

Pero aunque alguna claridad comienza a existir a este respecto, nos hace falta sin embargo reinventar las formulaciones hacia el equilibrio y la sustentabilidad deseadas. Mientras tanto el discurso público, el de las ciencias sociales y el del resto de las disciplinas del saber oscila entre un optimismo sin sustento y un pesimismo paralizante.

En un mundo así, con actores muy destruidos y sin progreso, pero repleto de clanes, proliferación de gestores, caciquillos (llamarlos líderes sería un exceso), y bandas sumisas, compuestas por harapientos aterrados por la inseguridad y el desempleo, se han venido imponiendo algunas redefiniciones conceptuales:

Del lado del evolucionismo han aparecido con fuerza la teoría del capital social y la teoría del tránsito a la democracia coronada con el nuevo institucionalismo. Esta última, como lo planteamos con más detalle en el libro La desmodernidad mexicana, alternativas a la violencia y a la exclusión (2005), establece que si bien en el piso social las cosas van hacia la pulverización y hacia la anomia, lo importante es fortalecer un piso alto institucional desde el cual, una vez pasada la tormenta (tropezones en el inexorable sendero del progreso), sea posible mitigar la desigualdad jurídica y material. Por su parte la concepción en torno al capital social, ha establecido que gracias a la proliferación de redes ciudadanas de todo tipo, y en particular de redes de empresarios y emprendedores, se ha demostrado que las sociedades se dinamizan, se democratizan y progresan, afirmación que vale incluso en el interior de una misma sociedad nacional, como sucedió con el


18 círculo virtuoso y de alto desarrollo de las regiones en la Italia del norte a partir de la Edad Media al comparársele con el atraso y el autoritarismo del Messogiorno (Putnam (1993).

Pero otra concepción, decíamos, comienza a abrirse paso con el nuevo siglo y establece que debemos dejar de pensar en lógicas externas a lo social, en lógicas voluntaristas, evolucionistas, en lógicas de desarrollo y de crecimiento ligadas a dinámicas exteriores, en globalidades por encima de los entornos próximos, en la competitividad por encima del mejoramiento de la calidad de la vida de las personas, de las localidades, de las regiones... Por ejemplo, el concepto de capital social habla de fortalecimiento de redes sociales y debido a esa perspectiva ha logrado un éxito remarcable, pero no ha logrado desdoblar su propuesta con respecto al principio según el cual ese fortalecimiento o empoderamiento se corresponde con fuerzas dinamizadoras a las que se les relaciona con el progreso y el crecimiento, y en esa medida se mantiene como una concepción prisionera de la modernidad (Fukuyama 1995): redes empresariales con características cambiantes en Japón, en China, en Estados Unidos, en Alemania, etcétera, han dinamizado, de ésta o de aquella manera, el crecimiento económico; o bien, redes de conocimiento, innovación y avances

científico-técnicos

se

vuelven

elementos

decisivos

para

lograr

competitividad, por encima del tamaño, y se colocan a la cabeza del progreso en infinidad de terrenos... (Castells, 1999).

En esa perspectiva el empoderamiento implica dos aspectos: a) el que aquí vamos a llamar la densificación de lo social; y, b) el predominante cuando se hace referencia al capital social y que nos habla de fuerzas, redes, corrientes o elementos dinamizadores capaces de competir en espacios abiertos, globalizados, y capaces incluso, según ese enfoque, de proyectar a la sociedad en su conjunto hacia un estadio mejor. Y es que entre otras cosas, como ha quedado evidenciado en algunos escritos, no todas las formas de capital social empoderan a lo social o, dicho con los acotamientos que estamos sugiriendo, no cualquier tipo de capital


19 social densifica a la sociedad. Un grupo de empresarios que invierte en una región no necesariamente levanta el nivel de vida de los trabajadores que han pasado a laborar en el proyecto, pero eso se vuelve aun más dramático en la era de la globalización, cuando esos empresarios argumentan que si pagaran mejores salarios sus productos dejarían de ser competitivos en el ámbito global y entonces, con el cierre, todos perderían.

Cobra entonces fuerza la noción de densificación de lo social en sustitución del objetivo ciego de la competitividad en economías abiertas. Todos los proyectos y acciones que se lleven adelante en torno a la producción y la reproducción de esa sociedad, en los planos local, regional y nacional, deben responder y quedar alineados al único objetivo éticamente superior: densificar a lo social, es decir, levantar el nivel de vida de individuos, familias y colectividades mediante una mejor alimentación, una mejor educación y capacitación, mejor salud, relaciones más balanceadas con el entorno natural... Una noción como esta deja de ser dependiente de la construcción de fuerzas históricas centrales, de actores, de movimiento, de voluntad, de hegemonía, de acumulación de fuerzas, de succión dinamizadora, de crecimiento, de desarrollo, de progreso, de etapa posterior siempre superior... Hay que pasar entonces de la idea de movimiento y evolución a la de sedimentación y equilibrio sustentable (distinta a la de desarrollo sustentable). Para densificar a la sociedad se requiere de una prolongada sedimentación que recree el equilibrio y para que esto sea posible es necesario reordenar a lo local y a lo regional.

Esto exige, a su vez, cobrar cierta distancia con respecto al poder incontestado de los Estados y de las avasallantes fuerzas de la economía mundo. No significa, sin embargo, el aislarse del comercio y de los intercambios de cualquier tipo, siempre y cuando esos intercambios no redunden en la dilución, la atomización y la anomia de las personas, las familias y las colectividades de esa región o localidad en cuestión.


20

IV ¿Derrota de la sociedad? Ahora bien, a juzgar por lo hasta aquí expresado, las tendencias no están yendo en el sentido de una reconstrucción y fortalecimiento de lo social, ni de un tránsito a la democracia. De no tomarse entonces medidas con base en convergencias y consensos más decididos se acentuará la tendencia que vamos a reseñar en el párrafo que sigue, a manera de conclusión provisoria.

En el marco de la mundialización, desde la perspectiva de los países dependientes en donde se ubica el 80% de los seres humanos, el tema central de nuestra época lo define el hecho de que el espacio de lo social está siendo ocupado

mayoritariamente

y

en

forma

progresiva

por

agentes

(uso

deliberadamente esta palabra en lugar de actores), individuales y colectivos que no están recreando una superación racional y afectiva que realice las potencialidades humanas del sujeto (Touraine y Farhad 2000); una comprensión y un cuidado de su entorno social y natural (Leff, 2004); un fortalecimiento del espacio público, del uso de la razón en él, de unos principios básicos de convivencia logrados a través del diálogo y la interacción comunicativa (Habermas 1999; Sauri 2002); un orden social tendiente a fortalecer la confianza, la honestidad, la reciprocidad, la cooperación (Fukuyama, 1995).

Ese espacio social, concebido en términos extensos (sociedad, política, cultura), está siendo ocupado por agentes que se alejan de la estrategia de buscar para su quehacer un sentido en un nivel elevado (una historicidad, una orientación futura mejor); estamos viviendo, crecientemente, en escenarios en donde han sido completamente debilitadas las fuerzas, clases y actores de la modernidad (empresarios, obreros, campesinos, pequeña burguesía propietaria, clases medias asalariadas).


21 El espacio social está siendo ocupado, entonces, por agentes que parecen más bien alejarse de un tipo de orden en el que la “sociedad se produciría a sí misma,” dinamizada por movimientos, actores e identidades colectivas (Touraine, 1973), incrementándose en cambio la incidencia de los “garantes meta sociales del orden social”: las fuerzas incontestadas de la economía-mundo, los poderes del Estado y de la política, los liderazgos personalizados, la conformación de condensaciones grupales (tribus), necesariamente verticales, para articular las demandas del entorno popular, su agresividad y su violencia...

En

consecuencia,

es

el

eje

exclusión-violencia-verticalismo-pragmatismo-

estancamiento-regresión el que se vuelve a todas luces dominante (la primacía de los sistemas del poder y el dinero), en detrimento del eje desarrollo del sujetoracionalidad comunicativa-organización horizontal-producción de la sociedad por ella misma-comprensión del sentido de la acción-tránsito a la democracia; en detrimento pues del “espacio público en donde se desarrolla la vida de los hombres en sociedad” (Habermas, 1999).

Al menos las expectativas en el siglo que comienza no están yendo en esa dirección sino en la contraria y ello debería hacernos pensar en conceptos más útiles, más acordes con las necesidades de las tres cuartas partes de los hombres en el mundo, para hablar de sus vidas en los cien años que se aproximan. Si de verdad nos preocupan nuestras sociedades, entonces los temas del sufrimiento, la marginación, la incultura, el dolor de no entender el entorno en el que se vive y el caer en la violencia o en la amargura, en la regresión humana y la destrucción de la naturaleza, debieran colocarse muy por encima del economicismo dominante en torno a la competitividad, la medición y la elección racional.


22

V Democracia y exclusión Al inicio de los años ochenta, el neoliberalismo establecía que los sacrificios de reordenar nuestra economía para su competitividad global traerían como recompensa una democratización de los sistemas y de las prácticas políticas, sería una transición vigilada por las grandes potencias y sustentada en que, pasado el shock aperturista, los beneficios “gotearían” sobre los sectores más golpeados.

En la década siguiente, este optimismo desaparecía en la medida en que todos los indicadores registraban incrementos en la pobreza de los amplios sectores poblacionales y se disparaban los indicies de violencia y delincuencia. El replanteamiento implicó un recorte en los alcances éticos del modelo: los sectores mejor integrados habitarían los apartamentos consolidados de la institucionalidad: los partidos, los espacios parlamentarios, las universidades, etcétera, mientras el ancho mar de los excluidos seguiría reproduciéndose en el escenario fragmentado y anómico de la precariedad, habida cuenta de sus dificultades para poner en marcha movilizaciones consistentes y empoderarse a través de formas organizativas autónomas. Al doblar el siglo este modelo cínico o esquizofrénico de los dos pisos también se desmoronaría: en los partidos y las organizaciones políticas que pretenden abarcar todo el espectro social, desde los espacios cupulares amplificados por la gama de puestos burocráticos, hasta los más enraizados en el medio popular y de la exclusión, no está resultando para nada cierto que el orden de arriba y adentro vaya impregnando al de abajo y afuera (la pretensión de que “las escaleras se barren de arriba para abajo”), y más bien lo de abajo y lo de afuera está erosionando a lo de adentro y lo de arriba.


23 La creciente pobreza parece estar teniendo la fuerza para impregnar con sus reglas a los espacios cupulares

y de los sectores integrados: en lo popular

proliferan formas defensivas, pequeños liderazgos, tribus de barrio y caciquillos que tienden a asociarse proyectando a otros liderazgos intermedios que negocian constantemente sus fidelidades, según corrientes y alianzas, hasta ir ocupando (muy lejos de que ello implique prácticas democráticas), crecientes espacios de influencia en los partidos, las instituciones, los centros de educación superior y las administraciones. Las orientaciones de las cúpulas partidistas son reinterpretadas y redirigidas por las “corrientes” hasta ser desfiguradas por los intereses de cada pandilla. Las pandillas con un enganche popular más eficaz y más hábiles para asociarse con

otras

de

su

género

predominan,

mientras

las

expresiones

más

individualizadas y que coinciden hasta cierto punto con los cuadros más profesionalizados van perdiendo terreno y representación. Aparece incluso un antiintelectualismo, como ha sucedido en algunos momentos a partir del movimiento huelguístico estudiantil de 1999.

VI La estrategia Ante tal panorama es necesario proponer una estrategia para acercar y supeditar la esfera de la política al plano de lo social. Tal estrategia implicaría algunos desplazamientos en tres direcciones, por lo menos: UNO-Hacia abajo, fortaleciendo desde lo territorial los espacios medios-localregionales del país y buscando al mismo tiempo densificar o empoderar a los actores sociales ahí radicados: El horizonte de la política, de las políticas públicas y del quehacer de las universidades debe descender hacia lo social-territorial, hacia lo localregional: ello significa reorganizar la vida social y política en torno y a partir


24 de espacios sociales medios: 50, 100, 200 mil habitantes, dependiendo de la infinidad de casos particulares (pero sin perder la idea de que un espacio medio se encuentra entre lo local y lo estatal, es decir entre las pequeñas comunidades y los poderosos y burocratizados aparatos de las entidades federativas: -

Conjuntos o frentes municipales

-

Grandes unidades habitacionales

-

Cuencas: Papaloapan, Pátzcuaro, Atoyac…

-

Caracoles zapatistas

-

Espacios urbanos delimitados por sus propios ocupantes

-

Coaliciones de ejidos con sus poblaciones y sus autoridades

-

Cooperativas o coaliciones cooperativistas

-

Sindicatos y frentes sindicales con referentes territorializados...

Esto implica o conlleva la necesidad de formar, gracias a un trabajo paciente, consejos,

espacios

de

concurrencia

y

conversacionales,

comités

deliberativos, asociaciones, o como se les quiera llamar, que se planteen explícitamente la recuperación de ese espacio social medio o regional y la reconstrucción de una vocación específica para cada territorio y su gente. Esos consejos o comités deberán estar formados por: -

Los ciudadanos mismos, en primer lugar, en sus manifestaciones individuales y grupales

-

Las organizaciones civiles, comités cívicos, asociaciones vecinales…

-

Las

organizaciones

sociales

medias

territorializadas:

ONG’s,

cooperativas, ejidos, sindicatos, ONG’s… -

Las instituciones de investigación y educación superior.

-

Las empresas privadas (IP), a sabiendas de las tensiones que se generan entre el interés público y los intereses empresariales privados.

-

Los conjuntos de instituciones, organismos y programas públicos, con una mirada social (como se establece más adelante: punto 2).


25 Hay que dejar muy claro que el doble objetivo en este cambio o abatimiento del horizonte de la política, de las política públicas y de la acción institucional en su conjunto, no es complejo, pero es esencial: -

Mejorar la calidad de vida de los habitantes de estas regiones medias, según queden éstas definidas por los propios habitantes de esos espacios, y

-

Detener la destrucción, preservar y mejorar el entorno natural, ecológico y de la salud en cada región media.

DOS-

Redimensionar

los

aparatos

burocráticos

y

los

espacios

de

representación (partidista, parlamentaria, electoral), reubicando los recursos excesivos que han sido dirigidos a estos aparatos y orientándolos hacia el nivel social-local-regional territorializado (Estado y política con una mirada social). Es necesario replantear el discurso de la transición a la democracia y del fortalecimiento indiscriminado del andamiaje político-burocrático de las representaciones, porque se ha convertido en un pretexto para que grupos de integrados intelectualizados eleven desproporcionadamente sus ingresos y su influencia; se trataría de reorientando entonces los recursos hacia el horizonte más básico de lo social-humano. - Y es que en los aspectos partidistas, parlamentarios y electorales, los siguientes datos son elocuentes: El gasto público en asignaciones a la burocracia electoral y las asignaciones oficiales a los partidos políticos (sin contar con las asignaciones privadas durante la campaña, que son muy difíciles de contabilizar y las de las precampañas que no están sujetas a control de ninguna clase), ya ascendían hacia el inicio del 2006, a 12 mil millones de pesos (Ortiz Pinchetti, citado por Elena Poniatowska). Esa es una suma cercana al presupuesto anual de la UNAM, y equivale también al presupuesto anual de los diez estados más pobres del país, es 24% más alto que el presupuesto de Nicaragua y constituye casi el 40% del gasto de la ONU para el bienio 2004-2006 (Reforma 19,08,05).


26

El retiro de Cuauhtémoc Cárdenas de la contienda por la candidatura presidencial permitió al PRD el ahorro de 20 millones de pesos Reforma, 20,07,2005). Al lado de esto, el Consejo Electoral del PRD nos informó hacia finales del 2005 que los aspirantes de ese partido gastarían para promocionar su imagen y difundir sus propuestas durante los 21 días que durarían sus precampañas, 85 millones de pesos (La Jornada 28, 12,05). Mientras tanto, solo 14 millones de pesos estaban asignados para las elecciones vecinales del Distrito Federal que tendrían lugar en agosto del 2005 pero fueron suspendidas por iniciativa de ese partido. La diputada perredista Lorena Villavicencio ya había calificado de un gasto innecesario el costo de dichas elecciones (suspendidas cuatro veces con los mismos argumentos en los últimos cuatro años). El candidato al gobierno del estado de México, José Enrique Peña Nieto gastó más que el estadounidense George Bush en su reelección presidencial; Roberto Madrazo gastó más en su campaña en Tabasco que Bill Clinton en los cincuenta estados de la Unión Americana, y Arturo Montiel, gobernador del estado de México, invirtió 300 millones de pesos en su imagen, un gasto mayor al dedicado a la educación en esa entidad federativa. Todo esto se refleja en el hecho de que la televisión mexicana recibió, ya a mediados del 2005, es decir, antes de que se diera el banderazo de salida para las presidenciales del 2006, 5.7 millones de pesos diarios por la publicidad política (Elena Poniatowska, Jornada, 18,07, 2005). Todo esto conduce a que en las elecciones del 2006 cada voto registrado vaya a costar en México la exorbitante suma de 17.2


27 dólares, mientras que en Japón sea de 5.2, en Costa Rica 3.3, en Francia 3.1 y en Chile 0.4 (Naciones Unidas, El Proyecto EPIC, Reforma 19,08,05).

-

Por su parte, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela, gana 600 mil pesos mensuales, y cada uno de sus diez ministros 450 mil pesos mensuales (Jaime Avilés, La Jornada 17,12,05). Al lado de eso, el 30 de noviembre del 2005, la Suprema Corte de Justicia de la Nación no había invertido 587 de los 2 mil 537 millones que tenía asignados en ese año, pero a un ritmo de 19.5 millones diarios en sólo treinta días la Corte compró seis inmuebles en distintas ciudades para completar su programa de Casas de la Cultura Jurídica, y las hoy treinta y cuatro de esas casas en todo el país estrenaron camionetas en 2006. El Canal Judicial en televisión es otro de los millonarios proyectos a los que se destinó este apresurado cierre presupuestal (Reforma, 27,02.06). Uno podría preguntarse para qué sirven esas costosísimas casas y canales televisivos si la impartición de justicia en nuestro país es un asunto tan bochornoso.

-

A su vez, vale la pena destacar que el consejero presidente del propio IFE percibe un salario mensual de 227 mil pesos, su secretario privado 140 mil pesos, el resto de los consejeros y el secretario ejecutivo 200 mil pesos cada uno, y los asesores de éstos alrededor de 60 mil pesos, los directores 155 mil, el coordinador de asesores 144 mil... Al Tribunal Federal Electoral se le han destinado, para el 2006, mil 294 millones de pesos, sin contar aún con los institutos electorales de los estados que en el año electoral de 2003 recibieron, por ejemplo, 7, 594 millones de pesos (Reforma 04,10,05). Cada


28 uno de los seis magistrados del Tribunal Electoral recibe 4 millones

al

año

entre

sueldos,

aguinaldos,

primas

y

prestaciones, el doble del salario asignado al Presidente de la República, pero dejando de lado estos últimos rubros su sólo salario de 189 mil pesos, contrasta con los 120 mil de los jueces españoles y los 63 mil de los argentinos (Reforma, 01,13,06). -

Habría que hacer un balance del enorme despilfarro de los recursos presupuestales que tiene lugar en el pesado andamiaje de nuestras dependencias públicas en los ámbitos federal y en cada uno de los estados, tanto en salarios y puestos excesivos, como en proyectos con un bajísimo grado de efectividad en lo que hace a llegar a la gente y mejorar su calidad de vida. Tiene sentido, entonces, el que López Obrador insista en un modelo de austeridad en el gobierno federal que comenzaría por una reducción a la mitad del sueldo del Presidente de la República y por un reajuste de las estructuras de mando de los altos funcionarios (Cincuenta compromisos que sustentan el Proyecto Alternativo de Nación, 18,07,05), aunque no está debidamente aclarado que dichos ahorros deberán ser canalizados al nivel más básico de lo social territorial, ni los mecanismos para lograr esto último.

- En lo que hace al enorme peso de la burocracia pública, tenemos que cada empleado atiende, en nuestro país, a solamente 71 mexicanos, mientras que en España atiende a 93, en Estados Unidos a 147 y en Argentina a 201 (Reforma 02,09,05). - Es necesario en consecuencia reordenar, a partir de las necesidades local-regionales, la “multidireccionalidad enloquecida” de las acciones políticas, proyectos, programas, etcétera, del andamiaje de la institucionalidad pública, haciéndola reposar en el


29 nivel de los consejos regionales y conducir hacia allí los recursos desde los niveles burocráticos altos y en muchas ocasiones discontinuos y estériles en sus resultados.

- Sería necesario hacer un análisis del destino de los fondos del petróleo mexicano, en la medida en que esos datos están muy poco esclarecidos y en la medida en que se ha denunciado que una gran parte de esos valiosos y cuantiosos recursos ha sido desviado hacia las campañas electorales y hacia los programas clientelares de los gobiernos en curso. - Hay que discutir, con base en esta propuesta territorializada, la pertinencia de que un número elevado de ONG’s y organizaciones de la sociedad civil engorden una casta burocrática ilustrada en torno a referentes muy generales, temáticos (salud, educación...), o sectoriales (mujeres, niños...), con poco enraizamiento en lo territorial y pocas repercusiones entre la población que esos organismos dicen ayudar (volveremos sobre esto más adelante). TRES- Es necesario fortalecer una autoridad nacional (no autoritaria, con “mirada social”, ya que, desde un inicio, se habría puesto el acento sobre la reconstrucción de lo social-regional); una autoridad nacional capaz de evitar la destrucción de los agentes emprendedores de todo tipo (densificándolos en consecuencia), de los productores agropecuarios, forestales y pesqueros destacadamente, capaz de hacer respetar los derechos laborales mínimos, capaz de conservar el entorno natural y de evitar el pillaje financiero, energético, cultural, de la biodiversidad y técnico-científico. Nada de esto es ajeno a lo que practican los países desarrollados en defensa de sus productores agrícolas, o de lo que Corea y Japón han hecho al proteger de la competencia salvaje a diversos renglones de su industria en espera de que sus cuadros y agentes dinámicos pudieran lograr una concurrencia


30 científico-técnica más favorable, o de lo que varios países de la OCDE deberán hacer en un plazo muy corto ante la invasión de productos baratísimos venidos de China... Pero como decíamos, el problema aquí es que para que la autoridad estatal no se convierta en autoritarismo es indispensable que tenga un contrapeso y ese no puede ser otro que el anotado en el primer punto de esta propuesta: el de la construcción de espacios local-regionales medios, el de la democratización de la democracia, si se quiere, el del empoderamiento o densificación de lo social. Es obvio sin embargo que esa sedimentación y ese fortalecimiento de actores y fuerzas sociales no es una cuestión electoral y no se reduce a convocar a comités de apoyo para las campañas políticas con duración de unos cuantos meses, sino que se trata de un camino que requiere de años, en las regiones del país, en los Caracoles zapatistas, en las colonias y los pueblos, en las municipios y cuencas. Ahora bien, ni la propuesta de Cárdenas ni la de López Obrador, hasta ahora, han tenido que ver con la densificación social, no son propuestas de reconstrucción ni empoderamiento de los actores civiles como nos lo dejaron claro con sus fracasos para construir la partricipación ciudadana del DF (promesa de sus campañas). Entonces la cuestión no es si se es de izquierda o no, sino si se quiere el poder para la sociedad o para las esferas estatales y de la política. Ese sería, en efecto, un verdadero cambio en la cultura política de los mexicanos y de muchas otras sociedades de América Latina y del mundo. Por su parte, el zapatismo en lugar de mostrar la fuerza de sus regiones en una época no electoral y de buscar apoyar la reconstrucción nacional desde las otras regiones y con los otros actores del país, escoge el peor momento y lo llama además La Otra Campaña, creyendo con ello distanciarse de la politiquería, pero sin darse cuenta a qué grado se ha colocado en el corazón de la rebatinga, de las descalificaciones y de las ideas sin trascendencia. Al


31 renunciar a hacer una propuesta reconstructiva actúa guiado por la crítica hacia los otros, pero no por un proyecto propio, de manera que sus Caracoles parecen olvidados y no significar nada, algo que sería más bien propio de una mentalidad intensamente política y muy poco social. Como lo ha dicho Víctor Toledo, “la creación de los Caracoles permitió al zapatismo pasar de la resistencia armada a la posibilidad del empoderamiento, civil o ciudadano, de la rebeldía verbal (con proyecciones a buena parte del mundo) a la acción concreta (en la escala local y regional), de la defensiva a la ofensiva… En los Caracoles se encuentran los primordios de un experimento social de avanzada, cuya expansión y multiplicación inaugura nuevos caminos para la izquierda no partidista. Sin embargo no basta ‘cerrar las fronteras’ e implantar de manera anárquica clínicas, tiendas, escuelas o cooperativas sostenidas en su mayor parte por la mera solidaridad política, nacional e internacional, para alcanzar la autonomía de un territorio... Con la Sexta Declaración, el EZLN retornó a sus antiguas obsesiones meta-territoriales (alianza obrero-campesina, nueva Constitución mexicana, más encuentros intergalácticos), y regresó a una visión ya superada haciendo evidente una incongruencia profunda: antes que pregonar nuevas alianzas nacionales, internacionales o intergalácticas se debe mostrar que se es capaz de visualizar y poner en práctica una modernidad alternativa en los propios territorios” (Toledo, 2006). 3

3

Para una discusión a este respecto véase también: Díaz Polanco, Héctor y Consuelo Sánchez (2002), y Bartra, Armando (2003).


32

PARTE SEGUNDA VII Déficit en la generación de energía Claro está que para reorientar los recursos hacia un horizonte más básico, como lo hemos sugerido, se necesita primero que haya una adecuada generación de esos recursos, es decir, de los recursos que genera cada sociedad y de los que ha de disponer. Las sociedades en general y las naciones en su momento cuentan con una serie de recursos para acometer su reproducción. La economía nos ha enseñado que entre esos recursos están, primero, los que nos ofrece la naturaleza: tierra fértil o desértica, minería, agua... Junto a esos están naturalmente los recursos humanos. Esos recursos humanos, sirviéndose de la experiencia (convertida en conocimiento y técnica), tienen la capacidad para emprender procesos de transformación que se convierten en materiales útiles para la subsistencia biológica, para un hábitat más confortable, para la defensa de ese núcleo con base en una identidad cultural o para la dominación hacia otros agregados.

Al conjunto de todos esos recursos y referentes sugerimos llamarlo aquí “energía”. Las distintas sociedades producen energía, esa energía puede ser conservada, incrementada o puede fugarse. Empleemos entonces el genérico de “producción y conservación de energía en cada sociedad”. La energía en consecuencia es una combinación de materiales, empresa, conocimiento y técnica, transformación e identidad cultural. A sabiendas de que hay sociedades con una gran capacidad de producir, conservar e incluso atraer desde el exterior una gran cantidad de energía, la pregunta a la que debemos responder es si nuestro país está sabiendo producir y conservar energía o si es un espacio social deficitario a este respecto.

Aclaremos que el genérico de energía nos parece un referente más amplio y por tanto más útil si lo comparamos con los conceptos de “Producto Nacional”, “Capital Social” y otros, para ya no hablar de “sociedad del conocimiento” o más aún, “competitividad”. Es incluso un genérico más amplio que el de “densidad


33 social”, y por ello lo comprende sin sustituirlo, como este último tampoco sustituye al de capital social.

Una fuente de energía en una sociedad o en un país que puede reflejarse en el bienestar social es, quien lo duda, el contar con amplios recursos petroleros, hidráulicos o turísticos, a pesar incluso de una mala distribución de la riqueza, como es el caso de Qatar (tercer lugar mundial en Producto Interno per cápita), o de Venezuela, guardando las proporciones.

Otra fuente generadora de energía nos la pusieron frente a los ojos Eric Hobsbawm, Barrington Moore Jr. y Robert Putnam, al recordarnos la importancia de que un orden social, como el de Italia del Norte y las ciudades Estado de la Edad Media, como el de Flandes un poco después y como el ingles ya de manera más firme, permitiera el ascenso de agentes sociales no estatales, emprendedores capaces de transformar la materia prima en mercancías que compitieron exitosamente en el comercio mundial y en la industria (sociedades socialmente densificadas).

Otra fuerza de generación de energía lo han sido los actores estatales emergentes, que se han propuesto reducir el terreno perdido en la producción de mercancías, de agentes sociales emprendedores, dinámicos, competitivos, de adelantos técnicos en esos terrenos (en donde los ejemplos sobran, desde Alemania, Japón, Corea y más recientemente China...)

Otra fuente, ligada a lo anterior, lo es hoy más que nunca, el conocimiento y la técnica, la generación de conocimientos concentrada en los espacios educativos y de investigación de los países más desarrollados y hegemonizada por las grandes firmas trasnacionales de nuestra época.

Otra fuente más de energía corresponde a países, pero sobre todo a regiones dentro de esos países, que están siendo capaces de generar expresiones


34 culturales genuinas y de un gran impacto, incluso a nivel mundial, una especie de “fascinación cultural”, regiones turísticas en donde los habitantes originarios han sido capaces de controlar la prestación de servicios, relanzar las artesanías, en particular las indígenas, rescatar las tradiciones, defender del patrimonio originario y las zonas coloniales y, gracias a esa iniciativa emprendedora y a la defensa de sus riquezas, se han embarnecido y han mejorado su calidad de vida (Oaxaca, Guanajuato y la Región Monarca en México, el Bajo Guadalquivir en Andalucía, la Riviera italiana... )

Dicho lo anterior, vamos directo al punto: consideramos que nuestro país se encuentra en una situación extrema de déficit en la generación y retención de energía. Déficit que debe medirse en los aspectos básicos descritos: con qué materia contamos, cómo se transforma, quiénes la transforman.

Tenemos petróleo, gas, minería, una parte del territorio cuyo clima permite cultivar hortalizas, frutas, flores, enervantes y bebidas alcohólicas (dejando de lado la producción para el autoconsumo y la de nuestros poco competitivos granos básicos); tenemos hermosísimos sitios arqueológicos y litorales para la recreación y el goce de visitantes nacionales y extranjeros y para la producción de algunos mariscos. Hasta aquí sería prudente utilizar el verbo “tenemos” para agregar que, además,

en

nuestro

territorio

se

ensamblan

(elemental

proceso

de

transformación), una serie de artículos traídos del extranjero por compañías extranjeras y que en su gran mayoría regresan al extranjero.

En esto consiste el núcleo duro de “nuestra” “producción” de “riqueza”. Al lado de eso, en los últimos veinticinco años podemos constatar un agudo debilitamiento, un déficit en cinco renglones centrales de la producción y conservación de energía: 1) un acelerado proceso de des-industrialización, 2) un acelerado proceso de des-agrarización, 3) una acelerada destrucción del medio ambiente y agotamiento de las fuentes naturales de energéticos, 4) un acaparamiento y hasta un saqueo abierto de los activos y las riquezas de nuestro país por parte de las


35 grandes firmas trasnacionales y, 5) un estancamiento en la generación de técnicas y de conocimientos.

Podemos repasar la numeralia que respalda estas afirmaciones, pero el daño que se le ha hecho a nuestra sociedad no puede leerse en las cuentas nacionales ni en las balanzas de pagos, sino en la destrucción (dilución) que todos estos impactos deficitarios han provocado sobre el cuerpo social deshilachando su densidad. La lectura de los economistas de nuestra época va al extremo, incluso, de afirmar que seguir marcando una frontera entre lo nacional y lo que está por encima de lo nacional es irrelevante en esta era global (¿des-territorializada? ¿des-espacializada? ¿des-socializada? ¿des-humanizada?). Pero la lectura sociológica (esa disciplina repudiada por el neoliberalismo), nos lleva a conclusiones muy distintas. Hagamos, como quiera que sea, un rápido recorrido comenzando con los renglones más obvios:

VIII El conocimiento y la técnica. De cada mil estudiantes mexicanos que salen al extranjero a prepararse sólo regresan 200, y si tomamos en cuenta que en los últimos 30 años han salido a prepararse algunos cien mil estudiantes jóvenes, podemos imaginar la fuga de energía que esto representa. Formar en el extranjero a cada uno de estos especialistas le cuesta al país alrededor de 60 mil dólares; sólo en Inglaterra, en el 2005, había 600 alumnos becados para los que el Conacyt erogó 22 millones de dólares. A ello habría que agregar, naturalmente, lo invertido en su formación básica y profesional antes de su partida. 4

En el documento Tendencias y características de la migración mexicana, editado por el Consejo Nacional de Población (2006), se afirma que sólo en los estados norteamericanos de Texas y California había unos 475 mil personas que habían 4

Véase a este respecto: “Fuga de talentos, costo y beneficio”, Enfoque, Reforma, 1º. De oct. 2006, con entrevistas a Heriberta Castaños Lomnitz y René Drucker Colín.


36 obtenido su licenciatura o su pos-grado en México y que alrededor de la mitad de ellos se emplean en actividades relacionadas con su nivel de estudios. En general, de cada diez estudiantes que obtienen una maestría, sea aquí o en el extranjero, dos emigran hacia los Estados Unidos según un estudio binacional realizado por las universidades Iberoamericana, de George Town, El Colegio de México, el ITAM, y el Pew Hispanic Center. 5

Se entiende que esto pase, porque como lo recordara recientemente René Drucker, en el sexenio de Vicente Fox no se abrió una sola plaza en los 27 centros públicos de investigación científica del país. La falta de recursos públicos es parte del círculo vicioso de nuestra pérdida de energía y también lo es el hecho de que en un país en des-industrialización, como es el nuestro según lo mostraremos aquí adelante, se vuelven borrosos el sentido y la utilidad de las inversiones en muchos terrenos de la ciencia y la tecnología como la química, la informática, la microelectrónica, las telecomunicaciones. ¿En dónde somos competitivos?, ¿qué patentes producimos?, y si las producimos, ¿cuál es el sentido de esas patentes si sabemos de antemano que estarán destinadas a fugarse en caso de que muestren alguna utilidad? Tómese en cuenta, por ejemplo, la siguiente noticia aparecida en las publicaciones científicas mexicanas y en la primera plana de un importante medio de circulación nacional de nuestro país: “Los científicos mexicanos Humberto y Mauricio Terrones, premiados por la Academia Mexicana de las Ciencias 2000, y destacados por la revista Time en la lista de los cincuenta Líderes Latinoamericanos del Nuevo Milenio, lograron realizar conexiones moleculares de nanotubos (estructuras microscópicas tubulares en forma de Y, T y X, cien veces más delgadas que un cabello humano y cien veces más resistentes que el acero), que podrían ser empleadas en la producción de pantallas ultraplanas de bajo consumo de energía, microchips, chalecos antibalas, etcétera. Los hermanos Terrones son pretendidos por empresas trasnacionales dedicadas al desarrollo de productos electrónicos e informáticos, como Hitachi, IBM, Siemens” (Reforma, 12,09,02).

5

Citado en José Blanco, “Una fuga muy costosa”, La Jornada, 2 de enero de 2007.


37 Esto, naturalmente empuja al cinismo a algunos gobiernos nacionales en los países en desarrollo, como el nuestro, desde el momento en que no solo renuncian a dedicar el 1% del PIB al fomento de la ciencia y la tecnología, sino que como en el primer año del gobierno de Felipe Calderón, tal cifra se hace pasar del 0.37% al 0.35%. Es una política derrotista, diametralmente opuesta a la de otras economías emergentes como China, Corea, la India o Brasil 6 , que no se resignan a permanecer en el bochornoso papel de economías maquiladoras (proveedoras de mano de obra paupérrima y anómica), y deciden competir en los altos niveles de la sociedad del conocimiento.

IX Migración de la mano de obra mexicana. “Ya en el año 2000, nos recuerda Wayne Conelius, de acuerdo con el censo U.S. Census’s Current Population Survey, la población nacida en México pero que vive en Estados Unidos llegó a 8.3 millones de personas, de las cuales, cerca de 3 millones se cree que son indocumentadas”. 7

Otros estudiosos van más allá,

asegurando que con base en el censo norteamericano del año 2000, de los 21 millones de personas de “origen mexicano” viviendo en ese país, 13.5 millones nacieron en México y, de éstos, 5 millones son indocumentados (Rivera-Salgado 2003).

Sin duda al termino del foxismo se podía ya afirmar que una de cada diez mexicanos se había vuelto un habitante de origen mexicano en los Estados Unidos de Norteamérica. Pero lo más significativo para nuestra pregunta en torno a la fuga o retención de la energía, consiste en poner en claro que los migrantes 6

Brasil ya está muy cerca de invertir el 1% de su PIB y cuenta con un científico por cada 2 mil habitantes en tanto que nuestro país cuenta con uno por cada ocho mil, para ya no citar a países como Estados Unidos con uno por cada 237 o Francia con uno por cada 184 habitantes (René Drucker Colín, “La ciencia no tiene quién la defienda”, La Jornada, 18 de enero de 2007. 7 Waine Cornelius “Los efectos del TLCAN en la migración de México a Estados Unidos”, Revista Bien Común, Fundación Rafael Preciado Hernández, Año 8, Num. 95, noviembre 2002.


38 en general, y los mexicanos no son la excepción, son catalogados como los agentes más dinámicos y emprendedores del medio social de donde cada uno de ellos procede.

El propio Cornelius (2004) apunta que “economistas internacionales como Gordo Hanson y Pia Orrenius han demostrado que los mexicanos menos capacitados y con menor nivel educativo no emigran. Las personas con más tendencia a la migración son aquellas con un nivel medio de educación y las cohortes migratorias más jóvenes que van a Estados Unidos tienen niveles de educación más altos que las de mayor edad. Las mujeres migrantes tienen más nivel educativo que los hombres y su participación en el flujo de México a Estados Unidos se ha incrementado dramáticamente en los últimos 15 años”. Por lo demás, el haber redoblado la vigilancia en la frontera entre ambos países en los años recientes no ha impedido que los mexicanos accedan al país del norte, pero ha provocado que se detenga el flujo contrario, es decir, que los mexicanos regresen con frecuencia a sus lugares de origen, lo que tiende a arraigarlos más rápido y más fuertemente a los Estados Unidos.

