Veinte y una velocidades / Soledad Muñoz

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VEINTE Y UNA VELOCIDADES Soledad Muñoz

Proyecto Editorial Itinerante / Editorial Mar Adentro C.oleccion La Isla de la Fantasía


Veinte y una velocidades Soledad Muùoz 2° Edición / Digital. Proyecto Editorial Itinerante / Editorial Mar Adentro Mendoza, 2016

proyectoeditorialitinerante@gmail.com www.proyectoeditorialitinerante.wordpress.com - la mejor manera de hacer proselitismo civilizado -




EN LA SIESTA aparecen las mejores imágenes de todas las ideas olvidadas salgo en la bici en el tiempo de descanso del trabajo a dar una vuelta por las calles empedradas de Perdriel adentro todos están en sus casas almorzando quizás un puchero o hablando o mirando algún programa de T.V y los niños chillan yo los escucho


desde afuera el volumen está alto la calle está silenciosa mientras pedaleo silbando por lo bajo una canción que nadie conoce porque los espacios se hacen largos y las nubes flotan errantes y los pájaros hacen más grandes sus nidos entonces paro un rato contemplando el cielo y me siento en un banco frente a unas viñas a esperar que el momento llegue la tibieza del sol acaricia mis manos sosteniendo la calma de esa mansa siesta y entonces un niño llora probablemente no quiere comer y su cara esté pegoteada


de comida que no le gustó tomo un sorbo de agua lo retengo en mi boca y vuelvo a pedalear todavía queda un espacio de tiempo entre vos y yo acaso para seguir pedaleo lento acaso para no llegar pedaleo lento y pienso en los trabajadores que continúan su jornada como yo que en mi tiempo de descanso busco una imagen que me estremezca y las retroexcavadoras no paran la tierra se ve húmeda removida hasta lo más profundo y el silencio del comienzo se desvanece cuando me acerco a lo más oscuro


de esa tierra de ese recuerdo y mi cuerpo vibra y me paro sobre los pedales que también tiemblan empujando suave lento los motores se escuchan cada vez más bajos un hombre cruza el alambrado un niño junto a un naranjo parado está y espera a su madre con una pelota en la mano dos vecinas se han sentado en la puerta a tomar coca-cola bajo el sol de este invierno amarillo y pienso en que todo podría ser más sencillo en la vida de cada uno en mi espera en mis gestos como ese niño que ata con paciencia


los cordones de sus zapatillas y me dice hola y siento cómo un aire fresco atraviesa mi cuerpo y me conmueve por la calle de la plaza hay una casa color rosa con malvones en la entrada un perro duerme junto a la puerta otro perro levanta la pata en el último árbol que olió y ladra a las ruedas de las bicis de unas niñas que cruzan y yo me quedo debajo del cielo mirando las nubes bajo el cambio la bajada es suave la pedaleada lenta el viento apenas se siente helar mis dedos


el viento apenas mueve las Ăşltimas hojas y pienso en el chico que me gusta y su campera de cuero en sus ojos negros desparramĂĄndose por mi espalda y cuando pienso en eso parada frente a la escuela en el chico que me gusta y su campera de cuero siento que no hay nada mĂĄs bonito que la siesta y sus efectos permanecer en silencio bajo este sol salvaje bajo la grandeza de esta naturaleza con sus casas sus familias sus perros sus maestras


vuelvo al trabajo de regreso pedaleando lento cantando bajito una canciรณn que nadie conoce.


SALIMOS en nuestras bicicletas mediodía despojado de nubes errantes silencios desterrados de su memoria huérfana. "no te abrás tanto, mantenete en la línea" le dice la madre a su hijo pedaleamos pedaleamos pedaleamos un sol rabioso atraviesa nuestras nucas calles de piedras polvo y el espanto en su cara roja la gota de sudor que corre por su mejilla robusta pedaleamos pedaleamos pedaleamos como despertar de un profundo sueño preparamos el fuego la bella tarea de hacer que todo arda


preparar el fuego quemar la madera bajo la madera el fuego arde la carne se quema bajo el fuego las palabras también se queman "pasala pasala acá de pechito y la baja de taquito la radio suena con un river-tigre que lo pone feliz por la triple goleada de river el rastrillo arrastra todo el pasto envejecido amarillo de nuestros últimos días el invierno trajo los restos de una canción que llegó de lejos las despedimos con alegría dominical a las hojas los palitos la montañita de hojas secas por debajo asoma el nuevo pasto verde le damos agua de beber


cultivamos los recuerdos en el agua nada se inunda nada se desborda de regreso volvemos en nuestras bicis pedaleando pedaleando pedaleando cargando con la alegrĂ­a de nuestros corazones agitados esperando otro domingo esperando otra vuelta porque no hay nada mĂĄs lindo que llenar lo que estaba vacĂ­o como un generoso acto de creencia.


