Tenerife y el Mar
coordinaci贸n y redacci贸n
Cipriano Mar铆n - Alberto Luengo Tenerife 1998
Autores:
Revisión y adaptación:
Cipriano Marín - Alberto Luengo
Rafael Paredes (Gabinete de Estudios Ambientales) Giuseppe Orlando
Autores por temas:
Tomás Cruz Simó - Alberto Brito Hernández El medio marino Juan Tous Melián La costa de Tenerife a través de la cartografía Histórica Erika Urquiola Pascual Los cetáceos en Canarias Javier Díaz Reixa - José María Garrido López El Derecho del Mar Colaboraciones:
Hugo Luengo Barreto Francisco García-Talavera César Portela
Lázaro Sánchez Pinto Ceferino Mendaro Cervera
Colaboraciones y aportación en la elaboración del Programa Tenerife y El Mar:
Manuel Carrillo Pérez Ignacio Domínguez Raúl Dourdil Abasolo Mariano González Jesús Martínez Denis Ríos Marchand Antonio Tejera Gaspar
Ramiro Cuende Manuel Domínguez Fernando Franquet Ramón Hernández Ramos Pedro Pascual Alayón Pedro Romero Equipo Director CIDEMAT
Agradecimientos:
Juan José Bacallado Aránega Angeles Rodríguez Fernández Tomás Azcárate y Bang Rafael González Antón
Director de Museo de Ciencias Naturales Directora del Centro Oceanográfico de Canarias Jefe del Servicio de Planificación de Recursos Naturales. Consejería de Política Territorial. Gobierno de Canarias Museo Arqueológico de Tenerife
Instituciones - agradecimientos:
Viceconsejería de Medio Ambiente. Consejería de Política Territorial. Gobierno de Canarias Centro Oceanográfico de Canarias Museo de Ciencias Naturales Museo Arqueológico de Tenerife Museo Militar Regional de Canarias Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife
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Fotografías:
Salvador Aznar Yann Arthus-Bertrand Tomás Cruz Simó Julio González Sergio Hanquet Alberto Luengo Cipriano Marín Giuseppe Orlando Jorge P. Pinto Erika Urquiola Vidal Martín Helicópteros de Canarias Archivo Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife Museo de Ciencias Naturales. Organismo Autónomo de Museos Museo Arqueológico. Organismo Autónomo de Museos Archivo del Centro de Planificación Ambiental (CEPLAN). Consejería de Política Territorial. Gobierno de Canarias Diseño y Maquetación:
Luis Mir Payá Digitalización planos:
Antonio Ramos Valeriano Luis Medina Rodríguez
Juan Piñero Arteaga Francisco Javier Rivero Barberán
Edita:
Cabildo de Tenerife Realización:
Tenydea S.L.
Responsable: Florentín Duque
D.L.: TF-2113/98 ISBN: 84-923966-1-X
Adán Martín Menis Presidente del Cabildo Insular de Tenerife
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l excepcional patrimonio natural litoral de Tenerife justifica por sí solo la tradicional relación de sus habitantes con el mar. De su equilibrada utilización obtuvieron siempre las gentes de la isla muchos beneficios, tanto al aprovechar sus recursos económicos, como las satisfacciones culturales y de disfrute que el mar puede proporcionar.
M ODELO PARA LA GESTIÓN DEL TERRITORIO
Sin embargo, en las últimas décadas, bajo las presiones del crecimiento demográfico y de la masiva afluencia de visitantes a la isla, se ha perdido en buena medida el equilibrio en que se basó esta relación, que ha llegado a convertirse en determinados casos en una explotación desordenada con transformaciones poco afortunadas del medio como lógica consecuencia del uso intensivo del litoral. A esta situación ha contribuido sin duda el intrincado reparto competencial que la estructura administrativa en vigor ha mantenido sobre las costas. Sobre esta franja del territorio y el mar que la baña se superponen competencias municipales, provinciales, regionales y estatales que se entrecruzan con otras de carácter sectorial: urbanísticas, turísticas, ambientales, ... En la generalidad de los casos las actuaciones de los distintos estamentos de la Administración se han realizado sin la suficiente coordinación, cuando no, desafortunadamente, desde criterios de intervención y objetivos no siempre coincidentes. No podemos negar tampoco que en muchas ocasiones la insuficiente respuesta de la Administración a las iniciativas particulares han podido favorecer indirectamente el cumplimiento de la legalidad. Es claro que se precisa dar un giro radical a este estado de cosas en la línea de superar enfoques sectoriales que impiden una aproximación coherente al mar y al territorio litoral de la isla. Desde un planteamiento globalizador esta nueva política debe entender este mar a la vez como espacio a preservar y como recurso a utilizar; como lugar de ocio para el residente y para el turista; de trabajo para el pescador; de estudio para el científico y de vida para la flora y la fauna terrestre y marina. Para lograr esta meta es necesario fijar entre todos objetivos comunes, establecer criterios claros de intervención y definir finalmente las líneas de actuación concretas que han de permitir dar satisfacción razonable a las aspiraciones de unos y otros sin llegar a comprometer el patrimonio natural y cultural que el mar nos aporta. En suma: planificar desde el respeto al medio y a las necesidades de todos los colectivos. Desde este planteamiento global la gestión del litoral no puede fragmentarse, siendo imprescindible la coordinación entre los distintos órganos administrativos que actúan sobre el litoral. El diálogo institucional, elevado al nivel superior, deberá llevar a asumir colectivamente planes y programas completos, de modo que todas las instituciones implicadas tengan una clara definición de sus intervenciones a medio plazo como base incuestionable de esta coordinación.
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La respuesta del Cabildo de Tenerife frente a esta demanda de racionalización ha sido la elaboración precisa y rigurosa del plan de actuaciones litorales en el ámbito de toda la isla que ya todos conocemos como «Tenerife y el Mar» cuyas líneas básicas y principales contenidos hemos querido difundir a través de está publicación. Este Plan ha venido a sumarse a otros de carácter sectorial como una pieza primordial de la actual política de planificación territorial de esta corporación. La concreción y desarrollo de los distintos programas que en él se contienen permitirá en el futuro más próximo materializar sobre la costa todas aquellas iniciativas públicas o privadas que, en armonía con los criterios que en ellos se expresan, ayuden al desarrollo general de la isla y a las demandas de sus habitantes. Ejemplo de esta realidad lo constituye ya el reciente Convenio de Costas, que comienza ahora su andadura. Con este Plan se pretende, porque lo creemos necesario, recuperar la filosofía en que se basó el diálogo histórico del tinerfeño con su mar. Una filosofía de respeto y aceptación de las características propias de nuestro litoral, de sabia adaptación de los usos a los condicionantes que el litoral impone sin pretender su transformación más allá de lo que estos objetivos mínimamente exigen. Sus actuaciones, por tanto, están centradas en múltiples y pequeñas intervenciones de adecuación de la morfología recortada y abrupta de nuestra costa frente a otras opciones de operaciones más espectaculares de transformación, que no deseamos. Estas son las premisas que inspiran las propuestas de «Tenerife y el Mar»: una propuesta o plan de actuación ambicioso y comprehensivo, cuyo desarrollo requiere muy alto grado de concertación institucional. Sus primeros proyectos piloto de accesos y charcos han servido para iniciar este nuevo proceso de diálogo entre administraciones cuyos frutos empiezan ya a recogerse, probando así el acierto del camino que en este sentido la isla ha iniciado.
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Pilar Parejo Bello Consejera de Turismo y Paisaje del Cabildo Insular de Tenerife
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l plan Tenerife y El Mar que impulsa el Cabildo Insular de Tenerife es de esas iniciativas que germinan y se desarrollan con esmero, con detalle y, sobre todo, con el corazón. Entre otras razones, porque logran ilusionar a todo aquel que, de una u otra forma, interviene en su redacción y posterior ejecución.
RESCATAR
LAS RELACIONES CON EL MAR
Aquellos que participamos en el inicio de este plan, al igual que los que se han ido incorporando en su desarrollo, desde políticos, técnicos, arquitectos, contratistas, vecinos… hemos afrontado este programa con el objetivo claro de respetar y rescatar todas esas pequeñas y grandes tradiciones que vinculan al tinerfeño con el mar. Estamos hablando de un proyecto muy pensado y cuidado, cuya finalidad no es otra que mejorar el litoral de nuestra Isla, incidiendo de forma especial en el rescate de todos esos pequeños rincones de la costa de fuerte arraigo popular, embarcaderos tradicionales y zonas de baño. La mayor parte de las actuaciones que se engloban bajo el paraguas de Tenerife y el Mar son acciones de pequeña escala, adaptadas al medio, pero de gran rentabilidad social. El tratamiento que se aplica a todas ellas es, además de carácter singular, respetando los materiales originales de cada zona con una misma filosofía de actuación. Las intervenciones están concebidas, fundamentalmente, como restauración del medioambiente litoral y como fórmula de revalorizar la función cultural de este paisaje, como un factor de calidad de vida y como un medio para luchar contra la despersonalización que ha acompañado con frecuencia al desarrollo urbano del litoral. Se trata, en definitiva, de realizar una ordenación integrada y un desarrollo sostenible de las zonas costeras de Tenerife y de crear, al mismo tiempo, una oferta diversificada y adaptada a la fragilidad del medio litoral. El conjunto de obras que ya están concluidas son el mejor ejemplo y sirven de botón de muestra de lo que pretendemos hacer a lo largo de todo el litoral tinerfeño. Allí donde hemos actuado, se ha conseguido recuperar el valor histórico que siempre ha tenido para el isleño su costa, se ha logrado una dinamización global de toda la zona y un desarrollo local de las poblaciones litorales. Y esperamos seguir contando con el esfuerzo y la ilusión que hacía mención al principio para culminar este ambicioso objetivo, y que el resultado sirva de punta de lanza para continuar trabajando en la línea de combinar el desarrollo social y económico con la conservación de nuestro patrimonio litoral y marítimo.
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INDICE
GENERAL
LAS ISLAS, LA COSTA Y EL MAR ........................................................................................................... 17 Las islas y el mar en los albores del siglo XXI .................................................................................. 21 El turismo, el mar y las islas ............................................................................................................ 23 Tenerife y El Mar como un proyecto de gestión integrada de la zona costera ..................................... 25 USOS, COSTUMBRES Y PATRIMONIO DEL MAR .............................................................................. 27 EN LOS CONFINES DE LA ATLÁNTIDA ............................................................................................................. 28 Territorio y cultura material ............................................................................................................ 31 La costa de Tenerife en la época de los guanches ............................................................................ 32 El Marisqueo ................................................................................................................................. 34 Recolección de la sal ..................................................................................................................... 34 Conocimientos de navegación ......................................................................................................... 34 LAS COSTAS DE TENERIFE A TRAVÉS DE LA CARTOGRAFÍA HISTÓRICA ............................................................. 36 CASTILLOS FAROS Y SEÑALES ..................................................................................................................... 47 Las fortificaciones marítimas de Tenerife ........................................................................................ 47 Faros y Señales de Tenerife ........................................................................................................... 51 LOS JARDINES DE SAL ................................................................................................................................. 53 Las salinas de Tenerife .................................................................................................................. 53 Charcos naturales .......................................................................................................................... 53 Salinetas ....................................................................................................................................... 54 Salinas .......................................................................................................................................... 54 OBRA MARÍTIMA HISTÓRICA DE TENERIFE .................................................................................................... 57 Origen, Desarrollo y Tipos .............................................................................................................. 57 Construcción, elementos y materiales .............................................................................................. 60 LA EMBARCACIÓN TRADICIONAL Y LA CARPINTERÍA DE RIBERA .................................................................... 65 El barco como un ser vivo .............................................................................................................. 66 El barco y la chalana de Canarias. Tipo y construcción ..................................................................... 67 Los aparejos del barco ................................................................................................................... 69 Las marcas y los colores ................................................................................................................ 72 El molino de hacer cabos ................................................................................................................ 72 USOS TRADICIONALES EN EL LITORAL .......................................................................................................... 73 El marisqueo ................................................................................................................................. 74 La pesca chica y la pesca en corrales ............................................................................................. 75 El gofio de cosco o vidrio ............................................................................................................... 76 El pardeleo .................................................................................................................................... 77 La fabricación de la cal .................................................................................................................. 77 La costa y los recursos terapéuticos ................................................................................................ 78 La extracción de piedras ................................................................................................................ 78 Los usos de las tabaibas y el cardón ................................................................................................ 79 13
NATURALEZA PAISAJE Y RECURSOS ................................................................................................. 81 TENERIFE, UN LUGAR DE LA MACARONESIA ................................................................................................... 82 Los mares de Canarias .................................................................................................................. 86 EL LITORAL DE TENERIFE ............................................................................................................................. 88 Costa Norte o de Barlovento .......................................................................................................... 88 Sector Suroeste o de Sotavento ...................................................................................................... 89 Sector Sureste ............................................................................................................................... 90 LA FORMA DE LA COSTA .............................................................................................................................. 91 Morfología litoral ........................................................................................................................... 92 Dinámica sedimentaria ................................................................................................................... 94 LA VIDA EN EL LITORAL ................................................................................................................................ 96 Las plantas de la costa ................................................................................................................... 96 Comunidades de acantilados, costas bajas y playas de callaos ........................................................... 97 Comunidades de arenas (psamófilas) .............................................................................................. 97 Zona supralitoral ............................................................................................................................ 98 LA VIDA EN EL MAR .................................................................................................................................... 98 Zona supralitoral ............................................................................................................................ 98 Zona mesolitoral ............................................................................................................................ 99 Los charcos ................................................................................................................................ 100 Zona infralitoral ........................................................................................................................... 102 Zona circalitoral ........................................................................................................................... 104 ESLABONES DE UNA CADENA ...................................................................................................................... 105 Los Sebadales ............................................................................................................................. 106 LAS BALLENAS Y DELFINES DE CANARIAS ................................................................................................... 109 Cetáceos de Tenerife ................................................................................................................... 110 Conservación .............................................................................................................................. 110 Los cetáceos como recurso económico .......................................................................................... 111 La observación de cetáceos como actividad comercial .......................................................................... 112 El caso canario ............................................................................................................................ 113 Concienciación ............................................................................................................................ 115 El Calderón Tropical .................................................................................................................... 116 PESCA Y MARISQUEO ................................................................................................................................ 118 Recursos marisqueros .................................................................................................................. 118 Recursos pelágicos litorales .......................................................................................................... 119 Recursos pelágicos oceánicos ....................................................................................................... 120 Recursos de fondo litorales ........................................................................................................... 122 Recursos de fondo del alto o profundos ......................................................................................... 126
EL PROGRAMA TENERIFE Y EL MAR ................................................................................................ 129 UNA PROPUESTA DE GESTIÓN SOSTENIBLE DE LOS RECURSOS MARINOS Y COSTEROS ................................. 130 Objetivos generales ...................................................................................................................... 131 ÁREA CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE MARINO ........................................................ 132 Propuestas de actuación ............................................................................................................... 132 Objetivos principales .................................................................................................................... 133 14
ÁREA CONSERVACIÓN
RECURSOS MARINOS VIVOS .............................................................................. 137 Criterios de actuación .................................................................................................................. 137 Objetivos principales .................................................................................................................... 138 Líneas de actuación ..................................................................................................................... 138 Líneas prioritarias de investigación y desarrollo en acuicultura ........................................................ 141 DE
ÁREA PATRIMONIO Y BIENES CULTURALES .................................................................................................. 143 Criterios de actuación .................................................................................................................. 143 Líneas de actuación ..................................................................................................................... 144 Objetivos principales .................................................................................................................... 145 Actuaciones en conjuntos históricos .............................................................................................. 147 Actuaciones en Zonas arqueológicas ............................................................................................. 148 ÁREA TURISMO SOSTENIBLE EN EL LITORAL ................................................................................................ 149 Objetivos principales .................................................................................................................... 149 Criterios de actuación .................................................................................................................. 150 Líneas de actuación ..................................................................................................................... 152 La acampada litoral ..................................................................................................................... 158 Aplicación de la Agenda 21 .......................................................................................................... 159 ÁREA DEPORTES NAÚTICOS ....................................................................................................................... 160 Objetivos principales .................................................................................................................... 161 La Vela ....................................................................................................................................... 162 Líneas de actuación ..................................................................................................................... 164 Deporte y Patrimonio Marítimo ..................................................................................................... 165 El Windsurf ................................................................................................................................. 167 El Surf ........................................................................................................................................ 168 El Buceo y la Pesca deportiva ...................................................................................................... 170 ÁREA DE INFRAESTRUCTURAS ...................................................................................................................... 172 ÁREA DE ACTUACIONES EN EL LITORAL ....................................................................................................... 176 Objetivos principales .................................................................................................................... 176 Líneas de actuación ..................................................................................................................... 177 CRITERIOS DE ACTUACIÓN EN LA COSTA ..................................................................................................... 179
PROYECTOS, INICIATIVAS Y REALIDADES ...................................................................................... 185 DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA .................................................................................................................... 186 Accesos al mar ........................................................................................................................... 186 Charcos de pleamar ..................................................................................................................... 193 Teno, Ventana al Mar Un espacio para soñar ................................................................................. 198 Punta de Rasca ........................................................................................................................... 202 El Puertito del Sauzal ................................................................................................................... 203
EL DERECHO DEL MAR ....................................................................................................................... 205 DE LA DEFENSA DEL MAR A LA PROTECCIÓN INTEGRAL DE LOS RECURSOS MARINOS .................................. 206
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................................ 217 15
16 Las Islas, la costa y el mar
LAS ISLAS, LA COSTA Y EL MAR 17
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sta es la visión de una arribada a nuestra isla, un ejemplo de la imagen común de los viajeros románticos y de los naturalistas e ilustrados del siglo pasado. Una percepción que hunde sus raíces en las islas de la Odisea, en los viajes de Ulises, en la Atlántida de Platón, en la concepción de la isla natural de Lineo y Rousseau, en las islas de Darwin y la evolución de las especies, y en esa general y bella idea continental de las islas como cuna del paraíso perdido. De hecho, los sueños, la experiencia y la realidad se mezclan en las islas. Por sólo hablar del ámbito de la Macaronesia, es decir, más allá de las columnas de Hércules, en nuestro Atlántico, prácticamente la mayoría de las islas han sido convencidas de ser esos especiales lugares mencionados en todas las mitologías. Campos Elíseos, Islas de los Bienaventurados, Islas Afortunadas, Paraíso de las Delicias o Jardín de las Hespérides, son algunas de las menciones honoríficas de la antigüedad que aún hoy tratamos de atrapar en nuestra realidad, al igual que hacen muchas otras islas en el mundo que se sienten depositarias de los mitos que navegan por su región.
18 Las Islas, la costa y el mar
El viento y la mar nos fueron propicios y, al día siguiente, la deslumbrante luminosidad de la mañana nos anunció una hermosa jornada. El oriente se pintaba de colores matizados, rayos de fuego traspasaban ya las nubes y, de repente, el Sol, disipando los celajes de la mañana, se elevó radiante para iluminar el occidente. En ese momento el pico Teyde apareció en la lejanía como un meteoro: su blanca cima se recortaba en el azul celeste mientras su base quedaba envuelta en un manto nuboso que también nos ocultaba el resto de la Isla. A bordo se oyó el grito de ¡tierra! (...): ante nosotros estaba la más hermosa de las Islas Afortunadas, la hospitalaria Tenerife, la posada de navegantes. Fragmento de la Historia Natural de las Islas Canarias de MM. P. Parker-Web y Sabin Berthelot. 1839.
Sin embargo, cuando se habla de las islas, esos espacios comprendidos entre el cielo y el mar, se suelen entender como recintos vacíos para la imaginación continental, lugares curiosos habitados ocasionalmente. Por ello, antes de iniciar la visión del mar desde una isla, convendría dar la palabra por vez primera a sus protagonistas reales, sumergirnos en su propia mirada. Un relator insular mediterráneo afirmaba hace mucho tiempo que «un insular es un ser apocalíptico. Lo es porque percibe todas las amenazas. Es un indolente y deja de serlo en la medida que ha de sobrevivir. El insular es desdeñoso, altivo y simple. Un insular es un hombre en una roca, y también un hombre como una roca. No puede dar la es-
palda a la geografía porque es fruto de ella. Es un hombre obsesionado por los viajes y amenazado por ellos. Es en fin un habitante de un paraíso o de un infierno». Así mira un insular el mar y la costa, como protagonista de su territorio es el único que puede convertirlo en posada de navegantes, jardín de las Hespérides o en el infierno de Platón. Sin quererlo es lo que reflejan las diversas interpretaciones del nombre de la isla de Tenerife: una vez como isla del infierno-tenerefiz como la denominaba un monje castellano en el Libro del Conosçimiento hacia 1350. O bien como el paraíso insular descrito por Jacob de Edesa en el siglo VII, que según un autor francés del siglo pasado, F. Nau, se correspondía con esta isla.
Dos realidades contrapuestas de una isla expresan en el mismo Atlántico esta dualidad. En un extremo tenemos la isla de Gorea frente a las costas de Senegal, cuyo nombre deriva de la expresión holandesa goede reede, es decir, buena rada, que hasta 1815 fue el mayor almacén de distribución de esclavos del planeta, año en el que se abolió en las colonias francesas este infame tráfico. En el otro extremo encontramos la isla de Terceira, en las vecinas Azores, que alberga la ciudad de Angra do Horoismo, «Universal Escala do Mar Poente» como la llamó Gaspar de Fructuoso. Lugar en el que se fraguó una parte importante de la cultura y las comunicaciones con ese «otro» mundo formado por cuatro continenentes. Ambas son hoy en día dos expresiones de la insularidad declaradas por la Unesco como lugares Patrimonio de la Humanidad. Esta ambivalencia ha presidido siempre el concepto de insularidad, una relación de sentimientos encontrados con su propia isla. Así vemos que un insular es capaz de asistir im-
En el planisferio de Ebstorf se puede leer: «Isla perdida. San Brandán la descubrió pero nadie la ha encontrado desde entonces». El mito de la isla perdida, de la isla-ballena o de la isla fantasma, forma par te del conjunto de las ideas que forjan la insularidad. Las viejas tradiciones chinas consideraban que sus Islas de los Bienaventurados flotaban y eran llevadas a lomos de tor tugas gigantes. Fuente: Marcos Mar tínez. Canarias en la Mitología.
pertérrito al destrozo y ocupación de su litoral en manos foráneas, e incluso participar comedidamente de tal desaguisado, pero al mismo tiempo idealizar su isla y sus relaciones con el mar. Aparentemente es un hombre que vive de espaldas al mar, pero a la que urgamos un poco nos encontramos con un ser absolutamente marítimo. Como decía el poeta Tomás Morales, para un isleño la barca es su otra isla, ya que en realidad no puede sustraerse a su condición de navegante anclado; una apreciación que marca su relativa concepción de la propiedad de la tierra y el mar. Y es que el insular es ante todo un hombre marino que en ocasiones demuestra una tenacidad para los viajes absolutamente sorprendente. Este es el caso de las Islas menores de la Sonda, rosario de pequeños islotes en el Indico, accesibles a nado o en pequeñas embarcaciones, un lugar en el que desde hace 40.000 años el hombre moderno, Homo sapiens sapiens, ha sido testigo de miles de intentos por franquear la fosa de Wallacea, saltando de isla en isla, hasta alcanzar las
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Mapa de Tenerife en 1838, per teneciente a la obra Atlas de España y sus Posesiones de Ultramar de Francisco Coello. Los antiguos planos nos ayudan a viajar hacia nuestro inmediato pasado y así poder entender mejor el complejo proceso de desarrollo de una isla. Foto: cor tesía Museo Militar Regional de Canarias
llanuras de Sahul y finalmente colonizar Nueva Guinea, Australia y por último Tasmania. Michel Orlac explica que esta tenacidad de los isleños parte de la concepción de un mundo en la que el horizonte se encuentra en continuo movimiento. Un sentimiento arcaico del mar sin el cual sería imposible explicar, aún teniendo en cuenta la necesidad, cómo cientos de tinerfeños y canarios, sin ningún conocimiento de la navegación, se embarcaron en este siglo en vetustos veleros con el fin de alcanzar las costas de Cuba y Venezuela; como aún nos recuerda la conocida aventura del Telémaco. Esta aparente contradicción de la relación del isleño con el mar en ocasiones llega a ser proverbial. Por ejemplo, sabemos que nuestro arte naval en la isla se redujo exclusivamente a un sencillo patrón de barca, pero también conocemos que el tinerfeño Tomé Cano fue el autor del manuscrito titulado «Sobre el Arte de Armar y Construir Naos», publicado en 1611, manual base utilizado durante decenios por la Escuela de Mareantes de Sevilla, centro de formación de los mari-
20 Las Islas, la costa y el mar
nos que cimentaron el poder de las rutas intercontinentales. Otro ejemplo, entre finales del XVIII y principios del XIX, nuestra isla engendró dos famosos piratas bien diferentes; uno, Cabeza de Perro, pirata que operó en el Caribe, arrepentido y luego ajusticiado en su propia isla; el otro, Amaro Pargo,
leyenda isleña viviente, asaltaba los navíos tras la punta de Anaga a su vuelta de las Américas y gustaba decir a sus conciudadanos de forma enigmática: «el tesoro se ve desde la ventana de mi casa». Una revelación que ha provocado el expolio de su antigua morada en innumerables ocasiones, incluso hasta nuestro días, precisamente por insulares que seguían empeñados en continuar mirando solo tierra a dentro, cuando era evidente que su ventana se encontraba orientada al mar. Conviene por lo tanto saber que el Programa Tenerife y El Mar, objeto central de este trabajo, se construye desde esta óptica inusual. Su concepción parte simplemente de la idea de rescatar el mar y el litoral en la tradición de los insulares, manteniendo en lo posible este legado para las generaciones futuras, a la vez que se incita a recuperar y mantener un extraordinario patrimonio natural y cultural al que se le ha dado momentáneamente la espalda por los múltiples avatares del progreso. Una idea de rescate del mar que se encuentra en convergencia con las nuevas tendencias en favor del desarrollo sostenible de las islas, donde los isleños vuelven a ser los protagonistas de su territorio y que surgen por doquier a lo largo del planeta.
Para los insulares, el mar y el litoral tienen un carácter ambivalente. A veces fuente de riqueza, en ocasiones origen de riesgos y peligros.
Foto: Alber to Luengo. Costa de Anaga.
Las islas y el mar en los albores del siglo XXI Las reflexiones sobre los desafíos que deben afrontar las islas y sus opciones de futuro han alcanzado una intensidad inusitada en los últimos años. El tema de las islas ya había comenzado a emerger en el seno de la comunidad internacional desde 1982 cuando se pone en marcha la Convención de la Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. Pero es diez años mas tarde, en 1992, cuando la Agenda 21 surgida de la Conferencia de Rio afirma taxativamente que las islas representan una parte esencial en la estrategia mundial del desarrollo sostenible, con una mención especial dedicada a las zonas costeras isleñas. El capítulo 17 de la Agenda 21 señala que «las islas constituyen un caso especial, tanto para el medio ambiente como para el desarrollo, y presentan problemas muy específicos en la planificación del desarrollo sostenible. Tienden a ser ecológicamente frágiles y vulnerables. Por contra, su pequeño tamaño individual, la limitación de sus recursos, su dispersión geográfica y su aislamiento de los mercados les coloca en situación de desventaja económica y les impide obtener economías de escala».
La Agenda 21 (Rio -1992) y el Plan de Acción de Barbados de la Conferencia de Islas y Estados Insulares de las Naciones Unidas, suponen el punto de par tida de una conciencia insular en favor del desarrollo sostenible, en la que la preservación de los recursos litorales juega un papel esencial. Foto: Museo de Ciencias Naturales
En el mismo capítulo de la Agenda 21 se reconocía claramente que las regiones insulares muestran toda la amplia problemática y las exigencias ambientales de las zonas litorales en una superficie terrestre muy reducida, esencial para su futuro: «Para las islas y los pequeños estados insulares, el medio
La mayoría de las islas del mundo comienzan a sentir los efectos de una fuer te presión sobre la costa, a causa del desplazamiento de actividades. Costa norte de Tenerife. Foto: Yann Arthus-Bertrand, La Terre Vue du Ciel, cor tesía de la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias.
oceánico y costero reviste importancia estratégica y constituye un valioso recurso para el desarrollo. El aislamiento geográfico hace que tengan un número relativamente grande de especies singulares de flora y fauna, por lo que poseen una proporción muy alta de la biodiversidad mundial. Asimismo tienen culturas ricas y diversas adaptadas especialmente al medio insular y conocen la ordenación racional de los recursos insulares, en especial de los marinos y costeros». Esta última afirmación reviste gran importancia, dado que introduce una pauta esencial en la concepción de estrategias de desarrollo sostenible para los ámbitos litorales y marinos de las islas. En este sentido, la riqueza de la cultura local del mar o la costa y su capacidad de adaptación al medio insular ha sido un punto de apoyo básico en la configuración del Programa Tenerife y El Mar, al igual que muchas otras nuevas iniciativas en el mundo. Dos años después de firmarse la Declaración de Rio, se celebra la primera Conferencia mundial de islas y pequeños estados insulares de la Naciones Unidas en Barbados
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(1994). Este encuentro marcará un hito fundamental para las islas del planeta. Las regiones insulares establecían de esta manera su propia concepción de la Agenda 21, su particular vía hacia el desarrollo sostenible. La Conferencia de Barbados aporta ya en su prólogo una actitud común, el reconocimiento de la fuerza de la insularidad ante la comunidad internacional: «Observamos que, aunque individualmente considerados las islas y pequeños estados insulares constituyan territorios reducidos, colectivamente ejercen jurisdicción sobre un sexto de la superficie de la tierra». Todo ello sin contabilizar la influencia del resto de millares de islas dependientes administrativamente de los estados continentales. Pero en Barbados, además de reconocer la importancia que tiene la preservación del frágil y valioso patrimonio cultural y natural se dijo algo más: «los recursos humanos de las islas constituyen su elemento más valioso y deben dárseles todas las oportunidades de materializar sus posibilidades y contribuir de manera significativa al desarrollo sostenible». Una idea que un autodidacta menorquín expresaba de forma contundente cuando afirmaba que el aislamiento nos ha forzado inevitablemente a ser originales. Un reconocimiento a la capaci-
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dad e imaginación de los isleños para buscar siempre nuevas y sorprendentes posibilidades de supervivencia. En realidad se trata de una larga tradición, puesto que podemos encontrar increíbles ejemplos de imaginación a través de la historia insular y en cualquier lugar del planeta. Hace 13.000 años los habitantes de la isla de Milos se las ingeniaron para vender obsidiana labrada a la Argólida, y cuando no se podía negociar con el exterior se encontraban soluciones imposibles, como es el caso de los agricultores de Faial, Estrómboli, Cabo Verde, Lanzarote o del sur de Tenerife que lograron cultivar sobre la ceniza volcánica. De esta conferencia de Barbados surge el Plan de Acción para el Desarrollo Sostenible de las Islas que desarrolla los puntos focales críticos para los isleños y apunta las principales líneas de acción de una estrategia común. Precisamente el capítulo IV del Plan de Acción de Barbados se centra en los recursos marinos y costeros, y entre las líneas maestras que incluye este acuerdo interinsular destacamos las siguientes consideraciones: • Para la mayoría de las islas, el espacio costero representa actualmente la zona más significativa desde el punto de vista social y económico, alberga progresivamente la mayoría de los asentamientos humanos, la actividad pesquera y el turismo.
• El desarrollo sostenible de las islas depende en gran parte del ámbito marino y costero. • El desarrollo y gestión de programas ecológica y económicamente sostenibles sobre la utilización de los recursos marinos y costeros constituye el gran desafío actual para la mayoría de las islas. • Se propone abordar las medidas institucionales, administrativas y legislativas que permitan desarrollar e implementar la gestión integrada de las zonas costeras. • Se propone diseñar programas de vigilancia y monitoreo sobre el uso y situación de los recursos marinos y costeros, así como desarrollar los mecanismos de planificación y participación pública apropiados. • Se insta a ratificar las convenciones internacionales y fomentar nuevos acuerdos que permitan combatir eficazmente las prácticas internacionales de pesca insostenible que afectan a las islas y otras actividades que atentan directamente sobre la estabilidad y calidad de los ecosistemas costeros insulares. A partir de la iniciativa de Barbados, las regiones insulares comienzan a catalizar múltiples proyectos sobre la gestión integral de zonas costeras que en ocasiones implican la cooperación internacional. Así tenemos el caso de Tonga, la Agenda 21 del Báltico, proyectos en el Caribe como el de la República Dominicana o en el Pacífico, como es el caso de las Islas de Salomón. Es decir, en muy pocos años se ha abierto una nueva ventana al mar, un cúmulo de experiencias que permiten revalorizar la función del litoral y el mar para las islas.
CARTA EUROPEA DEL LITORAL extracto (APROBADA EN CRETA EN OCTUBRE DE 1981, POR LA CONFERENCIA PLENARIA DE LAS REGIONES PERIFÉRICAS MARÍTIMAS DE LA CEE) EL LITORAL JUEGA UN PAPEL ESENCIAL PARA LA VIDA HUMANA. • Dado su carácter de zona de contacto entre el espacio terrestre y el espacio marítimo, el litoral constituye, por definición, un bien escaso y frágil. • Dado su carácter de zona de transición entre el medio marítimo y el medio terrestre, el litoral juega un papel importante en el mantenimiento de los equilibrios naturales que condicionan la vida humana, puesto que la zona infralitoral es la zona en la cual vive preferentemente la flora marina (especialmente las algas bentónicas y fanerógamas) y donde se reproduce una gran parte de la fauna marina. La zona litoral constituye el soporte de actividades económicas y sociales originales creadoras de empleo para las poblaciones residentes. • Ocupa un lugar esencial en las satisfacciones estéticas y culturales, así como en los deseos de la persona humana. LAS ZONAS LITORALES TIENEN PROBLEMAS CRECIENTES. • La degradación urbanística de las zonas litorales, bajo la presión de usuarios -permanentes o estacionales -cada vez más numerosos y cada vez más coincidentes en tiempo y lugar. • La destrucción a menudo irreversible de los ecosistemas naturales por la acumulación de las causas precedentes, la insuficiencia del acervo de conocimientos en ciertos campos científicos y la ausencia de medidas de prevención y normativas. EL LITORAL DEL CONTINENTE EUROPEO ESTÁ PARTICULARMENTE AMENAZADO. • Los recursos naturales del medio marino -particularmente los stocks de pesca- se agotan rápidamente bajo el doble efecto de la contaminación y de la sobre explotación. • El paisaje litoral y el patrimonio arquitectónico del litoral europeo están amenazados por una urbanización excesiva, a menudo mal adaptada y que lleva a la uniformidad. PROTECCIÓN Y DESARROLLO DEL LITORAL DEBEN CONCILIARSE. • El litoral constituye el mayor objetivo del desarrollo de las regiones marítimas, puesto que ofrece posibilidades de actividades y de empleo específicas que pueden contribuir al reequilibrio de la economía europea en favor de la periferia. • El desarrollo o la adaptación de las actividades tradicionales de la agricultura, de la pesca, de las industrias litorales y de los puertos. • El lanzamiento de actividades nuevas basadas en la investigación oceanográfica, tales como la acuicultura, la explotación de los fondos marinos, de las fuentes de energía marina, etc. • El desarrollo de un turismo adaptado a cada región y respetuoso con su patrimonio natural y cultural. • La explotación de las propiedades curativas del medio marino. • El desarrollo de actividades ligadas a la protección de la naturaleza y de los paisajes que pueden igualmente, como todos los precedentes, contribuir a la creación de los empleos necesarios a las regiones. • Una urbanización equilibrada, adaptada a las características originales de cada zona y favoreciendo la distribución armoniosa de las actividades precedentes en el conjunto de la región puede constituir en sí misma un factor de atracción y de desarrollo. La destrucción del medio litoral por la contaminación constituye, por el contrario, una grave amenaza para la mayor parte de las actividades citadas anteriormente. Es, pues, no solamente posible, sino necesario, conciliar los imperativos de protección y de desarrollo de las zonas litorales, que no son contradictorias más que en apariencia. Sólo una política voluntarista de ordenación integrada de las zonas litorales puede permitir resolver el problema en el espacio.
El turismo, el mar y las islas La gestión de los recursos costeros y marinos las islas en los albores del siglo XXI habrá de afrontar, no obstante, un nuevo reto. En los sucesivos encuentros mundiales de islas como el de Mauricio (1998) ha podido comprobarse que el turismo aparece en escena como un gran y nuevo fenómeno que afecta a casi todas las regiones insulares. No es de extrañar ya que la mayor industria del planeta, que en 1997 movilizó a 596 millones de turistas internacionales y que emplea a uno de cada dieciséis trabajadores del mundo, se ha desarrollado en las islas con una fuerza sorprendente. Baste considerar que actualmente las islas en conjunto constituyen el segundo destino turístico mundial tras el bloque formado por las ciudades históricas. Este nuevo escenario presenta para los isleños una situación ambivalente que es preciso afrontar de forma decidida. Por un lado, la industria turística constituye efectivamente un poderoso vector para el desarrollo y la ruptura del aislamiento, por otro, representa un riesgo sin precedentes para el mantenimiento de los recursos naturales y culturales de las islas, su capital más preciado, con una particular repercusión en el litoral y el entorno marino insular. El caso europeo es especialmente significativo. El turismo constituye uno de los principales sectores de actividad en más trescientas islas habitadas, superando en un tercio de los casos el cincuenta por ciento del Producto Interior Bruto. Las islas europeas reciben cuarenta y dos millones de visitantes anuales y albergan una población de trece millones de insulares, superior a la de algunos países comunitarios. Para hacernos una idea territorial del fenómeno turístico insular, si comparamos algunas de las densidades habituales de islas más especializadas en turismo en el seno de la Unión Europea nos encontramos con densidades de alojamientos vacacionales que oscilan entre 75 y 150 plazas por kilómetro cua-
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drado, superiores en muchos casos a la densidad poblacional convencional de zonas pobladas del continente. El Plan Azul del Mediterráneo arrojaba para 1994 una cifra muy espectacular: las islas europeas albergan más de 1.800 km2 de infraestructuras turísticas. Pero si hacemos la comparación en términos de afluencia, los resultados son aún más llamativos: las islas griegas reciben más turismo internacional que Brasil, Baleares acoge un volumen similar al de Portugal y Canarias, a la cabeza, duplica los 5.5 millones de turistas internacionales que recibe toda Sudáfrica, el gran destino emergente del vecino continente. 592 km2 720 km2
70.000 plazas 2.000 plazas
Elba Rodas
223 km2 1.398 km2
21.000 plazas 80.000 plazas
Tenerife
2.036 km2
150.000 plazas
Corfu Menorca
La Conferencia Europea sobre el Desarrollo Sostenible de las Islas celebrada en Menorca (1997) y auspiciada por la UNESCO e INSULA, puso de manifiesto la preocupación de los responsables insulares en estos temas. La Agenda Insular Europea surgida de la Conferencia de Menor-
Es preciso incorporar en las políticas de desarrollo insular los criterios de gestión integrada de la zona costera. Dar la espalda hoy al mar representa adoptar un riego impredecible para el futuro. Foto: Jorge P. del Pino
ca, concebida como un auténtico plan de acción y cooperación interinsular europeo, centró gran parte de sus esfuerzos en propugnar la necesidad de establecer proyectos y programas de demostración sobre la gestión integrada de la zonas costeras y sobre la introducción de criterios de sostenibilidad y actitudes respetuosas con la realidad insular por parte de la industria
El crecimiento acelerado de las últimas décadas presenta nuevos desafíos para la población y los gestores del territorio insular. Vista aérea de la conurbación Santa Cruz-La Laguna. Foto: Cabildo de Tenerife
24 Las Islas, la costa y el mar
turística. Proyectos como la gestión integrada de la costa y el turismo en las islas Cícladas, la iniciativa de cooperación transnacional para el mar de Waden, el Ecomost para Rodas y Mallorca o los planes de desarrollo sostenible en las reservas de biosfera de Lanzarote y Menorca, marcan decididamente esta nueva tendencia. No debemos olvidar que una importante proporción de los 89.000 kilómetros de perímetro costero de la Unión Europea se corresponden con los litorales de las islas. Sin embargo, incluso en Europa aún queda un largo camino por recorrer, ya que estas manifiestas realidades no han encontrado aún una contrapartida justa en el último Tratado de la Unión. Es evidente que con estas premisas, afrontar el reto de la preservación del legado natural y cultural del litoral insular, constituye una tarea común en el proceso de la construcción europea, apoyando los programas de desarrollo sostenible generados por las comunidades locales. En los albores del siglo XXI no tiene ningún sentido seguir perpetuando las prácticas de las antiguas ligas comerciales del continente. Existe ciertamente una corresponsabilidad comunitaria en el uso del patrimonio litoral y ma-
rino de las islas y por ello, los programas como Tenerife y el Mar, con varios años de experiencia, deben ser apoyados como proyectos piloto que permitan mostrar nuevas vías a las comunidades insulares.
Tenerife y El Mar como un proyecto de gestión integrada de la zona costera Cuando se plantea que «Tenerife y El Mar» constituye un proyecto de gestión integrada de la zona costera insular (ICZM según las
AGENDA 21 DE LA CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL MEDIO AMBIENTE Y EL DESARROLLO RIO - 1992 Extracto Capítulo 17 Protección de los océanos y de los mares de todo tipo, incluídos los mares cerrados y semicerrados, y de las zonas costeras, y protección, utilización racional y desarrollo de sus recursos vivos El medio marino, a saber, los océanos, todos los mares y las zonas costeras adyacentes, constituye un todo integrado que es un componente esencial del sistema mundial de sustentación de la vida y un valioso recurso que ofrece posibilidades para un desarrollo sostenible. El derecho internacional, reflejado en las disposiciones de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar establece los derechos y las obligaciones de los Estados y proporciona la base internacional en que se fundan la protección y el desarrollo sostenible del medio marino y costero y sus recursos. Ello exige nuevos enfoques de la ordenación y el desarrollo del medio marino y las zonas costeras en los planos nacional, subregional, regional y mundial, que deben ser integrados en su contenido y estar orientados hacia la previsión y la prevención, tal como se refleja en las siguientes esferas de programas: Punto G Desarrollo sostenible de las islas Bases para la acción Las islas y los pequeños Estados insulares constituyen un caso especial tanto para el medio ambiente como para el desarrollo. Tienden a ser ecológicamente frágiles y vulnerables. Su pequeño tamaño, la limitación de sus recursos, su dispersión geográfica y su aislamiento de los mercados los colocan en situación de desventaja económica y les impiden obtener economías de escala. Para las islas el medio oceánico y costero reviste importancia estratégica y constituye un valioso recurso para el desarrollo. Su aislamiento geográfico hace que tengan un número relativamente grande de especies singulares de flora y fauna, por lo que poseen una proporción muy alta de la biodiversidad mundial. Asimismo tienen culturas ricas y diversas adaptadas especialmente al medio insular y conocen la ordenación racional de los recursos insulares. ...../.... Objetivos: • Aprobar y aplicar planes y programas para apoyar el desarrollo sostenible y la utilización de sus recursos marinos y costeros, en particular para satisfacer las necesidades humanas esenciales, mantener la biodiversidad y mejorar la calidad de la vida de los pueblos insulares; • Adoptar medidas que permitan hacer frente a los cambios ambientales de manera eficaz, creadora y sostenible, atenuar sus repercusiones y reducir las amenazas a los recursos marinos y costeros. .../... Actividades: • Estudiar las características ambientales y de desarrollo especiales de las islas y preparar su perfil ambiental y el inventario de sus recursos naturales, sus hábitat marinos críticos y su biodiversidad; • Desarrollar las técnicas para determinar y vigilar la capacidad de sustentación de las islas pequeñas partiendo de distintas hipótesis de desarrollo y limitaciones de recursos; • Preparar planes a medio y largo plazo para el desarrollo sostenible que destaquen la utilización múltiple de los recursos, integren las consideraciones ambientales en la planificación y las políticas económicas y sectoriales, definan las medidas encaminadas a mantener la diversidad cultural y biológica, y conserven las especies en peligro y los hábitat marinos críticos; • Adaptar las técnicas de ordenación de las zonas costeras, tales como la planificación, los emplazamientos y las evaluaciones de los efectos en el medio ambiente, utilizando Sistemas de Información Geográfica adecuados a las características especiales de las islas, teniendo en cuenta los valores tradicionales y culturales de las poblaciones locales; • Examinar las disposiciones institucionales existentes y adoptar y poner en práctica las reformas institucionales pertinentes que sean esenciales para la eficaz aplicación de los planes de desarrollo sostenible, teniendo en cuenta la coordinación intersectorial y la participación comunitaria en el • proceso de planificación; • Ejecutar planes de desarrollo sostenible que incluyan el examen y la modificación de las políticas y prácticas actuales que no sean sostenibles; • Fomentar la utilización de tecnologías ecológicamente racionales para el desarrollo sostenible en los islas y determinar las tecnologías que se deban excluir a causa de la amenaza que representan para los ecosistemas insulares esenciales.
siglas inglesas), es preciso determinar que significa tal característica. En primer lugar, al hablar de la costa se sobreentiende comúnmente que se trata de la franja costera terrestre; en términos locales, la ribera del mar, el borde o la orilla, y en términos técnicos, el dominio público marítimo-terrestre. Sin embargo, el concepto aquí utilizado como «gestión de la costa» (coastal management) se refiere a un ámbito más amplio que alcanza la zona de influencia del mar en la tierra, que no necesariamente ha de acotarse al límite jurídico del «dominio marítimo-terrestre» y que en nuestro caso alcanza también una amplia franja marítima, al menos hasta la zona del veril (en torno a los 1000 m. de profundidad) y aguas adyacentes en las que se desarrollan actividades intensivas emanadas de la isla o que le afectan. En términos biológicos se corresponde más con lo que se entiende por medio marino, exceptuado los océanos, es decir mares adyacentes y zona de influencia marítima. De esta forma, podrá observarse que parte del ámbito de análisis y muchas de las propuestas se escapan del espacio convencional que en términos jurídicos se suele expresar en los documentos de planificación. En segundo lugar, cuando se plantea el concepto de gestión integrada de la costa (Integrated Coastal Zone Management) nos estamos refiriendo a la integración de las distintas políticas sectoriales y actividades que se generan en el medio marino o la «costa», en el marco de un modelo de desarrollo sostenible. Este aspecto es esencial en la formulación del Programa Tenerife y El Mar, dada la extrema iterrelación e influencia que en el litoral de nuestra isla tienen las decisiones y actuaciones que se toman desde los distintos sectores de actividad: turismo, infraestructuras, pesca, transporte, actividades portuarias, etc. La gestión integrada de la costa propugna un sistema de concertación apoyado en la ordenación del espacio litoral y marino, que integre la variable medioambiental en cada uno de los sectores de actividad.
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USOS, COSTUMBRES Y PATRIMONIO DEL MAR 27
EN LOS CONFINES DE LA ATLÁNTIDA
A
isladas en medio del Atlántico y distantes las islas orientales unos cien kilómetros de la costa africana, las Islas Canarias permanecieron deshabitadas hasta la mitad del primer milenio (500 a.C.), cuando comienzan los primeros contactos con las culturas mediterráneas. Es opinión extendida en Canarias el que los guanches, antiguos pobladores de las islas, vivían de espalda al mar, que su cultura era eminentemente pastoril y que las relaciones con la costa eran esporádicas y temporales. No obstante, esta conclusión basada en los escasos datos directos que produjeron los años de conquista y el encuentro con la cultura aborigen debe ser ciertamente matizada.
Sabemos que Canarias estaba en las rutas púnicas, romanas y de muchas otras civilizaciones y culturas antes del siglo XV. El que no se disponga de datos documentados no significa en modo alguno que no llegaran a existir asentamientos o relaciones comerciales más o menos intensas en un largo período de tiempo del que se tienen muy pocas referencias. El que los aborígenes no fueran un pueblo de navegantes hasta donde podemos conocer, tampoco significa que no tuvieran relaciones más o menos intensas con las grandes culturas que forjaron los orígenes de la navegación comercial. Ahí está, por ejemplo, la hipótesis no confirmada que incluye a Canarias en uno de los periplos del almirante cartaginés Hannón hacia el 460 a.C., concretamente en una ruta que partía de Lixus, asentamiento de la costa atlántica de Marruecos en el que recientemente se ha descubierto una importante factoría de salazones y elaboración de garum de la época. Incursiones que también podrían haber estado precedidas por otros navegantes como Necao, Satarpes o Polibio. Y es que en el otro lado de la balanza, sí que encontramos indicios de una interesante
El Teide, el infierno de los guanches, se alza arrogante en los míticos parajes del Atlántico. Jacinto Verdaguer le recreó en su famoso poema La Atlántida: Y el mar con un remolino, cadáver la tragó / quedándole solo el Teide, dedo de su mano de hierro / que parece decir a los hombres ¡La Atlántida estaba ahí!
Foto: Yann Arthus-Ber trand, La Terre Vue du Ciel, cortesía de la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias.
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relación con el mar, que aunque no sea extraordinariamente abundante, nos aporta importantes elementos para la reflexión. Se practicaba la pesca en corrales, algo tan antiguo como el propio Mediterráneo, existen indicios de antiguas salinas excavadas, realmente no sabemos si prehispánicas, y disponían de elementos básicos de artes de pesca evolucionados que difícilmente pueden ser adjudicados a un pueblo sin tradición marinera. Situadas en los contornos de la actividad comercial del imperio cartaginés y romano, sí sabemos que fueron descubiertas y paulatinamente exploradas por marinos gaditanos, por el griego Eudoxo, por navegantes romanos y por Juba II de Mauritania hacia el último cuarto del siglo I a.C., tras el que caen nuevamente en el olvido de los datos con la decadencia del imperio romano, hasta que vuelven a ser redescubiertas y documentadas por los marinos genoveses entre 1290-1312. Muchas investigaciones defienden hoy que los primeros pobladores de Canarias derivan de etnias norteafricanas (beréberes) y, si bien se especula sobre las motivaciones y las diferentes fases de asentamiento en cada una de las islas, los semejantes interculturales parecen evidentes. Lo que ciertamente no está claro es como arribaron y si alguna de las fases del poblamiento insular se produjeron en estrecha relación con otras culturas de navegantes. Las viviendas, los enterramientos, los grabados rupestres, la cerámica, los ídolos, las inscripciones alfabetiformes, los molinos, la organización político social, los mitos o la lengua, confirman inequívocamente ese paralelismo cultural con el norte africano. Sin embargo, el choque que supuso la colonización de las islas por los castellanos finalizan-
do el siglo XV, dejó en total oscuridad muchos aspectos de esta secular cultura, cuyos únicos vestigios nos llegan a través de los
historiadores fráneos de las islas con referencias exclusivas a la época de la conquista. Por ello, los hallazgos arqueológicos que aún hoy en día siguen apareciendo o los nuevos estudios comparados, se siguen moviendo en el terreno de las hipótesis. Una situación que sólo nos permite especular sobre cómo pudieron contemplar el mar los antiguos pobladores. La enorme distancia entre el continente africano, el desconocimiento de la navegación o la existencia de cereales y
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animales domésticos entre los insulares antes de la conquista, plantean curiosos interrogantes añadidos sobre el proceso de asentamiento en las Canarias. Cuando se produce la reducción de Tenerife en el año 1492, parece ser que la población nos sobrepasaba los 20.000 habitantes, soportando la frondosidad de las islas unas 200.000 cabezas de ganado menor (cabras, ovejas y cerdos). Tenerife estaba ya dividida en nueve Menceyatos: Anaga, Tegueste, Tacoronte, Taoro, Icod, Daute, Adeje, Abona y Güimar, que mantenían desde un siglo atrás cruentos enfrentamientos internos; un presagio, sin duda, del fin que se les avecinaba. El hueso del primer antecesor, celosamente guardado en pellejos de cuero por los más ancianos del Tagoro, era besado por el Mencey en el momento de su proclamación como símbolo de la legitimidad de su poder.
Las costas de Tenerife fueron escenarios de las arribadas de pueblos navegantes. Muchos indicios nos obligan a considerar la posibilidad de que marinos púnicos se asentaran, aunque solo fuera temporalmente en nuestras costas. Aunque sí tenemos constancia de las exploraciones griegas (Eudoxo) o de Juba II de Mauritania hacia el siglo I a.C.
Era una sociedad de tipo segmentario, tremendamente jerarquizada, concebían el existencia de unos principios que regían el universo, simbolizados con el sol, la luna y las estrellas. El agua y la tierra eran considera-
das como principio vital del origen de la vida humana, y situaban el «axis mundi» en el Teide, cuyo interior volcánico constituía «el lugar a donde van los espíritus de los seres malvados». En la cabeza de la pirámide se situaba el Mencey, escalonándose en forma descendente el resto de las clases sociales. Parece ser que la poligamia o poliginia era la fórmula usual del matrimonio para la génesis del grupo familiar, íntimamente relacionada con su modelo de alimentación diversificada que requería una familia extensa para atender las diversas labores: ganadería, agricultura, pesca, marisqueo o recolección. Una cultura con un entramado social jerarquizado que, al menos en su última fase, sin contacto con el mundo exterior, mantenía su equilibrio con la aplicación de una justicia expeditiva y el recuerdo a la memoria de los muertos, practicándose la momificación de los personajes de alto linaje.
Mapa de la Isla de Tenerife. Por don Tomás López, geógrafo de los dominios de S.M., de las Reales Academias de la Historia, de San Fernando, de la de Buenas Letras de Sevilla y de la Sociedad Bascongada de los Amigos del País. 1779. (R.S.E.A.P.). Foto: cor tesía del Museo Militar Regional de Canarias
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El guanche mariscaba y pescaba con diferentes artes y modalidades, cultivaba la sal, recogía el vidrio y el cosco, y construía balsas de foles o atados de troncos de tabaiba para costear.
Foto: Alber to Luengo
Territorio y cultura material Los guanches que conocemos eran una cultura eminentemente pastoril, con todos los rasgos que tal compromiso implica. Se basaban en una economía de subsistencia, con una utilización en vertical de la isla, un complemento de agricultura de secano y una recolección inteligente y exhaustiva de todo lo comestible o utilizable que el medio ambiente les brindaba. Su concepto del paso del tiempo era esclavo de los ciclos lunares. El ganado se desplazaba según la época (veranoinvierno) o se mantenía en zonas como Teno Alto, practicándose también la ganadería en pastizales específicos como el de «costa», de forma similar a la que hoy en día subsiste en la isla de Fuerteventura. Cultivaban el trigo, la cebada y las habas, encontrándose a merced de las lluvias y recurriendo a la sabia labor de canalización de las aguas de escorrentía hacia sus pequeñas gavias. Frutas, semillas, tubérculos, hojas, savias, ya fueran de la laurisilva, de las medianías o de la costa, eran recolectadas manualmente como
complemento alimenticio o como remedio para curar sus enfermedades. En la vertiente norte los asentamientos se distribuían bajo la cota de los trescientos metros, a diferencia del sur donde las condiciones climáticas permitían incluso superar la cota de los 500 m. En aquellos lugares con agua próxima y suelo cultivable se organizaban territorialmente los menceyatos a través que los tagorores, que a su vez agrupaban un conjunto de anchones (la casa guanche). Fiel reflejo del concepto de familia extensa y de economía diversificada, el anchón se entendía no sólo como el espacio físico del hogar, sino como el pedazo de territorio anexo donde la familia tenía el derecho, transferido por el Mencey, para disponer de todos los recursos de la naturaleza. El modelo de la casa guanche, como en toda cultura pastoril, responde a una agregación de estancias de trazado oval o circular, que tanto aprovecha las cuevas naturales o excavadas, como agrega diferentes cuerpos para dar cabida al extenso grupo familiar y a sus animales. Se construyen moradas circulares de piedra seca y se techan a una o dos aguas, según la zona de la isla y los materia-
les existentes. Los entramados de ramas y los acabados de cubiertas pajizas o terrizas debieron ser la norma de la fisonomía de los anchones guanches. Por regla general se encontraban retirados de la línea de la costa, lejos de miradas extrañas, salvo pequeños asentamientos litorales de temporada para la recolección estival, similares al poblado de las Soras en la Punta de la Rasca, un ámbito que tuvo intenso uso popular hasta los años sesenta. Aunque académicamente se sitúe a la cultura guanche en el neolítico histórico, dado que desconocían el uso de los metales, su cultura material era rica y extensa. Manifestaban un conocimiento profundo de las posibilidades del medio. Hacían la cerámica a mano con la técnica de la «espiral» y poseían una incipiente arquitectura con construcciones específicas para diversos usos, con sus herramientas de piedra (tabonas de obsidiana o basalto). Practicaban pequeñas intervenciones médicas, conocían el molino circular, y sus vestimentas de cuero y pieles, diferentes para hombres o mujeres, mostraban finas labores de cosido y un regusto por el diseño.
Tras la conquista se siguieron manteniendo muchas de las prácticas pesqueras empleadas por los guanches, renovando su compleja cultura del mar. Grabado: Vista de los roques del Burgado cerca del llamado puer to de la Orotava. Ref.: Ile de Ténériffe. Par tie historique, Pl.5. Dibujo J.J. Williams del Lith de C. Adrien, R. Richer, 7, A St. Aulaire Lith.
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La costa de Tenerife en la época de los guanches La visión que el guanche debió tener del mundo, al menos en los siglos previos a la conquista, viviendo en una sociedad aislada y sin un conocimiento preciso de la navegación, tenía por referencias extremas al Teide, como eje y morada de los malos espíritus, y al Mar como horizonte ilimitado. No obstante, diversos lugares de la costa fueron designados como morada de algunas almas que iban a penar, como era el caso de Montaña Roja. Incluso el propio mar estuvo impregnado de dramatismo, ya que se conoce que en la Punta de Rasca, en el solsticio de verano y a la salida del sol, era tradición arrojar un niño al agua. A pesar de este contacto sobrecogedor con el mar, dentro su esquema de alimentación diversificada, el guanche practicaba un aprovechamiento intensivo de la costa: mariscaba, pescaba con diferentes artes y modalidades de pesca, cultivaba la sal, movía su ganado a lo largo del litoral, recogía el vidrio y el cosco, obtenía la savia del cardón y las tabaibas, seleccionaba plantas medicinales y construía balsas de foles de cabra o atados de troncos de tabaiba. Realmente son pocas las referencias concretas y precisas que los diversos historiadores de la cultura prehistórica canaria aportan sobrelas características de su cultura material y más en concreto sobre el uso de la costa y las actividades que realizaban. Los diferentes hallazgos arqueológicos y las aportaciones de Juan Bethencourt Alfonso, en su insigne obra «Historia del Pueblo Guanche», permiten entrever fugazmente cómo fue esa profunda historia. Sostiene Bethencourt Alfonso la tesis de que la cultura guanche, en su forma de adaptarse al territorio, pervivió en las capas más populares de la población tiempo después de la conquista, por lo que se mantuvieron vivos diversos usos y costumbres que se fueron transmitiendo por tradición oral. El grueso de las actividades costeras se conservó
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Este grabado aborigen indica claramente un barco de envergadura. ¿Se trata de una nave púnica, de un carguero romano?, desgraciadamente no tenemos datos para poder reconstruir lo que vieron los guanches y los acontecimientos que vivieron en la costa de Tenerife a lo largo de muchos siglos. Barranco del Muer to, Santa María del Mar – Tenerife.
hasta épocas recientes, a pesar de los cambios tecnológicos y materiales empleados; reviviendo con inusitada fuerza en épocas de hambruna históricas, en las que los lugareños se volcaban hacia la costa como único método de subsistencia. No obstante, podemos entrever como eran las actividades costeras de los guanches a partir de las descripciones de Bethencourt Alfonso, aderezadas con algunos testimonios orales del siglo pasado.
«Quando reconocían en la costa de el mar haver carduma de pescado, se arrojaban a nado hombres y mujeres i muchachos, i la rodeaban i hacían venir serca de tierra, y con esteras de juncos poniendo piedras por la parte vaxa sacaban gran cantidad de [....] sardinas i lizas [....]» (Gómez Escudero, Morales, 1978:441) En la imagen, anzuelos hallados en Punta del Capellán. San Andrés. Colección Santiago de la Rosa. Foto: Museo Arqueológico de Tenerife
Foto: Museo Arqueológico de Tenerife
La Pesca Practicaban fundamentalmente la pesca de orilla, existiendo algunas referencias a la pesca realizada en balsa de atado de tabaiba en los bordes de acantilado. Entre todas las referencias pesqueras se pueden distinguir algunas modalidades singulares:
• por medio de anzuelos que ataban a un extremo de una cuerda de juncos. • arponeando el pescado con fisgas de leña blanca, lo que requería acceder de noche a las orillas del mar con luces encendidas para encandilarles. • con redes de juncos a manera de las actuales guelderas. • embarbascando charcos, es decir vertiendo leche de cardón en charcos descubiertos por la marea baja, a fin de recoger después los peces que quedaban aturdidos por este «veneno» cuando entraban con la marea alta. También estas referencias nos dejan una cierta e interesante información sobre aparejos y herramientas de pesca: • los guanches hacían los anzuelos de leña blanca, espinos, huesos o cuerno de cabra y las liñas se eleboraban con juncos, tripas o piel de cabra, construyendo de esta forma sus guelderas y redes. • la fisga para atrapar pulpos o pescado era una vara con un anzuelo de leña blanca con uno o dos espichas con barbada. • el fisgón utilizado para coger erizos, era una vara con un trozo de tabaiba seca sobre cuyo pedazo espetaban hacia el centro tres espichas e leña blanca de ajeme, que terminan abiertas. • el pincho de caña, similar a la fisga pero sin barbada, se utilizaba para coger pulpos.
