Patrimonio cultural, historia y conceptos generales

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Gestor del Patrimonio Cultural

Módulo I

GESTOR DEL PATRIMONIO CULTURAL

MÓDULO I. PATRIMONIO CULTURAL, HISTORIA Y CONCEPTOS GENERALES

E-CONNAISENNCES Pº María Agustín nº 8 976 487 145 976 154 478 E-CONNAISSANCES

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MÓDULO I. PATRIMONIO CULTURAL, HISTORIA Y CONCEPTOS GENERALES Tema 1: Conceptos Generales 1.- Las tres palabras clave: Cultura, Patrimonio, Gestión Cuando se habla de la gestión del patrimonio cultural suele hacerse dando por supuesto y conocido el significado de la expresión, sin reparar en los tres términos que la componen; pero si nos detenemos a analizarlos podremos observar que por separado estas tres palabras tienen una gran fuerza significativa, tanto más en su definición de conjunto. Una de las acepciones que recoge el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) para cultura define este término como el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. Este mismo diccionario recoge la voz patrimonio entendiendo como tal la hacienda que alguien ha heredado de sus ascendientes. Finalmente, gestión vendría a ser el acto de gestionar y gestionar es hacer diligencias conducentes al logro de un negocio o de un deseo cualquiera, voz sinónima de administrar. Conocido el significado de estos términos con ayuda del diccionario ya resulta posible hacerse una primera idea de lo que podría significar patrimonio cultural: conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico e industrial, que el conjunto de la sociedad ha heredado de sus ascendientes. Incluso sería posible aventurarse con una primera definición de gestión del patrimonio cultural: acto de administrar el patrimonio cultural. E-CONNAISSANCES

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Sin embargo, estas definiciones, aunque nos proporcionan una primera aproximación a los conceptos, resultan claramente vagas, imprecisas e insuficientes: ¿sólo es patrimonio cultural lo heredado de nuestros ascendientes?, ¿qué objetos materiales tienen cabida en esta definición?, ¿en qué consiste exactamente ese acto de administrar el patrimonio cultural?, ¿qué negocio o deseo se pretende lograr con su gestión? Demasiados interrogantes que hacen necesaria una mayor reflexión a la hora de definir cultura, patrimonio, gestión y, finalmente, gestión del patrimonio cultural. 2.- Definición de Cultura Según postulados de la antropología social, la cultura es el conjunto de las producciones simbólicas que hacen que un individuo determinado se sienta concernido por un conjunto mayor de pertenencia (barrio, tribu, ciudad, región, comunidad, país o civilización). En consecuencia, la cultura es lo que hace posible que el individuo se identifique con un conjunto mayor tanto en el plano físico (territorio) como en el simbólico (lengua, religión, civilización). Este sentimiento de identificación con la colectividad será determinante a la hora de definir el concepto de patrimonio cultural y a la hora de elegir el conjunto de elementos tangibles e intangibles que lo conforman. 3.- El concepto de Patrimonio Cultural. 3.1.- Definición Podemos definir el Patrimonio Cultural como el conjunto manifestaciones u objetos nacidos de la producción humana [esto es, bienes materiales e inmateriales], que una sociedad ha recibido herencia histórica y que constituyen elementos significativos de identidad como pueblo.

de los en su

Desglosemos y analicemos por separado los elementos de la definición anterior:

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a) Conjunto de manifestaciones u objetos nacidos de la producción humana. Patrimonio Cultural será por tanto todo aquello en lo que la mano o la capacidad simbólica del hombre esté presente. Ello nos proporciona un amplio abanico de posibilidades que abarca desde objetos como una punta de flecha prehistórica hasta aspectos intangibles como el canto, la danza o la lengua. Pero también incluiría el paisaje modificado por siglos de acción humana o lugares especialmente destacados para una comunidad. b) Que una sociedad ha recibido en herencia histórica. No hay duda de que el patrimonio cultural constituye un legado. En la legislación española sobre patrimonio anterior a 1985, la antigüedad se consideraba un baremo imprescindible para determinar si un edificio, objeto o manifestación debía ser considerado o no patrimonio. Sin embargo, la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español descarta el elemento cronológico en su definición de patrimonio y considera como tal aquellas obras o manifestaciones actuales que por sus cualidades artísticas o simbólicas merecen dicha consideración, incluyendo la obra de un autor vivo. c) Que constituyen elementos significativos de su identidad como pueblo. He aquí el sentimiento de identificación con la colectividad al que aludíamos en el apartado anterior. Para que un objeto, una manifestación folclórica o una costumbre sean considerados patrimonio cultural el grupo social tiene que verse, de alguna manera, identificado con ello, reflejado en ello, de modo que dicha identificación lleve implícita la necesidad de conservar y transmitir ese legado a las generaciones venideras. 3.1.1.- PATRIMONIO HISTÓRICO, PATRIMONIO CULTURAL, BIENES CULTURALES. Estas tres expresiones se emplean indistintamente y como formas sinónimas para designar al conjunto de manifestaciones y testimonios de la civilización humana. Sin embargo, cada uno de estos conceptos surge en diferentes momentos y obedecen a planteamientos teóricos que no siempre coinciden.