Sea como sea, ellos y ellas enviaron a sus familias unas remesas que en el año 2006 alcanzaron la suma de 26 mil mdd; suma que compite con nuestras exportaciones petroleras. Así, en México más de un millón de hogares reciben transferencias por concepto de remesas según datos de CONAPO 2000 (citados por Franco, 2003).

Algunos autores (Durand y Arias 1997; Massey y Parrado 1996), consideran que tales envíos tienen un efecto positivo ya que permiten a las familias dedicar el 80% de esas remesas a comprar alimentos, 10% a mejorar sus viviendas y emplear el resto en servicios de salud y educación. Subrayemos que sólo un 5% se dedica a inversiones productivas. Argumentan estos autores que las remesas generan una


39 dinamización de la economía, sobre todo en pueblos pequeños y medianos hacia donde dichos recursos son remitidos en su mayoría. 8

Otros autores (Fernández 1988, Mines 1981, Cornelius 1990, Goldring1992), consideran, por el contrario, que al ser gastadas esas remesas en rubros no productivos el efecto no es tan positivo y genera dependencia desde el momento en que la migración ha privado a las localidades de origen de sus agentes más dinámicos y emprendedores. El Fondo Monetario Internacional ha concluido que “estos fondos compensan a sus receptores de las malas condiciones en que viven, pero no son generadores de inversiones para apuntalar el crecimiento de la economía”. 9

Así, sin olvidar en ningún momento que las remesas contribuyen de manera significativa a la masa de recursos que hacen funcionar a la economía del país, lo cierto es que permiten que se fugue lo mejor de los agentes jóvenes de nuestro país sin que por otro lado constituyan una “derrama de densificación” social en los puntos de origen pudiendo considerárseles mas bien como una “derrama de subsistencia”. 10

X Devastación del medio ambiente y agotamiento de los recursos energéticos Parafeaseando un informe del INEGI (Reforma, el 5 de junio del 2004), México llega al Día Mundial del Medio Ambiente con tres dolores de cabeza: agua, basura y tala ilegal. De los cuerpos superficiales de agua que hay en el país, más del 50% están 8

Tómese en cuenta que una tercera parte de las remesas va a tres estados de la República: Jalisco (11%), Guanajuato (10%) y Michoacán (10%) (Banco de México 2000, Muestra Censal, citado por Franco 2003). 9 “¿Son las remesas de los migrantes una fuente de capital para el desarrollo?”, FMI, 2006. 10 La macroeconomía, sin embargo, ve las cosas de manera distinta. Para Luis Telles, subsecretario de Agricultura en el sexenio de Salinas y secretario de energía en el de Calderón, “la migración es un fenómeno altamente deseable... condición indispensable para lograr la mejora gradual de las condiciones de vida de la población en general”.


40 contaminados; cada mexicano deshecha a diario 865 gramos de basura (200% más que hace 40 años), unas 85 mil toneladas diarias de las que aproximadamente la mitad no se recoge, permaneciendo en bosques, cañadas, cuerpos de agua y tiraderos clandestinos; y en fin, cada año se pierden entre 600 mil y 785 mil hectáreas de bosques y selvas (el equivalente a una cuarta parte del territorio nacional ha sido devastada en los últimos cien años). El informe referido calcula que la degradación del medio ambiente provocó en 2002 pérdidas equivalentes al 10% del PIB. Agreguemos que el predominio del capital trasnacional en la explotación de los principales renglones de producción nacional, no se encuentra sujeto a un régimen de cuidado del entorno natural ya que la necesidad de maximizar las ganancias para esas empresas y la necesidad paralela de los gobiernos locales de contar con algún tipo de recursos frescos (por inversión o por remate de activos nacionales), conlleva un descuido e incluso una destrucción descarada de la ecología, sin observancia alguna de la normatividad.

XI El turismo Sigue la venta de sol, arena, mar y otras riquezas naturales y culturales a turistas extranjeros. Por este concepto en el año 2000 entraron al país 8,295 mdd. Pero aquí sí, la generación-retención de riqueza es bajísima: dentro de la dificultad para encontrar datos oficiales a este respecto, ciertos cálculos nos indican que solamente 3 mil mdd retenemos en el país en forma de derrama salarial, de manera que a pesar de inversiones y reinversiones estamos ante un índice elevadísimo de fugas de riqueza; es necesario estudiar en qué montos y por qué mecanismos esa masa de divisas se proyecta, vía los grandes monopolios del transporte, las grandes cadenas hoteleras y restauranteras trasnacionales, hacia la “estratosfera financiera”, no beneficiándonos ya más que en la medida en que los grandes consorcios, flotando en las alturas globales, consideran que hay condiciones de inversión, de explotación de nuevas regiones, de compra de


41 cadenas enteras de empresas industriales o comerciales, etc., animadas otrora por agentes dinámicos nacionales.

Un dato puede ilustrarnos sobre el circuito turístico global: para 1996, informaba la Organización Mundial del Turismo (WTO), las 25 cadenas internacionales mas importantes controlaban el 25% de la oferta total de cuartos en el mundo (citado en Ruiz Rivera 2003). Dejando de lado a los turistas de cruceros (3.5 millones cada año que solo gastan 60 dólares diarios) y a los turistas que incursionan en la franja fronteriza (90 millones que sólo gastan 20 dólares por incursión), diez millones y medio de turistas ingresaron al país en el año 2000, gastando en su estancia algunos 550 dólares en promedio. Nueve de cada diez vinieron de Estados Unidos y cuatro de cada diez, de California y de Texas (dos de cada tres fueron viajes de placer, mientras que el resto vino por negocios y a visitar a amigos y familiares).

Si restamos a los 8 mil 300 mdd que entraron por este concepto en divisas en el año 2000, los 5 mil 500 mdd que gastamos los mexicanos en el exterior en ese lapso, tenemos un saldo favorable de 2 mil 800 mdd, uno de los renglones positivos en nuestro comercio internacional. Sin embargo, por cada dólar que gasta un turista extranjero en México, los mexicanos gastamos tres fuera del país. Esto se debe en muy buena parte a que los turistas que vienen utilizan los sistemas todo pagado (VTP), que se contratan en los países de origen del turismo a los que pertenecen también, lógicamente, la inmensa mayoría de los transportes y los hoteles, de manera que la dinámica turística se efectúa en un ciclo básicamente de fuga: a pesar de lo aparatoso de las cifras, nos encontramos ante una muy baja generación-retención de riqueza (El Turismo en México, 2001, SECTUR: DATATUR, citado en Tinajero 2003).

En este punto es necesario un estudio cuidadoso de lo que hemos llamado la “derrama salarial”, del monto de riqueza que realmente baja a la cotidianidad de la sociedad y pasa a formar parte del presupuesto de las familias y de las personas.


42 Los datos vuelven a ser muy impactantes aunque su desglose relativisa las primeras impresiones: dos millones de trabajadores están ligados al turismo, nos informa la secretaría del ramo (Ruiz Rivera 2003). Si esto es así, entonces la vida de entre cinco y ocho millones de mexicanos estaría gravitando alrededor de esta actividad. Ahora bien, las cosas cambian bastante cuando metemos al juego el hecho de que al turismo doméstico se debe el 80% del consumo turístico total: cerca de 40 mil mdd en el año 2000, comparados con los referidos 8 mil 300 mdd del turismo receptivo internacional 11 (SECTUR 2002). Pero como bien lo apunta Naxelli Ruiz, sólo una tercera parte del turismo nacional (unos cincuenta millones de viajeros), arribaron a establecimientos de calidad turística con fines de alojamiento y en localidades de vocación turística (lo que deja afuera las pernoctas por una noche y otro tipo de “turismo” de negocios, y la mayoría de los desplazamientos que no tienen por objetivo el descanso y el placer).

Sea como sea lo que ahora importa destacar son dos cosas: la primera se refiere a la producción de riqueza beneficiando a nuestro país. Es evidente que la entrada de divisas internacionales vía el turismo significa transferencia de riqueza mundial que, a final de cuentas termina fecundando y bañando a muchas actividades asociadas (construcción, transportes, restaurantes, souvenirs, etcétera). En esa medida, el turismo internacional se diferencia del nacional, pues éste último significa en muy poca medida creación de riqueza nueva y constituye, básicamente, distribución de una riqueza que se genera en otras esferas y renglones y que se derrama sobre ese inmenso mundo, bañando a una parte substancial de los dos millones de trabajadores ligados al ramo.

Pero el segundo aspecto nos parece más significativo: el turismo, básicamente a través del circuito nacional y menos a través del altamente monopolizado circuito internacional, constituye un espacio con altas posibilidades de densificación social. En efecto, el turismo nacional se desarrolla por medio de compañías transportistas

11

En un contexto así, se entiende que la distribución del gasto en el 2000 en turismo fuera: 30% en transporte, 25% en restaurantes y bares, 12% en comercio y 12% en hoteles.


43 de buen tamaño, pero también por empresas medianas y pequeñas, y lo mismo sucede con los hoteles y los restaurantes que lo atienden.

Ahora bien, es en aspectos y espacios como estos en donde se entablan las batallas más ilustrativas entre densificación y dilución en las economías subordinadas: ¿qué fuerzas diluyen y cuales densifican a los agentes intermedios? Esto requiere de un estudio cuidadoso, pero algunos ejemplos ayudan a visualizar el panorama: a partir de un punto medio hacia arriba el mercado del turismo se vuelve extremadamente competido. Redes de publicidad, ventas y reservaciones trabajan en combinación con grandes líneas transportistas, consorcios hoteleros, restauranteros y de otros servicios, que vuelven muy difícil la subsistencia para empresarios atomizados, incluso para aquellos no tan pequeños.

Aparece entonces la opción de adscribirse a una franquicia que le permita al empresario, una vez realizadas remodelaciones y cubiertos ciertos requisitos de calidad, formar parte de una cadena y recibir todos los beneficios del know-how y de una red de publicidad y reservaciones. Uno de cada seis cuartos de hotel en México forma parte de esta modalidad (contra tres de cada cuatro en EU), afiliados a Holiday Inn, Best Western, Howard Jonson, Fiesta Inn, Casa Inn... Afiliarse a estas cadenas (por diez años), aparte de las remodelaciones exigidas, cuesta al propietario de un hotel 500 dólares por cuarto más el 8 ó 10% sobre el ingreso bruto al negocio, aparte de cuotas especiales por promoción y mantenimiento. No cabe duda que la transferencia de entre 15 y 20% de recursos hacia las grandes cadenas y franquicias ya constituye una cierta fuga de riqueza, una acumulación en los circuitos financieros globales, pero lo cierto también es que si con este know-how se mejora la calidad de los servicios, se fortalece un sector medio de empresarios mexicanos, se fomenta un buen nivel de entrenamiento para empleados y trabajadores ligados al turismo, etcétera, los objetivos de densificación social (en este caso empresarial), se verían cumplidos correctamente.


44 Habrá que estudiar con precisión quién subsiste y quién no, ante estas exigencias, qué grados de concentración y acaparamiento se dan en ese 16% de cuartos del país que está adscrito a una cadena o a una franquicia hotelera o restaurantera, en especial a partir del 11 de septiembre del 2001 y luego a partir de la segunda invasión a Irak en marzo del 2003, fechas que marcan una vuelta de tuerca en la competitividad en esta materia. En el nuevo panorama, ¿se separa un mercado turístico selecto ligado a la red trasnacional de uno de pequeños nichos locales de muy baja calidad? ¿cuáles son las características de densificación y derrama en este segundo mercado?

No queremos convertir este listado en un paño de lamentaciones, pero lo cierto es que con las potencialidades naturales y culturales de nuestro país es obvio que desde hace cincuenta años debimos haber desarrollado unas escuelas de hotelería, de restaurantes, de atracciones turísticas, y un fomento hacia las actividades en este ramo que al correr del tiempo nos hubiera permitido contar con un empresariado pequeño, mediano y uno capaz también de impulsar cadenas hoteleras trasnacionales que hubieran permitido que la enorme riqueza ahí generada se derramara mejor hacia las distintas capas y peldaños de nuestra sociedad embarneciéndola, densificándola, en lugar de afanadores de cuartos de hotel, meseros y barrenderos mal pagados, lancheros, vendedores de collares, baratijas y veleritos sobre cocos partidos, movedores de panza, alquiladores de bananas y paracaídas, taxistas suplicantes de clientela...

Debimos haber mantenido, como los españoles de la Costa Brava, como los italianos, como muchas regiones del Brasil, el control sobre nuestras riquezas, sobre las riquezas naturales, el clima, las playas, el mar, los monumentos y las ciudades históricas. Debimos haber sido capaces de retener la riqueza ahí generada, que sirviera para el bienestar de tantas familias, para su educación, para elevar su nivel de vida. Xotitl Gálvez, titular de la oficina de Desarrollo de los Pueblos Indígenas lamentaba hacia mediados del año 2003 que operadoras turísticas mayoritariamente de origen español estuvieran comprando o arrendando


45 terrenos, senotes y espacios próximos a las áreas naturales protegidas en condiciones totalmente desventajosas para las comunidades indígenas ubicadas en destinos turísticos como la Riviera Maya: “se trata, explicó, de contratos de compra, venta o arrendamiento en condiciones completamente desventajosas para las comunidades” (La Jornada, 4,VI,03).

Es una pena, digamos en fin, que en las grandes cadenas hoteleras una evidente mayoría de los animadores de diversiones venga de Norteamérica, Europa y América del Sur. Un dato que llama la atención y al que deberemos encontrar una respuesta es el que nos indica que en los Estados Unidos existen 1500 franquicias, en México 550 12 , pero en Francia existen solamente 150 (Reforma, 23,VI,2003). ¿Querrá esto decir que el empresariado medio y la robusta pequeña burguesía de este último país tienen una maestría consolidada históricamente sobre ese quehacer; que eso les permite subsistir por ellos mismos sin tener que estar transfiriendo una quinta parte de sus ingresos a unas cadenas extranjeras que les vienen a enseñar en paquete menesteres en que países como el nuestro nunca han sido capaces de practicarse?

En fin, el turismo es, no cabe duda, un ejemplo penoso de dilución de nuestra sociedad, en donde la densificación no requiere de formulas tan complejas o tan poco copiables y tan extremadamente patentadas como sucede en el campo de la medicina, el manejo de la informática, la genética, etcétera. Deberíamos estar en posibilidad aún de aplicar en este terreno las enseñanzas territoriales y localregionales de las medianas y pequeñas empresas.

XII Un país crecientemente maquilador.

12

Si bien la gran mayoría de las franquicias vienen del extranjero, México ha consolidado algunas que trascienden nuestras fronteras hacia Centroamérica y los Estados Unidos: Kiko Donas, Taco Inn, Tortas Locas, El Tizoncito...


46 Aclaremos que la cuestión no es solamente que se fugue o no la energía de un país, se trata también de la generación real de esa energía, y lo que es dramático es que a este respecto estamos resultando, los mexicanos, extremadamente deficitarios. Dicho de otra manera, estamos produciendo cada vez menos mercancías y servicios con algún valor agregado significativo.

La industria maquiladora es el gran ejemplo: muy pocos países con la masa geopoblacional de México, si no es que ninguno, han generado un crecimiento de sus exportaciones manufactureras de 20 mil a 166 mil millones de dólares en poco más de diez años (1988-2000), haciendo pasar dichas exportaciones, como proporción del PIB, del 15 al 30%, y concentrando dicho boom en un reducido número de empresas, de manera que 300 industrias y 3,500 maquiladoras son responsables hoy del 95% de las exportaciones mexicanas (1993-1999); mientras tanto, los restantes 3.1 millones de empresas sólo participaron con menos del 5% de la actividad exportadora : “Las exportaciones se han convertido en el motor incuestionado de la economía mexicana. En particular, las manufacturas de exportación constituyen la principal, si no es que la única fuente de crecimiento de la economía mexicana,” afirma lapidario Enrique Dussel (2001).

Al ser la estrategia exportadora el eje de la modernización de nuestro gobierno, no hubo ningún inconveniente desde el punto de vista del modelo para invertir en puertos, carreteras, transportación marítima, terrestre y aérea o abatir costos fiscales, aduaneros y administrativos: exenciones de impuestos por varios años fueron comunes, los parques industriales fueron gratuitos y, en algunos ejemplos, las casas para los obreros fueron pagadas por los programas gubernamentales (Cypher 1990). 13

13 La plataforma exportadora fue acondicionada con legislaciones ad.hoc: Programa Nacional de Modernización Industrial y del Comercio Exterior (PRONAMICE), Constancia de Empresa Altamente Exportadora (ALTEX: garantiza el tratamiento preferencial en tramites y otorga otras facilidades a las empresas que demuestran exportaciones directas por tres millones de dólares o más y saldo favorable con el exterior); Programa de Importación Temporal para Exportaciones (PITEX, con garantías en interés fiscal y garantías en mermas y desperdicios para los exportadores mayores a 500 mil dólares); y sigue la lista de instrumentos (García Mota 1990).


47 El punto aquí es que casi todos los componentes de la industria del ensamblaje son importados de manera que la producción de sus proveedores locales no llega a constituir ni el 2% de sus insumos que en gran medida están constituidos por partes que no se incorporan directamente a la producción: construcción de naves industriales, administración de comedores, empresas de administración de personal, mantenimiento, empaque, transporte. Si se considera en su conjunto, incluida la mano de obra, el valor agregado se ha mantenido en el 22% desde los años ochenta (Alva 2003). Si la producción anual de la industria maquiladora se encuentra en alrededor de 160 mil mdd, podemos deducir que la masa salarial que de ahí deriva es de entre 25 mil y 30 mil millones de dólares.

Pero es indispensable meter aquí nuestra segunda dimensión analítica para entender lo que pasa. Al lado de la generación y retención de energía lo que es indispensable medir es el grado de densificación social (o de dilución social y anomia), que todas estas actividades generan. Sabemos que al combinarse las alteraciones severas en el equilibrio de una colectividad (fuertes migraciones, por ejemplo), con la precariedad salarial o con la precariedad en general, se producen situaciones de fuerte anomia social (desintegración familiar, violencia etc.), de lo que forma parte sin duda el feminicidio en las ciudades maquiladoras del norte. 14

En los hechos, los estados del sur de la unión americana y los del norte de México se están convirtiendo en la región binacional más importante del globo: alrededor de cuarenta millones de habitantes mayoritariamente mexicanos y de origen mexicano se habrán instalado ahí entre 1980 y el primer decenio de este siglo: en la franja fronteriza se ha concentrado el 80% de la actividad maquiladora de nuestro país. Un millón 327 mil trabajadores registró esta industria hacia mediados del año 2000; había crecido un millón en sólo 15 años, representando 4 de cada diez trabajadores en la manufactura mexicana, pero ha hecho gravitar en su entorno a muchos millones más de compatriotas: contingentes que se afanan en

14

A este respecto hemos escrito un artículo titulado “Maquila y machismo. El asesinato de mujeres en Ciudad Juárez”, revista Memoria, No. 183, mayo de 2004.


48 adaptar una improvisada infraestructura de vivienda, alimentación, servicios y transporte entre degradados panoramas urbanos y familias rotas. Rosa Isela Pérez (2000) ha encontrado que de cada tres madres, dos son solteras, y Víctor Ballinas (2003) nos recuerda que en el año 2001, 56% de los niños nacidos en Ciudad Juárez fueron registrados como hijos de madres solteras, porcentaje muy superior al promedio nacional.

A ello contribuye sin duda la situación de hacinamiento provocada por los bajos ingresos y una infraestructura deficitaria de vivienda, así como el que las parejas tienen en ocasiones diferentes horarios o buscan cubrir tiempos extra, lo que no les permite una relación y un diálogo estables. En estas condiciones los niños no encuentran en sus familias (cuando éstas aún están constituidas), una fuente de valores ni la suficiente comunicación con sus padres y hermanos (Pérez Torres).

Un balance de nuestra economía: estamos ya en condiciones de hacer un balance inicial de nuestro potencial energético ¿Qué producimos? ¿Qué transformamos? ¿Qué retenemos? ¿Qué atraemos? Para facilitar las cuentas hemos venido hablando en unidades de millones de dólares (mdd), a sabiendas que al menos en los primeros siete años del siglo el equivalente en pesos era de entre diez y once pesos por dólar.

Tomando en cuenta que el referente básico, el PNB de México hacia el año 2005, fue de alrededor de 600 mil mdd, sus componentes más importantes eran: la producción petrolera: 100 mil mdd, (25 mil mdd de exportación menos 12 mil mdd en combustibles importados): 100 mil mdd (25 exp. - 12 mil mdd imp.) los salarios paupérrimos de la maquila:

25-30 mil mdd;

las remesas de los co-nacionales viviendo en el extranjero:

25 mil mdd;

las divisas del turismo (aunque los mexicanos


49 al ir al extranjero gastamos 6 mil mdd): 12 mil mdd

(-6 mil mdd);

la producción agropecuaria 25 000 mdd., de los cuales se exportan algunos 8 mil mdd y se importan 10 mil mdd (47% de los alimentos que consumimos)= 3mmdd

25 mil mdd (10 -7= 3

mmdd déficit) la masa monetaria que gira alrededor del narcotráfico venida del extranjero o incorporada localmente:

25-30 mil mdd;

la industria textil, del vestido y del calzado: 17 mil mdd (3,500 mdd de los industriales establecidos, 7 mil mdd de fayuca, ambulantaje, contrabando, reetiquetaje, piratería)

17 mil mdd

la minería, la industria siderúrgica y de la fundición:

10 mil mdd;

la industria del cemento

---

(contrabando 10 000 mdd); OTROS REFERENTES: presupuesto de egresos de la federación 140 000 mdd; gasto programable (lo que queda después de pagar la deuda y el déficit comercial): 95 000 mdd; gasto en educación pública y salud 11 000 mdd... (ver La Jornada, 19 de noviembre del 2002).

Pero una vez presentados los datos gruesos sobre generación y retención de energía, que en realidad no revelan sino lo poco que produce un país como el nuestro y, sobre todo, el poco valor, la poca elaboración que somos capaces los mexicanos de agregar a las fuentes fundamentales de nuestro quehacer productivo, pasemos a analizar estos rubros desde el otro ángulo, el de la densificación o dilución de lo social, que es lo que realmente importa cuando hablamos del grado de modernizasción o de modernidad de una sociedad nacional y que estrictamente hablando constituye otra forma de retención o


50 perdida de energía, de consistencia, en este caso social (actores individuales y colectivos emprendedores, dinámicos, transformadores, consistentes...)

XIII Des-industrialización: los actores centrales. Los actores en el corazón de la moderna sociedad, el empresariado y la clase obrera, pierden peso en el neoliberalismo dependiente. El grueso del empresariado sufre un efecto de dilución, de pulverización, en la medida en que, por una parte, en unas cuantas empresas trasnacionales poderosísimas se concentra el dinamismo y las ganancias mientras que la estructura intermedia empresarial se difumina vencida por una competencia sin fronteras, o desaparece en favor del mundo informal y los talleres clandestinos declarándose incompetente para luchar contra el contrabando, el abaratamiento de los fletes, la subcontratación de procesos otrora integrantes de la cadena productiva fabril.

Citábamos a Héctor de la Cueva y Alberto Arroyo (2002), del Comité Mexicano de Campaña Continental contra el Libre Comercio, asegurando que el contenido nacional de la producción manufacturera pasó del 91% en 1983 al 37% en 1996. Pero esto tiene que ser explicado haciéndonos a la idea de que estamos ante una economía extremadamente des-balanceada. Veámoslo desde el siguiente ángulo: las ventas de las filiales de las 16 empresas trasnacionales más grandes del mundo (solo manufactureras) 15 suman en México 93,700 mdd, lo que equivale a que el 15% del PIB nacional se deba a ellas, unas 4 veces las exportaciones 15

Elektrisola (metales) 13.3 mmdd; General Motors de México (automotriz) 11.4 mmdd; Daimler Chrysler México (automotriz) 8.6 mmdd; Delphi Automotive Systems (automotriz) 7.5 mmdd; Volkswagen México (automotriz) 6.8 mmdd; Nissan México (automotriz) 4,9 mmdd; Sony de México (electrónico) 4.6 mmdd; Samsung México (electrónico) 4,5 mmdd; Ford México (automotriz) 4,4 mmdd; Dawn México International (alimentos) 4,4 mmdd; Delphi Packard Electronics (automotriz) 4.3 mmdd; Hewlett Packard México (computadoras) 4,1 mmdd; IBM México (computadoras) 4.0 mmdd; Grneral Electric México (electrónico) 3.8 mmdd; Lear Holding México (automotriz) 3.5 mmdd; The Coca-Cola Co. México (bebidas) 3.2 mmdd (UNCTAD, Idem).


51 anuales de petróleo de nuestro país. Aquí lo remarcable es que el país que le sigue a México en este renglón es Brasil en donde las 15 empresas trasnacionales más grandes tienen ventas que sólo representan un modesto 2% de su PIB (Organización de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo, UNCTAD, citado en Carrillo, Laura 2004a).

Habría que agregar a lo anterior que tres renglones dan cuenta del 75% de nuestras exportaciones desde la segunda mitad de los años 90: automotriz y autopartes 33%, electrónica 27% y petróleo 15%, de manera que cerca de dos terceras partes de las exportaciones que se realizan desde México son hechas por un grupo altamente concentrado de firmas extranjeras

La industria en el interior de México. Concentrémonos ahora en el impacto interior de las grandes actividades industriales de nuestro país, más allá de la referida industria maquiladora con fuerte absorción de mano de obra (40% de los empleos en la manufactura).

Se pueden fundamentar con relativa facilidad los tres procesos que han caracterizado a la estructura industrial de México: una tendencia a la concentración del capital, una tendencia hacia el control de la mayoría de las ramas industriales por el capital extranjero y su acentuada dependencia de las importaciones.

En el sexenio de Vicente Fox arribaron al país 67 mil mdd de inversión extranjera directa nueva (es decir dejando fuera reinversiones, operaciones entre subsidiarias y otras transacciones). Más de dos tercios de esos recursos se emplearon en comprar empresas que pasaron a ser subsidiarias o filiales de grandes corporativos del exterior, se trata de la venta a extranjeros de empresas ya en funcionamiento, que se acompañan de un bajo impacto en el empleo (si no es que adverso debido a la reorganización productiva y al debilitamiento de la organización gremial). Según Federico Hernández, del Grupo KPMG (compañía


52 global de asesoría de riesgos), “hemos visto el interés de los inversionistas en casi todos los rubros: turismo, servicios personales, autopartes, entretenimiento, artes gráficas, etc.”

Dejando por lo pronto de lado las cuantiosas inversiones en el ámbito financiero (adquisición de Banamex por Citigrup, venta total de Bancomer a BBVA, la de Inverlat a Scotiabank y la de Vital a SHBC, con lo cual el 90% del sistema bancario mexicano ya ha pasado a manos de grupos extranjeros), “los sectores de minería y metal, así como de acero, representaron cerca del 70% del valor de las operaciones de fusión y adquisiciones llevadas a cabo en 2005.” En ese, que es el año más reciente exento de tensiones políticas, fue comprada Minera México por Southern Peru Cooperen 4 086 mdd; Hylsamex por el argentino Techint Group en 2 556 mdd; Transportación Ferroviaria Mexicana por Kansas City Southern Industriesen 662 mdd; Aceros Camesa por Wire Rope of America Inc., en 130 mdd; Office Tower y la Torre Mayor por la alemana DIFA en 101 mdd; Mining Assets por la canadiense Wheaton River Minerals Ltd., en 70 mdd, etcétera (Cardoso y Zúñiga2005). Ya en 2006, Hylsa fue adquirida por Mittal Steel y esta, en sociedad con Arcelor compraron al Grupo Villarreal nada menos que Sicartsa en 1 400 mdd (Zúñiga 2007). 16

Sin embargo para toda una corriente predominante de economistas esto no sería necesariamente un problema en la medida en que, primero, también los empresarios mexicanos en el año 2005 enviaron al extranjero 8 600 mdd 17 (contra 10 300 que entraron en ese mismo año), y, segundo, esas inversiones podrían 16

De manera arto sospechosa y bajo la crítica resignada de muchos empresarios y analistas, Salinas de Gortari vendió Sicartsa al Grupo Villarreal en la increíble ganga de 170 mdd., una decimoquinta parte de los ingresos que tenía anualmente la paraestatal (2 500 mdd.); quince años después es revendida en 1443 mdd (Muñoz Ríos y Torres 2006). 17 Entre las compras que realizaron empresas mexicanas destacan: la adquisición de RMC Group, de Reino Unido por parte de Cementos Mexicanos (Cemex-Lorenzo Zambrano), en 5 501 mdd; Teléfonos de México compró el 50% de la colombiana Telecomunicaciones en 350 mdd y la brasileña Net Servicios de Comunicaciones en 137 mdd; el Grupo Chedraui adquirió las 29 tiendas Carrefour; America Movil (telecomunicaciones-Carlos Slim) adquirió Tim Perú SAC en 505 mdd, así como la chilena SmartCom PCS en 473 mdd; la empresa Créditos compró la mayoría de las acciones de Cydsa en 432 mdd; Industrias CH adquirió la estadunidense Republic Enginneered Products LLC en 395 mdd; etcétera (Cardoso y Zúñiga, 2005).


53 generar una dinamización de las empresas y del empresariado medio y pequeño a su alrededor (de composición necesariamente más nacional). En realidad quienes realizaron esas inversiones de capitales mexicanos fuera del país fueron grandes capitales trasnacionales controlados mayoritariamente por Cementos Mexicanos y Teléfonos de México, y sus efectos sociales (densificación), sobre las economías en donde fueron colocados son exactamente igual de nocivos que el resto de todas esas inversiones de la estratosfera globalizadora (el desplazamiento de otros empresarios es el mismo, los salarios pagados a los trabajadores están dictados por la competitividad en el mercado mundial). Repasemos sin embargo el segundo argumento: el supuesto impacto dinamizador que esas inversiones generan en su entorno.

La industria automotriz y de auto partes. Viene al caso recordar que en este terreno hay toda una corriente de la economía contemporánea basando el futuro del desarrollo industrial y manufacturero en un esperanzado fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes y Pymes). Se argumenta que desde el momento en que los avances tecnológicos en transportes, nuevos materiales, control computarizado de mercados, stoks, contabilidad, etcétera, han dado paso a la desconstrucción de la cadena centralizada y continua del fordismo haciendo posible la subcontratación de una infinidad de procesos, momentos y componentes de la producción, se ha hecho factible que las dimensiones de las plantas y unidades económicas puedan ser mucho menores, facilitándose la proliferación de las Pymes y las Mipymes (Ruiz Duran 1997 y 1999, Dussel Peters 1997, 2001 y 2002, Alburquerque 1996, Boisier 1992, Carrillo 2001, Moncayo 2002, Alva 2003...).

Esto ha fomentado la aparición de muchas regiones, sub-regiones, cuencas y clusters 18 (glocalización se le ha llamado, haciendo jugar los referentes global y local), en donde coexisten grandes empresas con exitosas unidades más 18

Los clusters son concentraciones geográficas de firmas e instituciones interconectadas en un determinado sector. Comprenden una gama de industrias y otras entidades importantes para la competitividad, ligadas entre sí.


54 pequeñas que pueden estar ligadas entre sí, aunque pueden igualmente ser proveedoras de clientes en puntos distantes. Se citan entonces los ejemplos ya bastante conocidos del norte de Italia, en la Emilia-Romaña y la Padania; de California y el Sylicon Valey; del Valle del Cauca y el departamento de Antioquia en Colombia; de la provincia de Concepción y la cuenca del Bio bio, en el sur de Chile; del departamento de Santa Cruz en Bolivia; de la región de Shutoken en Japón (Tokio y las tres prefecturas inmediatamente adyacentes, que si fueran un país se encontrarían entre los primeros diez PIB’s del mundo); de BadenWürtemberg, en el alto Rin alemán; del triángulo de crecimiento de Singapur, Johore (en Malasia) y las vecinas islas de Rian (Indonesia); de San Diego y Tijuana, etcétera.

Se trata, sin duda de ejemplos exitosos, y la lista puede ser muy grande, pero conviene no obstante moderar el optimismo, pues en muchas otras regiones de globalización salvaje la cruda realidad es que, en torno a una gran empresa, se forman una serie de subsidiarias o subcontratantes, como en el caso de la Volkswagen del Valle de Puebla, hacia las que transfiere y en las que descarga muchas de sus obligaciones con respecto al medio ambiente, laborales, fiscales, etcétera (a sabiendas de que esas subsidiarias, para ser competitivas, no cumplirán tampoco con esas obligaciones): “el trabajo se ha vuelto cada vez más precario, explica Huberto Juárez Núñez (2003), pues las empresas realizan la mayor parte de sus procesos en firmas subcontratantes donde los salarios representan sólo la mitad y en algunos casos, como en Puebla, hasta una tercera parte de lo que pagan las ensambladoras.” Y Jennifer Blair (2001) completa el cuadro explicando que “la industria del vestido se encuentra en gran parte en la trayectoria descendente que lleva de fabricante a maquilador... El boom que las exportaciones mexicanas han experimentado en los años recientes significa que son enormes las posibilidades de que las Pymes acaben convirtiéndose en submaquiladoras de empresas más grandes”.


55 Así, en lugar de que veamos un panorama en el que proliferan pequeños y medianos empresarios prósperos, tenemos una realidad en la que los salarios se ven cada vez más deprimidos y en la que asistimos a la sustitución de una derrama de densificación por una derrama de dilución y anomia: “el bajo nivel salarial, concluye Enrique Dussel (2001) a partir del estudio de algunas Pymes con buen desempeño, constituye una de las más importantes razones de éxito, si no es que la principal, de las empresas analizadas, y particularmente de aquellas vinculadas directa o indirectamente con procesos de exportación.”

Arturo Alcalde (2003), asesor jurídico de la Unión Nacional de Trabajadores asegura que la subcontratación se ha generalizado, pues en lo que va del sexenio 49% de los nuevos empleos no cuenta con prestaciones básicas, se elevó la contratación por honorarios y se están conformando plantas laborales donde el 60 ó 70% del personal es de confianza. Lo que alguna vez fue una planta laboral con un 25% de trabajadores sindicalizados en el país, hoy sólo cuenta con 12% en esa condición.

Al lado de esto hay que tener en cuenta que el volumen de ocupación que genera la industria automotriz terminal y de motores es en realidad muy bajo; regularmente los datos a este respecto mezclan a los trabajadores de la industria terminal con los que laboran en las empresas propiamente maquiladoras. Con ello se trata de ocultar esta gran debilidad en el empleo. En efecto, el número de trabajadores laborando en la industria automotriz terminal, ascendía a sólo 11,600 en el año 2001; increíblemente 1,800 menos que en 1993, en una industria de tal dinamismo. Sin embargo, vista en su conjunto, es decir, tomando en cuenta al complejo de plantas subcontratistas y maquiladoras que dependen de ella, la cifra de trabajadores aumenta a 400 mil (Asociación Mexicana de la Industria Automotriz, citado en Márquez Ayala 2003). La propuesta de las micro-regiones, del desarrollo local y de las Pymes y Mipymes corre el riesgo de volverse una ideología que termina encubriendo una realidad deplorable, una especie de maquila de la maquila o periferia de la periferia; así,


56 cuando la Volkswagen despide 2 mil obreros se calcula que sus plantas subsidiarias podrían despedir entre dos y tres veces esa cantidad. 19

Pero hay algo más, en nuestro país la gran mayoría de esta periferia productiva, de estas subsidiarias y subcontratistas también está bajo control y propiedad de compañías extranjeras (principalmente en lo que se refiere a la industria automotriz y de autopartes). Es más, en ciertos renglones como el de autopartes (no el automotriz terminal), ha habido una regresión, en la medida en que hacia 1977 la relación entre empresas maquiladoras mexicanas y extranjeras era de 22% y 78% respectivamente, mientras que en 1999 el 100% se encontraba ya bajo el control de estas últimas (Carrillo 2001).

Así pues, en muchos países está de moda el estudio de lo glocal, de ciertas regiones en donde pequeñas y medianas empresas han logrado algún éxito en su articulación con grandes firmas, pero incluso los investigadores dedicados a estos excepcionales casos de relativo éxito, se han visto obligados a aceptar que “su futuro a mediano plazo es más bien incierto, ya que es muy probable que entren al mercado los grandes competidores extranjeros en diversos nichos de producción”.

Medianas y pequeñas empresas no ligadas al sector exportador. Es necesario constatar que tampoco en las empresas medianas y pequeñas no ligadas al sector exportador el panorama es halagüeño: ¿cuántos talleres clandestinos, cuántas costureras en sus domicilios y qué grado ha alcanzado la explotación extrema en esos espacios familiares de la subcontratación en la industria del vestido, de la alimentación, de los productos del cuero y el plástico, de los juguetes y las baratijas...? ¿Cómo medir la magnitud de ese dilatado universo de la informalidad y la subcontratación, en la transformación y en el comercio, en una economía que

19

Del 2000 al 2003 la recesión fue tremenda, pues firmas como Volkswagen, que domina un 20% del mercado, se vieron obligadas a recortar en cerca de un 40% su planta laboral al despedir a unos cuatro mil 500 trabajadores, al tiempo que anunciaba que ha abierto plantas en Shangay y en Changchun, China, en donde sus contrataciones ya alcanzan los 18 mil obreros” (Juárez Núñez 2003).


57 paradójicamente se achica, que excluye, que inventa sus propias estadísticas, que corrompe a intelectuales, medios de comunicación y profesionales para generar una imagen positiva de este proceso de apertura indiscriminada, de déficit de energía, de regresión humana? Vale la pena reseñar en este punto los dos ejemplos más sobresaliente de la industria tradicional de la subcontratación en México que son los pequeños y medianos talleres ligados sobre todo a la producción de textiles y la confección de prendas de vestir, por un lado, y a la producción de cuero y al calzado, por el otro.

