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Adopción, una decisión para toda la vida

Adopción & Rescate

Adopción, una decisión para toda la vida

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A continuación, compartiremos las historias de adopción de dos personas que se mantuvieron fieles a su compromiso de cuidado y respeto hacia la mascota que acogieron en sus vidas, incluso en los escenarios difíciles.

Matilda (Iveth Orellana)

Iveth encontró a Matilda en Facebook, a través de una página de rescate; fue amor a primera vista. Después de dos meses y tras seguir el respectivo proceso de adopción, Matilda llegó al hogar de su nueva familia. Desde el inicio mostró su gran energía y personalidad saltarina. La familia acogió a Matilda con un amor tal que le hicieron superar con facilidad su temor y miedo inicial. Antes de tomar confianza, se asustaba cuando alguien alzaba la voz o se reía fuerte, y ante eso corría y/o lloraba.

La adaptación a su nuevo hogar no fue complicada, ya que le esperaba un grupo numeroso y acogedor. Una casa con 5 mascotas además de ella, y dos niños cariñosos facilitaron mucho el cambio de ambiente. La conexión fue tan fuerte que Matilda formó un vínculo con Bolita, una de las mascotas antiguas; y con los niños, con quien dormía en ocasiones.

La felicidad se interrumpió abruptamente cuando Matilda sufrió un accidente que le dejó una lesión en la espalda que le quitó la movilidad de sus patitas traseras. Esto alteró de forma extrema la dinámica familiar: la perrita requería ahora de muchos cuidados, y su afectación le quitaba también independencia, por lo que podría decirse que regresó a un estado similar al de un bebé que no puede valerse por sí solo. Ante este escenario de extrema vulnerabilidad, la familia de Matilda se adaptó a la nueva situación y reafirmó su compromiso para con ella. A pesar de las dificultades que el cuidado significa, como levantarse por las noches y estar constantemente pendiente de ella, la atención y la entrega han rendido frutos en la familia, ya que les ha otorgado fortaleza emocional, y más empatía; especialmente en los niños.

Esta experiencia fortaleció en Iveth la visión de Matilda como una vida estrechamente ligada a la suya, en una relación de dependencia que las fortalece a ambas. En esta historia se refleja uno de los pilares éticos de esta publicación: la consideración de nuestras mascotas, no como juguetes para entretenernos, sino como miembros de nuestra familia con quienes compartiremos nuestra vida.

Ringo (Luis Villamarin )

La química entre Luis y Ringo fue inmediata: desde el momento en que el can entró de sorpresa en su cuarto y despertó al que sería su nuevo compañero. Desde ese instante Luis sintió de parte de Ringo un agradecimiento muy profundo. El perro había sido encontrado deambulando en el Chaqui Ñan, por lo que debe haberse sentido muy feliz de vivir bajo un techo.

El vínculo es tan fuerte que Luis siente como propias cualquiera de las enfermedades que aquejan a Ringo. Esto parte de la empatía y el respeto que coloca como centrales en la relación entre un humano y un animal. Como parte de su visión, Luis busca asegurar que Ringo tiene todo lo que necesita, para lo cual le brinda su atención y su tiempo.

Actualmente, Luis y su familia están entrenando a Ringo para que conviva con ellos bajo las reglas del hogar. Precisamente, ese es otro de los puntos en los que Luis trata de cuidar a su amigo peludo al procurar que la casa sea un ambiente tranquilo, en el que Ringo pueda relajarse y sentirse en confianza.

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