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Los precios internos

La evolución de la inflación a nivel mundial y regional ha estado determinada por la interacción de factores de oferta y demanda, cuya importancia relativa ha cambiado a lo largo del tiempo

En el primer semestre de 2022 la inflación regional mantuvo una trayectoria ascendente

El comportamiento de la inflación ha sido generalizado en la región, aunque con diferencias entre subregiones y países

El incremento de la inflación se ha presentado de manera diferente en los distintos componentes del índice de precios al consumidor, y es mayor en el caso de los bienes transables, en especial la energía y los alimentos

Pese a la reducción observada en la inflación en el segundo semestre de 2022, se espera que durante 2023 esta variable se mantenga en niveles superiores a los de prepandemia

Bibliografía

La evolución de la inflación a nivel mundial y regional ha estado determinada por la interacción de factores de oferta y demanda, cuya importancia relativa ha cambiado a lo largo del tiempo

Como se señaló en el Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2022 (CEPAL, 2022), diversos factores han explicado el alza que ha experimentado la inflación en el mundo, incluida la región, en 2021 y 2022. Por el lado de la oferta, destacan las persistentes interrupciones que han afectado las cadenas de suministro globales (con sus consecuencias sobre la oferta mundial) y el aumento registrado en los precios de los bienes primarios, en especial los de la energía y los alimentos.

Las economías de América Latina y el Caribe están muy expuestas a que las presiones alcistas de los precios internacionales de los productos básicos se transmitan a los precios internos. Esto se debe, en primer lugar, a la importancia que tiene dentro de la canasta del índice de precios al consumidor (IPC) el gasto de los hogares en rubros como los alimentos (24%) y el transporte (14%). En segundo lugar, se debe al efecto que tienen los precios de productos básicos como la energía, los alimentos y los fertilizantes en los costos de producción locales en virtud de la dependencia de las economías de la región de la importación de este tipo de bienes, ya sea como insumos en los procesos productivos o en la oferta total de bienes. Además, el impacto de estos factores relacionados con la oferta externa se ve amplificado por las fluctuaciones cambiarias generadas por la volatilidad financiera internacional.

La inflación también ha sido explicada por factores de demanda, como los significativos esfuerzos fiscales y monetarios que se hicieron en 2020 y 2021 para impulsar la reactivación de las economías en la etapa de la pospandemia y los diferentes programas sociales mediante los cuales se ha tratado de sostener el consumo de los hogares más afectados por la crisis.

En general, estos factores incidieron de manera significativa en el incremento de la inflación que se registró entre el segundo semestre de 2020 y el primer semestre de 2022. Sin embargo, los cambios recientes en la trayectoria de los precios del petróleo y de los alimentos en los mercados internacionales y la considerable desaceleración que ha venido experimentando la demanda agregada interna en la región han provocado una reducción de la inflación regional en el segundo semestre de 2022. De cualquier manera, esta se mantiene en niveles relativamente elevados.

En el primer semestre de 2022 la inflación regional mantuvo una trayectoria ascendente

Las economías de América Latina y el Caribe, al igual que el resto del mundo, experimentaron en los primeros seis meses de 2022 una aceleración del proceso inflacionario que se venía observando desde junio de 2020, cuando la inflación promedio de la región, excluidos los países con inflación crónica, se situaba en un 1,8%. Entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021, las presiones inflacionarias se intensificaron, por lo que la tasa de variación del IPC se incrementó 3,7 puntos porcentuales, al pasar del 2,9% en 2020 al 6,6% en 2021 (véase el gráfico V.1).

Gráfico V.1

8

7

8,4 6,8 4

6,6 3

6

1 2 5

9 2017 2018 2019 2020 2021 2022 Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales. Nota: No se incluyen en los promedios los datos de economías con inflación crónica (Argentina, Cuba, Haití, Suriname y Venezuela (República Bolivariana de)).

En el primer semestre de 2022, la inflación regional siguió en aumento, hasta alcanzar en junio un 8,4%, el mayor valor registrado desde 2005. Los aumentos en el precio de los alimentos y del petróleo, una mayor volatilidad cambiaria y las expansiones monetarias volvieron a impulsar esta dinámica de los precios en las economías latinoamericanas y caribeñas. En el segundo semestre del año, los cambios en la trayectoria de estas variables, aunados a una gran desaceleración de la actividad económica, hicieron que la inflación regional promedio experimentara un descenso de 1,6 puntos porcentuales. Así, en octubre de 2022 la inflación regional se ubicó en un 6,8%, es decir, 0,2 puntos porcentuales por encima de la tasa registrada en diciembre de 2021.