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Por eso, en la actualidad se prefiere el uso del concepto de bienes culturales en el lenguaje cotidiano y en el científico y profesional. Las razones no son puramente nominalistas. Si bien es cierto que el concepto de bien cultural sustituye a otras expresiones anteriores tales como antigüedades, monumentos o bellas artes, no es menos cierto que engloba también a otras categorías que quedaban excluidas en aquellas denominaciones; es el caso del patrimonio documental, inmaterial o el bibliográfico, por citar sólo algunos de ellos. En efecto, el concepto de bien cultural suprime las connotaciones históricas y estéticas implícitas en las otras expresiones anteriores y que nos predisponen a la emisión de un juicio de valor a la hora de determinar qué se considera patrimonio, pues prima por encima de todo la importancia de una obra en el desarrollo de la historia o del arte. Al hablar de bien cultural se supera la noción material y se potencia el concepto de actividad o producto cultural. De esta forma, con esta denominación se recogen también las aportaciones del momento presente, cuya historicidad está aún por probarse y cuyo valor artístico no siempre está presente. 3.2. Clasificación del Patrimonio 3.2.1. POR SU NATURALEZA Una primera distinción que se hace es entre patrimonio cultural tangible e intangible. El patrimonio tangible es la expresión de las culturas a través de grandes realizaciones materiales. A su vez, el patrimonio tangible se puede clasificar en mueble e inmueble. El patrimonio tangible mueble comprende los objetos arqueológicos, históricos, artísticos, etnográficos, tecnológicos, religiosos y aquellos de origen artesanal o folclórico que constituyen colecciones importantes para las ciencias, la historia del arte y la conservación de la diversidad cultural del país. Entre ellos cabe mencionar las obras de arte, libros manuscritos, documentos, artefactos históricos, grabaciones, fotografías, películas, documentos audiovisuales, artesanías y otros objetos de carácter arqueológico, histórico, científico y artístico. El patrimonio tangible inmueble está constituido por los lugares, sitios, edificaciones, obras de ingeniería, centros industriales, conjuntos E-CONNAISSANCES

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arquitectónicos, zonas típicas y monumentos de interés o valor relevante desde el punto de vista arquitectónico, arqueológico, histórico, artístico o científico, reconocidos y registrados como tales. Estos bienes culturales inmuebles son obras o producciones humanas que no pueden ser trasladadas de un lugar a otro, ya sea porque son estructuras (por ejemplo, un edificio), o porque están en inseparable relación con el terreno (por ejemplo, un sitio arqueológico). El patrimonio intangible está constituido por aquella parte invisible que reside en espíritu mismo de las culturas. El patrimonio cultural no se limita a las creaciones materiales. Existen sociedades que han concentrado su saber y sus técnicas, así como la memoria de sus antepasados, en la tradición oral. La noción de patrimonio intangible o inmaterial prácticamente coincide con la de cultura, entendida en sentido amplio como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan una sociedad o un grupo social y que, más allá de las artes y de las letras, engloba los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias. A esta definición hay que añadir lo que explica su naturaleza dinámica, la capacidad de transformación que la anima, y los intercambios interculturales en que participa. El patrimonio intangible está constituido, entre otros elementos, por la poesía, los ritos, los modos de vida, la medicina tradicional, la religiosidad popular y las tecnologías tradicionales de nuestra tierra. Integran la cultura popular las diferentes lenguas, los modismos regionales y locales, la música y los instrumentos musicales tradicionales, las danzas religiosas y los bailes festivos, los trajes que identifican a cada región, la gastronomía, los mitos y leyendas; las adivinanzas y canciones de cuna; los cantos de amor y villancicos; los dichos, juegos infantiles y creencias mágicas. 3.2.2. PATRIMONIOS ESPECÍFICOS Una rápida ojeada a la diferente legislación española -estatal y autonómica- e internacional sobre patrimonio y a la documentación surgida de los principales organismos internacionales nos permite establecer una segunda clasificación de los bienes culturales en función de su especificidad.