Producción de textiles y confección de prendas de vestir. La industria del vestido contaba, en los inicios del TLC, con 350 mil empleos y pasó a 750 mil hacia el año 2000, después, en los primeros tres años del siglo presente, perdió 200 mil empleos y se calcula que en el 2004 perderá otros 70 mil (Rivero 2003, 2004). 20

El vestido (incluidos el calzado y los productos asociados del cuero y del plástico), es sin duda el renglón manufacturero más sensible a las nuevas características de la globalización en la medida en que está expuesto a los siguientes impactos: Primero, estamos hablando del tipo de mercancía que más bajos fletes puede pagar (por tratarse de una materia ligera y poco sensible a los cambios de temperatura o de humedad), y eso abate severamente los costos y repercute sobre la capacidad de negociación de los productores medianos y pequeños en países menos competitivos, así como sobre las condiciones salariales; Segundo, el manejo de los mercados globales está acaparado por una pequeña cantidad de firmas, de manera que los pequeños y medianos productores tienden a convertirse en maquiladores de

20

“El 90% de los empleos perdidos, aseguró el dirigente empresarial citado en el texto, son de mujeres que en la mayoría de las veces son el soporte de sus hogares por tratarse de madres solteras” (Rivero 2004).


58 esas grandes empresas viéndose obligados a bajar sus costos (maquila de la maquila y maquila a domicilio); Tercero, es en las prendas de vestir y en los productos textiles en donde

se

han

disparado

exponencialmente

los

índices

del

contrabando, la subfacturación y la reetiquetación, es decir, el comercio de mercancías producidas en regiones con bajísimos costos fiscales, laborales, etc., pero cuyas etiquetas son alteradas de manera que puedan acceder a mercados en donde existen tratados de intercambio con bajos o nulos aranceles; Cuarto, es en este ramo en donde con mayor facilidad tiende a proliferar la piratería, el empleo ilegal de las marcas prestigiosas, lo que

vuelve

prácticamente

inaccesible

el

mercado

para

los

empresarios nacionales cuyos productos no gozan de ese prestigio y cuyos costos de producción son mucho más elevados.

La Confederación de Cámaras Industriales y el Consejo Coordinador Empresarial se declararon, a finales del 2003 incapaces para detener el contrabando, la piratería y el comercio informal de prendas de vestir en el país, poniendo de manifiesto que a través del mercado del vestido se valoran 17 mil millones de dólares anuales, pero que los industriales establecidos sólo venden 3 mil 500 millones; visto de otra manera, de cada diez prendas que se venden, seis son de origen ilegal. Según Rosendo Vallés Costas, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Textil, las 200 mil plazas que se perdieron en los años 2001-2002, en la cadena de fibras, textiles y confección, representan el cierre de 200 de las plantas y el 20% de los empleos de esta industria y la reducción a 60% de la capacidad instalada (La Jornada, 25 sept., 2003). 21

21

En febrero del 2004, Raúl García, director general de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, coincidía en que en los últimos tres años se habían perdido 185 mil empleos y que de no tomarse medidas extraordinarias, en el 2004 se perderían otros 70 mil empleos” (Reforma, 8 feb. 2004).


59 Según un estudio de la OMC, “The Global Textil and Clothing Industry post the Agreement on Textil and Clothing”, a partir de la eliminación de cuotas de importación del comercio textil en el mundo, prevista para el primer día del 2005, China podrá llegar a acaparar el 50% del mercado de ropa de los Estados Unidos, siendo que hasta antes de esta fecha sólo dominaba el 16%; la India pasaría del 4 al 15%; mientras que México bajaría su participación del 10 al 3% de ese mercado; el resto de América Latina decrecería del 16 al 5% (Carrillo, 2004b).

Producción de Cuero y calzado. En El Bajío se han producido desde la época colonial la abrumadora mayoría de los artículos de cuero y calzado. Eso provocó que la industrialización a partir de 1940 se basara en pequeñas unidades productivas más que en la concentración de grandes plantas: el 93% del empleo manufacturero correspondía a la pequeña industria en la década de los ochentas (Alba 1986, citado en Escobar y Rocha 1988). De ahí la importancia que los antropólogos han prestado a las redes de trabajo a domicilio y a los vínculos entre las grandes industrias de calzado como la Canadá (donde laboraban 7000 obreros hacia los años ochenta) y los pequeños talleres.

Sin embargo, desde los años ochenta se observa un proceso de informalización que revirtió la consolidación de estas empresas, compuesto por tres tendencias: “la creciente clandestinidad de los talleres, el rápido avance del trabajo a domicilio, la reubicación de esos talleres y de las redes de maquila hacia la periferia (urbana), y por último, la creciente dependencia del taller con respecto a la mano de obra doméstica y familiar” (Escobar y Rocha 1988). Surgió poco a poco un estrato de acaparadores más seguros en su entrega de productos a las grandes empresas y ello aceleró el proceso hacia la clandestinidad, la pauperización, la periferización y la “parentelización” de los talleres, manteniéndose alejados del IMSS, de los sindicatos y de los tribunales; pero claro, esto significó paralelamente la intensificación del horario de trabajo y la reducción de los salarios mínimos reales en cerca de un 40% entre 1982 y 1985: “Los problemas que surgieron a partir de 1982, cuando no provocaron el cierre definitivo del taller, condujeron en


60 ocasiones a uno ficticio con el fin de operar de manera clandestina”, pudiendo de esa manera sobrevivir en la nueva situación (Escobar y Rocha 1988).

León, por ejemplo, debido a la depresión vio reducir dramáticamente sus ventas a partir de 1987, por la entrada al GATT y la caída consecuente de las tarifas de exportación (hasta una décima parte), lo que permitió que se incrementara la entrada de zapatos al país de 700 mil a más de 3 millones de dólares en sólo un año. Así, entre 1985 y 1989, el estado de Guanajuato perdió cerca de 10 mil empleos manufactureros en el calzado; y es que los salarios en esta región, de alrededor de 2.10 dólares la hora, resultaron elevados para la media internacional (Darling 1990).

Por su parte, la Cámara Nacional de la Industria del Calzado nos hacía el siguiente balance: la producción nacional de calzado pasó de 280 millones de pares a principios de los noventa a 210 en 1999, 190 en el 2000 y 170 en el 2002. La estimación para el 2003 fue de 150 millones. Al lado de esto, en la segunda mitad de los noventa exportábamos alrededor de 20 millones de pares de zapatos, hacia el año 2000 las exportaciones bajaron a 16 millones de pares y en el 2002 sólo fueron 11 millones. En contraste, las importaciones legalmente registradas pasaron de 5 millones en 1996 a 10 millones en el 2000 y a 23 millones en el 2002 (Pastrana 2003).

Se estima que algún 25% de los zapatos que se consumen en México anualmente entran al país de contrabando, principalmente de China, y en su mayoría son comercializados en el mercado ambulante: “no hay una estrategia nacional como en Brasil, considera Eduardo Mizrahi, presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Calzado, en donde se realizan ferias permanentes para capacitar a sus productores y se prohíbe la exportación de cuero crudo para agregar valor a los productos”. En los últimos dos años esta industria sólo le da empleo a 90 mil personas en nuestro país, siendo que podría duplicar su producción, capacitando


61 a los industriales y combatiendo con decisión el contrabando y la corrupción aduanal (Zúñiga, 2003).

Tenemos así, en todas estas ramas industriales incluida la textil y del vestido, pequeñas unidades de trabajadores, no declaradas legalmente, sin ninguna protección, en una red más bien dispersa y no ya en espacios compartidos de socialización laboral. Trabajo en el medio doméstico más que en las fábricas, múltiples intermediarios entre los trabajadores y el capital, segmentación según edad y género (gran cantidad de mujeres jóvenes con baja escolaridad), y, en muchos casos, disgregación según pertenencia étnica o situación migratoria, generan una heterogeneidad creciente de la masa laboral, una enorme distancia entre el trabajador y la estructura lógica de apropiación del producto, de manera que las posiciones de clase no se corresponden más entre sí: “vamos a encontrar mujeres cosiendo en el hogar ligadas, a través de un ‘amigo de la familia’, a un intermediario que vende esos productos a algún departamento de una gran tienda” (Portes, Castells y Benton 1989). Nuestra época parece, en efecto, oponer, a la imagen casi extinta del sólido obrero sometiendo en grupo al metal en la gran fundición y educado política y sindicalmente, la imagen de la frágil joven sin preparación maquilando en la promiscuidad de su hogar.

Es cierto que el incremento del trabajo femenino como estrategia de sobrevivencia entre los pobres urbanos ha tenido costos muy altos que no garantizan mejores condiciones de vida, pero también es cierto, que esto encuentra un ambiente favorable, como nos lo recuerda Rocío Enríquez (2003), porque “las mujeres buscan un trabajo que pueda realizarse en el propio domicilio o cerca de éste”. Y es natural, sobre todo cuando no cuentan con el apoyo familiar para ausentarse lejos del hogar y durante largas horas, descuidando a los hijos. Lo cierto es que poder desempeñar una actividad, aunque sea mal remunerada, en casa o cerca de casa con un horario flexible se vuelve preferible para la mayoría de las mujeres frente al modelo maquilador, en donde los obreros se trasladan grandes distancias


62 y están sujetos a horarios y cadencias totalmente fuera de su control (Escobar 2001).

Siderúrgica y fundición. No podemos aquí detenernos en cada una de las ramas de la industria pues eso exigiría una investigación minuciosa en áreas como la siderúrgica que generó, en el 2002, algunos 10 mil mdd, y empleó directamente a 52 mil trabajadores. Habría que investigar qué cambios en el tipo de empleo se han operado ahí y de qué manera están ligados a esta industria los 550 mil mexicanos que según José Antonio Gómez Urquiza, director general de la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y el Acero, se encuentran involucrados de manera indirecta a estas actividades (Reforma, 13 de feb., 2003), entre las que destaca la industria de la fundición, es decir, la producción de piezas de todo género, desde monobloks para el sector automotriz hasta máquinas-herramientas, piezas para muebles, codos, niples, etcétera. La rama de la fundición, de la que dependen directamente 120 mil familias y 20 mil más de manera indirecta, según Roberto Romo, presidente de la Sociedad Mexicana de Fundidoras, ha despedido 40% de su personal entre 2001 y 2003. En ese lapso cerraron 450 fundidoras debido, entre otras cosas, a la caída de las exportaciones automotrices y de la demanda en general, así como a los altos costos de la electricidad que representa entre el 5 y el 10% de los insumos (Reforma, 13,V,2003).

Panorama general. El siguiente dato nos proporciona una panorámica de las causas de la desindustrialización y del desorden productivo de nuestro país: “Al menos 4 mil empresas cerraron durante el 2003, acumulándose una pérdida de 700 mil empleos en lo que va del siglo, a lo que contribuyó principalmente el alto precio de sus insumos energéticos, advirtió Nelson Arismendi, presidente de la comisión de energéticos de la CONCAMIN; se trata de empresas ubicadas en la zona noreste del país, en los sectores químico, petroquímico, textil, de aceites, vidrio y siderúrgica”. El pronunciado aumento en el gas natural se refleja también en alzas a la electricidad, ya que una tercera parte de ésta se genera con


63 hidrocarburos y, para la mayoría de esas industrias el fluido eléctrico representa el 25% de sus costos de producción.

Resulta irónico que no representen una ventaja comparativa los energéticos en un país con alta producción petrolera y reservas de gas natural, y que los industriales mexicanos (o produciendo en México) paguen por la electricidad 31% más que sus similares de Estados Unidos, e inclusive, que los precios del hidrocarburo en nuestro país hayan superado a los de países no productores como Bélgica o Irlanda, en donde el combustible se vendió entre 2.60 y 3.80 dólares por millón de BTUs contra 4 dólares en México (Reforma, 28 y 29 de enero, 2004).

Si bien en este espacio es imposible desglosar cada rama de la actividad económica, podemos recurrir al menos a los grandes indicadores de la densificación-dilución social:

- Al desglosar los despidos de más de 308 mil trabajadores que tuvieron lugar entre diciembre del 2000 y enero del 2003, se descubre que 217 mil eran permanentes y 91 mil eventuales; las plazas que se han creado, según Raúl Jiménez Lescas, son en su mayoría por tiempo definido y no de base, de manera que en realidad habría alrededor de 600 mil empleos menos en la economía formal en la primera parte del sexenio de Vicente Fox. En un balance completo de esos seis años, el Reporte Laboral de México, elaborado por el Instituto de Política Económica de Washington, concuerda en que dos tercios de los empleos creados corresponden a plazas en las que sus ocupantes aceptaron trabajar sin ninguna prestación social, y tres de cada cuatro de esos puestos se crearon en micro-unidades de hasta cinco trabajadores, caracterizadas por magros ingresos, baja productividad y escaso nivel tecnológico (Salas 2007). - De los 42 millones 89 mil integrantes de la población ocupada en el país en junio de 2004, 60% percibían hasta tres salarios mínimos o menos (Zúñiga, 2004). Al lado de eso, el número de asegurados en el IMSS cayó de 11


64 millones, 063 mil en septiembre del 2000, a 10 millones 640 mil en septiembre del 2003 (Márquez Ayala 2003b), pero de ellos sólo el 2.3% ganan entre 10 y 15 veces el salario mínimo, ingreso suficiente, según diversos académicos y organizaciones sindicales, para adquirir los productos de la llamada canasta indispensable, incluidos alimentos, vestido y educación (Martínez, F, 2004). Si ampliamos un poco el espectro, tenemos que sólo alrededor del 10% de la población ocupada (4.4 millones de personas), recibe salarios superiores a cinco veces el salario mínimo y ellos son los principales depositarios de la carga fiscal en la medida en que la base tributaria del país, según la Secretaría de Hacienda,

está

compuesta por sólo 7 millones y medio de personas (Márquez Ayala 2003b y Reforma, 15 de enero del 2003).

- A pesar de que aumentó en poco más de un millón la población ocupada en el país entre 2002 y 2003, de acuerdo con la encuesta del INEGI y la Secretaría del Trabajo, el número de trabajadores que perciben más de 5 salarios mínimos disminuyó de 4 millones 774 mil a 4 millones 435 mil, es decir, hubo una disminución de 339 mil trabajadores en esos niveles relativamente elevados de ingreso (Ref. 14 feb. 2004).

- En el año 2000 cerca de 20 millones de mexicanos se empleaban en la economía informal 22 según la Secretaría del Trabajo (50% de la Población Económicamente Activa del país, que ascendía a 40 millones de personas); 22

Reproduzcamos la definición que Naciones Unidas en su manual del Sistema de Cuentas Nacionales da a este respecto: “El Subsector Informal puede describirse como un conjunto de unidades dedicadas a la producción de bienes o servicios con la finalidad primordial de generar empleo e ingreso para las personas implicadas. Estas unidades se caracterizan por funcionar con un bajo nivel de organización, con poca o ninguna división entre el trabajo y el capital en cuanto a factores de producción y a pequeña escala. Las relaciones laborales, cuando existen, se basan generalmente en el empleo ocasional, en el parentesco o en las relaciones personales y sociales y no en acuerdos contractuales que supongan garantías formales. “Las unidades de producción del subsector formal presentan los rasgos característicos de las empresas de los Hogares. Los activos fijos y los activos de otra clase utilizados no pertenecen a las unidades de producción sino a sus propietarios. Las unidades como tales no pueden realizar transacciones, ni intervenir en contratos con otras unidades, ni contraer pasivos en nombre propio. Los propietarios tienen que conseguir la financiación necesaria asumiendo ellos el riesgo y han de responsabilizarse, sin límites, de cualquier deuda y obligación contraída en el proceso de producción. En muchos casos resulta imposible distinguir entre los gastos correspondientes a la producción y los que corresponden al hogar. Análogamente, ciertos bienes de capital como los edificios y los vehículos, pueden utilizarse indistintamente por la empresa y por el hogar.” (citado en Márquez Ayala 2003a).


65 pero en junio del 2003, según un estudio de Banamex esa cifra había alcanzado el 62.7%, es decir alrededor de un 12% más (Fernández-Vega 2003a). Solamente en las zonas urbanas, según un análisis posterior de las instituciones financieras Banamex-Citigrup, las actividades informales de la economía se elevaron a 19.5 millones, lo que representa el 63.3% de la PEA urbana (Zúñiga 2003).

A su vez, el 49% de la población urbana

ocupada según la misma institución, carece de cualquier tipo de prestaciones (vacaciones pagadas, aguinaldo, reparto de utilidades).

- Más de 900 mil profesores de enseñanza básica se han movilizado en los últimos años para obtener por lo menos seis salarios mínimos ya que los menos pagados apenas superan los cuatro salarios mínimos. Si la clase que educa a los mexicanos no logra una densificación por sí misma, cómo podemos pensar en una superación cultural y humana a través del sistema escolar (pero al mismo tiempo con qué pagarlos en esta economía crónicamente deficitaria).

- Es interesante, en fin, hacer notar que si bien la PEA ascendió de alrededor de 30 millones en 1990 a cerca de 40 millones en el año 2000 (33%), los “servicios domésticos”, a pesar de las quejas de las clases adineradas sobre la extinción de la ayuda doméstica, aumentaron en un 80%, pasando de 977 mil, a un millón 771 mil (Salas y Zepeda 2003).

XIV La cuestión agraria La Unión Europea, al igual que Japón, Austria, Corea del Sur y Suiza, se han opuesto a la liberación agrícola planteada por los norteamericanos con argumentos en torno a la seguridad alimentaria y, básicamente, al empleo. Y es lógico que el viejo continente, que aloja cinco veces más agricultores que los


66 Estados Unidos, no vea ningún incentivo en liberalizar el mercado y tener que echarse a cuestas un subsidio directo a los ingresos de su importante sector campesino (para evitar su desbandada), y muy probablemente la caída de la gran riqueza de su tradición culinaria (¿Coq au vin y Bordeaux o Cocacola y Mac Donald's?). Así pues, no obstante su elevado costo esta agricultura permitió a millones de campesinos una integración a formas modernas de producción y de consumo evitando que se convirtieran en factor de atraso y de dualismo estructural. Si Europa tiene un porcentaje poblacional ligado al campo cinco veces más grande que los Estados Unidos, México lo tiene quince veces mayor desde el momento en que viven en nuestros conglomerados de hasta 2,500 habitantes uno de cada cuatro mexicanos.

Pero claro está, estas políticas que defienden la salud de lo social en los países centrales, repercuten de manera muy negativa en los países en vías de desarrollo: según el Instituto Internacional de Estudios de Políticas Alimenticias, el dumping que representan los subsidios agrícolas de los países ricos a sus agricultores, acarrea perdidas por cerca de 24 mil mdd al año en los países en vías de desarrollo, y la Unión Europea es el principal responsable. Si se eliminaran esos subsidios, los países del sur triplicarían sus exportaciones agrícolas hasta alcanzar 60 mil mdd calcula este estudio (citado en La Jornada, 27, agosto, 2003).

Nosotros somos competitivos en hortalizas, frutas y flores, mariscos, cerveza y tequila de las que exportamos unos 5 mil mdd anuales, el 80% de nuestras exportaciones agropecuarias, aunque en las más importantes agro-exportadoras (Dole, Chiquita, Fisher, Del Monte y las tequileras), no participan capitales nacionales o sólo lo hacen minoritariamente (Quintana, 2002). Pero es importante tener en cuenta, como lo ha afirmado desde hace mucho tiempo José Luis Calva (1991) que “ni siquiera la décima parte de la superficie que perdamos de cultivos básicos podría canalizarse a la siembra de hortalizas y frutales para la exportación a Estados Unidos. Los mercados para estos productos no son ilimitados. Nosotros cubríamos ya en el decenio pasado, el 70% de las importaciones estadounidenses


67 de hortalizas. Si aumentáramos considerablemente nuestra oferta de mercancías agrícolas exportables bien pudiera ocurrir un desplome de los precios en el mercado norteamericano...” 23

No somos competitivos, sin embargo, en casi ningún otro renglón agroalimentario. ¿Por qué entonces llevamos adelante acuerdos comerciales en paquete, es decir, fronteras abiertas para todos los productos, como en el TLC? Ténganse en cuenta, además los siguientes elementos: en México cada hectárea de maíz rinde sólo 2.2 toneladas, contra 8.2 en EU; los subsidios anuales al agro son de 3 mil 500 mdd aquí, contra 20 mil mdd en EU; nuestros fertilizantes, electricidad, diesel y gas tienen costos superiores hasta en 60%, y el gobierno mexicano promueve el dumping contra sus propios productores no cobrando aranceles por la entrada del maíz que excedió las cuotas de importación por un total de 1300 millones de dólares entre 1995 y 2000 y por 429 millones de dólares del 2000 al 2002. Y todo esto sucede al tiempo que los productores mexicanos de granos básicos y de otros bienes del agro vieron, en esos mismos periodos, colmadas sus bodegas sin esperanzas de venta, o simplemente no cosecharon sus productos ante el derrumbe de los precios. El resultado fue la caída de los precios de los productos básicos de nuestra agricultura: entre 1995 y 1999, a precios reales, el maíz y el trigo bajaron en 45% y el del sorgo en 55% (el frijol 40% entre 1990 y 99), mientras tanto, las semillas y el fertilizante aumentaban entre un 50 y un 60%. 24

Cínicamente podríamos decir que si tan barato resulta producir los granos básicos en los Estados Unidos lo mejor sería traer todo de allá, pagándolo con una parte del petróleo que les vendemos, pero obviamente esto no funciona así pues los 23

Es algo que ya vivieron dolorosamente los africanos: “seducidos por la Comunidad Económica Europea que les ofreció granos baratos con créditos ‘blandos’ e incluso granos regalados (ayuda alimentaria), varios países africanos se dedicaron a producir cultivos de exportación y a desatender de manera drástica su producción de alimentos para el consumo interno, hasta casi desaparecerla. Sobrevino entonces un desplome brutal de los precios internacionales de sus productos exportables (cacao, cacahuate, banano, etc.) y los países entrampados se vieron sin alimentos producidos in situ y sin recursos para importarlos.” (Calva 1991). 24 La soberanía económica de México en riesgo, Comisión de Desarrollo Rural de la Cámara de Diputados, citado en La Jornada, 28 de noviembre, 2002. Véase también “El campo en cifras”, Masiosare, suplemento de La jornada, 12 de enero, 2003.


68 norteamericanos no subsidian a sus agricultores para alimentar al mundo. Si bien es cierto que importamos el 47% de los alimentos que consumimos, sólo una cuarta parte del maíz que necesitamos es importada y como en tantos otros productos, pero particularmente en los granos básicos, esos bajísimos precios subsidiados sólo tienen como objetivo influir, a su vez, en el abatimiento de los precios de los productos ofrecidos por agricultores pequeños y medianos de nuestro país. 25

Un gran golpe a la densificación social lo constituyó el hecho de que desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), se impulso la elaboración de la tortilla a partir de harina industrializada en lugar de la masa de nixtamal en la que molineros y tortillerías jugaban un papel clave. Se redujo drásticamente la importancia de estos últimos en lo que se conoció como la guerra de la tortilla y, ya para el 2003, 49% de la producción de tortillas estaba en manos de las grandes industrializadoras, de entre las cuales Gruma controlaba el 70%.

Esto se combinó con la desaparición de la CONASUPO, pactada en el TLCAN, que cumplía un papel de regulación acopiando, estableciendo precios de garantía, distribuyendo, importando grano, lo que dio paso a que las grandes comercializadoras en su mayoría extranjeras, procesadoras de productos básicos para el mercado interior mexicano (Minsa, Gruma, Corn Products International, Anderson Clayton, Cargill, Pilgrims Pride, Maseca, Bachoco, Purina, Bimbo, Nestlé, Sabritas...), le compraran a precios deprimidos a los productores mexicanos el maíz, el sorgo, el trigo, el frijol... mientras vendían sus productos, después de un procesamiento no tan elaborado técnicamente, a precios cada vez más elevados: mientras que a precios reales el maíz cayó en un 45% en cinco años, el costo de la tortilla (75% del consumo de calorías de 45 millones de pobres), pasó de 1.90 pesos por kilo en 1998 a 3.50 en 1999 y a 5.50 en 2003. 26

25 26

Sobre este tema véase el excelente libro de Blanca Rubio (2001). La Jornada, 11,II,2003 y Blanca Rubio (2001).


69 Al lado de esto, son esas empresas las que acaparan entre el 60 y el 80% de los recursos destinados al campo por el gobierno mexicano, potenciando además sus ganancias al trabajar en red con las grandes cadenas trasnacionales de comercio al menudeo que antes se encontraban en manos mexicanas, modificando los patrones de consumo (Wal Mart, Cotsco, Sam’s Club, Auchan, Carrefour...). 27

El alza descomunal de los precios del maíz y de la tortilla que se desató en el 2007 se explica en este contexto: las grandes comercializadoras habían adquirido a mil 350 pesos por tonelada una buena parte de la cosecha de maíz del año previo en Sinaloa, la entidad que produce la mitad del grano mexicano. Manipulando la oferta de esas enormes existencias lograron vender ese mismo grano, en la ciudad de México, a 3 mil 500 pesos, con una ganancia de más de 2 mil pesos por tonelada. 28

Es cierto que el precio de este producto en el mundo se ha encarecido debido a su uso en la producción de etanol y debido al incremento de los insumos básicos para su producción (diesel, electricidad y gasolina), pero el salto especulativo que sufrió a inicios de ese año al pasar el kilo de tortilla de seis a diez pesos no tiene correlación alguna con estos dos factores de incremento de los precios.

Ahora bien, el gobierno mexicano respondió a esta alteración inflacionaria abriendo las fronteras a la importación del grano con cero por ciento de aranceles. Importó maíz amarillo y maíz blanco de Estados Unidos (“y de donde se pueda”), para controlar el precio y no hizo acompañar esa medida con ninguna política que permitiera a los productores mexicanos incentivar su producción, es decir aprovechar el alza en los precios, lo que hubiera redundado a mediano plazo en una paulatina autonomía alimentaria, sino que le regaló esta ventaja de mercado a los mismos especuladores que habían provocado el alza del precio en la medida

27 28

“La Guerra de los alimentos”, La Jornada, 22, oct, 2002. “Alejandro Nadal, “Maíz, cosechar tempestades”, La Jornada, 17 de enero 2007.


70 en que serían ellos y nadie más los encargados de comercializar las importaciones masivas. 29

Qué manera de desperdiciar una oportunidad para fortalecer (densificar) a los empresarios nacionales no monopolistas de nuestro país (pero nuestros gobiernos de la era neoliberal no piensan en términos sociales, porque nunca les enseñaron en los centros educativos del imperio a pensar de esa manera, obviamente, y porque los compromisos del presidente entrante Calderón eran demasiado fuertes con los grupos monopolistas que lo llevaron fraudulentamente a la presidencia de México). Como lo ha establecido Alejandro Nadal, “Maseca, la más grande compañía de harina de maíz en México y en el mundo, espera que después de este suceso salgan del mercado muchos molineros y productores de nixtamal para quedarse con esa franja del mercado. Hoy Maseca ya cubre el 50% del mercado nacional de tortilla y con estas prácticas predadoras contempla quedarse con la totalidad del mercado.”

Es más, algunas hipótesis atendibles se han levantado, estableciendo que la burbuja especulativa del precio de maíz y de la tortilla no sólo favoreció a las grandes compañías extranjeras acaparadoras y comercializadoras, sino que estuvo orquestada para que los granos básicos entraran al país masivamente y sin aranceles, pretextando la situación de emergencia, de manera tal que el arancel cero, del maíz, frijol y leche, proyectado en el TLCAN para el 2007, fuera adoptado calladamente y sin mayor resistencia por la opinión pública del país y por las organizaciones de productores nacionales de granos básicos y de leche. 30

29

Luego quiso rectificar admitiendo que cada pequeño molinero podría importar directamente hasta mil toneladas de maíz blanco (con un tope de 200 mil), del país que pudiera encontrarlo. Pero claro, esta labor resultó muy ardua para unos productores con poco entrenamiento en el mercado internacional y tomando en cuenta la dificultad de coordinación y asociación que supone el que un barco tiene capacidad para transportar 25 mil toneladas (Matilde Pérez, “Molineros podrán importar hasta 200 mil toneladas de maíz blanco”, La Jornada, 17 de eneero, 2007. 30 Álvarez-Buylla, María Elena, “Estrategia errónea, la importación de grano”, La Jornada, 16 de enero de 2007.


71 Las agroindustrias de exportación ganan, las grandes empresas orientadas al mercado interior, ganan. Nuestros productores medianos y pequeños pierden, el campesinado emigra o se acantona en el autoconsumo de subsistencia con ventas desventajosas de sus excedentes, en ese medio en el que de todas maneras ocho de cada diez mexicanos vive en la pobreza y dos de cada tres en la extrema pobreza.

Poco importa pues desde el ángulo de la macro-economía el asunto del mejoramiento de la calidad de vida de la gente (de la densificación), pues desde ese ángulo, que es el de la globalización y de las ventajas comparativas, ya desde el varios sexenios anteriores, doblar los apoyos al campo en un mercado abierto, haciéndolos pasar de 4 mil a 8 mil millones de dólares (algo cercano al uno por ciento del PIB), es una tontería, un desperdicio de recursos: “cuántas veces más habremos de escuchar lamentaciones, les reclamaba el secretario de agricultura a las organizaciones campesinas el 6 de enero del 2003”, al tiempo que una semana más tarde el secretario de economía, Fernando Canales Clariond, explicaba a los mismos interlocutores que “los campesinos tendrían que reconvertirse en trabajadores de industria o en verdaderos empresarios, particularmente los productores pobres de maíz y de frijol” (Reforma, 22, enero, 2003).

Lo que dejaban en claro estos personajes, hablando a nombre del régimen y sin pensar en las consecuencias futuras, fue que en la perspectiva de la economía abierta no vale la pena esforzarse en mejorar unos productos que se pueden importar a bajos precios aprovechando los altísimos subsidios que reciben en sus países de origen. Más vale que los tres millones de productores de granos básicos, el medio millón de cafetaleros, los 800 mil criadores de distintos animales, los 150 mil cañeros, y en general los 25 millones de mexicanos ligados al campo demuestren su competitividad o tiren la toalla y la yunta y emigren (o, en fin, se refugien en el autoconsumo y en el localismo).


72 Desde la perspectiva de la economía globalizada ese frío realismo es altamente conveniente: se engrosarán rápidamente los cuatro millones de jornaleros con salarios cada vez más deprimidos recorriendo los cultivos de agro-exportación del norte y del occidente del país, mejorándose así la competitividad de aquellos productos primarios capaces de sobrevivir en el mercado abierto. Hay que subrayar que además del empobrecimiento y la marginación crecientes a que se verán relegados estos sectores mayoritarios del campesinado, importantes tendencias están ya actuando en detrimento de su identidad colectiva y de su equilibrio societal: la más importante de ellas es la “precarización” pues en la medida en que no se derrumba la estructura tradicional para dejar lugar nada más a empleadores y empleados (asunto que ignoraba aquel secretario de economía), y en la medida en que la agricultura tradicional está muy lejos de la autosuficiencia, los campesinos se desplazan enormes distancias según los ciclos agrícolas de las frutas, las hortalizas las flores y también la construcción urbana pero regresan a sembrar sus tierras al inicio de las lluvias y luego a la cosecha.

Sin embargo lo novedoso del fenómeno del trabajo eventual en el agro es la magnitud que ha cobrado al comparársele con el empleo de planta: entre 70 y 90% de la mano de obra en Brasil, cerca del 80% en México, 70% en Chile, etc. (Carton de Grammont 1991), y la importancia de la mano de obra femenina e infantil en la búsqueda por abatir costos y elevar la competitividad. Muchos empresarios concuerdan en que el trabajo femenil es el más eficiente en labores de trasplante, cosecha y empaque así como que las mujeres y los niños se encuentran subpagados en un 30 o 40% con respecto a los hombres por lo que desde hace varios años la mitad de los trabajadores eventuales en la agricultura de nuestro país son mujeres a quienes se encuentra con facilidad desplazándose en cuadrillas por el territorio (E. Astorga 1985; Arispe 1985; Carton de Grammont 1991; Riviere d'Arc 1990).

Producción y balanza agro-alimentaria. Habíamos dicho que México es competitivo en hortalizas, frutas y flores, que constituyen el 50% de nuestras


73 exportaciones agropecuarias (3,500 mdd) 31 . Éstas, junto a los productos campeones de nuestras ventas agroalimentarias al exterior, como la cerveza (900 mdd), los camarones (900 mdd) 32 y el tequila (350 mdd), representaron en el año 2002 más del 75% de nuestras exportaciones en el sector primario. Las exportaciones agroalimentarias totales en el 2002 fueron de 7,600 mdd.

Las empresas que controlaron la agroindustria de exportación en lo referente a hortalizas, frutas y flores fueron mayoritariamente industrias de capital trasnacional: Dole, Chiquita, Fisher, Del Monte... (Quintana, 2002). Pero no debemos olvidar la advertencia de José Luis Calva, referente a que ni siquiera la décima parte de la superficie que perdamos de cultivos básicos podría canalizarse a la siembra de hortalizas y frutales para la exportación a Estados Unidos, ya que desde hace diez años cubríamos el 70% de las importaciones estadounidenses en estos rubros, y un aumento masivo de nuestras exportaciones agrícolas podría provocar un desplome de precios, como ha sucedido en otras partes del mundo.

Por lo demás, y a diferencia de los viejos cultivos de exportación, las actuales empresas agro-exportadoras utilizan una mano de obra reducida, alrededor de cien mil trabajadores temporales (Molina Ramírez, 2003), ocupando un área también muy pequeña: 2 millones de hectáreas contra 27 del maíz (Rubio 2001). Con respecto a la derrama salarial, entonces, el impacto es muy reducido, porque ahí no se está formando, ni con mucho, un agregado poblacional asalariado que sea capaz, a partir de su ingreso, de levantar el nivel de vida de sus familias. Al lado de esto, estamos hablando en un alto porcentaje de trabajadores migrantes, jornaleros sin ningunos derechos laborales ni de ninguna otra especie (Cartón de Grammont 1991), que pasan de esta plantación estacional a la siguiente, sin arraigo, sin posibilidades organizativas, con muy pocos derechos: “pedacería

31

Tomates: 450 mdd; pimiento morrón: 260 mdd; uva fresca: 200 mdd; pepinos y pepinillos: 148 mdd; calabazas: 132 mdd; legumbres y hortalizas congeladas y al vapor: 125 mdd; cebollas: 96 mdd; guayabas y mangos: 81 mdd... (Secretaría de Economía y Departamento de Análisis de Reforma, 14 febrero, 2003). 32 Dato tomado de Rosa Elvira Vargas, La Jornada, 31, dic., 2002, p.10.


74 social”, como imagen contrapuesta a la búsqueda de empoderamiento y densificación.

En el año 2002, nuestras importaciones agroalimentarias fueron de 10,395 mdd, que compulsadas con los 7,600 mdd de nuestras exportaciones, nos generaron un déficit de 2,800 mdd. Pero eso no es lo más relevante, pues a final de cuentas los artículos importados son parte de la riqueza de un país, riqueza que se derrama de alguna manera al resto de la economía. Lo que sí es relevante desde el punto de vista del bienestar de la población es el asunto de la densificación o dilución que estos bienes provocan en nuestro cuerpo social: ya veíamos que la derrama es muy baja por el lado de los salarios, pero mucho más contundente que eso es el debilitamiento y la quiebra de las empresas agroalimentarias, desde las pequeñas granjas hasta unidades productivas de tamaño mayor que no logran competir con los cultivos de importación producidos con elevados niveles técnicos y altamente subsidiados: es difícil ilustrar el tamaño y la cantidad de estas unidades agroalimentarias, pero el número de trabajadores que dependen de los distintos productos que van siendo afectados por las importaciones primarias y que lo serán severamente debido a la caída a cero de los aranceles a partir del 2003, nos da una idea de la destrucción de empresas y empleos en el pasado y el porvenir inmediatos.

La destrucción de empresas y empleos. Dejando de lado los granos básicos en donde, como veíamos, el 80% de los productores se acantonará aún más en micro-unidades de autoconsumo, los renglones siguientes, fuertemente afectados por la competencia internacional o la caída de los precios nos dan la idea de la profunda alteración del tejido social, la atomización, la dilución y la anomia entre los productores primarios acaecida en los años del TLCAN y en los que se avecinan:

El café. Si al México maicero están ligados entre diez y quince millones de compatriotas, el producto que le sigue es el café, con 450 mil productores,


75 involucrando a algunas tres millones de personas. Este es un ejemplo toral para lo que aquí discutimos porque la producción cafetalera tiene como característica principal el estar animada en un porcentaje muy alto, por unidades productivas de tamaño pequeño y medio directamente ligadas a la vida de las familias a través de colectivos ejidales y de pequeños productores; 280 mil unidades agrícolas en el 90% menores a cinco hectáreas aportan la mitad de la producción nacional (Molina Ramírez, 2003). La caída de los precios internacionales de este producto, combinada con una apertura indiscriminada a la importación de café soluble bajo el control de grandes compañías trasnacionales (Nescafé de Nestlé), provocó una severa baja en la producción, de 5.5 millones de sacos a 4.2 millones en el año 2002 (La Jornada, 24, nov., 2002). Los precios han llegado a ser tan bajos que en ciertas regiones se toma la decisión de no invertir ni en cosechar el aromático.

La carne. Otro producto alimentario del que depende un amplio universo de trabajadores así como de pequeños, medios y grandes productores nacionales (entre 500 y 600 mil, involucrando alrededor de tres millones de nuestros compatriotas), es el de la carne de res (300 mil), de puerco (200 mil), de pollo, de pavo y el de la producción de huevo (50 mil). Desde 1996 las importaciones de carne de bovino (en canal) se incrementaron en 300%, haciendo pasar del 17 al 37% la parte del consumo nacional proveniente del exterior (Molina Ramírez, 2003). Al mismo tiempo que el precio de la carne entre 1995 y 1997 cayó de 18 a 12 pesos, el volumen importado pasó de 30 mil a 120 mil toneladas. Y es que producir un kilo de carne en los Estados Unidos cuesta la mitad que aquí en la medida que dos terceras partes de las inversiones en este rubro tienen que ver con el alimento del ganado y allá el maíz, la soya y otros insumos cuestan la mitad que en México (Rivera, 2003).