NOS DESPIERTA la luz que entra por la ventana sobre nuestras caras el brillo dorado rabioso de un sol de noviembre algunas moscas zumban sobre nuestros cuerpos las corremos con las manos formamos sombras en las paredes y nos miramos reímos desnudos destapados con nuestros ojos achinados por la mañana y me mirás y decís hola despacito


te digo hola y beso tu frente como un acto de inmensa ternura y trato de recordar el sueño que tuve veo un pedazo de cielo de noche apenas iluminado tres ancianas en el patio piden entrar quieren el pájaro de colores que está apoyado sobre mi hombro les obsequio el pájaro a las tres ancianas y en eso te paso a buscar vamos en bicicleta a comprar pan para desayunar y reímos no sé de qué del pájaro de colores


pero es bonito sentir cómo se derrama la luz de ese cielo tremendo sobre nuestros cuerpos livianos tibios y el paisaje siempre es el mismo y me preguntás qué pasa yo callada medio loca te miro y mis pensamientos se hunden sobre tu pecho que sigue caliente y me quedo así un rato recordando el sueño los pájaros hasta que suene por tercera vez la alarma del celular y me levante para ir a trabajar y vos también te levantes para ir a trabajar y me digas


quiero estar tranquilo y la mañana sea fresca y mi resaca no te asuste y mi bajón no te espante entonces me cuelgo la mochila enciendo la música del mp 3 y voy en la bici recordando tus gestos tus relatos fragmentados y pienso en regalarte una arrocera en decirte que ya no hay nada que temer que todo lo que nos pasa no es más que estar vivos.


ME GUSTA una chica que anda en bicicleta usa pantalones cortos y lleva una remera que está re buena la crucé una tarde en la calle mientras andábamos en bicicleta ella me miró y yo pensé: “qué linda que es esa chica que anda en bicicleta” Cuando llegué a la escuela ahí estaba ella atando su bici playera con la cadena me miraba de reojo como si supiera la invité a tomar una cerveza negra la invité a quemar flores bajo la tibieza del sol en la terraza de la escuela


la invitĂŠ a dar una vuelta larga en nuestras bicicletas fuimos al parque fuimos a la plaza y nos tiramos sobre el pasto y jugamos nos miramos nos tocamos tiramos de nuestro pelo tan dignas tan amigas bajo un tremendo cielo de siesta recibimos la caricia del sol entre las piernas una nube de humo cĂ­trico la coronaba como una princesa y bebimos la Ăşltima cerveza y entonces la tarde se hizo mĂĄs lenta Y les digo mis amigos que no hay nada bonito que sentirse felices aunque a ella no le guste mi gato


yo la invitaré por las tardes a fumar hierba a tomar mate en el patio de la escuela y le pondré música y ella me escribirá poemas de amor y seremos amigas por siempre. pero lo más bonito de todo esto es verla a ella con su pelo revuelto de locura partiendo en su bicicleta.


COMO UNA PLANTA interior que nadie riega te escribirán una carta de Amor que te hará llorar y recordarás toda la calma de los peces en el mar y las botellas de plástico flotando en el zanjón se pudren mientras vas en tu bicicleta roja cantando para adentro una canción que nadie conoce y te duele el cuello la cabeza los pensamientos y pedaleas


pedaleas lento querés llegar comer bañarte dormir pero entonces te das cuenta que ya no querés dormir solo que los huesos te duelen que hay que resistir otro invierno más.


