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Construyendo memoria y comunidad

Solsiré Cusicanqui Marsano. Directora del Proyecto de Investigación Arqueológica Colina de Santa Apolonia

“No se quiere lo que no se conoce”. Esta frase la repetimos en Perú cuando nos enfrentamos a la destrucción de nuestro patrimonio, especialmente en los últimos años donde se han perdido cientos de sitios arqueológicos. Este pasado desconocido y, también, devaluado por los mismos herederos es el resultado de años de una educación centrada en mirar hacia afuera y no regresar a entender, querer y salvaguardar lo local, lo nuestro.

El trabajo con los alumnos de la Escuela Taller San Antonio de Cajamarca en los proyectos arqueológicos ha logrado generar ese vínculo con un pasado que se convierte en presente, en palpable y que conecta profundamente a las y los cajamarquinos con su memoria histórica. No puede existir mayor emoción que la de ver un objeto labrado hace 2000 años siendo desenterrado con cuidado y respeto por los alumnos. Presenciar este proceso me ha transformado profundamente, como arqueóloga y académica. La arqueología de puertas abiertas para y con la población ha sido y es el principal objetivo de esta alianza realizada con la Escuela Taller, sobre todo porque este proyecto se da en un sitio de la memoria, para los cajamarquinos y para los peruanos, un monumento emblemático en medio de la ciudad de Cajamarca.

Democratizar la ciencia. No solo es necesario conocer este patrimonio, sino también contar con las herramientas para valorarlo, estudiarlo y contribuir con el conocimiento de su propio pasado. Gracias a esta visión se han generado alianzas que permiten la creación de laboratorios especializados y la capacitación en diversas materias para que sean los alumnos quienes en el futuro (esperemos cercano) se encarguen de estudiar y salvaguardar su historia, historia que se ira construyendo y enriqueciendo con su trabajo.

La Escuela Taller es un espacio de encuentro, como lo fue históricamente la ciudad de Cajamarca, un encuentro que nos permite reflexionar sobre nuestra propia identidad de la mano con la investigación y la capacitación. Un encuentro de los alumnos con su memoria prehispánica, con su identidad histórica que se incorpora a su identidad actual; y un espacio de reivindicación de lo nuestro dónde, tanto alumnos como monitores e investigadores, construimos comunidad mientras cuidamos del patrimonio que se nos fue dado por aquellos lejanos abuelos y abuelas. Antepasados que nos cuentan sus historias, nos enseñan, y nos llenan de orgullo y cariño por nuestra tierra y, sobre todo, por su gente que sigue construyendo memorias.

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