BARRIO PUERTO DIEGO BUSTAMANTE RÍOS
Proyecto Editorial Itinerante Colección La Isla de la Fantasía
BARRIO PUERTO
Diego Bustamante Ríos
Proyecto Editorial Itinerante / Editorial Mar Adentro C.oleccion La Isla de la Fantasía
Barrio Puerto 2° Edición / Digital. Proyecto Editorial Itinerante / Editorial Mar Adentro Mendoza, 2016
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A Jaime
Naci allí un día, sencillamente Osvaldo Rodríguez
UN BARCO encontramos, una maĂąana, en el centro de la plaza.
SON LAS ONCE de la maĂąana o las cinco de la tarde o las tres de la madrugada es un miĂŠrcoles o un lunes o un sĂĄbado es abril o septiembre o enero.
PRIMERO UN PEZ y un fruto silvestre. Después la barbarie. Vino, sebo, cueros y quesos salían al Perú. Cáñamo, mulas y coquitos de palma. Comprábamos y vendíamos de todo. Aquí solo fabricamos la mano de obra de un comercio minoritario. Aquí solo somos mendigos actuando la amputación de nuestras piernas. Primero un pez y un fruto silvestre. Después la barbarie.
UNA CHOZA destinada a parir hijos. Canelos, maitenes, bellotos, peumos y palmeras en quebradas vĂrgenes y hĂşmedas. Entre la sangre y la miel, llegaron los hombres curiosos, como borrachos al burdel: agustinos, franciscanos, mercedarios, sagrados corazones, jesuitas. Y no demoraron los ataques de piratas, otros pendencieros de la inocencia.
ADENTRO hay dos o tres. Pero afuera, afuera estamos todos
1924. Entre un pacto de Versailles y una depresión neoyorkina, la patria porteña bautizaba el hijo de Bezanilla y Vergara. El mundo vivía los maravillosos años locos: El explorador Howard Carter descubre el sarcófago de Tutankamón en el Valle de los Reyes, cerca de Luxor, Egipto, mientras, días después, los almacenes portuarios de Londres, arden en llamas. Petrogrado es renombrada como Leningrado y un joven publica Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Se descubre la vacuna BCG que demuestra ser eficaz contra la Tuberculosis. Es liberado Mahatma Gandhi y se han puesto de moda los vestidos huecos de falda larga adornada con franjas de galón y volantes anchos. Por otra parte, los automóviles se ven obligados a su velocidad máxima en 24 km/h para el tránsito por las ciudades. Se estrena en Berlín la película Los Nibelungos, de Fritz Lang. El general Primo de Rivera clausura el Ateneo de Madrid y destierra a Miguel de Unamuno ya sin su cátedra en Salamanca. Hitler es condenado a cinco años de cárcel por alta traición, Louis-Ferdinand Céline y su Viaje al final de la noche.Se funda la Metro-Goldwyn-Mayer y André Breton lanza como una bomba o una broma Manifiesto del surrealismo. Matilde Hidalgo de Prócel vota en Loja, Ecuador, siendo la primera mujer en ejercer formalmente ese derecho en América del
Sur, mientras, José Eustasio Rivera publica La Vorágine. El Ku Klux Klan desencadena una ola de violencia racial en los Estados Unidos y Picasso pinta Arlequín. En la colonia aborigen Napalpí, a 120 km de Resistencia, capital de la provincia de Chaco, en Argentina, un grupo de estancieros y 130 policías asesina a unos 200 aborígenes tobas y mocovíes. Días siguientes se exhiben penes y orejas cortados en la comisaría de Quitilipi. Los restos de Vladimir Lenin son depositados en el mausoleo en la Plaza Roja de Moscú. Y dos meses más tarde, Cesáreo Onzari, pasó a la historia por la consecución del primer gol legal tras lanzamiento directo desde el banderín de corner sin que la pelota toque en ningún otro jugador. 1924 fue un año loco. Nacían y morían en todo el mundo como una plaga. Nacían André Franquin en Bélgica y Benny Hill en Inglaterra. Morían Woodrow Wilson en Estados Unidos y Frank Kafka en Austria. Nacían Charles Aznavour en Armenia y Marcello Mastroianni en Italia. Morían Anatole France, tres años antes, premio Nobel y Giacomo Puccini. Nacían Marlon Brandon, George H. W. Bush, Truman Capote, Charlton Heston. 1924. Fue un año loco en todo el mundo.