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Patrimonio Arquitectónico Conjunto de bienes inmuebles que comprende: todos los edificios y estructuras de destacado interés histórico, arqueológico, artístico, científico, social o técnico, con inclusión de sus instalaciones y accesorios; las agrupaciones homogéneas de construcciones urbanas o rurales que sobresalgan por su interés histórico, arqueológico, artístico, científico, social o técnico, con una coherencia suficiente para constituir unidades topográficas; y las obras combinadas del hombre y de la naturaleza, parcialmente construidas y suficientemente características y homogéneas para poder delimitarse topográficamente y que tengan un interés destacado bajo el aspecto histórico, arqueológico, artístico, científico, social o técnico. Patrimonio Arqueológico Conjunto de vestigios, objetos y otras huellas de existencia de la humanidad en el pasado cuya salvaguarda y estudio permitan volver a trazar el desarrollo de la historia de la humanidad y su relación con el entorno natural, y cuyas principales fuentes de información sean las excavaciones y los hallazgos. Patrimonio Paleontológico Bienes muebles e inmuebles susceptibles de ser estudiados con metodología paleon-tológica y que sean previos en el tiempo a la historia del hombre y sus orígenes. Algunas leyes lo tratan conjuntamente con el patrimonio arqueológico. Patrimonio Etnográfico Bienes muebles e inmuebles y los conocimientos y actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura tradicional en sus aspectos materiales, sociales o espirituales. Patrimonio Inmaterial Conjunto de formas de cultura tradicional y popular o folclórica, es decir, las obras colectivas que emanan de una cultura y se basan en la tradición, que se transmiten oralmente o mediante gestos y se modifican con el transcurso del tiempo a través de un proceso de recreación colectiva. Se incluyen en ellas las tradiciones orales, las costumbres, las lenguas, la música, los bailes, los rituales, las fiestas, la medicina tradicional y la E-CONNAISSANCES

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farmacopea, las artes culinarias y todas las habilidades especiales relacionadas con los aspectos materiales de la cultura, tales como las herramientas y el hábitat. Patrimonio Intelectual Conjunto de creaciones de la mente, como la literatura, las teorías científicas y filosóficas, la religión, los ritos y la música, así como los patrones de comportamiento y culturales que se expresan en las técnicas, la historia oral, la música y la danza. Patrimonio Científico Conjunto de los lugares, inmuebles, objetos y conocimientos que presentan suficiente interés desde el punto de vista de la historia de la ciencia. Patrimonio Industrial Conjunto de edificios e instalaciones relacionados con una actividad industrial de la cual la sociedad desea guardar testimonio, incluyendo la arquitectura industrial, las estructuras ingenieriles y las maquinarias que intervienen en los procesos de producción y sus equipamientos técnicos, así como elementos aislados (puentes, fábricas, hornos), conjuntos industriales (una factoría) y paisajes industriales (una cuenca minera). Algunas leyes lo tratan conjuntamente con el patrimonio etnográfico. Patrimonio Bibliográfico La ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español se refiere como tal a las bibliotecas y colecciones bibliográficas de titularidad pública; obras literarias, históricas, científicas o artísticas de carácter unitario o seriado, en escritura manuscrita o impresa, de las que no conste la existencia de al menos tres ejemplares en las bibliotecas o servicios públicos; y ejemplares producto de ediciones de películas cinematográficas, discos, fotografías, materiales audiovisuales y otros similares de las que no consten al menos tres ejemplares en los servicios públicos, o uno en el caso de películas cinematográficas. Sin embargo, desde 1980 la UNESCO reconoce con identidad propia el Patrimonio Audiovisual. Patrimonio Documental Patrimonio constituido por: documentos de cualquier época generados, conservados o reunidos en el ejercicio de su función por servicios públicos; documentos con una antigüedad superior a los cuarenta años, E-CONNAISSANCES

