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4. El sector privado
from La emergencia del cambio climático en América Latina y el Caribe: ¿seguimos esperando la catástrofe
Cuadro V.14 (conclusión)
Sectores 2015 2016
2017 Monto Participación en el total Monto Participación en el total Monto Participación en el total
Políticas de adaptación, soporte técnico, capacidad institucional 10,00 0,1 67,87 0,6 0,70 0,0
Infraestructura 43,40 0,3 - 0,0 45,86 0,3
Energía, transporte y otras construcciones ambientales e infraestructura - 0,0 20,57 0,2 98,70 0,6
Fuentes de agua, agua residual y gestión del riesgo de desastres Servicios financieros Tecnologías de la comunicación y la información 154,28 1,0 136,38 1,2 459,80 3,0
- 0,0 3,04 0,0
- 0,0 1,95 0,0 - 0,0
- 0,0
Inversión intersectorial 6,06 0,0 101,90 0,9 65,40 0,4
Otros adaptación 1 082,00 6,8 1 081,17 9,6 1 817,19 11,9 Total de adaptación (A) 1 427,44 8,9 1 687,16 15,0 2 601,45 17,0 Total mitigación y adaptación (M/A) 11,76 0,1 49,05 0,4 200,00 1,3 Otros destinos medioambientales (OM) 673,27 4,2 819,26 7,3 714,80 4,7 Total (M+A+M/A+OM) 15 985.85 100,0 11 210,64 100,0 15 286,63 100,0
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de datos de las diferentes instituciones; J. Samaniego y H. Schneider, “Cuarto informe sobre financiamiento para el cambio climático en América Latina y el Caribe, 2013-2016”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2019/15), Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2019.
Con relación a los instrumentos financieros, de acuerdo con los datos del IDFC, agrupación en la cual participan los bancos latinoamericanos incluidos en los estudios de la CEPAL, el 97% de los recursos se moviliza a través de créditos y, de estos, el 82% son de tipo no concesional. En 2015, el 72% eran créditos no concesionales (IDFC, 2018).
4. El sector privado
El sector privado está cada vez más involucrado en el financiamiento de proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático. Lo conforman una amplia gama de bancos e instituciones financieras locales e internacionales, fondos privados y de pensiones, y otros fondos especialmente creados para abordar la temática. En este grupo también se incluyen los ahorristas nacionales y las empresas de financiamiento de carbono.
En 2015 se movilizaron en total 437.000 millones de dólares en el mundo y, en 2016, 383.000 millones. De esos totales, el 68% y el 62%, respectivamente, eran recursos provenientes del sector privado. La Iniciativa de Política Climática (CPI) incluye en su flujo de financiamiento privado recursos comprometidos por corporaciones y promotores de proyectos que implementan nuevos proyectos de energía renovable, préstamos de bancos comerciales, inversión en infraestructura directa de inversores institucionales y el ahorro de los hogares (Buchner y otros, 2017). De los 237.000 millones de dólares gestionados por el sector privado en 2016, los promotores de proyectos concentraron el 52% de las iniciativas, un total de 125.000 millones de dólares. Lideran este grupo China y los Estados Unidos, que financian este tipo de actividades en sus propios países. Les siguen las instituciones financieras comerciales, que concentran el 23% (60.000 millones). El 25% restante, que suma 54.000 millones, son recursos de corporaciones, ahorristas, instrumentos financieros, como acciones, capital de riesgo y fondos para infraestructura, e inversores institucionales (Buchner y otros, 2017). Los ejercicios de cuantificación que realiza Bloomberg respecto de las energías renovables y limpias, cuyos datos utilizan la CPI y otras instituciones, son útiles a los efectos de obtener información, pero los datos sobre la actuación del sector privado en materia climática son difíciles de rastrear y contabilizar29. Los actores que intervienen y los instrumentos que se pueden utilizar son muchos y muy diversos; hay transacciones entre privados que se realizan fuera del sistema financiero convencional y hay iniciativas que pueden migrar hacia distintos territorios y actores. Además, estas instituciones por lo general no difunden públicamente este tipo de información. En el caso de los bancos, solo algunos contabilizan estos datos de forma segregada. Y, por supuesto, también existe el riesgo de que el mismo proyecto de inversión se contabilice dos o más veces. En los bancos comerciales de América Latina y el Caribe ha habido avances (véase el anexo V.A2). Varias instituciones han establecido líneas de financiamiento destinadas a la protección ambiental y al combate del cambio climático. Sin embargo, todavía son pocas las que destinan recursos propios a estos fines y que publican esta información. En la mayoría de los casos, estas líneas de financiamiento son représtamos de recursos de la banca multilateral o de los bancos nacionales de desarrollo. Con relación a los programas y líneas de financiamiento disponibles y en uso en la región, en los anexos V.A2 y V.A3 se presentan de manera resumida algunos ejemplos correspondientes a los bancos privados y a los bancos públicos nacionales, respectivamente.
29 Bloomberg publica periódicamente los informes Clean Energy Investment Trends. Véase [en línea] https://about.bnef.com/clean-energy-investment/.