[El violín del diablo, Carvacho Alfaro]

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El violín del diablo Carvacho Alfaro

Colección Latinoamericana Poesía & Narrativa Contemporánea Valparaíso, Chile PROYECTO EDITORIAL ITINERANTE


Proyecto Editorial Itinerante


Advertencia al lector

Esto no es una antología. Esto no es un nuevo canon. Esto no es cofradía literaria. Esta es la palabra que tiende a desaparecer. La colección de Poesía y Narrativa Contemporánea de Valparaíso será temporal.

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No creemos en las voces nacionales esas que responden a la referencia de <<poesía argentina o chilena o taiwanesa>> porque sencillamente sospechamos de la homogenización arbitraria de las identidades. Y el Proyecto Editorial Itinerante cree en el pueblo y no en tu patria. O bien, creemos que la única patria posible es la ciudad, el pueblo, el barrio, la esquina, la propia vida: es desde ahí donde sentimos, vivimos, escribimos, decimos nuestra palabra. Es desde ahí donde usted lee.

El Editor / Buenos Aires, Septiembre 2012


- la mejor manera de hacer proselitismo civilizado www.proyectoeditorialitinerante.wordpress.com proyectoeditorialitinerante@gmail.com


¿Qué pensarían que podrían imaginar ante el cuchillo del violín del diablo? “El trino del Diablo” Rubén Jacob, 1996



El violín del diablo

El violín del diablo lo escucho en la tierra baldía de los sueños. Me tapo los oídos y del interior se escapa el horizonte de la risa. Una carcajada hiriente en la península del ser, un miedo que pierde poder en el mar. Todo se inunda en la tierra baldía, todo muere con el sonido. El violín del diablo invita a un renacer, aunque pierda el oscuro futuro. Una sonrisa se elimina, quema, deja la eterna cicatriz de su música de otoño.


El destino del violín

¿Quién dijo que la música vive? El destino del violín es no acabar en la leprosidad de la vida, en el camino púrpura y violáceo de la existencia prematura del ser. HUMANO, esa es la música perdida. ser es ser humano, sin conductas ni luchas nefastas, solo música de violín.


Amanecer

Ahora, cuando el ave rapaz se queme, cuando el sol se rearme como una estructura ósea en nacimiento, la música de otoño se dejará ver en la penumbra, cuando el amanecer llore de inquietud.


María madre

El leproso se arrastra como ser humano ante Dios. El sonido de la súplica rompe los ventanales de la catedral. Cristo huye del ruego oportunista. El violín no cesa de cantar. María madre, llora sangre falsa por sus juncos.


Cuatro

Una vida de cuatro vientos. Uno dos tres cuatro. Fin, se terminó el sonido, la estructura metafísica de la realidad. Cuatro tiempos de la creación, de razón y emotividad. La música de otoño en una orquesta bacanal. Un sonido, un latido para perdurar.


Claridad virginal

Ya nada se oscurece. El motivo de la claridad virginal, de dĂ­as eternos, no requiebra un sol, solo opaca la luna y la mastica bajo dientes de oro. Tal vez no haya nadie que ame la vida solitaria y un suspiro sea la mĂşsica final.


Ella duerme

Nadie habla en la habitaci贸n. Ella duerme en un rinc贸n de la eternidad, no puede despertar sin ver la sangre del tiempo recorrido. Diluida y putrefacta, pendenciera y so帽adora, la risa de la eternidad se hace sonido latente de un mar de emociones. Transparentes como luces de ne贸n suelen dejar escrito en la piel un recuerdo de cicatriz casi extinta. Un recuerdo de aquel beso a dios. Una vida , un sonido, un dolor.


Canción de cuna

El diablo canta una canción de cuna y hace dormir al niño dios sin necesidad de un televisor. Solo imitó el dulce canto del ángel Gabriel y susurró un te quiero en el oído. Él le sonrió cerrando sus ojitos y durmió en la eternidad.


Sueño

Aun cuando el sueño acabe, el fuego del olvido no cerrará sus puertas. No quiero dejar de ser maldito, no quiero dejar de ser un perro rabioso. El sueño que quita juventud, un aliento de eterno vigor. Nadie se acuerda de un sonido latente. El ruido lo apabulló.