Las técnicas de pesca más evolucionadas consistían en la pesca en corrales, tanto embarbascando como de noche. La pesca en corral representó una técnica que pervivió hasta los años cincuenta en la llamada Mareta de Sotavento en la isla de Fuerteventura y hasta los años treinta en la caleta de la Jaca en Tenerife. La pesca de embarbascado en corrales consistía en «hacer en ciertos puntos de la ribera corrales de piedra seca, como de 1 a 1,5 m de alto, con la boca mirando hacia la parte del mar donde acostumbra a recalar el pez. Cuando comienza a descabezar el mar, es decir, al iniciarse el reflujo o descenso de la marea, uno o más hombres se arrojan al mar silenciosamente y tapian con ahulagas y otros materiales la puerta, y dan comienzo a los gritos, palos, etc. para ajoriar el pez hacia el charco y no se salga cuando comienza a vaciar. Embarbascaban los charcos poniéndoles leche de cardón a fin de coger después los peces aturdidos, cortándoles la cabeza antes de comérselos». La pesca de charco «la hacen de noche 1 ó 2 veces al mes y en los puntos que se prestan de la ribera, que asemejan a una herradura o pequeño golfo, disposición natural que puede tener el charco o que se le puede dar artificialmente con pared de piedra seca dejándoles una boca de una vara de ancho, sin
Viera y Clavijo en su libro «La Historia de Canarias», hace alusión a múltiples aspectos de la vida de los antiguos canarios. «La circunstancia de vivir los canarios rodeados de un mar casi cuajado de peces los hacía también ictiófagos, facilitándoles este género de comida agradable: así, además de las lapas, clacas, burgaos o caracoles, centronias o erizos, ostras, cangrejos, almejas, pies de cabra o percebes y demás mariscos que recogían a la orilla del agua, al tiempo del reflujo, tomaban grandes cantidades de pescado con los tres géneros de pesca que voy a referir. Como eran nadadores expertos, tenían la facilidad de entrarse por las noches en el mar, armados de teas encendidas y de largos garrotes, daban con ellos muerte a mucho número de peces, y éste era el primer método que usaban. El segundo era el de las redes de juncos. Si divisaban algunas bandadas de sardinas, lisas o chicharros a la lengua del agua, se echaban inmediatamente a nado hombres y mujeres, cercaban la tropa por la parte de afuera y, azotando con algunas varas el mar, las espantaban y conducían a tierra. Aquí extendían aceleradamente las redes, tejidas de juncos y guarnecidas de piedras por las extremidades inferiores, hasta que, sacándolas a la playa, se repartía la presa entre todos con exactitud. El tercer método (que acaso era privativo de Tenerife, porque los guanches ignoraban el arte de nadar) se reducía a prender sutilmente los peces con anzuelos fabricados con astas de cabra. Puede añadirse a éstos otro cuarto género de pesca que sin duda se ha heredado del tiempo de los guanches. Hablo del uso de la leche del euforbio o cardón que, mezclada en los grandes charcos y rías, donde después de la marea quedan estancados los peces, los aturde y mata de modo que se pueden coger con las manos de encima de la superficie. Este es el método que llamamos embarbascar.» (1772/1776-1982:138)
«[....] Aprovechábanse los naturales de esta isla mucho del mar. Era mantenimiento del común el pescado [....] y del marisco, que hay mucho y bueno en redondo de toda la isla, y hasta el día de hoy es mantenimiento de pobres» (Abreu Galindo, 1602) Camarón de charco (Palaemon) Foto: Museo de Ciencias Naturales
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Cuenta Juan Bethencour t Alfonso refiriéndose a las salinas: «Como no escapó a la república guanchinesca el venero de riqueza que le ofrecía el mar bajo diferentes puntos de vista estableció la administración comunal con la misma severidad reglamentaria que los demás ramos de la vida nacional, para explotarla ordenadamente con el mayor provecho». En la imagen, proyecto de recuperación de las antiguas salinas
cos naturales que se mantuvieron hasta los años cincuenta en Tenerife. Aunque determinadas tipologías salineras sin posibilidad de datar, que aún subsisten o han sido halladas en trabajos arqueológicos, nos permiten especular con retazos de una cultura de la sal más compleja, en sintonía con las grandes culturas salineras de Mediterráneo. Es casi seguro que los caharcos naturales se manipularan para mejorar su capacidad. y su llenado debía ser realizado en esta opción con recipientes específicos. La sal se almacenaba para el año y se destinaba fundamentalmente para el salado del pescado, tanto jareado como simplemente salado, con técnicas similares a las que practican los pescadores de hoy en día.
de Bañaderos (Gran Canaria), realizado por J.M. Fernández Aceytuno.
que llegue al suelo. En estos charcos a pleamar acostumbra a ir el pez a descansar, en cardume o aisladamente. Cuando comienza la marea baja, un pescador se dirige silenciosamente provisto de la estiva, o sease de un haz de arbustos, con que tapa la boca del charco. Tan pronto la tapa, varios provistos de hachas de tea se ponen junto a la estiva a para espantar a gritos los peces, y cuando ya el mar no entra en el charco arrojan raspas, o sea musgos del mar empapados en leche de cardon para adormecer al pez, que cogen con fisgas, a la mano o con cestas». Marisqueo Coincidiendo con las otras actividades se realizaba un marisqueo intensivo de todas las especies comestibles con la finalidad de curarlas para su almacenamiento. Burgados comunes, burgado real, lapas, clacas, orejas o chirrimirres eran recogidos en grandes cantidade. Estos se guisaban quitándoles la cascara y secándolos al sol. Son muy conocidos y aún pueden observarse en múltiples puntos de la costa los restos de «concheros» guanches, donde precisamente se ha detectado la presencia de una lapa ya
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extinguida, la Patella candei, que se supone desapareció por el abuso en su recolección. Recolección de la sal Parece ser que había no sólo una especialización en la recogida de sal, sino igualmente una asignación territorial por zonas, dado el valor estratégico que la sal tenía para la conservación de los alimentos, tanto del pescado como de las carnes. Se desconoce si conocían el procedimiento previo en cocedero, pero al menos sí debieron realizar las mismas labores sobre char-
Conocimientos de navegación No puede hablarse entre los guanches de haber tenido un conocimiento sobre navegación en sentido estricto, pero sí parece ser que desarrollaran un primario nivel, construyendo balsas de foles de cabras o atados de troncos de tabaiba, con los cuales se aventuraban a pescar a lo largo de la costa.
«[....] con anzuelos de cuerno de carnero labrados con fuego i agua caliente con los pedernales i eran fuertísimos aún mejores que los de acero. La cuerda para el anzuelo hacían de tomicita más fuerte i delgada i otra era grueza, las cañas no las tenían i eran varas de sabina largas i encorbadas las punctas». (Sedeño, Morales: 1978:374) En la imagen, anzuelos aborígenes fabricados con materiales óseos precedentes de la Montaña de Las Toscas en Santa Cruz de Tenerife. Colección Santiago Melián. Foto: Museo Arqueológico de Tenerife
Balsas de madera No han llegado hasta nuestros tiempos noticias de que emplearan los guanches otras maderas para construir sus balsas que la tabaiba dulce seca. Éstas consistían en dos o tres emparrillados de troncos de tabaiba sobrepuestos en sentido inverso, asegurados con clavijones o varas de leña blanca y cordeles. Otras veces se trataba de artilugios más simples consistentes en una o dos tabaibas con las ramas entrelazadas y atadas. Balsas de foles de cabra «Construidas exclusivamente con foles o zurrones, obtenían éstos de la piel de los machos cabríos más agigantados que mataban degollándolos, y luego completaban la herida de la piel circularmente alrededor del cuello, por donde empezaban a desollar el animal hasta sacarlo por ella entero. Después adobaban y preparaban el zurrón, concluyendo por vigorizarlos y hacerlos impermeables con
«Ha sorprendido a algunos cómo la industria de la salazón del pescado, tal como la realizan en la actualidad nuestros costeros en la costa fronteriza de África, ocurrió desde los primeros días de la conquista en el Archipiélago». Juan de Bethencour t Alfonso, Historia del Pueblo Guanche. Foto: Alber to Luengo
Charcos en la costa de Rasca.
El Malpaís de Rasca alberga vestigios arqueológicos e históricos de la antigua relación del insular con la costa y quien sabe si aún guarda las huellas de otros pueblos que visitaron Canarias.
cierto bálsamo que preparaban con resina blanca de pino, sangre de drago y otras sustancias que no conocemos. De ordinario, después de soplados y aseguradas las bocas, empleaban 8 ó 9 foles para una balsa. Los disponían paralelamente uniéndolos por medio de fuertes trenzas de correa cruzadas en forma del guarismo 8, por manera que todos los zurrones constituían un solo cuerpo y quedaban además cubiertos por otra capa formada con las trenzas. Había balsas de éstas que llevaban el perímetro reforzado por cuatro troncos de tabaiba como si fuera metida en un marco, al que quedaba adherida solidamente. Con un zurrón soplado atado a la cintura se iban a La Gomera y viceversa».
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LAS COSTAS DE TENERIFE
A
TRAVÉS DE LA C ARTOGRAFÍA H ISTÓRICA
N
adie nos impide soñar o al menos idealizar - siguiendo a Platón - para decir que al Oeste del estrecho de Gibraltar existía un continente llamado Atlántida, que fue destruido por un cataclismo, pues sabemos que siglos después Kirchen y otros relacionaron los restos del continente con las islas macaronésicas, entre ellas las Canarias. Viera y Clavijo nos ilustra en un mapa la génesis de las islas de acuerdo con esas teorías siguiendo al mencionado Kirchen. Años después, el científico francés Bory de Saint-Vincent levanta también un mapa en el que sitúa los cuatro archipiélagos que forman la Macaronesia, es decir, las islas Azores, de la Madera, Canarias y de Cabo Verde. Hace millones de años la superficie emergida de la Tierra formaba una plataforma casi monolítica y, siguiendo a Wegener, sabemos que se formaron grandes fragmentos que fueron derivando dando lugar a los continentes y al Océano Atlántico, surgiendo nuestras Islas Canarias como trozos continentales desgajados de la costa africana recubierta total o parcialmente por lavas volcánicas; sin embargo, las nuevas teorías geológicas nos dicen que la génesis de las islas es el resultado de un proceso magmático asociado a la tectónica de placas. Sin olvidar la leyenda y siguiendo, como es lógico, estas últimas teorías científicas, las Islas Canarias se han formado además por la acción de las erupciones volcánicas interviniendo en el relieve y en la configuración de las costas. Cuando entran en la historia, lo hacen con el nombre griego de Macaron
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Mapa de la Isla de Tenerife, una de las Canarias, situada a 28º 30’ de latitud y 1º 40’ de longitud. Levantado por
don Antonio Riviere, ingeniero en jefe. Santa Cruz de Tenerife, 1740.
Foto: cor tesía Museo Militar Regional de Canarias
Nesoi o el latino Fortunatae Insulae y son descritas por los geógrafos y cartógrafos de la antigüedad clásica. Ptolomeo las relacionó con el nombre de Aprositus, Here, Pluitula, Casperia, Canaria y Pintuaria, y Plinio - Juba con los nombres de Ombrios, Junonia, Junonia Minor, Capraria, Nivaria y Canaria. Sin embargo, los historiadores no se ponen de acuerdo a la hora de asignar un nombre a cada una de las islas. La isla de Tenerife se la suele relacionar con Casperia, Ninguaria y sobre todo Nivaria. En la Edad Media la isla de Tenerife recibió el nombre de El Infierno. En la narración de Giovanni Bocaccio sobre la expedición de Angiolino del Teglhia de Corbizzi y de Nicola di Recco de 1341 se dice: «La isla que tiene un monte que tiene más de 30.000 pasos de altura en cuya cima aparece una cosa blanca». Es probable que, en las fechas de la expedición, el Teide se encontrara en erupción, esta circunstancia y el hecho de haberse publicado pocos años antes, en 1312, El Infierno, de Dante Alighieri, permiten de forma razonable dar una explicación al origen del topónimo (Cioranescu, 1959). Se sabe, además, que el pico Teide era nombrado por los Guanches Echeyde, que significa infierno, «y tenían muy creído que estaba en el alto Monte de aquella Isla», escribía Machado Fiesco en 1762 (Plan de las Islas de Canaria). En la cartografía aparece por primera vez el topónimo Tenerife en la carta de los hermanos Pizzigani de 1367, si bien también se puede leer en el Atlas Mediceo Laurentino fechado de forma imprecisa entre 1351 y 1415. En el Atlas de Cresques Abraham, de 1375, figura con el nombre de Insula de Linferno, aunque algunos cartólogos han querido leer Lansejano. En este prodigioso portulano, la isla tiene forma triangular coloreada en rojo, con un círculo blanco en el centro, dibujo que los cartógrafos utilizaron con frecuencia para representar la isla. No se concibe la isla de Tenerife sin el volcán del Pico Teide y, desde el siglo XIV, es identificada como la isla del
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Garachico en 1741, se observan claramente las lenguas volcánicas que asolaron la Villa treinta y siete años antes de que don Antonio Riviere levantara este plano.
Volcán Nevado. El color rojo se debe relacionar con el fuego del volcán o del infierno y el punto blanco con el pico Teide nevado. En la carta anónima de la Biblioteca Ambrosiana de 1460, aunque no se nombra el puerto de Garachico, se sitúa a mayor tamaño junto al Roque, lo que permite pensar que antes de la conquista era conocido. En este portulano aparece por primera vez el nombre de tanariffe, aunque en el libro del Conosçimiento escrito por un fraile castellano hacia 1350-60 ya figura la isla del infierno-tenerefiz (Buenaventura Bonnet 1944, 205-221). Respecto al topónimo Tenerife, algunos autores consideran que procede de Tener e Ife, es decir Monte Blanco, si bien otros dicen que Te o Che es el Artículo El y el nombre nerife, nerfe o enerfe es la montaña o el volcán.
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Foto: Cor tesía del Museo Militar Regional de Canarias
La Primera Imagen, con el contorno bastante cercano al real y con abundante toponimia, es la que levantó el ingeniero militar Leonardo Torriani en 1588c. Sus costas están representadas exagerando el contorno de las playas y fondeaderos por la importancia que tenían para la navegación, destacando: el puerto de Santa Cruz, la playa de Candelaria, la caleta de los Abrigos, la caleta de Gibiteros, la playa de las Galletas, la playa de los Cristianos, la cala de Adeje, la cala de Santiago, el puerto de Garachico, la cala de Icode (San Marcos), la caleta de San Juan (de la Rambla), la playa y caleta (de La Orotava) y la caleta Herradura (playa del Arenal), (Tenerife a través de la Cartografía, 1588-1899), todos ellos utilizados como embarcaderos, destacando los dos puertos principales: el de Garachico, que dibujó
muchos años antes de la erupción que lo cegó en 1706 y, el de Santa Cruz, cuando todavía era un lugar apenas poblado. Las siguientes plantas son las que levantó el ingeniero militar Prospero Casola en su Visita que todavía permanece inédita (Visita de la Yslas y Reyno de la Gran Canaria hecho por Don Yñigo de Briçuela», 1635c.) y la de Pedro Agustín del Castillo en 1686 que es un reflejo de la anterior (Castillo y León, Pedro Agustín del, Ms.1686). Aunque en 1528 aparece el primer mapa impreso de las Islas realizado por Benedetto Bordone, ni éste ni los numerosos mapas de las Islas que figuran en el Theatrum Orbis Terrarum desde 1595, ni los que se imprimieron durante los siglos XVI y XVII, puede considerarse que tienen valor científico.
En el trienio que abarcó de 1740 a 1743, un experto equipo de ingenieros militares dirigido por el Teniente Coronel Don Antonio Riviere recorrió las Islas y las levantó. Se puede considerar que se trata del primer trabajo científico realizado con plancheta, alidada y una cuerda de cáñamo de 200 toesas mucho antes de que se empleara la curva de nivel para representar el relieve y de que se utilizara el teodolito para resolver las triangulaciones. El mapa de la Isla de Tenerife fue levantado por el Capitán ingeniero Don Manuel Hernández utilizando varias escalas de acuerdo con la Real Ordenanza para los Ingenieros, dictada por el rey Felipe V en 1718, tomando como base la escala gráfica de 5000 toesas que comprendían 5 pulgadas del pie de Francia que equivale a la actual escala numérica 1:72000. Nos gustaría detenernos en este bello mapa, pero sus grandes dimensiones - 120 x 132 cm. - impiden reproducirlo a tamaño natural. Forma parte del primer trabajo cartográfico realizado en las Islas, el cual había permanecido inédito en los archivos de los Depósitos de la Guerra primero y del Servicio Geográfico del Ejército después. Al ser publicado con el nombre de Descripción geográfica de las Islas Canarias (1730-1743) de Don Antonio Riviere, se organizó una exposición itinerante que recorrió las siete islas. La colaboración de numerosas instituciones permitió publicar los mapas de las Islas a gran formato. El mapa de Tenerife va acompañado de una bella cartela barroca con dos ángeles tenantes, figurando en él los escasos caminos que unían las distintas poblaciones de la Isla, entre los que destacan, los de Santa Cruz a La Laguna, de La Laguna a Taganana, de La Laguna a Adeje por el Norte pasando por la villa de La Orotava y por los principales lugares y pagos, de Santa Cruz a Adeje por el Sur y de la villa de la Orotava al lugar de Chasna por la cumbre. Figuran también los puertos y fondeaderos: Santa Cruz, el lugar
de Candelaria, el puerto de cartográfico realizado por el Abona es limpio, el puerto equipo del ingeniero Don de los Christianos, el Antonio Riviere y leer la puerto de Adeje, el puerdescripción: Puertos, to de Alcalá, la caleta Calas y Playas que firma el mismo inInteriana, el lugar geniero y que y puerto de Garareproducimos chico, la caleta de íntegramente, San Marcos y el efectuando un puerto de Orotava, pequeño estudio así como las erupBella car tela del Plano de la Isla de D. Antonio Riviere. de los topónimos ciones volcánicas que habían tenido lugar a principios del Siglo que se incluye entre paréntesis, junto con XVIII: Siete Fuentes (31 de diciembre 1704), textos de Riviere extraídos de la DescripFasnia (5 de enero de 1705), Arafo (2 de fe- ción para evitar las enojosas notas al pie de brero de 1705) y Garachico (mayo de 1706). página: Puertos, calas y playas que son alrededor Además del mapa, el equipo de ingenieros levantó de forma detallada los planos de Santa de la Isla de Thenerife empesando por la punta Cruz, Candelaria, Caleta de Interiana, Gara- de Anaga y siguiendo por parte del sud: En dicha punta de Anaga tiene una playa chico y Puerto de la Orotava con una precisión y belleza difícilmente igualadas, lo que que llaman Antequera (estaba despoblada y permite recrearse contemplando unas costas en punta de Anaga vivían 23 vecinos), mas idénticas a las que surgieron cuando se for- arriva de dicha playa se halla agua y tiene maron las Islas, pues sólo los agentes natura- buen fondo de arena. Y de dicha playa a la de Igueste (Riviere les las habían modificado, caso de la erupción volcánica de Garachico o de la acción dice: «Es una aldea dependiente de la parroquia de Santa Cruz. Se cosecha vino, trigo y dinámica de los vientos y de las olas. Pensamos que la mejor forma de descri- legumbres»), avra media legua tiene agua en bir las costas es contemplarlas en el trabajo la misma playa, algunos navios dan fondo a la
La Villa de Garachico en la actualidad.
Foto: Cipriano Marín
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Escena marinera en la costa de Garachico, dibujada en el siglo pasado. Ref.: Ile de Ténériffe. Par tie historique, Pl.5. Dibujo J.J. Williams del Lith de C. Adrien, R. Richer, 7, A St. Aulaire Lith.
boca del referido valle, seria combeniente erigir una torre fuerte para asegurar las embarcaciones de este valle a la playa (La bateria proyectada en el valle de Igueste no llegó a construirse). A la orilla del mar hay una torre de guijarros y barro que no tiene combeniencia para poner una guardia, se nesesita erigir en dicho paraje una torre fuerte, reducida para que quatro o seis hombres puedan defender las embarcaciones, con la artillería.
De la playa de San Andres (En esta playa además de proyectar la torre fuerte, que no llegó a levantarse, existía una torre derruida que fue la que se recompuso y que en la actualidad vuelve a estar derruida. Riviere dice: «El valle de San Andrés es una aldea dependiente de la parroquia de Santa Cruz. En este valle se coge vino, grano y legumbres para el consumo»), a la del Bufadero (Este topónimo tan singular debe su origen al fenómeno de expeler agua y aire en las cavernas for-
madas en la costa por la erosión marina) avra algo mas de un quarto de legua, tiene agua muy retirada en el valle. Y de dicha playa, a la de Valleseco (se encontraba despoblado) avra un quarto de legua y de ésta hasta San Juan se encuentra el castillo de Pazo Alto, torre de San Miguel, torre de la Candelaria, Bateria de San Antonio, bateria de Santa Isavel, fuerte de San Pedro, fuerte del Rosario, Castillo prinsipal nombrado San Cristobal, la plataforma de Nuestra Señora de la Concepcion, la bateria de Nuestra Señora de Regla nombrada de San Francisco y el castillo de San Juan, las referidas baterias y castillos defienden el puerto y lugar de Santa Cruz (es el dispositivo defensivo que dispuso el equipo de ingenieros. El puerto de Santa Cruz se componía de mil quinientos veintiún vecinos, y era el «lugar» de más crecimiento pues en su puerto concurría el comercio de todas las Islas. Riviere añadía: «se necesita en este puerto construir un muelle para el embarque y desembarque de los géneros». Fue proyectado y se inició su construcción en 1749) y havra en esta distancia tres quartos de legua, y son socorridos del agua que corre a Santa Cruz
«Y de Garachico a la Caleta de San Marcos avrá legua y media, se embarca en dicha caleta muchos vinos y aguardiente para cargar los navíos y mucha madera para fabricar casas, tiene agua en al misma playa y es socorrida del lugar de Icod, que está sercano».
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Foto: Cor tesía del Museo Militar Regional de Canarias
«Y de esta caleta al puerto de los Christianos avrá quatro leguas, se cargan muchos granos para Santa Cruz, como también de cantería azul para templos y casas de esta isla, tiene un pozo con buena agua, en el mismo desembarcadero, y algunas casitas esparcidas». Foto: Cor tesía del Museo Militar Regional de Canarias
(En el plano de Santa Cruz, Riviere representó los canales de madera que, procedentes de la fuente de Aguirre por el barranco de Tahodio, abastecían a la población, éstos se habían construido en 1706). Y de dicho castillo de San Juan, a la playa de barranco Fondo ay media legua, de buen desembarco y la agua serca es en esta playa donde se desembarcaron los conquistadores. De ésta a la de la Cuesta de las Tablas (Topónimo que designa una famosa cuesta de la carretera del sur. Su nombre deriva originariamente del transporte de madera de los montes hasta los embarcaderos) avra tres quartos de legua, de buen desembarco. Y desta playa, a la de Nuestra Señora de Candelaria, avra dos leguas. Hay ynmediato al combento y iglesia de Nuestra Señora de Candelaria (Riviere dice: «Este lugar tiene benefisio provición de S.M. y a su parroquia asiste un teniente por el lugar del propietario. Tiene un combento real de Santo Domingo con treinta religiosos. Capellanes de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Candelaria, protectora de todas las Islas Canarias. Tiene tres hermitas que son: una de la cueba de San Blas, en la cual se halló la milagrosa imagen, la de Santiago y la de Magdalena». Para mayor seguridad del santuario,
Riviere proyectó el 3 de Febrero de 1741 un muro con elevada estacada donde se colocó una lapida que decía «Hizose esta obra con su estacada para la defensa del Santuario por orden, celo y devoción del Exmo Sor Mariscal de Campo D. Andrés Bonito Pignatelli, Comandante General de estas islas, año de 1741»), un castillo quadrado, con tres piesas de artilleria de bronze, El castillo es nombra-
do San Pedro, tiene agua, en su sercania que es dulze, en bajamar y salobre, en la cresiente del mar (En 1741 Riviere levantó un bello plano de la playa con la situación del convento, del castillo y del «Pocito» de agua del que actualmente se conserva el topónimo el Pozo). Al medio de la expresada playa, se necesita edificar, una torre fuerte para poner dos
Plano de la Playa de Nra. Señora de la Candelaria en la Ysla de Thenerife. Levantado por don Antonio Riviere, ingeniero en Jefe, 1741 c.
Foto: Cor tesía del Museo Militar Regional de Canarias
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piesas de artilleria para defender por la derecha, y la isquierda las embarcaziones que daran fondo en aquel paraje y ympedir al mismo tiempo un desembarco de enemigos. De Nuestra Señora de Candelaria, hasta la playa de Güimar (Actualmente conocido como puertito de Güímar) a una legua y media tiene casas algo retirado de la playa y agua tambien retirada. Y desta al puerto de Abona (En el plano Riviere añade que «Es limpio». Actualmente se conserva el topónimo y se puede situar en la costa del Porís de Abona). hay dos leguas tiene, buena entrada buen desembarco, el lugar algo retirado como tambien el agua. Y desde puerto de Abona al que llaman de Gybitero (Curioso topónimo ya desaparecido. Se localizaba con la siguiente grafía: Gibiteros caleta en Torriani, 1588c; Givitero en Riviere, 1740 y en Tomás López, 1779; Pt. Guiutero, en Vidal, 1838, Punta Guilero, Estado Mayor en 1865 y Pta Guitero en Ardanaz, 1884. Su situación podría ser el pequeño puer-
Costa nor te de Tenerife.
to de Los Abrigos y la punta del mismo nombre. Otros autores lo relacionan con la caleta que forma la montaña Amarilla o Pelada, pues guibitero significa amarillo), avra quatro leguas tiene aguas en su cercania y en el verano llegan algunos barquitos a cargar de granos para llevar, en otro paraje de la ysla, tiene algunas casitas. Y deste puerto al caleton de las Galletas (Situado en las inmediaciones de la playa de las Burras. Puede derivar de «galeta», popularmente caleta o rada o también de «goleta»), avra unas tres leguas tiene agua algo retirada, y en el verano llegan algunos bar-
quitos a cargar de granos y asi mismo, tiene algunas casitas esparcidas. Y de esta caleta al puerto de los Christianos (A pesar de que era un puerto de gran actividad, en el censo elaborado por Riviere no figura ningún vecino. Este topónimo deriva del desembarco efectuado por «los cristianos» al mando del artillero flamenco Jorge Grimón durante la conquista del sur de Tenerife en 1496), avra quatro leguas, se cargan muchos granos para Santa Cruz, como tambien de canteria azul para templos, y casas de esta isla, tiene un pozo con buena agua, en el mismo desembarcadero, y algunas casitas esparcidas. De este puerto al de la Ramada (Desaparecido de la Cartografía moderna, figuraba con la siguiente grafía: Ramada Caletta, Torriani en 1588c, Ca Ramada, Del Castillo en 1686, Caleta de la Ramada y Bo del Ynglés, Coello en 1849) avra dos leguas, tiene agua apartada de la playa, hay diferentes casitas esparcidas.
La car tela de este mapa dice así: «Plano de Santa Cruz de Tenerife, su costa i sondeo, con un Muelle proyectado, levantado en el año de 1740 de horden de S.M.» Por don Antonio Riviere, ingeniero en jefe. Santa Cruz de Tenerife, 1740.
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Y de este puerto de la Ramada al de Adeje (Posiblemente actual caleta de Adeje) avrá tres leguas, buena playa, y buen puerto a una legua de distancia de la playa, hay la Casa Fuerte de Adeje (Perfectamente situado en el mapa), con su artilleria tiene este paraje, mucha agua, con la que riegan las cañas dulces y demas arboles de la hasienda del conde de Adeje. Y de dicho puerto de Adeje al de Santiago (En aquella época el mejor puerto de la costa Oeste de Tenerife), avrá quatro leguas donde llegan a desembarcar los barcos de las islas de Hierro, y Gomera, los que traen ganados, y distante de dicho puerto, media legua hay casas y agua. Del puerto de Santiago, al barranco de Masca, avra dos leguas tiene agua corriente al mar. Y de dicho barranco al barranco de la Hyguera, abrá un quarto de legua, tiene agua corriente al mar, con su playa, y el lugar, una legua, distante de la tierra adentro.
Acantilados de Anaga, desde Punta del Hidalgo.
Y de dicho barranco al de Juan Lopez (De los tres barrancos citados, situados en la costa más inaccesible de la Isla, conservan sus nombres el de Masca y el de Juan López. Riviere cita un tercer barranco - el de la Higuera - que no se ha localizado. Puede tratarse de un error o de una mala ubicación. En ese caso se trataría del barranco del Natero o del Sauce), abra un quarto de legua, refugio de las embarcaziones para lograr el mejor tiempo de montar la Punta de Teno (La dificultad de remontar la punta de Teno ya la citaba el padre Feuillée cuando regresó del viaje a la isla de El Hierro en 1724), para
pasar a la banda del norte de esta isla de Thenerife. Y de dicho barranco de Juan Lopez, a la playa de Buena Vista (Dice Riviere: «tiene muchas biñas y tierras de sembrar trigo, cogense de todos frutos y su comercio se compone de vino, aguardiente y trigo») abra sinco leguas, capas de desembarco y llegan embarcaziones a tomar granos, distante de dicha playa tres quartos de legua, esta el lugar de Buena Vista, donde hay mucha agua de regadio. Y de esta playa a la Caleta de Ynterian (Al cegarse el puerto de Garachico, se convirtió en el puerto de salida de los productos que se cosechaban en la zona. Riviere levantó un plano en la caleta y dibujó un canal por donde las lanchas embarcaban: «mucho vino, para cargar los navíos que dan fondo a ½ legua en Mar»), avrá tres leguas tiene agua y casas esparcidas, no se puede entrar mas que una lancha, cada vez, porque tiene riscos a la derecha, y isquierda de su entrada y, despues Foto: cor tesía de Museo Militar Regional de Canarias
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Del detallado censo realizado por Riviere, hemos entresacado los lugares, pagos y pasajes situados cerca de la costa con indicación del número de vecinos. Hay que destacar que las entidades de población más notables cercanas al mar estaban defendidas con artillería debido a la facilidad que tenían los piratas de efectuar incursiones y saqueos. Protegidos con Artillería: Santa Cruz de Tenerife ............................................. 1460 vecinos Puerto de la Orotava ................................................. 635 vecinos Garachico (en el lugar) .............................................. 300 vecinos Candelaria ………………………………………...............… 89 vecinos TOTAL .................................................................... 2474 vecinos Dispersos en pagos o aislados cerca de la costa: El Bufadero (Santa Cruz) ........................................... Valle de Igueste (Santa Cruz) ..................................... Taganana (junto a la parroquia) ................................... Puerto de la Madera (Tacoronte) ................................. Las Aguas (San Juan de la Rambla) ............................ Caleta de Ynterian (San Pedro de Daute) ..................... Punta de Teno (Buenavista) ........................................ En los Quemados y Juan López (Valle Santiago) ............ TOTAL ....................................................................
12 25 65 19 26 38 3 3
vecinos vecinos vecinos vecinos vecinos vecinos vecinos vecinos
191 vecinos
El número de vecinos que tenía la isla era de 13.773 que correspondía a 66.355 personas, de los que aproximadamente 2665 vecinos vivían cerca de la costa, lo que representa el 19,3%. Además de los topónimos costeros ya descritos, podemos enumerar algunos más: Bajas, del puerto de La Orotava y de la Caleta de Ynterian, que obligaban a las lanchas a navegar por un canal materializado por la prolongación de líneas imaginarias trazadas tomando como referencia puntos de la costa como casas, piedras, árboles, etc., sólo conocidas por los marineros y pescadores de la zona. Confital, topónimo muy extendido en las desembocaduras de los barrancos y en las playas de callados y, según Viera, «donde se recogen las piedrecitas de la más perfecta figura de confites». Furnia, tubo volcánico formado en la costa, a modo de caletón. Aparece el topónimo por primera vez en el mapa de Ardanaz de 1884. Abrigo o Abrigos, que indica lugar protegido en la costa, ya citado por Torriani (1588c). Herradura, que indica que la costa tiene esa forma, caso de la playa del Arenal de Punta del Hidalgo, citado por Torriani (1588c). Charco, hondanada natural en la costa rocosa erosionada por las olas, donde, por la acción de las mareas vivas, se posa el agua del mar, produciendo sal de forma espontánea, fenómeno corriente en la costa del sur de la isla entre el Médano y Las Galletas. Salinas, no existe en el mapa de la isla realizado por el equipo de Riviere ningún topónimo relacionado con esta actividad, posiblemente debido a que, según indica el mismo Riviere, el principal comercio de Gran Canaria era ir a pescar a la costa de Berbería, de donde traen pescado salado que venden a las demás islas; además, se sabe que las primeras salinas de la isla se instalaron en Los Silos a finales del Siglo XVIII. Otros topónimos costeros, actualmente muy utilizados, son entre otros: Arrecife, Bajamar, Mareta, Natero, Pris o Porís, Restinga, Varadero, etc. Podríamos seguir estudiando el conocimiento que se ha tenido de la costa de la isla, consultando la numerosa cartografía histórica, además de los ya citados, destacan a lo largo del Siglo XIX los realizados por: Bory de St. Vincent (1803), Leopoldo de Buch (1815), Berthelot (1834), A.T.E. Vidal (1838 y 1852), Coello (1849), Estado Mayor (1865), Hartung, Fritsh y Reiss (1867), Ardanaz (1884), Hardisson (1891) y el mapa de Pérez Rodríguez hechos especialmente para las escuelas (1897). Todos ellos reproducidos y estudiados en «Tenerife a través de la Cartografía (1588-1899)».
44 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
que, han pasado los riscos se pueden alargar a la derecha, y la disquierda. Esta caleta esta bordada de una trinchera de tierra y piedra del largo de 300 tuezas, y poco mas de una tueza de grueso, y es paraje, donde se embarca mucho aguardiente y vinos para cargar los navios. Y desta caleta al puerto de Garachico (También levantó Riviere un plano de este puerto, marcando la zona de lava que cegó el puerto), hay media legua, el puerto, es guardado por un castillo llamado San Miguel (Dibuja el Castillo y los caletones que formó el volcán. Con este nombre se designa en las Islas la lava), con buena artilleria y al pie de dicho castillo hay una plataforma tambien con artilleria, el lugar de Garachico es muy abundante de buenas aguas, el puerto esta perdido desde el año 1706 que lo lleno el bulcan. Y de Garachico a la caleta de San Marcos (Aunque se trata del mejor puerto de la zona, por donde embarcan los productos de Icod, Riviere no relaciona a ningún vecino), avra legua y media, se embarca en dicha caleta, muchos vinos y aguardiente para cargar los navios, y mucha madera para fabricar casas, tiene agua en la misma playa y es socorrida del lugar de Icod, que esta sercano. Y de dicha caleta a San Juan de la Rambla (Dice Riviere: «su cosecha es de Malvasía, viñedos, de que hasen aguardiente, cogese tambien trigo y otros granos») avra dos leguas, tiene abundancia de agua corriente, a la mar y algunas casitas y a su cercania está, el lugar de San Juan. De dicha caleta, hasta el Puerto Viejo de la Orotava (Actual playa Jardín, fue el primer puerto que tuvo La Orotava, hasta que el barranco de San Felipe lo cegó. Se puede observar en el plano que levantó Riviere del Puerto el lugar donde fondeaban las embarcaciones al que le da nombre de el «limpio en donde dan fondo las embarcaciones grandes» conocido también como «Limpio grande») avrá dos leguas, y en este paraje del Puerto Viejo está el castillo de San Phelipe, proveido de su artilleria.
«Y de dicha playa a la de Valleseco avrá un quarto de legua y de ésta hasta San Juan se encuentra el castillo de Pazo Alto, torre de San Miguel, torre de la Candelaria, Batería de San Antonio, batería de Santa Isavel, fuerte de San Pedro, fuerte del Rosario, Castllo prinsipal nombrado San Cristóbal, la plataforma de Nuestra Señora de la Concepción, la batería de Nuestra Señora de Regla, nombrada de San Francisco, y el castillo de San Juan. Las referidas baterías y castillos defienden el puerto y lugar de Santa Cruz y havrá en esta distancia tres quartos de legua, y son socorridos del agua que corre a Santa Cruz». Foto: Cor tesía del Museo Militar Regional de Canarias
Y de éste al muelle, que esta al medio del lugar, del Puerto de la Cruz, dicho, de la Orotava, avra un quarto de legua. En la bateria del muelle (Recibió posteriormente el nombre de Santa Barbara, está situada muy cerca de la casa de la Aduana, donde hace poco años se ha colocado un «malsonante» pescante) hay quatro piezas de artilleria de bronce. A la continuacion de la referida del muelle se nececita construir otra bateria mas adelantada, para que defienda el Limpio de las Carabelas el Puerto del Rey (En el limpio de las Carabelas fondeaban las embarcaciones utilizando las lanchas para desembarcar los géneros en el puerto del Rey, actual playa de San Telmo y en el Puerto, actual muelle pesquero. Riviere dice que en la plaza del Char-
co «los vezinos han vivido esperanzados de hazer un puerto») y que la artilleria cruze con la del castillo de San Phelipe. Y de dicho muelle a San Telmo, avra un medio quarto de legua, donde hay una bateria que esta arruinada (Es la bateria de San Telmo Riviere efectuó el levantamiento del plano de la bateria y sitúa la «cueva bajo la garita que esta cayendo, poco a poco, y la mar arruino toda la bateria»; sin embargo, la bateria siguió utilizandose y actualmente todavía se conserva la ermita y las cuevas que amenazaban ruina, que fueron apuntaladas), de la mar, la qual se deve abandonar, hasiendo la bateria proyectada al muelle en la qual poniendo artilleria de a veinte y quatro sera ynutil de recomponer la bateria de San Telmo por el cresido gasto que se deberia hazer.
Ha poca distancia de San Telmo se encuentra la playa de Martianes (Donde desemboca el barranco del mismo nombre. En 1768 hubo un intento de construir el muelle principal de la Isla en este lugar, pero el proyecto no siguió adelante y, al final, se decidió dar remate a la obra del medio derruido muelle de Santa Cruz de Tenerife) donde se pueden desembarcar con lanchas y tiene agua en abundansia. Muy serca desta playa de Martianes al puerto del Sauzal (Dice Riviere que «es fertil en vinos, trigo y otros granos»), avra tres leguas, alli se embarca mucha madera, para las yslas de Fuerteventura y Lanzarote, vinos y aguardientes y es puerto donde se han refugiado muchas embarcaziones españolas que han huido de los enemigos, tiene agua en este puerto.
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Del puerto del Sauzal a la Punta del Hidalgo (Dice en la Descripción: «cogese bino medianamente, trigo y legumbres»), abra quatro leguas, tiene buena playa y agua serca , buen desembarco y algunas casitas. Y de dicha punta a Taganana («Su distrito comprehende el Monte de la Cumbre ha donde se corta madera blanca, que es mui abundantante y buena, el valle de Benico hasta la punta de Naga tiene muchas biñas de malbazía y bidueños y guertas con árboles frutales. Su comercio es de binos, bidueños, malbazía y aguardiente»), abra tres leguas, no ay playa, ni puerto, aunque ban algunos barcos a cargar vinos, llevan las pipas (Equivale a 12 barriles que hacen 480 litros), a nado distante de tierra. Y de alli al Sabinal (No identificado pues no figura en la cartografía actual, podría ser la playa de Almáciga) donde hay playa, havra tres leguas y tiene agua en la misma playa y buen fondo.
Y de halli a Antequera (No lo sitúa Riviere, sí lo hace Machado en 1762 y lo coloca en el Roquete, su actual ubicación) avra medio quarto de legua donde empesamos, de manera que la isla segun esta relacion tiene de sircuito 59 leguas. Toda la isla de Thenerife es montañosa, y, inacsesible, exceptuando los referidos, Puertos, Playas y caletas por lo que es facil de guardar de los enemigos, haviendo en esta ysla 15.190 hombres ydoneos por armas que muchos de ellos son comprehendidos en los ocho regimientos de milicia y algunos soldados de a caballo, destinados para la defensa de la isla. Esta isla es cituada, al occidente de Canaria, distante 9 leguas de punta a punta mas sercanas de tierra y tiene 59 leguas de circuito segun la distancia de los puertos y playas. Thenerife, 26 Diziembre, 1740 Don Antonio Riviere
Plano de la Caleta de Ynterian. Levantado en 1741 por Don Antonio Rieviere. Destaca la representación del canal por donde las lanchas debían embarcar «mucho vino, para cargar los navíos que dan fondo a ½ legua en Mar».
46 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
Cor tesía del Museo Militar Regional de Canarias
CASTILLOS FAROS Y SEÑALES Las fortificaciones marítimas de Tenerife
D
urante los primeros intentos de la conquista de Tenerife se edificó una torre en la playa de Añaza que fue arrasada por los guanches. Con posterioridad fue reconstruida por el Adelantado en 1495 con la intención de convertirla en símbolo del sometimiento de la isla. A partir de este momento comienza la construcción de las fortificaciones a lo largo del litoral de Tenerife que se concentran en los principales puertos de mar: Candelaria, Garachico, el Puerto de la Cruz y fundamentalmente Santa Cruz. A lo largo de los últimos cinco siglos Santa Cruz ha albergado 32 de las 42 fortificaciones que se construyeron en la isla. Por lo que a mediados del siglo XIX la capital se podía considerar como una ciudad amurallada al mar. El papel de estas defensas ha sido determinante en la historia insular. En 1657 se rechazó en esta plaza a la escuadra de Blake, en 1706 la de Gennings y, por último, en 1797 a la poderosa formación de Nelson. Tras este famoso episodio, Santa Cruz accede a su declaración como Villa. Desgraciadamente el grueso de dichas fortificaciones han desaparecido con el desarrollo del puerto y de la ciudad, revistiendo por ello mayor interés el mantener las pocas fortificaciones que subsisten como son los casos del Castillo de San Andrés, la Batería del Bufadero, el Cuartel de Almeyda, los restos de la Batería de San Francisco, la Casa de la Pólvora o el Castillo de San Juan.
Plano de la Batería de San Telmo en el llamado entonces Puer to de la Orotava, actualmente Puer to de la Cruz. Levantado por Antonio Riviere en 1741. El recinto y la ermita de San Telmo se conservan en la actualidad tal y como se refleja en el plano. La leyenda consigna una curiosa eventualidad que aún hoy subsiste «la cueva bajo la garita que está cayendo poco a poco, y la mar arruina toda la Batería». Foto: cor tesía del Museo Militar Regional de Canarias.
El conjunto de las fortificaciones de Tenerife sigue cuatro modelos básicos, con diversas variantes, descritas a continuación. La Muralla, elemento básico de fortificación que se limita a un simple amurallado, y
que normalmente conecta entre si a otras fortificaciones. Santa Cruz estaba amurallada desde el Bufadero al Lazareto por una construcción que delimitaba toda la costa, conectando las diversas fortalezas.
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EL CASTILLO DE SAN ANDRES La construcción de esta Torre, un auténtico símbolo para este pueblo marinero, se debe al Comandante General Don Agustín de Robles, quien ordenó su ejecución en 1706 al ingeniero Miguel Tiburcio Rusell de Lugo. Como curiosidad hay que reseñar que la torre fue destruida en parte por una avenida del barranco antes de 1740, hecho que se repite en 1769, de manera similar a como se encuentra en la actualidad. Declarada inadecuada para las necesidades del Ejército, se hace entrega de la misma al Ayuntamiento de Santa Cruz el 15 de Enero de 1926. La torre tiene forma circular a barbeta y cerca de veinte metros de diámetro. Disponía de cuatro estancias, resueltas con bóveda de cañón de sillar de piedra roja de Anaga, accediéndose por una escalera previa y un puente levadizo, que se levantaba mediante un molinete situado en un repuesto de la cubierta. La explanada superior, pendientada para recoger el agua de lluvia en una cisterna, tenía un campanario y una garita, e incorporaba cinco piezas de artillería en su frente. La obra mural se resuelve con doble mampostería de piedra verde de Anaga e interior de ciclópeo de cal, con remates de sillar de piedra roja, siendo los pavimentos de interior y cubierta ejercitados con sillar de piedra basáltica. El interés que tiene como modelo, unido a la circunstancia de ser una de las pocas fortalezas que subsisten en la costa de Santa Cruz, aconsejan plantear su restauración y recuperación para uso público.
Sección constructiva 1 Cimentación de hormigón de cal hidráulica con ciclopeo 2 Relleno de material del lugar. 3 Muros de doble mampostería concertada de piedra verde de Anaga con interior de hormigón de cal hidraulica con ciclopeo. 4 Fachada de acceso de sillar basáltico molinero. 5 Bóvedas de cañón de sillar rojo de Anaga. 6 Cornisa, tapas de remates, espadaña y garita de sillar rojo de Anaga. 7 Puente levadizo y puertas de madera de pino. 8 Pavimentos de interior y explanada de sillar basáltico.
48 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
A B C D E F G H I J K
Escalera de acceso Puente levadizo Sala para la tropa Cuarto del sargento Repuesto para pertrechos Repuesto de polvora Escalera de subida a la esplanada Algibe Campanario Repusto de molinete Garita
La Batería, fortaleza de defensa formada por una explanada amurallada que contaba normalmente con una pequeña edificación de apoyo para la tropa y los pertrechos. Siguen prácticamente tres variantes tipo: • La batería excavada de trazado circular, como la de Santa Teresa que se encontraba en la desembocadura del Barranco de Tahodio. • La batería de trazado rectangular. • La batería de trazado circular o semicircular.
Castillo de San Cristóbal. Santa Cruz de Tenerife. Dado que la torre construida por el Adelantado en la Conquista era suficiente como defensa ante los indígenas pero inútil como defensa marítima, el Cabildo inicia las medidas para dotar a la plaza de esta necesidad, iniciándose las obras de la citada for taleza en 1554. Leyenda de la car tela: Plano del Castillo Principal nombrado Sn Christóval, con la Batería llamada Santo Domingo, levantado por don Antonio Rieviere, ingeniero en jefe. Santa Cruz de Tenerife, 1743 c. Foto: cor tesía del Museo Militar Regional de Canarias
CASTILLOS Y FORTINES 1 Castillo de San Andrés 2 Castillo de Paso Alto 3 Cuartel de Almeida 4 Castillo de San Juan 5 Casa de la Pólvora 6 Castillo-Fortaleza de S. Miguel 7 Castillo de San Felipe
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Garachico) (Pto. de la Cruz)
ATALAYAS Y MIRADORES 8 Atalaya de los Ingleses, Igueste (Santa Cruz) 9 Mirador de Altura, Bº de la Alegría (Santa Cruz) 10 Atalaya de Rambla de Castro (Los Realejos) PATRIMONIO RECIENTE (elementos de interés) 11 1ª Bateria de Costa, Las Teresitas (Santa Cruz) 12 3ª Bateria de Costa, El Balneario (Santa Cruz) 13 7ª Bateria de Costa, Los Moriscos (Santa Cruz) 14 El Socorro (Güimar) 15 El Porís (Arico) 16 El Médano (Granadilla)
ARQUITECTURA MILITAR (existente)
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La Torre, bastión de defensa de carácter aislado y con tropa fija, que hereda la tradición de la torre medieval y similar en su concepción a las conocidas torres de señales que aún hoy se pueden contemplar en islas como Menorca y Córcega. El primer piso de la torre se suele aislar del entorno mediante puente levadizo. El tipo más característico es el de planta circular a barbeta tan usual en toda
Canarias, como el caso de la torre del Aguila en Lanzarote, la del Rico-Roque en Fuerteventura, la de Gando en Gran Canaria, o la de San Andrés en Tenerife, edificación que aún se conserva aunque en ruinas. También se resuelve la torre en planta cuadrada o poligonal como el llamado Castillo de San Miguel en Garachico o el de San Felipe en el Puerto de la Cruz.
Batería rehabilitada de la Rambla de Castro. Foto: Cipriano Marín
RELACIÓN DE FORTIFICACIONES EN EL LITORAL DE TENERIFE SANTA CRUZ 1 Torre de San Andrés 2 Baterías de Bco. de Seco y Bufadero 3 Atrincheramiento de San Sebastián 4 Castillo del Santo Cristo de Paso Alto 5 Batería de la Cortina 6 Fuerte de San Miguel 7 Batería enterrada de Santa Teresa 8 Batería de San Rafael 9 Batería de la Candelaria 10 Castillo de Almeyda 11Batería de los Melones 12 Batería de San Antonio 13 Batería del Pilar 14 Batería de la Cruz y del Calvario 15 Batería de Santa Isabel 16 Batería de Santiago 17 Baterías de Roncadores 1ª y 2ª 18 Castillo de San Pedro 19 Batería de Santa Rosa 20 Batería de la Cabeza o del Muelle 21 Batería de San Domingo 22 Castillo Principal o de San Cristóbal 23 Batería de la Concepción 24 Baterías de la Carnicería y de Isabel II 25 Batería de San Francisco 26 Castillo de San Juan 27 Casa de la Pólvora 28 Batería del Lazareto o Degredo 29 Batería de las Cruces 30 Batería de Barranco Hondo 31 Batería de San Carlos 32 Batería de Alfonso XIII
(Desembocadura del Bco. de Las Huertas) En ruinas (Barranco del Bufadero) Quedan restos (Montaña de Paso Alto) Quedan restos (Club Paso Alto) Una pequeña parte (Barranco de Tahodio) Desaparecida (Club Náutico) Desaparecido (Barranco de Tahodio) Desaparecida (Derecha Barranco de Almeyda) Desaparecida (Izquierda Barranco de Almeyda) Desaparecida Actual Museo Regional Militar de Canarias Existente (cerca Barranco de Almeyda) Desaparecida (Barranco de San Antonio) Desaparecida (cerca de San Antonio) Desaparecida (Calle de La Marina) Desaparecida (Avenida de Anaga) Desaparecida (Avenida de Anaga) Desaparecida (Avenida de Anaga) Desaparecidas (Avda. Anaga) Desaparecido (Frente Duque Santa Elena) Desaparecida (Final Muelle viejo) Desaparecida (adosada al Castillo San Cristóbal) Desaparecida (Plaza de España) Desaparecido (La Concepción) Desaparecida (Barranco de Santos) Desaparecidas (cerca Castillo San Juan) Quedan restos (Parque Marítimo) Museo Existente (Parque Marítimo) Existente (El Lazareto) Desaparecida (después del Lazareto) Desaparecida (Puerto Caballos) Desaparecida Desaparecida Desaparecida
CANDELARIA 33 Batería de Santiago 34 Batería de San Pedro
(Refugio Pesquero) (Riscos próximos a la Basílica)
GARACHICO 35 Castillo de San Miguel
(El Caletón) Museo Municipal
El Castillo es ya una fortaleza de mayor tamaño que alberga tropa fija y que dispone de dependencias varias. En Tenerife sigue dos esquemas base: la planta cuadrada con esquinas romboidales o circulares, como podemos observar en el viejo Castillo de San Cristóbal o en el de San Joaquín, o el trazado en semicírculo que se corresponde con el Castillo de Almeyda, actualmente reconvertido en Museo Militar. Constructivamente el grueso de la obra mural está resuelta con doble murado de mampostería de piedra con ciclópeo de cal, utilizándose el sillar para los remates de los huecos. Mientras que en las dependencias de las baterías las cubiertas se resuelven con simples forjados de madera, la torre o el castillo suele construirse con bóvedas de cañón de sillares de piedra.
El Faro de Anaga es uno de los cuatro faros construidos en el siglo XIX, siguiendo las mismas pau-
SAN JUAN DE LA RAMBLA 36 Batería de la Rambla de Castro
Desaparecida Desaparecida Existente Existente
PUERTO DE LA CRUZ 37 Castillo de San Felipe 38 Polvorín de San Felipe 39 Batería de Santa Bárbara 40 Batería de San Telmo 41 Batería de San Carlos
(Plaza del Charco) (San Telmo) (Martianez)
Existente Existente Desaparecida Desaparecida Desaparecida
LA LAGUNA 42 Batería de Tejina
(Bajamar)
Desaparecida
(Playa Jardín)
50 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
tas constructivas. Foto: Cipriano Marín
Faros y Señales de Tenerife Muy pocos vestigios quedan en la costa tinerfeña de las pequeñas torres y atalayas que existieron para aviso de navegantes y anuncio de peligros como las incursiones de piratas, si exceptuamos las conocidas referencias a la Señal de Igueste o Atalaya de los Ingleses. Se tienen noticias que desde el siglo XVII la señal de Igueste transmitía directamente información al Castillo de San Cristóbal para controlar el acceso de los barcos al Puerto de Santa Cruz.
Con posterioridad, la primera señal luminosa que se puede considerar propiamente como un faro entra en servicio en 1845, tratándose de la conocida Farola del Mar, todo un símbolo marinero y portuario de Tenerife. A partir de este año y hasta principios del siglo XIX se genera el conjunto de los faros históricos de la isla, ubicados en los parajes de Anaga, Punta de Teno, Punta de Rasca y Abona. Tipológicamente todos los faros de esta época siguen el mismo modelo. Una casa de patio de una planta, con estancias conectadas y una torre circular adosada al frente para alojar en su parte superior la señal luminosa o linterna. Constructivamente siguen también los mismos principios, fábrica de bloque del lugar enfoscado para los murados, ya sea canto de puzolana o bloque rojo. La sillería basáltica se reserva para la torre y los rema-
tes en huecos, esquinas y cornisas. De forma complementaria algunos faros acometen obras secundarias de gran interés, como aljibes de escorrentía y pequeños embarcaderos o varaderos, como es el caso del Faro de Rasca o el de Teno. En la actualidad la mayoría de los faros antiguos se encuentran en desuso y están transferidos a la Autoridad Portuaria, salvo el de Anaga que aún se mantiene operativo. Su ubicación privilegiada, el valor patrimonial y la belleza de sus formas, convierten a estas edificaciones en lugares emblemáticos capaces de ser reutilizados como centros de interpretación o museos.
En la imagen superior vemos el antiguo faro de Teno, objeto actual de rehabilitación. En la inferior, se muestran dos símbolos históricos entrañables del puer to de Santa Cruz de Tenerife: la Farola del Mar y la Marquesina.
Foto: Salvador Aznar
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LA FAROLA DEL MAR El Faro de Sexto Orden del Puerto de Santa Cruz de Tenerife, más conocido como la Farola del Mar, fue inaugurado y entró en servicio el 31 de Diciembre de 1.863. Estuvo en funcionamiento hasta el mes de Junio de 1.954. La Farola fue la segunda señal marítima que entró en servicio en el Archipiélago y su función fue la de servir de guía a los barcos con destino al Puerto de Santa Cruz o que navegaban entre Tenerife y Gran Canaria. Esta construcción modélica y austera que ha quedado grabada en la memoria colectiva del tinerfeño, está formada por una base hexagonal de estructura de madera forrada de tabla al tingladillo, soportando un cuerpo superior de patente comercial francesa donde se aloja la linterna. La parte superior está constituida por un balcón circular abierto de estructura mixta metal-madera, con barandilla y seis jabalcones metálicos. El tambor circular apoya un octógono acristalado y sobre él una pequeña cúpula semicircular de chapa de cobre, rematada por un aspirador eólico que alivia el calor del foco, culminada por los cuatro puntos cardinales y una veleta en forma de flecha. El interior se desarrolla en torno a un gran pilar central de madera, que al parecer perteneció al palo mayor de un velero, donde se apoya una escalera de caracol en dos tramos. Como curiosidad hay que reseñar que los combustibles empleados durante más de noventa años fueron aceites vegetales (aceite de oliva), petróleo y finalmente energía eléctrica, suministrando el punto de luz para un aparato óptico formado por una lente central Fresnel y dos zonas catadióptricas.
52 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
LOS JARDINES DE SAL Las salinas de Tenerife
L
as salinas constituyen uno de los parajes más singulares y bellos que el hombre ha creado al borde del mar. La arquitectura del agua y la sal es capaz de ofrecernos una enorme variedad de sugerentes paisajes, donde se despliega toda la exquisitez y sabiduría de una cultura milenaria. El cultivo de la sal combina los cuatro elementos fundamentales de la antigua alquimia: el agua de mar que riega las salinas, la tierra representada por el barro necesario para mantener impermeables las láminas de agua, el fuego del sol que hace cristalizar la sal y los vientos suaves y cálidos que favorecen la evaporación. Por ello, Aristóteles consideraba a la sal como el quinto elemento, suma y compendio de todos los demás. Las labores de recolección de la sal marina guardan una estrecha relación con el mundo agrícola, con la diferencia de que requieren el cuidado de la jardinería en su sentido más clásico. Jardines en los que el ingenio isleño ha logrado producir en muchos casos una de las obras salineras más peculiares del mundo, sustituyendo con la imaginación aquello que la naturaleza les negaba. Las salinas canarias constituyen un curioso ingenio industrial que posee múltiples valores añadidos como arquitectura, como tecnología, como paisaje y como zona húmeda, siendo uno de los modelos de intervención costera más ejemplares por su calidad de diseño y adaptación. Se sabe que los aborígenes isleños recolectaban la sal de los charcos y que salaban el pescado para conservarlo, si bien se desconoce el papel que representó la sal en su cultura. Después de dos mil años aprovechando los recursos del lugar, no es difícil pensar
que conocían incluso el proceso de graduación de la sal. Lo que quedaría por demostrar es si las antiguas prácticas salineras en Canarias tuvieron alguna influencia de otras culturas mediterráneas. No obstante, Bethencourt Alfonso sostiene que incluso existía una organización específica para su recolección y almacenamiento. Históricamente pueden distinguirse tres sistemas base en la obtención de sal en las islas y particularmente en Tenerife: • Charcos naturales • Salinetas • Salinas
Salinas de Varadero (Guía de Isora), contruidas en 1840. El agua era captada mediante un pozo y se elevaba con un molino de viento. De trazado muy regular, contaban con un gran cocedero cuadrado y un plano contiguo alargado de pocetas, cercado con un muro de fábrica. Estuvieron funcionando hasta finales de los años cincuenta y desaparecieron al construirse la Urbanización de El Varadero.
Charcos naturales Hasta épocas recientes se mantuvo el aprovechamiento familiar consuetudinario de determinadas zonas de charcos para hacer sal, como en la Punta de Rasca, donde una rama quebrada de balo indicaba que esos charcos estaban siendo cultivados, o como en las «lajas» de la Caleta de Interian, donde las mujeres aún mantienen viva esta secular cultura. Pocas referencias han quedado en la toponimia costera de las zonas de charcos naturales en los que desde época aborigen se recogía sal, pudiéndose al menos señalar los siguientes espacios en los que se tiene la certeza de que esta práctica fue habitual:
• Punta de Anaga o de las Salinas (Santa Cruz) • Malpaís de Güimar (Güimar) • Cantil de la Punta de las Salinas (Punta Prieta) • Cantil de la Punta de Abona (Arico) • Cantil de la Jaquita (El Médano-Granadilla) • En el cantil de El Banco (San Miguel) • Malpaís de Rasca (Arona) • Rasa de las Américas (Arona) • Cantil de la Playa de las Salinas (Adeje) • Cantil de Alcalá (Guía de Isora) • Cantil de Teno Bajo (Buenavista) • Cantil de los Silos (Los Silos)
El chorlitejo es un visitante habitual de las salinas costeras. Estos espacios constituyen una magnífica posada para las aves que nos frecuentan.
Foto: Julio González
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• • • • • •
Rasa de la Caleta de Interian (Los Silos) Punta de la Laja de la Sal (El Puerto) Rasa del Charco del Vaho (La Matanza) Cantil de la costa del Sauzal (El Sauzal) Rasa de la Punta de las Salinas (El Jover) Rasa de la Punta del Hidalgo (La Laguna) Detalle del pie o torreta de un antiguo molino salinero.
Salinetas La salineta es en realidad una pre-salina, no obstante contituye ya un ingenio construido que dispone de cocedero previo y riego organizado, lo que le permite independizarse de las eventuales mareas. Recientes prospecciones arqueológicas en el conjunto de las salinetas de la Punta de Rasca apuntan hacia la hipótesis de una posible utilización aborigen o incluso más antigua. Las maretas más hondas de estas salinetas se usaban como cocedero y las más planas como cristalizadores. El riego se hacía con ayunda de recipientes transportando el agua de los charcos más calientes a marea vacía. Algunos cocederos disponían de un hueco de desagüe para su limpieza, e incluso se enfoscaban con mortero de cal las «flojeras» de los fondos. Salinetas excavadas en la roca en el sur de Tenerife.
54 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
Estos, fueron inicialmente de vela, dando paso en el presente siglo a los conocidos rotores multipala.