El comportamiento de la inflación ha sido generalizado en la región, aunque con diferencias entre subregiones y países

Gráfico V.2

América Latina y el Caribe: tasas de variación del índice de precios al consumidor en 12 meses, por subregiones, enero de 2017 a octubre de 2022 (En porcentajes) y México, excluido Haití

Caribe, excluido Suriname

América del Sur, excluidos la Argentina y Venezuela (Rep. Bol. de)

América Latina y el Caribe, excluidos la Argentina, Haití, Suriname y Venezuela (Rep. Bol. de)

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales. Nota: No se incluyen

A partir del segundo semestre de 2022, la inflación promedio de las diferentes subregiones muestra una tendencia a la baja. Sin embargo, existen diferencias sobre el momento en que se inició este proceso y cuán intenso ha sido. En las economías del Caribe de habla inglesa la inflación registró un máximo en abril de 2022, cuando la tasa alcanzó el 7,8%. Desde entonces acumula una reducción de 0,6 puntos porcentuales. Las economías de América del Sur alcanzaron un máximo en junio (8,7%) y, hasta octubre de 2022, la inflación promedio se redujo 2,4 puntos porcentuales. Por su parte, las economías del grupo conformado por Centroamérica y México fueron las últimas en alcanzar un máximo, en agosto de 2022 (8,3%). Esta tasa es 0,2 puntos porcentuales superior a la registrada en octubre de 2022 (8,1%).

A nivel de países, en el cuadro V.1 se muestra que, entre diciembre de 2021 y octubre de 2022, la inflación se incrementó en 26 países y se redujo en otros 7 países. Vale la pena mencionar que, en diciembre de 2021, seis países de la región mostraban tasas de inflación de dos dígitos: los países con inflación crónica (Argentina, Cuba, Haití, Suriname y Venezuela (República Bolivariana de) más el Brasil. En octubre de 2022, son nueve los países en esa situación: los países con inflación crónica, más Chile, Colombia, Honduras y Nicaragua.

Estas diferencias en la dinámica de la inflación entre las economías de la región se explican por los distintos grados de integración comercial y financiera, de dependencia de las importaciones de alimentos y energía, de velocidad y magnitud del ajuste de la política monetaria, de intensidad de la desaceleración de la demanda agregada interna y de variaciones de los tipos de cambio.

Cuadro V.1

América Latina y el Caribe: tasas de variación del índice de precios al consumidor en 12 meses, diciembre de 2020 a octubre de 2022 (En porcentajes)

América Latina y el Caribe (no se incluyen los países con inflación crónica)

Diciembre de 2020 Diciembre de 2021 Octubre de 2021 Octubre de 2022

2,9 6,6 6,3 6,8

América del Sur (no se incluyen los países con inflación crónica) 2,8 6,7 6,8 6,3

Bolivia (Estado Plurinacional de) 0,7 0,9 0,5 2,9

Brasil 4,5 10,0 10,6 6,5

Chile 3,0 7,2 6,0 12,8

Colombia 1,6 5,6 4,6 12,2

Ecuador -0,9 1,9 1,4 4,0

Paraguay 2,2 6,8 7,6 8,1

Perú 2,0 6,4 5,8 8,3

Uruguay 9,4 8,0 7,9 9,0

Centroamérica y México (no se incluyen los países con inflación crónica) 3,0 6,3 5,4 8,1

Costa Rica 0,9 3,3 2,5 9,0

El Salvador -0,1 6,1 5,5 7,5

Guatemala 4,8 3,1 3,0 9,7

Honduras 4,0 5,3 4,7 10,2

México 3,2 7,4 6,2 8,4

Nicaragua 2,6 7,3 6,6 11,9

Panamá -1,6 2,6 2,9 1,7

República Dominicana 5,6 8,5 7,7 8,2 El Caribe (no se incluyen los países con inflación crónica) 2,1 5,1 5,6 7,3