En la porcicultura los datos son contundentes: “la carne importada de manera legal cuesta nueve pesos el kilo, mientras que la producida en el país cuesta 23 pesos” (Martínez Elorriaga et all, 2003). La desaparición de los aranceles en el 2003 ha sido severa: al comparar las importaciones de carne de puerco en enero de ese


76 año con las del mismo mes en el año anterior, constatamos que el aumento ha sido del 325%. La consolidación de esa tendencia significaría la quiebra para las más importantes regiones porcícolas como el Bajío: “en la actualidad, ya se extinguieron las granjas familiares y sólo quedan unas 30 empresas entre grandes y medianas, en la zona de La Piedad, Michoacán. En Guanajuato, la Unión de Productores Porcícolas advierte que quienes producen más de 20 cabezas de cerdo no pasan de los 2 mil 500 y aquellos que no están en este rango enfrentan el dilema de la sobrevivencia como pequeños productores” (Idem).

Como lo ha explicado Blanca Rubio (2001), los bajísimos precios de la mayoría de los productos agroalimentarios importados se explican por las características de una producción altamente tecnificada y por los elevados subsidios a los productores norteamericanos; por lo mismo, una vez limpiado el terreno de la competencia en un país como el nuestro y erradicados los productores nacionales, podremos dar por segura la elevación de los precios de muchísimos de esos productos. El pollo, el pavo y sus derivados en pasta, tenían un arancel del 50% hasta fin del 2002; considerando que el costo de producirlos en México es de 1.20 dlls. contra 60 centavos en EU, podemos entender que se encuentren en peligro los 30 ó 50 mil empleos ligados a esta actividad así como las familias y la población que gravitan en su entorno (Quintana, 2002b). Los aranceles al pollo en el año 2000 eran de 98%, en el año 2002 bajaron a 49%, en el 2003 a cero; ello explica que los productores se hayan reducido de 3,500 a 800 para el 2002 (Molina Ramírez, 2003).

Cereales. Lo mismo ha sucedido con el arroz, que en los últimos quince años redujo en 75% el número de productores y trabajadores ligados a este cultivo, haciéndolos pasar de 25 mil a sólo 6 mil. En el año 2002, el 75% del consumo de arroz fue importado de los Estados Unidos (Reforma, 22, oct. 2002); pero aquí, también, el mecanismo es transparente, pues el costo de producir este cereal en los EU es de 210-220 dólares por tonelada mientras que, gracias a los subsidios, llega a los molinos mexicanos a 130 dólares por tonelada (Idem). En lo que se


77 refiere al trigo, nuestras importaciones de Norteamérica aumentaron en un 48% entre 1998 y 2002. Los otros dos productos en los que las importaciones han aumentado enormemente, con una mecánica y unas implicaciones más o menos similares, son el sorgo y la soya (cerca de una cuarta parte de la balanza agrícola sumados ambos).

Azúcar. No es este el lugar para enlistar exhaustivamente los efectos disolventes que sobre nuestra densidad social genera el comercio exterior en una economía abierta. Recordemos solamente el impacto crítico que se ha cernido sobre los 150 mil cañeros, al ser sustituidos los enducorantes para refrescos y otros productos industriales por la alta fructuosa (un derivado del maíz amarillo, producido en su mayoría a partir de granos transgénicos) y cuya producción tecnificada, gracias a los subsidios, logra colocarse a precios muy por debajo de cualquier competencia.

La papa, un producto que entre 1995 y 1999 prácticamente duplicó sus importaciones (llegando a 16 mdd), en una progresión que obligó al gobierno mexicano a prohibir la entrada de papas frescas aduciendo razones fitosanitarias; se incrementaron entonces a gran velocidad las importaciones de sustitutos industrializados de la papa como gránulos, copos y “pellets”, de gran demanda en las cadenas de comida rápida en que se alimentan las clases medias (Sagarpa y Reforma 21, oct., 2002).

El tabaco. Entre 1994 y el 2002 cayó en 75% el área cultivada en nuestro país, al tiempo que las importaciones crecían en un 83%, pasando de 15 a 28 mdd (las importaciones de cigarros crecieron 300% en ese periodo, alcanzando los 8 mdd). Con esto se ha puesto en entredicho la viabilidad de cinco mil productores que dependen directamente del cultivo (Secretaría de Economía y Reforma 24, oct., 2002).

En resumen: en el 2002 ya dependíamos de las importaciones en un 48% para integrar nuestra canasta agroalimentaria, unos 10 mil mdd, la mitad de lo que


78 nuestros conacionales envían a sus familias por concepto de remesas, pero se calcula que en los años venideros nuestra dependencia se incrementará aceleradamente debido a las caídas arancelarias del 2003 y las del 2008, cuando los granos básicos estarán entrando al país sin impuesto alguno. Tania Molina (2003) pronosticaba que en menos de cinco años la dependencia alimentaria de México sería del 70% (dato que aún no podemos comprobar pero que no parece descabellado a juzgar por lo que estaba aconteciendo en el terreno del maíz y de la tortilla a inicios del 2007).

Sea como sea, a inicios del siglo presente esas importaciones representaban la mitad de la producción agropecuaria del país lo que, según Rodolfo Tuirán (2002), subsecretario de Ordenación del Territorio, equivalía al 4.2 % del PIB: algunos 20 mil mdd. Esa es nuestra riqueza efectiva derivada del sector primario, sin perder de vista que 3 410 mdd constituyó el déficit agropecuario con el exterior en el año 2002 y 14 mil mdd el éficit en los casi diez años de funcionamiento del TLCAN (Pérez 2003).

XV La economía de la gente y el comercio A partir de la generación y transformación de energía efectiva de la serie de bienes enumerados, de los cuales el núcleo central lo constituye la economía vuelta al exterior, se organiza lo que aquí vamos a llamar la economía de la gente. Consta de una infinidad de intercambios que en las cuentas nacionales tal como las conocemos hasta ahora representan entre la mitad y las dos terceras partes del Producto Nacional pero que en realidad agregan poco a la masa de riqueza efectiva de nuestros países. Del piso alto de producción se derrama la riqueza hacia la economía de la gente en forma de sueldos y salarios (públicos y privados), y de ganancias por labores diversas que desde ahí, a su vez, dinamizan


79 una infinidad de actividades que generan otras ganancias y otros salarios que seguirán derramándose por un trecho ya muy indefinible.

En nuestro país, por ejemplo, la gente dedica el 30% del gasto (consumo privado), a la adquisición de alimentos y bebidas y 15% más al transporte (INEGI, citado en Sampere 2003). Estos rubros representan en su conjunto una masa monetaria de 50 mil mdd que dinamizan a restaurantes, fondas, changarros, licorerías y bares, supermercados, mercados y tianguis, minibuses, taxis, combis... Una suma parecida a esta se invierte en el resto del consumo de la gente: en rentas, en edificación y mejoramiento de la vivienda, en educación, en medicinas, en recreación, etcétera. 33 Esto nos conduce a analizar lo que pasa con esa otra parte del empresariado, la de los pequeños y medianos comerciantes establecidos y prestadores de servicios, que sucumbe como por la acción de una prensa: desde abajo, frente al mar de vendedores ambulantes cuya competitividad estriba en no pagar alquileres ni impuestos, vender en muchos casos productos piratas, robados o provenientes del contrabando y tener una “disposición” para abatir el margen de sus ganancias hasta la ignominia, con tal de vender algo; desde arriba, por el embate de las grandes cadenas comercializadoras que pasaron entre 1990 y el año 2000 del 40% al 60% del control sobre el comercio establecido. Proceso que contrasta con la manera en la cual los países europeos han sabido defender a su pequeña burguesía

comercializadora

(y

también

al

campesinado

y

al

pequeño

empresariado agrícola).

33

Naturalmente que la edificación de una casa constituye creación de infraestructura y también de riqueza, pero no perdamos de vista que el tabique, la varilla, el cemento, la tubería y el resto de los materiales para la construcción, han sido ya contabilizados en el amplio renglón de producción efectiva de riqueza, y los sueldos de los constructores y los salarios de alrededor de un millón y medio de los trabajadores de este ramo tienen su origen en sueldos y salarios generados en aquel nivel. Lo mismo sucede con el transporte: el equipo en sí ya fue contabilizado, los sueldos, el mantenimiento y la amortización proceden de la derrama salarial de los usuarios, y esta derrama se origina, también, en fuentes efectivas de producción de riqueza.


80 Como ya lo hemos apuntado, el bienestar social reposa en el fortalecimiento de los ingresos de densificación (ya sea por salarios o por ganancias), porque eso permite a las familias, a los individuos y a los colectivos un mejor nivel de alimentación, de escolaridad, de formación para el empleo, un mayor tiempo dedicado a la cultura, a la recreación, al deporte, al cuidado del cuerpo... Sucede, sin embargo que, en la globalización subordinada la erosión de este tipo de empleos es enorme. Como lo enunciábamos, los grandes inversionistas globales tratan de adquirir desde PEMEX hasta pequeñas cadenas de supermercados, pasando por bancos, agroindustrias (tequila, maizoro...), grandes industrias sobrevivientes del temprano desarrollo hacia adentro (Hilsa, Vitro, Sicartsa...), industrias del espectáculo, textiles, etc., abatiendo costos gracias a las ventajas de escala, de know-how, de patentes, de recortes de personal, de desaparición de derechos laborales y prestaciones, y gracias a la simple caída de los salarios.

En efecto, el nuevo panorama económico tiene como una de sus características más perniciosas el que importaciones de granos, embutidos, alimentos congelados y enlatados, lácteos, carne de res, de puerco, de pollo, de guajolote..., sean vendidos directamente, y a precios excepcionalmente bajos, por grandes cadenas comercializadoras extranjeras como Wal-Mart, Cotsco, Sams Club, Auchan, Carrefour..., desplazando al sector comercializador mexicano.

La Asociación de Tiendas Departamentales nos hacía saber que “el porcentaje de productos importados en los grandes centros comerciales, como Wal-Mart, es del 70%” (Molina 2003). Frente a una red de producción-comercialización de este tipo, es imposible la subsistencia para una enorme franja de empresas domésticas de comercio de cualquier tamaño. Mientras proliferan las sucursales de esas grandes cadenas, languidece y se estrecha el margen de las ganancias y el bienestar de las familias ligadas a los pequeños supermercados, tiendas, carnicerías, farmacias, panaderías, tlapalerías, etc. Según AC Nilsen, empresa mundial en investigación de mercados, en el año 2002, en nuestro país, medio millón de hogares de bajo nivel económico se incorporaron a la costumbre de realizar sus


81 compras en las tiendas de autoservicio haciendo caer las ventas de las tiendas de barrio, mercados populares y tianguis (El Financiero, 10 de marzo, 2003).

Solamente la cadena Wal-Mart, en sus 595 tiendas, aumentó sus ventas de 93 a 105 mil millones de pesos entre el 2001 y el 2002 atendiendo a 548 millones de clientes y restaurantes en ese año y es que entre 1998 y el 2003 creció a un ritmo de 16% anual (Reforma, 5 y 11 de feb., 2003). Algo más, gracias a la inauguración de su centro de distribución en Cuautitlán-Izcalli, el más grande del mundo y al que arriban todas las mercancías para sus 225 tiendas en el DF, sus gastos de operación cayeron del 16 al 14% en relación a sus ventas. Wal-Mart tiene 84 mil 600 trabajadores que, según Alfonso Bouzas y Mario Vega (2003), en su gran mayoría reciben salarios mínimos como regla, además de que tienen nulificada la participación sindical de sus empleados. 34

“Wal-Mart, con una política de no permitir sindicatos y pagar salarios de hambre, escribe Silvia Ribeiro (2004), es la compañía de ventas directas al consumidor más grande de los Estados Unidos, Canadá y México. 35 Desde 1995 se han iniciado en Estados Unidos 65 procesos legales por actividades antisindicales. El New York Times opinó en un editorial que la ‘walmartización’ de la fuerza laboral... amenaza con empujar a miles de estadunidenses a la pobreza (NYT,15,11,2003). En México es actualmente el mayor empleador bajo los nombres de Bodegas Aurrerá, Superama, Suburbia, los restaurantes Vip’s, El Portón y Ragazzi, los almacenes Sam’s Club y Home-Mart”. 34

Lo mismo sucede, agregan estos autores, con Delphi Corporation de Chihuahua (71 mil empleados), Fomento Económico Mexicano (40 mil), Grupo Gigante (36 mil), Pepsi (25 mil). La Cámara Nacional del Comercio en Pequeño consideró que en el 2001, cinco mil pequeños comerciantes cerraron debido a este tipo de competencia, suprimiendo 18 mil empleos (La Jornada, 26 de agosto del 2002). 35

Según datos del Banco Mundial, de las cien economías más poderosas del planeta 51 son corporaciones trasnacionales y 49 son países. Según su producto interno bruto (PIB), los países que encabezan la lista son: Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, China, Italia Canadá, España, México, India, Corea, Brasil, Holanda, Austria, Rusia, Suiza y Bélgica. Sigue la cadena de supermercados Wal-Mart, con ventas por valor de 246 mil 525 millones de dólares durante 2002. Es mayor que el PIB de Suecia, Austria o Noruega. Luego se encuentran General Motors, Exxon Mobil, Shell, BP, Ford, Diamler Chrisler, Toyota, General Electric, Mitsubishi, Citigroup, ING Group, IBM y otras (Riveiro 2004)


82

Muchos comerciantes en pequeño y “sobre ruedas” tienen que cambiar de giro, dejando la venta de verduras, frutas, abarrotes, carne y pollo, alimentos y otros productos no competitivos por la de los alimentos preparados, la ropa usada, la fayuca, la piratería y, en un margen que se agranda, por el tráfico de auto-partes y otras mercancías de dudosa procedencia.

Hay ejemplos impactantes: farmacias pequeñas y medianas han cerrando ante la doble competencia que les ha significado el que las grandes tiendas de autoservicio estén haciendo crecer sus espacios dedicados a este renglón, con horarios corridos de 24 horas, y ante la competencia obvia de las cadenas de grandes farmacias con precios bajísimos permitidos por su volumen de ventas. Junto a esto, vemos la quiebra de casi todas las panaderías, desde que las tiendas de autoservicio comenzaron a vender pan y pasteles muy por debajo del costo (en el medio urbano está pasando lo mismo que en la economía agrícola: desaparecidos del entorno los otros competidores, los precios pueden recuperarse hasta obtener jugosas ganancias). En un terreno algo distinto pero con los mismos resultados, las grandes líneas aéreas, ante la crisis del turismo desencadenada por los atentados y la guerra en el Medio Oriente, deciden ya no pagar a las agencias de viaje el 15% sobre la venta de sus boletos, poniendo en riesgo la subsistencia de infinidad de pequeños y medianos de estos negocios.

Es cierto sin embargo que los tendajones y los pequeños changarros subsisten y proliferan en el medio popular; esto se explica porque hay un margen de pago en abonos, porque la gente vive al día, porque es preferible comprar más caro al menudeo que pagar el transporte de ida y vuelta a una tienda de autoservicio. Es más, en ocasiones la ganancia para el micro-comerciante estriba en el pequeño margen que le reditúa comprar el arroz a precios promocionales en la mega-tienda y venderlo al doble, en pequeñas porciones, en su changarro de la cuadra (asunto que puede durar hasta que a Wal-Mart o a las otras cadenas no se les ocurra instalar, como si fueran bombas de racimo, pequeñas distribuidoras de esquina


83 con artículos de la canasta popular, aunque la amenaza ya está apuntada con la proliferación de minisupers Oxxo, Seven Up, etc).

Esto naturalmente es uno de los más poderosos corrosivos de la densidad social, del bienestar de las familias, y erosiona poderosamente el piso intermedio de nuestra economía, el universo que se encuentra por debajo del plano de la producción efectiva de energía o riqueza nacional y hacia el que ésta se derrama en infinidad de formas y que aquí hemos nombrado “la economía de la gente”.

Y es que paralelamente, enormes contingentes de trabajadores y empleados pasan del ámbito de la derrama de densificación a la derrama de subsistencia, con todos los inconvenientes de degradación humana que esto implica y que hemos ejemplificado al referirnos a la sociedad de la maquila. Es aquí pertinente la pregunta en torno a si las clases medias en una dinámica como esta se fortalecen o tienden a languidecer.

Hay en resumen una derrama de recursos monetarios que viene descendiendo y alimenta los poros de la economía de la gente, o al menos esto es lo que venía aconteciendo hasta hace muy pocos años. Sucede sin embargo que a través de las grandes cadenas comerciales y su cada vez más desarrollada red de tentáculos, ese terreno de la economía de la gente comienza a ser concurrenciado; es como si unas grandes charolas fueran interpuestas en esa derrama descendiente retirando una gran cantidad de recursos a favor de esos grandes capitales y en detrimento del ingreso y de la calidad de vida de una infinidad de agentes locales, diluyendo cada vez más sus oportunidades para cualquier acción emprendedora.

También viene al caso preguntarse por las grandes empresas y sus centrales sindicales, básicamente las dependientes del sector público, que son las que aún subsisten. ¿Qué pasa, en términos de densificación social, con una empresa como la petrolera y su imponente sindicato?


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XVI El petróleo Coloquémonos en la situación de que se puede elevar la productividad y la complejidad de los derivados de la producción petrolera si la empresa, o partes crecientes de ella, son vendidos a uno o a varios consorcios internacionales. Inmediatamente sería recortado el contingente de 140 mil trabajadores con que ahora cuenta PEMEX, seguramente muchas de las prestaciones de obreros y empleados, y algo tendría que hacerse también con los 50 mil jubilados y sus pensiones.

La nueva lógica argumentaría que los procesos de exploración, explotación e investigación para el procesamiento de derivados, se encuentran en un gran retraso debido a la descapitalización de que ha sido objeto la empresa por el Gobierno Federal en los últimos lustros, pues algo así como la cuarta o la quinta parte del gasto público se lleva a cabo con los impuestos al petróleo, y que en consecuencia habrá que acabar de tajo con esa práctica desplegando una estrategia de capitalización que modere la carga impositiva: entre 4 mil y 5 mil mdd se calcula que PEMEX transferirá en impuestos durante el 2003, lo que significa cerca del 20% de los ingresos fiscales del gobierno federal (Jornada, 3,IV,2003).

Vendrá entonces el argumento clave: una vez racionalizada y elevada la productividad será posible echar a andar una serie de líneas de procesamiento (en lugar de que el crudo sea exportado e importemos gasolinas, por ejemplo), que darán empleo a muchas más personas de las que fueron despedidas con el saneamiento y la recapitalización. Esa es la lógica del fin de los subsidios y de la búsqueda de competitividad en un mercado abierto.

Con esa lógica tendríamos al final de este ciclo, y suponiendo que realmente se desarrollaran los nuevos procesos industriales ligados al petróleo y en ausencia de


85 desestabilizaciones cambiarias y financieras, al mismo número de trabajadores y empleados que tenemos ahora, pero tendrían salarios que en su mayoría no se apartarían de lo que la industria maquiladora está ofreciendo en el norte, en esos espacios de violencia y anomia que son ya las ciudades fronterizas norteñas; es decir, ganarían entre dos y tres salarios mínimos, entre la mitad y las tres cuartas partes del costo de la canasta básica de un hogar mexicano (sustituiríamos una derrama de densificación por una derrama de dilución, de subsistencia, como lo hemos venido explicando).

Y no es que ahora estos trabajadores ganen una millonada, Enrique Galván (2002), ha mostrado que esto no es cierto: 90 mil trabajadores de PEMEX ganan entre 3 000 y 6 000 pesos al mes; 15 mil técnicos medios ganan un promedio de 11 mil pesos al mes; 3 mil 500 trabajadores de alta categoría 12 mil pesos (mientras los empleados de aseo de la Chevron Texaco ganan 17 mil pesos mensuales). Por lo demás, ¿cuántos salarios del millón 700 mil burócratas mexicanos (y dentro de ellos, del más de un millón de profesores de todos los niveles, del personal en el sistema de salud y de tantos otros departamentos), no reciben parte de su ingreso del dinero generado por la melaza negra de nuestro subsuelo?

Por supuesto que hay que mejorar la productividad y abrir nuevas líneas de productos procesados a partir del petróleo, pero este argumento no tiene ninguna correspondencia con la caída salarial de los mexicanos ligados a esa industria, ni con la renuncia a que por el Estado pase una parte importante de las ganancias y desde ahí sean redistribuidas; de otra manera estaríamos renunciando también a poder manejar negocios públicos y a controlar nuestra corrupción y, en el momento que eso suceda, no encontraremos respaldo moral para mirar al futuro. Chile, la economía latinoamericana más ortodoxamente neoliberal, jamás se planteó apartar la industria del cobre del control estatal y tampoco el Brasil ha renunciado al manejo público de su petróleo.


86 Dicho esto, es absolutamente necesario elevar la productividad del trabajo en la industria petrolera y el grado de procesamiento del crudo mexicano (al igual que es necesario elevar el nivel de capacitación de los profesores del sistema de educación pública), pues en el año 2002 importamos gasolinas (60 mil barriles diarios), y otros insumos para esta industria por 15 mil mdd, frente a unos 25 mil mdd

que

fue

el

promedio

anual

de

exportaciones

en

ese

sexenio

(Reforma,13,II,2003).

El Departamento de Refinación de PEMEX, informó el 5 de marzo del 2003, que realizaría inversiones en las plantas de Cadereita, Ciudad Madero y Minatitlán que permitirán producir 325 mil barriles diarios en el 2007, lo que nos volverá autosuficientes en gasolinas. Sin embargo, el director de este departamento (Juan Bueno), se quejaba del déficit de 5 200 mdd que dichas obras ya había provocado, y de la necesidad, en consecuencia, de abrir la inversión a la iniciativa privada (extranjera) para evitar que el endeudamiento público siguiera creciendo a través de las Pidiregas (Proyectos de Infraestructura Productiva con Impacto Diferido en el Registro del Gasto).

Increíblemente, ese mismo día, el secretario de Hacienda declaró que en el último año las reservas del Banco de México habían subido 8 mil mdd, para alcanzar los 55 mil mdd y que eso se explicaba fundamentalmente por la venta de petróleo. Solamente en los primeros dos meses del 2003 Pemex aportó al erario 2 692 mdd, y en ese año sus recursos rebasaron los 15 mil mdd. (Reforma y La Jornada, 6 y 7 de marzo 2003). El no tomar en cuenta todas las transferencias de PEMEX hacia las finanzas públicas es un afán gubernamental para hacer aparecer a esta empresa como deficitaria y justificar así su privatización.


87

XVII Cifras sobre el déficit Contamos ya con suficientes elementos para entender este déficit en nuestra generación y retención de energía, pero los siguientes datos son contundentes al respecto: si colocamos aparte a la economía maquiladora, el déficit comercial de la industria instalada en México fue, durante el sexenio foxista (2000-20006), de 156 mil mdd: 27 mil mdd en promedio anual (cifra similar al envío de remesas o a la exportación petrolera). Esta cifra, según datos del INEGI es un 125% superior a la del sexenio anterior.

No cabe duda que, junto con el petróleo, los 27 mil mdd de las remesas enviadas por nuestros conacionales son el gran salvavidas de todo este desbalance económico. Ahora bien, en lo que se refiere a las finanzas públicas, la tremenda debilidad de la recaudación, que responde al adelgazamiento de la economía formal, del empresariado y de las clases medias, ha empujado a una explotación inmoderada de los recursos petroleros: en el periodo 1989-1994, según cifras del Banco de México, los ingresos petroleros presupuestarios representaron, en promedio, el 27% del total de las entradas de recursos, mientras que para el periodo 2001-2006 su participación aumentó a casi 35% del total, y se calcula que en 2007 alcanzarán el 36.5%. Aquí el problema es que a partir del 2005 la plataforma de producción de petróleo crudo ha comenzado a disminuir, al tiempo que la explotación de los yacimientos probados requerirá de inversiones y tecnologías muy superiores a las actuales y mucho más costosas (Zúñiga, 2007).

Pero como las remesas y el petróleo no bastan para cubrir el déficit productivo, el de la balanza con el exterior y el de las finanzas públicas, se ha tenido que depender cada vez más del endeudamiento y de las inversiones extranjeras directas (IED). En este marco, la inversión extranjera se orienta en gran parte a la adquisición de activos nacionales, es decir, a las últimas cosas con algún valor que podemos rematar (en particular, en el año 2002, la venta de Banamex a


88 Citigroup atrajo 12 mil 500 mdd y a ello podemos agregar, en el 2004, la venta de los restos de Bancomer 36 en cerca de 5 mil mdd, y a la venta de las empresas que hemos desglosado más arriba).

En la medida en que las llamadas “reformas estructurales”, solicitadas desde el 2002 por el gobierno de Fox, no pudieron encontrar el consenso legislativo para abrir a la inversión extranjera substanciales tajadas de PEMEX y de la CFE, hemos tenido que echar mano del endeudamiento: según Eric Toussaint (2002), en 1982 la duda pública de México era de 57 mil mdd; hoy asciende a 157 mil mdd. De éstos, 84 mil mdd corresponden a deuda interna (que se incrementó en 52% en el sexenio foxista), y 73 mil a deuda externa (La Jornada, 12 sept, 2002 y 19 de enero del 2003). Por su parte, Carlos Montemayor (2003) asegura que en el 2000 la deuda equivalía al 36.8% del PIB, en 2001 a 37.2%, en 2002 llegó el 40.2% y en junio del 2003 rebasaba ya el 43% estimándose que para el fin de ese año alcanzaría el 45% del PIB. A idénticas conclusiones llegaba el Centro de Investigaciones Estratégicas para México (CIEX), en su estudio Benckmarking del sistema fiscal mexicano, agregando que mientras en México los contribuyentes destinan casi la mitad del PIB per capita al pago de la deuda pública, en España la proporción es de 26.1%, Canadá 21.7%, Estados Unidos 3.9%, Corea 3.7%, Chile 0.9%... (Rodríguez, 2004).

En otra aproximación a esta problemática, en el Informe sobre la Evolución de la Finanzas Públicas correspondiente al año 2006 se nos hacía saber que la deuda pública de cada mexicano aumentó en 35% en el sexenio de Vicente Fox, al pasar de 23 mil 700 pesos a 31 mil 983 pesos (29 mil 300 pesos en el 2004), repartidos en los siguientes rubros: 12 mil 600 derivados de la deuda interna directa; 4 mil 400 de la deuda externa directa; 6 mil 600 pesos por el rescate bancario; 5,280 36

“Los nuevos dueños de la banca extranjerizada, informaba en febrero del 2004 el Centro de Estudios del Sector Bancario, han despedido al 80% de los trabajadores con antigüedad o en edad de jubilación y han desaparecido prestaciones, recortado beneficios, ampliado la jornada laboral de 8 a 10 ó 12 horas sin pago de tiempo extra y cometido otras violaciones laborales bajo la indolencia de la Secretaría del Trabajo y con la ayuda de sindicatos fantasmas” (La Jornada 16 de feb. 2004).


89 pesos por Pidiregas (3 mil 447 en 2004); 2 mil del quebranto de la banca de desarrollo; mil 500 del rescate carretero;

y 400 del programa de rescate a

deudores (Dávalos 2004 y Rodríguez 2007). La falta de recursos es tan grave en un país con un déficit tal de energía que el gobierno inventó un mecanismo para privatizar la paraestatal sin cambiar los preceptos constitucionales: en menos de diez años las Pidiregas rebasaron ampliamente la deuda externa directa y en 2007 entre amortizaciones e intereses habrán de pagarse alrededor de 7 mil mdd (Rodríguez 2007).

XVIII Déficit en el andamiaje de las instituciones, en la autoridad del Estado y en los órdenes legítimos. Es tan alto el déficit en la generación y retención de energía, que los gobiernos están obligados a buscar recursos a cualquier precio si quieren evitar que todo este castillo de naipes se venga abajo. Se vuelven rehenes entonces, perdiendo cualquier autonomía relativa con respecto a los grandes capitales y ello explica por qué, contra toda lógica, parecemos regalar a esos grandes intereses todos nuestros activos, desde los más modestos, como los edificios coloniales o las playas de nuestros litorales, hasta los más poderosos, como la generación de petróleo. Los regímenes políticos, sus dirigentes en turno y sus equipos de gobierno, desde el momento en que no duran más de un sexenio, se encuentran urgidos por concretar acuerdos de compra-venta, otorgar permisos, etcétera.

En medio de esta búsqueda desesperada de recursos, son altísimos los márgenes de corrupción y de ganancia para esta clase política cada vez que se vende (privatiza) alguno de los activos nacionales aún restantes, de manera que si esos grupos no llevan adelante tales transacciones cuando están en el ejercicio administrativo, lo más probable es que los que vengan lo lleven a efecto, sobre todo en esta época de alternancia política, y entonces habrán perdido su oportunidad (“if I dont do it, somebody else will”). En un país con gran déficit de


90 generación de energía como el nuestro, se vuelve entonces brutal la coincidencia de intereses privados y públicos, en todos los órdenes de gobierno. Es infinita la lista de presidentes municipales en contubernio con altas autoridades de los estados y la federación actuando en esta lógica de corrupción y saqueo desde el momento en que, por ejemplo, se otorga un “permiso” para privatizar una playa, destruir un humedal costero, acondicionar un campo de golf o instalar un Wal Mart en donde no lo permite el Plan de Desarrollo Urbano; ahora imaginemos los intereses implicados en un permiso para operar una cadena de televisión, un aeropuerto o para invertir, con base en licencias anticonstitucionales, en la explotación petrolera... Son muy pocos los agentes gubernamentales que en medio de esto pueden preocuparse por la defensa de la calidad de vida, la densificación de la sociedad y el cuidado del medio ambiente, máxime porque ello constituye necesariamente una tarea de mediano y largo plazo.

Junto a esto, otro factor coadyuva a reblandecer el andamiaje de las instituciones políticas y a aumentar el déficit de autoridad del Estado: la población excluida crece a tal velocidad que su más eficaz forma de defensa es el asociativismo bajo la figura de liderazgos locales que se convierten en redes de liderazgos, es decir, engrosando una vía llena de verticalismo y patrimonialismo. El cúmulo de estos liderazgos y sus demandas ejercen una presión muy grande hacia las instituciones gubernamentales, pero también ofrecen una base de apoyo y una fuerza política inmensa para quien las controla. Los aparatos públicos tratan de ordenar esas presiones pero terminan cediendo a ellas y a todas las alteraciones normativas y al desorden que traen consigo. El déficit de autoridad parece ampliarse, la ciudadanización de la política se aleja o se restringe a uno de cada diez mexicanos a quienes se puede calificar como integrados al modelo dominante. En estas condiciones el sistema de procuración de justicia, en todos sus niveles, se vuelve blanco de presiones, venidas por igual de lo más alto de los intereses políticos y económicos o desde lo más enraizado en lo popular caciquil.


91

En resumen, la panorámica descrita nos diría, entonces, que nuestro país sufre de un déficit extremo en su capacidad de generar y retener energía y que dentro de ese déficit se encuentra una destrucción tremenda de su densidad social y un debilitamiento de su orden político estatal y de su sistema de procuración de justicia. Adoptamos un modelo de desarrollo que sacrificó claramente la densidad, la salud social, en aras de una dinámica que debió haber generado una significativa riqueza material (que “gotearía”, se redistribuiría en el largo plazo), pero después de un cuarto de siglo nos encontramos con una realidad en la que la creación de esa riqueza material se fuga, cuando existe, al tiempo que se adelgaza, se diluye la riqueza social, el medio ambiente y el orden institucional: un fracaso por partida doble.

XIX Sobre producción (superávit) de referentes culturales e identitarios. Viene al caso la siguiente aclaración: importantes corrientes de la sociología apoyadas en la producción artística encuentran en la sociedad mexicana de hoy una fuerza enorme en sus expresiones culturales, en sus manifestaciones identitarias. A diferencia de lo que observamos en la baja generación de riqueza material, en la dilución de los actores sociales, en el desdén hacia la producción de conocimientos y técnicas, en la degradación del entorno natural, en el debilitamiento del andamiaje institucional, en la erosión de la autoridad estatal, en la parcialidad del sistema de justicia, a diferencia de todos esos ámbitos deficitarios, repetimos, en lo que se refiere a la producción cultural y al reforzamiento de los referentes identitarios parece vivir nuestro país una época dorada.


92 Y es que una sociedad improductiva, a la defensiva y casi en desbandada tiende a sobredimensionar su herencia, los componentes en que se apoyó su cohesión y puede llegar a hacerlo, incluso, en formas kitch, como sucede entre los Chicanos y los mexicano-norteamericanos con las evocaciones a Aztlán en un retorno a la tierra originaria; o naif, como aconteció con los pachuchos a mediados del siglo pasado y con tantas representaciones del arte de la frontera hoy; o incluso recurriendo a formas extremas y violentas como sucede con las batallas entre bandas con contenido fuertemente racial; o en forma bárbara, como lo hemos visto con frecuencia en los linchamientos en pueblos de gran tradición, cuando la amenaza del crecimiento de las grandes ciudades, con su desorden y su degradación los empuja a recurrir al expediente brutal del sacrificio y la sangre, que como dice René Girard, conlleva la magia de recomponer la cohesión y erradicar la violencia.

Pero por encima de todo esto, nada proyecta con más fuerza la herencia cultural y la identidad que la cuestión indígena, y en lo que hace a México, el zapatismo indígena alcanzó los más altos reconocimientos por su fuerza, por su capacidad de resistencia hacia lo exterior durante quinientos años pero, en lo que hace al tiempo presente, el zapatismo indígena mexicano aparece como un poderoso dique contra la globalización apoyado en los pilotes de las tradiciones, la lengua, la religión...

En efecto, en las condiciones humanas más adversas, como lo han demostrado ser la condición india, la femenina, la del medio maquilador, la de la migración o lo que acontece en los espacios paupérrimos de las grandes ciudades, artistas y sociólogos encuentran una cantera de referentes reconstructivos, de nuevas identidades, en donde la capacidad de autonomía de los sujetos, la individualidad (la relación consigo mismo), es enriquecida frente a la adversidad del entorno y de los poderes globales (diez y seis nominaciones a los oscares recibieron los directores, actores y guionistas mexicanos en el 2007, principalmente por haber


93 reproducido, más allá de lo holiwdense, sus recreaciones del mundo de la exclusión, roto, brutal, anómico, de amores perros, violaciones, deportaciones...

En París en el 2002 y luego en México en el 2006 se presentó con gran éxito la exposición: “Chiapas, Oaxaca, México, California.” Una muestra espectacular que el profesor francés Yvon Le Bot congregó en torno a la producción de artistas plásticos, escritores, músicos, cantantes, fotógrafos, cineastas y videoastas que van y vienen incansablemente por esas regiones, entre los que destacaban Lida Downs, Antonio Turok, Domitila Domínguez (Domi), Francisco Toledo, Macario Matus, Nicolás de Jesús, Miguel Zafra, etcétera. Lo cultural se eleva a veces eclipsando a la anomia social y a veces potenciándola.

“La frontera representa un espejo en el que se refleja el futuro de México, podíamos leer en una tesis doctoral presentada a inicios de 2007 en París. Esa frontera se ha convertido al mismo tiempo en el símbolo de los efectos perversos de la mundialización, pero no nada más representa la imagen de un mundo degradado; el espacio de la frontera es más complejo y sus contradicciones contienen intersticios que pueden ser aprovechados para una recomposición social capaz de orientar las tendencias de la mundialización no solo en provecho de los capitales sino hacia la producción de nuevas subjetividades, nuevas autonomías y nuevas identidades; las mujeres se esfuerzan en darle coherencia a sus experiencias vividas, en reforzar su subjetividad, en construir una relación hacia si mismas...” 37

No cabe duda de que esa fuerza en la generación de manifestaciones identitarias no es sino una comprobación de la crisis profunda por la que atraviesa nuestro país, y en esa medida los dos argumentos son atendibles: desde las situaciones 37

Luis Ernesto López Aspeitia (2007), En quete d’identité. Mondialisation, figures de la féminité et conflits sociaux a la frontiere Mexique-Etats Unis, École des Hautes Études en Sciences Sociales, tesis de doctorado.


94 de crisis extrema surge lo nuevo, pero no inmediatamente y no haciendo desaparecer el horror que tenemos ante nuestros ojos. A la estética, a la cultura y a la sublimación personal les toca construir utopías alcanzables, a la sociología le toca, además, dar cuenta, con mucha precisión, de la aventura antihumana en que hoy nos hemos enrolado.

PARTE TERCERA “Al fin y al cabo la vida es, por fortuna y por desgracia, más sencilla, corriente y prosaica y menos sofisticada y compleja que la que pregonan muchos intelectuales (para quienes) ‘el pensar’ hace tiempo que se escindió de ‘el hacer’... Retomemos las cosas más simples y cotidianas que, si nos atenemos a los indicadores sobre la situación social de las comunidades indígenas... resultan las más urgentes: letrinas, agua potable, linderos agrarios, sistemas agrícolas adecuados y productivos, medicamentos y clínicas, técnicas para el manejo forestal, escuelas, animales sanos, abasto alimentario, acceso a la información, compradores justos, carreteras” (Víctor Manuel Toledo, 2000, La paz en Chiapas: ecología, luchas indígenas y modernidad alternativa, Instituto de Ecología, UNAM (p-p. 226-227).

XX Cambio de paradigmas: la reconstrucción social. Estamos ante un país demasiado abierto (dominado-colonizado), sin capacidad de autodeterminación, claramente heterónomo frente a otro (otros), su vecino, que cuenta con una capacidad muy superior de generación-retención de energía. Es en los países de la globalización dependiente, en especial en los países de desarrollo medio (de Sousa Santos, Boaventura), pero dentro de éstos, en los países frontera con las potencias imperiales, de entre los cuales México es el gran


95 ejemplo (“los tres mil kilómetros de frontera con los Estados Unidos, constituyen la más extensa línea de contacto terrestre entre le Norte y el Sur”, nos recuerda Le Bot) 38 , en donde aparece con urgencia la necesidad de un cambio radical de paradigmas conceptuales y de estrategias de acción (y también, en donde se están generando con mayor vigor estos nuevos paradigmas).

La exigencia de este cambio conceptual responde a una situación de desmantelamiento extremo en los países antes referidos, es cierto, pero es necesario aclarar que la razón profunda de dicha exigencia deriva, esencialmente, de un asunto global que involucra de la misma manera a los países hegemónicos de la globalización que a los países dependientes. Y es que, en efecto, hay en nuestra época cuatro límitantes que parecen insuperables para acercarnos al objetivo, tan fácilmente enunciado, pero del que parecemos alejarnos más cada día, consistente en mejorar la calidad de vida de la gente.

