Guión museográfico - Comité museo Tawantinsuyo

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1. OBJETIVOS Y PROPÓSITOS La creación de un Museo del Tawantinsuyu en el Perú, es una iniciativa que nació al constatar que es necesario disponer de una institución que congregue en un solo discurso todo lo que representa la experiencia de nuestros pueblos en la construcción de un destino común. Es necesario difundir los más logrados conocimientos científicos sobre esa etapa de la historia y consolidar la imagen que de él deben tener las futuras generaciones, como parte de su tarea de construir una deseable era de bienestar. Cuando los españoles llegaron al territorio andino, en 1532 -cuarenta años después del descubrimiento de América- encontraron aquí un complejo sistema de vida, que unía en un solo proyecto de país a un territorio muy amplio, de más de 6000 km de largo, ocupado por pueblos que hablaban lenguas diversas y tenían costumbres igualmente distintas. Ciertamente, aparecían como un agregado de países diferentes, pero obedecían las mismas leyes y su destino era parte de un proyecto de construcción de un solo país, al que sus habitantes llamaban Tawantinsuyu. Ahora forman parte de seis países andinos: Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina, cuyos territorios cubren todo el frente occidental del Continente sudamericano. Era un proyecto político que unía pueblos, centros de producción y de culto, con un programa económico, social y cultural de largo aliento. Europa sólo había conocido algo parecido con el Imperio Romano, a inicios de la era cristiana y por eso, al proyecto de los Incas se le identificó como “Imperio del Tawantinsuyu” o “Imperio de los Incas”. Si bien el estímulo de preparación y elaboración del proyecto nace de una aproximación a los valores propios del antiguo país de los Incas -que contiene todos los parámetros geográficos y sociales que de uno u otro modo se reproducen en todo el Perú y se expresan de diversa manera en nuestros vecinos países andinoses necesario señalar que el modelo aplicado responde al proyecto de un Museo Nacional, como lugar de reflexión sobre el destino histórico de nuestros pueblos, con todas las reservas de magnitud, formas, singularidad y contenidos correspondientes. Es la configuración de una historia muy antigua de los actuales países andinos, cuyos testimonios permiten entender la mecánica de sus procesos y procedimientos, como pauta para conciliar la vida humana con las más diversas formas de manifestarse la naturaleza. 1.1. El origen de la idea El Decreto que se dio el 2 de Abril de 1822, sólo ocho meses después de proclamada la independencia política del Perú, el naciente Estado Peruano –aún no constituido en República- declaró que los monumentos y reliquias que quedaban de la antigüedad peruana –su memoria- así como sus recursos naturales, debían ser protegidos por el Estado, en tanto que eran propiedad de la Nación, “porque pertenecen a la gloria que deriva de ellos, y que habiendo visto con dolor vender objetos inapreciables, llevarse adonde es conocido su valor, privándonos de la ventaja de poseer lo nuestro”, decretó que a partir de esa fecha se prohibía “absolutamente la extracción de piedras, obras antiguas de alfarería, tejidos y demás objetos que se encuentren en las huacas, sin expresa y especial licencia del Gobierno”, estableciendo que sea poco o mucho su valor, se aplicara al Museo Nacional”. Casi simultáneamente, en 1830, en Chile se creó el “Gabinete de Historia Natural”, durante la gestión de Diego Portales en el Ministerio del Interior y de Guerra, para explorar el territorio nacional y hacer planos cartográficos, bajo la conducción del francés Claude Gay. La exploración de Gay, que duró 12 años, dio origen a dos colecciones, una de muestras de la flora y fauna del territorio chileno y otra de objetos asociados a los pueblos originarios de Chile. Ese “gabinete” dedicado sustantivamente a la investigación y conservación de los materiales que debían permitir la construcción de una identidad nacional, sustentada en el conocimiento de lo que tenían de valioso en el territorio emancipado, fue la base de lo que más tarde se 1 llamó Museo Nacional de Historia Natural, alojado en la Quinta Normal de Santiago de Chile . A diferencia de lo que ocurría en el Perú, donde se intentaba rescatar las condiciones de apropiación indígena del territorio en proceso de emancipación, en Chile el tema era conocer el territorio y sus condiciones de existencia y riquezas.

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“Estrategia de Intervención del Museo Nacional de Historia Natural”, Editor Alejandro Soffia. Ovo Ltda.Fondart, Gobierno de Chile, 2009, Santiago de Chile

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En el Perú, el decreto fundacional de 1822, creó y definió el Museo como repositorio de los bienes patrimoniales de la Nación. Estábamos en plena lucha por la independencia política de España, eran tiempos de guerra, antes de que se diera la Constitución Política del país y aún no se habían dado las batallas definitorias del fin de la guerra, en Junín y Ayacucho, que sólo ocurrieron en 1824. Sólo ocho meses atrás, el 28 de Julio de 1821, José de San Martín había pronunciado la Declaración de la Independencia en Lima y los defensores de la patria estaban aún en guerra contra los “realistas”. La clandestina dación de leyes en contra del Virreinato, era pues parte de la guerra. La “identidad nacional” tenía como único referente la obra de nuestros antepasados indígenas -y el entorno físico que ellos habían construido y mantenido durante milenios- porque todo lo demás era de origen extranjero. Los antecedentes estaban unos treinta años atrás, en la rebelión de Tupamaru II y en los conatos libertarios de los criollos que se dieron en esos treinta años. EI impedir que se continuara con la exacción de ese patrimonio nativo, era una de las formas de enfrentar los tres siglos de opresión colonial que nuestros pueblos habían soportado. Entre el 2 de abril de 1822 y el 9 de diciembre de 1824 hubo muchas formas de acción subversiva, acudiendo al estudio de la realidad social y económica del Perú y su historia, como las publicaciones del Mercurio Peruano, que eran parte de la lucha política e ideológica, de la cual formaba parte el Decreto de creación de la Biblioteca, el Museo y la Sociedad Patriótica, que no eran pues ningún gesto romántico, sino una demanda de lucha anticolonial. Quienes estaban asociados a la implantación de esos componentes de la nacionalidad peruana, eran subversivos que conspiraban contra el Estado Virreinal, y por tanto, eran perseguidos políticos, teniendo como centro una casa del barrio de la Magdalena –llamado ahora Pueblo Libre- que fue construida como casa de campo por el Virrey Pezuela, y tomada por los insurgentes al mando de San Martín, Torre Tagle y Bernardo Monteagudo y, posteriormente, ocupada también por Simón Bolívar durante la fase final de la insurgencia. En ese lugar funciona todavía el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia, que es lo que se mantiene del viejo proyecto del Museo Nacional. A lo largo de casi 200 años, el Museo Nacional tuvo que nacer muchas veces antes de seguir viviendo en los clandestinos fueros de las curiosidades acumuladas. Nació en medio de la guerra de la Independencia, proclamando el derecho de los pueblos de guardar consigo la generosa experiencia de los antepasados y las muestras valiosas de su riqueza natural. Su propósito era contribuir con ello a la formación de una conciencia nacional sustentada en el racional aprendizaje de su historia y valores. Fue una idea que se ejecutó como parte del proyecto conspirativo anti-colonial, redactado por Bernardo Monteagudo –uno de los asistentes directos de José de San Martín y responsable, con éste, de haber redactado la Constitución Política de la República Argentina, que reconoció el Quechua y el Aymara, con respeto a la inter-culturalidad que caracteriza a nuestras naciones, junto al castellano, como lenguas oficiales de la nueva Nación. Lamentablemente, eso no ocurrió en el Perú, que en 1823 y luego en 1827, con el impacto de las ideas sustentadas por Simón Bolívar, se excluyeron de la República a las lenguas nativas y el espíritu multiétnico inicialmente perseguido. Simultáneamente, la instalación del Museo tampoco prosperó y sólo en 1826, gracias al esfuerzo del ingeniero arequipeño Mariano Eduardo de Rivero y Ustariz, se pudo iniciar su existencia, cuando ya estaba instalada la primera versión del Gobierno Nacional, a cargo de criollos y mestizos que vivían bajo la imagen tutelar de España y que habían criado un definido sentimiento de exclusión del mundo nativo. La noción de Museo, dedicado a mostrar especialmente grandes obras de arte, se redujo a una imagen deprimente de lo que años más tarde devino en presentación de los “indios salvajes y restos arqueológicos” que se hallaban en el país, porque el resto estaba dedicado a la historia y el arte virreinal, y a una empobrecida imagen de nuestra naturaleza. En el curso del tiempo, la idea del “museo”, como lugar destinado a ofrecer un espacio de reflexión en busca de la inspiración para grandes obras de arte e ingenio, ha ido evolucionando hacia un medio de comunicación que usa los objetos como fuente de información para aproximarse tanto al medio natural como a las creaciones humanas, buscando contenidos, formas y condiciones de la experiencia acumulada en ellos, para avanzar. La instalación de una política de atención al patrimonio histórico en beneficio del futuro, fue lenta. La idea era de un lugar adonde la gente tomara contacto con la historia natural y humana originaria, y se ubicase más allá del discurso colonial que el imperio español introdujo en nuestro país, reconociendo su vitalidad y grandeza. Era lo que buscaba también la herencia sanmartiniana de Chile y Argentina, que escogió el rumbo de la ciencia para buscar un objetivo similar y acudió a la experiencia francesa e inglesa que había acumulado mucho como parte del periodo de la Ilustración.

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1.2. Las colecciones de la época Colonial Todo eso era producto de lo que habíamos visto los peruanos durante 3 siglos. En el siglo XVI viajaban, en forma de presentes para los reyes de España, una serie de joyas que procedían principalmente de México y el Perú. Los primeros obsequios fueron los que enviaron Hernán Cortés y Francisco Pizarro entre 1519 y 1534. En España, se registró el ingreso de un sol de oro y una luna de plata, un casco lleno de oro, joyas en forma de animales, collares y otros objetos de oro, todo lo cual se exhibió en Toledo, Valladolid y Flandes, como muestra del “descubrimiento”. Entre los regalos iban muchos lienzos plumarios, turquesas y piezas de obsidiana y cuarzo. Fundían el oro 2 para cubrir obligaciones tales como “el endeudamiento crónico de Carlos V, y que esquilmaba a la corona española con sus continuas empresas europeas”. Había también coleccionistas, entre los que estaban Diego Hurtado de Mendoza y el Príncipe de Esquilache, que fueron virreyes del Perú y guardaban recuerdos 3 “souvenirs”- americanos. Según una referencia de Rivero y Ustariz , tomada de los escritos del Conde de Garli [vol.1, pág. 276], Francisco Pizarro, el 5 de julio de 1534, un año después de su apropiación del dominio del Inca Atauallpa y del envío del tesoro que había expropiado como “rescate” del Inca, escribió a la Corte, desde Jauja, “que además de los barretones y vasos de oro, habían encontrado cuatro carneros [llamas) y diez estatuas de mujeres del tamaño natural de oro el más fino, y también de plata del mismo porte, y una pila de oro tan curiosa, que los asombró a todos”. Según un testimonio de 1667, en el palacio de los reyes, en Madrid, “había tesoros de todo cuanto de precioso se producía en las Indias: tapices de corteza de árbol, vestidos de Moctezuma y los Incas de Perú… y… tantas cosas que para poderlas contemplar con detenimiento se hubiera necesitado todo un día. Estas colecciones pudieran ser la respuesta de la Corona a la sugerencia del Virrey del Perú Francisco de Toledo, en 1572, hecha al rey Felipe II de crear un museo en Palacio con las manufacturas indígenas”. Pero ellas desaparecieron, quizá debido a los diversos incendios que se produjeron en dicho palacio, en los siglos XVII y XVIII, o debido a la codicia de los cortesanos. Durante el siglo XVIII, la Ilustración y la carrera comercial trans-oceánica, indujeron a los europeos a la formación de grandes colecciones, que acumulaban competitivamente en los museos de sus ciudades mayores, en medio de un agresivo proyecto capitalista de valorización de las obras de arte y otras curiosidades y exotismos. Es bien sabido que el capital mercantil y manufacturero alcanzó una cuota muy alta de saturación capitalista en el siglo XVIII, provocando la segunda etapa de expansión colonialista, que activó el interés de todos los países europeos a intensificar sus conexiones con nuestros países, en condición colonial. La consigna de los libertadores sanmartinianos, de impedir la exportación de los bienes patrimoniales indígenas, no estaba al margen de las ocurrencias de la época, dado que un signo de aquellos tiempos era el ascendente mercado de antigüedades, al lado de una demanda burguesa de afirmación nacional en resguardo de sus propiedades. Si bien no se sabe a ciencia cierta, es presumible que uno de los primeros museos que se instalaron en España –a base de los tesoros conducidos por Antonio de Ulloa desde 1753- tuviera algunas piezas peruanas, aunque se sabe que el “Real Gabinete de Historia Natural”, instalado por Carlos III en 1776, fue el primer museo español con reliquias del Perú. Se abrió a base de las colecciones y dirección de un criollo nacido en Guayaquil –llamado Pedro Franco Dávila- que logró vender sus colecciones a la corona española, con salas sobre minería, piedras, vasos, piedras preciosas y antigüedades también europeas. En el catálogo de la colección hay descritas piezas peruanas, principalmente textiles de lana de vicuña, cuchillos de cobre, mates y otros objetos de bronce, cuentas de oro y “un vaso de plata en forma de cucurucho franqueado por dos máscaras… Vasos de arcilla de casi la misma forma, que los curiosos miran como pertenecientes a la 4 más remota antigüedad” .

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Paz Cabello C., 1989: Coleccionismo americano indígena en la España del siglo XVIII. Ediciones de Cultura Hispánica, p.26. Madrid: Agencia Española de Cooperación. 3 Mariano Eduardo de Rivero, 1841, “Antigüedades Peruanas. Parte Primera”, Imprenta de José Masías, Lima. (pág. 3, nota 4) 4 Paz Cabello, op. Cit: p. 31 y pp.55-65 Consultor: Luis G. Lumbreras

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El negocio del coleccionismo no fue muy exitoso en España, aun cuando hubo algunos encargos de colecciones, como la que se pidió a los hermanos Heuland, quienes colectaron –en 1794- algunas piezas de cerámica junto a minerales y conchas, o la que hizo la “Expedición Botánica” de Hipólito Ruiz y José Pavón entre 1777 y 1788, que recolectó un número considerable de objetos arqueológicos y etnográficos, muchos de los cuales se conservan aún en el actual “Museo de América” de Madrid. Los virreyes enviaron y también llevaron telas y objetos de cerámica, orfebrería y otros “presentes dignos de los reyes”. Sin embargo, fueron las colecciones del Obispo Baltazar Jaime Martínez de Compañón –formadas entre 1782 y 1785- las que constituyeron un primer lote significativo de antigüedades peruanas en España, derivadas de una intensa exploración realizada con motivo de su “Visita Pastoral” por la costa, sierra y selva 5 de las vecindades de Trujillo. Sus envíos, aparte de sus 9 tomos de anotaciones, incluían objetos de oro, plata y cobre, tejidos, madera y cerámica, muchos de ellos procedentes -al parecer- de Chan-Chan y algunos de Cajamarca y Huamachuco. Aparte de los componentes arqueológicos, el envío de Martínez de Compañón es un repositorio de primera magnitud sobre las formas de vida vigentes en el s. XVIII en Trujillo y alrededores, no sólo por las noticias etnográficas e históricas que incluye, sino también por el contenido gráfico de sus anotaciones. Es una suerte de crónica ilustrada sobre el Perú de entonces. En esa misma época, entre 1776 y 1785, Joseph Dombey, que vino al Perú con la expedición botánica de Ruiz y Pavón e hizo colecciones en la costa de Lima y en la sierra central, en conexión con la Biblioteca Real de Francia, envió una colección de unas 400 piezas a la corte de Luis XVI, que están alojadas en el viejo “Museo del Hombre” de París; igualmente, Louis Feuillée, Amédée-François Frezier y Charles-Marie de La Condamine -que hicieron estudios naturalistas en el país- formaron colecciones, cuyos destinos se diversificaron y se desconocen. Los colaboradores de la expedición Malaspina, que hacía estudios de 6 ciencias naturales en el Perú, lograron otra colección que fue a parar al Museo Británico . 1.3. La creación del Museo Nacional en el s. XIX Sin duda, todo esto estaba presente en la conciencia de los criollos peruanos, que hacia 1822 ya habían tenido oportunidad de conocer lo que en España y otros países europeos se valoraban de las antiguas artes del Perú. Es bien claro que eso ocurría con Mariano Eduardo de Rivero y Ustariz, arequipeño formado como Ingeniero de Minas en Inglaterra, quien al poco tiempo de reintegrarse al país, amparado en los encargos que en 1826 le dio el Gobierno de la incipiente República del Perú –designándolo como Director del Museo Nacional- se dedicó a la tarea de crear este museo, que si bien era fundamentalmente destinado a mostrar la riqueza minera del Perú, incluía la materia arqueológica, que él se interesó en destacar en una temprana publicación sobre las “Antigüedades del Perú”. Los criollos que condujeron la independencia nacional, sin embargo, no tenían mucho entusiasmo por las obras de la antigüedad peruana, en un medio colonial donde la expectativa de “modernidad” se fue imponiendo en la perspectiva de parecerse al mundo hispano de donde procedían sus padres. Eso hizo que fuera una tarea difícil conseguir el apoyo para crear el museo reclamado por los libertadores de los primeros momentos. La “Patria” no incluía a los “indios”, y su rescate no era un tema que fuera más allá de un sentimiento de protesta contra la dominación colonial. En todo caso, se valoraban las obras de oro y plata. En el siglo XVIII, el único coleccionista que tenía antigüedades indígenas era un magnate criollo llamado Pedro Bravo de Lagunas, que junto con José Eusebio de Llano Zapata mantenían algún interés por la vida y obra de los antiguos peruanos, cuyos descendientes directos estaban sumidos en diversas formas de sujeción colonial. Junto a ellos, a fines del XVIII, aparecieron unos pocos sabios, como Hipólito Unanue, que estudiaron algo de la vida y costumbres de nuestros antepasados. Llano Zapata fue uno de los primeros en 7 preocuparse del estudio de los Quipus .

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Jaime Baltazar Martínez de Compañón, [1784]: Trujillo del Perú a fines del siglo XVIII, Consejo Superior de Cultura, Madrid, 1971. 1978: La obra de Martínez de Compañón sobre Trujillo del Perú en el siglo XVIII. Ediciones Cultura Hispánica del Centro Iberoamericano de Cooperación, 2 vols. Madrid. 6 Raúl Porras Barrenechea, 1955: Fuentes Históricas Peruanas, p.57. Juan Mejía Baca y P.L. Villanueva, eds. Lima. 7 Véase una de sus “cartas” sobre los Quipus, en el “Diccionario Histórico-Biográfico” de Mendiburu, Tomo VII: 136137 (2ª edición, 1933). Consultor: Luis G. Lumbreras

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Rivero y Ustariz consiguió unos ambientes desocupados del antiguo Tribunal de la Inquisición, junto a la cárcel y a un cuartel, donde en 1829 pudo exponer unas pocas piezas de oro, una momia con sus telas finas y unas pocas cosas raras más, donde lo dominante era una colección de muestras de minerales. En 1834, tenía ya 4 momias, algunos pájaros disecados, moluscos y los minerales. Dos años después, en 1836, se dio un Decreto Supremo normando la organización del Museo, ligado a la Historia Natural. Más adelante, en 1841, se formuló un reglamento operativo asociado a la Biblioteca Nacional –que había sido creada el mismo día que el Museo y la Sociedad Patriótica, en 1822- donde se le concedió dos salas que se abrían al público por 4 horas en 4 días de la semana, disponiendo la prohibición de ingreso a los niños y a toda persona considerada peligrosa. Era obvio que el joven Estado republicano no estaba interesado en el tema; sus dirigentes estaban preocupados por la toma de poderes y los demás en sus intereses personales, detrás de la propiedad de la tierra y otras fuentes de sobrevivencia. Rivero no se inmutó frente a esta fría vocación patriótica. Era evidente que no existía una identidad nacional con capacidad de echar a andar un proyecto de esa naturaleza. Para estimular el interés, hizo escritos publicados en forma de notas o artículos y, finalmente, un libro que intituló “Antigüedades Peruanas”, que 8 publicó en 1841 , lo que no había hecho ningún peruano desde cuándo –en el siglo XVI- el Inca Garcilaso de la Vega escribiera sus “Comentarios Reales de los Incas”; sólo que, en este caso, Rivero escribía sobre los restos materiales dejados por aquellos que Garcilaso había conocido, tres siglos antes. Es el primer libro de Arqueología Peruana. Los vaivenes de la República y la progresiva pérdida de una voluntad política favorable a la matriz nacional indígena, derivada de una concepción extranjerizante dominante en la configuración de las instituciones republicanas, la idea de un Museo Nacional se debilitó. Eso indujo a un progresivo distanciamiento con el Perú indígena y, por tanto, el “Museo Nacional” quedó reducido a una débil colección de cuadros de los virreyes y de animales disecados, junto a algunas momias recuperadas en las tumbas, refundido todo en un polvoriento cuarto abandonado de la Biblioteca Nacional. La otra institución creada en 1822, llamada “Sociedad Patriótica”, que era un centro de reflexión sobre el destino histórico del país, tuvo la misma suerte que el museo, y no llegó a ser el medio que los “precursores de la Independencia” preveían. Eso consta en testimonios como el de Manuel Atanasio Fuentes, en 1866, que decía que “Se encuentran en él (Museo Nacional) 5,330 objetos de mineralogía, zoología, antigüedades peruanas y extranjeras, curiosidades y objetos de arte, pero son muy pocos los que tengan un verdadero mérito. Los objetos científicos están en completa confusión y desorden”. Thomas Hutchinson, lo visitó en 1870, y decía que: “Después de visitar la Biblioteca Nacional, volteando a la izquierda… llego a una puerta que alguna vez fue verde y ahora tiene un color indefinido por el deterioro de los años. Por la leyenda de afuera se sabe que es el Museo Nacional… el portero no sabe nada de la llave… El propio doctor Vigil, Director de la Biblioteca que se halla al otro lado del patio, no sabe nada del Museo, porque no es su departamento… como encargado de la inspección del traslado al Palacio de la Exposición tuve (que conocer) lo que el Museo contenía. Esto fue una decepción… Sobre sus paredes están colgados los retratos de todos los virreyes: fuera de esto las colecciones constan de varios centenares de aves y algunos animales monstruosos de dos cabezas. Y esto es todo. La docena o dos de utensilios de alfarería que había tenido el museo, habían sido ya trasladadas al 9 Palacio de la Exposición, y el resto no valía el costo del traslado…” . Eso era todo lo que quedaba del legado indígena previo a la llegada de los virreyes. En 1847 se suprimió el puesto de Director del Museo, quedando el museo a cargo del Ministro de Gobierno. Finalmente, a raíz de un evento internacional reunido en Lima, en 1870-72, se le alojó en el Palacio de la Exposición y sus colecciones fueron divididas entre este local y la Biblioteca Nacional, bajo el dominio de la Sociedad de Bellas Artes, creada en 1871. Diez años después, durante la ocupación de Lima por las tropas chilenas, el museo fue saqueado y parte de sus fondos trasladados a Santiago, donde se guardaron en su Museo de Historia Natural, en la Quinta Normal de Santiago.

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Publicado en Lima, en la Imprenta de José Masías, en 1841. Inicialmente publicó un ensayo corto sobre el mismo tema, en 1828. Posteriormente, el suizo J.J. von Tshudi, se le asoció y se hizo una edición ampliada y más lujosa, publicada en 1852, con traducción al inglés por Francis Hawks en 1858. 9 Julio C. Tello y Toribio Mejía Xesspe, 1967: Historia de los Museos Nacionales del Perú, 1822-1946. Arqueológicas, 10: 45. Museo Nacional de Antropología y Arqueología, Lima. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Así terminó el primer intento de disponer de un Museo Nacional sustentado en el pasado indígena del Perú, con un virtual rompimiento de la identidad nacional con el pasado pre-colonial, restringiendo la historia al período inaugurado con la llegada de Francisco Pizarro a fines de 1532, desde cuando el Perú se convirtió en fuente de saqueo. Con excepción de lo ya referido sobre el Museo de Historia Natural de Chile, no se dieron intentos similares en los otros países andinos, donde el Tawantinsuyu era un proyecto político que había cumplido un papel opresor con los pueblos que vivían en los territorios de Colombia, Ecuador, Bolivia, Argentina y Chile. Obviamente, la memoria colectiva estaba organizada en términos de asumir que la conquista de España sólo había remplazado a la que habían impuesto los incas un siglo antes. 1.4. La exportación del patrimonio arqueológico Entre 1872 y 1890, los museos europeos optaron por adquirir gran número de objetos prehispánicos. Del Perú salieron a Alemania más de 10 colecciones con centenares de objetos, con destino a Berlín, que se ampliaron con otras equivalentes o mayores, como las que exportaron Max Uhle, Gretzer, Baessler y otros en los 10 años siguientes. A Dinamarca llegaron 4 grandes colecciones y a París –que inició sus búsquedas en 1776- sólo en 1878 llegaron varios miles de piezas de 7 coleccionistas mayores y otras 8 en 1887, con destino al Museo del Hombre, llegando a sumar más de 30 lotes importantes de piezas antes del s.XX, convirtiendo la exportación de antigüedades peruanas en un gran negocio, que fue aprovechado por testaferros de los hacendados y comerciantes de Lima, Trujillo y Cusco para hacer negocios en gran escala, incentivando la huaquería que, a diferencia de lo que ocurrió en la época Colonial, en este tiempo no sólo demandaba bienes de oro y plata, sino cualquiera de los objetos que tuvieran algún valor coleccionable, especialmente de piedra, cerámica o tejidos. El Museo Británico, en Londres, recibió unas 10 colecciones, e Italia y Suecia algunas otras. Estados Unidos de Norteamérica absorbió unas 7 colecciones con destino a Nueva York, Philadelphia y Chicago antes de 10 1900 , desde cuando se convirtió en el principal receptor de objetos arqueológicos peruanos, especialmente en la primera mitad del siglo XX. Frente a esta situación, el Gobierno nacional reaccionó a fines del s.XIX, con el Decreto Supremo de 1893, que ratificaba la prohibición de exportar objetos arqueológicos suscrita en 1822, sustentando la exigencia de la intervención del Estado en las excavaciones arqueológicas. Esta iniciativa respondía a la exagerada exportación de objetos y la intensificación de la actividad depredadora de los buscadores de antigüedades, con la consecuente destrucción del patrimonio, pero también coincidía con la conmemoración del Cuarto Centenario del “Descubrimiento de América”, en 1892, cuando, a instancias del estudioso Eugenio Larrabure y Unanue, se impulsó la exposición en Lima de las antigüedades peruanas recogidas por Enrique Brünning en Lambayeque. Ese fue el momento en el que el sector criollo peruano, que tenía el poder, se enteró que las obras indígenas podían ser valiosas. Larrabure y Unanue se puso a la cabeza del Instituto Histórico del Perú, que nació entonces y se formalizó en 1905, levantando la idea de reflotar el Museo Nacional, destacando que las riquezas peruanas estaban en todos los grandes museos del mundo, menos en el Perú y señalando que “Desgraciadamente, las colecciones cuando llegan a formarse, duran poco tiempo entre nosotros, y son motivo no de estudio, sino de 11 especulación” . Estos eventos tienen como marco de referencia el período de post-guerra del Pacífico, cuando se produjo una retoma de las preocupaciones por el destino histórico del Perú, creando la Academia Peruana de la Lengua -impulsada por Ricardo Palma- y la Sociedad Geográfica de Lima, ambas fundadas entre 1887 y 12 1888, bajo el estímulo del Presidente Andrés Avelino Cáceres .

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Roger Ravines, 1989: Los Museos del Perú. Breve Historia y guía. Dirección General de Museos del Instituto Nacional de Cultura, Lima (pp. 18-21) 11 Ravines, 1989, op.cit. p.39-40 12 Teodoro Hampe M., 1998: “Max Uhle y los orígenes del Museo de Historia Nacional”, en: Max Uhle y el antiguo Perú” (P. Kaulicke, edit), PUC del Perú, p.125 Consultor: Luis G. Lumbreras

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En ese tiempo, un selecto grupo de intelectuales peruanos, formado por Javier Prado, Manuel Vicente Villarán, Alejandro O. Deustua, Mariano H. Cornejo, Enrique Torres S., Manuel González de la Rosa, José Toribio Polo, Pablo Patrón, Carlos Wiesse, José A. de Izcue, Carlos Larco Hoyle, Sebastián Barranca, Víctor M. Maúrtua y el propio Eugenio Larrabure y Unanue, promovieron la creación del Instituto Histórico del Perú, que lograba completar la trilogía propuesta en 1822, de Museo-Biblioteca-foro de reflexión sobre nuestra condición nacional. Ese instituto se creó en 1905 y logró que el museo se abriera en 1906. El Decreto de 1893, no tuvo la repercusión esperada y los arqueólogos extranjeros y los huaqueros continuaron con sus labores de años anteriores. No había arqueólogos peruanos y Larrabure, Carlos Wiese y otros estudiosos de nuestra historia, no tenían los poderes ni los recursos para impedirlo. Así es como, entre 1896 y 1906, salió del país una inmensa colección de objetos arqueológicos, excavados por Max Uhle en toda la costa peruana, que remitió parcialmente al museo de la Universidad de Pennsylvania y luego a la de Berkeley, en California, formando en este museo uno de los más completos repositorios de arte peruano prehispánico que hay en el mundo, incluido el Perú. Envió también colecciones varias a Sao Paulo en Brasil y a Firenze en Italia. Como Uhle sólo publicó unas noticias de sus hallazgos -con excepción de su informe de las excavaciones en Pachacamac- el antropólogo norteamericano Louis Alfred Kroeber, con sus alumnos William Duncan Strong, Anna Gayton y Lila O’Neale, los publicó con sus propios análisis y conclusiones. 1.5. Las vicisitudes del Museo Nacional en el siglo XX Con esos antecedentes y debido a que no había peruanos con capacitación para hacerse cargo del proyecto del Museo Nacional que levantó el Instituto Histórico del Perú, creado oficialmente en 1905 -bajo la presidencia de Eugenio Larraburre y Unanue- se debió contratar a Max Uhle para que lo dirija. Él tenía como antecedente al libro sobre Pachacamac, publicado en 1903, y tenía una figuración muy destacada entre los académicos peruanos por sus intervenciones sobre la arqueología peruana, que no tenía personas destacadas aquí en ese campo. El asumió el encargo entre el 29 de julio de 1906 y diciembre de 1911. Entre 1906 y 1911, el museo, bajo la dirección de Uhle, incorporó una nutrida cantidad de piezas, mayormente obtenidas por compra o donaciones, aunque se agregaron algunos materiales colectados por el propio Uhle, quien hizo un cuidadoso inventario de sus fondos museográficos. En 1912, el museo no funcionó y en noviembre de 1913 fue clausurado debido a los cuestionamientos técnicos advertidos por el médico Julio C. Tello, que se inauguraba como arqueólogo por esos años, luego de haber llevado cursos de Antropología en Harvard, y cuyos argumentos fueron rechazados por los responsables de la política cultural del Estado, por lo que se prescindió de sus servicios, contratando al norteamericano Phillips Ainsworth Means, que apenas pudo estar un año a cargo. Esa clausura operó hasta julio de 1915, cuando fue reabierto bajo la dirección general del polígrafo Emilio Gutiérrez de Quintanilla, que lo tuvo a su cargo hasta 1930. En los meses finales de 1911, cuando Max Uhle estaba finalizando su gestión en la “Sección de Arqueología y Tribus Salvajes” del Museo Nacional, se promulgó el Decreto Supremo 2612 del 19 de agosto de ese año, que rescataba la disposición que prohibía la exportación de restos arqueológicos del Perú, el que se aplicó a la Universidad de Yale que intervenía en Machupiqchu–Cusco bajo la dirección de Hiram Bingham. Se estableció que las colecciones excavadas, eran de propiedad del Perú y por tanto su permiso de exportación era temporal, en calidad de préstamo. Uhle salió de la dirección del Museo Nacional al fin del año 1911, entrando la institución a una etapa de grandes dificultades. De cualquier modo, el museo se mantuvo hasta 1925, víctima de todas las inestabilidades previsibles, cuando se produjo su primera disgregación, separando las colecciones arqueológicas con destino a un nuevo Museo de Arqueología Peruana, propiciado por Julio C. Tello a partir de las colecciones de Víctor Larco Herrera, que había mandado construir un edificio para mantenerlas, en la Avenida Alfonso Ugarte de Lima. El museo fue luego adquirido por el Estado Peruano. Con ocasión del Centenario de la Independencia, en 1924 se creó el “Museo Bolivariano” o Museo de Historia Nacional, usando la casona que José de San Martín y Simón Bolívar habían ocupado durante los años de dicho proceso. En ese mismo lugar, se fueron reuniendo las colecciones de Arqueología que estaban en diversos locales y, finalmente, se consolidó la existencia de un Museo Nacional de Antropología y Arqueología, en una parte de la casona. El “Bolivariano” se convirtió en Museo Nacional de Historia y el local del Museo de Arqueología Peruana de la Avenida Alfonso Ugarte, pasó a ser Museo Nacional de la Cultura Peruana. Eso concluyó entre 1938 y 1945, dejando el viejo proyecto de Museo Nacional en una serie de museos monográficos, cuyo destino, en los años recientes, ha sido el de habilitar museos más destinados al consumo turístico que a la reflexión nacional, en desmedro de sus originales propósitos.

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Pero, la voluntad original de levantar un “Museo Nacional” no se ha disipado. Durante las décadas de 1970 y 1980, se inició el proyecto de un Nuevo Museo Nacional de Antropología, y pese a que su obra física ya estaba avanzada -en el “Parque de las Leyendas”, en Lima- el gobierno de 1985-1990 decidió cancelarlo y, en cambio, optó por proponer un “Museo de la Nación”, que comenzó a funcionar en un edificio construido en la década de 1970 para alojar el Ministerio de Pesquería. El gobierno de 1990-2001 congeló el proyecto, quitándole todas las fuentes de financiamiento con las que había nacido en la anterior gestión. Así nacieron y murieron los dos últimos intentos de retomar la añeja voluntad nacional de la época de la Independencia. Pero, en el mismo momento en el que el Estado Peruano está levantando la propuesta de hacer un Museo del Tawantinsuyu, está igualmente desarrollando un proyecto para tener un Museo Nacional referido a la larga historia del Perú, con sede en Lima, que espera ser inaugurado, al igual que el Museo del Tawantinsuyu antes del 202, cuando se cumplen los 200 años del nacimiento del Perú como país independiente. Fuera del Perú, en los países andinos no hubo un proyecto similar. Como ya se dijo, la idea de un Museo de un rango nacional nació en Chile de modo simultáneo con el de Lima, en 1840, pero con destino y objetivos diferentes, en tanto que en Chile se propuso un “Gabinete de Estudio” similar a lo que en ese tiempo se estaba dando en Francia en torno a la investigación científica. El objetivo era dotar al país de un dominio adecuado sobre lo que en aquel tiempo era una ocupación aldeana que ocupaba el espacio árido de los diaguitas-chilenos, al sur del desierto de Atacama, los valles intermedios que están entre el Choapa y el Biobio y el extenso territorio –casi desconocido- de la araucanía y el archipiélago meridional, más ligado a la Patagonia que a las tierras fértiles y los bosques del valle central. Por eso el Museo Nacional era más importante en el ámbito natural que en el étnico y así fue también la evolución de su arqueología e historia, fuertemente parecida a la de los países europeos más bien que a la del Perú o México. Ese tipo de historia hizo que Chile tenga, como más desarrollado, un Museo de Arte Precolombino. Lo mismo ocurrió con Argentina, donde el dominio de la Pampa y la Patagonia en la esfera nacional, definió claramente la opción indígena y el concepto de Nación en direcciones diferentes. Pese a ser un país fuertemente comprometido con la ocupación étnica de todos sus territorios, apostó –como Chile- por la migración europea como base de la nación. Al igual que en Norteamérica, la ocupación del espacio argentino por los pueblos originarios era dispersa y poco densa, de modo que la colonización fue extensiva y la historia nativa no fue tenida en cuenta, salvo en lo que respecta al NOA, que se convirtió en el argumento más importante de la arqueología argentina. Eso definió el Museo Etnográfico de la Universidad de Buenos Aires, como el punto de referencia de los pueblos originarios argentinos. Pero no hubo un proyecto de Museo Nacional, salvo el que se formó en el Museo de La Plata, que es el museo de Historia Natural más importante de América del Sur, donde además se guardan los resultados de las investigaciones iniciales de la Arqueología Argentina, que se dedicó a excavar la Pampa, El Chaco, la Patagonia y Tierra del Fuego en busca de restos paleontológicos y antropológicos y de lo que apareciera sobre los grupos étnicos que por allí habitaban. El Museo Nacional de Buenos Aires, creado en 1864, no tenía otros propósitos y, al igual que el Museo Histórico de Santiago de Chile, miraba más hacia lo documental que lo arqueológico y más a los acontecimientos históricos recientes que a los indígenas. En Ecuador y Bolivia, donde hay una proximidad mayor al mundo originario, con pueblos que intervinieron más activamente en la transformación del medio, la situación fue distinta, aun cuando en ambos tampoco hubo un proyecto de Museo Nacional como el que se dio en el Perú. En Ecuador, en realidad todos los museos fueron creados en el siglo XX y fue una de las inversiones del Estado y el sector privado más exitosas de toda la región. Antes de 1900 no había museos; sólo uno antes de 1910, tres antes de 1920 y ahora es uno de los países que cuenta con un desarrollo museográfico importante en número, variedad y calidad. El Banco Central del Ecuador y la Casa de la Cultura ecuatoriana dieron una pauta donde es destacable el papel de personas como Hernán Crespo Toral u Olaf Holm, cuya ambición era la de dotar al país de un Museo Nacional de contornos ambiciosos. Ecuador está cubierto con museos regionales de alta calidad, organizados en cada una de las principales ciudades, con muestras donde se destaca la larga historia de los “Andes Septentrionales” con mínimas diferencias entre los diversos museos. En esa perspectiva, Ecuador ha logrado reunir un repositorio arqueológico de primera magnitud, dado que en cada museo regional se ventila la historia del país a la par que se muestran y estudian los detalles de la región. No hubo un proyecto de Museo Nacional, pero se logró formar un museo nacional expuesto en todo el país, con mensajes de unidad y coherencia nacional que son destacables. Es un país en donde hay una suerte de competición por el recurso museístico, con esfuerzos notables como los de los Consultor: Luis G. Lumbreras

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Museos de la Pontificia Universidad Católica que cubren un espacio nacional. Por cierto, la política museística no ha quedado en la presentación del arte aborigen, pues también ha avanzado en casi todos los ámbitos del saber y el quehacer, desde el campo de las ciencias naturales, donde hay más de 60 colecciones registradas, hasta los más de 50 museos del arte colonial y republicano, sin contar con “La Casa del Hombre” de Guayasamín y otras, debidas a la iniciativa privada. En Bolivia, tampoco hubo la intención de levantar un Museo Nacional con las características del peruano. El tema de la historia antigua de Bolivia, a partir del siglo XIX, en la etapa de su afirmación nacional, se orientó a un centralismo muy fuerte con el monumental sitio de Tiwanaku y el papel que éste tuvo en el mundo andino. De ese modo, la larga historia del pueblo boliviano quedó fijada en el entorno del Titicaca, en el altiplano, dejando marginalizados a todo el resto de las regiones serranas, amazónicas y chaqueñas. Eso explica que el Museo que fue levantado en La Paz, para todo el país, se llamara Museo Nacional Tiwanaku. Aparte de éste, el de la Casa de Murillo es un museo municipal de la Cultura Boliviana. Destacan sobre todo los museos universitarios, como el de la Universidad Mayor de San Simón de Cochabamba, el de la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Sucre o el Museo Arqueológico de la Universidad Autónoma de Potosí, a los que se agregan varios museos de sitio de alto nivel, como el de Tiwanaku o el de Pariti, que son parte de los proyectos nacionales de los últimos cuarenta años. No hay un museo que muestre la parte del Tawantinsuyu que le corresponde, salvo una sección importante del museo del Banco Central en Ibarra, el Museo de Tulipe, el Museo del Banco Central de Cuenca o el Museo de Salta y los Museos de Sitio asociados a los asentamientos inkaicos más destacados de los países. Eso incluye al Perú, donde aparte del Museo de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, que mantiene un “Museo Inka” y ahora una desordenada muestra de los objetos hallados en Machu piqchu por Bingham, que han sido recuperados por el Estado Peruano luego de permanecer casi 100 años en los Estados Unidos. 1.6. El Museo del Tawantinsuyu El propósito de crear el Museo del Tawantinsuyu es, de algún modo, el de ratificar la voluntad de emprender un camino que permita dislocar las diferencias que han ido creando las fronteras que existen entre nuestros países. Si bien es cierto que el “proyecto de país” que intentaron construir los inkas en el s.XIV-XV, mediante diversas formas de coerción entre pueblos muy diversos, cumplió la posibilidad de unificar procesos diferenciados, al mismo tiempo indujo a condicionar las alternativas nativas de los pueblos cuyo desarrollo desigual marcaba pautas propias que por suerte pudieron mantenerse aun después de la formación del Tawantinsuyu. En el extenso territorio que los españoles encontraron organizado dentro del espacio político creado por los inkas, los pueblos que habitaban bosques húmedos, tierras altas, desiertos y múltiples formaciones con paisajes disímiles, rescataron, para la humanidad una gran cantidad de experiencias novedosas, que hicieron posible la creación de un desarrollo singular de la vida humana en términos que han establecido su equivalencia con los procesos civilizatorios ocurridos en China, el Cercano Oriente, la India, Mesoamérica, donde se formaron las civilizaciones que sostuvieron la base de la sociedad actual universal. Este Museo es, de algún modo, el corolario del proyecto que sobre el camino principal andino (Qhapaq-ñan) se logró que sea reconocido como un Patrimonio Mundial por la UNESCO, a solicitud de los seis países que actualmente ocupamos ese territorio, que es el mismo del Tawantinsuyu. El Qhapaq-ñan fue la red vial que hizo posible establecer la comunicación longitudinal y transversal de todos los pueblos dependientes del Imperio Inka y por eso se le identifica como una red exclusivamente inkaica, pero las investigaciones que se han realizado en relación a este tema y en relación al Tawantinsuyu en general, indican que el levantamiento de dicha red es parte de un proceso muy largo en el que participaron todos los pueblos que vivían en este territorio y que la parte que compromete a los Estados que se formaron en este territorio, corresponde explícitamente a los diseños de política que ellos desarrollaron en función de sus propias perspectivas, como pueblo. Por eso el tratamiento de este Museo es el de registrar, de manera integral, la historia de los pueblos que ocuparon dichos territorios a lo largo de su existencia. El Tawantinsuyu es la historia de todos esos pueblos.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Se trata de un Museo de contornos muy singulares, dado que articula la historia remota de un mundo cuya unidad -si bien fue producto de un proyecto político de los siglos XIV a XVI- logró con éxito ensayar la posibilidad integradora de pueblos de una gran diversidad étnica y territorial. Era, de algún modo, el propósito inicial de los libertadores, quienes en su propuesta de un “Museo Nacional” se remitían a un pasado reciente para ellos, anterior a la llegada de los españoles, cuando el país se llamaba Tawantinsuyu y era mucho más grande que el proyecto virreinal de España y más aún de los delimitados países republicanos. Cuando se trató de llevar adelante la iniciativa, se fueron descubriendo una gran cantidad de vestigios que indicaban que antes de los incas había una larga historia, digna de ser reconocida como un proceso con toda la grandeza que implicaba mostrar el origen y desarrollo de una civilización. Como resultado del proceso independentista, el Tawantinsuyu se dividió en países, menores aún que los territorios que generó la administración colonial, por lo que se restringió el ámbito de la historia nacional que podía exhibir el Perú, que era sólo uno de ellos. Los Inkas quedaron como la última etapa de una larga historia y el Perú ya no era el Tawantinsuyu, con lo que el proyecto de un gran Museo que tuviera como referencia ese inmenso país, quedó sin siquiera ser propuesto en sus términos precisos. El Museo Nacional quedó dispuesto para concentrar toda la historia, pero ya no la del admirado Tawantinsuyu, sino del Perú republicano, cuyo centro dejó de ser la ciudad imperial del Cusco para trasladarse -en los tres siglos de ocupación extranjera- a la capital virreinal de Lima, que la República asumió como suya. Estamos frente a una nueva etapa de la historia, doscientos años después de lograda la independencia, y es cada vez más fuerte la necesidad de proyectarnos en un proceso de integración de los países andinos y el sustento histórico de ese propósito está en el Tawantinsuyu, que se irguió como un proyecto político exitoso gestando la admiración de todos cuantos lo conocieron o supieron de él. Se trata de conciliar la unidad de seis diferentes países y cientos de etnias diferentes. El propósito de este proyecto es presentar el Tawantinsuyu a la comunidad nacional y mundial en toda su grandeza y singularidad. El eje de la propuesta, lo constituyen los asentamientos que sirvieron de base a su organización y que tenían el Qhapaq-ñan, y los varios caminos que le complementan como el medio más eficaz para lograr la conectividad que hacía posible la integración entre los varios territorios, cuya diversidad era indispensable conciliar para lograr un crecimiento sostenible y ascendente. Esto permite privilegiar el territorio y sus paisajes, destacando el tema de la diversidad y los mecanismos de articulación entre el medio y la población, con la creación de instrumentos para manejar los cursos del agua, habilitar tierras muy diversas para la agricultura o la vivienda, someter las pendientes para disponer de terrenos planos y, desde luego, vencer los desiertos mediante una política de riego intensivo o el manejo de los humedales, así como crear espacios de pastoreo eficiente con los bofedales en las punas secas o las “cochas”, “jahueyes” y represas para el manejo de la humectación indispensable.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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2. EL DISCURSO MUSEOLÓGICO Debido a que la propuesta de un Museo del Tawantinsuyu no fue reconocida como tal dentro del Plan Nacional de Museos del Estado, durante la República la idea del Museo Nacional se trasladó a la Capital del Perú, que estaba en Lima, y se restringió a los términos territoriales que en ese momento y ahora se consideran como propios del Perú. Los términos de referencia eran diferentes a los de aquellos antecedentes históricos y territoriales previos a la llegada de los españoles, a los que se dirigía la propuesta del Museo Nacional en 1822. Los antecedentes eran del Tawantinsuyu, que estaba vigente en 1532. Ese era el territorio que había fraguado en Europa la idea de un proyecto de vida equivalente a la “Utopía” de Tomás Moro y que los libertadores veían como base para construir la nueva Patria. El Perú, durante los siglos XVI, XVII y XVIII se organizó dentro de los planes del Estado español y, junto con las demás colonias hispanas, pasó a ser parte de la historia de España más que de la suya misma. De ese modo, su historia pasó a cubrir los espacios políticos, religiosos y económicos de Iberia. Es una larga lista de virreyes, oidores y las dificultades de manejo de territorios varias veces mayores que la península ibérica. La historia comienza, entonces, con los acontecimientos de la Conquista, continúa con la instalación del Virreinato y las vicisitudes de éste, donde lo más visible eran los cambios operados en las relaciones de España con las potencias europeas, especialmente Inglaterra, Francia y Alemania y la inserción del mundo entero a los desajustes provocados por la Revolución Industrial. España tuvo el papel de custodio de los cánones del “antiguo régimen”, con el mantenimiento de su estructura ciertamente conservadora, que hacía posible sostener el régimen vigente desde el siglo XVI, pese a los cambios que se hubo de promover con la sucesión de los reyes, donde las figuras de Felipe II y Carlos III tuvieron, sin duda, una fuerte repercusión. Eso no impidió que los cambios que vivía Europa se filtraran a España y sus colonias, aun cuando allí tuvieran una vigencia muy tenue en relación a lo que ocurría en los países occidentales, donde los avances en la creación de instrumentos que ampliaban la energía humana o animal, elevando la capacidad productiva a niveles progresivamente mayores, estaban afectando todos los viejos cánones instalados en el medioevo. Ellos influían en la dinámica social de modo muy intenso, creando un sector numeroso de nuevos trabajadores –los obreros- que activaban la producción a partir de las nuevas tecnologías, generando bienes de trabajo o consumo progresivamente más numerosos. Así se abrió un mundo nuevo, donde el mercado se convirtió pronto en el motor de la producción. Eso estimuló la formación de una clase dedicada al comercio y la industria, con la nueva calidad ocupacional de “empresarios”, llamada burguesía por su característica de vivir y trabajar en los burgos o ciudades, a diferencia de los trabajadores operativos que tenían una procedencia rural. Esta burguesía, en Europa, debió librarse de los viejos modelos sustentados a base de la propiedad de la tierra y el régimen monárquico que la sostenía a lo largo de los siglos del medioevo. Su crecimiento generó un proceso de grandes cambios, con efectos en todas las esferas sociales, que es lo que se llamó Revolución Industrial y que estuvo acompañada de cambios políticos exitosos en Inglaterra, Alemania y Francia, con efectos secundarios en España. Sin duda, los cambios eran de una magnitud notable, con el crecimiento de las ciudades y la formación de un mercado mundial que se pudo dar gracias a la inserción de las colonias como parte del mismo. Europa dejó de ser “el mundo” y los medios de intercambio pasaron a los modelos transoceánicos, donde los piratas y los corsarios afinaron los recursos de seguridad internacional. En medio de eso, las colonias desplegaron, igualmente, diversos procesos de crecimiento, compitiendo, en el caso del Virreinato del Perú con una burguesía nativa, formada por los “curacas” y otros jerarcas del Imperio, que lograron sobrevivir. A fines del siglo XVI, pero sobre todo durante los siglos XVII y XVIII, nutridos por los servicios que debían proveer para el mantenimiento de las minas, un sector de líderes comunales indígenas vieron crecer sus caudales y poder, promoviendo una serie de levantamientos contra el estado virreinal. En 1780-81 se produjo el levantamiento mayor, bajo el liderazgo de José Gabriel Condorcanqui, el Inka Tupa Amaro II (como él firmaba), que nacido en las provincias de Canas y Canchis, al sur del Cusco, logró movilizar todo el territorio del viejo Tawantinsuyu y especialmente el Qollasuyu, el Kuntisuyu y el Chinchaysuyu. La rebelión fue vencida por los españoles, generando un período de grandes inestabilidades y represiones, que culminó con un siglo XIX en el que los criollos hicieron suya la demanda de libertad, desde la Gran Colombia hasta Argentina y Chile, cubriendo el territorio del Tawantinsuyu. La independencia criolla, liderada por personajes de todos nuestros países que entonces se formaron, fue un proceso de corte militar, que contaba con algunos ideólogos civiles, en cuya esfera de quehaceres les tocó diseñar la naturaleza política de los nuevos países liberados de la condición colonial. La opción fue trasladar los esquemas que se estaban gestando en los países europeos revolucionarios, en la forma republicana y Consultor: Luis G. Lumbreras

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democrática, en oposición al esquema monárquico absolutista que dominaba el llamado “Antiguo Régimen”. Desde luego, el modelo no tuvo en cuenta la naturaleza diversa de los países involucrados, donde no existía una burguesía tan poderosa y pujante como la europea y un proletariado industrial asociado a las nuevas formas de trabajo. Eso implicaba construir un modo de vida diferente, con un nuevo concepto de “Patria”, que no debía reconocer sólo a España como “Madre Patria”. Se trataba de formar un Estado bajo instituciones que requerían la participación de los habitantes –varones- que pasaban a la condición de “ciudadanos”. Se requería un sentimiento de identidad nacional que desde luego no existía. José de San Martín y Bernardo Monteagudo, junto con Torre Tagle, unos ocho meses después de declarada la independencia del Perú en Lima, decretaron, el 2 de abril de 1822, la creación del Museo Nacional con el objeto de resaltar el fundamento histórico de esta nueva “Patria”. Ellos, y no todos, dudaban de la fácil aplicación de los cánones políticos aplicados y aplicables en Europa. Finalmente, dominó la tendencia homologante “universal” y se hizo el traslado. La noción del Museo Nacional fue construida a partir de la tesis multievolutiva que sustentaba San Martín y que le señalaba que debían tenerse en cuenta los fueros indígenas, que permitió registrar, en Argentina, las lenguas nativas dentro de la Constitución del Estado. En el Perú dominó la tesis unievolutiva que sostenía Bolívar, aplicando las mismas normas y pautas a todos los países recién creados, con la noción de igualdad que se daba en medio de un mosaico de pueblos diferentes, donde los únicos “iguales” eran los descendientes de los españoles. No era ese el espíritu del Decreto de 1822, que rescataba los logros de los nativos que hicieron posible la reconocida grandeza del Perú antes de la llegada de los españoles. En 1823, las premisas cambiaron al aprobarse la primera Constitución Política de la República, ratificada en 1827. Es así como la propuesta del Museo Nacional del Perú pasó a un segundo plano, definiendo la vocación hispana de los criollos que gobernaban el Perú, tal como se vio a mediados y fines del siglo XIX, cuando lo único notable que había en el Museo eran los retratos de los virreyes que habían gobernado el Perú. Pese a eso y ya como un alegato “indigenista” muy temprano, en 1826, cuando se instaló el primer proyecto de Museo Nacional, el Ingeniero Mariano Eduardo de Rivero y Ustariz, elaboró un primer Discurso Museológico en un documento preparado por él, que según confesó, no le fue posible publicar por carencia de fondos para hacerlo. Finalmente, lo publicó modestamente en 1841 y, ya con recursos financieros externos, lo hizo público en castellano e inglés, en 2 volúmenes –junto a J. J. Tschudi- en 1851, en Viena, y 13 luego en 1853, en New York, traducido al inglés por F.L. Hawks . Él indica que esas antigüedades están referidas al Estado fundado por Manco Capac y las publicó como “Antigüedades Peruanas”, con una intención similar a los “Comentarios Reales” del Inka Garcilaso de la Vega, que lo escribió tres siglos antes, resaltando las bondades del proyecto estatal de los inkas. Es el discurso con el que Rivero intentaba presentar el patrimonio nacional originario en el Museo Nacional. El proyecto del Museo no tuvo el éxito de sus legisladores y la República lo dejó abandonado, sin colecciones y sin financiamiento. Por cierto, es fundamental que el museo disponga de una colección y se trató de lograr que así fuera. El Estado dispuso que todos los bienes arqueológicos debieran pasar a manos del Estado. Eso tenía que implementarse con los materiales que el Estado mantiene como parte de su política de custodia del Patrimonio Nacional. Su tarea es servir como centro de investigación, conservación y reflexión sobre el proceso de articulación que hizo posible la existencia del Tawantinsuyu. Para eso, se precisaba construir un discurso que definiera la línea en la cual se instalaba y proponía el Museo. El museo no es una vitrina de exhibición de antigüedades o curiosidades, ni un repositorio congelado de ellas; por eso, se ha ido abandonado la noción tradicional del museo como la guardianía y exposición de los valores engreídos por los coleccionistas de antigüedades. En un museo, se guardan y exponen los objetos que son testimonio de un determinado campo de valores o conocimientos del mundo en que vivimos, en concordancia con un orden establecido. Dicho orden está cruzado por ejes temáticos que son la línea de conducción del museo, que se descompone en una secuencia integrada por los rubros referidos a los contenidos (temas y unidades temáticas) de las colecciones. Éstas están formadas por objetos organizados según un orden dado, dentro de los propósitos de investigación, conservación y exhibición que definen las colecciones que mantiene el museo. El proceso que dio origen al Estado del Tawantinsuyu se forjó en los Andes Centrales y de algún modo la tendencia es a presentar el “mundo inkaico” dentro de los límites de lo que es ahora el Perú, que es un 13

Antigüedades Peruanas, Parte Primera, en la Imprenta de José Masías, Lima 1841; “Antigüedades Peruanas” en: Memorias Científicas e Historiales (1828), Vol. I: 172-176, Bruselas, y también artículos sobre los Quipus (vol.II: 76-84) y petroglifos (vol.I: 177-182); en cooperación con el naturalistas Juan Jacobo Tschudi publicó “Antigüedades Peruanas” en traducción al inglés, hecha por F.L. Hawks, en 1851, en Viena, y en 1853 en New York. Consultor: Luis G. Lumbreras

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territorio definido en el siglo XIX. Las colecciones comienzan con las formaciones “Arcaicas” de hace 5000 años, en la costa central del Perú, pasan por las expresiones “Formativas” que se asocian a Chavín en el 14 “Norte Fértil” , crecen con los exitosos “Desarrollos Regionales” que se integran con Tiwanaku-Wari entre los siglos V y IX d.C. y que se desembalsan en los “Estados Regionales” que culminan con los inkas. El problema es que esa simplificación es engañosa si nos referimos al Tawantinsuyu, puesto que no cubre el espacio del que se ocupan los cronistas españoles, ni mucho menos las condiciones especiales de los pueblos que estaban contenidos dentro del Estado encontrado. Uno de los aspectos característicos del Tawantinsuyu es la diversidad de todos sus componentes, de modo que la uni-linealidad de los procesos que supone el esquema usado para hacer el recorrido de la historia antigua del Perú, resulta sumamente frágil, porque no es probable que fenómenos como los de Caral estén comprometidos con la forma como se instaló el urbanismo de Qaluyu, Chanapata o Chiripa, entre Cusco y el Titicaca, y tal vez ni siguiera el que dio lugar al urbanismo de Wari, en las cuencas del Pampas y el Mantaro, y menos aun lo que originó el desarrollo urbano que se aprecia en Imbabura o Caranqui, que caracteriza a aquellos que mantuvieron el Tawantinsuyu en el norte. Por eso es que las ciudades de Chan-chan o Apurlec no son del mismo género que las de Chincha o Rucana o del Cusco. Son procesos sincrónicos desiguales pero convergentes, similares a los que se iban ventilando en todo el ámbito andino y sus vecindades, con distintos resultados pero combinados gracias a condiciones de sus procesos. Imaginar el Tawantinsuyu sólo desde la perspectiva inkaica es dejar de lado componentes tan significativos como las estrategias de manejo agrícola de los valles de la costa norte, con sistemas combinados de traslado del agua mediante canales intra e inter-valles, así como dejar de lado el uso de los “camellones” nutridos en las tierras inundables de los bosques húmedos de Colombia, Ecuador o Bolivia y aplicados con éxito en las punas del Titicaca. El Tawantinsuyu es todo eso, más una ganadería habilitada en las punas de Junín y Huánuco y en las del Altiplano del Titicaca. No se explica sin el maíz con sus muchas variedades, ni de la papa, la yuca, la quinua, la palta, el cacao, el olluco y toda esta generosa diversidad de verduras, frutas, tubérculos, granos y menestras, junto con la elaboración como conserva de los peces de los mares fríos del sur y calientes del norte, mariscos y carnes secas o saladas que se guardaban en sus almacenes (qollcas) para cubrir la demanda de su población en permanente ascenso. No se puede prescindir de la industria textil o la orfebrería y albañilería que son también diversidades con logros exitosos que desde distintas distancias se fueron convirtiendo en un proyecto industrial generoso. No se trata pues de describir el equívoco supuesto de que un grupo de valientes, por sí solos, levantaron mágicamente un Imperio tan rico y bien montado, al que los europeos compararon con la utopía. No se puede repartir lo que no se tiene ni multiplicar lo que no se conoce; fueron miles de años acumulados en el dominio de la diversidad. El Tawantinsuyu es la suma de un conjunto de descubrimientos nacidos entre pueblos muy distintos y cruzados entre ellos en el curso de una larga historia, en donde a uno de esos pueblos –el inkaico- le tocó liderar el proceso cuando corría el siglo XVI. De modo pues que es necesario dar un giro en la presentación de esta historia. Se trata de escoger entre la sola exposición del proyecto político conducido por los inkas, y previamente por los Wari, replicando lo que los cronistas del siglo XVI y los viajeros del XIX pudieron ver y averiguar; o lo que nos enseña la historia del territorio y sus habitantes, que hicieron posible ese proyecto. Nuestra propuesta es que la visión sea holística e histórica. El Guion Museográfico es el instrumento de orden de la exposición del Museo y debe estar organizado siguiendo los lineamientos de propósito del mismo y en armonía con los fondos disponibles para su puesta en operación. Por eso, a la par que organiza las exposiciones que el Museo se propone, establece las demandas que éste tiene respecto a sus colecciones de base y el cumplimiento de sus propósitos. El Guion es la matriz operativa de la institución y sus demandas sobre sus Fondos Museográficos son la base de su origen, mantenimiento y desarrollo. El Discurso Museográfico que deriva del Guion ha definido cinco Ejes Temáticos que corresponden, cada uno de ellos, a un tema de reflexión que se presenta en la totalidad del Tawantinsuyu, de modo que se trata de presentar cinco diferentes aspectos de conocimiento y reflexión sobre el Tawantinsuyu, comprometiendo una visión global de este territorio y llevando el debate a un examen de ellos, dentro de la diversidad territorial y la unidad política y económica del espacio histórico en examen.

