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El síntoma Mª VICTORIA GRAÑA LAGUZZI

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Coda

Coda

Este texto audiovisual nace de la reflexión más arrancada de la crisis. Se mezclan el desasosiego, el llamado a estar presente, poner el cuerpo y la necesidad de contacto. Puntualmente trabajar en la salud en época de pandemia ha sido muy intenso: enfrentar el miedo, caminar en la línea de lo irreal un día a la vez, como náufragos esperando algo en la anomia. Ver, en todo nivel, cómo en el río revuelto se iban marcando las pautas, varias injustas; y seguir, porque hay que seguir, aunque doliendo. Poner todas las herramientas sobre la mesa, sin dudarlo, hasta que la mente grite basta. La belleza fugada de lo cotidiano y la perspectiva nublada. Los recursos y su falta.

Predecir el desamparo de quien se encuentra vulnerable y aun así a veces no llegar a tiempo, no tener la fuerza; la indignación, la impotencia, el conflicto continuo. La crisis hizo caer el velo y nos enfrentamos a la desigualdad más cruda; la apatía: un tejido histórico que no incluye a todos en su futuro, así como no lo ha hecho antes. Un uróboro dialéctico y narcótico frente a nuestras narices, cayendo o no. La pandemia es solo un síntoma. Los locos, los marginales, los viejos: aislados y peligrosos en esta sociedad que evita enfrentar su herida, la enfermedad y las revelaciones que supuran de ella. No es aleatoria la distancia, es política. Invito a una reflexión crítica que nos interpele en la sensibilidad, en el reconocimiento de nuestros privilegios y la realidad histórica que nos ha construido; incluyendo una mirada interseccional para buscar respuestas más humanas, asumiéndonos parte responsable de la construcción de un relato más auténtico y representativo.

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