Esos cuatro límites son: 1) la pauperización y la anomia de crecientes agregados poblacionales debido al tipo de desarrollo basado en la apertura de los mercados a la competencia global (abatimiento de los salarios para alcanzar una mejor competitividad y grandes oleadas migratorias hacia los países centrales); 2) la desaparición del empresariado concurrente, lo que conduce a un control monopólico del mercado (u oligopólico que viene a ser lo mismo); 3) la destrucción de la naturaleza que los grandes capitales en colusión los gobiernos imperialistas y de la periferia están llevando a cabo sin ninguna resistencia institucionalizada o legalizada, destrucción del entorno natural a la que coadyuva, sin duda, ese ochenta por ciento de excluidos que cada vez con más dificultad pueden mantener sus estándares de alimentación, salud, escolaridad, alojamiento, etcétera; 4) una debilidad manifiesta de los estados del capitalismo subordinado y de su autonomía para detener los influjos venidos de estos polos del poder mundial.

38

Yvon Le Bot, “Acteurs sociaux et acteurs culturels sur la frontiere”, dans Michel Wieviorka, Un autre monde…


96 Dicho de otra manera, frente a esta concatenación de factores poderosísimos del desmantelamiento social y del entorno natural, ¿qué se puede hacer? En realidad, se ha abierto una polémica seria en nuestros días consistente en aceptar o rechazar la tesis según la cual este arreglo global es insostenible en la medida en que los hombres pueden aguantar condiciones degradantes de subsistencia, pero la naturaleza no puede soportar un desgaste tan tremendo y sin respeto alguno hacia la normatividad local, nacional e internacional, de manera que un colapso hidráulico, una epidemia o una pandemia pueden acontecer en cualquier momento y a partir de ahí se abren básicamente dos caminos, o alguna de sus variantes o combinaciones: o se instaura un desorden con altísimos costos en degradación y violencia o se instaura una serie de órdenes autoritarios capaces de enfrentar los retos inmensos que tendremos al frente y ello necesariamente traerá consigo un cuestionamiento del rol predominante de los grandes capitales, de esas fábricas poderosísimas de la exclusión social y de la destrucción de la naturaleza.

Lo que estamos esbozando puede tener lugar en un tiempo corto o en un plazo mayor, aparecer con fuerza en un país y luego ampliar su radio o manifestarse con algún otro itinerario, pero en cualquier caso estamos obligados a tomar la amenaza como algo altamente probable y organizar una estrategia para enfrentar un futuro cargado con estos retos. Es obvio que nuestras medidas no pueden ser radicales en el sentido de generar una ruptura violenta con la globalización, en particular en un país como México debido a nuestra vecindad con la gran potencia y a nuestro grado de imbricación con ella. Por lo mismo es necesario intentar una vía paulatina y ella debe estar basada, según lo hemos establecido, en las vías posibles para densificar a nuestra sociedad.

La magnitud y las características de un tal desorden son impredecibles, pero en cualquier caso lo que nos toca es comenzar a imaginar las vías para enfrentarlo. Hay un camino posible de reconstrucción social que no va necesariamente en el sentido

evolucionista

de

mayor

técnica,

mayor

competitividad,

mayores

intercambios exteriores, siguiendo las formas más espectaculares de la sociedad


97 informacional y de los medios de comunicación masiva, sino que comienza a construirse cada vez más a distancia de estos referentes, sirviéndose de ellos pero condicionadamente en la medida en que tales referencias se han convertido en disolventes poderosísimos de la vida pública, de la densificación social y de la concordia. Hemos establecido que dicho camino de reconstrucción social depende de la generación de colectivos sociales en espacios intermedios, entornos manejables para los seres sociales no profesionalizados: la autonomía regional, la democracia participativa, la organización vecinal; colectivos empoderados en el plano social, capaces de entablar relaciones de igualdad y respeto hacia las fuerzas que vienen de su exterior (los proyectos de desarrollo económico, los flujos del comercio y los establecimientos comerciales e industriales, nacionales e internacionales, los proyectos gubernamentales en todos los terrenos, los medios de comunicación y otras agencias que hablan de esos colectivos, los estudian, los interpretan y dicen incluso representarlos...), y capaces de entablar también, en su interior, relaciones de respeto y equidad entre los actores que componen esos espacios intermedios en empoderamiento (mitigando la dominación y la explotación salvajes en el interior de la familia, la comunidad, la localidad, la región). La sociedad informacional, la sociología global, las grandes flechas negras que muestran la frecuencia de los intercambios mercantiles, financieros, de la ciencia y la técnica entre las grandes regiones y metrópolis del mundo, de Europa a Norteamérica, al Japón y al Sureste asiático (Castells 1999), no son los espacios ni los procesos que debieran concentrar, casi monopólicamente, el interés de las disciplinas de lo social y lo humano, sino la infinidad de pequeñas flechas enrojecidas por el sufrimiento que se agolpan en la India y en toda el Asia, en África y en América Latina, y entre los que aún constituyen el 15 ó 20% (pero que pronto llegarán al 25 ó al 30%), de marginales que sobreviven en los países de


98 una OCDE que se empequeñece. 39 Son, todos éstos, agentes en pulverización, en degradación, en dilución, en masificación... para los que no están yendo más que muy pocos flujos de recursos (materiales e intelectuales), y que es obvio, hoy, que van a permanecer ahí, sin proyecto, sin recomposición, según nos lo indica la entrada al túnel del siglo XXI.

No es cosa pues de dedicarse a los pobres y a la pobreza, en alguna especie de filantropía, sino de descubrir los complejísimos mecanismos y órdenes imaginables (y de la experiencia pasada), que puedan reconstruir a lo socialcolectivo-local-regional y, desde ahí, hacer frente y corregir las situaciones de inequidad y anomia: un asunto que requiere un alto grado de producción intelectual sistemática y de experimentación y que hasta el presente, a pesar de su evidencia aplastante, no ha sido colocado con la visibilidad y con las dimensiones que reclama. Es con base en lo anterior que se propone el reforzamiento de espacios y agregados intermedios en torno a propuestas igualmente de alcance intermedio, que son los ámbitos privilegiados desde los que se debe atacar el problema del estancamiento, la exclusión, la anomia, el deterioro ambiental: de poco sirve que un comité, un ejido o una asociación aislados, representando 3 ó 5 mil habitantes se proponga animar tareas y a plantear sus problemas a las autoridades y a otras instancias, habida cuenta de las vigorosas fuerzas que tienden a debilitar a cualquier estrategia de empoderamiento social.

De poco sirve igualmente recrear fronteras e identidades reales o imaginarias que contengan en su interior a trescientos o quinientos mil habitantes, que son lo propio más bien de una unidad gubernamental (una macro-región federal o la gran área de una macrociudad), si estos no descansan en andamiajes organizacionales intermedios debajo de ellos. Se sabe por experiencia que tan dilatadas 39

En un análisis de datos del censo de 2005, la cadena de periódicos McClatchy ha calculado que cerca de la mitad de los 38 millones considerados como pobres en los Estados Unidos deben ser considerados en pobreza extrema, cifra que ha crecido en 26% entre el qño 2000 y el 2005 (Brooks 2007).


99 acumulaciones proyectan aparatos y liderazgos con lógicas francamente exteriores al objetivo deseado de resolver los problemas que han sido construidos como tales desde lo social intermedio.

Las asociaciones de comités vecinales y también los consejos ciudadanos (municipios,

federaciones

socio-territoriales...),

articulándose

con

ONG’s,

escuelas, parroquias, empresas, instiuciones de educación superior y otros organismos (dependiendo de cada situación), que involucran en un trabajo constante a agregados de entre veinte y cien mil habitantes (de nuevo cada caso es distinto), parecen ser condensaciones más adecuadas para permitir el objetivo de la densificación social. Aseguradas esas dimensiones los representantes vecinales no se ven obligados, por ejemplo, a desplazarse a las instancias de gobierno y administración (ejercicio tan desgastante), sino que el flujo es al revés: los equipos del gobierno acuden a los espacios vecinales.

En resumen, en el mundo actual, la manera privilegiada de acercarnos al objetivo de mejorar la calidad de la vida de la gente en un país como el nuestro (neoliberal, subordinado, en desmodernización), es mediante la generación de campos sociales medios, y de su empoderamiento, desde los que sea posible plantear la generación-retención de energía (entendida como generación-retención de riqueza material, densificación humana, poder social, confianza en el andamiaje institucional, fomento del saber científico-técnico e identidad cultural). Agreguemos desde ya que, particularmente en nuestra época, sólo desde estos campos sociales medios parece posible contrarrestar a los poderes del capital y de la esfera estatal-política.

Es precisamente en este marco en donde nace el proyecto de llevar adelante una ingeniería y una moral reconstructiva de las potencialidades de la sociedad civil, una sociología que reconstruya material, anímica y axiológicamente a lo social desde lo social mismo (desde los espacios y los territorios principalmente, supeditando a ellos lo temático y lo sectorial: salud, educación, jóvenes,


100 mujeres...), desde lo institucional también naturalmente (pero sólo si su contraparte, lo social, ha sabido encontrar caminos para expresarse a través de algo así como una cultura cívica activa). Se trata de una reconstrucción que sepa particularizar en las dificultades para ser implementada en los distintos “panoramas” urbanos, semi-urbanos y rurales (vecindario, comunidad, área urbana, pueblo, colonia, unidad habitacional, zona, cuenca, región, región autónoma, frente municipal, ejidal...).

Digamos que estos experimentos y estas nuevas formas organizativas, están aportando ya experiencia en torno a las dimensiones óptimas de estos reagrupamientos, así como sobre las técnicas, temáticas, etapas de discusión y jerarquización de demandas, toma de acuerdos, etc. Se están constituyendo como una propuesta de empoderamiento horizontal, con todas las dificultades que eso significa. De esa experiencia están aprendiendo los vecinos, los administradores públicos, los equipos profesionales que fungen como asesores de esas agrupaciones, asociaciones de comités, de municipios, de ejidos, y ojalá que puedan también alimentarse los partidos y organizaciones políticas (pero no para aprender a destruir o a pulverizar con más eficacia la resistencia ciudadana). Se está reuniendo un cúmulo de experiencias que sin duda sirven ya de guía de acción de todo tipo de condensaciones asociativas y de su articulación difícil y compleja con los hacedores de programas gubernamentales y los responsables de la legislación a este respecto (en el libro La desmodernidad mexicana y las alternativas a la violencia y a la exclusión, OCÉANO, 2005, hemos citado una amplia bibliografía en torno a este novedoso enfoque 40 y hemos dedicado un anexo completo a la descripción de una amplia gama de estos ejercicios de auto40

Consideramos que hay una corriente importante en México, en América Latina y en el mundo, buscando repensar a las sociedades de nuestro tiempo y las vías para hacer frente a sus enormes problemas desde lo social, desde el empoderamiento de lo social intermedio, desde lo regional-territorial, desde un posicionamiento de “democratización de la democracia”: Appadurai (1999), Alburquerque (1996 y 1997); Boisier (1992, 1994, 1995 y 1996); Escobar (2000); Toledo (2000); Toledo y Bartra (2000); Sousa Santos de (2002); Sousa Santos de y Avritzer (2001), Leff (1986); Gaventa y Valderrama (1999); Przeworski (1990); Villasante (1975); Holland y Blackburn (1998); Cronwall y Gaventa (2000); Lowndes (1995); Mohan y Stokke (2000); Shaw y Martín (2000); Ruiz Morales (1992); Coraggio (1994 y 1997); López Jiménez (1994); Isaac y Séller (2000); Verdesoto (2002); Grompone (1994); Zibechi (2004); Bebbington y Carroll (2000); Artecona y Chong (2001); Bouchier (1997); Moctezuma (1999); Paré y Robles (2002); Olvera (1998); Mouffe (1994); Álvarez (2002); Patiño, Castillo y Zermeño (2001); Contreras (2003); Lomnitz (2002); Bolos (1999); Cuellar (1993); Portal (1997); Harneker (1995); Portillo (1996); Avritzer (1997); Alonso y González Casanóva (1986); Caciagli (1992)...


101 empoderamiento que han tenido lugar y están teniendo lugar en toda la república mexicana, en consonancia con muchos otros ejercicios del mismo tipo en el plano latinoamericano, y de otras partes del mundo).

XXI Estrategia regional (antecedentes de la)

Importantes investigaciones se han llevado a cabo y se están llevando a cabo en torno a las regiones que componen nuestro país. Desde las más clásicas (Angel Palerm, Miguel Otón de Mendizábal, Angel Bassols Batalla 41 , Claude Bataillon, Hèlene Rivière D’Arc, Jean Revel-Mouroz), basadas en criterios de formación histórico-política, recursos y condiciones naturales, composición étnica, densidad y movimiento de la población, niveles de vida y cultura, producción agrícola, industrial, transportes, etcétera; hasta las más recientes elaboradas por Sedesol, Semarnat, el Banco Mundial y otras entidades gubernamentales y académicas... Dentro de este último grupo vale la pena destacar tres tipos:

Primero, los programas y las investigaciones que trabajan con referentes regionales otorgando en muchas ocasiones un acento excesivo en aspectos temáticos y en aspectos técnicos que involucran parcialmente o de manera sólo marginal a los habitantes de esos territorios y se encuentran débilmente enganchados con el resto de las acciones institucionales y sociales que ahí se llevan a cabo. Esto empuja a diseños de regionalización excesivamente marcados por los referentes del entorno natural y ecológico, las cuestiones de salud, las fronteras etnográficas, etcétera, con base en programas y organismos como Acuacultura, Conservación de Suelos, Programa Nacional de Reforestación, Instituto Nacional de Ecología y otros, cuyas dimensiones resultan difíciles de compatibilizar con los diseños

41

De quien hay que destacar, entre muchos otros trabajos, su elaboración de las 154 regiones socioeconómicas sobre bases político-administrativas (1989).


102 regionales de desarrollo sustentable, estableciendo en muchas ocasiones fuertes disonancias con ellos.

Segundo, los programas gubernamentales territorializados del último cuarto de siglo que han pasado de COPLAMAR, un sistema territorial con base en microregiones que logró bastante impacto, a PRONASOL, pequeños grupos efímeros organizados para la solución de problemas puntuales, que eran desmantelados inmediatamente después de concluida la pequeña obra, a PROGRESA, en el último tramo de los gobiernos zedillistas y el inicio del foxismo, a OPORTUNIDADES, CONTIGO y ARRANQUE

PAREJO;

programas

completamente

focalizados,

individualizados que hicieron perder toda la esperanza en que el fin del neoliberalismo priísta, “el gobierno panista del cambio”, se apoyaría en su herencia demócrata social, en el fortalecimiento de lo social-local-regionalconsistente.

Ningún programa del gobierno federal apuntó en esta última dirección y más bien, conforme avanzó el sexenio, los colectivistas (que no comunitaristas como quiere descalificárseles), fueron perdiendo terreno en la administración pública y lo perdió también cualquier referencia al espacio público (solidario) como medio natural para enfrentar la precariedad. 42

El punto aquí, más allá de los resultados positivos de estos esfuerzos, es que al focalizar de manera en ocasiones extrema en lo individual, en lo familiar o en la empresa aislada, se tiende a descuidar la potencialidad de los colectivos, no aprovechándose entonces el motor más importante de su sustentabilidad que está basado en el asociativismo, la solidaridad y la 42

Fueron programas, estrategias y andamiajes institucionales como Progresa o Microregiones, de SEDESOL, que han trabajado con referentes regionales basados principalmente en índices de pobreza y que han sido dirigidos a las familias o a algunos miembros de las familias (mujeres, jóvenes...); Fonaes (---), de la misma secretaría que se ha enfocado sobre las empresas sociales; el Procampo, Firco y Alianza para el Campo, de SAGARPA, que ha trabajado con productores individuales; Proders, Conanp, Ecoregiones de Semarnat; Credito a la Palabra y mini-créditos personales.


103 confianza colectiva. El programa de becas de Oportunidades, por ejemplo, condiciona su entrega a un buen desempeño en el sistema escolar y son otorgadas a algunos miembros de las familias más pobres, en particular a los miembros jóvenes, con énfasis en las mujeres porque se supone, con fundamento, que ellas son las que tienen menos oportunidades en esa situación extrema de pobreza y exclusión.

Así, PROGRESA, OPORTUNIDADES, CONTIGO, canalizan recursos hacia algunos miembros de familias en extrema pobreza, pero pueden dejar fuera, y dejan fuera, a otras familias en situación igualmente de pobreza que viven en el entorno vecinal de ese núcleo escogido por los técnicos del programa. De esa manera se crean diferencias en el seno de la precariedad y de la exclusión, se inhiben y se destruyen las bases de la solidaridad y del espacio público y se rompe la posibilidad de imaginar, en lo social-regional, salidas colectivas a la degradación. Estos programas apuestan a superar exclusivamente la pobreza de las niñas, y en menor medida de los niños, mientras para las generaciones ya perdidas de adultos se destinan algunos recursos para la adquisición de leche a bajo precio (Liconsa), mucho más orientados a destruir la potencialidad asociativa de los pobres en situación de hambre, que pensados en función de una dieta nutricional.

Se ha abierto, pues, una polémica y una tensión entre las políticas focalizadas y las posiciones que propugnan por una reconstrucción de los agregados colectivos para enfrentar la situación de precariedad y desorden, una polémica que está tensionando a las academias, a las ciencias sociales, a los propuestas programáticas de los partidos políticos... ¿El colectivismo o la focalización; el sujeto o el gorrón; la solidaridad grupal o el individuo; el asociativismo o la pulverización anómica? El punto es que en otra perspectiva gubernamental, preocupada por la reconstrucción del espacio público y la solidaridad, podrían perfectamente combinarse las dos vías de manera de tener al final una sociedad más balanceada.


104

Ahora bien, al

lado de la terrible tensión entre excluidos e integrados,

aparece el otro fenómeno candente de nuestro tiempo: la tensión entre quienes defienden la consistencia de lo social-regional y quienes viven del desmantelamiento de las identidades colectivas para dar paso al saqueo de los patrimonios que existen en esas regiones, instituciones y espacios públicos (y esas también son redes de empresarios, de ONG’s, de profesionistas).

Tercero, y lo que aquí más nos interesa, los diseños de regionalización que combinan

e

integran

diversas

dimensiones

y

diversas

políticas

institucionales e instrumentos de sustentabilidad económica, de equilibrio medio ambiental, de salud, etcétera. No se trata de programas de regionalización generados desde el exterior, porque el centro de la propuesta consiste justamente en la construcción de un piso social, de un sujeto social, si se prefiere, con base en la participación y el empoderamiento de las personas que habitan esas regiones y que deben ser receptoras privilegiadas de esos proyectos.

Desde ese piso o sujeto social-regional es posible mitigar la duplicidad de los planes y programas gubernamentales y de todo tipo y potenciar las sinergias. Quienes deben ir apropiándose de la orientación futura de su vida son

los

habitantes

de

esas

colectividades.

Hay

que

acompañar

naturalmente a esos colectivos, facilitándoles los diagnósticos que se requieran con el nivel más elevado de profesionalismo técnico y humanístico y con fuerte participación y discusión pública.

Hasta ahora nos ha quedado claro que la consistencia o densidad social de que hemos hablado es mayor cuando la gente tiene conciencia de pertenecer a una lugar, tiene noción de sus límites, lo considera su espacio colectivo y lo defiende. Cuando esto sucede, se abre la posibilidad de que


105 esas personas inviertan una parte de sus recursos en afecto, en apoyo compartido, en solidaridad grupal y no se limite al mero cálculo racional, privado, al mero interés con respecto a fines personalizados. Conforme el mundo moderno se debilita, un abono para fomentar el asociativismo territorial lo constituye la amenaza exterior en que se han convertido la delincuencia, la violencia generalizada y el saqueo de lo local por las poderosas fuerzas globales. Para el pequeño grupo de los privilegiados esto empuja hacia un mayor encierro defensivo; para el ancho mar de la marginalidad, la pobreza y la exclusión, esto se convierte en un motor de solidaridad defensiva (incluso si en un primer momento, en los espacios “rotos” y de la precariedad cunda también el pánico y el encierro defensivo a mediano plazo la única forma de lograr ciertas expectativas para la sobrevivencia consiste en el apoyo solidario).

Para enfrentar tal situación de adversidad, a lo largo de los últimos decenios se han llevado a efecto una serie de ejercicios de asociativismo en distintos puntos del territorio nacional. Se ha tratado en su mayoría de ejercicios local-regionales con mayor o menos continuidad y con mayor o menor éxito en los objetivos que se han planteado. En ellos han participado actores sociales de distinta índole, organizaciones de la sociedad civil, órdenes gubernamentales en sus distintos niveles, instituciones educativas y de investigación, instituciones religiosas, agencias de financiamiento y de apoyo técnico nacionales e internacionales, etcétera.

Dichos

ejercicios

regionales

y

territorializados

han

girado

en

torno

a

organizaciones y asociaciones como las Empresas Forestales Comunitarias (EFC), las Asociaciones Rurales de Intereses Colectivos (ARIC), las Sociedades de Solidaridad Social (SSS), las cooperativas y las coaliciones de ejidos u organizaciones en distintos puntos del territorio (Coalición de Organizaciones para el Desarrollo Sustentable del Sur de Veracruz, Organizaciones Ejidales del Sur de Sonora, Coalición de Ejidos de la costa Grande de Guerrero, entre otras), la


106 Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), las cajas de ahorro solidarias, los Proyectos de Desarrollo Regional Sustentable (PRODERS), los Caracoles zapatistas, etcétera.

A tres décadas de iniciadas muchas de estas experiencias es necesario hacer un balance, un repaso de lo que salió bien y de lo que salió mal en algunos de esos ejercicios. Es necesario encontrar consensos sobre las formas organizativas, asociativas, etcétera, que en distintas regiones medias y espacios local-regionales del país deberían ser ensayadas para alcanzar los objetivos (simples de enunciar pero altamente difíciles de llevar a la práctica), consistentes en mejorar la calidad de vida de las personas que los habitan y preservar nuestro medio ambiente y la salubridad que se encuentran en un deterioro acelerado.

En su mayoría estos ejercicios han estado marcados por la búsqueda de sustentabilidad económica. Se ha tratado de proyectos productivos que han intentado, y en algunos casos logrado, una competitividad en el mercado local, nacional e incluso internacional, como ha sido el caso de las organizaciones cafetaleras, forestales, del cultivo de hortalizas, frutas y flores, etc. Quienes han animado, asesorado, estudiado o participado en estos ejercicios se han servido preferentemente de la concepción de capital social para analizar y describir dichos ejemplos (Flores y Rello 2002; Bray y Merino 2004...). Y tal referente parece ser bastante adecuado, pues de lo que se trata, en efecto, es de crear y fortalecer redes

de

cooperación,

solidaridad,

confianza

y

un

cierto

grado

de

institucionalización para asegurar la continuidad y el fortalecimiento de tales esfuerzos.

Otro gran agregado de estos ejercicios no se ha limitado al aspecto productivo y se ha interesado sobre todo por las condiciones de vida de territorios localregionales en su conjunto en torno a urgencias como el medio ambiente, la salud, la educación, la riqueza cultural, la solidaridad y la prevención contra la violencia social en regiones medias. Es el territorio en general con todos sus habitantes y su


107 medio ambiente el foco de preocupación y no solamente el fortalecer en términos de capital social a una empresa o al conjunto de empresas de un determinado ramo.

Y es que, como lo han establecido algunos autores de esta corriente, y como ya lo habíamos apuntado, no todas las formas de capital social empoderan a lo social: un

grupo

de

empresarios

que

invierte

en

una

región,

decíamos,

no

necesariamente levanta el nivel de vida de los trabajadores que han pasado a laborar en el proyecto, o como establecen Ostrom y Ahn (2003), “el capital social también posee un lado obscuro: carteles, pandillas y mafias usan su capital social para destruir otras formas de capital social a la vez que construyen el suyo”.

Un tema preocupante que vamos a discutir más adelante gira en torno a la pregunta de hasta qué punto los planteamientos demasiado centrados en los proyectos productivos y en el enfoque del capital social han sido capaces de tomar en cuenta al entorno social regional de manera integral. Hasta qué punto estos ejercicios han densificado a lo social, es decir, han contribuido a levantar el nivel de vida de individuos, familias y colectividades mediante una mejor alimentación, una mejor educación y capacitación, mejor salud, relaciones más balanceadas con el entorno natural.

No cabe duda que ejemplos como el proyecto forestal del Nuevo San Juan Parangaricutiro en Michoacán o la Unión de Comunidades Zapoteca-Chinanteca (Uzachi), en Oaxaca, parecen reunir la triple cualidad de ser productivos de manera competitiva, basarse en una fuerte generación de capital social y densificar su entorno social-regional. Habrá que analizar, en fin, si nuestra herencia conceptual no nos ha encerrado un poco en el ámbito de la producción y de la empresa, lo que crea una enorme dificultad ahora que es casi imposible definir la vocación de las distintas regiones dada su crisis de competitividad en los mercados abiertos, pues habremos de aceptar que la mayoría de esos espacios local regionales está dependiendo excesivamente de las remesas internacionales,


108 los apoyos gubernamentales en términos no productivos -ramo33-, el narcotráfico, el contrabando, el encierro autoconsuntivo, etc. La vocación de esos espacios se vuelve entonces una preocupación enorme, al tiempo que la dinámica de esas regiones parece girar cada vez más en torno al deterioro medio ambiental (agua potable y residual, tratamiento de residuos sólidos...), la mala calidad de la educación, el desempeño de los jóvenes, el deterioro de la salud colectiva, etcétera.

XXII Ejes articuladores de la participación social territorializada Podemos

adelantar

una

clasificación

inicial:

al

lado

de

los

temas

medioambientales, de salud y de la delincuencia urbana y la violencia generalizada, que por su gravedad tienden a articular los esfuerzos más visibles de autoorganización y empoderamiento social, no debemos perder de vista ni subvalorar las otras temáticas o problemáticas que están siendo capaces de generar la participación social territorializada.

Todas estas temáticas se están articulando (y se han articulado históricamente), en torno a polos como: -

Lucha por el agua (Lerma-Cutzamala, Iztapalapa, Pachuca y lo que viene);

-

Organizaciones

territoriales

orientadas

a

la

búsqueda

de

una

sustentabilidad agrícola, de un comercio justo e incluso de una competitividad en los nichos del mercado global (ejemplo de Sinaloa y de las regiones cafetaleras, las hortalizas de exportación de Baja California Sur...); -

Regiones forestales en donde un ejido o un conjunto de ejidos organiza de manera racional la explotación y la reforestación y logra niveles elevados en el procesamiento de la madera en mercados de alta calidad (San Juan Parangaricutiro, Acuitzio, Villa Madera...)


109 -

Regiones turísticas en donde los habitantes originarios han sido capaces de controlar la prestación de servicios y gracias a su iniciativa emprendedora y a la defensa de sus riquezas se han embarnecido y han mejorado su calidad de vida (Oaxaca, Guanajuato, la región Monarca en Michoacán y el Estado de México...)

-

Ligado a lo cual hay que mencionar el relanzamiento de las artesanías indígenas adecuadas a las nuevas demandas que han inaugurado una especie de frenesí cultural, un rescate decidido de las tradiciones y el relanzamiento de zonas coloniales protegidas en donde florecen comités de defensa del patrimonio cultural (Hidalgo, la Mixteca en Oaxaca, Patzcuaro y Sirahuen en Michoacán, Tepoztlán y Tlayacapan en Morelos, Malinalco en el Estado de México, etc.)

-

Prácticas regionales de autofinanciamiento o micro-financiamiento y ahorro y el fortalecimiento de los lazos colectivos que estas prácticas defensivas han generado (Querétero...);

-

Batallas en contra de los confinamientos peligrosos y contra las prácticas devastadoras de la fertilidad de la tierra, como lo son los sembradíos intensivos de frutas (el Balsas en Guerrero) y hortalizas para la exportación (Jalisco, Guanajuato, Michoacán...), o el cultivo salvaje de los eucaliptos para la industria papelera (Tabasco...);

-

Prácticas que atentan contra la salud colectiva de toda una región (minerales en San Luis Potosí, confinamientos peligrosos en la frontera y en otros puntos de la república...);

-

Los ejercicios de Presupuesto Participativo” (Mendosa en Veracruz, Tlalpan en el DF...);

-

Grandes presas y alteraciones al equilibrio natural y social de una región (La Parota en Guerrero, El Cajón en Nayarit, Atenco en el Edomex...)

-

Megaproyectos turísticos que constituyen despojo y saqueo para los habitantes originarios de una región (Escalera Náutica de Nayarit, grandes complejos hoteleros en Jalisco, Quintna Roo, Oaxaca...., Clubes de Golf en Tepoztlán...);


110 -

Organización ciudadana territorializada en torno a la seguridad de una región o área urbana (Villa Coapa en el DF, Tlacoachistlahuaca en la Montaña de Guerrero...);

-

Rescate del entorno medioambiental de una región o una cuenca (Atoyac en Guerrero, Río San Pedro en Nayarit, Lago de Patzcuaro en Michacán...).

-

La consolidación de universidades o centros educativos que se vuelven el corazón y el motor dinamizador de una región (la Universidad de las Américas en Cholula, Puebla, etc);

En todos estos ejemplos y en otros más será de gran interés la comparación en torno a cómo se construyeron los espacios deliberativos y de asociativismo regional, cómo se convoca a los participantes de estos espacios, hasta qué punto el servirse preferentemente de la competencia electoral para elegir delegados es el mecanismo que mejor conviene para la cohesión del colectivo, cuál es su distancia con las autoridades, de qué manera se allegan (“se bajan”) los recursos públicos o de otra índole, cuál es la relación de articulación y distancia con los partidos, los sindicatos y las organizaciones políticas o con las organizaciones religiosas, de qué manera las universidades y las instituciones de investigación y de enseñanza se han articulado a estos ejercicios, cuál es la vocación de un espacio regional en este momento de competencia salvaje y de fronteras abiertas...

XXIII Desde lo social intermedio Es con base en lo anterior que se propone el reforzamiento de espacios y agregados intermedios en torno a propuestas igualmente de alcance intermedio, que son los ámbitos privilegiados desde los que se debe atacar el problema del estancamiento, la exclusión, la anomia, el deterioro ambiental: de poco sirve que un comité, un ejido o una asociación aislados, representando 3 ó 5 mil habitantes


111 se proponga animar tareas y a plantear sus problemas a las autoridades y a otras instancias, desde el momento en que agregados tan pequeños no tienen en realidad gran poder frente a las vigorosas fuerzas que tienden a debilitar a cualquier estrategia de empoderamiento social. De poco sirve igualmente recrear fronteras e identidades reales o imaginarias que contengan en su interior a trescientos o quinientos mil habitantes, que son lo propio más bien de una unidad gubernamental (una macro-región federal o una delegación territorial), si estas no descansan en andamiajes organizacionales intermedios debajo de ellas. Se sabe por experiencia que tan dilatadas acumulaciones proyectan aparatos y liderazgos con lógicas francamente exteriores al objetivo deseado de resolver los problemas que han sido construidos como tales desde lo social intermedio. Las asociaciones de comités vecinales y también los consejos ciudadanos (municipios, espacios socio-territoriales...), articulándose con organizaciones de la sociedad civil, ONG’s, escuelas, parroquias, empresas y otros organismos (dependiendo de cada situación), que involucran en un trabajo constante a agregados de entre treinta y cien mil habitantes (de nuevo cada caso es distinto), parecen ser condensaciones más adecuadas para permitir el objetivo de la densificación social. Aseguradas esas dimensiones los representantes vecinales no se ven obligados, por ejemplo, a desplazarse a las instancias de gobierno y administración (ejercicio tan desgastante), sino que el flujo es al revés: los equipos del gobierno acuden a los espacios vecinales. En resumen, en el mundo actual, la manera privilegiada de acercarnos al objetivo de mejorar la calidad de la vida de la gente en un país como el nuestro (neoliberal, subordinado, en desmodernización), es mediante la generación de campos sociales medios, y de su empoderamiento, desde los que sea posible plantear la generación-retención de lo que podemos llamar con el genérico de energía (entendida como generación-retención de riqueza material, densificación humana, poder social, saber científico-técnico e identidad cultural). Agreguemos desde ya que, particularmente en nuestra época, sólo desde estos campos sociales medios


112 es posible contrarrestar a los poderes del capital y de la esfera estatal-política. Para la generación-empoderamiento de un campo social medio es necesario: a) Plantear el tema de la generación-retención de riqueza material, sin perder nunca de vista que el objetivo más alto es el mejoramiento de la calidad de la vida de los miembros de cada campo social. b) Este objetivo requiere, igualmente, la generación-retención de agentes internos organizando y dinamizando las potencialidades en cada campo, un desarrollo endógeno sostenido, una dinámica emprendedora que se logra con la transmisión de experiencia a través de sistemas y métodos organizativos, educativos y de entrenamiento (con base en la generación de estos agentes es que hablamos de densificación social). c) A lo que se aúna el concurso de agentes externos: universidades, ONG’s, organizaciones religiosas, organismos internacionales de ayuda, etc., capaces de generar-retener tecnologías, prácticas, formas de organización en cada campo, en los terrenos de la producción de riqueza, la alimentación, la salud, la vivienda, la seguridad, etc. d) Los campos sociales medios permiten, de manera óptima, conservar y mejorar el entorno ambiental, pues tienen dimensiones que refuerzan el espacio público, un accionar a escala humana que facilita el balance entre familia, escuela, colectivo y habitat (medio ambiente). e) Los campos sociales medios permiten además, ya lo decíamos, un mejor balance entre poder político y poder social, y entre poder económico y poder social. En el primer caso, porque desde ese ámbito restringido es posible establecer una relación de mayor rendición de cuentas con los liderazgos y las corrientes políticas (partidos, organizaciones...), que tienden, sobre todo en nuestra cultura, a fugarse hacia las altas esferas centralizadas de lo estatal y lo nacional

(la

propensión

buropolítica

la

hemos

llamado

en

otra

parte,

Zermeño,1996); en el caso del poder económico, porque cualquier inversión,


113 incluidas las de las grandes firmas, tiene que encontrar un reposo, un asiento en una región, en un campo medio, y cuando éste ha alcanzado cierta consistencia, la lógica del capital encuentra redefiniciones y resistencias al compulsarse con la lógica de la mejor calidad de vida de los colectivos que van a ser afectados. f) De la misma manera, el empoderamiento de campos sociales medios puede enfrentar paulatinamente el reto de la igualación de oportunidades para todos sus integrantes vía el gasto público, los impuestos, la educación y otros mecanismos. g) Mucho de lo anterior depende del reforzamiento de una cultura cívica. Se vuelve central entonces la generación y el reforzamiento de la convivencialidad, la solidaridad, la confianza, la comunicación, el fomento del espacio público, la generación de normas que embarnezcan las prácticas... h) Junto al mejoramiento de la cultura cívica, todos los “vectores” enunciados anteriormente deberían ser orientados hacia una ética tendiente a evitar las fugas de riqueza y energía del campo social medio. Es decir, lo que ahí se genera, con base en los recursos materiales, el trabajo de la gente y la gente misma, debe ser valorado, abriéndose al intercambio de productos y personas, naturalmente, pero toda esa dinámica debe tener como uno de sus objetivos el evitar el saqueo de la riqueza (natural, cultural, laboral), de cada campo y el no perder la meta de la densificación del tejido social y de sus actores básicos.

XXIV Los instrumentos Es necesario ahora presentar algunos de los instrumentos y analizar algunas de las dificultades para llevar a cabo dicha tarea de reconstrucción. Hasta ahora parece haber cierto consenso en torno a que para consolidar un territorio regional se ha requerido de dos espacios o niveles de participación: por una parte, los miembros de una colectividad, o de las varias colectividades


114 implicadas en un territorio así, requieren de un espacio abierto a la participación, una plataforma de interacción comunicativa y formación de consensos en donde puedan informarse de los planes que han sido propuestos para su mejoramiento y de los avances que se han logrado en esos planes, un espacio en donde pueda cualquier persona o agrupación cuestionar la manera en que se ha planeado llevar adelante algunas obras y en donde puedan sumar sus esfuerzos esas personas u agregados poblacionales u organizaciones.

Pero la planeación de esas tareas no puede llevarse a cabo en espacios abiertos, la jerarquización de las obras y de los presupuestos no puede hacerse a mano alzada desde un principio, sino que requiere de una elaboración profesional y técnica y para esto es necesario establecer una esfera de concurrencia de voluntades de personas, instituciones, colectivos... Algo así como un comité o consejo

deliberativo,

en

donde

pueda

articularse

una

perspectiva

profesionalmente estructurada, sin jerarquías, en la que confluyan las entidades ya referidas

(instituciones

de

educación

e

investigación,

organismos

y

representaciones sociales, agencias nacionales e internacionales de fomento y apoyo a diversas iniciativas, empresas, organizaciones de la sociedad civil y autoridades gubernamentales en sus tres ámbitos de gobierno con su amplia gama de acciones, proyectos y programas…).

En términos ideales, de lo que aquí se trataría es de lograr la confluencia de un grupo mixto, abierto, con base en intereses compartidos, que no pretenda una representatividad política ni de ninguna otra índole, pero que aspire a convertirse en una conciencia intelectual y profesional, con una propuesta de sustentabilidad alternativa, con capacidad de convocatoria, generación de consensos y potencialidad de intervención en las políticas públicas a mediano plazo. Somos conscientes de la complejidad y la dificultad de lo que acabamos de afirmar y regresaremos sobre esta polémica, pero antes permítasenos enumerar las acciones y funciones de acompañamiento que un consejo o comité de esta naturaleza se propondría:


115

1) Función de continuidad. Existe un consenso muy claro en el sentido de que muchos de los esfuerzos para ir en apoyo de una región no han logrado la eficacia deseada y que eso ha dependido, en primer lugar, de la falta de continuidad en los programas y políticas gubernamentales. Ello se explica por las renovaciones sexenales y trienales de las administraciones municipales, estatales y nacionales, que generan constantemente nuevas iniciativas con un abandono casi total de los esfuerzos precedentes que aún no sobrepasan la fase inicial, pero en los que en muchas ocasiones ya se han

invertido significativos recursos en

burocracias e instalaciones.