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generados, conservados o reunidos por entidades y asociaciones de carácter político, sindical o religioso y por las entidades, fundaciones y asociaciones culturales y educativas de carácter privado; documentos con una antigüedad superior a los cien años generados, conservados o reunidos por otras entidades particulares o personas físicas; y documentos que, sin alcanzar la antigüedad indicada en los apartados anteriores, merezcan dicha consideración. Patrimonio bibliográfico y documental suelen tratarse de manera conjunta en las diferentes normativas. Patrimonio Audiovisual Los documentos audiovisuales pueden percibirse como el núcleo de un amplio espectro de material e información recopilada por los archivos audiovisuales, a eso llamaremos Patrimonio audiovisual, que incluye los siguientes materiales: 1. Sonido registrado, radio, cine, televisión, video o cualquier otra producción que comprenda imágenes y/o sonido registrado, estén o no principalmente orientadas a su difusión pública. 2. Objetos, materiales, obras relacionados con los medios audiovisuales desde un punto de vista técnico, industrial, cultural, histórico; esto incluirá material relacionado con la industria cinematográfica, de radio y televisión y de grabación musical, como textos, guiones, fotografías, carteles, materiales publicitarios y objetos como equipos técnicos o vestuario. 3. Conceptos como la perpetuación de equipos y entornos En desuso asociados con la reproducción y presentación de estos medios. Las diferentes leyes españolas sobre patrimonio no lo contemplan específicamente y se le supone como parte del patrimonio bibliográfico o documental, sin embargo la UNESCO lo reconoce con identidad propia desde 1980. 3.3- Evolución histórica del concepto de Patrimonio Cultural En la Edad Antigua no existía el concepto de patrimonio como tal, las clases poderosas coleccionaban riquezas, rarezas y antigüedades de carácter extraordinario o de gran valor material, que denotaban poder, lujo y prestigio. Dichas colecciones eran privadas, para disfrute exclusivo de sus propietarios y vetadas al pueblo. Provenían de botines de guerra y E-CONNAISSANCES

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eran mostrados como trofeos al regreso de una campaña victoriosa. Han llegado a nosotros en forma de tesoros, ajuares funerarios u ofrendas religiosas. En Grecia, Roma y en la Edad Media europea comienza a concebirse una idea de patrimonio entendida como el conjunto de vestigios de una civilización considerada superior y que por ello es norma y modelo a imitar. Se valora por su estética (belleza formal) y como herencia cultural con un marcado interés pedagógico diferenciador de un pueblo, sino como una riqueza colectiva de importancia crucial para la democracia cultural. Por ello, se exige el compromiso ético y la cooperación de toda la población para garantizar tanto su conservación como su adecuada explotación, en contraposición a la masificación vivida unas décadas antes. Buena parte de los esfuerzos nacionales e internacionales en materia de patrimonio se concentran en la mejora de la legislación y en la restauración de edificios y objetos. Se trabaja por la plena accesibilidad y nuevos usos del patrimonio, aunque con resultados dispares. Se intenta fomentar la participación de entes privados y de la ciudadanía en la conservación, difusión y explotación del patrimonio cultural, papel desempeñado hasta entonces y de forma exclusiva por el estado. Se aboga por un Turismo sostenible y se incide en la didáctica del patrimonio frente a la mera admiración pasiva. 3.4.- El Patrimonio como recurso económico Las generaciones actuales han entendido el valor de la existencia de los restos del pasado y han asumido su conservación. Ahora bien, la conservación de este patrimonio conlleva el gasto de fuertes sumas de dinero y otros recursos. De hecho, para la gran mayoría, la existencia del patrimonio y la exigencia de su conservación han sido interpretadas tradicionalmente como una carga para la sociedad. Sin embargo, en los últimos tiempos se viene percibiendo que el patrimonio puede entenderse no sólo como un recurso cultural, sino también como un recurso económico que puede contribuir a la mejora del nivel de vida de las comunidades en las que se halla. En la obtención de rendimiento económico del patrimonio adquiere una importancia fundamental el turismo cultural. Por eso es preciso conseguir que nuestro Patrimonio Cultural se comunique de forma rigurosa, pero E-CONNAISSANCES