Antigua y Barbuda 2,8 1,2 2,9 8,6 a

Bahamas 1,2 4,1 3,8 6,5a Barbados 1,3 5,0 4,4 6,6a Belice 0,4 4,9 5,2 7,1a Dominica -0,7 3,8 2,7 5,3b Granada -0,8 1,9 1,8 2,9b Guyana 0,9 5,7 5,5 6,5a Jamaica 4,5 7,3 8,5 9,9a

Saint Kitts y Nevis -1,2 1,9 1,2 1,2b

San Vicente y las Granadinas -1,0 3,4 2,8 7,4c

Santa Lucía -0,4 4,1 3,1 7,4d

Trinidad y Tabago 0,8 3,5 1,8 4,9c

Argentina 34,1 51,4 52,3 87,8

Cuba 18,5 77,3 72,8 34,2c Haití 19,2 24,6 19,5 30,7d

Suriname 60,7 60,7 60,6 41,9a

Venezuela (República Bolivariana de) 2 959,8 686,4 1 575,3 155,8 a Datos a septiembre de 2022. b Datos a marzo de 2022. c Datos a agosto de 2022. d Datos a julio de 2022.

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales. Nota: Se trata de promedios regionales y subregionales ponderados por el tamaño de la población, en los que no se incluyen los datos de economías con inflación crónica (Argentina, Cuba, Haití, Suriname y Venezuela (República Bolivariana de)).

El incremento de la inflación se ha presentado de manera diferente en los distintos componentes del índice de precios al consumidor, y es mayor en el caso de los bienes transables, en especial la energía y los alimentos

Al descomponer la inflación general entre la evolución de los bienes y la de los servicios, se observa, en primer lugar, una dinámica bien diferenciada entre sus diversos componentes. Mientras que la inflación de los bienes transables registró un significativo incremento de 3,6 puntos porcentuales respecto del nivel de diciembre de 2021 (6,7%), la inflación de los no transables mostró una reducción de 1,5 puntos porcentuales respecto del valor observado en diciembre de 2021 (6,3%) (véase el gráfico V.3).

Gráfico V.3

América Latina y el Caribe: tasas de variación de los componentes transables y no transables del índice de precios al consumidor en 12 meses, enero de 2019 a octubre de 2022 (En porcentajes)

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales. Nota: Se trata de promedios regionales ponderados por el tamaño de la población, en los que no se incluyen los datos de economías con inflación crónica (Argentina, Cuba, Haití, Suriname y Venezuela (República Bolivariana de)).

Otro elemento que se observa en el gráfico V.3 es la dinámica tan diferenciada de estas variables a lo largo de 2022. Si bien ambos componentes del IPC se incrementaron en el primer semestre y tendieron a reducirse en el segundo, la intensidad con que lo hicieron fue muy distinta. La inflación de los bienes transables se incrementó más que la de los no transables en el primer semestre, en tanto que la caída en el caso de los no transables en el segundo semestre ha sido más pronunciada. En el primer semestre del año, la inflación de los bienes transables se incrementó 4,0 puntos porcentuales, de una tasa del 6,7% en diciembre de 2021 a una tasa del 10,7% en junio de 2022. Por su parte, la inflación de los no transables se incrementó 0,7 puntos porcentuales, al pasar del 6,3% en diciembre de 2021 al 7,0% en junio de 2022. Entre julio y octubre de 2022, la inflación de los no transables se redujo 1,2 puntos porcentuales, del 6,0% en julio al 4,8% en octubre, mientras que la inflación de los bienes transables se redujo 0,7 puntos porcentuales.

Al descomponer la evolución del IPC entre la inflación de los alimentos, de la energía y la inflación subyacente, que excluye los componentes más volátiles del IPC, se observa que tanto la inflación de la energía como la de los alimentos ha registrado niveles muy superiores al índice general, aunque con dinámicas diferentes. La inflación de los alimentos viene aumentando desde finales de 2018, pero el ritmo de los incrementos ha tendido a agudizarse desde el segundo semestre de 2020. En tanto, en el caso de la energía, este proceso de alza se viene presentando desde marzo de 2021. A fines de octubre de 2022, la tasa de inflación de los alimentos alcanzó un 11,6%, lo que supone un incremento de 4,2 puntos porcentuales respecto de diciembre de 2021 y de 6,4 puntos porcentuales respecto de mayo de 2020. Hay que destacar que, en julio de 2022, la inflación de los alimentos fue del 12,5%, el mayor valor que se ha registrado desde la crisis financiera mundial. Por su parte, la inflación de la energía también ha tendido a ser mayor que la inflación general, como se muestra en el gráfico V.4. Alcanzó un máximo en noviembre de 2021 (17,6%) y desde entonces ha tendido a reducirse (en 3,2 puntos porcentuales).