Con cálculos conservadores, detener el deterioro de una cuenca o un área urbana y potenciar su vocación social, cultural y económica es un esfuerzo que puede tomar diez o veinte años, debido principalmente a que la garantía de éxito consiste en que los actores local-regionales se apropien y arraiguen los procesos emprendidos. En esa medida, la búsqueda de continuidad de proyectos y acciones se vuelve una tarea estratégica de unos comités como los que estamos proponiendo, tomando en cuenta que habrán de sucederse, en el mejor de los casos, más de tres administraciones estatales y federales y no menos de cinco administraciones municipales.

2) Función de articulación Un segundo problema crónico que puede detectarse en casi todas las experiencias de sustentabilidad regional se relaciona con la falta de articulación entre unos y otros ejercicios de intervención, en particular en el ámbito de la administración pública, que dependen de lógicas e intereses muy diversos y provocan, con su “multi-direccionalidad enloquecida”, que los habitantes objeto de esas iniciativas no logren ubicar su propio quehacer en esos planes y no puedan participar en forma integral y comprometida: hay “discordancia en los


116 plazos y en la coordinación de las acciones, en la legislación y la normatividad de cada dependencia al determinar las formas de organización y los procedimientos de programas estrictamente sectoriales (salud, educación, medio ambiente, empleo y proyectos productivos, atención social, etc.)”. 43 El espacio deliberativo propuesto aspiraría a convertirse en un ámbito de concertación, de articulación y de continuidad para tratar de corregir estas inercias negativas. En consecuencia, su desempeño debe ejercerse por igual hacia el gobierno estatal y sus organismos, hacia los gobiernos locales y hacia las localidades y sus espacios de representación y autoridad, sin que estos niveles se supediten unos a otros. Debe convertirse entonces en un espacio de interacción comunicativa, en una red “conversacional” orientada hacia la suma de fuerzas y sinergias, de articulación de visiones, ritmos e intereses. Es necesario aclarar en este punto, que en su “función de articulación” el Comité se propone acompañar y en ningún momento suplantar las funciones gubernamentales, 44 generar diagnósticos sobre los distintos problemas de la región, proponiendo acciones de sustentabilidad regional y educación ambiental con base en la participación de las comunidades, evaluando acciones y programas cuando así se considere conveniente, señalando que algunos proyectos se sobreponen o se contraponen, insistiendo en que las nuevas administraciones no desdeñen o ignoren el trabajo de las anteriores, etcétera. 3) Función de información

43 Aída Castilleja, “La cuenca del lago de Pátzcuaro como escenario y objeto de políticas públicas”, Centro INAH, Michoacán (mimeo). 44

Por ejemplo: el gobierno de Michoacán a través de su Secretaría de Planeación y Desarrollo ha decidido, con muy buen criterio, dividir esa entidad federativa en diez regiones, siendo una de ellas la Región Pátzcuaro-Zirahuén. A cada una de esas regiones corresponde un Subcomité de Planeación para el Desarrollo Regional (SUPLADER), en el que participan distintas instancias y actores. Tocaría al Comité o consejo deliberativo, que en el caso de esta cuenca se ha denominado Comité Por-Pátzcuaro, acudir al Suplader y acompañarlo. Un Suplader está compuesto por los presidentes municipales de la región; los representantes de las dependencias estatales de medio ambiente, asuntos indígenas, desarrollo social, asuntos agrarios y de pesca, turismo, etc; las dependencias federales correspondientes a los campos anteriores; una decena de empresarios de distintos ramos; una decena de productores artesanos, ganaderos, agricultores y pescadores; seis dependencias de investigación y educación; y una veintena de representantes de la sociedad civil (ecólogos, profesores, médicos, indígenas profesionistas...).


117 El Comité debe procurar una convergencia de información y comunicación que le permita estar al tanto y difundir las intervenciones que se están llevando a cabo y que se propone llevar a cabo en la región. Estaría asociado a esto el organizar en cada región un centro de información para la construcción del cual es necesario reunir los diversos bancos de datos existentes, lo que requiere que el Comité empeñe su prestigio y su autoridad profesional y académica con vistas a generar los complejos acuerdos orientados a esta noble finalidad. Al lado de eso y como tarea complementaria, el Comité debe organizar los foros y los talleres desde donde se generen los diagnósticos, con el más alto nivel de profesionalismo, orientados a las problemáticas que se consideren prioritarias, según consenso de sus integrantes. Un asunto pendiente es el de saber quién les paga y si debe o no remunerarse a los miembros del comité que no son autoridades o que no asisten sólo puntualmente, a los profesionistas que tienen que organizar la confluencia de vectores, por ejemplo (ya que a los profesionales y técnicos les pagará la obra que ha sido aceptada, aunque los apoyos deberían arrancar con el prediagnóstico

4) Función orientada al acopio de recursos Pero naturalmente un ejercicio así requiere de recursos financieros para el desempeño de las actividades y obras a emprender, y es quizás en este punto en donde debe ser altamente estratégica la capacidad de convocatoria y de convencimiento de los integrantes individuales e institucionales que conforman un comité. Esos recursos tienen origen público y privado: con respecto a los primeros no cabe duda que la infinidad de programas de dependencias como Semarnat, Sagarpa y Sedeso, tanto en el plano federal como en el estatal, por mencionar las más directamente involucradas, han de ser los interlocutores principales de un ejercicio como este. No debe pensarse, sin embargo, que los apoyos

para

llevar

adelante

trabajos

o

estudios

deban

supeditarse

íntegramente a la lógica muy propia de esos programas y dependencias, sino


118 que debería aceptarse que dichos recursos serán invertidos siguiendo las orientaciones y los consensos alcanzados en una dinámica compleja entre los organismos públicos y el Consejo Deliberativo, en donde los diagnósticos profesionales deberían ser atendidos de manera especial (esto debería ser así por lo menos durante toda una etapa de arranque de estos experimentos piloto o de todos los experimentos regionales que se echan a andar, de ser aprobada una política pública generalizada con base en estos diseños de sustentabilidad regional).

En la primera etapa de un “experimento” de esta naturaleza, los organismos públicos federales y estatales deberían aceptar que se trata de “ejercicios piloto” de mejoramiento regional a los que es necesario otorgar una cierta autonomía y confianza, desde el momento en que la lógica particular que está empeñada en estos esfuerzos no se acopla fácilmente a los requerimientos e inercias de cada dependencia y de cada uno de sus programas.

En lo que hace a los sectores no gubernamentales es obvio que si el Consejo ciudadano en consonancia con los programas oficiales y con el respaldo y la participación activa de las fuerzas arriba descritas, logra consensuar un buen proyecto, no deberían existir grandes dificultades para atraer el interés y el apoyo de algunos organismos nacionales e internacionales orientados a respaldar proyectos de mejoramiento social y sustentabilidad ambiental.

Una promoción similar deberá llevarse a cabo entre las organizaciones y empresas ligadas al turismo (hoteleros, restauranteros…), así como entre las grandes empresas que desarrollan sus negocios en una región determinada (refresqueras, cerveceras, cadenas comercializadoras, etcétera).


119 El objetivo de un comité de estas características no debería ser, sin embargo, el colocarse como mediador o aval de todas las acciones que se emprendan, sino que todas esas acciones se establezcan preferentemente entre las partes financiadoras y los organismos ejecutores de los programas. Sin embargo, para el ejercicio ordenado y la correcta rendición de cuentas de los recursos que pudieran ejercerse bajo su aval el Comité podría evaluar la conveniencia de crear un fideicomiso bajo la vigilancia prescrita en esta figura legal.

5. Función de difusión y propaganda. El Comité tendría entre sus tareas, gracias al prestigio de las instituciones y de las personas que lo integren, el difundir y dar visibilidad a todos los esfuerzos que se están realizando, en la medida en que ejercicios pilotos como estos deben cumplir justamente con el objetivo de su replicabilidad en otros espacios sociales medios, en otros espacios territoriales local-regionales.

6.

Función

participación

orientada

a

la

generación

del

asociativismo,

la

colectiva y el empoderamiento de las colectividades.

No cabe duda que esta es la función más importante de un comité como el que estamos describiendo, pues va quedando claro con lo hasta aquí dicho que su sentido no es esencialmente técnico, profesional o intelectual, aunque no deje de serlo, por supuesto, sino que se trata, en lo general, de un ejercicio de orientación, articulación y continuidad de esfuerzos y, en lo particular, de la generación del asociativismo, la participación colectiva y el empoderamiento de las colectividades en espacios sociales medios. Sin esa densificación de la sociedad no existe forma de aprovechar los esfuerzos gubernamentales, profesionales, académicos y científico-técnicos. 45

45

Lo que queda claro, así mismo, es que debe tratarse de una tarea de abajo hacia arriba y que eso requiere de realizar un trabajo muy fino de articulación de la base societal, un fortalecimiento de los espacios de participación social, respetando y apoyando las formas de organización comunitaria, sus representaciones en asambleas, sus comisionados, etcétera.


120

Para ilustrar este punto central es indispensable hacer referencia a ejemplos concretos de articulaciones que ya se encuentran en marcha: a. El Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), con el apoyo de la Fundación Gonzalo Río Arronte, de la Comisión Nacional del Agua y de los gobiernos estatal y municipales ha llevado a cabo un trabajo intenso en torno a la búsqueda y atención de las causas del deterioro ambiental de la cuenca cerrada del Lago de Patzcuaro, proponiendo alternativas de bajo costo para tratar y depurar las aguas vertidas al lago, la disposición de desechos sólidos, un uso y explotación más racional de los recursos naturales, etcétera. Para el éxito de estos esfuerzos es indispensable naturalmente el fomento concomitante de una cultura y conciencia ambientales. IMTA ha animado en consecuencia los programas y los libros ¡Encaucemos el Agua! y Cultura del Agua para niños, difundiéndolos a través de talleres de capacitación para 500 maestros y educadores no formales. Los resultados han sido positivos, pero han dejado ver también que un cambio de cultura y hábitos en estas temáticas requiere de un trabajo integral que se encuentra muy por encima de las capacidades de un organismo con temática particular y debe colocarse como un asunto de educación continua llevado adelante por dependencias educativas especializadas. En este caso el espacio del Comité Por Pátzcuaro tiene la función de poner en correspondencia los esfuerzos de IMTA con los de la SEP, el CREFAL, el Cecadesu, etc. y empujar a que desde esa relación se articulen igualmente los esfuerzos del sistema educativo formal en primarias y secundarias. b. Esa misma función debe desarrollarse en lo referente a los programas orientados a la recolecta y tratamiento de residuos sólidos. Este asunto concierne directamente a las presidencias municipales en lo que se refiere a la recolección, pero rebasa su ámbito de competencia en lo que hace a los métodos de selección y de confinamiento en rellenos sanitarios y en otros destinos. Las tareas del Comité en este caso serían la de poner en relación a los distintos actores ligados a la problemática, la de llevar adelante foros y talleres de enriquecimiento y discusión, las de convocar a organismos especializados en el diagnóstico y tratamiento de los desechos sólidos, la de hacer conciencia entre los actores gubernamentales responsables y orientarlos en la inversión eficaz de sus recursos, la de poner en contacto estos esfuerzos con organismos de la sociedad civil y ONG’s especializadas en hacer una mediación eficaz entre los programas propuestos y la comprensión de la ciudadanía hacia esos programas, etcétera. A este respecto existen ya propuestas para fortalecer articulaciones entre el Suplader, el CREFAL y algunos institutos y facultades de la UNAM como la de Ingeniería medioambiental, Geología, Ecología y Geografía, o algunas ONG’s de la región y se le ha propuesto al Comité el organizar talleres con especialistas sobre el tema que pueda derivar en un diagnóstico integral de la recolección, el tratamiento y el confinamiento de los desechos sólidos en la cuenca. c. En lo que hace a los proyectos productivos, es relevante el ejemplo de la recuperación y la cría del Pez Blanco de Patzcuaro que hoy se encuentra casi en extinción. Se trata de un proyecto animado por el departamento de Acuacultura del Instituto de Investigaciones sobre los Recursos Naturales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en correspondencia con la Iniciativa Darwin del Instituto de Acuacultura de la Universidad de Stirling del Reino Unido. Consiste en la instalación de criaderos en cuatro o cinco comunidades ribereñas y, si las condiciones lo permiten, devolverlos al lago cuando la densidad y el tamaño de las crías lo hagan posible. Para ello es indispensable que varios miembros de esas comunidades sean entrenados en todos los pasos del proyecto y que la población en general tenga una conciencia clara al respecto. ¿Cómo revertir el dicho de muchos pescadores en el sentido de que no se detendrán si sus necesidades los empujan a atrapar el último ejemplar de esta especie? Se requiere una fuerte participación de las comunidades para que una veda pueda ser respetada y ello toma mucho tiempo, pero sin eso todos los esfuerzos técnicos e institucionales son inútiles y así lo ha expresado el responsable de este proyecto. El trabajo de articulación y de intercambio de ideas y experiencias en el espacio del Comité, en torno a la participación comunitaria y a la educación ambiental, son claros en este ejemplo.


121

XXV Estrategia Pro-Regiones Ahora bien, ¿cuál sería más precisamente el papel de las instituciones universitarias y de educación superior en ciencias sociales en la construcción de estos espacios de sustentabilidad regional? A lo largo de los años sesenta y setenta las universidades de América Latina y la nuestra muy particularmente intentaron ligarse a los problemas nacionales y regionales. En la mayoría de los casos se trató de una liga llena de radicalismo y fuertemente ideologizada en donde los actores universitarios se colocaban a la cabeza de las movilizaciones, en la dirección de una manera abierta, o como comité intelectual y político detrás de los movimientos sociales, de los agregados poblacionales o de los gobiernos locales. Todo ello se ligaba a la idea de que el cambio no podría ser pacífico debido a las resistencias de las clases poseedoras y que la confrontación revolucionaria era la única vía posible para alcanzar una nueva etapa histórica en el capitalismo avanzado, controlado por las grandes potencias mundiales. Aquellos años estuvieron marcados por una infinidad de choques con las universidades directamente o en donde los universitarios aparecían como actores centrales. Con la instauración de las dictaduras militares a que toda esa efervescencia condujo uno de los espacios que sufrió un desmantelamiento más severo fueron precisamente los centros de educación superior, pero en particular las carreras de ciencias sociales. En nuestro país, sin llegar al extremo del militarismo en el poder, las universidades sufrieron el mismo trato. La UNAM, que hacia los años setenta y ochenta contaba con cerca de 800 estudiantes inscritos en la carrera de sociología en su campus central, para los años noventa solo tenía medio millar de estudiante en esa carrera.


122 Frente a este vacío y ante las violaciones a los derechos humanos que la represión

trajo

consigo,

se

abrió

la

era

de

las

Organizaciones

No

Gubernamentales (ONG’s), y de las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). Estas entidades llevaron adelante una gran labor y se vieron obligadas, por las circunstancias, a trabajar en espacios sociales bastante circunscritos y discretos haciendo frente a problemas muy particulares ligados a la pobreza, la situación de las mujeres y los niños, la salud, la alfabetización, etcétera, pero a una gran distancia de los gobiernos y de las administraciones públicas, por razones muy comprensibles. Al término de las dictaduras militares, al abrirse el llamado tránsito a la democracia, escasearon los recursos destinados a dichas organizaciones, que debieron buscar sus apoyos cada vez más cerca de los aparatos burocráticos de toda índole, con lo que el plano de los problemas propiamente sociales se vio un poco abandonado. Es en esta etapa, que podemos llamar Post-ONG’s, cuando el papel de las universidades y de los centros de educación superior encuentra un nuevo y enorme espacio, a distancia en lo posible, como ya decíamos, de los posicionamientos políticos e ideológicos y aceptando que los caminos para el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes de una colectividad no pasan necesariamente por la confrontación y que en la mayoría de las veces esta confrontación, que en ocasiones es inevitable aceptémoslo, se convierte en un retroceso con respecto a los objetivos buscados de mejoramiento colectivo. En esta tesitura, la UNAM echó a andar en el año 2005 un proyecto ambicioso en ciencias sociales que constituye el compromiso de esta institución de cara al siglo XXI. Esto sucedía en el momento en que la Universidad Autónoma de Nuevo León decidía cancelar sus carreras de historia y de filosofía con el pobre argumento de que los egresados de estas disciplinas, y de otras en ciencias sociales, ya no encontrarán trabajo. La propuesta de la UNAM es que la falta de oportunidades laborales no es exclusiva de los profesionistas sino que atañe a todos por igual


123 bajo este modelo de desarrollo excluyente y que, además, hoy más que nunca, ante un entorno de degradación social, violencia y pauperización crecientes, las disciplinas del hombre están obligadas a acudir en auxilio de los dilatados espacios de la anomia y de la degradación. La propuesta de la UNAM considera también que esta articulación entre universidad y sociedad debe progresar a través de un trabajo lento de sedimentación de experiencias.

No se trata, repetimos, de programas de regionalización generados desde el exterior, porque el centro de la propuesta consiste justamente en la construcción de un piso social, de un sujeto social si se prefiere, con base en la participación y el empoderamiento de las personas que habitan esas regiones medias, cuencas, áreas urbanas, etcétera, y que deben ser receptoras privilegiadas y animadoras de esos proyectos.

Es imposible que una institución como la UNAM se ligue al amplio abanico de regiones medias y áreas urbanas que conforman al país, pero un puñado exitoso de buenos ejemplos puede constituirse en el camino a seguir en muchos otros puntos y muchas otras instituciones de educación superior de nuestra geografía. Por lo demás, no se parte de cero, hay muchísimos ejemplos desde los que se puede extraer experiencia en regiones cafetaleras, forestales, pesqueras, en cuencas, localidades, cooperativas y frentes municipales y ejidales, en asociaciones urbanas, en regiones autónomas de los pueblos indios, etcétera.

XXVI El papel de la UNAM y de las Instituciones de educación Superior El papel de las instituciones universitarias y de educación superior de ciencias sociales tiene que ver con la referida función de continuidad de los proyectos en estos espacios regionales. La autoridad intelectual, científica y técnica crecientemente profesionalizada y a distancia, en lo posible, de contenidos ideológicos y filiaciones políticas en que se aspira a organizar a los equipos universitarios para estas labores, tiene como objetivo la asesoría, la evaluación y


124 el acompañamiento con el objetivo de hacerlos comprensibles para los nuevos actores y asegurar así su permanencia.

Toca a las universidades, igualmente, el establecimiento de redes de profesionistas, de dependencias públicas y privadas y de actores experimentados, así como la sistematización, acopio y crítica de todos estos ejercicios de regionalismo sustentable, de manera de acudir eficazmente en su labor de asesoría y acompañamiento de las distintas experiencias.

Es función también de las universidades el preparar egresados en todos sus niveles con base en programas cada vez mejor elaborados en torno a los métodos y las técnicas de la sustentabilidad regional (indígena, rural, semi-urbana y de las grandes y medianas ciudades, lo que implica un enorme reto). Es labor de dichas instituciones el destinar recursos, en la medida de lo posible, para fomentar la colocación de sus profesionistas en el terreno, al menos en regiones seleccionadas como ejercicios piloto en las etapas iniciales y mientras otros recursos no llegan al apoyo, lo que implica no solamente a equipos altamente especializados en los proyectos regionales, sino también a estudiantes becados cuya inclinación vocacional pueda ser el seguimiento, por largos periodos incluso, de estas experiencias (después de todo pertenecemos a un territorio o nos identificamos con un territorio).

Es función también de estos equipos coadyuvar a que las dimensiones geográficas y la importancia poblacional de un experimento de sustentabilidad regional tiendan a ser los más adecuados y que se articulen correctamente en sus diferentes dimensiones, ya que en gran parte de los casos dichos ejercicios aparecen en territorios muy ligados a una comunidad o a un grupo poblacional pequeño y en condiciones endebles o, en el otro extremo, tienden a abarcar espacios exagerados que regularmente terminan empoderando a los aparatos burocráticos y centralizados, inhibiendo la participación social. A este respecto es importante ayudar a elaborar con más claridad lo que son las escalas de una


125 región o una delegación, de una zona, subregión, micro-región, de un municipio y de una comunidad.

Ligado a esto, es importante que las instituciones universitarias y de educación superior coadyuven a diseñar normatividades que faciliten la consistencia de las regiones con las características antes referidas, evitando que los intereses del poder político conviertan la participación social en plataforma o andamiaje de apoyo con fines partidistas, de manipulación gubernamental, religiosa o de otro tipo. Otros esfuerzos en la misma dirección. La articulación de las instituciones de educación superior con proyectos locales o regionales de desarrollo no es nueva, y hemos considerado indispensable hacer un balance de esas experiencias para aprovechar los logros y evitar los fracasos y para no duplicar esfuerzos. Habría que señalar sin embargo que en su dinámica organizativa y de establecimiento de redes, muchas de estas iniciativas tienden, por razones muy comprensibles y desde otros ángulos justificadas, a crear lazos horizontales mucho más fuertes entre las instituciones de educación e investigación (con base en trabajos sobre el terreno, no lo dudamos), que a ligarse y supeditarse a un actor o a un campo social-regional, tal como lo hemos definido en este proyecto. Es la complejidad temática o sectorial (salud, educación, jóvenes, mujeres...), sus actores y sus instituciones lo que tiende a predominar, mientras que la dimensión social territorial queda en muchas ocasiones relegada, solo como referente de apoyo y ejemplificación; por lo general el peso y el tamaño de lo social-territorial tienden a descuidarse en aras de otros intereses institucionales, académicos o de investigación, volviéndose difícil el logro de lo que hemos definido aquí como fundamental: el fomento y el empoderamiento de la plataforma o actor socialregional. Grados de intervención. Como decíamos, desde el momento en que es imposible para los programas universitarios abarcar un número de ejercicios regionales excesivo, el objetivo se limitará a demostrar que en unos cuantos casos


126 que la metodología es adecuada y que los objetivos anunciados se van logrando. De aquí que sea necesario establecer al menos tres niveles de intervención: El primero y más complejo es un acompañamiento sistemático, tal como lo hemos enunciado anteriormente, en un número reducido de regiones que enumeraremos a continuación, en donde el objetivo sería la conformación de un consejo deliberativo articulado a una plataforma social participativa en una dinámica de empoderamiento y de apropiación de las orientaciones del ejercicio. El segundo consistiría en un grado de acompañamiento menos integral, en regiones en donde existe ya una organización activa y representativa y en donde nuestro proyecto participaría ofreciendo articulaciones con instancias técnicas, de asesoría, de financiamiento, de comercialización, etc. (es la manera en que se le ha propuesto una colaboración al zapatismo en sus Caracoles y la manera en que hemos trabajado en la colonia Ajusco, en los pedregales de Coyoacán D.F., como se verá más adelante). El tercer nivel de articulación consiste en la recopilación de datos a través de distintos

instrumentos

metodológicos

y

participativos

que

permitan

la

reconstrucción sistemática de ejemplos de empoderamiento y asociativismo localregional. A este ejercicio le hemos llamado “Cien historias de asociativismo regional”. Se trata de una recopilación en la que participarán uno o más estudiosos en cada estado de la República, de manera de alcanzar, en un periodo más o menos corto, un volumen de ejemplos que pueda dar visibilidad a esos esfuerzos organizativos que en ocasiones no cuentan en su haber ni siquiera con la narración sistemática de su quehacer.


127

XXVII Limitaciones y dificultades

Tenemos entonces que hay distintas lógicas que dificultan la construcción de sociedad, su empoderamiento, su densificación, y que pueden agruparse de la manera siguiente:

A. La lógica salvaje, antisocial y antihumana de la ganancia y, en particular, de la competitividad en economías abiertas. Dejando de lado la explotación clásica en industrias, agro, minería, servicios, etcétera, lo que hoy cobra gran importancia en un país en desindustrialización como el nuestro es el saqueo de los recursos y el despojo a sus legítimos poseedores: clubes de golf en espacios privilegiados acaparando los recursos hídricos; enormes extensiones expropiadas “por razones de utilidad pública” a precios ridículos para construir aeropuertos y plantas hidroeléctricas que multiplican su valor al infinito; centros comerciales que, debido a los precios mayoristas que logran (WalMart...), vuelven imposible la competencia y llevan a la quiebra por racimos a los comerciantes locales; regiones marítimas y costeras de alto valor turístico y gran belleza natural o arquitectónica invadidas y privatizadas por cadenas hoteleras trasnacionales con la complicidad de los gobiernos federal y de los estatales y locales, otorgando salarios de hambre a la mano de obra que en ellas trabaja y que en muchos casos fueron los antiguos propietarios, hoy expropiados de sus bienes; áreas

arqueológicas en las mismas condiciones

descritas; enormes extensiones que terminan siendo basureros tóxicos gerenciados por empresas fantasmas; grandes riquezas de nuestra biodiversidad siendo monopolizadas por multinacionales poderosísimas; inmensas extensiones agrícolas degradadas por la siembra ecosida de frutas, legumbres, flores... y eucaliptos para acelerar las ganancias de la


128 industria papelera; universidades privadas que convierten a las calles que las rodean en estacionamientos para sus alumnos y en cervecerías potenciando la inseguridad y generando el caos vial, etcétera, etcétera. Obviamente en algunas de estas situaciones la vía de “los pequeños pasos”, del empoderamiento paulatino, se vuelve imposible y la confrontación, el radicalismo y hasta la acción directa encuentran un medio favorable e incluso una justificación con fundamentos legítimos.

B. La lógica del poder El sentido común establece que existe una correspondencia entre los intereses y las necesidades de una colectividad y las acciones gubernamentales y que supuestamente estas acciones deberían estar orientadas en primer lugar a satisfacer aquellas necesidades. En una sociedad crecientemente desigual, injusta, en déficit de recursos y en destrucción de la naturaleza esa suposición debe ser desechada radicalmente. -

En primer lugar la lógica de los hombres y mujeres que se encuentran en el poder está regida por una trayectoria política que siempre debe ser ascendente (el político busca ascender en la pirámide burocrática). Es cierto que en situaciones de política normal ese ascenso depende en mucho del buen desempeño que una administración demuestre al buscar soluciones a los problemas de la gente. Pero esta definición es sumamente laxa y en condiciones específicas los políticos tienden a resolver aquellos problemas que resultan más vistosos tomando en cuenta los plazos en los que se encontraran al frente de esa administración. Sólo que los problemas más vistosos raramente son los que más empoderan a la sociedad, y eso por el hecho simple de que la sedimentación del asociativismo y de la participación ciudadana toma largos periodos de tiempo; en otros términos, es mucho más fácil pavimentar una avenida o construir un segundo piso en el periférico, que hacer participar a los


129 vecinos de una ciudad y una región en el manejo responsable de la basura. Para esto último es necesario invertir en talleres que permitan que en los domicilios se separen los desechos sólidos y, a su vez, para que eso sea posible es necesario que en las escuelas se dedique tiempo para hacer conciencia entre los alumnos a este respecto y, finalmente, es indispensable que los maestros que van a comunicar

esas

prácticas

hayan

recibido,

a

su

vez,

un

entrenamiento. Para dar un ejemplo, las cuatro administraciones perredistas del Distrito Federal, sobre todo la de López Obrador, han mostrado que es más difícil impulsar comités vecinales con auténticos ciudadanos empoderados, que construir segundos pisos en el periférico. -

La lógica del poder que ahora nos ocupa se ilustra con fuerza al revisar el desempeño de los partidos políticos: definitivamente la inercia partidista adopta una direccionalidad que en la mayoría de los casos la tensiona y la distancia con respecto al plano social, al asociativismo ciudadano y su fortalecimiento, y en muchas ocasiones la aleja también de la dinámica que conviene a las administraciones gubernamentales. Hoy lo sabemos de sobra, los partidos en las sociedades

dependientes

de

exclusión

creciente

tienden

a

convertirse en gestores de la pobreza, y en esa medida lo social es visto como clientela movilizable y manipulable, de manera que, a cambio de votos, sus líderes intercambian sus cuotas de manejo de masas por influencia y favores de los gobiernos y eso les permite, como en un círculo perverso, vender más caro su incrementado poder de movilización. Es esa manipulación y movilización lo que importa y no la verdadera participación autónoma de la ciudadanía, una participación que más bien estorba a los liderazgos populares. Y es que, estos últimos, están inmersos en un constante trajín de apropiación ilegal de espacios en el medio urbano y semi-urbano para animar programas de vivienda y llevar adelante el comercio


130 informal y otras actividades que se convierten en retribución y pago a los líderes en todos los pisos del andamiaje partidista (una fuente de enriquecimiento para esos liderazgos, naturalmente). Todo esto, más que ayudar al fortalecimiento ciudadano, lo inhibe, lo confronta, choca con él. Unos y otros intereses se estorban, se contraponen. Los ciudadanos minimamente organizados defienden sus espacios patrimoniales y chocan con el comercio informal y sus liderazgos. Los partidos populares, mayoritarios por el aumento poblacional de los excluidos, se oponen al fortalecimiento y organización autónoma de la ciudadanía, y así la lógica partidista se convierte en enemiga de la lógica ciudadana.

C. La lógica de los integrados Podemos citar igualmente el accionar de los sectores medios ilustrados que se han conformado, a partir de los años setenta, en Organismos de la Sociedad Civil, en Organizaciones No Gubernamentales, en instituciones para la defensa de los derechos humanos, cívicos, electorales, en organismos técnicos, en instituciones profesionales y de investigación, etcétera. Hay todo un sector de las clases medias profesionalizadas que ve cerrarse las oportunidades de empleo y de ascenso. En el periodo autoritario y de supresión de las universidades y centros de educación superior (particularmente públicos), una parte de estos sectores encontró una vía de subsistencia y de empleo en los financiamientos internacionales de fomento a algunas actividades productivas, pero básicamente de acompañamiento a las poblaciones cuyos derechos se encontraban fuertemente amenazados, y en ese terreno cumplieron una gran labor. En el momento posterior, de transito a la democracia y de consolidación de los regímenes constitucionales, las fuentes de financiamiento hacia esos agrupamientos disminuyeron drásticamente y las Organizaciones de la Sociedad Civil, las No gubernamentales y otras, entraron en un periodo de competencia aguda


131 por recursos financieros que las condujo a emplear los pocos fondos que aún podían conseguir en mantener a su personal y en subsistir, más que en la conducción de esos recursos hacia los sectores poblacionales que decían ayudar. Las OSC, las ONG’s y otros organismos de este tipo se auto-proclamaron como “la sociedad civil organizada”, pero en muchas de sus manifestaciones en realidad pasaron a constituirse en una red de interés compitiendo por recursos cada vez a mayor distancia del piso social que fue su razón de ser. Se podría decir de que su lógica desembocó en una sobre-gravitación de andamiajes intermedios de influencia e interés (cada vez más altos, cada vez más selectos), frente a la exclusión creciente, y en muchos casos poco efectivos para alcanzar sus fines manifiestos.

D. Los falsos discursos a favor del asociativismo Estamos haciendo una lista tan grande de dificultades para “construir sociedad” que parecería cada vez más lejano el logro de este objetivo. Sin embargo, habría que repetir que la destrucción de la naturaleza está siendo tan acelerada, tan patente el aumento de la insalubridad y las enfermedades prevenibles, tan evidente el crecimiento de la violencia, la delincuencia, la inseguridad, el riesgo y, en una palabra, tan contundente la anomia social, que la reconstrucción de espacios territorializados,

básicamente

defensivos,

manejables

para

los

ciudadanos y sobre los que puedan ejercer cierto control, está cobrando también una fuerza inusitada. De hecho, se ha vuelto tan imperativa esta necesidad de auto-organización de la gente en sus espacios que todos los discursos, incluidos en primer lugar los gubernamentales, no hacen otra cosa que hablar de la participación ciudadana. Pero naturalmente esa intromisión no viene, en la mayoría de los casos, sino a dificultar el objetivo del empoderamiento social. En efecto, si de algo se quejan los espacios participativos ciudadanos que logran formarse es de la inmediata duplicación de sus funciones y de un súbito interés por


132 parte de las distintas instancias de gobierno que termina siendo competencia por los mismos espacios y la misma clientela, y redunda en escisiones y enfrentamientos entre los integrantes del colectivo original. Por lo demás, en la medida en que, como es sabido, muchas de las iniciativas ciudadanas requieren de sedimentación y de políticas de mediano y largo plazo (como los talleres de educación ambiental, por citar sólo uno), y en la medida en que los resultados de esas acciones tienen poca visibilidad y bajos rendimientos electoreros para los actores políticos, el interés de éstos por mantener dichos espacios decae una vez que pierde cohesión el colectivo y cunde el desánimo. Un ejemplo en esta dirección nos lo da la Comisión Nacional del Agua cuando ha decidido establecer comités en cada una de las grandes cuencas del país y la composición de esos Comités de Cuenca no se reduce a los actores técnicos implicados en la cuestión hidráulica sino que vuelve a repetir la distribución de actores ya aludida en los espacios ciudadanos. Al final de cuentas, no queda claro y genera gran confusión el que coexistan las instancias aludidas al lado de, por ejemplo, los Subcomités de Planeación (Supladers), que han sido creados en las distintas subregiones en estados de la República como Michoacán, Guerrero, etcétera. 46

46

Tomemos un ejemplo de esta duplicación de esfuerzos con objetivos disímbolos: en el estado de Michoacán la Secretaría de Planeación y Desarrollo del estado (SEPLADE), y la de Urbanización y Medio Ambiente (SUMA), articulándose con el Subcomité de Planeación y Desarrollo Sustentable (Suplader) de la subregión Pátzcuaro-Zirahuen (una de las diez subregiones en que ha sido dividido el estado con muy buen tino), consideraron conveniente encabezar las acciones que habían sido iniciadas por el Comité por Pátzcuaro, una iniciativa ciudadana y académica de acompañamiento; para ello llamaron a dos reuniones con un audiencia similar a la de este último. A la UNAM, que acompañaba al Comité Por Patzcuaro, le pidieron que circunscribiera su participación a la elaboración de un diagnóstico de residuos sólidos, rellenos sanitarios y del manejo de basura en la cuenca, y al Instituto de Tecnología del Agua que se concentrara en el tratamiento de las aguas residuales que se vertían en el lago. Sin embargo, al cabo de un tiempo, una vez que los ingenieros universitarios tenían una primera evaluación, los mandos estatales no encontraron los mecanismos para establecer una política unificada para los cuatro municipios y cada uno de ellos adoptó medidas divergentes en torno a los desechos sólidos y a los confinamientos. En la medida en que el asunto de la basura exige de políticas de mediano y largo plazos estableciendo rellenos sanitarios que sirven a varios municipios, plantas de transferencia, programas y talleres de educación ambiental y que los resultados de esas acciones se traducen en una poca visibilidad para una administración que estaba por concluir en los próximos dos años, el interés por mantener el Espacio Interinstitucional decayó, pero su efecto desmantelador sobre el Comité por-Pátzcuaro fue severo. Para complicar las cosas, no quedó claro cuál sería la especificidad de la nueva iniciativa interinstitucional y del Comité de Cuenca de la CNI con respecto al Subcomité de Planeación de la Subregión Pátzcuaro-Zirahuén (Suplader), que, a su vez como ya lo adelantamos, volvía a reproducir la gama de actores convocada en cada una de esas instancias. La Comisión Nacional de Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CNI), por su parte, debía ser un actor estratégico en todos estos foros, pero su articulación en ningún momento quedo establecida con claridad. A todo ello habría que aunar el hecho de que la coordinación de los municipios de la cuenca se ha vuelto extremadamente complicada debido a la distinta adscripción partidista de las administraciones de cada uno de esos municipios y al cambiante predominio de la gama de partidos en cada trienio. El Comité Por-Patzcuaro en esta tesitura


133 E. La descentralización presupuestal. Otra gran dificultad que enfrentan los ejercicios local-regionales es la de allegarse los recursos, “bajar” los recursos desde las esferas estatales y federales en cantidades y tiempos razonables, una cuestión que es regularmente planteada como la descentralización presupuestal y que esconde muchas facetas, desvíos y formas de contabilidad muy poco claros. Los ejercicios de descentralización presupuestal se han puesto en marcha durante varios decenios y como todo mundo sabe detrás de ese ejercicio se ha encontrado a menudo el interés de muchos gobiernos devotos del neoliberalismo por achicar la esfera estatal, delegar funciones en los gobiernos de las entidades federativas y locales pero sin respaldar dichas transferencias y obligaciones con presupuestos que permitan realmente ejercerlas. Recientemente vimos que el estado de Aguascalientes decidió regresar las funciones de educación a la Secretaría de Educación Pública federal, argumentando que no contaba con los fondos para hacerse cargo de esas responsabilidades.

Un ejercicio comparativo en América Latina nos permite una mejor apreciación al respecto: “la centralización del sistema mexicano, nos dice un Balance de las Políticas de Descenralización en América Latina 47 , se refleja en el reparto del poder fiscal entre los niveles de gobierno… La proporción de los municipios en el total de gastos del sector público aumentó del 2,3% en 1980 al 4% en 1990 y se elevó un poco más del 10% en 2005.” 48 Mientras tanto, un país como el Brasil, con procedimientos de descentralización muy superiores al resto de América Latina y comparables a los de los países europeos, destinaba a los municipios, ya en 1987, el 11% del gasto público, para alcanzar el 18% en 1991, teniendo la

debió replegarse, entonces, en una función de observación, esperando que alguna suerte de demanda hacia sus saberes y funciones pudiera ser generada.

47

Direction Générale de la Coopération Internationale et du Développment, Balance de las políticas de descentralización en América Latin, Ministere des Affaires Étrangeres, República Francesa, Serie Études, 2005. 48 Proporción de los fondos federales que pueden destinarse a la Recaudación Federal Participable (RFP), transferida a los municipios en concepto de participación y de las transferencias procedentes del ramo 33.


134 obligación de canalizar al ramo de la educación al menos el 22% de esos recursos (Idem.)

Tenemos así que, aún dentro de estas limitaciones, una de las tareas de un comité como el descrito consistiría justamente en asesorar a los encargados gubernamentales de allegarse recursos presupuestales. Se trata de funcionarios e incluso de presidentes municipales que cuentan con muy poca experiencia administrativa y que ven pasar muchos meses de los escasos tres años a que se reduce el término de un ayuntamiento. Muchos funcionarios federales y estatales dejan que esto transcurra, pues a partir de un momento dado justificarán el empleo de esos recursos, no requeridos en el piso de abajo, en obras más apegadas a sus estrategias personales y políticas.