Anhelo

Un latido de reciĂŠn nacido bajo la lluvia es la mĂşsica entregada por Dios. El suspiro final del anciano es la mĂşsica silenciada por Dios. Todo es posible sin querer un anhelo, todo es posible.


Cuerpos danzantes

Miles de razones pueden hacer que deje de apreciar la música. ¿Pero qué hacer cuando me seduces con tu melodía enamorada? Desnudos musicalizamos nuestros cuerpos con un jadeo incesante. Una fornicación celestial y musical en una cama de pentagramas olvidados junto a unas fotos del ayer.


El violín no muere

El violín suena como rabia en el horizonte y lo deja con miedo de altamar. Yo quiero que acabe, no se puede mentir bajo la orquesta. El violín nunca morirá.


Murmullo de trinos

Un murmullo de trinos no incomoda a la montaña. La derrumba bajo celos de amante nocturno, en un lecho manchado de sudor. Un canto virginal de pájaros muertos, un canto de oscuridad que limita la vergüenza, mece al silencio de la noche. No posee un rincón de pendientes vergüenzas, solo una alegría fugaz.


Carvacho Alfaro R. Carvacho Alfaro (Quilpué, 1982) Enseña castellano e intenta dedicarse a la literatura. Ha escrito el libro El violín del Diablo (Editorial El Miserable Ilustrado, 2007, Valparaíso) y ha participado en algunas revistas y páginas web. Actualmente colabora en la revista Carcaj y escribe una novela porno. Contacto: rodrigo.carvacho.alfaro@gmail.com


[El violín del diablo, Carvacho Alfaro]

El Violín del diablo fue anteriormente publicado por Editorial El Miserable Ilustrado (Valparaíso, 2007 Para la presente Edición Formato Artesanal 50 Ejemplares Buenos Aires, Primavera de 2012 Impreso en los Talleres Del Proyecto Editorial Itinerante proyectoeditorialitinerante@gmail.com Todos los derechos son de los Autores



Colección Latinoamericana de Poesía & Narrativa Contemporánea

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“Anti-férula”, Karen Wild Diaz. Montevideo N°1 “Ariel [los ecos de mi garganta]“, Alexander Correa. Santiago de Chile N°2 “Autista y otros poemas”, Agustina Randis. Mendoza N°1 “Carne”, Daniel Rojas Pachas. Santiago de Chile N°6 “Coprolalia”, Jorge Abarca. Santiago de Chile N°7 “Cuídate Mucho”, Francisco Enríquez Muñoz. Ciudad de México N°1 “El deslenguadero”, Pablo Grasso. Mendoza N°7 “El violín del diablo”, Carvacho Alfaro. Valparaíso N°5 “Entre barro y ceniza”, Javier Piccolo. Mendoza N°4 “Escritos de Culpa”, Karen Devia. Valparaíso N°1 “Fúlbol & brisca”, Pietro Vukowski. Valparaíso N°3 “Hombres de Negro”, Juan Montaño. Mendoza N°2 “Instrucciones para plastificar el baño”, Marcelo Neyra. Mendoza N°6 “La cosecha en 1991, el cotipeto y la manera”, Darío Zangrandi. Mendoza N°8 “La Danse Macabre”, Tito Mandred. Santiago de Chile N°3 “La pequeña casa en la pradera. [Los Ingalls: 1° parte]“, Mauro Gatica Salamanca. Santiago de Chile N°4 “La pequeña casa en la pradera. [La pequeña casa: 2° parte]“, Mauro Gatica Salamanca. Santiago de Chile N°5 Nada”, Leandro Bosco. Mendoza N°5 “Tiempoemas”, Violeta Glaría. Valparaíso N°4 “Todos los hombres son todos los hombres”, Juan Carlos Cortes. Santiago de Chile N°1 “Tótem”, Álvaro Patricio Robles. Valparaíso N°6 “Unidad del fragmento”, Carlos Peirano. Valparaíso N°2 “Variaciones en órbita [bitácora de una astronauta”, Romina Freschi. Buenos Aires N°1 “Vidrio Molido”, Gabriel Jiménez. Mendoza N°3


El violĂ­n suena como rabia en el horizonte y lo deja con miedo de altamar


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