Palo & a la Bolsa #1 Damián López

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MICROENTREVISTAS EN TIEMPOS DE MACRI

#1 Damián López

Mza. Febrero 2016. Pájaros Librería Independiente. Editorial Mar Adentro

Palo & a la Bolsa


[…] Desde el oeste de una frontera que se encuentra a los pies de la montaña, en este verano infernal., entre el pueblo que habita la acequia, en pleno corazón de Febrero del 2016, damos la bienvenida a Palo & a la Bolsa, una serie de microentrevistas a escritores, poetas, editores, artistas, músicos, fotógrafos, libreros y a asiduos lectores con el objetivo de acceder y navegar en su cartografía de lecturas como en sus procesos de vinculación con los libros.


#1 Dami谩n L贸pez


Damián López (Rosario, 1983). Desde 2003 vive en San Juan donde se recibió de Licenciado en letras por la UNSJ. Actualmente trabaja como corrector de estilo en medios gráficos de San Juan y como maquetador y diseñador de la editorial de la UNSJ. Desde 2007 mantiene vivo el proyecto artesanal Elandamio Ediciones http://elandamioediciones.blogspot.com.ar/ con un catálogo de narrativa, poesía, ensayo y humor gráfico. Ahí publico sus libros de poesía La otra cara de la almohada, La clave está en saber contestar y el ensayo Anotaciones Incendiarias. Escribió el guión de la historieta El regreso de los patriotas dibujada por Jorge E Rodríguez.


/ PALO / Esa vieja vinculaci贸n con los libros


En la casa de mi niñez había muy pocos libros, o tal vez pocos libros que me llamaran la atención. Me acuerdo de un diccionario en dos tomos con las banderas del mundo, insectos, filósofos, apóstoles, músicos, presidentes argentinos, todos célebres. Me acuerdo también de una colección del CEdAL, “Mi País, tu País”, que me gustaba mucho. Muchas revistas y crucigramas. Cuando estaba en sexto grado, estudiaba música cerca de la Biblioteca Municipal de Rosario, y de pasada sacaba los Astérix que había. Los leí todos varias veces. Pero libros, libros, muy pocos. Puntualmente tres: El Principito, Juan Salvador Gaviota y El Niño Envuelto, de Elsa Bornemann. En el secundario pedí prestados como al pasar Cien Años de Soledad, El Señor de los Anillos, La Llamada de Cthulhu. No era un lector voraz, mucho menos un comprador. Había un poco de pose, supongo: el gordito tenía que tener algo en lo que era bueno. Yo tenía la música, pero como tocaba el piano no podía hacerlo en los recreos, así que leía. Ya cuando me mudé a San Juan, empecé a escribir y me metí en Letras se pudrió todo: empecé a leer a lo pavote, a comprar libros, a enojarme si me los pedían prestados, a leerlos medio de costado para no abrirlos del todo y marcarles el lomo, a revolear los ojos si alguien intentaba convencerme de que un libro fotocopiado era lo mismo. Me volví, con el tiempo, un fetichista, un obsesivo. Compro libros por deporte, por el gusto de saber que los tengo a mano, de autores que conozco, que leí citados, de temas que me interesan


más o menos, de cosas que no puedo dejar de tener en mi biblioteca. Compro ofertas porque son ofertas, y no me molesta tener libros repetidos si la edición vale la pena, o si forman parte de una colección. Los leo cuidadosamente (conducta que me ha costado varias peleas con mi esposa, que tiene “otros modos”) y los conservo en el mejor estado posible. Los presto poco, casi a nadie, y en contrapartida no suelo pedirlos prestados, como para no generar polémica. No soy de leer en PDF, y prefiero imprimir los libros que me interesan (los impresos sí los subrayo y anoto, lo más prolijo que pueda). Y sí, lo primero que hago cuando compro un libro es olerlo.