Son trámites complejos, llenos de lobing y súplica de favores los mecanismos requeridos para conseguir dichos recursos, cada secretaría tiene sus programas, cada programa está dirigido a diferentes agregados poblacionales, a diferentes unidades territoriales, con diferentes modalidades para obtenerlo y para retribuirlo, a fondo perdido en algunos casos, pero casi en todos el otorgamiento es lento y la rendición de cuentas se exige de inmediato.

F. Representaciones, elecciones. Hay otro asunto que vuelve complejo y en ocasiones enrarece el asociativismo y la densificación social. Sucede que a partir de un momento dado todos los trabajos, los esfuerzos y los recursos destinados al mejoramiento de una región exigen, como ya lo anotábamos, de la formación de un Espacio de generación de consensos, abierto a los grupos, organizaciones e individuos, así como de un Comité técnico profesionalizado.

En Kerala, India y en Porto Alegre, Brasil, esta dificultad ha sido en cierta forma enfrentada gracias a la puesta en marcha del presupuesto participativo. En los dos casos el ejercicio ha estado asociado a la iniciativa venida de un partido político de


135 ascendiente social y popular (el Partido de los Trabajadores y el Partido Comunista de la India-Marxista). En los dos casos, como nos lo explican Boaventura de Sousa Santos (2004), Patrick Heller y Thomas Isaac, la presencia de un partido y su fortalecimiento hasta convertirse en gobierno, han sido el producto de una movilización, de una activación social en contra de situaciones extremas de exclusión y de injusticia sociales.

El presupuesto participativo se ha convertido entonces en un instrumento doblemente eficaz, en la medida en que, por una parte, ha permitido “bajar recursos” de manera ordenada y consensuada para paliar las necesidades territorializadas de los habitantes y, por otra parte, ha sido eficaz porque al elegir a los integrantes que habrán de conformar los consejos organizadores de las demandas, potencian la participación ciudadana y la conciencia sobre los problemas de cada espacio regional.

No cabe duda sin embargo que en la medida en que, primero, la activación social, segundo, el terreno de las mediaciones y las representaciones y, tercero, el aparato de gobierno y de administración tienden a estar animados por actores de un mismo aparato político en diferentes presentaciones (el partido), son muy grandes los peligros de sobre politización de todos los momentos del proceso. ¿Cómo hacer para que en un caso como el mexicano pudieran ser elegidos representantes ciudadanos y populares a un consejo ordenador del presupuesto y de las demandas sociales y que al mismo tiempo todo ese experimento no se convierta en una lucha de corrientes políticas para ocupar la mayor cantidad de puestos en disputa y de esa manera influir mejor en las decisiones, colocando a los dirigentes destacados de esa corriente en el vértice de la pirámide, de la visibilidad política y de la influencia? ¿Cómo evitar que una gran parte de esos actores se conviertan en aspirantes a alcaldes, diputados federales, estatales, etcétera, desnaturalizando el objetivo de la densificación y el empoderamiento de lo social?


136 Estamos frente a un problema de difícil solución: ¿un espacio comunicativo, informativo y de formación de consensos en torno a problemas que afligen a la sociedad debe estar formado por representantes a través de procesos electorales, o es posible integrar estos espacios con ciudadanos, grupos y organizaciones que simplemente se interesan por estar presentes en esos ejercicios, con el peligro de que su ánimo pueda languidecer al no contar con una representación formalizada? ¿Es necesario jerarquizar funciones entre los miembros que integran esos espacios nombrando presidentes, tesoreros, secretarios, etcétera, o es preferible mantener en un plano de igualdad a todos los participantes? Lo mismo valdría en el nivel de un comité técnico o profesionalizado.

Se trata quizás de un asunto de maduración: ¿en un primer momento hay que arrancar con quien se interese y más tarde intentar darle una mejor representatividad al espacio participativo y al consejo? Es difícil decirlo, cada caso adquiere dinámicas particulares, pero también es cierto que si en un momento dado debiera normarse la construcción de regiones medias, esta dificultad debería encontrar alguna vía de solución.

G. Asociativismo positivo y negativo

En todas las colectividades, sin excepción, vamos a encontrar una conflictividad, pasada o presente, que dificulta la formación de espacios participativos. Una de las ventajas del planteamiento de las regiones medias consiste en que los enfrentamientos locales, que en ocasiones pueden ser muy virulentos, son ampliamente

sobrepasados

por

temáticas

que

involucran

a

agregados

poblacionales muy por encima de ese localismo, atemperándolo, diluyéndolo.

Así, en ocasiones no son las cooperativas del lugar o las organizaciones productivas con viejas historias y tensiones los actores que deberían ser convocados primordialmente, sino que la dinámica puede girar en torno al nivel alto, profesionalizado, del Consejo técnico y al mismo tiempo, o alternativamente,


137 la dinámica puede desplazarse hacia un plano muy social de participación como lo son los talleres de educación ambiental en las escuelas de bachillerato, la selección y entrenamiento de promotores ambientales, las jornadas de recolección de basura, etcétera, que otorgan una gran legitimidad a sus participantes y relegan a segundo plano las viejas conflictividades de los grupos de interés en cada comunidad (este ha sido el caso en la cuenca del río Atoyac, en la Costa Grande de Guerrero que reseñaremos más adelante y también ha sido el caso en la parte baja de la cuenca del río San Pedro en Nayarit).

Habría que evitar, pues, un tipo de asociativismo (o capital social) negativo con respecto al objetivo de densificar y empoderar a la región media en cuestión, y potenciar las formas asociativas positivas en la búsqueda de ese objetivo.

XXVIII ¿Contradicción o convergencia? El punto anterior nos permite abordar la cuestión central en la temática que nos ocupa, es decir, en el tema de la construcción de sociedad, de cómo densificar a lo social. Es crucial, como hemos visto, la pregunta en torno a la generación de energía en una sociedad o en una región, energía que puede ser material o social (densificación), y lo es igualmente la preocupación por la retención de esa energía y por el equilibrio entre generación de energía, conservación de los recursos naturales y equilibrio ambiental, es decir, por el equilibrio sustentable.

Pero para que esa energía alcance sus mejores rendimientos debe adoptar una direccionalidad óptima. En ese sentido es que afirmamos al final del apartado anterior que se puede hablar de un asociativismo negativo y de uno positivo. Cuando dos fuerzas se contraponen largamente, su energía, la energía generada en esa sociedad, se consume sin aprovechamiento ninguno. Tenemos así un campo en el que se genera energía y dentro de él, fuerzas vectoriales. El objetivo


138 sería evitar que esos vectores se anulen enfrentados largamente entre sí y más bien lograr que su direccionalidad se oriente en el sentido general de las fuerzas en ese campo social. Es producto de un gran diseño y de una ingeniería humana el destrabamiento y la reorientación de esas fuerzas. En lo regional sería éste, sin duda, el trabajo del Comité y de los agentes profesionales sociales y políticos que participan en él.

Pero si en otros momentos y en otras corrientes de las ciencias sociales de lo que se trataba era de aprovechar las contradicciones para generar un cambio positivo que condujera a la sociedad a nuevos estadios cualitativamente superiores, lo que ahora estamos implicando es que es necesario evitar esos enfrentamientos y reconducir las fuerzas en una misma dirección como vía privilegiada para lograr la densificación social, aclarar la vocación regional y potenciar la generación de energía.

No cabe duda que en las sociedades aparece constantemente la injusticia y la explotación, que ese hecho contundente conduce al conflicto, al enfrentamiento de los contrarios, y que, según los postulados de la dialéctica, ese enfrentamiento conduciría a su vez, a estadios nuevos, a etapas posteriores que, se ha asumido hasta hoy, pueden ser superiores o deberían ser superiores. Entonces el cambio y el mejoramiento social se produciría, según toda esta corriente de pensamiento y de acción, por la vía del conflicto, a lo que se agrega el ingrediente anticapitalista.

Es necesario detenernos un poco en esta idea según la cual los cambios cualitativos, los que realmente conducen a un estadio nuevo, deben generarse por la vía del conflicto, de la confrontación, de los movimientos y las luchas sociales, es más, de la confrontación anticapitalista (altermundialista, anti-monopolísta, antiglobal); una propuesta que implica que únicamente a través del debilitamiento o la desaparición de la escena social de ciertos actores (aristocracia, oligarquía, burguesías…) se alcanzaría el mejoramiento de la calidad de vida de los amplios agregados sociales.


139

Las vías de la densificación de lo social han sido múltiples, como lo han demostrado Barrington Moore Jr., Eric Hobsbawm, Teda Eskocpol, Robert Putnam, etcétera. La violencia de la revolución francesa contrasta con lo terso que fue para Inglaterra el pasaje desde la sociedad campesina hasta la moderna sociedad industrial y la adaptación de su aristocracia al mundo industrial moderno, y lo mismo puede decirse del Japón y de la India. En América Latina nos alimentamos de una tradición que privilegió a lo jacobino, a lo bolchevique, al ejército popular, al foco guerrillero, sin analizar todos los ejemplos de empoderamiento social por la vía paulatina, y confundimos a las guerras mundiales con procesos revolucionarios de confrontación de clases y de cambios cualitativos que dejaban atrás a las sociedades jerárquicas y nobiliarias. Pero nunca quisimos aceptar que las aristocracias y las burguesías podían constituirse, con el paso del tiempo, en agentes densificadores de lo social, al igual que muchos agregados de las clases laborales y de los servicios (la época dorada del sindicalismo y el fordismo pareció una claudicación).

Nunca aceptamos que de la misma manera que Inglaterra, muchas regiones europeas y de ultramar (incluidos los Estados Unidos de Norteamérica a pesar de la Guerra Civil), transitaron a la modernidad sin grandes sobresaltos; tampoco meditamos suficientemente en el hecho de que países que sí se vieron divididos violentamente, como España y como el propio México, habrían podido acceder al mundo industrializado y hubieran podido modernizarse sin los terribles sufrimientos de las guerras fratricidas (desordenes y alteraciones que en la mayoría de los casos retrasaron este tránsito debido a la destrucción tremenda de los espacios, procesos y agentes generadores de energía).

Se asegura entonces que, sin tales cataclismos, nunca nos habríamos librado de las oligarquías y de los despotismos, pero eso es muy relativo si miramos la condición descendente que esos actores premodernos ocuparon en regiones del mundo que no pasaron por revoluciones y grandes eventos revolucionarios (la


140 España de hoy, que perdió una revolución y pasó por cuatro décadas de dictadura no parece estar menos acoplada a la modernidad que muchas sociedades europeas en donde las fuerzas revolucionarias anticapitalistas se impusieron en la Europa Central y del Este).

Es más, España se encuentra hoy en un nivel de modernidad que la acerca cada vez más a los altos estándares de vida del resto de la Unión Europea, a pesar de que las fuerzas más conservadoras se impusieron en la confrontación armada (la aristocracia al frente), mientras que México, que por la fuerza del estallido social suprimió a la casta terrateniente y colocó en la dirección nacional a una élite dirigente y triunfante, parece des-modernizarse (des-densificarse) con gran celeridad.

Más bien lo que debería llamarnos la atención es la manera acrítica por la que infinidad de pensadores latinoamericanos y de muchas otras latitudes pasaron de la formación marxista revolucionaria a la aceptación de que el cambio podría hacerse a partir de las instituciones del tránsito a la democracia, barriendo las escaleras de arriba para abajo y olvidándose, aquí sí de manera alarmante, del imperativo que establece que sin una sociedad fortalecida, sin densificación de lo social, no hay bondad institucional y reformas de buena fe, sino acaparamiento de los bienes sociales, saqueo, corrupción, manipulación por las vías de comunicación electrónica, imposición pura y desnuda sirviéndose de las fuerzas coercitivas, tal y como se está viviendo en México en esta integración de mercados abiertos y globalización salvaje.

La idea de que solo con rupturas bruscas del orden y con la anulación de las fuerzas dominantes es posible densificar a lo social y mejorar la calidad de vida de sus integrantes ha demostrado ser falsa tanto en el capitalismo industrial como en la era neoliberal. Pero aclaremos que eso no quiere decir que la violencia y la confrontación son evitables, pues es obvio que en ciertas condiciones de explotación y saqueo las explosiones sociales se generan de manera espontánea,


141 porque entre otras cosas ese no es un asunto de conocimiento de la historia por parte de los actores que rompen el pacto social.

Sin embargo, en las últimas movilizaciones que han tenido lugar en nuestro país (el neo-zapatismo, Tepoztlán, Atenco, el Consejo General de Huelga en la UNAM a partir del movimiento de 1999, el movimiento de la APPO en Oaxaca...), y también en la mayoría de las anteriores movilizaciones (el 68 en primerísimo lugar), la cultura intelectual que ha imperado entre las dirigencias y entre las bases movilizadas ha sido una que privilegia la confrontación, la acumulación de fuerzas, la radicalización y que considera claudicante la negociación: avanzar, derrocar, para consolidar, antes que consolidar (a los cuerpos sociales embarnecidos por la movilización), para después avanzar.

Regresando entonces a nuestro planteamiento, vemos que no tiene fundamento la afirmación que establece que intentar la reconstrucción social en regiones medias por la vía del mejoramiento paulatino de las condiciones de vida es un reformismo inaceptable, una especie de bálsamo para los sufrimientos inmisericordes de la globalización y que solamente con medidas radicales y anticapitalistas puede plantearse de manera realista esa reconstrucción. Hay que aceptar que las vías de la violencia y la confrontación son inevitables en ciertas condiciones, lo que no quita que haya una infinidad de vías posibles en la búsqueda de la densificación social y el mejoramiento de la calidad de vida de las sociedades.

Respaldemos lo anterior con el siguiente ejemplo: las llamadas Ciudades Blancas que se reparten en las riberas del bajo Guadalquivir en Andalucía, han elevado sustancialmente su calidad de vida en los últimos cuarenta años y han replegado a los tradicionales grupos dominantes y acaparadores de las fuentes de energía de esa cuenca gracias a un buen entendimiento de su vocación y su competitividad, centrada en el turismo, los servicios a él asociados, a un sistema educativo incluyente y de calidad para sus jóvenes, a la calidad en aumento de algunos productos primarios y a su transformación. Hay captación y buena distribución de


142 energía externa, entre otras cosas gracias a las divisas ahí derramadas. Es una región expuesta, como todas hoy, a la globalización, pero quizás en regiones como esa se ha sabido o se ha podido proteger las fuentes de generación de energía gracias a que sus habitantes, por las razones que se quiera, han tenido la fuerza para proteger dichas fuentes y para empujar a sus gobiernos a tomar medidas en tal dirección: es obvio que sus restaurantes, sus tiendas y sus hoteles no tienen la batalla perdida frente a Mac Donalds, Wal Mart o Sheraton.

Sin duda muchos problemas de la globalización ahí se recienten, como la caída salarial, la sustitución de empleados nacionales por extranjeros mal pagados, la competencia desventajosa con productos venidos de los campos del horror de la maquila mundial…, pero pensar que con violencia y destrucción debería hacerse frente a esas calamidades y no con un embarnecimiento y una activación del poder ciudadano, suena fuera de lugar.

XXIX Los movimientos sociales: ¿empoderamiento o confrontación? Ahora bien, ¿qué quiere decir exactamente una activación del poder ciudadano o una movilización social? No cabe duda que en referentes como “movilización social” o “movimientos sociales” se esconde una gama muy amplia y muy disímbola de manifestaciones colectivas. La Revolución francesa, la Guerra civil española o la norteamericana son movilizaciones sociales; el movimiento estudiantil francés de mayo de 1968 y los otros movimientos estudiantiles que tuvieron lugar en aquellos años son movilizaciones sociales; la enorme manifestación de mexicanos que impidió que el gobierno reprimiera al levantamiento zapatista en 1994 y aquella otra que en el 2005 impidió que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Andrés Manuel López Obrador, fuera destituido con base en artificios jurídicos, son movilizaciones sociales; lo son también los cerca de 30 mil micromovimientos, movimientos de base, grupos de


143 acción social no partidista o grupos en movimiento que según D. L. Sheth y Boaventura de Sousa Santos pueden estar teniendo lugar simultáneamente en la India en torno a los aumentos de precios, salarios, salud, corrupción, etcétera; la definición de Alain Touraine de los movimientos sociales estableciendo que éstos pasan por tres momentos, ejemplificados con la historia del movimiento obrero, que irían desde una etapa utópica, una radical y de pleno enfrentamiento y una de estabilización, institucionalizante y de amenazas huelguísticas más propensas a la negociación que a la ruptura, también ejemplifica la diversidad de modalidades de la movilización social y las abismales diferencias e implicaciones que hay en cada una de ellas.

Es por ello que podemos estar completamente de acuerdo cuando en el libro Democratizar la democracia de Boaventura de Sousa (2004), Patrick Heller y T. M. Thomas Isaac afirman que, a diferencia del resto de la India, “el éxito de las reformas agrarias de Kerala en la década de 1970, ampliamente conocidas por tratarse de la acción más trascendental y promotora de la equidad en el subcontinente, fue posible gracias al apoyo de un movimiento campesino poderoso y a la exitosa campaña de alfabetización en masa de 1991 que señaló la importancia de movilizar a la iniciativa popular.” De Sousa agrega que buena parte del éxito del presupuesto participativo en Porto Alegre y en Kerala se debe a un grado elevado de movilización social en la historia de esas regiones y agrega que eso permitió llevar adelante la Campaña del Pueblo para la Planeación Descentralizada, la movilización “más radical y trascendente en este terreno emprendida en la India…, un asalto frontal a feudos burocráticos del Estado y a las redes clientelares del sistema político: un gobierno estatal que lanza un movimiento para obligar a su propia mano a restructurar radicalmente el modo de gobierno” (de Sousa p. 528 y 532).

Todas estas acepciones de movilización en torno al presupuesto participativo y la reforma del rol del Estado en Kerala y en Portoalegre están ligadas a una activación que lejos de provocar la ruptura desemboca en el empoderamiento de


144 la sociedad en paulatinos escenarios de concertación a lo largo de un año, al grado de infundir una “mirada social” en el desempeño gubernamental.

Es obvio entonces que el objetivo mejor deseado de cualquier movilización debiera ser el empoderamiento en el plano social, aunque todos estamos de acuerdo también en que las movilizaciones pueden terminar en el enfrentamiento, en la ruptura, en la represión y en la regresión organizativa y de la infraestructura para la generación de energía. Esto es lo propio de la acción social, pero ahora vamos a centrarnos en un asunto directamente asociado a este, en el que los planos suelen confundirse y es el que tiene que ver con el discurso y con la intención de los actores intelectuales y políticos al interpretar y tratar de inducir en un sentido o en otro a la movilización.

El Sub-comandante Marcos a nombre del neozapatismo ha empleado una serie de consignas a lo largo de estos años en torno a la activación social y el cambio: “tumbar al supremo gobierno y a los ricos que lo están sosteniendo”; “el otro México que ya tomó la decisión de alzarse para derrocar a los malos gobiernos”; “se está gestando una rebelión, a veces espontánea, a veces organizada, contra la lógica del capital y la mercancía”; “Queremos un mundo en donde quepan todos los mundos, incluso los ricos que en nuestro mundo tendrán un lugar… en la cárcel” (Marcos le 1er février 2006); “ya estuvo bueno que estemos en nuestras casas (arengaba unos días antes del conflicto de Atenco)… con el machete desenfundado, a ver a qué horas se le va a ocurrir a estos cabrones venir a robarnos. Mejor vamos a juntarnos y vamos por ellos. Vamos a derrocar a Zeferino, a Fox, al que esté arriba”. 49

49

También, e increíblemente, en el discurso de Marcos escuchamos: “Nosotros queremos que esa explosión sea por caminos civiles y pacíficos y que tenga un destino donde cada quien vea reconocidos sus derechos y su dignidad”... A no dudar que entre unas y otras consignas hay alguna falta de correspondencia, incluso aceptando que la política es inseparable del discurso agitativo y, en el extremo, heroico, sobre todo viniendo de un movimiento que surgió como una guerrilla, es decir, como una confrontación abierta y armada.


145 En efecto, al lado del problema del derrocamiento está el de la acumulación de fuerzas: “el ¡ya basta se multiplica, escribía desde 1995: el golpe a la Ruta 100, los reclamos democráticos del pueblo tabasqueño y su Éxodo de la Dignidad; el cobarde asesinato de los campesinos guerrerenses, veracruzanos e hidalguenses que tendió un puente de sangre morena hasta los indígenas chiapanecos; la militarización de la capital del país; la complicidad gubernamental con la banca y el movimiento ciudadano de deudores de El Barzón”; “¿Le preocupa la posibilidad de que los marginados se les unan?”, le pregunta el periodista Julio Scherer a Marcos en una entrevista memorable, mientras los zapatistas marchaban hacia la capital del país: “Ojalá, no me asusta y lo deseo, respondió... Si ese rencor social no se organiza, necesariamente viene la venganza... Ese conflicto es irremediable, y eso se lo dijimos a Fox, lo que está en juego aquí, en nuestro movimiento, al acercarnos a la capital, es cómo se va a enfrentar ese conflicto. Pero no pueden pensar que ese conflicto va a seguir latente o va a ser controlado. Va a tronar”.

Hay un asunto que comienza a ser preocupante en nuestro país: movimientos o luchas sociales que en los últimos quinquenios han surgido con gran vigor, que hasta un cierto punto han hecho imperar sus demandas y que han recibido el reconocimiento de la opinión pública, han terminado o están terminando abatidos por la represión gubernamental y en un gran desgaste, pierden aceleradamente apoyo ante el público amplio que les otorgó una legitimidad indiscutida y pierden también adeptos entre sus seguidores más cercanos. El movimiento del Consejo Nacional de Huelga (CNH), en la UNAM, que durante 1999 movilizó a los universitarios y logró la hazaña de impedir, por tercera vez, que la educación en la universidad pública dejara de ser gratuita; el movimiento del Frente de Pueblos por la Defensa de la Tierra (FPDT), con su epicentro en San Salvador Atenco, que logró revertir la injusta expropiación de sus tierras ejidales para que se construyera el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México; el Movimiento Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que activó la organización popular e irradió su ejemplo en un amplio espacio territorial de aquella entidad; el movimiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que logró un reconocimiento y


146 un apoyo casi unánime en el interior y en el exterior del país; el movimiento de Tepoztlán, que impidió el establecimiento de un club de golf, con su entorno inmobiliario y sus

perniciosos efectos sobre los recursos hidráulicos de esa

región.

El primero se enajenó a la amplia masa estudiantil debido a una radicalización excesiva y a la no aceptación de que debía terminarse la huelga una vez satisfechas las demandas; el segundo, tampoco logró capitalizar su lucha con un mayor empoderamiento organizativo al conseguir la suspensión del decreto de expropiación y, al igual que el tercero y el último, han terminado arrinconados como resultado de la confrontación y de la represión subsecuentes y con una división severa de lo que alguna vez fueron sus sólidas bases de apoyo; el cuarto, ha perdido amplitud entre sus seguidores, sociales e intelectuales, y resintió una severa baja en su presencia mediática debido sin duda a un discurso y a una campaña que contrastan con lo que propuso en sus primeros diez años y que nos aturde con la insistencia de “derrocar” “pacíficamente” al gobierno, pero no nos dice cómo, ni qué proponer en su lugar, pero debido también a su enfrentamiento sin sensibilidad a la campaña de López Obrador queriéndolo convertir en “el espejo de Salinas”.

Lo que comienza a ser un problema y comienza a aparecer como una matriz del accionar de estas movilizaciones es que, pasada una primera etapa, llena de legitimidad y amplio apoyo por la justeza de sus demandas (educación gratuita, resistencia al despojo expropiatorio, dignidad y derechos para los pueblos indios), una primera etapa en donde se alcanzan logros remarcables, en un segundo momento se vuelve evidente un desden por el logro alcanzado en sus demandas, un querer ir más adelante, a posiciones anticapitalistas porque, se argumenta, los acuerdos pactados no conducen a nada en el interior de este sistema. Lo anterior ha conducido a dichas movilizaciones a una deserción de sus actores solidarios y a un empequeñecimiento concomitante de sus bases, a una radicalización de su discurso (en el sentido confrontacionista), y al aislamiento.


147

En efecto, incluso tomando en cuenta que la tendencia hacia la reducción de las masas movilizadas es una característica de todos los movimientos sociales, lo que parece sin embargo propio de las luchas a que nos estamos refiriendo es que a esa radicalización y a ese empequeñecimiento los acompañan inmediatamente un llamado a la “acumulación de fuerzas”, un llamado hecho a todos los movimientos del mismo género a unirse contra un enemigo común, entendido como gobiernos, compañías trasnacionales, ricos, derecha, dominantes de cualquier tipo, policías de cualquier corporación. Ese aislamiento se disimula cuando alguna situación extraordinaria de enfrentamiento o represión convoca a todas esas fuerzas en un mismo punto y abre el espejismo de un derrocamiento del orden establecido.

Pero este es un planteamiento clásico de la guerra de movimientos, de la toma del Palacio de Invierno, es una propuesta altamente politizada, en el sentido de ir hacia el poder, hacia la desestabilización, hacia el cambio repentino, el “derrocamiento”, gracias a esa acumulación de fuerzas, que cuesta trabajo pensar que será pacífica (como ya Las Truchas, Texcoco y Oaxaca nos dieron una probadita). Entonces, decir: “acumulemos fuerzas para derrocar al gobierno en nombre del pueblo”,

aunque se repudie a los partidos y a los puestos

burocráticos, no es suficiente para borrar la evidencia de que estamos ante una manifestación fuertemente vertical, de poder (aunque viniera el derrocamiento y la primera fila de los movilizados no tomara las posiciones de mando, sabemos que entre las filas que siguen pululan los brazos de hierro).

XXX Hacia una sociología de la convergencia Un posicionamiento social, nuevo, plantearía las cosas de manera distinta: en las regiones del país y en los espacios urbanos en donde se desatan los conflictos (pero básicamente en donde no se desatan conflictos), tenemos que buscar formas (auto) organizativas que se propongan soluciones para mejorar la calidad


148 de vida de los habitantes de esas regiones medias, generar consensos amplios orientados a esas soluciones (violencia-intra y extra-familiar, degradación ambiental...); trabajar ahí, obligar a que los presupuestos públicos y los apoyos privados de todo tipo vayan hacia ese nivel de lo social básico territorializado (exigir cuentas sobre los ingresos petroleros); nos referimos a espacios no tan pequeños y sin fuerza, y no tan grandes que concentren los recursos y el poder en las burocracias estatales y delegacionales. Hay que orientar hacia ese nivel los saberes multidisciplinarios, las técnicas, las nuevas arquitecturas organizacionales que le dan poder a los hombres y a las mujeres en sus espacios de vida.

Lo que debemos preguntarnos a partir de estas afirmaciones es lo siguiente: para lograr cambiar la situación adversa y generadora de pobres y de infelices por la que atraviesa nuestra patria, ¿debería primero derrocarse a la clase capitalista y a sus aliados gubernamentales y estatales? o bien, para mejorar la calidad de vida de los mexicanos (que es a lo que todos aspiramos, presumo), es necesario, primero, organizar y empoderar con cierta calma a los colectivos y buscar soluciones a sus ingentes necesidades, lograr mejores concepciones y producir excelentes tecnologías; generar el asociativismo y la conciencia del entorno en los distintos espacios territoriales; buscar una vocación para esos espacios en medio del desmantelamiento provocado por las economías abiertas... para que desde lo social así fortalecido y densificado, se haga posible tener un mejor control del entorno y el vigor y los instrumentos jurídicos y de correlación de fuerzas que permitan evitar que un Wal Mart se instale en el poblado o en la colonia, que un club de golf y su inmobiliaria acaparen las mejores tierras y los recursos freáticos, que una cadena hotelera destruya los manglares para enclavar uno de sus emporios y convertir a los lugareños en meseros, lancheros y taxistas mal pagados, que sea expropiado a siete pesos cada metro de los ejidos para convertirlos en aeropuertos de a diez mil dólares el metro...

Pero trabajar paulatinamente para mejorar las condiciones de vida y reconstruir el entorno en una cuenca o en una región media, por ejemplo, requiere de la


149 concurrencia de muchos factores, actores y recursos: ¿los presidentes municipales son aliados o son adversarios de una reconstrucción llevada adelante, por ejemplo, desde un consejo ciudadano? ¿Los profesores de todos los niveles, incluido su sindicato que tanto daño ha hecho, son aliados potenciales o están corrompidos sin remedio? ¿Los empresarios, comerciantes y agricultores de la región son aliados en su reconstrucción? ¿Una empresa cervecera puede participar, o es un enemigo irredimible? ¿Es aceptable recibir de esa empresa diez millones de pesos para una planta potabilizadora que evite las enfermedades gastrointestinales que más afectan a la infancia en la región?

Tal planteamiento modifica la idea de que los universitarios vayan a dirigir al pueblo, como se creyó en los años setenta; las universidades, como hemos dicho, deben elaborar los diagnósticos, acompañar las soluciones brindar apoyo y continuidad a los consejos ciudadanos; también adentro de la universidad hay que dar una larga batalla de convencimiento, calidad profesional y consensos en torno a su vocación y su eficacia social-regional, por evitar que solo sea una máquina de cuadros para la burguesía. Eso se está haciendo en la UNAM hoy con sus proyectos regionales, y la batalla está dada por seguir ampliando esas opciones y saberes muchos de los cuales reciben gran apoyo en las facultades y en la torre de la rectoría, que no fue necesario derrocar (como llamó Marcos a hacerlo), para que apoyara entusiastamente esos proyectos regionales, que se han propuesto, incluso, una articulación con los Caracoles, esas regiones medias tan ejemplares pero tan olvidadas por el discurso de la otra campaña zapatista.

En su larga marcha hacia la ciudad de México, corazón de la política y vértice de la pirámide nacional, el zapatismo visitó la UNAM, otro punto de fuerte gravitación, y afirmó que continuaba siendo una fábrica de cuadros para el capitalismo y que lo que se producía en sus institutos estaba ligado a los intereses dominantes, que había una UNAM de arriba y otra de abajo y que había que desalojar de las alturas a quienes la dirigían para que fuera orientada por unos estudiantes y unos académicos favorables a los problemas y a las necesidades del pueblo.


150 Marcos calificó a las universidades en general como “casas de cristal que se aíslan de la realidad exterior del país, (cuyos) vidrios se han vuelto color plomo que impide ver lo que las rodea... La otra campaña quiere ser una piedra que rompa esos cristales”. Será necesario recordar que la universidad no es un espacio monolítico: en su seno, y cada vez con más fuerza en este fin de la época heroica y guerrillera, en este reflujo del militarismo en América Latina, en este momento post ONG’s, se comienza a librar una batalla contra las mentes focalizadoras y a favor del asociativismo, contra el individualismo neoliberal (rational choice), y a favor de un nuevo enlace entre los saberes universitarios y las necesidades sociales, pero no para ir a “dirigir al pueblo en la toma del poder”, que poco ayuda a lo social y muchos dirigentes produce (diputados, comisarios del pueblo…), sino para construir paulatinamente las soluciones a los problemas, para acompañar por largos períodos a los espacios territoriales medios, a las regiones, a las cuencas, a las asociaciones de comités ciudadanos…

XXXI Anticapitalismo, altermundialismo Pero, ¿por qué el pensamiento confrontacionista y de guerra de movimientos sigue teniendo hoy una vigencia tan grande, al punto que se ha convertido en el planteamiento hegemónico en las movilizaciones y en las eventos del altermundialismo? Sin duda porque la correlación entre las fuerzas globales y las fuerzas local-regionales se encuentra cada vez más desproporcionado en detrimento de estas últimas y cunde la desesperación por cambiar las cosas de tajo ante este panorama de saqueo y explotación descarados. Es de esta manera que pensadores tan comprometidos con la reconstrucción de lo local y de lo regional a partir de lo social, como Boaventura de Sousa (2004), llega a escribir en su libro Democratizar la democracia: “Nuestra propuesta teórica se basa en la idea utópica de una exigencia radical: que sólo habrá emancipación social en la medida en que haya resistencia a todas las formas de poder. La hegemonía está hecha de


151 todas ellas y sólo puede ser combatida si todas fueran combatidas de manera simultánea. Una estrategia exageradamente centrada en la lucha contra una forma de poder, pero tratando con negligencia todas las otras, puede, por más nobles que sean las intenciones de los activistas, contribuir a profundizar en vez de atenuar el fardo global de la opresión que los grupos sociales subalternos cargan cotidianamente” (p. 24).

Sin duda Adolfo Gilly explica esto de una manera más abstracta y más cruda al comentar el libro de John Holloway, Cambiar el mundo sin tomar el poder: “El marxismo es la teoría del no, de la negación, de la lucha por lo que no es y será porque quiere ser (nous sommes rien, soyons tout) contra lo que es y no permite ser. Es la teoría del conflicto: no de su solución, sino de su persistencia en la vida y en la historia. El marxismo es una teoría de la dominación (fetichizada), de la explotación (objetivada), de la revolución (organizada) y de la liberación (en la comunidad real y ya no más ilusoria)” (Revista Herramienta No. 15)

Los movimientos altermundialistas en los distintos puntos del orbe han demostrado una gran virulencia; en ellos se congregan poderosos sindicatos como el americano de la AFL-CIO, agrupaciones ecologistas como Green Peace, de género como el movimiento gay y lésbico, organizaciones campesinas, grupos indígenas y religiosos, misioneros, anarquistas, defensores de los derechos del hombre, de los consumidores, etc. Pero no cabe duda que estas manifestaciones terminan muy lejos de los espacios cotidianos en que se desenvuelve la vida de los excluidos en nombre de la que esos mismos movimientos hablan, y algo más definitorio, esos movimientos tienen muy poca incidencia para modificar los términos en que se desenvuelven esas vidas (son espacios, sin embargo en los que puede desarrollarse un gran protagonismo cultural y político, pero ésta es una lógica que poco tiene que ver con el empoderamiento de lo social circunscrito). Se producen líderes, obras de arte, material fílmico, fotográfico, plástico, periodístico,


152 literario, etc., pero es demencial la velocidad con que esos productos se elevan al nivel del consumo del mundo de la integración y se separan de las necesidades por ellos evocadas.

El énfasis en lo cultural, sin embargo, potencia el apoyo en un nivel elevado y tiende a amplificar la visibilidad de ciertas regiones, luchas o situaciones. El zapatismo y su acento en las imágenes de la condición indígena, en la recreación cultural en torno a evocaciones como el Botan Zapata... suscita la admiración y el apoyo en latitudes extremadamente lejanas como las europeas y engancha poderosamente con las luchas antiglobales.

Lo que es igualmente cierto es que desde lo local regional no es posible tampoco luchar contra la dominación que establecen los grandes poderes trasnacionales, desde los organismos financieros hasta los ejércitos de las potencias mundiales, pasando por el poder sin contrapeso de las grandes empresas trasnacionales, no basta sólo con empoderar a lo local-regional. Pero sea como sea, lo cierto es que sin el empoderamiento de la sociedad civil, de lo social mismo, cualquiera de esas batallas estará perdida de antemano y cualquier reblandecimiento o crisis de la dominación global no podría ser aprovechado para mejorar la condición de la gente. Vistas así las cosas es incomprensible la siguiente afirmación de Manuel Castells (2002), en una entrevista reciente: “vemos despuntar en este momento los embriones de una sociedad civil planetaria. El papel de la red mundial es esencial, porque permite la existencia en sus identidades locales de gentes que vienen de culturas y de horizontes diversos. Hay una sociedad civil que se estructura mucho más a nivel mundial que nacional.”

Noam Chomsky nos hace un planteamiento algo diferente: está absolutamente de acuerdo en que “el futuro de la humanidad depende de la resistencia a la globalización”, y hay acontecimientos esperanzadores, como la elección de Lula en Brasil: “lo que ocurrió ahí es asombroso y es una lección real a las democracias occidentales... Un movimiento popular, con bases de trabajadores, los Sin Tierra y


153 muchos otros movimientos sociales lograron superar obstáculos tremendos, una alta concentración de capital, el odio de la comunidad financiera internacional, y eligieron a su propio presidente, un tipo maravilloso, no conozco a nadie como él en occidente”.

Para Chomsky, entonces, la resistencia a la globalización tiene un referente social: los movimientos y luchas que en el Brasil se han escenificado durante lustros. La pregunta sería si la referencia más adecuada a ese basamento debe hacerse en términos de movilización o en términos de sedimentación, concientes de que no hay una frontera clara, pero alguna diferencia hay, entre la movilización y el ir y venir de los Sin Tierra, por un lado y, por otro, la construcción asentada, paulatina y poco visible de los barrios y asentamientos poblacionales de Porto Alegre y de otras ciudades brasileñas (y también de la lucha estable del sindicalismo), que a lo largo de muchos años han ido construyendo la base cívica que hoy les permite ejercer el “orsamento participativo”.

Nadie duda de que la movilización puede devenir, y en muchos casos así sucede, en sedimentación democrática, en empoderamiento social, pero en una importante vertiente del pensamiento social y de la opinión pública la movilización se confunde con el cambio en el corto plazo y, en muchos casos, con el cambio radical (que es con mucho la imagen de las confrontaciones altrmundialistas). El camino entonces es largo y es más social que político, porque con la desestabilización se da pie al desmantelamiento.

Lo que está implicado en toda esta propuesta de densificación es que es posible intervenir en lo social, que esa es una de las condiciones de legitimidad de las ciencias sociales y que el papel de éstas no es solo el de atestiguar pasivamente, desde la academia, los cambios de la sociedad. Si hemos afirmado que es posible evitar los estancamientos vectoriales de gran conflictividad y recalentamiento de un campo social, aquellos en donde los vectores se encuentran de manera directa,


154 se empatan, se desgastan sin encontrar soluciones de continuidad, de direccionalidad compartida con las otras fuerzas de la colectividad, es porque creemos que es posible construir una sociología de la convergencia: una intervención social, desde el conocimiento y el saber (y también desde la experiencia que estos campos acumulan), empeñada en el aprovechamiento óptimo de las energías sociales y materiales de un campo social: buscar darle fuerza a los vectores convergentes, evitar que la confrontación de algunos vectores impere, paralizando al campo social todo.