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Se llama “ Norte Fértil” a los territorios comprendidos entre los valles de Lima y de Lambayeque en la costa y los territorios que están entre la Meseta de Bombón y el Nudo de Loja., en la sierra. Consultor: Luis G. Lumbreras

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2.1. Organización del Museo: Especificaciones técnicas El museo está pues organizado a partir de los ejes temáticos que hacen la diferencia con los museos que tienen colecciones similares. Por cierto, un museo no es sólo una colección de objetos curiosos o raros que se exponen; por, el contrario, es un repositorio de los contenidos que propone su discurso, que, en el caso de este Museo, son testimonio de la historia de una serie de pueblos organizados en torno a un Estado de origen autónomo en la historia de la humanidad, producto de una civilización igualmente originaria. Las condiciones dentro de las que se encuadra este proyecto de Museo están asociadas a la creación de una instancia técnica operativa para el sustento de las políticas de investigación y conservación del patrimonio histórico que tiene el Cusco en la base de su propia existencia. Su objeto no es otro que el de disponer de un centro de manejo y mantenimiento de la memoria del Tawantinsuyu en el lugar que fue su ciudad capital. Para eso, se dispone de un plan museológico y un plan institucional que lo sustente. En el diseño de la propuesta de generar la infraestructura que lo sostenga, se perfila un Programa Arquitectónico donde se señalan las condiciones físicas y las instancias operativas que debe contener el Museo del Tawantinsuyu. Allí se proponen criterios de mínima afectación al contexto paisajístico donde se planea instalar el Museo, que está asociado a un espacio que pertenece al contexto monumental del Cusco. Dicho Programa está organizado a partir de varios supuestos de base, entre los cuales el más importante se refiere a la naturaleza del Museo, donde los aspectos más relevantes son los que tienen que ver con la exposición y la investigación y conservación de los restos arqueológicos. Obviamente, en ambos casos, se trata de los bienes materiales que pueden transportarse hasta el Museo, en tanto que otras instancias de la Dirección Desconcentrada del Ministerio de Cultura del Cusco, son las que se comprometen con el mantenimiento y manejo de los bienes inmuebles, aparte de las tareas no ligadas al Patrimonio Arqueológico. El museo tiene un componente administrativo, básicamente interno y cubierto por el personal propio de la institución; otro de exhibiciones, de acceso al público en general y que es el que sustenta su imagen pública; y, uno tercero de servicios técnicos, asociados al mantenimiento y trato de los objetos que son el acervo del Museo. 2.1.1. El componente administrativo, es la instancia que se ocupa de conectar al Museo con las demás dependencias del Ministerio y los organismos locales, nacionales o internacionales que tengan alguna conexión con sus tareas. Es el área de sustento estructural del Museo. Está integrado por la Dirección, que dispone de una Secretaría de apoyo y trabaja con los órganos de línea, formados por las áreas de Conservación, Investigación y Museografía, y los órganos de apoyo, formados por los departamentos de Contabilidad Finanzas, Relaciones Laborales e Imagen Institucional. 2.1.2. El Área de Investigación y Conservación, mantiene un Departamento de Investigaciones, que se dedica a conducir los proyectos de investigación que se proponga el Museo, o los que apoye de investigadores nacionales o extranjeros que lo soliciten individual o institucionalmente. Son proyectos de estudio en el campo o en los gabinetes o laboratorios del Museo. Las investigaciones deben comprometer aspectos específicos ligados a la temática del Museo y, en lo posible sustentar propuestas asociadas a los ejes temáticos que identifican los contenidos de la Institución. Mantiene, igualmente, un Departamento de Conservación de Bienes Muebles, ligados a los objetos de sus colecciones o de aquellas que demande cautelar el Estado; para eso, dispone de un conjunto de gabinetes o talleres de trabajo y laboratorios especializados y de almacenes para guardar los objetos. 2.1.3. El Área de Museografía, es la que se encarga del mantenimiento de los objetos que están en exhibición o destinados a exhibirse, así como de manejo y movimiento de las salas de exhibición y, por cierto, de su programación y puesta en servicio. El personal de esta área, con los del área de investigación y conservación, son los que se encargan de programar y ejecutar las tareas asociadas a los proyectos permanentes o temporales de exposición. El área administrativa también contempla la oferta de Servicios al Público usuario, desde las instalaciones de “estacionamiento” para los vehículos de los visitantes, hasta los que faciliten su visita, tal como está previsto en el Programa Arquitectónico propuesto anexo. Se trata de servicios de recepción e informes así como las boleterías, guardarropa, estación de guías, bazares, cafeterías, restaurantes, servicios higiénicos y tópico de atención de salud. Igualmente, servicios de consulta con biblioteca-hemeroteca, videoteca y librerías. En el mismo Programa se contemplan los servicios complementarios, de uso interno, como la Central de Data y Seguridad, el cuarto de máquinas, el de bombas, gas y del grupo electrógeno. Están también, previstos, patios y jardines interiores y exteriores, espejos de agua, miradores y bosque nativo. Todo eso en un espacio de 10 hectáreas, que corresponde al terreno que ha sido cedido para el Museo por la Fundación Günter y Consultor: Luis G. Lumbreras

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que queda en el Hanan Cusco, al norte de la ciudad y en las vecindades de los Monumentos Arqueológicos 2. de Saqsaywaman, Q’enqo y Tambomachay. Se estima un espacio construido de 21,294 m El esquema que se presenta es un estimado de las áreas que se requieren para la disposición de los diversos componentes del Museo. Con este documento y el Programa Arquitectónico adjunto, se convocará a un concurso abierto para que se defina el Proyecto del Museo del Tawantinsuyu, en términos arquitectónicos y operacionales. Las áreas indicadas en el plano adjunto están sujetas a variaciones, aun cuando ellas obedecen a los requerimientos museísticos de este Guion.

PROPUESTA DE AREAS REQUERIDAS PARA EL MUSEO DEL TAWANTINSUYU

Consultor: Luis G. Lumbreras

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2.2. Exposiciones y unidades expositivas El plan de exposiciones del Museo, es el que cumple la función económica y social visible y, seguramente, la más importante, sin que esto desmerezca ni afecte las funciones de Investigación y Conservación que, en última instancia, están destinadas a cubrir las demandas y ofertas de la función expositiva. Se asume, como una premisa, que lo que en un museo no se exhibe, no existe, si bien hay objetos que se mantienen sólo como testimonios, y por eso se les guarda en condición de intangibles. Las exposiciones son el medio a través del cual el museo define su existencia y destino. Por eso, su organización se sustenta en el discurso museográfico que se dirige por un conjunto de ejes temáticos que lo enrumban. Cada “Eje” contiene una serie de temas o contenidos que son el desagregado del ámbito informativo que pretende abordar el museo. Están formados por un conjunto de temas, donde cada “tema” es un capítulo de contenidos y formas articulados en función del objetivo de estudio o presentación del “Eje”, que se convierte en un capítulo mayor de la organización del museo. Son tales ejes los que ordenan las tareas de investigación y los espacios destinados al cuidado y mantenimiento de los “fondos museográficos” y su exhibición, que no es otra cosa que la puesta en uso público de aquello que el museo guarda y procesa. En este caso, son los bienes que testimonian la existencia y carácter de un país que fue conocido como Tawantinsuyu, desmontado a partir del siglo XVI. El papel del Museo es a la arqueología, lo que una biblioteca o un archivo documental son para la historia. Los “Temas” están formados por “Unidades Temáticas”, que en conjunto desarrollan lo que el capítulo (“tema”) se propone exponer. Cada “Unidad Temática” es, por sí misma, un rubro mayor de información, pero depende totalmente de la unidad mayor de la que forma parte, pues constituye un eslabón de una secuencia estructural, que va en un orden establecido. Las Unidades Temáticas, son las que establecen los contenidos de las “Unidades Expositivas” y dan origen al Diseño Museográfico, asociado al Guion, que hace posible la distribución de los diversos objetos y materiales de apoyo (textos, gráficos fijos o animados, u otros complementos en tercera dimensión, tales como dioramas, modelos a escala, etc.), que forman las “Unidades Expositivas”, segregadas en vitrinas, paneles u otro tipo de matrices, que contienen la información mínima posible del texto general. Teniendo en cuenta la disposición de los ambientes destinados a la exposición, se debe considerar que cada Eje Temático debe tener un alto grado de independencia, equivalente a una sala o un circuito de visita con un inicio y un final. Los ejes no están secuenciados, por lo tanto es posible ponerlos en cualquier orden, respetando su estructura interna. A su vez, deben ser organizados dentro de una cierta especialidad, concurrente con los términos expuestos para cada Eje. En el Diseño o Guion, cada unidad temática deberá contener una identificación -tipo título- del tema a ser expuesto, seguido de la descripción de los contenidos y partes de cada tema y sub-tema, con la indicación de los materiales que deben ser objeto de exhibición (incluyendo textos, mapas, cuadros, gráficos y materiales de apoyo y las calidades gráficas). Las unidades expositivas serán expuestas gráficamente, considerando los módulos museográficos que se adopten y serán expuestas dentro de los límites del espacio disponible. Cada unidad expositiva se presentará en una ficha particular con la sugerencia de la matriz que la deba contener. Se sugiere acudir a recursos reconstructivos virtuales en la presentación de los temas tecnológicos y ambientales, tratando de activar medios interactivos con propósitos didácticos. Asimismo, en la presentación del medio ambiente y los restos arqueológicos inmuebles, se propone modelos plásticos a escala, aparte del apoyo gráfico accesible por medios audiovisuales. Se considera necesario establecer un equilibrio 60-40 entre los objetos de la muestra y los apoyos museográficos. El museo consignará toda una serie de recursos museográficos modernos y dentro de una tónica que les permita a los usuarios participar de los temas que se ofrecen para la reflexión museológica. Es un camino hacia un museo interactivo y muy vistoso y llamativo, que además debiera programarse en condiciones de crecimiento permanente (crecimiento cualitativo, que no necesariamente trata del incremento de espacios).

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El Museo del Tawantinsuyu se propone exponer los testimonios de la existencia del territorio llamado Tawantinsuyu, que estaba operando bajo una unidad política cuando en 1532 llegaron los españoles, cuarenta años después de haber “descubierto” América, en 1492. Por tanto, no fue su primer contacto con los pueblos americanos y llegaron cuando ya se había derrumbado la tesis de que los habitantes de este Continente no éramos seres humanos, pues no aparecíamos explícitamente en la Biblia. Con esta parte anecdótica comienza la exposición, que presenta como “introito” el debate de Fray Bartolomé de las Casas en sus alegatos de probanza, que halla su afianzamiento -entre otros argumentos- en la constatación de la existencia de un país equivalente a la Roma imperial, que los españoles tenían como punto de partida de sus orígenes y dignidades, con el Papa del Vaticano, de donde nacían todos los poderes, por ser el representante de Dios en la Tierra. Este “introito” se propone hacer entender la forma como abordó la administración española la conquista del territorio que luego ellos llamaron “Perú” y que es la forma como hemos visto y vemos este país desde la perspectiva global en la que estamos insertos desde entonces. Identificaron el Tawantinsuyu como un “Imperio” por la analogía que establecieron con el Imperio Romano. Con eso obtenían una justificación de las relaciones de dominación instaladas por el Virreinato español, que requería establecer que ellos estaban en un nivel mas avanzado que el de los inkas, que por parecerse a los romanos tenían un atraso histórico de por lo menos 15 siglos frente a los españoles recién llegados. Esa tesis sustentó el dominio político y económico sobre nosotros, pero sobre todo el dominio social inscrito en la creencia de la superioridad externa, que se hizo extensiva a todo lo que venía de Europa. En eso se Consultor: Luis G. Lumbreras

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sustenta el racismo y la segregación colonial y post-colonial, que este Museo se propone combatir mediante la presentación de los procesos paralelos y simultáneos, con resultados equivalentes pero diferentes, donde se rompe con la unilineal concepción del evolucionismo primitivo en el que se sustentaba dicha tesis. Si la teoría general de que un Imperio es un conjunto de naciones y estados sujetos al dominio de una voluntad única, con capacidad de decidir el destino de pueblos cultural y socialmente diversos, sometidos a servidumbre por la fuerza, entonces el Estado Inka era un Imperio. Por cierto, el nombre quechua –Tawantinsuyu- no define una entidad jurídica con propiedad sobre territorios y sus bienes naturales, sino la identificación de un territorio en donde hay establecida como norma una relación de obligaciones entre pueblos sujetos a un poder central que vigila su cumplimiento, donde el trabajo se define como la entidad concreta de reconocimiento de la propiedad. Por tanto, las obligaciones se refieren al intercambio de las múltiples formas de trabajo existentes, entre las comunidades y personas, mediante la institución del “ayni” que genera obligaciones de reciprocidad, o la de la “minka”, que establece obligaciones entre las comunidades y el Estado o entre las personas y la comunidad o “ayllu”. El tributo a las instancias civiles o religiosas era mediante diversas formas de trabajo y no con la entrega de bienes, que en todo caso eran evaluados según la inversión de trabajo contenido en ellos. Por eso, en sus conquistas los inkas incluían pueblos y no territorios. Éste es un primer tema de reflexión que ofrece el Museo del Tawantinsuyu, y que tiene que ver con el manejo de las categorías clasificatorias que disponemos en el campo de las ciencias sociales para ver y organizar nuestras observaciones, sobre la realidad de los varios tipos de comportamiento social que conocemos. Desde luego, la singularidad es un rasgo común a todos los pueblos del mundo y no, como se piensa, sólo nuestra. La Sala de Iniciación, que está en el espacio inmediato al ingreso del Museo, comienza con este tema, que aborda de inmediato la presentación de cómo encontraron los españoles este país en el siglo XVI, quiénes eran sus gobernantes, su historia, etc. En este trámite, el rumbo es la visión del país según Pedro Cieza de León, que es el cronista-soldado que escribió con más pulcritud sobre lo que él vio y lo que pudo rescatar de sus informantes locales en el curso de su viaje a lo largo de todo el Tawantinsuyu. Él escribió una “Crónica” de su viaje, que publicó en 1553, una etnografía sobre los inkas, conocida como “El Señorío de los Incas” -que sólo se dio a conocer en el siglo XIX- y una historia detallada de todo lo que hicieron los españoles, desde la etapa del “Descubrimiento” hasta concluidas las guerras que hubo entre ellos por la apropiación del botín territorial, que sus historiadores llaman “Guerras Civiles”. Es decir, una descripción e historia completa del Tawantinsuyu en el siglo XVI. La única otra equivalente es la que escribió el Inca Garcilaso de la Vega unos años más tarde, junto a otras descripciones y narraciones de los acontecimientos, que los historiadores actuales usan para describir el Tawantinsuyu. En esta sala se presenta, luego, una suerte de versión resumida de las seis exhibiciones mayores del Museo, cada una de ellas como una unidad expositiva a modo de “sumario” de lo que más adelante se podrá apreciar en detalle. Como colofón, se dispone de una suerte de guía de las diversas opciones de visita y de los rumbos que se puede tomar para encontrar las salas y los servicios a los usuarios. Desde ese punto, el visitante puede dirigirse a los diferentes “pabellones” del Museo, donde se exponen los grandes temas del Tawantinsuyu, de modo integral en cada pabellón, según los enunciados de base y que se exponen más adelante. Hay cinco grandes pabellones o secciones del Museo, con una temática propia, aun cuando en todos y en cada uno se expone el Tawantin-suyu en general. Hay, luego, dos salas de Exposiciones Temporales, que no están ligadas estructuralmente a los temas que se desenvuelven en el Museo. Son salas libres, abiertas a cualquier tema que sea aceptado por el Museo: de arte, de historia, del paisaje o el medio ambiente, o de interés público regional o nacional, pudiendo organizar exposiciones sobre procesos de otros continentes. Lo deseable es que el Museo disponga de un programa de exhibiciones que cubra por lo menos un año de temas temporales de 8 a 16 semanas de duración por tema. Este programa se acompaña con un plan de Exposiciones Itinerantes, que intenta presentar síntesis de los temas del Museo en diversas ciudades de la región. Es más, se tiene propuesto que aún antes de la apertura

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de sus exposiciones permanentes, el Museo inicie exposiciones itinerantes de algunos de sus temas, como preparación de los montajes previstos y como presentación del Museo en otras partes de la región. Las salas de Exposiciones Permanentes están organizadas en cinco pabellones temáticos, correspondientes cada uno de ellos a uno de los Ejes que regulan la exposición. De algún modo, en cada uno de los pabellones se presenta la totalidad del territorio en términos correspondientes a los Ejes consignados. Si bien, el orden de su presentación responde a una temática jerarquizada, según el ámbito de sus objetivos, como ya se indicó su visita puede ser independizada la una de las otras, en donde la secuencia es interna y tiene una composición tanto corológica como corográfica. El orden de la exposición está determinado por la presentación del territorio en términos de identificación de las características de diversidad que ofrece el medio ambiente, siguiendo un diseño secuencial equivalente al recorrido que podría hacerse del Tawantinsuyu caminando por el Qapaq-ñan, tal como de alguna manera describe el territorio el cronista don Pedro Cieza de León, que hizo el trayecto a mediados del s.XVI, como parte del proceso de dominación española del Tawantinsuyu. El segundo pabellón se ocupa de la manera como el territorio presentado en el primer pabellón, fue alterado y modificado por los pueblos que allí se asentaron. En este caso, el recorrido se inicia en el Cusco y desde allí se dirige hacia los cuatro rumbos registrados como “suyus” por los inkas y que comprenden el rumbo Chinchaysuyu que está al norte del Cusco, el Antisuyu que está al Este del Cusco, el Qollasuyu que está al sur y Kontisuyu que está al oeste. En cada uno de ellos se ofrece una visión prospectiva de la ocupación humana de esos territorios, cuya historia los identifica como diferentes entre sí, aun cuando la unidad política desarrollada por los inkas, generó una cierta imagen de unidad visible en los asentamientos y en rasgos influenciados por la impuesta estructura económica, política y social de los cusqueños. El tercer espacio de la exposición permanente, se ocupa de definir como se dio el proceso de desarrollo que hizo posible la existencia de un Estado centralizado de la magnitud y consistencia de aquel que encontraron los españoles en el s.XVI, tratando de ofrecer un panorama consignado como nacimiento del Tawantinsuyu, donde se muestra la larga historia de los pueblos andinos y el como ellos llegaron hasta el punto en donde su inserción está signada por un cierto rasgo de homogeneidad en los procesos consecuentes de la intervención inkaica. En pueblos cuyo desarrollo se dio desde la esfera urbana y en aquellos donde la forma dominante era de escala doméstica y base rural, el Estado Inka incentivó la intensificación agraria, ganadera y manufacturera, agregando un ritmo habitacional que transformaba las aldeas en pueblos y mejoraba los mecanismos de comunicación mediante trazos formalizados del camino. Los antecedentes de este proceso se tratan de perseguir con el reconocimiento de los dos grandes frentes co-tradicionales de los Andes Centrales, a los que identificamos como Norte Fértil y Sur Árido, el que junto con el Altiplano del Titicaca conformó la configuración plena del sistema de vida estatal. Allí se definieron los estados Wari y Tiwanaku antes del establecimiento del Estado Inka y como parte de, al parecer, un proceso unido, al que históricamente se agregan como antecedentes y conformantes lo que los pueblos del Norte Fértil definieron como un camino de desarrollo urbano, centralista, desde el periodo Formativo, que se identifica con Chavín y que en el Sur Árido lo hace con Paracas y luego Pukara. Definidas estas tres configuraciones natural, corográfica y cronológica, se examina el territorio en dos espacios temáticos, cada uno de ellos en un pabellón separado, el primero referido a las condiciones materiales sobre las cuales se sustentó la población en su vida diaria y su crecimiento y el segundo en el conjunto de mecanismos y estrategias propios de la vida social, consistentes en el reconocimiento de las lenguas, las artes y costumbres de los pueblos, para finalmente concluir con su sustento espiritual, formalizado en el reconocimiento de sus esfera de sabiduría y del mundo de las creencias. Esos cinco Ejes Temáticos, desenvueltos en cinco diferentes pabellones, tienen contenidos temáticos cuya permanencia depende y deriva del avance de los conocimientos científicos que sobre la historia del territorio se hayan establecido en el curso de su existencia. Eso quiere decir que su permanencia es temática y que pueden cambiar, tanto los objetos cuanto las unidades expositivas, dentro de los términos conceptuales que el diseño de este Guion establezcan.

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3. LOS CONTENIDOS DEL MUSEO En un documento elaborado en los años 2012 – 2013, se diseñó la forma como debían ser los temas y los objetos que deben formar parte del Museo del Tawantinsuyu en el Cusco. En dicho documento se establecía que el Museo que se está proponiendo debiera considerarse como el cumplimiento de una propuesta emitida por los patriotas que el 02 de abril de 1822, habían sugerido como uno de los componentes de estímulo para la creación de la nueva patria que estaban intentando fundar, luego de liberarlas del yugo colonial – hispánico, bajo el cual este territorio y sus gentes habían vivido durante tres siglos, luego de capturado el último gobernante del Tawantinsuyu. Ocurre que cuando se fundó la República, con la decisión política de los libertadores, el territorio que ocupaba este país era mucho mayor que el que ellos consideraban gobernable. Una de las primeras medidas que surgieron fue entonces la de establecer divisiones territoriales mas pequeñas que las que había tenido el Tawantinsuyu o las propias divisiones coloniales en virreinatos y capitanías. Así fue como el Tawantinsuyu quedó dividido en seis nuevos países, tres de ellos, Perú, Bolivia y Ecuador, totalmente dentro de su territorio, Argentina y Chile en la región comprometida con la Cordillera de los Andes y un segmento de lo que se convirtió en Colombia, en su extremo sur. Esta fue una división territorial, modelo de organización política, que era totalmente nuevo en los términos operativos del Estado que regía en el Tawantinsuyu. Aquí no eran los territorios, sino las naciones o pueblos que allí vivían los que determinaban el espacio, sin más vínculo de propiedad que el que sus intervenciones hubieran podido alterar las condiciones naturales. Fue así como el Tawantinsuyu quedaba entre los Pastos del norte y los Huarpes y Picunches del sur. En esos términos, de manera corológica, un país no estaba determinado por un territorio, sino por la manera como había sido transformado o apropiado por sus habitantes y, en todo caso, por los habitantes mismos La creación de un Museo del Tawantinsuyu en el Perú, es una iniciativa que nació al constatar que era necesario disponer de una institución que congregue en un solo discurso todo lo que representa la experiencia de nuestros pueblos en la construcción de un destino propio. Es necesario difundir los más logrados conocimientos científicos sobre esa etapa de la historia y consolidar la imagen que de ella deben tener las nuevas generaciones, como parte de su tarea de construir una futura era de bienestar. La idea de levantar un Museo Nacional a base de los testimonios de nuestra historia, nunca fue abandonada, nada más que se restringió a los términos de lo que la Constitución Política de la República establecía lo que era el Perú. Fuera de sus fronteras -aunque en ambos lados vivieran las mismas fa familias- las personas se consideraban como diferentes; es así como los Collas que vivían en torno al Lago Titicaca pasaron a ser bolivianos unos y otros peruanos, y los habitantes de los valles del Lluta y del Caplina, terminaron por ser chilenos unos y peruanos otros, y los Pehuenches que vivían en un lado y otro de la cordillera, se convirtieron en argentinos unos y otros en chilenos y los Shuars, no importa si hermanos o parientes de cualquier grado, pasaron a ser unos ecuatorianos y otros peruanos, y los pastos, unos colombianos y otros ecuatorianos. Esto no ocurría ni podía ocurrir en los términos de convivencia existentes dentro del territorio conocido como Tawantinsuyu. Cada grupo étnico se identificaba por su lengua y costumbres en aquella zona donde ellos y sus antepasados habían establecido los términos de sus relaciones concretas con la tierra y sus paisajes. De eso se ocupa el Museo del Tawantinsuyu. En su nacimiento, cada uno de los pueblos aprendió a resolver sus singulares formas de vida según las condiciones naturales donde les tocaba vivir, que en unos casos era de pescadores , habitantes de los desiertos, en otros de cazadores , aprendices de pastores , en las punas, o de agricultores de valles regados en la costa, de terrenos de secano en la sierra o de tierras húmedas en la selva, donde el intercambio mercantil y las alternativas manufactureras caminaban según las posibilidades de operación que cada zona ofrecía. Eran distintos todos de todos y por lo tanto su camino era divergente, sin embargo la diversidad de los desencuentros hacía necesario buscar los encuentros, para solventar necesidades o carencias, o para ampliar los términos de su residencia. Esos fueron los mecanismos de la unión por vía del intercambio y el desplazamiento de las poblaciones, de modo que los pastores que vivían a 4,000m sobre el nivel del mar consumían mariscos y peces del mar que estaba a 0 metros de altitud, y los habitantes del desierto tenían acceso a las frutas y la materia prima que venían de las selvas orientales, del mismo modo que la sal de los cerros y las piedras para hacer hachas iban hacia la floresta amazónica. Con lluvia o sin lluvia, el tráfico de personas y bienes era casi una condición permanente de los habitantes de ese territorio. Consultor: Luis G. Lumbreras

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En consecuencia, restringir la historia del Imperio del Tawantinsuyu a solo sus conductores, es mucho mas grave de lo que se supone. No se puede olvidar que son múltiples sus antecedentes y que su vigencia, los inkas, como de sus dioses y pensamiento, van mucho más allá de su ámbito concreto de existencia. No se puede explicar el Tawantinsuyu, ni la naturaleza de los inkas sin considerar los circuitos de intercambio atacameño, la minería aprehendida de los Huarpes y Picunches, con el oro que Michimalongo entregaba a la mano de los emisarios del Cusco, del mismo modo como no se puede explicar la reacción de los cañaris o mas aun de los caranquis que murieron en Yaguarcocha, pues ellos son parte de la historia del Tawantinsuyu. Sin tener en cuenta eso, no hay como entender el Tawantinsuyu, solo así se desnudan sus misterios. 3.1. Las Colecciones del Museo El Museo del Tawantinsuyu es una institución cuya existencia formal no estaba considerada, aun cuando debido a las condiciones de custodia que la Constitución del Estado establece como obligación de los organismos pertenecientes al sector Cultura del Perú, el antiguo Instituto Nacional de Cultura y el actual Ministerio de Cultura, han mantenido durante los últimos 45 años, desde 1971, ha logrado reunir una considerable cantidad de materiales procedentes de las investigaciones arqueológicas realizadas en la región del Cusco y otras que proceden de la recuperación de objetos arqueológicos que las leyes han considerado necesario retener bajo su custodia. En esa misma dirección las leyes del Estado establecen que todos los objetos arqueológicos extraídos en el Perú deben ser considerados como parte del Patrimonio Cultural de la Nación. Si bien, de acuerdo con estos principios jurídicos, todas las colecciones que proceden del territorio del Tawantinsuyu, deberían considerarse como parte del Patrimonio asignable a este Museo, es indispensable tener en cuenta que el punto de partida de este Proyecto es tener al Cusco como núcleo de cohesión y mantenimiento del Tawantinsuyu, que organizó bajo su gestión entre los siglos XIV – XVI. Siendo así el Cusco es el referente principal del Tawantinsuyu, el punto de partida para organizar la temática de este Museo, por lo cual se privilegian las colecciones que forman parte del acervo arqueológico cusqueño. En esa dirección se considera que tanto las colecciones regionales que guarda la sede Cusco del Ministerio de Cultura, como las que mantiene la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco –Museo Inka- son la base de los Fondos Museográficos del Museo del Tawantinsuyu, sin descartar que en un rango equivalente de importancia, están las colecciones que guardan los diversos museos nacionales y regionales del Perú, y los que pertenecen, ahora, al acervo arqueológico de Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile y Argentina. Por razones jurídicamente válidas, estas colecciones no pueden ser incorporadas como parte de los fondos del Museo del Tawantinsuyu, aun cuando correspondan a la temática que lo define. Las piezas que el Museo del Tawantinsuyu requiera exhibir, procedente de dichas colecciones, solo podrán participar de éste en condición de donaciones, préstamos o réplicas de alta calidad. Esto tiene que ver con temas de orden jurídico y la salvaguarda de los bienes patrimoniales que cada país reconoce como suyos. Si bien hay coincidencias legislativas respecto a la tenencia, posesión, propiedad, uso y manejo de los bienes del patrimonio arqueológico, hay también diferencias específicas en relación a estos aspectos de trato de los bienes patrimoniales. Esto debe ser examinado cuidadosamente en la perspectiva de no afectar en nada los compromisos que cada país tiene con sus colecciones o patrimonio. De acuerdo con los términos establecidos como premisa en el Pre-guion Museográfico, se requieren al menos tres componentes ligados al patrimonio de los seis países involucrados, que son los siguientes: El primero de ellos es, seguramente, el menos difícil de resolver, dado que se trata de registros visuales (vídeos, documentales, fotografías, mapas públicos, etc.) de los paisajes, los restos arqueológicos y la población, sobre los que se debiera recabar una suerte de licencia formal para su uso y exhibición. El segundo aspecto es, igualmente, susceptible de ser considerado producto de acuerdos simples, referidos a la elaboración de maquetas y dioramas sobre asentamientos, paisajes o fauna y flora locales, que también se pueden resolver mediante acuerdos entre las instituciones responsables de cada uno de los respectivos países.

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Finalmente, el tercer aspecto es el que tiene que ver directamente con los objetos consignados como parte del Patrimonio Nacional de cada país. En términos generales está prohibida la exportación de los bienes arqueológicos, aun cuando hay variantes legislativas que hacen posible préstamos a largo plazo o incluso cesión por plazo indefinido de algunos restos. En cada caso se tiene que hacer una gestión oficial al respecto. 3.2. Colecciones a cargo de la DDC-Cusco La base sobre la cual se monta este Museo, es el conjunto de colecciones que custodia la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, tanto los inventarios y registros de las colecciones que ya existen y que serán ampliados continuamente como parte de las funciones propias del Museo, como los almacenes y depósitos donde haya objetos que pertenezcan a este acervo. Eso significa que a raíz del reconocimiento formal de esta nueva Institución, que se integra a la DDC-Cusco, no se requiere la suspensión de sus actividades ni un nuevo inventario o registro. Se consideran parte del acervo custodiado por la DDC-Cusco, las piezas enteras o fragmentadas que hayan sido o sigan siendo extraídas en la región como parte de intervenciones arqueológicas o no. En la ceramoteca de la DDC-Cusco están la mayor parte de las colecciones de las excavaciones recientes practicadas en la región, procedentes de los sitios arqueológicos en los alrededores del Cusco, como de los decomisos que se han hecho frente a intervenciones ilegales en los Sitios Arqueológicos y de aquellas intervenciones que resultan de obras públicas o privadas que se han hecho como parte de los procesos de desarrollo urbano, de la ampliación o mejoramiento de servicios y de ampliación o intensificación agraria o minera en los territorios comprendidos dentro del ámbito que está bajo la responsabilidad de la DDC-Cusco. Las colecciones de Valle Umbroso, contienen un valioso acervo de piezas fragmentadas y enteras, organizadas debidamente en muebles preparados para este fin. En esta colección son mayoritarias las piezas fragmentadas pero, sin duda, están guardadas piezas de muchísimo valor, de todos los periodos arqueológicos de la región. Toda la colección debe ser consignada como parte de las unidades de conservación y restauración que disponga el Museo. Es pertinente hacer una referencia a la cerámica seudo-Tiwanaku que Valcárcel encontró en Saqsaywaman en 1934 y el cuello de Aríbalo que Fritz Buck obsequió al Patronato del Cusco, que actualmente están en el Museo Inka del Cusco, que si bien no han sido cronológicamente ubicados, están en condición de “estudio” a raíz de los hallazgos del equipo de arqueólogos cusqueños, como Wilbert Bolívar y René Pillco, que excavaron en Marcaconga (Acomayo) en 2006, y José Pilares en Wimpillay en 1993 y, al parecer, también Julinho Zapata en Wata, en Tumipampa (según información de Ada Tello). Son piezas de tienen pigmentos de tipo Tiwanaku –diferentes a la incaica y a Wari- y con diseños que son de tipo tiwanakense, aun cuando no son ni del estilo ni de fase ninguna de la cerámica altiplánica. Dada la mitología que acompaña los orígenes del Cusco, estas referencias son deseables de destacar y todas estas piezas se encuentran en el depósito que hay en la sede de Tipón (Valleumbroso) y en el de la Ceramoteca de Kusikancha, En el caso de Marcaconga están en contexto del Horizonte Medio y con cerámica de los estilos Wari y Qotakalli, aunque allí también se encuentra cerámica Formativa y Lucre. En contexto funerario se encontró un vaso, lentejuelas y un brazalete de oro. Dado que el hallazgo de Marcaconga fue casual, derivado de una intervención de emergencia para liberar el terreno en obras de tendido eléctrico en el lugar, será necesario que el Museo promueva un programa de intervención en el sitio y se excave con técnicas de registro arqueológico adecuadas. Esto que es válido para Marcaconga, se debe hacer extensivo a la zona de Wimpillay mencionada y tal vez a Wata, previo informe de los arqueólogos a cargo. Se trata de rescatar una parte importante de la historia del Cusco y, por tanto, del Tawantinsuyu. La DDC-Cusco mantiene el Museo de la Casa Garcilaso en cuyo primer piso hay una exposición secuencial de la Arqueología del Cusco, desde tiempos pleistocénicos, hasta el siglo XVI y, en el segundo piso de la época de contacto, en el siglo XVI, hasta fines del periodo Colonial, consistente fundamentalmente en una pinacoteca Las piezas que corresponden al tema del Museo del Tawantinsuyu, están organizadas dentro de una secuencia cronológica, que se inicia con una sala destinada a mostrar la historia geológica y paleontológica, con la presentación de los restos fósiles de un Gliptodonte y gráficos murales referidos a las características Consultor: Luis G. Lumbreras

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del ambiente durante el Pleistoceno. Se trata de una reconstrucción libre de un paisaje supuestamente pleistocénico con la identificación, también imaginaria, de restos fósiles Luego, continúa con la exhibición del período llamado pre-cerámico, con algunos dioramas y cuadros explicativos. Los objetos arqueológicos son piezas sueltas de proyectiles –réplicas y originales- así como un calco de pintura rupestre de la época. Las siguientes dos secuencias corresponden al Periodo Formativo del Cusco, con la fase mas antigua referida a Marcavalle, que tiene algunas piezas en fragmentos, que son de un gran valor, especialmente una de ellas de una vasija con pintura iridiscente, que debe ser restaurada para su exhibición, así como un fragmento inciso de valor notable. En esa misma vitrina, sin embargo, hay un cuenco de la fase Chanapata, procedente del sitio de ese mismo nombre y que es parte de la Colección de J. Yabar, y que no corresponde a la época de Marcavalle. En el grupo de Chanapata, hay una pieza de procedencia no determinada, que es una efigie antropomorfa de cerámica, que originalmente fue asignada al estilo Waru o Huaro por Manuel Chávez Ballón (Com.pers,), aunque con poca precisión y que aparece destacada como “Chanapata” en la muestra. Creemos que debe someterse a un examen crítico por parte de los arqueólogos especialistas en este tema. Esta pieza y varias de la Colección Yabar de Chanapata –donde hay varias figuras antropomorfas- debe ser tenida en cuenta para los Fondos del Museo del Tawantinsuyu, aunque algunas de ellas deben estar en la Reserva, pues es una colección significativamente mayor. Hay un período “vacío” en la exposición, que puede estar ocupado por las piezas de la fase Paqallamoqo (“Chanapata Derivado”) que no está consignada en la muestra, y eventualmente algunas referencias al estilo “Carmenca” que J.H. Rowe estableció en su libro sobre el Cusco en 1944. Debe, igualmente, consignarse que en la zona de Urcos se ha encontrado cerámica tipo Pukara, la que se agrega a las litoesculturas de este estilo que se han hallado en varias partes del Cusco, así como al “Medallón Echenique” y el “Medallón Oberti” que son de oro y cobre y que corresponden a este mismo estilo. Manuel Chávez Ballón tenía fragmentos de cerámica de estilo Pukara entre sus colecciones, que eran procedentes de Batan-Urqo. En el Museo del Qorikancha hay una lito-escultura de este estilo que aparentemente se encontró en la ciudad del Cusco y que estuvo expuesta, por muchos años en el patio de la Municipalidad del Cusco; hay otra en el Museo Inka de la UNSAAC. El estilo Pukara estuvo presente en el Cusco y debe ser tenido muy en cuenta como parte de las relaciones establecidas entre los pobladores del Lago Titicaca y el valle del Cusco, siguiendo el curso del río Vilcanota, que no es otro que la ruta que la leyenda y el mito atribuyen a los origines de los incas. En verdad esta es una prueba sustantiva para explicar estas relaciones, que incluyen la transferencia de un personaje antropomorfo con la cabeza que irradia luces o rayos de cualquier otra naturaleza y que sostiene unas varas en ambas manos. Este personaje sólo se encuentra en Pukara con su cabeza en el Pectoral Echenique y en el Disco Oberti, además de presentarse en las fases más tempranas del Formativo de la región de Ica –en Karwa- y en la Estela Raimondi de Chavín. Este simple hecho señala la importancia que tiene la identificación de los restos cusqueños de Pukara, dado que hasta la implantación de Wari, este personaje que evidentemente está asociado a la Puerta del Sol de Tiwanaku, no aparecía en el Cusco, impidiendo explicar todo el transfondo de los mitos que los cusqueños construyeron para explicar los orígenes de su poder y posiblemente el de sus dioses. La siguiente secuencia es la del Horizonte Medio, que comienza con piezas del estilo Qotakalli y luego hay una muestra de cerámica Wari. Se destaca la información sobre Pikillaqta y el hallazgo de Espíritu Pampa. Lamentablemente, se presenta la tumba múltiple de Huarmey, publicitada en los diarios de Lima como el modelo de la funebria Wari, sin dar cuenta de los hallazgos de Curawasi y Batan-urqo y las características propias del Horizonte Medio cusqueño, cuyo ámbito de dominio cubre todo el sur andino, desde Caravelí, el valle del Colca y Moquegua (Kuntisuyo) hasta Sicuani y La Raya, incluyendo el íntegro de las cuencas del Apurímac, hasta el Vrae, y el Vilcanota, llegando a Vilcabamba en La Convención y, al parecer, hasta los límites con la selva baja, en el Pongo de Mainique (Antisuyu). Hay valiosas piezas que deberán ser expuestas en el Museo del Tawantinsuyu, excluyendo las réplicas de gran valor que allí deben mantenerse en exhibición. Son principales las colecciones de Espíritu Pampa y las de Pikillaqta, teniendo en cuenta que hay valiosos objetos contextualizados procedentes de las excavaciones de Batan-Urqo y otros sitios del Cusco. Una maqueta detallada de Pikillaqta y un diorama del valle de Lucre serían deseables de ser preparados. También deben agregarse objetos de los estilos de cerámica y tejidos de Ocoña, Chuquibamba, Colca y Curawasi, que no hemos visto en la exposición, pero hay colecciones privadas del Cusco y unas pocas en los almacenes del Ministerio en el Cusco, que pueden suplir estas carencias. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Debido a que las investigaciones arqueológicas en sitios del Horizonte Medio o en estaciones como las de Maukallaqta y Wimpillay, no habían sido suficientemente explotadas, incluyendo las excavaciones realizadas en Pikillaqta y la cuenca de Lucre, los conocimientos y materiales relativos a los asentamientos de esa época, no solo eran insuficientes, sino desconocidos, por lo cual se difundieron muy poco. Ahora sabemos más y hay materiales como los recuperados en Batan-Urqo, que ilustran no solo una secuencia coincidente con la fase conocida como Horizonte Medio 1B, sino incluso indicios de la fase HM1A, que profundiza notablemente las relaciones entre el Cusco y Ayacucho, así como testifica sobre las relaciones entre WariPikillaqta-Tiwanaku y lo que esta conexión pudiera significar en el debate sobre los orígenes del Cusco Inka. La siguiente serie es la más importante, y se refiere a las piezas de los estilos Killke y Lucre. Hay dos piezas Qotakalli y dos Lucre tempranas, una de ellas claramente emparentada con el estilo Chakipampa de la cerámica Wari, que pertenece al Horizonte Medio 1B (según Menzel). Son piezas que ciertamente deben ser consideradas de gran importancia para la exposición del Museo del Tawantinsuyu, hay unas pocas en la ceramoteca y otras en Valleumbroso. Además en las colecciones de investigación de Batan-Urqo, realizadas por el profesor Julinho Zapata, hay otras de mucho más valor y nivel informativo, sea en forma de fragmentos, en condiciones similares a las de Conchopata y muy semejantes a las versiones más antiguas de la cerámica de Wari. La última sala es la que contiene información sobre la etapa imperial Inka; lamentablemente es la menos espectacular, aunque hay una pieza realmente notable, en forma de un suche modelado y pintado, que es toda una obra de arte de primera magnitud. Esta pieza debe ser destacada en primer plano. Se ha podido identificar un grupo de piezas que han sido incorporadas en el Museo del Tawantinsuyu, luego de hacer una revisión de los contextos museográficos registrados, con la cooperación de arqueólogos especialistas en la calificación de los estilos y cuidando de no inhabilitar la muestra de este museo, que por ahora duplica los contenidos del Museo Inka. De cualquier modo deberá evitarse este tipo de duplicidades. Otro Museo, directamente dependiente de la DDC-Cusco es el Museo “Amazónico Andino – QhapaqÑan”, de Quillabamba en la provincia de la Convención. En este Museo, habilitado desde su construcción para los fines previstos para su montaje e instalación, encontramos que las colecciones allí existentes corresponden a materiales procedentes del Antisuyu en su sección ligada al VRAE y parcialmente a otras secciones de la provincia de la Convención. La mayor parte de los materiales, proceden de las excavaciones de Vilcabamba y especialmente de Espíritu Pampa. La identificación estilística de los objetos, indica que la mayor parte de ellos corresponde al llamado “Periodo de Transición”, con lagunas piezas sueltas de otras fases. Se trata en realidad de una pequeña muestra hecha con fines de divulgación turística. La mayor parte de las colecciones que están en este Museo, son parte de los Fondos Museográficos del Museo del Tawantinsuyu, reservando solo aquellas que hagan posible identificar con claridad el periodo de “Transición”, cuando esta zona se convirtió en el núcleo de resistencia a la invasión española y los emperadores del Cusco se trasladaron a vivir, precisamente en la zona de Vilcabamba. Por eso, en el discurso Museográfico, esta etapa y los materiales que están tibiamente expuestos en este pequeño Museo, deben ser resaltados en el Museo del Tawantinsuyu, induciendo a sus visitantes a visitar esta región y conocer directamente el espacio en el cual se instaló la última capital de los inkas. En el depósito de este museo la mayor parte de las colecciones son procedentes de Choquequirau, el resto son materiales de exploraciones realizadas en el entorno de Quillabamba. La exposición ofrece dos grandes etapas de la historia pre y post hispánica y, dentro de esta última, la presentación de los rasgos culturales de los Matchiguenga. En el campo prehispánico, hay un grupo destacable de cerámica del modelo inkaico que se encontró en Espíritu Pampa, cuya pieza-cumbre es la que muestra una escena de la guerra desarrollada entre los inkas y los españoles durante la época de la Resistencia en el siglo XVI -entre 1540 y 1572- durante el reinado de los llamados “Incas de Vilcabamba”. Se trata de un ceramio singular, que se ubica dentro de los cánones del estilo Inka Imperial, con cierta aproximación al estilo Qoripata del Cusco y algunos elementos del estilo Kuychipunku. Esta pieza, se encuentra en la ceramoteca del palacio Kusikancha, donde se guarda junto con las piezas de Espíritu Pampa, que ciertamente son dignas de ser mostradas por el valor histórico que representan. Son la expresión nativa, que representa el llamado “Período de Transición” entre el dominio inkaico y el colonial hispánico.