De este tipo de salinetas subsisten casi una decena en la costa del Malpaís de Rasca, existiendo otra pequeña salineta construida que aún se conserva en la rasa del Malpaís de Güimar. Salinas La primera salina Canaria fue la de El Río, en Lanzarote, que parece ser tuvo uso prehispánico. Se tienen referencias que desde el siglo XVI exportaba sal a las otras islas. Las salinas como ingenio tecnológico disponen de cuatro elementos: el sistema de captación e impulsión, normalmente molinos de viento o sistemas pasivos; los cocederos o estanques de barro, donde el agua de mar se concentra de 4º a 12º; los tajos, recipientes
de barro de pequeño tamaño donde la sal cristaliza a 25º y los caños que conducen el agua entre molinos, cocederos y tajos. La salina intensiva canaria constituye un rico ecosistema de barro, donde se produce una variada cadena ecológica ligada a la avifauna limícola. Es uno de los pocos casos en donde la obra del hombre consigue aumentar la calidad y la diversidad natural de un paraje. El desarrollo de las salinas canarias estuvo históricamente vinculado a la Pesca de Berbería. La pesca en los bancos africanos, donde los pescadores canarios fueron auténticos maestros entre los siglos XVII y XIX, necesitaba ingentes cantidades de sal para la conserva y salazón. Esta actividad produjo una rápida evolución tecnológica de las salinas y propició el surgimiento de una gran variedad de tipologías. Las salinas que han existido en el archipiélago responden a cuatro modelos o tipos constructivos bien definidos: • La salina primitiva sobre roca de trazado circular propio de Gran Canaria. • La salina antigua de mortero de cal presente en el Hierro y la Palma, con tajo de pequeño tamaño. Foto: Alber to Luengo
• La salina antigua de barro y tajo sencillo, que aparece en Lanzarote, Tenerife y Gran Canaria. • La salina nueva de barro con forro de piedra y tajo compuesto, invención genuina de Lanzarote exportada a Fuerteventura, Tenerife y La Palma. La aparición de las nuevas tecnologías del frío y la facilidad del transporte, unida al declive de la industria conservera canaria y al efecto que el turismo ha ejercido en la ocupación costera y en la mano de obra, ha sumido al mercado de la sal canaria y al conjunto de las antiguas salinas en un proceso de inexorable decadencia. De sesenta salinas inventariadas sólo nueve están en activo, aunque en precarias condiciones, y ninguna de ellas en Tenerife. En la isla de Tenerife han existido cinco salinas importantes. Son las de El Camisón, Fonsalía, El Varadero y la de los Silos. Surgieron en la primera mitad del siglo pasado y pertenecen al tipo antigua de barro. Siguiendo el modelo de Lanzarote, después de la guerra civil se construyó otra en la costa de Alcalá. En la zona sur aún se recuerda la importante actividad fabril ligada a la industria del salzón, donde se encontraban factorías de renombre internacional como la de Bernardo Cabrera y Compañía.
Salinas de El Guincho A pesar de la oposición popular, de que estaban protegidas por el Planeamiento Municipal de Arona y de que había sido incoado expediente como Bien de Interés Cultural, fueron tristemente demolidas en el año 1985 con el fin de dedicar este espacio a una urbanización turística. Por lo menos aún es posible recuperar el tomadero del Risco del Guincho incluyéndolo en el diseño del borde costero.
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RELACIÓN DE SALINAS DE TENERIFE
Las salinas de Janubio en Lanzarote sobreviven como uno de los pocos parajes donde aún se despliega toda la belleza de estos antiguos jardines de sal.
Salinas de Fonsalía (Playa de San Juan, Guía de Isora) 1830. Aunque el trazado y la obra salinera se han perdido, aún es posible recuperar el interesante rebosadero en el diseño del Parque Costero, definido en el Planeamiento Litoral de Guía de Isora.
El Camisón Las salinas del Camisón, también llamadas del Guincho, eran de tipo «antigua de barro» y estaban situadas en La Punta del Camisón en Los Cristianos. Fueron construidas hacia 1820 por el Marqués de Siete Fuentes, constituyendo la primera ocupación humana de la zona. Combinaron la utilización de diferentes sistemas de captación e impulsión: tomadero junto al risco de El Guincho, noria de cangilones movida por camellos en el Charco de El Marqués, bomba de pistón entre los calentadores, molino de viento y finalmente motor. Poseían un trazado muy interesante, las pocetas se situaban en un único plano rodeadas por los calentadores. Disponían de un gran depósito tallado en la tosca que era alimentado por el tomadero del Risco del Guincho, controlado por una compuerta de madera. El conjunto incluía la casa y salón de la sal, así como tres hornos de cal que se trabajaban en el invierno. Llegaron a producir cerca de 500 toneladas de sal al año. Fonsalía También en Guía de Isora y junto a la Playa de San Juan, se encontraban unas pequeñas salinas antiguas de barro ubicadas en medio de un malpaís volcánico. Captaban el agua con un rebosadero que, mediante un caño, la conducía a cuatro cocederos. Tras los cocederos y a un nivel inferior, discurría el plano de pocetas, perpendicular a la costa, aprovechando la orografía del terreno. Estuvieron funcionando hasta 1966 y desaparecieron al construirse una urbanización turística. Alcalá Se trata de salinas de tipo «nuevas» similares a las de Lanzarote que fueron construidas en los primeros años de la década de los cuarenta por salineros procedentes de las salinas del Camisón. En un principio se empleó mortero de cemento en la construcción, pero al comprobar que los tajos se fracturaban, tuvieron que fabricarlas de barro. Están ubicadas en la costa de Alcalá entre huertas de plataneras. Estuvieron en activo hasta el año 1984, siendo parcialmente demolidas en 1985. Se conservan en la actualidad gran parte de los muros de la obra de aterrazamiento, así como el salón de la sal y la casa. Están clasificadas como suelo apto para urbanizar, aunque incluidas en zona verde y afectadas en gran parte por la servidumbre costera. Son las únicas salinas de Tenerife que aún pueden rescatarse. El Varadero Al oeste de la isla y en la costa de Guía de Isora se construyeron hacia 1840 unas pequeñas salinas antiguas de barro, que estaban situadas en el paraje costero llamado El Varadero. Poseían una superficie de 7.000 m2 y alcanzaban a producir 100 Tn de sal al año. Los Silos Son las primeras salinas construidas en Tenerife de las que se tiene referencia hacia finales del siglo XVIII. Estuvieron funcionando hasta los años treinta. Desaparecieron como consecuencia del desarrollo turístico de la costa de Los Silos y no se tienen datos de su forma y trazado. El único elemento que se conserva es un horno de cal, utilizado muy probablemente, como sucedía en muchas salinas, en régimen de economía mixta.
56 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
OBRA M ARÍTIMA H ISTÓRICA DE TENERIFE ORIGEN, DESARROLLO Y TIPOS
del volcán. En su magnífico plano de la isla, Riviere consigna la propuesta del primer muelle para Santa Cruz, elaborando un proyecto del mismo que, si bien no llegó a ejecutarse, sirvió de referencia para el que construyeron los ingenieros Francisco Lapierre y Manuel Hernández, finalizado en 1757. El otro muelle que se refleja en planos y documentos es el del Puerto de la Cruz: «en el muelle que está orilla del Traxin hai cuatro
cañones de bronse de a quatro libras de bala...». Desde esta época, prácticamente el grueso de la obra de los muelles históricos de Tenerife, y también de Canarias, sigue el tipo de bloques sobrepuestos, utilizándose puntualmente la tecnología de los pilotes hincados o de las pilas. El cajón flotante de hormigón armado solo aparece, como es obvio, en este siglo.
Las dificultades de comunicación por el interior de la isla y las necesidades creadas por la floreciente
E
n 1588, el ingeniero militar Leonardo Torriani levanta lo que podemos considerar como el primer plano que refleja una imagen más real y detallada de la isla, consignando en su costa varios embarcaderos y refugios. En el mismo sólo se mencionan dos muelles: el de Garachico, que logró dibujar muchos años antes de que desapareciera a causa de la erupción de 1706, y el de Santa Cruz, más bien un embarcadero evolucionado cuando todavía era un lugar apenas poblado. Según todas las referencias, el puerto de Garachico, abrigado de una parte por el islote de El Roque, poseía un magnífico muelle denominado Las Barandas, rodeado de edificios y de almacenes de aprovisionamiento. En lo que respecta al muelle de Santa Cruz, según relata Alejandro Cioranescu, su fábrica se inicia en 1548, con la intervención del gobernador Juan Bautista Ayora y con piedra que se trajo de una cantera que estaba por debajo de El Sobradillo, si bien es cierto que según todas las referencias este inicial muelle se desmoronaba con harta frecuencia. Con posterioridad, en 1740, el también ingeniero militar Antonio Riviere nos relata con mayor precisión el estado en su época de la obra marítima a lo largo de las costas tinerfeñas. En la carta que envía al Duque de Montemar indica cómo el puerto de Santa Cruz, realmente un gran fondeadero con poca obra marítima, recoge el tráfico de navíos que se derivó de Garachico tras la erupción
agricultura de expor tación, favorecieron el surgimiento de embarcaderos como el de Fayfe (Adeje. Una representación de las interesantes expresiones a conservar de la obra marítima.
Foto: Cipriano Marín
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El conjunto de muelles de Valleseco alberga una parte impor tante de la historia del puer to de Santa Cruz de Tenerife. Foto: Archivo de la Autoridad Por tuaria de Tenerife
58 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
Como hemos visto, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII la obra se concentra en el puerto de la capital, Santa Cruz, que llega a disponer de varios muelles, todos ellos siguiendo la tecnología de los bloques sobrepuestos. Dragado, escollerado previo y macizados de mampostería de piedra cogida con cal hidráulica, relleno de piedra y remates de sillería, consolidan el modelo del muelle en la época.
Al igual que ocurriera con el muelle inicial en el siglo XVI, la culminación de los primeros tramos del muelle de Santa Cruz constituyó una auténtica odisea. Solo por mencionar algunos incidentes diremos que el
antiguo muelle de Lapierre quedó muy deteriorado en 1758 por un temporal, y años más tarde, en 1821, otro temporal terminó de desmoronarlo. A partir de este momento la preocupación por el muelle ha sido constante, sucediéndose múltiples proyectos, ampliaciones e incorporaciones tecnológicas. La aparición en el siglo XX de los cultivos del tomate y del plátano para la
exportación, dadas las serias dificultades de comunicación terrestre por el interior de la isla, generó una intensa navegación de cabotaje a lo largo de la costa tinerfeña, época a la que pertenece la construcción de la mayor parte de la obra marítima tradicional que hoy observamos en nuestro litoral, así como la mayoría de los faros antiguos, sustitutos de las ancestrales torres de señales.
TIPOLOGÍA DE OBRA MARÍTIMA La tipología de obra marítima histórica se desarrolla en base a cinco modelos bien diferenciados: El Fondeadero Define simplemente la existencia de una rada natural defendida del oleaje donde el barco fondea, realizándose la carga-descarga a través de lanchas. El Varadero Pequeña instalación portuaria consistente en una rampa de varada y una zona en tierra para dejar las embarcaciones. Aparece ligada a las embarcaciones pesqueras o zonas de reparación de barcos. El Embarcadero Pequeño malecón de borde defendido del oleaje que crea una línea de atraque o de amarre. El término pris tan común en Tenerife, deriva de la frase «hacerle el pris al barco», de forma tal que la embarcación se fondea a popa y se amarra tensando la proa al embarcadero.
Muelle
de
Hamilton
en
Valleseco (1850). Foto: Alber to Luengo
El Muelle Obra marítima de mayor calado y longitud que crea un espigón que ofrece refugio a las embarcaciones de mayor tamaño que se atracan al mismo lateralmente. El Pescante Constituye una variante del muelle de gran altura de plataforma, aunque bien diferente por su tipo constructivo y su finalidad. Aparece relacionado con el transporte de mercancías y el atraque se realiza frontalmente cuando las condiciones de la mar lo permiten; si no es así, la descarga se efectúa con la ayuda de lanchones. Disponen de un curioso sistema de grúa a través del cual se realiza la carga-descarga, como es el caso de Garachico en Tenerife o el impresionante pescante de Hermigua en la vecina isla de La Gomera.
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CONSTRUCCION, ELEMENTOS Y MATERIALES Con estos antecedentes es fácil reconocer que prácticamente toda la obra marítima insular que ha llegado a nuestros días data, como mucho, de finales del siglo pasado. La obra a la que hacemos referencia se impregna del soporte técnico suministrado por el Cuerpo Nacional de Ingenieros que traslada a Canarias durante décadas la experiencia de otras zonas de la Península. El embarcadero normalmente es una construcción de tecnología sencilla y se limita a apoyar la obra mural de mampostería de piedra basáltica con mortero de cal hidráulica o cemento, cajeada en el risco de borde, rellenándose a trasdós con terraplén o pedraplén de cantera. Sin embargo, el muelle o el pescante, al tener que coger mayores calados, adopta tecnologías más desarrolladas, encontrándose en Tenerife la de los bloques sobrepuestos y puntualmente la utilización de los pilotes o las pilas. Aunque también es preciso mencionar que los prismas artificiales se utilizaron en el puerto de Santa Cruz desde 1847, cuando se supo que esta nueva técnica se estaba utilizando en el puerto de Argel.
60 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
El muelle histórico rígido de piedra de bloques sobrepuestos sigue siempre el mismo sistema constructivo con ligeras variantes, dependiendo del calado, de los materiales y de los medios auxiliares disponibles, así: • para la cimentación es preciso proceder previamente al dragado, retirando el material suelto y, si es posible, cajeando el firme del fondo. Para resolver el asiento de la cimentación la solución tradicional al uso recurre al saco de hormigón, fuertemente dosificado con cemento (H-300 a H-450) que se mejoró a lo largo del tiempo con fino de puzolana. • sobre dicho plano nivelado se dispone el cuerpo del muelle, alcanzando la cota de la pleamar, que se resuelve con dos soluciones base, bien construyendo grandes bloques de hormigón in situ, colocando el encofrado sumergido y rellenándolo, como es el caso de los muelles de El Médano o Los Cristianos; o bien, cuando se dispone de grúa, colocando los grandes bloques prefabricados, como es el caso de los muelles de Valleseco. • la superestructura del muelle en torno a la pleamar se resuelve con muros de mampostería careada de piedra basáltica moli-
nera con la junta cogida y relleno de ciclópeo, tanto de hormigón con cal hidráulica como de cemento con puzolanas. La sillería se utiliza en todos los remates de borde: esquinas, escaleras, tapas de espaldón e incluso en las aristas. • el interior entre ambos muros se rellena con restos de cantera o pedraplen escogidos que se compactan y nivelan.
MUELLE DE CROSA Valleseco 1 Dragado previo del fondo de arena y callaos 2 Sacos de hormigón de cemento H-450 de 2000kg niveladas 3 Escollera de protección para evitar socavaciones de 50 a 100kg 4 Bloques de hormigón H-300 de 100x100x200 colocados con grua en hiladas horizontales 5 Muros de mamposteria careada de piedra basáltica molinera relleno ciclopeo y cadenas trasversales con mortero de cemento y cal hidraúlica 6 Relleno de pedraplen escogido 7 Hornillos de mina para volar el muelle de 30x60x450 cm 8 Capa de hormigón de 20 cm de espesor 9 Pavimento de adoquín en cuña basáltico rejuntado con mortero de cemento 10 Aristón de sillería basáltica 11 Rieles Bessemer de fundición sobre traviesas de madera de pino E 7x16 cm
SISTEMAS DE CONSTRUCCION DE MUELLES El desarrollo tecnológico del muelle estuvo históricamente ligado a la evolución de la navegación y el comercio, base de las relaciones entre los pueblos. A medida que la embarcación creció para poder aumentar su capacidad de carga, surgió la necesidad de disponer de diques de atraque que facilitaran la maniobra. Las estacas usadas en pilotes hincados para el amarre debieron ser el primer embrión de muelle en geografías costeras pantanosas desde el quinto milenio antes de nuestra era, si bien la necesidad de mejores calados obligó al desarrollo de otras tecologías. Las culturas e imperios de la navegación, como la púnica o la romana, cuya expansión y crecimiento dependía en gran medida de sus embarcaciones, desarrollaron prácticamente todos los tipos de muelle, salvo el de cajones de hormigón armado, que aparece a finales del siglo XIX con la invención del cemento llamada Portland. La palabra muelle, del latín moles, significa dique o murallón y es, según la Enciclopedia General del Mar, una «obra en los puertos que tiene por objeto ofrecer un paramento vertical de calado suficiente para que atraquen de costado los buques a él, pudiendo efectuar en esta posición las operaciones de carga o descarga». La altitud de la plataforma sobre la mar deber ser la adecuada según la altura de borda de los buques. En general se toma como mínimo dos metros en los muelles comerciales y uno en los pesqueros. Los sistemas históricos de construcción usados son los siguientes:
• el pavimento de la plataforma superior se resuelve, tras colocar una capa previa de puzolana, con cal hidráulica o solera de hormigón, colocándose sobre ella el adoquinado basáltico en cuña sobre capa de arena, rejuntándose con mortero de cemento.
Muelle sobre pilotes Es el sistema más antiguo, pues utilizando la madera como único material, es posible construir un muelle con facilidad, rapidez y escasos medios auxiliares y, sobre todo, sin tener que trabajar bajo del agua. Se han construido profusamente y siguen utilizándose en muchos puertos. Se basan en una serie de pilotes prefabricados e hincados a golpes de maza o machina, o bien construidos in situ y debidamente arriostrados, soportando una plataforma de anchura y calado suficiente. Han sido especialmente empleados en terrenos fangosos y poco consistentes y se prestan a soluciones mixtas de carácter isostático y deformable. Muelle tablestacado Es el tipo de muelle más sencillo, se limita a formar el paramento de atraque mediante un tablestacado (pantalla formada por elementos hincados enlazados entre sí de modo continuo) y calculado para resistir el empuje del terraplén de relleno.
Malecón del Varadero de Felipe Ravina (1910), Valleseco. Foto: Alber to Luengo
El único caso de construcción de muelle con pilotes en Canarias se localiza en el singular conjunto proyectado por Crosa en Valleseco, donde para la cortadura del muelle se utilizan pilotes de fundición hasta la pleamar, cimentados en un macizado de hor-
Muelle de bloques superpuestos Es un tipo de construcción sumamente sencillo y consiste en formar un muro bajo el agua de bloques de hormigón o mampostería de cemento portland o cal hidráulica, en una o varias hiladas sobre una base de escollerado arrojado y arreglado en una zanja previamente dragada. Por encima del nivel del agua, se construye una superestructura de mampostería u hormigón, con una coronación generalmente de sillería. Muelle de Cajones Para muelles de gran calado que deban resistir grandes sobrecargas, ubicados sobre terrenos de cimentación relativamente consistentes, se utiliza el sistema de fondeo de grandes cajones de hormigón armado que construidos en grada o dique flotante, elementos que son transportados por flotación a su emplazamiento y fondeados por inundación sobre una base previamente preparada. A continuación se rellena el muelle de inertes u hormigones pobres y se culmina con una superestructura construida in situ. Son de gran solidez y se pueden construir con rapidez. Muelle de pilas Son muelles cimentados que pueden estar cimentados en modo continuo o discontinuo, pero que en su parte emergente se componen de una serie de pilas o columnas de mayor sección que los simples pilotes, pero que al estar separadas entre sí permiten la formación de un talud entre ellos que sirve de rompiente a la marejada. Las pilas entre sí están unidas por su parte superior por un forjado plano o abovedado que forma la plataforma del muelle. 1 Caja de hormigón de 150x150x150, H-300 excavando previamente en callao 2 Sacos de hormigón H-350 colocados con grua 3 Pilotes de fundición circulares Ø 300 cm placa de apoyo 6 cartelas pintadas a tres manos 4 Estructura de madera de pino arriostrada en las dos direcciones embreada 5 Tablazón de madera de pino E 7x15 embreada 6 Rieles Bessemer de fundición
MUELLE DE CROSA Valleseco
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mig贸n dentro del callao, protegidos a su vez con sacos de hormig贸n. Sobre dichos pilotes se coloca una estructura de madera de pino arriostrada, en las dos direcciones, que apoyan una tablaz贸n de madera. En este muelle se utiliza tambi茅n el concepto del muelle de pilas, un macizado asilado de obra de mam-
62 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
postería que salva la doble cortadura del muelle, de manera similar al pescante de Garachico, cuya curiosidad estructural más relevante reside en la gran ménsula de estructura de cerchas metálicas de treinta metros de luz, capaz de proyectar la punta del pescante sobre el vacío del mar.
AYER Y HOY EVOLUCIÓN DEL PUERTO DE SANTA CRUZ DE TENERIFE Plano General de las Obras de Ampliación y Mejora elaborado en 1921, frente a la foto aérea de 1998.
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Roque de las Bodegas (Santa Cruz) Roque Bermejo (Santa Cruz) San Andrés (Santa Cruz) Conjunto de Valleseco (Santa Cruz) Muelle de Hamilton Muelle y varadero de Felipe Ravina Muelle de Angel Crosa 5 Tahodio (Santa Cruz) 6 Puertito de Güímar (Güimar) 7 Porís de Abona (Arico) 8 Playa grande del Porís (Arico) 9 El Médano (Granadilla) 10 El Pris de Las Galletas (Arona) 11 El faro de Rasca (Arona) 12 El Rincón de los Cristianos (Arona) 13 Los Cristianos (Arona) 14 La Caleta de Adeje (Adeje) 15 Finca de Fayfe (Adeje) 16 El Cabezo de Alcalá (Guía) 17 Punta de Teno (Buenavista) 18 Garachico (Garachico) 19 Playa de San Marcos (Icod) 20 Puerto de la Cruz (Pto. de la Cruz)
Embarcadero Malecón de bloques sobrepuestos Muelle de bloques sobrepuestos. Muelle de bloques sobrepuestos Muelle de bloques sobrepuestos Bloques sobrepuestos con cortadura Muelle de bloques sobrepuestos con cortadura y pilotes Muelle de bloques sobrepuestos. Muelle de bloques sobrepuestos. Embarcadero Malecón de bloques sobrepuestos Muelle de bloques sobrepuestos La Marquesina, un entrañable símbolo del puer to Muelle de bloques sobrepuestos tiner feño. Embarcadero Malecón de mampostería Embarcadero Malecón de mampostería y Varadero OBRA MARITIMA DE TENERIFE Embarcadero Malecón de bloques sobrepuestos (varaderos, embarcaderos, Muelle de bloques sobrepuestos muelles y pescantes) Embarcadero de mampostería con tinglado Embarcadero de mampostería con tinglado Muelle de bloques sobrepuestos Embarcadero-malecón de sillería Embarcadero de bloques sobrepuestos y pescante de pilas Embarcadero, Malecón y Muelle de bloques sobrepuestos Malecón-Muelle de bloques sobrepuestos
Cargando fruta en un embarcadero del sur. Obsérvese la complejidad de estas maniobras de antaño.
MUELLE DE LOS CRISTIANOS
MUELLE DEL MÉDANO
64 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
1 Dragado y cajeado del risco 2 Nivelación con sacos de cemento Portland H-300 3 Bloques de hormigón H-300 de cemento y puzolana moldeados en cajones perdidos de madera 4 Muros de mamposteria careada de piedra basáltica molinera cogida con mortero de cal y cemento con relleno de ciclopeo 5 Relleno interior compacto de todo - uno de cantera 6 Capa de 30 cm de hormigón pobre con puzolana 7 Adoquado de cuña sobre capa de 5 cm de arena con rejuntado de cemento 8 Sillería de piedra basáltica molinera con aristón, escalera y tapas, cogidas con mortero de cemento 9 Noray de fundición
LA EMBARCACIÓN TRADICIONAL Y LA C ARPINTERÍA DE RIBERA
Diversas especializaciones de las embarcaciones pesqueras: Xávega en el Atlántico, Sicilia en el Mediterráneo y Balahou en el Pacífico.
E
l desarrollo de las embarcaciones a través de la historia ha dependido no solamente de los materiales disponibles y el estadio de la tecnología naval, sino también del uso final y el tipo de mar en el que operaban. Esta aseveración se vuelve más rigurosa en el caso de las pequeñas embarcaciones especializadas en las labores pesqueras que presentan un nivel de adaptación increíble, apreciable en centenares de tipos de barcos tradicionales a lo largo de las costas del planeta.
Los balbuceos de la navegación costera se produjeron en base a tres patrones primigenios: la monóxila (tronco ahuecado), el barco de cuero (con trenzado interior) y la balsa (atado de troncos o de odres inflados). Los patrones evolucionaron en distintas direcciones, apareciendo en una de ellas el barco de madera con estructura compleja que
La carpintería de ribera es un arte insular presente en todas las latitudes. En la imagen, barca de pesca en las costas de Omán, el luzzu de Malta y la barca típica de Samos.
Fotos: Giuseppe Orlando - Cipriano Marín
permitía la navegación a mayores distancias. En realidad existió un desarrollo paralelo del buque de madera en los centros litorales más activos de la cuenca Mediterránea, en el norte de Europa y en la costa de China. Las primeras referencias que se tienen respecto al aprovechamiento de la energía eólica las encontramos precisamente en unos grabados que representan barcos provistos de vela navegando por el Nilo unos cinco mil años antes de nuestra era. También existen datos que nos informan de que mil años más tarde la civilización sumeria empleó la vela para la navegación por el Golfo Pérsico y a lo largo de las rutas del Tigris y el Eufrates. Con posterioridad, la vela se instala definitivamente en el Mediterráneo con la cultura fenicia y con aparejos evolucionados de la mano de la colonización grecorromana, siendo los sarracenos los que introdujeron posteriormente la llamada vela latina de honda raigambre en nuestras tierras.
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EL BARCO COMO UN SER VIVO Para los pueblos marineros nada es casual en un barco o en una barca como las nuestras. Desde la construcción a la decoración del mismo todo se hace de forma cuidadosa y siguiendo pautas que se pierden en los tiempos, tradiciones que han pasado de mar en mar y de isla en isla. Antiguamente cuando se colocaban las primeras piezas de madera, se hacía un sacrificio y con su sangre se impregnaban las primeras cuadernas. De esta forma el barco comenzaba a cobrar vida. Los tiempos sustituyeron esta celebración con el rojo vino, una tradición que llega a sofisticarse tanto que se vuelve un poco irreconocible cuando en los grandes buques comienza a utilizarse el champán. Los colores que envuelven las embarcaciones indican los lugares de procedencia, pero en su combinación se incluyen los que se corresponden con los santos bajo cuya advocación se encuentra este ser vivo. A veces rojos y verdes en tributo a los protectores San Cosme y San Damián, o los azules de los mantos de la virgen local. No olvidemos que los barcos que bautizan como buenos cristianos y adoptan en este acto, al igual que los seres humanos, un nombre propio. Esta obsesión por darle vida es la que se puede observar en multitud tipos tradicionales de embarcaciones, des-
Hasta los albores del siglo XVIII, la burda forma semicircular de la canoa, desarrollada a partir de un tronco con el fondo aplanado, siguió actuando como referente básico en la definición del casco de madera de las embarcaciones, con la singular excepción de los barcos vikingos que con su marinera embarcación de altas proas, casco en «tingladillo» y vela cua-
66 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
Detalle de proa de un «dhow», barca tradicional de pesca en la ciudad de Sur (Oman). En la imagen se puede apreciar el grafismo de los ojos que dan vida al navío.
de las costas de China al Mediterráneo, que dibujan ojos o figuras geométricas similares en la proa. O lo que resulta aún más curioso, el comprobar
Foto: Giuseppe Orlando
cuando a la muerte de un patrón o familiar importante se añade la franja negra, de esta forma el barco se convierte en un ser más de la comunidad.
drada, parece que permitieron la arribada a las costas americanas del norte cinco siglos antes de que Colón divisara las islas del Caribe. Básicamente han sido empleadas dos técnicas en la construcción de barcos de madera, a las que se denominan de «concha» o tingladillo y de «costillaje», pudiendo encontrarse combinaciones de ambas formas de estructura al iniciarse el siglo VII. En el primer tipo, el forro se mantiene por sí mismo actuando las cuadernas como refuerzo, en el segundo, tal como el término explica, se levantan las cuadernas a modo de cesto fijándose el forro exterior a esta estructura. Como ya sabemos, la navegación prehispánica conocida en Tenerife se reducía a balsas de «foles» de cabra trenzados o bien a simples balsas de atados de troncos de tabaiba. La llegada de los conquista-
dores incorporó la tecnología del barco de madera de costillaje que ya se encontraba extremadamente evolucionada en toda la costa atlántica y mediterránea del viejo mundo, que permitía además generar embarcaciones que se adaptaban sin grandes diferencias constructivas a las peculiaridades de cada costa o isla. Mientras en otras costas encontramos evoluciones específicas de las embarcaciones hasta extremos de desarrollar tipologías adap-
tadas a cada tipo de pesca, como es el caso de Galicia, Venecia o la costa portuguesa, donde se han llegado a superar la docena de modelos en un solo enclave, la construcción naval en Canarias, orientada exclusivamente a la pesca en el litoral, desarrolló dos modelos base: el barco y la chalana o chinchorro. La presencia de un solo patrón no es de extrañar, se trata de una situación que se reproduce en muchas islas y posiblemente constituya un compromiso entre la eficacia y la
«Eran botes pequeños, pues no ves que no había muelles, no había, eran botes de cuatro metros y medio, los barquitos que había mayores eran de cinco metros. No se podían hacer mayores porque pa vararlos era un problema» (Ref. D. Manuel Melo Tavío, Piñera, pescador de Los Cristianos). En la imagen, la barca y la Fiesta del Carmen en el Puer to de la Cruz.
Foto: Salvador Aznar
limitación de recursos. Reconocemos situaciones similares en las islas Baleares con su llaut o en el conocido luzzu de Malta. El barco y la chalana de Canarias. Tipo y construcción. La chalana canaria, como la gamela gallega, es una pequeña embarcación de carácter auxiliar, de fondo plano, popa cuadrada, proa en punta y casco en «concha». Por contra, el barco canario adopta la sección en V para la proa y posee popa rematada en punta y casco de costillaje. También aparece una variante del barco de similares características, si bien provisto de popa cuadrada, de mediana eslora, utilizada para tareas más simples. Para faenar en los rudos mares del Átlantico, donde es preciso sortear desde playa abierta el oleaje y salir a alta mar, los barcos se protegen prolongando rodas y codastes. Sin embargo, el barco canario se limita a faenar a lo largo del litoral, por lo que presenta sus extremos poco pronunciados, forzando sus amuras para defenderse del batiente. Este barco tradicional es realmente como un ser vivo, fruto y espejo de la vida marinera, constituye desde sus inicios una embarcación que incorpora la vela, adoptando en particular la vela latina por sus buenas condiciones para ceñir con facilidad a lo largo del perímetro insular. El palo de la vela se monta sobre el banco de proa cogido al fondo por la «carringa» y rigidizado lateralmente por dos «estaices». La vela se driza mediante una argolla que corre por el palo y se sujeta a la botavara. Hasta los años cincuenta se estuvo utilizando en Tenerife la embarcación tradicional, a partir de este momento irrumpe y se consolida definitivamente el motor intraborda que se adapta al barco tradicional sin mayores contratiempos, desarrollando la propulsión mediante hélice de bronce que sustituye al primitivo modelo de dos palas estrechas, consolidando así el modelo de las tres palas anchas de mejor respuesta a las duras condiciones del mar canario.
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El casco del barco canario, de sección en V y construcción de costillaje, sigue el patrón constructivo universal. Se monta la quilla y sobre ella se prolongan roda y codaste, armándose los planos (varengas) y sobre la quilla se solapan los maderos (cuadernas), cuya curvatura la ajusta el maestro carpintero en la construcción mediante redondos metálicos. Sobre el costillaje, que ya define la forma del casco, se ajustan a tope las bandas de madera, cuyas grietas se calafatean o sellan con estopa y masilla. La estructura se rigidiza a todo lo largo mediante cerretas y cintones, y en las embarcaciones de mayor eslora se coloca tapa de regala para reforzar el borde del barco ante el golpeteo del oleaje. Si bien en los barcos más pequeños únicamente se cierran las cubiertas de proa y popa, en los de mayor eslora se convierten en salvavidas al utilizarse como compartimentos estancos, donde se mantienen en seco los aparejos del barco. Quizás el aspecto que más llame la atención de tan singular «árbol estructural» sea la esbeltez de las escuadrias de sus cuadernas (maderos) que se mueven en valores comprendidos entre 2x4 cm y 3x5
68 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
Las marcas y los colores
confieren al
barco una identidad propia.
Una prácti-
ca tan antigua como la historia de la navegación, ya que se tienen referencias de que los fenicios eran maestros en este ar te de pintar el barco. Su origen pudo ser mítico religioso y hoy sabemos que incluso designaba la procedencia de la embarcación o el tipo de pesca. Fotos: Alber to Luengo, Jorge P. del Pino
cm, lo que permite armar cascos de hasta diez metros de eslora. El barco se completa con los dos remos, cuya longitud es superior a tres mangas, dotados de los característicos galápagos que se introducen en los toletes como eje de apoyo. Por último, tenemos el timón de proa que se gobierna normalmente con la caña, o bien, de forma vertical, con la barra sujeta a un cabo en círculo.
El mismo hecho de concebirse el barco como un ser vivo en continua evolución, ha propiciado la inclusión en las embarcaciones profesionales de algunas curiosas adaptaciones, tales como el cierre completo de la cubierta en distintos compartimentos para usos diversos, o los dos alerones metálicos a proa para mejorar la estabilidad y aminorar el «culeo» del barco parado. A pesar de que el sector tradicional pesquero está en franca decadencia y las capturas han disminuido considerablemente, el barco tradicional se mantiene vivo gracias a sus insuperables condiciones marineras, dado que su forma y su peso son los apropiados para pescar con mayor comodidad en esta aguas. Del inventario realizado en Tenerife sobre la situación de las carpinterías de ribera existentes, se desprende que aún subsisten cuatro maestros carpinteros tradicionales en La Barranquera, Los Abrigos, Las Galletas y Alcalá, a los que hay que añadir la existencia de otros tres talleres situados en la Dársena pesquera, el Camino de las Gavias y en el Cardonal. Estos últimos talleres se han transformado para la construcción de barcos de fibra que reproducen más o menos fielmente
el barco tradicional. También hay que considerar que en muchos varaderos o sedes de cofradías se suele encontrar algún maestro que repara embarcaciones. Recuperar el barco tradicional y los oficios constituye como podemos ver una tarea urgente. Se trata de una operación viable que en otras latitudes se ha desarrollado con éxito, tal es el caso de la recuperación del llaut en Baleares o de los barcos tradicionales de pesca litoral en las islas griegas. En estos ejemplos, muchos usuarios de embarcaciones de recreo han abandonado los modelos importados, sin personalidad y homogéneos, recuperando de nuevo la embarcación tradicional o adaptaciones basadas en esse patrón. Los aparejos del barco La vida cotidiana del barquero isleño refleja su ingenio en el conocimiento exhaustivo de sus zonas de pesca, sus «marcas» son secretas y se transmiten de padres a hijos, cada accidente de la costa, hasta el más pequeño, tiene su nombre para así poder ser reconocido.
La modestia de recursos no impide que los aparejos base presenten una riqueza y diversidad apreciables, construyéndose la mayoría de las veces con los materiales a la mano o con materiales reciclados. Así nos encontramos con aparejos como: • La rociega o el rosón, es el ancla de la embarcación que en inicio se trataba simplemente de una piedra y tres palos atravesados a la manera de las pountadas gallegas. Posteriormente y hasta épocas recientes se construyó con material reciclado, seis redondos metálicos encajados en un tubo galvanizado con un ojo en su extremo. • El bichero, aparejo de unos 80 centímetros de largo, con un mango de madera y un anzuelo de verga «blanca», bien afilado, atado al mango mediante alambre para ensartar las capturas difíciles. • El mazo, aparejo de madera de unos 40 cm de largo más ancho en la punta, para rematar el pescado. • El tablón del engodo, elemento utilizado para machacar el engodo, formado por un
plato de madera y un callao natural con forma de mazo. Dependiendo de la isla cambia de forma o se colorea, como los bateó de Lanzarote. • La candileja, utilizada para atraer con la luz la pesca de orilla o la pesca de altura, sustituyó hacia principios de siglo a los «palos de tea» encendidos que se utilizaban desde la época de los guanches. Es un artilugio netamente elaborado a partir de materiales de reciclaje que se construye con restos de cacharros. Dispone de un caño, tapa y agarraderos. Se rellenaba de trapos o mantas viejas empapados en petróleo. A partir de los años treinta cae en desuso, al imponerse en las islas el conocido petromax para la pesca nocturna de sardinas, chicharros, bogas y caballas, que se apareja en una cruceta montada en el banco de proa. Para varar las embarcaciones se utilizan los parales de madera que en la zona norte se enristran mediante cabos. Una vez varada la embarcación, se fijan sus dos bandas latera-
«... se trata de embarcaciones de poso, es decir sin cubierta: con dos medios puentes, uno a popa y otro a proa, los leitos o lechos o también, si son cerrados, salvavidas o depósitos, y de dos rodas, o sea, con cierre curvo de la quilla a proa y a popa, que facilita las varadas de popa, remar en cualquier sentido, o el enfrentar el barco a una ola inesperada, cosas estas necesarias sobre todo en zonas de mar dura y costa de orografía muy variada, tal y como suele ser nuestro litoral. Generalmente tienen pequeñas dimensiones para permitir la varada de forma cotidiana; por lo que suelen ser inferiores a los 7 metros y en ellos es muy habitual el uso del remo o la boga.» Rodríguez Benafuente (1996).
Foto: Jorge P. del Pino
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EL BARCO PARTES DEL BARCO A Proa B Popa C Banda de babor D Banda de estribor E La amura de proa F La amura de popa G La cubierta H El timón I El motor ELEMENTOS DEL BARCO 1 La quilla (E 20x5) 2 La zapata (Refuerzo metálico) 3 La roda (E 5x15) 4 El puente (E 5x15) 5 El capillo de proa (E 5x10) 6 El capillo de popa (E 5x10) 7 El albasur (El mamparo) 8 Las cerretas (E 2,5x8) 9 Los cintones (E 2,5x6) 10 Los planes (Las varengas) (E 2,5x4) 11 Los maderos (Las cuadernas) (E 2,5x4) 12 Las cuadernas (Distancia entre maderos) 13 Las bandas 14 Las panas (E 2x20) 15 La canal 16 Las chumbaceras 17 Los toletes (Æ 25) 18 El cintón (E 2x3,5) 19 La lasca (Refuerzo de goma) 20 Los bancos (E 4x20) 21 El remo tavante 22 El remo medio 23 Refuerzo de proa 24 Refuerzo de popa 25 Las curvas 26 El agujero 27 El motor 28 El eje 29 La hélice 30 Los parales 31 Las burras
PARTES Y ELEMENTOS DEL TIMON 1 Cabeza del timón 2 Pala del timón 3 Los machos 4 Las hembras
70 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
PARTES Y ELEMENTOS DEL REMO 1 La pala (E 4X14) 2 El tercio (E 7x7) 3 El puño (Æ 25) 4 Los galapagos 5 La castañuela 6 Los alambres
LA CHALANA (AUXILIAR) PARTES A Proa B Popa C Banda de babor D Banda de estribor ELEMENTOS 1 La quilla (E 3,5X8) 2 La zapata (refuerzo metçálico) 3 La roda (E 3,5X8) 4 El capillo de proa (E 3,5X8) 5 Los planes (las varengas) (E 2,5X4) 6 Los maderos (las cuadernas) (E 2,5X4) 7 Las cuadernas (distancia entre maderas) 8 La cerreta (E 1,5X6) 9 El cintón (E 2X4) 10 Los cintones (E 2,5X4) 11 La lasca (refuerzo de goma) 12 Las bandas (chapa1,5) 13 El fondo (chapa1,5) 14 Los bancos (E 17X3,5) 15 Las chumbaceras 16 Los toletes (E Æ 2,5) 17 El remo tavante 18 El remo medio PARTES DEL REMO 1 La pala (E 4X14) 2 El tercio (E 3X4,5) 3 El puño (E Æ 2,5) 4 Los galápagos 5 La castañuela 6 Los alambres
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La chalana o chinchorro
Foto: Jorge P. del Pino
les mediante las llamadas burras, el trípode de madera zunchado que se observa en los laterales de las embarcaciones varadas. Las marcas y los colores No es posible entender el barco popular sin las marcas y los colores que lo caracterizan y le dan esa personalidad tan especial. Parece ser que las marcas en las amuras de proa tienen origen fenicio y en un principio tuvieron una finalidad mítico-religiosa, reproduciéndose en las sucesivas culturas mediterráneas y atlánticas. Aparecen círculos, ojos, estrellas de cinco puntas, pero el esquema que surge con mayor profusión y variedad se basa en las tres listas dobles que discurren a lo largo del casco, separadas o formando un conjunto único de líneas curvas que circundan la proa. Los colores de los barcos personalizan cada embarcación y responden en vertical siempre al mismo esquema:
72 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
- Bajo la línea de flotación se pinta con la pintura antialgas con base de cobre, de color rojo teja. - El cuerpo del barco hasta el cintón del color elegido, normalmente blanco, rojo vivo o azul ancla. Se distingue el cintón en redondo con un color claramente distinto del cuerpo y se marca en el borde superior con el color de la cubierta. - El color afecta al timón que sigue el carenado de los colores y también a los remos que se suelen pintar del mismo color que la cubierta. Entre los colores que aparecen en el barco tradicional de Tenerife han de señalarse los siguientes: Rojo teja (en bajo o cubierta) Rojo vivo (en cuerpo o cubierta) Azul ancla (en cuerpo, cubierta o cintón) Azul marino (en cuerpo o cubierta) Amarillo vivo (en cintón) Verde medio (en cuerpo o cubierta) Verde claro (en cintón) Gris medio (en cintón) Beige siena (en cubierta) Negro (en cintón) Los colores de la chalana son más simples, imitando en lo posible los del barco, normalmente se pinta el exterior de un color y el interior de otro. El molino de hacer cabos Hasta principios de la década de los sesenta en el Sur de Tenerife, y más concretamente en la zona del Médano y Los Abrigos, todavía era posible ver a los pescadores mas señeros de la
El barco tradicional ha de entenderse en conjunto con sus aparejos y ar tes de pesca. Destacan como propios en Tenerife la rociega, el bichero, la mazo y el tablón de engodo.
Foto: Jorge P. del Pino
zona trenzando sus cabos con la ayuda de un pequeño molinete movido por el viento. Aunque en esta época ya se utilizaban cabos comerciales, que evitaban el duro trabajo de extraer las hebras de la pita machacando las hojas en la marea para obtener la fibra base, tan singular artilugio se siguió utilizando en el tiempo con nuevos materiales. Estaba formado el molinete por un pie de madera que se hincaba en tierra, sobresaliendo un metro, sobre el que se montaba mediante dos tuercas un rotor formado por una tapa de bidón metálico recortada en forma de molino de tres aspas, fuertemente cogido a un eje acabado en su parte trasera en una argolla denominada «el ojo». A dicho ojo se ataban los tres cabos que se querían entrelazar. Mientras un hombre manejaba hacia atrás la «piña», un tronco de cono con tres acanaladuras, tres hombres detrás giraban mediante torniquete el cabo metido en una caña a medida que el giro del molinete iba trenzando el cabo.
USOS TRADICIONALES EN EL LITORAL
L
o antiguo y lo nuevo, las prácticas ancestrales y las astutas incorporaciones del isleño con los nuevos tiempos, se funden en el mar dando paso a un complejo sistema de usos tradicionales del litoral que han pervivido en muchos casos hasta nuestros días. Los conocimientos seculares y el ingenio aplicado se han trasmitido por generaciones, aportando un legado excepcional sobre la cultura del mar y la costa. La superposición de los aprovechamientos costeros en el tiempo hace difícil distinguir la huella que dejó el aborigen de la del isleño posterior, ya que se siguieron realizando las mismas prácticas en el mismo lugar; parajes en los que por lo general los usos se han sucedido de forma cíclica. El verano era la época del año más propicia, la cosecha estaba recogida, el ganado preñado no producía leche, y los largos días
La tabla de engodo
soleados permitían precipitar la sal y recoger la semilla madura del cosco y la barrilla. La pesca chica desde la costa o la pesca de corrales, el marisqueo, la recolección de plantas con valor medicinal, el pardeleo, la fabricación de cal, la extracción de piedra, la leche de tabaiba y cardón o los restos de naufragios, complementaban el mundo de los aprovechamientos costeros hasta hace bien poco.
Limpiando el pescado en el refugio pesquero de Tajao.
Foto: Alber to Luengo
La ausencia de asentamientos pesqueros en la costa, motivada en gran medida por cuestiones de defensa ante las incursiones de piratas, sigue siendo la tónica hasta finales del XIX, en que los primeros núcleos estivales comienzan a fijar población, manteniéndose el aprovechamiento del campesino en la costa durante el verano. Por las fiestas de San Juan o de Santiago se producía una trashumancia estacional hacia el litoral, de la que existen referencias a lo largo de todo el perímetro de la isla, desplazamientos hacia el mar como los que se recuerdan en la zona de Teno, en los barrancos de Anaga, en la costa de Acentejo o en toda la zona Sur de Tenerife. Cuevas excavadas en la tosca o pequeños goros de piedra que reproducen el auchón guanche dan testimonio de estas prácticas seculares e impregnan de identidad propia los núcleos de los primeros poblados de pescadores, como se pueden contemplar en en Puerto Santiago, Alcalá, Playa San Juan, Las Galletas, Los Abrigos, El Médano o el Porís de Abona. De esta manera hoy podemos rescatar los retazos de ese universo marinero excepcional recorriendo algunos de los usos y costumbres que se han producido o se siguen produciendo en la costa de Tenerife.
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El marisqueo Al igual que ocurría en tierra adentro, en la costa se generaba una clara distribución sexual de las labores, correspondiendo a las mujeres el peso del marisqueo. Se cogían burgados, chirrimirres y lapas, de lo que dan testimonio los «concheros» distribuidos a lo largo del litoral, que en muchas ocasiones se siguieron superponiendo en los mismos lugares que utilizaban los aborígenes. Para su consumo se guisaban estos moluscos en agua de mar y se separaban de la cáscara, también se hacía provisión para otros tiempos dejándolos en remojo dentro de una botella en vinagre. Tanto el cangrejo moro como el cangrejo blanco eran capturados en las noches sin luna a marea vacía, por el procedimiento de encandilarlos con un «mecho» de petróleo. La captura del pulpo (pulpiar), reservada a los más especializados y conocedores del terreno, exigía el conocimiento de sus «casas». Todavía, como antaño, se los atrae con un paño blanco y se les captura con bichero; incluso hasta hace bien poco, se siguió utilizando la técnica aborigen de la leche del cardón cuando se resistían a dejar su morada. La morena se cogía en sus cuevas con el rejo del pulpo, bien con anzuelo o bien con un artilugio a manera de horca, formado por un tramo de caña hueca y un alambre que ahorcaba a la mo-
74 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
El litoral, en ocasiones duro y accidentado, marca la especial relación del isleño con el mar y exige un conocimiento profundo de sus vericuetos y posibilidades. El marisqueo y la pesca desde la costa se convier ten así en todo un arte.
Foto: Archivo de la Autoridad Por tuaria de Tenerife
rena atraída por un silbido hipnótico, difícil de aprender, que aún se practica en nuestros días. El Jullón (Pachygrapsus), pequeña especie de cangrejo, es muy común en intermareales rocosos. Constituye una carnada muy apreciada para la pesca con caña de la vieja. Foto: Museo de Ciencias Naturales
La pesca chica y la pesca en corrales Mientras la mujer o los niños hacían la «pesca chica» en los grandes charcos dejados por la marea, el hombre se dedicaba ple1 Tachero 2 Roque de Las Bodegas 3 Roques de Anaga 4 Roque Bermejo 5 Igueste de San Andrés 6 Muellito de San Andrés 7 Muelle de Radazul 8 Escollera Tabaiba 9 Refugio Pesquero Candelaria 10 Muelle Puertito de Güimar 11 Las Bajas de Güimar 12 Punta Bco. Arriba 13 La Hondura 14 El Rincón, Las Eras 15 Punta del Porís 16 Punta de Abona 17 Ensenada de Los Abades 18 Punta La Jaca 19 Muelle de Tajao 20 Las Cuevas del Trigo 21 Ensenada Pelada 22 Riscos de La Jaquita 23 Muelle de El Médano 24 Montaña Roja 25 Agua Dulce 26 Puerto Amarilla Golf 27 El Banco 28 Punta Negra 29 El Pal-Mar 30 El Rincón de Los Cristianos 31 Muelle de Los Cristianos 32 La Caleta de Adeje 33 Muelle de Ajabo 34 Callao Salvaje 35 Embarcadero de Fayfe 36 Muelle San Juan 37 Alcalá 38 Puertito Santiago 39 Muelle Los Gigantes 40 Punta de Teno 41 Bajíos de los Silos 42 Muelle de Garachico 43 Punta Las Bajas 44 Punta Las Coloradas 45 San Marcos 46 Charco del Viento 47 Charco de La Laja 48 Muelle del Puerto 49 El Bollullo 50 Punta del Sol 51 El Caletón 52 Costa de Roja 53 Costa del Prix 54 La Barranquera 55 El Jover 56 Punta de Hidalgo
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (El Rosario) (El Rosario) (Candelaria) (Güimar) (Güimar) (Güimar) (Fasnia) (Arico) (Arico) (Arico) (Arico) (Arico) (Arico) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (San Miguel) (San Miguel) (Arona) (Arona) (Arona) (Arona) (Adeje) (Adeje) (Adeje) (Adeje) (Guía de Isora) (Guía de Isora) (Stgo. Teide) (Stgo. Teide) (Buenavista) (Los Silos) (Garachico) (Garachico) (Icod) (Icod) (La Guancha) (S. Juan de la Rambla) (Pto. de la Cruz) (La Orotava) (La Matanza) (La Matanza) (El Sauzal) (Tacoronte) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna)
Las fiestas del mar renuevan el pasado común de tradiciones e incontables usos costeros. Fiesta del Carmen, Puer to de la Cruz.
Foto: Salvador Aznar
namente a la pesca de orilla. La llamada pesca chica se realizaba la mayor parte de las veces con la ayuda de un saco hacia el que se procuraba dirigir el pescado pequeño atrapado en el charco. En ocasiones también se dejaba el saco dispuesto apropiadamente en el fondo y se recogía al inicio de la pleamar. La pesca en orilla constituye ya una labor más especializada, donde se aúnan los consejos transmitidos entre familiares o allegados, con un conocimiento certero del lugar, del ciclo solar, de las costumbres de las diferentes especies y el propio instinto del pescador. La pesca se realiza desde el borde, en los llamados «pesqueros» conocidos de ante-
mano, a lo sumo aproximándose con la mar vacía a las bajas y roques semisumergidos. Antaño se pescaba con caña fija de bambú, la conocida localmente como «caña india», con alambre de cobre, utilizándose la «tira» de cuerno de cabra entre el aparejo y la caña para detectar con más precisión la mordida del pescado. Entre las especies más comunes propicias para la pesca de orilla se encuentran la vieja, el romero, el peje verde, la salema, el sargo o la seifía. El uso de la caña siempre se ha complementado con el empleo de la salemera o del tambor para la captura de la morena. El «engodo» o carnada para facilitar y atraer la pesca siempre ha sido un aspecto básico en las tareas pesqueras de orilla. Se empleaba el erizo machacado o las pastas de fabricación casera que en muchos casos siguen siendo secretos de familia. Cuando hicieron su aparición en este siglo las fábricas de conservas y transformados de pescado, se reciclaban sus residuos como preciado engodo. Como norma general se empleaba casi siempre para esta función los restos del marisqueo o de la pesca, existiendo una relación
LUGARES HABITUALES DE PESCA DE CAÑA
Fuente: Pedro Romero. Club Neptuno (Noviembre 1994)
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determinada entre la clase de cebo y el pez que se quería coger. Mientras el erizo machacado se echaba al veril para atraer a la vieja, diversas clases de «pastas» permitían atraer al pescado de superficie: lisas, palometas o galanas. La carnada era a su vez específica según la especie, utilizándose también restos del marisqueo o de pesca, o bien recolectando la jaquita y la lombriz en el pedregal costero. Hasta principios del presente siglo siguió practicándose en la costa sur de Tenerife la pesca en corrales, en los mismos lugares y de la misma forma que lo hicieran los aborígenes. Este es el caso de la Caleta de la Jaca en Arico que seguia en funcionamiento hasta las primeras décadas del siglo, o el de paredes de piedra seca detectadas en el entorno de Rasca. También en los charcos de Guía de Isora, Adeje, Arona y Arico siguió utilizándose el embarbascado con leche de cardón o la pesca nocturna encandilando al pescado con «mechos», de forma similar a como se hacía en otras islas, cual es el caso de Fuerteventura, donde en la mareta de Jandía se mantuvo la pesca de corral con entramado vegetal y embarbascado hasta los años cuarenta.
76 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
El gofio de cosco o vidrio La «barrilla» (Mesembryantemum crystullinum) se distingue del «vidrio» (Mesembriyantemum nodiflorum) no sólo por su aspecto más cargado de agua, sino además por la colaboración rojiza que caracteriza al vidrio, fácilmente identificable hoy en día en los paisajes de los tomateros abandonados del sur de la isla. La explotación barrillera de finales del XVIII y gran parte del XIX, destinada a la obtención de la «piedra de sosa» para la fabricación del jabón o para la industria química, que tuvo gran auge en Fuerteventura, Lanzarote, en el sur de Gran Canaria y en Tenerife, constituye un curioso aspecto de esta cultura litoral basada en recursos escasísimos. Pero lo que mas llama la atención es la faceta del aprovechamiento de las barrillas para la obtención de gofio como aliHasta la aparición de la barca, el ingenio costero hubo de recurrir a la pesca en corrales, al embarbascado, o a la pesca nocturna con mechos Foto: Alber to Luengo
Pala de engodo
mento primario. Una actividad que se ha realizado en épocas no muy lejanas, concretamente en los períodos de postguerra que repercutieron de forma muy dura sobre las islas. La obtención de gofio a partir de la variedad denominada vidrio se combinaba con los otros aprovechamientos costeros una vez iniciado el verano, recogiendo esta planta antes de que sus semillas se abrieran. Se ponían en remojo en los charcos o en las maretas preparadas al efecto, en ocasiones cocederos de salinas preexistentes, dejándolas un día en curtimiento. Se apisonaba después con los
pies provocando la decantación de su diminuta semilla al fondo, quedando el resto flotando en la superficie. Para secar el llamado gofio de cosco, se restregaba el vidrio con telas de saco y se tendía al sol sobre las piedras en los mismos lienzos. Posteriormente se tostaba un poco sin pasarlo y se molía para obtener un «gofio negro», color chocolate y de sabor algo salado, del que incluso se llegó a sacar también un sucedáneo del café. En cambio, la llamada popularmente barrilla, de sabor aún más salado, se utilizó en épocas como ración para los animales de leche, vacas, camellos, ovejas o cabras, que mejoraban su rendimiento con esa dieta rica en sal. El pardeleo En épocas de escasez, la pardela cenicienta (Calonectris diomedea) ha sido tradicionalmente objeto de una intensa caza en todas las islas macaronésicas, especialmente en los períodos de cría. Nidifica entre mayo y septiembre, en pleno verano, permaneciendo el resto del año en alta mar. Sus colonias de cría se sitúan en acantilados costeros, roques, islotes, salidas de barranco o malpaíses, construyendo nidos-madrigueras en los que ponen un solo huevo. Su captura está actualmente prohibida y quedan referencias de este tipo de caza costera en la zona del acantilado de Guaza, en Montaña Roja y en los acantilados de Tacoronte, para la que se utilizaban varias técnicas: • ahuyentándolas por la noche de sus cubiles con teas o mechos encendidos, para al salir golpearlas con un palo. • haciendo fuego en la boca de entrada de las cuevas para obligar con el humo a que salgan y atraparlas en redes. • untando una caña en leche de cardón y tabaiba que se introdcía en la cueva, y se urgaba y giraba hasta que las lograban sacar pegadas a la misma caña.
La pardela fue, en épocas de escasez, un recursos alimentario de las zonas costeras. Juan de Bethencour t nos relataba que «Conocidas en los riscos, sus casas que llaman cubiles, siempre son de boca lo más ancha de una tercia...», para su caza se empleaban «unos palitos que sirven de señal para saber por la noches si están dentro o no». Actualmente se encuentran protegidas. Foto: cor tesía Viceconsejería de Medio Ambiente – Gobierno de Canarias.
Además de su utilidad como alimento, también las plumas se empleaban en la confección de colchones, teniendo noticias de que algunos llegaron incluso a exportarse. La fabricación de la cal La fabricación de cal constituía un complemento económico importante para las modestas economías de la costa, al menos desde el siglo pasado y durante las primeras
décadas del presente. La mayor parte de la piedra de cal era importada de la isla de Fuerteventura, aunque también se extraía en menor cantidad de algunos parajes de la costa sur de Tenerife, en las escasas playas fósiles al borde de la marea. Lugares como Guía de Isora, Playa de San Juan, Los Cristianos, las Salinas del Guincho, la costa de Rasca, el Bajío de las Galletas, el Confital o Montaña Roja, fueron testigos del trabajo de la cal.
A par tir de una variedad de barrilla denominada «vidrio» (Mesembriyantemum nodiflorum) se obtenía el gofio de cosco, de color negruzco que incluso se llegó a emplear como sucedáneo del café. En la imagen se observa esta variedad en la ladera de Montaña Pelada.
Foto: Alber to Luengo
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Los hornos para su fabricación eran de forma cilíndrica, construidos en piedra del lugar, barro y con la misma cal. Para producir cal se cargaba el horno en camadas alternas de piedra de cal y leña costera (cardón, tabaiba o aulaga), se recubría de tierra y se aguantaba la combustión durante varios días, hasta obtener la cal viva, que luego se «apagaba». La ubicación de muchos de los hornos de cal costeros estuvo también relacionada con alguna gran obra del momento. La costa y los recursos terapéuticos La cultura insular siempre ha asociado el aire del mar con efectos beneficiosos para la salud. Se consideraba que la brisa marítima era capaz de aliviar las afecciones de catarros, la tosferina o simples enfermedades cutáneas. La misma estancia en la costa se aprovechaba para la recolección de plantas medicinales, a las que la tradición había conferido un efecto terapéutico, entre las cuales son de señalar: • El «higo tinto» (Opuntia dillenii) para rebajar el nivel de azúcar en la sangre. • La infusión con «aulaga» (Launaea arborescens) buena también para el azúcar. • El «incienso» (Artemisia thuscula) en infusión para los cólicos, e incluso se usó como remedio para el cólera. • La «leña blanca» (Neochamaelae pulverulenta) para quitar la caspa. • La «hierba clin» (Ajuga iva) para aliviar la pulmonía. La extracción de piedras Los ámbitos costeros del sur de la isla reflejan hoy cientos de pequeñas huellas que albergaron las canteras costeras. En ocasio-
78 Usos,Costumbres y Patrimonio del Mar
Puzolanas en el sur de Tenerife.
nes las antiguas canteras artesanales compiten en originalidad y belleza con las caprichosas formas de las lavas ardientes que sellaron esta parte de la isla. Los diversos materiales del sur han servido para proveer el canto de tosca destinado a la construcción de viviendas, con este material también se construía la tajea de tosca, elemento base de la compleja red de aguas canalizadas en el sur de la isla. Estas zonas próximas al mar produjeron la famosa losa chasnera, codiciada para su aplicación en pisos o como sillar, o bien la piedra de destilar que aún se sigue demandando en nuestros días.
Los guanches, según Juan Bethencour t Alfonso, «para pescar de a bordo... las hacían de ordinario ya de troncos de tabaiba o bien de foles», también se utilizaba la leche de cardón para embarbascar. Vista del cardonal-tabaibal en el Malpaís de Güímar. Foto: Alber to Luengo
La pesca en corrales y el embarbascado con leche de cardón se llegó a utilizar hasta los albores del presente siglo. La recolección del latex de la tabaiba se realizaba hincando lapas en su tronco a modo de cuenco, tras realizar las oportunas incisiones, tal y como se recoge en esta imagen actual. Foto: Alber to Luengo
Se tienen referencias de que desde el siglo XVI la losa chasnera era bien apreciada en obras de importancia y prestigio. Tal era su consideración que incluso se llegó a exportar. Con este material procedente de la costa de Tenerife está construída la catedral de Santiago de Cuba y la iglesia de la Asunción de San Sebastián en la vecina isla de La Gomera. Testigos de este período podemos reconocer hoy algunas canteras abandonadas en la Mesa de Guaza, en el Barranco de la Orchilla y en la zona de Abades y Tajao. La piedra de destilar llegó a ser también objeto de exportación, manteniéndose todavía en uso esporádico las canteras de Montaña Amarilla y de Montaña Roja. Los técnicas extractivas empleaban unas herramientas muy simples: pico, barra y cuñas de madera o hierro. Se tallaba a pico, en el filón abierto, la forma de la pieza a extraer, desprendiéndola con la ayuda de la barra.
