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El corazón de la escuela: el Monitor
Fiorela Cano Quintanilla Directora de la Escuela Taller de Arequipa. Período 2014-2018
Al ingresar por primera vez a la escuela taller buscas el lugar donde entender lo que aprenderás; aparece el taller, un lugar lleno de materiales, máquinas, madera, fierro, plantas, cemento, sillar y, te llenas de preguntas.
Te recibe tu monitor con una gran sonrisa que te da tranquilidad y, junto a su pasión por explicarte lo importante de cada herramienta, equipo e insumo, te hace sentir cómodo pero con muchas más interrogantes. Terminó el primer día y deseas seguir viniendo, ahora comienzas a ver a tu alrededor más detenidamente, no sabias que habían tantas cosas que tú también puedes hacer, cada moldura, cornisa, losa de sillar te genera entusiasmo y admiración; reconoces los tipos de puertas, maderas, acabados que se aplicaron. Ahora vas todos los días a la plaza de armas de la ciudad y ahí puedes ver, con otra mirada distinta, las bancas forjadas y el fierro fundido del Tuturutu, deseas hacer ahora tus propias creaciones con hierro, yunque y martillo. Te toca conocer Chilpinilla, aprendes a hacer injertos y piensas, creo que puedo hacerlo también en casa, la gran sonrisa se convierte en palabra que te dice: todo se puede. Te sientes en casa.
Te dicen que realizarán una gran reunión por navidad, todos participan; la sonrisa, la palabra se juntan a una mano fuerte para armar una gran mesa donde abundan las risas, chocolate y panetón, ya llevas un año en la escuela.
A veces te sientes triste, no te va muy bien en casa, pero deseas ir a la escuela y llegas temprano; un gran corazón se junta al tuyo y te pregunta en qué sueñas, no sabes qué responder, te cuenta sus sueños y te dice, te ayudo a hacer los tuyos realidad, todo va a estar bien. No te diste cuenta y ya estás por terminar los dos años.
Por primera vez te pondrás un terno, tienes muchos amigos, entre todos se animan y ayudan para estar impecables, la sonrisa, la palabra, la mano fuerte, el corazón noble está ahí, siempre estuvo ahí, desde el día que empezaste en la escuela, y hoy te dice estoy muy orgulloso/a de ti, tienes una gran familia, solo atinas a decir, ¡Gracias Monitor!
¡Gracias Monitora!