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Este período, por el momento, está siendo arqueológicamente identificado a partir de unos lienzos textiles de la época, que datan de los primeros siglos de dominio español, entre el XVI y XVII y si bien se asume que tienen una procedencia indígena, no representan al grupo Inka rebelde que se mantuvo en la resistencia hasta que el último Inka, Tupa-Amaru, fuera finalmente asesinado por los españoles, en 1572. En la cerámica del museo, se destaca la representación de un jaguar y una cimbreante serpiente anaranjada con manchas oscuras en su cuerpo, que son del mismo tipo de diseño que hay en la pieza que describe el enfrentamiento entre españoles y nativos, unos con espadas y armas de fuego y los otros con lanzas y dardos, ayudados por perros y los animales del bosque. Su asociación con Choquequirau es también importante y obliga a un examen detallado de las colecciones allí excavadas que, como sabemos, deben también asociarse a los mitmaqcuna Chachas que son parcialmente responsables del estilo de los edificios del sitio, al parecer del tiempo de Tupaq Inca Yupanki y seguramente vigentes hasta los tiempos iniciales de la Colonia, tal vez en medio de la invasión de los extirpadores de idolatrías. Aparte de éstas, hay piezas notables de estilo inkaico, de aspecto local, que deben ser tomadas en cuenta como una muestra del Antisuyu. En el museo hay fotos y referencias a varios sitios de la zona, que deben ser ampliados y con un examen estilístico más fino de la cerámica, a fin de distinguir las variantes locales, que deben corresponder a los Matchiguengas o sus antecesores. Son destacables unas piezas de estilo Inka, con decoración pintada sobre superficie ahumada, oscura, así como, ya fuera del museo hay piezas textiles del llamado “Periodo de Transición”, donde aparecen escenas similares de la guerra entre los inkas y los españoles, con los mismos personajes. En a misma ciudad de Quillabamba, hay una Colección del profesor Ernesto Bejar que contiene una serie de piezas muy valiosas, tanto para el Museo de Quillabamba mismo, cuanto para el Museo del Tawantinsuyu, 3.3. Museo Inka de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco El Museo Inka, que está bajo la conducción de la Universidad Nacional San Antonio Abad del Cusco, mantiene una colección de restos arqueológicos que ha permitido organizar sus exposiciones desde el periodo Pre-cerámico hasta la época Colonial, con objetos que son de un valor notable. En sus exposiciones, el Museo Inka presenta en sus dos pisos una secuencia que considera, en el primer nivel, dos grandes espacios: uno para presentar las “Culturas de la Costa” (Sala 1) y otra para las “Culturas del Altiplano” (Sala 2). En la primera Sala, se trata ocho temas: uno, Pre-cerámico con la exposición de cuchillos raspadores, proyectiles y otros objetos de Chinchillapi y Tumuku (Chucuito-Puno); este tema es seguido por una presentación de diversas puntas de proyectil, sin procedencia. Todo hecho en piedra tallada. El tercer tema, se presenta como “Chavín” donde hay una réplica sin identificación de una famosa pieza de mono que procede de Chongoyape; hay fotos de la Estela Raimondi con identificación del personaje. El cuarto tema está asociado a tres piezas de estilo “Nasca” y dos de estilo Ica, seguidos de cerámica “Mochica” y unas piezas misceláneas de cerámica costeña, que identificamos como quinto tema. El sexto tema es un tejido de estilo Paracas, correspondiente al manto del fardo 27 que se quedó en Cusco, Al que asignan una antigüedad de 900 años a.C. El tema siete está representado por cerámica de estilo “Chancay” y el tema ocho, con el que finaliza la Sala 1, con cerámica “Chimú” y fotos de Chan-Chan. La Sala 2 identificada como “Culturas del Altiplano”, comienza con la exhibición de una vasija esferoidal de piedra que debe corresponder a un estilo de la época Pukara, seguido de un “soplador” de cerámica que fue encontrado en los tiempos del Dr. Valcárcel, también de estilo Pukara, los que están seguidos por otros objetos del mismo estilo y época que, lamentablemente, no se indica su procedencia, que pueden perfectamente ser del Cusco, donde ya existe evidencia de su presencia; entre ellos hay fragmentos de cerámica Pukara, que si bien pueden proceder de Puno, pueden también haber sido encontrados en el curso del río Vilcanota. Valga esta referencia para señalar que el famoso “Pectoral Echenique”, que el alcalde Estrada estableció como Escudo del Cusco, corresponde en todos sus aspectos al estilo Pukara del que estamos hablando y que, con cierta probabilidad pudo ser efectivamente encontrado en el Cusco, dado que los rasgos de los diseños pukarinos de esta pieza que perteneció al general Echenique, coinciden plenamente con los rasgos que se van identificando con la versión cusqueña de este estilo de origen altiplánico. Consultor: Luis G. Lumbreras

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El tema dos de esta Sala está referido a materiales “Tiwanaku”, entre los cuales se pueden identificar dos keros del estilo Tardío de Tiwanaku, negros, con rudón en relieve, junto a un vaso Wari-Epigonal, con diseño escalonado que parece del estilo Huaura de la Costa Central; luego hay dos escudillas del estilo Qosqopa de Arequipa, seguidos de un cuenco del estilo Mollo, que es Post-Tiwanaku, dos fragmentos del estilo Tiwanaku Clásico y un cuenco del estilo Qosqopa (versión Wari del Kontisuyo) seguidos de dos otras piezas del mismo estilo, junto a un cuenco Wari y una botella de la época colonial del estilo Chuquibamba; siguen dos vasos del estilo Huaura, un cuenco Tiwanaku y una botella posiblemente Killke. El tercer tema, bautizado “Qollao (850d.C.)”, comienza con la presentación de un aríbalo procedente de Maukallaqta de Nuñoa, seguido por varias pequeñas vasijas de tipo Allita-Amaya y Chuquibamba, que están seguidas de una vitrina con cerámica del mismo tipo, sin leyenda, y luego una réplica del “degollador” de Pukara, a escala natural. Continúa la presentación de miniaturas de cerámica, encontradas en chullpas y una estela de piedra de estilo Pukara, procedente de Asillo (Puno), con diseño de pez tipo Suche. Luego, hay una vitrina con cerámica Allita-Amaya y un aríbalo del mismo estilo junto a otras piezas del estilo Qollao. Al final, hay un mapa que se indica que es el Qollasuyu, pero que corresponde solamente a Puno, así como una réplica a escala del puente de Qeswachaka, fotos y dibujo de Guaman Poma, una maqueta del Qorikancha y un diorama de Moray. El segundo piso es más amplio e incluye restos arqueológicos y obras de la época colonial, así como una Sala Etnográfica. La primera Sala está dedicada a la presentación del medio ambiente, a partir de las categorías ecosistémicas enunciadas por Pulgar Vidal, con dioramas sobre las zonas Yunka, Qeshwa, Suni y Puna; a ésta le sigue la segunda Sala que trata de los orígenes e inicia con un mapa del Pre-cerámico, un diorama sobre los cazadores, una réplica de una pintura rupestre de Turreni (Yauri, Espinar), acompañada con una vitrina con artefactos líticos que incluyen azadas, lascas, martillos y puntas de proyectil y fotos de sitios, para finalizar con fragmentos de cerámica de Marcavalle y micropuntas de obsidiana. Hay un cuadro cronológico que divide la historia en cuatro fases: “Pre-Cerámico, Formativo, Estados y Desarrollos Regionales e Inca”. El Pre-cerámico considerado entre 5000 y 1500 a.C. con referencia a Chumbivilcas, Yauri, Virginiyoc, Torrani, Manto, Canchis, Chawaytiri, Qorqa y Wayllabamba, este periodo está seguido del Formativo que está representado por Marcavalle y Chanapata, entre 1000 y 800 a.C.; finalmente, los Estados y Desarrollos Regionales representados por Qotakalli (600d.C.) Killke (800 d.C.) y Lucre, época de la invasión Wari (1100 d.C.). La fase final Inka tiene un periodo “clásico” (1200 d.C.), “expansivo” (1400 d.C.) y “Colonial” (1536). La vitrina cuatro se ocupa de “Chanapata”, con tallas de obsidiana, placas rectangulares de piedra, pendientes en forma de “T” y algunos fragmentos de cerámica. En la vitrina cinco hay cerámica de estilo Qotakalli y Killke, junto con un cantarito de estilo Wari. En la vitrina seis, ligada a “Pikillaqta”, presenta cerámica Lucre, Wari, Huaura y cerámica del estilo Huamanga procedente de Quispicanchis; finalmente, hay un panel con fotos de los idolillos encontrados en Pikillaqta, cuyos originales se muestran en la vitrina siete junto con otras siete procedentes del mismo sitio. La vitrina ocho, identificada con “Lucre”, contiene cerámica Inka y del estilo Lucre; en la vitrina nueve hay qeros y conopas junto a fotos de ganadería, seguidos de fotografías de andenes y trabajos agrícolas de nuestro tiempo. En la vitrina once hay una colección de miniaturas de cerámica Inka y en la doce cerámica de uso doméstico no identificada. En el centro de la Sala se presenta una colección de grandes aríbalos, cerca de ánforas (p’uyñus) y aríbalos del estilo Cusco figurativo, dentro del marco de una gran fotografía de Machupiqchu, asociada a una maqueta de Choquequirao, que está acompañada de fotos y piezas complementarias de la arquitectura Inka, incluida unas piezas finas talladas en piedra negra, junto a modelos de casas y chullpas en cerámica y niveles y plomadas junto a elementos que se supone que eran parte de los recursos instrumentales usados por los inkas en su trabajo arquitectónico. En este lugar hay una gran maqueta de Machupiqchu. En la Sala dos del segundo piso, se hace una presentación, en siete vitrinas de adornos corporales, tales como porras de cobre y de plata, maqanas y hachas, cuchillos, anillos y collares de piedra y metal, asimismo espejos, aretes, cuentas, depiladores, peines y tupus de metal. Para identificar la guerra se presenta un Consultor: Luis G. Lumbreras

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casco aparentemente de estilo Wari, aun cuando no se dice de donde procede, con tejidos polícromos, junto a porras, hachas y otras armas. Siguen qeros de madera y vasos de plata y cerámica, así como un unku, sin procedencia, que muestra tokapus simples con alfileres de hueso e instrumentos de tejer y, finalmente, dos quipus desplegados y una réplica de los dibujos de Guaman Poma, junto a instrumentos de piedra supuestamente usados para orfebrería. En la Sala tres del segundo piso hay qeros, sandalias, tupus, cucharas, collares y finalmente cráneos deformados y trepanados; finalmente en la Sala cuatro, llamada “Mallqui Wasi” hay momias y objetos asociados a sepulturas. La Sala quinta presenta cerámica Inka ceremonial y recipientes de piedra de igual destino, junto a conchas e ídolos de oro y Mullu que usualmente se usaban en los Qhapaq- Ucha. Como temas centrales continúan los referidos a la “Religión Inca”, con la presentación de unas cinco vitrinas que presentan pequeñas esculturas de piedra, antropomorfas, Tumis de metal y figurinas de plata y cobre en forma humana o de camélidos, así como también alfileres, incluyendo grandes láminas de plata para la misma función. Junto a ellos hay instrumentos musicales tales como okarinas pututus, antaras, quenas y cascabeles. Hay dos grandes fuentes de piedras con serpientes que las abrazan y ofrendas de cerámica rota y conopas. La exposición finaliza con una presentación de la cabeza de un personaje que lleva el Llauto y la Maskaypacha del Inka, que fue vendida al Museo de América de Madrid en la década de los años 30 – 40 y que se conserva en dicho Museo; al parecer se trata de una escultura realizada en el siglo XVIII o XVII, en los términos en los que en ese tiempo se representaba a la nobleza cusqueña como parte del renaciente nacionalismo Inka, en cuyo marco se dio el alzamiento de Tupamaro. Está seguida de una escultura de estilo Pukara, también en piedra. Las siguientes salas del segundo piso se refieren a la época Colonial, donde aparte de muebles, alfombras y otros enseres, hay una colección de qeros y un cuadro del siglo XVII con mujeres y varones inkas; hay una sala dedicada a presentar los cuadros de los inkas, la que es continuada por una sala etnográfica y otra dedicada a Carlos Ochoa y, finalmente, una presentación de diversos temas. En los almacenes, que son sumamente generosos en colecciones que multiplican enormemente las piezas exhibidas, en condiciones que progresivamente están siendo mejor manejadas, hay un repositorio de varias decenas de miles de objetos, cuyos catálogos, comenzando por los que hicieron los doctores Valcárcel, Pardo y Galimberti, son bastante cuidadosos y ahora están siendo trasladados a procesos de registro electrónico. Según la Directora del Museo, la Dra. Mercedes Pinto, obviamente el área de exposición tiene que ser íntegramente revisada y replanteada, es claro que no se sustenta en ningún guion expedito en términos contemporáneos y, si bien abarca la historia antigua del Cusco, no está respondiendo al nombre “Inka” a lo que tradicionalmente se reconocía como “Museo e Instituto de investigaciones Arqueológicas” de la Universidad San Antonio Abad del Cusco. Las colecciones que guarda este museo, proceden de aquellas que por Ley todos los que trabajaban en la Región del Cusco, estaban obligados a entregar los restos arqueológicos que encontraban en ese departamento. De acuerdo a Ley su destino era el Museo Nacional, pero en lugares como Cusco, Arequipa y Trujillo, donde existían universidades con capacidad de ocuparse de los restos arqueológicos, desde una perspectiva académica, técnica y científica, se montaba un patronato que cumplía la tarea de mediar entre los investigadores o coleccionistas y el Museo Nacional, que tenía la responsabilidad constitucional de custodiar y mantener las colecciones que son propiedad de la Nación. Esto no ocurrió en Lima, donde la entrega de los materiales se hizo directamente al Museo Nacional que allí se instaló y no se responsabilizó a la universidad, que en este caso sería la de San Marcos, formándose las colecciones directamente bajo la custodia de ese museo que existía institucionalmente desde antes de la creación de la República. Por esta causa, el Museo de la Universidad de San Marcos, que fue creado en 1919 por Julio C. Tello, no se convirtió en el receptor de las colecciones del Patronato y formó sus colecciones a base, exclusivamente, de donaciones o de los materiales derivados de los programas de investigación que organizó el mismo museo, que en 1946 pasó a custodia del Estado y resolvió, 10 años después, en 1946, retomar sus propias colecciones y trasladarlas a sus locales propios, sin intervenir en aquellas que por Ley recibía el Museo Nacional.

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Esta situación no ha sido aún ventilada jurídicamente, dado que debido a la evolución que ha sufrido el concepto de autonomía universitaria, en los últimos 40 años, las universidades asumen como propias dichas colecciones y tanto las universidades de Arequipa y de Trujillo, como la del Cusco han montado sus propios museos, independientemente de su relación con los Patronatos de Arqueología que fueron suprimidos en 1971, con la creación del Instituto Nacional de Cultura, que asumió la posesión y custodia de las colecciones del Estado, sin intervención en el ámbito universitario. Hasta entonces las universidades tenían una relación directa con el Patronato del que formaban parte. La extinción del Patronato generó la ruptura de estas relaciones y queda pendiente un pronunciamiento legal sobre la naturaleza de la tenencia de los objetos arqueológicos en custodia de las universidades y su relación con el mandato constitucional sobre dichos bienes que son tratados en algunos casos, como de propiedad privada. 3.4. Otros Museos y Colecciones El punto de partida del Museo del Tawantinsuyu, a parte de establecer su naturaleza y condiciones, debe igualmente considerar la condición internacional de su ámbito de compromisos, sin intervenir en los términos de función que competen al Ministerio de Relaciones Exteriores. Los objetos requeridos por el Guion Museográfico, que no se encuentran dentro de las colecciones de la DDC-Cusco, deben ser obtenidos en calidad de préstamo, donación o mediante réplicas de alta precisión, de colecciones o museos que estén dispuestos a poyar al Museo del Tawantinsuyu dentro de los términos que correspondan a sus posibilidades ya establecidas. En cuanto a la obtención de réplicas de precisión de objetos especiales, la respuesta ha sido positiva de parte de los consultados. Varias de estas réplicas, proceden de museos europeos o de colecciones privadas que están dentro o fuera del país y que dentro de la precisión que se requiere, son indicadas como parte de las observaciones que acompañan al Guion Museográfico. En cuanto a las colecciones nacionales, en las conversaciones sostenidas con las autoridades competentes, no existe ninguna postura que impida estimar como posible el traslado o transferencia de determinados objetos que existen en las colecciones del Estado, especialmente las del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia. En dicho Museo, además hay objetos que corresponden a estilos propios de otros países y que llegaron como donaciones privadas hace muchos años

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4. EL GUION MUSEOGRÁFICO El Guion Museográfico es el instrumento de orden de la exposición de un Museo y debe estar organizado siguiendo los lineamientos de propósito del mismo y en armonía con los fondos disponibles para su puesta en operación. Por eso, a la par que organiza las exposiciones que el Museo se propone, establece las demandas que éste tiene respecto a sus colecciones de base y el cumplimiento de sus propósitos. El Guion es la matriz operativa de la institución y su demanda de Fondos Museográficos es la base de su mantenimiento y desarrollo. La exposición muestra los restos materiales dejados por la actividad social, es decir los asentamientos que modifican el paisaje natural, los objetos transformados de rocas, minerales, vegetales y otras formas de materia prima, convertidos en bienes al servicio de la humanidad. Las artes que nacen de las manos compiten con las artes que la naturaleza construye y, en la medida en que ambas formas se unen de manera concordante, es posible establecer la construcción de una forma de vivir con capacidad de perdurar. De este modo las rocas son esculturas, las tierras son cerámicas, las fibras vegetales son cuerdas o telas de todos los tonos a través de los colores que les prestan las plantas. Pero no son solo estos objetos, normalmente considerados como la base de sustento de un museo, los que constituyen los fondos museográficos del mismo, sino igualmente lo son el conjunto de modelos a escala (maquetas) de restos arqueológicos requeridos para la exposición, los dioramas de paisajes o escenas de igual fin, los vídeos, fotografías y gráficos de distinto motivo y diseño. Todo eso, junto con los elementos de apoyo museográficos (vitrinas, paneles, estantes, etc.), incluyendo los textos titulares o explicativos que los acompañen. Asimismo, los equipos electrónicos de video o audio que se requieran. El discurso museográfico ha definido seis Ejes Temáticos, que corresponden, cada uno de ellos, a un tema de reflexión que se presenta en la totalidad del Tawantinsuyu, de modo que se trata de presentar seis diferentes aspectos de vista y reflexión sobre el Tawantinsuyu, comprometiendo una visión general de este territorio y llevando el debate a una visión global de los mismos, dentro de la diversidad territorial y la unidad política y económica del espacio histórico que queremos presentar. Como en toda exposición pública de la historia natural o humana, en la presentación del Museo del Tawantinsuyu hay contenida una visión dada de la historia que allí se muestra. No es una simple y neutral exposición de los “restos materiales dejados por la actividad social” de la época de los inkas que gobernaron el territorio conocido como Tawantinsuyu, sino una visión de ésta, cuya descripción documental la conocemos por testimonios de las gentes que en el siglo XVI tuvieron ocasión de conocerla. Desde luego, las fuentes documentales de los testigos –escribanos, clérigos o soldados- contienen los particulares puntos de vista que cada uno de ellos requirió tener para escribir sus crónicas o sus historias. Son testimonios altamente subjetivos, hechos para justificar o evaluar los eventos de la invasión de los extranjeros que llegaron a este territorio en el siglo XVI, o para defender los fueros indígenas intervenidos. Aquellos que daban fe de los hechos desde una postura ecléctica –más que neutral- referían con más detalle la historia de los castellanos llegados al Tawantinsuyu y, por lo tanto aquello que veían en el lugar, sin ingresar al terreno de las historias o significados locales que en verdad no estaban en condiciones de entender. En el polo de los castellanos comprometidos con el criterio de verdad que tenían en su conciencia, estaba la crónica de Pedro Cieza de León y en el otro polo la historia de Inca Garcilaso de la Vega. Ambos describieron el Tawantinsuyu como territorio y como sede de lo que desde entonces identificamos como “Imperio de los Inkas”. Ambos, desde lados opuestos fueron testigos de lo que era aquello, y su testimonio contiene la visión de este mundo desde los parámetros del mundo ibérico plenamente conformado en el siglo XVI, pero uno como parte de los recién llegados , y por tanto con una noción dada de los límites de su discurso, con el amparo de una ideología y una experiencia vivida en la Europa Renacentista y el otro como parte del sector de poder nativo que había sido sometido, con el compromiso de defender sus fueros y presentar su historia dentro de los términos sincréticos de su espacio hispano-indígena.

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Quienes describieron el Tawantinsuyu, llegaron a él 40 años después del contacto de los europeos con los americanos y luego, por tanto, de los duros y no del todo resueltos problemas que se derivaron de este encuentro. En 1532, ya se había decidido que los habitantes de esta parte del planeta eran seres humanos “con alma” y por tanto “hijos de Dios”, aun cuando persistía la duda de la escala de derechos que les correspondía frente a los invasores. Los españoles venían convencidos del papel de ser conductores de la única “religión verdadera”, que obedecía las reglas y designios del “único Dios verdadero” y que por lo tanto eran poseedores “universales” de la verdad y los designios de una divinidad, cuya doctrina era aplicable a todos los seres humanos. Por eso, su religión la reconocían como “católica”, que quiere decir “universal” y también “apostólica y romana”, debido a que sustentaban sus creencias en los escritos de los “apóstoles” de Cristo, que eran los cronistas del primer siglo de nuestra era en las colonias sometidas por los romanos. Ellos divulgaban la doctrina cristiana creada por la nueva Iglesia, nacida en el contexto del Imperio Romano. Esa doctrina era una reformulación del “Viejo Testamento” que daba cuenta de las creencias y la historia del frente oriental del Mediterráneo, entre el Asia Menor y el noreste de África, ligada principalmente a los pueblos –judíos- que pugnaban por alcanzar, desde el desierto, el beneficio de los valles (la “tierra prometida”). La nueva doctrina cristiana, criada en el contexto del Imperio Romano, sufrió las vivencias propias de la historia que el Imperio generó, creando una serie de formas de culto, tanto en el occidente como en el oriente romano, que a lo largo del primer siglo y sobre todo en el IV, se vio envuelto en debates de principio de efecto muy fuerte en las concepciones de la divinidad, de la naturaleza del mundo y de las relaciones de género entre los seres humanos. Eso fue tomando diversas formas en el curso del primer milenio, dando lugar, incluso, a una variante muy radical -nacida también en el Antiguo Testamento- liderada por Mahoma en el mundo árabe, que los españoles identificaban como “los moros” de Oriente. Esos movimientos provocaron luego una serie de pugnas entre la esfera cristiana de Occidente (Europa) y las de Oriente, dando lugar a las llamadas “Cruzadas”, como intento de recuperar los espacios de poder perdidos por los romanos, y finalmente la respuesta de los orientales, que sometieron a la península Ibérica a la condición colonial durante ocho siglos. Ellos se libraron de tal dominio sólo en 1492, coincidiendo con el descubrimiento de América por Colón. Es así como los españoles se identificaban –por doctrina- con Roma, donde vivía el jefe de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, llamado “Papa”, cuyo dominio y poder, según su ideología, alcanzaba a todos los seres humanos. Eso fue usado por los invasores como justificación para expropiar, en su beneficio, las tierras y demás bienes de los nativos, convirtiendo a la Iglesia Católica y su sede en Roma, como el más poderoso Estado de Europa y sus colonias, en nombre de Dios. La oferta de un país poderoso, lleno de riquezas, al sur de las Antillas y el Caribe, indujo a los españoles a nuevas aventuras descubridoras. En realidad lo que hacían era construir mitos y leyendas para obtener navegantes ávidos de oro, y dispuestos a la aventura. Se inventaron incluso un país “dorado”, para inducir a los ambiciosos a acompañarlos. Lo lograron y desde 1524 los empresarios Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque, que desde Panamá se lanzaron por el recién descubierto Mar del Sur (océano Pacífico) tras la búsqueda del oro. Fueron ocho años de intentos, hasta que lograron, en 1532, llegar a las costas del Tawantinsuyu, en Tumbes, donde la leyenda se nutrió con el relato de un “cacique mayor”, que disponía de mucho oro y que se encontraba en un lugar muy próximo, llamado Cajamarca. Desde allí, en grupos de infantería y caballería, cruzaron los desiertos de Piura y llegaron a Cajamarca, donde estaba un Inka en pie de guerra, en proceso de definición de una pugna por la herencia del poder de su padre, el Inka Wayna Qhapaq, que había muerto unos pocos años atrás. Había fallecido hacia 1527 como resultado de una peste de Viruela, extraña dolencia que llegó con los descubridores europeos del Nuevo Mundo, cuarenta años atrás. En Cajamarca, los españoles desataron una masacre memorable, con sus caballos, sus espadas y la pólvora heredada de los moros, frente a una multitud de sorprendidos soldados indígenas y su jefe, el Inka, cuya guerra no tenía a estos “visitantes” como enemigos. Perdieron una batalla en la que ellos no eran adversarios y los españoles, triunfantes, tomaron como rehén al Inka Atauallpa y le pusieron precio a su libertad: 1 cuarto lleno de oro y 2 llenos de plata. Eran los cuartos del elegante asentamiento que el Imperio había mandado levantar en Cajamarca para la administración inkaica de esa región. De él quedan ahora sólo unas pocas ruinas, en el centro de la ciudad que los españoles “fundaron” en ese mismo lugar que ya estaba urbanizado desde al menos 1 siglo atrás. En memoria de eso, en su capítulo respectivo, se muestra la imagen reconstructiva y la maqueta, de los restos aún existentes, de este antiguo asentamiento.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Con la toma de Cajamarca se inició la invasión o conquista del Perú. Gracias a los registros que hicieron los escribanos españoles de los objetos que debían ser enviados al Rey de España, nos enteramos de cómo fue aquella requisa. Eran regalías por el botín incautado: un “quinto” para el rey (20% del total). Eran un tesoro digno de los cuentos orientales de “Las Mil y una Noches”. Todo esto es lo que definió el histórico encuentro entre dos mundos paralelos, cuyas historias eran diferentes y que dieron origen a la creación de nuevos espacios humanos que solo son pasibles de entender en la medida en que se tenga en cuenta la naturaleza de los desencuentros provocados por este “descubrimiento”. Este Guion se propone ofrecer una visión integral de lo que ocurrió en este territorio y de como los pueblos que lo ocuparon invirtieron trabajo con resultados notablemente eficientes. La historia de este Guion, queda en el punto en el que llegaron los españoles y se instalaron en él. Con su llegada comenzó una nueva etapa en la historia, en donde si bien no fue posible desmontar todo aquello que había hecho el mundo nativo a lo largo de los varios miles de años de su existencia, implantaron toda una serie de formas de vida ajenas a las condiciones naturales y humanas previamente existentes. La población nativa pese a su impresionantemente dura y progresiva extinción, no solamente soportó las condiciones de la empresa colonial, sino que en gran parte de sus actos y propósitos mantuvieron muchos de los bienes y procedimientos de vida originarios. Eso hace que la historia de nuestros pueblos actuales no solo sea el resultado de la intervención extranjera, sino un proceso sincrético que requiere ser entendido para explicarse la naturaleza de nuestras actuales condiciones de existencia. Con frecuencia hay historiadores que asumen que la historia nuestra comienza en el s.XVI con la llegada de los europeos; esta historia que se presenta en este Guion propone entender nuestra trayectoria dentro de otra perspectiva, en la que una larga historia de presencia e intervención humana sobre este territorio, hizo posible construir un territorio humanizado con capacidad de someter a la crítica de la razón histórica todo lo que nos permite pensar en la construcción de un futuro diferente y coherente.

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4.1. EJE TEMÁTICO 1: POR LAS RUTAS DEL QHAPAQ-ÑAN Presenta al territorio andino, desde la región de los Pastos (sur de Colombia) hasta la de los Huarpes y Picunches (centro-sur de Argentina y Chile), siguiendo la ruta del camino principal andino, destacando los diversos paisajes y partes de las regiones identificadas como Chinchaysuyu, Qollasuyu, Antisuyu y Kontisuyu. Es una presentación del medio ambiente, que toma como tema principal la cordillera de los Andes y sus relaciones específicas con el litoral y la Amazonia. Esta ruta, que era parte del plan vial del Imperio Inka, conduce a todo el Tawantinsuyu. El camino y sus diversos destinos y variables se muestran con el detalle de un gran mapa, con las variables de flora, fauna y los ecosistemas comprometidos en cada región. En esta presentación, debe ser posible identificar los países actuales y las ciudades principales junto a los asentamientos inkaicos más destacados. Este es el marco adecuado para mostrar las condiciones topográficas de los Andes, con sus variables de altitud y latitud, así como las redes hidrográficas que los recorren. Es la presentación física del territorio, con un destaque cómodo y sin cansancio de la diversidad morfológica y ecológica de los Andes, distinguiendo los “nudos” y las “hoyas”, así como las variables que se advierten en el océano, junto con los climas y sus ecosistemas ligados. El Qhapaq-ñan permite vincular longitudinal y transversalmente el territorio, donde el cálculo de distancia puede seguirse a partir de la descripción de las rutas de los chaskis y las caravanas que lo transitaban cotidianamente, así como de los ejércitos –de 20 o 30 mil soldados- que lo transitaban en las varias campañas de expansión de los inkas. Debe destacarse la naturaleza y magnitud de las caravanas, con hombres, mujeres y niños y su equipaje con las llamas, alpacas, perros y otras mascotas que les acompañaban. Es la ocasión en que deben mostrarse las variables raciales de estos animales. Es deseable que el modo de presentación acuda a reproducciones de los animales y plantas naturales, con el posible agregado de modelos hechos en las antiguas artes andinas (preferentemente, aunque no exclusivas de estilo inkaico). Deben destacarse los alcances de medios y procedimientos de comunicación que estaban asociados a los caminos, desde los usos estatales hasta los que se realizaban mediante el tráfico de bienes y traslado de personas (p.e. mitmaq) entre regiones. La presentación de los “tambos”, su diversidad y composición es también un tema a desarrollar, junto con la tecnología caminera, que incluye tipos de caminos (escalonados, empedrados, enlosados, afirmados, etc:), los puentes, los túneles y las oroyas. En la ruta de la costa debe agregarse el tema de las embarcaciones, la navegación, los puertos y la explotación y uso de los recursos del mar, así como la manera de conectar el mar con la cordillera mediante el tráfico de bienes de consumo y de lujo. Los temas son la ruta pan-andina, los caminos transversales, la tecnología caminera, los usos del camino, los tambos y el tráfico de bienes y personas, que deben presentarse fundamentalmente a través de dioramas y vídeos, siendo, sin duda este último, el medio de exposición más indicado. En realidad no se trata de mostrar el camino en sí mismo sino la ruta por donde él transcurre, que hace posible seguir el curso de los ríos, las montañas, los valles, bosques y desiertos, en una secuencia que permita entender la estructura natural de lo diverso en el ambiente de los Andes. El camino recorre los tramos que van de Pasto (Colombia) a Piura, cubriendo todo Ecuador, pasando luego desde Chachapoyas hacia Huánuco, y desde allí hasta el Cusco, con todas las “entradas” que hay hacia las vertientes oriental y occidental, para cubrir todo el Chinchaysuyu y luego el Qollasuyu, hasta Mendoza (Argentina) y Santiago (Chile). Desde luego, el camino debe ser mostrado en vídeos en las condiciones actuales y, en esa misma dirección, debe mostrarse el mundo andino tal como es hoy, con el Qhapaq-ñan como vehículo de conexiones, con los pueblos y las gentes actuales, tal vez en sus festividades tradicionales –preferentemente asociadas a sus relaciones con el mundo andino- y tratando de mostrar las conexiones entre pueblos y destinos contemporáneos, con los nombres y datos del presente. El desfile a lo largo del Qhapaq-ñan, debe destacar las variaciones actuales del vestir y el comer, así como de las actividades productivas de este tiempo, hechas a la manera tradicional. Se trata, de algún modo, de un gran mapa etnográfico del Tawantinsuyu. Los caminos actuales son diversos, muchos peatonales, muchos de herradura y desde luego carreteras y vías de tren; todo eso debe ser mostrado, en lo posible, con dioramas y maquetas, con la artesanía actual y los usos y procedimientos constructivos y artesanales vigentes, o vigentes hasta 1950 (finales del período de post-guerra), cuando se produjeron las grandes transformaciones urbanas en nuestros países. Los mapas y los materiales gráficos deben ser todos, sin excepción, de corte tridimensional, en relieve, con vídeos más bien que con fotos planas. Los puentes, oroyas, apachetas, túneles y demás componentes propios del Qhapaq-ñan, deben replicarse a escala, en forma de maquetas o dioramas, acompañados de materiales audiovisuales que induzcan a una vista adecuada de lo expuesto.

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Debe lograrse que el Qhapaq-ñan y sus caminos laterales cobren vida, pero utilizando recursos tecnológicos avanzados, de modo que las caravanas de la época Inka, el tránsito de los ejércitos y los chaskis sean animados y capaces de evocar la forma real de sus movimientos y traslados. Los dibujos animados pueden basarse en los diseños de Guaman Poma y tal vez en los de Murúa, aunque la posibilidad del retrato con vestidos policromos reconstruidos a base de restos arqueológicos con trajes y adornos corporales, son permitidos. Desde luego, hay restos arqueológicos que reproducen las imágenes de los animales nativos y de las frutas o plantas de cada región, que pueden tomarse como modelo de referencia. Los tambos son un tema de detalle importante en los caminos y es deseable que se ponga una muestra de ellos en forma de maquetas, acompañados de formas reconstructivas de los mismos, así como vídeos de apoyo. Se ha pensado que se pueden usar de ejemplos los Paredones de Culebrillas en el Azuay del Ecuador, el de Tumsukancha en Huánuco, Tambo Colorado en Pisco, Inkallaqta de Cochabamba y unos tambos ubicados en los desiertos de Chile, el sur del Perú y Argentina. Todo eso debe estar acompañado, siempre, en cada estación de visita, de mapas y otras formas de ayuda. Por cierto, todo esto cobra sentido sólo si se asocia a la cordillera de los Andes y al océano Pacífico que la acompaña en todo su recorrido. El tema es la variedad de los paisajes, de donde nace la diversidad de las condiciones de vida, en condiciones de vecindades muy cercanas. Esto deberá ilustrarse mostrando, de forma combinada, dioramas (reconstructivos) del medio ambiente junto a obras del arte antiguo –de todos los tiempos- que retraten detalles del tiempo, tales como pinturas rupestres o petrografías, cerámica o tejidos con imágenes de plantas, animales o paisajes, en cada una de las zonas de vida que se recorra. Si bien en las leyendas de identificación se dirán la procedencia y la época (que incluye el presente, de origen andino o amazónico), la selección debe respetar la ubicación territorial de las obras de arte, mostrando piezas Tolita o Moche en su zona de origen, tal vez junto a piezas Atacames o Chimú y tejidos con imágenes de animales de esas zonas, de otras épocas, como la artesanía actual de la región de Piura, donde habrá objetos Vicús. Del mismo modo, las pinturas de Toquepala o las de Tarapacá o las de Cuchimachay podrán ilustrar sobre las zonas de caza cuando el Qhapaq-ñan esté cruzando los desiertos del Sur o las punas de la sierra central. En el desarrollo y el diseño de los circuitos de visita de estos tramos, establecidos como círculos encadenados de muestras de arte y de dioramas y vídeos, se expresará el impacto de estos temas en su percepción, tal como se propone en el Guion. El Tema 2, referido a la Cordillera de los Andes como escenario natural está pues articulado con el tema de presentación del Qhapaq-ñan mismo, de modo que deben montarse juntos, no puede descuidar su singularidad, en la medida que debe ocuparse de la Puna, la Jalca o Páramo, el Suni, la zona Quechua, la Chawpi-yunga, la Chala, la Rupa-rupa y el Anti, que corresponden a los paisajes denominados de esta manera por Pulgar Vidal, pero que deben acompañarse con las categorías ecosistémicas más universales, como las de Holdridge o Tosi en su aplicación a los Andes y su entorno. Desde luego, gran parte de estas especificaciones deben ser tratadas de manera adecuada mediante imágenes y textos –animados y fotográficos- desarrollados con apoyo audiovisual. Ocurre lo mismo con la presentación de la flora y la fauna específica. Deben ser mostrados en sus zonas de vida, tanto con reproducciones hechas en forma de dioramas, en fibra de vidrio u otros materiales duraderos, como las ya indicadas muestras del arte andino o amazónico. Se recomienda disponer de grupos de referencia a temas como los de los camélidos, que son representados de diversa manera en distintas épocas; la recomendación es presentar la variedad en grupo y no individualizar y tal vez señalando las diferencias regionales que se conocen, y las “series”, siguiendo la clasificación obtenida por Jorge Flores en la puna, en asociación a su hábitat natural. En este caso se ha previsto en el Guion una muestra a escala natural de la flora y fauna altoandinas, a cielo abierto. Se ha previsto, igualmente, la presentación de las frutas, tubérculos y otras plantas de uso doméstico o medicinal –cultivadas o no- en dioramas a escala acompañadas de vídeos explicativos sobre su función. En esa misma dirección, se dispone la presentación de los diversos tipos de perros, cuyes y patos que conocemos en el mundo pre-hispánico. Un tema muy importante en esta exposición es el que trata de los eventos cósmicos y tectónicos, que deben ser presentados en forma didáctica con apoyo en medios audio-visuales y con fotos, mapas y gráficos a escala mayor, con registro de sus efectos en la historia andina -que fueron muchos- sustentándolos en el conocimiento que se tiene en nuestro tiempo sobre sus formas y magnitud y los medios de prevención. Eso es referido tanto a los seísmos de origen tectónico ligados a los desplazamientos de la corteza terrestre, con efectos en toda la vertiente occidental del continente americano, como a los provocados por la ENSO (El Niño Southern Oscillation) en el océano, en conexión con los vientos (movimiento rotatorio de la tierra), la temperatura del mar y la estacionalidad de los eventos cósmicos.

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Por cierto, esto acompaña un tratamiento significativo del mar, con descripción detallada de los diversos tipos de litoral que hay en el frente occidental de la cordillera, con una presentación de los “caminos de la costa”, incluyendo una referencia a la actual carretera Panamericana, las playas con bosque tropical en el litoral de Esmeraldas y Atacames (Ecuador-Colombia), hasta los interdigitados bosques xerofíticos que fronterizan con Tumbes y el Chira, para volver a ellos con los bosques fríos del litoral chileno en las tierras de Arauco. Mostrar también los mayoritarios y diversos litorales del desierto costero que hay desde los desiertos de Piura hasta los de Atacama, con sus salpicantes colores de las arenas y las rocas desnudas, contagiadas por los tonos rojos, verdes y azulinos que emergen de los minerales policromos que se alojan en la roca-madre que los sustenta. Hay también fauna y flora en sus contornos, que se asocia a la flora y fauna diversa de los mares fríos del sur y los tibios y cálidos del norte. Todo esto debe ser tema de vídeos ilustrativos y de la presentación de las obras de arte que de allí nacieron en tiempos pre-hispanos. Los “mocochos” y los “cochayuyos” son diferentes, del mismo modo que los peces y moluscos del norte y el sur, de la orillas y de mar adentro, de las rocas y las arenas, de la superficie y de las profundidades. Lo mismo ocurre con las aves y los moluscos de los que ellas se alimentan. De todo hay, también íconos y modelos en el arte antiguo. Es el punto donde el “guano” es un tema. Todo eso se puede apreciar recorriendo el Qhapaq-ñan y sus entradas y salidas.Pero, como el mar no es simple embalse quieto de aguas saladas, su trato como territorio, con montañas y quebradas, con todo un fondo de vida, de 0 a varios miles de metros hacia abajo, como una especie de réplica al revés de lo que hay en la superficie, se propone presentar esas condiciones asociadas a los ríos que lo cruzan (corrientes marinas), explicando sus efectos en la tierra, su vulcanismo y la naturaleza y calidades de las islas, archipiélagos y climas del mar. Ese es un tema especial en esta presentación del Tawantinsuyu. A ese tema se asocia el de la navegación, los puertos y las rutas de tráfico, con un introito de la ruta que siguió la búsqueda del Tawantinsuyu por Pizarro y su gente, del que tenían noticias en su estancia en Panamá y el Caribe, junto al casi mítico “El Dorado”. Es el punto en el que deberán presentarse los tipos de embarcaciones andinas, tanto las comunes canoas de totora (“caballitos”) o las monoxilas (canoas de un solo tronco), como las complejas descritas por los viajeros españoles. Hay modelos hechos en cerámica o en forma de dibujos en el arte antiguo andino. (Bien valdrían unas réplicas a escala de La Niña, La Pinta y la Santa María de Colón y su arribo a las costas americanas, desde España, en un aparte informativo en la zona de introducción al Museo). Se ha recomendado un vídeo con las embarcaciones ideadas por Thor Heyerdahl y otros navegantes y, en asociación debe mostrarse una maqueta y unos mapas del archipiélago de Galápagos, junto con réplicas de la cerámica de Manta y Guañape, cuyos fragmentos se han encontrado en una de las islas, con referencias a estas islas y los hallazgos de Darwin y otros. Debe luego mostrarse el flanco oriental de los Andes, con referencias directas a los Colorados y Quijos del Ecuador y al Pajatén en el Perú, donde se muestren los avances tecnológicos logrados, los tipos de asentamientos, pero sobretodo el tema de los caminos y rutas de tráfico conocidos, con una destacada referencia al medio y sus dificultades. Desde luego, esta presentación debe ir acompañada de un vídeo actual y reconstructivo. De cualquier modo, con independencia de estas “entradas”, debe presentarse la “Montaña” o “Yumbos” o “Chunchos” en toda la franja oriental, de los altos de las cuencas amazónicas y la manufactura y el medio (flora y fauna) propia de la región. Así como será presentado el caimán en este punto, en la vertiente costeña deberá destacarse la existencia del cocodrilo, tratando de mostrar sus diferencias morfológicas y costumbres. Es importante, debido al papel que los saurios tuvieron en la mitología y el culto en los Andes a lo largo del tiempo. Hay representaciones de ellos en el arte antiguo, con evidencia de haber jugado un papel notable en los orígenes del culto al agua en tiempos formativos en el norte del Perú, especialmente en Chavín. La Amazonia es otro tema que debe estar expuesto de manera destacada en el Tawantinsuyu, donde cubre uno de los rumbos importantes, el Antisuyu, en la descripción del mundo andino. De hecho se refiere a la selva alta, donde cesan “las montañas” y una zona muy húmeda, donde nacen las cuencas que dan origen al Amazonas, y se ingresa a un territorio llano y extenso que está en contacto con los Andes desde sus estribaciones orientales y que llega hasta el otro océano, el Atlántico. La evidencia histórica indica que esta región nunca estuvo desligada de los Andes, aun cuando son estas montañas las que definen el punto de quiebre de los climas y las aguas en el Continente. No termina aquí la presentación del territorio del Tawantinsuyu, con la visión de sus fronteras orientales y de algún modo las del Chaco, las Pampas y la Patagonia. Concluye con la presentación del contexto cósmico que se construyó en torno a las condiciones ecuatorial y tropical del medio, donde los indicadores cósmicos son distintos a los europeos, con los que entran en contradicción, no sólo por la latitud de los territorios, sino por las influencias que nacen de las variantes derivadas de la altitud de la cordillera y su condición tropical.

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De estas circunstancias nacen los conocimientos astronómicos y calendáricos en los que se basan la mayor parte de las actividades productivas andinas, que en el caso del Tawantinsuyu deben compartir con las incidencias del océano, que afectan la regularidad de los cambios climáticos. Se trata de presentar el calendario andino con sus variantes regionales, junto con los mitos que asumen la explicación de los fenómenos, los dioses y los eventos.

TEMA 4.1.1.EL QHAPAQÑAN Unidad Temática 4.1.1.1: La ruta pan-andina Unidad expositiva 4.1.1.1.1: Mapa del Tawantinsuyu:

Mapa con la cordillera en relieve, a color con el Qhapaq-ñan apenas diseñado, con los detalles del medio apreciables. El mapa que está hecho a una escala 1:1’0000,000, debe medir entre 4 y 4 metros de alto, fijado en un punto central de las sala de exposición, presidiendo todo el conjunto de la misma.

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Unidad Expositiva 4.1.1.1.2: Mapa del Sistema Vial:

Mapa del Sistema Vial, con la red de caminos del Tawantinsuyu. Registra los caminos con sus destinos intermedios en el Tawantinsuyu. Basado en John Hyslop. (a la misma escala y tamaĂąo del mapa fĂ­sico del Tawantinsuyu).

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(Fotos correspondientes a los caminos del Qhapaq-ñan)

Tramo Camino Inca. Rumichaca-Ibarra. Norte Ecuador.

Camino Huari, Ancash

Camino Ingapirca, Ecuador.

Camino en la costa del Perú.

Camino Inka. Páramo. Ecuador.

Camino Inka en Atacama.

Unidad Expositiva 4.1.1.1.3: Andes Septentrionales:

ANDES SEPTENTRIONALES

Área que comprende el territorio septentrional del Tawantinsuyu, ubicado ahora en el extremo norte del Perú, Ecuador y extremo sur de Colombia. Este territorio corresponde a una zona ecuatorial que corre entre los 4° de latitud norte y los 4° 30’ de latitud sur. Este territorio corresponde a la frontera norte del Tawantinsuyu, que estaba en proceso de incorporación al Estado Inka, cuando llegaron los españoles. En todos sus frentes estaba en conexión con pobladores habituados a paisajes selváticos, por pueblos amazónicos hacia el oriente y por los “yumbos” en el frente occidental, ambos en territorios muy húmedos, el uno asociado a las extensas zonas llanas de la amazonia y el otro a la vertiente occidental de la cordillera, con frente al mar.

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Unidad Expositiva 4.1.1.1.4: Andes Centrales (Norte Fértil):

ANDES CENTRALES (Norte Fértil) El Norte Fértil es una sección del Perú, donde el abastecimiento de agua registra un rango de humedad suficiente como para mantener un régimen estable de agricultura de regadío. Al norte, limita con el territorio ecuatorial de los Andes y al oriente con las cuencas amazónicas del Marañón y el Huallaga. Hacía el occidente, a partir de Olmos, se inicia la franja desértica de la costa, alimentada por ríos y sistemas hidráulicos de gran envergadura. Al sur de la meseta de Bombón, se inicia el sector árido de los Andes. (Fotos correspondientes al camino Inka en los Andes Centrales)

Vista Plaza Principal Chavín.

Valle de Sondondo, Ayacucho

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Laguna de Qerococha, Ancash.

Valle del Vilcanota, Pikillaqta, Cusco.

Dunas de Ica. (Cleveland)

Vilcashuaman, Ayacucho

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Unidad Expositiva 4.1.1.1.5: Andes Centrales (Sur Árido):

ANDES CENTRALES (Sur árido)

Al sur de la meseta de Junín (Bombón), coincidiendo con los valles al norte de Lima, se inicia el territorio tropical andino, que es una franja progresivamente árida, hasta ser un desierto con oasis que hacen posible su explotación agrícola. Es la zona donde están Ayacucho y Cusco, que fueron el centro de expansión de dos grandes imperios. Lo característico es la dificultad de acceso a las fuentes de agua, que fluyen en menor volumen que el norte. Es una zona que combina la agricultura con el pastoreo y la producción artesanal.

Unidad Expositiva 4.1.1.1.6: Andes Centro – Sur:

ANDES CENTRO SUR

Los Andes Centro – Sur, corresponden a un territorio ligado al altiplano del lago Titicaca y que está entre los Andes Centrales y los Andes Meridionales, comprende territorios que pertenecen al Perú, a Bolivia, y a Chile. Esta área opera dentro de los términos que fueron cubiertos por las influencias directas de Tiwanaku. Es el inicio del territorio que los inkas denominaron Qollasuyu y comprende también el rumbo que ellos identificaban como Kuntisuyu. Según los registros actuales, esta es la zona donde operaba eficientemente el modelo identificado como “Archipielago Andino”, comprometido con la llamada “verticalidad”, que se refiere al manejo simultáneo de diversos pisos ecológicos.

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(Paisajes de la Región Centro Sur Andino, incluyendo caminos)

Balseros Lago Titicaca. (Qeros)

Bofedales norte de Chile.

Valle del Colca.

San Pedro Atacama, Volcán Licancabur. (Tiwanaku) Valle de Azapa, Chile. (Tiwanaku)

Camino Inka. Bolivia

Unidad Expositiva 4.1.1.1.7: Andes Meridionales:

Los Andes del sur o meridionales, se ubican en Chile y Argentina. Es la frontera sur del Tawantinsuyu, donde son vecinos de los araucanos y los habitantes de la Patagonia y del Chaco ocupan toda la franja desértica del Trópico de Capricornio, donde instalaron un régimen de explotación eficiente de los oasis, mediante riego

ANDES MERIDIONALES

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(Fotos correspondientes a los Andes Maridonales. Chile – Argentina)

Camino Inka.Valle Maipo.

Andes Chilenos.

Tolar Grande Salta.

Viñedo_Puente_Alto. Santiago de Chile

Valle de la Rioja. Mendoza.

Cordillera de los Andes Meridionales.

Unidad Temática 4.1.1.2: Caminos Transversales: El Qhapaq-ñan es un extenso camino troncal que conecta tdo el Tawantinsuyu, desde el norte del Ecuador y sur de Colombia, hasta el centro de Chile y Argentina. Ese camino troncal tiene una serie de caminos transversales de apoyo, que hacen posible la comunicación de todo el territorio con cada una de las poblaciones o destinos específicos, tales como minas, campos de cultivo, santuarios u otros. El Qhapaq-ñan, tiene una forma de distribución similar a la de una columna vertebral de un pez, lo que hace posible conectar cada punto de sus extremos con todos y cada uno de los pueblos que están a uno y otro lado de la cordillera sobre la cual está el camino principal. Son cerca de 36,000 km de caminos conectados a un eje central de alrededor de 6,000 km de longitud. Los caminos no eran exclusivamente hechos por los inkas, muchos ya existían antes de que ellos conquistaran territorios. Antes del s.XIII, ya existía el diseño de un Qhapaq-ñan pre-Inka, levantado por el Imperio Wari y, hasta donde sabemos, su estructura era similar a la de los inkas, solo que tenía como centro Ayacucho y el centro de los inkas era el Cusco. Aun antes, los Mochicas ya habían desarrollado una red de caminos que los chimúes ampliaron y mejoraron. La tecnología caminera era un expediente bastante conocido en el mundo andino.

(Fotos correspondientes a caminos transversales)

Camino Inca, entrada de Machupiqchu

Fronteras de piedra.Camino Inka. Chile

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Camino Valle Urubamba

Camino en el río Salado. Chile

Camino Inka, Caspana

Camino empedrado Inka. Norte Chile

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Unidad Temática 4.1.1.3: Tecnología caminera: La tecnología para construir el camino, requirió de una serie muy diversa de estrategias constructivas, debido a las diferencias que había entre las regiones, tanto por las costumbres locales, como por los diferentes matices territoriales. Tuvieron que hacer caminos en medio de la arena, especialmente en los desiertos y los inter-valles de la costa peruana, donde se cubrieron los caminos con hileras de piedras, señalamiento de rutas con postes y la habilitación de sendas en la arena apoyadas en pilas de piedra, que cada cierta distancia se colocaban como “apachetas”. En otras partes era necesario poner muros laterales o hileras de piedra para diferenciar el camino, sobre todo en lugares abiertos como las punas o los territorios rocosos; en los casos de superficies inundables, fue necesario hacer plataformas elevadas o empedrar los caminos, usando especialmente lajas de piedra, como losas, que a modo de calzadas o terraplenes eran sobre elevadas. Para sortear las pendientes se acudía al recurso de construir escalinatas y en algunos casos rampas donde las pendientes eran inferiores a los 10°. En algunos tramos, las escaleras eran talladas en la roca y en otros se debía levantar terraplenes con muros de contención, similares a las construcciones de las terrazas agrícolas. A todo esto hay que agregarle la necesidad de disponer de los materiales para hacer los rellenos, los enlosados, los empedrados y en muchas partes las hileras laterales para delimitar los caminos. En las salidas o entradas de las ciudades, desde la época de Wari, se construían murallas que protegían el tránsito de los usuarios dentro del camino. En general los caminos ya estaban hechos cuando llegaron los inkas y la tarea del Estado era darles uniformidad y completar los tramos que faltaran dentro de las rutas por ellos requeridas. Por esta causa hay diferencias significativas entre los tramos hechos exclusivamente por los inkas y los que eran de manufactura local previa. Las diferencias estaban determinadas por el ancho y las condiciones topográficas y de suelos sobre los cuales estaban construidos. Los inkas debieron construir, por si mismos, aparte de los caminos previos, los que atraviesan los páramos del Azuay, la arteria al sur de Huanucopampa, el camino que está al oeste del Titicaca, el que atraviesa el desierto de Atacama, el del valle de Uspallata y unos otros pocos mas, donde no habían caminos adecuados. Unidad expositiva 4.1.1.3.1: Construcción de caminos: VIDEOS: Presentación de los procedimientos de construcción de los diversos tipos de caminos, desde aquellos llanos, apisonados o no, incluyendo los que tienen una delimitación con piedras o adobes. Los procesos tecnológicos más complejos, como aquellos que permiten el tránsito sobre zonas cubiertas por el agua o pendientes o arenales. El recurso de habilitación de escaleras, que a veces son muy largas, varía según la región y la pendiente. En regiones boscosas la delimitación se hace rozando y quemando el bosque en el área del camino y dejando señaladores en el trayecto.

Unidad expositiva 4.1.1.3.2: Caminos de la sierra:

Camino Inka enlosado.Cusco

Camino Inka. Cajamarca

Unidad expositiva 4.1.1.3.3: Los caminos en el desierto:

Pacasmayo. La Libertad

Camino Inka, Caspana. Chile

Consultor: Luis G. Lumbreras

Zaruma. Tacna

Camino Inka, río Loa

Camino Inka. Chala, Arequipa

Camino en el desierto

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Unidad expositiva 4.1.1.3.4: Puentes:

Puente Colgante río Tambo. Moquegua

Pilares de un Puente Inka. Caspana.

Puente colgante. Squire

Puente colgante. EdPeMOL

Puente de piedra. EdPeMol

Unidad expositiva 4.1.1.3.5: Oroya:

Modelo de Oroya actual.

Oroyas simples, modernas. Google

La “Oroya” era una de las modalidades de traslado de una orilla a la otra de un río, utilizando una canasta o mantas sobre las cuales se disponía a las personas, animales u otras cargas para su transporte. La instalación de una Oroya requiere la necesidad de tener acceso a dos puntos ubicados a los extremos, que sea mas altos que la orilla del cauce que se necesita cruzar; en este caso se usaban elevaciones naturales o se habilitaban estos puntos con armazones hechos con troncos que a modo de postes permitían sostener el cable o cuerda en la que se sostenía la Oroya, que requería un cable de sostén y otro para el traslado. Unidad expositiva 4.1.1.3.6: Apachetas:

Apachetas en Camino Inka. Chile

Apachetas en Colca. Arequipa

Unidad expositiva 4.1.1.3.7: Túneles:

Túnel en el camino al Waynapicchu

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.1.1.4: Los usos del camino:

Hay múltiples usos del camino. En este gráfico reconstructivo de EdPeMol, se presume un tambo, con Chaskis, caravana y un ejercito transitando por un camino de estilo inkaico.

Unidad expositiva 4.1.1.4.1.: Caravanas:

Grupos humanos transitando por caminos Inka. Imaginarse 1,000 o 30,000 personas con llamas y bastimentos cruzando el territorio.

Unidad expositiva 4.1.1.4.2.: Traslados de los ejércitos o mitmaq: VIDEO: se trata de presentar un ejército Inka basado en las descripciones de los cronistas y copiando los vestidos y tocados de los guerreros representados en la cerámica, acompañados de sus mujeres y niños, llevando los bastimentos así como acompañados de una numerosa cantidad de llamas, destinadas al consumo de los soldados

Unidad expositiva 4.1.1.4.3.: Los Chaskis:

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.1.1.5: Los tambos, el tráfico de bienes y personas: Mapa del Tawantinsuyu con Tambos

Los tambos eran sitios de alojamiento y almacenaje, a lo largo del camino, separados a una jornada de distancia atendidos por las comunidades aledañas. En este lugar se alojaban a viajeros individuales o en grupos, donde les ofrecían comida, forraje, ropa y otros bienes para el trayecto. Los Tampus no eran iguales, unos eran más grandes que otros, de acuerdo con los registros actuales, era un servicio que se conocía desde tiempo atrás. Algunos Tampus se encargaban de la administración local, con poder sobre el territorio de su influencia, abasteciendo de cerámica, cacería, minería, apoyo militar y producción textil. Alrededor del Tampu propiamente tal, vivía gente a su servicio. Se calcula que hubo alrededor de 500 a 1,000 Tampus. Unidad expositiva 4.1.1.5.1.: Tambos del Ecuador

Paredones de culebrilla y río culebrillas. Expedt. Hapaq-ñan

Cojitambo. Expdt. Qhapaq-ñan

Unidad expositiva 4.1.1.5.2.: Tambos del Perú (Sierra)

Tambo de Pariachuco, Pallasca. Inka

Consultor: Luis G. Lumbreras

Tambo, Calca, Cusco

Tambo Pumaqocha. Calca, Cusco

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Unidad expositiva 4.1.1.5.3.: Tambo colorado en Pisco:

Tambo Colorado

Unidad expositiva 4.1.1.5.4.: Inkallaqta, Bolivia:

Inkallaqta Cochabamba

Unidad expositiva 4.1.1.5.5.: Catarpe, Chile:

Tambo de Catarpe

Tambo de Cerro Verde, cerca a Turi

Unidad expositiva 4.1.1.5.6.: NOA:

Tambo Inka Pukara de Aconquija, Andalgalá

TEMA 4.1.2. LA CORDILLERA DE LOS ANDES Unidad Temática 4.1.2.1: Los paisajes: Los paisajes diversos, incluso contrastantes son la característica más propia del territorio andino; hay desiertos pegados a los bosques, páramos y estepas casi desnudas al lado de los valles, lagos de aguas azules, de aguas verdes, de aguas rojas 0o de aguas blancas que parecen de leche, La irregularidad del terreno es lo característico de sus perfiles que interdigitando montañas muy altas con quebradas muy profundas, hacen posible poder estar en el invierno y en verano el mismo día, a pocos pasos de distancia.

Hay zonas donde llueve todo el año, con tempestades que cubren el paisaje de agua y hay zonas en donde nunca llueve ya las que se asocian generosamente y por secciones, brumas que convierten estacionalmente segmentos del desierto en bosques con flores de colores y plantas de todas las clases. Ese es el paisaje de los andes. Se puede cruzar el Tawantinsuyu de norte a sur y se puede entonces visitar tramos que progresivamente son mas secos, de norte a sur, desde donde hay lluvias estacionales, mas o menos permanentes hasta donde, luego de pasar por la banda tropical seca, donde nunca llueve y está el desierto mas seco del mundo, en Atacama, hasta llegar a recuperar la humedad progresivamente y ya en territorios próximos al Antárticos, recuperar los bosques y la fauna que los pueblan nada más que a diferencia de los norte, estos son bosques fríos de coníferas, habituadas al frío y no bosques como los de la Amazonía, habituados al calor Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad expositiva 4.1.2.1.1: La Puna:

Puna de Junín

Bosque de piedras. Junín

Isla del Sol, Titicaca

Vistas del lago Titicaca (LGL7325)

Humahuaca, Jujuy. NOA

Quebrada de Humahuaca, NOA

Unidad expositiva 4.1.2.1.2.: Jalca o Páramo:

Páramo en los Andes Septentrionales.

Jalca, norte del Perú, 3500msnm

Páramo de culebrillas. Ecuador.

Unidad expositiva 4.1.2.1.3.: Suni:

Sierra de Apurímac

Huancavelica

Unidad expositiva 4.1.2.1.4.: Quechua:

Sierra de Huánuco

La sierra del Cusco, Salkantay

Unidad expositiva 4.1.2.1.5.: Chawpi-yunga:

Paisaje de Lunahuana

Consultor: Luis G. Lumbreras

Campiña de Lunahuana

Campiña de Huanta.

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Unidad expositiva 4.1.2.1.6.: Yunga o valle costeño:

Valle de Moquegua.

Yunga costera.

Bosque de Yungas costeraPantanos de Villa

Unidad expositiva 4.1.2.1.7.: Chala o costa :

Catarpe, Atacama, Chile

Costa en litoral peruano

Tramo camino Inka en costa de Arequipa

Unidad expositiva 4.1.2.1.8.: Ruparupa o ceja de selva:

Bosque de Selva Alta

Ceja de Selva Peruana

Montaña Putukusi. Ceja de Selva Cusco

Unidad expositiva 4.1.2.1.9.: Anti o selva baja:

Bosque de Selva baja

Consultor: Luis G. Lumbreras

Vista aérea de la selva

Río selvático

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Temática 4.1.2.2: Los fenómenos tectónicos:

Mapa de sismos en el Perú

Una de las características del territorio andino, es que forma parte de una cadena de montañas que recorren todo el frente occidental del continente, desde Alaska hasta la tierra del fuego. Debido a que es una cordillera de formación relativamente reciente, se mantiene aun en movimiento, el que se produce como consecuencia de su desplazamiento de Este a oeste, que toca constantemente a las placas tectónicas que se hallan en el Océano Pacífico y se desplazan de oeste a Este. El choque entre ambos macizos, los del continente y los del mar provoca el desplazamiento de las fallas que se producen como consecuencia del irregular movimiento de las mazas continentales y submarinas. Eso hace que todos los países americanos del occidente continental estemos dentro de una banda tectónica, con volcanes activos y seísmos de diversa magnitud e inestable frecuencia. Unidad expositiva 4.1.2.2.1: El origen la cordillera: VIDEO: presentación del proceso de formación de la tierra, los continentes y los mares así como de los movimientos que tiene la esfera terrestre, la explicación de los vientos y de los desplazamientos de las masas en la tierra, la formación del agua, los mares, la atmósfera, etc. Todo eso con destino a explicar como se formó la Cordillera de los Andes y cómo se originaron los volcanes fuera y dentro del mar, las montañas y el origen de las llanuras. Esta explicación debe ser hecha de modo que pueda ser entendida por personas no previamente instruidas en el tema, con vistas satelitales de la tierra.