Sin embargo, estas operaciones artesanales, aparentemente simples, requerían un conocimiento profundo. Como bien se expresaba un antiguo cantero: «hay que escuchar la piedra, ella dice donde va a romper, hay que adelantarse para poder decirle donde». Los usos de las tabaibas y el cardón Tanto la leche de la tabaiba dulce (Euphorbia balsamifera), como la de la tabaiba salvaje (Euphorbia regis-jubae) o la del cardón (Euphorbia canariensis) han tenido un intenso uso como hemos relatado. Pero también se han empleado diversas partes de dichas plantas para otras aplicaciones que datan de la época aborigen. La tabaiba dulce de sabor agradable se recolectaba tradicionalmente hincando «lapas» en el tronco de la planta y realizando una incisión a la manera del caucho. El látex
así recogido se hervía en agua o aceite hasta formar una pasta sólida que se cambiaba o vendía, en forma de bola o quesitos, para usos tales como pasta para tapar juntas o adhesivo para destetar a los baifitos. La tabaiba salvaje, de savia algo tóxica, tuvo un uso eminentemente medicinal, como caústico, para sanar esguinces, empeines, como purgante y vomitivo. Con la cáscara recién desprendida se hacían férulas para atar las fracturas de huesos, tanto de hombres como de animales El cardón, de savia más tóxica, se usaba principalmente como caústico, e incluso formó parte del proceso de momificación guanche. Su uso más extendido fue para el embarbascado en corrales, con el fin de envenenar el pescado, contándole la cabeza para poder comérselo. También se utilizó su corteza para la fabricación de costes.
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NATURALEZA PAISAJE Y RECURSOS
T ENERIFE, UN LUGAR DE LA MACARONESIA
L
a isla de Tenerife forma parte de lo que hoy entendemos como la Macaronesia. Se trata realmente un universo insular formado por cinco archipiélagos atlánticos: Azores, Madeira, Salvajes, Canarias y Cabo Verde, en conjunto veintitrés islas y dieciséis islotes que abarcan una superficie cercana a los 15.000 km2. La geología constituye la gran protagonista de estos escenarios insulares. Todas las islas son el resultado de una actividad volcánica que se ha mantenido hasta nuestros días y esta condición les confiere características muy especiales. Entender como es su costa y el medio marino adyacente, de que manera llega y se desarrolla la vida, solo es posible si entendemos cómo se han formado y cómo han evolucionado estos edificios volcánicos que emergen del Atlántico. Las particularidades que se expresan en las islas volcánicas, tanto geológicas como bióticas, despertaron un inusitado interés en los naturalistas de los siglos XVIII y XIX, entre los que cabe mencionar personajes como Humbolt, Gagel, Hartung o Buch, quienes aventuraron
las primeras hipótesis sobre la formación de la islas. Pero es que además, los isleños de la Macaronesia saben muy bien que sus islas aún se están formando. Resulta imposible comprender su historia reciente sin la convi-
82 Naturaleza, Paisaje y Recursos
vencia con los volcanes. En 1522, la ciudad de Vila Franca do Campo, antigua capital de la isla de San Miguel en las Azores, fue sepultada por una erupción volcánica. Casi doscientos años más tarde se repite la historia en Garachico; durante nueve días la Montaña Negra arroja más de sesenta y seis millones de metros cúbicos de lava que terminan sepultando el puerto más importante de Tenerife. Las similitudes se pueden mantener hasta la actualidad. Recientemente, en 1959, la erupción del Capelinhos ganó una amplia franja de terreno en la isla de Faial, tal como ocurriera años mas tarde, en 1971, en la vecina isla de La Palma con el volcán Teneguía. También tenemos dos manifestaciones históricas recientes muy similares. Por ejemplo, la montaña del Pico en Azores, un grandioso estratovolcán de más de dos mil metros de altura, produjo importantes erupciones a lo largo del siglo XVIII, al igual que el Teide, nuestro gran estratovolcán, en cuyas laderas surgió la erupción del Chahorra en 1798. Más al sur, en Cabo Verde encontramos a la isla de Fogo que constituye uno del los mayores volcanes activos del Atlántico. La isla es en realidad un cono volcánico masivo provisto de una caldera abierta que en su cima alcanza casi los tres mil metros. El volcán se mantiene activo desde el si-
glo XVIII y las últimas erupciones tuvieron lugar en Abril de 1955. Pero a pesar de su espectacularidad y dramatismo, estos acontecimientos son solo pequeñas manifestaciones de un largo proceso que se inició hace millones de años. Se trata en realidad los últimos retoques del prolongado trabajo realizado por las fuerzas interiores de la tierra para dar forma a las islas. La construcción de una isla Comencemos por el principio. Muy posiblemente, hace más de 50 millones de años, dependiendo de las distintas hipótesis barajadas para la génesis insular, se inicia el proceso de emersión de las Islas Canarias desde los fondos oceánicos a partir del empuje y abombamiento de la corteza terrestre en nuestro entorno. De esta época primigenia han de diferenciarse claramente dos etapas. En un primer período se produce el levantamiento de bloques diferenciados de la corteza oceánica que dan lugar a lo que podemos llamar los núcleos de partida sobre los que se van a construir las islas, su basamento litosférico. Este levantamiento pudo ser consecuencia de efectos tectónicos o bien causado por el empuje del
magma sobre la corteza. En una segunda fase comienza a emerger la isla gracias a una intensa actividad volcánica, cuyas emisiones van añadiéndose al núcleo inicial. Al principio toda esta actividad se produce bajo el mar, la isla va creciendo sobre su basamento por sucesivos apilamientos de materiales volcánicos hasta que emerge en medio del océano.
Islas Azores
Islas Madeira
Islas Salvajes
Islas Canarias
La acción del mar termina por dar estas caprichosas formas a las coladas lávicas. La Listada, costa de Tajao.
La fase posterior de construcción de los edificios insulares se desarrolla fundamentalmente en los últimos 20 millones de años. Dos ciclos se pueden distinguir en este período. Un primer ciclo que genera la mayor parte del volumen externo de la isla que se prolonga por un lapso de tiempo relativamente corto. Esta actividad se produce en el Mioceno y se caracteriza por un volcanismo basáltico de tipo fisural, excepto en su etapa final en donde empiezan a aparecer materiales sálicos (traquitas, fonolitas). Los grandes acantilados de Teno y Anaga que sobresalen imponentes en las costas de Tenerife se corresponden con apilamientos de coladas basálticas del Primer Ciclo fácilmente visibles desde la costa. Producidas en solo un millón de años, lo que en términos geológicos implica una manifestación extremadamente rápida. El segundo ciclo se continúa hasta la actualidad y aporta un volumen menos impor-
Foto: Alber to Luengo
Islas Cabo Verde
tante (en torno al 10% de los edificios insulares), aunque hay que destacar que la diversidad de materiales volcánicos de este período contrasta con la gran homogenidad del primer ciclo. A pesar de su menor volumen, la variedad de manifestaciones volcánicas que se producen en este ciclo condiciona de forma decisiva las propiedades y características geofísicas de nuestra costa y fondos marinos adyacentes. Así pues, podemos hacer un recorrido por algunos tramos del litoral tinerfeño, referenciándolo a las diversas manifestaciones volcánicas de esta última fase.
Por ejemplo, muchos de los materiales que se encuentran en el cono sur de la isla, el espacio comprendido entre Los Cristianos y Montaña Pelada, con manifestaciones tan características como la Montaña Amarilla, la Caldera del Rey la Montaña de los Erales y la propia Pelada, se explican como consecuencia de la interacción violenta del magma y el agua del mar en volúmenes importantes, las llamadas erupciones hidrovolcánicas que en ocasiones fueron extraordinariamente explosivas. Otra producción volcánica que marca la fisonomía de la costa la encontramos en el
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Representación del macizo de Anaga, una de las zonas emergentes más antiguas de la isla.
extenso tramo comprendido entre el litoral de Güímar y Granadilla, donde predomina la presencia de depósitos de pómez, creados por lluvias de materiales piroclásticos relacionadas con un edificio volcánico de carácter sálico muy anterior a la actual Caldera de las Cañadas que alcanzaba posiblemente los 5.000 metros de altura, y que fue destruido a causa de estas violentas manifestaciones. También conocemos que erupciones muy posteriores del Teide alcanzaron la costa norte desbordando los acantilados entre San Juan de La Rambla e Icod de los Vinos, y que una de ellas fue muy reciente, posiblemente en el siglo XV. La irrupción en el mar de deltas y lenguas de lava procedentes de erupciones recientes, en el Cuaternario, aporta otro de los paisajes característicos de nuestra banda litoral. Ahí están las peculiares costas accidentadas del frente de la Isla Baja de Teno, de el Malpaís de Güímar, o los amplios tramos litorales comprendidos entre Playa de San Juan y Playa Santiago, donde vemos como el mar está todavía terminando de esculpir estas negras lavas recientes que conforman una costa de agreste belleza, repleta de bajas y oquedades. Como podemos ver, el modelado del litoral y de los fondos marinos inmediatos, así como sus características básicas, está determinado en nuestra isla por una gran variedad de acontecimientos volcánicos; lo que nos ha permitido disponer, después de un largo proceso, de una diversidad de hábitats ciertamente sorprendente.
84 Naturaleza, Paisaje y Recursos
Pero hasta ahora solo hemos hablado de la costa emergida y de los fondos someros. Las evidentes dificultades que han existido hasta nuestros días para investigar el fondo marino adyacente nos han impedido tener una visión más clara de la isla, sin la brusca división entre la tierra y el mar. Las nuevas investigaciones llevadas a cabo por proyectos como el Teide o la campaña Biocan del Instituto Español de Oceanografía, comienzan a arrojarnos una imagen más fiel de nuestro edificio insular emergiendo desde el fondo del océano. Una imagen que se
Los fondos marinos decrecen muy rápidamente en el entorno de la isla hasta superar los tres mil metros de profundidad.
Foto: Tomás Cruz Simó
Detalle de la batimetría del volcán de Enmedio, localizado en el canal entre
Modelo digital del terreno, elaborado a par tir de
Tenerife y Gran Canaria.
datos batimétricos de una ecosonda multihaz, para un área que se despliega desde la costa nor te de
En esta imagen se muestra un modelo
Tenerife.
digital del terreno, elaborado a par tir de datos batimétricos de una ecosonda multihaz, del área del canal comprendida entre Tenerife y Gran Canaria. El resultado es lo que veríamos a vista de pájaro si pudiésemos quitar el agua del mar y ver directamente el fondo. El modelo está iluminado ar tificialmente y en el mismo se aprecian gran variedad de terrenos y características geológicas.
INTERPRETACIÓN GEOMORFOLÓGICA
Detalle del Modelo Digital del Terreno mostrando el volcán. Esta figura corresponde a una visualización detallada del terreno, en la que se aprecia claramente la morfología cónica del volcán, la zona del cráter (zona oscura en la par te superior), y el pequeño cono situado al suroeste.
Bloque diagrama mostrando una visión tridimensional del volcán de Enmedio.
Gráficos: cor tesía del Instituto Español de Oceanografía
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Una estrecha banda litoral, restringida a la zona intermareal y las plataformas, sopor ta la mayor par te de la producción de vida en el entorno de la isla. Foto: cor tesía Museo de Ciencias Naturales
complementa con el conocimiento que ya tenemos de la superficie exterior. Las nuevas tecnologías nos permiten contemplar ya el continuo de la tierra hacia el fondo marino. Podemos observar en algunos casos la continuación de los barrancos terrestres hacia las profundidades formando canales submarinos. En otros, las plataformas litorales creadas por la continua acción del mar que causa el desmantelamiento del edificio original, generando en el exterior grandes acantilados. Más hacia el fondo podemos visualizar los derrubios y deslizamientos de las laderas submarinas, así como las huellas de las grandes avalanchas cifradas en miles de kilómetros cúbicos de rocas. El origen de estas impresionantes avalanchas es atribuible al desmoronamiento y destrucción de parte del edificio volcánico original, que alcanzaba como hemos dicho los cinco mil metros de altura. Mas allá de los pies de ava-
86 Naturaleza, Paisaje y Recursos
lancha aparecen las formas sedimentarias del lecho oceánico. La observación de los mapas batimorfológicos desarrollados hasta el momento nos presentan un fondo marino en torno a la isla tan variado en formas y manifestaciones como las que podemos contemplar en la superficie terrestre. Frente a grandes escarpes, valles y acantilados, encontramos paisajes de aguas no muy profundas salpicadas de montículos de forma redondeada que indican muy posiblemente su génesis volcánica; como bien se puede comprobar frente a las costas de Güímar. La formación más curiosa y espectacular detectada hasta el momento es el ya famoso Volcán de Enmedio, situado justo a la mitad del Canal entre Tenerife y Gran Canaria, en la convergencia de los dos edificios insulares. Este volcán representa un cono perfecto de 500 metros de altura situado a 2250 metros de profundidad. Una forma
sorprendente para un edificio volcánico que en su génesis tuvo que soportar las increíbles presiones que se detectan a esta profundidad. Los mares de Canarias Los parámetros oceanográficos de las aguas de Tenerife y, en general, de Canarias difieren mucho de lo que corresponderían por su latitud (entre 27º 30’ N y 29º 30’ N) típica de la zona subtropical. Ello se debe a que las condiciones marinas están muy influenciadas por la incidencia de la Corriente de Canarias, una rama descendente de la Corriente del Golfo que aporta al Archipiélago aguas más frías que las correspondientes a su latitud geográfica. Este efecto se ve reforzado por la influencia de las corrientes de emersión («upwelling») en las vecinas costas africanas, responsables del afloramiento de los nutrientes que sostienen la productividad del banco pesquero sahariano y del mayor enfriamiento de las aguas en las
islas orientales. Lo que explica que las temperaturas en superficie de las aguas de las islas occidentales como Tenerife registren diferencias de varios grados con respecto a las aguas de las islas orientales. Hemos visto también que las islas tienen un carácter típicamente oceánico. Carecen de plataformas apreciables y, como en el caso de Tenerife, se hunden muy rápidamente en el océano alcanzando a escasas millas de la costa profundidades superiores a los tres mil metros, en el borde de estos imponentes edificios volcánicos. Esta particularidad implica que la relación entre el fondo y la masa de agua es prácticamente despreciable en todo el entorno insular y, consecuentemente, los aportes y generación de nutrientes son muy escasos. Por lo tanto, la productividad biológica queda relegada casi exclusivamente a las zonas intermareales y a las limitadas plataformas litorales, lo que aporta otro factor más en favor de la estrategia de conservación de la banda litoral.
También, en contra de lo que cabría esperar, la salinidad de las aguas en las islas disminuye con la profundidad. Esto se debe a que a causa de la disminución vertical de la temperatura incrementa la densidad, impidiendo además la interacción entre las distintas capas de agua. En estos comportamientos influyen curiosos fenómenos como la presencia de agua procedente del mar Mediterráneo entre los 1.100 y 1.300 metros de profundidad, o la aparición de una corriente de origen polar desde los 2.000 metros hasta el fondo. Con respecto al comportamiento visible de la mar hay que indicar que en Canarias las mareas son semidiurnas, con una fluctuación máxima cercana a los tres metros. La onda de marea va hacia el norte y, al tropezar con el Archipiélago, produce diversos desfases debido a la situación y conformación litoral de las islas. Las corrientes originadas por las mareas suelen producir un efecto de vaivén paralelo a la costa, que
Vista de la costa de Rasca donde aflora una típica disyunción columnar de material basáltico.
mitiga o aumenta el efecto de la Corriente de Canarias, creando fenómenos locales. El oleaje normal está formado por los vientos alisios, causantes de las olas de viento de escasos metros de altura que llegan del primer cuadrante. Las olas de mayor longitud de onda pueden llegar del primer, tercer o cuarto cuadrantes y se conocen como «mar de fondo» o «mar de leva». Ya en el exterior, el factor climático que más influye en las condiciones ambientales es el Anticiclón de las Azores. En los bordes de este anticiclón se generan los vientos Alisios que se cargan de humedad en su viaje hacia Canarias. Al encontrarse con las islas, estos vientos se ven obligados a desviarse y ascender, quedando atrapados contra una capa de aire más cálido y dando lugar a la formación del mar de nubes. Las condiciones ambientales terrestres en el litoral se encuentran de esta forma muy influidas por las características generales y la repercusión local de estos vientos. Foto: Alber to Luengo
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EL L ITORAL DE T ENERIFE
E
l litoral de la isla de Tenerife es uno de los más representativos del Archipiélago dado que posee unas características intermedias entre las islas orientales y las occidentales. Si algo destaca en el litoral y fondos marinos de la costa tinerfeña es su diversidad morfológica. De sus 358 kilómetros de perímetro costero un 61% lo ocupan los acantilados (36% altos y 25% bajos), un 14% es costa baja, otro 14% son playas y el 11% restante son espacios ocupados por infraestructuras y núcleos de población. La abundancia de acantilados nos refuerza la imagen del surgimiento de las islas como unidades que emergen del fondo de los océanos a modo de monolitos.
Desde la Punta del Hidalgo se observa como emerge el macizo de Anaga, una de las formaciones geológicas más antiguas de Tenerife. Aunque no lo parezca, a sus pies se desarrolla la plataforma litoral más extensa de la isla. Foto: Jorge P. del Pino
88 Naturaleza, Paisaje y Recursos
La costa tinerfeña puede dividirse en tres sectores claramente diferenciados por su orientación, tipología, poblamiento biológico y nivel de ocupación humana. En sentido inverso a las agujas del reloj se distinguen: la costa norte entre la Punta de Antequera y la Punta de Teno, la costa suroeste que abarca desde Teno a la Punta de La Salema y la costa sureste que cerraría el periplo hasta la Punta de Antequera. Costa Norte o de Barlovento El sector del litoral norte de la isla se caracteriza por la predominancia de acantilados, en su mayoría altos y espectaculares, siendo escasas las playas y lugares abrigados, por lo que evidentemente se trata de una zona con una menor proporción de asentamientos humanos costeros. La constitución geológica de la costa en este tramo es diversa, con coladas volcánicas y piroclastos basálticos del llamado Primer Ciclo Volcánico que se corresponden fundamentalmente con Anaga y Teno, así como materiales basálticos y sálicos del Segundo Ciclo que se
encuentran ampliamente repartidos por el sector. El volcanismo reciente está presente en algunos parajes como las costas de La Matanza y Puerto de la Cruz, donde es predominante la presencia de materiales basálticos, o bien en el litoral de San Juan de la Rambla e Icod, lugares en los que se detectan materiales sálicos. En esta costa norte se encuentra la manifestación de volcanismo histórico que mayor repercusión ha tenido en el litoral insular; en el año de 1706 las lavas del volcán de la Montaña Negra sepultaban una parte importante de la Villa de Garachico y su puerto, enclave de comunicación con las Américas y del comercio con Europa. Y en este breve recorrido geológico también debemos añadir que algunos tramos del litoral de Los Realejos están formados por materiales aluviales de origen reciente que contrastan con la morfología de la zona. La costa norte de Tenerife es la que sorprendentemente tiene mayor superficie de plataforma, especialmente en el ámbito de Anaga, superando en ocasiones los ocho ki-
Acantilados de la costa norte. El mar ha ido esculpiendo la costa, y aquí podemos observar que se encuentra en continuo retroceso. El viento y el oleaje que inciden de forma continua en el frente costero son las herramientas que han permitido crear estas formas. Foto: cor tesía Viceconsejería de Medio Ambiente – Gobierno de Canarias
lómetros, un lugar donde se localizan las formaciones más antiguas de la isla. Los fondos someros suelen ser abruptos hasta los diez y veinte metros de profundidad, con algunos roques, grandes bloques al pie de los acantilados, escalones, numerosas bajas y arenales extensos que se alternan en algunos puntos del litoral. Los vientos y el oleaje inciden con intensidad y casi de frente a lo largo de todo el año, favoreciendo el carácter general que presenta la zona como una costa visiblemente en retroceso. Los vientos alisios dominan a lo largo del año, excepto en las calmas o en temporales del tercer y cuarto cuadrantes. Las corrientes van hacia el suroeste, siguiendo la dirección general de la llamada Corriente Fría de Canarias. Sector Suroeste o de Sotavento Este sector de la isla es también mayoritariamente acantilado en casi dos tercios de su perímetro, pero con respecto a la
costa norte aumenta la proporción de cantiles bajos frente a los altos y se incrementa el espacio transformado por las actividades humanas que representa casi el siete por ciento del borde litoral. Desde el punto de vista geológico la costa está formada por basaltos del Primer Ciclo Volcánico en los Acantilados de los Gigantes y, en menor proporción, por materiales sálicos y basálticos del Segundo Ciclo. Tanto en Puerto Santiago como en el tra-
mo situado entre Alcalá y San Juan, así como en Los Cristianos, aparecen coladas recientes formadas exclusivamente por materiales basálticos. En esta última localidad, en la zonas conocidas por El Guincho y Fañabé, existen depósitos de materiales aluviales de origen reciente. La plataforma más grande se encuentra en la Punta de Teno, alcanzando los cuatro kilómetros, y el sector con menos plataforma se corresponde con la Punta de Rasca. Los fondos someros son abruptos y variables, en general rocosos los primeros metros de profundidad y arenosos en el resto; las bajas son escasas y no hay roques. Los fondos rocosos predominan en los entornos de Rasca y Punta de Teno, mientras que los conocidos arenales de la zona se encuentran ubicados entre La Caleta de Adeje y Los Cristianos, exceptuando algunos tramos en la base de los acantilados de Los Gigantes. Las condiciones marinas en la mayor parte del año son extraordinariamente benignas salvo los períodos que se corresponden con los esporádicos temporales del tercer y cuarto cuadrante, los llamados tiempo palmero y tiempo sur. Sin embargo, es relativamente frecuente que observemos la presencia de mar de fondo. La corriente principal es ciclónica, es decir, va hacia el noroeste, estando enmascarada cerca de la orilla.
ACANTILADOS COSTEROS 1 2 3 4 5 6 7 8 9
Acantilados de Anaga Acantilado de la Hondura Acantilado de Guaza Acantilados de Isorana y Erques Acantilado de los Gigantes Acantilados de Teno Acantilados de Garachico Acantilados de Tigaiga, Rambla de Castro Acantilados de Costa de Acentejo
Fuente: Elaboración propia
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En el sector de sotavento y en el sureste de la isla reconocemos en la costa materiales volcánicos posteriores a los que construyeron los grandes macizos de Anaga y Teno. La costa se presenta más distendida y los grandes acantilados dan paso a una mayor proporción de cantiles bajos.
Sector Sureste La costa sureste de Tenerife constituye un contrapunto espectacular con respecto al paisaje del norte y del oeste. Aquí el porcentaje de playas es mucho mayor, ocupando casi la quinta parte del litoral. Los materiales geológicos que se encuentran en esta costa son predominantemente basaltos del Segundo Ciclo Volcánico, entre los que se intercalan zonas más o menos extensas de materiales sálicos. En Las Galletas y en Güímar aparecen materiales basálticos recientes y también en esta última localidad y en Las Caletillas existen importantísimos depósitos de materiales aluviales de origen reciente. De hecho, la desembocadura del Barranco de Badajoz en las inmediaciones del Puertito de Güimar presenta un delta aluvial muy potente que irrumpe en la costa, representando por su envergadura una manifestación excepcional en el litoral canario.
90 Naturaleza, Paisaje y Recursos
El Macizo de Anaga actúa como barrera que hace girar los vientos alisios, de tal manera que terminan incidiendo de forma oblicua en el litoral. Este tiempo es el dominante a lo largo del año, alternado con días de calma y temporales del tercer cuadrante o tiempo sur. El régimen de vientos de estas características es constante y elevado en muchos tramos, por lo que amplias áreas como el litoral del Porís y entornos de El Médano constituyen en la actualidad excepcionales yaciLa quinta parte del perímetro del sector sur de la isla está ocupada por playas. Foto: Alber to Luengo
Foto: Alber to Luengo
mientos eólicos para la implantación de aerogeneradores. Los fondos litorales son inclinados y tienen por lo general una escasa plataforma litoral, exceptuando las zonas de Igueste y El Médano que superan los cuatro kilómetros, las mínimas se alcanzan en Punta de Abona y Radazul. Las plataformas intermareales más extensas se encuentran en Las Galletas y El Médano. Los fondos someros son generalmente abruptos en los primeros metros de profundidad, para dar paso a plataformas rocosas donde se intercalan frecuentemente grandes arenales. Este tramo litoral concentra el grueso de los asentamientos urbanos, turísticos e industriales de la isla que ocupan el 18% de su perímetro. Una intensa ocupación costera que coexiste con las mejores representaciones de los ambientes arenosos de la isla, donde destacan los sebadales que se extienden entre Punta del Camello y Las Galletas y las comunidades psamófilas de El Porís y El Médano
LA F ORMA DE LA COSTA
En la imagen obser vamos par te del mapa batimorfológico desarrollado en el marco del proyecto Teide, fruto de la campaña desarrollada por el Instituto Español de Oceanografía. En la misma se aprecia la extensa plataforma de la Punta del Hidalgo. En esta par te nor te de la isla se detectan grandes avalanchas de derrubios atribuibles a los desplomes del gran edificio volcánico original.
E
l modelado del litoral que hoy contemplamos se explica en términos geológicos partiendo de tres agentes fundamentales: la actividad volcánica y los procesos sedimentarios que aportan los materiales para su construcción y la erosión que provoca el retroceso de la línea de borde. La fisonomía actual de litoral tinerfeño se ha conformado partiendo de esta base durante el período Cuaternario y más concretamente en los últimos diez mil años, en los que el nivel marino osciló varios metros por encima y por debajo de su situación actual. Un trabajo combinado y complejo que ha permitido esculpir el litoral actual de la siguiente manera: 1 El volcanismo aumenta el contorno costero, sobre todo en el litoral sur generando costa baja y arrecifes. 2 La erosión produce rasas y cantiles, en cuya base se acumulan los cantos desprendidos. Las olas desprenden los bloques y el golpeteo de éstos erosiona la base formando canales, charcos y otras formaciones, así como elementos más finos, las gravas y arena que hoy jalonan el litoral. 3 El aporte terrígeno desde el interior, muy variable según las épocas geológicas, también interviene en la definición de la costa, siendo especialmente notoria la actividad desarrollada en el período comprendido entre los últimos 10.000 y 4.000 años. Las escorrentías arrastran materiales de diversa magnitud, desde materiales finos arci-
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llosos hasta grandes cantos que son transportados hacia el mar y se van depositando a lo largo del litoral. En general, esta actividad es la responsable de las playas de bolos en las salidas de barrancos y, excepcionalmente, como en Candelaria y Granadilla, de frentes deltaicos con grandes acúmulos de áridos pluviales. 4 La dinámica sedimentaria produce las playas y los bancos submarinos de arena. Las arenas que se mueven en las aguas costeras dependen de las corrientes y de la agitación, y proceden de las escorrentías, la erosión eólica y de borde, y ocasionalmente de las algas calcáreas libres o confites. En
costas acantiladas, poco defendidas y sin accidentes notorios, los sedimentos se depositan más o menos alejados de la ribera.
MORFOLOGÍA LITORAL El volcanismo, la erosión, los aportes terrígenos, la dinámica sedimentaria y los depósitos cuaternarios son los aspectos que en mayor medida contribuyen a la variabilidad de la morfología litoral. Entre las formaciones costeras se pueden reconocer algunos patrones que se repiten en amplios sectores de la costa, como son:
Formaciones enrasadas de mareas En la base de los acantilados es frecuente observar enrases más o menos amplios con cotas situadas en las mareas. Sin embargo, en costas jóvenes ( correspondientes a la Serie Reciente volcánica, desde 0.7 millones de años) suelen estar a unos +2 m, correspondiendo a niveles erosivos superiores al actual. Formaciones acantiladas someras Son frecuentes los cantiles de varios metros de altura por debajo de la bajamar. La base suele estar horadada, con grandes cantos cuyo tamaño va disminuyendo a medida que se profundiza. Formaciones sedimentarias Dependiendo de la dinámica litoral y de los aportes de sedimentos, existen depósitos de mayor o menor envergadura en los fondos infralitorales por encima de los 50 metros de profundidad. En las cotas superiores pueden formar playas de arena mineral, mientras que en las inferiores contribuyen a aumentar notablemente el contenido calcáreo de origen orgánico. Además hay depósitos compactados, dunas fósiles y playas levantadas a varios metros por encima y debajo de las mareas.
FORMACIONES ESPECIALES DE RASAS FORMACIONES ESPECIALES DEL LITORAL
RASAS INTERMAREALES DE INTERÉS INSULAR 1 2 3 4 5 6
Pta del Hidalgo: Playa el Navío-Playa El Arenisco El Bajío: Pta. del Canto - Playa de La Caleta Interián: Playa de La Caleta - Pta. Mujeres Los Silos: Pta. Bastianes - Pta Bajío del Negro Alcalá: Callao Chico - Pta. de Alcalá Alcalá: Playas de La Carrera, Los Topos, La Barrera y Fonsalía 7 El Guincho: Playa la Troya - Pta. del Camisón 8 Palm-Mar: Playa de La Arenita - Cueva de La Rasca 9 Faro de La Rasca: Faro - Pta al Oeste 10 Pta. Salema: Pta. Salema 11 Las Galletas: Frente del casco 12 Pta del Confital: Pta. del Confital 13 Las Puntitas: Punta del Bocinegro - Playa de Las Puntitas 14 El Cabezo: Playa Chica - Playa lLos Martínez 15 Güimar: Pta. de Los Canarios - El Socorro Fuente: Informe Tomás Cruz Simó (Marzo-95)
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(=4.800 m) (=1.000 m) (=850 m) (=500 m) (=2.150 m)
(La Laguna) (Los Silos) (Los Silos) (Los Silos) (Guía)
(=550 m) (=2.250 m) (=800 m) (=350 m) (=950 m) (=600 m) (=450 m) (450 m) (=700 m) (>2.000 m)
(Guía) (Arona) (Arona) (Arona) (Arona) (Arona) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla)
Formaciones singulares La diversidad de materiales según la composición, estructura e historia erosiva ha dado lugar a multitud de formaciones singulares, entre las que figuran por su interés natural las siguientes: Cuevas y túneles La erosión del borde litoral ha horadado oquedades o ha dejado al descubierto tubos volcánicos y jameos, especialmente en la base de los cantiles. Estas estructuras poseen una singularidad y rareza excepcionales, como podemos observar en las Cuevas de Agua Dulce (Los Abrigos), Cueva de Los Cerebros (San Juan), Túnel de Garachico o Cueva de Palm-Mar.
Arrecifes Las formaciones recientes próximas a la costa con relieves accidentados (anfractuosas) o los restos erosionados que afloran a escasa profundidad son similares a las bajas, aunque forman complejos de cierta envergadura, como por ejemplo en Las Galletas o en San Juan de la Rambla.
CANTILES SOMEROS Charcones o carcos de pleamar Las coladas recientes en la ribera o la erosión selectiva dan lugar a recintos abiertos o cerrados donde penetra el mar en las pleamares. En numerosas ocasiones se han acondicionado artificialmente estos lugares aumentando su volumen con obras de contención. Maretas Los cauces de barrancos con playas de cantos o arena suelen dar lugar a maretas o embalses de agua dulce, salobre, marina o hipersalina, originados por excavación del cauce en las escorrentías y por el acúmulo de materiales con formación de una barrera en la orilla.
Veriles Los reajustes tectónicos y los cantiles de erosión dan lugar a grandes desniveles verticales, de interés similar al de las bajas. Acantilados Los grandes edificios antiguos de acantilados con plataforma submarina se han originado por erosión, si bien en ciertos casos intervienen los reajustes tectónicos y las fallas.
Campos dunares Formaciones asociadas a playas con dinámica eólica y con una vegetación en la que destacan las especies de carácter halófilo, es decir adaptadas a los ambientes salinos, que participan activamente en la construcción de los campos de dunas. Actualmente, sólo se conservan algunos vestigios alterados de este tipo de ambiente en la zona de El Médano. Yacimientos paleontológicos Estratos o rasas que la erosión ha dejado al descubierto, estando asociados en general a acúmulos de conchas y otros esqueletos de especies marinas.
Bajas Por regla general, las bajas son restos del edificio insular que emergen del fondo y llegan a escasa distancia de la superficie. Por su efecto de atracción piscícola son áreas de gran interés como caladeros de pesca y zonas de buceo. Roques Formaciones muy singulares por su valor paisajístico y ecológico, de especial interés para algunas especies de reptiles y aves marinas. En Tenerife sólo hay tres formaciones de este tipo: los roques de Anaga, de Garachico y de Fasnia.
1 Antequera 2 Playa de Las Palmas 3 Tachero 4 Dos Hermanos 5 Mancha La Laja 6 Milán 7 Jover 8 Acantilado de Martianez 9 Punta de Teno 10 Las Américas 11 Punta Negra 12 Mña. Amarilla 13 Playa del Horno 14 Las Teresitas
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (Pto. de la Cruz) (Buenavista) (Arona) (Arona) (San Miguel) (Granadilla) (Santa Cruz)
Fuente: Yacimientos paleontológicos. F. García Talavera
YACIMIENTOS PALEONTOLÓGICOS LITORALES
En cambio, en costas bajas con salientes e incidencia oblicua del tiempo dominante, éstos tienden a fluir a favor del embate y se depositan en la orilla y fondos someros, creándose un equilibrio natural en el que los sebadales juegan un papel importante. 5 Los depósitos de materiales cuaternarios modelan también el litoral aportando pies de laderas, frentes deltaicos, playas encajadas y dunas fósiles.
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DINÁMICA SEDIMENTARIA Circulación de sedimentos Suele ser paralela a la costa, con flujos cambiantes debido a las corrientes de marea y al estado del tiempo. FUENTES DE MATERIAL SEDIMENTARIO El contenido de los sedimentos es muy variable en granulometría y naturaleza, con materiales de diferente origen entremezclados. En ciertas condiciones, se acumulan de manera discriminada en playas y en la interfase arena-roca de los fondos. Las principales fuentes de sedimento son:
SUMIDERO DE MATERIAL SEDIMENTARIO
Descomposición mineral Las rocas se van desintegrando por procesos naturales, tanto físicos (cambios térmicos, escorrentías), como químicos (acción del salitre) o biológicos (raíces). Erosión eólica Los materiales disgregados son puestos en movimiento, actuando como agentes erosivos que modelan el paisaje con formas características en los niveles inferiores de los accidentes topográficos (cornisas en las laderas y extraplomos en los cantiles). Erosión del borde litoral rocoso El oleaje por sí solo no podría desmontar una costa si no fuera por los elementos móviles que son realmente los agentes erosivos. La presencia de estos elementos, su estado de desgaste y la forma del ámbito en que realizan su acción, nos indican la importancia de este proceso. Algunos de los factores que influyen en este proceso son los cambios eustáticos (variaciones del nivel del mar) y reajustes tectónicos (movimientos de la corteza terrestre), así la presencia de cantos vivos o inmovilizados y la textura de la roca que depende de su naturaleza basáltica o pumítica. Erosión de playas de cantos Este tipo de playas son las más comunes en las islas occidentales y suelen estar relacionadas con salidas de barranco o con frentes deltaicos. Su valor como fuente de sedimentos viene dada por el régimen del oleaje y por la distribución de los cantos a lo largo de la playa en cordones de diferente granulometría.
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Aportes pluviales La presencia de grandes depósitos de barrancos y frentes deltaicos -por ejemplo Candelaria y Güímar- indican una actividad pluvial pasada superior a la actual. Sin embargo, ocasionalmente pueden producirse lluvias torrenciales y la sequía del suelo favorece el arrastre de grandes cantidades de sedimentos. Transporte eólico Los vientos dominantes trasladan los materiales finos de las playas cuando se secan en la bajamar. Normalmente fluyen hacia el sur con tiempo dominante y se invierte el proceso con el tiempo de poniente. Aporte de bioclastos someros En los fondos someros existen varias fuentes de bioclastos (componentes orgánicos de la arena) dependiendo de su poblamiento biológico. La mayoría del aporte proviene de los restos de algas coralináceas y esqueletos calcáreos de antozoos, poliquetos, crustáceos, moluscos, equinodermos, briozoos, y espículas silíceas de esponjas que pueden confundirse con cristales de cuarzo. En fondos cercanos a los blanquizales, donde abundan los erizos, predominan sus restos (púas, dientes, caparazones) en la fracción orgánica de las
arenas. Una fuente de bioclastos de la que se tienen escasos datos es la proveniente de la erosión por raspado (ramoneo) de los erizos puesto que, al igual que sus parientes tropicales comedores de coral, los de Canarias excretan partículas calcáreas de origen algal. En concreto, el erizo cachero (Arbacia) es un comedor de algas calcáreas incrustantes, mientras que el erizo de lima (Diadema) es de carácter omnívoro. Aporte de sedimentos desde fondos más profundos Los depósitos submarinos de fondos medios, localizados por encima de unos 35-50 metros de profundidad, son susceptibles de remontar la plataforma con ciertas condiciones de oleaje. El componente mineral de estas arenas proviene de la fracción fina de sedimentos terrígenos y de orilla. Entre los bioclastos hay que diferenciar los de origen animal, formados principalmente por restos de esqueletos de moluscos y equinodermos, de los de origen vegetal, provenientes de algas coralináceas libres, los llamados confites. SUMIDEROS DE MATERIAL SEDIMENTARIO Los sedimentos son conducidos a zonas donde pueden quedar retenidos temporalmente o perderse en las profundidades sin posibilidad de retornar al borde litoral. Se distinguen tres tipos de sumide-
FUENTES DE MATERIAL SEDIMENTARIO ros de material sedimentario: los marinos, los terrestres y los de borde: Marinos En los estudios geofísicos realizados en Tenerife se han detectado algunos depósitos sedimentarios de gran espesor, localizados por encima de 50 metros de profundidad. Estos depósitos han rellenado las cuencas y vaguadas submarinas, siendo frecuente el efecto cuña, es decir, el de un aumento del espesor del depósito a medida que nos alejamos de la costa para luego, a partir de unos 2530 metros de profundidad, disminuir sensiblemente. Este aumento del espesor de los depósitos coincide con una menor inclinación del sustrato y la presencia de los sebadales. Por debajo de estas profundidades los materiales no tienen posibilidad de incorporarse a la dinámica de aguas poco profundas, considerándose sumideros permanentes. Por encima, suelen quedar retenidos temporalmente por los sebadales y, con la agitación de las borrascas pueden ponerse otra vez en circulación.
De borde En este grupo se incluyen las playas de arena y los depósitos cuaternarios de materiales finos compactados (eolanitas, calcoarenitas). Normalmente, cuando estos depósitos se localizan cerca del nivel del mar, suelen existir playas basculantes. En estas condiciones los materiales compactados están expuestos a la erosión de borde y a los cambios estacionales, por lo que las arenas retenidas largo tiempo pueden reincorporarse a la dinámica sedimentaria a través de la erosión marina o eólica. El control del transporte sedimentario se ejerce por los sebadales en los fondos someros y por las comunidades de vegetación halófila en los ambientes terrestres. La presencia de amplias zonas secas y desprovistas de vegetación propicia la erosión eólica y el traslado de las arenas hacia el interior de la Isla. En algunos parajes como la playa de La Tejita, en Granadilla, las arenas transportadas por el viento se precipitan en un sumidero marino. Las fuertes corrientes generadas
por los vientos racheados y las mareas arrastran las arenas hacia una cuenca de escasa profundidad.
Terrestres El carácter accidentado del paisaje volcánico propicia la retención de las arenas eólicas que son depositadas en las vaguadas y pueden volver a la dinámica marina con las escorrentías tras las lluvias. Sin embargo, la mayor parte de los sedimentos retenidos en tierra se depositan en los campos de dunas o médanos. En estos sistemas dunares la retención de las arenas por la vegetación es temporal, con la posibilidad de fluctuar en las inversiones del tiempo (norte/ sur), perderse en escorrentías o iniciar los procesos de compactación. La garantía de su estabilidad radica en el desarrollo de la vegetación que requiere lluvias estacionales para mantener el tono vital del ecosistema y un aporte eólico más o menos continuo.
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LA
VIDA EN EL LITORAL
LAS PLANTAS DE LA COSTA
E
n Tenerife crecen un veintena de especies vegetales consideradas halófilas, esto es, su desarrollo está íntimamente ligado al aporte de las sales marinas. La mayoría de estas especies tiene su origen en la región mediterránea y han llegado a las Islas a través de la vecina costa africana, otras pocas proceden de las costas atlánticas europeas y el resto son endémicas de Canarias o exclusivas de Tenerife. Desde el punto de vista florístico y en función del sustrato en el que se asientan se distinguen dos tipos diferentes de vegetación halófila en el litoral isleño. En los acantilados, costas bajas y playas de cantos rodados se encuentra la vegetación rupícola que es la que crece sobre las rocas, mientras que en los arenales se desarrolla la vegetación llamada psamófila.
En la costa suelen encontrarse muchos elementos propios del matorral xérico, un tipo de matorral adaptado a las altas temperaturas y escasa humedad. Plantas como las tabaibas, cardones, verodes, balos, magarzas, vinagreras o aulagas, aparecen frecuentemente asociadas a las comunidades vegetales del litoral. Estas especies no se consideran halófilas en sentido estricto, pero tienen una gran capacidad para resistir concentraciones altas de sales en el suelo y en el aire. De forma ocasional, en la línea de costa también aparecen árboles propios de otras zonas, como por ejemplo dragos, palmeras, almácigos, tarajales o, incluso, pinos canarios.
Aquí vemos cómo la uva de mar (Zygophyllum fontanesii) ejemplo de planta halófila, contribuye a la fijación de dunas de vegetación. Foto: Alber to Luengo
ENCLAVES COSTEROS DE ENDEMISMOS EN VÍAS DE EXTINCIÓN especies incluidas en la Categoria E (UICN) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Atractylis preauxiana Cheirolophus tagananensis Hypochoeris oligocephala Limonium arborescens Limonium fruticans Limonium imbricatum Limonium macrophyllum Lotus maculatus Lugoa revoluta Sideritis nervosa
Fuente: Informe Lázaro Sánchez Pinto (Enero-95)
Los cardones y las tabaibas son elementos característicos del matorral xérico, es decir, adaptado a las altas temperaturas y escasa humedad, muy abundante en nuestro litoral. Malpaís de Güímar. Foto: Alber to Luengo
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Comunidades de acantilados, costas bajas y playas de callaos Las especies que habitualmente se encuentran cerca de la línea de costa están adaptadas a vivir en unas condiciones ambientales extremas. El viento, la maresía, la inestabilidad del terreno, la escasez de suelo y la abrasión marina, son algunos de los factores que inciden en el poblamiento biológico del litoral. La asimetría del edificio insular entre barlovento y sotavento también se refleja en el desarrollo y la composición florística de la vegetación del litoral que, por lo general, es más rica y variada en las costas septentrionales. Las comunidades vegetales más representativas de la franja costera se incluyen en un tipo de vegetación muy extendida en las costas mediterráneas (clase Crithmo-Staticeae). En Tenerife, los mejores enclaves de esta vegetación se localizan en los acantilados más abruptos que albergan una flora endémica de gran interés, por lo que se consideran reservas vegetales de primer orden. En la vertiente norte de la Isla, las especies más características son la lechuga de mar (Astydamia latifolia), un tomillo marino
El tarajal es una especie adaptada a las aguas salobres y muy corriente en el litoral, especialmente en las salidas de barrancos.
(Frankenia ericifolia), la magarza de costa (Argyranthemum frutescens ssp. succulentum), dos siemprevivas (Limonium pectinatum, L.imbricatum) y el perejil marino (Crithmum maritimum). En las costas meridionales las especies típicas son la uva de mar (Zygophyllum fontanesii), otro tomillo marino (Frankenia laevis), una cerrajilla (Reichardia crystallina) y una siempreviva (Limonium pectinatum). Comunidades de arenas (psamófilas) Este tipo de vegetación está restringido a unos pocos lugares de la costa meridional de la isla, como El Médano o el Porís de Abona. Los escasos enclaves se encuentran bastante deteriorados y sometidos a la presión urbanística y a un intensivo uso de ocio. Las playas de arenas negras son muy pobres en especies debido a las altas temperaturas que adquiere el sustrato y a su inestabilidad; sin embargo, las playas de arenas claras presentan una composición florística variada, aunque de menor riqueza y cobertura si la comparamos con los arenales de las islas orientales.
Corazoncillo (Lotus sessilifolius) especie muy frecuente en el litoral sur de la isla
Entre las especies características de este ambiente destacan el balancón (Traganum moquinii), una lechetrezna de costa (Euphorbia paralias), la uva de mar (Zygophyllum fontanesii), la nevadilla (Polycarpea nivea) y algunas quenopodiáceas (Chenoleoides tomentosa, Atriplex glauca).
PRINCIPALES TIPOS DE VEGETACIÓN LITORAL EN TENERIFE
Vegetación de acantilados Cardonal con Tabaiba dulce Cardonal con Tabaiba amarga Vegetación Psamófila Fuente: Informe Lázaro Sánchez Pinto (Enero-95)
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LA VIDA EN EL MAR
En la descomposición natural de los restos orgánicos, en la zona supralitoral, intervienen pulgas de mar, larvas de mosca y escarabajos que a su vez forman par te de la dieta de las aves limícolas. Foto: Julio González
L
as especies marinas litorales tienen unos requerimientos ecológicos bastante estrictos, especialmente las sésiles o fijas al fondo y, en menor medida, las que pueden desplazarse. En el ámbito de influencia de las condiciones superficiales, definidas por factores como la incidencia del oleaje, las corrientes, las mareas o la penetración de la luz solar, se observa una tendencia a la estratificación horizontal de las comunidades a modo de bandas, que refleja el gradiente de los factores ambientales y que a su vez determinan el poblamiento biológico a lo largo del perfil costero. Esta tendencia suele alterarse por la irregularidad del litoral canario, ya que la sucesión en el tiempo de los fenómenos volcánicos, erosivos y sedimentarios ha diversificado extraordinariamente el borde costero, dando lugar a multitud de hábitats. En estos hábitats las condiciones ambientales locales y la disponibilidad de material genético (larvas) permiten una colonización singular en cuanto a su estructura ecológica (número de especies, abundancia, formas de vida). Las comunidades tienden a agruparse en bandas de poblamiento que se rompen por la inclusión de «enclaves» de diferentes contingentes de especies, de tal forma que las distintas poblaciones de especies se distribuyen en «mosai-
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co». Este modelo de distribución produce un aumento notable de la diversidad de especies en detrimento de su abundancia, constituyendo una de las características más relevantes del litoral. Todo ello provoca que el sistema ecológico sea más complejo y frágil, sobre todo en los niveles superficiales (zona de mareas y fondos someros). Siguiendo el modelo de distribución vertical de las principales comunidades en el litoral, se suele utilizar un sistema de zonación para describir las características del poblamiento biológico bentónico (especies fijas al fondo). Partiendo del ámbito terrestre, las bandas de poblamiento son las siguientes: la zona supralitoral, localizada por encima de las mareas, la zona mesolitoral o intermareal, entre los límites máximos de la pleamar y la bajamar, la infralitoral o submareal, hasta unos 50 metros de profundidad, y los llamados fondos circalitorales, que se extienden hasta el borde de la plataforma insular (200-300 metros de profundidad). Zona supralitoral Esta zona se corresponde con el ambiente regado por las salpicaduras de agua del mar (spray marino o maresía), al que sólo llegan las olas en las mareas vivas y los temporales.
La extensión del supralitoral depende de la inclinación del sustrato y, sobre todo, de las condiciones marinas. En las costas acantiladas, donde el mar bate con fuerza, el ámbito de las especies marinas puede extenderse a varios metros sobre el nivel del mar. En la zona supralitoral conviven especies terrestres como líquenes, plantas halófilas, insectos (coleópteros, dípteros) y ácaros, con especies marinas como moluscos litorínidos y crustáceos. Algunas de las relaciones ecológicas que se establecen entre estas especies pueden observarse en los materiales depositados por el mar (arribazones) que, además de basuras, contienen restos de algas, de sebas y de otros organismos. En la descomposición natural de estos restos orgánicos intervienen pulgas de mar (crustáceos marinos), larvas de moscas (dípteros) y escarabajos (coleópteros) que a su vez forman parte de la dieta de aves limícolas.
En sustratos rocosos, en los niveles superiores del supralitoral viven algunas plantas terrestres de carácter halófilo, como la uvilla de mar y el tomillo marino. Los charcos de esta zona son hipersalinos, pudiendo contener algas cianofitas y, ocasionalmente, algas verdes en las costas batidas. En los sustratos arenosos se desarrollan campos dunares cuya origen está vinculado a la existencia de una vegetación especializada (balancón, aulaga, lechetrezna) y con numerosos insectos asociados. Estos sistemas arenosos son muy singulares en Canarias, sobre todo en las islas occidentales como la nuestra. En los niveles inferiores del supralitoral los charcos siguen siendo pobres. Muchos de estos charcos acaban formando costras de sal en verano, impidiendo prácticamente la vida en este medio. En ocasiones, especialmente en costas expuestas y en puntos donde las olas acceden a causa de la forma del litoral, podemos observar charcos con aguas medianamente renovadas, permitiendo la presencia de algas cianofitas, verdes (Enteromorpha) e incluso de otras algas propias de los niveles inferiores. En estos niveles las costas rocosas empiezan a poblarse con especies como la
cochinilla de mar (Ligia), el cangrejo moro (Grapsus) y los burgados (Littorina), cuya presencia marca el comienzo del ambiente marino. Los burgados son seres pulmonados y no pueden permanecer mucho tiempo sumergidos; realizan migraciones verticales, descendiendo con la bajamar para alimentarse y retornan a sus refugios con la pleamar. Zona mesolitoral El mesolitoral es un ambiente caracterizado por la variabilidad de las condiciones ambientales en los períodos de mareas. Las playas son prácticamente abióticas, es decir ambientes casi desprovistos de vida, sólo algunos sitios muy abrigados están colonizados por especies que viven enterradas (infauna), como por ejemplo la gamba duende (Callinasa). En litorales rocosos, la forma y orientación del sustrato y, sobre todo, el gradiente vertical da lugar a numerosos microambientes. En términos generales, la fluctuación de las mareas origina una distribución en bandas de las principales especies, mientras que en los microambientes, se localizan enclaves de especies que suelen vivir en niveles inferiores.
Tomando como referencia las principales bandas de poblamiento biológico, esta zona se divide en tres niveles denomidados horizontes: Horizonte superior Caracterizado por la banda del crustáceo cirrípedo Chthamalus stellatus, especie sésil, es decir relacionada al fondo marino, conocida con el nombre de “canutillo” que requiere inmersiones diarias y cuyas poblaciones son más densas en lugares expuestos. La vegetación de este horizonte está constituida por algas cianofitas y, en grietas y pequeños charcos, encontramos algas verdes; también en costas expuestas puede aparecer Fucus spiralis (chocho de mar). En este horizonte comienzan los llamados céspedes algales que se desarrollan mejor en niveles inferiores. La fauna característica en este ambiente son los moluscos raspadores como Littorina striata, Osilinus atratus y la lapa
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Patella piperata. Desde niveles inferiores sube la púrpura (Thais haemastoma), que actúa como predador sobre cirrípedos y moluscos. Horizonte medio: Caracterizado por las bandas de algas cespitosas Gelidium, Caulacanthus, Ceramium, Dasycladus, Laurencia, Jania y Corallina, cuya distribución depende de las características morfológicas y dinámicas del lugar. Los céspedes constituyen el microhábitat de numerosas especies, principalmente de crustáceos y poliquetos. En costas batidas del norte, pueden aparecer poblamientos de mejillones (Perna perna). Horizonte inferior: Se desarrollan céspedes algales del nivel anterior, junto a especies de carácter infralitoral, como Padina, Halopteris,
DISTRIBUCIÓN DE LAS COMUNIDADES EN COSTAS UNIFORMES
Cystoseira compressa, coralináceas articuladas e incrustantes y especies de ambientes protegidos (grietas, canales y charcos) como Codium, Valonia. La fauna mayoritaria crece entre los intersticios de céspedes, encontrándose pequeños cangrejos (Pachygrapsus), lapas y ocasionalmente mejillones y clacas (Megabalanus azoricus).
Los charcos Los ambientes protegidos de la zona mesolitoral tales como grietas, cavidades, piedras y charcos permiten asentamientos de especies en niveles superiores a los que les corresponden en el perfil costero. De esta manera, la inclusión de estos enclaves complica la tendencia de los poblamientos a for-
Bajo la banda de tamalos que marca el nivel superior de la zona de mareas, distinguimos en verde intenso una franja de algas cespitosas y Cystoseira abiesmarina. A par tir de aquí la zona supralitoral se corresponde con un ambiente regado por las salpicaduras de agua del mar, al que sólo llegan las olas en las mareas vivas y en los temporales. La banda más oscura inmediata se corresponde con las algas cianofitas. Costa de Tacoronte, cerca de La Garañona. Foto: Alber to Luengo
100 Naturaleza, Paisaje y Recursos
Típico ejemplo de algal diversificado, donde se puede observar Cytoseira abies-marina y otras especies como la esponja Verongia (en amarillo). Foto: Tomás Cruz Simó
mar bandas de distribución más o menos uniformes. Concretamente, los charcos son el modelo más relevante y frecuente de un enclave en la zona de mareas. El carácter periódico de las mareas es el factor ambiental determinante para la vida en el charco. Al bajar el mar las condiciones ambientales del charco (temperatura, salinidad, pH, gases disueltos,...) van cambiando gradualmente y, con la pleamar, se retorna bruscamente a las condiciones iniciales. Las especies que viven en los charcos están adaptadas a estas variaciones periódicas de las condiciones ambientales, que aumentan su amplitud con la distancia del charco a la marea y disminuyen con el volumen de agua retenida. Así pues, los charcos de niveles altos, tienen condiciones más duras y albergan especies exclusivamente intermareales, como cianofíceas y algas verdes (Enteromorpha),
gusanos (Phascolosoma), cangrejos (Pachygrapsus, Xantho), erizos (Paracentrotus), el camarón de charcos (Palaemon elegans) y peces góbidos y
blénidos (Gobius y Parablennius). El número de especies aumenta al bajar de nivel, destacando las comunidades vegetales de algas arbusculares Cystoseira humilis y C. discors.
DISPONIBILIDAD DE HÁBITATS EN COSTAS ANFRACTUOSAS
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En niveles inferiores aparecen especies de ámbito infralitoral. Zona infralitoral El infralitoral abarca el ambiente estrictamente marino, desde la superficie hasta profundidades que permiten la vida de algas macrofitas y fanerógamas marinas, es decir, hasta unos cincuenta metros de profundidad. A medida que se profundiza las condiciones ambientales se van estabilizando y la diversidad aumenta, apareciendo comunidades de mayor complejidad. Sustratos rocosos El comienzo de esta zona está marcado por una densa banda algal que puede ser monoespecífica (Cystoseira abies-marina), más diversificada (Cystoseira spp. y Sargassum spp.) o con otras especies dominantes, como Gelidium y Corallina. Estas co-
Gusano de fuego (Hermodice carunculata). Se trata de un gusano poliqueto común en fondos someros.
Foto: Tomás Cruz Simó
munidades pueden llegar a varios metros de profundidad en costas occidentales y hasta los 15-20 metros de profundidad en costas expuestas del norte. La fauna en aguas superficiales está formada por el cangrejo blanco (Plagussia depressa), cirrípedos asociados a costas expuestas como la claca (Megabalanus
azoricus), y erizos como el cachero (Arbacia) o el erizo común (Paracentrotus lividus). Este último es una especie excavadora propia de charcos, que puede formar densas bandas en los primeros metros de profundidad, cuando la dureza del sustrato lo permite. Las praderas de algas constituyen un hábitat en el que numerosas especies encuentran alimento y refugio. Se pueden citar al centollo (Maja squinado), crustáceos pequeños y peces como el pejeverde, fula negra, romero, carajillo, vieja, tamboriles, salema o la chopa amarilla. Las zonas accidentadas y pequeños cantiles permiten el asentamiento de otras algas, como Lobophora variegata, Zonaria, Stipopodium, Dyctiota, Asparagopsis, etc.; esponjas masivas (Verongia, Ircinia, Petrosia) y algunos animales sésiles, como los hidroideos, o vágiles, como el cangrejo araña. Los cantiles de varios metros de altura
Las cuevas presentan una gran diversidad de especies como las esponjas y anémonas, siendo ambientes que también sirven de refugio a crustáceos, peces nocturnos y predadores como el mero. En la imagen podemos observar un banco de juveniles de alfonsito (Apogon).
102 Naturaleza, Paisaje y Recursos
Foto: Tomás Cruz Simó
La culebra (Myrichthys pardalis) es un pez propio de los fondos arenoso-rocosos que no posee interés pesquero. Se alimenta de pequeños crustáceos y alcanza tamaños de un metro. Las poblaciones de esta especie han experimentado un franco retroceso, encontrándose actualmente incluida en el Libro de la Fauna Marina Amenazada de las Islas Canarias.
y situados cerca de la superficie suelen desarrollar poblamientos del antozoo Corynactis viridis en las paredes. En su cúspide, estos cantiles están coronados por una orla algal dominada por Cystoseira abies-marina. Por debajo de las bandas algales se extienden los blanquizales, fondos desprovistos de vegetación en los que domina el erizo de lima, Diadema antillarum. Este erizo es el causante de la pobreza que se observa sobre las rocas, ya que es muy voraz, se desplaza activamente, y se alimenta de algas e invertebrados, no permitiendo la regeneración natural de los fondos. Otros invertebrados propios de blanquizales son algunas esponjas rojas (Batzella, Anchinoe), hidroideos y briozoos. Con respecto a la vida en los ambientes desprovistos de luz o que se encuentran en penumbra (biota esciáfilo) hay que distinguir entre las cuevas y los pedregales. Dependiendo de las dimensiones, las cuevas presentan una gran diversidad en especies suspensívoras y filtradores, como las esponjas, anémonas, briozoos y ascidias. Estos ambientes también sirven de refugio a crus-
Foto: Tomás Cruz Simó
táceos (gambas, camarones, cigalas y la langosta del país), peces nocturnos (alfonsito, catalufa), de paso (sargo, roncadores, lubinas) y predadores (mero, abade, cabrillas). Blanquizal: zonas rocosas de color blanquecino arrasadas a causa de la voracidad del llamado erizo de lima (Diadema antillarum). Foto: Tomás Cruz Simó
Los etenóforos son animales oceánicos que estacionalmente arriban a nuestras costas.
Los pedregales representan hábitats mixtos, ya que la parte superior de las piedras es colonizada por especies fotófilas (algas y algunos invertebrados), y la inferior por fauna esciáfila infralapidícola, es decir que se encuentra bajo las piedras y que guarda cierta relación con la fauna cavernícola. Además de las especies suspensívoras y filtradoras, podemos encontrar formas vágiles como las ofiuras, un crinoideo, moluscos con o sin concha y cangrejos (Porcelana, Percnon). En los niveles inferiores de la zona infralitoral domina el componente animal, pudiendo aparecer especies de mayor profundidad como las esponjas axinélidas, el coral negro y la gorgonia roja. Cuando se desarrollan sobre las rocas suelen indicar el límite inferior de esta zona. Sustratos arenosos En la costa sur de Tenerife son frecuentes los fondos arenosos. Este tipo de fondos, en sus partes más someras, son sustratos móviles en los que se marcan las rizaduras («riples
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marks»), siendo escasamente colonizados por especies, salvo cangrejos (Cicloes, Portunus) y algunos peces (araña y tapaculo). A partir de unos 10-15 metros de profundidad suelen colonizarse por sebadales, un hábitat extenso pero de escaso ámbito vertical formado por la fanerógana marina Cymodocea nodosa. Las hojas del sebadal se renuevan con frecuencia -una por brote y mes- y son colonizadas estacionalmente por pequeñas algas e invertebrados. En el medio sobrenadante encontramos crustáceos planctónicos epibentónicos (isópodos, decápodos, misidáceos), y estadios larvarios de crustáceos y postlarvarios de peces propios de otras comunidades. Los sebadales pueden llegar hasta el límite del infralitoral, fijado en los cincuanta metros de profundidad, si bien a medida que descendemos van siendo sustituidos por el alga verde Caulerpa prolifera. Entre estas comunidades se pueden observar poblamientos de anguilas jardineras (Heteroconger) y fondos de algas calcáreas libres (maerl, confites). Zona Circalitoral En la franja profunda del litoral, por debajo de los cincuenta metros y hasta los 200-300 de profundidad, las condiciones lumínicas no permiten el crecimiento de algas macrófitas, siendo escasas las especies que pueden habitar más allá de los ochenta metros de pro-
El lenguado o «tapaculo» es un pez adaptado a los fondos arenosos donde se entierra para camuflarse, manteniendo fuera los ojos, lo que le permite mantener un continuo control de su territorio. Foto: Tomás Cruz Simó
fundidad. El mayor contenido vegetal en estos niveles se debe a las algas calcáreas (coralináceas arbusculares libres o maerl). Los fondos rocosos, que reciben aportes de la tierra y orgánicos de niveles superiores, desarrollan comunidades suspendívoras y detritívoras muy diversificadas, en las que se pueden localizar especies cavernícolas. Estas comunidades están dominadas por el cascabullo, coral moro o coral naranja (Dendrophyllia ramea) y el coral negro (Antiphates), con numerosas especies de gorgonias, bibalvos, grandes esponjas,
BIONOMÍA INFRAMAREAL
BIONOMÍA INFRAMAREAL
moluscos, briozoos y ascidias. Por debajo de la comunidad del coral naranja, aparece otra dominada por otro coral, Dendrophyllia cornigera, en la que van apareciendo elementos batiales. Dichas comunidades están muy bien desarrolladas en los fondos del valle de Güimar y, según las muestras que aparecen en nasas y otros artes de pesca, están también presentes en el resto de la Isla. Las praderas de algas constituyen un hábitat en el que numerosas especies encuentran alimento y refugio. En la imagen, ejemplar juvenil de vieja (Sparisoma) en algales someros, acompañado de pejesverdes y fula negra.