UN MERCADO en altura como los jardines colgantes de Babilonia. Blanco, Valdivia, Cochrane y San Martin te abrazan como una manzana trapezoidal. Tus plantas articulaban el mรกs bello de los recorridos verticales mediante tus escaleras en helicoide. Y ascensores de reja recreando los andares habituales desde el plan a los cerros. La planta octogonal negocia los desfases entre los ejes laterales del acceso operativo, manteniendo, al mismo tiempo, la continuidad del eje principal que, trazado sobre una antigua calle, enfila directamente hacia la matriz de las cosas.
DOS PERROS comiendo la mierda de otro perro. Un corazĂłn pudriĂŠndose entre media docena de cabezas de merluza un impermeable amarillo.
HAY CALLEJONES como laberintos de minos y otros que son el zigzag del escape en el rincĂłn de la tranza. Hay callejones sin salida y otros que se abren en el mismĂsimo abismo. Hay callejones que son verdaderos criminales.
EL ASCENSOR es una cosa. La escalera es otra. Una cosa es subir. Otra cosa es bajar. Entre arriba y abajo, la escalera es un mito valiente.
LUGARES que hablan hacia adentro. Un monólogo interior en el obscuro peso de la conciencia. El sonido de una jauría de pájaros salvajes. La afilada lengua de Babel.
INAUGURAMOS PIEDRAS como si fuera ritual de contrabando. Cantamos el cumpleaños feliz entre terremotos e incendios. Entre bombardeos y violentos temporales, abrimos botellas. Después de arriar o bajar la bandera, abrimos botellas. La fiesta es nuestra ceremonia solemne. Somos unos respetuosos de las celebraciones que conllevan brindis, canapés y bailes. Y tenemos la mala costumbre de emocionamos hasta las lágrimas. Lloramos a gritos cantando canciones no inventadas. Cuando inauguramos piedras, abrimos botellas.
AZUL, el poema de la tristeza moderna. Y azul, el puerto de las enbarcaciones bombardeadas. Azul, la aduana de las mercancias delictivas. Y azul, Rubén y Nicaragua y toda su América. Siempre todo se vistió de ese tinte océanico. Hasta las ratas se pintaron de azul. Hasta nuestros corazones fueron marinos de añil. Hasta nos convencimos que el azul era un colorido invento portuario.
CANTA EL MARINERO desde la proa de su nave. Navega a una partida de dados. Los marineros quieren morir. Recita el amor apasionado de las borracheras buscando su romance. Solo encuentra rumores en la noche. Ventanas que solo miran hacia adentro.
LOS ASESINOS no tienen rango. Los asesinos se marcharon con el alba. Los muertos se olvidan en quebradas donde no crece ni el rencor.
MURMULLOS, micros, troles, burros, madres con niĂąos.
UNA NUEVA VIDA RENACE. Los ojos se encienden. Las gargantas se secan. El cuerpo despierta al cuerpo. Y desalojamos oficinas y muelles. Dejamos nuestras casas abandonadas a su suerte. Guardamos nuestras mercaderĂas en cajas plataneras. El Barrio Puerto incendia luces que son canto de sirenas.
VENDEDORES de tortillas vendedores de encendedores vendedores de mani vendedores de cocaĂna vendedores de libros vendedores de cuadros y otros vendedores del diablo.
ALGUIEN grita un ese a ene. Y todos coreamos generando un bullicio verde.