Unidad expositiva 4.1.2.2.2: Movimientos sísmicos: VIDEO: se trata de un documental informativo y didáctico sobre los movimientos sísmicos que se han producido en el área andina, con una historia de los sismos, una explicación de la naturaleza de sus magnitudes y los diferentes tipos de sismos que se conocen. Aparte del documental, debe disponerse de una serie animada de imágenes sobre los diferentes procesos asociados a los sismos, entre los cuales debe destacarse los maremotos (sutnami) y los desplazamientos de la tierra, las fallas tectónicas y los cambios que se operan en la masa terrestre.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.1.2.3: Flora y Fauna: Esta flora y fauna se refiere a las especies silvestres y salvajes de la Cordillera que incluye la Ceja de Selva y la Cordillera Occidental. La presentación de la flora debe hacerse mediante dioramas, con reproducción de las plantas en fibra de vidrio, a escala deseable de 1:50 y en el caso de los arboles, podría restringirse a 1:25. Adicionalmente la fauna puede reproducirse también en fibra de vidrio a escala 1:1 o 1:50 cuidando que en los dioramas, el espacio o contexto natural de los animales, sea eficiente e indicando la escala. Se acompañan con modelos pre-hispánicos hechos en cerámica u otros materiales. Unidad expositiva 4.1.2.3.1: Flora:

Árbol de Molle

Árbol Queñua

Árbol Pisonay

Flores Camino Inka Ceja de selva

Puya Raimondi

Unidad expositiva 4.1.2.3.2: Fauna :

Pez de río, posiblemente Bagre Estilo Chucuito (mus Amer)

Cóndor en Colca, Arequipa

Halcón pequeño.Nasca Mono Frailecillo (Museo América)

Llama en sierra de Cusco

Vasija escultórica con ave Chimú Inka, con asa de mono

Consultor: Luis G. Lumbreras

Boa en Selva baja

Aguila

Kero Inka, con felino

Lechuza. Moche

Ofidio. Diaguita Chileno

Venado rabiblanco Mochica

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Araña de oro.Moche Sapo en cerámica. Moche

Zorro fundido en cobre, Akapana

Ñandú o Suri

Puma

Condor. Moche

Venado cerámica Moche.

Taruca o Huemil

Sachavaca o Tapir

Jaguar. Moche

Venado. Mochica

Guanaco

Cerámica Nasca

Vicuña

Mazama

Araña. Pampa de Nasca

Unidad Temática 4.1.2.4: Las plantas domésticas: Unidad expositiva 4.1.2.4.1: Tubérculos:

Variedad de tubérculos andinos

Papas

Achira.Cerámica Nasca

Yuca.Cerámica Mochica

Unidad expositiva 4.1.2.4.2.: Granos y legumbres:

Pallar.Cerámica Mochica

Maiz. Wari

Conopas en forma de maíz

Unidad expositiva 4.1.2.4.3: Frutas:

Pepino. Cerámica Mochica

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad expositiva 4.1.2.4.4.: Medicinales y ornamentales:

Ayahuasca

Salvia

Pinco Pinco

Chinchircoma

Llantén

Camu Camu

Matico

Especie Eliconias. Q’antu (Cantuta) Kero con Cantuta y tunas

Unidad Temática 4.1.2.5: Los animales domésticos andinos: Unidad expositiva 4.1.2.5.1: Camélidos

Caravanas de llamas Puno

Camélido de oro. Cabeza de llama Inka Cerámica Wari El Plomo Chile Ecuador

Camélido en Mullu, Copiapó Chile

Alpaca Suri

Unidad expositiva 4.1.2.5.2.: Perro:

Viringo

Perro fundido en cobre, Pikillaqta

Estilo Lambayeque

Perro.Lineas de Nasca

Unidad expositiva 4.1.2.5.3: Cuy:

Cuy (Cavia Porcellus) estilo Recuay (Museo América)

Cuy. Estilo Chimú

Unidad expositiva 4.1.2.5.4.: Pato:

Pato. Cerámica Moche

Consultor: Luis G. Lumbreras

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TEMA 4.1.3. EL FLANCO OCCIDENTAL: EL OCEÁNO PACÍFICO Unidad Temática 4.1.3.1: El litoral: El litoral peruano es básicamente un desierto, determinado por la presencia de la corriente fría de Humboldt, que genera un clima húmedo pero sin lluvias a lo largo de toda la costa peruana. Esto establece un ecosistema desértico, que solo es interrumpido por pequeños deltas verdes, mantenidos por el cauce de los ríos que bajan de la cordillera. En el dominio del desierto, el litoral tiene una fauna muy reducida y flora que en determinado sectores se alimenta de la humedad de las nubes que viene del mar. La fauna está constituida normalmente por insectos y reptiles adaptados a las condiciones del desierto. El mar, en sus orillas, aloja a una considerable cantidad de animales, que viven permanentemente en el mar, pero que se nutren de plantas que brotan cerca de las orillas, especialmente cerca de los cauces de los ríos y de la napa freática que sale de la tierra con dirección al mar. En el litoral hay pues una articulación generosa entre los seres vivos asociados a la humectación que produce el agua de los ríos o la que emerge de las profundidades y brotan en este territorio; se cruza con animales que viven en el agua salada y que normalmente son aves, moluscos y algunos mamíferos que allí se alojan. Los más característico son las aves que habitan en la tierra pero se alimentan en el mar; a ellas se agregan los lobos marinos, que hacen lo mismo: ambos prefieren las islas o los roquedales periféricos de la costa, formando colonias aglutinadas, cuya superficie cubren como alfombras que se mueven junto al mar. De allí los seres humanos hemos aprendido a utilizar sus despojos, que contienen nutrientes de origen marino procedentes de los peces que les sirven de alimentos. En las orillas hay una infinidad de moluscos, que viven tanto en el mar como en las playas, muchos de ellos de vida estacional, que se mueven según las temperaturas que adquiere la superficie y el fondo marino, en función de las aleatorias trayectorias de las corrientes marinas que cruzan el océano . Con ellas se mueven también la masa de peces y moluscos que viven en los diversos niveles del mar, subiendo o bajando desplazándose de sur a norte o de Este a oeste, en obediencia a la temperatura que tienen dichas corrientes y a las condiciones de su velocidad y fuerza, que a su vez se asocian a la calidad, volumen e intensidad de los vientos que circulan en sus nacientes.

Unidad expositiva 4.1.3.1.1: La fauna marina:

Pez mítico, Mochica

Strombus

Pez. Chimú Cangrejo, Mochica (Museo América)

Spondylus

Cerámica Pachacamac Escultura en piedra Diaguita. Chile

Tejido Pachacamac con peces

Consultor: Luis G. Lumbreras

Recolección de camarón Inka

Langostino Wari

Tejido chancay con motivos de peces

Lobo marino

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Unidad expositiva 4.1.3.1.2.: La flora: VIDEO: La fauna y la flora marina deben ser presentadas en sus condiciones naturales de habitad, en los fondos marinos. Es deseable que una presentación didáctica de tales fondos. Incluya los espacios ocupados por las algas marinas, conectadas con la fauna de los diversos estratos marinos.

Unidad expositiva 4.1.3.1.3: Aves :

Pelicano Peruano

Friso en Chan Chan con ave marina

Acopio en isla guanera. Mochica

Ave Marina Maranga

Aves marinas en islas

Tejido con aves. Chancay

Gaviota estilo Chimú

Unidad Temática 4.1.3.2: Las corrientes marinas: Las corrientes marinas que afectan a la costa peruana son la corriente fría de Humboldt o “peruana” y la corriente de “El Niño”. La corriente Humboldt recorre el Perú de sur a norte y afecta al litoral peruano, generando su desertificación, en cambio la corriente de El Niño es de procedencia ecuatorial, trayendo aguas cálidas, que alteran la temperatura del agua en su curso oeste- Este y norte-sur, provocando precipitaciones de distinto grado de intensidad con una alternancia imprevista, que genera el llamado “Fenómeno de El Niño”, que está asociado a las oscilaciones más altas de temperatura que tiene el océano pacífico en su área sur. Su nombre deriva de su coincidencia con el solsticio de verano, cuando su descarga es mayor en torno a las fechas de la natividad cristiana.

Unidad expositiva 4.1.3.2.1: La corriente del Humboldt y La corriente del Niño:

VIDEO: presentación fílmica de las rutas de las diversas corrientes marinas que recorren el Pacífico Sur, frente a las costas del Tawantinsuyu, destacando las corrientes de Humboldt y del Niño. En la presentación de Humboldt, debe establecerse su profundidad y sus efectos en la creación de una fauna marina altamente nutritiva del tipo “plancton” que, entre otras cosas, favorece el desarrollo de especies como la de la anchoveta de las que se sustentan las aves que habitan las islas próximas al litoral y que son la base de acopio de un nutriente rico en nitrógeno, conocido como “el guano”. La presentación de la corriente de El Niño, debe incidir en su papel en los cambios de la fauna y la flora marítima, en función de la alternancia en al altura y temperatura de sus aguas, generando el desplazamiento de las especies de aguas cálidas que habitan en su entorno, invadiendo los territorios de los mares fríos del sur, así como determinando cambios en la temperatura atmosférica que inciden en una redistribución de las lluvias, generando inundaciones o sequías, en distintas secciones del territorio. Debe mostrarse los eventos conocidos como “ENSO” en todo el territorio. Es importante destacar que los efectos del desplazamiento de las corrientes de Humboldt y El Niño alcanzan un territorio mucho mayor que el de nuestro continente, llegando hasta el hacia. Su expansión, acompañada con gráficos y mapas debe usar figuras animadas y su relación con los eventos cósmicos y el clima. Es recomendable trabaje este tema con asesoría de las entidades especializadas al respecto.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Mapa que muestra el curso de las corriente frĂ­as del PacĂ­fico Sur

Tomado de Google

Mapa de corrientes paralelas al Tawantinsuyu

Tomado de Google

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad expositiva 4.1.3.2.2: El manejo de los eventos ENSO: En el antiguo Perú se tomaba el Mullu (Spondylus princeps) como indicador de las oscilaciones de El Niño y era ofrenda para los dioses; los sacerdotes de todas las épocas requerían del Mullu para sus oráculos de definición de la magnitud y ocurrencia de El Niño. Según eso predecían la presencia de eventos catastróficos, con sequías o diluvios.

Portador de spondylus. Chimú

Estatuilla de Mullu. Spondylus de ofrenda Copiapó Capacocha, Chile

Spondylus princeps

Unidad Temática 4.1.3.3: La navegación, los puertos, las rutas: Hubo varias formas de embarcaciones usadas, tanto para los ríos como para el mar: las más primitivas son lasa usadas por los Changos en el sur del Perú, consistentes en bolsas infladas de pieles de lobos marinos; las más comunes eran botes o canoas, monoxilas, hechas de un solo tronco y las más complejas conocidas como “balsas”, eran normalmente construidas con “madera-balsa” y que podían transportar un número superior a 20 personas, carga y llamas, según descripciones del s. XVI. Muchas de ellas usaban velas, pero la mayor parte se movían con remos o palos de empuje.

Unidad expositiva 4.1.3.3.1: Tipos de embarcaciones primarias:

Totora en Huanchaco Balsa totora en Titicaca Totora. Lambayeque

Canoas en la selva

Balsas en el Titicaca, S. Wiener

Unidad expositiva 4.1.3.3.2.: Balsas:

Navegante de la época Chimú Balsa de troncos jalados por Reconstrucción de balsa, (Museo América) nadadores. Mochica T. Heryerdahl

Representación de balsa con cuero de lobos. Coquimbo

Unidad expositiva 4.1.3.3.3: Puertos y rutas:

Puerto de Tambo de Mora. Chincha Alta

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Puerto de Manta. Ecuador

Mapas de trayectos en América

Planisferio de Cantino. Año1502. Google

Rutas para llegar a América

Consultor: Luis G. Lumbreras

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TEMA 4.1.4. EL FLANCO ORIENTAL: LA AMAZONÍA Y EL CHACO Unidad Temática 4.1.4.1: La montaña: Con frecuencia se asume que la región selvática no participó, o lo hizo sólo marginalmente con el proceso de desarrollo de la civilización en los andes, pero esto además de inexacto, deriva de las condiciones recientes iniciadas en la colonia española con un desapego a la integración de los diversos pueblos que habitan esta región del territorio. La franja oriental de los Andes es lo que se llama la Montaña, que es la selva más inmediata al mundo andino y es parte de él; allí se desarrollaron formas de civilización de alto nivel, que recién estamos conociendo luego que, desde la colonia española, la mantuvimos al margen de los procesos de crecimiento y desarrollo, derivados fundamentalmente de las políticas de comunicación que requerían de una gran inversión y, sobre todo, de sus conexiones con ultramar. El Gran Pajatén, desarrollado como parte de una formación netamente andina, conocida como Chacha, es una civilización de la selva con ocupación plena en la cordillera; algo equivalente ocurrió en el alto río Napo en cuyas nacientes se desarrolló la etnia identificada como los Quijos.

Machupicchu

Anshaninkas en Chanchamayo

Unidad expositiva 4.1.4.1.1: Pueblos y paisajes de la selva: VIDEO: en este video que muestra la región de la selva alta, debe presentarse a los pobladores con sus costumbres en la actualidad incluyendo su habitad, sus viviendas, sus actividades de subsistencia y festivas, junto a las evidencias que existan sobre su ocupación en tiempos de los inkas o antes. Debe comenzar con una ubicación de los grupos étnicos que pueblan todo el frente oriental de los andes, desde Ecuador hasta Bolivia.

Vivienda típica de la selva

Pueblo indigena aislamiento voluntario

Paisaje en Tarapoto

Cerámica shipiba

Consultor: Luis G. Lumbreras

Paisaje en Tingo María

Tejidos típicos Shipibo

Gorro ceremonial Shipibo-Conibo

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Unidad expositiva 4.1.4.1.2.: El Gran Pajatén:

Edif. Chacha, Pajatén, Río Abiseo, San Martín

Sepultura Chacha. Leimebamba

Entrada

Casa reconstruida, Chullpa Chacha Kuelap

Unidad expositiva 4.1.4.1.3: Los Quijos:

Vasijas estilo Cosanga. Ecuador

Paisajes en la región de los Quijos

Unidad Temática 4.1.4.2: La selva baja: Con frecuencia, en los países del área andina, se ubica a los pueblos de la Amazonía como simples proveedores de madera, plantas exóticas y plumas de aves. Esta imagen, que incluye la explotación de productos como el caucho, es muy reciente y olvida que no como producto comercial sino como parte de la vida misma, la Amazonía permitió el despegue de los procesos civilizatorios andinos, mediante el traslado de sus conocimientos en una significativa cantidad de plantas medicinales y alimenticias, tales como la yuca o mandioca, el maní y todas aquellas plantas macrotérmicas que se consumen en la costa y en la sierra como parte de su propia producción. Las condiciones de la selva requieren procesos adaptativos muy exigentes, en tanto que su explotación puede ser negativa, dado de que las condiciones de su suelo y el clima suelen ser muy frágiles, lo que determina que a lo largo de milenios se mantuviera un sistema de manejo del bosque con pocos cambios, debido al peligro de la desertificación.

Unidad expositiva 4.1.4.2.1: Pueblos del norte:

Aldea y Río Napo

Jovenes Shuar

Cerámica Napo

Río Ucayali

Familia Shipiba en su vivienda

Aldea Shipiba

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad expositiva 4.1.4.2.2.: Pueblos del Sur:

Vivienda (maloca) Machiguenga

Río Madre de Dios

Paisaje del río Beni

Extracción del Cacao

Cerámica Moxos

VIDEO: debe mostrarse el paisaje, considerando que los dos componentes más importantes son los ríos y los bosques, pero, así mismo, es indispensable ofrecer una considerable presentación de la flora y la fauna, con sus indicaciones específicas de las condiciones del habitad. En el video deben aparecer los diversos pueblos nativos, comenzando por los no contactados y concluyendo con pueblos tan aculturados como los de los Ashaninkas o los Machiguengas. Debe ofrecerse una información abundante de mapas que ubiquen el territorio y los pueblos

Unidad Temática 4.1.4.3: El Chaco: Unidad expositiva 4.1.4.3.1: El Chaco boliviano y paraguayo:

Ceja de selva, Bolivia

El Chaco Boliviano

Población del Chaco Cerámica Guaraní

Paisaje del Chaco Paraguayo

Cestería del Chaco

Unidad expositiva 4.1.4.3.2.: El Chaco argentino:

Parque Nacional Chaco Argentino PobladoresChaco salteño

Consultor: Luis G. Lumbreras

Cerámica Chaco - Santiagueña

Cerámica Las Mercedes

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TEMA 4.1.5. EL FLANCO ORIENTAL: EL CONTEXTO CÓSMICO ECUATORIAL Y TROPICAL Las condiciones latitudinales y altitudinales del territorio que ocupa el Tawantinsuyu, con la Cordillera de los Andes como columna vertebral, genera una diversidad de condiciones climáticas estacionales que, en muchos casos, generan configuraciones tan opuestas como el invierno y el verano que coinciden en el mismo territorio, simultáneamente, de modo tal que uno puede estar en una región en pleno clima veraniego y con el clima opuesto a una pocas horas de viaje en las mismas regiones. Los veranos o inviernos se prolongan o acortan de manera irregular, generando inestabilidades en los procesos que acompañan la vida de las plantas, los animales y los seres humanos. Estas condiciones del clima están asociadas a una serie de fenómenos que se originan en el mar o en los desplazamientos tectónicos que acompañan la existencia de la cordillera, cuyo levantamiento constante, pero no regular, determina movimientos de la tierra en forma de terremotos o temblores de diversa magnitud. En el mar, la oscilación térmica de las aguas del Océano Pacífico Sur establece alteraciones significativas en la atmósfera, que se enfría o calienta en conexión con dichas oscilaciones. Estos flujos y reflujos en la tierra y el mar afectan la aparición o retiro de las masas de agua que se elevan hacia la atmósfera, provocando la sequedad o humedad, de manera irregular en los distintos lugares del mundo andino. Por eso no es extraño encontrar prácticamente todos los climas conocidos en el planeta, concentrados en este territorio, con inmensos desiertos, bosques de todos los tipos, desde los ecuatoriales y tropicales, hasta los circunpolares, junto a montañas nevadas y quebradas o llanuras sumamente calurosas. Estas condiciones exigen un registro calendárico de difícil rigidez, por lo que el recurso de medir el tiempo en función del movimiento de la tierra, que es común a todos en el mundo, solo permite registrar el día, la noche, la semana, los meses asociados a los movimientos del planeta en conexión con el sol, que establecen el ciclo anual y semestral y, finalmente el desplazamiento de las estrellas en ciclos multianuales. Todas estas etapas calendáricas, que son reconocidas en todo el planeta, en nuestro caso solo son un indicador de regularidades, dado que, si bien se asocian a los cambios estacionales, en el territorio andino se ven alteradas por los fenómenos indicados, donde también contribuyen la altitud de las montañas que desvían y modifican la ocasión e intensidad de las precipitaciones, provocando lluvias muy intensas al oriente de los andes y progresiva sequedad hacia el occidente. Por eso el Calendario Andino requiere de dos fuentes de apropiación de los fenómenos cósmicos. El primero es el registro del movimiento de los astros, que comenzando por el sol y sus desplazamientos visibles desde la tierra, continúa con la Luna y las constelaciones estelares. Estos registros establecen fechas, pero no los eventos dentro de los periodos. Las fechas fijas se miden en observatorios astronómicos que comienzan por los llamados Intiwatanas y el manejo de las sombras y los ángulos de desplazamiento de los astros en el horizonte y el zenit. Pero, para medir los eventos climáticos con un cierto rango de precisión, se tiene que combinar estos conocimientos astronómicos con registros biotérmicos que hagan posible contar con variaciones en los eventos provocados por las oscilaciones de la temperatura marítima y, de otro lado, con los mismos indicadores que actúan en conexión con los cambios térmicos de la atmosfera y del agua, permitiendo prevenir sobre los procesos estacionales a esperar. Se acudía mucho a la conducta reconocida en los desplazamientos de los moluscos y peces, especialmente de la concha Spondylus princeps, cuya sensibilidad térmica permitía que se movilizara con agilidad frente a los mínimos cambios de temperatura del mar y anunciara los procesos de su calentamiento y consecuentemente sus efecto en la atmósfera, provocando diversos fenómenos naturales. Por eso el Calendario Andino es diferente a todos los demás calendarios del mundo.

Unidad Temática 4.1.5.1: El sol la luna y las estrellas

El movimiento de la luna y el sol eran medidos por su desplazamineto en el horizonte

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad expositiva 4.1.5.1.1: El conocimiento astronómico:

Saqsaywaman y Qorikancha, eran los templos del Sol del Hanan y Hurin Cusco

Estela del Rayo. Tiwanaku

Cruz Andina

Geoglifo del Mono Nasca

Mapa del Qorikancha elaborado por Santa Cruz Pachakuti Salcamayhua, s.XVIII, donde aparecen todos los dioses que moraban en el templo.

Unidad expositiva 4.1.5.1.2.: El calendario

El sistema de Ceques fue un medio para medir las direcciones del movimiento de los astros en relación a un punto central (Qorikancha) del Cusco. Es un calendario de fechas destinadas a cumplir con determinadas tareas agrícolas y de culto, que parten de las coordenadas norte-sur, Este-oeste, cuyos ejes físicos estaban determinados por construcciones o fenómenos naturales visibles en el paisaje. Era la bse del Calendario Andino y al mismo tiempo implicaba la organización social a partir de los inkas y sus allegados

Unidad Temática 4.1.5.2: Los climas y los fenómenos cósmicos: VIDEO: Las estaciones y los climas deben ser presentados a partir de imágenes contemporáneas sobre los veranos en la sierra y la costa, simultáneos, con lluvias y sus fenómenos asociados y el calor y sequedad de la costa, con el uso de las playas, el riego y otras actividades. Debe también Trabajarse el tema de las heladas y las nevadas, así como de los fenómenos extremos que se presentan en los diversos paisajes de los andes. Debe asociarse estos fenómenos con los mecanismos de medición que permiten organizar los calendarios, así como la coincidencia de los desplazamientos estelares con los eventos temáticos, tales como los solsticios asociados a los veranos y los inviernos, que en términos físicos se observan en la salida y puesta del sol, en el sur (comienzo del verano y las lluvias), y los equinoccios relacionados con las estaciones transicionales, primavera y otoño, cuyo inicio y desplazamiento se miden por la ubicación del sol en el centro del horizonte. Así mismo establecer el curso de la luna, su relación con las mareas y los lapsos semanales de sus fases y, finalmente, tratar de mostrar la medición de las horas en los desplazamientos estelares. Debe explicitarse en estos videos el código del tiempo en el calendario.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad expositiva 4.1.5.2.1.: Observatorios de los astros:

El Intiwatana de Machupicchu y la puerat del Sol de Tiwanaku eran observatorios astronomicos

Saqsaywaman era observatorio y templo solar.

Unidad expositiva 4.1.5.2.2: Los climas:

El Spondylus (Mullu) era un indicador importante sobre las condiciones del clima. Vease botella de estilo Inka-Tallan, con representación del Spondylus

El Arco Iris era uno de los fenómenos cósmicos

El rayo (Illapa), es un indicador de tempestades

Unidad expositiva 4.1.5.2.3.: Los mitos cósmicos:

En Saqsaywaman se presentan como “baluartes” estos muros en zig-zag, cuya función es el parapeto de las fortalezas, que parece ser una representación física de Illapa (el rayo), asociado a Muyuqmarka que está en la cima y que era un gran torreón cilíndrico que se usaba como un observatorio solar. Los mitos se refieren a todos estos fenómenos como personajes de una historia equivalente a la de un Olimpo sobre la tierra. A eso se agrega un espacio conocido como suchuna o rodadero, que contiene edificios e instalaciones con claros fines astronómicos y simbólicos. VIDEO: se trata de presentar, preferentemente en forma de imágenes animadas, una compilación bien organizada de los mitos que se refieren al origen y comportamiento de los dioses, del papel de las Pakarinas y los Apus. Tratar de diferenciar las divinidades, tales como Wiraqocha, Tunupa, Kon, como Pachacamac y laas divinidades regionales más conocidas, tales como Ai-apaec, Guari, Llibiac, Apu- Catequil y otros, con la presentación de sus respectivos contextos territoriales y culturales. Asociados a este video, deben acompañarse aquellos mitos que explican la aparición de los seres humanos y del poder. En la animación, puede tomarse como referencia las imágenes de Guaman Poma y Murúa, a partir de los modelos de Disney. Consultor: Luis G. Lumbreras

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4.2. EJE TEMÁTICO 2: UN PAÍS LLAMADO TAWANTINSUYU El Tawantinsuyu comenzó -con Pachakuti a la cabeza- alrededor del siglo XII o XIII, ocupando los territorios que estaban dentro de la cuenca del río Vilcanota, que habían estado sometidos a Wari. Esto ocurría bajo la conducción de Pikillaqta, que es la más antigua ciudad conocida en la región, previa al Cusco, y que queda en un punto central del Vilcanota. Desde este eje se definieron el Qollasuyu, el Chinchaysuyu, el Kontisuyu y el Antisuyu, todos ellos asociados a viejas formas de acondicionamiento urbano y político. La mayor parte de estos pueblos, especialmente los del Chinchaysuyu habían estado sujetos a los cánones de comportamiento político ligado a la existencia de un poder central y al tráfico de bienes y trabajo en beneficio de entidades ajenas al ámbito del parentesco, con lo que estaban desarticulados los procedimientos más conservadores de sujeción a la consigna tribal de la reciprocidad y preparados a obedecer formas sincréticas de carácter redistributivo en beneficio de terceros, que es lo que se tributaba al Estado. Todo indica que durante el dominio de Wari, toda la región del sur estaba yá sometida a las condiciones estaduales, bajo la hegemonía del Cusco cuyo centro político funcionaba en Pikillaqta. La declinación de Wari, que debe haberse producido entre los s.XII – XIII, implicó el abandono de Pikillaqta y sus centros de apoyo en las zonas de Lucre y Urcos, donde se desarrolló el grupo étnico de los Pinaguas, que mantuvieron una constante relación conflictiva con los habitantes del valle del Cusco, de los cuales estaban separados por el callejón de San Sebastián y San Jerónimo, al final del cual quedó instalado un asentamiento conocido como Choquepukyo, al pie de la laguna de Huacarpay. En el siglo XII o XIII los Killke y los de Lucre se instalaron como grupos étnicos diferentes, pero en permanente relación, con formas culturales distintas pero combinadas. Esta es la época en la que de haberse desarrollado el conflicto que concluyó con la llamada guerra con los Chankas, y es la época además, de los inkas legendarios, cuya historia se pierde en el mito de origen, que viene del sur, tal como parece que era también el mito de los orígenes de los Wari, que al parecer contaban una historia similar a la de los hermanos Ayar y reconocían como divinidad principal a un persona representado en la Puerta del Sol de Tiwanaku, y que podría ser el mismo que los inkas identificaban como Wiraqocha. Concluída la guerra con los Chankas, Pachakuti tomó el poder y fueron los Inkas los que se instalaron como gobernantes de aquello que antiguamente estaba bajo la gestión de Pikillaqta, que a su vez dependía de Wari, y que con esta derrota concluyó definitivamente su poder, que fue tomado por la dinastía de Los Inkas. El afianzamiento de este nuevo régimen se inició con la formación de la ciudad del Cusco, que hasta entonces estaba formada por un núcleo sustentado por los Ayarmacas, de la época llamada Killke, que se formalizó durante y luego de la disolución del poder de Wari. Según parece, los primeros asentamientos definibles como inkaicos en el valle del Cusco, fueron los que acompañaban a Saqsaywaman en el Hanan Cusco y al Qorikancha en el Hurin, al mismo tiempo que hacia el norte, entre los Tampus, se levantaba el centro ceremonial de Ollantaytambo. Cusco es una ciudad “sagrada”, casi un “centro ceremonial”, que nació y creció dentro de una traza urbana que respondía a una concepción ideológica muy firme. Sigue un patrón ortogonal, siguiendo el modelo de Pikillaqta. Wari se había asentado en un modelo similar de inserción, que había absorbido formas urbanas muy avanzadas en la costa y sierra norte, en los dominios de Moche y Lima, así como en las vecinas formaciones de Nasca y otros lugares que pudieron adaptarse a la forma de dominación política de Wari, el que no pudo, en cambio, penetrar en el espacio de Pukara-Tiwanaku que tenía un desarrollo urbano alternativo. Como Cusco, no había en toda la tierra una ciudad igual, con edificios que eran cubiertos con oro y plata y con una confección sumamente fina, cuyo trazo convocaba a reproducir la imagen de un puma agazapado. Era un lugar donde vivía la élite imperial, junto con los funcionarios principales y aquella parte de la sociedad que estaba comprometida con el trabajo urbano. La conquista de los Inkas sobre el antiguo territorio del Imperio Wari, tuvo pues unos antecedentes muy importantes para la inserción del modelo, encontrando en el camino una serie de condiciones que por cierto tuvo que perfeccionar o madurar en la dirección de asentar un Estado con el grado de eficiencia que encontraron los españoles. Eso fue así en el Chinchaysuyu, que contaba con ciudades anteriores, contemporáneas o posteriores a Wari, así como una infraestructura agraria, minera y manufacturera, ya instalada o en proceso de instalación, que desde luego amplió y mejoró. Dentro de ese proceso, los inkas optaron por mantener los cánones de vida de cada una de las localidades en proceso de incorporación al Estado, con tratados de cooperación o modelos de crecimiento beneficioso para todas las partes, con una Consultor: Luis G. Lumbreras

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clara convicción de que los tratos se podían hacer con entidades políticas locales, con capacidad de asumir decisiones de cumplimiento obligatorio. Eso no era igual en todas partes. En el ámbito del Kontisuyu, que ya había estado sujeto a Wari, bajo el manejo de Pikillaqta, el modelo de vida de los Kollawa estaba adaptado a las relaciones de dependencia del Cusco, y definido por un esquema político de desarrollo, con un ámbito rural de costumbres que mantenía los patrones tradicionales de la comunidad de parentesco, como ocurría en los ayllus del propio Cusco. Eso hacía posible una ágil relación de dependencia con el Cusco, convirtiendo el Kontisuyu en uno de los apoyos sustantivos de la capital inkaica. Fue así como se produjo un crecimiento notable de asentamientos concentrados de población en pueblos de estilo Kollawa en la era inkaica, que de algún modo mantuvieron algunos patrones adquiridos en los tiempos de Wari -como los que se expresan en su manufactura, tanto la alfarera como la textil- pero manifiestos en formas particulares inconfundibles, dominantes desde Coracora hasta el Colca. No ocurría lo mismo con sus vecinos inmediatos de la parte sur del Kontisuyu, los Pukina, que estuvieron asociados a los modelos tiwanakenses de vida, con un compacto manejo de relaciones de base aldeana, con centros religiosos que desplazaban el eje del dominio político al del espacio ceremonial, en términos teocráticos. El sistema de manejo identificado con el “control vertical” de pisos ecológicos, hizo posible una articulación conveniente para su inserción al Tawantinsuyu. Esto, trasladado al territorio del Qollasuyu se definió aún más, con dificultades en la implantación de ciudades. Las dificultades mayores de inserción no fueron con los pueblos del desierto y las tierras áridas meridionales, donde los Diaguitas del Este y el oeste crearon condiciones favorables para un desarrollo urbano, ligado al tráfico de bienes entre los altiplanos y las costas y oasis. No fue lo mismo con los Huarpes y los Picunches, más reacios a aceptar códigos extraños al régimen, aun cuando todos reaccionaron positivamente frente al incremento de las tierras habilitadas para el cultivo -mediante canalizaciones o terracerías- pese a que el interés principal de los inkas, en esa zona, era más bien la explotación minera. No se sabe mucho aún del Antisuyu, pese a que tenemos noticias directas de que estuvo bajo el dominio Wari, desde por lo menos el siglo IX de nuestra era, y que los inkas lograron ampliar considerablemente, cuyos límites lamentablemente no conocemos. En La Convención, al norte del Cusco, hay pruebas de la presencia y dominio Inka; es allí donde se organizó la resistencia Inka contra los españoles, con asentamientos conocidos en Espíritu Pampa y en general en toda Vilcabamba. Hay evidencias de caminos bien formados y los productos selváticos siempre estuvieron presentes en todo el ámbito del Imperio. En la tierra de los Chiriguanos, en Santa Cruz de la Sierra, hay centros ceremoniales de la talla de Samaypata y asentamientos continuos en el borde de los territorios húmedos de la “yunga” boliviana. Cuando uno recorre el mundo andino, desde la región de los Pastos en Colombia, hasta la de los Mapuches en Chile y los Huarpes en Argentina, la presencia de vestigios inkaicos es constante. Todos los que hoy vivimos en este territorio, tenemos una noción de nuestra relación con el Tawantinsuyu, pero se trata de un inmenso país por recorrer y hay que hacerlo caminando por sus paisajes y sus pueblos, sin perder de vista que es una caminata que debe referirse a un país hecho hace más de cinco siglos, donde hay servicios en el camino instalados cada cierto tramo y centros urbanos –algunos muy grandes- en el destino de cada tramo. En Ibarra, en el extremo norte del Ecuador, coincidiendo con la línea equinoccial, hay un hermoso grupo de edificios del más puro estilo cusqueño –asociados al Inka Atauallpa- en el lugar conocido como “la Guaca”. En este lugar y en las vecindades de Tulipe, hay obras ingeniosas de ingeniería hidráulica; una de ellas es una suerte de piscina hecha totalmente con piedras finamente labradas, de estilos “celular” e “isodomon” que registran en su lugar el punto del cenit que se genera casi diariamente en el “centro del planeta”, bajo la línea ecuatorial. Es tierra de Caranquis o Caras, vecinos de los Pastos, que habitaban lo que ahora es la franja fronteriza entre Ecuador y Colombia, a casi 2000 km del Cusco. Hay una ocupación inkaica, con una dramática historia legendaria, que está asociada a una población de “mindalaes” (mercaderes especializados) que conectaban de manera cotidiana las boscosas tierras bajas, del oriente y occidente –tierra de “yumbos”- con las sierras húmedas de la cuenca del Chota y el Mira. En las “tolas” (montículos piramidales) de sus heredades –que formaban centros urbanos de grandes dimensiones- los artesanos producían hermosas piezas de alfarería policroma y espectaculares objetos de metal, especialmente de cobre y oro, en medio de cordilleras de suaves contornos y alguna humedad. Los estilos Capulí, Tuza y Piartal son bellas muestras de su arte alfarero y de su orfebrería. A ellos se agregaron, sin colapso ninguno, los estilos llevados por los inkas.

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Desde allí, hacia el sur, pasando por Quito, Latacunga y Ambato, en la esfera de los Quitus, Panzaleos y Quijos, los inkas se establecieron en los terrenos de las tierras fértiles de la sierra central ecuatoriana, sin avanzar más allá de las quebradizas sierras muy húmedas de sus bordes, donde vivían los Quijos y los Cayapa-Colorados, colindantes con las selvas de la Amazonía y la costa. Eran grupos tribales organizados en jefaturas, que vivían en torno a sus tierras de cultivo, donde el dominio inkaico se insertó, levantando asentamientos de la talla de San Agustín del Callo y de Quito (aun cuando de éste apenas quedan notas e indicios). Los demás asentamientos son aldeanos y de alcances modestos, pero significativos, con sus “bohíos” que aun se conservan. En la misma línea de ocupación, fue sometida la sierra central de los Puruháes que ocupaban Riobamba y el norte de Cuenca, zona igualmente aldeana y tribal, que se adaptó a las consignas inkaicas, aun cuando quedan muy pocos registros de asentamientos inkaicos importantes, salvo los que se hallan al norte de la ciudad de Riobamba, en las tierras de Guano, donde quedan vestigios apenas rescatables. No ocurre lo mismo hacia Cuenca, donde hay al menos tres grandes asentamientos inkaicos -hechos al estilo de las ciudades cusqueñas de élite- como ciudades y palacios o “tambos” asociados a la ruta del camino principal o Qhapaq-ñan. Antes de llegar a Cuenca, en la tierra de los Cañaris, hay un asentamiento urbano bastante bien conservado, que se llama Ingapirca, y en la ciudad de Cuenca, debajo de ella, estuvo un asentamiento mayor, llamado Tumibamba o Tomebamba, que se identifica con el Inka Wayna Qhapaq, y que según las descripciones de la época, era una suerte de copia del Cusco. Aquí, la infraestructura caminera y agraria, responden a una tradición local bastante bien asentada, donde el espacio inkaico encontró un soporte adecuado para su programa expansivo. No pasaron los inkas al vecino espacio de los Schuar (Shuraz) o Jíbaros del oriente, ni tampoco a las tierras de los Huancavilcas, aunque hay indicios de relaciones con ellos y los Manteños que conducían la “Liga de los Mercaderes” en el litoral. Hay evidencia neta de que los inkas ocuparon la Isla de La Plata, que era una fuente principal de aprovisionamiento de “Mullu” (Spondylus princeps) y que también estuvieron en la Isla Puná, al frente de la península del Guayas, pero al parecer no sometieron al Guayas o Manabí, tierra de manteños, una de las civilizaciones más avanzadas del territorio ecuatorial, que en cambio sí estaban en contacto con los “yungas” del Chimor, según pruebas visibles en varios de los sitios “de los cerros” de la cordillera de Chongón-Colonche. En cambio, los Paltas, vecinos y parientes de los jíbaros, así como los tumbesinos, sí ingresaron al ámbito de los inkas, como los ayabacas, wankabambas y chachas que se asocian con asentamientos de la magnitud de Aypate, en el borde del poderoso estado Chimú o Chimor que, con centro en los valles de Trujillo, tenía un ámbito de dominio de más de 1000 km a lo largo de la costa norte del Perú –desde Tumbes hasta Lima- que incluía a pueblos de un alto desarrollo urbano, con una economía centralizada, sustentada en la agricultura de riego y el intercambio de productos a larga distancia, mediante un régimen de mercado en ascenso, concordante con la existencia de ciudades con varios miles de habitantes y una producción artesanal de tendencia masiva y extensiva. Desde los tallanes de Piura, los mochicas de Lambayeque y los habitantes de los valles intermedios. Tanto la región de los Chachapoyas, como la de Cajamarca, asumieron el impacto InKa dentro de sus propios cánones, generando un proceso intenso de la manufactura y la actividad agrícola. Hay muchos asentamientos nuevos, algunos de élite como el de Huancabamba, o los de Caxas y Huambos que son notables. Se debe advertir que los asentamientos de los chachas, como los llamados Gran Pajatén o Kuelap, estaban ocupados en tiempo de los inkas. En Cajamarca, el lugar donde estaba el Inka Atauallpa cuando llegaron los españoles, hubo también construcciones de estilo cusqueño y el uso y mantenimiento de lugares tales como los Baños del Inka. Desde allí, en ruta al sur, se puede llegar a Huamachuco, donde había un asentamiento en una tierra llena de tradición, afianzada por la existencia de una de las ciudades más grandes de la sierra, conocida como Marcahuamachuco, que si bien era bastante más antigua, era usada – aunque sólo parcialmente- en tiempo de los inkas. En la costa, había un camino paralelo al de la cordillera, que unía los pueblos de Piura con los de Lambayeque y Trujillo, con los de Ancash y Lima, cruzando el desierto, pasando cerca de las ciudades de cada uno de los valles de este territorio, hasta llegar a Pachacamac, que era uno de los puntos de prestigio más importantes que había en el Perú antiguo. Era el cruce del Chinchaysuyu, donde los Chimú, los Huaylas, Pincos y Wankas vivían, con sus definidas formas de organización social que conciliaba plenamente con la que implantaban los cusqueños. Eso era visible desde Huánucopampa, una de las grandes ciudades de estilo cusqueño que hicieron los inkas en su Imperio. Si bien en el medio había una significativa cantidad de Consultor: Luis G. Lumbreras

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poblados de diversa magnitud y configuración, es evidente que la forma urbana era la dominante, con ciudades como la de Vilcashuamán, al sur de Ayacucho, cuyo par es la ciudadela de Pomacocha, levantada en sus vecindades. Todo esto cubre el territorio incluido dentro del Chinchaysuyu, que contenía un verdadero imperio costeño, el de Chimú, que había incorporado bajo su dominio a los tumbesinos, a los pueblos Tallanes de Piura, a todos los pueblos de la sierra de Piura y desde luego a los vecinos Paltas, en cuyo territorio se encuentran vestigios significativos de la presencia Chimú. Los chimúes fueron una importante incorporación al Tawantinsuyu, contribuyendo con valiosas experiencias de comportamiento urbano y la inserción de los valles de Ancash y Chancay, cuyo desarrollo urbano es seguramente uno de los más destacados en el mundo andino de entonces. Las instalaciones urbanas son más frecuentes a medida que el camino se acercaba al Cusco, con asentamientos de calidad como los de Vilcashuamán en Ayacucho, Huaytará en Castrovirreyna, los de Pachacamac en el valle de Lurín, o los de Cerro Azul y otros en Cañete, Tambo Colorado en Pisco y Paredones en Nasca. A todo esto se une la instalación rigurosa de la infraestructura agraria de alto nivel que permitía ampliar considerablemente el área agrícola restringida por las muchas limitaciones impuestas por los desiertos y la orografía de fuertes pendientes de la cordillera, especialmente en la vertiente occidental. La política inkaica insistía mucho en la intensificación agraria y por eso establecía programas permanentes de riego y ampliación de la frontera agraria, con la construcción de andenes, presas y canales. En territorios como los que están en la zona ecuatorial y las áreas de inundación, mantuvo o desarrolló la estrategia de los “camellones”, de larga tradición, junto a su política de traslados de población y de expansión de los hábitos de crianza de ganado andino. En el Qollasuyu, que cubre Bolivia y el Noroeste Argentino (NOA), hasta llegar a Mendoza, y todo el norte y centro de Chile, más allá de Santiago, las condiciones son otras, debido seguramente a que en estas tierras no existía una historia urbana como la que sí existió en el Chinchaysuyu. Lo característico de este territorio es la creación o intensificación de unos poblados llamados “pucaras”, que eran instalaciones de larga historia en la mayor parte de esta región. Se trata de formaciones aldeanas que si bien mantenían su comportamiento de vocación rural, podían alcanzar dimensiones muy próximas a las de cualquiera de las ciudades de la época. Lo mismo se podría decir del Qontisuyu, aun cuando no es exacto, dado que en los valles de Cotahuasi y el Colca, y de algún modo en los del alto Caravelí y en los del Vitor-Chili y Tambo, si se dieron los desarrollos urbanos de manera muy generosa, desde antes de la llegada de los inkas y, por cierto también durante el Tawantinsuyu. En estos territorios, igualmente, la política agraria de infraestructura creada para la intensificación y ampliación de las tierras de cultivo, ya estaba instalada desde tiempo antes. El Antisuyu está todavía sin ser suficientemente conocido y si bien se conoce una red vial de características sobresalientes, se van descubriendo asentamientos de un ascendente índice de magnitud, cuya antigüedad puede ser de varios siglos, aun cuando su relación con los inkas debe todavía ser examinada, pese a que hay asentamientos inkaicos como el de Choquequirao, que fueron evidentemente construidos a partir de mano de obra y modelos de los chachas.

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TEMA 4.2.1. EL CUSCO, OMBLIGO DEL MUNDO

Vista aérea de la ciudad del Cusco

Unidad Temática 4.2.1.1. La era de Pachakuti Cuando Pachakuti entra a gobernar, al parecer el Cusco tenía muy pocos elementos urbanos y más que una ciudad era un gran centro ceremonial, en donde los elementos arquitectónicos más destacables eran Saqsaywaman y el Qorikancha, hasta donde sabemos y presumiblemente un Ushnu del que no tenemos mucha información. Al parecer no había una traza urbana prevista y se seguía los lineamientos aprehendidos en Pikillaqta. Los cronistas dicen que en los cantares cusqueños se decía que Pachakuti definió la nueva manera de construir la ciudad. La arqueología indica que algo de eso debió haber ocurrido, en efecto la nueva ciudad tenía una arquitectura exquisita, con edificios cuyos paramentos mostraban estilos ornamentales, de tipo isodomon o poligonal, con una traza ortogonal y con un modelo de edificios en forma de “canchas” que encerraban recintos para diverso uso, dispuestos en torno a una plaza o patio central. Las “canchas” tenían una forma de “C”, con tres lados con cuartos construidos y un frente totalmente libre. El estilo arquitectónico, conocido como “incaico”, es atribuible a un grupo de arquitectos que constituían una escuela que bien puede asociarse a la personalidad de Pachakuti. Con este modelo construyeron los Incas las demás ciudades de su época y por eso todas tienen el mismo estilo.

Inka Yupanki o Pacahkuti, según Guaman Poma de Ayala y Martín de Murúa

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Unidad Expositiva 4.2.1.1.1. La remodelación del Cusco:

Mapa de la ciudad del Cusco, según George Squier

(Se presentará una maqueta del Cusco a escala 1:100 con inclusión de los acabados descritos por los cronistas y los detalles del manejo de los sitios con sus medidas de protección, agregando un video que haga la presentación del Cusco actual)

Paramento celular Saqsaywaman, muro ciclópeo Calle estilo Inka, paramento isodomon

Ceramio y efigie de llama estilo imperial

Unidad Expositiva 4.2.1.1.2. Ollantaytambo:

Mapa del asentamiento inkaico de Ollantaytambo, en la esquina superior izquierda está el Conjunto Ceremonial, en la parte central y al sur de los templos, están las zonas residenciales

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Ollantaytambo, junto con Qorikancha y Saqsaywaman son, al parecer construidos antes de la era de Pachakuti y representan una técnica y estilo arquitectónico derivado de Tiwanaku y Wari, de los tiempos del llamado “Horizonte Medio”, es decir entre los siglos VI y XIII. Pueden haber coincidido con el Horizonte Medio en sus fases finales, como ocurrió con Rumicolca, que está asociado a Pikillaqta. Son sitios que pueden ser de la época Killke.

Plano de la zona ceremonial de Ollantaytambo y de la ciudad. Que ahora todavía mantiene su estructura inkaica. Los templos son ciertamente muy antiguos y contemporáneos con ciertas partes del Qorikancha y Saqsaywaman. La arquitectura urbana se parece a la de Rumicolca. Tomado de Hemming & ranney

(Debe elaborarse un diorama donde se presente a Ollantaytambo tanto en su conocida sección ceremonial como en la zona de ocupación urbana. Es deseable que la escala de presentación arquitectónica sea suficientemente mayor como para establecer la naturaleza diferencial de la arquitectura de Ollantaytambo con la de otros sitios inkaicos. Dado que es importante señalar la magnitud de los elementos líticos que componen los aparejos de la sección ceremonial, sería deseable que acompañando a los edificios en la maqueta, se ubiquen –como escala- seres humanos en caravanas con Llamas y perros)

Muro ciclópeo del Templo Mayor

Fuente al pie del Centro Cremonial Terracerías que sustentan el Centro Cremonial

Elementos líticos de origen tiwanacoide

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Terraza donde está asentado el Templo

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Unidad Expositiva 4.2.1.1.3. Machupiqchu:

Plano de la ciudadela de Machupiqchu, según Bingham

Machupiqchu es un centro urbano que, según la tradición, fue construido por Pachalkuti para ser su morada y aparentemente el lugar para su memoria. Gracias a su grandeza y la belleza de su entorno, se ha convertido en un ícono de la arqueología andina y es uno de los monumentos más visitados de América del Sur. De acuerdo con las excavaciones de Bingham en 1912 y 1915, así como las investigaciones realizadas por otros arqueólogos en los años posteriores, se ha establecido que es producto de una época del Imperio del Tawantinsuyu. Se ha confirmado que es probablemente obra de la gestión del Inka Pacahakuti, pues corresponde al estilo que él impuso en todo el Tawantinsuyu. El sitio no fue abandonado de inmediato después de la llegada de los españoles y fue ocupado continuamente por hacendados y labriegos que ocuparon el sitio y lo convirtieron en ruinas, y al mismo tiempo lo saquearon y dejaron sin nada de los muchos tesoros que con seguridad albergaba. Hay restos de campesinos enterrados allí en tiempo de los españoles y cuando, en 1911, el Sr. Bingham inició su intervención en el sitio, en Machupiqchu vivía gente y labraba en sus terrazas.

Templo de la Plaza Sagrada

Vista de la colina del Intiwatana

Piedra Sagrada,mira al oriente Templo de la Luna. Wiñaywayna

Zona agrícola

Puerta de acceso a zona Sagrada

Vista del Intiwatana

Ventana norte, Vista y altar mutilado del Torreón

El Mausoleo Real

Vista panorámica de Machupiqchu

(Es deseable que se elabore una maqueta de Machupiqchu y, sobre todo, un video que haga una visita guiada por el sitio)

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Unidad Expositiva 4.2.1.1.4. Pisaq:

Plano general del asentamiento de Pisa

Pisaq es uno de los asentamientos más elegantes de la región; todo indica que fue construido mayormente en la época de Pachakuti, con su centro ceremonial conocido como Intiwatana en la cúspide de la colina que lo alberga. Tiene antecedentes en la época Killke, pero están insuficientemente conocidos. Son famosas, por su belleza, las estructuras agrícolas en forma de andenes, que son parte de un proyecto hidráulico muy bien elaborado.

Vista del entorno montañoso de Pisaq

La subida al Intiwatana

Las andenerías y el camino que conduce a la parte principal de Pisaq

Puerta de acceso a zona Sagrada

Vistas de la zona del Intiwatana

(Elaborar una maqueta de la zona del Intiwatana y de Pisaca, junto con la andenería anexa)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.2.1.1.5. Ciudades Inkas en provincias:

Mapa de ubicación de las ciudades Inka en el Tawantinsuyu

Es necesario tener en cuenta que el proceso de crecimiento y desarrollo de las ciudades en los Andes no se sustentó ni en la manufactura ni en el comercio, sino sustantivamente en la agricultura, la ganadería y la minería. Todas estas actividades centrales no requerían una concentración poblacional especializada; quienes poblaban las ciudades desde sus orígenes y aun antes, en la etapa de los centros ceremoniales, eran personas directamente ligadas a la producción en el campo, mediante la intervención de instrumentos especiales para el manejo del agua, el manejo de la tierra y, en general, todos los medios adecuados para la gestión de la población dispersa en la producción de bienes de consumo, en los campos agrícolas, los pastizales o las zonas de pesca. La ciudad incorporaba técnicos hábiles en el conocimiento de los astros, del cálculo de la movilización de los recursos acuíferos, mediante la construcción de sistemas hidráulicos de diversos niveles de complejidad, del registro de la memoria, mediante el estímulo a los cantares de gesta o el uso de los quipus y de todos los medios para asegurar el bienestar de la población, tratando de procurar la socialización masiva con eventos festivos que congregaban a los diversos sectores existentes en el campo. Esa es la estructura de una ciudad andina

Consultor: Luis G. Lumbreras

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VILCASHUAMÁN PLANO de VILCASHUAMÁN

Plano general del núcleo ceremonial inkaico de Vilcas

Vilcashuamán fue construido por los Inkas sobre asentamientos que previamente ocuparon los Wari y posiblemente los Chankas. Está en el centro del territorio de los Chankas, a quienes los Inkas tuvieron que vencer para instalar su expansión Imperial. Tiene una pirámide escalonada y un palacio de tres niveles aterrazados frente a una plaza muy grande, alrededor de la cual vivían los ocupantes de la ciudad. Tiene una ciudad par en sus cercanías, que se conoce como Pomacocha, en la misma cuenca del río Pampas, donde se ubica la zona agrícola más amplia de los Wari y de los Chankas.

Vista del Ushnu de Vilcashuamán

Portada de ingreso a la plaza

Vista de los muros del Palacio

HUÁNUCO PAMPA

PLANO de HUÁNUCO PAMPA

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Huánuco Pampa es una ciudad que queda en la proximidad del borde oriental de los andes en la cuenca del Huallaga, en una llanura que corresponde a un paisaje de páramo. Es una ciudad singular, edificada dentro de los cánones del proyecto urbano de Pachakuti. En la región de La Unión, donde se ubica, vivían poblaciones habituadas al medio tropical.

Ushnu Huanuco Pampa

Kallanka prinicipal, Huánuco Pampa

El pórtico cuyo dintel presenta dos felinos agazapados

Muro de recinto fuera del ámbito central

PACHACAMAC

Plano de la ciudad de Pachacamac nótese el Templo del Sol a la izquierda

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Pachacamac, era en el Tawantinsuyu, desde los tiempos de Wari un punto de convocatoria de los fieles para la recepción de oráculos en relación al futuro. Allí vivían los sacerdotes más importantes después del Inka. Fue el primer gran templo que visitaron los españoles, que fueron allí para abastecerse de las riquezas del Inka en 1532. A Pachacamac llegaban peregrinos que venían desde los extremos del Tawantinsuyu, recorriendo más de 1000 km. La ciudad se comenzó a construir hacia el siglo VI o antes y fue ocupada sucesivamente durante las ápocas Lima (0 A 500 d.C.), Wari (500 a 1100 d.C.). Itchma (1100 a 1460 d.C.) e Inka (1460 a 1534 d.C.)

Palacio de las Mamaconas

Muro de estilo cusqueño

Templo del Sol, de la época Inka

Templo del Sol

Hornacina Inka

Pirámide con rampa

INGAPIRCA

Plano Ingapirca

Ingapirca es una instalación urbana de los Inkas en el territorio de los Cañaris, en el centro-sur del Ecuador y es el par de una ciudad mayor llamada Tomebamba, desde donde se manejaba el dominio Inka sobre el territorio de los Andes Septentrionales, desde la tierra de los paltas y los Ayabacas en el extremo norte del Perú, hasta la de los pastos y caranquis, en el extremo norte del Ecuador y extremo sur de Colombia. Tomebamba quedo enterrada ppor la ciudad española de Cuenca, solo quedan algunos vestigios visibles, en cambio Ingapirca se mantiene en buenas condiciones de preservación y no ha sido reocupada.

Vista del Torreón

Consultor: Luis G. Lumbreras

Primer plano del torreón

Vista panorámica de Ingapirc

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ISLA DEL SOL

El Lago Titicaca era considerado como la “Paqarina” de los Inkas, es decir el lugar de donde brotaron sus dioses y sus héroes fundadores. Allí quedan los restos de un hermoso adoratorio en la llamada Isla del Sol, con una arquitectura muy singular y elegante. Varias de las islas fueron ocupadas también para fines cultistas, pero sin duda ésta es la más importante.

Recinto lateral en el centro ceremonial de la isla

Vistas de edificios en la Isla del Sol

PUCARA DE TILCARA (NOA)

Plano del asentamiento (pucara) de Tilcara

Los asentamientos de la época Inka de la inmediatamente anterior época de los Diaguitas, son llamados Pucaras, aunque no necesariamente tengan la función defensiva que se asigna a este tipo de sitios en el Mundo Andino. Los Pucaras pueden ser de cinco o 10 casas juntas o de varias decenas de ellas, como ocurre con el Pucara de Tilcara, que es uno de los más grandes sitios de este tipo en el Noroeste Argentino. Su historia comenzó antes de la llegada de los inkas, pero su época de mayor auge fue sin duda durante el dominio inkaico. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Vista panorámica de Pucara de Tilcara

Detalles arquitectónicos de unidades terraceadas de Tilcara

TURI

Plano de Pukara de Turi

Al igual que lo que ocurrió entre las poblaciones aldeanas del Noroeste Argentino, en la ruta que desarrollaron los inkas en su proceso de incorporar el Qollasuyu a los territorios imperiales, fueron instalando una serie de asentamientos, llamados Pukaras. Si bien estos sitios no eran propiamente fortalezas, si congregaban a un número dado de funcionarios y posiblemente soldados para el manejo del entorno en el que habitaban. Muchos de ellos estaban asociados fundamentalmente a minas, dado que al parecer el objetivo principal de la incursión Inka por la región de Chile, tuvo que ver con la explotación de los minerales, tanto el oro como el cobre. El Pukara de Turi, así como el de Quitor, Lasana, Chungara o Loa, fueron asentamientos de pobaldores locales, sometidos al régimen inkaico y establecieron verdaderos centros de viviendas de dimensiones bastante grandes, con una fuerte concentración poblacional.