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Foto: Tomás Cruz Simó
ESLABONES DE UNA CADENA
L
as aguas oceánicas en las Islas Canarias son limpias, de tono azul oscuro, lo que indica una producción planctónica escasa. Exceptuando algunas zonas como la costa oeste de Fuerteventura, con aguas verdes, el resto del litoral depende de la producción vegetal bentónica, que está relegada a los cincuenta primeros metros de profundidad. Los fondos rocosos someros suelen desarrollar céspedes de algas que se renuevan anualmente o son desprendidos por los temporales. En algunos casos, esta producción
puede llegar hasta unos 25-30 metros de profundidad. Sin embargo, la renovación foliar mensual de los sebadales es la que produce la mayor biomasa desprendida. La mayor parte de los restos de algas y sebas van a parar a fondos más profundos, mientras que una pequeña parte, dependiendo de las condiciones dinámicas, se deposita en la orilla. En ambos casos, esta materia es descompuesta por una legión de bacterias, animales detritívoros y suspensívoros relacionados con el fondo, a través de los cuales se integra en las redes tróficas marinas. Las especies detritívoras son consumidas por peces y cefalópodos, en su mayoría recursos pesqueros, por lo que la producción natural de los fondos litorales depende en gran medida del aporte detrítico superficial (infralitoral: 0-50 metros de profundidad). Por otra parte, el desarrollo de comunidades vegetales en fondos arenosos condiciona
El Quitón (Chiton canariensis) es un molusco similar a la lapa que posee siete placas imbricadas. Foto: Museo de Ciencias Naturales
El comienzo de la zona infralitoral, en sustratos rocosos, está marcado por una densa banda algal que puede ser monoespecífica, como en este caso. En la imagen, algal de Cytoseira abies-marina, que constituye una especie exclusiva de la zona de Madeira y Canarias.
Foto: Tomás Cruz Simó
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LOS SEBADALES
El coral moro o coral naranja (Dendrophyllia ramea) se localiza en fondos rocosos por debajo de los cincuenta metros (zona circalitoral). Los pólipos que se observan le permiten capturar pequeños animales como crustáceos y peces. Foto: Tomás Cruz Simó
notablemente la dinámica sedimentaria, ya que estabiliza la lámina superficial, sedimenta el flujo que transporta las corrientes y el oleaje, acumula material al ir sobrecreciendo por colmatación y produce la fracción más importante de componentes orgánicos de la arena, lo que se denomina como bioclastos. La vegetación de fondos arenosos está compuesta básicamente por tres especies: la fanerógama marina Cymodocea nodosa, el alga verde Caulerpa prolifera, y el alga coralinácea libre Lithothamnion corallioides. La primera se denomina vulgarmente «seba», conociéndose como «sebadales» las praderas que se extienden, en zonas aplaceradas, desde escasos metros de profundidad hasta la cota batimétrica de 25-35 metros. Caulerpa prolifera profundiza aún más, hasta unos 50 metros, mientras que las coralináceas, aunque se localizan desde la superficie, se desarrollan notablemente a partir de los 30-35 metros. Estas últimas constituyen la comunidad del maerl o confites, cuyo límite inferior en estado vivo supera los 70 metros de profundidad.
106 Naturaleza, Paisaje y Recursos
La seba (Cymodocea nodosa) es una especie con flores y frutos que, por adaptación evolutiva, colonizó los fondos arenosos iluminados. Se distribuye actualmente por el Mediterráneo y el litoral atlántico africano, desde Gibraltar hasta Senegal. Está definida como un hidrófito herbáceo marino, formado por un rizoma rampante del que parten las raíces y los rizomas erectos, que dan lugar a brotes con 2-4 hojas acintadas y envainadas en la base. El tamaño máximo de la hoja es de 20-40 cm de longitud, por 2-4 mm de anchura. Se desarrolla a lo largo de un mes aproximadamente. Antes de su desprendimiento acumula numerosos organismos epífitos y, del centro de la vaina, emerge una nueva hoja, con lo que el ciclo de renovación foliar se cierra. La densidad y la talla de las praderas del sebadal varían con la profundidad en sentido descendente. Por lo general, se desarrollan bien entre los 15-20 metros de profundidad, con densidades de 500-700 brt/m2 y alturas de 20-25 cm. A mayores profundidades pierden cobertura, por debajo de 300 brt/m2, y se van sustituyendo por talos de Caulerpa y por algas calcáreas. En las ensenadas pueden remontar hasta escasos metros de profundidad, presentando en ocasiones densidades superiores a los 1000 brt/m2, con tallas de 3040 (hasta 50) cm de altura. Los sebadales arraigan el fondo gracias al desarrollo del sistema de rizomas y raíces, cuyo crecimiento continuo se acelera en primavera y verano. Al acostarse en ambos sentidos al paso de las olas, los sebadales protegen los fondos someros reduciendo la agitación. Con el paso del tiempo, aumentan el espesor de los sedimentos, produciendo un efecto acumulativo que se incrementa entre los 20 y 40 metros de profundidad. La materia orgánica producida se desprende y fluye por los fondos hacia la orilla o hacia mayores profundidades, integrándose por descomposición y consumo de detritívoros en las cadenas tróficas litorales. Por último, las hojas sirven de sustrato a otras especies algales y animales y las praderas que forman funcionan como un refugio para pequeñas especies nadantes, larvas y juveniles.
SEBADALES DE INTERÉS INSULAR 1 Taganana (vestigial) 2 Pta. La Laja, Bajamar (vestigial) 3 Los Gigantes 4 Las Américas-Pto. Adeje 5 Los Cristianos 6 Las Galletas-Mña. Roja 7 El Médano - Mña. Pelada 8 Mña. Pelada-Pta. Camello 9 Las Eras 10 Bco. Hondo 11 Costa Caricia 12 Valle Seco 13 Las Teresitas
(Santa Cruz) (La Laguna) (Buenavista) (Adeje) (Arona) (San Miguel-Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Fasnia-Güimar) (Candelaria) (El Rosario) (Santa Cruz) (Santa Cruz)
Fuente: Informe Tomás Cruz Simó (Marzo-95)
La distribución de estas comunidades no suele ser homogénea, exceptuando los sebadales del litoral sur de la isla que solamente son interrumpidos por los grandes salientes rocosos. Sobre los confites apenas hay información, aunque la frecuencia con la que aparecen en los artes de pesca indica desarrollos notables en áreas más o menos concretas. El papel que desempeñan estos sistemas biológicos en la dinámica sedimentaria queda por desentrañar, aunque se pueden apuntar algunas observaciones, contenidas en los cuadros adjuntos.
CAULERPA PROLIFERA
Los hidroideos (Plumularia) son especies coloniales que constituyen un excelente indicador de la presencia de corrientes submarinas o de aguas agitadas. Foto: Museo de Ciencias Naturales
Algunas especies del género de algas verdes Caulerpa tienen la propiedad de arraigar en sustratos blandos, gracias al desarrollo de rizomas estoloníferos con rizoides, a modo de penachos. Entre estas especies Caulerpa prolifera es la más abundante. La parte asimiladora de este alga son láminas de aspecto foliar lanceolado, de algunos cm de longitud en ambientes someros y de mayor tamaño, superior a 10 cm, en fondos profundos. La distribución de esta especie es variable, ya que se presenta desde los charcos intermareales hasta unos 35-50 metros de profundidad, asociándose por lo general con las sebas. Por debajo de unos 20-25 metros va sustituyendo al sebadal; disminuye notablemente la densidad de las praderas hasta que las algas dominan totalmente. El papel que desempeña esta comunidad no es tan importante como el de los sebadales, aunque al estar situada en fondos más profundos y de mayor inclinación deben retener parcialmente los sedimentos, que suelen ser más finos. En el aspecto productivo, la mayor parte de la biomasa se integra por descomposición, ya que solamente es consumida por algunas especies de moluscos de pequeño tamaño. La seba (Cymodocea nodosa) es una de las especies que componen la vegetación de fondos arenosos. Los conocidos sebadales de extienden desde escasos metros de profundidad hasta la cota batimétrica de los 25-30 metros. Como se puede comprobar en la imagen posee una forma acintada, alcanzando en ocasiones los 40 cm de longitud.
Foto: Tomás Cruz Simó
LOS CONFITES La comunidad de talos arbusculares libres de algas coralináceas o maerl, conocidos como confites o anises, está presente en Canarias, en el Mediterráneo, el Canal de La Mancha y las Islas Madeira. En el Archipiélago, en estado vivo se localizan desde la superficie, de forma aislada, hasta fondos de 70 o más metros de profundidad. Su preferencia por aguas más frías permite un desarrollo notable en los fondos superficiales de las islas orientales, lo que trae consigo un mayor aporte de sus restos a la orilla, dando la tonalidad clara característica de sus playas. En Tenerife quedan restos de jables marinos en el Espacio Natural de Montaña Roja. Estos jables tienen un alto contenido calcáreo, cuyo origen principal son confites erosionados que se desarrollaron en épocas pasadas a lo largo del litoral cercano, entre Montaña Pelada y El Confital. El aspecto de los confites varía según el desarrollo y la dinámica local. Cuando están vivos son de color rosado. Comienzan su crecimiento con formas alargadas y delgadas, para luego engrosar adquiriendo formas irregulares en fondos quietos y formas esféricas en fondos dinámicos.
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1 Macizo de Anaga 2 Acant. Bco. El Puerto 3 Acantilado El Humilladero 4 Mña. Bermeja 5 Acantilado El Morro 6 Cantil y Bco. Samarines 7 Malpaís de Güimar 8 Cantil de Topuerque 9 Acantilado La Hondura 10 Tabaibal del Poris 11 Cantil Pta. de Abona 12 Ensenada de Abades 13 Cantil de la Jaca 14 Playa de los Tarajales 15 Playa Tanque de Vidrio 16 Mña. Pelada 17 Riscos de la Jaquita 18 Punta del Cabezo 19 Mña. Roja 20 Aguadulce 21 Tabaibal del Banco 22 Mña. Amarilla 23 Cantil Pta. Negra 24 Malpaís de Rasca 25 Mña. de Guaza 26 Acantilado de Adeje 27 Cantil Callao Salvaje 28 Cantil de Herques 29 Pta. de las Bajas 30 Macizo de Teno 31 Roque de Garachico 32 Acantilado de S. Marcos 33 Acantilado de Icod
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (S/C-El Rosario) (Candelaria) (Candelaria) (Candelaria) (Güímar) (Güímar-Fasnia) (Fasnia) (Arico) (Arico) (Arico) (Arico) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (San Miguel) (San Miguel) (Arona) (Arona) (Arona) (Adeje) (Adeje) (Adeje-Guía) (Stgo. del Teide) (Buenavista) (Garachico) (Icod) (Icod)
108 Naturaleza, Paisaje y Recursos
34 Acantilado La Guancha 35 Rambla de Castro 36 Acantilado La Fajana 37 Playa de los Roques 38 Acantilado Norte 39 Cantil del Prix 40 Cantil de Valle Guerra 41 Cantil Los Roquetes 42 Acantilado Bajamar = Espacio natural protegido
(La Guancha) (S. Juan-Realejos) (Los Realejos) (Los Realejos) (5 municipios) (Tacoronte) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna)
ESPACIOS COSTEROS DE INTERES NATURAL
LAS BALLENAS Y DELFINES DE CANARIAS Cetáceos de Tenerife
C
anarias constituye un lugar singular a nivel internacional, tanto desde el punto de vista científico, como turístico, por la gran diversidad de especies de cetáceos presentes, ballenas y delfines, así como por las extraordinarias posibilidades que existen para su estudio y observación. De las 79 especies existentes a nivel mundial, casi un tercio (25 especies) están presentes en Canarias. Las especiales características oceanográficas, geomorfológicas y climáticas de estas islas volcánicas oceánicas han confluido para convertir a Canarias en un punto de alta diversidad especifica de unos animales, las ballenas y delfines, por lo demás emblemáticos, pese a la ignorancia o desconocimiento que se ha tenido de ellos hasta hace bien poco. Por un lado, la práctica inexistencia de plataforma insular entre islas favorece en gran medida la aproximación de los cetáceos a las costas. Por otra parte, la incidencia de la Corriente Fría de Canarias condiciona el que las aguas del Archipiélago sean algo menos cálidas de lo que correspondería por su latitud, permitiendo la coexistencia de especies de cetáceos tropicales y otras características de
Calderón tropical (Globicephala macrorhynchus). Sólo en la costa oeste de Tenerife se han avistado 16 de las 79 especies de cetáceos existentes a nivel mundial.
aguas templadas. Asimismo, el llamado efecto masa de isla, cuya estela de rozamiento motiva un ascenso de aguas profundas, propicia un aumento de la producción zooplanctónica y consecuentemente de recursos tanto de superficie como de fondo, como pueden ser los peces medianos pelágicos y los cefalópodos, que conforman la dieta de varias especies de cetáceos.
Foto: Sergio Hanquet
Lo que esta claro es que estos mamíferos marinos representan un recurso natural privilegiado que junto con el resto de especies vegetales y animales constituye el patrimonio natural y cultural de las Islas Canarias, siendo además un recurso excelente para concienciar a la población de la importancia del medio marino, su conservación y conocimiento.
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El canal comprendido entre La Gomera y la costa oeste de Tenerife constituye un auténtico paraiso para los cetáceos.
Cetáceos de Tenerife Al igual que Canarias en general, las aguas que circundan Tenerife son ricas en cetáceos. En ellas, de los 25 citados para Canarias, al menos se han visto 19. El avistamiento de cetáceos depende sobre todo del esfuerzo realizado en el mar, esta claro que hay zonas como el sur de la isla en las que el esfuerzo ha sido superior, tanto por la bonanza de sus aguas como por el desarrollo de la actividad turística en las mismas que ha permitido una gran cantidad de datos en un área bastante extensa. Sin embargo la costa norte por su mar agitado y por el poco uso recreativo y turístico en el mar (que no en costa), apenas presenta datos esporádicos, sobre todo de calderones grises, siendo una zona todavía muy desconocida. En la costa este nos encontramos con una zona donde avistar cetáceos no resulta demasiado difícil, claro está que es una zona muy frecuentada, hablamos de Antequera en Anaga, donde se han visto desde delfín mular hasta calderón gris, además el espacio entre la costa de Anaga y Gran Canaria esta reconocido como área de distribución del Cachalote. Las cercanías de los puertos suelen ser zonas de avistamiento, así desde el Puerto de Santa Cruz hasta el de Radazul, son muchas
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Foto: Erika Urquiola. SECAC Sociedad para el Estudio de los Cetáceos
las referencias, sobre todo de manadas de delfines migrando. Pero es dando la vuelta a Punta de Rasca ya en el Sur de la isla donde empieza el «paraíso» de los cetáceos . Desde Rasca hasta Teno y desde esa costa hasta La Gomera en el llamado Canal del Prim o más comúnmente la traviesa, encontramos un enclave realmente singular, ejemplo claro de las especiales características oceanográficas, fisiográficas, etc. ya mencionadas y quien sabe de que otras
más que aun desconocemos, que han dado lugar a que una superficie relativamente pequeña presente una gran diversidad (16 de las 25 especies registradas) e incluso sostenga a comunidades residentes, semiresidentes y transeúntes de calderones tropicales y delfines mulares. Así pues encontramos desde el Calderón (o Roaz según los pescadores) con una media de 1800 avistamientos por año a la más que famosa Orca con 2 avistamientos en el 97, pasando por grandes ballenas, cachalotes, delfines comunes, moteados, de diente rugoso, listados, calderones grises e incluso zifios y por supuesto delfines mulares. No se puede olvidar mencionar varios avistamientos singulares ocurridos estos últimos años en estas aguas, como el de la ballena azul, una de las especies más amenazadas de extinción del planeta y junto a ella la ballena franca del norte de la que se contabilizan tan solo 350 ejemplares en el mundo. Conservación Los cetáceos presentes en el archipiélago se recogen en diversos convenios y tratados internacionales (Convenio de Berna, Convenio de Bonn, CITES). De las 25 especies, 21
El Delfín mular es una especie prioritaria para la conservación en la Unión Europea (Directiva Habitat). Foto: Vidal Mar tín
figuran como «insuficientemente conocidas», 2 como «vulnerables» y 2 «en peligro» en el Libro Rojo de la UICN. Así mismo todas aparecen en el anexo IV y una, el delfín mular en el anexo II de la Directiva Hábitat. Esto representa que han de designarse zonas de especial protección para esta especie, lo que va a dar lugar a que Canarias tenga unas cinco áreas marinas con algún tipo de protección debido a esta especie, que presenta comunidades estables al menos en el suroeste de Tenerife. Por otra parte, el Libro Rojo de los Vertebrados de España y el Libro de la Fauna Marina Amenazada de Canarias proponen una serie de medidas de conservación, basadas fundamentalmente en el conocimiento de los stocks, estudios de los animales varados y reducción de los factores de amenaza de las poblaciones. Los principales factores que pueden repercutir en la conservación de los cetáceos son: la degradación del hábitat por el intenso tráfico marítimo, la contaminación marina y el deterioro de las costas; la interacción con pesquerías y; el incremento de actividades de observación de cetáceos. Se deberían establecer una serie de acciones encaminadas a la conservación de los cetáceos de Canarias, especialmente las poblaciones de Delfín mular (Tursiops truncatus) y Calderón tropical (Globicephala macrorhynchus), previsiblemente más afectadas por estos factores. Tres objetivos concretos habrían de ser los fundamentales: 1 Conservar las poblaciones residentes de Delfín mular y Calderón tropical, para lo cual se debieran desarrollar acciones encaminadas a reducir sus factores de amenaza 2 Elaboración de un Plan de Ordenación de los Recursos Naturales en el canal situado entre las islas de Tenerife y La Gomera y determinación de áreas susceptibles de ser espacio natural protegido.
La observación de cetáceos es una práctica muy extendida a nivel mundial realizada en aguas de 65 países. En Tenerife esta actividad mueve un millón de visitantes al año.
3 Análisis y determinación de la importancia, fragilidad, distribución etc. de las poblaciones de otros cetáceos, especialmente los singulares a nivel mundial como el grupo de los zifios. De todo lo citado anteriormente se infiere la necesidad de aunar los esfuerzos a fin de alcanzar un alto grado de efectividad en la conservación de cetáceos. La coordinación de todos los programas, actuaciones y proyectos sobre estos animales conseguiría unos
Foto: Erika Urquiola
resultados mejores y en todo caso un mayor beneficio no sólo para los propios cetáceos sino para la sociedad en general. Los cetáceos como recurso económico Desde antaño es conocida la existencia de esos «monstruos marinos» que pescadores y navegantes veían atravesar por las aguas circundantes de Canarias, aunque pocas son las referencias al respecto. Nunca en Canarias se cazaron ballenas, como ocurrió en otras tierras y el aprovechamiento de estos anima-
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EL CODIGO DE CONDUCTA OBLIGACIONES BÁSICAS • No interceptar la trayectoria de los animales. • No separar y dispersar el grupo de animales observados, especialmente si se trata de una madre y una cría. • Evitar la presencia simultánea de más de tres embarcaciones a menos de 200 m. de un cetáceo o grupo de ellos. • Guardar una distancia de al menos 60 m. de los animales salvo situaciones de emergencia o autorización expresa. • No perseguir y acosar a los animales. • No bañarse o bucear deliberadamente en la proximidad de los animales. MÉTODOS DE APROXIMACIÓN • Cuando una embarcación se encuentre en un área de 300 m. en las proximidades de los cetáceos, deberá moverse con velocidad lenta, no más rápida que el animal más lento del grupo. • La aproximación a los cetáceos se hará de forma suavemente convergente con la dirección de los mismos. • Nunca se realizará por el frente, permitiéndose en todo caso el movimiento de los cetáceos en cualquier dirección. • Mientras dure la observación se procurará mantener una trayectoria paralela a la de los animales. • Se evitará en todo caso los cambios bruscos en la dirección y velocidad. • Poner el motor en punto muerto, al menos un minuto antes de apagarlo si la embarcación se para con el fin de observar los cetáceos. De igual modo se procederá si el cetáceo se acerca de la embarcación. • No Poner el motor en marcha o, en su caso, no aumentar la velocidad mientras los animales se encuentren a menos de 60 m de la embarcación. COMPORTAMIENTO CON LOS CETÁCEOS • Abandonar la zona si se observa alguna señal de alarma, alteración o angustia como un cambio repentino de dirección o velocidad, zambullidas sucesivas o exhalación del aire debajo del agua. • Evitar ruidos que puedan molestar a los animales, así como emitir sonidos para atraerlos. • Avisar a las autoridades competentes en caso de malherir involuntariamente a los cetáceos indicando su posición. Se procederá del mismo modo cuando se observe un cetáceo muerto flotando. • Si dos o más embarcaciones se aproximan al mismo individuo o grupo de ellos, deberán comunicarse entre ellos para coordinar las aproximaciones y maniobras de forma que la repercusión sobre los animales sea mínima.
112 Naturaleza, Paisaje y Recursos
Cría de calderón en aguas de la costa oeste de Tenerife
les se limitó a los variopintos usos que se le dieron a los cetáceos que varaban en nuestras costas, desde por supuesto aprovechar el aceite -sobre todo en el caso de los cachalotes-, y la carne, a utilizar las barbas, si se trataba de rorcuales, o los distintos huesos de los animales para todo aquello que la imaginación y la necesidad pudiera cubrir, como las costillas para vigas en las construcciones o huesos de las vertebras como tapa para vasijas. Sin embargo, todo esto no deja de ser anecdótico, aunque si hace notar la importancia o el evento que en aquellos tiempos representaba para un canario el varamiento de un cetáceo. No es sino hasta hace muy pocos años, a principios de la década de los 90 cuando los cetáceos empiezan a convertirse en un recurso natural con un potencial económico realmente importante, la observación de cetáceos como actividad turística ligada al entorno marino acapara en pocos años los primeros puestos de interés y rentabilidad del sector turístico tinerfeño.
Foto: Vidal Mar tín
La observación de cetáceos como actividad comercial La actividad comercial de la observación de cetáceos comenzó en 1955 en Norteamérica, a lo largo de la costa californiana. Durante las siguientes dos décadas creció de forma paulatina hasta la pasada década donde la importancia económica de la observación de cetáceos se desarrolló rápidamente, llegando a tener en nuestros días un auge sorprendente. Hoy en día se realiza en aguas de al menos 65 países además de la Antártida (295 comunidades). Todas las especies de ballenas, muchos delfines y marsopas pueden ser vistos con regularidad en un amplio rango de excursiones que duran entre una hora y dos semanas. El número de observadores a nivel mundial se calcula en más de cinco millones cuatrocientos mil al año, lo que implica unos gastos directos de unos 15.000 millones de pesetas (e indirectos de 62.000 millones). La observación de ballenas presenta dimensiones económicas, recreativas, educativas y científicas. Los beneficios económicos producidos en áreas donde se realiza esta actividad han empezado a ser un aspecto significativo de la economía turística local. Pero esta actividad debe ser realizada de forma racional, las excursiones de visitas a los cetáceos necesitan ser controladas, el tráfico de
embarcaciones regulado, y las ballenas protegidas de las repercusiones negativas que pueden producir «observadores» agresivos. El caso canario España se encuentra entre los primeros países del mundo tanto en número de visitantes como en ingresos, junto con países como Estados Unidos, Nueva Zelanda o Australia. Dentro de España, este recurso esta siendo explotado casi exclusivamente en las Islas Canarias, especialmente en el suroeste de Tenerife. En esta isla, la evolución de los últimos años es claramente ascendente, desde los 40.000 visitantes en el año 1991 hasta los 700.000 de 1996, lo cual conlleva unos ingresos directos de aproximadamente unos 2.000 millones de pesetas. Estas cifras colocan a Tenerife en el 2º lugar en el mundo en nº de visitantes después de USA y en uno de los primeros en relación a los ingresos. Nos encontramos pues con una actividad turística que habiéndose iniciado a principio de la década ha pasado de ser una actividad económica meramente anecdótica a constituir uno de los puntos fuertes de atracción turística en Canarias con unos niveles de ingresos espectaculares. En dicha actividad concurren muchos factores que la hacen especialmente productiva además de convertirla en un lugar único en el mundo para el desarrollo de la misma: por un lado la actividad se realiza durante todo el
Calderones socializando
Foto: Vidal Mar tín
Los Gigantes, Pto. San Juan Santiago del Teide 8 barcos - 359 pasajeros
Pto. Colón, Las Américas Adeje 25 barcos - 2045 pasajeros
Pto. de Los Cristianos Arona 15 barcos - 1130 pasajeros
PUERTOS DE BASE PARA EL AVISTAMIENTO DE CETÁCEOS Datos de 1996 Fotos: SECAC Sociedad para el Estudio de los Cetáceos
año gracias al privilegiado clima de las islas, por otro existe una colonia estable de ballenas calderón del orden de 250 ejemplares, que tiene su principal ámbito de distribución en un área de fácil acceso para todo tipo de embarcaciones. La actividad de observación de cetáceos como industria turística en expansión esta contribuyendo significativamente a la economía de las islas (fundamentalmente Tenerife), pero este desarrollo de la actividad debiera dirigirse hacia un uso sostenible de un recurso natural, los cetáceos, cuya principal preocupación habría de ser la propia conservación de los animales y su hábitat, así como su contribución a la educación y el conocimiento científico. Cuatro son los puertos que sirven de base de esta actividad: Puerto de Los Cristianos, Puerto Colón en Las Américas, Puerto San Juan y Los Gigantes. Todos ellos en el O-SO de Tenerife. La variedad de barcos es gran-
de, como puede observarse en la gráfica, abriéndose de este modo un amplio abanico de ofertas para los turistas. El área de uso se divide en dos mitades, la sur entre Callao Salvaje y Punta Rasca, que es la que soporta el 83% de la presión de la actividad con unos 40 barcos censados y tiene en los calderones su especie clave y la norte entre Callao Salvaje y Teno donde las especies avistadas con más frecuencias son delfines y en la que participan unos 8 barcos. Mas del 85% del año es apropiado para la observación de cetáceos y la media mensual del esfuerzo de la actividad es constante. En combinación con esto, su proximidad a un destino turístico muy importante y la presencia de una colonia de calderones residentes a tan sólo media hora de distancia de los puertos, determina un alto grado de éxito. Por si esto no fuera suficiente, los calderones se pueden avistar a todas horas del día a lo largo del año. Se ha encontrado que la fre-
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cuencia de avistamientos de cetáceos en el área no varia demasiado a lo largo del año lo que significa que el objetivo de los visitantes está casi siempre asegurado. Todo esto ha convertido al suroeste de Tenerife en uno de los más interesantes y atractivos lugares del mundo para ver ballenas y delfines. Por otra parte, la actividad de observación de cetáceos no tiene por que tener solo un uso recreativo o turístico -comercial, es más, puede ser un camino para desarrollar actividades educativas científicas y culturales en el entorno del mundo marino y costero. Un factor fundamental, limitador de esta actividad, es que el explosivo número de visitantes que recibe pueda producir un impacto negativo en las poblaciones de cetáceos. Por ello, ahora más que nunca hay que hacer un esfuerzo para asegurar la protección de estos animales mediante una regulación y control eficaz de la actividad de observación pasando, por una investigación y una planificación de las actuaciones, sin olvidarse de una educación y concienciación adecuadas. El Gobierno de Canarias en orden a minimizar estos impactos aprobó un decreto en 1995 (320/1995) que regula las actividades de observación de cetáceos en el Archipiélago Canario y posteriormente puso en marcha un programa de vigilancia a través de una lancha, el
TIPOS DE EMBARCACIONES UTILIZADAS PARA EL AVISTAMIENTO DE CETÁCEOS
Datos de 1996 Fotos: SECAC Sociedad para el Estudio de los Cetáceos
«Calderón» para el control de dichas actividad en el mar con la finalidad de hacer cumplir el código de conducta del citado decreto.
Hace falta pues, tras haber conseguido implantar una regulación sobre esta actividad, no solo mantener el esfuerzo para que su aplicación sea efectiva sino que aspectos como la investigación y las actividades educativas tengan un apoyo y un impulso importante para que el último fin que se persigue, la conservación, llegue a buen término, procurando la preservación de los hábitats de estos animales y asegurando una mejor gestión de los recursos marinos.
El Delfín mular (Tursiops truncatus), especie de interés comunitario, es uno de los cetáceos sobre los que más incide la actividad turística. Foto: Sergio Hanquet
114 Naturaleza, Paisaje y Recursos
CLASIFICACION DE LOS CETACEOS PRESENTES EN CANARIAS ORDEN CETÁCEA SUBORDEN ODONTOCETI
Familia Physiteridae
Physeter macrocephalus
Cachalote
Familia Kogiidae
Kogia breviceps
Cachalote pigmeo (**)
Kogias simus
Cachalote enano (**)
Hyperoodon ampullatus
Calderón boreal (*)
Mesoplodon densirostris
Zifio de Blainville
Mesoplodon europaeus
Zifio de Gervais
Mesoplodon mirus
Zifio de True (*)
Ziphius cavirostris
Zifio de Cuvier o común
Globicephala macrorhynchus
Calderón Tropical/ Ballena Piloto
Globicephala melas
Calderón Común (*)
Orcinus orca
Orca
Pseudorca crassidens
Orca Bastarda o Falsa Orca (*)
Tursiops truncatus
Delfín mular
Delphinus delphis
Delfín Común
Stenella coeruleoalba
Delfín Listado
Stenella frontalis
Delfín Moteado Atlántico
Steno bredanensis
Delfín de Diente Rugoso
Grampus griseus
Delfín o Calderón Gris
Lagenodelphis hosei
Delfín de Fraser (**)
Familia Ziphiidae
Familia Delphinidae
SUBORDEN MYSTICETI Familia Balaenopteridae
Familia Balaenidae
Balaenoptera musculus
Ballena azul
Balaenoptera acutorostrata
Rorcual Aliblanco
Balaenoptera borealis
Rorcual Boreal o de Rudolphi
Balaenoptera edeni
Rorcual Tropical o de Bryde
Balaenoptera physalus
Rorcual común
Eubalaena glacialis
Ballena Franca Septentrional o del Norte
(*) No hay registros en el entorno de Tenerife. Se conocen sólo por varamientos. (**) Registrados en Tenerife. Se conocen sólo por varamientos.
Concienciación Las ballenas y delfines siempre han sido animales «clave», está claro que el público a través del poder de atracción de ballenas y delfines puede adquirir algo de educación acerca de los mamíferos marinos y por extensión del mar y sus condicionantes ambientales. «Cuando una ballena o delfín conocido por su nombre por los observadores, vara, la causa de su muerte puede ser difícil de establecer, pero a través de lo concerniente a un solo individuo el público aprende acerca de temas como la polución marina, vertidos de aceite o hidrocarburos, el despoblamiento de peces (la disminución de los recursos piscícolas), pesca con re-
des de deriva, y así sucesivamente. Si se empieza por cuidar a individuos de ballenas, se empezará a cuidar toda la especie. Entonces, prestarás atención a las otras especies que la ballena necesita para su subsistencia. Pronto, la protección de los océanos, los hábitats de las ballenas, cobrarán una nueva importancia. Estos y otros beneficios educativos, científicos y culturales de la observación de ballenas están empezando a ser bien establecidos.…» (Hoyt 1994) Siendo así debería resultar más fácil aprovechar esta coyuntura para que los canarios nos acercáramos mas al conocimiento y el apego a ese medio hasta ahora tan desconocido.
Una pareja de Delfines moteados saltando frente a las costas de Santa Cruz de Tenerife. Foto: Vidal Mar tín
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Grupo de Calderones nadando por aguas tinerfeñas. En la isla se han logrado catalogar al menos 800 ejemplares, de los cuales 250 se consideran residentes. Foto: Sergio Hanquet
EL CALDERÓN TROPICAL El Calderón, rey de los cetáceos en Tenerife, se ha convertido en una imagen emergente para la isla, un emblema sobre todo en la costa suroeste donde casi un millón de turistas se acercan a visitarlos cada año. No se sabe cuanto tiempo llevan en estas aguas, aunque los pescadores y la gente del lugar hablan de haberlos visto desde siempre. La primera referencia científica data de 1936 en el transcurso de una expedición del museo oceanográfico de Mónaco y los sitúa entre la isla de Tenerife y La Gomera. Muchos han sido los varamientos ocurridos hasta la fecha a lo largo de toda la costa de Tenerife, quizá el más recordado sea el varamiento en masa de 10 animales en 1970 en la playa de el Médano. En cualquier caso, lo normal es que continúen si son capaces de soportar las presiones que vienen sufriendo fundamentalmente por el intenso trafico de embarcaciones al que se ve sometido su área de distribución. ¿Y por que precisamente Tenerife?. En realidad, se distribuyen por todas las islas, pero es el canal del Prim el que acoge la población residente conocida de estos animales. La causa de esta residencia puede estar en que, por un lado, son animales eminentemente oceánicos que gustan de aguas profundas, entre Tenerife y La Gomera hay un cañón o desfiladero de más de 2000 metros, además ambas islas presentan una plataforma continental muy reducida habiendo grandes profundidades muy
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cerca de la costa, así que en este aspecto los calderones encuentran en esta fisiografía un lugar adecuado para ellos. Por otro lado, se alimentan preferentemente de cefalópodos, los estudios realizados sobre el contenido estomacal de dos calderones varados en las costas tinerfeñas detectaron que estaba compuestos íntegramente por cefalópodos. Parece ser que las profundidades del canal del Prim es un área de gran producción de las llamadas «Potas» o cefalópodos, alimento de los calderones, por lo que dichos animales tienen en este área el alimento necesario. Sus hábitos alimentarios son particulares, estos animales son activos por la noche cuando ocurren las migraciones verticales nictimerales de los cefalópodos que ascienden desde las profundidades hasta unos 800 m aproximadamente, es entonces cuando los calderones descienden a comer. Así pues, tras las activas noches, los calderones suelen descansar de día, es por ello que se presume que la presencia de numerosas embarcaciones alrededor de los grupos de calderones en su periodo de reposo no puede por menos que causarle cierto «stress» al animal.
Además para añadir a lo anterior los calderones son animales de amplia distribución, preferentemente en aguas cálidas y templadas. Las peculiares características oceanográficas mencionadas al principio cumplen para los calderones con este requerimiento El calderón tropical Globicephala macro-rynchus es un odontoceto, es decir dentro de los cetáceos pertenece a el grupo de los que tienen dientes y esta incluido asimismo en la familia de los delfínidos siendo «primo hermano», por ejemplo, de la orca. El nombre latino de Globicephala hace alusión a su cabeza la cual es como globo y se le llama melón, siendo más voluminosa cuanto mayor es el individuo. Hay en esta especie un dimorfismo sexual, siendo los machos más robustos que las hembras pudiendo llegar a medir un macho adulto unos 5,5 metros e incluso hasta 7 metros y pesar 1500 k, mientras la hembra no supera los 5 metros siendo más frecuente los 4 o 4,5 con unos 600 k de peso, las crías miden entre 1,4 y 1,9 al nacer. Son animales de coloración oscura y su parte mas visible, al menos desde la superficie, la aleta dorsal, esta situada hacia el centro del individuo y es ancha en la base y relativamente baja.
Globicephala macrorhynchus Dibujo: José Manuel Moreno
Las marcas o muescas de esta aleta junto con su forma son las que permiten diferenciar a un animal de otro, vendría a ser como su huella digital. En los estudios realizados en Tenerife por Heimlich Boran, Martín, Montero y Arechavaleta desde 1990 mediante técnicas de fotoidentificación, es decir fotografiando estas «huellas», se consiguieron catalogar 800 ejemplares de los cuales unos 250 se vieron en más de un año, por lo que se consideran residentes. Tiene una estructura social tipo matriarcal de grupos de hembras con crías y juveniles asociados con otras madres con crías, apareciendo los machos en ocasiones. Son animales sociales, gregarios, siendo muy infrecuente verlos solos. Los grupos suelen ser de entre 10 y 30 individuos lo que no es óbice para que se hayan avistado manadas de 100 o mas individuos. En el canal se han visto asociados a otros cetáceos, normalmente delfines mulares aunque también con cachalotes, delfines moteados, comunes.. Cuando descansan, bien flotando en la superficie o navegando lentamente, solo lo puede hacer la mitad del cerebro cada vez ya que tienen respiración voluntaria. El periodo de celo y el de reproducción suele ser simultáneo, en primavera-verano ya que el periodo de gestación es entre 12 y 15 meses, pasando la cría un periodo de lactancia de unos 2 años o mas si la madre es mayor y continuando asociada a ella hasta que alcanza la madurez sexual, lo que ocurre entre los 7 y 12 años en las hembras y entre los 15 y 22 en los machos. Debido a esto los periodos entre una reproducción y la siguiente varían entre 4 y 8 años dependiendo de la edad de la madre, teniendo en cuenta que las hembras viven unos 63 años frente a los 46 máximo de los machos, no hace falta decir lo importante que es que las gestaciones y el periodo de cría de estos animales llegue a buen término para que las poblaciones no se vean afectadas, pues una hembra no suele
Calderón emergiendo. Cuando descansan navegando o flotando en la superficie solo lo puede hacer la mitad del cerebro cada vez ya que tienen respiración voluntaria.
tener más de 4 partos a lo largo de su vida. Es por ello que los impactos que se producen sobre las poblaciones de estos animales, el deterioro del hábitat etc, aunque no se vean sus efectos a corto plazo si pueden tener un gran alcance a largo plazo si se ve afectada su faceta reproductora, siendo primavera y verano las épocas más sensibles. Hay que prevenir antes de que esto se llegue a demostrar. Cabe citar como anécdota que algunos calderones son ya reconocidos por la gente y tienen sus propios nombres pues, al ser residentes algunos ejemplares se han visto con cierta frecuencia, así pues , «Capitán Hook, o Garfio o Papa Pitufo es el nombre vulgar de un gran macho cuyas primeras referencias datan de 1989, y que aparece incluso en muchas fotografías y postales. El calderón tropical del sur de Tenerife ha sido el cetáceo más estudiado de Canarias, probablemente por su accesibilidad, por su población residente obviamente y por las presiones que recibe de los barcos turísticos. Fue quizá la divulgación de los estudios del Dr. Jim Heimlich Boran para su tesis doctoral sobre la estructura social de los calderones en Tenerife (1989), la causa de que un equipo de Cousteau realizará una película sobre los mismos, lo que dio a conocer su existencia en todo el
Foto: Vidal Mar tín
mundo y en particular en Europa. Punto de arranque éste, que propició que muchos operadores turísticos europeos vinieran a instalar aquí sus empresas dedicadas a la observación de cetáceos, al mismo tiempo que aquellos que en el sur se dedicaban a hacer excursiones en barco por la costa modificaran su «negocio» hacia la excursión de observación de ballenas y delfines específicamente. El boom que esto produjo motivó que durante los años se realizara un «Estudio de impacto que provocan las embarcaciones en la población de calderones residentes en las aguas del SO de Tenerife» (Martín V., Montero R. 1993 Informe inédito). Posteriormente, la Consejería de Turismo y Transporte, a través de la empresa Saturno, creó el «Instituto de Cetáceos de Canarias» que durante su período de existencia (95-97) elaboró los documentos «La Observación de Cetáceos de Canarias como Actividad Turística en Canarias. 19961997. Descripción y diagnóstico» e «Impacto de las embarcaciones sobre la población de calderón tropical» (Montero, R. y Arechavaleta, M. 1997), ambos sin publicar. Aparte de esto, un equipo de investigación alemán, Proyect Context, desarrolló en el verano de 1996 un estudio sobre acústica de calderones y su relación con las embarcaciones. Ya el Dr. Boran había comenzado un catálogo de los calderones del sur y junto con Vidal Martín y Montero y Arechavaleta fue completándose posteriormente. Aunque el estudio no este finalizado el catálogo relaciona unos 250 individuos residentes y cataloga a un total de 800 individuos aproximadamente. Ahora bien, desde 1996 no ha habido un seguimiento de la población, lo que sería necesario si queremos tener los conocimientos necesarios para actuar en la conservación de estos animales.
Espectacular vista de la aleta de un Calderón con el Teide nevado al fondo en las aguas del Canal de Prim. Foto: Sergio Hanquet
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PESCA Y MARISQUEO
L
a pesca en Tenerife, como en el resto de las Canarias, está condicionada por la gran diversificación espacial y temporal de los recursos. La actividad pesquera se ha ajustado a lo largo del tiempo a estos condicionantes y por ello aún hoy podemos observar una gran variedad de modalidades, con una dedicación temporal más fuerte a los túnidos, ya que es un recurso que permite elevadas capturas y genera rendimientos económicos altos en poco tiempo. La explotación de los recursos es diferente según los distintos puertos, condicionada por la disponibilidad zonal de los mismos y por las propias características de la flota. Así, mientras algunos mantienen una actividad típicamente tradicional, basada en los recursos de fondo, otros la combinan con los pelágicos costeros y los más florecientes centran su esfuerzo en los túnidos, principalmente en el sur de la isla. Recursos marisqueros El marisqueo es una actividad tradicional que, aunque no alcanza un gran volumen de producción, es intensa en la zona de mareas y fondos someros. Durante casi todo el año y, sobre todo, en verano, esta popular actividad se realiza por pescadores profesionales, pescadores deportivos e incluso como actividad de ocio. El marisqueo es un recurso alimenticio que ha jugado un papel importante en el pasado como sustento de los aborígenes guanches, volviendo a practicarse intensamente en las diversas épocas de hambruna o escasez como las vividas en el presente siglo. Sin embargo, lo tiempos cambian y la demanda y los altos precios que alcanzan estos productos actualmente ya no se corresponden con su capaci-
118 Naturaleza, Paisaje y Recursos
La pesquería de peces pelágicos oceánicos se basa fundamentalmente en los túnidos: bonito o listado, rabil o albacora, patudo, tuno y barrilote. En volumen de capturas destaca el bonito. Foto: Salvador Aznar
dad de producción o su función de despensa marina para la supervivencia. El recurso marisquero principal, por su biomasa y volumen de captura, son las lapas. Constituyen un producto ampliamente comercializado y muy demandado, destacando como más solicitadas la lapa blanca (Patella ulyssiponensis aspera ) y la lapa negra (P. candei crenata), en menor medida se aprovecha la lapa de sol (P. piperata). Aunque no
se tengan series de datos completas se sabe que la producción ha disminuido notablemente debido a la fuerte presión extractiva y a la degradación de los hábitats. También se capturan, aunque apenas se comercializan, el cangrejo moro o negro (Grapsus grapsus) y el cangrejo blanco (Plagusia depressa). Una especie que ha perdido la importancia en volumen de captura que alcanzó antaño, en sitios como La Caleta de Interián, Puerto
Además de los túnidos, otras especies pelágicas contribuyen también a las pesquerías insulares: el peto y la melva. Los peces pelágicos litorales constituyen una impor tante fuente de carnada para estas actividades.
de la Cruz y el sector Candelaria-Güímar, es la almeja del país (Haliotis canariensis). Hoy apenas se recolecta y casi ha desaparecido de la oferta gastronómica. Cuando en raras ocasiones se comercializa alcanza precios muy elevados. Los burgados (principalmente Osilinus atratus) también se aprovechan, pero su producción es mínima y no se comercializan. Localmente se aprovechan el burgado macho (Thais haemastoma), la claca (Megabalanus tintinnabulum) y el erizo (Paracentrotus lividus). La presencia del percebe o patacabra (Pollicipes cornucopia) es ya casi testimonial, encontrándose muy localizados en los sectores de Anaga fuertemente batidos por el mar. Como actividad marisquera, aunque considerada como complemento de las labores de pesca artesanal, cabe encuadrar también la captura para carnada de cangrejos, camarón de charco, gusanos poliquetos (lombrices o miñocas) y erizos. Debe resaltarse la importancia de los cangrejos conocidos como jaquitas o carnada de vieja (Xantho spp.), muy buscados por pescadores profesionales y deportivos para la captura de la vieja y otros peces litorales.
Foto: Alber to Luengo
Recursos pelágicos litorales La captura de peces pelágicos litorales (caballa, chicharros, sardina, alacha, boga, etc.) con cercos o traíñas e iluminando por la noche, ha sido siempre una actividad de gran arraigo en Tenerife. En la isla se detectan importantes poblaciones de estos peces, sobre todo de caballa y boga, principalmente en las costas del sur-suroeste y en el sector
San Andrés-Candelaria. Se considera un recurso subexplotado, en especial en el caso de la caballa, pues las capturas son muy pequeñas en comparación con la biomasa detectada por métodos acústicos. En cualquier caso, las poblaciones de algunas de estas especies pelágicas costeras presentan notables fluctuaciones anuales, relacionadas con sus propias características biológicas ya que tienen ciclos de vida muy cortos. Los peces pelágicos litorales constituyen también una importante fuente de carnada para otras pesquerías, principalmente como cebo vivo para la de túnidos. Una especie, el guelde (Atherina presbyter), de poblaciones reducidas y muy sensibles a la intensa explotación, sólo se permite pescar para carnada. La captura de algunas de estas especies para carnada se realiza también con artes pelágicas menores, como guelderas y chinchorros.
ZONAS HABITUALES DE MARISQUEO Cangrejo blanco Lapa Oreja Fuente: Información Jesús Martínez (1994)
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Recursos pelágicos oceánicos La pesquería de peces pelágicos oceánicos se basa fundamentalmente en los túnidos (bonito o listado, rabil o albacora, patudo, tuna y barrilote) y es actualmente la más importante por su volumen de capturas, correspondiendo al bonito (Katsuwonus pelamis) más de la mitad extracción global. Se aprovecha el paso en migración de las diferentes especies que se van sustituyendo a lo largo del
ZONAS DE CONCENTRACIÓN DE PECES PELÁGICOS COSTEROS (Caballa, Sardina, Boga y Chicharro)
1 2 3 4 5 6 7 8
Tajao-Médano Los Cristianos-Los Gigantes Punta de Teno Puerto de la Cruz El Prix La Barranquera Afur Roques de Araya
Otros 9 San Andrés 10 Candelaria 11 Pto. de Güímar Fuente: Cartografía de la Densidad de Peces Pelágicos Costeros. Prospección acústica. Taliarte (Mayo 1986).
120 Naturaleza, Paisaje y Recursos
Los recursos de fondo litorales o de bajura han sido tradicionalmente el objetivo de los asentamientos pesqueros de la isla. Una actividad que se sigue centrando en una gran variedad de peces: viejas, cabrillas, abade, mero, salmonete, samas, sargos, salemas o chopas. En la imagen de los años cincuenta apreciamos la impor tancia de la actividad pesquera en la Playa de San Marcos (Icod de los Vinos).
año. Esta modalidad de pesca se realiza básicamente con métodos artesanales de anzuelo, procedimiento que aún se distingue por su gran eficiencia. Es una pesquería de desarrollo reciente, si no consideramos los posibles aprovechamientos en épocas anteriores a la conquista, tomando realmente entidad sólo a partir de los años sesenta. El desarrollo a gran escala de la pesquería de túnidos, orientado fundamentalmente al incremento de la captura de bonito, una especie que se considera subexplotada y que está presente en nuestras aguas desde la primavera hasta el otoño, permitiría desviar una gran parte del esfuerzo pesquero insular. Se podría reducir la presión sobre los recursos de fondo litorales y de la parte superior del talud que se encuentran sobreexplotados en su mayoría, una estrategia que evidentemente redundaría en una mejora paulatina de la situación actual de dichos recursos demersales. La evolución futura de la pesquería de túnidos está más limitada por sus posibilidades de comercialización que por la disponibilidad de recursos. De esta evolución y, sobre todo, de la pesquería del bonito, depende mucho el futuro de la actividad pesquera en Canarias, pues su estabilidad puede
Foto: Archivo de la Autoridad Por tuaria de Santa Cruz de Tenerife.
condicionar la intensidad del uso sobre los recursos de fondo. Con respecto a la pesquería de túnidos ha surgido recientemente un problema nuevo. Se encuentra en relación con la actividad de formación y mantenimiento de manchas o mantadas en aguas muy abiertas, realizada por las embarcaciones grandes de diversos países, lo que puede crear problemas de competencia desleal con los barcos más pequeños y afectar seriamente las perspectivas locales de mantenimiento del sector pesquero. Además, no se sabe la influencia que podrían llegar a tener estas prácticas en el comportamiento migratorio de las especies. Las nuevas dificultades para acceder a este recurso podrían tener consecuencias graves para nuestro sector y su desarrollo sostenible, especialmente si las embarcaciones pequeñas dirigen de nuevo sus esfuerzos hacia los ya sobreexplotados recursos de fondo. La instalación de estructuras flotantes de atracción, utilizada desde hace mucho tiempo en otras partes del mundo, las llamadas balsas ancladas al fondo, podría representar una mejora tecnológica de notable importancia que es necesario adoptar en Tenerife. Estas balsas concentran y retienen a los túni-
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dos en sus proximidades facilitando la captura, reduciendo de esta manera el esfuerzo de búsqueda y el gasto en combustible. Otras especies pelágicas oceánicas que contribuyen también a las pesquerías canarias son dos escómbridos afines a los túnidos: el peto y la melva. El primero se captura principalmente en las islas occidentales y es de presencia constante en nuestras aguas. La captura del peto (Acanthocybium solandri), cuando se localiza en la superficie, se realiza tradicionalmente con el método de la vara, una especie de arpón de madera que lleva en la punta un anzuelón o tridente sujeto con una hilaza y unido a un cabo o liña. Al clavarlo en el pez se rompe la hilaza, se suelta la vara y la pieza se recupera con la liña. La melva es de aparición irregular, pero algunos años llega en grandes cantidades durante los meses de invierno. En determinados puntos se ha desarrollado también, aunque de forma esporádica, una pesquería nocturna de pez espada o aguja paladar con palangres superficiales de deriva. En los últimos tiempos, en puertos del sur de la Isla, se está llevando a cabo una importante actividad de pesca de altura de aguja negra o marlín, túnidos y tiburones pelágicos (marrajos, sardas, etc.), como actividad netamente turística.
El volumen de captura de los recursos de fondo litorales ha disminuido ostensiblemente a causa de la intensidad del esfuerzo pesquero. Foto: Jorge P. del Pino
cipalmente en los meses de verano, cuando las potas se acercan más a la isla y se concentran en sectores muy concretos de la costa. Son varias las especies capturadas y se sospecha que la biomasa de este recurso es muy elevada, pero la razón de su escasa captura en función de la importancia como recurso también habría que buscarla en la dureza que conllevan las faenas pesqueras.
ZONAS DE CRIADERO LITORAL (PRESENCIA DE ALEVINES) 1 Dos Hermanos 2 Playa Tamadite 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
Punta del Rey La Arenita, Malpaís Playa del Callao Playa de las Eras Ensenada de Pelada Punta del Cabezo Sebadal de El Médano Montaña Roja Punta del Confital Los Abrigos Punta El Callao Arrecife Las Galletas Punta de la Rasca Playa las Vistas Punta del Camisón
(La Laguna) (La LagunaSanta Cruz) (Candelaria) (Güímar) (Güímar) (Arico) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Arona) (Arona) (Arona) (Arona) (Arona)
122 Naturaleza, Paisaje y Recursos
Otro recurso pelágico oceánico, las potas, está también subexplotado. Las potas realizan migraciones diarias (nocturnas) de subida hacia la superficie desde fondos profundos, así como otras migraciones de carácter estacional de alejamiento y acercamiento a las islas. La pesca se realiza en aguas abiertas, de noche y con iluminación, aprovechando que migran hasta la superficie y son atraídas por la luz. Esta pesca tiene lugar prin-
18 Playa Bco. Seco,Teno 19 Playa de Masca, Teno 20 Playa de Juan lópez, Teno 21 Playa de Habiga Grande, Teno 22 Playa de la Ballenita, Teno 23 Playa del Fraile, Teno 24 Risco Pajero 25 Punta Juan Centella 26 Lomo del Medio 27 Charco de La Laja 28 Playa de los Parrales 29 Playa del Prix 30 Charco de La Laja, Bajamar 31 Punta del Hidalgo
(Buenavista) (Buenavista) (Buenavista) (Buenavista) (Buenavista) (Buenavista) (Buenavista) (Icod) (La Guancha) (S. Juan de la Rambla) (El Sauzal) (Tacoronte) (La Laguna) (La Laguna)
Fuente: Plan de Acondicionamiento de Borde Costero de Tenerife. Consejería de Política Territorial (Feb-1986) PIOT (1995)
Recursos de fondo litorales Los recursos de fondo litorales o de bajura han sido tradicionalmente el sustento básico de las comunidades de pescadores de la Isla. Desde la época prehispánica los aborígenes capturaban peces costeros con una técnica conocida como embarbascado. Esta técnica consistía en cerrar charcos grandes y rociarlos con un tóxico extraído de las tabaibas y cardones. Actualmente, todavía quedan manifestaciones culturales pesqueras relaciona-
das con dichos aprovechamientos en los charcos y fondos muy someros. El «moreneo» y el «pulpeo» son pescas tradicionales llevadas a cabo fundamentalmente por campesinos (o no profesionales del mar), utilizando canciones y silbos como reclamo. El anzuelo, la nasa y el chinchorro son métodos de pesca utilizados para faenar sobre estos mismos recursos y su introducción es posterior a la conquista. Tradicionalmente la pesquería de bajura se realizaba sobre todo con anzuelo y trampas como el tambor de morenas. Estas trampas se calaban en los fondos litorales rocosos, llamados de marisco, a menos de 100 m de profundidad, de tal forma que la selección favorecía la captura de tallas grandes. Por otra parte, la precariedad de medios técnicos limitaba la capacidad de desplazamiento y obligaba a un exhaustivo conocimiento de las marcas en tierra para localizar los pesqueros (ba-
jones, mariscos, veriles, etc.) y del comportamiento de los peces, cuando la pesca no se hacía en la orilla (pesca de «bajíos») sino a profundidades donde el pescador ya no tenía visión de fondo. Todo ello contribuyó a que el esfuerzo pesquero fuera moderado y los recursos se mantuvieran en buen estado e incluso subexplotados. Sin embargo, una serie de circunstancias motivaron que el esfuerzo pesquero aumentase de una forma considerable sobre los recursos de fondo litorales. Los principales factores que que contribuyeron a crear esta circunstancia son la introducción de métodos de pesca poco o nada selectivos (el trasmallo y la nasa grande de pescado) hacia finales de los años cincuenta, la mejora de los medios de navegación con la irrupción
masiva de los motores diesel en los sesenta, la pérdida del caladero africano hacia la mitad de los setenta con el consiguiente desvío de un notable esfuerzo pesquero hacia el litoral de las islas y el incremento en la demanda del pescado blanco como respuesta cultural al crecimiento turístico y demográfico a partir de los setenta. Sobre los recursos de fondo litorales comenzó a desarrollarse una pesquería compleja (multiespecífica), con diversos aparejos, artes y trampas -palangres, trasmallos, salemeras, chinchorros, tambores, nasas, pandorgas- que en su mayoría son poco o nada selectivos. Esta actividad afecta a más de sesenta especies de peces (vieja, cabrillas, abade, mero, salmonete, samas, sargos, salema, chopa,
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Los puertos del sur de la isla acogen una creciente actividad de pesca de altura con fines turísticos, dirigida fundamentalmente al marlín, los túnidos y los tiburones pelágicos. Foto: cor tesía de la Viceconsejería de Medio Ambiente. Gobierno de Canarias.
bocinegro y otras menos ligadas al fondo como medregales y bicuda), algunos crustáceos (camarones, cangrejos, langostas) y cefalópodos (pulpo, calamar, choco). Normalmente, estas especies tienen poblaciones pequeñas que forman parte de un ecosistema con relaciones interespecíficas muy complejas. En estas circunstancias de limitación de los recursos, la captura por unidad de esfuerzo comenzó a disminuir rápidamente después de un corto período de tiempo en el que los rendimientos fueron buenos. Para compensar el descenso del rendimiento se aumentó el esfuerzo pesquero, más y mayores nasas, más trasmallos, y se buscaron fondos litorales más profundos. Allí se encontraba el grueso de los adultos de muchas especies, asegurando con su alta capacidad reproductora una buena producción anual de juveniles en las zonas más costeras. De esta forma se llegó pronto a una situación de sobrepesca, mantenida en niveles de producción bajos. Sin embargo, hay que matizar que los altos precios que alcanzan estas especies de fondo le dan al recurso una dimensión especial en términos económicos a pesar de su escasez. No se tienen datos estadísticos precisos de la pesca de bajura que indiquen claramente
124 Naturaleza, Paisaje y Recursos
el estado de sobrepesca. El pescado se desembarca por numerosos puntos y se suele comercializar libremente, sin control de las cofradías de pescadores, de forma que los datos disponibles subestiman la realidad. Lo que sí se sabe que el volumen de captura y la
talla media de muchas especies han disminuido de una forma alarmante. También se tiene constancia de que en los fondos costeros las especies de nivel trófico alto (abade, mero, cabrilla, pejeperro, corvina, etc.) se han enrarecido notablemente. Las cifras oficiales indican un fuerte descenso progresivo en el volumen de capturas en muchos puntos, pero no pueden hacerse valoraciones precisas sólo con las cantidades descargadas, sin disponer de datos sobre esfuerzo pesquero y tallas medias de las especies. No obstante, es lícito sospechar que, en el período de tres años que abarcan los datos oficiales analizados, el descenso de las capturas se deba más a una disminución de los recursos que a un cambio importante del esfuerzo pesquero. Es preciso hacer notar también que en los últimos tiempos se ha desarrollado intensamente la pesca deportiva como actividad ociosa y lucrativa. Su auge ha influido igualmente en la sobrepesca de los fondos litorales, tanto en la línea de costa por la caza submarina o
La nasa es un tipo de trampa muy utilizado en la costa tinerfeña, la reglamentación pesquera actual determina que deben ser caladas a un mínimo de 18 metros de profundidad.
Foto: Manuel Cabrera
la pesca con caña, como a mayor profundidad por la pesca realizada desde embarcaciones. El número de estas embarcaciones ha aumentado de forma muy notoria y, con frecuencia, realizan pescas ilegales con instrumentos profesionales y capturas muy superiores a las que les están permitidas. La importancia de estas capturas en el contexto global de la pesca de bajura no está cuantificada, pero no dudamos que representan un volumen elevado, tanto por el esfuerzo realizado como por la tecnología de los barcos, con frecuencia muy superior a la de los barcos de pesca profesionales . Otra actividad que en muchos puntos de las islas ha causado efectos negativos sobre los recursos de bajura es la pesca con explosivos, lanzados al agua desde puntos elevados cuando se localizan cardúmenes de peces. Esta práctica destructiva origina gran-
ZONAS DE INTERÉS PESQUERO LITORAL
des mortandades, quedando el fondo cubierto por numerosos peces muertos que ni siquiera son aprovechados. Síntomas claros de estos procesos de sobrepesca lo constituyen fenómenos como
La pesca de la morena, llamada popularmente el «moreneo», constituye una actividad tradicional, no necesariamente realizada por pescadores profesionales.
Foto: Tomás Cruz Simó
1 Taborno, Anaga (Santa Cruz) 2 Tamadite, Anaga (Santa Cruz) 3 Tachero, Anaga (Santa Cruz) 4 Los Gofiones, Anaga (Santa Cruz) 5 Benijo, Anaga (Santa Cruz) 6 Roques de Anaga, Anaga (Santa Cruz) 7 Roque Bermejo, Anaga (Santa Cruz) 8 Anosma, Anaga (Santa Cruz) 9 Anaga (Santa Cruz) 10 Acantilados del Morro (Candelaria) 11 Punta de Abona (Arico) 12 Punta del Camello (Granadilla) 13 Punta de Roja (Granadilla) 14 Punta del Confital (Granadilla) 15 Playa de la Arenita (Arona) 16 Punta de Barbero (Stgo. del Teide) 17 Playa del Gigante, Teno (Buenavista 18 Playa Bco. Seco, Teno (Buenavista) 19 Playa de Masca, Teno (Buenavista) 20 Playa de Juan López, Teno (Buenavista) 21 Playa del Carrizal, Teno (Buenavista) 22 Playa de Hábiga Grande, Teno(Buenavista) 23 Punta Diente de Ajo, Teno (Buenavista) 24 Punta de Teno, Teno (Buenavista) 25 Costa Teno Bajo, Teno (Buenavista) 26 Risco Pajero (Buenavista) 27 Playa de la Consolación (Garachico) 28 Playa de Monis (Icod) 29 Costa Charco del Viento (La Guancha) 30 Costa Charco de La Laja (S.J. de la Rambla) 31 Punta del Guindaste (Los Realejos) 32 Punta Brava (Puerto Cruz) 33 Playa del Bollullo (La Orotava) 34 Baja de los Lirios (Sta. Ursula) 35 Punta de la Sabina (La Victoria) 36 Puntillo del Sol (La Matanza) 37 PUnta del Puertito (El Sauzal) 38 Playa los Parrales (El Sauzal) 39 Costa del Prix (Tacoronte) 40 Playa del Apio (La Laguna) 41 Punta de la Barranquera (La Laguna) 42 Costa de Jover (La Laguna) 43 Punta Gotera (La Laguna) 44 Punta del Hidalgo (La Laguna) 45 Dos Hermanos (La Laguna) 46 Amaro Pargo (La Laguna) Fuente: Plan de Acondicionamiento de Borde Costero de Tenerife. Consejería de Política Territorial (Feb-1986) PIOT (1995)
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La catalufa (Heteropriacanthus cruentatus) un pez muy común en las oquedades, de color rojo intenso cuando se siente amenazado adopta esta coloración de manchas rojas sobre fondo plateado. Foto: Tomás Cruz Simó
Grupo de Roncadores (Pomadasys incisus). Se encuentran cerca de fondos rocosos y forman cardúmenes de cientos de individuos .
la sustitución de especies en la naturaleza y en las pesquerías. Así, por ejemplo, la fula blanca, que al igual que otros muchos peces de pequeña talla ha resultado muy favorecida por la disminución de sus depredadores, ha llegado a convertirse en uno de los principales recursos de bajura en algunas zonas del sur, cuando antes se cogía en mucha menor cantidad y se descartaba o se regalaba. Otro síntoma de esta situación es el desarrollo reciente de algunas pesquerías muy especiales y específicas, sin duda relacio-
126 Naturaleza, Paisaje y Recursos
Foto: Tomás Cruz Simó
nadas con la falta de recursos tradicionales. Éste es el caso de la pesca del tamboril de hondura que se captura con nasas en los fondos litorales profundos y se vende descabezado y pelado como «muslitos de pollo» o «colitas de rape». Otros signos inequívocos de sobrepesca son el crecimiento desmesurado de las poblaciones de algunas especies como el erizo de lima y el enrarecimiento de aquellas situadas en los niveles tróficos más altos o con poblaciones muy pequeñas.