155

PARTE CUARTA XXXII Localización del universo de trabajo.

Reordenamiento material de los recursos --

Infraestructura,

equipamiento,

saneamiento

básico,

ordenamiento territorial: soluciones técnicas al agua potable, al agua residual, al tratamiento de desechos sólidos, a los usos del suelo, a la vialidad...

Generación de densidad social (hacia una sociología de la densificación y de la convergencia)

-- Construcción de un Espacio de generación de consensos, de una plataforma de interacción participativa. -- Construcción de un Comité deliberativo profesionalizado --

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de

una

direccionalidad

vectorial,

de

una

convergencia (partidos, cooperativas, ONG’s...). -- Educación ambiental, promotores ambientales, talleres de ecotecnias, jornadas de limpia con estudiantes del bachillerato...

Generación de energía -- Búsqueda de una vocación regional y de los proyectos productivos que la sustenten.


156

Recursos (naturales, materiales, humanos, científico-técnicos...) Campos medios Energía (generación-retención) Gravitación social (económica, política, religiosa, intelectual...) Densidad Direccionalidad vectorial Calentamiento de un campo social Sinergia (sustentabilidad, vocación: posibilidad de generación-retención de energía a largo plazo, considerando las fuerzas (presión) que contienen (rodean) al campo social medio en cuestión.


ANEXO II.1 Coloquio “Regiones: construyendo sociedad en el siglo XXI” 26 y 27 de abril del 2007 (En el marco del mega proyecto “México: las regiones sociales en el siglo XXI”, Coordinación de Humanidades, Instituto de Investigaciones Sociales). Jueves 26 09:00 –10:00 Bienvenida y Presentación Dr. Sergio Zermeño Inauguración por la Doctora Rosalba Casas Guerrero Directora del IIS-UNAM

Primera sesión: Consideraciones generales: Balance de lo hecho y experiencias concretas. 10: 00 - 10: 30

Víctor Toledo “La sustentabilidad es poder social

10: 30 - 11: 00 Luisa Paré “El desarrollo regional sustentable y los servicios ambientales en la interfase campo-ciudad: reflexiones a partir de dos experiencias en Veracruz”. 11: 00 - 11: 30 México”.

Armando Bartra “Ocho Tesis sobre las organizaciones campesinas en

11: 30 - 12: 00

Discusión de la primera mesa

Segunda sesión: Las experiencias en curso y sus enseñanzas I 12: 00 - 12: 30 Sergio Zermeño “La experiencia Pro- regiones”. 12: 30 - 13: 00 Carlos Zarco “Fortalecimiento de actores y procesos locales: Buscando claves para contribuir al desarrollo regional” 13: 00 - 13: 30 Irma Juárez “Entre la selva del Trópico Húmedo, en el bosque de niebla y la ciénega. Un recorrido del quehacer del PIDESTI, en tres regiones veracruzanas (1997-2007)”. 13: 30 - 14: 00 Discusión 14: 00 – 16: 00 Receso de comida Tercera sesión: Las experiencias en curso y sus enseñanzas II 16: 00 - 16: 20 Patricia Moguel “El humanismo en el paradigma de la sustentabilidad: reflexiones para una nueva perspectiva retomando las experiencias de las organizaciones indígenas cafetaleras”. 16: 20 - 16: 40 Pedro Moctezuma “Construcción comunitaria y planeación colaborativa en una cuenca amenazada. El caso de la Subregión Sierra Nevada”. 16: 40 - 17: 00 Dolores Camacho “Tierra, Territorio y Zapatismo. En construcción de nuevas prácticas políticas”. 17: 00 - 17: 30 Discusión Cuarta sesión: Las experiencias en curso y sus enseñanzas III 17: 30 - 17: 50 Fernando Rello “El equilibrio entre organizaciones sociales e instituciones, clave en el Desarrollo Regional” 17: 50 - 18: 10 Francis Mestries “La Unión Regional de Apoyo Campesino de Tequisquiapan Qro.: una experiencia de Desarrollo Regional campesino integral”.


18: 10 -18: 30 Leticia Merino “El sector forestal en México. Sus problemas tradicionales y emergentes”. 18: 30 - 19:00 Discusión Viernes 27 de Abril Quinta Sesión: Las experiencias en curso y sus enseñanzas IV 09: 00 - 09: 30 Carlos Toledo “Programa de Atención a los Productores de Menores Ingresos (PESA – PAPMI) Seguridad alimentaria y conervación ambiental para los campesinos pobres del estado de Guerrero”. 09: 30 - 10: 00 Karina Boege “Problemática Regional de la Reserva de la Biosfera Chamela Cuixmala” 10: 00 - 10: 30 Rafael Reygadas “Mapa de incidencias. Aprendizajes en la sistematización de 34 experiencias”. 10: 30 – 11:00 Discusión Sexta sesión: Las experiencias en curso y sus enseñanzas V 11: 00 - 11: 30 José Gasca “Instituciones de acción colectiva y desarrollo regional sustentable en comunidades de la Sierra Norte de Oaxaca: casos de Santa Catarina Ixtepeji, Pueblos Mancomunados de Ixtlán de Juárez”. 11: 30 - 12: 00 Eckart Boege “Participación Ciudadana y Políticas Públicas”. 12: 00 – 12:30 Gabriel Torres y Ofelia Pérez Peña “El rescate de un bosque nativo amenazado por el desarrollo urbano: el caso de los defensores del Nixtcuil en la ZMG”. Séptima sesión: Debate y conclusiones 12: 30 – 14: 00 Debate, conclusiones y Clausura. Sede: Sala de usos múltiples del IIS-UNAM


ANEXO II.2 En el marco del proyecto de investigación “México: las regiones sociales del siglo XXI” se conforma la: Red de Estudios e Intervenciones Regionales Nombre Sergio Zermeño

Teléfonos y correo electrónico 56 22 08 86 zerser@yahoo.com.mx

Víctor Toledo

014433222109, 04433222735 vtoledo@ate.oikos.unam.mx

Patricia Moguel

patricmoguel@yahoo.com.mx

Institución IIS UNAM

Centro de Investigacion es en Ecosistemas (CIECO) UNAM

Etnoecología,

Consejo Civil para la Cafeticultura Sustentable

Currículum Doctor en sociología por la escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales Francia, Investigador Titular de Tiempo Completo del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Es docente del posgrado en el Instituto Mora. Coordinador del mega proyecto “México: las regiones sociales en el siglo XXI” inscrito en la Coordinación de Humanidades. Autor de “Desolación: los campesinos en el siglo XXI”; “Maquila y Machismo” ; “La desmodernidad mexicana y alternativas a la violencia y a la exclusión en nuestros días” ; “La universidad de Todos”. Científico, poeta y ensayista, ha sido investigador de la UNAM, profesor de instituciones académicas de México, USA, Cuba, Venezuela, Bolivia, Brasil y España. Asesor de numerosas organizaciones campesinas e indígenas, Recibió el premio al Mérito Ecológico la máxima presea que otorga el Gobierno de México. ha dedicado más de veinte años de su actividad como investigador a la búsqueda de un desarrollo comunitario con fundamentos ecológicos y dimensiones humanas. Maestra en Ciencias de la UNAM, estudios de posgrado en agroecología de la Universidad de Andalucía en Córdoba, España y un diplomado internacional sobre Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Colegio de México, asesora de diversas organizaciones rurales Coordinadora de un proyecto de educación ambiental en la región indígena Sierra Norte de Puebla, en colaboración con la Cooperativa Agropecuaria Regional Tosepan Titataniske. Profesora de la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán y de la Universidad Latina de México, miembro y fundadora de la organización no gubernamental Etnoecología, y del Consejo Civil para la Cafeticultura Sustentable, ha publicado diversos artículos en revistas y libros nacionales e internacionales sobre temas de medio ambiente y desarrollo sustentable, así como dar talleres, cursos, y seminarios a numerosos grupos, ONG, estudiantes y profesores en México y en varios países de Latinoamérica y el Caribe, Europa y recientemente en Japón.


Armando Bartra

56063412 58492080 circo@laneta.apc.org

Instituto de Desarrollo Rural Circo Maya UAM Xochimilco

Luisa Paré

56 22 74 00 ext. 279 lpare@servidor.unam.m x

IIS UNAM

Francis Mestries

56 96 13 70 53 18 94 19 Ext.140 mestries@yahoo.com.m x

UAM Azcapotzalco

Carlos Zarco

56 87 30 02

Rostros y voces

Eckart Boege

eboege@prodigy.net.mx

INAH Veracrúz

Gabriel Torres

ltorres@ciesasoccidente.edu. mx

CIESAS

carloszarco@rostrosyvoces.o rg

Investigador con estudios y publicaciones que le han dado reconocimiento internacional, equivalentes al grado de doctor. Director del Instituto de Estudios para el Desarrollo Rural Maya A.C. , Profesor del posgrado desarrollo Rural de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, autor y coordinador de libros, capítulos en libros y revistas, entre sus publicaciones destacan: “Regeneración 19001918” ; “La explotación del trabajo campesino por el capital” ; “Los herederos de zapata”; “El México Bárbaro” ; “Guerrero Bronco” ; “Crónicas del Sur” ; “El capital en su laberinto”. De la renta de la tierra a la renta de la vida”. Investigadora titular del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Doctora Honoris Causa en Leyes por la Universidad de Carleton, Ottawa, Canadá. Sus líneas de investigación son: Desarrollo sustentable en el medio rural, evaluación de políticas públicas, gestión y manejo de recursos naturales, ecoturismo, participación, ciudadanía y transparencia. Profesor-investigador Titular C, tiempo completo. Doctor en Ciencias Económicas otorgado por la Universidad de Parías I, Francia. Cuenta con 3 libros publicados y 2 artículos. Dentro de la docencia se especializa en Movimientos sociales, Análisis Marxista de la sociedad e imparte el Seminario de Sociología rural I, III, y VII, a dirigido 10 tesis a nivel licenciatura y es jefe del Grupo de Sociología Rural. Maestro en sociología por la UIA, director de diversas Organizaciones Civiles en México, coordinador académico de programas de investigación de los que destaca el “Programa de Investigación sobre le Tercer Sector” en la Universidad Iberoamericana.forma parte de la coordinación de la Plataforma Interamericana de Democracia, Desarrollo y Derechos Humanos y del Comité Ejecutivo del Consejo Internacional de Educación de Adultos. Presidente del consejo de la Asociación Civil “Rostros y Voces”. Profesor- investigador, pertenece al Centro Regional de Veracruz del INAH. Cuenta con diversas publicaciones dentro de las cuales destacan: “Los mazatecos ante la nación”, “El acceso a los recursos naturales y el desarrollo sustentable” y “La lucha por la tierra de las comunidades otomis en el valle del mezquital”. Doctor en Sociología del Desarrollo en la Universidad Agrícola de Wageningen, Holanda


ltorres@cencar.edg.mx

132680600

Dolores Camacho

O1 96 76 78 2891, 944,997, 1491 doloresc@servidor.unam. mx

Programa de investigacione s multidisciplina rias sobre mezoamérica

56 23 01 33 56 23 01 17 ext. 42448 jgasca@servidor.unam. mx

IIE UNAM

017474719210 ext. 23 812 457471211576

IIE UNAM

José Gasca

Carlos Toledo

ctoledo@sdrguerrero.gob. mx toledocarlos@prodigy.net. mx

56 22 74 00 Ext. 284

IIS UNAM

lmerino@servidor.unam.m x

Leticia Merino

Pedro Moctezuma

58 04 47 91 58 04 46 00 Ext. 4750 044 55 35 50 52 20 01 597 97 75 312, 76880 moct@xanum.uam.mx

UAM Iztapalapa

Licenciatura en Filosofía, Universidad del Valle de Atemajac, Licenciatura en Teología, Instituto Teológico Franciscano de Monterrey. A.C. Cuenta con diversas publicaciones. Maestra en Estudios Regionales, de la FCS de la UACh. Actualmente cursa el doctorado en Estudios Latinoamericanos, en la FFyL y FCPyS de la UNAM. Investigadora definitiva de la UNAM. Docente en la l licenciatura en Sociología de la UACh. Cuenta con diversas publicaciones, un libro como coautor, dos más como coordinadora, 7 capítulos de libro, diversos artículos y ponencias publicadas en memorias de Congresos nacionales e internacionales Doctor en Geografía por la UNAM. Es Investigador Titular en el instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM y docente en la Facultad de Filosofía y Letras y el Posgrado de Economía. Sus líneas de investigación se llevan a cabo en el tema de Geografía Económica, Geografía Regional y estudios en materia de desarrollo regional. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores y Secretario de la Asociación Mexicana de Ciencias para el Desarrollo Regional. Lleva a cabo la investigación: “Sustentabilidad, nueva institucionalidad y participación social: prerequisitos para construir estrategias de desarrollo local-regional”. Biólogo por la Facultad de Ciencias de la UNAM, maestro en ciencias y doctor por la UNAM. Fue profesor e investigador de l departamento de Biología de la UAM – Iztapalapa. Ocupó el cargo de Coordinador del Programa de Aprovechamiento Integral de los Recursos Naturales PAIR-UNAM. Ha sido director General de Programas Regionales en la SEMARNAT, Participó en el programa de los PRODERS – Semarnat, cuenta con distintas publicaciones. Investigadora con grado de Doctora, ha participado como catedrática de posgrado en la UNAM. Su ámbito de investigación se desarrolla en Instituciones, acción colectiva y manejo de recursos naturales. Ha colaborado en el Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM. Ha coeditado el volumen “El uso de los recursos de uso común; mercados, cadenas productivas y certificación”, publicado por el Instituto Nacional de Ecología. Coordinador General del Programa de Investigación Sierra Nevada de la Universidad Autónoma Metropolitana. Autor de diversas publicaciones sobre movimientos sociales, organización comunitaria, cuestiones ambientales. Fundador y participante de diversas


wamneva@uam.mx proyectosierranevada@ prodigy.net.mx Rafael Reygadas

Fernando Rello

044 55 55 05 46 00 reygadas@laneta.apc.or g mpsgi@correo.xoc.mx

UAM Xochimilco

56 22 23 41 y 43 rello@servidor.unam.mx

Facultad de Economía UNAM

58491836 Telefonos: 56 06 01 97 56-06-04-87, extensión 244

INAH Ciudad de México

58491836 diazp@prodigy.net.mx

CIESAS Ciudad de México

0445512359198 golfver@yahoo.com

Unidad Académica de Estudios Regionales de la UNAM Jiquilpan

013112118800 013111108234 013113118800 ext. 8856 y 8816

Universidad Autónoma de Nayarit

Consuelo Sánchez

Héctor Díaz Polanco

Mario Constantino

Carlos Rea

organizaciones sociales de tipo local, regional, nacional e internacional. Responsable de la elaboración de diversos instrumentos de planeación espacial colaborativa. Integrante de los Consejos Directivos de Servicio, Desarrollo y Paz; Alianza Cívica; Centro de Estudios Ecuménicos; Enlace, Comunicación y Capacitación. Consejero del Consejo Téctico Consultivo de la Ley de Fomento. Profesor investigador de la UAM-Xochimilco. Doctor en Historia por la Universidad Iberoamericana. Entre sus investigaciones destacan: “Abriendo Veredas. Iniciativas públicas y sociales de las redes de organizaciones civiles”, “A siete años de guerra… Informe por la Paz en Chiapas”. “Horizontes del Desarrollo Local. Aportes de las Organizaciones civiles en México”. Investigador y Doctor en Economía, Profesor e investigador de la Facultad de Economía de la UNAM. Es Funcionario de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de Naciones Unidas (FAO) y consultor de la CEPAL y el Banco Mundial. Profesora Investigadora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia. (ENAH). Licenciada en Etnología. Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Con la tesis titulada: La conformación étnico-nacional en Nicaragua. (Mención Honorífica). Maestra en Estudios Latinoamericanos, (UNAM). Doctorado en Estudios Latinoamericanos, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Con la tesis titulada: La lucha de los indígenas. Del indigenismo a la autonomía. Cuenta con distintas publicaciones. Doctor en Sociología (El Colegio de México). SNI: nivel III Línea de investigación: Relaciones Étnicas e Identidades Comunitarias. Director de la revista Memoria, cuenta con una gran lista de publicaciones. Doctorante de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Paris dirigido por Ivon Le Bot.

Doctorante de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de Paris dirigido por Ivon Le Bot, maestro por el Instituto José Luís Mora.


Martín Fierro

Raúl Fernández

Karina Boege Cristóbal García Guerrero

Constantino Gutiérrez Palacios

Elena Aguilar Israel Guadarram a

017444371960 casa; 017424233017 leyvafl@hotmail.com

Universidad Autónoma de Guerrero AUG

Doctorante de la Universidad Autónoma de Guerrero

017441594811 oficina 0174444575074 0445535745236 raufego@hotmail.com

Universidad Autónoma de Guerrero AUG

Doctor en Sociología por la Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales. Licenciatura en Sociología por la UNAM en la FCPyS. Tiene varias publicaciones de las que destacan “Juego político y guerrilla rural en México”, “Elecciones en Guerrero 2005”, tiene una amplia experiencia en asesoría a gobierno tanto municipal como estatal.

56229034

Instituto de Ecologia UNAM

Doctora en Ecología evolutiva, por la Universidad de Misuri San Luis. Egresada de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Cuenta con publicaciones en le tema de interacción animal. Investigadora del Instituto de ecología de la UNAM. Subdirector de Fomento Social Banamex

kboege@servidor.unam.m x

12266217 12266394 cgarcia@banamex.com 0445516349964 56950630 56223002 gupc@servidor.unam.m x

Fomento Social Banamex Facultad de Ingeniería Ambiental UNAM

56873203 ext.131

Fundación Rostros y Voces. Fundación Rostros y Voces. Universidad Autónoma Metropolitana UAM Azcapotzalco.

elenaguilar@rostrosyvoces.or g

56873203 ext.131 isrraelguadarrama@rostro syvoces.org

53189141 y 42 55151654 ipjg@correo.azc.uam.m x Irma Juárez

aperez@cucba.udg.mx

Ofelia Pérez

Universidad de Guadalajara

Ingeniero Civil. Posgrado. Universidad del sur de California maestría en Ingeniería Ambiental, Profesor de carrera Titurar “A” T.C. definitivo en Ingeniería Sanitaria y Ambiental de la Facultad de Ingeniería Coordinador del Intercambio Académico entre la DEPFI-UNAM y la UTBCOTTBUS de Alemania. Directora del área de planeación estratégica de Rostros y Voces FDS Colaborador del área de planeación estratégica de Rostros y Voces FDS. A.C. Doctorante de Derecho Ambiental por la Universidad de Alicante España y la Universidad Autónoma Metropolitana – Azcapotzalco. Publicaciones: Coordinadora editorial “ Los Tuxtlas Paisaje y pensamiento” UAMAzcapotzalco. XXX Aniversario.2005 Folletos “Carta de la Tierra para jóvenes universitarios y de Instituciones de Educación Superior.UAM. CECADESU 2005. Doctora en Ciencias Ambientales y en Ciencias Sociales, Profesora – investigadora del Departamento de Ciencias Ambientales en el CUCBA-UDG, Fundadora de la Maestría en Educación Ambiental de la UdeG, Directora de la Asociación de Estudios Ambientales y Sociales, ALICEA A.C.


ANEXO II.3 Red Internacional en la que participa el coordinador del Proyecto “México: las regiones sociales en el siglo XXI” y que participo en el V Congreso Europeo de Latinoamericanistas

Nombre Frédéric Debuyst Angélica Basulto M. Antonia Cervilla Rodrigo Whiltelaw Leendert De Bell Raúl González Raúl Fernández Wagner M. Gabriela Matos R. Virginia Núñez * Peixoto Paulo De Albuquerque Julieta Gaztañaga Zeline Lacombe

País Bélgica México Venezuela Chile Países Bajos Chile Argentina Chile Venezuela Brasil Argentina Francia


ANEXO II.4

Presentación del proyecto “México: las regiones sociales en el siglo XXI” en coloquios, mesas redondas (espacios de discusión nacional e internacional). Evento

Nombre del ponente V Congreso Europeo Bruselas Dr. Sergio 11 – 14 de abril Zermeño de de 2007 Latinoamericanistas Coordinador del CEISAL 2007 Proyecto “México: las regiones sociales en el siglo XXI” Dr. Arturo Flores De Montfort Workshop on Urban UNAM ProUniversity, Governance, Public Leicester Reino regiones Service Delivery and Unido Participation: A Comparative Approach 26 de marzo del 2007 Dr. Arturo Flores Seattle, 37th Urban Affairs Washington Association Annual UNAM ProMeeting, regiones 25-28 de abril Cities and Migration 2007 Opportunities and Challenges

VIII Congreso Asociación Interamericana de Ingenieria Sanitaria y Ambiental (AIDIS) Región I.

Lugar

Ciudad de la Habana, Cuba. 22-25 de mayo del 2007.

Lic. Gustavo Galicia UNAM Proregiones

Título de la ponencia “Fortalecer lo regional para contrarrestar lo global”

“Exploring the role of Unversities as enhancers of local governance: the case of Pro-Regiones Mexico” “Looking at universities as promoters of local governance: Analysing the project Pro-Regiones in Atoyac, Guerrero Mexico” “Programa de Educación ambiental en la gestión de los residuos sólidos urbanos, caso de estudio: Atoyac, Gro.”


ANEXO V.2

Lista de experiencias de asociativismo regional para el ejercicio de las Cien Historias.

Estado

Organización

Aguascalientes

Lucha contra el confinamiento de residuos peligrosos de Aguscalientes

Alicia Romo(2002), en carlos Zarco y Rafael Reygadas

Experiencia sobre la Ley de Fomento de Actividades de Bienestar y Desarrollo Social en Baja California

María Antonieta Barja(2002), en Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002)

Baja California(s)

Campeche

Línea de acción

Autor

Ecoturismo, certificación y desarrollo sustentable: la empresa KUYIMÁ

Ecoturismo

Micheline Cariño, Alva Editrea Gámez. José A. Martínez y José de Jesús Varela

Centro Mujeres A.C.

Derechos Reproductivos y sexuales de la mujer

Castorena Lorella, Ivana Antonia, Ángeles, Manuel

El municipio de Calakmun Consejo Regional Indígena y popular de XPUJIL (CRIPX)

Proyecto Productivos, Tecnológicos, de ahorro y capacitación

Martín Morita 2003

Laguna de Términos

Área Nacional Protegida

Reseñada en Alexandra Aguilar 2004

Coahuila

Desarrollo rural en una micro región del territorio Ixtlero

Chiapas

Pronatura Chiapas A.C.

Francisco Zamora 2004

Ecosistemas en peligro de extinción

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002)


Centro de capacitación Asesoría Medio ambiente y defensoría del derecho a la salud A.C CAMADDS

Problemas de salud, alimentación y deterioro del medio ambiente

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002)

Enlace, Comunicación y capacitación A.C ENLACE

Red de mujeres y abasto y autosuficiencia alimentaria

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002)

Indígenas de la Sierra Madre de Motosintla, San Isidro Labrador (ISMAM)

Cafetaleros Orgánicos, Ecoturismo

Carmen García Aguilar y Daniel Villafuerte Solís 2001, en Jaime Castillo , Elsa Patiño y Sergio Zermeño coordinadores 2001-

La sociedad civil de las abejas

Cafetaleros Orgánicos,

Carla Beatriz Zamora Lomenlín 2003

Los caracoles y las regiones y municipios autónomos

Municipios Autónomos

Héctor Díaz Polanco y Consuelo Sánchez 2002 y Andrés Aubry 2003

Otros ejemplos de desarrollo asociativo y comunitario en el estado de Chiapas. Sociedad Cooperativa de Producción TZELTAL-TZOTZIL Unión de ejidos PO Montaño Coordinadora estatal de productores de café de Chiapas

Carla Beatriz Zamora Lomenlín 2003

Cafetaleros Orgánicos, producción de Miel

www.laneta.apc.org/rci/organinteg/tzetzo.html Alma Amalia Gonzalez

Victor Toledo

Cafetaleros

Victor Toledo

Unión de productores de café de la Frontera Sur (UNCAFESUR)

Cafetaleros

Victor Toledo

Unión de Ejidos San Fernando

Cafetaleros Orgánicos

www.laneta.apc.org/mexsursur/snfdo.htm


Chihuahua

Distrito Federal

Campesinos Ecológicos de la Sierra Madre de Chiapas S.C. CESMACH

Cafetaleros Orgánicos

www.cesmach.com.mx

Unión de ejidos y comunidades de Cafeticultores del beneficio MAJOMUT

Cafetaleros Orgánicos

Alma Amalia Gonzalez

Frente Democrático Campesino A.C

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002)

Fundación Agua y Medio Ambiente A.C.

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002)

El molino : Unión de colonos, inquilinos y solicitantes de vivienda libertad La unión de colonos de san Miguel Teotongo

Pedro Moctezuma Barragán 1999

Pedro Moctezuma Barragán 1999

El movimiento popular de pueblos y colonia del sur

Sergio Zermeño 2005

La asociación de comités vecinales de coapa

Sergio Zermeño 2005

San Mateo Tlaltenango Cuajimalpa

Durango

URUZAGRINVIN

Estado de México

Comité de defensa de los Recursos Naturales del Xinantecatl

Guanajuato

Servicios para el desarrollo A.C.

Promover la participación Comunitaria y mejorar la calidad de vida

Aurelio Mendoza Sandoval

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002)


Guerrero

Hidalgo

Jalisco

Michoacán

Oaxaca

Otro ejemplo de intervención vinculado con los FRAMI: Los pequeños grupos de ahorro

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002)

Red de Próximos

Ivan Patiño

Comercial citrícola Cacahuatepeque

Luis Fernando Ocampo 2003

Municipio Autónomo de Suljaa

Rosa Rojas 2002

La montaña de Guerrero

Carlos Toledo y Armando Bartra 2000

Bajitos de la Laguna (PRODER) Sistema Comunitario de Seguridad, Impartición de Justicia y Reducación Impulsora de alternativas regionales S.C Un producto Ñahñu Poder ciudadano (agendas ciudadanas municipales) Red de Alternativas sustentables Agropecuarias de Jalisco RASAJ

Carlos Toledo y Armando Bartra 2000

Seguridad Social

Rosa Rojas 2005

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002) Nadia Sanders 2003 Alexandra Aguilar

Alternativas Agroecológicas

Jaime hernández Morales

Comunidad Indígena San Juan Pangaricutiro

Angélica Enciso

Sociedad Forestal de Productores de Acuitzio y Villa Madero

Ernesto Martínez Eliorriaga 2003

Meseta Purépecha (PRODER)

Carlos Toledo y Armando Bartra 2000

Centro de apoyo al movimiento popular oaxaqueño A.C

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2004)


Grupo Autónomo para la investigación ambiental A.C. GAIA

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2004)

Grupo Mesófilo A.C

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2004)

Red Bioplaneta A.C

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2004)

Servicios del pueblo Mixe

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2004)

Unión de comunidades indígenas de la región del Istmo UCIRI

Miguel Concha 2003 y Rosa Rojas 2004

Unión de comunidades zapoteco Chinantecas Unión de Campesinos Indígenas de la Región del Istmo UCIRI Coordinadora estatal de productores de café de Oaxaca CEPCO La Chinantla, sierra de lalana (PRODER) Puebla

Alternativas y procesos de participación social A.C TehuacanCuicatlán, reserva de la biosfera San Juan Atzingo (PRODER) Servicio y desarrollo y paz A.C.

Gabriela Mora de la Mora 2003

Ecodesarrollo, Cafetaleros

Cafetaleros

Carlos Toledo y Armando Bartra 2000

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2004)

Carlos Toledo y Armando Bartra 2000

Francisco Fontes Martínez 2002 en Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002)


Coperativa Indígena TOSEPAN TITATANISKE

Querétaro

Tabasco

Veracruz

Cafetaleros Orgánicos y Sistema Agroforestal

Grupo Ecológico Sierra Gorda I.A.P Movimiento de defensa en contra de la arbitrariedad de PEMEX

2003 Armando Bartra, Patricia Moguel y Victor Toledo Especial Toledo

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2004) Manlio Cobos 2002 en Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2002)

centro de capacitación agrícola y forestal

María de los Ángeles Pérez Villar 2003

La coalición de organizaciones para el desarrollo sustentable del sur de Veracruz

Luisa Paré y Carlos Robles con Carlos Cortés 2002

Asesoría y servicios rurales A.C. – Movimiento agrario indígena zapatista

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2004)

54) Unión de campesinos y artesanos de la sierra náhuatl de Zongolica y Tezonapa

Rosa Rojas 2002

Proyecto sierra de Santa Marta A.C PSSM A.C Yucatán

El Hombre sobre la tierra A.C.

Nacional

Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras CNOC

alternativas Productivas y de Conservación

Internet mx.geocities.com/pssm_ac/index.htm

Carlos Zarco Y Rafael Reygadas (2004)

Cafetaleros


Bibliografía de las cien historias de asociativismo en revisión. Aguilar, A. (2004). Experiencias obtenidas en el convenio PNUDSEMARNAT-CONANP (mimeo), México. Almazán, C., Rodríguez, G. (2002; septiembre). La experiencia de producción social del hábitat de UCISV-Veracruz, Poblador@s A. C. Habitar Construyendo. Alternativa3 (2007). Kabi’tah - Campesinos Unidos de los Chenes Kabi´ta. Obtenido 3 de junio del 2007, de http://www.alternativa3.com/2006/productores. php?id=120 Arias, A. A., Chávez, A. (2006). Resina: entre la madera y el desarrollo comunitario integral. Obtenido 1 de junio 2007, de http://www.conabio.gob. mx/otros/biodiversitas/ doctos/pdf/biodiv65.pdf Ascencio-Rivera, J. M., Morales, S., Pérez, I. (2005). El centro ecoturístico Yu-Balcáh: una alternativa para la conservación de la selva mediana perennifolia de canacoite (bravaissia integérrima), en Tabasco, México. Obtenido 3 de junio del 2007, de www.uv.mx/citro/reunion/acrobat/E1PDF18.pdf Ávila, I. C. (2001). Amasando esperanza. La construcción de dos organizaciones de mujeres en situación de pobreza, en el sur de Sonora, México (1988-1994). Hermosillo, Sonora: El Colegio de Sonora. Barton, D., Merino L. (2003). “El Balcón, Guerrero: un estudio de caso del beneficio de la globalización a una comunidad forestal” en Carlsen, L., Wise T., Salazar, H. (2003). Enfrentando la globalización: respuestas sociales a la integración económica de México. México: Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio: Porrúa. Barton, D., Merino, L. (2004). La experiencia de las comunidades forestales en México. Veinticinco años de silvicultura y construcción de empresas forestales comunitarias. México: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Instituto Nacional de Ecología, Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible A.C. Bartra, A., (comp.); Cobo, R., Espinosa, G., García, C., Meza, M., y Paz, L. (2000). Crónicas del sur: utopías campesinas en Guerrero. México, D.F.: Era. BioCafé. Unión de Ejidos San Fernando. Obtenido 30 de enero del 2007, de http://www.biocafe.org.mx/union/default.htm Bioplaneta (2002). Asociación de bioproductores del estado de Michoacán, A.C. Obtenido 1 de junio 2007, de http://www.bioplaneta.com/bioesp/modules.php ?name=Content&pa=showpage&pid=21


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ANEXO V.3

Fuentes documentales para la elaboración de una monografía de la cuenca del Atoyac i. Documentos 1.1 Archivos • Estudio de Diagnóstico del Manejo de Residuos Sólidos Municipales en los Municipios de Atoyac de Álvarez y Benito Juárez, Guerrero. Marzo 2006, Pro-Regiones- Facultad de Ingeniería. • Programa de Aprovechamiento de Residuos Sólidos Municipales en el Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero. Junio 2006, Pro-RegionesFacultad de Ingeniería. 1.2 Bibliográficos

Autor

Título

Alba Teresa Estrada Castañón

Guerrero: sociedad, economía, política y cultura

Armando Bartra

Guerrero Bronco

Armando Bartra (compilador)

Crónicas del Sur: utopías campesinas en Guerrero

Hubert Carton de Grammont

Neoliberalismo y organización social en el campo mexicano

Autonomía y Julio Moguel, nuevos sujetos Carlota Botey y sociales en el Luis Hernández desarrollo rural

MateriaTema

Ubicación

DGB.-Instituto de Condiciones Investigaciones económicas y sobre la políticas de Universidad y la Guerrero Educación y Facultad de Economía DGB.Biblioteca Costa Central y Grande, Facultad de Guerrero Filosofía y Letras DGB.Biblioteca Desarrollo Central y rural en Facultad de Guerrero Filosofía y Letras DGB.Biblioteca Central y Agricultura y Facultad de economía Ciencias Políticas y Sociales DGB.Biblioteca Campesinado Central y mexicano Escuela Nacional de

Clasificación

HC137.G8 E54

F1286 B37

HD1491.M42 G84

HD1792 N46

HD323 A87


Trabajo Social

Secretaría de Gobernación

Los municipios de Guerrero

Wilfrido Robledo

Monografía de Atoyac de Álvarez

Autor

Figueroa, Esperanza

Título Atlas geográfico e histórico del Estado de Guerrero

DGB.División Biblioteca política y JS2119.G84 M85 Central e Inst. administrativa Investigaciones de Guerrero Históricas DGB.-Instituto de Atoyac de Investigaciones F1391.A89 F54 Álvarez sobre la Universidad y la Educación Materia-Tema

Ubicación

Clasificación

GuerreroMapas

DGB.Biblioteca Central y Facultad de Filosofía y Letras

F1286 F52

El alcance regional de la producción comercializada García, de café en el Sayab Municipio de Atoyac de Álvarez, Guerrero Plan de desarrollo Gobierno municipal, Constitucional 1993-1996: del Estado de Atoyac de Guerrero Álvarez, Guerrero

DGB.- Facultad 001-01026-G7de Filosofía y 2005 Letras

COLMEX

Gómezjara, Francisco

DGB.Biblioteca Monopolios Aceites, Central y industrialesjabones y Facultad de empresas multinacionales Ciencias multinacionales Políticas y Sociales

González, Amado

Geografía del Estado de Guerrero y síntesis histórica

Guerrero Cultural Siglo XXI, A.C.

Diccionario Enciclopédico del Estado de Guerrero

Geografía históricaGuerrero

320.97271 G9347p/19931996

HD69.I7 G65

Instituto Panamericano G76 G66 1959 de Geografía e Historia Centro de Estudios de Historia de México (CONDUMEX)

910.3.72.71 NAV.


Illades, Carlos

Breve Historia de Guerrero

INEGI

Atoyac de Alvarez, Estado de Guerrero: cuaderno estadístico municipal

Centro de Estudios de Historia de México (CONDUMEX)

Planificación regional en Atoyac

Jiménez, Elizabeth

Historia General de Guerrero

McGowan, Gerald

La separación del sur o cómo Guerrero Juan Álvarez Historia creó su Estado

Sin autor

Pavía, María Teresa

Radilla, Andrea

Ravelo, Renato

Guerrero Historia

Noticias históricas sobre los pueblos de Ajuchitlán, Guerrero Coyuca, Historia Cutzamala, Coahuayutla, Petatlán, Tecpan, Atoyac Anhelos y realidades del sur en el S. XIX, creación y Guerrero vicisitudes del Historia Estado de Guerrero, 1811-1867. La Coalición de Ejidos de la Costa Grande de Guerrero 1987-2003 Historia general de Guerrero: revolución y reconstrucción. La revolución guerrerense-la reconstrucción

972.71 ILLA.

DGB.- Facultad de Ciencias HT169.A7663 A76 Políticas y Sociales DGB.Biblioteca Central y Facultad de Filosofía y Letras DGB.Biblioteca Central y Facultad de Filosofía y Letras

F1286 H57

F1286 M33

DGB.- Instituto de F1286 N67 Investigaciones Históricas

DGB.- Instituto de Investigaciones Históricas y F1286 P38 Facultad de Filosofía y Letras

Archivo ProRegiones

Centro de Estudios de Historia de México (CONDUMEX)

972.71 RAV.


Román, Salvador

Salazar, Jaime

Suárez, Luis

Tapia, José

Revuelta cívica en Guerrero (1957-1960): la democracia imposible Historia de la cuestión agraria mexicana: Estado de Guerrero, 1867-1940 Lucio Cabañas: el guerrillero sin esperanza Economía y movimiento cafetalero: del Inmecafe a la autogestión en la Sierra de Atoyac de Álvarez, 19701984

Movimientos sociales Historia Guerrero Siglo XX

DGB.Biblioteca Central y Facultad de Filosofía y Letras

Reforma agrariaGuerrero

DGB.- Facultad de Ciencias Políticas y HD1333.M6 H57 Sociales y Facultad de Economía

Guerrillas México

DGB.Biblioteca Central

Café - Sierra de Atoyac

DGB.Biblioteca Central e HD9199 T36 Instituto de Investigaciones Económicas

F1286 R66

F1235.5C32 S83 1985

1.3 Hemerográficas • Las diferencias regional-económicas del Estado de Guerrero, México, Boletín del Instituto de Geografía 1.4 Videográficas • Al Rescate de la Cuenca del Atoyac, IIS-Pro-Regiones-UNAM • Las Jornadas de Limpia en Atoyac de Àlvarez y Benito Juárez, IIS-ProRegiones-UNAM 1.5 Fotográficas • Archivo Pro-Regiones 1.6 Cibergráficas Journal Storage, The Scholarly Journal Archive http://www.jstor.org/ Mapa Bibliotecario y de servicios de Información de la Cd. de México http://cuib.unam.mx/mapabiblio/ Dirección General de Bibliotecas http://dgbbiblio.unam.mx/

2 Cuantitativas 2.1 Análisis estadísticos • Acciones contra el rezago social en Guerrero. Análisis 1995-1999. René Jiménez Ornelas. • Índices de marginación elaborado por el Consejo Nacional de Población


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Acciones contra el rezago social en Guerrero. Análisis 1995-1999. René Jiménez Ornelas. Índices de marginación elaborado por el Consejo Nacional de Población

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