Vista aerea de Turi

Vista panorámica de Turi

Chullpa Inka Ceremonial. Turi

(Se recomienda elaborara maquetas pequeñas sobre los sitios indicados, acompañando fotos de las ciudades mayores y eventualmente un video que presente todo el conjunto, en una suerte de recorrido por el Qhapaq-Ñan y sus caminos transversales)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.2.1.2. Cusco la ciudad

PLANO DE LA CIUDAD DEL CUSCO

La ciudad del Cusco tiene una larga historia. Hacia 1000 a 1500 a.C. habitaron en el valle los que usaban la cerámica llamada Marcavalle, en condiciones aldeanas muy primitivas y fueron seguidos por los que usaban cerámica Chanapata cuando, según se sabe, se iniciaron los cultivos en andenes y, seguramente sembraban maíz en el piso del valle, aunque esto no está bien conocido. Estas poblaciones aldeanas, se desarrollaron hacia formas más complejas, en una etapa que aun permanece oscura en la historia del Cusco. La leyenda cuenta que se fundó en un lugar donde Manco hundió una barra de oro en su trayecto de sur a norte. Allí comienza la versión tradicional de la creación de la ciudad del Cusco. La arqueología rescata una historia más larga que tiene que ver con las pugnas entre los diversos ocupantes de la Cuenca del Vilcanota, que ya tenáin antecedentes de formalizar la vivienda en términos urbanos, desde por lo menos el s.VI de nuestra era

Unidad Expositiva 4.2.1.2.1. Hurin Cusco: El Cusco estaba dividido en dos grandes secciones, la parte alta (Hanan) cuyo centro era Saqsaywaman y la parte baja (Hurin), que tenía como núcleo el Qorikancha. Ambas son contemporáneas, pero en tanto que la parte alta estaba dedicada a centros ceremoniales, en la parte baja estaban la mayor parte de las viviendas de los Inkas (palacios) y sus asistentes. En cualquier caso en el Hurin también era dominante el aspecto ceremonial, teniendo en cuenta que allí vivía el Inka que era hijo del dios Inti (Sol). Aquí se distinguen los palacios de Qasana, Qoraqora, Aqllawasi, Qatun-kancha, Pucamarca, Kusikancha y el templo de Qorikancha, que rodean a la plaza de Haucaypata y Kusipata, que están divididas por el río Saphi y unidas por puentes de piedra

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HAUKAYPATA

Centro de Cusco en la época de los Inkas (s.Bauer)

(Debe elaborarse una maqueta de la zona central del Hurin Cusco, que registre los palacios cuyas kanchas están diseñadas en las ruinas)

Plaza Mayor de Cusco (Haucaypata)

Los palacios reales de los Inkas

QORIKANCHA

Plano del Templo de Qorikancha

Consultor: Luis G. Lumbreras

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El Qorikancha era el Templo principal del Cusco; su nombre indica que es un edificio de oro y ciertamente los españoles que lo vieron lo describen con techos que tenían el ichu hecho con espigas de oro, las paredes de muchos de los edificios, estaban cubiertos con láminas de oro o plata e incluso los jardines que estaban en las terrazas que dan frente al río Saphi, tenían plantas animales y flores en oro, plata y piedras preciosas. Todo eso fue requisado para ser parte del “rescate de Atauallpa. Allí se exhibían en ciertos periodos del año a las momias de los Inkas, para adoración de los fieles y se rendía culto al Sol, la Luna y las Estrellas y, de acuerdo al “mapa” del cronista Pachacuti Salcamayhua, también a Wiracocha. (Elaborar maqueta a escala de 1:25 con detalle reconstructivo, según crónicas)

Vista nocturna Qorikancha actualidad. Vistas terrazas, estaban cubiertas con jardines de oro y plata, junto a los manantiales

Ventana que muestra detalle donde se incertaba el oro

Mazorca de maíz de oro con parte de su caña, de tamaño natural

PALACIOS Tanto el Haucaypata como el Kusipata estaban rodeados de las viviendas o palacios donde se alojaban los Inkas. Se distinguen por ser recintos amurallados con una o dos entradas, en cuyo interior estaban distribuidos los recintos dispuestos para actividades domésticas o de función. Lamentablemente, por la naturaleza de la invasión espáñola. Se ha perdido la información detallada de como eran cada uno de esos espacios. En general tenían cuartos de diverso tamaño, usualmente rectángulares en torno a uno o dos patios y junto a recintos con indicaciones de uso público, a modo de oficinas o audiencias. Hay noticia de uno de los menores, por ser quizá el más antiguo que era el de Kusikancha, que estaba al lado del Placio del Pucamarca y frente al Templo de Qorikancha.

Vistas del Palacio de Kusikancha (donde nació Pachakuti)

Murallas de Amaru Kancha y Aqllawasi (Calle Loreto)

Consultor: Luis G. Lumbreras

Hatun Rumiyoc, Murallas del Palacio de Inka Roca

Palacio de Pucamarca (InkaTupac Yupanki)

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Unidad Expositiva 4.2.1.2.2. Hanan Cusco:

Mapa de la región del Cusco separando el Hanan del Hurin

El Hanan Cusco se inicia al norte de la Plaza del Haucaypata y se define a partir del palacio del Qolqampata, que está entre la parte baja del valle del Cusco y la alta que se inicia con la meseta donde está instalado el Complejo Ceremonial de Saqsaywaman, que equivocadamente se identifica como “Fortaleza” y se le da una incorrecta función militar. De acuerdo a los datos conocidos, Saqsaywaman era un complejo dedicado al culto del Sol, como lo fue el Qorikancha. Fue destruido por los españoles en los primeros años de su ocupación, que se llevaron la mayor parte de sus piedras para construir la ciudad española del Cusco, dejando sólo aquellas que por su tamaño y peso, no pudieron trasladar. QOLQAMPATA

Terrazas de sustento con nichos del Palacio de Qolqampata

Fragmento de lo que se atribuye a la vivienda de Manko Qhapaq

Qolqampata es el edificio emblemático del Hanan Cusco, de acuerdo a las tradiciones fue ocupado por Manko Qhapaq. Es el punto central del ascenso hacia Saqsaywaman y el conjunto de instalaciones ceremoniales que están al norte del mismo. Se considera que muchos de estos lugares en forma de cuevas finamente intervenidas, eran el albergue de las momias de los inkas. Más al norte, luego de las Chinkanas y Qenqo, el tramo Hanan se prolonga hasta Pukapukara y Tambomachay

Consultor: Luis G. Lumbreras

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SAQSAYWAMAN

Plano del Complejo Ceremonial de Saqsaywaman

El Complejo de Saqsaywaman está formado por dos unidades separadas por un amplio espacio plano que corre de Este a oeste. En la parte sur está la sección conocida como fortaleza y que es la sección con una mayor cantidad de recintos destinados al culto. Está sobre un montículo que se organiza a amanera de una pirámide escalonada de cuatro cuerpos, uno de los cuales tiene una forma de Zigzag, lo que ha inducido a los españoles ha atribuirle la condición de fuerte militar; todo parece indicar que es la referencia al Rayo (Illapa), en tanto que en la cima existía un torreón, del que ahora sólo quedan vestigios en forma de una torre redonda que era un observatorio solar. Se conoce como Muyuqmarka, construido junto a otros edificios de similar función, todos los cuales han sido destruidos. Al norte de la gran Plaza, está el conjunto conocido como Sushuna o rodadero, que es también una plataforma alta, de roca, en torno y sobre la cual, hay toda una serie de tallas en forma de escalones o terrazas, así como edificios ligados al culto. Asociado a este Complejo existen unas instalaciones conocidcos como “Chinkanas”, que parecen haber sido parte de los Mausoleos de los Inkas, que havia el norte se encuentran dispersos.

Vista del frente norte de la pirámide, desde Sushuna

Chinkana, al norte de Saqsaywaman

Muyuqmarka, en la cima de la pirámide, cimientos del torreón.

Vista de las terrazas al oeste de Sushuna

(Elaborar maqueta de Saqsaywaman de todo el complejo, desde Qolqampata hasta la Chinkana, con la reconstrucción siguiendo a Garcilaso de la Vega.) VIDEO: que corresponda a una visita guiada por el sitio y alrededores, incluyendo la piedra cansada y los mausoleos de Q’enqo, Kusilluchayoq y otros. Consultor: Luis G. Lumbreras

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LOS MAUSOLEOS REALES Las momias de los Inkas fueron conocidas por los españoles recién a fines del siglo XVI, a pedido del Virrey de Cañete, que hacia 1560 ordenó que fueran confiscadas, dado que permanecían escondidas por los cusqueños. Se recuperaron casi la totalidad, algunas en cenizas y otras enteras. Estas momias eran exhibidas en el Qorikancha en algunas festividades del Cusco y llevadas allí desde el lugar en donde reposaban, mausoleos a los que los Inkas llamaban “sus casas”. Los mausoleos eran lugares a modo de cuevas, protegidos de las variaciones térmicas externas, en donde las rocas eran talladas cuidadosamente para albergar las momias y sus ofrendas. En torno a Saqsaywaman habían varios de ellos, siendo el más importante y vistoso el de Q´enqo. Lamentablemente no se sabe si estaban asignados a Inkas específicos, que tenían sus tumbas en otros lugares o eran sólo los lugares de reposo antes de ser expuestos en el Qorikancha.

Q’ENQO

Plano de Q’enqo en Autocad

Q’enqo, vista panorámica incluyendo el Hemiciclo y la Huanca

Parte externa y superior del Mausoleo

Huanca, que al parecer fue mutilada y que era una escultura que pudo ser la de un felino sentado o de un ser humano.

Ingreso al interior del Mausoleo Forma de habilitación de la tumba dentro del Mausoleo

VIDEO: debe presentarse el ritual de posible uso de este Mausoleo, con figuras animadas que permitan ver el uso del Hemiciclo y la forma de conservar a la momia de un Inka en su interior, con ofrendas de oro, tejidos, vajilla, etc Consultor: Luis G. Lumbreras

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TAMBOMACHAY y PUKA-PUKARA

Plano de Puka-pukara

Vista de Puka-pukara

Vista frontal de Tambomacahay

Fuente en Tambomachay

Tambomachay y Puka-pukara, son parte de un mismo complejo ceremonial, en la parte superior de la meseta del Hanan Cusco. Estan asociados a un sistema de manejo del agua mediante canales y terrazas; si bien ahora están separados debido a las obras de la carretera que cruza entre ellas, todavía es posible encontrar un largo canal que los vincula y los restos de un muro que los acompañaba y unía.

Unidad Expositiva 4.2.1.2.5. Los suburbios del Cusco:

Los alrededores del Cusco en la época Imperial (s. Bauer)

Calle en San Blas (Toqokachi), formando una “chakana”

Consultor: Luis G. Lumbreras

Casa del Inka Garcilaso de la Vega

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Mapa del entorno topográfico del valle del Cusco

Los suburbios del Cusco prácticamente han desaparecido, algunas de las casas con arquitectura Inka, que todavía allí se encuentran, como la Casa de Garcilaso de la Vega, normalmente fueron construidas o reconstruidas después del s. XVI como parte del proyecto urbano español. En lugares como Toqokachi o San Blas, Q’armenqa o Belén, Q’oripata, Rimaq-pampa y otros suburbios, la ciudad moderna está instalada y cubre total o parcialmente los restos pre-hispánicos, la mayoría de los cuales estaban hechos con una arquitectura menos elegante que la de la ciudad y, rodeando a la misma, lo que había era una gran cantidad de terracerías y viviendas modestas. Unidad Temática 4.2.1.3. La formación del Imperio: El Imperio de Los Inkas se inició luego del triunfo militar sobre los Chankas. Ese triunfo era la puerta de salida hacia los territorios que los inkas llamaban Chinchaysuyu, que en alianza con lo Qollas, avanzaron sobre la región que estuvo anteriormente sometida al Imperio Wari. Esa fue la primera expansión de Pachakuti. En esta fase debe corresponder la gestión de consolidación de los territorios conquistados y, posiblemente, el inicio de la construcción de la ciudad del Cusco y de alguna de las otras ciudades levantadas a lo largo del territorio, entre ellas Vilcashuamán, en territorio de los Chankas Unidad Expositiva 4.2.1.3.1. La primera expansión: Pachakuti

Mapa del Tawantinsuyu, mostrando las diferentes fases de expansión de los Inkas, en las tres generaciones de gobernantes que se recuerda en la historia.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.2.1.3.2. Las conquistas de Tupaq Inka Yupanki Luego de la primera fase de expansión, Pachakuti se hizo acompañar con su hijo Tupaq Inka Yupanki y lo indujo a continuar con la tarea expansivo mientras él desarrollaba su gestión en la ciudad del Cusco y la construcción del modelo de Estado y la ideología que le acompañaba. En esta segunda etapa, Tupaq Inka Yupanki amplió considerablemente el área del dominio inkaico, sobre todo después de la muerte del Inka Pachakuti. Todo indica que Tupac Yupanqui continuó la gestión iniciada por Pachakuti, pero el dominio se amplió sobre muchos pueblos aldeanos, tanto por el sur como por el norte del área previamente incorporada.

Aríbalos del Estilo Cusco Figurativo, Inka Imperial

Unku de un Inka

Figurinas de plata, Muro del Cusco inkaico varón y mujer. Inka

Unidad Expositiva 4.2 1.3.3. Imperio de Wayna Qhapaq

Mapa del Tawantinsuyu, cubriendo toda el área conquistada hasta la época del Wayna Qhapaq, quien murió unos cinco años antes de la invasión europea.

Wayna Qhapaq fue, posiblemente el único Inka que nació con la condición de Emperador que había heredado de su padre. De acuerdo a las informaciones de los cronistas, el Inka visitaba constantemente los territorios conquistados, resolviendo en cada uno de ellos las demandas que procedían de los pobladores, a través de los funcionarios de confianza que tenía instalados a lo largo del Tawantinsuyu. De acuerdo al dominio de los informantes Quipukamayos, la población del Inkario en ese tiempo era de varios millones de habitantes y Wayna Qhapaq recibía tributos de ellos mediante el régimen de la Mita y el yanaconaje. Cuando los españoles llegaron, existía un conflicto de sucesión entre Huáscar y Atauallpa, que estaban en plena guerra por esta causa. Fueron los últimos gobernantes de este Imperio. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Mapa q ue muestra las conquistas de Wayna Qhapaq

DIBUJOS DE GUAMAN POMA DE AYALA

Pacahakuti Inka

Mamaoqllo Coya

Anawarke Coya

Wayna Qhapaq

Tupaq Inka Yupanqui

Mama Rauaoqllo Coya

DIBUJOS DE FRAY MARTÍN DE MURÚA

Pachakuti Inka Yupanqui

Consultor: Luis G. Lumbreras

Tupaq Inka Yupanki

Wayna Qhapaq

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TEMA 4.2.2. EL CHINCHAY-SUYU

Mapa que muestra la expansión del Imperio comenzando por el Chinchaysuyu, y a la derecha el Mapa con la ubicación de los cuatro Suyus

El Chinchaysuyu es el rumbo noroeste del Tawantinsuyu. Es la zona donde hay una larga tradición urbana, que se inició hacia el tercer o cuarto milenio de la era pasada, tal como se registra en los valles de la costa que está al norte de Lima. Creció durante el Formativo, con Centros Ceremoniales como el de Chavín, que fueron instalados en casi todos los valles con capacidad de producción agrícola en base a riego y donde, en tiempo de los Inkas, funcionaban las mayores ciudades del Continente. En el Chinchaysuyu estaban sometidos reinos tan poderosos como el de los Chimú de la costa norte del Perú. Fue donde el sometimiento de los pueblos tenía, aparte de la guerra, la vía diplomática que los inkas usaron con frecuencia para sus conquistas. Unidad Temática 4.2.2.1. La sierra centro-sur

Mapa de la sierra centro-sur, ocupada en el siglo XV por varios grupos étnicos, como los Chankas, Soras, Rucanas, Astos, Anqaras y Chukurpus

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Esta sección de la sierra central-sur del Perú es donde comienza el proceso de desertificación, de modo que las plantas tienden a ser más espinosas (xerófitas), con un fuerte dominio de cactáceas y opuntias, como la tuna, que permite criar Cochinilla, que es un insecto que servía para teñir telas con el color rojo. El clima es muy seco y eso obliga a un manejo muy cuidadoso del agua, habiendo creado diversos sistemas de abastecimiento acuífero desde los manantiales y los ríos y el uso de terrazas agrícolas para el uso racional de las pendientes de los cerros. Actualmente las principales ciudades de esta región son Ayacucho, Huancavelica, Huanta, Puquio, Coracora, Andahuaylas y Castrovirreyna, Laramate y Andamarca.

Unidad Expositiva 4.2.2.1.1. Chankas

Mapa que muestra la Región que sirve de sustento a las comunidades llamadas Chankas

Con el nombre Chanka, los Inkas identificaron al grupo étnico con el cual se enfrentaron para definir su posesión del Cusco, definiendo su triunfo como el inicio de la Gran Expansión que organizó Pachakuti. La forma poco definida de esta etnia, hizo que los cronistas españoles no supieran dar cuenta de sus características y términos de referencia, por lo cual en la literatura histórica se incluye como Chanka a toda una serie de poblaciones que cubren la mayor parte de Huancavelica, Ayacucho y una parte de Apurímac. En esa zona, se produce la divisoria de aguas entre la cuenca amazónica y la del Pacífico, siendo esta última la que acoge fundamentalmente a los Rucanas, en tanto que estamos dejando el nombre Chanka asociado a los pueblos de la cuenca del Pampas, en el frente oriental. Las diferencias entre ambos están en estudio. Se conoce como Soras al grupo étnico que está entre ambos.

Plano de Achanchi, sitio Chanka

Vista de río Pampas

- Tipo

Tantawasi, Huanta

Complejo arqueológico de Sondor

Consultor: Luis G. Lumbreras

Cerámica del período Inka, MHRA

Ayaorqo Ayacucho

Pirámide de Sondor en Andahuaylas

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Unidad Expositiva 4.2.2.1.2. Soras, Rucanas

Andenería y detalle de Caniche – Andamarca

Chullpa Kanichi – Andamarca Andamarca, tres pisos de construcción

Pampa Galeras

Chaccu en Pampa Galeras

Pampachiri (Soras)

Caniche – Andamarca

Paisaje de Sondondo

Alturas de Sondondo

Llanura de Pampa Galeras

Puyas en Pampa Galeras

VIDEO: en Pampa Galeras, hay una reserva natural protegida de Vicuñas, así como de los pastos que allí existen y del bosque de puyas que hay en sus márgenes: es indispensable hacer un video con la presentación de las bandas de vicuñas en diversos estados de permanencia y manejo, desde los procesos de reproducción, de alimentación, de captura (Chaccu) y del manejo de la lana, tratando de ofrecer el proceso hasta su etapa final del uso de las fibras para fines de comercialización. Debe ponerse énfasis en la necesidad de proteger esta especie, para combatir la caza furtiva.

Unidad Expositiva 4.2.2.1.3. Huaytará, Inkawasi

Frente externo del Templo de Huaytará, Vista de uno de los edificios de Inkawasi, Huaytará actualmente debajo del Templo cristiano de San Juan

Andenerías de Huaytará

Puerta de accesioa los edificios. Inkawasi

Andenería de Inkawasi

Huaytará es uno de los asentamientos más importantes del tránsito del Cusco hacia la costa de Ica; está en la ruta que nace en Pisco y cruza la cordillera donde está la laguna de Choclococha que era la Pacarina de los Wankas y los Chankas. En Huaytará hay un entorno de manejo inkaico con andenerías muy bien elaboradas y un par urbano conocido como Inkawasi. La cerámica de Huaytará es la misma que se conoce como Inkaica Imperial. Aparte hay asentamientos en diversos puntos de la cuenca del alto río Pisco como el de Uchcus – Inkañan, que era un tambo cerca a Huancavelica, o como los edificios que hay al pie de la laguna de Choclococha. El camino que pasa por Huaytará se dirige al de Tambo Colorado en Pisco. (Se recomienda hacer una maqueta, en forma de diorama del sito de Huaytará con indicación de la ocupación contemporánea, así como acompañar esto con una foto aérea de la zona, ubicando los sitios mencionados en el texto)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.2.2.2. La costa Centro-Sur

Mapa de la costa Centro-Sur

Estamos identificando como costa Centro-Sur, básicamente la que está comprendida dentro del departamento de Ica, el sur de Lima y norte de Arequipa, entre los valles de Mala hasta Acarí. En tiempo de los Inkas vivían allí el poderoso pueblo de Huarco, el de Chincha y el de lo señoríos de Ica y Nasca. En realidad es una zona que tiene dos partes, la del norte, con dos valles agrícolamente muy generosos, como el de Cañete y el de Chincha y, hacia el sur los oasis de Ica, Nasca y Caravelí. En tiempos antiguos este era el ámbito de los pueblos de Nasca, y en los tiempos recientes se les identifica con el nombre de Ica. Siempre fueron productores de una cerámica policroma muy apreciada y de una industria textil de alta calidad, que combinaba el algodón con la lana de camélidos, su producción agrícola estaba íntegramente manejada con tecnología hidráulica propia del desierto, que es el paisaje dominante de la zona, aunque los grandes proyectos hidráulicos, nunca alcanzaron la magnitud de los del Norte Fértil

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.2.2.2.1. Chincha y Pisco

Plano de Tambo Colorado (Pisco)

Frontis de Tambo Colorado

Frisos en Huaca Centinela, Chincha

La Centinela, Chincha (C.Morris)

El valle de Chincha es el último que se forma por un cono deyección del río que baja de la cordillera; el de Pisco es intermedio, pues al sur de éste lo que hay son oasis. Entre ambos valles está la Península de Paracas, que separa el amplio desierto que se inicia en el tablazo de Ica y la zona de los valles de Chincha y Cañete, entre los cuales está la quebrada de Topará. Históricamente, el valle de Chincha se convirtió en un señorío muy poderoso, en donde los agricultores, pescadores y mercaderes, dominaban el espacio económico de sus pobladores, lo que permitía que estos se dedicaran al tráfico de bienes en bastos territorios, por mar y por tierra. Las crónicas hablan de unos 30,000 habitantes en el Valle de Chincha, que vivían en tres grandes centros urbanos como el de Chincha Baja o Tambo de Mora, que era un puerto muy activo, el de Lurinchincha y el de Las Huacas en el centro del valle, además de una serie de asentamientos menores. Sus conexiones principales eran con cañete y con Ica, pro su presencia era importante en Lima, en Cusco y en Puno.

Estilo Inka de Costa Sur ceremonial. Ica

Olla Inka de Costa Sur

Vasijas Estilo Ica Tardío

Consultor: Luis G. Lumbreras

Estilo Ica-Inka

Textil en algodón, Chincha Remo

Huaquiná, valle de Topará

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Unidad Expositiva 4.2.2.2.2. Nasca – Ica

Paredones de Nasca

Cerro Pietro.Ica

Huayuri. Nasca

Achirana del Inka. Ica

Tejido estilo Ica

Unidad Expositiva 4.2.2.2.3. Huarco-Cañete

Edificios en Inkawasi, Lunahuaná

Cerro Azul

Fortaleza de Ungara

Huarco es el nombre que antiguamente tenía el valle de Cañete y era el que correspondía a los jefes étnicos que allí gobernaban. Hay grandes espacios llamados fortalezas, que fueron construidos en el periodo inmediatamente anterior a la llegada de los Inkas, tales como Ungara y Cerro Azul, sin embargo todo indica que Huarco adquirió su mayor nivel de desarrollo durante el tiempo inkaico. Sus dominios abarcan toda la parte baja del valle y la sección media que incluye Lunahuaná, donde se construyó el asentamiento Inka más importante de toda la región, llamado Inkawasi, que según tradición era una suerte de “Cusco” en la costa. Era el paso hacia los altos del río Cañete, tierra de los Yauyos.

CERÁMICA HUARCO

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.2.2.3. La Sierra Central

Mapa de la Sierra Central-Norte (Lima, Pasco, Junín, Huancavelica)

Los Wankas constituyen una de las entidades poblacionales mejor establecidas en ese tiempo en la Sierra Central. Los estudios arqueológicos indican que en esta etapa se produjo la transición de una formación social de jefaturas de base aldeana, a una compleja organización con diferenciación social y próxima a la formación de un Estado que, en efecto estaba en condiciones de enfrentarse a la expansión cusqueña. Sus poblados tenían un alto nivel de concentración demográfica, especialmente en la región de Jauja, donde lugares como Hatun Xauxa o Tunanmarka, llamadas ciudades chullparias, ocupaban las partes altas de los cerros. El Valle del Mantaro era el núcleo central, pero la ocupación Wanka también comprendía varios de los valles al norte de Huancavelica y prácticamente todo Junín, en donde los grupos de Chinchaycocha, cuya capital era Pumpu o los de Tarma, eran parte de una tierra generosa en la producción agrícola, ganadera y manufacturera. Hacia el oriente, si bien no son una ocupación plenamente Wanka, ésta se expandió hasta la Ceja de Selva, con una fuerte presencia en Tarma y, de otro lado por el oeste influyó significativamente sobre los pueblos de Canta, con restos como lo de Chiprac y Ruprac, en la sierra de Lima, o los que ocupaban los territorios de Yauyos y Huarochiri

Unidad Expositiva 4.2.2.3.1. Wankas, Sausas:

Plano de un asentamiento Asto-Wanka en Kuniare,según Lavallé y Julien

Consultor: Luis G. Lumbreras

Cerámica del estilom Mantaro, Wanka

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Ruinas de Tunanmarka, Valle del Mantaro

Ciudad Chullparia de Hatun Xauxa

Unidad Expositiva 4.2.2.3.2. Junín En el entorno del lago de Junín vivían los pueblos identificados con el nombre de Chinchyacocha, que era como se conocía al lago, que queda en la parte alta de la meseta de Bombom, que forma parte del nudo de Pasco, donde se unen las cordilleras del Este y el oeste, estableciendo una separación entre el norte semihúmedo y fértil y el sur árido y desértico. Esta división coincide con el territorio de la puna, que es el habitad preferido por los camélidos andinos, donde se produjo la domesticación de la Alpaca y presumiblemente, más al sur, el de la Llama. Son tierras de pastores las que se inician aquí, con dos grandes valles en el norte y el sur, el del Mantaro y el del Vilcanota, y con arrugadas quebradas con valles estrechos en el intermedio. Los Chinchaycochas, los taramas y los Wankas, junto con los Astos , los Atavillos, los Yauyos y otros, habitaron este territorio.

Lago de Junín o Chinchaycocha, con Llamas

Llacta Pumpu, sitio Inka en Junín

Camino Inka en Junín

Unidad Expositiva 4.2.2.3.3. Atavillos

Chiprak

Chullpa Arahuay

Vista de recintos de Rupac

Chullpa Rupac

(Es deseable que se elaboren maquetas tipo diorama de al menos un asentamiento Wanka, que puede ser Tunanmarka y uno de Atavillos, que podría ser Rupac, o una maqueta de los Kullpis o Chullpas)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.2.2.4. La costa central

Mapa de la Costa Central (Lima)

La costa Central que tiene como núcleo los valles de Lima (Chillón o Carabayllo, Rimac y Lurín, incluyendo por el norte los llamados valle del norte chico) es la zona de concentración hídrica mas solvente después de los valles de Trujillo, con riego permanente que procede de las montañas de la Sierra Central. Gracias a su ubicación, esta es una zona de convergencia migratoria de los pueblos de Ancash, Junín, Ayacucho, Huancavelica e Ica, así como de los habitantes de la Selva Alta. Por estas características, su desarrollo, desde los valles de Supe, Huaura y Pativilca, hasta los de Cañete y posiblemente Chincha, lograron niveles muy altos de crecimiento desde el Arcaico, con sitios del tipo de Caral, pasando por Chavín, hasta llegar al exitoso Pachacamac.

Unidad Expositiva 4.2.2.4.1. Chilca

Ruinas de Aquira, Chilca

Consultor: Luis G. Lumbreras

Dibujo de ánfora estilo Puerto Viejo

Cerámica Tardía del Sur Chico

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Unidad Expositiva 4.2.2.4.2. Itchma

Cerámica Itchma encontrada en Maranga

Huaca Tres Palos en Maranga (Lima)

Cerámica Itchma de Maranga

Palacio de Puruchuco, Lima.

Dibujo reconstructivo Armatambo, hoy prácticamente desaparecido Lima

Tejido y Ceramio Cañete, hallado en Armatambo

Cerámica Itchma Huaca Pucllana

Tamboinga del Chillón

Restos muros, destruidosen Armatambo, Chorrillos,

Pequeño frasco Itchma. Armatambo

Cerámica del estilo Puerto Viejo

Foto aérea de Armatambo

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Plano de la ciudad de la ciudad de Pachacamac

Pachacamac funcionaba como Templo-Santuario en los tiempos del dominio Inka, y posiblemente desde los de su original adscripción al Imperio Wari. En ambos casos el sitio funcionaba como un oráculo y de acuerdo con la información arqueológica vigente, existían toda una serie de palacios (Pirámides con rampa) de vivienda muy restringida para una élite sacerdotal encargada de mantener activo el culto a Pachacamac, divinidad principal, y al conjunto de otros personajes míticos y mágicos, operadores del oráculo. Los peregrinos debían recorrer, para llegar a Pachacamac miles de kilometros, desde el extremo norte del Tawantinsuyu y su extremo sur.

VIDEO: Con la presentación reconstructiva de la ciudad de Pacahacamac, acompañando la maqueta de ésta, se debe organizar una visión de la forma como funcionaba este Templo-Santuario. Reconstruir el camino de los peregrinos

Unidad Expositiva 4.2.2.4.3 Chancay Chancay, que comprende los valles del Chillón, Ancón y Chancay, con extensiones hacia el norte y el sur, estuvo bajo el dominio del reino del Chimor en la época en que llegaron los Inkas a conquistar esos valles para incorporarlos al Tawantinsuyu. Es después de los valles de Moche, Lambayeque y Lima, uno de los más activos desarrollos urbanos que hubo en el área andina, con una producción agraria sobresaliente, asociada significativamente con la pesca y el pastoreo y con una exitosa producción manufacturera de nivel industrial, tanto en el rubro textil, cuanto en el alfarero. Chancay tuvo la producción manufacturera de mayor versatilidad en su época, asociada a una evidente estrategia de mercadeo con distribución significativa en toda la costa peruana y una parte de la sierra norte y la sierra central.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Pisquillo

Asentamiento de Shicras, Huaral

Cer谩mica estilo Chancay N/B

Figurinas Chancay, var贸n y mujer

Ceramio Chancay hallado en Maranga

TEJIDOS CHANCAY

Unidad Expositiva 4.2.2.4.4. Paramonga

Fortaleza y dibujo de Paramomnga

Consultor: Luis G. Lumbreras

Detalle arquitect贸nica de Paramonga

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Unidad Temática 4.2.2.5. Sierra Centro-Norte

Mapa de la Sierra Centro-Norte

El Callejón de Huaylas se forma entre la Cordillera Blanca y la Cordillera Negra y es uno de los territorios andinos de una generosa producción agraria y minera. En su seno se forjaron los procesos más intensos de la sierra peruana, desde los tiempos arcaicos, cuando se produjo la transición hacia la forma de vida de base agraria. Allí se pudo encontrar la historia de los cazadores recolectores del guitarrero y Quishquipumcu, simples agricultores iniciales que lograron avanzar hacia centros ceremoniales tan importantes como La Galgada y Huaricoto, consolidando luego el desarrollo regional conocido como Recuay y, finalmemente albergando formaciones urbanas tan complejas como las de Willkawain y Honcopampa, sedes del Imperio Wari, en estrecha relación con lo que ocurría en la costa norte del Perú. En el frente oriental de la Cordillera Blanca, en el Callejón de Conchucos, se desarrolló Chavín como centro promotor del proceso civilizatorio andino en general. En tiempo de los Inkas se desarrollaron centros poblados de grandes dimensiones como los de Waritambo y luego más hacia el Este el de Rapallán y Tantamayo. Lugares de trayectoria más antigua, como el de Yayno en Pomabamba. Unidad Expositiva 4.2.2.5.1. Callejón de Huaylas

Edificio Huaulla, cerca de Huaraz

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Unidad Expositiva 4.2.2.5.2. Conchucos, Pincos

Centro urbano y Qolqas de Huaritambo, en el área de Conchucos

Vista panorámica de Huari Marcajirca

Chullpas Huari Marcajirca

Unidad Expositiva 4.2.2.5.3. Huánuco

Vista de la ciudad inkaica de Huánuco Pampa Susupillo en Tantamayo

Chullpa en Rapallán

Asentamiento Piruro en Tantamayo, Huánuco

Vista Centro Urbano Rapallán

Cerámicaprocedente

Torres funerarias. Rapallán

Complejo Arqueológico de Garu, Huánuco

(Elaborar una maqueta de Garu o Piruro, en Tantamayo o la de Rapallán, forma de dioramas donde se aprecie el contexto territorial. Preparar un video documental con referenncia a este tipo de asentamientos y a la forma como se presenta el ecosistema asociado)

Unidad Temática 4.2.2.6. Reino del Chimor (Zona septentrional)

MAPA DE LOS VALLES DE PIURA, LAMBAYEQUE Y LA LIBERTAD, OCUPADOS POR CHIMÚ Valles de la Zona Septentrional del reino de Chimor (Piura, Lambayeque y La Libertad)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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El reino de Chimor, incorporó bajo su dominio a las poblaciones comprendidas entrela cuenca de Tumbes y el valle de Carabayllo en Lima, es decir un territorio mayor a los 1,000 km de longitud a lo largo de toda la costa. Es un territorio donde el desarrollo urbano había llegado a su pleno apogeo con grandes ciudades y sistemas de comunicación por mar y tierra bastante avanzados. Su capital estaba al norte del valle de Moche, llamada Chan-chan, una de las ciudades de barro más grandes de América, con palacios, templos piramidales y vivienda popular, de una población que incluía a los Ci-quic, los reyes del Chimor, los Paraeng (equivalentes a los curacas), los agricultores, artesanos y mercaderes, junto a las guarniciones de soldados y trajinantes. La sección Septentrional que se inicia en Chicama y continua con Jequetepeque y Lambayeque, era un territorio íntegramente mantenido a base de una intensiva actividad agraria de tipo hidráulica, en medio de desiertos como el de Olmos y Sechura que dividen el territorio en dos y que ahora separan Lambayeque de Piura. Esta es la zona de desarrollo urbano más pronunciado, donde se hallan las ciudades más grandes y populosas de este reino, como las del Purgatorio, Apurlec o Batangrande. Destaca la manufactura en plata y en oro y la producción industrial de alfarería

Unidad Expositiva 4.2.2.6.1. Tumbes

Ruta de Pizarro a su ingreso al Tawantinsuyu, por Tumbes y Piura

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Restos arqueológicos de Cabeza de Vaca

Cerámica Cabeza de Vaca (Corrales)

Plano del sitio Rica Playa en Tumbes. Según Petersen

Plano de las Ruinas de Huaquillas

Plano de Ruinas del Platanal

Francisco Pizarro llegó a las costas del Perú luego de recorrer la costa colombiana y ecuatoriana y tocar la isla de Puná. Su entrada fue por Tumbes en un punto conocido ahora como Cabeza de Vaca; de ahí hizo un recorrido por los caminos inkaicos, hasta llegar a Poechos en tierra de los Tallanes. En su recorrido tocó una serie de poblados antes de llegar al lugar que bautizó como San Miguel de Piura, desde donde se enrumbó hacia Cajamarca, donde estaba el Inca Atauallpa e inició el proceso de la invasión española del Tawantinsuyu.

Plano de Ruinas del Guineal

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.2.2.6.2. Piura-Tallanes

Sitio arqueológico de Narihualá,

Cerámica Tallán

Piura Sitio Inka de Aypate

Aríbalo estilo Inka Provincial

Entrada a la plataforma de Aypate

Aribaloide estilo Provincial

Estilo Aríbalo Chimú-Inka

Vasija doble cuerpo estilo Chimú-Inka

Unidad Expositiva 4.2.2.6.3. Lambayeque

Restos arqueológicios de la ciudad de Apurlec

Vistas de Túcume

Parte de Túcume. La Colina Principal

Frisos de Túcume

Orfebrería Lambayeque

Cerámica Lambayeque

(Se recomienda hacer una maqueta de Aipate, un mapa 3D de la ruta de Pizarro y modelos a escala 1:1 de los frisos de Túcume, con una maqueta de Túcume) Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.2.2.7. Reino de Chimor (Zona meridional)

MAPA DE LOS VALLES AL SUR DE CHAN-CHAN CAPITAL DEL REINO DE CHIMOR

Mapa de los valles comprendidos dentro del reino (o Imperio) de Chimpu, en la Libertad, Ancash y Lima.

Al sur de la ciudad de Chan-chan se encuentran valles menos anchos que los del norte, con cursos permanentes de agua, aun cuando el riego era de menor cuantía. Entre Moche y Santa están los cursos de los ríos Virú y Chao y, al sur de Santa están los de Nepeña, Casma y Huarmey, todos ellos asociados a Humachuco los del norte y a la Cordillera Negra los del sur, lo que permitió una relación permanente entre ambas regiones, de modo que en los valles de la costa y en la sierra vecina, los procesos históricos son congruentes. Todo esto estaba asociado a la gestión de Chan Chan, que colocó asentamientos administrativos en cada valle, aun cuando no tenían la intención dominadora de los que luego impusieron los inkas y al parecer estaban más integrados con los pueblos naturales, según revela el dato arqueológico. En esta zona no hay grandes ciudades Chimú y salvo el sitio del Purgatorio en Casma, las ciudades de los valles que están más al sur, se trasladan a un modelo mas próximo a los centros urbanos de Lima, como los que se desarrollaron en el valle de Chancay. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.2.2.7.1. Valles de Trujillo

Plano de la ciudad de Chan-chan

Pasaje interior del Palacio Detalle ornamental en muro de Nik-an

Pasaje interior en Chan-chan

Friso ornamental

Ornamento de muro interior

Vista frontal en el ingreso al palacio de Nik-an (Tshudi)

Wachaque en la ciudad de Chan-chan

Sitio de la Esmeralda, Trujillo

Vista aérea de la Ciudad de Chan-chan

Maqueta de madera de entierro Chimú,

Consultor: Luis G. Lumbreras

Ídolo ChanChanPalacio Rivero.

Chiquitoy viejo

Vaso Chimú de plata

Cerámica Chimú Pastor de llamasChimú-Inka

Castillo de Tomaval, Valle de Virú

Ornamento Chimú, de oro Maqueta en plata hallada en la H. de la Luna, Moche

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Unidad Expositiva 4.2.2.7.2. Casma

Vista del sitio El Purgatorrio en Casma

Cerámica de El Purgatorio Cerámica Chimú en Casma

Manchan en Casma

Cerámica de Estilo Casma

(Elaborar maquetas de El Purgatorio y Manchan a escala menor, y obtener cerámica Casma originales) Unidad Temática 4.2.2.8. Sierra Norte

Mapa de la Sierra Norte (Amazonas, Cajamarca, La Libertad y San Martín)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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La Región de Amazonas. Cajamarca y Huamachuco, son territorios asociados a la sección Septentrional de los Andes; la separación entre la Puna y la Jalca en el territorio alto-andino, se produce justamente entre Huamachuco y Cajamarca. La zona tiene los centros urbanos más grandes de la sierra, destacando especialmente los de los Chachas o Chachapoyas, con lugares populosos como Kuelap en Amazonas o los del complejo de Pajatén en San Martín, en la cuenca del Huallaga. Una de las cosas que destaca es la arquitectura ornamental, en piedra que desarrollaron estos pueblos, que lograron influir incluso a los Inkas del Cusco, con la inserción de la arquitectura ornamental de Choquequirao en tiempos del Inka Tupaq Yupanqui.

Unidad Expositiva 4.2.2.8.1. Caxamarca

Cuarto de rescate restaurado

Chullpa de Lipa

Las Ventanillas de Otuzco, Cajamarca

Trono del Inka en Santa Apolonia, Cajamarca

En noviembre de 1532, fue apresado el Inka Atauallpa y encerrado en uno de los recintos de una casa de la que ahora sólo queda un cuarto llmado “El Cuarto del Rescate”. En este lugar, el Inka para ser liberado, ofreció y cumplió con la entrega de dos de estos cuartos llenos de plata y uno lleno de oro, hasta una altura equivalente a la talla del Inka con el brazo en alto, con lo cual se calcula que la altura de llenado de metales preciosos, era superior a los dos metros. El tesoro fue entregado a los españoles y ellos se lo repartieron al peso, enviando al rey de España la quinta parte del mismo. Pese a eso, el Inka fue ejecutado.

Cerámica Cajamarca

Consultor: Luis G. Lumbreras

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VIDEO: se trata de presentar la captura del Inka Atauallpa, con Pizarro, Valverde y otros, tomando en cuenta las Crónicas de la Conquista; luego presentar el acopio de los tesoro y la ejecución del Inka, con la oposición y retiro de Hernándo Pizarro, que se fue a España.

Unidad Expositiva 4.2.2.8.2 Huamachuco

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Vistas de Marcahuamachuco

Vista aérea de Viracochapampa

Huamachuco fue la sede de un Señorío que tenía como capital la ciudad de Markahuamachuco. En tiempo de los Inkas, éstos habilitaron un centro administrativo en lo que es ahora la ciudad de Huamachuco, donde quedan restos de lo que fue el Ushnu y segmentos de la plaza del viejo Huamachuco. Los españoles se alojaron allí en su proceso de avance sobre el Tawantinsuyu, a los pocos días de la toma de Cajamarca.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Plano de la ciudad de Huamachuco

(Elaborara maqueta de Markahuamachuco a escala menor y una maqueta reconstructiva dl asentamiento Inka de Huamachuco)

Unidad Expositiva 4.2.2.8.3. Chachas

Plano de Pajatén

Personaje en Pajatén

Mausoleo de Revash

Torre de Pajatén

Pajatén (Río Abiseo)

(Elaborar maqueta del sitio tipo diorama 1:25 con detalle arquitectónico) Pajatén es el nombre de una leyenda que hablaba de una ciudad muy rica perdida en medio de la selva, fue descubierta en las proximidades del río Abiseo, que es la parte alta de un afluente del Huallaga. Es una arquitectura novedosa con ornamentación estructural con personajes zoomorfos y antropomorfos, hechos con relieves que son parte de la estructura paramental. Se trata de algo equivalente a una aldea, muy elegante, con pisos enlosados, caminos empedrados y una serie de edificios que parecen ceremoniales. En las excavaciones se encontró cerámica Inka, pero también restos de ocupaciones anteriores. Es parte del Complejo étnico conocido como Chacha, cuyo ámbito de ocupación está entre la región de Chachapoyas y Leimebamba y la de San Martín. La historia de estos pueblos incluye un Complejo de adaptaciones a la vida de la Selva Alta y las poblaciones tienen asentamientos que están por encima de los 2,000 m.s.n.m, y también hacia 500, donde se inicia la llanura amazónica. Destaca la complejidad de sus ritos funerarios, donde hay evidencias de momificación y del cuidado en la habilitación de sus mausoleos, que se convierten en obras arquitectónicas muy vistosas. Hay la leyenda que los jefes Chankas que perdieron la Guerra con los Inkas, se refugiaron en este territorio. Hay restos de tejidos, que indican conexiones con Wari y cerámica de los tipos de Revash y Chipuric. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Mausoleos de varios pisos, Piruru, Huánuco Sepulcros funerarios de Carajía

Muralla externa de Kuelap

Edificio reconstruido de Kuelap

Cerámica Kuelap

Cochabamba

Cerámica Revash

Cima de Kuelap

Cerámica Chipuric

(Elaborar maqueta de Kuelap, tipo diorama) Maqueta Kuelap

Unidad Temática 4.2.2.9. Andes Ecuatoriales

Consultor: Luis G. Lumbreras

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En la costa ecuatoriana, comprendida entre Manabí y el Guayas, se desarrolló una formación social identificada como Manteña, cuya característica principal era su fuerte adhesión a la actividad marina, pese a que vivían especialmente en los cerros de la Cordillera de Chongón-Colonche, que es una cadena costeña paralela a la Cordillera de los Andes y que se inicia en las en los cerros de Amotape, entre Piura y Tumbes. Los Manteños que conducían la “liga de los mercaderes”, practicaban la pesca y la navegación como actividad principal y por lo tanto una de sus actividades mas socorridas era la circulación y distribución de productos en todo el territorio costeño. Los españoles, en 1529 se encontraron con una de estas balsas, que llevaba a numerosos tripulantes con mercaderías de telas finas y orfebrería, así como alimentos para una larga duración y varios ejemplares de llamas. La Isla de la Plata era uno de los lugares centrales de este proceso de mercadeo marítimo, donde el principal producto era el de un molusco bivalvo del tipo “Spondylus” que era una ofrenda para los dioses del agua y casi siempre acompañado de una caracola del tipo del “Strombus Galeatus” (Pututu), que era usado como trompeta)

Spondylus Princpes (Mullu) y Pututu a los cuales rendían culto

Unidad Expositiva 4.2.2.9.1.: Huancavilca y Mantas

Objetos de oro Milagro-Quevedo

Asiento manteño

Estela de piedra Huancavilca

Cerámica Huancavilca

Cerámica Manteña

Máscara Manteña de oro

Balsa Manteña

Cerámica manteña-Huancavilca

Unidad Expositiva 4.2.2.9.2. Callejón Interandino Sur: Cañaris y Paltas

Todos los Santos, Cuenca. Tomebamba, Pumapungo, Cuenca. Ecuador

Ruinas de Tomebamba en Cuenca

Consultor: Luis G. Lumbreras

Cerámica Inka- Cañari

Cerámica Cashaloma

Sitio inkaico de Ingapirca

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Los Cañaris fueron el grupo étnico más próximos a los Inkas, especialmente a Wayna Quapaq que, según la tradición conservada era el lugar en donde nació. Hay dos centros urbanos muy importantes en la zona, uno de ellos es conocido como Ingapirca y el otro como Tomebamba. Este último se encuentra bajo la ciudad de Cuenca y solo una parte de sus edificios es conocida, era considerado como el segundo Cusco del Tawantinsuyu; cerca se encuentran también las ruinas de los paredones. (Elaborar maqueta tipo diorama de Tomebamba y Todos Santos) 4.2.2.9.3. Callejón Interandino Norte:

Cerámica Inka-Puruhu

Cerámica Puruhuá-Inka

Elén Pata, Riobamba (Ecuador

La sierra central ecuatoriana, donde se encuentra la ciudad de Riobamba es y fue un punto de convergencia de las poblaciones del norte, el oriente y el sur ecuatorial. Hasta este punto llegaron, al parecer las conquistas iniciales de los Inkas, quienes solo pudieron avanzar hacia el norte cuando contaban ya con el apoyo de la población de los Puruháes. Es una de las zonas en donde las estrategias económicas y sociales de los Inkas, encontraron sus mayores posibilidades de adaptación, incluyendo la construcción de andenes que no hay en otras partes del ecuador, en realidad, salvo sus vecinos del sur, los Cañaris de la Azuay y los Paltas de Loja, la vida inkaica se desarrolló en términos parecidos a los de otras regiones del Tawantinsuyu. La Arqueología indica que antes de la llegada de los Inkas, ya esta era una zona de desarrollo acelerado, tal como se puede apreciar en la secuencia que se conoce en El Guano, con edificaciones de barro y de piedra y asentamientos de tendencia concentrada. Ambatos, Latacungas y Quitos

Puerta de entrada a un cuarto Inka

Muro Isodomom con vano de acceso

Cerámica Estilo Panzaleo o Cosanga

Vista Capilla de San Agustín del Callo

Cerámica Tuncahuan

Cerámica Chaupicruz,Quito

Cayambes, Caranquis, Pastos

Imbabura Cochasqui, asentamiento urbano de los Caranqui

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Vista de una de las pirámides de Cochasqui

Maqueta de Coshasquí

(Se recomienda hacer una maqueta de Cochasquí y San Agustín del Callo, con detalles de los sitios)

Cerámica Capulí

Bohíos Pastos, cerámica Estilo Capulí

Tuza

Piartal

El norte del Ecuador, fue una de las zonas de activo crecimiento, especialmente a partir del s. IX de nuestra era. Su relación con los “Yumbos” orientales –Quijos- y los Yumbos occidentales –Cayapas- es perceptible en todas sus manifestaciones culturales, lo que vincula mucho esta región con los frentes selváticos de estos territorios, a tal grado que por ejemplo la cerámica llamada Panzaleo por Jijón y Caamaño o Cosanga llamada por Pedro Porras, consumida activamente, tanto en Imbabura como en todo Pichincha, Cotopaxi y Tunguragua , era producida en el territorio de los quijos; así mismo la aplicación de las estrategias hidráulicas mas complejas como las que se desarrrollaron en Tulipe, en las yungas occidentales al nor-oeste de Quito. Quito fue uno de los puntos estratégicos de la ocupación inkaica y si bien el asentamiento de Quito ha desaparecido bajo el crecimiento de la ciudad actual, quedan restos de ella.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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TEMA 4.2.3. EL ANTI-SUYU: LA FRONTERA ORIENTAL

Mapa del Tawantinsuyu y la indicaci贸n de las poblaciones vecinas orientales

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.2.3.1. Tampus, Lares, Poques Unidad Expositiva 4.2.3.1.1. Ollantaytambo

Vista de Ollantaytambo

Muro Megalítico de Ollantaytambo Pasaje en Ollantaytambo Qolqas frente a Ollantaytambo

(Elaborar maqueta tipo diorama de Ollantaytambo)

Aríbalo Estilo Polícromo A

Aríbalo tricolor, diseño geométrico

Olla Estilo Inka

Vasija abierta con rombos en panel

Plato con asa de Pato. Cusco Estilo Inka

Unidad Expositiva 4.2.3.1.2. Urubamba, Vilcabamba y Choququirao

Chincheros, vista restos arqueológicos

Moray

Yucay Casa de Wayna Quapaq

Restos Arqueológiocs y andenería de Pisaq

Huchuyqosqo

Cerámica HuchuyQosqo

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Vista y plano de Wiñaywayna

Puyupatamarca

Qente

Kusichaca

Espíritu Pampa

Choquequirao (Es recomendable disponer de maquetas de escala menor de cada uno de los sitios mencionados en el Guion o de algunos otros más, a fín de entregar información sobresaliente de la ocupación humana en el área de la capital del Tawantinsuyu) En el entorno del Cusco había una serie de pueblos que estaban conectados fundamentalmente por su ligazón con la cuenca del río Urubamba, donde se encuentra la sección más amplia de los valles del Vilcanota. Toda esta área, desde varios siglos antes de los Inkas, había estado sometido a un tratamiento singular de mejoramiento y aporpiación de las tierras mediante una política de construcción de terracería agrícola y diversos sistemas de canalización del agua, tanto para su abastecimiento, como para su evacuación o drenaje. Eso hizo que esta zona se convirtiera pronto en un extenso valle al que se consideró sagrado, donde la mayor parte de las tierras han sido manejadas técnicamente bajo el control político de los Inkas. Comenzando a la altura de Huayllabamba hasta el codo del río, frente a Mandor-pampa, en la parte baja de Machupiqchu, teniendo como centro a Ollantaytambo hay una serie de asentamientos mayormente elegantes de los Inkas. Machupiqchu es uno de ellos. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Mapa de ubicación de los principales sitios cerca del Cusco

Unidad Temática 4.2.3.2. Pueblos de las montañas

Mapa con ubicación de los grupos étnicos del Tawatinsuyu y la frontera oriental

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Las entidades étnicas vecinas a Tawantinsuyu, tanto hacia el norte, cuanto hacia todo el oriente, se pueden contar por varias decenas y no necesariamente eran interactuactes con el Imperio del Tawantinsuyu. En el norte del territorio, frente a lo que ahora es el Ecuador, los grupos étnicos del río Napo y Caquetá, interactuaron permanentemente con los habitantes del Callejón Inter-andino, de modo que los Cofanes, los Quijos, los Canelos, los Jibaros y Aguarunas, que eran los vecinos orientales del mundo andino, estuvieron presentes todo el tiempo con sus diversas formas de conexión con los habitantes cordilleranos; ocurría algo parecido con los vecinos amazónicos del territorio que ahora ocupan el Perú y Bolivia, sin embargo algunos de ellos como los Amaracaires y Huachipaires, así como los Matchiquengas, Ashaninkas y Piros tuvieron intervenciones muy asociadas al poder Imperial del Cusco, incluyendo a los Chiriguanos, que es un grupo de origen Guaraní, cuya presencia era recordada en el Cusco. Mas al sur los habitantes del Chaco eran los vecinos del área meridional andina.

Unidad Expositiva 4.2.3.2.1. Amaracaires y Huachipaires

Pobladores Amaracaires de Madre de Dios que viven en el Manú y Tampo Pata

Pobladores Amaracaire

Pobladores de Huachipaire, que viven en el Distrito de Kosnipata en Paucartambo

Unidad Expositiva 4.2.3.2.2 Matchiguengas, Piros y Campas/Ashaninkas:

Pobladores Matchiguengas que viven Piros habitantesen varios puntos Pobladore Ashaninkas en Echarat (La Conevnción, río Tambo de Loreto y Madre de Dios (Satipo y el Manu (Madre de Dios)

Pobladores Ashaninkas con armas, también llamados Campas

Unidad Expositiva 4.2.3.2.3.. Chiriguanos

Habitantes Chiriguanos de origen Chaqueño Pobladores Chiriguanos

Roca tallada de Samaipata en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia

Samaipata, se asume como el sitio Inka más oriental del Tawantinsuyu (Se propone elaborar una maqueta detallada del sitio de Samaipata en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia) Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.2.3.3. Yumbos Los grupos étnicos que cubren el territorio que corresponde a los afluentes septentrionales del río Amazonas, el Pastaza, el Napo y el Putumayo, tuvieron una actividad económico-social muy intensa en sus conexiones con los pueblos de la cordillera y la costa del ecuador. Son registrados arqueológicamente con detalles de rango evolutivo similar al de los pueblos cordilleranos, tal es el caso de los Quijos y los Cayapa-colorado, que de alguna manera son parte directa de la historia del Callejón Inter-andino. En cambio, los Shuar o Jíbaros tuvieron una vida más próxima a los modelos típicos de los demás pueblos de la Amazonía. Estos son los famosos “reducidores” de cabezas y en su historia existen indicios de procesos de amplia intervención sobre los territorios de su habitad; son además los dela población más numerosa de la región.

Unidad Expositiva 4.2.3.4.1. Quijos

Pobladores Quijos, en la actualidad Mujeres Quijos

Unidad Expositiva 4.2.3.4.2. Cayapá-colorado

Poblador Colorado, habitan al oeste de Quito, Pobladores colorados navegando en el río. principalmente en Santo Domingo de los colorados. Se les llama así porque se pintan la cabeza con Achiote.