/ A LA BOLSA / CartografĂ­as de Lectura


1. El Señor de los Anillos (J.R.R. Tolkien) Me partió el mate. Un mundo entero arrancado de cero y una historia muy copada. Hace poco me compré y leí una edición en inglés: flasheé. Mientras más entrás al mundo Tolkien más te das cuenta de que la literatura es una consecuencia, que el tipo era el historiador, biólogo, filólogo y cronista de un mundo que el mismo había imaginado. 2. Cien Años de Soledad (García Márquez) Me partió al medio la imaginación abrumadora del tipo. Es exuberante como América. Lo leí y cuando me explicaron el realismo mágico, me di cuenta de que ya lo había entendido. 3. La Saga de los Confines (Liliana Bodoc) Uno de los pocos libros con los que lloré. Posta. Encima de que es uno de los pocos (sino el único) libro que logró apropiarse, sin artificios, de la matriz épica europea y traerla al mundo latinoamericano, es una metáfora necesaria del proceso de conquista y colonización de nuestra tierra. Y como para coronarla, el lenguaje es exquisito, prueba de que se puede seguir escribiendo narrativa sin dejar de lado el lenguaje.


4. El Evangelio según Van Hutten (Abelardo Castillo) Una historia perfectamente narrada, con condimentos históricos y teológicos espectaculares. Creo que lo que más me gustó es que termina mal: no hay héroe, ni alegría, ni victoria. 5. Los Premios (Cortázar) Mucho, pero mucho mucho mejor que Rayuela. 6. Historia de Cronopios y de Famas (Cortázar) Mis primeros pasos en el humor absurdo, y en esa mirada del “revés de las cosas” como él mismo dijo. 7. Poesía Vertical (Juarroz) Poesía en estado puro. Una maquina de relojería del lenguaje. Además, el tipo sabe fundamentarla. Sus concepciones de la poesía son fundamentales para cualquier poeta. 8. Madame Bovary (Flaubert) Un manual de escritura. Seinfeld del Siglo XIX.

9. La Lección Inaugural (Barthes)


De este libro es un pilar de mi visión sobre la literatura y la escritura. 10. Semiosis Social (Eliseo Verón) Marxismo y Semiótica Peirceana combinados con exactitud. ¿Qué más se puede pedir? 11. Poesía Completa (J. Leónidas Escudero) Con los poemas de Escudero entendí que todo lo que se escriba tiene que ser honesto, y no solamente en lo anecdótico, que es en lo que todos nos encontramos, sino en el lenguaje. Hay que buscar el propio lenguaje. 12. Lector in Fabula (U. Eco) Toda la teoría de la recepción de Eco me parece importante a la hora de pensar la literatura. 13. Poesía Completa (Girondo) Experimentación al palo y a conciencia. 14. Operación Masacre (Rodolfo Walsh) Después de leerlo, y de leer los cuentos policiales, me di cuenta de que el tipo terminó viviendo lo que escribía. Y bueno… todo lo que vino después.


15. Mala Onda (Alberto Fuguet) La verdad, no sé por qué me gusta tanto, pero la releo seguido. Supongo que es una novela de un pendejo canchero, de guita, con levante, todo lo que yo nunca fui en mi adolescencia. Igual, es un retrato justo de la mierda oligarca prodictadura chilena de los 80, que debe ser igual a la argentina. 16. El Gol a los Ingleses (Andrés de Cara) Una gran novela escrita en San Juan. Fragmentaria y prolija. Me sorprendió su profundidad y lo bien escrita que está. 17. Trovadores de Piedra (Adrián Campillay) Un excelente libro entre otros excelentes libros del autor. Leer a Adrián es leer poesía cruda, con un lenguaje muy cuidado pero sin caer en el artificio innecesario. 18. Patas Arriba (Galeano) Lo primero que leí de él. Me puso de cara al sinsentido del mundo, y nunca más pude dar vuelta la cara. 19. El Templo Etrusco (J.R. Wilcock) Absurdo, absurdo y más absurdo. Una genialidad del humor.


20. Medias Negras, Peluca Rubia (E. Gudiño Kieffer) Una novela desconocida, pero excelente, de lectura necesaria para todo escritor. Otro caso de una gran novelística cruzada con experimentaciones de lenguaje muy interesantes. Inesperada, cínica, una patada a los huevos del ego del escritor.


Palo & a la bolsa se refiere a hacer algo rápido, sin miramientos, y obtener el crédito que de ello provenga. La expresión proviene de la costumbre ancestral de cazar animales, en especial liebres y conejos, con los que paliar el hambre. Se los perseguía y, cuando se los tenía a tiro, se les asestaba un garrotazo. Las presas obtenidas luego eran acumuladas en bolsas para su mejor traslado.


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