Recursos de fondo del alto o profundos Por debajo de los 200 metros han sido más afectados por la actividad pesquera los recursos de los fondos menos profundos contiguos con los litorales (brota, cabrilla, bosinegro, obispo, cherne, gorás, cantarero,...). Muchas especies de mayores profundidades como el cherne, el candil, los escolares, el conejo, la merluza o pescada, las fulas de hondura o alfonsiños, el salmón del alto o lirio, los pámpanos y el jediondo o merluza del país, se vienen explotando con anzuelo desde hace mucho tiempo y no parecen encontrarse en mal estado. Sólo las capturas de cherne han disminuido de forma importante desde hace algunos años, aunque recientemente se nota también en muchas zonas una regresión notoria de otras especies como las fulas de hondura y el candil. Indudablemente los avances tecnológicos en las embarcaciones y el uso de palangres han incrementado mucho la potencia de pesca. En la actualidad, las embarcaciones deportivas provistas de instrumentos modernos (carretes eléctricos, ecosondas y sistemas de navegación por satélites que permiten registrar las coordenadas de los buenos pesqueros) están incidiendo sobre estos recursos de una forma importante y no controlada. Una pesquería muy interesante y poco conocida en estos fondos del comienzo del veril es la del calamar del alto (Loligo forbesi) que se desarrolla con poteras grandes durante el día y pescando en las proximidades del fondo. Se lleva a cabo desde antiguo durante los meses de otoño y principios del invierno, cuando estos calamares de gran tamaño se concentran para la reproducción, sobre todo en los sectores del sur y suroeste de Tenerife. Esta pesca genera un rendimiento muy notable durante ese corto periodo dado el elevado precio que alcanza el producto.
En los últimos tiempos se observan claros signos de sobrepesca en estos fondos del inicio del veril. Junto a la disminución de las capturas en muchas zonas se observan otros indicios de desequilibrio ecológico. Un ejemplo es la abundancia extraordinaria y repentina de un pequeño pez: Capros aper. Hasta hace poco tiempo este pez no era conocido por muchos pescadores, ni siquiera le han dado un nombre canario, y actualmente parece estar compitiendo fuertemente por los
recursos alimenticios con otras especies de interés. La gran densidad del erizo de púas gordas (Cidaris cidaris) y la abundancia de otras especies ecológicamente agresivas, como el Galludo (Squalus megalops), tam-
Banco de Salemas
Foto: Museo de Ciencias Naturales
bién se interpretan como síntomas de desequilibrio. En cambio, otros recursos abundantes en los fondos profundos como los cangrejos, los camarones morunos del alto, el congrio, el conejo, los sables, los escolares y los tiburones de profundidad (quelmes, rasquetas, remudos, picopatos, etc.), están subexplotados. La falta de mercado es la razón que está limitando las pesquerías de escolares y tiburones, unos depredadores poderosos que están compitien-
do con el hombre por los recursos más valorados, por lo que convendría controlar su nivel poblacional. En el caso de los tiburones su explotación prácticamente ha desaparecido. En las décadas de los cuarenta y los cincuenta se produjo un gran auge de estas pesquerías para la obtención de aceite de hígado, aprovechándose también la carne que es de buena calidad. En determinadas zonas, como la de Las Galletas-Los Cristianos, la captura de estos tiburones de fondo constituyó la pesquería principal en ese período. La pesca se llevaba a cabo con palangres verticales y se llegó a pescar a más de 2000 metros de profundidad. Actualmente se ha comprobado que el recurso tiene un potencial importante y que el aceite presenta elevados contenidos en escualeno, una molécula muy apreciada por la industria farmacéutica.
Los «chocos» o sepias constituyen un recurso de fondo litoral muy apreciado y demandado en la gastronomía local.
Foto: Museo de Ciencias Naturales
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128 El Programa Tenerife y el Mar
EL PROGRAMA TENERIFE Y EL MAR 129
UNA PROPUESTA DE GESTIÓN SOSTENIBLE DE LOS RECURSOS MARINOS Y COSTEROS
E
n 1994 el Cabildo de Tenerife decide iniciar un ambicioso programa basado en la idea de recuperar el mar y la costa para la isla. Al igual que ha ocurrido en muchas regiones insulares del mundo, las últimas de décadas del desarrollo trajeron consigo la importación de maneras de entender nuestra relación con el litoral ajenas a la realidad insular. Por ello, el gobierno insular, consciente de la importancia de este espacio como activo básico para el desarrollo sostenible de la isla apostó de forma decidida por iniciar este proyecto sobre dos premisas claras: conservar para las generaciones actuales y futuras los recursos naturales y culturales más valio-
Parques marinos Hábitats singulares Programa protección de cetáceos Control contaminación marítima y limpieza litoral
Mantenimiento Pesca artesanal Aprovechamiento recursos pelágicocosteros Pesca de altura Marisqueo Acuicultura
Recuperar la costa e instaurar formas sensibles de intervención, son dos de los grandes objetivos trazados en Tenerife y El Mar.
sos relacionados con el mar y, al mismo tiempo, promover todas aquellas acciones y actividades que permitieran recuperar las verdaderas posibilidades de nuestro litoral bajo la perspectiva de la calidad y la innovación.
Progama de accesos al mar Charcas de pleamar Senderos y rutas litorales Parques marítimos y borde litoral Restauración litoral sin equipamiento Restauración litoral con equipamiento Acondicionamiento y conservación de playas
130 El Programa Tenerife y el Mar
Foto: Alber to Luengo
Recuperación recursos arqueológicos Arqueología subacuática Patrimonio histórico Patrimonio etnográfico Poblados marineros Cartografía marítima Museos
Senderismo marino y litoral Rutas marítimas Programa turismo y pesca artesanal Red de centros de interpreación Ventanas del mar
Vela ligera Cruceros Windsurf Surf Submarinismo Pesca de altura
LAS ÁREAS DE ÁCTUACION DEL PROGRAMA TENERIFE Y EL MAR Atendiendo a la diversidad de situaciones, objetivos y competencias, el Programa se vertebra en distintas áreas y proyectos, que aunque se encuentran relacionados permiten establecer líneas de actuación para avanzar en paralelo, de forma ágil, en función de las oportunidades y abandonando algunas de las prácticas comunes en la planificación convencional que alenta esquemas rígidos y jerarquizados con pocas posibilidades de desarrollo práctico.
Portuarias Pesqueras Depuración vertidos al mar Acondicionamiento mixto refugios pesqueros
Dinámica litoral
Edición de Guías
Convenios de investigación
Generación de un multimedia
Monitoreo ambiental
Acciones de promoción
Nuevas tecnologías
Formación: - Pesquera - Medioambiental - Deportes naúticos - Nuevos productos turísticos
OBJETIVOS GENERALES DEL PROGRAMA TENERIFE Y EL MAR · Frenar la degradación acelerada del medio marino insular que incluye tanto las aguas litorales como el borde
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terrestre influenciado directamente por el mar. Reconociendo el medio ambiente costero como uno de los principales activos del conjunto insular. Fomentar las acciones de mejora y restauración medioambiental del litoral como criterio básico en el conjunto de las intervenciones presentes y futuras en la costa. Promover el aprovechamiento sostenible y la conservación de los recursos marinos vivos, manteniendo la integridad y diversidad de los ecosistemas marinos básicos. Revalorizar la función cultural del paisaje litoral como elemento esencial en la utilización del medio marino, teniendo en cuenta el papel que asume en relación con el conjunto de la población local y visitante. Respetar y rescatar las tradicionales relaciones con el mar, no tanto por su espíritu ancestral, sino como un factor de calidad de vida y como un medio para luchar contra la uniformización y la despersonalización que han acompañado frecuentemente al desarrollo urbano del litoral. Establecer una política de intervención en la costa que enfatice la calidad frente a los criterios cuantitativos como medida de progreso, dado que la escasez del espacio litoral impone una elección selectiva de las actividades y actuaciones. Reforzar los mecanismos de coordinación necesarios para la ordenación integrada y el desarrollo sostenible de las zonas costeras, del medio marino y de sus recursos. Instaurar el principio de prevención como un principio de guía para todas las acciones a desarrollar en el litoral. Rescatar la idea de la intervención a pequeña escala, sensible y adaptada al medio, frente a la cultura de la obra intensiva y grandiosa que hipoteca definitivamente la estructura costera. Contribuir a sentar las bases de un modelo turístico competitivo en las zonas costeras sobre criterios de desarrollo sostenible, promoviendo la diversificación de la oferta y la creación de nuevos productos turísticos adaptados a la fragilidad del medio litoral. Favorecer una política de gestión integrada de la costa, propiciando un esfuerzo de concertación entre las distintas políticas sectoriales y agentes que intervienen, sin detenerse en la mera visión administrativa del territorio. Crear un proceso integrado de formulación de alternativas y adopción de decisiones en el que participen todos los sectores interesados, propiciando la compatibilidad y el equilibrio entre los distintos usos. Priorizar aquellas acciones que posean mayores efectos de sinergia y que constituyan auténticos vectores del desarrollo económico local, contribuyendo al mismo tiempo a desarrollar sistemas de equilibrio y cohesión entre las distintas comarcas insulares. Promover las acciones necesarias en materia de investigación y desarrollo tecnológico que permitan que permitan la acertada adopción de decisiones en el ámbito de la conservación y aprovechamiento de los recursos. Revalorizar el papel del patrimonio cultural del mar como activo básico del modelo territorial. Establecer a través de los proyectos piloto o de demostración un modelo de referencia capaz de aglutinar la acción inversora pública y privada. Dar a las personas, los grupos y las organizaciones interesados, en la medida de lo posible, acceso a la información pertinente y oportunidades de que sean consultados y participen en la planificación y en la adopción de decisiones en los planos apropiados. Desarrollar a nivel operativo la propuesta litoral del Plan Insular de Ordenación del Territorio de Tenerife. Contribuir a la gestión y protección activa de los espacios naturales protegidos, adaptándose a los requerimientos de la planificación existente de los mismos.
El Programa Tenerife y El Mar es una propuesta de gestión integrada de los recursos costeros que incluye tanto el litoral como los fondos marinos adyacentes.
De esta manera, Tenerife y el Mar se convertía en un programa pionero en Europa, donde por vez primera se introducía en un territorio insular intensamente ocupado, con una alta densidad de asentamientos costeros y con más de cuatro millones de turistas al año, un proyecto real de gestión integrada de la costa y del medio marino. Un programa que afronta con visión de futuro la complicada realidad de la relación económica, cultural y territorial del isleño con el mar. Ha de tenerse en cuenta que el desarrollo de la iniciativa se enfrenta a un espacio ciertamente complicado, donde se desenvuelve la mayor parte de la actividad insular –asentamientos, turismo, ocio, pesca, transporteen el que se superpone prácticamente toda la gama de competencias administrativas posibles y legislaciones específicas: administración central, autonómica, local, Ley de Costas, Plan Insular, planeamiento municipal, etc.. Tal diversidad de instituciones, competencias y agentes, provocan que una de las tareas más significativas del Programa sea precisamente la de promover la coordinación en base a los objetivos trazados entre todos los agentes públicos y privados que intervienen.
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ÁREA DE CONSERVACIÓN Y PROTECCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE M ARINO
Conscientes de dar respuesta a la protección de los habitat singulares marinos, el Plan Insular de Ordenación añade y reconoce zonas de valor natural para su conservación directamente relacionadas con los ambientes marinos: sebadales, rasas intermareales, cantiles costeros y elementos singulares como los islotes y roques próximos a la costa.
cipal es el control pesquero y marisquero, creando un foco de dispersión larvaria y de migración local de especies que pueda beneficar al resto del litoral tinerfeño.
L
a Red de Espacios Naturales de Canarias abarca casi el 40% del territorio insular. En el caso de Tenerife, la proporción de costa incluida en las figuras de protección aprobadas por el Gobierno de Canarias es ciertamente extensa. No obstante, a pesar de su idudable importancia, la Ley de Espacios Naturales se sustenta en una visión básicamente terrestre, aunque integre importantísimos ambientes costeros de gran valor como los acantilados de Anaga, la plataforma de Teno, Rasca o la costa del Malpaís de Güimar.
Punta de Antequera. Anaga.
Foto: Alberto Luengo
PROPUESTA DE RESERVAS MARINAS 1 Anaga 2 Acantilados de Los Gigantes-Teno 3 Rasca Fuente: Bentos II (1987)
En la formulación de Programa Tenerife y El Mar se recogen estos antecedentes y se avanza aún más en una propuesta de conservación y protección en la óptica de integración de los ecosistemas marinos y terrestres. PROPUESTAS DE ACTUACIÓN Creación de Reservas Marinas Tomando como base de partida las recomendaciones contenidas en el informe Bentos II, se proponen tres grandes áreas litorales para su catalogación como reservas marinas. El objetivo principal de la creación de estas reservas es armonizar de forma reglada los usos actuales (pesca, marisqueo, recreo y turismo) con la preservación del medio. En cada una de ellas se establece una zona de reserva integral, cuyo objetivo prin-
132 El Programa Tenerife y el Mar
En estas grandes áreas se propone la prohibición de extracciones excepto para la pesca artesanal con anzuelo y con cupos establecidos, acompañando estas medidas con acciones de reintroducción de especies y recuperación genética. Dentro de ellas, en las reservas integrales, se propugna la total prohibición de extracciones. Reserva Marina de Anaga Delimitación: desde la Punta de Antequera hasta la Punta de El Frontón, abarcando desde la orilla hasta los fondos infralitorales (<50 m de profundidad). Zona de reserva integral: Roques de Anaga. Reserva marina de Los Gigantes-Teno Delimitación: desde Punta Los Frailes hasta Barranco Seco, desde la orilla y fondos
OBJETIVOS PRINCIPALES • Adoptar enfoques preventivos y precautorios sobre las posibles actuaciones en zonas de interés natural en la costa, valorando las influencias directas e indirectas sobre los espacios más sensibles. • Preservar ecosistemas raros o frágiles, los hábitat marinos y zonas de interés especial. En particular los sebadales, acantilados costeros y rasas intermareales. • Propiciar acciones de restauración y mejora de los hábitat costeros. • Proteger y reestablecer las especies marinas en peligro. • Establecer acciones coordinadas que contribuyan a la conservación de los mamíferos marinos, con especial incidencia en el caso de los cetáceos en la costa oeste de la isla. • Determinar los ecosistemas marinos con niveles altos de biodiversisdad y otras zonas especialmente importantes del hábitat, contribuyendo a una mejor gestión y extensión de las zonas protegidas. • Fomentar el desarrollo de un sistema de reservas marinas como objetivo a medio y largo plazo. • Completar y actualizar los estudios y descripciones sobre hábitat críticos, sobre recursos marinos y sobre biodiversidad marina en el ámbito insular. • Crear bases de información multisectorial que incluyan los resultados de los programas de investigación existentes y de observación. • Contribuir al establecimiento de sistemas eficaces de prevención y defensa contra la contaminación del medio marino, tanto la provocada por los desechos y efluentes de origen terrestre como por los vertidos realizados en alta mar. • Mantener la máxima calidad de los paisajes insulares costeros, así como de los monumentos naturales y elementos singulares de interés natural y científico.
Dentro de este conjunto de enclaves litorales se distinguen una serie de categorías atendiendo a sus características naturales, así: • Rasas intermareales • Sebadales • Fondos, Cuevas y Túneles • Roques • Yacimientos paleontológicos Rasas intermareales Se trata de coladas volcánicas recientes o subrecientes que se adentran en el mar, donde la carrera de marea al retirarse deja una superficie de charcos de gran interés biológico y paisajístico.
infralitorales hasta circalitorales (<100 m de profundidad). Zona de reserva integral: Diente de Ajo. Reserva marina de Rasca Delimitación: desde Punta Bocinegro hasta Punta Salema, desde la orilla y fondos infralitorales hasta circalitorales (<100 m de profundidad). Zona de reserva integral: Faro de Rasca. Protección de hábitats marinos singulares En la propuesta de conservación de Tenerife y El Mar se recogen aquellos enclaves litorales que tienen un interés biológico, natural, ecológico o paisajístico de proyección insular, y que conforman una red de Hábitats Singulares Marinos que es preciso proteger de su posible transformación o degradación.
Vista aérea de la extensa rasa marina de Punta del Hidalgo, una de las más bellas de Canarias, en la que se puede apreciar la fuerte presión de usos y el riesgo que corre este espacio. El ámbito es objeto de uno de los más ambiciosos proyectos de restauración litoral incluidos en el Programa Tenerife y El Mar.
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Los sebadales son un magnífico refugio para las larvas y juveniles. Representan un espacio vital para el mantenimiento de la vida en nuestras aguas que se encuentra actualmente amenazado.
Los roques que bordean la isla constituyen reductos de interés para muchas especies
Foto: Tomás Cruz Simó
Se propone la protección de 24 Rasas en el litoral de Tenerife. Los impactos sobre dichos enclaves son diversos, destacándose principalmente el uso marisquero intensivo, los vertidos de aguas negras, los hidrocarburos transportados por las corrientes o los proyectos de construcción de playas artificiales que aprovechan el apoyo que ofrecen las rasas para desarrollar los diques de protección de la playa. Sebadales Campos submarinos de plantas fanerógamas que juegan un papel primordial en la reproducción y cría de los recursos pesqueros demersales. Se propone la protección de 9 Sebadales en el litoral de Tenerife. Los impactos sobre dichas zonas vienen motivados principalmente por los vertidos de aguas negras sin depurar o las sacas de arena para construcción de playas artificiales.
134 El Programa Tenerife y el Mar
Fondos, Cuevas y Túneles Enclaves submarinos de morfología diversa que concentran elementos biológicos de gran interés natural o representan paisajes submarinos de gran interés paisajístico. Se propone la protección de un total de 37 Fondos, Cuevas y Túneles en el perímetro litoral de Tenerife. Los impactos de mayor peso sobre dichos enclaves vienen dados por la sobrepesca, la actividad intensiva de buceo y la recolección de especies para el coleccionismo. Roques Pequeños islotes volcánicos segregados de la masa insular de gran interés natural o paisajístico. Se propone la protección integral de los 7 Roques de mayor tamaño de la isla, 4 de ellos ubicados en el Litoral del Parque Rural de Anaga, destacando también el de Garachico que es Monumento Natural.
1 2 3 4
Baja de La Caleta, Anaga Los Salvajes, Anaga Roques de Anaga, Anaga Baja de la Palometa, Roque Bermejo 5 Bajas Verdes, Pta. Anaga 6 Pta. de Anaga, Anaga 7 Pta. de Antequera, Anaga 8 Pta. La Ternera, El Porís 9 Pta. de Abona, El Porís 10 Los Tarajales 11 Mña. Pelada, El Médano 12 Mña. Roja, El Médano 13 Pta. el Confital, El Médano 14 Los Charcones, Aguadulce 15 Arrecife de Las Galletas 16 Rasca 17 Palm-Mar 18 Guaza 19 Baja de Adeje 20 Playa La Puntilla 21 Pta. de Ajabo, Callao Salvaje 22 Pta. Los Mozos Paraiso Floral 23 Playa de Herques, San Juan 24 Playa Fonsalía - La Carrera, Alcalá 25 Baja de Alcalá 26 Pta. Alcalá-Pl. de la Arena 27 Puerto Santiago 28 Puntilla de Bco. Seco 29 Playa de Masca Pta. de Teno 30 Pta. de Teno - Playa Gaviota 31 Playa Los Barqueros Playa La Caleta 32 Garachico 33 Playa de San Marcos 34 Puerto de la Cruz 35 El Prix-Pta. del Viento 36 Pta. Gotera 37 Punta del Hidalgo
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz)
PROTECCIÓN DE HABITATS MARINOS SINGULARESFONDOS, CUEVAS Y TÚNELES DE INTERÉS
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Arico) (Arico) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Arona) (Arona) (Arona) (Arona) (Adeje) (Adeje) (Adeje) (Adeje) (Guía) (Guía) (Guía) (Guía) (Stgo. del Teide) (Buenavista) (Buenavista) (Buenavista)
Las aguas de la costa oeste de Tenerife representan un auténtico paraíso para determinadas especies de ballenas y delfines. Su protección precisa un marco jurídico más apropiado. Foto: Vidal Mar tín
(Buenavista) (Garachico) (Icod) (Pto. de la Cruz) (Tacoronte) (La Victoria) (La Laguna)
Fuente: PIOT Tenerife 1995, Elaboracón propia.
El impacto sobre dichos elementos es hoy en día limitado, si bien el acceso indiscriminado a los mismos puede producir daños de difícil reparación. Yacimientos Paleontológicos Playas fósiles o levantadas que contienen fósiles de episodios geológicos de gran interés científico, dado que nos aportan una información valiosísima sobre la configuración de la isla. Se propone la protección de 14 Yacimientos Paleontológicos litorales según plano adjunto, si bien se es consciente que dicho listado es incompleto dada la posible aparición de nuevos yacimientos de interés.
El impacto sobre dichos enclaves, aparte del coleccionismo científico, viene motivado por la extracción de áridos como es el caso de la Duna de Milán o incluso por la construcción de obras o infraestructuras. El PIOT de Tenerife define dichos hábitats singulares como Elementos Relevantes del Litoral, estableciendo con carácter general el que sean preservados íntegramente del proceso urbanizador.
Protección de cetáceos El protección de cetáceos, especialmente en la costa oeste de la isla constituye un objetivo básico en el Programa Tenerife y El Mar. La importancia de este recurso ha merecido en que en esta publicación se le haya dedicado un capítulo especial en el que se incluye el código de conducta elaborado por la Consejería de Política Territorial y de Medio Ambiente.
En la imagen observamos una esponja (Mycale) muy habitual en las cuevas submarinas. Foto: Museo de Ciencias Naturales
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1 Anaga 2 Malpaís de Güimar y Punta de Agache 3 La Hondura y Tabaibal del Porís 4 El Médano 5 Montaña Amarilla 6 Pta. de Rasca 7 Guaza 8 Acantilados de Erques 9 Los Gigantes y Teno Bajo 10 Acantilados de Garachico 11 Tigaiga y Acantilados del Pto. de la Cruz 12 Acantilados del Pto. de la cruz-Tacoronte
serie de equipamientos en zonas colindantes a espacios de interés marino. Su ubicación coincide con zonas antropizadas o que pueden ser objeto de recuperación patrimonial. En orden a su importancia, capacidad de regulación y potencia de contenidos, se ha estructurado la propuesta en dos bloques:
(Santa Cruz-La Laguna) (Güimar) (Arico) (Granadilla) (Arona-San Miguel) (Arona) (Arona) (Adeje-Guía)
Malpaís de Rasca
(Buenavista) (Garachico-Icod) (Los Realejos) (Pto. de la Cruz Tacoronte)
Fuente: Informe Lázaro Sánchez Pinto (Enero-95)
Los centros de acogida e interpretación del medio marino Teniendo en cuenta el enorme potencial para la educación y el turismo responsable que poseen algunos de estos enclaves y que, además, los criterios del Programa propugnan una mayor concentración de los usos públicos para evitar la prohgresiva degradación ambiental, así como la necesidad de introducir la filosofía de recuperar zonas degradadas; se proponen una
ZONAS COSTERAS CON ESPECIAL INTERÉS BOTÁNICO
En la imagen se observa de la presencia de Cystoseira abies-marina sobre los sustratos rocosos de la costa de Rasca. En su entorno marino se propone la creación de una de la tres reservas marinas de Tenerife
Foto: Alber to Luengo
Centros de acogida e interpretación de carácter insular • Centro de la Punta de Teno Ámbito de influencia: Teno Bajo-Parque Rural de Teno • Centro temático del Mar en el Puertito, Costa del Sauzal. Ámbito de influencia: Costa de AcentejoPaisaje protegido • Ubicación de un centro en el ámbito Los Cristianos - Las Américas. Ámbito de influencia: Espacio marítimo de la Costa Oeste (cetáceos). • San Andrés - Valleseco (Santa Cruz de Tenerife). Ámbito de influencia: Anaga y Costa noreste, litoral de Santa Cruz Centros y equipamientos de carácter comarcal • Malpaís de Rasca (Arona), aprovechando la recuperación del Faro. • El Puertito, Malpaís de Güimar (Güimar) • El Médano (Granadilla)
136 El Programa Tenerife y el Mar
ÁREA CONSERVACIÓN DE RECURSOS MARINOS VIVOS
Los Roques de Anaga son el centro de uno de los ambientes marinos de mayor interés como generador de recursos pesqueros.
E
l aprovechamientos sostenible de los recursos marinos vivos se enfrenta en Tenerife a varios desafíos. Por un lado nos encontramos con una evidente sobrexplotación de los recursos marisqueros y los recursos de fondo litoral, con alta demanda y precios en mercado. Situación que contrasta con el estado recursos pesqueros pelágicos, tanto litorales como oceánicos o los de fondo litorales que se encuentran actualmente subexplotados. Así pues, se abren en este campo tres posibilidades: la regulación de los recursos explotados, la diversificación de la pesca hacia los recursos subexplotados y, por último, la innovación tecnológica en nuevos sectores como la acuicultura.
Criterios de actuación • Utilizar como criterio base en el aspecto dotacional la utilización multifuncional de las infraestructuras existentes: puertos, embarcaderos, varaderos, instalaciones de almacenaje, accesos, etc. • Desarrollar un correcto aprovechamiento de los instrumentos financieros dirigidos a la innovación tecnológica, especialmente en el caso de la acuicultura.
Foto: Cipriano Marín
• Primar e incentivar el aprovechamiento de los recursos pesqueros subexplotados, centrando los esfuerzos en las mejoras tecnológicas y fundamentalmente en las acciones de promoción y comercialización. • Tratar de reducir el esfuerzo pesquero sobre los recursos de fondo litorales y de la parte superior del talud, muy sobreexplotados, propiciando, por ejemplo, un mayor desarrollo de las pesquerías de túnidos, basada fundamentalmente en el incremento de la captura de Bonito, una especie que se considera subexplotada. • Los esfuerzos orientados a derivar la presión existente hacia los recursos pelágicos costeros y oceánicos, deben concretarse en los programas de financiación, y en el diseño y definición de las infraestructuras de apoyo. • Establecer las acciones de protección y defensa contra las actividades pesqueras exógenas que puedan afectar gravemente las posibilidades pesqueras y la explotación de recursos en aguas tinerfeñas y canarias. Por ejemplo, el caso de las manchas o mantadas en las pesquerías de túnidos que repercuten muy negativamente en nuestras posibilidades futuras.
• Desarrollar líneas de mejora tecnológica para las pesquerías de túnidos, como el desarrollo de estructuras flotantes de atracción. • Regulación mediante códigos de conducta y desarrollo de programas específicos de la pesca turística de altura (marlin, túnidos y tiburones), así como la de recursos de fondo de altura y del veril, que han de mantenerse dentro de los límites de la capacidad de los recursos y, sobre todo, basarse en la elaboración de alternativas turísticas y ocio-deportivas bien diseñadas como producto, y coherentes con la filosofía global del programa, de manera similar a como se está acometiendo el tema de los calderones. La flota de bajura se enfrenta al desafío de racionalizar el actual sistema de explotación de recursos litorales.
Foto: Alber to Luengo
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OBJETIVOS PRINCIPALES • Mantener y restablecer las poblaciones de especies marinas de interés pesquero a niveles que puedan producir el máximo rendimiento sostenible, con arreglo a los factores ambientales y económicos, teniendo en consideración las relaciones entre las especies. • Establecimiento del Rendimiento Óptimo Sostenible para los recursos pesqueros. • Erradicar el uso de artes y prácticas prohibidas, así como promover el uso de artes de pesca selectivas y la adopción de prácticas que reduzcan al mínimo las pérdidas de las especies que se desea pescar y las capturas accidentales de otras especies. • Procurar el aprovechamiento ordenado y equilibrado de los recursos de marisqueo. • Fomentar medidas tendentes a reducir los desperdicios y pérdidas tras la pesca, mejorando las técnicas de elaboración, distribución y transporte. • Mejorar los sistemas de comercialización de los productos procedentes tanto de la pesca tradicional, como de los obtenidos a partir de las instalaciones de acuicultura. • Aumentar la calidad del pescado y del marisco mediante la introducción de criterios de calidad y sistemas de garantía. • Aplicar estrategias de aprovechamiento sostenible de los recursos basadas en la diversificación de actividades, teniendo presentes las necesidades e intereses de quienes se dedican a la pesca artesanal a pequeña escala. • Incentivar el desarrollo de la acuicultura marina como opción de futuro. • Promover una política dotacional e infraestructural que permita la cualificación del sector. • Fomento de los programas de formación profesional, incidiendo especialmente en las actividades innovadoras y/o complementarias que sirvan para mantener los niveles de empleo y renta del sector: acuicultura, turismo-pesca artesanal, formación en gestión biológica y económica de las pesquerías. • Mejora de la investigación científica, propiciando un conocimiento óptimo y exhaustivo de la situación actual y potencial de los recursos pesqueros de la isla y de las pesquerías próximas. • Crear y/o compartir entre las instituciones responsables, instrumentos de análisis y predicción, tales como la evaluación de las poblaciones y los modelos bioeconómicos.
• Desarrollo de una política preventiva en materia de protección de hábitats de interés, evitando la degradación de los mismos por vertidos, aportes de alquitrán y ocupación urbana. • En especial han de tenerse en cuenta las posibles afecciones a las comunidades de algas y praderas de fanerógamas que constituyen la fuente de producción primaria de los fondos costeros. • Impedir que los proyectos en curso propicien la actividad minera extractiva en zonas sensibles, descartando también aquellas acciones que no puedan ser controladas por su imprevisibilidad o ausencia de datos sobre los efectos secundarios. Líneas de actuación Creación de reservas marinas de pesca La propuesta de las tres Reservas marinas (Teno, Anaga y Rasca) se configura como una de las principales líneas de actuación, no sólo desde el punto de vista de la conservación y protección de hábitats naturales, sino
138 El Programa Tenerife y el Mar
también como acción clave en la política de mantenimiento de los recursos pesqueros. Además, las zonas elegidas cumplen los requisitos adecuados para tal calificación: • son zonas extensas y representativas. • en ellas se encuentran biotopos adecuados para las distintas fases del desarrollo de especies de interés.
El cambio y regulación de usos que implica la creación de estas zonas, minimizando e incluso suprimiendo la acción extractiva pesquera o algunos aspectos de la actividad recreativa, permiten proteger zonas de cría importantes y mantener los stocks de reproductores, lo que tiene una repercusión directa en el resto de las zonas litorales. Marisqueo y Pesca Artesanal Los recursos marisqueros y los recursos de fondo litorales se encuentran en una situación de sobrepesca alarmante, faltando profundizar aún más en un control efectivo de los diversos instrumentos de ordenación pesquera (uso de artes de pesca, tallas mínimas, pesca submarina, etc.). Una situación que se complica en el caso de Tenerife con el fenómeno de la pesca deportiva que representa el 60% del esfuerzo pesquero sobre los recursos demersales, y que en la práctica tiene muy difícil control. Por contra, la situación de los recursos pesqueros pelágicos, tanto litorales como los oceánicos o los de fondo litorales, indica que están subexplotados, ya sea por falta de iniciativas o carencias tecnológicas. En cualquier caso, la complejidad de la problemática apuntada exige una acción con-
Pobladores de las oquedades en aguas someras, los alfonsitos (Apogon imberbis) son muy demandados en la actualidad.
Foto: Tomás Cruz Simó
junta y coordinada entre las diferentes administraciones implicadas, principalmente por parte del Gobierno de Canarias, en quién recaen las competencias, a cuyo fin se propone incidir en las siguientes medidas: • Ampliación de las Aguas Interiores de Canarias. • Aplicación, Vigilancia y Control en base a la Legislación Pesquera existente (uso de artes de pesca, control de tallas mínimas, etc.) • Control de la Pesca Deportiva (Submarina, caña, embarcación, etc.) por el elevado peso que supone en el volumen de capturas. • Consolidación delas Reservas Marinas con establecimiento de zonas acotadas a la pesca, que contribuyan a la recuperación de los recursos pesqueros. • Establecimiento de Épocas de Veda o Zonas Acotadas para aquellas especies sobreexplotadas, controlando los períodos de desove y, en particular, aplicar estas consideraciones al marisqueo. • Diversificación de la explotación de los recursos existentes, de forma tal que se mantengan los stoks disponibles. • Innovación tecnológica y potenciación de la acuicultura. Sin embargo, el conjunto de medidas planteadas, que en su mayoría ya están formula-
das, no tendrán un efecto directo sobre el sector pesquero sin el concurso en positivo del conjunto de las cofradías de pesca, que deben y tienen que asumir una acción de carácter empresarial, contribuyendo a mejorar la flota, diversificar los recursos o facilitar la transformación y comercialización de sus productos, bajo la óptica del desarrollo sostenible de los recursos a medio y largo plazo. La Acuicultura, una solución de futuro para Tenerife. El desarrollo de las grandes potencialidades que ofrece la acuicultura en Tenerife, con aguas magníficas para tal actividad, pasa necesariamente por el abordar unas líneas de trabajo previas de apoyo y por la creación de infraestructuras y proyectos piloto que permitan incentivar este sector. Entre las líneas de actuación que se consideran prioritarias destacan: • A corto o medio plazo se hará necesaria la producción de alevines de peces, mediante la puesta en marcha de un criadero (hatchery). • Es necesario fomentar, mediante proyec-
Tamboril (Sphoeroides spengleri)
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El mantenimiento de la actividad marisquera dependerá mucho del esfuerzo común por respetar las épocas de veda y las zonas de protección.
Foto: Alber to Luengo
•
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tos de demostración, el desarrollo del cultivo en jaulas flotantes «offshore» como una de las grandes alternativas pesqueras. Para favorecer el potencial desarrollo de la acuicultura intensiva «en tierra», dado el factor limitante de la escasez de espacio, se propone el desarrollo de una política de habilitación de suelo en las superficies industriales consolidadas y no colmatadas, así como en los terrenos excedentes de instalaciones portuarias, sin necesidad de recurrir a transformaciones de suelos protegidos o destinados a otros usos. Como actuación demostrativa que permita el inicio de la integración y familiarización con las tecnologías y sistemas de manejo acuícolas, se propone la implantación de jaulas flotantes en parajes abrigados, concretamente en refugios pesqueros, ligando directamente esta acción a la gestión directa de las cofradías. Estos cultivos tendrían un carácter dual: por un lado se especializarían en la cría de especies en cautividad con cultivos ya probados y experimentados (mencionados en el apartado de investigación) y, por otro, permitirían disponer de jaulas de almacenamiento de cebo vivo, permitiendo la racionalización de este recurso. En materia de aplicaciones conviene ahondar en los convenios entre el Centro Oceanográfico, la Viceconsejería de Pesca y, aún no teniendo competencias, pero en calidad de impulsor del programa Tenerife y el Mar, el Cabildo de Tenerife. Aplicación y aprovechamiento de las posibilidades de los instrumentos financieros autonómicos y comunitarios.
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• Disponer de estudios y prospectivas de mercado, así como campañas de promoción, que permitan demostrar la viabilidad del sector e incentivar el consumo de la producción acuícola.
RAMPAS DE VARADA (V), EMBARCADEROS (E) Y REFUGIOS PESQUEROS (P) (Nº DE EMBARCIONES TRADICIONALES POR COFRADÍAS) T - TRADICIONAL TD - TRADICIONAL DEPORTIVA 1 NUESTRA SEÑORA DE LA CONSOLACIÓN T - TD
1 2 3 4 5
La Barranquera (V) 5-6 El Roquete (E) 12-8 Dos Hermanos ( V) 0-3 Roque Las Bodegas (V) 0-10 Roque Bermejo (E) 0-6 Total 17-33
2 SAN ANDRES (SANTA CRUZ DE TFE.) 6 San Andrés (E)
2-4
3 NUESTRA SEÑORA DE LA CANDELARIA (CANDELARIA) 7 Boca Cangrejo (V) 2-4 8 Las Caletillas (V) 0-5 9 Refugio Pesquero Candelaria (P) 11-8 10 Playa de Lima (V) 0-3 11 El Socorro (V) 0-3 12 Puertito de Güímar (E) 12-8 13 Muelle Club Nautico (PD) 0 - 4 14 El Espigón (V) 0-3 15 Chimaje (V) 0-3 16 La Enramada (V) 0-3 17 El Tablado (V) 2-9 18 Roques de Fasnia (V) 0-4 19 Las Eras (V) 0-4 20 El Poris (V) 8-5 Total 35 - 66
4 SAN MIGUEL DE TAJAO 39 El Guincho (V) 2-6 (TAJAO-ARICO) Total 37-23 21 La Jaca (V) 0-3 22 Tajao (P) 14-8 8 SAN MARCOS Total 14-11 (ICOD DE LOS VINOS) 40 San Marcos (E) 31-10 5 NTRA. SRA. DE LAS MERCEDES (LOS CRISTIANOS) 9 EL GRAN PODER DE DIOS 23 Playa Chica ( PUERTO DE LA CRUZ) el Médano (E) 5-10 41 Santo Domingo (V) 8-4 24 Los Abrigos (E) 15-8 42 Las Aguas (V) 8-4 25 Las Galletas (P) 38-10 43 El Puerto (P) 18-15 26 Los Cristianos (P) 39-14 44 El Caletón de 27 La Caleta de Adeje (v) 2-3 La Matanza (V) 1-6 28 Puertito de Adeje (v) 2-5 45 El Puertito de Sauzal (V) 2-7 29 Embarcadero Fayfe (E) 1-3 Total 37-36 Total 102-53 10 NTRA. SRA. DEL CARMEN ( EL PRIX ) 6 NTRA. SRA. DE LA LUZ (ALCALÁ) 46 El Prix (E) 26-8 30 Playa de San Juan (P) 25-8 11 SANTA CRUZ Y APABAT 31 Alcalá (E) 20-6 (SANTA CRUZ) 32 Puertito Santiago (E) 17-6 47 Dársena Pesquera (P) 14-0 33 Los Gigantes (PD) 5-0 48 Valleseco (V) 0-8 Total 67-20 49 Bco. Tahodio 7 SAN ROQUE E ISLA BAJA (GARACHICO) 34 La Ballenita (E) 10-2 35 Playa los Barqueros (V) 10-4 36 Puertito de los Silos (V) 0-2 37 Caleta de Interián (V) 0-3 38 Garachico (E) 15-6
140 El Programa Tenerife y el Mar
Muelle Norte (V) 50 El Cabo (V) Total TOTAL
0-2 0-4 14-14 408–286
Fuente: Consejería de Pesca y Elaboración propia (1995)
Comercialización, promoción y calidad La mejora en los sistemas de comercialización y productos, estableciendo criterios selectivos, en función de la capacidad de nuestros recursos, constituye hoy en Tenerife un aspecto básico para la implantación de una política de desarrollo sostenible en materia de recursos pesqueros y marisqueros. La recuperación de las zonas más degradas y sobreexplotadas de los fondos costeros de la isla, depende en gran medida de la derivación y complementariedad del esfuerzo pesquero hacia otras actividades y recursos subexplotados. Un ejemplo claro lo constituye las grandes posibilidades que representan las pesquerías de túnidos, particularmente de Bonito, presente desde la primavera hasta el otoño, que permitirían retirar parte de la presión que se ejerce en estas zonas. No obstante, la evolución de la pesquería de túnidos y el desarrollo de su potencialidad real, parece depender según todos los estudios casi exclusivamente de los aspectos de comercialización y promoción. En este sentido, el Gobierno de Canarias ha desarrollado varias campañas. Sin embargo, se estima que estas acciones, aunque importantes, deben encuadrarse en un enfoque multisectorial, mejorando sensiblemente los factores de comercialización y distribución. Los aspectos promocionales deben igualmente diversificarse dirigiéndose al conjunto de agentes que inciden o deciden directamente en el consumo de productos pesqueros: sector hotelero, sector restauración y asociaciones de consumidores. Estas consideraciones son extensibles a determinados recursos pelágicos litorales subexplotados como la sardina, la caballa o el chicharro. Un caso similar al de las potas, de las
LÍNEAS PRIORITARIAS DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO EN ACUICULTURA El informe “La Acuicultura en Canarias” desarrollado por el Centro Oceanográfico de Canarias (Instituto Español de Oceanografía), el Grupo de investigación en Acuicultura - G.I.A. (Instituto Canario de Ciencias Marinas y Universidad de Las Palmas de Gran Canaria), y el Departamento de Biología Animal de la Universidad de La Laguna, contiene los aspectos prioritarios que permitirían una mejor progresión e implantación de esta actividad alternativa. Destacan los siguientes apartados: Mejora de la nutrición y alimentación de los peces La alimentación mediante piensos compuestos es en estos momentos el capítulo más importante, entre los costes de producción asociados al engorde intensivo de peces marinos, por encima de los derivados de compras de alevines, personal, energía, etc. En la producción de dorada y lubina, los piensos empleados en la actualidad son en realidad modificaciones de los empleados para salmón o trucha. Ello origina un incremento adicional de costes por peores índices de conversión, en comparación con salmónidos; es decir la necesidad de mayores cantidades de pienso para obtener el mismo peso de animales producidos. La investigación sobre la adecuada alimentación y el diseño de piensos óptimos para las distintas especies de peces marinos, es pues un campo de gran interés, imprescindible para aumentar la rentabilidad del cultivo a nivel empresarial. Por otra parte, hay que considerar que en el archipiélago se produce el 90% de las harinas de pescado españolas (principal ingrediente de estos piensos) con el consiguiente potencial de producción de piensos especialmente desde el momento en que la demanda local rentabilizará las inversiones requeridas. Desarrollo de técnicas de cultivo de nuevas especies En toda Europa se cultivan actualmente a nivel comercial en el medio marino sólo cuatro especies: dorada, lubina, rodaballo y salmón. debido a ello, en todo el sector de la acuicultura existe un gran interés en incrementar el número de especies cultivables, de forma que se pueda ampliar la oferta de mercado, un aspecto que resulta crucial para Canarias. En Canarias, los centros de investigación consideran que esta línea de trabajo con nuevas especies es prioritaria para el desarrollo del sector, especialmente a nivel local. Los estudios se iniciaron con una selección de especies, estableciéndose dos grupos de prioridad para el desarrollo de las investigaciones de acuerdo con su interés. El grupo de mayor importancia lo constituyen: Bocinegro (Pagrus pagrus), Sama de pluma (Dentex gibbosus), Sama de ley (Dentex dentex), sargo blanco (Diplodus sargus) y Breca (Pagellus erythrinus). El segundo grupo, cuya investigación se iniciaría en función de los resultados obtenidos con los del primero, y de la disponibilidad de medios humanos y materiales, lo componen las especies: Medregal (Seriola dumerilii), Seifía (Diplodus vulgaris), Mero (Epinephelus guaza) y lenguado (Solea vulgaris). Las instalaciones de Centro Oceanográfico de Canarias, dependientes del Instituto Español de Oceanografía, acumulan una larga experiencia en las técnicas del cultivo de especies. La irrupción de la acuicultura como alternativa en Tenerife cuenta afor tunadamente con un sopor te inmejorable.
Foto: cor tesía Centro Oceanográfico de Canarias.
Estudio de prototipos de jaulas y anclajes en mar abierto La elección adecuada de los sistemas de engorde y la localización de instalaciones de acuicultura son dos aspectos esenciales para el desarrollo futuro de los cultivos marinos en Canarias. Los dos sistemas actualmente empleados, jaulas rígidas situadas en lugares protegidos e instalaciones de engorde en tierra firme, presentan importantes limitaciones. Las jaulas flotantes “inshore” (ej. Cultivos Marinos Teide - muelle de Los Cristianos), tienen un uso restringido en bahías muy abrigadas y refugios pesqueros. Hoy en día, sin embargo, el desarrollo en diseño, ingeniería y tecnología de las jaulas flotantes “flexibles” u oceánicas, también conocidas como “offshore”, permite considerar estos sistemas como los más viables para su ubicación en Tenerife. Estas jaulas se sitúan en áreas marinas relativamente alejadas de la costa y soportan alturas de ola de diferente rango según diseño. Patología y genética La producción de organismos en cautividad se realiza en sistemas cada vez más intensivos, sea en instalaciones en tierra como en jaulas situadas en el mar, que requieren un mayor control sobre aquellos factores que, como la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades, tienen una repercusión directa sobre la eficiencia y rentabilidad de esta actividad, y que requieren una labor de investigación básica y aplicada. En acuicultura, la investigación genética se encuentra todavía en sus comienzos, aunque ya se están aplicando los primeros resultados en salmónidos, bien produciéndose hibridaciones entre especies del mismo genero, individuos triploides estériles o poblaciones del mismo sexo mediante tratamiento con hormonas; todo ello encaminado a incrementar la rentabilidad mediante la búsqueda de características ventajosas tales como mejores crecimientos o resistencia a enfermedades.
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que se sospecha existe un volumen de recursos muy importante. La ausencia de mercado y promoción es también palpable en determinados recursos específicos disponibles y subexplotados como los de fondos profundos, entre los que destacan los cangrejos, congrios, conejo, escolares y tiburones. En este último caso existen potenciales aprovechamientos colaterales como la obtención de productos de interés para la industria farmacéutica. Esta situación nos indica que, a pesar de contar con nichos importantes de mercado (turístico y local) que permitirían la diversificación sostenible de la producción pesquera artesanal, el condicionante para tal proyecto radica en la ausencia de valoración de los productos alternativos y en el deficiente circuito comercial y de distribución de apoyo al sector. Aspecto éste que contrasta con el circuito directo e inmediato de las pesquerías litorales sobreexplotadas y el alto precio que alcanzan sus producciones en el mercado, debido en gran parte al factor escasez. Ante esta situación, la Calidad aparece como uno de los instrumentos más interesantes para diversificar el sector y permitir la apertura de nuevos mercados y posibilidades. La metodología e implantación de
La imagen en de las barcas varadas por los años cuarenta en el Puer to de la Cruz nos dan una idea de la abundancia pesquera de aquel entonces.
Foto: Archivo de la Autoridad Por tuaria de Santa Cruz de Tenerife.
PROPUESTA DE MEJORA DE REFUGIOS PESQUEROS
Faenar en la costa tinerfeña era antaño un oficio verdaderamente duro. En la mayoría de las ocasiones varar las barcas constituía toda una aventura.
Mejoras Refugios Existentes
Foto: Archivo de la Autoridad Por tuaria de Santa Cruz de Tenerife.
criterios de calidad permitiría revalorizar determinados productos y crear espacios competitivos para producciones no incluidas en el actual mercado artesanal cerrado. En esta línea y como acción de apoyo, el desarrollo de labels y distintivos con alto contenido medioambiental, puede constituir una iniciativa que favorecería la incorporación de las producciones alternativas.
142 El Programa Tenerife y el Mar
1 Dársena Pesquera 2 Candelaria 3 Puertito de Güímar 4 San Miguel de Tajao 5 Las Galletas 6 Los Cristianos 7 Playa de San Juan 8 La Ballenita 9 Puerto de la Cruz 10 San Andrés 11 Los Abrigos 12 El Prix Fuente: Elaboración propia (1995)
(Santa Cruz) (Candelaria) (Güímar) (Arico) (Arona) (Arona) (Guía) (Buenavista) (Puerto de la Cruz) (Santa Cruz) (Granadilla) (Tacoronte)
ÁREA P ATRIMONIO Y BIENES CULTURALES
Plano del Puerto de la Cruz o de la Orotava. Levantado por el Teniente Coronel D. Francisco Coello. 1849 (M.M.R.). Foto: cor tesía del Museo Militar Regional de Canarias.
E
l patrimonio cultural del mar representa en nuestra isla uno de los principales aliados en el establecimiento de una política de protección y gestión integrada del litoral. A pesar de su relativa escasez, el conjunto de hitos y acontecimientos patrimoniales ejemplifican y escenifican muchos de los modelos tradicionales del uso de la costa. La obra portuaria histórica, los embarcaderos, senderos, faros y entornos de monumentos históricos, expresan en muchas ocasiones formas austeras, ingeniosas y sensibles, desarrolladas en íntima colaboración con la fisonomía marina. Además, la conservación y revalorización del patrimonio cultural permite dignificar el escenario costero, marcando espacios que contribuirán decididamente a lograr una relación de respeto con un ámbito que ha sido y es vital para la historia y economía de nuestra isla. Criterios de actuación En general, el patrimonio cultural marítimo ejemplifica una relación de entendimiento con el mar, con capacidad para convertirse en un elemento dinamizador de nuevas actividades y perspectivas en la costa. Por ello, y como criterio general, las actividades
de otros sectores potencialmente aliados (turismo, pesca, desarrollo urbano) habrán de integrar los distintos elementos patrimoniales en su concepción. Como desarrollo de estas premisas el Programa establece los siguientes criterios: • Las infraestructuras y equipamientos de uso público, tanto en espacios protegidos como en zonas sensibles de litoral, deberán aprovechar preferentemente el patrimonio construido existente, aunando con este criterio las funciones de conservación, minimización de impactos y revalorización del legado cultural. • Las acciones a desarrollar en el litoral, tanto públicas como privadas, deberán integrar y extremar las precauciones que permitan el mantenimiento y conservación de los elementos e hitos patrimoniales presentes en al ámbito de la actuación, ya sean declarados o no. • Incorporar la protección y revalorización del patrimonio existente en los proyectos de recuperación y acondicionamiento de fachadas marítimas, tanto en los núcleos urbanos como en los turísticos y asentamientos rurales.
• Integrar y mantener los elementos de valor patrimonial en las obras y actuaciones de modernización de los entornos portuarios, refugios y embarcaderos. • Introducir en las nuevas actuaciones las tipologías basadas en las arquitecturas marítimas históricas o en la obra local tradicional de la costa.
Noray en el muelle llamado de Felipe Ravina. Valleseco. Santa Cruz de Tenerife. Foto: Alber to Luengo
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• Introducir los conceptos de red y de contenidos temáticos específicos sobre los elementos homogéneos construidos del patrimonio cultural, propiciando su recuperación y especialización de funciones. • Incorporar la línea de rescate de oficios tradicionales relacionados con el mar en las actuaciones e inversiones públicas en materia de formación. • Incorporar los elementos y contenidos del patrimonio cultural en las acciones de publicitación y promoción, tanto turísticas como educativas. Líneas de actuación Actualmente están incoados o declarados diecinueve elementos patrimoniales como Bien de Interés Cultural (BIC) en el litoral, una lista a la que el Plan Insular de Ordenación añade otros veintitrés elementos reconocidos. Con estos antecedentes Tenerife y El Mar profundiza aún más en la identificación de acontecimientos patrimoniales, incorporando nuevos lugares y obras de profunda resonancia marítima.
PROTECCION NUEVO PATRIMONIO LITORAL (TRAMITACION BIC)
CONJUNTOS HISTORICO-ARTISTICOS 1 Caserio Las Palmas de Anaga (S/C de Tfe.) 2 Casco Igueste de San Andres (S/C de Tfe.) MONUMENTOS HISTORICOS Faros y Señales 3 Faro de Anaga (S/C de Tfe.) 4 Señal de Igueste de S. Andres (S/C de Tfe.) 5 Faro de Abona (Arico) 6 Faro de Rasca (Arona) 7 Faro de Teno (Buenavista)
Faros y Señales Se incluye toda la obra histórica del conjunto de los viejos faros de Tenerife que responden todos a la misma tipología de «ingeniería civil», obras de fábrica robusta con remates de sillería de piedra natural basáltica. La mayoría de ellos están abandonados y sin uso, salvo el Faro de Anaga que aún se en-
Bella estampa desde la Alameda del activo puer to de Santa Cruz en las primeras décadas de este siglo.
Ermitas y Cementerios 8 Cemen. Igueste de S. Andres 9 Cemen. San Andres 10 Cueva y Ermita de San Blas 11 Ermita S. Sebastian y Entorno 12 Ermita Sta. Ana, El Bollullo
(S/C de Tfe.) (S/C de Tfe.) (Candelaria) (Adeje) (La Orotava)
Otros 13 Balneario de Santa Cruz 14 Casa de La Polvera 15 Casa del Duque 16 Horno de Playa San Juan 17 Horno de El Varadero 18 Horno del Charco de La Araña 19 Fabrica de Azucar 20 Casa de La Máquina
(S/C de Tfe.) (S/C de Tfe.) (Adeje) (Guia de Isora) (Guia de Isora) (Los Silos) (Los Silos) (Los Realejos)
Foto: Archivo de la Autoridad Por tuaria de Santa Cruz de Tenerife.
SITIOS HISTORICOS Embarcaderos y Muelles 21 Muelle de Roque Bermejo 22 Muelle de San Andres 23 Muelle Playa Grande El Poris 24.Muelle de El Medano 25 Emb. de Los Cristianos y Charco del Lino 26 Muelle Viejo de Los Cristianos 27 Embarcadero de La Caleta 28 Embarcadero de Fayfe 29 Muellito Playa San Juan 30 Muelle del Puerto Otros 31 Salinas de Alcala 32 Finca Rambla de Castro 33 El Peñon 34 Finca Casa de Guayonje 35 Juan Fernandez Casa de La Fuente Fuente: Elaboración propia (Abril-1996).
144 El Programa Tenerife y el Mar
(S/C de Tfe.) (S/C de Tfe.) (Arico) (Granadilla) (Arona) (Arona) (Adeje) (Adeje) (Guia de Isora) (Pto. Cruz)
(Guia de Isora) (Los Realejos) (Pto. Cruz) (Tacoronte) (Tacoronte)
cuentra en servicio. La estratégica localización de los faros antiguos en zonas de interés natural le confieren un evidente uso como centros de interpretación o acogida para estos espacios. • Faro de Anaga • Señal de Igueste de San Andrés • Faro de Abona • Faro de Rasca • Faro de Teno Ermitas y Cementerios Se recoge el resto del patrimonio religioso en el litoral que no está incoado: • Cementerio de Igueste de San Andrés • Cementerio de San Andrés • Cueva de San Blas y Ermita en Candelaria • Ermita de San Sebastián y entorno (Adeje) • Ermita de Santa Ana (Bollullo) en La Orotava Elementos que se complementan con el patrimonio reconocido: • Pozo de la Virgen y entorno (Candelaria) • Ermita de San Telmo Todo estos hitos se convierten en magníficas referencias para iniciar los acondicionamientos del lugar. Arquitectura costera diversa Dentro de este apartado se incluye el resto de los monumentos de arquitectura diversa que suponen la referencia histórica o paisajística de algún tramo costero: • Casa de la Pólvora • Horno de Playa San Juan • Horno del Varadero en Guia de Isora • Horno del Charco de la Araña • Fábrica de Azúcar en Los Silos • Casa de la Máquina en Los Realejos Muelles y embarcaderos tradicionales Esta figura recoge aquellos conjuntos construidos donde la obra alcanza su interés más por su integración al lugar que por sus propios valores intrínsecos. Se recoge el conjun-
Imagen de posguerra de un tradicional barrio marinero de Tenerife. Foto: Archivo de la Autoridad Por tuaria de Santa Cruz de Tenerife.
OBJETIVOS PRINCIPALES • Recuperar el patrimonio cultural relacionado con el mar, tanto el histórico como el arqueológico, etnológico y artístico. • Contribuir a la protección y revalorización del patrimonio cultural relacionado con el mar, fomentando iniciativas intersectoriales, dado que la magnitud de los medios que requiere tal operación y la insuficiencia de recursos económicos y técnicos, aconsejan el establecimiento de alianzas propositivas. • Revalorizar la función cultural del paisaje litoral y sus componentes culturales, como elemento esencial en la utilización del medio marino, teniendo en cuenta el papel que asume en relación con el conjunto de la población local y visitante. • Recuperar los conjuntos situados en la costa, grupos de construcciones, aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad e integración en el paisaje les dé un valor excepcional desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia. • Recuperar los lugares costeros, obras del hombre u obras conjuntas del hombre y la naturaleza, incluidos los lugares arqueológicos, que tengan un valor significativo desde el punto de vista histórico, estético, etnológico o antropológico. • Adoptar una política general encaminada a atribuir al patrimonio cultural del mar una función en la vida colectiva y a integrar la protección de ese patrimonio en los programas de acción, ordenación y gestión integrada de la costa. • Reconocer y poner en valor el sistema de asentamientos tradicionales, preservando su identidad y acometiendo acciones coherentes tendentes a mejorar la escena costera y sus atractivos culturales. • Fortalecer los servicios de protección, conservación y revalorización del patrimonio cultural, apoyándose en las economías convergentes y sectores económicos aliados. • Promover los estudios y la investigación científica y técnica destinados a perfeccionar los métodos de intervención que permitan a los gestores hacer frente a los peligros que amenazan la pervivencia del patrimonio marítimo-terrestre. • Adoptar las medidas jurídicas, científicas, técnicas, administrativas y financieras adecuadas, para identificar, proteger, conservar, revalorizar y rehabilitar este patrimonio. • Facilitar la creación de centros de formación en materia de conservación, protección y revalorización del patrimonio cultural.
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to de los diez embarcaderos o muelles históricos de Tenerife y otras cinco estructuras territoriales de claro interés patrimonial. Los muelles históricos con su estructura de piedra basáltica constituyen infraestructuras reutilizables en este nuevo marco que dignifican de forma espectacular los espacios costeros intervenidos. Mientras que los embarcaderos constituyen bellos ejemplos rescatables de la obra pequeña en piedra. Embarcaderos y Muelles Muelle de Roque Bermejo Muelle de San Andrés Muelle Playa Grande en El Poris Muelle de El Médano Embarcadero del Rincón de Los Cristianos y Charco del Lino Muelle de Los Cristianos Embarcadero de la Caleta de Adeje Embarcadero de Fayfe en Adeje Muellito de Playa San Juan Muelle del Puerto de la Cruz
Los hornos de cal siempre han constituido un hito característico en el litoral canario. Su recuperación contribuye a conservar la memoria histórica de nuestra relación con el mar.
diversa. Algunos como el de San Andrés constituyen una «ruina escénica», otros como el de San Felipe, en el Puerto de la Cruz, o el de Garachico, se encuentran rehabilitados como centros turísticos ó espacio museístico. En cualquier caso, la operación pretende rehabilitar edificio y entorno y dar uso al conjunto de ellos. • Castillo de San Andrés (Santa Cruz). Rehabilitación y mejora entorno
Foto: Alber to Luengo
• Castillo de Paso Alto (Santa Cruz). Rehabilitación y mejora de entorno. Museo del Mar. • Casa de la Pólvora (Santa Cruz). Rehabilitación y entorno. Equipamiento litoral. • Castillo de San Miguel (Garachico). Mejora de entorno. Museo. • Castillo de San Felipe (Puerto de la Cruz). Mejora entorno.
Salinas de Alcalá (Guía de Isora). Estas salinas nuevas de barro con forro de piedra fueron construídas después de la guerra a la manera de las salinas de Lanzarote, desapareciendo desgraciadamente en el año 1983. Sin embargo, al quedar restos de su trazado y estar calificadas en zona verde de planeamiento, aún es posible recuperar las últimas salinas de Tenerife
Conjuntos de interés • Salinas de Alcalá en Guía de Isora • Finca Rambla de Castro • El Peñón en el Puerto de la Cruz • Finca y Casa de Guayonje en Tacoronte • Juan Fernández-Casa de la Fuente en Tacoronte Castillos y Obra Militar Se incluye en este caso no sólo la rehabilitación del monumento sino también, en paralelo, el acondicionamiento de su entorno, siguiendo las pautas formales de la obra existente. La situación actual de los castillos históricos es
146 El Programa Tenerife y el Mar
con enormes posibilidades para convertirse en un excepcional peatonal costero, o casos como el Camino del Socorro en Güimar, retazo de la singular relación del Valle con el mar.