Unidad Expositiva 4.2.3.4.3. Shuar (Jíbaros)

Pobladores Shuar en traje festivo

Shuar en actividad ceremonia Reducidores de cabeza Jíbaros

Cabeza reducida

VIDEO: se recomienda un video documental sobre la vida de los pobladores amazónicos en términos de su subsistencia, sus trabajos y actividades cotidianas dentro de la división social del trabajo, así mismo la vida política interna, en relación con sus jerarquías y actividades festivas, el video debe dar cuenta de las características del medio ambiente del papel de la familia y los procesos reproductivos, alimentación, vivienda, ciclo vital y parentesco.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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TEMA 4.2.4. EL KUNTI-SUYU

Mapa del territorio que se supone que cubría el rumbo identificado como KUNTISUYU

El Kontisuyu es la salida al mar que tiene el Cusco y cubre el sur de Ica y las sierras y costas de Arequipa, Moquegua, Tacna y al parecer también Arica, aun cuando los valles de esta última parte se incorporan, con frecuencia, al Qollasuyu. El Kontisuyu proporcionaba al Inka de los productos marítimos que éste requería, especialmente el Cochayuyu y los pescados y moluscos secos o salados. Hay referencias al hecho de que el Inka recibía también pescado fresco del mar, lo que posiblemente se podía lograr en un viaje muy rápido por el Camino Inka, cruzando la cordillera y tal vez manteniendo el pescado fresco en vasijas con agua para preservarlos, pues aunque los Chaskis fueran muy rápidos, el trayecto desde Puerto Inka hasta el Cusco, lleva algo más de una jornada, que vencidos los pasos por el valle, en unas pocas horas, se ingresa a un ambiente muy frío en la puna, que pudo ayudar a este proceso. Los habitantes del Kontisuyu eran constantemente requeridos por el Inka, gracias a la materia prima procedente del mar, de las minas y de los valles que como el del Colca, los del Tambo o Cotahuasi, proporcionaba materia prima textil.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.2.4.1. Condesuyos Unidad Expositiva 4.2.4.1.1. Quebrada de Vaca

Plano de Puerto Inka (Quebrada de la Vaca- Arequipa)

Vista de recintos posiblemente para depósitos o vivienda en Quebrada de la Vaca

Vista de una kancha o plaza con almacenes o Qolqas y de una sección del Puerto Inka en Quebrada de la Vaca

(Mapa y maqueta tipo-diorama del sitio en su conjunto) Unidad Temática. 4.2.4.2. Collagua (Kollawa) Unidada Expositiva 4.2.4.2.1. Cotahuasi y Colca

Paisaje del Valle del Cotahuasi

Andenería en el Cañon del Cotahuasi

Asentamiento en el Colca Restos arqueológicos Inka en Cotahuasi

Paisaje del Valle del Colca

Cerámica y textil Chuquibamba o Qollagua

Unidad Temática 4.2.4.3. Pukina Unidad Expositiva. Arequipa y Moquegua:

Chullpa de Churajón Estructura Inka en Churajón Pocsi, Quequeña, Arequipa Asentamiento Puquina

Consultor: Luis G. Lumbreras

Churajón

Chiribaya

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TEMA 4.2.5. EL QOLLASUYU

Mapa de la región Qollasuyu El Qollasuyu es la región más extensa del Imperio del Tawantinsuyu y contiene a los Qollas, que eran aliados de los Inkas desde mucho antes de la formación del Imperio y a una gran cantidad de naciones que fueron incorporadas por Tuca Yupanqui y por Wayna Qhapaq. El Qollasusyu comienza por ser el territorio que está en el entorno del Lago Titicaca y luego de extenderse por su zona de influencia en el norte de Chile y el noroeste argentino, se expandió más al sur, cubriendo el ámbito de poblaciones desarrolladas con una cierta autonomía en su relación con el eje movilizador del Titicaca, que tuvo su apogeo en tiempos de Tiwanaku. Unidad Temática 4.2.5.1. El alto Vilcanota El Cusco se halla ubicado en el punto intermedio entre la cuenca alta del río Vilcanota, a partir de su unión con el río Watanay y la parte baja que se convierte luego en el Urubamba. Las relaciones entre ambas regiones se definen por el papel que ellas jugaron en el proceso de organización y crecimiento del Estado Inkaico. La tradición cuenta que los Inkas bajaron al Cusco desde las tierras altas que comienzan en la meseta del Titicaca y cruzan por las tierras de los Canas, Canhsis y Quispicanhis Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.2.5.1.1. Pinagua:

Sitio Choquepuquio de la etnia Pinagua

Cerámica Lucre

Unidad Expositiva 4.2.5.1.2. Canchis, Canas:

Edificio principal, tipo Kallanca en Raqchi

Depósito en forma cilíndrica en Raqchi

Zona de almacenes o Qolqas

KICHUAS Los Kichuas son los vecinos del Cusco en el valle medio-alto del río Apurímac con quienes mantuvieron una relación de apoyo con sus enemigos comunes los Chankas. La ciudad de Abancay está ubicada en tierra Kichua.

La roca escultórica principal de Saywite

Vista de Concacha, al fondo la Colina con la piedra principal

Detalles de la piedra principal de Saywite

Piedra Ñustapatiana

(Hacer una maqueta de Raqchoi y otra del Conjunto Ceremonial de Saywite, incluyendo las varias rocas talladas) Unidad Temática 4.2.5.2. Altiplano y valles orientales Al Este del lago Titicaca se forman una serie de valles que pertenecen a la cuenca del Atlántico, uno de los cuales, el de Cochabamba contiene uno de los desarrollos más notables del territorio que ahora está comprendido dentro de Bolivia. En estos valles la influencia de Tiwanaku, fue decisiva y luego de que esta se diera, se formaron toda una serie de entidades sociales de base aldeana en forma de jefaturas que comprometía extensos territorio de cada valle. El valle de Cochabamba y luego los de Chuquisaca, Oruro y Potosí, ya en conexión con los pueblos Diaguitas del Nor-oeste Argentino, desarrollaron formas de organización adaptadas a las condiciones propias de cada una de las secciones del valle que les correspondió ocupar. Algunos de los lugares como el de La Plata (Sucre) alcanzaron una notable estima, que junto con el de Potosí, tuvieron mucho aprecio en tiempo de dominio español por su riqueza minera. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.2.5.2.1.Qollas, Umasuyus:

Chullpas de Sillustani

Chullpas de Cutimpu

Unidad Expositiva 4.2.5.2.2.Lupacas, Pacajes:

Chullpas Chosikani de los Pacajes

Chullpa de Pacajes

Detalle de Jachaphasa

Fortaleza Jachaphasa, Lupaca

Chullpas en Caquiaviri, Pacajes

Unidad Expositiva 4.2.5.2.3.Cochabamba, Oruro, Potosí y Chuquisaca:

Quillaqollo, Cochabamaba

Laguna verde Potosí

Salar de Ulluni. Oruro

El Sillar o Valle de la Luna.Potosí

CERÁMICA DE LA REGIÓN

Vaso Churajón

Vaso Inka

Vaso Cochabamba

Consultor: Luis G. Lumbreras

Kero Tiwanaku. Cochabamba

Kero Tupuraya

Cerámica Omereque

Vaso retrato Tupuraya

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Unidad Temática 4.2.5.3. Los Valles Occidentales y Meridionales: Este territorio está íntimamente ligado a la cuenca del Titicaca de donde posiblemente derivan la mayor parte de sus habitantes, que responden al modelo que John Murra rescató con el nombre de “Verticalidad” en esa región. Con excepción de lo que ocurre al norte con el valle de Moquegua, en estos valles no existen asentamientos con construcciones monumentales y la forma de vida es fundamentalmente aldeana, con viviendas hechas con material perecible. En forma de chozas construidas con cañas. Habitan los valles y explotan el mar; estos pescadores y agricultores practican también el pastoreo y el mercadeo, a través del tráfico marítimo y terrestre. Están rodeados de un desierto muy áspero.

Unidad Expositiva 4.2.5.3.1. Tacna, Arica:

Petroglifo de Miculla

El Alto. Arica

Geoglifos en las Colinas del desierto de Arica

Cerámica Estilo San Miguel

Vaso de Madera de Arica

Estilo Maytas

Estilo Gentilar

Unidad Expositiva 4.2.5.3.2. Atacama, Tarapacá:

Vista Puna de Atacama

Cerámica Estilo Inka, Atacama

Consultor: Luis G. Lumbreras

Restos arqueológicos en Tarapacá

Plato Inka, Tarapacá

Bolsa Inka.

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Tarapacá


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Unidad Expositiva 4.2.5.3.3. Diaguitas orientales:

Tilcará Quebrada de Humahuaca

Urna Santa Mariana

Urna Santa María, Tucumán

Urna San José. Catamarca

Unidad Expositiva 4.2.5.3.4. Diaguitas occidentales: Cerámica Diaguita Chileno

Cerámica Inka Diaguita

Unidad Expositiva 4.2.5.3.5. La frontera sur: Picunches, Huarpes La frontera sur del Tawantinsuyu, está asociada a los límites que corresponden a ls andes en su encuentro con la Patagonia por el Este y la Araucania por el oeste. En ambos casos los pueblos, llamados Mapuches, puelches, Pehuenches o Tehuelches, estaban en un proceso de tránsito hacia la agricultura, con fuertes implicancias características de los pueblos cazadores-recolectores, con los cuales estaban en convivencia en el Archipielago chileno y el frente patagónico. Entre ellos los Mapuches y Huiliches, en contacto activo con los Picunches y los Diaguitas, habían desarrollado, en el valle central de Chile, una forma de vida sedentaria y con características tribales muy acentuadas. Los Inkas en su dominio, sólo pudieron establecer relaciones de dominación con los Picunches por el lado marítimo y con los Huarpes que vivían en la región de Cuyo y San Juan y que, igualmente tenían una forma de vida basada en la agricultura. Cuando llegaron los Inkas, en ambas regiones, los procesos técnicos abrieron la posibilidad de una activa inserción con el mundo propiciado por el Estado Inka.

Petrografías en Mendoza Argentina

Uspallata, Mnedoza, Argentina

Cerámica Huarpe, Mendoza

Cerámica Inka, Aconcagua

Consultor: Luis G. Lumbreras

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4.3. EJE TEMÁTICO 3: El NACIMIENTO DEL TAWANTINSUYU El Tawantinsuyu es el resultado de un proyecto político expansionista, que articuló una gran cantidad de naciones con diverso grado de complejidad en su desarrollo. En el siglo XVI, cuando llegaron los españoles, ese proyecto estaba en su plenitud, con los compromisos propios de su estructura política, tanto de sucesión como de secesión. Su ámbito de dominio cubría un inmenso territorio, que comprometía diversos niveles de organización política y jurídica, desde autonomías tribales de rango apenas doméstico multifamiliar, como los Huarpes, Picunches y ciertos grupos de los llamados “Diaguitas”, hasta estados sofisticados de larga trayectoria de manejo territorial, como el reino de Chimor de la costa norte del Perú, cuya jurisdicción alcanzaba más de 1000 km longitudinales de dominio, desde Tumbes hasta Lima, con una historia dinástica que alcanza varias generaciones de reyes (Ci-quic) previos a su incorporación al Tawantinsuyu de los Incas. La composición de un Estado de la magnitud del Tawantinsuyu, no era pues una simple agregación de pueblos aliados o sometidos a los cusqueños. Era una historia compleja, que agregaba la historia de “otros” a la suya y que implicaba la inserción de esas historias, con sus múltiples variables culturales e identidades acuñadas. De acuerdo con la historia tejida luego de la llegada de los españoles, que sólo vieron el resultado de un proceso político relativamente corto, de afianzamiento de un estado multiétnico, todo esto se habría plasmado en el corto lapso de 1 siglo, desde cuando el Inca Pachakuti asumió el control político de ese Estado –calculado hacia 1430 d.C.- hasta cuando llegó Pizarro con su gente, en 1532. En realidad, muy pocos aceptaban este temperamento cortoplacista de historia del Estado Inca y se acudía, de manera muy tímida, a la mención de una etapa previa, “legendaria”, de los incas anteriores a Pachakuti, presentados en la historia tradicional. Ciertamente, ellos representan –como en todas las historias de los Estados originarios del mundo- una explicación justificadora del poder y de los acontecimientos, más que una historia. Es una narración que se inserta en los mitos de la creación y la magia de los eventos, hasta finalmente llegar progresivamente a los personajes cuya existencia y poder se trata de justificar e imponer. Es una historia que hay que contar. Pero no es la única. La Arqueología viene incorporando nuevos testimonios de la historia concreta de los cusqueños y su expansión, y ya hay cosas que se pueden mostrar y una de ellas es que la historia del Estado inkaico es más larga. Este eje temático se propone articular la historia tradicional, mítica y legendaria, con dioses y héroes contenidos en los cantares recogidos, hasta la mágica guerra entre los Incas y los Chancas, con los datos que se están descubriendo en las investigaciones arqueológicas. No sólo se sabe que había una larga ocupación del valle del Cusco y sus vecindades, teniendo como antecedentes de la ciudad inka a la de Pikillaqta, mostrando que sí existía ya una estructura urbana en el Cusco previa a los inkas, donde la historia de una aldea de 30 casas como antecedente de la ciudad del Cusco, puede servir como ensayo de explicación de los inkas como fundadores de ella y por tanto los dueños del poder, pero los antecedentes dicen otra cosa. No sólo se trata de Pikillaqta y el inmenso poder que parece haber tenido sobre todo el sur -comprometiendo todo el Kuntisuyu, el Antisuyu y una parte del Qollasuyu- sino también debe tenerse en cuenta que Ollantaytambo, el propio Saqsaywaman y el Qorikancha, junto a Rumicolca son testimonios de que el Cusco antes de su conocida fase “Imperial”, tuvo una arquitectura con fuertes componentes Tiwanaku y Wari. Entre los testimonios sobre Wari, queda una estructura que asocia el canal que alimentaba de agua a Pikillaqta desde Lucre, cruzando por Rumicolca, y que muestra una arquitectura de claro estilo Cusco. Son indicios de un Cusco pre-Pachakuti, que inducen a asumir que el ejercicio del poder centralizado ya era practicado en el Cuco desde el siglo VI o IX, siendo el centro de poder de los valles del Cusco y -según todas las evidencias actuales- también sobre los pueblos que habitaban las cuencas y valles que hay entre Moquegua y Ayacucho. Algo equivalente a lo que las tradiciones del s.XVI mencionan sobre el ámbito de los dominios pre-Pachakuti. Allí estaba el núcleo de poder más importante del Imperio Wari después de Wari mismo, hasta una suerte de frontera en la sección meridional de la cuenca del Vilcanota, en La Raya. Allí estaba instalada una suerte de santuario principalísimo, en Raqchi, donde apareció el dios Wiraqocha y se levantó un asentamiento ceremonial de una magnitud sólo comparable con los que en esos tiempos se instaló en las islas del Titicaca y la península de Copacabana, en este caso en relación a sus antecedentes

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tiwanakotas. Debe ser de este tiempo la afirmación de los mitos de los “orígenes” en el Titicaca, que se fijaron tanto entre los inkas, en aparente símil con lo que acontecía en Wari. El Cusco estaba ocupado desde los tiempos de los recién llegados cazadores y recolectores de alimentos del período Lítico, hace más de 10,000 años, que luego domesticaron su medio, apropiándose de las plantas y animales que conocemos, durante el período Arcaico, entre los milenios 6° y 3° antes de nuestra era, formando agrupaciones aldeanas de diverso nivel de complejidad, como las de Marcavalle y Chanapata, con fuertes contactos con la cuenca del Titicaca y con la costa vecina de Ica y Arequipa, conformando un circuito de relaciones interregionales que mantuvieron al Cusco, por milenios, en el centro de un territorio capaz de incluir los beneficios del altiplano con los del mar, la selva y los valles serranos y costeños, con todos sus atributos. De allí nace la concepción de ser el “ombligo” (“Qosqo”) de las “Cuatro Regiones” o los “Cuatro Rumbos” (“Tawantinsuyu”) de ese territorio. Se trata pues, de la instalación de un modo de vida y de producción que requieren arraigo en la región. No se fundó el Estado cusqueño por la voluntad de un personaje “iluminado”, a menos que estuvieran las condiciones para que funcione. Requiere de la participación de un gran número de personas y de la disponibilidad de una estructura de relaciones de trabajo con capacidad de generar recursos para mantener un aparato administrativo y represivo (ejército), junto a entidades ligadas a un régimen de trabajo que permita derivar bienes hacia un sector de personas que no necesariamente participan de las tareas de producción de los bienes de consumo. Se trata de un proyecto tan complejo como el que 100 años después de su supuesta fundación, encontraron los españoles, en plena operación y vigencia. Según sabemos, en la zona de la guerra entre Inkas y Chancas, uno o dos siglos antes que se diera fin a ésta, estuvo asentado un proyecto político muy similar al que levantaron los inkas –el Imperio Wari- que había tenido su centro en Ayacucho, vecino del Cusco y que ocupaba las cuencas de los ríos Pampas y Mantaro. Los Chancas son los que quedaban del núcleo central de aquel Imperio, desintegrado entre los siglos XI a XII. Ellos, los Chancas, fueron sometidos por los Incas a mediados o fines del siglo XIV, luego de una guerra que pudo haber durado uno o dos siglos, y que formaba parte del imaginario cusqueño asociado a varios inkas anteriores a Pachakuti.. El Cusco estaba bajo el dominio Wari aproximadamente desde el siglo VI, con la ciudadela de Pikillaqta como asentamiento principal de un área densamente poblada que se iniciaba en la tierra de los Canas y los Canchis, en lo alto de la cuenca del Vilcanota, hasta el valle donde luego se consolidó la ciudad del Cusco, con extensiones hacia el valle del Urubamba, donde recién se están ubicando algunos sitios. Era un dominio extenso, que iba más allá de los valles del Cusco, donde hay pruebas muy definidas de su extensión –en tiempos de Wari- hacia los valles de Majes-Colca, Ocoña-Cotahuasi y los de más al sur, al menos hasta Moquegua, que más tarde los incas identificaron con el nombre de Contisuyu. Pikillaqta era la capital regional de Wari en el Cusco, al parecer con dominio sobre todo el sur peruano, asentada en una región cuya base no había logrado estructurar aún un patrón de vida urbano. Los pobladores posteriores al desmembramiento de Wari, eran conocidos como “Pinagua” y estaban en conflicto permanente con los Ayarmacas, habitantes del Cusco, dentro de un lapso que debe cubrir el tiempo de los “Incas Legendarios” (siglos XII-XIV) y también el del conflicto entre cusqueños y chancas, que terminó hacia el siglo XIV. En ese punto se ingresa a la historia del Tawantinsuyu, del cual trata este museo. Sólo queda por mencionar que el llamado Qollasuyu es el territorio que se inicia entre los Canas y Canchis y se prolonga hacia el extenso tramo Circum-Titicaca y los viejos dominios de Tiwanaku, a los que se agregaron las tierras de los Diaguitas y la Araucanía. Es así que el Chinchaysuyu coincide con el territorio que había sido el ámbito de dominio de Wari en el centro y norte del Perú -al que se agregaron los dominios septentrionales que van hasta las tierras de los Pastos- que el Antisuyu se inicia en las tierras de La Convención que estaban dentro del ámbito del dominio Wari, y, finalmente, que el Contisuyu, se estableció en las tierras donde había un expreso contacto con el mar y los valles frutícolas del sur, también sometidos al dominio Wari y, por tanto, conocedores de las estrategias de vida dentro de un Estado formal. Son viejos dominios y viejos enlaces, que los Incas organizaron dentro de un proyecto político exitoso, en su versión más definida y que tanta admiración ha causado en el mundo.

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Lo que definitivamente no fue, es un ensayo –como el de Shaka-Zulú en Sudáfrica- derivado de circunstancias tales como organizar un ejército para agredir o defenderse; ni la red caminera y la división territorial son geniales ensayos exitosos gestados en medio del azar de las conquistas que durante 100 años lideraron los tres emperadores que conocemos por la información recuperada por los españoles. El que conocieron los españoles, era un Estado andino, asentado por muchos siglos de manejo de las diversidades propias de nuestro territorio, donde los cusqueños habían ya ejercido la administración transnacional desde por lo menos el siglo IX de nuestra era, bajo condiciones urbanas en pleno proceso de crecimiento. Este museo se propone mostrar eso. La leyenda cuenta toda esta historia, con un avance progresivo de los héroes fundadores desde el altiplano hacia el valle, camino del sur al norte, junto a los dioses cuyos rastros quedan aún en los puntos donde los dioses decidieron estar. Así fue como llegaron al valle del Cusco y se quedaron donde una vara de oro se fijó en el suelo. Los descendientes de estos héroes primigenios se trabaron muy pronto en guerra con sus antiguos opresores, los Pinaguas. La guerra duró quizá 200 años o más, durante toda la época de los reyes legendarios del Cusco, hasta que los venció un héroe llamado Pachakuti, logrando que los “chancas”, se doblegaran y Anko-ayllu, jefe Chanca de Andahuaylas, huyera hacia los bosques del Antisuyu, luego de que Uscovilca, un héroe Chanca, fuera capturado. La Arqueología rescata esta historia uniendo dos proyectos paralelos de manejo del territorio andino; el primero, representado por los habitantes de la región central del Perú, de Ica y Ayacucho, que estuvieron en estrecho contacto con la historia del Norte Fértil, donde floreció la sociedad urbana desde unos 3000 años a.C. y generó un proceso que los arqueólogos identifican con el nombre “Chavín”, que hizo posible el nacimiento de una serie de formas complejas de vida, como la de Paracas, que se formó en los valles y montañas de Ica, Huancavelica y Ayacucho durante el primer milenio anterior a la era cristiana. El segundo fue un desarrollo paralelo, gestado en el altiplano del Lago Titicaca, cuyo período Arcaico está recién en estudio, que en condiciones simultáneas a las de Chavín y Paracas, desembocó en formaciones complejas como las de Pukara y Tiwanaku, cuyas formas urbanas son ciertamente distintas a las del norte fértil. Las primeras tienen un notable componente marino y de manejo del riego de las zonas de carácter mesotérmico, en tanto que las segundas operan con una fuerte articulación agropecuaria, con un consistente apoyo en la agricultura de altura y el pastoreo. De una integración de ambos procesos nació Wari, cuya historia se inscribe como una parte sustantiva de la historia del Tawantinsuyu. Las unidades temáticas que se proponen, responden a la intención de presentar este proceso, combinado con la tradición que trasmiten los “cantares” cusqueños del siglo XVI, cuya versión española nos ha llegado. El trato que se les da, equivale al mismo que se concede en otras partes del mundo a similar testimonio.

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TEMA 4.3.1. EL MUNDO ANDINO EN EL SIGLO XIII Unidad Temática 4.3.1.1. La diversidad como forma de vida. Cuando llegaron los españoles, en el segundo tercio del siglo XVI, su ingreso al Tawantinsuyu fue por Tumbes, Piura y luego Cajamarca, donde estaba Atauallpa, en una confrontación con su hermano Huascar por la sucesión del poder imperial. Era un encuentro entre dos espacios muy diferenciados de los Andes y su entrada fue por lo que era, de algún modo, la frontera entre ellos. En los Andes Ecuatoriales, los códigos de relación social y económica eran diferentes, sustentados en el mercado y la agricultura macrotérmica, en tanto que en los Andes Tropicales, las relaciones de base estaban sustentadas por la agricultura

Mapa regional del área y los segmentos co-tradicionales.

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Unidad Expositiva 4.3.1.1.1. Andes Septentrionales

Mapa del área, según Deler 1091, que muestra los límites de la región, entre Pasto y Sullana, destacando la costa (izquierda), el “Callejón Andino”, al centro, y la franja oriental amazónica.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Cuadro Cronológico del área Septentrional Andina Sierra Sierra Sierra Sur Costa Norte Central Norte Integración PastoPuruhá Cañari Atacames Regional Caranqui Huavalac Cashaloma (900-1540 d.C.) Cuasmal Elén Pata Piartal S.Sebastián Capulí Tuncahuán Epocas

Desarrollos Regionales (200a.C.-900 d.C)

La Chimba

Formativo (3500-200 a.C.)

Cotocollao

Arcaico (5000-3500 a.C) Lítico (¿ - 6000 a.C)

LomaPukara

Tacalshapa

La Tolita JamaCoaque

Costa CentroSur ManteñoMilagro

Bahía Guangala Jambelí

Cerro Narrío Narrío Temprano

Chorrera Machalilla Valdivia Vegas

El Inga

Chobshi

Carolina

En los Andes Septentrionales, opera una secuencia histórica, susceptible de ser segregada de forma particular, con periodos que aparecen secuencialmente a lo largo de todo el territorio, de modo tal que corográficamente corresponden entre si las diversas regiones que hay referenciadas, longitudinal y latitudinalmente. De algún modo, tiene conexión con lo que ocurre en el extremo norte (Colombia, Venezuela, Panamá y Costa Rica), región que ha sido segregada por el Arqueólogo Gordon Willey como “área intermedia”, entre el área Andina y la Mesoamericana. Una de sus características definitorias es el desarrollo de una economía con fuerte sustento en el intercambio de mercaderías, tanto por el mar como por tierra.

Entierro Vegas, Museo Vegas

Escultura Valdivia

Chorrera (1500 a.C)

Máscara de Oro, Tolita Modelo de silla Manteña, MBCE

Coquero Estilo Capulí

Efigie Bahía. Estilo Manteño Costa Central

Consultor: Luis G. Lumbreras

Alfarería estilo Tolita (Museo del Banco Central)

Cosanga, Sierra Norte

Plato base anular Plato base anular. Los Piartal Pastos, Grupo Tuza

Estilo Chorrera, Estilo Tacalshapa. Estilo Cashaloma del Formativo costeño Sierra Sur

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Unidad Expositiva 4.3.1.1.2. Andes Centrales

Los Andes Centrales, corresponden a la mayor parte de lo que ahora se llama Perú. Es la región de los Andes donde existe una mayor concentración urbana, con grandes ciudades que están asociadas a formas de Estado de diferentes condiciones de desarrollo, desde jefaturas complejas hasta reinos y formaciones imperiales, concentran varios Estados y grupos étnicos, con diferentes lenguas y costumbres, obligados a asistir a un proyecto de unificación controlada. Dentro de esto está el Imperio de los Inkas y el de Wari, y de algún modod el de chimú y el de Tiwanaku.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Cuadro cronol贸gico de los Andes Centrales

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Paracas-Ocucaje

Cántaro, Wari

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Nasca Tardío Ica Tardío Dama Cuaryacu Chimú Tardío, Aldea Recuay, Costa Sur Costa Central Costa Norte Sierra Norte

Mochica Clásico Chavín-Wacheqsa

Estilo Killke, Cusco

Vaso retrato, Tiwanaku

Chavín-Ofrendas Estilo Lima Temprano Chanapata, Estilo Qotakalli Formativo Cusco Cusco

Huarpa Tricolor-Ayacucho Dama de Wari-Ayacucho

Cerámica Nasca

Unidad Expositiva 4.3.1.1.3. Andes Centro-sur

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Desarrollo Regional

Titicaca Oriental Mollo Tiwanaku

Epoca Tiwanaku (400-1200 d.C.) Formativo Tardío (200.a.C.400 d.C.)

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Cuadro cronológico del área Centro Sur Andina Titicaca Valles Altiplano Valles Occidentales Occidental Orientales Meridional Altiplánico PrestoYura Churajón Gentilar Puno San Miguel Yampará Kasapatac MaytasTiwanaku Chiribaya Mojocoya Omo - Cabuza

Qeya Pukara

El Laucho Chullpa Pampa

Formativo Temprano

Kalasasa ya

Wankarani

Arcaico

Ocupación continua de cazadores-recolectores

Playa Chira

Qaluyu

Huanaqueros

Tiwanaku, Fase I

Escudilla Tiwanaku, Fase I-II

Tiwanaku Fase IV

Faldas del Morro Quiani Chinchorro Pichalo

Estilo Qeya-Tiwanaku III

Unidad Expositiva 4.3.1.1.4. Andes Meridionales

ANDES MERIDIONALES

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Cuadro cronológico de los Andes Meridionales Quebrada Valliserrana Valle de Selvas Humahuaca Hualfín Occ. Santiago Complejo Humahuaca Sta.María Belén La Puna Averías Alfarcito Candelaria Pozuelos Isla Aguada La Puna

Desarrollo Regional I Desarrollo Regional II

S. Juan y Cuyo

Sanagasta Angualasto

Tebenquiche Formativo

Otumpa

Ciénaga – Condorhuasi

Condorhuasi

San Francisco

Agrelo ?

Tafí Ayampitín Ampajango

PreCerámico

Condorhuasi.,Belén

Estilo Vaquerías.

Pipa San Francisco,Jujuy

Estilo Candelaria Catamarca

Cerámica Diaguita Ovalle

Fase Ciénaga.

Aguada

Estilo Llolleo, Chile Central Estilo Animas-Norte Chico

Unidad Expositiva 4.3.1.1.5. Extremo Sur Andino

Estilo Valdiviano

Consultor: Luis G. Lumbreras

Estilo Valdiviano

Urna El Angel

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Unidad Temática 4.3.1.2. Estados Regionales y formas tribales

Mapa del Tawantinsuyu con los grupos étnicos de sus pobladores. (J.H. Rowe, 1946).

Se define como TRIBU a las formaciones humanas agrupadas a partir de un supuesto o verdadero origen común, cuyos miembros tienen en común los mismos usos y costumbres

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.3.1.2.1. La Frontera Norte: Caras y Pastos-Quillacingas

Área de habitación de los grupos Pasto y Cayambe-Caranqui

La Frontera norte, cuando llegaron los españoles, en 1532, estaba en proceso de conquista por parte de los Inkas y quedaba fresca en la memoria de la población todo lo que representó la resistencia de los pueblos nórdicos en relación a la presencia de los Inkas en sus guerras, alguna de ellas muy sangrientas. El Inka Atauallpa estaba emparentado con los señores Duchicela a la que pertenecía la madre del Inka. Hay un palacio, a la altura de la línea ecuatorial, que era de Atauallpa, que según indican nació en esas tierras. Todavía existen en el norte del Ecuador, las fortalezas que usaron los Inkas en su expansión hacía la tierra de los Pastos. Ese proceso se contuvo, cuando ya estando en Nariño, se suspendió el avance. Queda unos pocos vestigios de esta incursión Uno de los más notables es el que se encuentra al norte de la ciudad de Ibarra, en el lugar llamado Huaca, entre cuyos restos queda el de una hermosa piscina, finamente trabajada, que al parecer cubre el Zenit Ecuatorial

(Destacar la manufactura de metal y cerámica, las tolas y bohíos. El mapa cubre del Patía al Guayllabamba.)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.3.1.2.2. Reino del Chimor

Mapa del área comprometida por la expansión Chimú desde Tumbes hasta Lima (según J.H.Rowe)

El Reino del Chimor tuvo su núcleo original en el ámbito del Reino de Moche y luego se expandió militarmente por toda la costa hasta Lima y Tumbes, penetrando en la sierra hasta los límites del Marañón. Su dominio fue fundamentalmente mercantil, asociado a la manufactura.

Esculturas en madera de Chimú

Metalurgia Chimú

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Textiles Chimú

Cerámica Chimú

Cerámica Chancay

Unidad Expositiva 4.3.1.2.3. El Señorío de Chincha

Mapa del valle de chincha con ubicación de los principales asentamientos del Señorío de Chincha

Chincha fue un centro sustentado por la pesca, la agricultura y el intercambio mercantil. Los documentos indican que allí habían 30,000 personas, viviendo en ciudades y aldeas en todo el valle. El Señorío de Chincha era uno de los más importantes en el Tawantinsuyu. (Se recomienda elaborar una maqueta de la Centinela y Tambo de Mora.) Consultor: Luis G. Lumbreras

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Cerรกmica Ica-Chincha

Textiles Chincha

Huaca Centinela Huaca

Tambo de Mora

Unidad Expositiva 4.3.1.2.4. Jefaturas Circum-Titicaca

OMASUYU COLLAS

LUPACA PACAJES

Mapa del รกrea Circum-Titicaca. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Se considera como área Circum-Titicaca, no sólo al entorno inmediato del lago, sino a todo el altiplano que lo circunda y los valles que están en el oriente y poniente del mismo, incluyendo su área de influencia en el desierto atacameño. En realidad, se define el área con la ocupación de Tiwanaku a partir del s. IV o V de nuestra era y de allí se deriva su ocupación hacia formaciones de corte aldeano muy desarrollado, que se formalizan en los llamados reinos altiplánicos, que mantuvieron activa esta relación entre diversos pisos ecológicos, manejados como una unidad social, económica y cultural. Las principales entidades humanas instaladas en el área después de Tiwanaku, fueron las de los Qollas, en el norte del Titicaca, la de los Lupacas, en el occidente del Lago, la de los Pacajes, al sur y Este del Lago, la de Omasuyu, al norte y Este del Lago y las entidades, arqueológicamente definidas como Qollawa, Churajón, Chiribaya, Arica, Mollo, Carangas, Charcas, Chichas, Lipes, Yampará y otros que ocupan el entorno.

Cerámica Churajón

Chullpa Churajón

Cerámica Maytas – Chiribaya

Vista de un sitio Churajón

Cerámica Mollo

Cerámica Arica (San Miguel)

Plato “Inca Pacajes” ( Saxamar)

Cerámica Arica Gentilar

Textiles y madera en Arica

Gorro tejido periodo Inka Sombrero tejido y penacho

Unku Inka.

Chuspa Inka.

Peines en madera

Unidad Expositiva 4.3.1.2.5. Las autonomías del Sur

Mapa que identifica las áreas que corresponden a los territorios ocupados en el tramo sur del Tawantinsuyu

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Las autonomías se refiere a las entidades sociales que con o sin jefaturas, establecían un cierto orden social en su interior y en sus relaciones con los vecinos, sin depender de ninguna otra fuente de poder y, generalmente, basaban suiexistencia en la explotación autarquica de sus recursos.

Pucará de Tilacará. Jujuy

Cerámica NOA

Pipa aguada

Santa María

Mapa de la ocupación Inka en Catamarca. NOA

Jarra Inka. Altiplano, norte de Chile

Turi Pucara

Consultor: Luis G. Lumbreras

Aguada

Tabletas de Rapé procedentes de Tilcará

Detalle de restos arqueológicos y Vista panorámica Catarpe. Chile

Cerámica Ritual. Chile

Urna Tafi

Estilo Yavi.

Escultura Inka, Illapel. Argentina

Cerámica San Pedro de Atacama

Vasija pintada Catarpe. Salar de Atacama

Escultura en piedra Diaguita Inka. Chile

Casa y almacenes Zapahuira, Sierra de Arica

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Unidad Temática 4.3.1.3. El Tawantinsuyu un Proyecto Político del siglo XIV Caras

Quitus Cañaris

Mapa del Tawantinsuyu con los grupos étnicos y las entidades políticas incorporadas al Imperio Inka entre los s. XV y XVI (basado en J.H. Rowe, 1946)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Los Inkas, después de haber derrotado a los Chankas, en una guerra que calculamos debe haberse producido en asegunda mitad del s. XIV, en primer lugar incorporaron a los grupos étnicos que estuvieron en conexión con el Imperio Wari. Previamente, el Cusco, durante los s. XII y XII, que es la época de los Inkas Legendarios, desde Manko Qhapaq hasta Wiraqocha, la tarea consistió en tener el dominio político sobre la cuenca del Vilcanota, entre los Canchis, al sur y los Tampus, al norte; esto estaba logrado cuando se produjo el triunfo sobre los Chankas. Pachakuti, vencedor de de Usko-Willka, jefe de los Chankas continuó su persecución de los derrotados hacia el norte, donde ellos tenían refugio entre los Chachas, en la zona que ahora es Tarapoto. Los primeros pueblos conquistados fueron pues los que constituían el entorno del territorio Chanka, que cubre los que actualmente es Ayacucho, Huancavelica y la sección norte del río Apurímac, es decir toda la cuenca del río Pampas y las cuencas altas de los ríos de Ica y el norte de Arequipa. Así mismo todo el territorio que los Inkas identificaban como Kuntisuyu, lo que incluía sobre todo Arequipa y Moquegua. En su plan de conquista se incluyó los pueblos del VRAE. Mas adelante, todavía bajo la gestión de Pachakuti, se amplió la conquista hacia el territorio de los Wankas, Tarmas, Chinchaycochas, luego Huaylas y Conchucos, hasta la tierra de los Chachas en las cuencas del Huallaga y el Marañón. Con el apoyo de Tupaq Inka Yupanki, la expansión fue aún mucho más al norte, extendiendo el rumbo Chinchaysuyo, hasta la tierra de los Caranquis y Pastos, que viven en lo que ahora es el Ecuador. Wayna Qhapaq, que sucedió en el poder a Tupaq Inka Yupanki, afianzó más esta conquista y, al parecer, montó una segunda sede de su gobierno en el territorio que estaba entre los Paltas y los Cañaris, en lo que es ahora Cuenca y según parece, su hijo Atahuallpa nació en esas tierras, asociado a la familia de su madre Duchicela, de la tierra de los Caranquis, donde se edificó un palacio de cuyos estos queda visible aún una hermosa piscina ubicada debajo de la Línea Ecuatorial del planeta. Tupaq Inka Yupanki y Wayna Qhapaq, extendieron el ámbito territorial del Tawantinsuyu, incorporando a todos los grupos del rumbo Qollasuyo, que ocupa todo Chile, hasta el sur de Santiago, colindante con la tierra nuclear de los Mapuches al sur del río Bío Bío y del Golfo de Arauco, así como todo el ámbito de los pueblos que ahora llamamos Diaguitas en el Nor-Oeste Argentino (NOA) y el Centro-Oeste, hasta la región de Cuyo, donde se detiene también frente a los pueblos patagónicos araucanizados. Las fronteras orientales de todo este inmenso territorio, estaban asociadas a los pueblos amazónicos al norte de la Línea Tropical y los pueblos del Chaco en los bordes Sub-Tropicales, que dan frente al océano Atlántico.

Unidad Expositiva 4.3.1.3.1. Cusco Provincial, Época Killke.

CUENCA DEL VILCANOTA Región del Cusco, instalación del Gobierno Inka-Provincial

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Mapa esquem谩tico de la regi贸n dominada por los Inkas

01- Huillca Raccay.(S.Kendall)

03-Choquepata-Piscaycucho (S.Kendall)

Consultor: Luis G. Lumbreras

02-Olleriayoq-Trancapata (S.Kendall)

04-Pikillaqta-Torechayoq (S.Kendall)

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05-Alfalfayoc-Chilca (S.Kendall)

07-Huata, Anta (S.Kendall)

06-Pincuylluna-Ollantaytambo (S.Kendall)

08-Ancasmarka,Calca (S.Kendall)

09-Pucara Pantilliclla (S.Kendall)

10-Olleriayoc-Pikillaqta (S.Kendall)

Mapa sitios Killke-Kendall

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Restos arqueológicos de Urpikancha, Lucre. Cusco

Vestigio Killke en San Jerónimo. Cusco

Cerámica Killke

(Es recomendable proyectar una o más maquetas, tipo diorama, de los asentamientos Killke, destacando el de Choquepukio)

TEMA 4.3.2. TRAYECTO DE UNA LARGA HISTORIA Unidad Temática 4.3.2.1. El Pasado remoto: historia de los recién llegados

El período Lítico comprende dos períodos muy señalados, uno en el Pleistoceno, la edad de los hielos, y el otro en el Holoceno, que es nuestro tiempo. En los primeros tiempos, los recién llegados cazadoresrecolectores, convivieron con un hábitat muy diferente al nuestro, con plantas y animales diferentes a los actuales; eso cambió hace unos 10,000 años, cuando se inició nuestra edad holocénica. Cambiaron también las costumbres de los seres humanos que ya estaban viviendo en América del Sur. Al más antiguo le llaman “Arqueolítico” y al del Holoceno “Cenolítico”; con éste se iniciaron las tradiciones que dieron origen a la domesticación de las plantas y los animales con los que se inició el proceso de dominio humano sobre el medio.

Principales asentamientos del período Lítico en América del Sur (Tomado de Lavallée,1995)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Puntas de proyectil de la tradición con forma “cola de pescado” del período Lítico: tipos 1, Clovis (Norte América), de 2, Guatemala, 3. Costa Rica, 4 y 5. El Inga (Ecuador), 6. Piura, 7. Uruguay y 8,9 de la Cueva Fell (Chile). Las Clovis son del Pleistoceno también las de la Cueva Fell, y se asume que las demás pudieron ser igualmente de esa época, pero eso no está claro aún.

Sitios donde se encontraron restos de animales pleistocénicos asociados con los primeros habitantes humanos en América del Sur: Mastodontes (Elefantes), Megaterios (Perezosos gigantes), caballos y paleo-lama. Junto a los huesos se hallaron instrumentos tallados, de piedra o de hueso. En Monte Verde, se pudo encontrar huellas de un elefante (Mastodonte) cuyas carnes habían sido consumidas por los habitantes del sitio, junto con sus instrumentos de madera y hueso muy simples.

Tipos de instrumentos tallados en piedra en los períodos Lítico y Arcaico (según Lavallée, 1995)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Artefactos de hueso y madera encontrados en la cueva del Guitarrero (Callejón de Huaylas), de uso de los cazadores-recolectores del período Lítico, aproximadamente 10,000 antes del presente, donde hay restos de calabaza (7), cordeles de fibra vegetal (1), varios artefactos de madera, incluidas puntas (3 y 4) y objetos asociados a la producción de fuego (2, 5 y 6), así como lo que parece ser parte de un propulsor de dardos. . Instrumentos rescatados en la costa norte, que son parte del complejo llamado Paijanense y que es una de las etapas de un amplio desarrollo de las industrias líticas, asociadas a la caza (con arpones) de animales marinos y posiblemente asociados a los animales pleistocénicos. Las primeras cuatro piezas son parte del proceso de confección de una punta paijanense, desde su fase de “preforma (1 y 2) hasta la pieza terminada (4). Según Lavallée, 1995).

Unidad Expositiva 4.3.2.1.1. Épocas Lítica y ArcaicoTemprana. La vida de los cazadores-recolectores en los diversos ecosistemas de los Andes, en los varios milenios que ellos duraron (por lo menos entre el 10 u 11 mil antes de nuestra era y los 8 o 9 mil del Holoceno plenamente configurado, le permitió conocer la forma como se daban los cambios anuales en el clima y la manera como era el comportamiento de las plantas y animales con quienes convivían y que les servían de alimento, en sus respectivos territorios. Así fue como pudieron reproducir su ciclo y lograr su reproducción bajo su control. A eso se le llama “domesticación” y fue el paso que dio origen al “neolítico” que en todo el mundo inició al ser humano en su dominio sobre la tierra. Eso ocurrió aquí en el período “Arcaico”, a partir del VIII° milenio de la era pre-cristiana y que tuvo un desarrollo desigual y combinado, donde el final fue la integración de las diversas experiencias de la costa, la sierra y la selva. Los habitantes de los diversos paisajes andinos, dejaron de vivir en cuevas o abrigos rocosos o en los campamentos al aire libre, para asentarse cerca de los lugares donde tenían sus campos de cultivo o, como en el caso de los pescadores, cerca de las caletas donde estaban los peces de mayor consumo y los espacios verdes y con agua. Así formaban núcleos de vida colectiva que no era solamente de la familia consanguínea, como las “bandas” y se inició la vida en “tribus”, en caseríos y aldeas de unidades de parientes consanguíneos y afines, que luego tuvieron jefes e instalaron formas de unión variadas, las que derivaron en lo que en los Andes se llamaron luego “Ayllus”. Formas de chozas de material perecible y aldea en la costa peruana (según Daniéle Lavallée, 1995)

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Arcaico Temprano del Cusco (9500-7000 a.C.)

Arcaico Medio del Cusco (7000-5000 a.C.)

Arcaico Tardío del Cusco (500-2200 a.C.)

El arcaico, llamado así por Brian S. Bauer, en el Cusco, se basa en una exploración de una numerosa cantidad de sitios sin cerámica, en uno de los cuales, llamado Kasapata se pudo fechar algunas muestras de carbón que dan las edades tardías indicadas y el resto es por inferencia. Las puntas de proyectil halladas, coinciden con la secuencia de los periodos Lítico y Arcaico de Ayacucho y también con las halladas en las proximidades del Lago Titicaca; si se interpreta estos hallazgos en relación al medio ambiente, se puede decir que la actividad de las bandas de cazadores era básicamente la misma que las de las punas de Junín, Ayacucho y el Titicaca, quedando la posibilidad de que haya habido recolectores en la proximidad de los valles de bajo de los 3,600m, que luego debieron descubrir el cultivo de plantas como la quinua, la papa, la cañiwa, la kiwicha (amaranto), y otros tubérculos de altura. La llama debe haberse domesticado en torno a estos pobladores. Muy pronto, a los agricultores les fue necesario intervenir en la modificación de las tierras para cultivar, tanto en la sierra como en la costa, con obras que requerían la participación de un número grande de personas y de especialistas. Las unidades domésticas solas no eran suficientes para estas tareas y por eso tuvieron que basar su trabajo en una población superior a las que sólo se vinculaban por parentesco o afinidad. Tenían que vivir y trabajar juntos, en centros donde más que las viviendas, eran importantes los edificios dedicados a trabajos tales como la producción de los calendarios para programar el trabajo colectivo, lo que se hacía en observatorios de los fenómenos cósmicos registrables. Así nació la civilización andina. Sitios del Arcaico Tardío en la costa (2) y la sierra (3 y 4) y del Formativo en la costa (2).

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Los tejidos son una de las manifestaciones más notables del Arcaico andino; es posible reconstruir toda la historia del proceso de convertir las fibras vegetales y, luego, las animales, en cordeles, redes, lienzos y telas, desde el simple manejo de las fibras con las manos, hasta la aparición y definición de las varias formas de telar que hicieron posibles lienzos lisos y compactos. Se pudo ver la formación de telas simples a brocados y tapices, con muchas formas de decoración y policromado. Fue uno de los grandes logros de la civilización en los Andes.

TEJIDOS PRECERÁMICOS

Fragmentos textiles del Arcaico de la costa de los Andes Centrales, procedentes de Paracas, Río Seco, Los Gavilanes y de Huaca Prieta (8 y 9). Tomado de D. Lavallée, 1995)

Camélidos domesticados

Alpaca Inka (7620-032)

Llamas Wari/Pacheco Llama. Wari (7627-007 y 7626-001) (7626-026)

Cabeza de Llama, Wari (7626-007)

Cráneo de Llama. Wari (7626-010)

Llama pastando, Wari (7626-003)

Camélido amarrado Chimú (7626-018)

Llama, Moche (7621-002)

Camélido atrapado Nasca (7621-009)

Animales domesticados

Llama en carga Llama montada (7621-006) Moche (7620-030)

Consultor: Luis G. Lumbreras

Pato Moche (7622-016)

Soldado Recuay (7626-030)

Cuy (Cavia) (7620-016)

Perro Chimú (7622-001)

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Perro Wari (7627-031)


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Los animales domésticos andinos fueron el perro (Canis familiaris) posiblemente llegó con los cazadoresrecolectores; el Llama y la Alpaca (Lama glama y L.pacus), descendiente del Guanaco y la Vicuña (L.guanicoe y L.vicugna); el cuy o “conejillo de indias” (Cavia porcelus) y el pato (Cairina moschata). L Hay varias razas de perro pero el más conocido es el “perro calato” o “perro peruano sin pelo”; en el sur, los perros más comunes son los de manchas marrones y negras y los “pastores lanudos” que todavía existen. Las llamas son animales de carga y también sirven como alimento, aunque uno de sus componentes más apreciados es su lana, cuyas fibras se usan para hacer telas, cuerdas y sogas; la lana de la alpaca es la más apreciada, por su finura y el largo de sus fibras. En la cerámica mochica se aprecia el uso del llama para transportar a unas personas; parece, en casi todos los casos, que se trata de ciegos o tullidos; los Inkas y los demás pueblos no la usaban para cabalgar, pero si para transportar pesos en los trayectos largos, especialmente granos. Existía una estrecha relación entre las “caravanas” que transitaban por el Qhapaq-ñan y la carga de llamas, dado que a la par que servían de apoyo en el trasporte, cumplían un papel de apoyo en la alimentación, aunque ésta estaba normalmente cubierta con el “charki” y otros alimentos en conserva.

Plantas domesticadas.

Papa (7627-011)

Zapallo Loche 7623-011

7623-023

Maíz, Sara (7627-018)

Maíz (Choclo), sara (7620-011)

Calabazas 7623-020 7424-02

7623-029

Lúcuma 7623-031

Ají 7619-018

Frijoles Maní 7623-015 7624-016

Zapallo 7623-016

7619-019

7623-006

7623-005

Guanábana 7619-020

7623-027

Pacae Pescador Nasca Recolecta camarones 7624-004 7624-020 7624-028

(Es recomendable que se haga un diorama de Pikimachay, con cazadores, fauna pleistocénica. Réplicas de instrumentos, en secuencia, del Lítico y Arcaico; así mismo es deseable hacer réplicas a escala de los animales y plantas domesticados) Unidad Temática 4.3.2.2. Descubriendo el manejo del Mundo Andino En términos generales, se ha establecido que la separación entre el Arcaico y el Formativo se identifica por la aparición de la cerámica. Antes se imaginaba que todo el “Neolítico” se asociaba a la cerámica, pero ahora esta segregación no es muy operativa, pues el “Neolítico” se asocia a la domesticación de plantas y animales y eso se dio antes de la cerámica, aunque en muchos lugares aparecen juntos. En los Andes hay un traslape que dificulta su separación con ese indicador, por eso se considera “Formativo” el lapso en el que se consolida la vida agrícola en correspondencia con el lugar donde se asienta. Debido a esto hay diversos “formativos” y pudiera darse “arcaicos” con cerámica y “formativos” sin cerámica.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.3.2.2.1. Época Formativa La cerámica más antigua de los Andes (3° y 4° milenio) es la de Valdivia (Ecuador) y es sólo ligeramente posterior a la de Puerto Hormiga y Puerto Chacho del norte caribeño de Colombia. Hay restos más antiguos aún en la boca del Amazonas y en el Orinoco. En el Perú, la más antigua es la de Pandanche (Cajamarca y Guañape en la costa norte) y en el oriente la de Tutishcainyo (Pucallpa) y Wayra-Jirka (Huánuco). El sitio pre-cerámico Arcaico de Huaca Prieta es contemporáneo con Valdivia y copió uno de sus diseños. Cerámica inicial del occidente de Sud-América (tomado de D.Lavallée)

Cerámica Marcavalle

Cerámica Qaluyu

Cerámica Chiripa (7354-016)

Cerámica Chanapata

7324-18

7324-21

7324-22

7324-15

7324-16

7324-25

La cerámica Marcavalle del Vilcanota es similar a Qaluyu del Titicaca norte, ambas junto con Chiripa, del Titicaca oriental, son las más antiguas del área. En la región del Cusco se define el Formativo con la fase Chanapata, cuya cerámica inicia la tradición alfarera cusqueña y se asocia a la parición a la agricultura con andenes y la arquitectura de piedra, aunque está también acompañada de la emergencia del estilo Pukara.

Unidad Temática 4.3.2.3. La diversidad: El desarrollo desigual de los pueblos Luego del Formativo, los pueblos iniciaron un proceso de pleno dominio de sus territorios. Así nacieron desarrollos, como el de Moche, Recuay, Lima, Nasca, Huarpa y otros. En el Cusco, después de Chanapata hay todavía conocimientos insuficientes; se sabe que hubo una influencia de Pukara, seguramente continuando las tradiciones iniciadas en Qaluyu – Marcavalle, lo que debió ocurrir en los primeros siglos de la era cristiana o antes. Tenemos un silencio de estudios en torno a los s. II al VI d.C., cuando se instaló el Imperio Wari en la región. Existen indicios de una ocupación que produjo una cerámica llamada Paqalla-Moqo y otra bautizada como Carmenca; asimismo el Dr. Chavez Ballón indicaba la existencia de una fase llamada Waru y recientemente se ha definido una cerámica llamada Qotakalli y otra a la que Bauer llama Arahuay, todas ellas contemporáneas con el arribo de Wari,

Unidad Expositiva 4.3.2.3.1. Desarrollos regionales Cerámica Carmenca

Cerámica Paqallamoqo

Cerámica Pukara

Consultor: Luis G. Lumbreras

Vasija cultura Pukara

Pectoral “Echenique

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Mapas del área de expansión inicial del Tawantinsuyu, inmediatamente después de concluida la guerra con los Chankas, iniciando el dominio de Pachakuti. En la parte superior derecha, mapa del Valle del Cusco, territorio originario de los Inkas.

Todo indica que el periodo de los desarrollos regionales de la cuenca del río Vilcanota, estuvo fuertemente conectado con el altiplano del Titicaca y probablemente con la región vecina del río Apurímac. La cerámica rojo o marrón, sobre crema claro es dominante desde el llamado “Formativo Superior” o Paqallamoqo, hasta cuando se hizo presente la influencia Wari. En ese tiempo, post-Pukara, al parecer hubo contacto con Tiwanaku que ya estaba muy cerca del Horizonte Medio, en pleno auge. En varios puntos del Cusco, incluyendo Saqsaywaman y Maucallaqta, se ha encontrado una cerámica que tiene rasgos tiwanaquenses, pero de un estilo muy diferente, que sólo se conoce en el Cusco y que se asocia a la época Wari y al parecer se mantuvo hasta el tiempo de los Inkas. El estilo que Bauer llama Muyuorqo sería el correspondiente. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Cerámica Qasawirka polícroma. Andahuaylas

Huarpa Cruzpata

Huarpa

Huarpa Luricocha

Unidad Temática 4.3.2.4.: La época Tiwanaku

Mapa con ámbito de influencia Wari y Tiwanaku

Unidad Expositiva 4.3.2.4.1. Tiwanaku, el paisaje

Valle Tiwanaku

Orillas del Titicaca

Ceja de Selva Boliviana

Valle de Azapa

Tiwanaku es un punto emblemático en la historia de los Inkas; a él se refieren como el centro generador de sus dioses y sus héroes principales, en relación al papel que tuvo la Pacarina del Lago Titicaca, de donde brotan Wiracocha y Manqo Qhapaq, personajes mitológicos que también reproducen los Wari, sus contemporáneos. Tiwanaku generó una influencia notable en todo el sur del Perú, Bolivia, Chile y Argentina, aunque no hay evidencia sobre un dominio impuesto a la fuerza por ellos, sino huellas de una colonización en los territorios de su entorno y una suerte de difusión de sus códigos estéticos y religiosos, que llegaron hasta lugares tan lejanos como los de la Aguada en el Nor-Oeste Argentino (NOA) y los de Cuyo. La impronta tiwanaquense se mantuvo fuerte en el Inkario y llegó a los españoles en forma de mitos y leyendas. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.3.2.4.2. Infraestructura hidráulica

Canal matriz palacio Putuni

Camellón o Sukakollu

Canal Subterráneo Pumapunku

Camellones en Lakaya

Sukakollu

Camellones Titicaca

Unidad Expositiva 4.3.2.4.3. Arquitectura

Núcleo Cívico Ceremonial. Tiwanaku

Templo Kalasasaya

Entrada Principal

Plano

Templo y templete semisubterráneo

Cabezas de Piedra Templete (5 de las 175)

Consultor: Luis G. Lumbreras

Entrada norte del templo

Portada del Sol

Gárgolas en muro oeste

Entrada Templete Semisubterráneo

Divinidad principal

Puerta de la Luna

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Kantatayita

Reconstrucción Templo Kantatayita

Piedra maqueta Kantatayita

Chaman tallado en dintel

Dintel de Arco Kantatayita

Dintel Kantatayita

Pirámide de Akapana

Pirámide de Akapana

Fachada Oriental

Cima de Akapana forma “L”

Palacio Putuni

Palacio Putuni

Cámara con puerta corrediza

Consultor: Luis G. Lumbreras

Trazas Aposento Real Putuni

Monolito Patio Putuni

Acceso Palacio Putuni

Ruinas Palacio Putuni Esquinero Kherikala

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Plataforma de Pumapunku

Ala Sur Pumapunku Conjunto Oriental

Cornisas Pumapunku

Pumapunku remozado por Inkas

Pumapunku

Modelos de Arquitectura

Representación Vivienda circular Modelo Arquitectónico Templo de los 3 patios Patio superior templo casa Putuni en cerámica Tiwanaku en Piedra de los 3 Patios

Área de Influencia

Patio Hundido Lukarmata

Sahumadores Lukarmata

Sahumador cabeza de llama Vasija Tiwanaku Clásica

Unidad Expositiva 4.3.2.4.4. Escultura

Estela del Rayo

Monolito Ponce Estatuilla de Piedra Personajes de Rango en Sillar Tiwanaku Tiwanaku

Portada con Icono

Ancéfalos en dintel

Unidad Expositiva 4.3.2.4.5. Cerámica Tiwanaku

Cántaro Fase I Tiwanaku

Sahumador

Escudilla Fase I y II

Fuente fase III

Tazón Tiwanaku

Kero Tiwanaku

Consultor: Luis G. Lumbreras

Botella Fase IV

Cántaro

Vaso Retrato

Felino Tiwanaku

Vaso Retrato Kero cabeza de Águila

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Unidad Expositiva 4.3.2.4.6 Cochabamba

Kero

Jarra Tiwanaku

Vaso retrato y Kero Tupuraya

Tazón Tiwanaku

Vaso Retrato

Sahumador fase Illataco

Vasos Cochabamba

Cerámica Mojocoya

Kero Tiwanaku

Cerámica Omereque Cestería Pulacayo

Unidad Expositiva 4.3.2.4.7. Cerámica con influencia Tiwanaku

Vasos retrato y Kero Omo-Moquegua

Jarra,Botella Tumilaca

Kero y vasija fase Omo

Keros Chen Chen

Kero estilo Kabuza

Vasijas y Vaso Retrato Atacama Jarro. Azapa Kero Tiwanaku-Atacama Figurilla madera Aguada

Unidad Expositiva 4.3.2.4.8.. Tejidos y Cestería

Textiles Tiwanaquenses del valle Azapa, Arica

Túnicas Pulacayo

Cesto Pulacayo

Gorros 4 puntas Pulacayo

Personaje Kero

Túnica Atacama

Unidad Expositiva 4.3.2.4.9. Orfebrería

Máscara en Oro

Kero Oro Atacama

San Sebastián Cochabamba

Consultor: Luis G. Lumbreras

Llama de Oro Atacama

Pluma y Diadema Atacama

San Sebastián Cochabamba

Figurilla cobre Akapana

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Unidad Expositiva 4.3.2.4.10. Talla en piedra fina y madera, Talla en hueso

Kero basalto Kero Moquegua

Keros Madera

Morteros madera

Vaso Retrato y cucharas Tiwanaku Cubiletes Atacama Hueso

Unidad Expositiva 4.3.2.4.11.. Prรกcticas alucinรณgenas.