Gráfico V.4

América Latina y el Caribe: tasas de variación de los componentes de alimentos, energía y subyacente del índice de precios al consumidor en 12 meses, enero de 2019 a octubre de 2022 (En porcentajes)

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales. Nota: Se trata de promedios regionales ponderados por el tamaño de la población, en los que no se incluyen los datos de economías con inflación crónica (Argentina, Cuba, Haití, Suriname y Venezuela (República Bolivariana de)). El índice de precios de la energía se estima sobre la base de información de diez países: Bolivia (Estado Plurinacional de), Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Jamaica, Perú y Uruguay.

En lo que respecta a la inflación subyacente, en octubre de 2022 la tasa correspondiente fue del 7,4%, de modo que presentó un aumento de 2,6 puntos porcentuales respecto de diciembre de 2021 y de 5,3 puntos porcentuales en comparación con mayo de 2020. Conviene destacar que los valores registrados por la inflación subyacente en agosto y septiembre de 2022 son los más altos de esta variable desde 2005 y superan en 2,5 puntos porcentuales el nivel alcanzado en noviembre de 2008 (4,8%), en el contexto de la crisis financiera mundial.

Pese a la reducción observada en la inflación en el segundo semestre de 2022, se espera que durante 2023 esta variable se mantenga en niveles superiores a los de prepandemia

La dinámica futura de la inflación en la región está muy ligada a lo que ocurra con la inflación a nivel mundial, ya que sus determinantes son muy similares. Como se menciona al analizar el contexto internacional (véase el capítulo I), se espera para 2023 una disminución de los precios de los bienes primarios, en especial de la energía y los alimentos, y menores tensiones en las cadenas mundiales de suministro. Así pues, las estimaciones apuntan a que en 2023 la inflación mundial debería reducirse.

Además, las acciones adoptadas por los bancos centrales y el impacto de estas sobre la demanda agregada mundial y regional también deberían implicar menores tasas de inflación en el futuro, de forma coherente con la reducción de las tasas de inflación que se ha observado en el segundo semestre de 2022 (véase el gráfico V.5).

Gráfico V.5

América Latina y el Caribe: tasas de variación del índice de precios al consumidor en 12 meses, enero de 2019 a octubre de 2022, y proyecciones, noviembre de 2022 a diciembre de 2023 (En porcentajes)

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de cifras oficiales y Latin American Consensus Forecast, noviembre de 2022. Nota: Se trata de promedios regionales y subregionales ponderados por el tamaño de la población, en los que no se incluyen los datos de economías con inflación crónica (Argentina, Cuba, Haití, Suriname y Venezuela (República Bolivariana de)).

En la región, los factores de demanda que pudieron influir en 2020 o 2021 no parecen poder explicar la evolución de la inflación a futuro, dadas las continuas revisiones a la baja de las estimaciones del PIB y de la demanda agregada para 2023.

En el gráfico V.5 también se muestra que, pese al descenso previsto, en 2023 la tasa de inflación permanecería en niveles superiores a los existentes antes de la pandemia. De igual forma, distintos bancos centrales de la región han señalado que esperan que sea a mediados de 2024 cuando la inflación converja con los rangos establecidos en sus programas monetarios.

No obstante, la dinámica de la inflación podría moverse a un ritmo distinto, incluso en otra dirección, si se mantienen los problemas vinculados a los cuellos de botella en la oferta (mundial y regional); si nuevos cambios en el escenario geopolítico vuelven a perturbar los precios de la energía y de los alimentos, o si se producen nuevos aumentos de las tasas de interés de los bancos centrales de los países desarrollados, en especial la Reserva Federal de los Estados Unidos, lo que sin duda entrañaría una mayor volatilidad cambiaria en las economías de la región.

Bibliografía

CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) (2022), Estudio Económico de América Latina y el Caribe, 2022 (LC/PUB.2022/9-P/Rev.1), Santiago.

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