ARQUEOLOGÍA SUBACUÁTICA LOCALIZACIÓN DE PECIOS SUBMARINOS
Otros elementos de interés Existen otros hitos que, aunque no posean una catalogación patrimonial estricta, ejemplifican de forma diversa la relación del isleño con la costa. Figuran en este apartado elementos como la antigua carretera de San Andrés, bien mimetizada en el acantilado y
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Anaga Muelle de Sta. Cruz Pta. de Guadamojete Güimar Rasca Pta. de Teno Garachico Puerto de la Cruz El Prix
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (El Rosario) (Güimar) (Arona) (Buenavista) (Garachico) (Pto. de la Cruz) (Tacoronte)
Fuente: Gabriel Escribano Cobo Antonio Tejera Gaspar (1994)
La fiesta del Carmen en la Punta del Hidalgo resume una par te esencial de nuestra cultura marítima.
Foto: Jorge P. del Pino
ACTUACIONES EN CONJUNTOS HISTORICOS Las actuaciones en conjuntos históricos, incoados o declarados, se orientan hacia su conservación, rehabilitación y mejora de la integración en el espacio costero. Los Conjuntos Históricos en el litoral soportan el peso de una gran afluencia de visitantes locales y turistas, por lo que la estrategia de rehabilitación debe llevar aparejada las acciones tendentes a convertirse en auténticos centros de acogida y núcleos culturales. Las acciones propuestas tienen por lo tanto un fuerte contenido en materia de equipamientos y recuperación de los elementos históricos, asó como espacios de uso público ligados al mar. Villa de Candelaria. Incoado expediente como Conjunto Histórico, aún no ha consolidado su declaración. A pesar de las alteraciones que ha sufrido el conjunto, que
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Villa de Garachico. Situada en la costa norte sobre la colada histórica del volcán de Las Arenas. El casco de Garachico, declarado Conjunto Histórico, es el asentamiento tradicional de litoral mejor conservado de Tenerife, a pesar de la afección de la vía rodada litoral. Su importancia histórica y la posibilidad de recuperación del frente litoral y obra marítima, le convierten en un referente cultural visitable de primer orden.
La apor tación del genial artista y creador de paisajes César Manrique se concentra en realizaciones tan singulares como El Lago (Puer to de la Cruz) y su concepción del Palmetum en el litoral de Santa Cruz.
Foto: Alber to Luengo
comprende la Calle de la Arena y el entorno urbano de la Plaza de la Basílica y el Risco de Santa Ana, es posible mejorar el equipamiento, los servicios y el escenario urbano del lugar de visita religiosa más importante de Tenerife.
1 Teno. Existencia de un gran número de concheros bastante bien conservados. Son los más importantes de Tenerife. Facilmente visitables previo estudio desu fragilidad (Buenavista) 2 Cueva del Guanche. Se puede recrear para visita. Situada junto a un sendero (El Sauzal) 3 Acantilado del Pris. Gran número de cuevas habitación y necrópolis. Visitable partiendo del viejo camino de acceso (Tacoronte) 4 Las Barranqueras. Gran número de cuevasa habitación y necrópolis (Valle Guerra. La Laguna) 5 Valle de Salazar. Importante enclave aborigen e histórico. Actuación de recuperación (San Andrés, Santa Cruz de Tenerife) 6 Estación de grabados. Necesidad urgente de actuación pues se está urbanizando (Sta. Mª del Mar, Santa Cruz de Tenerife) 7 Conjunto arqueológico. Estación de grabados y cabañas. Se puede recrear para visitas. Muy bien conservadas (Ifara, Granadilla) 8 Conjunto arqueológico. Cabañas y salinetas. Se puede recrear para visitas. Muy bien conservadas (Rasca, Arona) Fuente: Elaboración propia.
148 El Programa Tenerife y el Mar
Villa de San Juan de la Rambla. Declarado en 1993 Conjunto Histórico. El casco de San Juan de la Rambla está desfigurado por los crecimientos de borde. Se propone su rehabilitación así como posibilitar las acciones litorales del programa Tenerife y el Mar (Charco de la Laja, sendero litoral, restauración litoral). Puerto de la Cruz. Incoado como Conjunto Histórico, aún subsiste en la fachada costera el viejo reducto urbano entorno al Puerto, la Plaza del Charco y la Ranilla. Como complemento a su progresiva rehabilitación se incluyen mejoras en Tenerife y El Mar: acceso al Muelle del Puerto, Charco y acceso de San Telmo, entre otras.
Actuaciones en Zonas arqueológicas Zona arqueológica Punta de La Rasca Constituye uno de los enclaves culturales y ambientales más importantes de la costa de Tenerife. La fragilidad del medio y la importancia de los yacimientos presentes y los que restan aún por descubrir aconsejan regular con cautela el uso público. Además, del sitio de Rasca destacan importantes yacimientos arqueológicos en el litoral que es necesario rehabilitar e integrar en condiciones adecuadas como entornos visitables. Teno: Existencia de un gran número de concheros bastante bien conservados. Son los más importantes de Tenerife. Fácilmente visitables previo estudio de su fragilidad. Cueva del Guanche: Se puede recrear para visita. Situada junto a un sendero. Acantilado del Pris: Gran número de cuevas habitación y necrópolis. Visitable partiendo del viejo camino de acceso. Las Barranqueras: Gran número de cuevas habitación y necrópolis. Valle de Salazar: Importante enclave aborigen e histórico. Actuación de recuperación. Conjunto arqueológico (Ifara): Estación de grabados y cabañas muy bien conservadas.
RED DE YACIMIENTOS VISITABLES DE INTERÉS
AREA T URISMO SOSTENIBLE EN EL LITORAL La industria turística comienza a ser consciente de la necesidad de incorporar criterios medioambientales y de sostenibilidad en su desarrollo. Vista de Los Cristianos en los años setenta. Abajo, vista aérea del Puer to de la Cruz en la costa nor te de Tenerife. Foto: cor tesía de la Viceconsejería de Medio Ambiente. Gobierno de Canarias.
L
a actividad turística representa con mucha diferencia el principal factor de transformación del litoral. Los centros turísticos costeros del norte y sur de la isla acogen a la práctica totalidad de los cuatro millones de turistas anuales que nos visitan. Tal volumen de afluencia obliga a repensar los modelos y productos tradicionales turísticos hacia formas que impliquen un mayor cuidado con la costa y los valores que alberga. También sabemos que la demanda turística está registrando cambios profundos en el comportamiento de los consumidores. El turismo de masas caracterizado por la producción y venta de productos rígidos y estandarizados, está dejando paso a nuevas formas donde la flexibilidad y la segmentación son las características más relevantes. Un nuevo marco en el que es preciso evitar la degradación de la base de recursos existentes introduciendo criterios de sostenibilidad, puesto que es interés tanto de la industria turística como de la población local el mantener la calidad del destino sin degradar su soporte físico. Por ello, una estrategia de desarrollo sostenible del turismo en un destino masivo como Tenerife deberá estar articulada necesariamente sobre tres ejes fundamentales: desa-
rrollo de nuevos productos adaptados a la fisonomía litoral, diversificación de la oferta y reconducción de la oferta existente sobre criterios de calidad y, en particular, de calidad ambiental.
OBJETIVOS PRINCIPALES • Suscitar la integración del concepto de desarrollo sostenible y equilibrado en el turismo en la óptica de una mejor consideración de las dimensiones culturales y ambientales que ofrece el litoral. •Apoyar la mejora de la calidad del turismo en la línea de una mejor atención a la evolución de la demanda turística y sus requerimientos en el ámbito litoral. • Promover la diversificación de las actividades y productos turísticos relacionados con el mar. • Evaluar, como paso previo y condición para la toma de decisiones, el impacto medioambiental de todas las actuaciones turísticas mayores propuestas en la costa, tomando en cuenta las conexiones existentes con el patrimonio cultural y natural. • Favorecer la orientación del crecimiento económico del turismo sobre objetivos cualitativos, desechando el discurso cuantitativo que ha presidido su evolución en los últimos veinte años. Ello implica conocer a fondo los límites físicos y el soporte de la actividad en el litoral, así como conocer y evaluar las auténticas potencialidades del destino y de su clientela. • Promover la concertación entre todos los actores que participan en la actividad turística litoral, fomentando marcos propositivos y proyectos de demostración. • Favorecer el desarrollo local de las poblaciones litorales y permitir una mejor distribución territorial de las rentas turísticas. • Integrar la naturaleza y el medioambiente como elementos básicos de la oferta, respetando sus límites y capacidad de carga. • Recuperar como un activo turístico los núcleos tradicionales y conjuntos históricos, sus fachadas marítimas, la obra tradicional y las expresiones etnológicas que han caracterizado la relación con el mar. • Desarrollar de una oferta coherente y articulada de turismo marítimo, diversa y adaptada a las expectativas turísticas y a la capacidad existente. • Incidir sobre las tendencias y posibilidades de desarrollo de las industrias y empresas de servicios vinculadas a las actividades turísticas marítimas. • Fomentar el empleo de medios de transporte blandos y favorecer pautas de movilidad turística más adaptadas a la fragilidad del medio insular. • Desarrollar campañas de sensibilización para promover una utilización de los recursos turísticos del litoral que sea respetuosa con el medio ambiente, dirigidas a los agentes turísticos, población local y a los propios turistas.
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El establecimiento de políticas de calidad y la incorporación de equipamientos sensibles y adaptados a la costa, representa hoy un reto para el sector turístico. En el Puerto de la Cruz, en la imagen, se ha desarrollado el primer Plan de Excelencia Turística de España. Foto: Yann Arthus-Ber trand, La Terre Vue du Ciel, cor tesía de la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias.
Criterios de actuación Gran parte de los criterios establecidos en el presente capítulo se basan en el cambio de actitud general hacia la actividad turística, considerándola como un sector de servicios avanzados, capaz de propiciar un tipo de actividad en el ámbito litoral que deje de ser contemplada como un factor de agresión medioambiental. Este cambio de actitud, con-
150 El Programa Tenerife y el Mar
lleva la elaboración de políticas específicas del turismo como un sector económico en sí mismo, y no como una actividad meramente proveedora de divisas o subsidiaria del sector construcción e inmobiliario. Otro de los grandes desafíos pendientes reside en el abandono de los discursos contrapuestos, especulativo o inmovilista, sobre el número de plazas, como si fuera este el
único indicador sobre la sustentabilidad del modelo turístico. Una gran parte del debate social sobre el turismo se encuentra viciado por la carga y efectos del desarrollismo de los años setenta, lo que ha impedido en buena medida concentrar los esfuerzos en imaginar productos y propuestas acordes con los nuevos tiempos. Por ello, desde el Programa Tenerife y El Mar, se establecen un conjunto de criterios que deberían dar forma a una nueva actitud frente al uso de los recursos litorales, proponiéndose: • Garantizar la coherencia de las actuaciones y propuestas a partir de la creación de mecanismos de concertación y participación eficaces, que incluyan a todos los actores implicados en el desarrollo turístico litoral: el sector alojativo, los servicios, las agencias y operadores, los municipios, las asociaciones ciudadanas, las ONG’s, los sectores económicos relacionados y las administraciones competentes. • Ahondar en los aspectos de coordinación y de coherencia en materia de política inversora referida al turismo y a las necesidades infraestructurales que genera. Uno de los grandes problemas en la consolidación de la calidad ambiental del destino, reside frecuentemente en la incoherencia de la inversión pública y en la falta de valoración de sus efectos secundarios. • Orientar los apoyos hacia los nuevos productos que hagan posible un desarrollo turístico diverso y sostenible en el litoral. La puesta en valor del patrimonio natural y cultural representa un ámbito privilegiado para estas acciones, y un criterio básico para las nuevas iniciativas. Es por ello que una buena parte del presente proyecto se ha centrado en apuntar las potencialidades de estos recursos, en el marco del diseño de un producto integrado. • Como método y criterio para la implantación de nuevas iniciativas, se propone partir de proyectos piloto, con la finalidad de que constituya elementos ejemplificadores
y medidores del éxito o idoneidad de las soluciones. • Utilizar el criterio de capacidad de carga o capacidad de acogida, como un indicador fundamental del diseño de la actividad turística y, muy especialmente, en las áreas más sensibles de la costa. • Ubicar preferentemente las acciones en espacios degradados, con el fin de permitir su restauración apoyándose en la capacidad de las iniciativas turísticas. Esta línea de trabajo debería orientar el grueso de la inversión, tanto pública como privada, en la zona costera. • Establecer una política de calidad sobre los equipamientos turísticos, resaltando su astucia en el diseño y la integración medioambiental. La función de estos centros es el mostrar el entorno natural y humano de la isla basándose en unos equipamientos en los que se combinen sabiamente el ocio,
•
El segmento de depor tes náuticos de bajo impac-
•
to constituye un impor tante complemento de la ofer ta turística actual.
la protección del entorno y una arquitectura integrada tanto en lo físico como en lo cultural. • Consolidar redes de equipamientos y servicios con criterios homogéneos y articulados, aprovechando de esta manera las posibilidades temáticas que nos ofrece el patrimonio natural y cultural, en toda su diversidad. El concepto de red se constitu-
•
•
ye así como un elemento de apoyo y un referente para la valorización de la oferta turística. Apoyarse en la economías locales y en los recursos propios para el desarrollo de la oferta complementaria relacionada con el mar. Aplicar la metodología de la calidad al ámbito de los servicios turísticos y propiciar, como criterio de actuación, la implantación de sistemas de gestión medioambiental a nivel de empresa. Llevar un seguimiento permanente sobre los datos de expectativas y percepciones generadas entre los turistas, con el fin de orientar las decisiones más satisfactorias y optimizar recursos, evitando las descompesaciones entre la oferta y la demanda. Los aspectos que conciernen al litoral deberán ser tratados en el ámbito de la promoción y de la información, de tal manera
La industria hotelera deberá comenzar a incorporar criterios medioambientales en su ofer ta. Las guías de buenas prácticas, los labels y normas de calidad ambiental, son herramientas imprescindibles para lograr actitudes turísticas responsables.
Foto: Salvador Aznar
151
que incluyan las especificaciones correctas del producto, evitando mistificaciones y mensajes ambiguos que contribuyan a crear expectativas inadaptadas a la isla y su ámbito costero. Líneas de actuación Las líneas de actuación en materia turística se concretan en el Programa Tenerife y El Mar en cuatro grandes apartados: • Desarrollo de nuevos productos turísticos de carácter sostenible relacionados con el mar. • Actuaciones en playas y en frentes marítimos de los enclaves turísticos. • Consolidación de una red de equipamientos cualificados. • Acciones de información y sensibilización. Como punta de lanza para el desarrollo de nuevos productos turísticos, sensibles e integrados, el Programa aporta las propuesta de rutas y accesos marítimos, senderos litorales, el concepto de poblados marineros y un ejemplo de cooperación del sector artesanal de la pesca con la actividad turística. Rutas y accesos marítimos La presencia de los calderones tropicales, contemplada como atractivo turístico en la costa oeste de la isla, supuso en cierta medida el redescubrimiento de un espacio hasta ahora inexplotado como recurso de ocio: el mar y el paisaje marítimo en su sentido más amplio. Todas las actividades turísticas de litoral se han concretado en las últimas décadas siempre en torno al baño y la playa, existiendo, sin embargo, otras posibilidades de disfrute del medio marino. Las rutas marítimas, hoy practicadas en trayectos limitados de la costa oeste, pueden constituirse en un nuevo producto turístico de calidad y en una actividad cultural y pedagógica de primer orden. Además, ha de considerarse esta forma de transporte como una alternativa y un elemento disuasorio al transporte rodado terrestre, cuyo crecimiento
152 El Programa Tenerife y el Mar
exponencial en los últimos años agrava los impactos y la ocupación indiscriminada de la franja costera. La propuesta de rutas litorales se sustenta en la potencialidad y posibilidades de mejora de los puertos, embarcaderos y varaderos existentes, así como de determinados
entornos de sabor marinero (poblados marineros). También, alguno de los nuevos equipamientos y centros de visitantes propues-
RUTAS MARINAS (Puertos de salida y apoyo)
A Acantilados de Anaga (Santa Cruz-Taganana) Santa Cruz (P) Valleseco (E) San Andrés (p.d.) Antequera (F-E) Roque Bermejo (E) Roque de las Bodegas (V-E) B Bahía de Güimar (Radazul-Puertito de Güimar) Radazul (PD) Candelaria (RP) Puertito de Güimar (E-PD) C Costa de Arona (Roques de Fasnia-El Médano) Roques de Fasnia (V-E) Porís de Abona (E) Tajao (RP) El Médano (E) D Costa Sur (El Médano-Los Cristianos) El Médano (E) Los Abrigos (ERP) Amarilla Golf (PD) Las Galletas (RP) Los Cristianos (P-RP-E-PD) E Costa Suroeste (Los Cristianos-Punta teno) Los Cristianos (P-RP-E-PD) Puerto Colón (PD) Puertito de Adeje (F)
Caleta de Adeje Embarcadero de Fayfes Playa San Juan Alcalá Puertito Santiago Los Gigantes Masca La Ballenita F Costa Noroeste (Isla Baja-El Puerto) Playa los Barqueros Garachico San Marcos El Puerto G Acantilados Norte (El Puerto-Punta Hidalgo) El Puerto Puertito del Sauzal El Prix El Roquete
(F) (E) (RP) (V-E) (V-E) (PD) (F-E) (E-RP)
(V) (E) (E) (E-PD)
(E-PD) (V-E) (E-RP) (E)
(F) Fondeadero (V) Varadero (E) Embarcadero (RP) Refugio Pesquero (PD) Puerto Deportivo (P) Puerto
1 2
Operatividad Rutas Principales Rutas Secundarias Espacios Naturales
Fuente: Elaboración Propia (Dic-95)
tos, como es el caso de la Punta de Teno o el Puertito en el Sauzal, se conciben con la idea de un acceso marítimo. Es importante resaltar que el conjunto de la propuesta no implica en modo alguno la construcción de nuevas infraestructuras al margen de las existentes, sino que más bien se inserta en el desarrollo de las capacidades multifuncionales de estas dotaciones portuarias. Rutas terrestres litorales El Plan Director de Senderos de Tenerife, redactado por el Cabildo en 1992, reconocía un conjunto de senderos litorales de interés turístico y local. Entre el gran patrimonio de caminos rurales y senderos existentes, se
extrajo un conjunto de rutas que por sus especificidades, carácter demostrativo y posibilidades de consolidación, poseían un interés a escala insular o comarcal. Lejos de promocionar un crecimiento excesivo y en ocasiones no demandado de las rutas pedestres, en la propuesta del programa se han tenido en cuenta, además de los factores de calidad paisajística, aquellos senderos que admiten una cierta capacidad de carga y están ligados a los centros turísticos o lugares de afluencia habitual. Tal es el caso del Bollullo, del sendero Montaña Pelada – Montaña Roja en el Médano, la Rambla de Castro, Playa San Juan – Alcalá, El Porís – Los Abriguitos
POBLADOS MARINEROS CONJUNTOS DE INTERÉS ETNOGRÁFICO
o Las Aguas Maritim. En muchos casos la propuesta de senderos está asociada a las líneas de actuaciones en la costa contempladas en el programa, como son los accesos al mar o a la existencia de equipamientos de apoyo ya consolidados. Los poblados marineros Una de las mejores expresiones de la relación histórica que Tenerife ha mantenido con el mar se encuentra reflejada en los enclaves tradicionales de hondo sabor marinero que aún no han desaparecido. A lo largo de todo el litoral subsisten una treintena de núcleos marineros asociados a la actividad pesquera artesanal que constituyen un recurso de primera magnitud. Los asentamientos pesqueros tradicionales guardan en su trazado la visión del mar en la tierra, una forma específica que es diferente en cada isla y en cada costa, una expresión capaz
de romper la monotonía urbanística habitual del turismo. La recuperación y mantenimiento de estos entornos se inserta en las nuevas formas de coexistencia entre el turismo y el patrimonio cultural y etnográfico del mar. La iniciativa de revalorización de estos enclaves pasa la mayor parte de las veces por una acción concertada en la que intervendrían: los pescadores y cofradías, los propietarios de restaurantes, las administraciones con competencias y los nuevos agentes turísticos. Las acciones en estos entornos se concretarían en: • Mejora, embellecimiento y acondicionamiento de la fachada costera según los patrones constructivos tradicionales. • Facilitar el uso multifuncional de las infraestructuras pesqueras (refugios, varaderos...) • Mejora de la oferta de restauración. • Control del sistema de accesos con el fin de evitar rápidos deterioros del enclave. • Recuperación del patrimonio histórico y etnográfico, particularmente el relacionado con la pesca. 1 Roque de Las Bodegas, Anaga 2 Roque Bermejo, Anaga 3 San Andrés 4 Las Caletillas 5 Pozo de la Virgen 6 El Socorro 7 Puertito de Güimar 8 El Tablado 9 Roques de Fasnia 10 El Porís de Abona 11 Tajao 12 El Médano 13 Los Abrigos 14 Las Galletas 15 La Caleta de Adeje 16.El Puertito de Adeje 17 Fayfes 18 Playa San Juan 19 Alcalá 20 Puertito Santiago 21 Caleta de Interián 22 Garachico 23 El Guincho 24 Las Aguas 25 El Puertito del Sauzal 26 El Prix 27 La Barranquera
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Candelaria) (Candelaria) (Güimar) (Güimar) (Güimar) (Fasnia) (Arico) (Arico) (Granadilla) (Granadilla) (Arona) (Adeje) (Adeje) (Adeje) (Guía) Guía) (Stgo. del Teide) (Los Silos) (Garachico) (Garachico) (S.J. de la Rambla) (El Sauzal) (Tacoronte) (La Laguna)
Fuente: Elaboración propia (Oct. 1995)
153
rés, extremadamente diverso y acorde con la idea de una oferta de calidad, basada en una correcta utilización de los recursos medioambientales. 2 Desde el punto de vista de la pesca contribuye a fomentar una necesaria reconversión y adaptación del sector, además de aportar un complemento económico que permitiría reducir las excesiva presión existente sobre determinados recursos pesqueros litorales. 3 La iniciativa permitiría también la valorización y rescate de múltiples recursos patrimoniales ligados al mar y la pesca: carpintería de ribera, entornos marineros, artesanía de la costa e indirectamente la cualificación del sector restauración. El patrimonio cultural del litoral constituye un potente aliado en la cualificación de la ofer ta turística y en la diversificación de sus productos. Muchas de sus manifestaciones son un excepcional referente de intervención.
Foto: Alber to Luengo
• Incorporar y habilitar espacios con capacidad para desarrollar contenidos temáticos específicos: oficios, artesanía del mar, carpintería de ribera, etc. Se trata, básicamente de recuperar un espacio de convivencia y uso múltiple, partiendo de las propiedades más relevantes que originaron estos asentamientos. Turismo y pesca artesanal El mejor guía para conocer el mar de Tenerife, sus recursos y paisajes, es sin lugar a dudas el pescador tradicional del litoral. Este constituye el fundamento de una propuesta turística singular basada en la posible coexistencia entre el turismo y las actividades pesqueras. La propuesta de compatibilizar la actividad turística con el sector de la pesca artesanal se justifica desde diversos ángulos: 1 Desde el punto de vista turístico, la visita marítima guiada en barco tradicional, constituye un nuevo producto de indudable inte-
154 El Programa Tenerife y el Mar
Ciudad Turística Centro Autónomo Enclave Turístico Núcleo Tradicional
Puer to de los Cristianos.
4 Posibilidad de compatibilizar y alternar las actividades tradicionales de pesca, con la pesca turística y deportiva, retomando para el pescador el control sobre su espacio marino y las rentas turísticas derivadas. 5 Mejora de las infraestructuras en base al fomento de la capacidad multifuncional de las instalaciones pesqueras.
La iniciativa requiere ciertamente un nivel de coordinación importante entre los diferentes agentes y competencias, particularmente en los temas de adaptación a la normativa pesquera y de transporte marítimo en vigor, por lo que la acción ha de ser planteada a una escala apropiada. Estas dificultades, difíciles de resolver de forma individualizada, son posiblemente la causa del escaso desarrollo actual de este tipo de actividad, habiéndose
detectado sólo dos puntos con una práctica muy incipiente: Playa de San Marcos (Icod) y El Prix (Tacoronte). Patrimonio histórico y cultural, potencialidades para el aprovechamiento turístico La actividad turística puede contribuir de manera decisiva a la conservación y puesta en valor del patrimonio histórico y arqueoló-
Piscinas del Lago, Puer to de la Cruz. Es preciso introducir nuevas pautas en el diseño de la obra turística en el litoral, como bien supo hacer César Manrique en muchas de sus realizaciones. Foto: Cipriano Marín
TIPOLOGIA ASENTAMIENTO TURISTICO SEGUN TECNOLOGIA Y ZONAS TURISTICAS ZONA 1 3
4
2
MUNICIPIO S/C de Tfe. Candelaria
ASENTAMIENTO
1 S/C de Tfe. 2 Las Caletillas 3 Puertito de Güímar Arico 4 Casablanca 5 El Porís Granadilla 6 Pelada 7 Arenas del Mar 8 El Médano 9 Playa Tejita 10 La Mareta 11 Los Abrigos San Miguel 12 Golf del Sur 13 Amarilla Golf Arona 14 Ten-Bel 15 Las Galletas 16 Palm-Mar 17 Los Cristianos-Américas Adeje 18 San Eugenio Torviscas 19 Fañabé 20 El Beril 21 Caleta de Adeje 22 Puertito de Adeje 23 Playa Paraíso 24 Callao Salvaje - xxx Azul 25 Club Marazul Guía de Isora 26 Playa San Juan 27 Alcalá 28 El Varadero Stgo. del Teide 29 Playa La Cueva 30 Playa Santiago 31 Los Gigantes Los Silos 32 Parque Sibora Icod 33 Playa San Marcos Realejos 34 La Romántica 35 Maritín Pto. de la Cruz 36 Puerto de la Cruz Santa Ursula 37 La Quinta El Sauzal 38 Puertito Sauzal Tacoronte 39 Mesa del Mar 40 El Prix La Laguna 41 Bajamar 42 Punta Hidalgo 43 La Laguna TOTAL TENERIFE
TIPOLOGIA
Nº CAMAS Nº TURISTAS H+E=T AÑO 93 2.309+0=2.309 120.053
Núcleo Tradicional Núcleo Tradicional Núcleo Tradicional Enclave Turístico Núcleo Tradicional Enclave Turístico Enclave Turístico Núcleo Tradicional Enclave Turístico Enclave Turístico Núcleo Tradicional Centro Autónomo Centro Autónomo Centro Autónomo Núcleo Tradicional Enclave Turístico 45.084+64.476 Ciudad turística =109.560 Enclave Turístico Enclave Turístico Enclave Turístico Núcleo Tradicional Núcleo Tradicional Enclave Turístico Enclave Turístico Centro Autónomo Núcleo Tradicional Núcleo Tradicional Enclave Turístico Enclave Turístico Núcleo Tradicional Centro Autónomo Enclave Turístico Núcleo Tradicional Enclave Turístico 17.598+12.083 Enclave Turístico = 29.681 Ciudad Turística Enclave Turístico Núcleo Tradicional Enclave Turístico 664+1.651 Núcleo Tradicional = 2.315 Núcleo Tradicional Núcleo Tradicional Núcleo Tradicional 65.655+78.212=143.867
2.527.196
gico existente. A pesar de su relativa escasez, la propuesta recoge un amplio conjunto de elementos patrimoniales visitables, que salvo raras excepciones, se encuentran inmersos en un proceso de degradación, evitable tras el afloramiento de sus posibilidades turísticas y pedagógicas. La situación estratégica de algunos elementos, permiten su consideración como equipamientos de acogida y centros reguladores de flujo en áreas sensibles del litoral. En orden a estas consideraciones se han establecido cinco grupos, cuyo tratamiento debería seguir pautas homogéneas a escala insular, incluyendo las temáticas comunes de carácter histórico y cultural, sin impedir otras funciones y contenidos. Estos grupos serían: • • • •
846.658
35.030
3.528.937
Fuente: Elaboración propia
Conjuntos arqueológicos visitables Patrimonio Histórico Militar Faros Embarcaderos y muelles de interés histórico y patrimonial • Hábitats trogloditas • Entornos marineros Un tratamiento diferenciado se concibe para los Conjuntos Históricos, como el caso de Garachico, San Juan de la Rambla o entorno histórico del puerto en el Puerto de la Cruz. En estos casos se propugna, en paralelo con las acciones de rehabilitación y acon-
155
El uso público y turístico en el litoral de los espacios naturales ha de estar presidido por la cautela, en cuanto a la afluencia de visitantes, y por la capacidad de rescatar los hitos de interés patrimonial. Muelle de Roque Bermejo, Anaga.
dicionamiento, la dotación de centros que resalten los contenidos temáticos del mar, tanto históricos como medioambientales. La Villa de Garachico constituye un caso claro de esta orientación, ya que su función histórica como puerta marítima entre dos mundos y sus posibilidades patrimoniales, permiten resaltar con más potencia el tema del mar con toda su complejidad. Actuaciones en playas y frentes litorales turísticos Los datos obtenidos en los diversos estudios, en especial los basados en el análisis de expectativas y percepciones, indican la falta de consistencia que significa la generalización de una política de regeneración artificial de playas a lo largo de todo el perímetro insular. Una idea que no se justifica, ni siquiera desde el punto de vista turístico, como necesidad ineludible para el cumplimiento de las expectativas generadas, y de dudosa repercusión en una mejora sustancial de la oferta turística. Estas consideranciones tienen especial relevancia para la costa norte donde parece mucho más útil pensar en excelentes piscinas en los alojamientos antes que continuar con una política de regeneración de playas, cara y escasamente funcional. Lo más
156 El Programa Tenerife y el Mar
Foto: Alber to Luengo
adecuado para esta zona sería el desarrollo de una política de inversiones puntuales, sumamente respetuosa con el medio que facilite y mejore los accesos al mar de los posibles bañistas, siempre contando con la limitaciones impuestas por el tipo de costa que en ocasiones se ven compensadas por su singularidad y espectacularidad. Limitaciones similares se plantean en muchos enclaves de la costa oeste, y determinadas playas de la zona sur, donde el factor limitante es el viento, habiendo de sopesarse el interés real que tiene la política expansiva de playas artificiales. Por ello, la propuesta en esta línea se centra básicamente en tratar de cubrir las necesidades, en esta caso más acorde con el tipo de producto turístico, que se presentan fundamentalmente en las costas de los municipios de Adeje y Arona, o el caso puntual de Las Teresitas en Santa Cruz. Al margen de las consideraciones sobre la conveniencia o no de crear playas artificiales en determinadas zonas, subsiste el problema de garantizar una buena integración y diseño en el proceso de ejecución de aquellas playas ya ejecutadas o en proceso de ejecución. En estos casos habrán de tenerse en cuenta los siguientes factores:
• Utilizar diques y espigones con mínima repercusión paisajística, valorando las vistas del horizonte y ajustando su altura de coronación, dando también especial importancia, en el diseño de la forma de la playa, al mantenimiento de las formas aisladas del soporte litoral preexistente. El producto desde el punto turístico resultará más atractivo que los habituales sistemas uniformizados y con diques de alto impacto. • Garantizar en el diseño la protección de hábitats de interés, intermareales y submarinos (rasas, sebadales, cantiles, cuevas, etc.) así como impedir alteraciones irreversibles en la dinámica sedimentaria. La aplicación de estas consideraciones en materia de playas, deberá tener en cuenta el interland de las mismas, y muy en particular la forma de conexión de éstas con los paseos litorales, entendiendo los conjunto como lugares de encuentro marítimo. La generación continua de proyectos de paseos litorales en el frente marítimo urbano Las Ventanas al Mar se definen en Tenerife y El Mar como un conjunto de equipamientos sensibles, poco intensivos y de alta calidad, capaces de promover un uso turístico sostenible del litoral. Foto: Alber to Luengo
y particularmente en las fachadas costeras de las urbanizaciones turísticas, ha generado, con mayor o menor acierto en la ejecución, un modelo muy intensivo de ocupación de este escasísimo espacio. Desde el punto de vista de la calidad del escenario turístico los problemas no residen tanto en la oportunidad de estas realizaciones, como en su diseño y funcionalidad. Por ello, la propuesta en este área se orienta hacia el establecimiento de medidas y actuaciones correctoras que contribuyan a la dignificación de estos espacios y la reconducción de usos y adopción de formas más sensibles con el litoral. Entre las medidas dirigidas en esta línea destacarían:
La obra marítima de borde se olvida en ocasiones de la fisonomía y personalidad de la costa, creando situaciones asépticas y ar tificializadas.
1 Peatonalización de los paseos de borde, evitando que las vias rodadas de colonización costera, mal llamadas paseos, se conviertan en una barrera improcedente para un disfrute adecuado del borde costero. 2 Recuperar y liberar la mayor porción posible del espacio litoral, procurando también situar los equipamientos fuera de este ámbito, con la excepción de aquellas actua-
DISTRIBUCIÓN DE LOS TURISTAS EN LOS CENTROS DE TENERIFE
Foto: Yann Ar thus-Ber trand, La Terre Vue du Ciel, cor tesía de la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias.
ciones que permitan un mayor realce paisajístico y faciliten los usos de baño. 3 Utilizar diseños, materiales, formas y secciones muy suaves que realcen el medio marino, permitiendo aflorar el escenario costero, la mayor parte de las veces sepultado de forma innecesaria.
Estas condiciones se dan en muy pocas realizaciones, ya sea en los paseos existentes como en los previstos, si exceptuamos algunas realizaciones aisladas como las del Médano o tramos históricos como el de San Telmo. Un hecho que sorprende, ya que un componente esencial del producto turístico de Tenerife lo constituye el espacio definido por los frentes costeros de las urbanizaciones turísticas. Así pues, la propuesta que se realiza desde el Programa, más que contemplar la ejecución de nuevos paseos, apuesta claramente por la restauración y regenera-
Santa Cruz Capital La Laguna/Tegueste/Tacoronte Puerto de la Cruz Resto del Norte Las Américas/Los Cristianos Puerto Santiago/Los Gigantes Costa del Silencio/Ten Bel Centros Secundarios del Sur1 Resto del Sur TOTAL
Cifras Absolutas % 5.196 0,14 16.786 0,44 803.746 20,97 82.999 2,16 2.353.900 61,41 189.797 4,95 178.685 4,66 195.062 5,09 7.019 0,18 3.833.190 100,00
1.- Los centros secundarios del Sur son Las Caletillas, El Porís, El Médano, Callao Salvaje y Playa Paraiso. Nota: Se excluyen los viajes convencionales Fuente: Elaboración propia
157
plotar los contenidos temáticos que ofrece el mar en todas sus variantes. • Centros en los que se introducen elementos de innovación tecnológica en los aspectos interpretativos. • Realizaciones que permiten la optimización de los elementos patrimoniales construidos y que facilitan la restauración de zonas alteradas. • Núcleos que actúan como soporte de nuevos productos turísticos generados en su entorno.
Desde el momento en que se crea una ofer ta litoral ar tificial, conviene ser conscientes de que se convierte en una realidad que es preciso mantener.
ción de estos espacios de forma integrada y en función de las condiciones expresadas, estableciendo dos niveles de actuación: • Acciones de regeneración y restauración via plan especial. • Reconducción de proyectos redactados o en trámite de aprobación. Como reflexión práctica y propuesta ante estas consideraciones, Tenerife y el Mar propugna dos líneas de actuación coherentes con la fisonomía de nuestro litoral: el programa de Accesos al Mar y el programa de recuperación de Charcos de Pleamar. Las Ventanas del Mar Por Ventanas al Mar se entienden l conjunto de centros de visitantes y equipamientos que son capaces de recoger y mostrar los recursos del mar con una perspectiva más cualificada, creando escenarios originales que aprovechen los recursos naturales y culturales de su entorno. Se concibe como una red de equipamientos «astutos» que muestra los principales valores del medio ambiente y el patrimonio litoral tinerfeño, localizados en su mayoría en zonas de gran importancia paisajística. Aplicado a nuestro caso, el concepto de equipamiento astuto hace referen-
158 El Programa Tenerife y el Mar
Foto: Cipriano Marín
cia a determinadas cualidades del equipamiento, tales como ser: • Centros concebidos con el criterio de máxima integración medioambiental. • Capaces de concentrar la afluencia turística, evitando sobrecargas y dispersión territorial, con las consiguientes secuelas de impactos indeseados. • Ámbitos donde el diseño alberga una oferta cualificada y coherente, capaz de ex-
La escasez de equipamientos cualificados relacionados con el mar en Tenerife, refuerza aún mas la necesidad de constituir una red de estas características, que también contribuiría a la deseada especialización temática en muchas áreas insulares. Tenerife y El Mar ha logrado avanzar en la formulación de proyectos que cumplen estos requisitos: Teno y el Puertito del Sauzal. La acampada litoral, un tema a resolver El inventario de zonas de acampada temporal en el litoral tinerfeño, desarrollado por el Cabildo de Tenerife, arroja una prolifera-
Los hábitos cambian y el puer to revive añoranzas pasadas. El turismo de cruceros vuelve al puer to de Santa Cruz de Tenerife. Un curioso contrapunto a dos décadas de transpor te aéreo.
Foto: Salvador Aznar
Las fiestas del mar poseen una belleza plástica inigualable. Si el turismo, como se aspira, es algo mas que la venta de un producto despersonalizado, este tipo de recursos marítimos constituyen un buen punto de encuentro. Fiesta del Carmen en La Punta del Hidalgo.
ción excesiva de lugares empleados para esta práctica, con más de trescientos enclaves reconocidos. La escasez de litoral y la fragilidad ambiental de la mayoría de las zonas utilizadas conduce inevitablemente a la necesidad de regular la actividad. Producto de esta preocupación, el Cabildo elaboró en 1997 el Plan de Acampada Litoral en el que se identifican aquellos lugares de la costa susceptibles de albergar una acampada controlada permitiendo reducir drásticamente el número enclaves utilizados actualmente. En paralelo a esta determinación territorial se contempla en el Plan una propuesta de tipologías y servicios mínimos que deberían mantener en los lugares aptos, primando su capacidad de integración paisajística y la calidad de los servicios y dotaciones de los centros de acampada.
Aplicación de la Agenda 21 al ámbito de los alojamientos en los centros turísticos costeros El sector alojativo constituye un elemento fundamental en la conformación de las pro-
Foto: Jorge P. del Pino
piedades de Tenerife como destino turístico. Parece pues, apropiado el que las políticas de calidad medioambiental se reflejen de forma eficaz en los sistemas de gestión y operación de los centros alojativos. Los aspectos relacionados con la energía, los residuos, la gestión del agua y la minimización de impactos en los alojamientos constituyen un complemento indispensable de una política de turismo sostenible en el litoral. Desde Tenerife y El Mar se propone un marco para el desarrollo de la responsabilidad medioambiental basado en guías de buenas prácticas, códigos de conducta y estándares, en los que se establecen los requerimientos mínimos para el sector alojativo. Una línea de trabajo que ya se está fraguando a través de la asociación de hoteleros de la isla.
159
ÁREA DE DEPORTES NAÚTICOS
E
l área de deportes naúticos de bajo impacto constituyó uno de los nodos iniciales en la conformación del Programa Tenerife y El Mar. La promoción de los deportes relacionados con el mar es una herramienta indispensable en la línea del conocimiento y trato respetuoso de la costa.
160 El Programa Tenerife y el Mar
Muchas de las prácticas deportivas y de ocio litoral también guardan relación con el acercamiento y mayor conocimiento de nuestro patrimonio cultural y natural, por lo que constituyen vehículos expresivos de una nueva relación con el mar. El descubrimiento de nuevas posibilidades y modalidades deportivas, así como la recuperación de determinadas prácticas tradicionales, introducen elementos de diversificación de la oferta tendentes a desplazar muchas de las prácticas agresivas que asolan hoy el medio ambiente y la tranquilidad de nuestras costas.
Pero además, en un territorio escaso, cargado de infraestructuras costeras, ha de imponerse igualmente la sensatez en el aspecto de la oferta deportiva. Por ello, desde Tenerife y El Mar se propugnan soluciones multifuncionales, ya que resulta absurdo generar como es tradición infraestructuras independientes y sectoriales para cada actividad: pesca, refugios, varaderos, muelles deportivos o accesos.
OBJETIVOS PRINCIPALES • Favorecer la popularización y desarrollo de las actividades marítimas de ocio y los deportes del mar. • Enriquecer y diversificar la oferta turística ligada al mar, a partir del fomento de los deportes marítimos. • Promover, entre la población local y visitante, los usos deportivos de bajo impacto (vela, surf, visitas de conocimiento) como alternativa de ocio. • Propiciar el uso multifuncional de las infraestructuras marítimas (puertos, refugios y embarcaderos), incorporando el segmento deportivo náutico en sus adaptaciones. • Fomentar el desarrollo de iniciativas económicas y de formación profesional en el campo de las actividades marítimas, favoreciendo de este modo el desarrollo socioeconómico de determinados enclaves costeros. • Recuperar, a través de las actividades deportivas y de ocio, parte de nuestro patrimonio etnográfico del mar: carpintería de ribera, regatias, tradiciones del mar. • Estimular el interés por la costa y el mar, sus recursos naturales y culturales, mediante el fomento de actividades deportivas. • Incorporar los aspectos de educación medioambiental en las prácticas deportivas y de ocio activo.
161
PUERTOS DEPORTIVOS EXISTENTES EN CANARIAS (públicos y privados)
LANZAROTE 1 La Graciosa 2 Arrecife 3 Playa Blanca
(C.A.) (Teguise) (Estatal) (Arrecife) (C.A. y Gestión priv.) (Yaiza)
FUERTEVENTURA 4 Corralejo 5 Pto. del Rosario 6 Pto. del Castillo 7 Morro Jable
(C.A.) (Estatal) (Privado) (C.A.)
(La Oliva) (Pto. del Rosario) (Antigua) (Pájara)
(C.A.)
(Agaete)
(Estatal) (C.A.) (Priv. - Gestión púb.) (Priv. - Gestión púb.) (Priv. - Gestión púb.)
(Las Palmas)
GRAN CANARIA 8 Pto. de las nieves 9 Muelle Deportivo de Las Palmas 10 Arguineguin 11 Pasito Blanco 12 Pto. Rico 13 Mogán
(San Bartolomé) (San Bartolomé) (Mogán)
LA VELA Coincidiendo con la práctica desaparición de la vela latina en las embarcaciones pesqueras, surgen en los años cincuenta los primeros barcos deportivos de vela con casco de madera, siendo el Real Club Náutico de Santa Cruz el primer foco de importancia en Tenerife, cuna de los primeros regatistas de Canarias junto a su homólogo en Las Palmas. En el marco de Tenerife y el Mar se distinguen tres modalidades base: • La vela ligera • El crucero • La vela latina
PRINCIPALES ZONAS PARA LA PRÁCTICA DE VELA LIGERA PUNTOS DE SALIDA PUNTOS DE SALIDA Puertos estatales 1 Dique del Este 2 Darsena pesquera 3 Darsena Sur 4 Los Cristianos
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Arona)
Refugios pesqueros y embarcaderos (ocasionales) 5 Las Teresitas - S. Andrés 6 Centro Insular de Deportes Naúticos 7 R. P. Candelaria 8 R. P. Las Galletas 9 R. P. San Juan 10 E. Garachico 11 E. San Marcos 12 E. Pto. de la Cruz 13 E. EL PRIX 14 E. El roquete
162 El Programa Tenerife y el Mar
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (Candelaria) (Arona) (Guía de Isora) (Garachico) (Icod) (Pto. de la Cruz) (Tacoronte) (La Laguna)
Puertos deportivos - Club Naúticos (privados) 15 Club Naútico Santa Cruz (Santa Cruz) 16 Radazul (El Rosario) 17 La Galera (Candelaria) 18 Puertito de Güímar (Güímar) 19 Puerto Colón (Adeje) 20 Los Gigantes (Stgo. del Teide) Principales zonas para la práctica de la Vela 1 Santa Cruz 2 Los Cristianos - Adeje 3 Bajamar - Punta del Hidalgo Fuente: Hermanos Domínguez (1994). Elaboración propia
TENERIFE 14 S/C de Tenerife 15 Club Nautico Tfe. 16 C.N. Radazul 17 C.N. La Galera 18 C.N. Puertito Güímar 19 Los Cristianos 20 C.N. Pto. Colón 21 C.N. Los Gigantes
(Estatal) (Privado) (Privado) (Privado) (Privado) (Estatal) (Privado) (Privado)
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (El Rosario) (Candelaria) (Güímar) (Arona) (Adeje) (Pto. Santiago)
LA GOMERA 22 San Sebastián 23 Pto. Santiago 24 Valle Gran Rey
(Estatal) (C.A.) (C.A.)
(San Sebastián) (Alalejo) (Valle Gran Rey)
LA PALMA 25 S/C de La Palma 26 Tazacorte
(Estatal) (C.A.)
EL HIERRO 27 La Estaca 28 La Restinga
(Estatal) (C.A.)
(Valverde) (Frontera)
Fuente: Elaboración propia. (Abril-96)
(S/C de La Palma) (Tazacorte)
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Practicando el windsur f en las costas de El Mádano.
Foto: Alberto Luengo
vechando espacios e instalaciones existentes que permitan dar servicio al resto del litoral. Estableciendo los convenios necesarios con los agentes privados que operan actualmente. • Reconocer y proteger las zonas idóneas para la práctica de los deportes náuticos. Primando siempre en esta decisión la no intervención en zonas ambientalmente sensibles del litoral. • Eliminar o proceder a una rigurosa acotación de las prácticas agresivas: accesos de embarcaciones a motor en espacios sensibles, motos acuáticas, generación de residuos y afección producida por determinadas excursiones turísticas poco respetuosas, lo que se ha dado en llamar el problema del 4x4 en el mar. • Definir una estrategia consensuada entre las administraciones implicadas y las cofradías de pescadores para intensificar el uso mixto de las infraestructuras pesqueras existentes (refugios pesqueros, embarcaderos y varaderos).
Refugios pesqueros, embarcaderos y varaderos con capacidad deportiva Del análisis riguroso realizado sobre el nivel de uso y adaptación de los refugios, muelles, embarcaderos y varaderos, se desprende que el conjunto de las infraestructuras pesqueras de Tenerife se encuentran infrautilizadas en muchos casos. Lo que no significa que en determinados enclaves sean insuficientes o que su grado de adecuación y modernización sea el adecuado. El área de pesca del Programa Tenerife y el Mar contiene una propuesta sobre la construcción, mejora y acondicionamiento de refugios pesqueros, embarcaderos y varaderos, apuntándose la posibilidad también contemplada por el Plan Insular de Ordenación de darles carácter mixto, con el fin de complementar el uso pesquero con los usos turísticos o deportivos.
La celebración de campeonatos mundiales de wind surf en el surf de Tenerife, indica el potencial y posibilidades de este depor te en la isla. Foto: Alber to Luengo
LÍNEAS DE ACTUACIÓN Mientras que en la actualidad el grueso de la actividad deportiva se mueve en la órbita privada, impulsada principalmente por la estructura de clubes federados o bien, a través de los clubes náuticos existentes, es obvio que para fomentar mejor dichas actividades se precisa la participación de la esfera pública, pudiendo jugar el Cabildo Insular en los próximos años un papel decisivo en la consolidación y popularización de los deportes marinos de bajo impacto en la isla de Tenerife. La propuesta, además de los elementos que se relacionan suscintamente en cada actividad, gira en torno a las siguientes actuaciones: • Consolidación de la Red de Centros Insulares de Deportes Marinos, en paralelo al Centro Insular existente en Valleseco. • Complementar la Red de Centros con otras infraestructuras de menor tamaño, apro-
164 El Programa Tenerife y el Mar
La red de centros insulares de deportes marinos La buena experiencia que ha supuesto la consolidación del Centro Insular de Deportes Marinos del Cabildo Insular, que ha conseguido en pocos años de actividad multiplicar los practicantes de los deportes náuticos, apuntala la posibilidad de continuar esta iniciativa sobre elementos existentes y otras zonas propicias. Desde el Programa marco se proponen localizar cuatro centros insulares de deportes marinos en áreas estratégicas: • El Centro Insular de Deportes Marinos de Valleseco • Centro de Alto Rendimiento de Windsurf y Vela del Cabezo • Centro Insular de Deportes Marinos de Las Américas • Centro Insular de Deportes Marinos de Punta del Hidalgo
Dado que, además, los refugios pesqueros están transferidos a la Comunidad Autónoma y que en algunos casos se han construido con inversión del Cabildo Insular, y dado que la mayoría de los embarcaderos (10) y varaderos (22) se van a acondicionar dentro de la acción Accesos al Mar incluída en el Programa, parece razonable prever allí donde exista posibilidad, zonas de apoyo para la práctica de los deportes marinos. Deporte y Patrimonio Marítimo El desarrollo de los deportes náuticos, en especial el de la vela, permite en paralelo recuperar muchos de los elementos de nuestro pasado marítimo: oficios tradicionales, embarcaciones, fiestas marítimas, lugares de interés. En este sentido, la promoción y difusión de las actividades deportivas constituye también uno de los mejores vectores de recuperación de nuestro patrimonio. En la línea
de fusión entre el deporte y la cultura del mar, se proponen de forma indicativa diversos temas a desarrollar: • Conocimiento de la carpintería de ribera tradicional, lo que permitiría un mayor acercamiento, especialmente para la juventud, a la historia isleña del mar. • Modelismo naval, concebido como introducción al mundo de la arquitectura naval y del interiorismo náutico. • Cartografía histórica, que constituye uno de los mayores acervos náuticos de nuestra isla, encrucijada entre varios mundos. • Mejor conocimiento y valorización de los lugares de interés en el litoral: faros, muelles y embarcaderos históricos. Todas estas iniciativas se entienden como un complemento del ámbito deportivo, capaz de ampliar su horizonte con nuevas actividades vivas y participativas. La Red de Centros propuesta podría actuar como el núcleo inicial de este tipo acciones complementarias.
La consolidación de la red de centros constituye un objetivo básico en la promoción de los depor tes marinos de bajo impacto.
Foto: Alber to Luengo
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La VELA LIGERA, es un deporte realizado con embarcaciones de pequeña eslora, es decir, inferiores a cinco metros, a lo largo de la costa y en recorridos marcados por boyas. Las clases relacionadas con el tipo de barco que mayor interés han despertado en las islas son: • Optimist • Cadete • Snipe • Vaurien • Finn Europa • Cuatro Setenta (470) • Laser Es de señalar la importancia actual que tiene la clase Laser, consolidada en las Olimpiadas de 1972, se trata de una embarcación que al no necesitar equipo extra y poseer un precio asequible, así como un aparejado fácil, se ha extendido muy rápidamente. Por ella ha apostado el Centro Insular de Deportes Náuticos del Cabildo que desde sus inicios impulsó de forma decidida el mundo de la vela. El CRUCERO, deporte realizado con embarcaciones de mayor eslora, para la navegación en alta mar, cuyas singladuras se realizan entre islas. En este caso, el carácter deportivo se ve complementado por las posibilidades económicas que tiene esta práctica en la vertiente turística . La VELA LATINA, heredera de las embarcaciones tradicionales ha desaparecido prácticamente en la isla como deporte local, su posible reactivación constituye una posibilidad que merece la pena rescatar. Resulta curioso comprobar cómo en las islas vecinas de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, la situación ha sido radicalmente diferente. En las islas orientales el mantenimiento y recuperación de esta práctica ha sido constante, gracias a un trabajo continuado por parte de los clubes, asociaciones, y al importante fomento institucional de los deportes autóctonos.
166 El Programa Tenerife y el Mar
VELA LATINA LUGARES TRADICIONALES DE REGATA
1 2 3 4 5 6
San Andrés Los Cristianos Garachico San Marcos Puerto de la Cruz Punta del Hidalgo
(Santa Cruz) (Arona) (Garachico) (Icod) (Pto. de la Cruz) (La Laguna)
Fuente: P. La Gaceta, 17 Junio 1.996, Luis Sánchez (1996)
EL WINDSURF El windsurf es un deporte marino de reciente creación, apenas cuenta con veinticinco años. Conceptualmente se encuentra a medio camino entre la vela y el surf y ha experimentado una fuerte evolución en los últimos tiempos. Existen cuatro modalidades del mismo reconocidas a nivel internacional: OLAS O EXPRESIÓN EN OLAS. Es quizás la disciplina más espectacular y consiste en la realización de saltos y maniobras de todo tipo con olas durante diez minutos. SLALOM. Se desarrolla en un circuito de una milla de longitud en el que es preciso sortear un conjunto de entre siete y diez boyas dispuestas en zigzag. Las diferentes mangas incluyen doce competidores cada una, que se van eliminando hasta llegar a la final, en la que toman parte los doce competidores que hayan obtenido mejores resultados en las distintas eliminatorias. COURSE RACING. Esta modalidad es la que reúne en un momento determinado al mayor número de deportistas, entre 80 y 120 tablas. Es preciso sortear un campo de boyas dispuesto a manera de slalom. Se determina una cantidad de recorridos o mangas a efectuar, normalmente entre ocho y doce. LARGA DISTANCIA. Es la prueba de fondo del windsurf, consistente en la realización de mangas de gran recorrido y que tiene una cierta implantación en las islas, como por ejemplo las pruebas realizadas entre Tenerife y Gran Canaria.
PRINCIPALES ZONAS PARA LA PRÁCTICA DEL WINDSURF
1 Puertito de Güímar (Güímar) 2 Tanque de vidrio (Granadilla) 3 Playas de el Médano (Granadilla) punto world cup 4 Ten-bel - Las Galletas (Arona) 5 Pal-mar (Arona) 6 Pta. Las Salinas Las Américas (Arona) Fuente: Denis Rios Marchand (marzo-1994)
Proyecto del Centro de Alto Rendiemiento en El Cabezo
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EL SURF El surf es un deporte autóctono de las islas Hawai que consistente en «cabalgar las olas sobre una tabla» y deslizarse sobre la parte inclinada de las mismas antes de romper. Se tienen referencias de que esta práctica de los nativos fue presenciada por el capitán inglés Cook en el año de 1770 en Kealekekua Bay. Hacia 1907 se introdujo en los Estados Unidos y rápidamente se extendío en el ámbito de los países anglosajones. Habrá que esperar a los años sesenta para fuera conocido en nuestro país, apareciendo los primeros practicantes foráneos en la zona de Las Canteras en Gran Canaria y en la Punta del Hidalgo en Tenerife, ante la curiosidad general. Muy rápidamente su práctica se popularizó en determinados ambientes de la isla. Sufre un lento crecimiento hasta los primeros años de la década de los ochenta, momento en el que aparece el Booguie y con él el “boom” espectacular del deporte de las olas. Existen tres modalidades base para la práctica del surf:
La práctica del sur f se ha conver tido en
La llamada propiamente SURF, es el deporte madre y el que reviste mayor espectacularidad, donde el practicante coge las olas mediante una tabla rígida, de pie sobre ella. Tanto el desarrollo de la tabla (materiales y diseño) como las llamadas «figuras», evoluciones de los surfistas, han sufrido una rápida evolución en estos últimos años, tendiendo a especializarse según el peso del practicante, el tipo de olas o las preferencias personales. El BODY-BOARD o BOOGUIE (cogiendo la tabla acostado), aunque en origen esta modalidad consistía simplemente en coger las olas «a pecho»con el cuerpo rígido como prolongación del surf original, hoy en día se realiza con una pequeña tabla «blanda», donde el practicante coge las olas acostado sobre ella con ayuda de aletas «recortadas». Sin lugar a dudas es esta la modalidad de mayor proyección social y de mayor potencial de crecimiento, dado que no necesita olas de gran tamaño, la tabla es fácilmente transportable y no requiere reparaciones. El PAIPO o KNEE BOARD (cogiendo la tabla de rodillas), es una modalidad intermedia entre el Surf y el Booguie, donde el practicante, con ayuda de una tabla rígida de mediano tamaño, coge las olas de rodillas.
absolutamente indiscutible
A partir del año 1965 en que se introduce el Surf en la Punta del Hidalgo, el deporte de las olas ha experimentado un crecimiento continuo. Su gran aceptación social se ha producido de forma espontánea sin apoyo de infraestructuras y sin contar apenas con fomento institucional. En 1990 se crea la Asociación para la Defensa del Surf (ADES). El origen de dicha asociación no responde a la típica necesidad que genera un movimiento de aficionados, sino que surge como respuesta de espontánea organización local a la situación continuada de desaparición de olas como consecuencia de la construcción de diques para el apoyo de playas artificiales. De esta manera, el surf y la protección medioambiental del litoral tinerfeño comienzan su andadura desde hace casi una década.
168 El Programa Tenerife y el Mar
muy pocos años en un fenómeno social
4 La Derecha de Almáciga 16 El Confital 17 Las Galletas 22 Las Salinas 23 El Guincho 24 El Conquistador 33 El Méndez 35 La del Medio 36 La del Chalet 43 Pta. del Cementerio 45 Pta. Baja 46 Baja entre La Rambla y El Socorro 47 Marrero Izqdo. Terrero 49 Playa del Socorro 60 Playa de los Patos 61 Santa Ana 62 El Ancón 65 Pico de Fuera 68 Fuera de la Baja Nueva 69 Baja Nueva 71 El Paso 73 Las Bordas 74 El Pozo 75 El Callado 77 El Roquete 78 Fuera del Roquete 82 La Bajeta 85 Pta. de Altagay 87 La Baja Negra
OLAS IDONEAS PARA LA PRÁCTICA DEL SURF olas buenas (29 olas)
D I D-I D D-I I-D D-I D D I D-I
(Santa Cruz) (Granadilla) (Arona) (Arona) (Arona) (Arona) (Guía) (Guía) (Guía) (Garachico) (S. Juan de la Rambla)
I I I-D D-I I-D I-D D-I I I D-I I I-D I-D I I-D D D D-I
(S. Juan de la Rambla) (Los Realejos) (Los Realejos) (La Orotava) (La Orotava (La Orotava) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna)
D: Ola de Derecha I: Ola de Izquierda Fuente: Inventario de olas idoneas para la práctica del Surf (ADES -1990)
En la actualidad se realizan seis o siete campeonatos al año en sus diversas modalidades, organizándose a través de los cuatro clubes existentes, coordinados por ADES, con colaboración del Cabildo Insular, la Consejería de Turismo y el ayuntamiento de cada lugar. Pero la consolidación del este deporte no es solo asociativa, hoy en día en Tenerife pueden contabilizarse unos mil surferos activos y al menos diez mil «bugueros». En cualquier caso, la incidencia social y económica de esta deporte, desborda ampliamente el ámbito deportivo para convertirse en un «modus vivendi» que afecta las formas de hablar o incluso el modo de vestir del segmento juvenil canario.
Zonas idoneas para la práctica del surf en Tenerife El surf es un deporte natural que aprovecha los lugares con condiciones idóneas donde se producen olas largas y tendidas. Para generarse una ola con condiciones para ser «surfeada» se precisa la existencia de una rasa submarina rocosa y tendida, orientada al oleaje dominante, donde la ola rompa de forma regular, así como unas condiciones meteorológicas adecuadas con mar de fondo y poco viento. Desde 1990 ADES desarrolló un detallado «Inventario de Olas idóneas de Tenerife para la práctica del Surf», donde se analizan a lo largo del perímetro costero de Tenerife unas noventa y cinco olas o «spot» aceptables para la práctica del Surf y del Booguie, detallándose las características de cada una en ficha anexa (fondo, orientación, sustrato, tamaño de ola, nivel, periodicidad). De entre ellas, 29 se consideran «buenas» y otras 11 «optimas». Un inventario que todavía define bien el patrimonio surfero de Tenerife, estableciéndose asimismo cuatro circuitos de surf que agrupan por zonas un conjunto de olas de interés.
OLAS IDONEAS PARA LA PRÁCTICA DEL SURF olas óptimas (11 olas)
6 20 21 25
Igueste de S. Andrés I La Izqda de la Casa I La Fitenia «The Desert» D-I La Dcha. del Cartel «Billboards» D 28 La Izqda. «Spanish Left» I 34 Pta. Blanca «K-16» I
(Santa Cruz) (Arona) alterada (Arona) alterada (Arona) (Arona) (Guía de Isora)
41 La Izqda. de la Caleta 42 La Dcha. de la Caleta 67 El Charco 84 Fuerade La Bajeta 95 Los Dos Hermanos
I D I D D-I
(Garachico) (Garachico) (La Laguna) (La Laguna) (La Laguna)
D: Ola de Derecha I: Ola de Izquierda Fuente: Inventario olas idoneas para práctica del Surf (ADES -1990)
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EL BUCEO Y LA PESCA DEPORTIVA El Buceo El buceo tal como lo conocemos hoy en día es relativamente reciente y su gran auge se produce después de la Primera Guerra Mundial, más concretamente tras la invención del intercambiador y sistema de respiración autónomo, desarrollado por el comandante Cousteau, al que se le considera el padre de esta disciplina. La evolución de los plásticos para mascarillas, aletas y trajes isotérmicos, unido al avance de los equipos autónomos, brindan al hombre la posibilidad de aproximarse a los peces y compartir con ellos los secretos del fondo del mar. El mundo del buceo ha abandonado progresivamente su tendencia hacia la pesca submarina para evolucionar hacia otras dimensiones mas respetuosas, donde el objetivo es el conocimiento y la visión del mar e inluso la «caza fotográfica». Las modalidades base del buceo son dos: • Buceo a pulmón libre, con ayuda de equipo base (gafas, tubo, aletas, traje), básico para cualquier iniciado. • Buceo con ayuda de equipo autónomo o submarinismo, donde el practicante adquiere mayor autonomía al permitirle el equipo de buceo un periodo mas largo de inmersión, pudiendo llegar a mayores profundidades. Aparece ya cierta componente de «deporte de riesgo» que autolimita la expansión de la actividad. Por último, es preciso reconocer que el progresivo conocimiento de los fondos marinos, de su dinámica y fragilidad, nos indica que determinadas actividades como el buceo, aparentemente poco conflictivas, pueden ocasionar impactos importantes en ambientes muy precisos, como sería el caso de afecciones en cuevas submarinas y alteración de las poblaciones de peces presentes. Por ello, esta práctica requiere la determinación de zonas idóneas de mínimo impacto, seguridad y atractivo.
