2. b. Historia y Desarrollo Luis G. Lumbreras Salcedo Myriam Noemí Tarragó Victoria Castro Rojas INTRODUCCION
Cuando los españoles llegaron al Perú en 1532, ingresaron a un territorio de más de 4,400 Km. de largo, cruzado por una compleja red vial, que permitía desplazarse por el mismo a través de caminos bien trazados por donde circulaban trajinantes y bienes con rapidez y seguridad. Gracias a ello, los pueblos de todos los extremos del país recibían con prontitud los recursos requeridos para su bienestar, permitiendo que los Incas dispusieran oportunamente de noticias y los medios que hicieran posible una eficiente gestión estatal en ese inmenso territorio, administrando el trabajo y la producción de regiones alejadas en decenas, centenas y aun millares de kilómetros de la ciudad del Cusco, capital del Imperio. La red caminera tenía como eje la cordillera de los Andes, que se desplaza de norte a sur paralela al océano Pacífico, a lo largo del borde occidental de Suramérica. La opción tecnológica de la época condujo a una solución peatonal, donde el camino debía facilitar el tránsito de personas a pie, generalmente acompañadas por recuas de llamas, conduciendo a los viajeros por senderos firmes y bien trazados. Se recorría longitudinalmente la cordillera, salvando las pendientes con el uso de escalinatas, cruzando las quebradas con puentes, plataformas o extensos tramos elevados y en los puntos donde la naturaleza imponía tales soluciones. La mayor parte de esos caminos fueron habilitados a lo largo de los siglos, a partir de usos y recursos locales, pero, en el siglo XV, habían pasado a formar parte de una red articulada, que era el componente integrador de un proyecto político de alcance multiétnicos, donde la red caminera se ponía al servicio de la organización de un Estado identificado por los españoles como "Imperio de los Incas", denominado por los Incas como Tawantinsuyu y tenía su capital en la ciudad del Cusco. Desde todos los rincones era posible llegar a la red y con ella se podía ir a todas partes, y desde cualquiera de esas partes al Cusco. Eso generaba una base estructural de gran impacto unificador, que llamó mucho la atención de los recién llegados, pues equilibraba los contrastes y dificultades del paisaje andino, agrietado y diverso, donde se registran juntos casi todos los paisajes que hay en el planeta, desde los ambientes con nieves perpetuas, con páramos y estepas frías en sus vecindades, hasta las quebradas con bosques húmedos o secos; las sabanas y valles, templados o cálidos, junto a arenales y desiertos, selvas y bosques siempre verdes, estepas y roquedales. El Sistema Vial era un eje articulador que comprendía cerca de 40,000 Km. de una red de caminos que en términos de patrimonio arqueológico es, sin duda, el mayor monumento que se conoce en el Continente americano y que es compartido hoy en día por seis países andinos.
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