UNA MUJER en silla de ruedas me servía los tragos. Me enamoraba de las goticas putas pobres y sus miles de nombres. El popper de los homosexuales era nuestra bienvenida conversando con los sicarios acerca de la violencia estructural de la sociedad. Jalábamos la cocaína ajena en el estanque del inodoro. Y los salvajes del rock y del punk nunca fueron más tiernos ni más dulces. Toda nuestra oscuridad eran luces de nunca acabar. Ni el vómito detenía el alcohol, ni el anonimato detenía el placer. Casi muero en estas batallas campales. Esa mujer en silla de ruedas, aún, me sirve los tragos.
PLAZAS que no son plazas. La nueva urbanística. La plaza es una playa de estacionamiento varada sobre baldosas negras. Los arboles fueron extinguidos con toda la civilidad de una memoria truncada. Ni mis abuelos recuerdan el ayer. Estos metros cuadrados son un vacío. La plaza es una calle que se pierde en la continuidad de otros nombres. Las micros pasan como perros callejeros buscando hogares, caricias, un pedazo de pan. La plaza es una tumba. Los asesinos descansan en paz, sus huesos se hicieron piedras, sus ojos se cubrieron de cal. La plaza es un cuartel militar con vista al mar. La plaza es el corazón y este, la primera frontera. Porque cuando uno dice corazón, dice muelle, esqueleto, robo, tumba.
DICEN QUE HAY un ascensor al centro de la vergüenza. Dicen que la vergüenza se muestra igual de infernal que la subida, la escalera. Pero todos sabemos que, no dicen qué, hay una república más alta que el mar.
ARRIBA Y ABAJO. Abajo un vals peruano cantado por un borracho. Arriba una estrategia sobre el lecho de una nación defensiva. Abajo una entrada, un kiosco y un paradero de buses. Arriba artesanos, comerciantes y un museo de sangre y agua. Abajo un hombre y un reloj. Más allá de la panorámica, la divisoria de otro país, la arritmia del espacio: La Costanera.
SOBRE TU CINTURA, de vaivén en vaivén, de vuelta en vuelta. Cada uno de tus declives. La ciudad desde la desnudez del ombligo. Cada quebrada es un nuevo aliento, una lengua húmeda en el beso. Y voy bajando, deseándote. Abajo. Abajo manoseo el temporal entre las rocas y el mar.
LA BELLEZA se oculta entre las curvas como un sitio eriazo en la neblina. La belleza es maleza sobre el cerro. La belleza tambiĂŠn ĂŠramos nosotros.
DESPUÉS DE BORRAR toda marca en la piel, de eliminar eso que los obreros llaman brazos, el cuchillo afilado se introduce en la panza, se desliza decidido y firme hasta la garganta. El cuerpo se abre tan resignadamente que los secretos y los suspiros no hacen otra cosa que escapar hacia el cielo tormentoso. Y luego, a mano limpia, se terminará la tarea, arrancando de cuajo tripas y espina, cortándole la cabeza sin misericordia. Allá, pasando la panadería, se venderá calcetines y calzones, cajas de fósforos. Pero acá, la sangre suplantará la orina.
PROHIBIDO el paso. Mรกs allรก, el mar, antes, un muro. Entre el mar y el muro, la libertad de comercio. Dicen que todo el largo mar no es para nosotros, ni en invierno, ni en verano.
CÁNTAME BOLEROS de lágrimas y puñaladas. Cántame a la herida y a la cicatriz. Bébeme el corazón con tu canto.
HAY LIBROS que quieren ser ciudades. Hay libros que quieren ser una casa equilibrándose en el verso. Hay libros que quieren ser la escalera y el ascensor. Hay libros que quieren ser la chica de la vereda y, otros, la noche incendiada. Poemas como nuevo plano regulador. Versos como la llave y el cerrajero, como habitaciones y pasajeros. Hay libros que quieren ser mapas de guerra, la cama caliente y deshecha. Hay libros que confunden la poesía con la poesía. Hay libros que se engañan a sí mismos.