Personajes en Tabletas

Unidad Temรกtica 4.3.2.5. Wari, el antiguo Imperio

Sitios Principales del Imperio Wari y Tiwanaku

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.3.2.5.1. Wari, el sitio

Uchpaqoto Sullucruz

Canter贸n 1

Capillayoq Suburbio Noreste Monjaschayoq

Roblesmoqo

Grupo del Medio

(Museo ) Moraduchayoq

Grupo Meridional

Cheqowasi

Suburbio Sureste

Rayosqa

Suburbio Suroeste

Plano de la ciudad de Wari y sus barrios

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Wari instala un sistema de manejo del poder que ya estaba vigente en muchos pueblos del área andina, especialmente en aquella que identificamos como Chinchaysuyu; la conquista con las armas se convirtió en el modelo que permitió la expansión de los mecanismos de poder que impuso Wari en el territorio que se convirtió en una suerte de primer Tawantinsuyu, incorporando a los pueblos que estaban entre Chachapoyas y Cajamarca, y el Cusco y Arequipa, con breves incursiones hacia mas al norte, hasta entrar en contacto con los Cañaris en Cuenca, y al sur, los tiwanaquenses de Moquegua, donde instalaron un fuerte en el Cerro Baúl. Los estudios actuales inducen a proponer que el dominio Wari tuvo los mismos rasgos, en forma primitiva de los que impusieron los Inkas poco tiempo después de la disolución de Wari. Hay propuestas que llevan a pensar que la guerra entre Inkas y Chankas solo es una referencia a la guerra que hubo entre los Inkas y Wari, que se habría iniciado en la región del Cusco, por el dominio de ella entre los Inkas del Valle y los Wari de Pikillaqta. Al culminar esta guerra comenzó la expansión Inka.

Paisaje de Puna con nevado al fondo. Alturas de Ayacucho-Huancavelica. Foto LGL, 2008.

Paisaje de valle en la región Quechua, Muyurina. Sección baja del Pongora. Foto LGL, 1960.

Plano del Santuario de Capillapata

Plano de Vegachayoq – Templo Mayor y el Santuario de Monjaschayoq

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Vista del Hemiciclo y nichos occidentales "Templo Mayor".

Mausoleo en Cheqowasi

Mausoleo. Cerrojo en puerta al Muro Isodomo Monjaschayoq "Templo Mayor" Cheqowasi

Plano de Conchopata

Unidad Expositiva 4.3.2.5.2. Lito-escultura Wari

Estatuas de Wari

Unidad Expositiva 4.3.2.5.3. Cerámica Wari

Okros

Cruzpata-Okros

Chakipampa

Cerámica Conchopata

Estatua de plata

Placa de oro

Consultor: Luis G. Lumbreras

Conchopata (proceden de Nasca)

Cerámica Wari – Viñaque

Estatuillas de plata Orejera de concha

Pututu de Strombus

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Gancho de Estólica


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Unidad Expositiva 4.3.2.5.4. Cerámica provinciana

San José del Moro

Moche.

Wari-Chakipampa

Estilo Nivería

Estilo Pachacamac

Guerreros Pacheco

Estilo Atarco

Cerro Baúl

Cerámica Pacheco

Wari. Cusco

Maymi (pisco)

Unidad Expositiva 4.3.2.5.5. Textiles Wari

Unidad Expositiva 4.3.2.5.6. El Imperio Wari

Plano de Pikillaqta

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Foto aérea de Pikillaqta

Vista de la avenida central de Pikillaqta

Vista panorámica de Pikillaqta

Vista aérea de Viracochapampa

Edifiicio de dos pisos en Viracochapampa

Grupo de Colcas. Viracochapampa

Wari-Azángaro, según Martha Anders

Jincamoqo. Sondondo

Consultor: Luis G. Lumbreras

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La expansión de Wari impuso un modelo de asentamiento urbano, de tipo ciudad, de traza ortogonal. Se trata de urbanizaciones con espacios previstos para almacenamiento de bienes, junto a espacios residenciales y de trabajo manufacturero. Estos complejos urbanos, cuyas cabezas de región estaban en el Cusco (Pikillaqta) y en Huamachuco (Viracochapampa y Markahuamachuco), estaban como Wari protegidos con sistemas de fortificación y aspecto de cuartel. Los hay de diversos tamaños y prácticamente en todas las cabeceras de los valles tomados bajo su dominio, así como en lugares estratégicos para el manejo local o regional. Algunos eran verdaderas ciudades, como Pikillaqta en el Cusco. Existieron otros modelos de asentamientos urbanos como Azángaro en Huanta o Jincamoqo en Sondondo, que eran asentamientos medianos. En el Callejón de Huaylas hubo varios asentamientos importantes como Willka-waín y Honkopampa. En Cajamarca se construyó otro asentamiento en Colquitín (Miraflores) y hubo varios en Condebamba. En la costa se ampliaron las ciudades y los centros administrativos se instalaron en la parte alta de los valles, algunos en el valle mismo, como el Castillo de Huarmey. En Lima, Pachacamac se convirtió en un punto importante a nivel andino y en Moquegua se estableció una ciudadela en la cúspide del Cerro Baúl, rigurosamente fortificada.

Plano de Cerro Baúl. Moquegua

Mausoleo Wari en Castillo de huarmey

Willka – Waín

Consultor: Luis G. Lumbreras

Cerro Baúl

Vista aérea de Mausoleo Wari en Huarmey

Cerámica Wari en Huarmey

Wari - Willka

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Unidad Expositiva 4.3.2.5.7. Ciencia y tecnología Wari

Límites del Imperio Wari

Mapa con indicación del área comprometida por el dominio del Imperio Wari y el camino principal (Qhapaq-Ñan) establecido por Wari

Kuipu Wari

Tokapus

Tecnología agraria, riego y canalización Pre-Inka

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Rumicolca, canal aéreo sobre arquitectura Wari de estilo Inka

Vivienda Wari

La importancia de Wari, reside en el hecho de que ellos capturaron todo lo que hasta ese momento se había logrado descubrir en el Perú sobre los campos de la ciencia y la tecnología, congregando los desarrollos logrados en el Norte Fértil, desde Lima hasta Lambayeque y Cajamarca, los que se habían logrado en el Sur Árido, tanto en la costa como en la sierra y aquellos que procedían de la selva, incluyendo el importante componente procesado por Tiwanaku, que comprometió la ideología y seguramente la religión de Wari. Esto representaba una síntesis que los Wari expusieron a todos los pueblos conquistados, generando una reproducción ampliada de lo que en conjunto se había avanzado en el primer y pequeño Tawantinsuyu, manejado por los Wari. Las técnicas agrícolas, el uso de un sistema vial cohesionante, el mecanismo de memoria y contabilidad de los kuipus y el inicio de la suerte de ideogramas del tipo de los tokapus, así como la planificación urbana, las redes subterráneas de drenaje y transporte del agua, la arquitectura civil y militar, todos ellos fueron una compilación que benefició la base del Proyecto Imperial que luego desarrollaron los Inkas con gran éxito.

VIDEO: Presentación de los antecedentes y el proceso de conocimiento del medio ambiente y el cuerpo humano desde el periodo Arcaico hasta la época Wari, con énfasis en la forma de distinguir los aspectos físicos diagnósticos de las cadenas fenoménicas que caracterizan los diversos componentes naturales, particulares y generales, desde el descubrimiento de las facultades reproductivas de las plantas y animales (tuberosas y otras), hasta los aspectos cósmicos diferenciables. Lo importante es destacar el cómo la identificación de estos fenómenos, pudo ser sistematizado, hasta lograr ser manejables bajo la voluntad humana. Dentro de eso debe explicarse la mediación instrumental que se identifica con recursos tales como los de la memoria (quipus, tokapus e iconografía, cantares y tradiciones) hasta los medios activos de intervención transformadora, como los instrumentos de medición del tiempo o los útiles para los trabajos agrícolas, astronómicos, médicos, etc. En el vídeo debe colocarse de manera destacada la evolución de los agentes de los procesos de conocimiento indicado, con una final referencia a la relación que se establece entre la actividad observacional, experimental e interpretativa con sus expresiones mitológicas y cultistas. Unidad Expositiva 4.3.2.5.8. Antecedentes de la Organización social y religiosa Entre la época Formativa y la instalación del Imperio Wari, se desarrollaron múltiples formas de organización política y religiosa en el Mundo Andino. Cada una de estas expresiones respondía a las condiciones locales o regionales en donde ellas nacían y operaban. Hacia los s. III y IV de nuestra era, se definieron las estructuras políticas y religiosas más específicas, donde el Formativo previo dejó formalizadas las características de los diversos sistemas religiosos y políticos, ambos operativamente juntos, estableciendo gobiernos de corte teocrático, donde el centro del poder estaba en los Centros Ceremoniales. Así nacieron estados muy poderosos como el de Moche y aparentemente el de Pukara - Tiwanaku y otros de rango menor como los de Lima, Recuay, Cajamarca y Nasca, de crecimiento desigual. De esa manera, en el Norte Fértil fue dominante una solución de corte centralista, en donde la papel de los sacerdotes era también el de legisladores y ejecutores del poder político, con templos donde los dioses regulaban el ejercicio del poder. Eso no ocurría en la mayor parte de los valle costeños y cuencas serranas del resto del país, donde el poder quedaba en manos de los curacas de distinto nivel de dominio. Al final de este proceso de desarrollos regionales, se formó el Imperio Wari con un sesgo fuertemente orientado hacia la definición militar del poder, en donde los sacerdotes pasaron a un segundo plano en las decisiones políticas dado que los jefes guerreros lo asumieron. Así fue como la ciudad remplazó al Centro Ceremonial, pasando a primer plano los palacios, los cuarteles, los talleres, las viviendas y las áreas de uso público, quedando los templos en un rol complementario, aun cuando no dejaron de ser ocupados por la elite de poder. Una característica de los asentamientos fue, entonces, el uso generalizado de las fortificaciones y otros medios de protección, se construyen ciudades como Pikillaqta que tenía, un solo ingreso y una sola salida, ambas amuralladas y con un circuito interno de comunicación sumamente restrictivo, con viviendas en “kanchas” aglutinadas en cuadras amuralladas, con los recintos techados en entorno a un gran patio de actividades colectivas. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Guerrero

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Tobilleras protectoras

Figuras de guerreros de metal encontrados en Pikillaqta

Casco de guerrero

Templo en “D” de Vegachayoq-Moqo, en Wari

Honda o waraka

Tumbas en Cheqo-wasi, Wari

Las tumbas comunes en la época Wari, se hacían directamente en el suelo o en cuevas y como parte de los muros de los edificios; los cadáveres de la elite se cubrían con ostentosos fardos funerarios, construidos con telas polícromas muy valiosas según el rango de los individuos y se depositaban en mausoleos muy elegantes que, en Wari, eran de piedras finamente talladas, en forma de casas de uno, dos o tres pisos. En la costa se hacían de barro como en el caso de Huarmey

Tumba estilo Wari

Fardos Funerarios de estilo Wari encontrados en Ancón

Hipotesis del Mito de los Hermanos Ayar en la época Conchopata (700 d.C.)

Urna Conchopata fragmentada

Ayar Manko ( ? )

Ayar Cachi ( ? )

Ayar Auca ( ? ) Ayar Uchu ( ? )

La leyenda de los hermanos Ayar fue transmitida como explicación del origen del poder de los Inkas en el Cusco. Dice la leyenda que cuatro hermanos salieron del lago Titicaca hacia la parte alta del río Vilcanota, hasta llegar al Cusco. Uno de ellos, Ayar Cachi, con sus flechas derrumbaba cerros y otro, llamado Ayar Manko tenía como símbolo un halcón, este sobrevivió a la caminata, fue bautizado como Manko Qhapaq y fundó el Cusco junto con Mama Oqllo, su esposa, en el lugar donde se hundió una vara de oro.

Personaje en litera

Orejera

Salutación con bebida

Orejera con mosaico

Consultor: Luis G. Lumbreras

Personaje en anda

Espejo

Túnica

Joyas

Guante

Sombrer

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TEMA 4.3.3. LA ÉPOCA LEGENDARIA: SIGLOS XII-XV Unidad Temática 4.3.3.1. El Cusco legendario

Mapa de la ruta mitológica de los héroes fundadores y los dioses del Titicaca hacia el Cusco

Unidad Expositiva 4.3.3.1.1. Killke y Lucre: (Ayarmacas y Pinaguas)

Apu Wanakaure. Asentamiento Inka de Maukallaqta

VIDEO: presentación de las condiciones económicas y sociales que caracterizaban al Cusco Pre-Pachakuti, definido copmo “legendario”, desde la época de Manko Qhapaq, que corresponde a la fundación del Cusco, hasta concluida la guerra con los Chankas. Iniciar con los mitos y las leyendas del Cusco legendario e identificarlo con los Ayarmacas (killke) y los Pinaguas (Lucre) con la presentación de los valles del Cusco y de Muyna, tratando de consignar los sitios que se mencionan en las leyendas, con fotos, diseños y presentaciones reconstructivas de Paqaritampu; debe ensayarse una reconstrucción de la aldea cusqueña con las 3 casa que le adjudican los cronistas. Unidad Temática 4.3.3.2. Los vecinos Qollas, Kuntis y Antis (Este tema está extensamente tratado en los ejes temáticos anteriores por lo tanto las referencias a los vecinos se extraen de los testimonios documentales emitidos por los cronistas españoles y los registros coloniales respectivos). Se recomienda un vídeo explicativo, con vistas fijas y animación sobre el tema. Unidad Expositiva 4.3.3.2.1. Canchis, Canas, Qollas, Lupacas, Pacajes (Se recomienda que se hagan maquetas reconstructivas de las chullpas – tipo de Sillustani, de Qutimpu, Mallku – Amaya y otras, tratando de ubicarlas en su contexto en forma de dioramas, acompañando todo esto con un vídeo de vistas fijas: mapa de la región y sitios-tipo, foto aérea del lago Titicaca. Se puede agregar una Chullpa reconstruida con su contenido: momias, cerámica y oro). Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva. 4.3.3.2.2. Kuntisuyu

Mapa del Kuntisuyu

El Kuntisuyu es la extensión territorial que liga al Cusco con el Mar y si bien no existen fronteras establecidas, calculamos que ésta iba por el norte hasta los desiertos regados por los ríos de Nasca y Acarí, donde está interrumpido por una zona brumosa cubierta estacionalmente por plantas de “lomas” que llegan hasta el mar, como en Atiquipa, en cuyo extremo occidental se halla uno de los puertos de los cusqueños, que se conoce como Quebrada de la Vaca, desde donde se remitían las cargas de pescados y mariscos, que en conservas eran llevados hasta el Cusco, por los Chaskis, luego de pasar por los ríos Ocoña o Majes y Cotahuasi o Colca, donde moraban los Collaguas. Al sur están Arequipa y Moquegua cuyos puertos de Ilo y Mollendo cumplían la misma función.

Unidad Expositiva. 4.3.3.2.3. Antisuyu

VIDEO: presentación de las áreas atribuibles al Antisuyu. El territorio considerado efectivamente con ese nombre en la dirección hacia la Amazonía, corresponde a las montañas de Ceja de Selva que hay entre Madre de Dios y la Convención, habitada por Matchiguengas y Piros, principalmente y luego las montañas de San Martín, La libertad, Cajamarca y Amazonas, en la sección norte y, finalmente, las del Alto Napo y Pastaza, especialmente la ocupada por los Quijos. En el vídeo debe resaltarse especialmente la zona de la Convención, donde se dieron los últimos momentos del Imperio Inka, durante la resistencia a la invasión española, que debe ser parte del Video. Los actores del vídeo, debieran ser principalmente Wachipaires, Piros y Matchiguengas, destacando sus vestidos tradicionales, sus viviendas, etc, entre las montañas de los Tampus y el estrecho de Mainique.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.3.3.3. Los vecinos Kichuas, Chankas y Wankas

Mapa del Departamento de Apurímac, a la derecha la zona Kichua, a la izquierda la Zona Chanka

Los Kichuas y los Chankas son los vecinos inmediatos del Cusco, asociados a la cuenca del río Apurímac, los Chankas ocuparon la cuenca del Pampas, en tanto que los Kichuas vivieron en la parte media y alta del río Apurímac. En ambos territorios, los conocimientos arqueológicos son insuficientes, especialmente en el ámbito de los Kichuas, donde se han realizados pocas exploraciones en esa dirección. Las evidencias conocidas indican que se trata de poblaciones de corte aldeano, aun cuando entre los Chankas existe un segmento de desarrollo urbano, expresado fundamentalmente en sus asentamientos ceremoniales con plataformas piramidales como el de Sondor. En realidad en esa área hay diferentes componentes étnicos reconocibles, como los Soras, los Rucanas y Andamarcas.

Los Wankas, siguiendo la misma línea de organización social que los Kichuas y Chankas, tenían un desarrollo urbano y poblacional muy intenso. Es notable la densidad poblacional en el valle del Mantaro, que es el asiento principal de los Wankas, que se extiende hasta Yauyos, por el oeste y la Merced por el Este. Hay grandes poblados, especialmente en la zona de Jauja, donde destacan Hatun Xauxa y Tunanmarka, conocidos como “Ciudades Chullparias” debido a que los edificios tiene planta circular y forma tubular, similares a las Chullpas de los cementerios.

Unidad Expositiva 4.3.3.3.1. Los Kichuas Uno de los monumentos kichuas más significativos es el de Saywite. Es un adoratorio que se ubica a unos pocos kilómetros al norte de la ciudad de Abancay, en los terrenos conocidos como Cuncacha o Saywite. La información disponible lo ubica en la época Inka, construido en el siglo XV o un poco antes. Destaca una gran fuente labrada en piedra, con imágenes esculpidas de la tierra y sus habitantes, tales como pumas, serpientes, sapos, monos y por cierto seres humanos, incluyendo terrazas agrícolas y canales de riego, con tazas a modo de pozas desde donde se deprendían flujos de agua, que se escurrían por todo el mundo. Está en la cima de una pirámide artificial, que está rodeada de otros finos altares labrados y muros de estilo Inka. Es uno de los santuarios más complejos y hermosos del Perú antiguo.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Ushnu de Curamba

Asentamiento Curamba, Apurímac

El puente colgante sobre el río Apurímac

Unidad Expositiva 4.3.3.3.2. Los Chankas

Laguna de Choclococha, al fondo el nevado de Apacheta. Hancavelica

Plano del sitio Arqalla. Huamanga

Plano del sitio Puqury, provincia de V. Fajardo

Plano asentamiento Chanka de Raqa Raqay. Lucanas

Consultor: Luis G. Lumbreras

Laguna de Pacucha. Andahuaylas

Plano del asentamiento Chanka de Ñaupallaqta Cangallo

Chullpa Chanka en forma circular Chullpa Chanka en forma cónica según González Carré

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Unidad Expositiva 4.3.3.3.3. Los Wankas

Mapa del 谩rea de ocupaci贸n Wanka Consultor: Luis G. Lumbreras

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Los Wankas, guerreros de espíritu indomable, se caracterizaron por poseer una fuerte identidad regional. No llegaron a constituir un Estado y su forma de vida comunitaria se basó en la ganadería, la agricultura y la manufactura textil y cerámica. Los Wankas surgieron como uno de los pueblos liberados del Imperio Wari, entre los siglos XII y XVI de nuestra era y se desarrollaron levantando muchas poblaciones en la parte media y alta del Mantaro, siendo Tunanmarka una de las mayores y mas hermosas y fue una suerte de capital de los Wankas, población anterior a los Incas, que ocupaba el Valle del Mantaro. Está situada a 3850 msnm en el Valle de Yanamarca, cerca de las lagunas Tragadero y Paca, y de la ciudad de Jauja, en lo que actualmente es la Región Junín. Tenía cerca de 4300 chullpas o viviendas circulares, organizadas en grupos alrededor de patios centrales y protegidos por murallas. Estaba dividida en dos barrios separados por una avenida central y contaba con un complejo sistema hidráulico, con capacidad de ofrecer agua potable a toda la población, que se calcula llegó a ser de 20000 personas. Estuvo poblada entre los siglos XIII y XVI d.C.

Chullpa de Tunanamarka

Hatun Xauxa

Unidad Temática 4.3.3.4. La leyenda Inka, hasta la guerra con los Chankas

Inkas contra los Chankas. Guaman Poma de Ayala

Inkas contra Chankas en Kero s. XVIII.

Unidad Expositiva 4.3.3.4.1. Los Inkas legendarios LOS INKAS LEGENDARIOS, SEGÚN GUAMAN POMA

Mako Qhapaq Inka

Lloque Yupanki Inka Mama Caua Coya

Consultor: Luis G. Lumbreras

Mama Oqllo Coya

Mayta Qhapaq Inka

Sinchi Roka Inka

Mama Coca Coya

Mama Tacuraray Coya Qhapaq Yupanqui Inka Mama Indychiquia Coya

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Inka Roka

Inka Pachakuti

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Mama Micay Coya

Yawar Waca Inka

Mama Anawarque Coya Tupaq Inka Yupanqui

Mama Chiquia Coya Wiraqocha Inka Mama Runtucayan Coya

Mama Oqllo Coya

Wayna Qhapaq Inka Mama Chimpuoqllo Coya

LOS INKAS LEGENDARIOS, SEGÚN MORÚA

Mako Qhapaq Inka

Mama Oqllo Coya

Mama Indychiquia Coya

Wiraqocha Inka

Sinchi Roka Inka

Inka Roka

Mama Coca Coya

Mama Micay Coya

Mama Caua Coya Mama Tacuraray Coya

Yawar Waca Inka

Mama Chiquia Coya

Mama Runtucayan Coya Inka Pachakuti Tupaq Inka Yupanqui Wayna Qhapaq Inka Mama Chimpuoqllo Coya

Los retratos de los Inkas son producto de la imaginación, porque nunca se hizo un retrato de ellos. Hay varios ensayos reconstructivos, desde el siglo XVI, pero muchos de ellos no se aproximan a los detalles que a fines de ese siglo, expusieron Felipe Guaman Poma de Ayala y Fray Martín de Morúa, cuyos trazos son confirmables con vestidos, adornos u objetos de elite cusqueño. Son de la misma fuente, con la diferencia que Guaman Poma es un nativo y Morúa un sacerdote español. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Recreación de la fundación del Cusco, antes y después del viaje de Manko

TEMA 4.3.4. EL PROCESO DE EXPANSIÓN

Mapa del área de expansión de los Inkas. Principales sitios arqueológicos. Rostworowski

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Temática 4.3.4.1. Los métodos expansivos El Imperio Inkaico se inició al terminar la guerra entre los Inkas y los Chankas. Los Inkas sometieron a los Chankas y comenzaron su expansión hacia todos los lugares donde antes estuvieron los Wari. Es así como la guerra permitió el inicico de la expansión del Imperio Inka, pero en muchos lugares la expansión inkaica fue recibida de manera voluntaria, con métodos que los españoles y nosotros entendemos como diplomáticos. Emisarios del Cusco se reunían con los dirigentes locales del territorio que querían someter y negociaban con ellos su ocupación con beneficios para ambos lados, consistentes en la ampliación de la fuerza de trabajo mediante la política de mitimaes y el desarrollo de proyectos de intensificación agraria con el incremento de la infraestructura de cultivo y riego y la pacificación del entorno, a la par de favorecer la infraestructura de comunicaciones con la implantación de la red caminera, los chaskis y la conectividad inter y supra-regional, bajo la protección del Estado. En esa perspectiva, no era necesaria la guerra, que sólo se presentaba si los dirigentes locales se negaban a aceptar las condiciones propuestas.

Unidad Expositiva 4.3.4.1.1 Diplomacia: VIDEO: explicativo basado en lo que los cronistas describen en relación a este proceso, apoyado en animación que puede sustentarse en las imágenes de Guamán Poma o de Morúa, enfatizando las fases de exploración, campañas y tratativas. Es una ocasión para presentar a los altos dignatarios del Estado, con usos habituales de status, tales como el uso de literas, la organización de procesiones y las condiciones de los caminos, los tambos y las obras de oferta, tales como la repartición de las tierras pre-existentes.

Expedición

Inka con séquito

Encuentro de dignatarios

Unidad Expositiva 4.3.4.1.2. La guerra:

Ejercito

Escena de batalla

Imagen del vencedor

Escena de guerra

Guerrero vencedor

Guerra en fortaleza

Asentamiento fortificado de Incawasi, Cañete

(Se recomienda elaborar video sobre la guerra, en preparación, espera y acciones.) Unidad Expositiva 4.3.4.1.3. Las armas de la guerra:

Guerrero con lanza y escudo Guerreros con arco y flecha

Consultor: Luis G. Lumbreras

Machete y huaraca Guerrero con mazo y lanza

Guerrero con látigo

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Hacha

Macana

Honda y Liwi

Cabeza de porra (macana)

Unidad Temática 4.3.4.2. La expansión Al abordar un territorio ocupado por una población dada, la oferta de conquista de los Inkas, iba acompañada de una serie de propuestas, las que eran parte de su política económica y social al entrar en el territorio, una de su primeras medidas era hacer una evaluación de las condiciones concretas del área agrícola existente; su política exigía un tributo por parte de los conquistados, la oferta era que ese tributo sería cubierto por bienes de consumo producidos en áreas nuevas que serían el resultado de la ampliación de los terrenos para cultivar, generados por obras de riego o por la construcción de andenes donde fueran necesarios. De ese modo los terrenos asignados al Estado no eran los que ya tenían habilitados los pueblos sometidos, sino los andenes o los campos por irrigar, de ese modo los Curacas locales y las comunidades mantenían los suyos sin ser afectados por la expansión. Otra oferta era que si faltaba mano de obra la cubrían trasladando poblaciones afines.

Campo agrícola pintado en quero

Labradores en tiempo de los Inkas

Esquema en corte de una estructura de andenería

Sistema de riego, ceremonial en Tipón

Andenería en Pisaq

Terrazas de agricultura en Toconce, cuenca alta río Loa. Chile

Andenería en Colca

(Se recomienda realizar Animación en vídeo, mapas o dioramas mostrando las obras públicas-tipo, por zona) Consultor: Luis G. Lumbreras

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4.4. EJE TEMÁTICO 4. LA ESTRUCTURA DE LA PRODUCCIÓN El avance o conquista de los Inkas no fue un proceso de incorporación de territorios, sino una progresiva inserción de pueblos, donde la definición de dominio no era tanto la suma de tierras, como la de la fuerza de trabajo –la comunidad- cuyo censo era el factor central de la sumisión. Eran 1 (huk), 10 (chunka), 100 (pachaq), 1000 (waranqa) o 10,000 (hunu) personas que pasaban a depender de un régimen político que tomaba el trabajo como regla principal de las relaciones sociales. Las tierras podían o no ser medios productivos, según la inversión posible de fuerza de trabajo aplicable en el territorio. La principal fuente de riqueza era la cantidad de brazos que podían movilizar las tecnologías vigentes de remoción de los suelos y su correspondiente humectación o fertilización; no se conocía fuentes de energía distintas, que fueran aplicables a la producción de los bienes de consumo. Por eso, el ámbito del Tawantinsuyu y su estructura, deben ser identificados y medidos en términos de las unidades poblacionales que lo integraban, lo que de acuerdo con la información histórica y arqueológica rescatable, se expresa en las comunidades y grupos étnicos que lo conformaban, más que por el tamaño de su territorio -que por cierto medía más de 6000 km de largo- o la riqueza concreta de sus dominios. Si bien en cada lugar había una similar política de tratamiento de la producción, es notable que cada cual mantuviera sus valores propios, que no eran otros que la experiencia milenaria acumulada en cada lugar. De modo que se mantuvieron y favorecieron las costumbres locales para las tareas agrícolas o la manufactura, aun cuando se introdujeron las experiencias de muchos pueblos en la solución de las carencias. Si bien la base productiva del Tawantinsuyu se sustentaba en la agricultura, que durante siglos se fue perfeccionando con múltiples estrategias de manejo de los diversos escenarios andinos, es necesario tener en cuenta que eso estaba acompañado de un desarrollo equivalente en el campo ganadero o pastoril, que incluía el complementario manejo de ciertos animales criados en asociación a la vivienda de las unidades domésticas. Tales como los patos, los cuyes y los perros. Pero a la par que agrícola y ganadero, el mundo andino estuvo también muy ligado a la explotación de los recursos marinos y a diversas formas de uso de los bosques y montañas amazónicas para la obtención de los recursos primarios de la subsistencia, el arte y el cuidado de la salud física y mental. Ese era el espacio primario de sustento, que adquiría diverso grado de complejidad según el territorio donde se ubicaban las poblaciones que, por cierto, intercambiaban experiencias y productos mediante diversas formas de traslado de los bienes de uno a otro territorio. No había una sola forma de tráfico de bienes y ellos circulaban con procedimientos redistributivos o de trueque, tanto a nivel local como regional, con casos singulares de intercambio a larga distancia. El Estado, con la mediación de la estructura comunal vigente, organizaba su participación en el proceso económico de estos bienes, en virtud del beneficio que obtenía a través de la tributación. Dicha tributación no era en especies, sino en trabajo, lo que permitía la posibilidad de habilitar tierra y movilizar semillas o fertilizantes a nivel comunal y supra-comunal, sin expropiar bienes en favor del Estado y beneficiar, en cambio, mediante incremento de la inversión, la tasa de crecimiento productivo de los comuneros. Para eso, y en la medida en que la rentabilidad se valorizaba por el ejercicio del trabajo, se disponía de un control censal de la población y un manejo discriminado de la fuerza de trabajo, con apoyo en instituciones de ayuda mutua como el Ayni, o de trabajo colectivo direccionado por el Estado o la Comunidad, como la Minka, o de desplazamiento de poblaciones como la de los Mitmaq. El Estado no estaba asociado a la apropiación del trabajo comunero de forma no compensada; en verdad, contaba con un aparato que aparte de cumplir la función de ordenamiento y seguridad que imponía, se encargaba de generar los medios más complejos de la producción, tales como la tecnología hidráulica en apoyo de la agricultura de riego y, por cierto, de la astronomía ligada a la calendarización del trabajo y la producción. Ambas formas ingenieriles, sujetas a una parafernalia ritual –en algunos casos muy costosa y complicada- requerían de especialistas cuya garantía de sobrevivencia y reproducción estaba en manos del Estado, a través de sus aparatos ideologizados de determinación de los calendarios o de las ceremonias de habilitación del agua.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Pero la estructura del Estado iba más allá en su participación en la seguridad de sobrevivencia de las comunidades bajo su dominio, tal como se aprecia en su política de conserva y reserva de alimentos, acciones todas que nacen en la vida doméstica, pero que adquieren volumen de seguridad social en manos del Estado. Éste proveía de grandes instalaciones de almacenaje de alimentos y otros bienes de consumo, tanto para el mantenimiento de sus ejércitos, como para resolver los problemas planteados por la escasez de alimentos en casos de desastres naturales. Las “qollqas” o depósitos tipo “granero”, acompañaban a todos los asentamientos estatales, en cantidad y calidad suficiente como para garantizar la seguridad alimentaria y de bienes para varios cientos o miles de personas durante los lapsos de emergencia que se presentaban con cierta frecuencia en las distintas partes del país. Las qollqas estatales ampliaban, a nivel supra-comunal, el hábito andino de disponer de “despensas” de tipo doméstico, como las llamadas “marka-wasi”, que eran unos recintos de dos o tres pisos, en los cuales el más bajo era la vivienda de las personas y los pisos segundo y a veces tercero, para conservar alimentos, utensilios y guarda-ropa. Asimismo, y también como extensión de hábitos domésticos, la política de conservas se unió a la de las reservas, mediante varias formas de guardar alimentos deshidratados, ya sea en forma de carne seca o mariscos deshidratados, de semillas o de papa hervida-seca (cocopa) o papa deshidratada y congelada (chuño y moraya) y otros tubérculos. Junto a ellos, se guardaban las bebidas hechas de maíz o de yuca (mandioca) y las verduras u otros vegetales que se podían preservar sin deteriorarse. Finalmente, debe precisarse que la producción manufacturera de tipo artesanal y ámbito doméstico, pasó a un rango comunal y, finalmente, estatal, que hizo posible la fijación de ciertos cánones productivos y la tendencia a la producción masiva de las artesanías, para lo cual el Estado creó verdaderas fábricas de bienes de consumo manufacturados, en instalaciones tales como los Aqllawasi donde un grupo de mujeres era destinada a producir objetos formalizados por el Estado, que junto con productos gastronómicos, incluían alfarería, orfebrería y textilería. Era un componente urbano de primera calidad. En eso se sustentaba el Tawantinsuyu -”el país de las cuatro regiones”- que es un extenso territorio, cruzado de norte a sur por la cordillera de los Andes, a lo largo de todo el frente occidental del Continente suramericano, y que tiene como límites a las aguas del océano Pacífico, por el oeste, y a los Llanos, la Amazonía, el Chaco, la Pampa y Patagonia por el Este. La altitud de la cordillera, combinada con las latitudes ecuatoriales y tropicales, cumplió un papel importante en la intensificación de las diversidades, generando un mosaico de variedades que son perceptibles en la creación de las múltiples estrategias de la producción que confluyen en la configuración del mundo andino y su versión articulada del Tawantinsuyu. Ese es uno de los ejes temáticos sustantivos del Museo. La división territorial del Tawantinsuyu tenía un sustento étnico y ambiental. No era un agregado territorial derivado de las circunstancias de los siglos XIII y XV -cuando se organizaron los Inkas del Cusco- pues el proyecto de país nació hacia el siglo VI y fue madurando con el manejo territorial que se experimentó en el llamado “Horizonte Medio”, creando las instituciones de base, con instalaciones urbanas e infraestructura de servicio, como la red de caminos estatales, trasladándose el núcleo de poder al Cusco hacia los siglos XIIXIII, que es la época de los Inkas legendarios, desde Manko Qhapaq hasta Viracocha. Desde entonces, todos los caminos conducían al Cusco y en el Cusco nacían todos los caminos. Ese era el eje del poder político, económico y social de los Inkas, lo que constituye el eje temático central del Museo. El Chinchaysuyu se inicia con los viejos rivales del Cusco, llamados Chankas, que eran los vecinos, que vivían “al otro lado del río Apurímac”, y llega hasta la tierra de los Pastos, en el sur de Colombia. Era la unidad territorial más extensa del dominio Inka, con dos frentes, uno en el inmediato norte del Cusco, formado por los pueblos que tenían una larga historia urbana -con Estados constituidos antes y durante la época Wari- y otro, en el lejano norte, formado por pueblos organizados dentro de un patrón de vida liderado por mercaderes. Así pues, la organización de este espacio respondía a una estructura de base urbana, formada desde por los menos 3000 años atrás, con unidades de producción diferenciadas socialmente y asentamientos donde la función cultista se subordinaba a la militar. La ciudad se había definido a partir de la división del trabajo, en gentes con estatus de mercaderes o de artesanos diferenciados, viviendo junto a los especialistas en la administración o el culto, como ocurría en Chan-chan de los Chimor. Es una estructura que genera mandos y comandos, que estaban por encima de los jefes étnicos domésticos y, por cierto, parcialmente libres de los códigos gentiles de relación tribal que los Inkas del Cusco no habían abandonado, basados en principios de reciprocidad y diversas formas de redistribución.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Ese era un patrón diferente al desarrollado más al norte, donde había una marcada presencia de las mujeres en la vida política comunal y con un papel notable de los mercaderes –llamados Mindalaes- en la estructura económica. Más que centros urbanos, en esta región crecieron asentamientos palaciegos asociados al poder tribal, similares a los que en los Andes Centrales son llamados “Centros Ceremoniales”, pero que sin perder sus componentes cultistas estaban más asociados al ejercicio simbólico del poder de sus usuarios, donde circulaba un cierto tipo de monedas de cobre y, al parecer, conceptos de valor y propiedad muy diferentes a los que manejaban los Inkas. Fue el último territorio incorporado por los Inkas al Tawantinsuyu, aunque parece que tanto el Inka Wayna Qhapaq, como su hijo Atauallpa, nacieron en las ciudades de Tomebamba (Cuenca) y Guaca (Caranqui), construidas por los Inkas en esa región. El Qollasuyu, es un territorio diferente, organizado en torno a pueblos articulados por una economía de agricultura de altura y ganadería de alto rendimiento, que requería formas de complementariedad de larga distancia, creando el modelo que John V. Murra identificó como “Verticalidad” y también como organización de un espacio económico en forma de “archipiélago”, consistente en mantener el manejo simultáneo y complementario de la producción en distintos pisos ecológicos, para disponer de los recursos de uno y otro nivel. Los Inkas del Cusco identificaban su fuente de origen religioso y político con el centro de este territorio, el lago Titicaca, donde estaba su Paqarina o lugar de origen. El Qollasuyu es pues parte de la historia de los Inkas, con quienes estuvieron aliados desde varios siglos antes, incluso desde los tiempos del Formativo, 1000 o 1500 años antes de la era cristiana, cuando se produjo la conexión directa entre los pueblos Qaluyu (circum-Titicaca) y Marcavalle (valles del Vilcanota), persistente en la época llamada Pukara y luego en la de Tiwanaku. Al igual que el Chinchaysuyu, en el Collasuyu deben considerarse al menos dos secciones, asociadas a dos fases de la conquista inkaica y las diferencias históricas y ambientales de cada una de ellas; la primera es Circum-Titicaca y cubre la tierra de los Qollas propiamente dichos, incluyendo a los Lupacas, Pacajes y Omasuyus; la segunda es de los Diaguitas y sus vecinos Mapuches. Los primeros se desarrollan en un espacio de puna, donde la articulación social y económica define las relaciones con poderes “horizontales”, en tanto que los otros mantienen un patrón más bien doméstico, de base y fuente rural, de oasis en medio del desierto. En la región “Circumtiticaca” había una larga tradición cultista, que llegó a sus más altos niveles de desarrollo con la formación de las civilizaciones de Pukara y Tiwanaku, cuya característica más destacada fue el manejo de una exitosa agricultura de riego, combinada con un ascenso de la ganadería de camélidos. Cuando se produjo una crisis climática larga hacia el siglo XI o XII, tuvieron un repliegue que pudieron superar con el pastoreo intensivo, pero ya no pudieron retomar el rango de poder de los tiempos de Tiwanaku, reduciendo su ámbito a las jefaturas locales –llamadas reinos Aymaras- con las que los Inkas tuvieron que ver. Eran pueblos de pastores ricos, aldeanos, que se aliaron con los Inkas. Más al sur es la tierra de los desiertos y los oasis. Allí está el desierto más duro de los Andes, el de Atacama y su entorno, en el lado oriental, es el del Chaco que ofrece una vegetación de manejo duro. Las circunstancias geográficas impiden grandes concentraciones de población, aunque cerca del mar ha sido posible la formación de ciudades como Arica, Iquique, Antofagasta o La Serena y Valparaíso, asentadas a base de una economía esencialmente marítima, con apoyo en el pastoreo y la agricultura de oasis, pero con una economía minera asociada a la demanda de los Inkas. El Kuntisuyu, es la región de apoyo de los Inkas, que se asocia con la fauna y la flora marítima que está en el inmediato oeste del Cusco, de donde proceden los diversos productos de las tierras bajas occidentales así como las de procedencia marítima, como el cochayuyo (algas marinas) que provee de yodo a los alimentos, los mariscos y la abundante variedad de peces del mar que baña Arequipa, Moquegua, Tacna y Arica, donde los oasis de sus costas dan acceso además a diversas variedades de ají, juncos y otras plantas de tierras bajas. Es un territorio montañoso desértico, con cuencas fértiles entre la cordillera y el mar, que alojó a poblaciones de activo desarrollo económico y social basado en una agricultura de riego, exigente de mano de obra calificada, aun cuando sólo de rango comunal no especializado. Las cuencas de Cotahuasi y el Colca dieron

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lugar al desarrollo de formaciones tan avanzadas como la de los Collaguas (Kollawas), que dieron importante sustento a los Inkas. El Antisuyu, Es el “rumbo oriental” de los Inkas, la zona de los “chunchos” y “yumbos”, calurosa y húmeda, donde se produce la coca, la chonta y otras plantas que no hay en los otros suyus y donde las condiciones de vida y trabajo están asociadas al bosque húmedo tropical. No era un ambiente familiar para los Inkas, aun cuando hay evidencias de una larga ocupación de este territorio desde al menos el siglo IX de nuestra era en La Convención, al norte del Cusco. La siembra y la cosecha son tareas muy diferentes a las de la sierra y la costa; la selva requiere un régimen de trabajo con tala de bosques (roza y quema) y un dominante circuito de recolecta, caza y pesca, fuera de un dominio bien cuidado de la fauna y la flora selvática. Las maderas, las plumas de aves vistosas, la coca y los frutales podían ser canjeados con piedras duras para hachas, con sal, sin requerir un dominio pleno, tal como lo entendieron los Inkas y sus predecesores Wari, aun cuando eso no les impidió intentar ciertas formas de colonización. La imagen de la selva, poblada de “salvajes”, es un estereotipo desmentido por la historia. Todo o casi todo el Antisuyu forjó una notable civilización parecida a la de los mayas –obviamente sin conexión con ellos- con asentamientos –como los de Pajatén- de exquisita arquitectura preciosista, con caminos enlosados y un activo sistema de comunicación en medio de la selva y en conexión con la sierra oriental. Su influencia sobre el inkario es tan notable que asentamientos tan importantes como Choquequirao, en el Apurímac, son producto de su influencia. Es la misma civilización que sostuvo Kuelap y que estaba en pleno apogeo en Pajatén y sus vecinos poblados, cuando llegaron los españoles. Era también una zona de refugio; la leyenda cuenta que luego de la derrota de los Chankas, los vencidos se fueron a las “montañas” –probablemente las de los Chachas, en San Martín- con Ancoayllu a la cabeza, con los que mantenían una larga relación. Los Inkas hicieron lo mismo en 1540, refugiándose en Vilcabamba, desde donde organizaron la resistencia contra los españoles, que habían tomado el Cusco. El Tawantinsuyu albergó a una población de varios millones de habitantes, cuyas cifras no han podido ser precisadas, por falta de información suficiente. Los cálculos más aceptados oscilan entre 4 y 12 millones, lo que es una distancia numérica muy grande. Los datos arqueológicos tienden a aproximar las cifras en la dirección más alta, pero aún son insuficientes. Los cálculos de base documental se refieren a la década de 1530, cuando llegaron los españoles, y el censo que se mandó hacer a fines de ese siglo, indica un promedio de apenas 1 millón de habitantes, lo que simplemente señala una extinción de varios millones de gentes en el proceso de conquista, sea cual sea el cálculo aceptado. De cualquier modo, los datos existentes presentan una fuerte tendencia al fortalecimiento de los centros de población concentrada, así como un constante crecimiento de la infraestructura productiva y el incremento de la producción manufacturera, como norma generalizable, tanto en la costa como en la sierra y la montaña, lo que garantiza un mejoramiento en el nivel de vida de la mayor parte de la población y en sus condiciones de trabajo.

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TEMA 4.4.1. LA POBLACIÓN El factor principal de todo proceso productivo es el ser humano, cuya interacción con las condiciones materiales de su existencia, es decir el medio ambiente natural, se realiza mediante el trabajo. El trabajo requiere instrumentos que sirvan de mediación entre las personas y la naturaleza externa a ellas. El ser humano actúa siempre en relación con otros, operando como población, que en un principio estaba organizada en bandas, es decir grupos autónomos consanguíneos y que a medida que sus relaciones se fueron haciendo mas numerosas y complejas pasaron por distintos niveles de agrupación familiar, mediante reglas de parentesco, hasta constituir conglomerados humanos ligados, no solo por lazos de familiares, sino laborales y de localidad. Esa es la historia de la población.

Unidad Temática y Expositiva 4.4.1.1.La división social jerarquizada

Ídolos de plata, orejones, de elite

Conjunto Real Machupiqchu

La población se organiza originalmente en base a relaciones de reproducción, constituidas por padres e hijos, las que se identifican como “bandas”. Cuando se descubre la agricultura, ésta induce al sedentarismo, que rompe la simple división del trabajo determinada por el sexo y la edad, para establecer los vínculos entre varias unidades domésticas que viven juntas, lo que requiere la aparición de jerarquías superiores, cuya existencia garantiza el orden que pasa de la condición familiar a la condición pública y aparecen los jefes, con capacidad de intervenir más allá de su propia unidad doméstica.

Alto funcionario Kamayoq

Contralor General Tocricoq

Suyuyoq, Administrador

Qhapaq Apu de los Anti

Mallco Mullo, de la Costa Reyna de Chinchaysuyo Señora de Antisuyo

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Señora de Collasuyo

Mallco, de Collasuyo

Consejo Real

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Palacios de los Inkas Señora de Contisuyo

Waynaqhapaq, conquistador

Andas de Inka y Coya

Cortesano Inka

Cuando las “tribus” crecen, pero sobre todo se hacen más complejas, las relaciones de trabajo, debido a la aparición o descubrimiento del manejo del medio ambiente, hace que el requerimiento de mano de obra tienda a ser progresivamente mas especializado y concentre la necesidad de un mayor grado de poder para mantener el orden social. En este punto se define una forma de vida ligada a la concentración poblacional en ciudades, cuando los requerimientos de trabajo son sustantivamente diferentes, de modo que deban convivir personas con usos y costumbres diversos, sin relaciones de parentesco y unidas solo por la necesidad de ocupar un mismo territorio. La convivencia está regulada, entonces, por una forma de organización social llamada Estado.

Unidad Temática y Expositiva 4.4.1.2.La organización del trabajo

Traslado de piedras

Guerrero Triunfante

Pastor y cazador de pajaros

Minusvalido, cojo

Pastora e hilandera

Chaski - Correo

Contralor Supremo,Taripacuq

VÍDEOS: se sugiere la presentación de al menos tres vídeos diferentes, de corta duración. El primero o los primeros, deben presentar la forma de vida en bandas; se sugiere obtener uno sobre una población australiana, otro sobre los Andaman y una tercera sobre los Alakaluf y Yaghan y otros pobladores del sur del Continente. El segundo vídeo (s) debe ofrecer una versión etnográfica tribal, que puede ser sobre los Kwakiutl u otros indígenas de la Columbia Británica y/o sobre una población amazónica; finalmente, un tercer vídeo (s) de una o varias etnografías o historia documental sobre estados arcaicos, diferentes a los Inkas (mesopotámicos, egipcios, mexicas o Mayas). El tema general de estos vídeos es la presentación de las jerarquías sociales en ascenso. Finalmente un vídeo podría organizarse a base de la información etnográfica de Guamán Poma, describiendo la organización social, el ciclo vital, etc.

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Unidad Temática y Expositiva 4.4.1.3.Los procesos de socialización

Cargador de ArÍbalo Curandero caminante Ociosos son marginados

Niño de cinco año, juega

Niño de dos a cinco, gatea

Doncella casamentera, élite

Saludo al Sol, pago a la Tierra

Niño lactante

Ancianos sirven de ayudantes

Anciana que requiere de apoyo

Mujer en asilo de ancianos

El proceso de socialización, es el reconocimiento de la forma como los individuos se van integrando al sistema social en el que le va a tocar vivir. Esto comienza por el aprendizaje del idioma con el que va a poder comunicarse con sus padres, sus allegados inmediatos y la comunidad; simultáneamente implica el aprendizaje de caminar, apreciar los alimentos, abrigarse o vestirse y conocer el medio en el que viven. En el mundo andino esto es diferenciado por regiones, lo que define un mosaico de formas de ser y comportarse, que es lo que los antropólogos llaman “culturas”. La diversidad no impide que existan formas comunes de comunicación, lo que se logra mediante el apoyo de entidades sociales que establecen los mecanismos para hacer efectivas estas relaciones entre diferentes, tales como las redes de caminos.

(Vídeos que muestran cuadros demográficos y las diversas formas de vida, la división del trabajo y los procesos de socialización, por regiones, con segmentos con animación. Tomar a Guamán Poma como referencia)

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TEMA 4.4.2. PRODUCCIÓN DE LA SUBSISTENCIA Unidad Temática 4.4.2.1. Recolección, caza y pesca Los procedimientos de recolección, caza y pesca, que se iniciaron cuando llegaron los primeros pobladores humanos a los Andes, no cambiaron sustantivamente a lo largo del tiempo. Los cambios fueron fundamentalmente de mejoramiento de los instrumentos de caza, privilegiando los recurso colectivos y selectivos, como el Chaqu que se hace con la participación de muchos pobladores que van cercando, con o sin redes, a los animales para luego sacrificar a los que sean necesarios para la caza y dejar vivos a los reproductores y otros no requeridos para el consumo de la población. En la caza participaban sobre todo los varones en cambio en la recolecta de vegetales o pequeños animales, participaban también las mujeres y los niños. En la pesca, se llegó a un cierto nivel de especialización; en Chincha se llegó a contar en miles los pescadores que salían a la mar en embarcaciones para pescar, incluso, al parecer tenían un espacio de vivienda diferenciado. Los anzuelos originalmente de hueso o espinas, se hacían de metal y de los tamaños adecuados al tipo de peces que se buscaba; igualmente las redes, desde los simples “chinchorros”, hasta redes más complejas, se hacían con sistemas progresivamente más sofisticados.

Unidad Expositiva 4.4.2.1.1. Caza y recolección en la sierra

Joven recolectora

Caza de aves Cesta para recolección Pintura Rupestre Cueva de Toquepala para carne y plumas con escenas de caza. Toquepala

Cueva de Lauricocha

Pintura rupestre en Lauricocha

Puntas de proyectil usadas para cazar, Cusco

Venado cazado

Ganchos de estólica

Unidad Expositiva 4.4.2.1.2. Caza y pesca en la costa

Balsas de pescadores Pescador, Nasca

Representación pesca. Piura

Consultor: Luis G. Lumbreras

Pescadores Moche

Pescador Nievería

Fragmento de anzuelos de hueso

Cangrejo Moche

Red de pescar de fibra vegetal

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Unidad Temática 4.4.2.2.Agricultura Unidad expositiva 4.4.2.2.1. Tipos de agricultura: VÍDEO: formular un vídeo que permita mostrar todo el proceso de la formación de campos de cultivo bajo riego y en tratamiento de secano (campos en reposo) e indicaciones sobre los periodos de reposo. En el riego poner información sobre el tratamiento con canales y represas, con algunos ejemplos de los grandes sistemas hidráulicos y la reconstrucción animada de algunos sistemas complejos de Lambayeque; para fines informativos se puede acudir complementariamente a los proyectos actuales. En los sistemas de roza y tala, aparte de presentar los bosques quemados y en proceso de siembra, sería deseable incorporar un fragmento con tareas de roza actuales, en la Amazonía y de preferencia etnográficos. Loa andenes deben ser explicados y mostrados en su variedad, con referencia a las técnicas constructivas. Los camellones deben, igualmente explicarse y aparte de mostrar fotos aéreas y horizontales, describir los procedimientos de construcción y de uso, en lo posible obteniendo algunas vistas documentales del Beni o de Colombia. Las represas, deben ser presentadas a base de gráficos descriptivos y, en lo posible con fotos de los restos arqueológicos existentes. Las “cochas”, deben ser mostradas con foto aérea y fotos horizontales, lo mismo las albarradas.

Programación de actividad agrícola: Conductor de Mullu e ingenieros delimitando los Campos de cultivo.

Cosecha de maíz

Siembra con chakitaqlla

Cuidado de las aves

Aporque

Desyerbado de campo Cosecha de papa

Canal elevado. Tipón

Consultor: Luis G. Lumbreras

Chakitaqlla

Andenería en Pisaq

Siembra comunal

Riego

Caída de agua Tipón

Canal y Tipón

Andenerías en y Moray

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CAMELLONES

Jagüeyes

(Elaborara modelos tipo diorama de las diferentes formas de los campos de cultivo: riego, roza, andenes, camellones, represas, cochas y jagüeyes) Unidad Expositiva 4.4.2.2.2. Plantas cultivadas principales

Distintos tipos de maíz (restos arqueológicos)

Maíz, Choclo

Maní antropomorfizado Canasta con maní

Distintos tipos de papa

Distintas formas de calabaza

pacae

Ciruela del Fraile

Achira

Pepino

Ají

VÍDEO: presentación de las plantas cultivadas de mayor consumo, como la papa, el maíz, el frijol, la kiwicha y algunas frutas, e su condición de plantas en el campo, antes de ser cosechadas y, en lo posible el proceso de cosecha, en condsiciones contemporáneas y en lo posibe acompañadas por animaciones reconstructivas de los mimos procesos a base de lo que aparece en Guamán Poma y Morúa. Esas mismas plantas deben ser presentadas en sus formas de consumo, incluyendo frutas como el pacae, la lúcuma o el pepino en las mismas condiciones, con sus árboles, su recolección y las presentaciones para su consumo. (Se sugiere hacer réplicas en fibra de vidrio de todas las plantas y frutos andinos a escala 1:1 y sus variedades, con exepción de los árboles, cuya presentación, en este espacio, puede hacerse a escala)

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Unidad Temática 4.4.2.3. Pastoreo y ganadería El pastoreo y la ganadería de camélidos, se inició en el periodo Arcaico y, al parecer de manera diferenciada, la domesticación de las alpacas basadas en las vicuñas, se habría producido en la sierra central, en las punas de Junín y la domesticación de la llama, basada en los guanacos, se habría dado en las punas de Cusco y Puno. La crianza de estos animales es pastoril, aun cuando pueden fácilmente aclimatarse a una vida doméstica asociada a las granjas. Son animales criados para el consumo de su carne, como alimento, fresca o principalmente seca en forma de charki, o también para su lana y piel para convertirlas en fibras textiles o en cuero. La llama era usada también como animal de carga. Se criaban en grandes corrales y en manada.