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amable, accesible física e intelectualmente a las personas que no son especialistas, pero que, de acuerdo con los estudios actuales sobre turismo, quieren aprender, participar, preguntar y están dispuestas a pagar por vivir una experiencia cultural memorable. La explotación del patrimonio a través del turismo cultural no está exenta de riesgos. Conviene recordar los peligros de exagerar el aspecto lucrativo del patrimonio cultural, tales como la frivolización de éste por la vía del consumismo o el peligro de daño o incluso de desaparición física del propio patrimonio por las masas de visitantes. También existen perversiones desde el punto de vista ético y distributivo. Una de las más importantes es que, muchas veces, los beneficios que reporta el turismo cultural no repercuten como debiera en la población local. Ello ha sido ya puesto de manifiesto por la UNESCO, para quien la población local debe extraer beneficios económicos y un sentimiento de satisfacción, es decir, empleos, ingresos y orgullo de lo propio. Además, existe el sentimiento generalizado entre los investigadores del sector de que la industria turística no se compromete suficientemente con la conservación. Por otra parte, deben abrirse nuevas vías de turismo cultural más activamente comprometidas con el patrimonio. Un ejemplo de ello lo encontramos en el turismo cultural cooperativo, en el que grupos de turistas aficionados a la arqueología o a la naturaleza pagan por cooperar como voluntarios no cualificados en excavaciones arqueológicas o prehistóricas, parques naturales, etc. La gestión del patrimonio es una técnica adecuada para conseguir unos objetivos previamente fijados, no es una máquina de convertir en oro todo lo que toca. Son los responsables sociales de los bienes patrimoniales los que tienen que decidir si el objetivo en la gestión de un determinado bien cultural debe ser o no generar ingresos y hasta qué punto. Es bien cierto que la conservación integral del bien debe primar, pero a menudo esta conservación puede ser compatible con el disfrute del público y con la capacidad de generar ingresos. 4.- La gestión del Patrimonio Cultural E-CONNAISSANCES

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4.1.- ¿Por qué debe gestionarse profesionalmente el patrimonio? Según afirma Francisco Zamora10, ex-presidente de la Asociación Española de Gestores del Patrimonio Cultural (AEGPC), existen múltiples factores para argumentar la oportunidad e incluso necesidad de la profesión de Gestor de Patrimonio Cultural, los más evidentes son: 1. Para evitar los peligros para la integridad física y estética del patrimonio que conlleva una mala gestión del mismo. 2. Para obtener del Patrimonio rentabilidad social (cultural y económica) sin detrimento de su integridad. 3. Para evitar los peligros que conlleva su utilización como recurso económico. 4. Para administrar adecuada y eficientemente los otros recursos asociados a la conservación del patrimonio: recursos humanos, equipamiento, edificios, presupuesto... que una sociedad moderna no se puede permitir derrochar. 4.2.- Definición de Gestión Según Ballart y Tresserras11 la gestión del patrimonio puede definirse como el conjunto de actuaciones programadas con el objetivo de conseguir una óptima conservación de los bienes patrimoniales y un uso de estos bienes adecuado a las exigencias sociales contemporáneas. Para estos autores la conservación por la conservación puede llegar a ser un absurdo, así pues antes de realizar cualquier intervención se debe haber previsto un uso al bien que queremos preservar. En consecuencia, la gestión del patrimonio tratará de plantear y encontrar nuevos usos del patrimonio sin menoscabo de su preservación ni valorización total y no se centrará únicamente en la conservación del mismo. El patrimonio se entendería también como un recurso cultural, si bien frágil y no renovable, que está a nuestro alcance para sacarle un beneficio. Sin embargo, ello requiere un proceso previo de selección del patrimonio y una limitación de lo que se entiende como tal, pues resultaría ingenuo además de imposible- tratar de conservarlo todo. Ésta sería la primera misión de la gestión del patrimonio cultural. E-CONNAISSANCES

