LA AGONíA DE CRISTO (SANTO TOMÁS MORO) Escrito por Sir Thomas More, que fue Lord Canciller de Inglaterra, mientras esperaba la muerte en la Torre de Londres. Edición preparada por Alvaro de Silva. Octava edición. EDICIONES RIALP, S. A. MADRID INTRODUCCIÓN I. SOBRE LA TRISTEZA, AFLICCIÓN, MIEDO Y ORACIÓN DE CRISTO ANTES DE SER CAPTURADO (MT 26, MC 14, LC 22, LO 18) Oración y mortificación con Cristo La angustia de Cristo ante la muerte La Humanidad de Cristo ¿Cómo es nuestra oración? La oración de Cristo La voluntad de Dios Padre Para que veamos el camino La perspectiva del martirio Los Apóstoles se duermen mientras el traidor conspira ¿Por qué dormís? Levantaos y orad Cristo sigue siendo entregado en la historia Judas Apóstol y Traidor Conducta de Cristo con el traidor Libertad de Cristo en su captura, pasión y muerte. El fin de Judas II. SOBRE LA OREJA SAJADA DE MALCO, LA FUGA DE LOS DISCÍPULOS Y LA CAPTURA DE CRISTO Furia y celo de Pedro Cristo corrige al Apóstol Malco, figura de la razón humana El poder de las tinieblas La fuga de los discípulos Desprendimiento y perseverancia La captura de Cristo
INTRODUCCIÓN Jesús estará en agonía hasta el fin del mundo: es preciso no dormirse durante todo ese tiempo. (Pascal) «En tus manos pongo, lector amigo, otra obra de Sir Thomas More, escrita en latín mientras estaba en la Torre, en el año del Señor de 1534, y que fue más adelante traducida al inglés por una dama de la misma familia de More, Mary Basset, hija de William Roper y de Margaret, su esposa, hija ésta a su vez del mencionado Thomas More. Es obra que abunda en cosas bue-nas y está llena de lecciones de auténtica piedad; la empezó siendo prisionero y no pudo terminarla, ya que antes de que pudiera hacerlo (y precisamente al llegar al comentario de estas palabras: Et iniecerunt manus in Iesum) fue desposeído de sus cosas, quedando privado de sus libros, pluma, tinta y papel. Desde ese momento fue vigilado más estrechamente y muy poco después fue decapitado. Esta obra en latín ha sido leída y enjui-ciada por varios clérigos de gran talento a quienes ha gustado mucho; y ahora es presentada en nuestra lengua de guisa tan fiel al estilo de Thomas More que parece fuera el mismo inglés de More, tan cercana esta él en familia, virtud y genio literario la dama que por esparcimiento la tradujo. Hasta tal punto es esto cierto que parece haber sido escrita directamente por el y no traducida en absoluto; tal es el talento de aquella mujer al seguir los pasos del buen quehacer literario de su abuelo. Algo tuve yo que moverme para hacer que este libro se imprimiera, porque quien lo tradujo no parecía dispuesta a que se publicara, ya que decía haberlo traducido como pasatiempo y para su propio uso, y lo consideraba demasiado llano para ser puesto en muchas manos. Otros había que deseaban imprimirlo como libro aparte, pues su contenido es tan rico y está además tan bien tratado que sería de desear fuera leído por todos. No me cabe la menor duda de que muchos lo comprarían más fácilmente impreso por separado que junto con otras de sus obras. Esperemos que así pueda hacerse más adelante y con más holgura. Mientras tanto, tomadlo y leedlo tal como está con el resto de sus obras, dad gracias a Dios y rezad por aquella dama que tanto se afanó en traducirlo»'. Así introducía William Rastell la primera edición en inglés de esta obra junto con otras del que fue célebre Lord Canciller (Primer Ministro) de Inglaterra; habían pasado apenas veintidós años de la muerte del «mejor y más santo de los hombres que vivieron en In-glaterra», según escribiera Erasmo al Obispo de Cracovia narrando el martirio de su amigo More. Los reco-nocimientos oficiales de su