PEDALEAR pedalear pedalear no pensar vaciar el pensamiento de fantasmas quisquillosos sólo pedalear sobre la ruta vacía sabiendo qué: “así es todo” el silencio y todas sus formas las piernas se tensan sentir el peso del cuerpo sobre los pedales oir el canto de los pájaros en los cerros respirar el perfume de la jarilla desplomarme sobre la bicicleta y bajar velozmente que el viento arrase con todo los olores


que el viento me lleve más cerca del cielo entran y salen las penas el bajón de día domingo ya no importa que el viento se lo lleve pedalear pedalear sólo pedalear.


RECUERDO CUANDO CRUCÉ esa tarde el parque en bicicleta recuerdo cuando frené y me di vuelta para ver el rostro de una mujer que alguna vez olvidé. recuerdo la chica promotora que aprovechó que yo paré para hacerme una encuesta sobre no sé qué. recuerdo las tardes de tai chi en el parque bajo el sol recuerdo el camino que hice en bici desde mi casa hasta Perdriel el carril las bocinas las puteadas del taxista al chofer de la línea 850 el puente azul y el río seco recuerdo el día que jugó Argentina-Nigeria en un mediodía gris recuerdo la cara del pibe apuntándome con un arma recuerdo la última foto que saqué recuerdo la vuelta en bici escuchando el partido por la radio mientras lloraba en silencio recuerdo ese día que volví a sentir miedo y un perro se entregaba a la muerte


recuerdo todos los perros muertos que he visto junto a la ruta recuerdo el perro de la vecina ladrando a las ruedas de mi bici y yo me reía recuerdo esa tarde que fui a nadar y me sentí feliz recuerdo tu sonrisa al abrir la puerta y el olor a comida casera que salía de adentro recuerdo la música que sonó esa noche Billie Holiday y yo dije ¿bailamos? recuerdo el chocolate aireado y la sonrisa en mi rostro recuerdo cuando mi intestino explotó y todo fue abierto otra vez recuerdo el dolor del cuerpo el vientre zurcido los olores de mi niñez recuerdo mi primera y mi última masturbación recuerdo todas las veces que te olvidé y te nombré recuerdo a un solitario parroquiano bebiendo una cerveza en un bar de Retiro


recuerdo a una mujer de cabello blanco y abanico rojo tomando una sevenap mientras escribía en una pequeña libreta todos sus recuerdos recuerdo al chico colombiano que me invitó a fumar en plaza Juramento recuerdo todas las noches que perdí el control menos las mañanas de resaca recuerdo cuando vi sonreír a mi papá por última vez recuerdo las siestas en el balcón recuerdo cuando te escribí y te dije "necesito un abrazo" recuerdo el día que salimos juntos a comprar un jazmín y la planta casi muere y yo pensaba en la muerte del Amor recuerdo las tardes que pasaba encerrada en el baño de la escuela con una amiga y nos besábamos recuerdo mi amigo desconocido escribiendo poemas a la distancia. recuerdo las playas de claromecó en soledad recuerdo una siesta tirada bajo un campo de girasoles y las últimas luces del atardecer en Olavarría recuerdo la cerveza negra en el club Álvaro Barros recuerdo verte bajar del bus al mediodía


mientras yo miraba por la ventana del hospital y me estremecía recuerdo tu miedo tus vueltas a mi alrededor recuerdo las noches de frío cuando dormías en los jueguitos de la plaza y yo te despertaba por las mañanas recuerdo el brillo del sol entrando por tu puerta vos saludabas con una mano en alto mientras partía en mi bicicleta recuerdo todas tus historias contadas todos los caminos que recorrí todas las noches que me perdí y así van las cosas de un movimiento a otro de un recuerdo a otro.



SOLEDAD MUÑOZ nació en Mendoza, en enero de 1979. Trabaja como docente y empleada de comercio. Ha participado en diversos recitales de poesía. En el 2013 publicó de manera autogestiva un pequeño libro de poemas Movimientos. Quizás algún día publique todo lo que escribe.



VEINTE Y UNA VELOCIDADES fue editado y diseñado por Proyecto Editorial Itinerante / Editorial Mar Adentro en Diciembre de 2014. Para su composición se utilizó la fuente Garamond. Se manipularon papel bookcell 80 grs. y papel Inkjet Rojo Escarlata de 120 grs. para los interiores y papel Madera de 200 grs. para la portada. La impresión y encuadernación de los 24 ejemplares se realizó en Pájaros Librería Independiente, Mendoza. Esta es su edición digital. Todos los derechos son de lxs Autores



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