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Así pues, redefiniendo el concepto, la gestión del patrimonio tiene la función de seleccionar el patrimonio a conservarse, de prever un uso adecuado para éste y de determinar un destino para los bienes patrimoniales: el estudio de los mismos (patrimonio al servicio de la ciencia), la explotación con fines sociales (patrimonio al servicio de la sociedad) y la reserva (protección y legado de cara al futuro, p.e. un yacimiento sellado). Por su parte, la Asociación Española de Gestores del Patrimonio Cultural, en un acercamiento a postulados más propios de la administración de empresas, define la gestión del patrimonio cultural como la eficiente administración de recursos (culturales, humanos, económicos y de todo tipo) ordenada a la consecución de objetivos sociales -léase culturales, económicos, o ambos- que afecten al patrimonio cultural. Se entiende por eficiencia el tratar de conseguir dichos objetivos con el menor coste, tiempo y esfuerzo posibles. El objeto de la gestión profesional del patrimonio es sacar a esta valiosa herencia histórica de las garrasdel voluntarismo, de la intuición, de lo aleatorio, del capricho personal, incluso de la "genialidad" e introducirla en las vías de lo previsible. Un patrimonio gestionado con método y profesionalidad estará más seguro que confiado a la intuición o a una pretendida genialidad. Al margen de la rentabilidad económica, que será un aspecto determinante o no en función de los objetivos de las diferentes entidades gestoras, el fin último de la gestión del patrimonio cultural (y el que debe primar por encima de todo) es legarlo en las mejores condiciones a las generaciones futuras. De ambas definiciones puede deducirse que la gestión del patrimonio cultural posee un fuerte componente moral y emocional, colectivo y al mismo tiempo subjetivo, que la hace diferente al resto de ocupaciones centradas en el acto de gestionar. 4.3.- Definición de Gestor del Patrimonio Cultural Gestor es el profesional que ha adquirido la metodología, las técnicas y los conocimientos adecuados para administrar de forma eficaz y eficiente los recursos puestos a su disposición y dirigirlos a la consecución de los objetivos que se le hayan fijado previamente. E-CONNAISSANCES

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Lo que diferencia al gestor del patrimonio cultural del gestor -a secas- es que el recurso que se le confía es un bien de patrimonio cultural y, por lo tanto, conlleva la obligación moral de salvaguardar su integridad por encima de todo. Requiere asimismo un amplio y exhaustivo conocimiento acerca del elemento patrimonial que debe gestionar. Ese bien patrimonial, entendido desde el punto de vista puramente material, constituye la materia prima de la gestión y como tal es un recurso no renovable y extremadamente frágil. De ahí la insistencia constante en su salvaguarda y protección. El gestor de patrimonio cultural debe satisfacer una triple demanda social: a) Que asegure la preservación integral del bien cuya gestión se le haya confiado. b) Que optimice los recursos (humanos, económicos, materiales) puestos a su servicio. c) Que obtenga rentabilidad social, es decir, cultural, y (si ello forma parte de sus objetivos) también económica del bien patrimonial a su cargo, que maximice sus recursos hasta el punto que sea compatible con la conservación del bien. Finalmente, un gestor no es un arqueólogo, un conservador de museo o un restaurador, aunque pueda provenir de cualquiera de estas disciplinas. El director de explotación de un yacimiento, el gerente de una empresa de restauración, un técnico que realiza proyectos de dinamización y divulgación del patrimonio, sí son gestores del patrimonio cultural. 4.4.- Funciones del Gestor del Patrimonio Cultural 1. Diseño de proyectos, planificación de programas y estrategias de funcionamiento. 2. Asesoramiento en la dirección de programas culturales. 3. Dirección y coordinación de las infraestructuras y espacios culturales, equipos humanos de profesionales y recursos económicos. 4. Estudio de los sectores de adecuación e incidencia del proyecto y del programa de intervención cultural en el ámbito geográfico en que opera. 5. Programación: planificación, contenidos, objetivos, justificación, supervisión, evaluación, marcadores e indicadores, y análisis de su incidencia socio-territorial, resultados y conclusiones. E-CONNAISSANCES

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6. Relación con los medios informativos y de comunicación. 7. Realización de acuerdos y contratos con personas, entidades, empresas, instituciones u organismos de carácter público o privado. 8. Interlocución con los órganos correspondientes, cuando así le sea delegado. Bibliografía BALLART HERNÁNDEZ, Josep y TRESSERRAS I JUAN, Jordi. La Gestión del patrimonio cultural. Arial, serie Patrimonio, Barcelona, 2001 MELENDO, José Luis (coord.). Libro Blanco de las Asociaciones de Profesionales de la Gestión Cultural. Sevilla: Federación Estatal de Asociaciones de Gestores Culturales, 2009 MORALES, Alfredo J. Patrimonio histórico-artístico. Historia 16, col. Conocer el Arte, 13, Madrid, 1996. TONO MARTÍNEZ, José. Conceptos y Experiencia de la Gestión Cultural. Madrid: Ministerio de Cultura, Secretaría General Técnica, 2007 Zamora Baño, Francisco. "La gestión del patrimonio cultural en España: presente y futuro", Boletín GC, 2003

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