Unidad Expositiva 4.4.2.3.1. Ganadería de camélidos.

Kero- Alpaca

Kero –Llama

Conopa alpaca

Alpaca y llama en plata

Conopa LLama

Unidad Temática 4.4.2.4. Conservas y reservas Un detalle importante de la política previsional del Imperio del Tawantinsuyu, fue el de disponer de mecanismos para la preservación de los alimentos blandos y frescos, en condiciones de mantenerse comestibles durante un tiempo mayor al de su ciclo vital. Los procedimientos para lograrlo, estaban asociados fundamentalmente al proceso de extracción de sus componentes hídricos, lo que se hacía secando los animales de esas características, con apoyo de la sal para su rápida deshidratación, o el ahumado o su exposición al sol. Otro procedimiento era el de rehidratarlos, expulsar los excesos líquidos mediante presión y someter los alimentos blandos a las heladas nocturnas alternadas con la exposición al sol. De esa manera se producía “charki” de carnes de mamíferos o carnes secas de peces y mariscos. Las papas eran convertidas en chuño blanco (moraya) o negro (chuño) o t’unta Unidad Expositiva 4.4.2.4.1. Animales

Pez

Caracol

Unidad Expositiva 4.4.2.4.2. Plantas:

Conopas en forma de maíz

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T’unta

Chuno negro (Chuño)

Chuño blanco (Moraya)

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TEMA 4.4.3. LA PRODUCCIÓN MANUFACTURERA Unidad Expositiva 4.4.3.1. La Industria Textil Se puede decir que el único producto artesanal que llego a la calidad de producción industrial fue el tejido. Si bien la producción de hilos, lienzos, tejidos era de un rango básicamente doméstico, el Estado, posiblemente aun antes de su existencia formal, tenía establecidos centros de producción de tejidos, como los llamados Aqllawasi, donde eran concentradas un ejercito de mujeres que entre sus tareas principales tenían a su cargo la producción textil que el Estado requería. El tejido es el eje de la diferenciación visible entre las gentes, desarrollándose una forma de élite con los vestidos finos y una versión popular con vestidos ordinarios; los vestidos finos estaban hechos en los talleres del Estado, los ordinarios a nivel doméstico, los Inkas llamaban “Chumpi” a los primeros y “awaska” a los segundos

Chuspas

Fragmento de tapiz Inka

Fragmento restaurado

Mantos Inkas

Instrumentos y materiales para tejer

Ejes para tejer, de madera

Tejidos en telar, según Guamán Poma y cerámica Pachacamac

Hombre y mujer en hábitos domésticos, en la producción de hilos para tejer su ropa

VÍDEO: mostrar con imágenes animadas, combinadas con documentales etnográficos los procesos de producción textil, desde la obtención de la materia prima -vegetal o animal- hasta el escarmenado, hilado y la elaboración de telas, pasando por el proceso de teñido o la confección decorativa de los tapices, brocados, reticulados y gasas Unidad Expositiva 4.4.3.2. Minería y metalurgia

VÍDEO: Presentar el proceso minero, minería de oro, plata y cobre. Metalurgia y orfebrería, trabajo del oro, plata, cobre, aleaciones. Productos; utensilios, instrumentos, adornos. Muestras al natural y proceso de obtención del metal. Los diversos procesos de manejo de los metales, desde su fundición hasta su transformación en objetos.

Huayra.Centro Minero Mina de plata. de Viña del Cerro.Copiapó Potosí

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Boleadora, hacha Inka y cuhcillo de bronce

Vaso de metal Porras-estrella de bronce

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Unidad Expositiva 4.4.3.3. La alfarería VÍDEO: mostrar el proceso de producción de los objetos de cerámica, desde la obtención de la materia prima, pasando por la cochura, el modelado y los acabados. Mostrar tipos de arcillas y antiplásticos, tipos de hornos y condiciones de cocción, elaboración de las formas y procedimientos alfareros, el proceso de acabados externos e internos y de la decoración. Debe quedar claro que de estos procesos dependen el color, la calidad y la dureza de los objetos de arcilla. Una parte del vídeo, pueden ser a base de animación y otra a partir de un documental etnográfico, para el que sugerimos tres fuentes diferentes: Chulucanas de Pira, Quinua de Ayacucho y Pucara de Puno.

Aríbalo bicromo Cusco

Aríbalo con cóndores

Aríbalo de estilo Aríbalo estilo Aríbalo estilo Cusco Polícromo A y B Inca Provincial Chimú-Inca.

Unidad Expositiva 4.4.3.4. La piedra

Escalera de piedra.

Morteros de piedra

Bolsa para cargar herramientas

Piedra - martillo

Construcción bloques de piedra

Cinceles, punzones

Viviendas

VIDEO: Mostrar, desde las canteras los tipos y calidad de las rocas escogidas, incluyendo los instrumentos para elaborar utensilios u otro tipo de objetos, puede tratarse de granitos, turquesas u otros tipos de rocas, según su destino, que pude ser para la construcción de muros, estatuas o para joyas y adornos. Debe mostrarse los tipos de instrumentos para el trabajo lítico, cortantes, punzantes, contundentes, etc. s deseable que se proceda a elaborar un vídeo animado, acompañado de documentales del trabajo del picapedrero, el escultor o el joyero.

Unidad Expositiva 4.4.3.5. Uso de la madera, los huesos y las conchas

Peines de madera, caña y espinas de cactus

Consultor: Luis G. Lumbreras

Kero madera

Estatuilla concha

Conchas y caracol “conus”

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TEMA 4.4.4. EL DESARROLLO TECNOLÓGICO Y CIENTÍFICO En el origen de todo lo que tenemos y vemos, hay una gran sabiduría que sabemos que proceden de nuestros antepasados. Esos conocimientos que heredamos, nacieron de la práctica cotidiana de quienes luego trasmitieron esos logros a sus descendientes, hasta que llegaron a nosotros. Son miles de años de vivir en esta tierra, y esos miles de años de conocimientos acumulados son los que disfrutamos ahora. Tener un idioma, costumbres, creencias, una forma de comer y de abrigarnos y aún hasta de caminar, son la fruto de la herencia guardada. Esos conocimientos nos permitieron manejar nuestro medio. Dieron origen a hacer preguntas sobre todo lo que nos rodea e iniciar la búsqueda de todo lo que aún no sabemos. Es el camino que conduce a la ciencia, que es una manera de tener conocimientos más precisos sobre la realidad, mediante la observación y el experimento, completando todo aquello que nuestra mente elabora para resolver los enigmas naturales. En el antiguo mundo andino, ese camino estaba bastante avanzado cuando llegaron los españoles y producto de eso son los logros de aquel tiempo que hasta ahora hacen habitable este territorio. Nadie nos enseñó a hacerlo, nuestra práctica construyó una teoría sobre nosotros y nuestro entorno.

Unidad Expositiva 4.4.4.1. La tecnología hidráulica

Cochas. Canal subterráneo (Puquios de Nasca).

Uno de los canales subterráneos de Nasca

Drenaje del Aqllawasi Cusco, Pared calle Loreto

SISTEMA HIDRÁULICO EN TIPÓN, CUSCO

Represa

Canal de riego

VIDEO: Debe presentar los canales de riego, y toda la infraestructura hidráulica que sustentó la vida agrícola andina, cuyos desiertos y suelos montañosos debieron ser sometidos, creando valles fértiles y declives inmanejables, a base del manejo de los recursos acuíferos, tanto de las lluvias como de las fuentes que están encima y debajo de la tierra (napa freática, humedales, etc. Debe mostrarse los diversos tipos de canalizaciones, las terrazas agrícolas, las presas, las “cochas”, los jagüeyes y bofedales, los camellones, etc. Deben ser presentados en su contexto ambiental, con planos y fotos. (Recomendamos mostrar maquetas reconstructivas de los diferentes procesos de manejo hidráulico, en forma de dioramas a escala, priorizando Tipón y agregando algunos de los de la costa de Lambayeque y tal vez Nasca).

Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.4.4.2. La astronomía La astronomía nació entre los pescadores y los agricultores, quienes requerían conocer los movimientos de las mareas asociadas al circuito de “visita” de la luna o la regularidad de las lluvias o el flujo de los ríos para programar sus tareas en la siembra y cosecha de las plantas. Es un producto del “Arcaico”, definido unos 5 a 6 mil años antes de la era Cristiana. De allí nació un calendario lunar y otro solar. Uno a base de contar las semanas de cambios lunares y otro a base de los meses, trimestres y semestres que mide con el movimiento del Sol. Obviamente ellos regulan la vida y mandan sobre todos los fenómenos cósmicos que tienen incidencia en nuestra vida. Por eso los consideraban “dioses”. Pero esos movimientos, que todos podemos apreciar, requieren cierta precisión en su registro, para saber – por ejemplo- cuando se va a sembrar. Los cálculos del tiempo por venir son indispensables para programar las tareas productivas: la estación de las lluvias, que comienza en el solsticio de verano –en diciembre- debe ser anticipada para hacer la siembra un tiempo antes de su llegada, pues hay que labrar la tierra, preparar las semillas y limpiar los canales por donde se podrá hacer llegar el agua a los terrenos oportunamente. Eso requiere registros y observaciones estables y constantes. De ello se encargan especialistas cuyo manejo técnico se irá incrementando con el tiempo, con conocimientos de cálculo cada vez más avanzados. Así se fue definiendo la ciencia que condujo a calendarios (usados en los oráculos) de alta precisión. Así nació la Astronomía VIDEO: Debe presentarse un documental sobre el cielo andino, explicando el movimiento de los astros y sus formas de registro, así como la correspondencia de ellas con los fenómenos telúricos conocidos (vientos, tempestades, etc.). La diferenciación entre los fenómenos de la costa, la sierra y la selva son muy importantes y pueden hacerse tal vez en tres vídeos diferentes, expuestos en simultáneo en unidades próximas. Deben mostrarse allí los observatorios, los logros tecnológicos, los especialistas, los calendarios, las festividades asociadas al calendario, el shamanismo, etc. Es posible que mucho de esto pueda hacerse con animación y con apoyo en documentales etnográficos. En un vídeo independiente debiera hacerse una explicación y presentación del sistema de los Ceques de los Inkas. Unidad Expositiva 4.4.4.3. El cuerpo humano VIDEO: Presentación de la anatomía y fisiología humanas, asociada a prácticas médicas de diagnóstico (pasar el Cuy) y de tratamiento (trepanaciones, prótesis, yerbas y otras prácticas). La medicina preventiva y curativa así como la cirugía y la momificación. Las enfermedades originarias. Se puede usar reconstrucciones en animación y casos de tratamiento actual, definidos con cuidados.

Cráneos trepanados

Deformación craneana bilovar

Manejo del Tumi para trepanaciones

Representación de instrumentos usados para las trepanaciones

Huacos retratos

Consultor: Luis G. Lumbreras

Deformación craneana, alargada, tipo “Aymara”

Tullido

Ciego

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Unidad Expositiva 4.4.4.4. . Los medios de comunicación (Kipus, caminos y otros) Los medios de comunicación definen los mecanismos mediante los cuales una sociedad dada identifica sus prioridades de vida. Estos medios determinan las conexiones que hay entre unos y otros y por tanto la transmisión de sus experiencias. Hay la comunicación física entre personas y la que se registra como parte de la experiencia guardada. La comunicación por agua o por tierra nació de la necesidad de relación entre los pueblos para intercambiar bienes o mantener empatías, de donde nacieron las rutas cubiertas por caminos o por rumbos de navegación. Pero, también hay los medios que comunican a las gentes a través del registro de la memoria, experiencias que se guardan y se requiere transmitir. Eso dio origen a la escritura. Al parecer no hubo escritura en los Andes, salvo los Kipus, los Tokapus y ujnas aún misteriosas tablas pintadas con ideogramas que se quemaron en el Poq’en-kancha del Cusco en los primeros tiempos de la llegada de los inquisidores españoles. Los petroglifos y las imágenes pintadas, grabadas, tejidas o esculpidas guardan una parte de esa forma de comunicación que ahora son los únicos medios de aproximarnos a esas memorias.

Kipus fijados en una montura de madera

Quipu en dos colores

Sistema aritmético con diversos nudos

Quipu con cuerdas secundaria

Caminos en Urubamba

TOKAPUS

Chaski coon pututu

Tocricoq en misión Administrador de puentes

Enseñando a leer Quipu. Según Morúa

Consultor: Luis G. Lumbreras

Quipukamayoc

Abaco

Quipukamayoc. Según Morúa

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VÍDEO. Debe presentarse una referencia didáctica a los procedimientos que nos cuentan los cronistas y que se conocen también en los objetos encontrados en las excavaciones relativos a los registros que se supone que contienen los Kipus destacando el papel destacado de estas cuerdas para el registro contable y al parecer par otro tipo de formas de comunicación. Debe presentarse los kipus, sus tipos y características, su historia y la descripción y muestra de su lectura. Los kipus contemporáneos a nosotros son un buen medio de conocimiento sobre cómo eran. Deben también presentarse los ABACOS y tener en cuenta los cantares épicos, basados en Betanzos, contando la referencia del origen de esos cantares.

TEMA 4.4.5. DISTRIBUCIÓN, CIRCULACIÓN Y CONSUMO Los procesos económicos que dieron consistencia al Estado Inkaico, tuvieron un sustento poco diferenciado de la estructura de la producción en las sociedades de carácter tribal cuyo escalón más complejo eran las jefaturas. En la práctica, si bien el Estado se organizaba en torno a lo que era una suerte de clase social diferenciada, aquí, al igual que en las formas sociales asiáticas, el poder recaía sobre una entidad de base parenteral de claro tono tribal, con medios basados en la reciprocidad y en las formas redistributivos de distribución de la riqueza, pero que, a diferencia de una jefatura tribal, mantenía el poder sobre una masa social de trabajadores que no sólo eran productores de bienes de consumo, pero que también estaban asociados a los mecanismos de apropiación diferencial de los bienes, según su rango en un régimen estratificado de relaciones y, a su vez, incluían a diversos niveles de especialistas en los campos de la tecnología de los procesos productivos, como los sacerdotes de los ocupados de los varios campos del culto, los militares ocupados de las tareas de seguridad y defensa y, los trabajadores de las comunidades que convivían con los trabajadores “kamayoq” que cumplian un papel equivalente al de funcionarios del Estado. Eso, sin tener en cuenta a los “yanacuna” y los “mitmaqcuna” que tenían una participación económica diferenciada, ya sea porque eran como “siervos” de los poderosos o porque su trabajo era forzado realizar fuera de su tierra original. Así pues, los mecanismos del proceso productivo para el destino de los bienes, estaba regulado por el Estado, aun cuando el centro de acopio y distribución era la comunidad. Unidad Expositiva 4.4.5.1. Reciprocidad y redistribución La reciprocidad es la forma de distribución de los bienes de consumo entre los miembros de una comunidad –o sus vecinos- a los que se considera con derecho a gozar de los beneficios de la producción, sea porque trabajaron en alguna etapa del proceso productivo o porque hay el reconocimiento, vía las reglas de parentesco- de que ellos deben tener lo que nosotros tenemos, por ser padres, hijos, hermanos, primos, tíos, u otros parientes; la redistribución, en cambio, es la entrega de los bienes por encima de la comunidad, en función del reconocimiento de la participación de las personas dentro del circuito de influencia del Estado o la comunidad.

Unidad Expositiva 4.4.5.2. La renta del Estado: el tributo colectivo El Estado inkaico se sustentaba a base del tributo que le ofrecían las comunidades y/o las jefaturas (curacazgos) que existían a lo largo del territorio. El tributo no era en bienes sino en trabajo. Eso significa que cada comunidad o curacazgo debía al erario estatal una cantidad dada de tiempo o servicios, que debía ofrecer obligatoriamente en las tareas que éste requiriera, que podían ser especializadas, como la participación en el ejército o en el aqllawasi –con jóvenes guerreros o jóvenes mujeres- o generales, como los trabajos en las tierras asignadas al Inka o al Sol (Inti), en las minas o en servicios comunes. Eso era compensado con regalos del Inka o su reconocimiento público. Las obligaciones contraídas eran asumidas por los curacas o los “cabezas” de las comunidades y su incumplimiento era castigado con dureza por el Inka o por sus funcionarios. Las leyes, que garantizaban esas obligaciones se basaban en los principios de “Ama Sua” (no robes), “Ama Qella” (no seas ocioso) y “Ama Llulla” (no mientas). En la medida que las obligaciones eran colectivas, las sanciones debían recaer en los jefes responsables, por lo que la vigilancia de éstos sobre sus representados era muy severa, aplicando sanciones equivalentes a las impuestas por el Estado, en el rango correspondiente.

Anciano portador de tributos

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Unidad Expositiva 4.4.5.3. El intercambio y el trueque Las formas de operación del intercambio de bienes se hacían mediante el sistema de trueque, consistente en entregar un bien a cambio de otro, luego de resolver la equivalencia de valores. Las cantidades se contabilizaban por unidades, decenas, centenas o millares y la calidad por sus valores de uso. No existía valores de mediación, como la moneda, aun cuando ciertos bienes –como las conchas Spondylus, “mullu”- contenían un valor simbólico equivalente a un número o peso dado de cualquier otro bien. Lo mismo ocurría con el cobre, cuyo peso y calidad era medible para fines de intercambio. Los tejidos, del mismo modo, estaban valorizados según los términos de su artesanía, tipos de fibras, volumen, etc.

Venus de Frias, importada desde el sur de Colombia

VIDEO: Mostrar un documental sobre los procedimientos de intercambio por trueque que aún subsisten en ciertas comunidades indígenas, por ejemplo en Chinchero, con una explicación de los procedimientos y productos (alimentos, pendas de vestir y otros bienes). Poner énfasis en el uso de las balanzas para pesar y el tipo de tratativas entre los vendedores Unidad Expositiva 4.4.5.4. La posesión y propiedad de la tierra La propiedad de la tierra era colectiva y, en realidad su valoración dependía más de su productividad –según la mano de obra aplicable- que de sus dimensiones o fertilidad específica. La medida de sus valores estaba ligada a su acceso y a sus condiciones de humectación. Los últimos inkas eran, en realidad, los únicos que gozaban del privilegio de disponer de áreas concretas de posesión suyas; eran territorios que se les asignaba y que, cuando morían, eran entregados a sus “panacas”, que eran los descendientes ligados a la Coya y sus hijos y demás parientes. La propiedad era, en realidad una forma de posesión intangible para terceros. Las demás formas de posesión eran colectivas.

Valle del Cusco con terrenos de cultivo

Consultor: Luis G. Lumbreras

Valle del Cusco, con cultivos en andenes

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4.5. EJE TEMÁTICO 5. LAS ARTES, LAS CREENICAS y LAS COSTUMBRES Queda claro que la estructura política del Inkario no era uniforme, pese a que la implantación de instituciones tales como la de los mitmaq (mitimaes) o la de los yanacuna y las aqllacuna, tendían a uniformar los patrones al servicio del Estado. Cada Suyu tenía comportamientos y valores diferenciados, junto a modelos económicos y sociales propios, que incluían variaciones internas en cada uno de ellos. Ese es el eje central del Museo, mostrar cómo fue posible articular un país tan grande, exitoso, en un mundo donde lo dominante son las diferencias, razón por la cual debe incidirse en los detalles de la diversidad, en tanto que son ellos la riqueza y grandeza del Tawantinsuyu, territorio plurilingüístico, multiétnico y multicultural. La presentación de esa diversidad tiene muchos recursos. De hecho, una exhibición de los diferentes estilos alfareros, ubicados por zonas, permitirá definir áreas y espacios múltiples y, del mismo modo, presentar con ellos los estilos locales afectados por la cerámica de estilo cusqueño, así como los objetos inkaicos mismos producidos en los establecimientos estatales de cada lugar, permiten dar una buena imagen de la diversidad real y la búsqueda de la unidad. Pero si bien la producción alfarera es un buen indicador de la diversidad andina y permite establecer con cierta claridad la etnicidad reinante, hay otros campos de la manufactura que dan una noción más fina de estas características, en especial la industria textil, cuya versatilidad y facilidad de desplazamiento, hace que se distingan los términos generales y particulares de los comportamientos culturales afectados. Los vestidos cotidianos eran normalmente de fuente doméstica, preparados dentro de cánones más o menos uniformes, desde el hilado y el uso de determinadas fibras, en tanto que los trajes ceremoniales o festivos tienden a ser más específicos, así en el manejo de los colores como en el de los motivos y temas decorativos. Desde luego, el límite de este campo es la fragilidad de su conservación, dado que muchos de ellos no pudieron conservarse y hay zonas donde simplemente no existen. Hay, sin embargo, testimonios que hacen posibles ciertas aproximaciones. Los trajes del mundo andino se conocen fundamentalmente procedentes de las mortajas en las tumbas donde ellos quedaron, pero lamentablemente muchos no pudieron ser rescatados, porque, entre otros factores, los Inkas no se enterraban y sus cuerpos momificados eran guardados en casas especiales, las que en su versión popular eran llamadas “chullpas”. Los Inkas mismos, del Cusco, eran preservados en espacios sagrados, al parecer de rango mayor que las Chullpas, reservadas para los curacas o personajes de tercer o cuarto nivel o rango. La sepultura común era en cuevas o abrigos rocosos, donde eran depositados los cuerpos en grupos que quizá revelan proximidades familiares o comunales. En algunos lugares, como la costa del Perú, los muertos eran dispuestos en “fardos” y enterrados. De cualquier modo, existen descripciones de los vestidos en documentos del siglo XVI y pueden ser válidos algunos de los siglos XVII y XVIII. Hay cuadros de estilo europeo que presentan personajes Inkas en lienzos policromos que comparados con las telas rescatadas de la época Inka, reproducen vestidos que pueden ser tomados con cierta aproximación, en lo referente a la élite cusqueña. Fuentes como las de Guaman Poma de Ayala o Morúa, junto a las imágenes de algunos vasos “qeros”, pueden igualmente servir de referencia para la reconstrucción de ciertos trajes o usos del vestir. En la parafernalia del vestir cuentan mucho los tocados y los adornos; donde se hacen visibles los accesos a productos de lujo y la división social que eso normalmente supone. Las “pedrerías” y los adornos de metales preciosos o maderas o conchas exquisitas son signos de estatus diferenciado, pero también de proximidad a dichos bienes. La música es también un indicador étnico importante, que lamentablemente se pierde de generación a generación, si no se cuenta con sistemas de registro permanente. La forma de ubicarla en el tiempo está en función de los medios de ejecución instrumental, que por ser pocos y semejantes entre sí, no son muy eficientes en la identificación de las particularidades, aun cuando hay mucho que se puede reconstruir con ellos, mediante la presentación de los instrumentos de percusión y de viento, que son los más comunes. No tenemos testimonios museables de la creación literaria, salvo algunos párrafos reconstruibles de los cantares épicos –de gesta- que fueron trasmitidos a los cronistas españoles. Consultor: Luis G. Lumbreras

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Este es el espacio donde se debe tratar el tema de las lenguas que se hablaban en el Tawantinsuyu, con un trato especial que permita la presentación de cada una de las lenguas de manera particular, con acceso a los diccionarios y vocabularios conocidos y a medios auditivos y visuales que permitan reconocer y, si es posible, reproducir las variables fonéticas de cada una de ellas. Se postula un Museo de la Lengua, con referencia al quechua, el aymara con sus variables, el pukina, el yunga, etc., cada uno de los cuales deba ser presentado con textos legibles y audibles, con canciones típicas y, si es posible con recursos para su aprendizaje. Seguramente las artes culinarias y las bebidas fueron igualmente un elemento importante en la etnicidad local y regional; algo de eso puede ser rescatado por los hallazgos de los arqueólogos y los datos etnohistóricos. Lamentablemente, en este campo hay una inserción muy fuerte de los componentes hispánicos, caribeños y africanos muy tempranos, que dificultan la identificación de las particularidades andinas. En agosto de 1608, según nos comenta Alberto Flores Galindo (1987: 90), un cura de Huarochirí, llamado Francisco de Ávila, descubrió que tras la piadosa fiesta de la Virgen de la Asunción, se escondían formas de culto ligados a los dioses indígenas Pariaqaqa y Chaupiñamoc, bajo la conducción de un hechicero llamado Hernando Páucar, a quien condujo hasta Lima y mandó quemar vivo en la Plaza Mayor, en señal de castigo y necesidad de extirpar todo tipo de creencia que no estuviera amparada por la religión católica y romana. Así se dio inicio a una cruenta campaña de “extirpación de las idolatrías”, que duró más de cincuenta años, donde se ventiló lo que quedaba en forma clandestina, pero vigente, una parte de las creencias que sostenían el mundo andino, previas a la llegada de los católicos. Era un espacio singular, donde se exponían todos los conocimientos adquiridos durante milenios por los pobladores andinos; toda su experiencia y su ciencia estaban en él, para resolver sus formas de manejo del medio, el manejo de la salud y la alimentación. Los “hechiceros” eran gentes hábiles en el dominio de esos conocimientos, capaces de comunicarse con los dioses, como lo hacían sus símiles europeos. A esos dioses, los católicos les llamaban demonios y, por lo tanto, la guerra contra los indígenas creyentes era una guerra con los demonios que los católicos concebían como habitantes del infierno. Matar a los creyentes indígenas era una manera de protegerse de los demonios. Es del todo evidente que las creencias descubiertas por los extirpadores de idolatrías, ya no eran las del Estado Inka que, desde hacía dos o tres generaciones, había sido depuesto y desmontado –en todos sus frentes- por el poder virreinal. En ese desmontaje, uno de los principales rubros de ataque fue el de las creencias y la religión, dado que ese era el sustento ideológico del Estado. Junto a los Inkas, pero con más fiereza, fueron diezmados sus sabios y líderes, los sacerdotes (“hechiceros”) del Tawantinsuyu. Con ellos se perdieron los secretos que escondían los “kipus”, los “poq’en y las “q’ellqas”. Fueron destruidos los templos y con la extirpación de idolatrías todos los símbolos que podían quedar vigentes, convirtiendo en legítimos los actos de abuso personal contra los indígenas, varones y mujeres, convirtiendo en justo el asesinato público de todo aquel que liderara o practicara otra forma de creencia que no fuera la que teóricamente lideraba el Papa de Roma, cuyos feligreses, lamentablemente, no cumplían ni siquiera los “credos” de sus mentores. Con eso se perdió una manera de ver el mundo, que ahora tratan de reconstruir los etnólogos en consulta con los pocos grupos de indígenas que aún guardan algunas de sus antiguas creencias; los historiadores con formación antropológica, en base a los documentos que dan cuenta de las artes y creencias de los pobladores nativos; y, los arqueólogos, que intentan interpretar el simbolismo contenido en los restos materiales de liturgias, ritos, imágenes y otros indicadores de esta esfera de la vida. Gracias a los informes sobre la “Extirpación de las Idolatrías”, sabemos que los sacerdotes en Huarochirí se llamaban Camachico (“Kamachikuq”) y también Huacapúllac (Waka-puqllaq) o Auquilla (según el extirpador Arriaga), quienes aparte de presidir los rituales a los que eran convocados los creyentes; se dedicaban a la función de adivinos y curanderos, cumpliendo, en consecuencia, las funciones de los oráculos que permitían la predicción de los eventos naturales y sociales y, a su vez, a curar y prevenir las enfermedades. Eran gente “del común” en el siglo XVII, con prestigio en sus comunidades, pero en este tiempo ya no había propiamente sacerdotes y menos aún los “obispos” de los que hablaban las crónicas del siglo XVI. Ya la religión de los Inkas y de los estados que vivían en el Tawantinsuyu había sido desmontada. Sin duda, el mundo de las creencias estaba estrechamente ligado al mundo de las ciencias, confundidos ambos en códigos de estrecho parentesco con la religión y las costumbres. El mundo de las creencias se sustenta en las respuestas que se buscan en relación a la vida y el destino. Es la búsqueda de respuestas a aquello que está más allá de los fenómenos accesibles. La muerte, por ejemplo. Consultor: Luis G. Lumbreras

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El refugio de lo que no tiene respuestas es el misterio y detrás de los misterios están los dioses y los espacios inaccesibles como los cielos y los infiernos, donde ellos moran. Los dioses son un misterio y por eso deben ser concebidos a partir de la más escrupulosa imaginación. Lo que está más cerca, pero es inasible, puede ser un dios, según los efectos de su presencia. Cuántos más misterios y poder haya en su entorno, ellos tendrán una jerarquía divina reconocible. El cosmos y los fenómenos físicos que se activan en su entorno, son por eso una fuente de reflexión divina de primer nivel: el sol, la luna, las estrellas, el rayo son entidades lejanas generadoras de fenómenos celestes, tales como el viento, la lluvia, los truenos y relámpagos, hechos susceptibles de ser percibidos por nuestros sentidos. Los dioses cósmicos actúan a través de ellos. Pero hay fuerzas invisibles que deben o pueden estar detrás de ellos. Son dioses de misterio absoluto, pues a diferencia del sol o la luna, ni siquiera se pueden ver u oír. Wiraqocha es uno de ellos y también Pachacamac y Kon. Los imaginamos y hasta los podríamos describir a través de sus poderes de creación de las cosas y los seres humanos, pero no los puede ver nadie, salvo algún escogido que vive en la cima de los misterios. En el mundo inkaico había una jerarquía de estos personajes, donde el Willaq-umu estaba a la cabeza. A la cabeza, con los límites impuestos por el sistema, que concebía al Inka como “hijo del dios sol, Inti”. Para llegar a esa condición, se asumía tener gran sabiduría y haber pasado por muchas pruebas a lo largo de su vida. Es un ser que puede tener tratos con un dios y por eso era distinguido entre todos los hombres y mujeres. La relación de los seres humanos con los dioses exigía toda una organización, que obedecía a cánones muy formalizados mediante niveles de ceremonias y reconocimientos. Debían establecerse lugares sacralizados para comunicarse con los dioses: los templos, santuarios y adoratorios. En ellos, operaban los miembros jerarquizados del clero y ofrecían servicios –a nombre de los dioses- para todos los feligreses que necesitaran de cualquier tipo de acción, que en el caso del mundo andino estaban ligados a comunidades. El bienestar depende de los dioses y de su relación con los fieles. Para eso es menester organizar festivales y preparar ofrendas, las que varían según las costumbres y posibilidades de las comunidades. Asimismo, las sanciones por incumplir los mandatos de los dioses, que pueden ir desde sacrificios de vida de las personas, hasta pequeños regalos compensatorios. Todo eso es posible de ser objetivado para ser mostrado en el museo, en algunos casos mediante dioramas reconstructivos y otros mediante los restos materiales que hayan podido ser recuperados. Los espacios sagrados son diversos, y van desde lugares identificables como el Qorikancha o Saqsaywaman, en Cusco, hasta Apus que viven en la cima de las montañas o en la profundidad de las cavernas o de los lagos y lagunas. Algunas son las Paqarinas donde nacen los humanos y las cosas, otras son los lugares donde se produjeron eventos mágicos notables, como el lugar donde apareció Wiraqocha – en forma de hombre- al Inka, en Raqchi, sobre el Vilcanota. La tendencia es a construir un edificio-memorial en el lugar, o quizá levantar una “wanka” esculpida o no, o hacer una talla en las rocas, imaginando una entrada al cerro, o figurando la imagen de una serpiente o un felino. Son las fuerzas alternas de los dioses. La identificación de los “ceques” y las Paqarinas son indispensables, pese a las dificultades que hay en ello, pero es aún mayor la presentación de rituales como la Qhapaq-ucha, con el sacrificio de niños, de los que conocemos algunos casos en el Qollasuyu. Es este espacio donde deberán mostrarse también las jerarquías y los rangos a los que estaban sujetos los habitantes del Tawantinsuyu, lo que incluye los tipos de población que dependían de la estructura inkaica; desde los hatunruna o ciudadanos comunes, que podían ser mitayos, mitmaq o yanacuna, hasta los servidores asignados a tareas específicas como las ñustas, aqllacuna y mamacuna, o los “camayuq” especializados en determinadas tareas. A ellos se agregaban los oficiales de los ejércitos y la parafernalia que acompañaba a la guerra, que nunca dejó de tener un componente mágico-religioso que se ligaba a la causalidad de los enfrentamientos. Es un espacio que culmina con la presentación de las diversas formas de tratar a los muertos y de todo lo que ello expresa en términos de la diversidad y los medios de unificación. Como una parte de esta sección puede hacerse un acápite referido a las variables somáticas reconocibles.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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La religión en el Tawantinsuyu no era una sola; los dioses tenían sus historias regionales propias y por lo tanto había una gran variedad de cultos, aun cuando se advierte una cierta convergencia en las creencias. Había una religión dominante, no impuesta pero sí regida por el Estado, donde el Inka aparecía como un hijo directo del dios Inti (el Sol). Existía una jerarquía de las divinidades, que culminaba de algún modo en un dios creador; éste estaba seguido por Inti, sustentador de la casta real del Cusco, “Illapa” (el trueno) y Pachamama (la tierra-madre); seguían la diosa Quilla (la luna), que aparece como la esposa del sol, cuyas fases, físicamente visibles por todos, permitían disponer de un calendario mensual (de 28 días) con cuatro fases que definían semanas. Desde luego, este esquema era muy antiguo, registrable desde los tiempos iniciales del Arcaico o aún antes. Los Inkas a base de su manejo de conocimientos sobre el espacio cósmico, construyeron una religión bastante bien articulada con las demandas sociales del mundo andino. Su relación con las provincias conquistadas se sustentaba en la idea que ellos poseían un poder sobrenatural que los demás no tenían. Cuando incorporaban a una nación dada, ellos cooptaban a las deidades de los dominados aceptando sus creencias y culto, así como su liturgia y los objetos sagrados que ellos tenían, en tanto no entraran en conflicto con sus valores religiosos. Los dioses principales de los pueblos sometidos eran llevados al Cusco e instalados en el Templo del Sol, dándoles un lugar especial, donde eran atendidos por sacerdotes y ayudantes procedentes de las provincias originales, según cuenta el Padre Bernabé Cobo en el capítulo XV de su crónica. En realidad era secuestro, pero eran tratados con honores. De acuerdo con la versión de Cristóbal de Molina, el cronista que hizo la relación de las fábulas de los Inkas, en la fiesta de Zituwa, cada año, los ídolos locales eran llevados al Cusco desde las provincias, permaneciendo allí por un año, pasado el cual se le remplazaba por otro, lo que significan peregrinaciones anuales de las provincias hacia el Cusco. Estas peregrinaciones fueron una práctica sustantiva en el régimen religioso y económico del Tawantinsuyu y, en verdad, representan una institución muy vieja en el mundo andino. El destino normalmente era el de acercarse a los oráculos, que tenían un papel político de altísimo nivel, a tal grado que los santuarios de mayor prestigio, como Pachacamac y Titicaca, eran un referente de primer nivel en la estructura de poder del Tawantinsuyu. El del Titicaca formaba parte de los mitos de creación de la humanidad y del Inkario –era una “Paqarina”- que estaba servida por 42 naciones según el cronista Ramos Gavilán, con 2000 mitmaqcuna en el asentamiento, que vivían libres de todo tributo y sólo se dedicaban a servir, mantener, limpiar y reparar los templos, según Cobo (Libro XIII, cap.XVIII). La religión Inka rechazaba las prácticas canibalísticas que habían desaparecido en el Tawantinsuyu cerca de mil años antes de su configuración; ya en tiempos de Wari, hacia el siglo VI de nuestra era, se habían suprimido dichas prácticas y existía un fuerte rechazo a su existencia, tal como se observa en los documentos de Huarochirí, cuando el dios Wallalo fue deportado de las tierras de Pariaqaqa, acusado de comer carne humana. Las prácticas antropofágicas subsistían, en cambio, en casi todas las vecindades del Tawantinsuyu, tal como lo constataron los recién llegados españoles en el siglo XVI. Si bien el uso del ser humano como objeto de culto se restringió mucho en la época Wari, trasladando a los animales la función de ofrendas destinadas a los dioses, en el Tawantinsuyu de los Inkas se mantuvieron ciertas prácticas de uso del cuerpo humano, en la forma de sacrificios. Una institución ligada al culto era la Capacocha (Qhapaq-ucha), una forma de tributo humano a los dioses, donde eran sacrificados niños y niñas de unos 10 años de edad, así como mujeres vírgenes, seleccionados en vida y llevadas al Cusco o a otros santuarios mayores para ser matados en homenaje a los dioses. En el Qollasuyu se han encontrado una serie de niños sacrificados, en las cumbres de cerros nevados, como parte de esa práctica, en este caso ligada al culto a las montañas.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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4.5. EJE TEMÁTICO 5. LAS ARTES, LAS CREENCIAS Y LAS COSTUMBRES

TEMA 4.5.1. LOS DIOSES Y EL COSMOS Unidad Temática 4.5.1.1. La concepción del mundo VÍDEO: Trata de la reconstrucción del pensamiento religioso de los pobladores andinos. En la medida en que es muy arbitrario generalizar este aspecto de los comportamientos y su propia organización, luego de un introito con narración de lo que los Cronistas mencionan sobre las creencias inkaicas –estatales- parece que sería adecuado hacer una presentación casuística basada, ya sea en los documentos de “extirpación” de Cajatambo o en los de Huarochirí, destacando el papel de los personajes ligados al culto y desarrollando algunas de las prácticas descritas por los mismos nativos. El recurso de la animación es deseable. Como debiera hacerse en todos los casos, es deseable que haya una versión corta del vídeo para su exhibición en la sala, y una extensa para uso de los especialistas, accesible en los servicios de información del Museo. Unidad Expositiva 4.5.1.1.1. Wiraqocha, Tunupa y Pachacamac VÍDEO: (Son divinidades cuyas imágenes no se conocen con certeza. Se presume que se trata de ciertas imágenes, pero seriamente sólo son hipótesis, por esa causa, se recomienda presentarlas en vídeos con las explicaciones de cada caso)

Wiracocha

Consultor: Luis G. Lumbreras

Ídolo de Pachacama

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VIDEO: Se trata de una primera identificación de los personajes divinos, expuesta en los términos transcritos de los documentos de los siglos XVI y XVII, evitando el exceso de las interpretaciones que personalizan a las divinidades. El introito debiera ser una especie de debate sobre estos dioses y la presentación de las varias alternativas de identificación. En el cuerpo del vídeo, deben presentarse los templos o lugares destinados a su culto.

Templo de Wiracocha en Raqchi

Isla del Sol

Templo del Sol de Pachacamac

Los inkas tenían una larga tradición religiosa, con fuertes lazos con los poblados del altiplano del Titicaca y las regiones de Ayacucho y presumiblemente Ica, según las informaciones arqueológicas que están apareciendo en esos territorios y que indican que todos ellos compartían creencias ligadas a los mismos dioses y formas de culto. Uno de ellos, muy principal, era un personaje de cuya cabeza fluían rayos en todas direcciones y que, al ser presentado de cuerpo entero, tiene los brazos abiertos y conserva, en cada mano un bastón o báculo simbólico que se exponen paralelos al cuerpo. Normalmente, su rostro es cuadrangular, con los ojos abiertos y la boca con colmillos aparentemente felínicos. Los restos más antiguos los conocemos en el arte de Ica, de la época temprana de Paracas, en el siglo X a.C. Este personaje se trasladó a Chavín en ese tiempo, donde se ha hecho muy conocido por estar representado en la Estela Raimondi, pero es netamente de un estilo sureño. Según lo poco que sabemos de esos tiempos en el sur, ya había este personaje en la época de Marcavalle en el Cusco –hay un disco de metal con su cabeza grabada- y en Pukara, donde se conoce de cuerpo completo en una escultura de piedra. Más tarde estará en la Puerta del Sol de Tiwanaku, de donde será copiado en cerámica, tejidos y otros medios por Wari y divulgado en todo el Perú. Puede ser que ésta haya sido la versión original de Wiraqocha, el dios principal de los Inkas.

Unidad Expositiva 4.5.1.1.2. Los dioses cósmicos: el sol (Inti), la luna (Quilla), las estrellas (qoyllur), el rayo (Illapa). (Los mitos asociados a estos fenómenos cósmicos, no tienen una versión física susceptible de ser trasladada a objetos concretos, por lo que se recomienda presentarlos en vídeos con animación, tomados de los cronistas en forma de personajes o fenómenos)

Keros con diseños abstractos que sugieren imágenes cósmicas

VÍDEO: El vídeo debiera comenzar con una presentación realista de fenómenos cósmicos perceptibles en el mundo andino, incluyendo explicaciones simples sobre sus ciclos y formas de presencia en el espacio tangible, con una doble explicación de la naturaleza de los fenómenos (de sus formas, ciclos, etc.) y la forma como los identifica el imaginario etnográfico y tal vez arqueológico. Puede haber, como corolario del vídeo, una referencia a las sugerencias de identificar a los personajes con diseños, o fenómenos concretos, pero sebe hacerse con mucha prudencia y señalando fuentes.

Unidad Expositiva 4.5.1.1.3. Las montañas sagradas (Los Apus)

Vista del Volcán Chimborazo, Ecuador

Consultor: Luis G. Lumbreras

Nevado Salqantay, Cusco

Volcán Ampato, Arequipa

Vista de cerro El Plomo, Chile

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Unidad Expositiva 4.5.1.1.4. Los dioses de los otros. Lamentablemente no tenemos registros que nos permitan identificar los dioses y otros personajes sagrados en el mundo andino. Inferimos que algunos de ellos pudieron tener representaciones en tiempos previos a la época inkaica, cuando el arte de los pueblos andinos tenía la tendencia retratista o figurativa; en tiempo de los Inkas, el arte era simbólico y sus niveles de abstracción muy altos. Las descripciones de los documentos coloniales son insuficientes para identificar las representaciones de los dioses, aunque varios de ellos – especialmente Chimú y Lambayeque- pueden inferirse mejor que otros, pero hay dificultades en su versión específica y la correspondencia de personajes como Ai-apaec y otros. Los seres sagrados tienden a tener los mismos atributos y eso indica una suerte de comunicación entre los varios territorios a lo largo del tiempo, pero al mismo tiempo, los mitos de origen y los elementos rituales son diferentes de región a región e incluso en el nivel local. Es posible singularizarlos con la presentación de su mitología a base de las fuentes escritas en los siglos XVI y XVII.

Cerámica Cajamarca con dios Apu Catequil

Dios Naylamp (Aiapaec) en oro y en tejido

(La presentación de estos dioses, igualmente no tiene una forma física conocida, son dioses regionales, que los Inkas asumieron. Debe explicarse en los vídeos, en lo posible singularizados, con la presentación del mito de identificación y origen de cada uno de ellos, con señalamiento de su área de influencia y las fuentes, incorporando documentales sobre las regiones de influencia, con sitios y formas del paisaje)

TEMA 4.5.2. ORÁCULOS, SANTUARIOS Y RITOS Unidad Expositiva 4.5.2.1. Santuarios VIDEO: Presentación del peregrinaje a Qoylluriti (Cusco) y tal vez al Santuario de Copacabana o a algunas de las peregrinaciones contemporáneas en Ecuador o Bolivia. Debe agregarse una reconstrucción animada de la llegada de Hernando Pizarro a Pachacamac y de la descripción que se hace sobre la forma de llegar al lugar donde estaba el ídolo de la divinidad principal.

Peregrinaje a Qoylluriti

Calle y Hornacina de doble jamba Palacio de las Mamaconas, Pachacamac

.

Los Wariruna en adoración a Pachacamac

Templo de la Isla del Sol Titicaca

Unidad Expositiva 4.5.2.2. Sacrificios y Rituales (Qhapaqucha) VIDEO: Presentación de fotos y leyendas sobre el rito del Capacocha (Qhapaq-ucha) que incluía el sacrificio de niños, depuestos en la cima de cerros muy altos en la región del Qollasuyu. Mostrar los casos conocidos en el Perú, Argentina y Chile, en asociación a los “Apus” nevados, al “mullu” (concha Spondylus) y toda la parafernalia ritual.

Ofrendas en miniaturas a santuario en plata, lana y pluma.

Momia juanita Niño noble sacrificado Momia de doncella Ampato Kollasuyo. Cerro el Plomo

(Puede disponerse de una réplica acompañados de un mapa con el lugar de los hallazgos y sí es posible una muestra de los significativos). Consultor: Luis G. Lumbreras

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Unidad Expositiva 4.5.2.3.Culto a los muertos

Parte superior del Mauosoleo de Qenqo, Cusco Urna Funeraria del NOA Argentina

Mausoleo Real Machupiqchu

Chullpas InKas en rio Lauca

Chullpa en Chumbivilcas

Chullpa Sillustani

Chullpa Mallku-amaya, Ilave

VIDEO: Presentación de los diferentes tipos de ceremonias funerarias, comenzando por las de los inkas, consistentes en la deposición de los cuerpos en ambientes tipo caverna, destacando las que asumimos como “Reales” en lugares como Q’enqo, Machupiqchu u otros. Incluir los entierros en “casas”, de las llamadas “chullpas” (mostrar sus variedades), con la reconstrucción de su forma de uso (depósito –no entierro) de los cuerpos en cámaras construidas con espacios suficientes para las ofrendas, etc

TEMA 4.5.3. LAS ARTES DEL VESTIR Unidad Expositiva 4.5.3.1. Los vestidos de élite

Vestimenta Inka según Morúa

Vestido dama cusqueña de elite

(Son los vestidos que usaban los Inkas y sus próximos, según describen los cronistas y basados en Morúa, con telas que corresponden a restos arqueológicos) Unidad Expositiva 4.5.3.2. El vestido de los varones

Vestido de elite Chimú

Personaje con unku. Nasca tardío

Camisa

Unku Pachacamac

Real Unku del Inka

Unku de plumas

Unku con Tokapu

Unidad Expositiva 4.5.3.3. El vestido femenino El vestido femenino es básicamente el mismo, aun cuando parecen existir diferencias en el extremo norte, con la descripción de las “capullanas”, que se parecen a los que usan las mujeres musulmanas.

Vestido de mujer de elite Vestido de mujer según Morúa

Consultor: Luis G. Lumbreras

Chupa Inka Arica

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Museo del TAWANTINSUYU

Unidad Expositiva 4.5.3.4. Los tocados, peinados y adornos faciales

Alfileres, plumas de cobre plateado

Turbante

Tocado y orejeras, persona Tocado de principal, Sicán costa norte

Tocado y vestimenta Inka según Morúa

VIDEO: Los tocados son el elemento del vestir que diferencia a las gentes según su comunidad, sexo y edad. Se trata de armar una galería de vestidos con los tocados diferentes según estas variantes. Además hay variaciones entre los vestidos cortesanos (finos) y los comunes (ordinarios)

Unidad Expositiva 4.5.3.5. Los adornos corporales

Personaje con colla Pendiente chmú Aretes de oro Aretes.Cobre Oro Paracas Nasca tardío Condorhuasi. Catamarca Valle Limari, Chile

Orejera Mochica Tupus de plata Inka

Las diferencias en este aspecto son mucho mayores, según la procedencia del personaje, tanto los del cuerpo como los de los brazos, las piernas y el rostro. Hay diademas, orejeras y aretes, narigueras, besotes, collares, pectorales, pulseras, brazaletes, ajorcas, lentejuelas, etc.

TEMA 4.5.4. LAS ARTES ALIMENTARIAS Unidad Expositiva 4.5.4.1. La materia prima VÍDEO: Presentación con escenas contemporáneas de cosecha o recolección, así como de su presentación en el mercado, de legumbres, granos y tubérculos andinos, así como de carnes y frutas nativas, incorporando las de las verduras, carnes y frutas silvestres, tallos y raíces. Se pueden agregar fotos de modelos arqueológicos de los materiales indicados.

Variedad de tuberculos

Cuyes

Unidad Expositiva 4.5.4.2. Instrumentos y recursos de cocina

Botella Chimú-Inka Cántaro Inka Jarra estilo Inka

Mortero

Consultor: Luis G. Lumbreras

Olla Inka

Cuchillos. Tumi

Plato Inka

Cuenco Inka

Cuchara de madera

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Unidad Expositiva 4.5.4.3. Conservas y Reservas VIDEO: Mostrar en planos y fotos los almacenes, llamados Qollqas que había en conexión con los asentamientos inkaicos. Debe destacarse especialmente los que son conservados en Raqchi y los que se encuentran en Huánuco y otros lugares inkaicos. Mostrar las diferencias de los almacenes en la costa y en la sierra, acudiendo a gráficos explicativos para diferenciar los depósitos de alimentos de los que servían para guardar tejidos o armas.

Qollqas Machupiqchu

Qollqa subterráneo Puerto Inka. Arequipa

Alamacenaje de papa

Qollqa en Raqchi

Alamacenaje de papa

Unidad Expositiva 4.5.4.4. Sabores, formas y colores VIDEO: Presentación de los alimentos donde se realiza la combinación de los sabores salados (sal marina y sal de rocas), ácidos (con frutas ácidas), picantes (con rocoto y ají) y dulces, con miel y frutas. Ofrecer formas de presentación en chupes (sopas), lawa (cremas), teqte (guisos), kanka (asados y anticucho (pinchados), destacando el uso constante y preferente de las papas, el maíz y los frijoles como acompañantes de los diversos tipos de comida, mostrando, además, las variedades regionales de uso de las carnes de aves (patos y otras aves de caza), cuyes y otros roedores como la Viscacha o el Conejo, el majás o picuro, etc. Se pueden presentar ejemplos de la vajilla arqueológica,

Mote, granos de maíz blanco

Maíz blanco tostado

Maíz colore diversos

Unidad Expositiva 4.5.4.5. Bebidas no-alcohólicas y Licores VIDEO. Presentar la bebida más generalizada, equivalente a la cerveza, hecha de maíz, llamada “Aqha”, aunque se ha generalizado el nombre “chicha”, que es de lengua caribeña, y que era usado por los españoles. Al lado de la chicha de maíz había una de “molle” y otra de “yuca” (masato), que usualmente tenían un grado más elevado de alcohol, aun cuando la chicha añejada de maíz (qora) tenía un grado aún más alto. Es obvio que el grado alcohólico y las calidades de los licores, estaban lo suficientemente diferenciados como para disponer de una formas diferenciada de conservarlos y presentarlos; eso debe destacarse con la muestra de las botellas, vasos y copas para guardar y consumir los líquidos. La chicha de maíz morado y la de quinua no eran fermentadas y por lo tanto eran bebidas no alcohólicas. Se guardaban en cántaros, aríbalos y botellas.

Aríbalo

Botija

Taza

Unidad Expositiva 4.5.4.6. Vajilla

Chua Inka, Arica

Escudilla o Chua Vajilla y aríbalo, estilo Plato base anular Vasos madera Inka,Arica. Estilo Pacajes Diaguita-Inka. Coquimbo Los Pastos

Consultor: Luis G. Lumbreras

Vasos Oro y plata

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TEMA 4.5.5. LAS ARTES RECREATIVAS Unidad Expositiva 4.5.5.1. La música La música andina tenía una escala pentafónica, con instrumentos de viento y percusión, que se conocen desde el período Arcaico y posiblemente antes. Los de mayores variantes eran los de viento, desde quenas y “flautas de pan” (antaras, zampoñas o sicuris), hasta ocarinas, de dos-tres tonos, trompetas de cerámica o de caracol marino (pututu) y pitos con diversos tonos y alcance. Los instrumentos de percusión eran más simples, consistentes en bombos, tambores (tinya) y sonajas (chalchalcha) de varios tipos. El canto era una forma de expresión musical muy socorrida, tanto en sus versiones individuales como las colectivas, con predominio de la música coral.

Música festiva

Sikuris con Tambor estilo Trompetas de Pututu, trompeta Quenas Zampoñas atarco madera caracol marino de sonido

Antara

Tinya

Unidad Expositiva 4.5.5.2. La danza, el teatro y la poesía VIDEO. Presentación de algunas escenas de personajes unidos por las manos en un supuesto de danzas colectivas. Debe acudirse a documentales contemporáneos etnográficos de danzas colectivas en la selva y en la sierra, con uso de disfraces (especialmente máscaras y pintura facial y corporal), destacando el uso de las actuaciones teatrales en las festividades religiosas o conmemorativas y de las letras de las canciones en quechua, aymara u otras lenguas andinas (con textos subtitulados en castellano y tal vez en otros idiomas).

Personajes Mochicas bailando.

Vasija con mujeres danzantes

Baile Quechua

Unidad Expositivas 4.5.5.3. Los juegos y los deportes VIDEO. Presentación de juegos para niños y adultos, tales como el “tejo” y los que se dan en los festivales del carnaval en varios lugares de la sierra. Hay juegos de competencia de valor (resistencia al latigo en las piernas) o fortaleza (similar a la lucha greco-romana). Los videos deben ser de tiempos contemporáneos, especialmente selectos, como el “chariaje” en el Cusco o los que se realizan en Ayacucho en las fiestas de la cosecha. Las muñecas de trapo y muchos objetos en miniatura (ollitas, platitos, etc.) pueden insertarse.

Unidad Expositiva 4.5.5.4. La pintura

Tela pintada de Chancay

Consultor: Luis G. Lumbreras

Tela pintada de Chimú

Chullpa pintada en río Lauca

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Unidad Expositiva 4.5.1.5.5. La escultura

Botella con aplicación escultórica

Kero de madera

Escultura en piedra, Quillarumi, Anta. Cusco

Unidad Expositiva 4.5.5.6. El Grabado

Tokapu grabado Kero de madera

Grabado en cerámica, Grabado en Concha Olla estilo negro Inciso Inka NOA

Kero de madera grabado,

Paqcha tallada en Roca, Qenqo

TEMA 4.5.6. LAS LENGUAS ANDINAS Y AMAZÓNICAS (Esta es una unidad especial del museo, donde deben presentarse las lenguas andinas y amazónicas, en un conjunto de módulos dispuestos de manera tal que las personas que acceden a ellos puedan escuchar música cantada en el idioma que se expone, conversaciones en ese idioma, con subtítulos en español e inglés y con acceso a diccionarios bilingües y a literatura en esa lengua. Las lenguas generales andinas, como el Runa-sima (quechua) y el Aru (aymara), deben presentarse con sus dialectos, mapas del ámbito de su influencia, así como los topónimos que permiten hacer un seguimiento de ellas.)

Unidad Expositiva 4.5.6.1. Lengua Quechua La lengua quechua (Runasimi) del Cusco, Chanca y Waylash. (La presentación de estas lenguas debe hacerse con ayuda de un mapa del Tawantinsuyu y un vídeo (o varios) que presenten las lenguas en forma de cantos, acompañadas del mismo texto corto en cada lengua y con personas que las hablan).

Unidad Expositiva 4.5.6.2. Las lenguas Aru El Aymara, el Kauki o Q’akaru

Unidad Expositiva 4.5.6.3. Las lenguas yungas y otras extintas La yunga, el Mochica, el Sec, la Pescadora.

Unidad Expositiva 4.5.6.4. Las lenguas amazónicas Campa, Matchiquenga, Pano.

Consultor: Luis G. Lumbreras

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