1 2 3 4
Baja de La Caleta - Anaga Los Salvajes - Anaga Roques de Anaga - Anaga Baja de la Palometa Roque Bermejo 5 Bajas Verdes- Pta. Anaga 6 Pta. de Anaga - Anaga 7 Pta. de Antequera - Anaga 8 Pta. La Ternera- El Porís 9 Pta. de Abona - El Porís 10 Los Tarajales 11 Mña. Pelada-El Médano 12 Mña. Roja-El Médano 13 Pta. el Confital-El Médano 14 Los Charcones-Aguadulce 15 Arrecife de Las Galletas 16 Rasca 17 Palm-Mar 18 Guaza 19 Baja de Adeje 20 Playa La Puntilla 21 Pta. de Ajabo-Callao Salvaje 22 Pta. Los Mozos-Paraiso Floral 23 Playa de Herques-San Juan 24 Playa Fonsalía La Carrera-Alcalá 25 Baja de Alcalá 26 Pta. Alcalá-Pl. de la Arena 27 Puerto Santiago 28 Puntilla de Bco. Seco 29 Playa de Masca-Pta. de Teno 30 Pta. de Teno-Playa Gaviota 31 Playa Los Barqueros Playa La Caleta 32 Garachico 33 Playa de San Marcos 34 Puerto de la Cruz 35 El Prix-Pta. del Viento 36 Pta. Gotera 37 Punta del Hidalgo
(Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Santa Cruz) (Arico) (Arico) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Granadilla) (Arona) (Arona) (Arona) (Arona) (Adeje) (Adeje) (Adeje) (Adeje) (Guía)
La pesca de altura registra un importante auge en los últimos años. En la imagen, un medregal cap-
(Guía) (Guía) (Guía) (Stgo. del Teide) (Buenavista) (Buenavista) (Buenavista)
turado en las aguas de Tenerfe.
(Buenavista) (Garachico) (Icod) (Pto. de la Cruz) (Tacoronte) (La Victoria) (La Laguna)
H Peligrosidad media-alta Fuente: Tomás Cruz, Plan Dtor. Senderos de Tenerife (ISOLA), 1992
FONDOS DE INTERÉS PARA LA PRÁCTICA DEL SUBMARINISMO
170 El Programa Tenerife y el Mar
El mundo del buceo ha abandonado progresivamente su tendencia hacia la pesca submarina para evolucionar hacia otras dimensiones más respetuosas, donde el objetivo es el conocimiento y la visión del mar. Entre estas nuevas actividades hay que destacar la fotografía submarina; el nivel de los depor tistas tinerfeños ha alcanzado cotas muy altas en esta disciplina. En la imagen, buceo libre en fondos de la baja de Adeje.
Las modalidades de pesca deportiva que se practican en Tenerife son fundamentalmente cuatro: • La pesca submarina a pulmón libre, que ha caído en declive por la escasez de las capturas y al derivar como deporte hacia la «caza fotográfica». • La pesca de caña o de orilla, actividad de gran arraigo popular y proyección social que se ha consolidado a nivel federativo y cuyas modalidades básicas son la pesca de boya y la pesca de fondo. • La pesca litoral con barca, variedad de la anterior y remedo de la pesca tradicional, se realiza ya desde embarcación a motor, compitiendo en gran parte de los casos con la labor de los profesionales, en situaciones de ilegalidad y competencia desleal. • La pesca de altura, realizada desde embarcaciones de mediano calado, está enfocada hacia las capturas de túnidos, tiburones, pez espada o recursos de fondo, constituyendo en algunos casos una alternativa como negocio turístico. Dado el peso relativo que tiene la pesca deportiva en el conjunto del esfuerzo pesquero litoral de Tenerife, resulta incuestionable la necesidad de regular dicha actividad si se quiere contribuir al sostenimiento de los recursos pesqueros, deslin-
LA PESCA DEPORTIVA
Sargo blanco (Diplodus sargus cadenati) Dibujo: Fernando Franquet y Alber to Brito
dando el carácter deportivo de las prácticas abusivas y la competencia desleal. En este sentido se hace necesaria la obligación de respetar la legislación pesquera existente, así como profundizar en los mecanismos de vigilancia y control. En cualquier caso, es imprescindible asumir, tanto a nivel individual o de los colectivos implicados, un código de conducta del pescador deportivo coherente con los recursos del mar.
Foto: Tomás Cruz Simó
cionada con el turismo, en materia de buceo y pesca deportiva de altura, se encuentra gestionada por empresas foráneas con escasa tradición y conocimientos sobre la costa, los recursos y la mentalidad insular. No parece apropiado el que dos colectivos que convergen en el mismo espacio, la industria turística y el sector pesquero, no guarden la más mínima relación comercial, social o de conocimiento. Arbitrar fórmulas de coexistencia en base a una estrategia de respeto de los recursos es hoy en día una urgente tarea. Todo ello, sin mencionar que la escasa repercusión de las rentas sobre las poblaciones locales no deja de ser una situación abiertamente injusta. Mero (Epinephelus guaza) Dibujo: Fernando Franquet y Alber to Brito
También es obligado hacer mención a un problema básico. La mayor parte de la actividad rela-
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ÁREA DE INFRAESTRUCTURAS
L
a estrategia de conservación del litoral tinerfeño se enfrenta en los próximos años a la necesidad de regular los efectos negativos de las infraestructuras que demanda una isla con una alta tasa de crecimiento. Quizás uno de los aspectos mayor importancia tienen para
172 El Programa Tenerife y el Mar
el medio marino, aunque no precisamente sea el más visible, radica en los vertidos de aguas residuales al mar. En función de las estimaciones de crecimiento, el Plan Hidrológico Insular (PHI) aventura que, de no tomarse medidas oportunas, la carga contaminante relativa vertida al mar pasaría de 219,60 Ud a 335,70 Ud, o sea que se incrementa casi en un 50%, por lo que podrían alcanzarse situaciones insostenibles con un alto nivel de impacto. Bien es cierto que la política hidráulica y de saneamiento en los último años está permitiendo, gracias a la canalización y depuración de aguas, reducir ostensiblemente el nivel de vertido a los acuíferos subterráneos (del 70% al 30%) con una influencia positiva escasamente valorada en el litoral, dado que este tipo
de contaminación produce afloramientos notables a lo largo de la costa. Sin embargo, en muy corto plazo el problema se devolvería al mar, por lo que indefectiblemente se abren dos frentes de trabajo, ya contemplados en el PHI, de cara al mantenimiento de la calidad de las aguas litorales: • apostar decididamente por la incorporación como mínimo de la Depuración Secundaria, e incluso avanzar hacia la terciaria. • desarrollar al máximo los sistemas de reutilización de aguas residuales. • optimizar la eficiencia de los emisarios submarinos. En este apartado conviene señalar que, en ocasiones, la falta de conocimiento de las corrientes locales y la ausencia de cartografía batimétrica adecuada, pueden ocasionar la adopción de decisiones erróneas y nocivas para el medio marino. Otro aspecto esencial que podría influir decisivamente en la estrategia de
DEPURADORAS PROPUESTAS 1 Valle de Guerra (La Laguna) 2 Valle de Güímar (Arafo - Güímar) 3 San Isidro (Granadilla) 4 Valle San Lorenzo (Arona) 5 Adeje . Arona (Adeje) 6 Guía de Isora (Guía) 7 Santiago del Teide (Stgo. del Teide) 8 San Marcos (Icod) 9 Valle de la Orotava (El Puerto) 10 La Victoria (La Victoria - Santa Ursula)
DEPURADORAS Y EMISARIOS PROPUESTOS
sostenibilidad en el litoral se corresponde con los efectos derivados de las necesidades portuarias. El análisis general de la infraestructura portuaria existente o potencial para Tenerife, incluyendo las propuestas de los diversos planes, nos arroja el siguiente panorama: 6 Puertos Gene-
rales Comerciales (2 existentes y 4 en reserva), 15 Puertos Deportivos (10 existentes y 5 en propuesta), 14 Refugios Pesqueros (8 existentes y 3 en propuesta), 11 Embarcaderos y 22 Varaderos. Estas cifras vistas en conjunto significan 65 puntos de Infraestructura Portuaria, 2 de escala grande y 33 medianos y
EMISARIOS PROPUESTOS 1 San Andrés (Santa Cruz) 2 Los LLanos (Santa Cruz) 3 Agache (Güímar) 4 Tajao (Arico) 5 Polígono (Granadilla) 6 Pelada (Granadilla) 7 Los Abrigos (Granadilla) 8 Las Galletas (Arona) 9 Las Américas (Arafo - Adeje) 10 Mar Azul (Adeje) 11 Los Gigantes (Stgo. del Teide) 12 Buenavista (Buenavista) 13 Los Silos (Los Silos) 14 Garachico (Garachico) 15 San Marcos (Icod) 16 Las Aguas (San Juan de la Rambla) 17 Pto. de la Cruz (Puerto Cruz) 18 La Victoria (La Victoria) 19 El Prix (Tacoronte) 20 Valle Guerra (La Laguna) 21 Bajamar (La Laguna) 22 Punta del Hidalgo (La Laguna) Fuente: Plan Hidrológico Insular de Tfe. (Sep - 92)
pequeños. Es decir, que existiría como media una instalación portuaria por cada cinco kilómetros de perímetro costero o dos por municipio, lo que nos da una idea del nivel de intensidad de uso posible y de compromiso del borde litoral para asumir tal presión. El Programa Tenerife y El Mar aboga por incorporar la sensatez y la eficiencia en este ámbito. Constituye un hecho el que, a causa de la división sectorial y competencial existente, las pequeñas y medianas instalaciones marítimas se
173
generan desde una única óptica, ya sea pesquera, deportiva o de comunicaciones. Por ello, el programa apuesta, como hemos visto en las anteriores áreas, por un proceso de economía de espacio litoral que se basa en la promoción de la capacidad multifuncional de las instalaciones portuarias existentes, muchas de ellas con un grado de utilización muy bajo en relación al destino para el que fueron concebidas. Vista aérea del nuevo frente de desarrollo costero en la zona sur de Santa Cruz de Tenerife. Abajo, entrañable imagen del puer to capitalino en la década de los cuarenta.
ZONAS LITORALES DE ALTO POTENCIAL EÓLICO > 3.500 horas/año
Medias superiores a 7.5 m/s Horas de viento útil potencias nominales IITER (Parque Eólico de Granadilla) Fuente: Manuel Cendagorta - ITER - 1995
> 3.000 horas/año
174 El Programa Tenerife y el Mar
LA COSTA Y LAS ENERGIAS RENOVABLES Una gran parte del litoral de la isla de Tenerife alberga excelentes posibilidades para el desarrollo de las fuentes de energía renovables, tanto la solar por el gran número de horas de insolación que se registran al año, como la energía del eólica donde encontramos yacimientos eólicos con elevadas medias de viento. La aplicación de las distintas posibilidades de la energía solar son particularmente favorables en la costa de Tenerife, alcanzando un máximo en la costa sur donde se registran más de 2.500 horas de sol al año (104 días sin nubes y 237 parcialmente nubosos). Desde el punto de vista del suministro eléctrico, la energía eólica representa el sector con mayores posibilidades de desarrollo en el campo de la renovables en Tenerife. Exceptuando las aplicaciones autónomas en casos muy aislados, la tendencia actual es la de crear parques eólicos, en los que la producción de energía eléctrica se inyecta directamente a la red insular. Los principales yacimientos eólicos de la isla se encuentran en el litoral: zona norte del macizo de Anaga, Isla Baja de Teno y zona litoral comprendida entre El Poría y El Médano. En el primer caso, la zona quedaría descartada por sus características orográficas y ambientales, excepto para aplicaciones muy puntuales. Teno Bajo constituye una lugar excepcional de «buenos» vientos para su aprovechamiento energético, con más de 3.500 h/año y medias superiores a 7.5 m/s. Sin embargo, la idoneidad de tal emplazamiento para la consolidación de un parque eólico de envergadura se enfrenta a serias dificultades, derivadas de las especiales características de este espacio protegido. Representaría un impacto medioambiental difícilmente asumible y, fundamentalmente, la opción de considerar Teno-Bajo como lugar excepcional, paisajístico y natural, donde se ubique una de las “Ventanas al Mar” con mayor interés insular, dificulta seriamente la posibilidad del parque. El último gran yacimiento eólico abarca desde la zona del Porís hasta Montaña Pelada, donde encontramos medias superiores a 7.5 m/s y más de 3.000 horas útiles al año. Justo en este entorno es donde se instaló la primera plataforma eólica de Canarias y el Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER). Así pues, dadas las condiciones de accesibilidad, concentración de infraestructuras presente en la zona y la existencia de dos parques consolidados, parece que lo más razonable, desde el punto de vista tanto técnico como medioambiental, sería concentrar los parques eólicos en este tramo de costa, de forma escalonada y sin provocar efectos de picoteo de múltiples instalaciones.
EL ITER El Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER) fue creado en 1990 y fundado por el Cabildo de Tenerife. Entre sus actividades principales se encuentra la investigación aplicada al campo de las Energías Renovables, así como su explotación. El ITER no solo es un parque eólico. En su actividad relacionada con la investigación y el desarrollo de las energías renovables alberga un amplio abanico de plantas experimentales: la mayor planta fotovoltaica de concentración del mundo, experiencias en desalación con ayuda de la energía eólica y el ambicioso proyecto de la pequeña ciudad bioclimática, concebida para las especiales circunstancias del litoral tinerfeño.
El Instituto Tecnológico y de Energías Renovables (ITER), situado en la costa de Granadilla, constituye uno de los centros de investigación y desarrollo de tecnologías relacionadas con las fuentes de energía renovables más impor tantes del mundo. Alberga, además, un parque temático que permite a los turistas y a la población local acercarse al mundo de las nuevas energías.
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ÁREA DE ACTUACIONES EN EL L ITORAL
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a idea central de este área reside en reorientar la forma de intervenir en el litoral, en la vertiente del uso público y los accesos costeros, hacia soluciones más sensibles con el soporte físico de nuestro medio. La heterogeneidad de intervenciones en las últimas décadas, la falta de referentes y patrones de
OBJETIVOS PRINCIPALES • Recuperar los conjuntos y elementos históricos que han representado una relación enriquecedora y sensible con el litoral. • Crear un modelo de intervención acorde con la escala insular, basado en la obra pequeña, más cercano a las necesidades y respetuoso con la fragilidad del medio marino. • Fomentar mediante acciones demostrativas las soluciones de tecnología blanda o de bajo impacto. • Promover la creación de un sistema de dotaciones y equipamientos de alta calidad, capaz de revalorizar el entono marino. • Desarrollar soportes que permitan aumentar la diversidad y calidad de la oferta turística y de ocio relacionada con el mar. • Mitigar los efectos negativos causados por actuaciones destructivas precedentes, en especial las derivadas de la obra pública y de la ocupación irregular del ámbito costero. • Rescatar mediante actuaciones de restauración y mejora ambiental, la mayor porción de zonas degradadas del litoral, implementando usos compatibles que hagan viable su ejecución y mantenimiento. • Puesta en valor del sistema de asentamientos tradicionales, preservando su identidad y acometiendo acciones coherentes de diseño que mejoren la escena costera y sus atractivos. • Priorizar las actuaciones en el litoral que mayores efectos multiplicadores posean en la doble vertiente de la integridad medioambiental y del desarrollo económico local. • Coordinar y vertebrar las distintas actuaciones que inciden directamente sobre la costa.
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Vista actual del Puer to de Garachico, escenario de una de las actuaciones más emblemáticas de recuperación litoral, dada la potencia de sus recursos culturales y paisajísticas.
intervención, así como la primacía de la obra de envergadura frente a la funcionalidad y la belleza, han provocado la proliferación de impactos innecesarios en el medio costero. Se parte, pues, de la premisa de desarrollar modelos reales capaces de demostrar que es posible compatibilizar los distintos usos mediante diseños adecuados en un marco de respeto hacia el patrimonio natural,
RESTAURACIÓN LITORAL
Foto: Cipriano Marín
paisajístico y cultural. Todas las actuaciones propugnadas se sustentan en el conjunto de Criterios Generales y Específicos de Actuación del Programa Tenerife y El Mar, que conforman una guía de buenas prácticas en la intervención costera, un catálogo de criterios sencillos pero eficaces basados en la aplicación de la sensatez a la obra humana en el litoral.
Líneas de actuación Las acciones previstas en este apartado pretenden en su diversidad cualificar el espacio litoral, reconociendo y potenciando los valores naturales y construidos, facilitando el acceso y el uso sostenible de la costa. En ESPACIOS NATURALES Prioridad 1 1 Playa de Almáciga 2 Costa Malpaís de Güimar 3 Montaña Pelada 4 Montaña Roja 5 Montaña Amarilla 6 Malpaís de Rasca 7 Teno Bajo Prioridad 2 8 Desembocadura Bco. Fasnia y Güimar 9 Acantilado de la Hondura 10 Tabaibal del Porís 11 Montaña de Guaza 12 Acantilado La Caleta 13 Acantilado de Isorana 14 Rambla de Castro 15 Costa de Acentejo
La configuración física o paisajística del litoral de Tenerife, donde aparecen multitud de micropaisajes de arena, roca o vegetación, así como diferentes tipologías de asentamientos locales o turísticos, obliga a un tratamiento diferencial y específico que dirija la
(Santa Cruz) (Güimar) (Granadilla) (Granadilla) (San Miguel) (Arona) (Buenavista)
Parque Rural Reserva Natural Especial Monumento Natural Reserva Natural Especial Monumento Natural Reserva Natural Especial Parque Rural
(Fasnia-Güimar) (Fasnia) (Arico) (Arona) (Adeje) (Adeje-Guía) (Los Realejos) (Santa UrsulaTacoronte)
Sitio de Interés Científico Sitio de Interés Científico Sitio de Interés Científico Monumento Natural Sitio de Interés Científico Sitio de Interés Científico Paisaje Protegido
RESTO LITORAL Prioridad 3 16 Acantilado Sur Santa Cruz 17 Acantilados del 18 Cantil del Confital 19 Playa de Colmenares 20 Cantil El Callao Ten-Bel 21 Cantil Playa de Argel 22 Cantil Playa de Las Aguas 23 Cantera el Monis 24 Cantil Casco S.J. de la Rambla 25 Cantil Casco Las Aguas 26 Cantil El Arenal
(Santa Cruz) (Candelaria) (Granadilla) (San Miguel) (Arona) (Stgo. del Teide) (Garachico) (Icod) (S.J. de la Rambla) (S.J. de la Rambla) (La Laguna)
Prioridad 4 27 Punta del Rey 28 Costa de Agache 29 Las Eras 30 Desembocadura Bco. de Río 31 Cantil Finca Bonny Rasca 32 Cantil El Varadero 33 Costa Pta. Buenavista-Los Silos 34 Costa La Romántica 35 Costa Maritim-Punta Brava 36 Cantera El Jover
(Candelaria) (Güimar) (Arico) (Granadilla-Arico) (Arona) (Güia) (Buenavista-Los Silos) (Los Realejos) (Puerto Cruz) (La Laguna)
Paisaje Protegido
acción territorial. Desde la estrategia de acción que se recoge en los objetivos del Programa, donde se pretende funcionar a distintas escalas, se reitera el carácter estratégico de la obra de acondicionamiento de pequeño tamaño por su clara eficacia estructural y social, contribuyendo decididamente al equilibrio territorial y medioambiental de la isla.
Establecer pautas de intervención y diseños aedcuados y respetuosos con el patrimonio local, constituye uno de los objetivos esenciales del área de actuaciones en la costa. Foto: Alber to Luengo
Fuente: Elaboración propia
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Se definen en este área ocho tipos de actuaciones temáticas que abarcan las diferentes situaciones posibles, cubriendo el abanico desde el pequeño acceso al mar hasta el acondicionamiento de playas o la restauración paisajística de grandes espacios costeros: 1. Accesos al Mar 2. Charcos de Pleamar 3. Senderos Litorales 4. Paseos Marítimos 5. Parques Marítimos y Conjuntos Temáticos 6. Restauración Litoral 7. Restauración Litoral con Equipamiento 8. Acondicionamiento de Playas De entre todas estas actuaciones, los Accesos al Mar y los Charcos de Pleamar han tenido prioridad en el arranque del Programa, al considerarse como objetivos asumibles en plazo razonable de tiempo y por el enor-
me interés demostrativo y social que poseen estas intervenciones. Algunas de las acciones están combinadas con otras áreas de Programa, como es el caso de la restauración litoral con equipamiento, donde se propugna la recuperación de la costa y la reorientación del uso público aprovechando las posibilidades que ofrece el patrimonio histórico existente. Los conjuntos temáticos, su identificación y definición, también han ocupado una parte importante de los esfuerzos de Tenerife y El Mar. Resaltan por su carácter innovador y por la importancia que poseen como elementos estratégicos para la nueva formulación del desarrollo en Tenerife, los proyectos de Teno – Ventana al Mar y el de rehabilitación integral del entorno del Puertito en la Costa del Sauzal. Entre los paseos y senderos litorales destaca la recuperación del Camino de la Costa en la Punta del Hidalgo, acción que
Es preciso cambiar nuestra mentalidad sobre el mar y el uso de la costa.
permitirá restaurar paisajísticamente una de las rasas marinas más importantes de Canarias y uno de los caminos costeros peatonales con mayor historia en la isla.
Recuperar los conjuntos y elementos históricos que han representado una relación enriquecedora y sensible con el litoral, es una meta del programa Tenerife y El Mar. En la imagen, antiguo muelle de Crosa en Valleseco.
178 El Programa Tenerife y el Mar
Foto: Alberto Luengo
C RITERIOS DE ACTUACIÓN EN LA COSTA
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a forma de intervenir en el litoral constituye hoy para la isla de Tenerife un objetivo de reflexión básico. Especialmente en aquellos aspectos de la obra humana que implican transformación de la costa y del medio marino: accesos, paseos, miradores, muelles, refugios, embarcaderos, carreteras, infraestructuras y asentamientos. La importancia de esta reflexión procede de una simple observación. Si comparamos la descripción de la costa realizada por Riviere en 1740 con la situación actual, así como la evolución de su ocupación en siglos posteriores, observaremos que sólo en los últimos cuarenta años hemos pasado de ocupar del 1% del perímetro inicial al 30%. Ello nos obliga a ser muy cautos en el futuro y saber preservar un espacio vital para la isla, tanto para nosotros como para las generaciones futuras. Pero también nos indica que nuestras actuaciones a partir de ahora deberán estar pre-
En materia de intervenciones costeras, el programa Tenerife y El Mar se ha dotado de un conjunto de criterios consensuados sobre un espacio común, orientados al fomento de la sensatez, la imaginación y la sensibilidad.
sididas por una serie de principios básicos. El primero, la necesidad de reconvertir y recuperar los espacios degradados en el litoral, ya que siendo el perímetro escaso y la ocupación excesiva parece ser que lo más sensato es aplicar el concepto de ahorro y no intervenir en nuevos parajes siempre y cuando haya lugares degradados con posibilidades de aprovechamiento. El segundo principio estaría presidido por la sensibilidad, ya es hora de reconocer en la práctica nuestro patrimonio costero, de tener capacidad suficiente para poner en primer término al paisaje litoral como referente básico, como la arquitectura obligada, no parece sensato desdibujar profundamente una obra volcánica que la natu-
El diseño debe estar al servicio de la costa, respetando sus formas, su vida, y permitiendo al hombre acceder de forma respetuosa.
Foto: Alber to Luengo
raleza ha tardado millones de años en esculpir. Por último, también se impone el principio de la escala; la necesidad de aceptar que lo “pequeño es hermoso” como decía Shumacher. No podemos seguir pensando en términos de cantidad y volumen, sino en dimensiones de calidad y detalle. Es partiendo de estos principios dictados por la experiencia, sobre los que se han basado los proyectos que emanan del Programa Tenerife y El Mar. Como complemento a esta idea, el programa se dotó de un conjunto de criterios de intervención básicos que permitieran reconducir la forma de intervenir en la costa hacia el respeto con el medio ambiente y la eficacia funcional de la obra. Criterios Elección del lugar • Aprovechar la existencia de zonas alteradas o degradadas, combinando en los proyectos los objetivos de restauración ambiental y los de funcionalidad. • Priorizar aquellas actuaciones que impliquen la recuperación del patrimonio cultural existente, incorporando este legado en la concepción de los nuevos equipamientos de los nuevos equipamientos.
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En un litoral tan rico y diverso hay que saber recrear cada paisaje.
• Intervenir sobre los lugares ya consolidados en los circuitos turísticos y de ocio insular, atendiendo en orden de importancia a los lugares con mayor intensidad de frecuentación o en los que se detecten riesgos de deterioro a causa del uso público. • Reconducir los usos en zonas sometidas a presión excesiva, adaptándolos a las verdaderas del medio ambiente. • Evitar las propuestas que impliquen conflictos de tipo urbanístico o que fuercen situaciones comprometidas por ausencia de definición territorial.
Foto: Cipriano Marín
• Favorecer el equilibrio territorial en la distribución de actividades costeras. • Controlar que la ubicación de un proyecto no implique una sobrecarga o distorsión de las infraestructuras existentes o previstas, o que arrastren efectos no deseados fuera del ámbito de actuación. • Aprovechar las sinergias creadas por actuaciones en curso que sean complementarias o coincidentes con el proyecto a realizar. • Adaptarse a los ámbitos de actuación determinados en el Plan Insular.
OBJETIVOS PRINCIPALES DE ACTUACIONES EN LA COSTA, • Recuperar los conjuntos y elementos históricos que han representado una relación enriquecedora y sensible con el litoral. • Crear un modelo de intervención acorde con la escala insular, basado en la obra pequeña, más cercano a las necesidades y respetuoso con la fragilidad del medio marino. • Fomentar mediante acciones demostrativas las soluciones de tecnología blanda o de bajo impacto. • Promover la creación de un sistema de dotaciones y equipamientos de alta calidad, capaz de revalorizar el entono marino. • Desarrollar soportes que permitan aumentar la diversidad y calidad de la oferta turística y de ocio relacionada con el mar. • Mitigar los efectos negativos causados por actuaciones destructivas precedentes, en especial las derivadas de la obra pública y de la ocupación irregular del ámbito costero. • Rescatar mediante actuaciones de restauración y mejora ambiental, la mayor porción de zonas degradadas del litoral, implementando usos compatibles que hagan viable su ejecución y mantenimiento. • Puesta en valor del sistema de asentamientos tradicionales, preservando su identidad y acometiendo acciones coherentes de diseño que mejoren la escena costera y sus atractivos. • Priorizar las actuaciones en el litoral que mayores efectos multiplicadores posean en la doble vertiente de la integridad medioambiental y del desarrollo económico local. • Coordinar y vertebrar las distintas actuaciones que inciden directamente sobre la costa.
180 El Programa Tenerife y el Mar
Adaptación al lugar • Dimensionar los proyectos y el tipo de usos en función de la capacidad de carga de cada lugar. • Reconocer, potenciar y proteger los recursos naturales existentes, integrándolos como sujetos principales en la concepción del proyecto. De manera especial, esta consideración habrá de extenderse al ámbito submarino. • Control de la puesta en obra, evitando todo tipo de desperfectos y corrigiendo los impactos indeseables. • Reutilización y rehabilitación de los elementos construidos y del patrimonio litoral existente. • Respeto del Dominio Público de Costas, sus Servidumbres de Protección y del Planeamiento vigente. • Adaptación a los criterios de usos expresados en las zonificaciones y determinaciones de los Planes Rectores de los espacios protegidos. • Cumplimiento de la legislación vigente en materia de impacto ambiental. Diseño y ejecución de la obra • Fomentar las tipologías basadas en las arquitecturas marítimas históricas o en la obra local tradicional, como clave de su imagen arquitectónica y como soporte de la imagen litoral. • Utilizar el repertorio de las «secciones constructivas tradicionales» como base de las unidades de actuación. • Primacía en el uso de materiales locales y reciclados, incluyendo en este concepto el reaprovechamiento de los materiales de rechazo en actuaciones precedentes. • Utilizar de forma integral materiales nobles (piedra, madera, metales.) de gran durabilidad, bajo coste de mantenimiento y nobleza de envejecimiento, evitando los acabados en hormigón y materiales «introducidos». • Impedir la generación de canteras y áreas de extracción en el ámbito litoral como
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consecuencia de las intervenciones costeras. Incorporar y mimetizar en la propia obra las infraestructuras de servicios (agua, electricidad, telefonía, canalizaciones). Minimizar la implantación de elementos discordantes con el patrón natural y cultural del entorno paisajístico litoral (báculos, pinturas, tendidos, etc.) Incorporar en el diseño los criterios de mínimo consumo, agua y energía, y de prevención ante la generación de residuos. Utilizar especies propias de las comunidades vegetales costeras locales en los tratamientos de revegetación: tarajal, palmera, balancón, salado, etc. Evitar cualquier tipo de afección al paisaje y a los sistemas naturales subacuáticos. Establecimiento de sistemas de señalización de bajo impacto y eliminación de la publicidad estática.
• Ubicación de los aparcamientos y equipamientos de apoyo fuera del ámbito litoral, en las actuaciones no urbanas. Criterios específicos accesos al mar • Favorecer los accesos ortogonales y erradicar los sistemas innecesarios de colonización de borde mediante paseos y vías
rodadas en zonas no urbanizadas. La interpretación del litoral en transectos verticales permite minimizar el impacto y evita hipotecar el entorno paisajístico. • Actuar sobre trayectos y accesos ya consolidados, evitando la colonización de nuevos espacios. • Reconocer los caminos de costa tradicionales, su trazado, usos y ambiente.
Es necesario fomentar el encuentro entre la obra tradicional, las capacidades de diseño y el empleo imaginativo de las nuevas tecnologías.
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Criterios específicos sobre charcos de pleamar • Utilizar los sistemas pasivos de captación para las funciones de llenado y renovación del agua, sin concurso de maquinaria y energías convencionales, excepto complementos puntuales en base a fuentes de energía renovables (viento). • Estar localizados entre el horizonte superior de la zona infralitoral y el horizonte inferior de la zona mesolitoral, forma tal que la obra submarina introducida no supere los 2-3 m. • Que el uso de baño no interfiera o degrade el medio marino adyacente. • Asegurar en la modificación o diseño la renovación periódica del agua, magnificando la orientación y cota del sistema de captación del charco para disponer de un agua de calidad, evitando la eutrofización del mismo. • Posibilitar la creación de microambientes (grietas, extraplomas, cornisas, cavidades, superficies rugosas o depósito de piedras en el fondo) que sin suponiendo un riesgo para el uso público, mantenga la diversidad del medio.
• Basarse en el estudio de los regímenes de oleaje que correspondan a cada orientación de costa, como factor determinante para el dimensionado del charco. • Dotarse de un estudio biológico e que permita orientar las actuaciones en charcos, manteniendo y/o restaurando la riqueza y diversidad de su entorno. Criterios específicos sobre paseos litorales • Actuar preferentemente sobre fachadas urbanas degradadas y consolidar paseos peatonales como alternativa a la existencia de vías rodadas en el borde litoral. • Garantizar la mayor superficie posible de litoral, recuperando en el trazado la mayor porción posible de espacio costero. • Situar los equipamientos tras o bajo el paseo y fuera del ámbito de litoral. • Adaptación del acceso de la sección y el trazado a la orografía del terreno.
La restauración litoral se conver tirá en una de las grandes tareas y campos de actuación en el siglo XXI. Foto: Erika Urquiola
• Utilización de materiales nobles y duraderos y definición de bordes con barandillas que no dificulten las vistas. • Integración del mobiliario urbano (báculos, luminarias, bancos, etc.) en el referente litoral, evitando la contaminación lumínica y visual. Criterios específicos de restauración litoral Se caracterizarán por el mantenimiento y restauración de los elementos esenciales que conforman la diversidad de ambientes costeros insulares: rasas marinas • fondos de arena, en especial los cubiertos por sebadales. • las pequeñas playas de arenas o callaos. • cantiles costeros • tramos litorales de la desembocadura de los barrancos.
182 El Programa Tenerife y el Mar
Se hará especial hincapié en la restauración de áreas degradadas por las obras de infraestructura en la costa y en la zonas de ocupación indiscriminada del medio marino. Criterios específicos sobre acondicionamiento de playas • Prevenir las disfunciones sedimentarias que puedan ocasionar las obras de infraestructura de acondicionamiento en playas. • Evaluar las distintas alternativas de diques y espigones, con reconocimiento exhaustivo de la dinámica costera, de tal forma que se mantengan los parámetros paisajísticos, dando especial importancia al mantenimiento de «formas aisladas».
• Adaptar el diseño de los diques, valorando las vistas del horizonte y ajustando su coronación a la línea de la bajamar en la medida de lo posible. • Evitar la ubicación de diques y espigones en entornos sedimentarios de alto valor. • Evitar la construcción de playas artificiales en entornos de alta productividad biológica. • Impedir el dragado de zonas arenosas cubiertas por sebadales. • Garantizar el respeto y protección de hábitats singulares de interés, como rasas intermareales, playas de callaos, salientes rocosos, cantiles, cuevas y demás elementos morfológicos costeros de importancia, que deberán incorporarse al diseño de la propia playa.
• Conservación de los hitos y elementos patrimoniales costeros. • En caso necesario, las aportaciones de arena deberán ser de características similares a la del lugar, garantizando el mínimo impacto sobre el lecho submarino del que se extrae. • Protección de la zonas idóneas para la práctica del surf y otros deportes náuticos. Criterios específicos sobre playas en los frentes urbanos Adaptación a los criterios y recomendaciones expresadas en el manual de FEEC para la concesión del distintivo de Banderas Azules.
REDUCIR Y MITIGAR LOS IMPACTOS EN EL LITORAL El proceso de ocupación litoral motivado por el conjunto de obras y edificaciones ha generado una transformación importante de la fachada costera de Tenerife. No sólo se han producido toda una serie de impactos en la costa por las obras vinculadas directamente al proceso urbanizador, sino en paralelo por el trazado de las infraestructuras (viarios, tendido de redes, obras marítimas, etc.) e indirectamente por la saca de material de construcción o por el simple vertido de los restos de las propias obras. El proyecto Coastwatch realizado por la Asociación Tinerfeña de Amigos de la Naturaleza (ATAN) ha puesto de manifiesto la existencia de 96 zonas litorales afectadas. El Programa Tenerife y el Mar identifica 48 impactos de importancia ocasionados por el trazado viario que ha de ser corregidos. En el apartado de Impactos por Obras y Edificaciones resulta patente el modelo de ocupación urbanística de la década de los 70-80, basado en grandes edificios en altura en primera línea de costa, de los que incluso subsisten estructuras abandonadas sobre acantilados como monumentos al desatino.
Edificios al borde del paisaje protegido de la Costa de Acentejo. En la imagen se puede observar de forma clara el efecto de los vertidos y derrubios sobre en el acantilado.
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EL DERECHO DEL MAR
DE LA DEFENSA DEL MAR A LA P ROTECCIÓN INTEGRAL DE LOS RECURSOS MARINOS
E
l mar ha sido contemplado tradicionalmente por el hombre como una despensa inagotable de recursos alimenticios, posteriormente como el espacio al que verter todos los
residuos de una sociedad internacional en proceso galopante de industrialización y, por último, simplemente como el gran desconocido y, por tanto, el que puede ofrecer riquezas aún por descubrir. Pese a resistencias ideológicas y a una denostada imposibilidad física de apropiación soberana del mar, lo cierto es que prácticamente todos los mares de nuestro planeta han tenido un buen número de pretendientes con intenciones y argumentos, las más de las veces, de dudoso origen y finalidad. Aún así, se estableció la consuetudinaria opción de que la libertad de los mares, significaba la libertad de servirse de éste para los diversos usos de que es susceptible: navegación, pesca, recreo, investigación etc. Este concepto de la libertad del uso de los mares, ha ido acotando su extensión, a medida que la ciencia y la tecnología avanzaban en el campo de la extracción de recursos del medio marino, poniendo al descubierto inmensas riquezas susceptibles de apropiación.
En 1945 una declaración unilateral de Estados Unidos, bajo la Presidencia de Truman, de apoderarse de los recursos del suelo y del subsuelo de la plataforma continental adyacente a su territorio, desencadenó un movimiento internacional de apropiación de zonas de aguas marítimas. La creciente preocupación por evitar apropiaciones masivas y desarticuladoras del Derecho Internacional, que trataba de ganar credibilidad y eficacia, es el motivo último que propició un fuerte movimiento codificador. Así, el derecho Internacional en materia del mar va avanzando lentamente hacia la idea de codificación, sustentado en gran medida por la depuración y determinación de conceptos que las Conferencias Internacionales sobre materia de Pesca iban aportando como precursoras en este movimiento. No obstante, es en la segunda mitad de este siglo cuando se comienza a protocolizar convenios internacionales bilaterales y
El Convenio de Montego Bay o Convención de la Naciones Unidas sobre el derecho del Mar, dota por vez primera de una identidad precisa al mar. Foto: Alber to Luengo.
206 Derechos del Mar
Los fondos marinos representan las “nuevas fronteras de la humanidad”, lo que plantea la necesidad de avanzar a un régimen jurídico internacional que contemple su categoría de patrimonio común de la humanidad.
multilaterales cuya finalidad radica en la prevención de la contaminación originada por el transporte marítimo internacional, tras detectar las nefastas consecuencias que ocasiona el derrame de petróleos crudos en el mar por prácticas marítimas indeseables y accidentes de gran escala. Es también en este mismo tiempo cuando se comienza a alertar sobre los límites que presentan los recursos biológicos marinos ante extracciones cada vez más sofisticadas y de mayor potencia, previendo ya la necesidad de establecer imposiciones relativas a «paros biológicos» y fronteras a las capturas en los caladeros mundiales más importantes. El año 1982 es una fecha destacable en este proceso al quedar abierto a la firma de los estados, después de distintas sesiones (Ginebra, Nueva York, Caracas...) de la III Conferencia del Derecho del Mar, la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar,
conocido como Convenio de Montego Bay (Jamaica). Este convenio viene a normativizar y a imponer claridad terminológica en conceptos tales como Mar Territorial, Aguas Interiores, Zona Contigua, Zona Económica Exclusiva, Plataforma Continental, Alta Mar y los Fondos Marinos1 , que venían arrastrándose sin una definición precisa desde muchas décadas antes. La noción de fondos marinos es la última aportación que trata de poner límites administrativos al mar dada las posibilidades técnicas de explotación de las innegables riquezas naturales que en ellos se esconden. Los fondos marinos representan la «nueva frontera de la humanidad», por ello se ha puesto en primer plano la necesidad de llegar lo más rápidamente posible a un régimen jurídico internacional de los mismos que conlleva un régimen declaratorio de principios de gran trascendencia:
Foto: Alber to Luengo
• Son patrimonio común de la humanidad. Todos los derechos sobre los recursos pertenecen a toda la humanidad, en cuyo nombre actuará la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos. • Las actividades en los fondos marinos se realizarán dé manera que fomenten el desarrollo saludable de la economía mundial y el crecimiento del comercio internacional. En todo este proceso los territorios insulares han jugado un destacado papel histórico a los que en la actualidad se le suman otras importantes funciones como es la constitución sobre los mismos de declaraciones de reservas genéticas mundiales y la fijación de un espacio propio en el marco internacional para la solución de problemas específicos que difieren en gran medida de los planteados en los territorios continentales.
207
La delimitación de aguas marítimas a través de Convenios Internacionales ha cedido siempre un «espacio dialéctico» en sus discusiones, a la cuestión de los archipiélagos e islas, por la conflictividad intrínseca que presentan cuando su situación geográfica es próxima a territorios continentales y su soberanía no es compartida. Esta situación es particularmente relevante en el Archipiélago Canario que en la actualidad todavía no posee un régimen jurídico acorde y propio para la delimitación de sus aguas más próximas, encontrándonos con situaciones tan absurdas como la inexistencia de aguas interiores en islas como La Gomera, por citar sólo un ejemplo, y por ende, la imposibilidad para el Gobierno de Canarias de extender, de modo formal y con plenitud, sus competencias en materia de pesca, paso marítimo, contaminación, establecimiento de reservas marinas, etc. La cuestión para Canarias se complica por la legislación nacional existente en esta materia. Así, mediante Decreto de 5 de Agosto de 1977, se establecen los puntos más salien-
Foto: Jorge P. del Pino
tes de la costa sobre los que han de trazarse las líneas de base rectas que, junto con la línea de bajamar escorada han de constituir la línea y por consiguiente el límite interior sobre el que ha de medirse el mar territorial español previamente fijado por Ley 10/77, de 4 de Enero, del mar territorial. De acuerdo con este Decreto, las líneas se trazaron isla por isla sin concesión alguna al principio archipielágico. El problema tanto para Canarias como para Baleares, se complica con la promulgación de la Ley 15/78, de 20 de Febrero, sobre regulación de la zona marítimo económica, que estableció una zona económica exclusiva de 200 millas, que en el caso de los archipiélagos se medirán no a partir de las líneas de base insulares, sino a partir del perímetro archipielágico, es decir de la línea que une los puntos más salientes de cada archipiélago. Esto plantea una contradicción entre ambas leyes, ya que resultaría de su aplicación, un límite interior distinto para medir el mar territorial y la zona económica exclusiva. Algunos tratadistas dicen que está contradic-
Canarias no posee hasta el momento un régimen jurídico apropiado para la delimitación de sus aguas más próximas.
208 Derechos del Mar
Foto: Archivo de la Autoridad Por tuaria
En la situación actual de delimitación de aguas marítimas aparecen situaciones tan absurdas como la inexistencia de aguas interiores en una isla como La Gomera.
ción se resuelve en favor de la ley más reciente, y por tanto, es de aplicación el perímetro archipielágico para definir las aguas marítimas en los archipiélagos españoles. Esta misma definición se ha utilizado en otros archipiélagos de Estado como las Azores y Galápagos por ejemplo. Otros tratadistas dicen que el mar territorial de los archipiélagos españoles es el de las líneas de base rectas establecidas y ello no por no haber desarrollado reglamentariamente la Ley 15/78, sino por la razón menos circunstancial de que esta ley no se acomoda al nuevo derecho del mar establecido en el Convenio de Montego Bay de 1982. Esta situación, que va camino de convertirse en endémica, ha sido tratada en varias ocasiones en el parlamento nacional con resultados negativos en cuanto a la posibilidad de variar la tendencia de incertidumbre apun-
Foto: Museo de Ciencias Naturales
La Convención del Derecho del Mar destina 45 ar tículos a la protección y preservación del medio marino.
Foto: Alber to Luengo
La prevención de la contaminación marítima se ha conver tido en uno de los grandes retos del próximo milenio.
Foto: Museo de Ciencias Naturales
tada, aunque todavía dará mucho que hablar en el futuro. Por otro lado, los cientos de conflictos jurídicos internacionales abiertos por cuestiones de delimitación de espacios marítimos nos recuerdan lo lejos que nos encontramos aún de aceptar unas normas sólidas a las que se deberán atener todos los Estados ribereños. Pero la problemática del mar no acaba sólo con la definición de las líneas administrativas que marcan la soberanía y el ejercicio de competencias exclusivas, sino que puede abordarse, como hemos apuntado, desde otras muchas visiones que tienen también un componente jurídico claro. Así, la contaminación de los mares y su prevención, tanto la producida por los vertidos desde el mar como desde la tierra, es uno de los grandes retos mundiales que pasaran a ser determinantes en el
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próximo milenio. Ya el Convenio de Montego Bay acomete de un modo decisivo el problema de la contaminación de los mares presentando dos definiciones: «Por contaminación del medio marino se entiende la introducción por el hombre directa o indirectamente, de sustancias o de energía en el medio marino incluidos los estuarios, que produzca o pueda producir efectos nocivos tales como daños a los recursos vivos y a la vida marina, peligros para la salud humana, obstaculización de las actividades marítimas, incluidos la pesca y otros usos legítimos del mar, deterioro de la calidad del agua del mar para su utilización y menoscabo de los lugares de esparcimiento». «Por vertimiento se entiende la evacuación deliberada de desechos u otras materias desde buques, aeronaves, plataformas u otras construcciones en el mar, así como, el hundimiento deliberado de los mismos».
• Evaluación ambiental de los riesgos de contaminación del medio marino o sus efectos. • Obligación para los Estados de dictar leyes y reglamentos para prevenir, reducir y controlar la contaminación del medio marino procedentes de vertimientos y fuentes de contaminación terrestres. Por otro lado, este mismo Convenio dedica 45 artículos a la «Protección y preservación del medio marino» entre los que destacamos algunos de sus rasgos más relevantes: • Obligación de proteger y preservar el medio marino. • Explotación de sus recursos naturales con arreglo a su política en materia de medio ambiente. • Cooperación en el plano mundial y regional. • Asistencia científica y técnica a los Estados en desarrollo.
Pero la problemática del mar tiene otro espacio de gran trascendencia en el que se ponen de manifiesto las políticas soberanas por excelencia: el espacio litoral. La preservación de estos espacios adquiere mayor relevancia cuando se constata que la diversidad biológica y paisajística de los mismos debe competir con las apetencias que despierta para la población y las actividades económicas en cuanto a lugar para su establecimiento. La protección efectiva del dominio público marítimo-terrestre es uno de los pilares
La conformación de la red europea Natura 2000 constituye una vía de futuro para la preservación de los espacios marinos y litorales de interés comunitario. En la fotografía la Punta del Sabinal en Anaga, único sabinal costero de la isla.
210 Derechos del Mar
Foto: Alber to Luengo
sobre los que descansa el régimen jurídico instaurado con la Ley 22/1988, de 28 de Julio, de Costas, y su Reglamento general para desarrollo y ejecución aprobado por Real Decreto 1471/1989, de 1 de Diciembre. Las medidas que se establecen en la Ley de Costas para la efectiva protección del dominio público marítimo-terrestre (en adelante DP-MT), aparecen en el texto legal como una sucesión de pasos, cuya finalidad es la obtención de un sistema de regímenes diversos que confluyen en la depuración técnica de las determinaciones que afectan a su uso, defensa y protección, desde la perspectiva de las obras, ocupaciones, accesos, actividades, paisaje, ecosistemas marinos, etc. Es en la Exposición de Motivos de la Ley de Costas donde se identifica con mayor claridad el espíritu legal de estas medidas protectoras cuando versa: «El fenómeno de destrucción y privatización del litoral, que amenaza extenderse a toda su longitud, exige de modo apremiante una solución clara e inequívoca, acorde con la naturaleza de estos bienes, y que, con una perspectiva de futuro, tenga como objetivos la defensa de su equilibrio y su progreso físico, la protección y conservación de sus valores y virtualidades naturales y culturales, el aprovechamiento de sus recursos, la garantía de su uso y disfrute abierto a todos, con excepciones plenamente justificados por el interés colectivo y estrictamente limitadas en el tiempo y en el espacio, y con la adopción de las adecuadas medidas de restauración». En consecuencia con el espíritu legal reflejado en el preámbulo, es objeto de la Ley de Costas, no sólo la determinación, utilización y policía del dominio público marítimoterrestre, sino a los efectos que nos interesan, la protección. El objeto de la Ley se convierte en un principio inspirador y finalista de toda la práctica administrativa en materia de costas, y en mandato para la actuación de los poderes públicos en aras de conseguir una serie de fines entre los que destacamos:
La diversidad biológica y paisajística del espacio litoral debe competir con el desarrollo de las actividades económicas y las apetencias de la población.
• Asegurar la integridad del DP-MT y adecuada conservación, adoptando en su caso, las medidas de protección y restauración necesarias. • Regular la utilización racional de estos bienes en términos acordes con su naturaleza, sus fines y con el respeto al paisaje, al medio ambiente y al patrimonio histórico. • Conseguir y mantener un adecuado nivel de calidad de las aguas y de la ribera del mar. El reconocimiento y extensión física de todos y cada uno de los bienes que integran el
Foto: Museo de Ciencias Naturales
DP-MT resulta clave para instrumentar con efectividad las medidas de protección. El deslinde, acto fundamental en la definición del dominio público, se limita a la constatación de la realidad física acorde con la extensión e interpretación de los preceptos cuyo destino es designar aquellos componentes de la geografía litoral que deben ser incluidos en el dominio público. Es con la aprobación definitiva y publicación del deslinde cuando se sienta el primer acto que conforma una efectiva protección del
La protección de los recursos marinos puede realizarse a través de dos técnicas jurídicas básicas: el establecimiento de medidas destinadas a la conservación de la biodiversidad marina y la declaración de zonas protegidas.
Foto: Alber to Luengo
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dominio público y, asimismo, cuando se sientan las bases de la seguridad jurídica para todos los actos posteriores que afecten al litoral. Sobre la base de un deslinde aprobado conforme a las determinaciones que configuran el dominio público, es cuando se puede regular de manera certera, las condiciones básicas que garantizan la igualdad de todos los Españoles en el ejercicio a disfrutar de un medio ambiente adecuado a la persona en relación con el DP-MT. La protección básica del Medio Ambiente en lo que afecta al DP-MT, legítima de igual modo, todas las normas destinadas a garantizar la utilización pública, libre y gratuita del dominio, el régimen jurídico de aquellos usos y ocupaciones que contradicen este fundamento y la imposición de servidumbres sobre los terrenos colindantes al mismo. Por tanto, las limitaciones impuestas a los terrenos colindantes con el dominio público y a las facultades dominicales de sus propieta-
rios en cada una de las servidumbres establecidas al efecto, ostentan el carácter de regulación mínima y complementaria de la que dicten las Comunidades Autónomas en el ámbito de sus competencias.
Las medidas de protección establecidas en la legislación sobre costas, comprenden la defensa de su integridad y de los fines de uso general a que está destinado; la preservación de sus características y elementos naturales y la prevención de las perjudiciales consecuencias de obras e instalaciones. Cuando los usos puedan producir daños y perjuicios sobre el dominio público, se faculta a la administración del Estado para exigir al solicitante la presentación de cuantos estudios y garantías económicas se determinen reglamentariamente para la prevención de aquellos, la reposición de bienes afectados y las indemnizaciones correspondientes2 . La aplicación rigurosa de las técnicas empleadas en los estudios de impacto ambiental se presenta como el método más adecuado para la prevención e imposición de medidas protectoras y correctoras en las obras y acti-
«El fenómeno de destrucción y privatización del litoral, exige de modo apremiante una solución clara e inequívoca, acorde con la naturaleza de estos bienes». Esposición de motivos de la Ley de Costas. En la imagen, la desaparecida playa del Tambor en la costa de Granadilla.
212 Derechos del Mar
Foto: Alber to Luengo
La declaración de espacios naturales marítimos protegidos tiene su apoyo legal en la Ley 4/1989.
vidades con incidencia sobre los recursos naturales del litoral. Las determinaciones proteccionistas de la legislación de costas no acaban sólo con las planteadas, sino que a lo largo de la misma podemos apreciar otras imposiciones como las siguientes: • Deberán prever la adaptación de las obras al entorno en que se encuentren situadas y, en su caso, la influencia de la obra sobre la costa y los posibles efectos de regresión de ésta. • Para la creación y regeneración de playas se deberá considerar prioritariamente la actuación sobre los terrenos colindantes, la supresión o atenuación de las barreras al transporte marino de áridos, la aportación artificial de éstos, las obras sumergidas en el mar y cualquier otra actuación que suponga la menor agresión al entorno natural. • Los paseos marítimos se localizarán fuera de la ribera del mar y serán preferentemente peatonales
• Cuando el proyecto contenga la previsión de actuaciones en el mar o en la zona marítimo-terrestre, deberá comprender un estudio básico de la dinámica litoral, referido a la unidad fisiográfica costera correspondiente y de los efectos de las actuaciones previstas. El estudio básico de la dinámica litoral se acompañará como anejo de la Memoria, y comprenderá los siguientes aspectos: • Estudio de la capacidad de transporte litoral. • Balance sedimentario y evolución de la línea de costa, tanto anterior como previsible.
Foto: Museo de Ciencias Naturales
• Clima marítimo, incluyendo estadísticas de oleaje y temporales direccionales y escalares. • Batimetría hasta zonas del fondo que no resulten modificadas, y forma de equilibrio, en planta y perfil, del tramo de costa afectado. • Naturaleza geológica del fondo. • Condiciones de la biosfera submarina. • Recursos disponibles de áridos y canteras y su idoneidad, previsión de dragados o trasvase de arenas. • Plan de seguimiento de las actuaciones previstas. • Propuesta para la minimización, en su caso, de la incidencia de las obras y posibles medidas correctoras y compensatorias. Éstas y otras medidas como el establecimiento de los accesos al mar, el mantenimiento de la aportación de áridos a la desembocadura de los cauces, la prohibición de cerramientos y edificación residencial, la 213
construcción o modificación de vías interurbanas, las actividades que impliquen la destrucción de yacimientos de áridos, el tendido aéreo de líneas eléctricas de alta tensión, y el vertido de residuos, escombros y aguas residuales sin depuración, son otras de las variadas cuestiones que tienen repercusión directa sobre el medio ambiente costero y que la legislación de costas entra a regular. Sin embargo, las medidas establecidas por la legislación básica han sido insuficiente para atender las peculiaridades físicas de nuestro territorio insular y la multiplicidad de intereses, muchas veces encontrados, que derivan de la actividad turística y la dinámica de crecimiento de los asentamientos poblacionales en relación con la conservación de los recursos naturales del litoral. Esta carencia debe traducirse en la necesidad de desarrollar la legislación básica para regular, con mayor rigor, situaciones como las producidas por
las intervenciones públicas y privadas en la ribera del mar (puertos deportivos, playas y diques artificiales, etc.) y en la coronación de los acantilados, así como, dotarse de medidas tendente a ampliar la servidumbre de protección en espacios que cuentan con una alta densidad de ocupación o con recursos naturales dignos de preservación. En esta última década se ha demostrado sobradamente que la intervención en la costa de Tenerife realizada desde el respeto a la configuración física del litoral y los recursos naturales existentes, produce unos resultados mucho más satisfactorios que las grandes obras marítimas con capacidad para transfigurar por completo el espacio costero. Las determinaciones y directrices de los Planes Insulares de Ordenación3 de las distintas islas, reconocen en gran medida esta situación de partida, por lo que su aprobación puede completar las carencias de la legislación bá-
El Barrio pesquero de San Andrés y la playa de las Teresitas en los años cincuenta. Foto: Archivo de la Autoridad Por tuaria de Santa Cruz de Tenerife
214 Derechos del Mar
sica y dar respuesta a determinados problemas producidos en la costa que son acuciantes en nuestra Comunidad. La utilización del dominio público litoral, que será pública y gratuita para los usos comunes y acordes con su naturaleza, nos conecta con las necesidades de ocio, esparcimiento y tiempo libre que demanda la población canaria en la costa. En este sentido, algunas de las prohibiciones impuestas por la Ley y Reglamento de costas, se han visto materialmente imposibilitadas para su imposición efectiva debido al desbordamiento de todas las previsiones en relación con el crecimiento desmesurado de actividades y usos relacionados con los campamentos de turismo y acampadas, cuya falta de regulación autonómica resulta inadmisible. Pero salvando las medidas encaminadas a evitar la contaminación del medio marino, que por otro lado son generales y se arbitran frente a cualquier recurso, la protección de los recursos marinos puede realizarse a través de dos técnicas jurídicas básicas: el establecimiento de medidas destinadas a la conservación de la biodiversidad marina y la declaración de zonas protegidas. La aplicación de la primera de las técnicas ha tropezado en nuestra Comunidad Autónoma, como ya comentamos, con la insuficiente regulación de las aguas territoriales canarias, de tal modo que, como las competencias exclusivas en materia de pesca y marisqueo son las relativas a las aguas interiores y éstas se reducen a una pequeña porción del territorio marino adyacente a nuestras islas, el resultado es la continua fricción entre la aplicación de medidas de conservación más allá de estos estrictos límites y la invasión de espacios cuya tutela y competencias corresponde al Estado. Esta situación es particularmente delicada en lo que se refiere a los cetáceos4 , cuyo régimen jurídico protector ha sido abordado por la Comunidad Autónoma desde la regulación indirecta de los usos turísticos al carecer de título habilitante para proceder a su conservación de modo directo por encontrarse
en aguas exteriores, situación que se reproduce con los atunes en su paso migratorio por Canarias. Todo ello se traduce en las dificultades para declarar una reserva marina autonómica cuando ésta extiende sus límites más allá de la costa y aguas interiores. Por otro lado, las medidas de protección de las especies marinas se llevan a cabo desde la perspectiva de su interés como recurso pesquero, deportivo o recreativo, faltando medidas normativas de conservación «estrictu sensu». A tal efecto, la realización de los catálogos regionales de especies marinas amenazadas, que cuentan ya con avanzados estudios, y su traslación normativa resulta crucial como base de partida en la conservación de las mismas. En cuanto a la segunda de las técnicas mencionadas, a expensas de una regulación propia, la declaración de espacios naturales marítimos protegidos tiene su apoyo legal en la Ley 4/19895, correspondiendo a las Comunidades Autónomas su declaración cuando afecte a los bienes señalados en el artículo 3 de la Ley de Costas6 y a las aguas interiores. La Ley de Espacios Naturales de Canarias7 permite en su artículo 8.1 asignar directamente la categoría de espacio natural protegido para cualquier zona de las aguas interiores de las islas, como antes se señaló. El único espacio natural que comprende a los recursos marinos es el Parque Natural del Archipiélago Chinijo en la isla de Lanzarote, cuyos límites ocupan las aguas interiores adyacentes, aunque la aplicación de medidas prácticas de conservación distan mucho aún de tener la efectividad necesaria, por lo que se recurrió al establecimiento de una reserva marina de interés pesquero en sus aguas8 . Otro espacio marino con régimen de conservación es el establecido en la isla de El Hierro9 , si bien su perspectiva sigue siendo desde la óptica del interés pesquero, aunque como ya decíamos, estas medidas contribuyen de modo indirecto a la conservación de los recursos marinos.
La aplicación de medidas destinadas a la conservación de la biodiversidad marina se enfrentan con el problema de la insuficiente regulación de las aguas territoriales canarias.
Por último, conviene hacer referencia a las nuevas vías que establece el Real Decreto 1997/1995, de 7 de diciembre de 1995, por el que se establecen medidas para contribuir a garantizar la biodiversidad mediante la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres, en cuanto a la posibilidad de establecer medidas de conservación sobre hábitats naturales y especies de interés comunitario confomando la red ecológica europea «Natura 2000». En los Anexos de este decreto se señalan hábitats costeros, cuevas marinas y especies animales marinas que requieren una protección estricta como el género cetacea y un buen número de tortugas, que aparecen perfectamente representados en Canarias y, por tanto, susceptibles de integrarse en la red natura 2000. Lo relevante de esta medida normativa es que cuando la Comisión Europea apruebe la lista de lugares de importancia comunitaria, de acuerdo con una previa lista que actualmente se tramita, corresponde a las Comunidades Autónomas la declaración de tales lugares como zonas especiales de conservación, debiendo arbitrar medidas de conservación necesarias para el mantenimiento o restablecimiento favorable de los hábitats o especies designadas, en función de las amenazas de deterioro y destrucción que pesan sobre ellos, en un plazo máximo de seis años.
Foto: Jorge P. del Pino
Con la aplicación de este decreto se faculta a la Comunidad Autónoma Canaria para el establecimiento de medidas de protección y gestión sobre espacios marítimos que en la actualidad aparecen vedados, en virtud de la problemática que indicabamos al comienzo de este epígrafe. Por ello, aunque la aplicación de este decreto no desemboque en la creacion de reservas marinas tal y como las entendemos hoy, sin embargo se establecen importantes medidas de intervención sobre espacios marinos para la Comunidad Autónoma.
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Denominados Zona en el Convenio de Montego Bay. 2 Artículos 20, 36 y 39 del Real Decreto 1471/1989. 3 El Programa Operativo «Tenerife y el Mar», se presenta como el Programa de Actuación del Plan Insular de Tenerife en materia de costas. 4 El Archipiélago Canario representa en el contexto nacional, uno de los lugares de mayor importancia para la observación de los cetáceos, sin olvidar la existencia de poblaciones permanentemente asentadas en las proximidades del litoral canario. 5 Ley 4/1989, de 27 de marzo, de conservación de los Espacios Naturales y de la flora y fauna silvestres. 6 Ver Sentencia del Tribunal Constitucional de 26 de junio de 1995, sobre la Ley 4/1989. 7 Ley 12/1994, de 19 de diciembre, de Espacios Naturales de Canarias. 8 Decreto 62/1995, de 24 de marzo. 9 Decreto 30/1996, de 26 de febrero, por el que se establece una reserva marina de interés pesquero en la isla de El Hierro, en el entorno de la Punta de la Restinga, Mar de las Calmas.
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Foto: Erika Urquiola
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