EL POEMA / es la frontera / que te encierra / el poema / es la calle / a penumbras / de un invierno / el poema / es la plaza / náufraga / el poema / es el bar bravo / del atardecer / el poema / es el grito / y los carteles / de ropas al / viento / el poema / es un grupo / de hombres / reunidos / el poema / es la cuadra / coloreada / de rubor / el poema / es el mercado / desalojado / el poema / es el ascensor / como el juguete / rabioso / de un niño / el poema / es el navegante / viajando / entre los rincones / el poema / es la muchacha / de la esquina / saboreando / el dolor / el poema / es el cantante / mendigando / aplausos / el poema / es la aduana / de contrabando / el poema / es la escalera / al primer infierno / el poema / es el callejón / de los meados / el poema es la matriz. No La frontera que te encierra / es la calle a penumbras de un invierno / La calle a penumbras de un invierno / es la plaza náufraga / La plaza náufraga / es el bar bravo del atardecer / El bar bravo del atardecer / es el grito y los carteles de ropas al viento / El grito y los carteles de ropas al viento / es un grupo de hombres reunidos / Un grupo de
hombres reunidos / es la cuadra coloreada de rubor / La cuadra coloreada de rubor / es el mercado desalojado / El mercado desalojado/ es el ascensor como juguete rabioso de un niño / El ascensor como juguete rabioso de un niño / es el navegante viajando entre los rincones / El navegante viajando entre los rincones / es la muchacha de la esquina saboreando el dolor / La muchacha de la esquina saboreando el dolor / es el cantante mendigando aplausos / El cantante mendigando aplausos / es la aduana de contrabando / La aduana de contrabando / es la escalera al primer infierno / La escalera al primer infierno/ es el callejón de los meados / El callejón de los meados / es la matriz / La matriz es la frontera que te encierra. No. No La frontera que te encierra es la plaza náufraga / La calle a penumbra de un invierno es el bar bravo del atardecer / La plaza náufraga es el grito y los carteles de ropas al viento / El bar bravo del atardecer es un grupo de hombres reunidos / El grito y los carteles de ropas al viento es la cuadra coloreada de rubor / Un grupo de hombres reunidos es un mercado desalojado / La cuadra coloreada de rubor es el ascensor como juguete rabiosos de un niño / El mercado desalojado es el navegante viajando entre los rincones / El ascensor como juguete rabioso de un niño es la muchacha de la esquina
saboreando el dolor / El navegante viajando entre los rincones es el cantante mendigando aplausos / La muchacha de la esquina saboreando el dolor es la aduana de contrabando / El cantante mendigando aplausos es la escalera al primer infierno / La aduana de contrabando es el callejón de los meados / La escalera al primer infierno es la matriz / El callejón de los meados es la frontera que te encierra / La matriz es la calle a penumbras de un invierno. No. No. No La frontera que te encierra es el bar bravo del atardecer. El grito y los carteles es el mercado desalojado. El ascensor como juguete rabioso de un niño es el cantante mendigando aplausos. La aduana de contrabando es la matriz. No. La calle a penumbras de un invierno es la cuadra coloreada de rubor. La plaza náufraga es el navegante viajando entre los rincones. Un grupo de hombres reunidos es la muchacha de la esquina saboreando el dolor. No. No. No. Y no.
DIEGO BUSTAMANTE RIOS Nace el 21 de Diciembre de 1982 en Valparaíso, Chile. De oficio Educador Popular. Es editor de Proyecto Editorial Itinerante. Algo ha escrito, alguna vez ha leído en público, y en algunas antologías dicen que ha aparecido.
BARRIO PUERTO fue editado y diseĂąado por Proyecto Editorial Itinerante / Editorial Mar Adentro en Mayo de 2016. Esta es su ediciĂłn digital. Todos los derechos son de lxs Autores